Introducción (Buenas voy a hablar sobre el capítulo IV “La diversidad es riqueza,
desafío y misterio” del libro Déficit atencional de niños y adoleces, de Amanda céspedes El desarrollo cognitivo, emocional y social, sabemos que es el resultado de la evolución; el ADN del genoma está al servicio del cambio y la adaptación. Además de esta porción de ADN existen los genes de transcripción, los cuales carecen de información específica pero siempre están dispuestos a los desafíos provenientes del ambiente, También abemos que la pauta de maduración cognitiva, emocional y social no se cumple en todos los niños, de hecho estadísticamente 3 de cada 4 niños y niñas en sus primero 20 años muestran un patrón neuroma durativo dentro de lo esperado. Aquellos niños y niñas que han tenido la fortuna de desarrollarse en un ambiente favorable, deberían responder de manera correcta a los desafíos cognitivos y sociales propios del crecer, para llegar a ser adultos integralmente sanos. También tenemos aquellos individuos que muestran una pauta madurativa particular que se caracteriza por una adquisición temprana y sólida de las conquistas cognitivas y sociales; Suelen ser aquellos que durante toda su escolaridad se destacan en las distintas áreas del desarrollo social, cognitivo, emocional, intelectual, etc. Son genes polimórficos que contienen variaciones de una secuencia de ADN en un determinado punto, el resultado va a ser un fenotipo distinto, es decir la existencia de estos genes polimórficos debería ser considerada la fuente de la diversidad y del cambio. Todos los genes o alelos que codifican un organismo se denominan genotipo, mientras que el fenotipo es la expresión observable de dicha codificación. Factores El ambiente puede actuar como un motor que da un ilimitado impulso de desarrollo al cerebro infantil o como un factor que lo daña inevitablemente. Algunos de los factores que lo conforman son medianamente estables como la geografía, mientras que otros como el factor humano van cambiando a lo largo del tiempo. Cuando hay cambios profundos que perduran a través de los años, producen un cambio en los genes, por lo tanto dan origen a estructuras y funciones nuevas. Un modo de ejemplo, antes de los años 70 el 70% de los niños en edad pre escolar eran procesadores verbales secuenciales de la información, pero en el último siglo la situación ha cambiado, la mayoría de los niños en edad pre escolar procesan la información a través del modo viso espacial simultaneo; todo gracias al cambio de una sociedad ambiental altamente tecnológica. Habitualmente se piensa que la vulnerabilidad en el desarrollo integral infantil se asocia a la pobreza y es más frecuente en países con un bajo desarrollo, y es verdad, pero es una ecuación compleja, pues los niños que crecen en hogares ricos, con acceso a bienes de consumo, a una óptima alimentación y a amplias oportunidades de enriquecimiento intelectual, son vulnerados igualmente, pues hay numerosos factores que pueden actuar de modo adverso, como el sedentarismo y su secuela inevitable, la obesidad infantil. Además esta la sobreprotección que contra la natural curiosidad de exploratoria infantil y la capacidad de autodeterminación poniendo énfasis en lo material en vez de lo afectivo, transformando en un culto al consumo expresado en materialismo, sobrealimentación y demasiada a menudo soledad afectiva. Conclusión Los factores adversos ambientales son nocivos para todos pero más tóxicos en aquellos con un desarrollo distinto, es verdad que la sociedad está diseñada para el promedio, los objetos son para gente diestra, las escuelas configuradas para niños que siguen el patrón esperado cognitivo, social y conductual. Los niños con pautas de desarrollo distinto al promedio son sensibles al estrés excesivo y por desgracia el ambiente propicio para ellos es un ambiente emocionalmente seguro; que es difícil de construir y mantener, pues exige de los adultos compromiso y sabiduría, algo muy escaso en la gente.