Вы находитесь на странице: 1из 4

ESPACIO PÚBLICO COMO SÍMBOLO IDENTITARIO SOCIAL

Mauricio Sánchez Alzate

En un mundo de injusticias e inequidad, hay algunos grupos sociales


vulnerables y excluídos que han sido víctimas no sólo de un sistema que los
margina del aparato productor, sino también de unos entes gubernamentales
que no tienen en cuenta sus necesidades potenciales en cuanto a sanidad,
educación, vivienda, y por supuesto, espacio público. La película “Elite squad”
muestra de manera clara esta dinámica social en los barrios marginados o
“favelas” de Brasil; la violencia de todo tipo, la exclusión y la necesidad de un
gran grupo social que los lleva a habitar espacios que para muchos serían
vistos como inhóspitos e inhumanos, o para otros (aquellos que están al
margen de la ley) se convierten en “nichos” seguros para imponer la ley del
más fuerte y delinquir libremente. Pero en medio de tanta pobreza y unas
dinámicas sociales bastante fuertes, hay un elemento del cual casi nadie es
consciente, este no sólo es congruente físicamente con la realidad vivida
(afectándo al habitante y a sí mismo) sino también de manera simbólica y se
convierte en un legitimador de la identidad de este colectivo: El espacio público.

Se podría decir que el espacio público en una sociedad constituye un elemento


con una fuerte eficacia simbólica dada por el o los grupos que convergen en
éste, dicha eficacia simbólica se construye con el tiempo a través de diversos
procesos que incluyen: los conocimientos populares de las personas que
habitan allí, el choque entre los diversos imaginarios de las generaciones que
allí se relacionan, políticas de gobierno, leyendas urbanas (estas pueden girar
en torno a eventos, personas o creencias populares). Esta eficacia simbólica no
es más que un constructo bastante complejo que en últimas evidencia la
identidad y representa una gran herramienta para el estudio sociológico de la
ciudad y el urbanismo, su entendimiento y la proposición de ideas y soluciones
que impacten de manera integral al mismo y a sus habitantes.
En la película se observa como el espacio público representa, de manera fiel, la
problemática social que allí se vive. Para entenderlo, primero se debe observar
el tipo de viviendas que allí se construyeron, casas de dimensiones
pequeñísimas, poco ventiladas, poco iluminadas; tipologías de vivienda
informal (legalmente hablando) en las que no se respeta ni la intimidad ni
mucho menos el confort de quienes allí habitan. Lo anterior conlleva a que las
actividades más importantes se vuelquen a la calle durante casi todo el día y la
noche… la casa pierde su valor e identidad como núcleo representativo de la
familia y constructor de buenas dinámicas sociales, dejando al espacio público
un fuerte protagonismo, el interior y el exterior son casi lo mismo, y este todo
transcurre el espacio público de la favela, nuevas tipologías de recinto nacen
en torno a condiciones de vulnerabilidad y deterioro social.

Calles pequeñas y laberínticas que permiten a los asesinos y traficantes huir de


manera rápida; espacios que surgen espontáneamente y en los cuales los
niños pasan todo el día, expuestos al peligro y aprendiendo de la calle lo que
se vive a diario, tomando bandos dentro de las bandas que allí habitan e
iniciando una carrera delictiva a muy temprana edad. Este es el día a día en un
lugar que ha sido impuesto por la desigualdad social a las personas que en él
tienen que vivir. Visto como un sistema, se puede afirmar que la configuración y
el mantenimiento del valor identitario de una comunidad, en este caso el de las
poblaciones que habitan en las favelas, no solo es un constructo logrado por y
para ellos, sino que también refleja el estado de nuestra sociedad actual; el
papel “antagónico” que juegan estos lugares, debe ser un recordatorio de la
injusticia e inhumanidad a las que estamos sometidos.

Lo anteriormente dicho plantea la necesidad de un espacio público propuesto


como herramienta constructora de dinámicas para la cohesión social, además
de su fuerte valor como elemento identitario, sin dejar de lado su importancia
como espacio de transición o red de unión entre lo interior y el exterior, entre
personas y diversas comunidades, o también como elemento que excluye, de
igual manera es un nicho para la educación y el aprendizaje (este último no
siempre positivo) y una herramienta que desde el urbanismo y la sociología
puede ser utilizada para el diagnóstico de las problemáticas sociales, y al
tiempo es en el espacio público y su entendimiento donde encontraremos la
respuesta y solución a dichas problemáticas.

Por otro lado, el documental “urbanized” muestra y contrasta las diferentes


fuerzas o poderes que influyen en el crecimiento urbano y la calidad de vida de
los ciudadanos, además de dar una mirada crítica a las problemáticas que se
presentan en las ciudades, todo a la luz de ejemplos de iniciativas por parte de
algunos gobiernos, organizaciones no gubernamentales, colectivos y los mimos
habitantes en pro de mejorar la calidad de dichos espacios, propiciando un
ambiente adecuado para las diversas dinámicas sociales, una gran herramienta
de documentación e inspiración para planificadores urbanos y gestores de
ciudad que buscan proponer proyectos que no son pensados y planificados
desde una mirada lejana y en planta de la ciudad sino desde las vivencias
mismas y las pautas marcadas por el colectivo en su día a día.

No sobra hacer fuerte hincapié en la importancia de ver, vivir e intervenir la


ciudad como un elemento vivo, vibrante y cambiante. La mutación ha hecho
parte de las agrupaciones urbanas desde siempre, por eso es importante evitar
caer en el error de proponer proyectos sin conocer bien las dinámicas sociales;
la participación comunitaria dentro de procesos diágnosticos y propositivos es
el hecho más importante (incluso más importante que el hecho físico manifiesto
en el lugar). Los urbanistas y diseñadores de la ciudad no pueden olvidar que
sus propuestas deben apuntar al empoderamiento y la generación de una
identidad sentida y vivida por las personas que habitan las ciudades, los
arquitectos y paisajistas son los encargados no solo de identificar necesidades
sino también de interpretarlas y traducirlas en propuestas de intervenciones
espaciales y funcionales dentro de las ciudades, estas vistas como
herramientan que dan poder y voz al pueblo, el espacio público es la voz social
hecha democracia y oportunidad (de cambio, empoderamiento, refuerzo y
protesta)

Las iniciativas del pueblo (más aún las espontáneas e informales) son fuertes
elementos que deben encaminar el quehacer del profesional, la reinterpretación
y la contextualización deben ser el marco para generar intervenciones tanto
desde la política como la forma en sí, pues la ciudad está viva, no es estática,
es también, un cúmulo de cicatrices, todas de diferentes formas, tamaños y
colores, unas llamadas arte, otras son basura en las esquinas. Las cicatrices
de la ciudad son manifestación de vida, convergencia y divergencia, muerte,
atrevimiento e ignorancia, dolor, alegría o protesta. Las calles se visten con las
cicatrices que el hombre deja en ellas, estas son un legado y testimonio de
generaciones, son aprendizaje y empoderamiento, dolor y alegría, diálogo y
muestra tangible de las variaciones culturales, que se interiorizan en el
imaginario colectivo, el mismo que las crea, consciente o inconscientemente, el
que también las olvida y las borra, o incluso las transforma con otras cicatrices.
La ciudad muta sin pausa.

Todo lo dicho en líneas anteriores es una invitación a pensar en las ciudades


como complejos idiomas que se deben traducir, aprender e interiorizar, ya que
en su lenguaje, la ciudad es madre y justiciera, es pasado, presente y futuro, un
libro que se escribe día a día con tinta de muchos colores y caligrafías tan
diversas como lo son sus habitantes. La ciudad es poema en todos los idiomas;
hoy se cree que se comprende, pero mañana otra cara es la que se lee, al fin y
al cabo solo viviéndola día a día se logrará hacer esa simbiosis (no
permanente) que permitirá sobrevivir a ella, a esa, la creación colectiva e
individual, esa que se escucha, se lee, se siente y se vive cada día de manera
diferente.

Вам также может понравиться