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ESTUDIOS SOBRE LA CARTA A LOS HEBREOS

El tema principal del libro es la superioridad de Cristo y del cristianismo sobre la religión judía. Se
dirigió, como ya anotamos, a personas que tenían conocimiento de la Ley. Algunos estaban tentados
a volver atrás, pero el autor sale al paso para alentarlos al resaltar la obra de Jesucristo que les salva,
restablece la relación con el Padre y vela por Su pueblo.

Bosquejo de Hebreos

I.- Introducción (1:1-4).

II.- El Hijo de Dios, superior a las criaturas angelicales (1:5-2:18).

Jesucristo, Hijo, Salvador y Señor por siempre.

Hebreos 1:1-14 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los
padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo..."(versículos 1, 2).

El primer capítulo nos permitirá conocer la misión de Dios para su Hijo, Jesucristo: limpiarnos de un
pasado lleno de pecado mediante su sacrificio en la cruz para que restablezcamos la relación con el
Padre. También nos ofrecerá claridad respecto a la misión de los seres angelicales.

I.- El Plan de Salvación manifiesta la gracia y misericordia de Dios (vv.1-3)

1.- Llamados a experimentar una nueva vida.- ¿Ha visto las aflicciones de un padre ante un hijo
rebelde? Sin duda muchas veces. Hoy día es frecuente encontrar choques al interior de las familias
que ponen de manifiesto la decisión de algunos hijos por desconocer la autoridad de sus progenitores
con el propósito de hacer las cosas a su manera. Eso es exactamente lo que ocurrió con el pueblo de
Israel. El Padre mantuvo hacia ellos una actitud de misericordia.

Esa fue la razón por la que habló de muchas maneras a Sus hijos. Como no prestaron atención a los
profetas, lo hizo a través de su propio Hijo Jesucristo (versículos 1, 2). Su vida tiene significado y es
muy valiosa para el Señor. De otra manera no hubiese sacrificado a su unigénito (Juan 3:16).

2. La misión del Hijo de Dios.- Por medio del sacrificio en la cruz, el Señor Jesús nos hizo puros.
"...habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de si mismo..."(versículo 3).
Imagine por un instante que todos sus pecados del ayer están grabados en un moderno computador.
Hasta el más mínimo detalle está registrado allí. Lo que ocurrió cuando Jesucristo murió en el
Calvario, es que la totalidad de la información contenida en el PC se borró y no hay forma de
recuperarla. Esta ilustración gráfica pone de presente otro hecho: el Hijo de Dios le abre las puertas
para que comience una nueva existencia. Él le ayudará a crecer personal y espiritualmente. La
decisión de aceptar esa oportunidad está en sus manos. Hay quienes pasan a una eternidad de
oscuridad porque jamás tomaron la decisión a tiempo, dejando de lado el hecho de que por la
redención de Cristo, fuimos reconciliados con el Supremo Hacedor (Romanos 5:11).

Jesucristo sigue vivo hoy en la gloria eterna, tal como lo describe el versículo 3 "...se sentó a la
diestra de la Majestad en las alturas". En las Escrituras leemos que desde su privilegiada posición,
Jesucristo está pendiente de nosotros y es quien obra como intercesor ante el Padre

II.- Jesucristo es eterno, no fue creado y es superior que los ángeles.- (vv.5-7).

1.- En las Escrituras leemos que Jesucristo tiene la misma naturaleza divina que el Padre.- Un primer
fundamento está en el evangelio de Juan: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el
Verbo era Dios. (Juan 1:1, 14, 18

Hebreos 1:5, 6, Jesucristo es Hijo del Altísimo; vino a cumplir una misión en la tierra y por esa razón
se encarnó en María virgen, y volvió al Padre. No fue una creación más. Tiene la naturaleza divina.
No es igual que los ángeles como pretenden asegurarlo organizaciones religiosas de nuestro tiempo,
desconociendo la divinidad de Jesucristo. Por el contrario, los ángeles –que sí fueron creados—le
tributan adoración: "Adórenle los ángeles de Dios"(versículo 6).

2.- Los ángeles no tienen poderes autónomos; están sujetos a Dios.- La enseñanza sobre la
angeleología que busca mezclar enseñanzas religiosas de Occidente con principios de Nueva Era y
que tanto auge ha tomado, queda por tierra cuando aprendemos en el versículo 7, queDios "...hace
de los ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego".(Cfr. Salmo 104:4).

III.- Características de la misión del Señor Jesucristo.-(vv.8-13).

1.- El reino de Jesucristo es eterno (v. 8).- Al aceptar a Jesucristo como único y suficiente
Salvador, comenzamos a formar parte de la "ciudadanía del reino de los cielos", y

2.- El reino de Jesucristo es santo (v. 9).- El hecho de haber "...amado la justicia, y aborrecido la
maldad..." determina una característica de santidad en el reino de Jesucristo.
3.- El reino de Jesucristo no cambia; es inmutable (v. 12).- En el Señor Jesús podemos depositar
toda nuestra confianza porque "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos"(Hebreos 13:8).

IV.- Los ángeles desarrollan una tarea de ayuda a los hijos de Dios (v. 13).

No responde a nuestras oraciones sino que cumplen órdenes específicas de Dios. El autor sagrado
los califica como "espíritus ministradores". No actúan por su propia voluntad ni tienen poderes que
utilizan conforme quieren. Dependen de Dios y cumplen órdenes de Él.

CAPITULO 2

Jesucristo nos conoce y desea ayudarnos

Hebreos 2:1-18 VERSICULO PARA MEMORIZAR

Es necesario comprender en su verdadera dimensión la obra de Salvación efectuada por el Señor


Jesucristo; la nueva oportunidad de vida que nos ofrece, y de qué manera hoy está dispuesto a
ayudarnos cualesquiera que sea la situación por la que atravesemos.
I.- Jesucristo compró en la cruz nuestra libertad de las ataduras del pecado (vv.1-8).

A.- El evangelio debe ser práctico.- Los principios bíblicos no solo deben interiorizarse sino
también, tomar fuerza en nuestra forma de pensar y de actuar. Sólo así deja de ser letra muerta y
expresiones externas de religiosidad para convertirse en Vida Cristiana Práctica (v. 1).

B.- Un nuevo sistema de vida.- La Ley que contenía los mandamientos de Dios, trajo consigo el
castigo para los transgresores (v.2). Humanamente representaba una lucha enorme entre la
inclinación pecaminosa del ser humano y los principios que debía cumplir.

C.- La nueva ley de libertad en Cristo.- Estamos llamados a valorar la nueva vida que Dios nos
otorga por la obra de Salvación de Cristo Jesús en la cruz. El sacrificio que hizo nos reconcilia con
Dios y nos abre las puertas para caminar en consonancia con unos principios aplicables a nuestra
cotidianidad y no como la Ley, que era difícil de llevar (vv.3, 4).

II.- Con Jesucristo en nosotros, no hay razón para seguir experimentando la derrota (vv.9-16).

A.- Jesucristo es Dios encarnado, hecho hombre.- En su condición humana, el Señor Jesús fue
un poco menor que los ángeles. Se identificó con nuestra naturaleza. Conoció las debilidades,
temores, frustraciones y anhelos que nos asaltan. Es cercano a nosotros. Llevó la carga del pecado
que cometimos, murió en la cruz y alcanzó para nosotros la victoria. Por su obra podemos vencer al
viejo hombre Gracias a El no somos los seres inclinados al fracaso como consecuencia del pecado,
sino llamados a la victoria y al crecimiento personal y espiritual permanente (vv.9, 10).

B.- No podemos seguir como en el pasado, viviendo para pecar.- Ahora tenemos la fortaleza
necesaria, que hallamos en Jesucristo (Filipenses 4.13) para vencer toda atadura al viejo hombre.

III.- Gracias al Señor Jesucristo ahora somos hijos de Dios (vv.11-18).

A.- Retornamos a casa: a la presencia de Dios.- Ya no somos los hijos desterrados por el pecado,
sino hijos de Dios. Ahora podemos ir a la presencia del Señor sin temor por un pasado de pecado
que nos convertía en merecedores de la muerte (vv.11-13).

B.- Ahora somos libres.- La obra redentora del Señor Jesucristo nos hizo libres de la atadura de
la muerte, instrumento de Satanás para llevarnos a la desaparición eterna. (vv.14-16).

C.- Jesucristo, Sumo Sacerdote.- En el Señor Jesucristo tenemos al Sumo Sacerdote que
conoce, comprende y está dispuesto a ayudarnos en las situaciones que experimentamos. (vv.17-18).

Lección nº 3:

Jesucristo Sumo Sacerdote y Apóstol

Hebreos 3:1-17

Versículo para memorizar:

"Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros haya corazón malo de incredulidad para apartarse del
Dios vivo..." (Hebreos 3:12).

¿Qué aprenderemos hoy?

Gracias a la obra redentora del Señor Jesucristo quien cumplió a cabalidad y fielmente la misión de
redimir al género humano de su condición de pecado, llegamos a ser pueblo santo de Dios. Gozando
de una nueva naturaleza, aquella que nos confiere la Salvación del Hijo de Dios para nosotros, no
podemos incurrir en una actitud de rebeldía e incredulidad como la que impidió a una enorme
muchedumbre de israelitas entrar en la tierra prometida.

Capitulo 3 Jesucristo, Sacerdote fiel y compasivo (3:1-5:10).


I.- Por la obra redentora del Señor Jesucristo ahora somos pueblo santo de Dios (v.1)

1.- Una condición muy especial.- Hasta el momento en que aceptamos al Señor Jesús en nuestro
corazón como único y suficiente Salvador, éramos pecadores. Cuando entendimos y asumimos la
obra de Salvación, comenzamos a ser llamados a ser hijos de Dios

2.- Una vocación muy especial.- Sujetos a una vida mundana, éramos ajenos a las cosas de Dios.
Sin embargo por su infinita misericordia, borró nuestro ayer de pecado y nos llamó a ser nuevas
criaturas, de ahí que el autor nos califique como "participantes de la vocación celestial".

3.- Un Ser superior muy especial.- Para los cristianos el Señor Jesucristo es Apóstol –cabe anotar
aquí que es el único pasaje de las escrituras en las que se llama a Cristo como Apóstol—. Es nuestro
Ser superior. Superior porque es Dios, y nuestro Ser porque somos hijos de Dios y El es nuestro
amado Dios.

II.- El servicio fiel del Señor Jesucristo en la casa de Dios (vv. 2-6).

1.- El Señor Jesús cumplió la misión que se le encomendó.- "El cual fue fiel al que le constituyó".
Aunque cumplir su tarea implicó experimentar la incomprensión y llevar sobre sí toda la crueldad que
volcó sobre su vida el género humano cuando le rechazaron como Salvador, fue a la cruz. Era el
único camino para limpiarnos del pecado y abrirnos las puertas a una nueva vida (v.2, 3).

2.- Moisés fue fiel, Cristo fue Superior.- Moisés fue fiel a la tarea que se le encomendó de llevar a
Israel desde las vegas y tierras de Egipto hasta Canaán.

3.- Somos casa de Dios.- Los redimidos por Cristo y también los israelitas que permanecieron fieles
a Su Hacedor, son llamados en este pasaje como "Casa de Dios". El autor lo aclara más cuando
escribe: "Mas Cristo como hijo, sobre su casa; la cual casa somos nosotros...". III.- Somos llamados a
guardar la fidelidad a Dios (vv.7-11).-

IV.- Pautas bíblicas para permanecer fieles a Dios (vv.12-17).-

1.- Es necesario que guardemos nuestro corazón.- Guardarse significa permanecer alerta frente a
las emociones negativas, el rencor, el orgullo, los temores infundados, la auto exaltación y muchos
factores que impiden nuestro crecimiento personal y espiritual v 12.

2.- Es necesario animarnos unos a otros a permanecer fieles a Dios (v.13 b).- Es una forma de
avanzar en el proceso de crecimiento personal y espiritual.
3.- Es necesario evitar que el pecado tome fuerza en nosotros (v. 13 c.).- La advertencia bíblica
es clara: "Antes exhortaos los unos á los otros cada día... porque ninguno de vosotros se endurezca
con engaño de pecado".

CAPITULO 4 CARACTERÍSTICAS DE JESUCRISTO SACEDOTE (5:11-10:39).

Heb4: 4:12. Versículo para memorizar:

I.- Los ojos puestos en la promesa del reposo de Dios (vv.1).

El problema de un cristiano es la demasiada confianza en si mismo. No es en nuestras fuerzas que


vencemos sino en las de Dios. "...".

2.- Los peligros para quien desea permanecer firme (v. 1).-. El 1. dejar de perseverar perdiendo la
esperanza de entrar en el reposo de Dios, el 2, la falta de fidelidad. El mundo buscará arrastrarnos a
los hábitos, prácticas y criterios del "viejo hombre" que abandonamos, para llevarnos a perder el
camino recorrido.

II.- La importancia de la fidelidad y la fe para entrar en el reposo de Dios (vv.2-5)

1.- Es necesario permanecer en fidelidad (v.2).- Los israelitas al salir de Egipto recibieron la
promesa de entrar en el reposo de Canaán, la tierra prometida. Sin embargo la primera generación no
alcanzó a disfrutar de tal bendición como consecuencia de su incredulidad y rebeldía.

2.- Fe, una palabra esencial (v. 3-5).- Cuando a un creyente en el Señor Jesucristo le asiste la fe en
las promesas, éstas se cumplen. La fe, en el caso específico que nos ocupa, asegura que entraremos
en el reposo de Dios.

III.- No podemos dejar de entrar en el reposo de Dios (vv.6

2.- Es hora de entrar en el reposo de Dios (vv.8-11).-

IV.- ¿Cuál es la alternativa para entrar en el reposo de Dios? (vv.11-13).

1.- Se requiere disposición y permanencia (v. 11).-

2.- Se requiere asirnos de la Palabra y el poder que se deriva de ella (v. 12).- ¿Las razones? Son
por lo menos cuatro:
a.- "...es viva y eficaz"

b.- "...más cortante que una espada de dos filos"

c.- "... penetra hasta partir el alma"

d.- "... y discierne los pensamientos, y las intenciones del corazón".

3.- Se requiere caminar para Dios, ante quien responderemos (v. 13).- No olvidemos jamás que el
Señor conoce todas las cosas y cuanto hacemos:

a.- "...las cosas están desnudas y abiertas" ante sus ojos (v. 13 a).

b.- Ante Dios "tenemos que dar cuenta de todas las cosas" (v. 13 b).

CAPTIULO 5.- La fe y la fortaleza (11:1-12:13)

Un sumo sacerdote celestial que nos comprende y ayuda.

Hebreos 4: 14-16; 5:1-10

Sobre la base de la analogía que se hace de Jesús como Rey-Sacerdote, aludiendo al ministerio que
ejerció Melquisedec (versículo 6), entendemos que el Señor Jesucristo es nuestro Rey sacerdotal. Es
Rey y también Sacerdote.

I.- El Señor Jesús, Sumo Sacerdote que nos ministra delante del Padre (vv.14-16).

1.- Cristo como Sumo Sacerdote.- Históricamente el sacerdote que ministraba delante de Dios sólo
podía entrar una vez por año al Lugar Santísimo y no podía hacerlo de cualquier manera sino bajo
claras prescripciones de Dios. Hacer lo contrario, implicaba la muerte (Levítico 16:2, 3). ¿

2.- Dios se hace hombre para morir en sacrificio.- Jesús, el Hijo de Dios, dejó su condición eterna
con el Padre para encarnarse y, en el plano humano, morir por cada uno de nosotros.."(v.14)

3.- El Señor Jesús conoce nuestra condición de pecado.- (v.15).

II.- El Señor Jesucristo nos abrió la puerta delante del Padre (v. 16).
1.- Somos justos delante de un Dios santo.- Antes nuestra vida era llena de pecado, lo que nos
impedía siquiera levantar la mirada delante del Señor Todopoderoso. Con la obra del Señor Jesús en
la cruz, nuestros pecados fueron borrados. v. 15 a.)

2.- Dios tiene misericordia de Su pueblo.- v.14 b).

III.- Gracias al sumo sacerdocio del Señor Jesús podemos vencer el pecado (5:1-5)

1.- Perdonados de una vez y para siempre.- el reemplazó la función que realizaba humanamente
un sumo sacerdote." 5:1).

2.- Por la obra de Jesús el Señor, hay todavía oportunidad para los pecadores.- (vv.2-4).

3.- El Señor Jesús glorificó al Padre con su sacrificio.- El Salvador no se atribuyó los méritos por
morir en la cruz a favor nuestro en procura de obtener nuestro perdón. Glorificó a Dios el Padre v.5, 6

3.- El Señor Jesús conoce la debilidad del ser humano.- Experimentó las mismas circunstancias
nuestras, excepto que no cedió al pecado. (vv.7-10).

Lección nº 6:

Camino a la madurez cristiana

Hebreos 5:11-14; 6:1-20

Versículo para memorizar:

"Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no
echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios..."(Hebreos
6:1)

¿Qué aprenderemos hoy?

Hace pocos días leía una ponencia del teólogo bautista Harold Segura en la que se refería la
importancia de alcanzar madurez en la vida cristiana. Asociaba este objetivo a través del discipulado.
Me impactó su análisis. Es vivencial.
Conocer al Señor Jesucristo como Salvador es esencial, pero esta determinación debe ir seguida por
un segundo paso: caminar junto a Él, tomados de Su mano. Nos asegura victoria en medio de las
crisis, las tentaciones y los períodos de incertidumbre que asaltan la vida del creyente.

¿Qué nos dice la Escritura?

En el estudio de hoy aprendemos que:

I.- Es necesario avanzar en el proceso de crecimiento espiritual (5:11-13).

1.- La autosuficiencia y la renuencia a comprometerse, actitudes que afectan la vida espiritual.-


"Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos
para oír"(v.11).Con frecuencia encontramos dos actitudes entre quienes han conocido al Señor
Jesucristo. La primera es que hay quienes rápidamente se infatúan y consideran que ya lo saben todo
y no tienen nada más que aprender. Pronto vuelven atrás en su vida espiritual.

La segunda y no menos perjudicial, es el temor que se refleja en renuncia de muchas personas a


comprometerse con las cosas de Dios. Las Buenas Nuevas de Salvación les parecen extraordinarias,
pero una vez deben permitir el obrar divino en su existencia, cierran las puertas.

2.- La madurez está ligada al proceso de crecimiento espiritual.- En Efesios 4.14 y 1 Corintios 3:1-3
hallamos unas palabras que guardan estrecha relación con Hebreos 5:12-14. Están volcadas a
enfatizar la importancia de adquirir madurez en la vida cristiana. La madurez toma forma a partir del
vocablo griego téleios y se puede verter al castellano como madurez –nivel de conocimiento
completo—o perfección. Es en esencia un proceso. Los eruditos orientan el significado hacia
"alcanzar un blanco, una meta".

3.- Es posible llegar a un nivel de estancamiento.- Uno de los aspectos centrales de esta carta a
Hebreos tiene especial significado cuando leemos los versículos 12 y 13: "Porque debiendo ser ya
maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los
primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de
leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de
justicia, porque es niño...".

Nos debemos formular una pregunta, ¿estamos avanzando hacia la madurez espiritual o
simplemente leemos las Escrituras por adquirir conocimiento intelectual? Recuerde que es esencial
llevar ese aprendizaje a la vida cristiana práctica. Es la forma más eficaz de vivir a Cristo en el día a
día.

II.- El Señor Jesucristo impacta nuestra vida hacia el cambio (5:14; 6:1-7)

1.- Las dos etapas: estancamiento y crecimiento. ¿En dónde estamos?(v.14).- ¿Quiénes participan
del alimento sólido? Quienes han ido aprendiendo más y más de Dios. ¿Cómo se aprender acerca
del amado Señor y Creador? Mediante la íntima relación que desarrollamos con Él en oración y la
meditación de Su Palabra.

2.- Es necesario revisar nuestra vida y aplicar correctivos (6:1- ).- "Por tanto, dejando ya los
rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios..."(vv.1,2). Conforme aprendemos
nuevos principios y pautas de vida y los aplicamos a nuestra forma de pensar y de actuar, dejamos
atrás los primeros pasos y crecemos en Cristo. Es un proceso, en el que estamos llamados a tomar
parte todos.

3.- La permanencia en el camino de Dios es clave (vv.2-7).- ¿Se pierde la Salvación? Esa es una
pregunta que desde siempre ha dividido a muchas iglesias. Es un aspecto doctrinal profundo.
Entendemos que la Salvación como tal no se pierde. Un ejemplo: usted es hijo de su padre terrenal y
no perderá esa condición, pero sí pierde las posibilidades de ser heredero si hace algo que no solo
rechaza su ascendencia sino que además deja de lado su familia. Entonces, bien podría ser hijo de
fulano de tal, pero estar desheredado. Hay quienes conocen a Cristo como Señor y Salvador y pronto
dejan el Camino y pretenden que viviendo a su manera, alcancen vida eterna. Esa es una salvación
amañada, conforme a los intereses de quien recibió el beneficio del perdón de los pecados, pero no
es necesariamente lo que Dios espera y desea (vv.2-8).

III.- Dios reconoce nuestro esfuerzo por permanecer firmes (6:9- ).

1.- Buscar a Dios implica permanecer en El (vv.9-12).- Traiga por un instante a su memoria la imagen
de quienes llevan mucho tiempo en el caminar con Cristo. Enfrentan dificultades, las circunstancias
parecen vencerlos y por momentos han sentido vivo deseo de volver atrás. Sin embargo toman
fuerzas mediante la oración al Padre y avanzan. ¿Acaso no valora Dios estos esfuerzos? Sin duda
que si. La Palabra dice: "Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que
habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún."(v.10).
2.- El vencedor es quien prosigue hasta el final (v.11).- Es probable que haya visto a su alrededor
cristianos que han avanzado espiritualmente con una rapidez extraordinaria. Sin embargo cuando
menos se espera, renuncian y vuelven al mundo. Usted que creía que jamás alcanzaría el desarrollo
de la fe y la madurez, observa sin embargo que sigue avanzando. Los hechos nos muestran que el
ganador de la carrera no es el que arranca primero, sino aquél que permanece. Y ese es el propósito
de Dios para nosotros: "Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el
fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de
aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.".

CAPITULO VI.- VIDA CRISTIANA PRÁCTICA (12:14-13:19

Un sacerdocio que nos acercó a Dios eternamente

Hebreos 7:1-28 Versículo:

Con la misión que desarrolló el Señor Jesucristo, cambió el curso de la historia del género humano
porque hasta su muerte en la cruz, resurrección y exaltación como Señor y Salvador, los sacerdotes
que sacrificaban en el altar eran humanos (Hebreos 7:4-11).

Con Jesucristo el viejo pacto dio paso a un nuevo pacto, por su preciosa sangre que nos limpia de
todo pecado y nos justifica ante el Padre.

El Sacerdocio que desarrolla es eterno. Ahí encaja la figura de Melquisedec, de quien no se conoce ni
su origen ni su ascendencia ni descendencia (Hebreos 7:3). De esta manera entendemos que quedó
abolido el que, desde entonces comenzó a ser el antiguo sistema sacerdotal.

La Versión de la Biblia Al Día lo explica de la siguiente manera: "Sí, el sistema de sucesión sacerdotal
antiguo basado en el abolengo de los individuos, quedó abolido porque no dio buen resultado. Era
débil e ineficaz para la Salvación de la gente, jamás hizo a nadie acepto ante Dios. En cambio, ahora
tenemos una esperanza extraordinariamente superior, porque Cristo nos hace aceptos ante Dios, y
nos permite acercarnos al Altísimo"(Hebreos 7:18, 19).

I.- La historia del sacerdote Melquisedec está ligada con nuestro eterno Sacerdote, el Señor
Jesucristo (vv.1-20).

1.- Una misión encargada por Dios.- El autor sagrado hace un parangón entre el sacerdote
Melquisedec, de quien no se conocía genealogía con el Señor Jesús (vv.1-3). En su momento
Melquisedec fue quien obró como representante de Dios "que salió a recibir a Abraham que volvía de
la derrota de los reyes, y le bendijo...". Se identifica con Jesucristo no solo en que es enviado del
Señor sino que además, es y ejerce como Rey de Justicia y Rey de Paz. La diferencia entre uno y
otros es que el Hijo de Dios permanece para siempre.

2.- El sacerdote Melquisedec rompió todos los esquemas.- ver 4 y 9, recibió de Abraham los
diezmos de lo obtenido como botín de guerra aunque esta Ley de diezmar todavía no se había
instituido.

3.- Con el Señor Jesús se reemplazó un sacerdocio que tuvo visos de imperfección (vv. 11-21).-
II.- El sacerdocio del Señor Jesucristo es eterno (vv. 22-28).

1.- - El Señor Jesús se ofreció una vez y para siempre (vv.26 - 28).- Cuando Cristo se ofreció
por nosotros en la cruz, quitó la brecha que nos separaba del Supremo Hacedor.

CAPITULO 8:JESUCRISTO, MEDIADOR DE UN NUEVO PACTO

HEBREOS 8:1-13 Versículo para memorizar:

Vamos a poner el asunto en perspectiva desde un plano humano. Supongamos que usted necesita
entrevistarse con el Presidente. Siguiendo el proceso normal de pedir cita, esperar respuesta y
finalmente encontrarse con la negativa, ha comprendido que no será fácil. De pronto usted recuerda
que es cercano al hijo de ese gran mandatario. ¿No buscaría usted un encuentro con la máxima
autoridad de su país acudiendo a la mediación del hijo? Sin duda que sí. Eso es lo que ocurre—
guardando las proporciones—con el Señor Jesús quien nos acerca al Padre.

Hoy, además de tener acceso a Su trono de gracia y de misericordia, tenemos asegurada Su


presencia en nosotros mediante el Espíritu Santo. Es Él quien nos ayuda a avanzar con pasos firmes
y sostenidos en el proceso de crecimiento personal y espiritual.

Estamos ahora bajo un nuevo pacto, el que hizo posible el sacrificio redentor del Señor Jesús. Y
nuestro compromiso es vivir en consonancia con este nuevo orden que invalidó el pacto antiguo, que
se fundamentaba en la Ley (v. 13).

I.- El Sumo Sacerdote, el Santuario y la eternidad con Dios (vv.1-5).


1.- Dios está cerca de nosotros.- Gracias a la obra del Señor Jesús quien ahora es un "Sumo
Sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en el cielo..." usted y yo podemos ir al
Padre sin temor. Antes, en la Ley, entrar en el lugar santísimo era un privilegio de los sacerdotes.
Ahora es posible hacerlo con la oración. vv.1, 2).

2.- En el cielo nos espera un santuario que no podemos alcanzar a imaginar.- Los sacerdotes
humanos "sirven en un Santuario que es copia y sombra de lo que hay en el cielo"(v.5). Se trata de
algo maravilloso porque trae esperanza a nuestro ser: no solo iremos a la presencia de Dios mismo
sino que además, estaremos por siempre en la santidad de su templo, algo que bajo una vida
pecaminosa ni siquiera podíamos soñar.

II.- Jesucristo, mediador de un nuevo Pacto (vv.6-9)

1.- Humanamente es difícil cambiar.- Es un principio que nos queda claro después de intentar una y
otra vez dejar aquellos aspectos que nos atan a una vida de pecado. Sin embargo cuando vamos a
Jesucristo en procura de ayuda, encontramos la fortaleza para vencer (Hebreos 8:6, 7).

2.- La misericordia de Dios se manifiesta en el nuevo Pacto.-

III.- Dios habita en cada uno de nosotros y es nuestro ayudador en el proceso de cambio y
crecimiento cristiano (vv.10-13).

1.- El Señor Jesús mora en nosotros.- Él lo prometió a sus discípulos días antes de su sacrificio en la
cruz. Él dijo: "Sin embargo os digo la verdad: Os conviene que me vaya, porque si no me fuera, el
Consolador no vendría a vosotros. Pero al irme, os lo enviaré. Y cuando él venga convencerá al
mundo de pecado, de juicio y de justicia"(Juan 16:7, 8). esús vive en nosotros por el Espíritu Santo.
Dios está en cada uno. Tenemos la presencia del Altísimo. Eso es maravilloso y nos asegura que
estamos llamados a lograr ese cambio personal y el crecimiento espiritual que tanto anhelamos.

2.- Dios nos ofrece una nueva oportunidad.- Él lo prometió a través del profeta: "Porque perdonaré
sus maldades, y no me acordaré de sus pecados"(v. 12). Nosotros fuimos perdonados por el sacrificio
del Señor Jesús en la cruz y los pecados del ayer ya no cuentan. Somos limpios delante de la
presencia del Padre. Tenemos una nueva oportunidad. No estamos bajo la vieja Ley, sino bajo un
nuevo orden en el que tras aceptar a Cristo como Salvador, recobramos la condición de hijos de Dios
justificados y santificados. Esa fue la condición con la que Él creó el género humano y que se perdió
merced al pecado de Adán y Eva. Ahora hay un nuevo pacto. "Al llamar "nuevo" a este pacto, declara
anticuado al primero. Y lo anticuado se envejece y desaparece"(v. 13).
CAPITULO 9

Jesús intercede ante Dios por nosotros

Hebreos 9: 1-28 "Cristo, por el contrario, al presentarse como sumo sacerdote de los bienes
definitivos* en el tabernáculo más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que
no es de esta creación), entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con
sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate
eterno."(Hebreos 9:11, 12. Nueva Versión Internacional).

¿Qué aprenderemos hoy?

Con la muerte del Señor Jesucristo quedó sellado un Nuevo Pacto. Gracias a su preciosísima sangre,
vertida en la cruz, nuestros pecados fueron limpiados. Se trata de un hecho de suma importancia
porque lo que antes no podía el hombre mediante los sacrificios de animales que oficiaba el
sacerdote, lo logró el Señor Jesucristo, nuestro eterno y gran Sumo Sacerdote, quien intercede ante
el Padre por todos nosotros.

Los sacrificios que continúa realizando el judaísmo en procura de perdón, ya no tienen efecto porque
un mejor sacrificio: Cristo fue hecho para siempre.

I.- Humanamente era imposible que el hombre lograra el perdón definitivo de sus pecados v1-
10

El Señor Jesucristo cambió el curso de la historia del género humano. Hasta antes de cumplir su
divina misión, eran sacerdotes humanos quienes sacrificaban a favor de los pecadores y por sus
propias trasgresiones (vv.1-7). Sin embargo era necesario que lo hicieran continuamente (v. 6) y el
sumo sacerdote mismo era alguien manchado por el pecado.

1.- Jesucristo abrió el camino a la presencia de Dios. Su misión redentora lo hizo posible. Ahora no
hay impedimento para llegar hasta el Supremo Hacedor (v. 8).

2.- Los sacrificios no nos limpian, nos limpia Cristo. Aunque persiste el ritual judío de los sacrificios,
no logran absolutamente nada distinto al cumplimiento de las tradiciones (vv. 8, 9). La conciencia e
inclinación al pecado persiste y tras la caída es necesario volver de nuevo a realizar sacrificios. "No
se trata más que de reglas externas relacionadas con alimentos, bebidas y diversas ceremonias de
purificación, válidas sólo hasta el tiempo señalado para reformarlo todo."(v. 10). ¿La razón? El único y
suficiente sacrificio es el de Cristo, el Señor.

II.- El sacrificio del Señor Jesús, el sacrificio único y suficiente (vv.11-14).Para que el sacrificio
ante Dios el Padre fuera suficiente y único, el Señor Jesús debió ir a la cruz. En ese instante, de
manera divina porque humanamente no tenemos comprensión para describirlo, todos nuestros
pecados fueron borrados. Se abrió frente a todo ser creado, la hoja en blanco del nuevo capítulo que
era necesario comenzar a escribir (vv.11, 12).

1.- La limpieza del pecado, bajo la Ley o sistema tradicional judío, revestía un carácter temporal. Sólo
externamente había limpieza porque la naturaleza pecaminosa del género humano llevaba a recaer
de nuevo, para comenzar el ciclo (v.13).

2.- Limpios ahora, podemos vivir para Dios. tenemos acceso al Padre por la obra redentora de Su
Hijo, el Señor Jesús,¿Es posible vencer las tentaciones y todas las ataduras que antes nos impedían
crecer como personas y en el plano espiritual? Por supuesto que sí, gracias a la obra redentora.
(v.13, 14). El sacrificio suyo es mucho mejor y de mayor magnitud que los sacrificios de animales.

III.- El Señor Jesús es el mediador de un Nuevo Pacto (vv.15-22) 1.- Atrás queda la
incertidumbre respecto a nuestro futuro. Antes quizá se preocupaba respecto a qué pasaría con usted
una vez concluyera su ciclo terrenal. Ahora puede descansar en la certeza de que al partir, no irá a
muerte eterna sino a la eternidad con Dios porque Jesús, el Señor, lo hizo posible.

2.- Somos limpios en Cristo. Olvidamos que la limpieza fue absoluta gracias a la sangre vertida por el
Señor Jesús. Nada hay que impida el que tengamos una relación estrecha con el Padre. Es la
condición que nos otorga el ser cristianos.

IV.- Por el sacrificio del Señor Jesús todos nuestros pecados quedaron borrados (vv.23-28)

El Señor Jesús está en la presencia de Dios el Padre e intercede por nosotros (v. 23, 24). Esa es la
razón por la que se le llama abogado a favor. El Creador no nos mira desde la perspectiva de lo
malos que fuimos en el pasado , sino como seres justificados por la sangre de Su Hijo.

1.- No es necesario que muera de nuevo. El sacrificio del Señor Jesús es por toda la eternidad. la
falsa necesidad de "hacer sacrificios diarios" como ocurre con la liturgia católica conocida como la
ceremonia en la que el sacerdote diariamente ofrece inmolación. Es lo que conocemos como
transubstanciación en la cual el pan se convierte en cuerpo de Cristo y el vino en su sangre, concepto
que no tiene el más mínimo asidero bíblico.(v.25, 26).
CAPITULO 10 Viviendo conforme a la voluntad de Dios.

Hebreos 10:1-39"¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de
Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado, y que ha insultado al
Espíritu de la gracia?

Cuando comprendemos la grandeza del sacrificio del Señor Jesús en la cruz, encontramos un motivo
más no solo para seguir viviendo, sino para vivir conforme a la voluntad de Dios. Ya no estamos
sujetos a la Ley, ni tampoco a las obras para ser justificados y ganarnos el favor o aprobación del
Creador. Cristo lo hizo posible. Podemos ir al trono celestial en oración, con la plena certeza de que
seremos escuchados y que además, Dios nos mira con agrado, como sus hijos.Ya no somos
pecadores en proceso de cambio, somos por el contrario, justos –fuimos justificados por la obra
redentora—que buscan caminar en la voluntad del Padre.

I.- Mediante la obra del Señor Jesús se eliminó la enorme brecha que nos separaba de Dios
(vv.1-10).

La Ley no salva a nadie, nos salva el Señor Jesucristo. Sin embargo hay quienes pareciera que no
consideran suficiente Su sacrificio redentor y siguen ofreciendo inmolaciones por sus pecados. Del
judaísmo fueron llamados a la libertad de Cristo, pero quieren seguir a Cristo bajo las mismas
tradiciones del judaísmo. Igual con quien siempre ha permanecido inmerso en una religión de
tradicionalismos y no comprende la redención. Siempre querrá estar haciendo obras para ser
justificado, ignorando que ya recibió el perdón, de una vez y para siempre (vv.1,2).

1.- Los sacrificios llevaban a recordar el pecado. Hay un extremo, sin embargo, y es aquél hacia el
cual se dirigen quienes habiendo sido perdonados de sus pecados por el sacrificio redentor del Señor
Jesús, quieren seguir pecando y pretenden que nada ocurra (v. 3, 4).

2.- El de Jesús, un sacrificio acepto. Antes los sacrificios de animales no satisfacían al Padre, porque
constituían un cubrimiento superficial de la condición pecaminosa del hombre.

II.- Justificados ante Dios, nuestros pecados fueron borrados, somos ahora justos en Su presencia
(vv.11-18).

1.- Somos perfectos ante Dios. Otrora cuando estaba vigente la ley no era así. Aunque se hicieran
muchos sacrificios por alguien, era como si solo cubrieran superficialmente su condición de pecado.
Ahora, con el sacrificio del Señor Jesús somos totalmente justificados, perfectos (v.5).
2.- El Espíritu Santo es Dios en nosotros. Es algo grande que difícilmente podemos comprender bajo
los razonamientos humanos..

3.- Los pecados del ayer, quedaron en el ayer., dice que "Después añade: "Y nunca más me acordaré
de sus pecados y maldades." (versículo 17).

III.- No podemos pisotear el sacrificio del Señor Jesús (vv.19-34).

La muerte del Señor Jesús nos abrió un nuevo camino hacia el Lugar Santísimo. Ahora usted y yo
podemos entrar en el. Quien permanece junto a nosotros, como creyentes y ahora miembros de la
familia de Dios, es el Señor Jesucristo (vv.19-21).

1.- A Dios tenemos que acercarnos con sinceridad. Con la obra del Señor Jesús fuimos limpiados del
pecado, tenemos acceso al Lugar Santísimo, (v. 22).

3.- Es necesario permanecer fieles. Así lo dice claramente la Palabra de Dios cuando nos invita a
mantenernos firmes en la esperanza que profesamos. Y no solo nosotros, es necesario velar porque
nuestros hermanos en la fe sigan en el Camino, que es Cristo. ¿De qué manera? Congregándonos,
dándonos ánimo para la reconciliación con Dios cuando alguno tropieza y guardando la convicción de
que el Señor Jesús está a las puertas y debemos esperarlo, viviendo conforme lo ha dispuesto para
nosotros (vv.23-25). No hay razón para volver atrás porque quien peca deliberadamente, atrae juicio
sobre si (v. 26).

IV.- Dios nos fortalece para sobreponernos a la adversidad (vv.32-39).

No estamos solos en nuestro trasegar. El Señor nos acompaña. Nos fortalece cuando clamamos a Él
en busca de ayuda, bien porque interiormente libramos batallas enormes con nuestra condición
inclinada al pecado, o porque externamente se han desatado problemas que amenazan con
acorralarnos para que volvamos atrás (v. 32).

1.- Los cristianos permanecen firmes, como soldados, acostumbrados a la batalla, Los períodos
pasados en los que se levantaron problemas pueden repetirse, pero es necesario no volver atrás
V.33.

2.- Nuestra tarea es también brindar apoyo a quienes están en persecución. Lo hicieron los creyentes
del primer siglo, y sin duda debemos hacerlo nosotros también hoy (v. 34) sobre la base de que Dios
compensará los momentos difíciles que enfrentamos hoy. No somos de los que vuelven atrás, como
anota el autor de la carta a los Hebreos (v. 39).
LECCION 11 La fe: de la teoría a los hechos (I)

Hebreos 11:1-32"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2


Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos."(Hebreos 11:1, 2).

La fe no es un simple término. Es una vivencia práctica. Es pasar de la teoría a los hechos. Los
hombres de Dios históricamente se caracterizaron por estar afincados en la fe. Creyeron en el Señor
y depositaron toda su confianza en Él.

I.- La fe es pasar de la teoría a los hechos (vv.1-5)

1.- Los cristianos verdaderos tienen fe.- Una de las características que asiste a quien se profesa
seguidor del Señor Jesús es tener fe.

2.- La fe habla de nuestra vida aún cuando hayamos muerto.- Esa situación quedó manifestada en la
vida de Abel, buscó agradarle en todo y porque tenía plena fe de su existencia y de que delante de Él
damos cuenta de nuestros hechos, obró en consonancia con sus convicciones. (v.4).

3.- La fe nos lleva a nuevas dimensiones en la relación con Dios (v. 5).- La historia bíblica alude a
hombres que como Enoc y Elías, no vieron muerte. En parte ese prodigio para todas las
generaciones futuras.

II.- Dios se agrada en la fe del cristiano (vv.6-12).

quien tiene fe, no solo agrada a Aquél que todo lo puede sino que además, recibe galardón, es decir,
reconocimiento y premio a su fidelidad.

1.- Fe es obrar así las circunstancias sean contrarias (vv.6-12). Noé y Abraham alcanzaron buen
testimonio delante del Señor, creyeron aunque las circunstancias eran adversas y todo apuntaba a
que no ocurriría aquello en lo que habían creído. Uno predicó sobre un diluvio en una época en que ni
siquiera llovía, el otro recibió promesa de un hijo cuando su esposa no podía ya concebir. Los dos
creyeron y a su tiempo oportuno vieron respuesta.

2.- La fe nos lleva a pasar de la lógica humana a razonar con la mente de Dios.- Si permitimos que la
razón gobierne nuestros pensamientos cuando estamos clamando por un milagro, probablemente no
ocurrirá nada. Pero si nos atrevemos a creer, pensando que en la mente de Dios y bajo Su poder,
todo es posible, aquello que anhelamos y que está conforme a la voluntad divina, ocurrirá.

1.- Fe por encima de que nada ocurra de inmediato.- La fe que caracterizó a los hombres de Dios,
proclamaba la ocurrencia de hechos y el cumplimiento de promesas, aún cuando ni siquiera lograron
ver que ocurriera nada que hiciera prever que su fe iba a ser galardonada. En todo momento
descansaron en Dios, y además, tuvieron el convencimiento de que Él cumpliría su palabra (v. 13).

2.- Creer y obrar, el proceso de la fe.- Aunque experimentaron pruebas y situaciones que estaban
más allá de sus capacidades, los hombres de Dios creyeron. Iban afianzados en las promesas. Veían
con los ojos de la fe, no con los ojos físicos. Proclamaban como ocurrido aquello que sabían que
ocurriría (vv.17-32).

CAPITULO 12La fe: de la teoría a los hechos (II)

Hebreos 11:33-40 "Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo
prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos
perfeccionados aparte de nosotros"(versículos 39, 40).

I.- La fe nos permite ver grandes realizaciones en Dios (vv.33-35).

1.- La conquista de grandes metas es posible (vv.33, 34). Cuando vamos a las Escrituras nos
hallamos con una serie de ejecutorias que humanamente eran imposibles pero que lograron los
hombres de Dios gracias a que creyeron en el poder divino.

2.- Hombres y mujeres han experimentado el poder que se libera cuando tenemos fe en Dios (vv.35).
La palabra imposible deja de figurar en nuestro diccionario cotidiano. Dos palabras, en cambio,
comienzan a tomar fuerza. Se trata de: "Todo es posible".

II.- Quien tiene fe en Dios debe prepararse a la oposición (vv.36-38).

Tener fe va en contravía de una sociedad poblada de incredulidad y en la que los seres humanos
buscan resolver las situaciones a su manera. Sin embargo los cristianos estamos llamados a
evidenciar una convicción férrea de que, aquello que creemos que ocurrirá y que pusimos en manos
del Señor, ocurrirá.
1.- Los ataques personales no son ajenos a quien tiene fe (v.36).- Ha ocurrido desde el comienzo de
los tiempos. Si usted lee cuidadosamente el versículo 36 encontrará que debieron hacer frente a las
ofensas, azotes y encarcelamiento. Aún así, seguían creyendo.

2.- En algunos casos, los hombres de fe pagaron con su vida (vv.37, 38).- La fe que profesaba iban
más allá de las palabras. Estaban dispuestos a morir si fuera necesario. regaron con su sangre la
semilla del creer..

III.- La fe va mucho más allá de cuanto vemos (vv.39, 40)

Fe es la certeza de lo que se espera, luego no necesariamente tenemos que ver para creer. Esperar
hasta que podamos palpar, es tanto como manifestar incredulidad.

CAPITULO 13 UNA mirada puesta en Jesucristo nos lleva a la victoria

Hebreos 13:1-29 "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de
testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la
carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual
por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del
trono de Dios". (Hebreos 12:1, 2).

I.- Nuestros esfuerzos se encaminan a llegar a la meta (vv.1-3)

El Señor Jesucristo venció por nosotros en la cruz. Aunque a primera vista parezca que los
problemas están por encima de nuestras fuerzas, estamos llamados a vencer. Lograrlo no es posible
en nuestras fuerzas sino en las de Dios.

1.- Los hombres de fe pudieron, usted también (v.1).- Los hombres que figuran en la galería de la fe,
abrieron un sendero que nosotros podemos seguir.

2.- La estrategia: seguir adelante, sin mirar atrás (v. 2).-.

II.- El Señor Jesucristo, un ejemplo vivo para quienes luchan por su vida espiritual (vv.3-11). (v. 3). El
sufrió hasta lo indecible, y conoce nuestro sufrimiento; por tanto, Él y nadie más que Él es quien
puede ayudarnos.
1.- La disciplina, una oportunidad de crecimiento (vv.7, 8)

El autor de la carta a los Hebreos es claro cuando advierte: "Si soportáis la disciplina, Dios os trata
como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?"(v. 7). Nuestro Supremo
Hacedor conoce qué áreas de nuestra existencia deben ser sometidas a trato con el propósito de
llegar a ser instrumentos útiles en su obra y seres que cumplen su eterna voluntad.

2.- La disciplina humana, también la avala Dios (vv.8-11).

Una de las mayores dificultades que enfrenta el cristiano estriba en someterse a la autoridad, de
nuestros padres, de los directivos de la empresa en que laboramos o del liderazgo pastoral de la
iglesia a la que asistimos. El término clave es "sujeción" aunque bien sabemos que no nos gusta. Sin
embargo, someternos a los superiores está en el plan divino

III.- Llamados a permanecer en la nueva vida (vv.12-29).

1.- Dios nos ayuda; debemos proponernos cambiar (vv.12, 13). Dios nos ayuda a cambiar, pero en
nosotros debe haber un propósito firme de avanzar hacia esa transformación (vv.12, 13). Tal
determinación debe ir acompañada de la decisión de apartarnos de las sendas que sabemos, nos
conducen al pecado. ¿Cuáles pueden ser? Hábitos que no están bien conforme a hijos de Dios,
amistades que nos instan a volver atrás o pecar, asistir a lugares que nos atraen y hacen recordar el
poco "gusto" que sacábamos de obrar mal.

2.- Dios nos limpia de pecado y nos hace santos (vv.14). Quien aspira vivir por siempre con Dios,
debe ser santo. ¿Qué significa? Apartarse de todo mal. ¿Cómo lograrlo? Dependiendo de Dios para
vencer la tentación..

3.- Si tenemos un encuentro personal con Dios, debemos seguir con Él (vv.15-29). El centro del
asunto no es tener una experiencia personal con Dios y volver a la vida vieja, de pecado y desorden.
Cuando vamos a las Escrituras encontramos que, pese a estar andando con el Señor Jesús, es
probable que algunas raíces del viejo mundo de pecado, broten y nos lleven a apartarnos de la vida
con Él (vv.15, 16). Es un peligro al que estamos expuestos y que no debemos desconocer.

Cuando aceptamos al Señor Jesús en nuestro corazón, fuimos "inscritos en los cielos" (v.23). Ahora
no podemos apartarnos del Dios de gloria. "Así que, recibiendo nosotros su reino inconmovible,
tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios, agradándole con temor y reverencia; porque
nuestro Dios es fuego consumidor
CAPITULO 14: La permanencia en Jesucristo, garantía de llegar a la meta

Hebreos 13:1-25"Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos"(Hebreos 13:8).

¿La profesión de fe en el Señor Jesucristo debe testimoniarse con hechos. Prima nuestra relación
con Dios, con nosotros mismos y con quienes nos rodean. Tal interacción asegura equilibrio en
nuestras relaciones, y constituye el fundamento para el crecimiento espiritual y personal.

I.- Una vida cristiana práctica (vv. 1-7).Quienes nos rodean y en particular, si nos han escuchado
proclamar la Palabra de Dios afirmando que se trata del proceso transformador, desean ver que
reflejemos en nuestra cotidianidad aquellos principios. Esa es la razón fundamental por la cual los
cristianos debemos asociar el "decir" con el "hacer". Cuando obramos diferente a lo que decimos
profesar en el evangelio, estaremos ofreciendo una imagen negativa de Jesús el Salvador.

1.- Si Dios nos gobierna, obraremos en consecuencia (vv.1-7). –"Permanezca el amor fraternal" (v. 1).
Inmediatamente después describe una serie de principios que deben gobernar nuestra existencia en
la relación con Dios, con nosotros y con quienes nos rodean (vv.2-5). ¿

2.- Nuestro prójimo no es ajeno a lo que nos ocurre (vv.1-7).); ser comprensivos frente al dolor ajeno
(v.3 b); ofrecer delante de Dios y del mundo, un matrimonio en el que primen la fidelidad al cónyuge,
el buen trato y dejar de lado toda mancha de pecado (v. 4); y también, insta a un comportamiento que
–visto por quienes están alrededor—(vv.5, 6), testimonie que somos creyentes en Cristo Jesús.

II.- Es necesario permanecer firmes, asidos de Jesucristo (vv.8-19).

1.- Fidelidad a Cristo Jesús implica permanecer firmes en la sana doctrina (v. 9).

2.- Fidelidad a Cristo Jesús implica jamás olvidar su sacrificio (vv.10-19). Cuando olvidamos en qué
consistió el sacrificio redentor del Señor Jesús quien murió en la cruz para librarnos del pecado

El reformador Martín Lutero dudó que Pablo haya sido autor de Hebreos, porque encontraba
diferencia del estilo paulino en la epístola, particularmente en el capítulo 6:4-6.

Calvino escribió: �Yo, en verdad, la acepto sin controversia como una de las epístolas
apostólicas. Por lo que toca la cuestión de quién la compuso, no necesitamos inquietarnos
mucho� (B. H. Carroll. 1966. p. 196).
Mucho tiempo después, Dean Alford dijo: �En ninguna parte se manifiesta más pura o
majestuosamente las doctrinas principales de la fe; en ninguna parte tiene tanta autoridad y fuerza
escritural como en la Epístola a los Hebreos. En fin, en ninguna parte son más inequívocos y
continuamente presentes aquellas marcas que distinguen el primer grado de los escritos primitivos
cristianos de los del segundo grado� (B. H. Carroll. 1966. p. 198).

Sin citar a más hombres de Dios, podemos dar por sentado que la carta a los Hebreos es una
parte íntegra y muy importante de la Palabra de Dios. Aunque no hay seguridad acerca de quién es
el autor, muchos opinan que posiblemente fue el apóstol Pablo quien la escribió. Sea cual fuera la
opinión lo importante es la riqueza de la enseñanza de esta epístola.
CONTENIDO DE LA CARTA (regresar al Contenido)

La carta fue escrita exclusivamente a los judíos que habían creído en Cristo, aunque la epístola no
dice a los judíos de dónde. Por eso se deduce que la carta fue escrita a los judíos cristianos del Asia
Menor y Grecia (B. H. Carroll. P. 203).

El contenido de la carta es para animar a los hermanos judíos que estaban en gran peligro de
repudiar al cristianismo por completo y volver al judaísmo. En la iglesia, la mayoría eran
gentiles. Los pastores también eran gentiles. De manera que la influencia gentil predominaba en la
iglesia. Por esta causa los judíos cristianos se ausentaban de las reuniones.

La fecha probable en que se escribe la carta está entre el año 64- 67 d. C. Era un período en que
Judea estaba en rebelión contra Roma.

Los judíos cristianos desde un principio, en Jerusalén y en otros lugares, habían resistido hasta la
sangre y sufrido por causa del evangelio. En ese lugar, hacía poco tiempo, había sufrido el martirio
Santiago, el hermano de nuestro Señor Jesucristo. Los judíos cristianos estaban a punto de
apostatar de su fe por causa del mucho sufrimiento y por la influencia de los judíos no cristianos que
los animaban a negar su fe en Cristo. Además, la influencia gnóstica también les estaba afectando.

BOSQUEJO DE LA CARTA (regresar al Contenido)

I. LA SUPERIORIDAD DE LA PERSONA DE CRISTO (1 � 4).


A. Superior a los ángeles (1:1 � 2:1-18).
B. Superior a Moisés (3:1-19).
C. El reposo indispensable (4:1-16).
II. LA SUPERIORIDAD DEL SACERDOCIO DE CRISTO (5 � 7).
A. Un perfecto Sumo sacerdote (5:1-10).
B. La necesidad de la perfección (5:11 � 6:1-20).
C. El sacerdocio de la perfección (7:1-28).
III. LA SUPERIORIDAD DE LA PASIÓN DE CRISTO (8 � 10).
A. Cristo y el Nuevo Pacto (8:1-13).
B. El Nuevo Pacto y la sangre de Cristo (9:1-28).
C. El camino al lugar santísimo (10:1-39).
IV. LA SUPERIORIDAD DE NUESTRA FE (11 � 13)
A. Las credenciales de la fe (11:1-40).
B. La perseverancia de la fe (12:1-29).
C. El camino de la fe (13:1-19).
D. Conclusiones finales (13:20-25).

LA SUPERIORIDAD DE LA PERSONA DE CRISTO

PARA ESTUDIO: Hebreos 1 – 2.


LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 1.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Hebreos 2:14.

PROPÓSITO

Analizar los elementos que comprueban la superioridad de la persona de nuestro Señor Jesucristo.

A. CRISTO SUPERIOR A LOS ÁNGELES (Hebreos 1:1 – 2:1-18)

1. DIOS HA HABLADO (Hebreos 1:1-4)

Los primeros cuatro versículos constituyen el prólogo de la carta. Es aquí donde Dios afirma su
autorrevelación en su Hijo visible e histórico. La función del Hijo en la creación es la revelación, la
providencia y la redención.
a. Dios nos ha hablado a través de los profetas. El versículo 1 dice: “Dios habiendo hablado muchas
veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas”. Desde el principio de esta
carta, el escritor está dispuesto a ayudar a sus compatriotas vacilantes a escuchar y a seguir el
mensaje de Dios expresado en su Hijo Jesucristo. El mensaje es el mayor de todos los que ellos
habían escuchado. Es un mensaje perfecto y con finalidad de ultimátum. “Aunque los tiempos y los
métodos variaron mucho, el medio fue uniforme: fue dado por los profetas”, (Beacon, p. 32 y 84).

b. La perfecta revelación de Dios (v. 2). El versículo en mención dice: “En los postreros días nos ha
hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”. El
contraste que encontramos entre el versículo 1 y 2 son: El primero habla de “otro tiempo”; el segundo,
de “estos postreros días”.

Los teólogos le han dado mucha importancia al tema del tiempo de Dios. Le llaman tiempo de Dios a
la aparición de nuestro Señor Jesucristo por segunda vez. Debe aclararse aquí que los teólogos
conservadores y centrados, nunca establecen fechas para la aparición de nuestro Señor
Jesucristo. Cristo dijo que ni Él mismo sabía cuando sería su venida. En cambio, los que han
insistido en establecer un tiempo cronológico han caído en errores de datos, ya que ningún ser
humano conoce el calendario de Dios. Lo que sí es importante es que nosotros los creyentes
vivamos la vida santa mientras tengamos la oportunidad de arrepentirnos y consagrarnos al Señor.

El hombre como pecador, lleva una vida en tiempo existencial perdido; y el propósito de Dios es
salvar al hombre del tiempo de existencia perdido a un tiempo de existencia redimido. Cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, (Gálatas 4:4). El
punto principal aquí es que la “reciente revelación en el Hijo, es también un acontecimiento
histórico. Tenemos aquí la revelación completa y culminante de Dios: Jesucristo es la Palabra total y
definitiva de Dios para el hombre.

En estos postreros días, Dios nos habla por la Palabra de nuestro Señor Jesucristo, pero también nos
habla por los acontecimientos de su ministerio redentor: su concepción, su nacimiento, su vida, su
muerte, su resurrección y su ascensión a los cielos. Todo esto es determinante y fundamental para
nuestra fe evangélica.

2. JESUCRISTO ENCARNADO (Hebreos 1:3)

La redención se identificó con la persona de Cristo. Esto era lo que necesitaban comprender los
hermanos hebreos. La cruz fue un interludio entre la gloria preexistente de Cristo y su gloria después
de su muerte. La cruz era una ofensa para los judíos. Por eso los que habían creído en las buenas
nuevas del evangelio, les estaba costando entender ese interludio de la cruz. Estaban a punto de
avergonzarse de ella, porque hasta cierto punto era una aparente señal de derrota y debilidad, en
lugar de triunfo y poder. Por eso el evangelio de la cruz es el concepto maestro del apóstol Pablo.

Cuando Pablo les escribió a los hermanos de Corinto, insistió que no pueden separarse del
elemento medular: la cruz. El mensaje de la cruz era el fundamento de su fe, y, además, dicta su
estilo de vida.

La redención en la muerte de Jesús, no estaba sólo en el hecho, sino en la identidad de su


persona. Por eso en estos versículos introductorios identifica cuidadosamente la persona de Cristo.

a. ¿Quién es este Hijo? Es el agente del poder de Dios (vss. 1-2). En este hecho vemos su posición
preencarnado como Agente del poder creador de Dios. “Por quien asimismo hizo el universo”. Como
heredero de todo, Jesús es poseedor legal. El vino no a negociar con el diablo, sino a derrotarlo con
su propia muerte y a reclamar lo que le pertenece (2:8-15).
b. Cristo es la expresión de la persona esencial de Dios (1:3 a,b). Está claro que este Hijo no es sólo
un agente, sino que es parte de la Deidad misma: El Hijo es Dios. (a) Es el resplandor de su
gloria. (b) Es la imagen misma de su sustancia. El Hijo es la exacta revelación y expresión visible y
concreta de Dios.

c. Él es el brazo de la providencia sustentadora de Dios (1:3c) El Hijo no sólo es agente de la


creación, sino también el Agente de la providencia. Él sustenta todas las cosas con la Palabra de su
poder. Aquí vemos el poder de su Palabra para la manifestación de su providencia. “Quiero, sé
limpio, dijo Él. Y al instante su lepra desapareció” (Mateo 8:3). “¡Lázaro, ven fuera!” y el que había
muerto salió” (Juan 11:43,44). “Entonces levantándose reprendió a los vientos y al mar; y se hizo
grande bonanza” (Mateo 8:26).

Aquel que es el Señor de los planetas y las estrellas, es también el Señor de las diferentes
circunstancias de nuestra vida.

3. CRISTO, EL SEÑOR VICTORIOSO (Hebreos 1:3e – 2:1-4)

a. Reasunción del trono (1:3e). “Se sentó a la diestra de la majestad en las alturas”. Todo lo demás
modifica, identifica y específica su obra aquí en la tierra. Estar sentado en la diestra del Padre
simboliza su lugar como Rey para ejercer su pleno poder de abogado (Mateo 28:18).

b. Su superioridad sobre los ángeles (1:4-14). En el versículo 4 se demuestra su superioridad, y en


el versículo 5 al 14 se afirma esa superioridad a los ángeles. 1) La Superioridad demostrada. El Dios
hombre como tal ganó el derecho de ocupar el honroso lugar y rango. Fue declarado superior a los
ángeles a raíz de su victoria pública. En este sentido es superior a los ángeles. 2) Su superioridad
es probada por las escrituras (vss. 5-14).
El autor de la carta, para demostrar a sus lectores toma en cuenta seis citas: Salmo 2:7, “Mi Hijo eres
tú, yo te he engendrado hoy”. Esto indica que debe ser reconocido como Hijo de Dios. II Samuel
7:14, “Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo...”. Léase también: Deuteronomio 32:43; Salmo
45:6-7; 104:4; I Crónicas 17:13.

En Hebreos 1:7 dice que hace a sus ángeles espíritus y a sus ministros llamas de fuego. De hecho
los ángeles son espíritus y tienen cierto poder que Dios les ha dado. Pero el Hijo reina sobre un trono
por los siglos de los siglos (v. 8).

Hebreos 1:10-12 hace referencia al Salmo 102:25-27. Se refiere a nuestro Señor


Jesucristo. Hebreos 1:13 hace referencia al Salmo 110:1. Esto demuestra que Jesús era mucho más
que el Hijo de David.
V. 14. Los ángeles están constantemente ocupados ministrando a aquellos que serán herederos de
la salvación, es decir, a los creyentes cristianos. Es un gran consuelo saber que el verdadero
cristiano no sólo tiene al Hijo y al Espíritu Santo como su abogado, sino también la ayuda personal de
los ángeles. El cuidado que debemos tener es no clamar a los ángeles como los de la nueva era. La
Biblia prohíbe clamar y adorar a los ángeles. Debemos orar a Dios a través de Jesucristo para que el
vea si nos envía su ángel o no.

B. POR TANTO, UNA SALVACIÓN SUPERIOR (Hebreos 2:1-4)

Aquí encontramos todo el interés de la carta. Si el Hijo es superior a los ángeles, es necesario que
con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído. La palabra “Atendamos” está en tiempo
presente. Esto indica la necesidad de una continua y vigilante atención. El cuadro que tenemos en
las palabras “no sea que nos deslicemos” es el de un navegante descuidado y negligente que está en
peligro de deslizarse más allá del puerto seguro y ser arrastrado hacia el mar.

Muchas son las maneras en que los cristianos pueden apartarse del puerto seguro que es
Cristo. Veamos algunos: En los Vss. 3-4, encontramos el peligro del descuido. Los cristianos están
en el peligro de menospreciar esta gran salvación por las siguientes razones: 1) por que todavía en
gran parte es invisible y espiritual. 2) Debido a las diversas influencias del mundo que nos rodea. 3)
Debido a la tendencia incrédula de la mente, (Beacon).

C. EL DESTINO DEL HOMBRE (2:5-8)

1. El hombre en el mundo venidero (v. 5). El hombre por la gracia de Dios, tiene la oportunidad de
vivir feliz en el mundo venidero. Esto sucederá cuando Cristo establezca su reino eterno, el cual no
tendrá fin.

En cuanto a la creación del hombre, vemos que fue hecho poco menor que los ángeles. Fue puesto
por Dios para gobernar y administrar la creación (Hebreos 2:6-8; Salmo 8:4-6). Todo esto revela el
lugar del hombre en el plan de Dios. Tenía el encargo de subyugar y gobernar esta tierra en
representación de Dios. Esto lo convierte en un mayordomo y responsable de toda la creación
(Génesis 1:26-29).
2. La gloria del hombre cumplida en Jesús (v. 9). El honor que el hombre perdió en el huerto del
Edén, se cumplió en Jesús. Él ahora es coronado de gloria y de honra a la diestra de Dios Padre,
delante de los ángeles y en el corazón de sus discípulos.

3. El costo de la libertad del hombre (vss. 10–18). El versículo 9, declara el propósito del
padecimiento del Hijo de Dios. “Para que por causa del padecimiento de su muerte” destruir a
Satanás y libertarnos del pecado.

a. Vss. 10-14. Se necesitaba un Salvador como Jesús porque la tarea era llevar muchos hijos a la
gloria (v. 10). Pero estos “muchos” debían parecerse a Cristo, tanto en sus aflicciones como también
en su santidad. Él es Salvador y a la vez, ejemplo (Beacon). Él se pone al frente para limpiar y hacer
el camino, pero en realidad, Él mismo es el camino.

El versículo 11, nos da dos razones fundamentales para nuestra santificación: Cristo es el que
santifica; los creyentes deben ser santificados. Ambos deben ser santos para tener
compañerismo. Richard S. Taylor, escribe: “Jesús, el Dios-hombre, por la encarnación, comparte con
el hombre la paternidad de Dios como creador; al santificar a sus propios discípulos, comparte con
ellos la santidad del Padre, se establece por ello mismo un parecido de familia. Por lo cual no se
avergüenza de llamarlos sus hermanos”.

b. El propósito de la muerte de Cristo (vss. 14-15). “Y el verbo se hizo carne” (Juan 1:14). Se hizo
hombre para poder salvar a la humanidad perdida. En su muerte destruyó al que tenía el imperio de
la muerte, esto es el diablo (v. 14). La muerte de Jesús no fue incidental, sino indispensable.

c. Jesús, el perfecto sumo sacerdote (vss. 16-18). La muerte de Jesús tiene dos significados: Uno
para que como Salvador, nos librara del poder de Satanás, y el otro, como sumo sacerdote nos
librara de la justa condenación de Dios.

CONCLUSIÓN

1. Si Jesús hubiera sido un ángel no hubiera podido tener un ministerio sacerdotal con todas sus
implicaciones.

2. El ministerio sacerdotal de Cristo tiene dos aspectos: Hacia Dios en el sentido


propiciatorio. Hacia el hombre en el sentido pastoral (vs. 18). Nosotros como ministros de Cristo,
debemos correr en ayuda de aquellos que claman por ayuda.
EL HIJO ES MAYOR QUE MOISÉS

PARA ESTUDIO: Hebreos 3:1-19.


: Hebreos 3:14.Dar razones que demuestran que Cristo es superior a Moisés y a cualquier otro líder
humano, y comprender el peligro de no confiar en Él.

INTRODUCCIÓN

El escritor de esta carta ha procurado, en los dos primeros capítulos, dejar claro la deidad y la
humanidad de Jesucristo. Los padecimientos y su muerte son suficientes para la purificación de
nuestros pecados.

Ahora en el capítulo 3 se menciona Jesucristo como superior a Moisés. Moisés, por su obediencia
a Dios, hizo de Israel una nación grande. Los sacó de la esclavitud en que se encontraban en
Egipto. Guiado por Dios estableció un sistema de culto diferente a los paganos. Ningún hombre era
tan reverenciado por los judíos como Moisés. Tenían razón, pero este hombre no podía ser más que
el siervo de Dios. En cambio Jesús es el Hijo de Dios.

El escritor de Hebreos desafía a sus hermanos santos que comparten con él, el llamamiento
celestial, a que consideren cuidadosamente su profesión de fe en Cristo. Esta consideración no
deben hacerla sólo con relación a los ángeles, Adán o Abraham, sino con Moisés.

Los hebreos consideraban la voz de Moisés como la voz de Dios. Todos los asuntos de carácter
espiritual hacían referencia a Moisés. Transferir la fe en Dios por medio de Moisés a Jesús era muy
difícil para aquellos creyentes de una fe débil y una presión grande por retornar a la ley de Moisés, en
vez de permanecer en la gracia. Según ellos, tenían mucho que decir de Moisés; pero de Jesús no
tenían nada, solamente algunos milagros individuales y locales, y un pequeño grupo de despreciados
seguidores.

Moisés murió con mucha dignidad sobre una montaña y sepultado por los ángeles de Dios
(Deuteronomio 34:9; Judas 9). En cambio, Jesús murió en la forma más humillante, a tal grado que
daba vergüenza hablar de su muerte. Murió como el más despreciado y vergonzoso. Para los
creyentes judíos era incompatible que el Hijo de Dios muriera así, por eso corrían el peligro de
abandonar su fe. Por esa razón el escritor argumenta que Jesús es más grande que Moisés. Para
ello se basa en las escrituras del Antiguo Testamento.

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
A. EL FUNDAMENTO DE LA SUPERIORIDAD DE CRISTO (Hebreos 3:2-6)

El fundamento está en el hecho de que Dios mismo lo constituyó como apóstol y sumo sacerdote
del programa redentor (vss. 1-2). En el caso de Moisés también fue fiel, pero en una función inferior.

B. EL FUNDAMENTO ESTÁ EN LA DIGNIDAD DE LA PERSONA DE CRISTO (Hebreos 3:3-6)

1. Jesús se identificó como constructor de la casa, no de guardián. Él es el autor, el que proporciona


la casa como propietario. Por consiguiente, Jesús es más digno y más grande que Moisés (v. 3).

2. Jesús es Hijo de Dios; mientras que Moisés es siervo de Dios (v. 5-6). Moisés como siervo de
Dios fue fiel en su tarea. Jesús como Hijo de Dios, es propietario de la casa, donde Moisés fue un
criado en forma temporal.

Como los judíos cristianos estaban muy fascinados con el culto a Moisés, el autor de Hebreos les
describe en estos versículos la gran superioridad e incomparable de Jesús. El propósito es
mostrarles que este siervo sufriente, mencionado por Isaías (Isaías 52:13-53:1-12), era el Mesías
prometido.

C. LAS IMPLICACIONES DE ESTE CONOCIMIENTO (Hebreos 3:6b-19)

Como nosotros somos esa casa, encontramos aquí una clara advertencia acerca del peligro de
rechazar la palabra hablada por los ángeles, las palabras del evangelio. Si caemos en apostasía, las
consecuencias para nosotros sería un castigo muy terrible.

1. Nosotros somos la casa (v. 6b). Es una gran declaración por el hecho de que Cristo es el
dueño. Hubo un tiempo en que había que ver a Moisés como el mayordomo de la casa, pero ahora
que Cristo ha sido revelado, nuestros ojos deben estar puestos en Él.

2. Advertencia contra la infidelidad (vss. 7-13). Este pasaje advierte a los hermanos judíos cristianos
de que sus padres también honraron a Moisés, y al principio lo siguieron, pero después se apartaron
de Moisés; y que al apartarse de él, estaban apartándose de Dios también. De ahí que Dios los
desechó, y sus huesos quedaron esparcidos en el desierto, porque aquellos que salieron para llegar a
Canaán, nunca llegaron. Ahora ustedes están en peligro de repetir su pecado, les dice el escritor.

Para no perder nuestra participación en Cristo, debemos retener firmes hasta el fin la confianza y
gloriarnos en la esperanza. Los versículos 6-14, hacen referencia al Salmo 95:7-11.
La experiencia de la salvación para el ser humano tiende a repetirse. Por eso, el escritor de los
Hebreos les advierte sobre dos situaciones importantes.

Primero, deben retener la confianza firme (vss. 6-14). “Confianza (paresian), significa libertad y
osadía en hablar (4:16; 10:19). Indica un franco sostenimiento y entusiasmo por Jesús, con la
disposición de proclamar nuestra fe. La boca cerrada es señal de un corazón temeroso”, (Beacon).

Segundo, Gloriarnos. Este es el segundo elemento vital para nuestra fe. En nuestra vida cristiana
debemos mantener una gozosa exaltación en la esperanza cristiana. Debemos recordar que la
seguridad no está en la experiencia pasada, sino en la victoria presente; no en una fe débil, sino en
una fe triunfante. Debe ser una vibrante posesión de fe que está a la ofensiva y no a la
defensiva. Esta no es una experiencia de salvación provisional (para mientras) y débil, como dicen
algunos: “¡Pues aquí pasándola!” No. Nada de eso. Esta salvación debemos mantenerla firme y
gloriosa hasta el fin.

Durante toda nuestra prueba terrenal debemos estar sin fluctuar o aflojar nuestra vida
espiritual. Aprendamos bien esta enseñanza, porque así debe ser hasta el final.

D. LA PERTINENCIA DE LA ADVERTENCIA INSPIRADA (Hebreos 3:7-13)

1. “Por eso como dice el Espíritu Santo” (v. 7. El escritor no está solo en la declaración del peligro,
porque el Espíritu Santo ya les ha dado exactamente la misma advertencia en sus escrituras. Las
enseñanzas no son sólo para aquellos, sino para nosotros también. Recordemos que cuando Dios
habla, los hombres son libres para obedecer o para endurecer sus corazones; pero deben saber que
cuando endurecen su corazón, Dios los rechaza, y pierden su oportunidad. Se les recuerda a los
cristianos hebreos que en su propia historia nacional hay una triste demostración de este principio
(Salmo 95:8). Por eso hace fuerte este llamado de atención: “Que no haya en ninguno de vosotros
corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios vivo” (v. 12). Esta no es una acusación, sino es
una advertencia a estar alertas contra la posibilidad de poseer, en algún momento futuro, un corazón
tan malo e incrédulo.

En la práctica, un corazón malo e incrédulo, significa falta de confianza y fe, un estado de duda y
descuido. El escritor está procurando llamar la atención de los lectores que si alejarse de Moisés,
que era un hombre, tenía consecuencias terribles, cuanto más las tendrá el apartarse de Cristo, que
es el Dios viviente.
2. El medio para prevenir. “Exhortaos los unos a los otros cada día” (v. 13). La mejor defensa es
atacar; y la mejor manera de preservar el alma propia es vigilar el bienestar espiritual de otros. Estas
son dos de las grandes responsabilidades individuales del cristiano: a) Atacar a la incredulidad. b)
Responsabilizándonos por la vida espiritual de los demás. Esto es muy importante porque a la larga,
repercute a nuestro favor.

Esta es una preciosa enseñanza para comprender el gran significado de la vida eclesial o del por
qué nosotros debemos ser parte de una iglesia. Iglesia es ese grupo (algunas veces pequeño y otras
veces grande), pero que tiene un fuerte sentido de responsabilidad de animarse en su fe, ya sea por
la oración, por la alabanza y por la exhortación mutua. Lo cierto es que son como las brasas de
fuego: juntos alimentan su fuego y generan gran calor. Separados pronto se enfrían y se apagan.

Los judíos cristianos a quienes se les escribe esta carta, tenían dificultades para congregarse, y
habían perdido el interés por su congregación. De aquí es posible que ha surgido su espíritu
apóstata que les puede hacer perder la salvación que Jesús el Hijo de Dios ha provisto para ellos.

3. La importancia del “hoy de Dios” (vss. 13b, 15; 4:7). Se refiere a la única oportunidad que el
hombre tiene por parte de Dios de ser salvo. No porque Dios así lo quiera, sino porque el hombre
endurece su corazón (v. 15).

El “hoy de Dios” es como el día de la oportunidad. La puerta está abierta “hoy”. El “hoy de Dios”
también es una advertencia de que hoy, es como un día, que lamentablemente se convierte en un
ayer. La razón es porque el destino del hombre es eterno, pero ¿a dónde pasará esa eternidad?

Ese “hoy de Dios” ya lo experimentaron los israelitas bajo la dirección de Moisés. Ahora lo
tenemos que enfrentar nosotros en Cristo. Como el día de la gracia (Lucas 4:21-22). El autor de
Hebreos intenta decir que llegará el día cuando el “Hoy de Dios” ya habrá pasado para siempre.

4. El peligro de endurecer el corazón por el engaño del pecado (v. 15-16). Endurecer el corazón es
la tendencia más fácil para el cristiano. Es una necedad obstinada, fluctuante y alejada de la lealtad a
Jesús. Así como el cemento que al secarse pierde su maleabilidad, así es el cristiano de un corazón
duro. Se convierte en un apóstata.

Por eso es necesario una actitud de alerta contra el carácter engañoso del pecado. Muchos
cristianos no cuidan su testimonio, y juegan con el pecado. En este versículo 13, la palabra pecado
(del griego, “hamartias”) “es literalmente un errar al blanco”. Es el término más inclusivo de distorsión
moral. Se usa como principio o fuente de la acción” (W. E. Vine).
Se ve, pues, la necesidad de la entera santificación para erradicar el pecado original. El texto
puede referirse también al pecado de incredulidad, actitud que mucha gente no cree que sea
pecado. Por eso la exhortación es mantener una firme devoción, no sea que nos engañe ese falso
sentido de seguridad.

5. La condición y el ejemplo en la historia (vss. 14-19). En el versículo 14, notamos la expresión:


“Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firmes hasta el fin nuestra
confianza del principio. Notemos la repetición en Hebreos 3:1; 6:4 y 12:8. No se está refiriendo a una
adhesión apóstata (Persona que niega en su corazón la fe en Cristo Jesús, nominal o simplemente a
una profesión de fe superficial).

“El término “Hechos” combinado con nuestra confianza del principio” es notable. La primera
palabra en griego es “ginomaí” que significa: “llegar a ser”, en el tiempo perfecto, como indicación de
estado presente, basado en una acción pasado, pero sostenida. Nuestro estado de salvación,
basado en nuestra pasada conversión, se sostiene en el presente solamente si nuestra confianza se
mantiene firme hasta el fin de la vida cristiana. Al principio de la conversión es ferviente, consagrada
y libre de nubes. Pero si no se sostiene así, tampoco se sostendrá nuestra participación (Apocalipsis
2:4-5).

Esta es una advertencia muy fuerte al problema del descuido espiritual de ir permitiendo que se
apague el fervor que se tuvo al principio. El escritor hace referencia al caso histórico del descuido y
pérdida en la propia historia nacional de Israel; para que no estén ahora haciendo lo mismo en su
nueva participación con Cristo” (Beacon).

Vs. 15. Entre tanto que se dice: “Si oyeres hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón”, Dios dice
que subsiste nuestra responsabilidad. El fin se producirá cuando termine la prueba y ya no existe el
“hoy” de salvación establecido por Dios. Cada vez que Dios habla, en cualquier punto de la vida
Cristiana, está presente el peligro de endurecer nuestros corazones cerrando nuestros oídos. En
cada una de tales crisis se hace una nueva decisión moral; rendimos nuestros corazones o los
endurecemos” (Beacon).

Se hace también una referencia al libro de Números 13 – 14, donde los israelitas se negaron a
entrar a Canaán. Luego en los versículos siguientes viene una serie de preguntas dramáticas, donde
se establece la posibilidad de la apostasía y se termina cabalmente la responsabilidad. ¿Quiénes
fueron los que habiendo oído le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano
de Moisés? (vs. 16). Comenzaron bien, pero no terminaron bien. Existe este gran peligro en la vida
cristiana, que al principio seamos beneficiarios de la gracia de Dios y bendecidos por sus promesas,
y, sin embargo, al fin, ser completamente rechazados.

El triste ejemplo de los judíos antiguos debe servirnos a nosotros para no cometer los mismos
errores.

“¿Con quiénes estuvo Él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos
cayeron en el desierto?” (vs. 17). Dios nos tiene paciencia, pero al fin, determina dejarnos. Dios se
indigna con los pecadores obstinados que no se quieren arrepentir.

Aquellos cuyos cadáveres quedaron esparcidos en el desierto no eran simples peregrinos que
vacilaron y que por error extraviaron el camino; eran pecadores. Su pecado de incredulidad fue la
causa para que no entraran a Canaán, y quedaran sus cadáveres en el desierto.

Es importante que notemos en la conclusión de este capítulo que no fue Dios quien no quiso
entrarlos, sino que fue por su propia incredulidad. Esta incredulidad fatal es la que describe el
versículo 18: Una deliberada negativa a dejarse corregir, negarse a creer y a obedecer, trae
consecuencias trágicas. Los israelitas que no quisieron entrar a la tierra prometida, después no
entraron aunque quisieron.

CONCLUSIONES

1. La carta que hemos notado fue escrita para los cristianos judíos que estaban a punto de
abandonar su fe a causa de los sufrimientos; pero según estudiamos, es posible que el problema
haya sido su incredulidad.

2. La incredulidad y la desobediencia son dos caras de la misma moneda.

3. Se ve el peligro de perder la vida eterna en Cristo a causa de la apostasía. Debemos mantener


esta vida que Dios quiere para nosotros.

EL REPOSO INDISPENSABLE

Comprender que hay un reposo eterno para los creyentes, y que deben perseverar en la Palabra para
no perderlo.
INTRODUCCIÓN

La palabra reposo se utiliza nueve veces en este capítulo 4. Ocho veces se traduce del griego
“katapausis” que significa una paz permanente, o estado de reposo; y una vez se traduce del griego
“sabbatismos” que significa estado de reposo.

Este reposo de Dios, frecuentemente, se ha interpretado como una segunda obra de gracia. La
palabra “entrar” se menciona también ocho veces en conexión con reposo.

En los versículos 1, 6 y 11, se acentúa la urgencia de la entrada. La cuestión principal “es que la
historia se está repitiendo; exactamente donde los israelitas estuvieron en Cades-barnea, están ahora
estos hebreos cristianos, excepto que la situación es más grave” (Beacon). Esto indica que los
hebreos cristianos estaban actuando así como actuaron sus antepasados en Cades-barnea.

La lección para los cristianos de hoy es muy importante, porque cuando menos esperamos,
estamos también en Cades-barnea. Por eso estudiemos esta lección con mucha dedicación.

DESARROLLO DE LA LECCIÓN

A. UN PELIGRO SEMEJANTE (Hebreos 4:1-3)

Debemos “tener un ansioso terror” (Muller) ante el ejemplo que tenemos en la historia, tanto en el
pueblo de Israel como también en la Iglesia. “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la
promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberla alcanzado”. Entrar en su
reposo debe ser la más alta preocupación del cristiano. Caer en descuido por falta de interés puede
ser la causa del fracaso en la vida cristiana.

La promesa del reposo está anunciada también para nosotros (vs. 2). En cuanto a la promesa no
hay diferencia entre ellos y nosotros, pero también en las consecuencias.

Los israelitas por medio de Moisés oyeron las buenas nuevas de la provisión y voluntad de Dios
para ellos. Nosotros también oímos las buenas nuevas de Dios por medio de Cristo. Pero a ellos de
nada les sirvió haber oído la Palabra (vs. 2), por no ir acompañada de la fe. No es suficiente oírla,
hay que creerla y obedecerla. En este caso la fe combinada con la Palabra capacita al individuo para
que el evangelio produzca la salvación en él. No importa cuánta fe tenga el predicador o maestro que
expone la Palabra; aquí cuenta la fe que tiene el oyente para ser salvo por la Palabra.
El versículo 3 es oscuro, pero su pensamiento concuerda con el tema. Debemos leer el Salmo 95,
donde el salmista magnifica la grandeza de Dios en su obra creativa, y desafía a sus oyentes a la
adoración. Sus obras creativas son evidencias de su poder para guiar a su pueblo a Canaán. Sus
obras deben darnos confianza en Él.

Debemos tener cuidado con la creencia de que no importa lo que hagamos, de todos modos
somos salvos; esto es un tremendo error. Al contrario, nos manda a vivir una vida santa y
perseverante en su presencia. Esta misma evidencia de la temible grandeza de Dios, nos deja
totalmente sin excusa en nuestra incredulidad. También justifica su ira al declarar que a pesar de
todo lo que Él ha hecho hasta aquí, pero si fallamos, Él nos castigará.

Los grandes párrafos de la Biblia, como el Salmo 95 y I Corintios 10:1-12, pretende convencer a
los judíos cristianos de su falsa seguridad sin santidad. Les muestra que no tienen impunidad contra
los resultados trágicos de su desobediencia.

B. EL REPOSO ESPIRITUAL (Hebreos 4:4-10)

La generación de los días de Moisés perdió su oportunidad a causa de su incredulidad. Dios, por
medio de David, declaró que habría otra oportunidad después de tanto tiempo. ¡Ahora hay otro “hoy,
después de tanto tiempo”! (vs. 7).

No se puede decir que el verdadero reposo haya sido dado por Josué cuando introdujo a los
israelitas en la tierra prometida. Él sólo dio a los israelitas cierta clase de reposo (Josué 22:4), y eso
en cumplimiento de la promesa (Deuteronomio 31:7). Pero eso era un reposo político, civil y
material. Canaán no era el lugar de reposo definitivo; sólo era un tipo de ese reposo eterno que Dios
ofrece a los creyentes. Por tanto, queda todavía un reposo para el pueblo de Dios (vs. 9). El pueblo
de Dios, en el nuevo “Hoy”, tiene opción a un reposo que aún no se conoce todavía por la
experiencia; pero deben conocerlo; de lo contrario, no son pueblo de Dios.

Notemos los tres aspectos del reposo que se mencionan aquí. Primero: El reposo de Dios se
relaciona con la terminación de sus obras. Segundo: El reposo de Dios es de naturaleza espiritual, y
no nacionalista. Tercero: El reposo de Dios está disponible ahora, en este nuevo “Hoy”.

El reposo que resta es un estado del alma, no para el cuerpo, porque el trabajo sigue siendo
necesario. Esto no es una referencia al séptimo día, como enseñan los adventistas [NOTA
IMPORTANTE]. Asociar este reposo con el séptimo día sería una completa falta de comprensión a la
realidad del verdadero significado de este reposo eterno. Esto sería verlo como los judíos que no
pueden ver más allá de la prosperidad material y la autonomía política de su territorio.

El versículo 10 refuerza la enseñanza del reposo de Dios que resta para su pueblo. Enfatiza el
reposo absoluto de aquel que de todo corazón se abandona en las manos de su Señor.

Los hermanos cristianos hebreos tenían una fuerte tendencia a regresar a Moisés al menos asirse
de Él y de Jesús con finalidad compartida. Esto evidenciaba que seguían buscando la salvación por
sus propios esfuerzos, en lugar de confiar en la salvación que Cristo ya había pagado con su muerte
en la cruz del Calvario.

Notemos que Dios ha cesado de su obra de creación, pero continúa con sus obras de
redención. Por eso el creyente que disfruta del reposo perfecto, ha cesado de sus propias obras en
el sentido espiritual. Ahora descansa en la obra hecha por Cristo.

El gran error de los israelitas en Cades-barnea, fueron sus propias y falsas perspectivas de entrar
a Canaán. Cuando se dieron cuenta de sus pecados, procuraron subir con sus propias fuerzas, y
fueron superados por sus enemigos, los amalecitas (Números 14:40-45). Así nos pasa cuando
queremos resolver nuestros problemas espirituales con nuestros propios esfuerzos. Los esfuerzos
humanos sólo nos provocan ansiedad y frustración en cambio de reposo. El lugar del más tranquilo
reposo es el corazón de Dios. Es el lugar “del completo abandono de nuestros vanos esfuerzos, ya
sea para expandir el reino de Dios en la tierra, o para obtener la santidad dentro de nosotros
mismo. Debemos no sólo someternos sino entregarnos” (Beacon).

C. UN DEBER URGENTE (Hebreos 4:11-16)

1. DEBE EVITARSE UNA CAÍDA (Hebreos 4:11)

En esta carta a los Hebreos, encontramos versículos de transición como este que sirve para
concluir el pensamiento anterior y que al mismo tiempo introduce una nueva idea. Además, estos
versículos de transición se repiten con la idea de reafirmar un pensamiento, pero con un nuevo
enfoque de avance. Por eso la idea que presenta el versículo once no es nueva, pero sí trae un
nuevo pensamiento. Veámoslo: “Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga
en semejante ejemplo de desobediencia” (la Biblia, versión moderna dice: “de incredulidad”). Los
versículos del capítulo 4: 1, y 11, ambos hablan de entrar en el reposo; se parecen a las expresiones:
“Temamos” (vs. 1), “Procuremos” (vs. 11).
En el versículo 1, la exhortación es a “temer”, y en el versículo 11, es “procurar”. En el versículo 1,
la advertencia es contra la apariencia de no haberlo alcanzado; es decir, el peligro de negarse a
buscar la pureza espiritual. El versículo 11 advierte contra el inevitable resultado final de esa falta de
pureza. -Una caída final e irrevocable, tal como les aconteció a los israelitas en el desierto-. Muller
traduce la última cláusula así: “Ninguno caiga en el mismo patrón de obstinación”.

Hay una sola manera de evitar este desastre: que seamos celosos, esforzados y que luchemos
diligentemente. Debemos mantenernos cerca de Dios.

Este debe ser el principal esfuerzo individual de cada creyente. No es un esfuerzo a


medias. Esforzarse por entrar debe ser la prioridad principal en la vida de cada cristiano.

“Ha habido tres interpretaciones principales acerca del “reposo de fe”, en Hebreos 4: Una ha sido
que el último objeto del cristiano es el cielo. Otra, que el camino de salvación es por fe, antes que por
las obras de la ley. La tercera que es la vida más elevada del cristiano. Un sinónimo de entera
santificación (Explorando la Santidad Cristiana, Tomo 1, p. 198).

Taylor nota que el “reposo” (del griego, sabath) para el pueblo de Dios se ha entendido como una
segunda obra de gracia.

Parece indicar que el reposo no es el cielo, por el hecho de que “los que hemos creído entramos
en el reposo (v. 3). Tomás Hewitt dice: “Que el reposo de Canaán es un tipo de reposo de
consagración, esto es, del reposo que viene de un rendimiento de la mente, voluntad y corazón al
poder y la influencia de Dios que capacita al creyente a vencer el pecado (Exp. S. C. Tomo 1. p.199).

Este reposo no es de la inactividad de una gran tarea. Es más bien dice F. B Meyer: “Equilibrio
perfecto entre el ir y venir de la vida. Un corazón contento... paz que sobrepuja todo el
entendimiento... reposo de la voluntad en la voluntad de Dios y la calma en las profundidades de la
naturaleza, que no son movidos por los huracanes de la superficie y que estimulan las grandes y
poderosas olas” (Exp. S. C. Tomo 1, p. 199). El Comentario Exegético dice acerca de Hebreos 4:10:
que nuestra suprema felicidad consiste en estar unidos a Dios, y amoldados a Él que es nuestro
modelo ideal.

Este es el gran secreto que los cristianos debemos descubrir y reconocer: ver hacia Jesús para
alcanzar nuestra santificación. Él dominará toda corrupción interna, reposando en el amor de un
todopoderoso salvador, en el gozo consciente de una salvación completa, una salvación de todo
pecado.
Udson Taylor, fundador de la misión evangélica en el interior de China, y uno de los más grandes
misioneros que el mundo haya conocido, vivió como un creyente vencido hasta que aprendió el
secreto de ver hacia Jesús a favor de su santificación. Taylor se dio cuenta de que la fe no se
fortalecía por la lucha, sino por el reposo en Aquél que es fiel. “Si nosotros no creemos, él
permanece fiel”; y confesó: “He luchado en vano para reposar en Él. Ya no lucharé más. ¿Acaso Él
no ha prometido vivir conmigo, nunca dejarme, y nunca fallarme? (Exp. S. C. Tomo 1, p. 199).

En Mateo 11:28-30, Jesús nos invita a este reposo: “Venid a mí... descansad”. El que está
dispuesto a guardar hasta mañana para entrar en reposo, nunca entrará.

2. LA PALABRA DE DIOS REQUIERE UNA RESPUESTA (Hebreos 4:12-13)

Estos versículos hablan de la penetrante Palabra de Dios. No se refiere a las páginas de la Biblia,
sino al poder de la Palabra de Dios escrita en esas páginas. Por eso jugar con la Palabra de Dios
trae consecuencias devastadoras lamentables.

El escritor de Hebreos no está preocupado por las acciones de los Antiguos israelitas. Él enfatiza
objetivamente que los judíos, a quienes les escribe, estaban jugando no con las palabras de Moisés o
de Josué, sino con la Palabra de Dios (v. 12). Este es el punto de esta urgente exhortación.

La Palabra de Dios tal como lo expresó David, y fue predicada más recientemente por Cristo y sus
apóstoles, no es letra muerta sino viva. Está en vigencia ahora mismo.

La palabra que escucharon los israelitas era la voluntad de Dios para que entraran en
Canaán. Mientras que la Palabra que ahora exige atención, es la Palabra de Dios a través de Jesús
que ofrece un reposo eterno para el que cree.

Esta Palabra es tan viva y eficaz y más cortante como espada de dos filos que puede partir el
alma. Esta es una figura de que el evangelio nos encuentra no sólo en el nivel de nuestra
personalidad visible, sino en el ámbito de nuestros egos invisibles. En los tuétanos es donde las
enfermedades de la sangre se incuban antes que el mecanismo corporal sea visiblemente
afectado. La persona se puede ver bien, pero sus huesos pueden estar enfermos. Esto es igual a un
árbol que puede estar bien erecto y frondoso, hasta que un viento fuerte lo derriba, entonces
manifiesta su médula carcomida.

La Palabra de Dios discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Nosotros sólo
conocemos los hechos de una persona; pero la Palabra discierne, juzga, investiga sus motivos,
secretos e imaginaciones. Al hacerlo emite un juicio. En realidad no existe cosa creada que se
oculte en su presencia. Todas las cosas están desnudas y abiertas ante los ojos de Aquél a quien
tenemos que dar cuentas (v. 13). No podemos ocultarnos de Dios, ni podemos alardear en nuestros
Cades-barneas.

Es bien conocido si estamos en su reposo o no. Si nos mantenemos en nuestro orgullo, no


podremos salir adelante. No podemos disfrazarnos o aparentar que somos cristianos, y a la vez
deseando practicar los pecados del mundo, como los israelitas apetecían las cebollas y los ajos de
Egipto. Si cometemos pecados ocultamente, pronto serán manifestados.

3. JESÚS NOS AYUDA (Hebreos 4:14-16)

El trabajo de Jesús como nuestro sumo sacerdote, es estar junto a nosotros en nuestras
debilidades. La palabra debilidad (“astheneiais”, en griego) tiene, en Hebreos, una connotación moral
y significa no sólo una debilidad física, sino una debilidad y temblor consciente en la
tentación. Nuestro Señor nos entiende también en esta debilidad, porque fue tentado en todo según
nuestra semejanza. Puesto que Él mismo fue tentado, sabe por experiencia lo que significa para
nosotros ser tentado. Él no fue tentado en todos los particulares de nuestra vida, como por ejemplo,
Él no fue tentado como esposo, o padre, propietario o patrón, o soldado, porque no fue ninguno de
estas cosas. Pero fue tentado en las tres áreas de susceptibilidad humana: cuerpo, alma y espíritu.

“Pero sin pecado”. Fue perfectamente triunfante para podernos ayudar; de lo contrario el
cristianismo sería como cualquier otra religión. El autor de Hebreos tiene en mente a sus lectores
que están sufriendo la tentación de retroceder y perder así la entrada al reposo prometido. Jesús
también sufrió la tentación en el desierto; por tanto, conocía lo que ellos estaban pasando. Jesús
sabe que el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar (I Pedro 5:8). Por eso, los
hebreos cristianos tenían que acercarse confiadamente al trono de la gracia para alcanzar
misericordia (perdón por su vacilación), y hallar gracia para el oportuno socorro (v. 16).

Estos tres versículos son como el sumario de los primeros cuatro capítulos. Jesús es el gran
Sumo Sacerdote porque no pertenece a un orden angelical, ni su rango es comparado con el de
Moisés, sino que es el Hijo de Dios. El mismo que “se sentó a la diestra de la majestad en las
alturas” (1:3). En Hebreos 4:14 dice: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los
cielos, Jesús el Hijo de Dios”. Nos insta a que nos acerquemos confiadamente al trono de la gracia
(vs. 16). Debemos acercarnos en oración a Aquél que es Mediador e intercesor.
CONCLUSIÓN

Jesús del Nuevo Testamento y Jehová del Antiguo Testamento se ven unidos en un solo Dios, en
un solo trono. Allí en ese trono, nuestros pecados son perdonados. Allí hallamos justicia y
misericordia. Allí encontramos acceso y el reposo que todavía resta para el pueblo de Dios. Todo
esto es mediado por Jesús.

Recordemos, entonces, que hay un reposo especial para nosotros. Por eso debemos ser
perseverantes en nuestra fe en Cristo.

[NOTA: Es importante reconcer una diversidad de interpretatión bíblica dentro de la misma corriente
teológica para no caracterizar una posición doctrinal personal como si fuera una posición de todo una
denominación o movimiento. En este caso, puede ser que algún Adventista haya sugerido que el
descanso de Hebreos 4 sea una referencia solamente al día de reposo, pero hay otras
interpretaciones que surgen del movimiento Adventista según me ha señalado un miembro desde
Perú. El cita el artículo Entremos en el Reposo de Dios de la Revista Adventista de una
interpretación más detallada y precisa. Le agradecemos su aclaración.]

LA SUPERIORIDAD DEL SACERDOCIO DE CRISTOR: Hebreos 5:1.

Descubrir las razones, del por qué el sacerdocio de Jesús tiene una superioridad incomparable.

A. UN PERFECTO SUMO SACERDOTE (Hebreos 5:1-10)

El tema del ministerio de Jesús como mediador y sacerdote, se encuentra también en I Timoteo
2:5-6; I Juan 2:1-2, y se sobreentiende también en I Pedro y en otras partes de la Biblia. Pero el tema
se desarrolla con mucho más significado en Hebreos.

Para los judíos, la vida no sólo era religiosa sino también, civil. En ausencia de un rey, la vida
nacional civil giraba alrededor de un sumo sacerdote. Él era el símbolo de su unidad y esperanza
nacional. Para un judío reconocer a Jesús como su nuevo sumo sacerdote, en realidad era un
cambio radical, porque significaba un cambio de mentalidad y de valores. Era muy drástico para ellos
desplazar al sumo sacerdote de Jerusalén por Jesús. Pero Hebreos les demuestra que para Dios,
esto es posible o consistente con los hechos reales.
Los judíos cristianos necesitaban desligarse del sistema sacerdotal terrenal judaico y adoptar a
Jesús como el sumo sacerdote celestial y eterno.

Es comprensible, entonces, que los cristianos hebreos, al principio fueron cautivados por el
sistema religioso que tenían. Por eso necesitaban comprender el papel mesiánico de Jesús. Tenían
que reconocerlo como Rey y Profeta. Cuando esto sucediera en sus vidas, entonces entenderían
más profundamente el ministerio y la forma en que Jesús murió. De hecho, sabemos con claridad
que la muerte de Jesús era el cumplimiento real de los designios de Dios a favor de la humanidad. Al
comprender la naturaleza sacerdotal del ministerio de Cristo, llegarían a ver la naturaleza espiritual de
la salvación.

El Escritor de los Hebreos muestra cuidadosamente que Jesús, como un nuevo y definitivo sumo
sacerdote, inauguró en su propia persona el inicio de un Nuevo Pacto, lo cual es el tema central de
Hebreos. En el Nuevo Pacto se incluye una profunda redención que debe ser experimentada. Es un
privilegio personal de santidad, señalada simbólicamente en el Antiguo Pacto, que muy pocos lo
alcanzaron. Ahora este privilegio de Santidad es alcanzado en Jesús, mediador de un Nuevo Pacto,
por todos aquellos que ven su sacrificio en la cruz, no como una víctima de los romanos, sino como
un sacrificio por el pecado del hombre.

Esto es el corazón del cristianismo. Sin el sacrificio de Cristo no hay santidad en el corazón, ni
esperanza de ir al cielo. Sin el sacrificio de Cristo, la percepción que tenemos de Él como Profeta y
Rey sería sin ningún contenido efectivo. Por lo tanto, para nosotros, la aceptación de Jesucristo
como Sumo Sacerdote no es optativa, es una obligación.

1. LOS REQUISITOS DEL SUMO SACERDOTE (Hebreos 5:1-4)

“En Cristo tenemos un Sumo Sacerdote que cumple todos los requisitos establecidos, porque no
tiene necesidad de hacer expiación por sus propios pecados. Él es perfecto Sumo Sacerdote
escogido por Dios como mediador para todos los tiempos (Manual Bíblico I, p. 627).

Entre los israelitas, los sumos sacerdotes fueron escogidos por Dios. De hecho tenían que llenar
ciertos requisitos:

a. “Todo sumo sacerdote es escogido de entre los hombres y constituidos a favor de los hombres
ante Dios (v. 1). El propósito principal del sumo sacerdote es presentar oficialmente ofrendas y
sacrificios por los pecados. El pecado es lo que separa a los hombres de Dios. Por eso es necesaria
la mediación.

b. Que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados (v. 2). Esta función es muy importante
para estar adecuadamente calificado para la mediación y liderazgo religioso. Esto tiene que ver con
el carácter del sumo sacerdote. No debe ser rudo ni impaciente, no debe ser indiferente ni
despreocupado. Debe tener una profunda preocupación moral, comprensión y simpatía.

Como tal, tenía que alcanzar un claro discernimiento de los grados de culpa, distinguiendo entre la
ignorancia responsable y la involuntaria; entre aquellos que están extraviados debido a su propio
descuido y aquellos que han sido descarriados por causa de su propia ignorancia. La propiedad de
tal moderación en el juicio sacerdotal reside en el hecho de que él también está rodeado de
debilidades.

c. Debía ofrecer por los pecados de él mismo y por los pecados el pueblo (vs. 3). Él mismo estaba
necesitado de ayuda y de mediación. Es claro que el tradicional orden de sumo sacerdotes tenía una
superioridad oficial, pero no necesariamente una significativa superioridad moral. Aunque en función
de su trabajo sacerdotal, estaba por encima del pueblo. Sin embargo, era tan necesitado
espiritualmente como los otros hombres pecadores. Esta semejanza pecaminosa con su pueblo le
inspiraba simpatía, pero también limitaba su poder para elevar al pueblo al cual ministraba.

d. Sólo los sacerdotes llamados por Dios tenían autorización de ofrecer sacrificios, como Aarón (vs.
4). No era un funcionario cualquiera. Dios había especificado que sólo Aarón y sus descendientes
servirían en este oficio (Éxodo 28:1-43; 29:1-37). Aarón es el modelo. Los israelitas lo sabían muy
bien. Por eso estaban atados a este sistema, que aunque fue establecido por Dios, había perdido
vigencia con la venida de Cristo. Dios no estaba atado a la orden sacerdotal de Aarón. Por eso el
escritor de los Hebreos les presenta a los israelitas una nueva orden superior de Sumo Sacerdote,
igualmente ordenado por Dios: Jesucristo.

2. CRISTO CUMPLE LOS REQUISITOS SACERDOTALES (Hebreos 5:5-10)

a. Cristo fue ordenando por Dios (5:5). El sacerdocio de Cristo era superior. Así como Aarón fue
ordenado por Dios, también Cristo fue ordenado por Dios. Por eso Cristo nunca se glorificó así
mismo, haciéndose sumo sacerdote, sino que Dios quien le dijo: “Tú eres mi Hijo amado”. “Tú eres
sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec” (vss. 5-6).
b. Cristo la persona ideal (5:7-10). Aquí se resume la idoneidad de Jesucristo. En los capítulos
siguientes se desarrolla en detalle. Los sacerdotes aarónicos podían simpatizar porque ellos también
estaban expuestos a pecar. Los padecimientos de Cristo sirvieron para un propósito semejante, pero
aún más efectivamente, porque el sufrimiento de un sentimiento de compasión y hermandad
constituye mucho mejor que la pecaminosidad. Los sufrimientos de Cristo fueron necesarios para
perfeccionarse como sumo sacerdote. Esto le capacitó para ser autor de eterna salvación. (1) La
intercesión a favor de los suyos (vs. 7). En los días de su vida terrenal ofreció ruegos y súplicas con
gran clamor y lágrimas. Esto era un deber para los sumo sacerdotes, hacerlo. Jesús no lo hizo como
los sumo sacerdotes tradicionales. Él lo hizo con sudor y sangre en el huerto. Rogó con gran clamor
y lágrimas al que podía librarle de la muerte; fue oído a causa de su clamor reverente.

Una comprensión adecuada de esta declaración nos ayuda a comprender la causa y naturaleza de
su muerte. El sufrimiento profundo de Cristo fue por todos los humanos. Él sufrió, por un momento,
el desprecio del Padre por el pecado. La razón es que Cristo, aunque nunca cometió pecado, se hizo
pecado por nosotros a fin de cumplir toda justicia. Aunque el clamor de Cristo fue oído, no fue
quitada la copa de la muerte, por lo cual somos salvos. Dios lo escuchó con compasión enviándole
ángeles. (2) La obediencia que aprendió (5:8). Sus padecimientos le enseñaron el significado de la
obediencia. No que Él fuera desobediente, sino que sólo la obediencia que cuesta es la que alcanza
una nueva dimensión. Para Cristo obedecer a su Padre fue un deleite. Cuando la obediencia pasa
por un corazón destrozado es más genuina.

Nuestro Señor tuvo que aprender esto por su propia experiencia, aunque era Hijo de Dios (vs.
8). Si el Hijo iba a ser un Sumo Sacerdote Salvador, adecuado para todas las necesidades de los
hombres, debía recorrer todo el camino y ser aprobado en todo sentido. Sólo un Sumo Sacerdote
perfectamente sumiso a Dios, podría representar adecuadamente a Dios ante el hombre, y al hombre
ante Dios. Debía cumplir su vocación como siervo sufriente de Dios (Isaías 52:13 – 53:1-2).

B. LA PERFECCIÓN ABSOLUTA DE CRISTO (Hebreos 5:9-10)

“Y habiendo sido perfeccionado (vs. 9). Esto indica que cuando calificó como Sumo Sacerdote,
vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen. Esta es la segunda cláusula
principal de esta larga frase gramatical (7-10). Esta es la tesis de toda la epístola. Los detalles los
veremos más adelante, pero la proposición la tenemos en estos textos.

Cristo fue y es Sumo Sacerdote Perfecto por su obediencia perfecta. Él cumplió con las
exigencias aarónicas para la realización de su función sacerdotal. Esto se cumplió en el huerto
cuando dijo: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. “Este fue el acto final que selló su consagración,
y toda subsiguiente consagración de los creyentes incluye una sumisión similar (Beacon).

Fue desde la cruz donde Jesús calificó o “vino a ser autor de eterna salvación para todos los que
le obedecen” (vs. 9).

Como autor, Jesús es creador y fuente de eterna salvación. Como autor es el que causó la
salvación. El sacerdocio aarónico no fue ni siquiera eficiente como mediador, menos para crear y ser
autor de eterna salvación como la que Cristo da. Con esto claramente estamos descubriendo los
beneficios del Nuevo Pacto, que es precisamente el propósito principal de la carta.

Literalmente Cristo llegó a ser para todos los que le obedecen, autor de eterna salvación”. Para
los que no creen y le desobedecen, Cristo en la cruz vino a ser, no salvador, sino juez (Beacon).

El elemento condicional de la obediencia de la salvación y de la expiación de Cristo no se pierde


de vista ni por un momento en la epístola. La iniciativa y la provisión de la salvación viene de Dios,
pero la implementación personal ciertamente requiere la participación personal e individual del
hombre.

Vs. 10. Declarado por Dios Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec”. Esto es para darle
validez, en el sentido de que Él era el perfecto cumplimiento de la Escritura, de acuerdo con el
preciso propósito de Dios.

LA NECESIDAD DE LA PERFECCIÓN: Hebreos 6:1.

Concientizar a los hermanos acerca de la importancia de mantenerse firme en la fe en Cristo y


cuidarse de no caer en pecado.

En esta lección, el escritor desea exponer con más detalles la naturaleza bíblica del orden
sacerdotal de Melquisedec, pero no está seguro, si los lectores tienen la suficiente madurez espiritual
para entender este tema difícil. Esta es la segunda ocasión en que se aparta del tema que trae para
atenderles en sus necesidades espirituales del momento y especialmente advertirles del peligro
espiritual en que se encuentran.

El escritor nos da una buena lección a nosotros de que no debemos perder de vista la situación
actual de los oyentes y lectores. Es posible que el tema que estamos presentando sea el más
adecuado bíblico y teológicamente doctrinal de la iglesia; pero las condiciones espirituales, morales y
éticas de los miembros estén tan malas que no van a entender o no van a querer entender el tema.
Es tarea del maestro de Escuela Dominical considerar el ambiente en que desarrolla su lección y
buscar la manera cómo animar a que podamos sacarle el mayor provecho.

En este pasaje de estudio, encontramos exhortaciones, reproches, advertencias y estímulos para


los lectores de la carta. Esperamos que estos nos puedan servir a nosotros para buscar y lograr la
madurez espiritual.

A. LA TORPEZA DE LOS INMADUROS (Hebreos 5:11-14)

“Acerca de esto (el sacerdocio de Cristo) tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto
os habéis hecho tardos para oír” (vs. 11). El autor de hebreos desea hablarles acerca de
Melquisedec, como personaje clave para comprender mejor el sumo sacerdocio de Cristo, pero se ve
en la dificultad de que estos cristianos son “tardos para oír”. Este texto es bueno verlo en otros
versículos de traducciones de la Biblia. Por ejemplo, en la versión antigua dice: “sois flacos para oír”;
la versión popular dice: “ustedes son lentos para entender”; la versión internacional dice: “a ustedes lo
que les entra por un oído les sale por el otro”; la paráfrasis de la Biblia al día dice: “Pero sé que, como
no quieren entender”; la versión de las Américas es igual en este texto que la del 95 (versión que se
está utilizando hoy).

Este es un llamamiento muy fuerte. Es posible que los hermanos cristianos hebreos estaban
pasando por una situación difícil. En el griego esta palabra “tardos para oír” da la idea de
“embotados”, “difíciles de mover” (Comentario Exegético). Estos hermanos al principio eran muy
buenos espiritualmente: estudiosos, lectores y muy cuidadosos de su vida espiritual. Ahora hasta da
la idea que se han descuidado de su conducta moral y tienen un espíritu legalista y
contencioso. Aunque algunos calificativos son pesados para nosotros, no se puede expresar de otra
forma en que ellos se habían convertido en unos torpes en su conducta y en la forma necia de
considerar la vida espiritual.

Es muy diferente tratar con los creyentes recién convertidos. Ellos tienen deseo de aprender y de
poner en práctica lo que se les enseña. A veces cometen errores, pero lo hacen por ignorancia y por
falta de madurez. Por eso se les tiene que enseñar como a los niños. Pero los adultos en la fe que
se comportan como niños, cuesta enseñarles. No aceptan correcciones, y, además, se niegan a
entender y a poner en práctica lo que se les enseña.

El escritor avergüenza a sus oyentes por que les dice: “Debiendo ser ya maestros después de
tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuales son los primeros rudimentos de
las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales, que tenéis necesidad de leche y no de alimento
sólido” (vs. 12). Probablemente, muchos de ellos ocupaban puestos de maestros, pero no estaban
capacitados para serlo (I Timoteo 1:5-7). Otros, sin duda, estaban asumiendo algún liderazgo, para el
cual tampoco estaban capacitados para ejercerlo. Necesitaban fundamentarse fuertemente en las
verdades de la fe cristiana. Para eso necesitaban un curso del ABC del evangelio, o sea, “los
primeros rudimentos de la Palabra de Dios”.

En los versículos 13 a 14 se hace un contraste entre la infancia y la madurez. El que es niño y


depende de la leche es naturalmente inexperto en la palabra de Justicia (vs. 13); ellos deben ser
alumnos, no maestros. A ellos se les debe guiar y no ponerles a que guíen a otros. No se les
pueden dar responsabilidades en donde es necesaria la experiencia. Los deportistas usan una
palabra que nos ilustra mejor. Ellos dicen que se debe tener “cancheo”, lo que indica que se debe
tener experiencia en la cancha.

En nuestras iglesias, los puestos claves, los deben ocupar hermanos que tengan mucha
experiencia en la vida cristiana. Los hermanos recién convertidos deben ser enseñados para que
ellos también aprendan de los que tienen mayor experiencia, pero ellos sólo deben ocupar puestos de
menor responsabilidad.

El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez (vs. 14a). ¿Qué será este alimento
sólido? Se refiere al tema que les está enseñando al conocimiento de la “perspectiva cristológica en
el Antiguo Testamento” (Beacon). Esta enseñanza no está por encima como la mantequilla, hay que
escudriñarla. Esto sólo lo pueden hacer los cristianos maduros. Lo hacen porque, “porque tienen los
sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (vs. 14). Aquí vemos dos palabras
claves:

“EL USO”. Es el hábito que han adquirido por el constante ejercicio de los sentidos, en la reflexión
y práctica de la Palabra de Dios. “El uso” y “los sentidos ejercitados”.

“LOS SENTIDOS EJERCITADOS”. Se refiere a todo lo que han percibido por medio de los
sentidos. Por eso es importante que los hermanos escuchen, mediten, que lean y memoricen la
Palabra de Dios. Además, todo lo que se percibe por los sentidos se debe llevar a la práctica. Los
cristianos más experimentados comprenden enseñanzas más profundas de la Biblia. En cambio, los
hermanos recién convertidos necesitan instruirse más en la Palabra. Por eso es bueno que las
clases estén divididas: Una clase para los adultos en la fe y otra para los recién convertidos.

“Adultos en la fe” no se refiere al tiempo transcurrido después de su conversión. Se refiere a la


madurez espiritual que han alcanzado a través del estudio de la Palabra de Dios.
La capacidad de discernimiento entre el bien y al mal es señal de madurez (vs. 14). El mal
mencionado en este versículo se refiere al desconocimiento de la verdad; es decir, el concepto
equivocado que tenían en cuanto a Cristo y las Escrituras. El bien y al mal puede ser de carácter
ético y doctrinal. El aspecto doctrinal tiene relación con el aspecto moral. Si una persona tiene buena
doctrina y la practica, tendrá buen testimonio, o sea, buenos principios éticos. Pero si una persona
cree que es salvo viviendo desordenadamente, cometerá muchos pecados sin que la conciencia le
reprenda. En este sentido, la doctrina afecta la vida práctica. En esta sección nos deben quedar
claro dos cosas:

1. La perfección cristiana puede definirse como el clímax de la madurez que lo podemos alcanzar en
una entera santificación.

2. Los hermanos que han alcanzado la madurez saben distinguir perfectamente entre el bien y el
mal.

La palabra “por uso” implica que la madurez es un logro gradual por medio de la práctica de la
Palabra de Dios. La práctica forma un hábito que es una condición natural del cuerpo y de la mente
en hacer el bien. Esto significa que los maduros son aquellos que por su avanzado ejercicio
espiritual, tienen plenamente capacitado sus facultades espirituales. Aquí vale la pena que nos
veamos a nosotros mismos, en nuestra disciplina espiritual, no tanto en nuestro conocimiento
mental. Veamos si hemos alcanzado la madurez cristiana. No es la cantidad de lo que leemos en la
Biblia lo que nos perfecciona, sino la cantidad que practicamos. ¿Oramos y servimos a nuestros
Señor? ¿Somos lo suficiente fuertes para no ser influenciado por falsas doctrinas? ¿Resistimos
cuando vienen sufrimientos? ¿Permanecemos firmes cuando vienen problemas, o abandonamos la
iglesia?

B. INVITACIÓN A LA PERFECCIÓN CRISTIANA (Hebreos 6:1-3)

Después de haberles reprochado por su inmadurez espiritual, ahora viene a la exhortación. “Por
tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección” (vs. 1). La
exhortación es a corregir de inmediato su deficiencia espiritual.

Este texto, en la paráfrasis bíblica dice: “Basta ya de repetir siempre lo mismo, de enseñar apenas
lo más elemental del cristianismo. Sigamos adelante a otras cosas y, como cristianos sólidos,
maduremos en nuestro entendimiento de las cosas de Dios. Ya hemos hablado bastante de lo inútil
que es tratar de alcanzar la salvación por medio de las buenas obras, y de la necesidad de tener fe
en Dios; ya sabemos todo lo que teníamos que saber sobre el bautismo, los dones espirituales, la
resurrección de los muertos, y el juicio eterno. Si Dios lo permite enfocaremos otros asuntos” (La
Biblia al día, Paráfrasis. Hebreos 6:1-3). Esta paráfrasis nos ayuda a comprender las razones de la
falta de crecimiento espiritual en los hermanos hebreos cristianos. Se habían quedado sólo con la
enseñanza elemental, igual que muchos hermanos que sólo saben de perdón y de arrepentimiento de
los pecados, que con conocimiento muy limitado se arrepintieron. Por ejemplo: borracheras,
adulterio, fornicación, ídolos, y nadas más. Lo peor de todo es que con ese esquema muy limitado
asumen algún liderazgo muy legalista.

El asunto es el marcado ritualismo en la iglesia. El autor sólo menciona unos pocos ejemplos: el
bautismo, la imposición de manos; pero nosotros en la práctica tenemos muchas ceremonias y
ritualismos que les damos más importancia, y olvidamos lo que realmente merece importancia. Esto
es el sistema que constituye el total del evangelio en muchas iglesias de hoy. El resultado ha sido
que muchos cristianos jamás llegan a alcanzar niveles altos de espiritualidad. Siempre permanecen
en un nivel bajo.

Los cristianos hebreos no estaban capacitados para alcanzar una etapa más avanzada de
espiritualidad. Por lo mismo, necesitaban hacer las primeras obras. Lo más grave es que si este
alejamiento espiritual, ha llegado a ser apostasía, entonces la situación para ellos es repudiable, y
están descalificados espiritualmente.

C. ESTE NO ES UN LLAMAMIENTO PARA LOS APÓSTATAS (Hebreos 6:4-8)

Esta situación que presenta el escritor, es hipotética (suposición), pero que puede ser o llegar a
ser la situación real de los hermanos hebreos cristianos o de cualquier otro grupo que sigue a
Cristo. “Es imposible que los que una vez fueron iluminados, gustaron del don celestial fueron
hechos partícipes del Espíritu Santo... y recayeron...” (vss. 4-6). “Recayeron en el griego es una sola
palabra (“parapesontas”) que se traduce “habiendo caído afuera”. Significa que los cristianos que han
recaído no pueden ser renovados. Pero esta clase de recaída es más que reincidencia de un
cristiano débil que ha sido atacado por Satanás. Se refiere a una persona que persiste en su pecado
en forma consciente. La palabra en mención es muy importante verla en el griego original. Cuando
encontramos la palabra caer (pipto) en griego, significa una caída postrada de la cosa o persona
misma. Esto es común en el Nuevo Testamento. Pero la palabra “recaer” en el griego (para) sólo se
encuentra en este pasaje de Hebreos 6:6, de todo el Nuevo Testamento. Significa caer fuera. No se
trata de un simple tropiezo en la vida cristiana, sino de un alejamiento total de Cristo. La palabra caer
como aquí se usa sólo puede referirse a un deliberado rechazo a Jesucristo. En este caso es
imposible que sean otra vez renovados para arrepentimiento (vss. 4-6). Esto significa que se han
alejado tanto a tal grado que es imposible moverlos al arrepentimiento. En este caso, a estas
personas, ya no vale la pena hablarles de la perfección, porque de todos modos rechazan
deliberadamente. La imposibilidad de renovar el arrepentimiento reside no sólo en la naturaleza
desafiante y deliberada hacia Cristo, sino en la culpa de su vergüenza que les ha traído su
apostasía. Con este comportamiento crucifican constantemente al Hijo de Dios y lo exponen a
vituperios (vs. 6).

Estas personas han creado una nueva cruz para una crucifixión más. Por supuesto, en esta forma
de crucificar, ya no participan gentes con griterías, pero sí disfrutan en burlarse de Cristo ante
otros. Muchos profesores, con amabilidad, usan los clavos de la dialéctica en el aula para crucificar
nuevamente a Cristo. (Dialéctica es el arte de razonar metódicamente).

El escritor a los Hebreos ilustra esta situación en los versículos 7 y 8: Cuando la tierra responde a
la lluvia del cielo y al trabajo del labrador produciendo la esperada cosecha, recibe bendición de Dios
(vs. 7). Pero si no produce más que espinos y abrojos, es reprobada, y está próximo a ser maldecida,
y su fin es ser quemada (vs. 8).

Este es un triste fin, porque la analogía se aplica plenamente a las almas de muchos que han
caído a un estado de incredulidad conocida como apostasía.

D. LOS HEBREOS AÚN ESTÁN A TIEMPO (Hebreos 6:9-15)

“Pero en cuanto a vosotros oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores” (vs.9). Menos
mal que el escritor está convencido de que los cristianos hebreos no han apostatado en la forma
descrita anteriormente (vss. 4-8). Todavía están a tiempo de apresurarse a la perfección. Por lo
tanto “aunque hablamos así” (vs. 9), solamente es una advertencia con esperanzas.

Esa misma esperanza de los cristianos hebreos, también es para nuestra iglesia. “Porque Dios no
es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre” (vs.
10).

Exteriormente su fidelidad es intachable, y ellos deben estar seguros que Dios esta tomando en
cuenta todo eso y por lo tanto todavía no los ha rechazado.

1. El ejemplo de Abraham (6:13-15). Este ejemplo se hace con tres propósitos.


a. Reafirmar la idea de un Dios único que juró por sí mismo, no habiendo otro mayor que Él (vs. 13).
b. Reafirmar las promesas de Dios a Abraham (Génesis 22:16-18). De hecho hace referencia al
Mesías prometido.
c. Enseñar la forma en que Abraham alcanzó las promesas: con fe y paciencia (vs. 15). “La paciente
esperada fue la obediencia de Abraham al ofrecer a Isaac. En esto enfrentó la prueba suprema de su
invariable lealtad a Dios” (Beacon).

E. LAS PROMESAS DE DIOS NO CAMBIAN (Hebreos 6:16-20)

Esta porción contiene incentivos para animar a los hebreos cristianos y para animarnos a nosotros
también. Las promesas, además de ser válidas hoy en día, también están respaldadas por el
juramento que Dios hizo por sí mismo.

1. El juramento de Dios (vss. 16-17). Es una solemne afirmación, donde Dios está mostrando la
inviolabilidad de su propósito. “Él anduvo la segunda milla, por decirlo así, para probar la sinceridad
de sus intenciones” (Beacon).

2. Nuestra esperanza (vss. 18-20). El propósito de Dios era que por dos cosas inmutables, en las
cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fuerte consuelo (vs. 18): a) La integridad de la
propia Palabra de Dios. b) La obligación legal impuesta por el juramento.

Por medio de Cristo hemos captado de nuevo la esperanza de Israel, la cual es la segura y firme
ancla del alma.

El contenido de la esperanza judía no estaba en un paraíso terrenal con la dominación política del
mundo, como erróneamente se la imaginaban. Esta esperanza verdaderamente bíblica está en
morar en la presencia de Dios. Por eso es que penetra hasta dentro del velo (vs. 19; Levítico
16:2). Una esperanza que llega tan lejos y entra en la misma certidumbre de la presencia detrás del
velo. En este lugar santo Jesucristo entró por nosotros como precursor, hecho Sacerdote para
siempre, según el orden de Melquisedec (vs. 20). En este caso Jesús es precursor, no sustituto,
porque nosotros también hemos de entrar.

De esta manera el escritor ha retomado el tema indicando que continuará. Para los judíos este
argumento es de gran valor, porque les deja claro lo que significa para ellos la persona de Jesucristo.

L SACERDOCIO DE LA PERFECCIÓN: Hebreos 7:22.


Analizar las bases que hacen de Jesús un Sumo Sacerdote Perfecto.

El autor de Hebreos procura convencer a los cristianos acerca de tres cosas básicas. Primero, el
sacerdocio de Cristo destruye y desplaza completamente la estructura del sacerdocio judío y el culto
del templo. Ya no es posible contemporizar el sistema antiguo con el sistema del sacerdocio de
Cristo. Segundo, Cristo en su sacerdocio inauguró un Nuevo Pacto entre Dios y su pueblo, haciendo
del antiguo pacto algo obsoleto así como sus formas rituales y sacerdotales. Tercero, la persona y
obra de Cristo son definitivas, y cancelan toda otra opción. Por eso, habiendo conocido a Cristo no
pueden volver atrás.

En esta parte, el escritor hace una proposición lógica y exegética destinada a romper totalmente
cualquier dependencia con el judaísmo, o cualquier otro sistema. Esta propuesta nos ayuda contra
las tendencias judaizantes y también contra el catolicismo o cualquier sistema que intente sustituir o
agregar a la salvación ganada por nuestro bendito y salvador Jesucristo.

El escritor hace su razonamiento completamente judío. Muchos de sus elementos tienen afinidad
con el helenismo judío alejandrino, tal como está representado en Filón, pero otros son compatibles
con la hermenéutica rabínica de Jerusalén.

A. EL ORDEN DE MELQUISEDEC (Hebreos 7:1-7)


En los dos primeros versículos, hace una relación con Génesis 14:18-20 para luego hacer su
interpretación de este misterioso personaje llamado Melquisedec.

EL FUNDAMENTO DE SU SACERDOCIO (7:2-3)

Se ve el significado de su nombre: 1) Rey de Justicia. 2) Rey de Salem. Esto es Rey de


paz. Aquí encontramos una relación tipológica con Cristo. Es un recordatorio en que la paz sigue a
la justicia. En el versículo 3 encontramos que Melquisedec, no seguía el orden levítico como
correspondía a todo sumo sacerdote; dice que sin padre ni madre, sin genealogía, que ni tiene
principio de días, ni fin de vida. 3) En la mente de un judío educado era inconcebible que sirviera
como sacerdote alguien que no fuera hijo de sacerdotes y de familia levita. Sin embargo, fue Moisés
el escritor inspirado quien calificó a Melquisedec como Sacerdote del Dios Altísimo (Génesis
14:18). Fue así reconocido aunque le faltaran las credenciales legales. No tenía una ascendencia
oficial. No había registro de la fecha de su nacimiento y de su muerte. En este sentido era hecho
semejante al Hijo de Dios que no tenía ascendencia sacerdotal para ser reconocido oficialmente.
El punto principal es que Melquisedec “permanece sacerdote para siempre” (vs. 3). “Esta es la
proposición fundamental” (Beacon). Las ideas principales que el escritor desea enfatizar son: (1) que
se trata de un orden sacerdotal ciertamente no levítico. (2) Es un orden superior. (3) Es un
sacerdocio que se caracteriza por la perpetuidad.

Sowers entiende “que Hebreos atribuye al ‘para siempre’ del Salmo 110:4 literalmente a
Melquisedec lo mismo que a Cristo. A diferencia de los sacerdotes mortales, Melquisedec vive (7:8).

B. LA GRANDEZA DE SU SACERDOCIO (Hebreos 7:4-10)

“Considerad, pues, cuan grande era este, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín”
(vs. 4). El propósito aquí es mostrar la superioridad del orden sacerdotal de Melquisedec sobre el
sacerdocio levítico. El sacerdocio de los descendientes de Leví es igualmente grande; pero el hecho
de que Abraham diera diezmos a Melquisedec, era un reconocimiento de su sacerdocio.

“Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos y
bendijo al que tenía las promesas” (vs. 6). Este argumento es decisivo porque sin discusión alguna,
el menor es bendecido por el mayor (vs. 7). Esto es evidente, pues es el padre que bendice a su
hijo. Es el sacerdote el que bendice a su pueblo. Al pagar Abraham sus diezmos, estaba rindiendo
un homenaje. Era un acto religioso. Al recibir la bendición de Melquisedec, estaba aceptando la
posición de beneficiario. Entonces en ambos sentidos resultaba subordinado de Melquisedec. “Sin
embargo, a él era a quien Dios había dado promesas de grandeza racial y utilidad mundial a través
de su simiente” (Beacon). Entonces se entiende que esas promesas estaban sometidas a la
bendición de Melquisedec. Veremos la profunda implicación que la carta esta sacando de principio a
fin.

Él contraste entre Leví y Melquisedec es grande. Los sacerdotes levitas son mortales; pero aquel
antiguo Melquisedec parece ser que vive (vs. 8). Según el Salmo 110:4. Se entiende que el
sacerdocio de Cristo por el orden de Melquisedec es eterno.

El escritor le da gran importancia de que el orden sacerdotal de Melquisedec eclipsa (oculta) al


sacerdocio levítico.

C. EL VIEJO ORDEN DESPLAZADO (Hebreos 7:11-22)

1. LA IMPORTANCIA DEL ORDEN LEVÍTICO (Hebreos 7:11)


“Si, pues, la perfección fuera por el orden levítico” (vs. 11). Recordamos que el punto principal es
la perfección que en este contexto se define como comunión perfecta entre Dios y el adorador” (AMP.
N. T.). Esta es una delineación exacta, desde el punto de vista del Santísimo. Pero incluye también
(como se ve en el concepto del Nuevo Pacto) la santificación personal, única que puede proveer una
base moral para esa comunión. “Se da por sentado que tal perfección es necesariamente por su
misma naturaleza, la meta y fin de la religión. En la medida en que cualquier sistema (incluido el
levítico) no alcanza a proveer tal perfección, es inadecuado y temporal” (Beacon).

Los judíos creían que su acceso a Dios mediante el culto de su templo representaba el nivel más
alto de sus posibilidades de perfección. Si esto fuera así ¿qué necesidad habría aún de que se
levantara otro sacerdote, según el orden de Melquisedec? (vs. 11). La respuesta a esta pregunta es
lógica. Y es un certero golpe teológico al sistema judío levítico. El sistema levítico tuvo su
oportunidad para demostrar su eficiencia, pero no fue posible.

2. La ley mosaica fue anulada (Hebreos 7:12-19)

Al cambiar el sacerdocio, era necesario que hubiera cambio de ley también (vs. 12). Detrás del
orden del sacerdocio levítico del sacerdocio estaba todo el sistema legal mosaico. Si Dios estaba
haciendo obsoleto el orden sacerdotal aarónico por un nuevo orden, también hacía obsoleto el
sistema legal del cual se deriva su autoridad. Esto es muy radical para los hebreos cristianos a
quienes se les esta escribiendo. Pero esto es aún más evidente si a semejanza de Melquisedec, se
levantara un sacerdote distinto, no constituido conforme a la ley meramente humana, sino según el
poder de una vida indestructible. Pues se da testimonio de él: “Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec”. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su
debilidad e ineficacia. Por cuanto la ley nada perfeccionó, se introdujo una mejor esperanza por la
cual nos acercamos a Dios (vss. 15-19). El Salmo 110:4, resulta ser un yunque indestructible sobre
el cual el sistema mosaico ha sido destruido.

El énfasis de la interpretación de este capítulo no debiera ponerse en el hombre, Melquisedec,


como un personaje histórico misterioso, sino en el orden o clase de sacerdocio que Él representa. Si
tratamos de escribir 7:3 y 8, literalmente al hombre, nos sumimos en dificultades que no se pueden
solucionar; pero si los escribimos al orden que el hombre representa, no tenemos problemas
serios. Debemos recordar que el único pasaje que saca a Melquisedec de la oscuridad a la
significación doctrinal es el Salmo 110:4 que dice: “Juró Jehová y no se arrepentirá”. “Tú eres
sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Atribuye esa significación solamente a su
papel como tipo del sacerdocio de Cristo. La persona importante en el Salmo 110:4, no es
Melquisedec, sino “Tú” (Cristo). Y la única idea inevitablemente comunicada es que el Mesías había
de servir como sacerdote y también como Rey, una nueva clase de sacerdote, destruyendo y
desplazando el orden aarónico, así como una nueva clase de Rey (Beacon).

Esta es una gran declaración para comprender por qué Jesucristo es el nuevo Sumo Sacerdote,
autor de un Nuevo Pacto.

D. LA INAUGURACIÓN DE UN MEJOR TESTAMENTO (Hebreos 7:20-22)

El escritor de los Hebreos continúa sacando más implicaciones de su texto favorito (Salmo
110:4). Le faltan dos puntos de su exposición.

1. Jesús es hecho fiador de un mejor pacto (v. 22). La importancia de este hecho es que los otros
ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes (v. 21).

2. ¿Quién hace el juramento? “Juró el Señor y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec” (v. 21). Es Dios el que toma el mismo juramento, prometiendo
establecer el sacerdocio individual del Hijo para siempre. Semejante obligación nunca fue asumida
en el caso de Aarón. Por ese tipo de juramento, Jesús se convierte en el fiador de Dios de este
Nuevo Pacto, y mejor Pacto.

3. Una salvación perfecta en un salvador perfecto (7:23-28). La manera como el escritor une sus
argumentos es decisivo.

a. Un poder perfecto para salvar (7:23-25). La diferencia entre el nuevo sacerdocio de Cristo y el
antiguo no sólo reside en el hecho de su juramento, sino en el hecho confirmado por los hechos de la
historia. Los otros sacerdotes llegaron a ser muchos debido a que por la muerte no podían continuar
(vs. 24). Más éste (Cristo), por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable (vss.
24, 60). Si Cristo vive para siempre, su sacerdocio no termina. No habrá otro sacerdote que le
suceda. Él es el último. Por lo cual puede salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios,
viviendo siempre para interceder por ellos (vs. 25). Porque vive siempre, puede salvar siempre a
cada pecador en cada generación, y en toda situación de necesidad en cualquier lugar. Sus recursos
son inagotables. El poder para salvar está en Él mismo; porque vive, el poder siempre está allí.

Es significativa la conexión entre su poder para salvar y su intercesión. Él vive con ese
propósito. “Para defender su causa” (Muller).
“Cristo nos asegura no sólo la liberación de la sentencia de muerte que merecemos por nuestros
pecados, sino de la depravación de nuestra naturaleza” (Beacon). Las palabras “salvar
perpetuamente” muestran el grado de esta liberación. Veámoslo con mucha dedicación porque
muestran claramente que “la salvación perfecta de la condenación implica perfecta salvación de todo
pecado”. “Todo pecado en el corazón del creyente es prueba de una salvación imperfecta, y el
defecto debe estar en el salvador o en el creyente” (Beacon).

b. Una persona perfeccionada que salva (7:26-28). El escritor considera que ha dicho suficiente
sobre el sacerdocio de Melquisedec, y que tiene que decir mucho más acerca de Aquél a quien el
Padre se dirigió en ese notable pronunciamiento. “Jesús es nuestro Sumo Sacerdote, y Él sólo es
suficiente para nosotros, porque Él sólo llena todos los requisitos establecidos” (Beacon). “Porque de
tal sumo sacerdote nos convenía (vs. 26), “es decir, era exactamente adecuado para todas nuestras
necesidades”. ¿En qué sentido? Por que Él es Santo, inocente, sin mancha, apartado de los
pecadores y hecho más sublime que los cielos (vs. 26). Son señales que atestiguan sobre sus
condiciones de su carácter y su persona. “Santo” en el corazón; “inocente” en su conducta y “sin
mancha” en su conciencia. Estas cualidades de perfección en su persona, deben animarnos a seguir
su ejemplo. Las dos últimas señales hablan elocuentemente del perfecto cumplimiento de su función,
y llegan a ser más sublimes que los cielos (vs. 26). Esta separación posiblemente sea una referencia
al aislamiento de ocho días que debía guardar el sumo sacerdote antes de hacer expiación una vez al
año en el lugar santísimo. La separación de Cristo de los pecadores fue moral, no social; fue de toda
la vida, no transitoria. Él estaba capacitado para entrar al lugar santísimo por nosotros.

Debido a la naturaleza de su carácter personal, “no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos
sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo” (vs.
27).

Precisamente por tener que realizar este ritual diario de sacrificio como suplemento del gran día de
expiación, el sistema levítico era ineficaz. La razón era que el hombre peca constantemente. Pero
en Jesús no es necesario el ceremonial antiguo. Jesús hizo este sacrificio de una vez para siempre,
ofreciéndose Él mismo (vs. 27). En el sistema antiguo, el sacerdote primero ofrecía un sacrificio por
él mismo, o sea, por su propio pecado; y luego ofrecía el sacrificio por el pueblo.

La ley constituía como sacerdotes a simples hombres débiles (vs. 28). La palabra “débil” se refiere a
la condición de los sacerdotes humanos que tenían que ofrecer un sacrificio por sus pecados.

La palabra del juramento posterior a la ley reemplazó y abrogó a la ley. Cristo es el Hijo perfecto de
Dios para siempre (vs. 28). La perfección de Cristo debe verse como el contraste con la imperfección
y enfermedad pecaminosa humana. La superioridad de Cristo como Sumo Sacerdote radica en el
hecho de estar libre de pecado.

El autor de Hebreos nos ha llevado paso a paso, hasta avanzar al corazón mismo de la obra y
ministerio de Cristo por nosotros. Sus unidades de pensamiento parecen cadenas que se entrelazan.

Hasta aquí nos hemos dado cuenta que Cristo es superior a los ángeles. Como Hijo, es superior a
Moisés, como Sumo Sacerdote es superior a Aarón y a Abraham. Ahora se ve que esa superioridad
dio inicio la inauguración de un Nuevo Pacto, y superior al antiguo.

CRISTO MEDIADOR DE UN NUEVO PACTOHebreos 8:6.

Comprender el papel de Cristo como mediador de un Nuevo Pacto, y su implicación en el proceso de


nuestra salvación y santificación.

A. CRISTO MINISTRO DEL SANTUARIO (Hebreos 8:1-2)

Vss. 1-3. Aquí se nota el cambio de una exposición, de un tema a otro. El punto principal de lo
que venimos diciendo es: a) tenemos un Sumo Sacerdote. b) Se sentó a diestra de la majestad en
los cielos para ser co-gobernador del universo. c) Él es ministro del santuario (vs. 2). Esta es la
designación y calificaciones de nuestro Señor Jesucristo como Sumo Sacerdote.

En los versículos siguientes se va a examinar la naturaleza de su ministerio. Porque un sacerdote


desempeña un oficio y realiza una función. En estos tres capítulos estaremos estudiando ya no sus
credenciales, sino su obra, tal como: lo que Él hace y la forma en que la hace. Estudiaremos lo que
hace por nosotros y el lugar que ocupa en el ministerio.

“Él es ministro del Santuario” (vs. 2). Ministros del santuario es una palabra compuesta (“leitos”,
público y “ergon”, trabajo). Esto significa que Jesús desempeña un servicio público.

Aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre (vs. 2). Es el lugar donde Dios
se encuentra con el hombre, y el hombre, con Dios. El tabernáculo celestial corresponde a las cosas
celestiales, (vs. 5). Este es el verdadero tabernáculo (9:24) en el sentido de que es la realidad y
finalidad; mientras que el tabernáculo terrenal, era sólo típico y temporal con respecto al espiritual.

B. UN MEJOR MINISTERIO (Hebreos 8:3-6)


Jesús tiene mucho que ofrecer (vs. 3). Pero esto no puede ser de naturaleza material. Porque si
estuviera en la tierra ni siquiera sería sacerdote (vs. 4). El sistema terrenal ya está manejado por
sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley de Moisés (vs. 4). Pero Jesús no pertenece a
este sistema.

Porque estos sacerdotes sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales (vs. 5). Dios
le dijo a Moisés: “Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el
monte”. Modelo aquí es (“typon”, “tipo”, “molde”, “diseño” o “plan”). Este diseño estaba basado en el
prototipo espiritual, escondido en Dios, como un misterio que sería revelado en Cristo. Esto quiere
decir que el tabernáculo construido por Moisés, siguiendo la instrucción divina, es una copia del
modelo de la realidad celestial. Pero si era una copia fiel, cada parte, tanto de la estructura como del
ritual, tiene su contraparte en Cristo. Esta es exactamente la premisa del escritor.

“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo” (vs. 6). Por muy excelente que fuera el ministerio
aarónico, debido a sus orígenes divinos, el de Cristo es aun más excelente” (Muller). “Por cuanto es
mediador de un mejor Pacto establecido sobre mejores promesas” (vs. 6).

De las seis veces que se encuentra la palabra “mediador” referente a Jesús, tres se encuentran en
esta carta de Hebreos: Hebreos 8:6; 9:15; 12:24. El énfasis que se le da no está sólo en el sentido de
reconciliación, sino de mediador, de negociación. Pero lo más profundo de su oficio es el de
Mediador (9:15). La atención debe estar ahora en que es mediador de un mejor pacto, establecido
sobre mejores promesas (v. 6). Estas promesas son mejores por su contenido. Hay mejores
términos y más sustancia en el Nuevo Pacto.

C. UN MEJOR PACTO (Hebreos 8:7-12)

El Nuevo Testamento reconoce esencialmente dos Pactos. El Antiguo Pacto prevalecía antes de
Cristo. El Nuevo Pacto prevalece después de Cristo. El antiguo Testamento contiene la historia y la
funcionalidad del Antiguo Pacto, mientras que el Nuevo Testamento expone el Nuevo
Pacto. Hebreos es la exposición por excelencia y se puede afirmar que su tema principal es el Nuevo
Pacto. El Antiguo Pacto se identifica con Moisés; el Nuevo Pacto se identifica con Cristo.

La palabra pacto es traducción de un término hebreo que significa “cortar o dividir en alusión a una
costumbre sacrificial relacionada con la celebración de un pacto” (Vine). En castellano es diferente,
porque pacto significa una mutua obligación de dos o más partes, comprometiéndose cada uno a
cumplir sus obligaciones.
La palabra “diathêkê” que indica pacto aquí en Hebreos no implica la idea de obligación mutua,
sino que mayormente significa una obligación asumida por una sola persona” (Vine, Tomo 3, p.
114). En este caso Dios asumió el compromiso de establecer un Nuevo Pacto. Sin embargo, en el
Nuevo Pacto se le exige a los hombres a cumplir con las condiciones establecidas: arrepentirse de
sus pecados, entregarse a Cristo y obedecer en todo.
1. LA NECESIDAD DE UN PACTO MEJOR (Hebreos 8:7-9)

Antes de hablar del Nuevo Pacto, el escritor hace ver las limitaciones del pacto antiguo: “Si aquel
primer pacto hubiera sido sin defecto, ciertamente no se habría procurado lugar para el segundo” (vs.
7). Significa que el Pacto Antiguo era insatisfactorio. Dios ni siquiera está pensando en renovarlo,
sino en desplazarlo (vs. 13). En Las Escrituras, Dios ha estado anunciando promesas de un Nuevo,
pues reprendiéndolos, dice: Vienen días dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la
casa de Judá un Nuevo Pacto” (8: 8; Jeremías 31:31).

En el versículo 7, el escritor hace ver la imperfección del Antiguo Pacto; pero en el versículo 8
hace responsable al pueblo de su imperfección. En el siguiente versículo lo podemos entender mejor:
“No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra
de Egipto. Como ellos no permanecieron en mi pacto, yo me desentendí de ellos, dice el Señor” (vs.
9).

El fracaso fue responsabilidad de ellos, no de Dios. Porque el Señor dice que los tomó de su
mano para sacarlos de Egipto. Lo hizo como todo buen padre que toma la mano de sus hijos
pequeños en el momento del peligro. Este cuadro de misericordia divina, sólo hace más
responsables a los israelitas, porque Dios les fue mostrando su poder y su ayuda en los momentos de
sus dificultades. Los israelitas llegaron a su crucial relación en Cades-barnea, allí fue el comienzo
del fin del pacto y se conoció su ineficacia. Pero allí nace también la necesidad de un pacto mejor.
2. LA ESENCIA DEL MEJOR PACTO (Hebreos 8:10-12)

En este texto es muy importante que veamos el nuevo plan que Dios tiene para los israelitas y
para nosotros.

a. La Santificación Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré (vs.
10). Este es el poder redentor que no está contemplado en el Antiguo Pacto. En el Antiguo Pacto,
Dios prometía bendecir al pueblo y ellos prometían obedecer sus leyes. La antigua promesa no
tomaba en cuenta la íntima rebeldía de su naturaleza de pecado. El Antiguo Pacto era formal y
externo, porque sus leyes estaban grabadas en tablas de piedras, en lugar de estar grabadas en el
corazón. Los israelitas sabían por sus conciencias que debían de cumplir con los acuerdos
venerables de la ley, pero casi siempre iban en contra de sus deseos e inclinaciones interiores.

Una santidad sustentada en actitudes externas y formales, no pueden satisfacer ni a Dios ni al


hombre. Debe haber en lo más profundo, en lo más secreto de nuestro corazón, no sólo completa
conformidad, sino completa afinidad con las leyes de Dios. De esta manera, el pacto no sólo será
observado, sino motivo de gozo. Esto es diferente con las leyes del antiguo pacto, donde las leyes
tienen que ser aceptadas formalmente a pesar de ser incompatibles con la naturaleza humana. Por
eso se tornan odiosas y tienen que cumplirse con vigor de autoridad competente. Esto produce
tensión y deja la idea de que la justicia que viene por parte de la ley es inadecuada.

El problema no está en la Ley, sino en el corazón humano. Filón enseñaba en Alejandría que la
ley moral afianzada con la ley de sacrificios tenía poder inherente para purificar el alma que ella
exigía. Hebreos es una refutación total a esta posición. La ley sólo especifica lo que hay que hacer,
pero no puede impartir el deseo de hacer. La ley puede inducir a obedecer por miedo, pero no a
obedecer con gozo. Por eso es que Dios por medio de Jeremías habla en primera persona: “Yo
pondré mis leyes... en su corazón. No dice que estableceré otro sistema legal que resultará más
eficaz. Mas bien operará directamente sobre el individuo que le adora, y cambiará su naturaleza
(Deuteronomio 30:6). A esto llamamos gracia santificadora, y ésta es la esencia del Nuevo Pacto”
(Beacon).

Las normas básicas que Dios pondrá en el corazón en los del Nuevo Pacto sólo será conocimiento
del bien y del mal. En el Antiguo Testamento, las normas estaban resumidas en los diez
mandamientos. En el Nuevo Testamento están resumidas en el Sermón del Monte. Pero estos no
cambian en esencia ni han sido cambiadas; lo que sí ha cambiado es la disposición a cumplirlas. Hoy
no están externamente escritas, sino que hoy están internamente escritas en la mente y corazón del
hombre. Las leyes se escriben en el corazón, pero se ponen en la mente. Esto quiere decir que
tienen que impregnarse completamente en el ser moral y espiritual del hombre, hasta que la ley de
Dios sea parte de él, de tal manera que pueda decirse que es la ley de él mismo. Cuando esto
acontezca será tan natural para él obedecerla como antes era natural desobedecerla.

b. Adopción “Y seré a ellos por Dios y ellos me serán a mí por pueblo” (vs. 10). En el Antiguo
Pacto esto era sólo un ideal. Generalmente la relación del pueblo con su Dios estaba mezclada con
rebeldía y tristeza por el juicio divino. El pueblo se mantenía en temor por su infidelidad al mandato
divino.
El ideal de Dios no se cumplió en el Antiguo Pacto. Él los llamaba “mi pueblo” Pero ellos no
tenían esa familiaridad amorosa de llamarle “Mi Dios”. Jeremías 31:31-34 presenta la nueva relación
en el Nuevo Pacto. Es una relación gloriosa, sagrada y preciosa. Somos ahora en Cristo, sus hijos,
su pueblo, y Él es nuestro Dios. Es una relación verdaderamente personal.

c. Regeneración “Ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al


Señor, porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos” (Hebreos 8:11). Este es
un principio doctrinal de la Iglesia Evangélica “Amigos”, conocido como luz espiritual y
salvadora. Hace referencia a “aquella Luz verdadera, que alumbra a todo hombre que venía a este
mundo” (Juan 1:9). “Porque la luz es lo que manifiesta todo” (Efesios 5:13). “Porque la gracia de
Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11). “La luz a los corazones de
todos los hombres por un tiempo, para traerles salvación; y es esto lo que reprueba el pecado de
todos los individuos, y arreglaría la salvación de todos ellos si no le resistieran. Ya que esta luz fue
comprada por la muerte expiatoria de Él, quien “gustó” la muerte por todos los hombres”. Es tan
universal como la semilla del pecado”. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo
todos serán vivificados” (I Corintios 15:22) (Proposición VI, una pequeña apología).

Exactamente aquí es donde estaban las fallas en el Antiguo Pacto. Su transmisión se hacía por el
culto de una comunidad y una línea racial”, mas bien que por el Espíritu Santo” (Beacon). “La
perpetuación del culto dependía de un sistema de enseñanza muy bien elaborado, de los hijos por los
padres, del prójimo por el prójimo. Era más una tradición que una posesión personal. Eran más
espectadores que participantes de una adoración verdadera personal.

d. Justificación La justificación es el proceso mediante el cual Dios nos declara justos como que
si nunca hubiéramos pecado. “Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de
sus pecados y de sus iniquidades” (vs. 12). “Nunca más” es una declaración con mucho énfasis. Los
pecados de los que ahora, en el Nuevo Pacto, vienen a Dios, son remitidos totalmente y nunca
volverán a ser cargados en su cuenta. Este es un perdón absoluto porque está basado en la sangre
de Cristo. No es una tentativa de apaciguamiento basado en sacrificio de animales y sujeta a
repetición. 1) La sangre de bueyes y de machos cabríos nunca pueden quitar el pecado. 2) Estos
sacrificios nunca pueden satisfacer la conciencia ni purificarla.

e. Un pacto que desplaza (Hebreos 8:13) “Otra doctrina de Filón (Apologeta judío),
vigorosamente promulgada entre los judíos de Alejandría, era que el pacto mosaico era eterno. Esta
también es refutada por el autor de Hebreos” (Beacon).
“Al decir Nuevo Pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece está
próximo a desaparecer”. Esto es contundente. Todo el sistema judío, ahora es obsoleto y apto
solamente para el almacén de antigüedades y para satisfacer a los eruditos. Si es obsoleto, ha
cumplido su misión. Es tiempo de una tranquila despedida. De nada sirve buscar abrigo bajo un
árbol viejo y carcomido que está a punto de caer. Dios ha terminado con el viejo sistema, aunque a
algunos hermanos hebreos cristianos no les parezca bien. Jesucristo es ahora el autor del Nuevo
Pacto.
CONCLUSIÓN

En esta lección hemos presentado cuatro puntos importantes del Nuevo Pacto:

1. La santificación. “Es la purificación del corazón de todo pecado, y de su renovación a la imagen


de Dios”.

2. Adopción. Es el acto por medio del cual Dios nos declara de que somos parte de su familia y
reinstalados en los privilegios de filiación. La adopción ocurre en el mismo momento de la
justificación y la regeneración” (Wiley y Culberstson).

3. Regeneración. Es el cambio poderoso en el hombre efectuado por el Espíritu Santo, quedando


libre de sus delitos y pecados.

4. Justificación. “Es un acto de Dios por el que los hombres son declarados justos o rectos. Son
declarados libres de toda culpa y pena del pecado. La justificación es un cambio actual en relación
con Dios; y la santificación es un cambio en la naturaleza moral del individuo” (Introducción a la
Teología, p. 311).

El orden de estos puntos doctrinales es como aparecen en la carta a los Hebreos, debieron ser
Justificación, regeneración, adopción y santificación.

EL NUEVO PACTO Y LA SANGRE DE CRISTO : Hebreos 9:14.

PROPÓSITO

Comprender que en el Nuevo Pacto el sacrificio de Cristo es suficiente para quitar nuestros pecados,
y ya no necesitamos realizar más ritos.

INTRODUCCIÓN
El punto principal del autor en este capítulo es claro. Los creyentes judíos no continuaron
contemplando el pacto mosaico con sus servicios y sacerdocios; por ahora tenían algo mejor en
Cristo. Lo que el pacto anterior les ofrecía era el seguir repitiendo lo que Jesús ya había hecho una
sola vez y para siempre. La base para el establecimiento del Nuevo Pacto fue la muerte de nuestro
Señor Jesucristo.

A. LA FORMA ANTIGUA DEL SERVICIO DIVINO (Hebreos 9:1-10)

El primer pacto tenía algunos elementos que mencionaremos a continuación:

1. ORDENANZAS DE CULTO. Se refiere a reglamentaciones que gobernaban cada pequeño


detalle y ritos prescritos para cada culto.

2. TENÍA UN BUEN SANTUARIO TERRENAL (9:1-5). Se refiere a un lugar en el sentido visible,


material y terreno, adecuado a este orden (Juan 4:20-24). El tabernáculo estaba dividido en tres
partes: El atrio, el lugar santo y el lugar santísimo. En el atrio estaba el altar de sacrificio y el lavacro
o fuente de bronce. Hebreos 9:1-5 hace referencia básicamente al lugar santo y al lugar santísimo.

a. El lugar santo (9:2). Aquí se encontraba el candelero de oro, la mesa para el pan de la
proposición y el altar del incienso.

b. Los panes de la proposición estaban divididos en 12, para representar a las tribus de Israel,
“reservadas siempre sobre la mesa como memorial perpetuo del pacto de Dios con su pueblo”
(Beacon). Se cree también que es tipo de Cristo como el pan del cielo para ser comido por todos los
sacerdotes, estos como tipo de los creyentes. En el lado opuesto estaba el candelero, la única fuete
de iluminación, puesto que no había ventanas. Esta es una buena representación del corazón
justificado: La luz interior, alimentada por el aceite del Espíritu Santo y el pan de Cristo en lo interior,
por el cual vivimos (Beacon, 105). El altar del incienso representa las oraciones, que son olor suave
a Dios.

B. EL LUGAR SANTÍSIMO (Hebreos 9:3-5)

Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamado el lugar santísimo (vs. 3). Esta
división de la estructura total era un apartamento de cuatro metros y medio por lado. Estaba
separado del lugar santo por una cortina. El lugar santísimo, en su interior tenía un incensario de oro
y el arca del pacto cubierta de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció y las tablas
del pacto –tablas de la Ley- (vs. 4). El arca representaba el corazón santificado que permanece en la
presencia de Dios (10:18-22). En este corazón santificado hay tres bendiciones del Nuevo Pacto: 1)
La ley de Dios (8:10; 10:16). 2) El fruto sobrenatural del Espíritu Santo, ahora floreciendo en lo que
antes era un palo seco simbolizado por la vara de Aarón que reverdeció. 3) La fuerza permanente,
interior del Cristo viviente que habita en nosotros, está representada por la urna del maná (Juan 6:48-
51).

Sobre la urna estaban los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio (vs. 5). Este era el
medio para unir a Dios y el alma, y ponerla (el alma) bajo la sombra de las alas divinas. Así como
esta unión depende de la unión perfecta con el propiciatorio, la santidad del alma y la cobertura divina
dependen de estar a la vez perfectamente unida y perfectamente subordinada a Cristo. Pero esta
comparación no se puede llevar demasiado lejos porque Hebreos no lo hace (Beacon).

C. LAS ORDENANZAS TERRENALES (Hebreos 9:6-10)

El propósito inmediato del escritor es mostrar que el ministerio sacerdotal ordenado para este
tabernáculo terrenal en el desierto no satisface todas las necesidades. Era inadecuado. En la
primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir con los oficios del
culto (vs. 6). Este culto era ritualista, externo y de formas. En la segunda parte, entra sólo el sumo
sacerdote, una vez al año, llevando la sangre que ofrece por sí mismo y por los pecados del pueblo
(vs. 7).

El día en que entraba el sumo sacerdote era el 10 del mes séptimo, y los judíos lo llamaban “Yom
Kippur”. La manera en que entraba el sumo sacerdote era minuciosamente con tanto cuidado porque
estaba lleno de peligros y era un día de terror y no de alegría.

El Espíritu Santo da entender con esto que todavía no se había abierto el camino al lugar
santísimo (vs. 8). Por medio de esta lección el Espíritu Santo quiere que entendamos que todo el
sistema mosaica levítico era un sistema transitorio, y permanecería entre tanto que la primera parte
del tabernáculo estuviese en pie (vs. 8). La palabra tabernáculo o tienda se usa figuradamente para
todo este tiempo. El misterio del lugar santísimo fue un libro cerrado; se desconocían los detalles por
parte del pueblo.

Lo que se practicaba diariamente como anualmente, era un símbolo (vs. 9), es decir, una
comparación no para el tiempo presente, sino para el tiempo ahora inminente” (Muller). En Cristo se
revelan tanto el significado real como el cumplimiento real.
En este sistema de símbolos o parábolas era propio ofrecer a Dios ofrendas y sacrificios. Pero
éstos (los judíos) eran impotentes para hacer lo único que era necesario hacer. No pueden ser
perfectos en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto (vs. 9). Con todo esto no se lograba el
fin deseado de quitar y de limpiar la conciencia de culpa. El adorador de este sistema seguía
careciendo de paz y seguridad. En el sacrificio de animales que ofrecían había una impotencia
inherente. La perfección que se obtenía bajo este sistema simbólico consistía sólo en comidas y
bebidas, de diversas abluciones (vs. 10). Esto se tenía que hacer de una manera meticulosa,
siguiendo las reglamentaciones establecidas, pero como lo descubrió San Pablo, era del todo vacío e
insatisfactorio (Filipenses 3:4-6).

¿Cuál sería el propósito de este sistema? Representar, de manea parabólica el mejor sistema que
ahora se halla en Jesús. Por eso no se puede decir que el viejo sistema fracasó; este sirvió a su
propósito (Gálatas 3:24), y nunca se quiso que hicieran más que eso. Todo el sistema era un
conjunto de ordenanzas acerca de carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas (vs.
10). Era como una carga gravosa que es muy contraria a la vida espiritual del Nuevo Pacto, el cual
se hace con toda satisfacción personal.

D. LA GRAN DIFERENCIA DEL SERVICIO DE CRISTO (Hebreos 9:11-15)

1. LA GRAN DIFERENCIA DE LA ACCIÓN DE CRISTO (Hebreos 9:11-12)

Se marca el gran contraste estando ya presente Cristo (vs. 11). Él es el que hace la gran
diferencia como Sumo Sacerdote de los bienes venideros (vs. 11). Su servicio como Sumo
Sacerdote es muy diferente tanto como en la localización como en la sangre utilizada para el
sacrificio. En cuanto a la localización, su ministerio tiene lugar en un más amplio y más perfecto
tabernáculo, no hecho de manos (vs. 11). El santuario con el cual Cristo y los suyos tienen que ver
no es material visible, ni local ni destructible. Es más bien de un orden espiritual. Este tabernáculo
es más perfecto. En muchos aspectos de los cuales algunos de los más importantes son su
permanencia y accesibilidad universal. Todos podemos entrar al lugar santísimo a través de Cristo.

El otro punto de la gran diferencia está en la sangre utilizada. No por sangre de machos cabríos ni
de becerros, sino por su propia sangre (vs. 12). Se usa el plural para describir a los animales porque
esto tenía que hacerse año tras año. Además, del macho cabrío ofrecido por el pueblo, la sangre del
cual era rociada delante del propiciatorio. El sumo sacerdote sacaba otro y el de Azazel, macho
cabrío emisario. Sobre el animal confesaba el pecado del pueblo, ponía las manos sobre él y lo
enviaba como cargado del pecado al desierto, allá, lejos y fuera de la vista. Tanto el macho cabrío
sacrificado como el enviado al desierto, ambos eran una misma ofrenda. La muerte de Cristo está
simbolizada por el macho cabrío sacrificado. Su resurrección a la vida está simbolizada por el animal
enviado al desierto (Comentario Exegético).

2. EL BENEFICIO ES MUY DIFERENTE (Hebreos 9:13-14)

La sangre de aquellos animales, casi sin valor, les permitía algunos beneficios al adorador del
Antiguo Testamento: santificación para la purificación de la carne (vs. 13). Esta santificación era sólo
para su pureza externa y para su aceptación formal para Dios. Pero, aún así, los buenos resultados
no se debían al sacrificio en sí, por que esto sólo era un símbolo, sino al acto penitencial de adoración
y obediencia de reconciliación con Dios por medio de los sacrificios. Este es el gran contraste. Si
aquella sangre logró eso, por lo menos, “¿cuánto más la sangre de Cristo la cual mediante el Espíritu
eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para
que sirváis al Dios vivo? (vs. 14).

La expresión “cuánto más” mide la distancia cualitativa entre aquella forma de acercarse a Dios
con lo que tenemos ahora, mediante la sangre sagrada de Cristo Jesús, la que realizó “mediante el
Espíritu eterno, no el Espíritu Santo, sino su propio Espíritu, el Hijo eterno” (Beacon).

“Se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios”. Se dio voluntariamente, sabiendo en todo momento
que tenía la libertad de poder rechazar la cruz. El valor verdadero de su sangre está en el mérito
ético de su acto voluntario.

La gran bendición que nos ofrece esta sangre santa y preciosa es que es mucho más profunda
que una limpieza ritualista, porque esta sangre derramada por Cristo es la que nos provee la vida
eterna. “Beber su sangre” es una figura que significa “apropiarse de los efectos salvadores de su
muerte expiatorio” (W. E. Vine).

3. EL ALCANCE DE SU MUERTE (Hebreos 9:15)

Para hacer posible esta limpieza más profunda fue que se instituyó un pacto totalmente nuevo. Es
la muerte de Cristo la que le da valor a los tipos que señalaban a aquellos sacrificios. Por lo tanto el
sacrificio expiatorio de Cristo es la base de la salvación de todos los que son salvos antes de la cruz y
después también.

E. LO QUE GARANTIZA LA SANGRE (Hebreos 9:15c-20)

1. LA HERENCIA PROMETIDA (Hebreos 9:15c)


Es lo que dice nuestro texto: “Reciban la promesa de la herencia eterna” (vs. 15c). El Nuevo
Pacto se relaciona con “una herencia eterna de carácter celestial y espiritual, no era terrenal y
nacional como la del Antiguo Pacto de los judíos.

2. LA MUERTE DEL TESTADOR (Hebreos 9:16)

Tener una herencia prometida nos recuerda que la muerte de Cristo era por lo tanto no sólo
necesidad sacerdotal, sino también legal. “Porque donde hay testamento, es necesario que
intervenga la muerte del testador (9:16). Aquí el que murió es Cristo. Es identificado como el
testador o autor del Nuevo Pacto.

3. LA SANGRE DE LOS RITOS DEL PRIMER PACTO (Hebreos 9:17-21)

“Ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre”. En esto también el Nuevo Pacto debía ser por la
sangre porque “sin derramamiento de sangre no se hace remisión”. Esto es el fundamento de la
verdadera religión (vs. 22).

4. EL CORAZÓN DE LA VERDADERA RELIGIÓN (Hebreos 9: 22)

La sangre sacrificada es un símbolo de dar la vida en el Antiguo Pacto, pero en el Nuevo Pacto es
una realidad. Dios ha sacrificado a su propio Hijo (“El cordero que quita los pecados del mundo”
(Juan 1:29).

5. EL BENEFICIO DE MEJORES SACRIFICIOS (Hebreos 9:23-28)

El escritor hace un resumen conmovedor, como el clímax del profundo gozo que produce el
sacrificio de nuestro Señor Jesucristo por nosotros. Solamente aquí usa los contrastes más notables.
Contrasta las figuras con las cosas celestiales (vs. 23). Contrasta el santuario hecho de manos con el
verdadero (vs. 24). Contrasta la repetición de la expiación cada año con una vez para siempre en la
consumación de los siglos (vss. 25-26). Y contrasta el juicio futuro con la salvación venidera (vss. 27-
28).

Él es majestuoso Señor que vino a ser Sacerdote y sacrificio y es el centro de esta porción de
Hebreos porque procura beneficios eternos. En este resumen, se nos recuerda que en el
cumplimiento de su ministerio como Sacerdote, nuestro Señor estaba satisfaciendo una necesidad
inherente a toda la humanidad. Él sacrificio de Cristo nos proporciona beneficios incomparables, que
son los siguientes:

a. Una representación perfecta (9:24). El sumo sacerdote levítico, sólo era una figura del verdadero,
“la contraparte de la realidad” (Moffatt). Aquí Cristo entró en el cielo mismo. Cielo aquí se refiere a
un lugar definido, el asiento mismo de la gracia divina. Fue allí donde Cristo nos representó y nos
representa ahora.

b. Una expiación perfecta (9:25-26). El contraste no es sólo entre el cielo y la tierra, la realidad y la
sombra. El contraste también es entre lo definitivo del sacrificio único bajo el nuevo orden y lo
imperfecto de los muchos sacrificios bajo el Antiguo Pacto. El sacrificio de Cristo no es para
ofrecerse muchas veces (vs. 25). Si la acción mediadora de nuestro Señor no fuera más concluyente
que la copia levítica, “le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo”
(vs. 26). “Pero ahora en la consumación de los siglos, se presentó sólo una vez para siempre”, una
vez en la consumación de los tiempos “por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el
pecado” (vs. 26). Todo el propósito de presentarse como hombre con el hombre fue de “quitar el
pecado de en medio” (vs. 26).

c. Una salvación perfecta (9:27-28). El peso de este énfasis está en la palabra “una sola vez”. Cristo
se presentó una sola vez para hacer expiación y sólo una vez está establecido que el hombre muera,
luego viene el juicio (vs. 27).

La ofrenda que Cristo presentó fue definitiva por el pecado. No se puede repetir por que es
suficiente.

La próxima acción de Jesucristo será la reunión de aquellos redimidos por su sangre. “Y


aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado para salvar a los que le esperan (vs.
28). “Aparecerá” (del griego “horao”) es la traducción del futuro “ver”. El pasivo es “ser viso”,
revelarse a sí mismo. Con toda seguridad incluye la idea de una aparición visible (Hechos 1:11).

El pecado realmente será quitado sólo de aquellos que sus afectos están puestos en las cosas de
arriba y que esperan el retorno de su Señor.

resucitó para darnos una nueva vida, corremos el peligro de estancarnos o volver atrás. Por el
contrario, cuando somos conscientes de cuanto hizo, avanzamos. Sabemos que ahora somos hijos
de Dios, que hemos restablecido la relación que había roto el pecado, y que podemos avanzar hacia
el crecimiento personal y espiritual que constituye la meta final.

III.- Con ayuda del Señor Jesús se produce el cambio (vv.20-25).

Un cristiano testimonia del obrar de Cristo en su ser, por el cambio que puede apreciar el mundo en
su comportamiento. El actuar está ligado a su forma de pensar. Por tanto, si alguien está sometido a
Dios, Él le lleva a pensar y obrar de una forma diferente. No necesita proclamarlo a los cuatro vientos,
todos lo apreciarán.

El llamamiento de Dios es a permanecer fieles a Él y dar testimonio de esa nueva vida.

EL CAMINO AL LUGAR SANTÍSIMO

PARA ESTUDIO: Hebreos 10:1-25.


LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 10:1-25.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Hebreos 10:14.

PROPÓSITO

Comprender que la santificación es necesaria para poder entrar en la presencia de Dios.

INTRODUCCIÓN

En este capítulo continúa el desarrollo de tres ideas principales del capítulo 9: a) No debemos
perder de vista la meta, que es el libre acceso al lugar santísimo (9:8). b) Solamente la sangre de
Cristo puede capacitarnos limpiando nuestras conciencias de obras muertas (9:14). c) Debemos
tener en vista la perpetua validez y finalidad del sacrificio de nuestro Señor de una vez por todas
(9:26).

En el capítulo diez, el escritor está llegando a sus conclusiones finales en cuanto a las evidencias
del adorador.

DESARROLLO DE LA LECCIÓN

A. LA LEY ES UN CALLEJÓN SIN SALIDA (Hebreos 10:1-4)


1. El escritor hace una revisión al impotente sistema de sacrificios. Los sacrificios que
continuamente se ofrecen no pueden ayudar a los hombres en su perfección. Esto es
contundente. Por lo tanto poner sus esperanzas en el templo es por gusto. Esta incapacidad se ve
por la repetición de sacrificios; aun así no hace perfectos a los hombres.

2. Lo que se necesita es una limpieza que dé absoluta paz en cuanto a los pecados pasados y un
poder adecuado para evitar el continuo pecar. Esto no podía hacerlo la ley mosaica (9:9); porque “la
sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados (vs. 4). Esto también es
contundente para darnos cuenta que la sangre derramada por estos animales no tiene poder redentor
alguno. Insistir en eso es inútil, es el colmo de la insensatez. De esa manera es imposible la
salvación.

B. LA LEY ES DESPLAZADA (Hebreos 10:5-18)

Ahora el escritor hace referencia al Salmo 40:6-8 para argumentar a favor de la intervención del
Dios Trino en el nuevo Camino al lugar Santísimo.

LA ACCIÓN DE LA VOLUNTAD DE DIOS (Hebreos 10:5-10)

“Entrando en el mundo dice: sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo” (vs.
5). En el acto de venir al mundo como redentor, Cristo se presenta al Padre como el mejor sacrificio
porque los otros no le agradan. Y este es el propósito de la encarnación de Jesús, ser el sacrificio.

Hebreos cita al Salmo 40:6-8, e interpreta como Palabra de Cristo a Dios, mas que de
David. “Holocausto del todo quemado representa la consagración, y ofrendas por el pecado no son
agradables a Dios, aunque Él las ordenó como un medio de culto transitorio y su uso está de acuerdo
con la ley (vs. 8).

La lógica del escritor en este pasaje es fácil entender. Los sacrificios anuales no fueron agradables
a Dios. El anuncio que se hace del Hijo: “He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad” (vs. 9),
sólo puede tener una conclusión: “quita lo primero para establecer lo último”. Lo que Cristo ha hecho
es la voluntad final y perfecta de Dios. En esta voluntad somos santificados mediante la ofrenda del
cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre (vs. 10). Entonces la voluntad de Dios es la base
última de nuestra santificación. Aquí buscamos el origen de nuestra salvación, o sea, en la gracia de
Dios (Tito 2:11).
La santificación no es sólo exterior, sino interior y moral. Es necesario que veamos la santificación
en tres aspectos importantes:

a. Somos santificados en la voluntad de Dios. La preposición “en” se traduce “dentro de”. No


somos santificados por un simple acto, sino cuando estamos en la voluntad de Dios.

b. Somos santificados por el sacrificio de Cristo (vs. 10). Pero esta no sucede en nuestra vida si no
estamos dispuestos a consagrarnos. La parte que nos corresponde a nosotros es consagrarnos en
una entrega total; y la parte que Dios hace es la de santificarnos. Es hecho posible mediante la
acción del Espíritu Santo (II Tesalonicenses 2:13; I Pedro 1:2).

c. “Mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, somos santificados”.

2. REALIZADA POR LA OBRA DE CRISTO (Hebreos 10:11-14)

La voluntad de Dios es implementada por medio de un sacerdocio. El intento de cumplir esta


función mantenía a los sacerdotes levíticos, día tras día ministrando y ofreciendo los mismos
sacrificios en el templo (vs. 11). Los sacerdotes ofrecían muchos sacrificios, pero sin poder quitar el
pecado. En cambio, Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los
pecados, se ha sentado a la diestra de Dios. El vs. 12 nos muestra como en un cuadro, una tarea
nunca terminada; pero Cristo terminó esa tarea de una vez para siempre. Ahora Cristo está sentado
después de haber terminado su obra redentora. Allí vela atentamente hasta que sus enemigos sean
puestos por estrados de sus pies (vs. 13). Cristo salió del Calvario a la conquista de todo mal y de
toda fuerza opositora maligna. Su poder es suficiente para la tarea total de redención.

En el versículo 14, se resume concisamente y profundamente este poder para los creyentes, y
está disponible ahora. Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados
(vs. 14). Los verbos de este texto debemos observarlos cuidadosamente. Aquí se declara que la
voluntad es una santificación definida y completa. Ser perfecto no significa que el carácter ha sido
completado, sin necesidad de más conocimientos. Mas bien significa haber sido traído a una
experiencia más profunda de la realidad espiritual en Cristo; es decir, aun estado de realización más
profunda en la relación del corazón con Dios.

La perfección no lo podía ofrecer el antiguo orden. Ser perfecto para siempre es una frase que
declara que todos los que de tiempo en tiempo son santificados, son perfectos por medio de esa
única ofrenda. La sangre de Cristo nunca perderá su poder de limpiar totalmente de pecado.
C. AFIRMADO POR EL TESTIMONIO DEL ESPÍRITU (Hebreos 10:15-18)

Nuestra santificación es la voluntad del Padre a través de la obra del Hijo. “Y nos atestigua lo
mismo el Espíritu Santo” (vs. 15). Aquí se refiere a la profecía de Jeremías 31:33-34, no al testimonio
interior del Espíritu Santo al creyente en el momento de la santificación. El testimonio existe, pero
aquí no se trata de eso; aquí es una profecía del Nuevo Pacto. El punto significativo de este
testimonio es el versículo 17: “Nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones”. En el
sistema del Antiguo Pacto, cada año se hacía memoria de los pecados; pero en el Nuevo Pacto son
repudiables y dañinos los memoriales. No es necesario porque una expiación perfecta hizo posible
una remisión absoluta. La santificación es la base para una vida victoriosa.

Esto es posible por que Dios ha puestos sus leyes en nuestros corazones y en nuestra mente (vs.
16). Estos no son presuntuosos profesantes que persisten en pecado, o creyentes de doble ánimo,
sino aquellos que recuerdan la ley y la obedecen de corazón.

El escritor ha demostrado la finalidad de la persona de nuestro Señor Jesucristo y su sacerdocio y


pasión. La naturaleza y superioridad del Nuevo Pacto han sido expuestas, y se ha demostrado que el
viejo pacto es obsoleto e invalidado. Ahora se referirá al propósito central del nuevo orden y el
objetivo de su exposición: el camino hacia el lugar santísimo.

D. LA LIBERTAD PARA ENTRAR (Hebreos 10:19-22)

El predicado de estos versículos es acerquémonos. Lo demás que se dice está subordinado a


esta palabra. Otras expresiones que ayudan son: “Así que...”. “Teniendo”; y señala a Jesús como el
camino nuevo y vivo (vs. 19). El énfasis está aquí en las condiciones personales para entrar.

1. EL VELO ABIERTO (Hebreos 10:20)

Para entrar al lugar santísimo, Cristo lo ha instituido. Antiguamente el velo cerrado era como una
cortina de hierro que separaba a Dios de los hombres. Para que el velo abierto se convirtiera en
camino al lugar santísimo tuvo que ser rasgado. Para comprenderlo mejor en su verdadero contexto
es necesario recordar Mateo 27:50-51.

2. EL SACERDOTE REAL (Hebreos 10:20)


El camino para entrar al lugar santísimo es vivo y nuevo. Cristo está cerca de nosotros para
escoltarnos, y, además, permanece con nosotros como nuestra seguridad. El camino es vivo porque
su hacedor y guía está vivo.

3. EL ACERCAMIENTO CORRECTO (Hebreos 10:22)

El camino correcto exige que andemos en él de manera correcta.

a. Debe haber un corazón sincero. Esto es una simple y sincera dedicación a la perfecta y completa
voluntad de Dios.

b. Debe haber plena certidumbre de fe (vs. 22). Significa plena convicción. Estas verdades
fundamentales del evangelio deben ser creídas tan profundamente que nuestro acercamiento al
Santísimo sea sin vacilación, con toda confianza.

La consagración y la fe firme son los dos requisitos que deben satisfacerse en la crisis de la entera
santificación.

c. “Purificados los corazones de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura” (vs.
22). Habla de la justificación y de la regeneración, sin las cuales uno no puede entrar al lugar
santísimo. En esta exposición de Hebreos indica fuertemente que para el creyente, el lugar santísimo
no es un estado futuro o una localización lejana, sino un lugar permanente con Dios. Ahora podemos
entrar y vivir allí. Notemos lo siguiente: 1) El arca es donde están las tablas de la ley. La esencia del
Nuevo Pacto es la grabación de esa ley en nuestros corazones (Romanos 8:2-4). 2) Allí están
también la vara que reverdeció y el recipiente de maná. Estos son emblemas que indican que Cristo
habita en el interior, y que hay frutos del Espíritu Santo. Ambos son partes de las características de
la santidad cristiana (Efesios 3:16-20). 3). Está también allí el propiciatorio y las alas que lo
cubren. Este puede ser el lugar secreto para nuestras almas ahora.

CONCLUSIÓN

Hay razón suficiente para creer la exhortación “acerquémonos”. Es un urgente ruego para que
entremos de inmediato a la santidad de corazón. Debemos entrar en esa íntima relación con Dios, y
en ese estado de rectitud interior, que no era normal en el Antiguo Pacto. Ahora ha sido posible y
está al alcance para todos los adoradores calificados. Esto es lo que constituye la realización
personal y experimentada del corazón esencial del Nuevo Pacto.
La exhortación final de esta lección es que todos procuremos la santificación para que ninguno
caiga en semejante ejemplo de desobediencia (4:11).

EL CAMINO DE LA FE

PARA ESTUDIO: Hebreos 10:26-39.


LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 10.
TEXTO PARA MEMORIZAR Hebreos 10:25.

PROPÓSITO

Concientizar a los hermanos a que sean perseverantes en la vida cristiana.

INTRODUCCIÓN

Con el tema anterior, el escritor ha llegado a exponer lo más principal de la doctrina de la


epístola. De aquí en adelante presenta las obligaciones e implicaciones prácticas y personales de los
lectores. De esto, nosotros también tenemos el privilegio de estudiar esta epístola y aplicarla a
nuestra vida.

Seguir a Cristo es y ha sido esencialmente un camino de fe, en contraste con el culto visible y
colorido del pasado. Era muy bonito, pero inefectivo.

El camino de la fe, si de verdad lo hemos aceptado, será satisfactorio, porque nos da bendiciones
espirituales de inmediato en la presencia de Dios como aquellos las buscaban en el lugar
santísimo. Este camino de fe mantiene abierta las esperanzas en el “día que se acerca” (vs. 25).

Las exhortaciones que presenta el escritor a continuación es “acercarnos” a y “mantenernos


firmes” y a “estimularnos unos a otros” al amor, viviendo por fe porque “aquel día se
acerca”. Especialmente “no dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre”. Existen
personas que solamente se congregan cuando sus problemas han llegado al máximo, pero cuando
esto pasa se olvidan de Dios.

Al congregarnos damos testimonio a otros. Además, al congregarnos celebramos nuestra fe


juntos y eso nos permite un crecimiento espiritual.

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
A. DEVOCIÓN O DESASTRE (Hebreos 10:26-31)

En el primer punto de esta lección, se necesita que se le ponga mucha atención a la exhortación:
“Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda
más sacrificio por los pecados” (vs. 26).

Esto es fatal porque Dios ya no tiene otros medios de expiación en reserva para el beneficio de
aquellos que deciden deliberadamente rechazar a Cristo. Dios ya proveyó todo el medio necesario
para la salvación; ya no hay un tercer camino hacia el cielo. Al haber invalidado el antiguo sistema
levítico, Dios nos ha dado en su Hijo una salvación tan grande y mejor. Ahora nosotros estamos
completos en Él (Colosenses 2:10).

Tanto el sistema levítico y las otras religiones del mundo son descartadas. Todas las formas de
ofrendas ritualistas o sacramentos y prácticas, aunque se llamen cristianas no tienen ningún
valor. No hay nada que pueda sustituir el sacrificio de Cristo. Aquellos que confían en sacramentos
como medios para alcanzar la salvación, tienen en poco la sangre de Cristo.

En este sentido, nosotros los de la iglesia Evangélica “Amigos”, debemos estar agradecidos con
Dios por habernos dado líderes que fundaron nuestra denominación con una doctrina distintiva, tal
como el autor de Hebreos lo presenta. Dios es el autor de nuestra salvación. Porque por gracia
somos salvos, no es por nuestras obras: sacramentos u otros (Efesios 2:8,9).

Se nos advierte que no pequemos deliberadamente porque ya no hay más sacrificios por los
pecados. Ese pecar deliberado consiste en abandonar el discipulado después de tener el
conocimiento de la verdad del Nuevo Pacto y la salvación en Jesús. Esto es cuando buscamos otras
opciones, haciendo a un lado el único camino y no cumplimos con lo que se nos enseña en los
versículos 22-25. Es posible que en esas condiciones se encuentran muchos, así llamados
cristianos. Lo que queda para esta gente es “una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego
que ha de devorar a los adversarios” (vs. 27). Esto se refiere al terrible juicio de Dios. Cuando Dios
prepara un martillo no está hecho de seda.

En los egipcios hubo un clamor en todo hogar que menospreció la sangre. Así todo aquel que
menosprecia la eficacia de la sangre de Cristo, lamentablemente tendrá que sufrir los terribles juicios
de Dios. “Irremisiblemente” (vs. 28), tiene que morir sin ningún remedio (Deuteronomio 17:1-7). Esto
era para los que abandonaban la ley de Moisés, ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que
pisoteare al Hijo de Dios y tenga por inmunda la sangre del Pacto en la cual fue santificado y ofenda
al Espíritu de gracia?” Esto es apostatar de Cristo. La palabra griega “aphistemi” “cuando se usa
intransitivamente, significa mantenerse apartado. Significa el abandono y rechazo de la fe” (II
Tesalonicenses 2:3 (W. E. Vine – 129).

La increíble apostasía descrita en el versículo 29, implica la negación de la doctrina del Hijo de
Dios, la doctrina de la sangre santificadora y doctrina del Espíritu de gracia. Porque el cristianismo es
doctrina y experiencia. Es fatal separarlas o darle más importancia una a expensas de otra. Es
peligroso entrometerse con la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 3-4). Véase también
Hechos 9:1-9.

Uno nunca espera llegar a la apostasía, ni cree que está entrando a esa triste y terrible
enfermedad mortal del cristiano. La apostasía se apodera gradualmente de alguien que empieza
apostatar en un punto ya sea doctrinal o en la práctica. Parece que el trabajo del apóstata es reducir
el evangelio, hasta que no quede nada. En otros casos el apóstata acomoda el evangelio a su
conveniencia de tal manera que se pierde el testimonio puro. Ya no existe diferencia entre un
mundano y un cristiano.

Este problema mortal que ha entrado en la iglesia, es necesario estudiarlo con mucha
atención. Hay hermanos que son muy celosos de la iglesia, pero pueden estar en peligro de ser
apóstata porque muchas veces no viven lo que enseñan.

La apostasía se puede parecer a la enfermedad llamada SIDA, porque hasta que ya está muy
avanzado se manifiesta. En nuestras iglesias, muchos hermanos en su vida privada, descuidan su
devocional y la oración personal. No leen su Biblia ni oran. Descuidan también su devocional
familiar. El devocional familiar consiste en reunir a su familia para leer la Biblia, orar, testificar y
animarse mutuamente para mantener ardiendo la llama del evangelio, o bien, buscar a Dios juntos.

Muchos no sólo descuidan su vida espiritual en lo privado, sino también, su vida espiritual en
público. No asisten a la iglesia. Un pensamiento dice que en la iglesia venimos a adorar a Dios, y
salimos para servir a los demás. Otro pensamiento dice que a la iglesia venimos a celebrar la
fe. Pero ¿cómo vamos a venir a celebrarla, si ni siquiera traemos Biblia, ni himnario. Algunos se
sientan en la última banca; no tienen ganas de cantar; no quieren alabar a Dios; no quieren leer la
Biblia; no les gusta la predicación; se preocupan por encontrar defectos en la predicación del pastor;
encuentran defectos en el concilio. En fin, se ocupan de cuestionar todo. Si se les pide colaboración,
se niegan a hacerlo. No ofrendan, no diezman; total, no quieren hacer nada.

Debemos compartir nuestro testimonio en la iglesia para animar a otros; pero también debemos
compartir nuestro testimonio fuera de la iglesia. Debemos compartir nuestro testimonio en el trabajo,
en las camionetas, con nuestros vecinos, y con todos aquellos que no han sido alcanzados por el
evangelio.

En este punto nos hemos descuidado mucho. Hemos olvidado la parte práctica. Como iglesia
necesitamos un avivamiento. En nuestra iglesia se ha perdido el interés por estudiar la Biblia y
memorizarla. Tampoco estudiamos cuidadosamente la doctrina. Debido al desconocimiento de la
doctrina, muchos de nuestros hermanos fácilmente han caído en doctrinas erróneas.

Actualmente existe mucho entusiasmo por cantar cadenas interminables de coros. Eso es bueno;
pero en la iglesia debe haber un balance en la actividad. Debe haber canto, oración y estudio de la
Palabra de Dios. Por supuesto la alabanza personal y congregacional deben ser la manera de
celebrar muestra fe y evitar la apostasía.

B. “RECORDAD LA FIRMEZA ANTERIOR” (Hebreos 10:32-34)

La invitación ahora es recordar aquellos mejores días. Aquellos tiempos en que por dar testimonio
de Cristo, se hallaron severamente atacados por enemigos demoniacos y humanos. Este versículo
32 se refiere a aquellos tiempos cuando “sostuvisteis un fuerte y doloroso combate” por causa de
mantenerse firmes en la fe. El combate no sólo fue sufrir la prueba, sino que la sufrieron
pacientemente y salieron victoriosos, y, además, fueron solidarios con los demás (vs. 33). El escritor
les escribe así a los hermanos hebreos por que esta era la realidad de ellos. Pero eso no debía ser
motivo de desánimo y apostatar, sino que con gozo debían esperar con paciencia. El escritor dice:
“sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos” (vs. 34. Véase
también Mateo 6:19-20).

Cuando nuestro único tesoro está sólo en el presente, nuestra fe en el futuro es débil. De esa
manera no podemos regocijarnos porque hay una discordancia entre la realidad y nuestra fe.
Tenemos que pedirle al Señor que nos permita armonizar nuestra vida cotidiana con la fe que
tenemos en Jesucristo.

C. EL CAMINO DE LA FE NO ES UNA OPCIÓN (Hebreos 10:35-39)

1. En vista de las terribles consecuencias de la apostasía, tenemos que ser firmes en la fe.

2. En vista de los triunfos de la fe en el pasado, y especialmente recordar de dónde nos sacó


Jesucristo por su evangelio.
No es razonable rendirse ahora. “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene una gran
recompensa” (vs. 35). Todo el camino que hemos recorrido y todos los hechos portentosos de
nuestra vida espiritual no pueden ser anulados por ventajas sociales o temporales de este mundo. La
paciencia es necesaria para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (vs.
36). En lugar de retirarse se debe avanzar al lugar santísimo y experimentar por la fe, el
cumplimiento de las mejores promesas (8:6). El centro de estas mejores promesas es el inminente
retorno de nuestro Señor Jesucristo.

“Porque aún un poco y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (vs. 37). Esta aplicación armoniza
con el verso 25, y el versículo 38: “Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma”
(vs. 38).

La vida santa, es vida de fe. Por fe andamos, no por vista” (II Corintios 5:7). La fe cree en la
realidad de lo invisible. Esta es la clase de fe que hace posible la comunión con el Espíritu Santo.

El escritor después de haber escrito tan claro y tajante, los anima ahora diciéndoles: “Pero
nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación
del alma” (vs. 39). Nos quiere decir que no debemos ser hipócritas, que estemos solamente fingiendo
(por conveniencia) una vida espiritual que no tenemos. Tampoco somos cobardes que vamos a
abandonar las filas del evangelio especialmente cuando vemos que “aquel gran día se acerca”.

Sólo los que tienen fe, es decir, los verdaderos creyentes serán finalmente
salvos. Evidentemente, según este pasaje, no se puede ser un apóstata y un creyente al mismo
tiempo.

Creo que es el momento de nuestro estudio de Hebreos para que revisemos nuestra vida
espiritual y recordemos de dónde hemos caído, que nos arrepintamos y hagamos las primeras obras
–acciones- (Apocalipsis 2:5).

Debemos darnos cuenta también que de aquí en adelante estaremos refiriendo al gran tema de la
fe. Porque la fe es como la impulsadora para las grandes acciones de nuestra vida espiritual,
especialmente porque el justo vivirá por fe (vs. 38). “Sin fe es imposible agradar a Dios” (11:6).

En la próxima lección estaremos estudiando el tema: “Las credenciales de la fe”. Recomendamos


si puede traer algunos testimonios cortos y concisos sobre la fe en su propia experiencia. Procure
elaborar un concepto de fe, a partir de esa experiencia personal.

LAS CREDENCIALES DE LA FE
PARA ESTUDIO: Hebreos 11:1-10.
LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 11:1-10.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Hebreos 11:1-2.

PROPÓSITO

Estimular a los hermanos a ejercitar su fe en Dios.

INTRODUCCIÓN

La fe es una parte integral en el plan de salvación de Dios desde un principio. Dios siempre ha
exigido el camino de la fe para todos sus seguidores.

El escritor en este capítulo va a demostrar que todos los que han triunfado en la vida espiritual ha
sido porque fueron hombres y mujeres de fe; y por ellos tenemos una rica herencia espiritual.

DESARROLLO DE LA LECCIÓN

A. UN CONCEPTO DE FE (Hebreos 11:1)

El escritor comienza con una proposición general acerca de la naturaleza de la fe. Él dice “Es,
pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (vs. 1). Aquí encontramos
un concepto de fe, que muestra los aspectos principales de la misma: a) su relación con la
esperanza. b) Su relación con lo invisible.

La palabra certeza (“hypostasis”, en griego) significa “un ser puesto debajo de”. En este caso
significa la confianza en que nuestras esperanzas son válidas, y es la base para que se realicen. Si
perdemos la fe, nuestra esperanza nunca se realizará.

La fe se relaciona también con el orden invisible de la realidad. La palabra convicción


(“elengchos”, en griego) significa prueba. Aquí se utiliza como persuasión total y completa, a tal
grado que no necesita de más pruebas (de probarlo, argumentar, demostrar). Con el ojo de la fe
vemos cosas que no podemos ver con el ojo físico humano. La fe significa estar convencido de las
cosas que no podemos ver físicamente.

Un concepto que se originó en la mente de San Pablo es “como acto de obediencia. Esto se pone
en relieve en el paralelismo de Romanos 1:8, 16, 19. Ese acto de obediencia se basa en el
reconocimiento de Cristo como el Señor y Salvador. El Señor exige a los hombres a que abandonen
la manera anterior de vivir y que alcancen así la conversión.

El concepto cristiano de la fe, ha sido influenciado por el concepto helenista que se limita a la
aceptación del mensaje cristiano sólo con la mente. El problema es que al aceptar el mensaje de esa
manera, se queda únicamente como un conocimiento mental.

Para ayudar en este concepto tan importante, podemos decir que fe es la disposición del hombre
en recibir el regalo de la justicia de Dios y la acción salvadora de Jesucristo. En este sentido la fe no
es únicamente un conocimiento mental. La fe exige lealtad, obediencia en todos los aspectos de la
ley de Dios.

Los judíos habían negado la fe al mal interpretar la ley de Dios, y usarla para
autojustificarse. Parecían ser estrictos en observar la ley, pero en realidad sólo era una apariencia,
ya que con sus acciones negaban la fe.

B. ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA FE (Hebreos 11:2-40)

1. LA SEGURIDAD (Hebreos 11:2)

“Por la fe alcanzaron buen testimonio los antiguos” (vs. 2). Ellos pudieron alcanzar el
conocimiento de la creación divina. Ellos creyeron que lo visible salió de lo invisible.

2. LA JUSTICIA (Hebreos 11:4-5)

Abel alcanzó buen testimonio de que era justo. Esto fue una aceptación de sus ofrendas por parte
de Dios.

Enoc también tuvo testimonio de haber agradado a Dios con su vida. Por eso Dios lo llevó para
que no viera muerte.

3. AGRADA A DIOS (Hebreos 11:6)

La fe es el acto de estar creyendo. Dios es el que da testimonio a nuestro espíritu de que somos
sus hijos (Romanos 8:16), porque Él conoce nuestros corazones. “Porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que ley hay” (vs. 6).

4. LAS OBRAS DE LA FE (Hebreos 11:7)

La iniciativa es divina, pero las obras son de los que creen en esa iniciativa. Noé preparó el arca
por que Dios se lo mandó; él creyó que vendría un diluvio por que Dios se lo dijo, y procedió a obrar
por fe. Preparó el arca para salvar a su familia. Por eso la fe no es tener una información de una
manera pasiva.

5. LA OBEDIENCIA (Hebreos 11:8)

La fe engrandeció la vida de Abraham.

a. Por la fe tenía una historia de relación personal con Dios.


b. Por la fe creyó y reconoció la voz de Dios.
c. Por la fe creyó de que si Dios se lo decía, era porque existía el lugar que Dios le mencionaba.
d. Por la fe creyó que Dios lo protegería en el camino hasta llegar al lugar donde Dios le indicaba.
e. Por fe creyó que Dios le daría la tierra prometida.

6. ESPERA CON PACIENCIA (Hebreos 11:9-10)

Abraham sabía que tenía que esperar con paciencia la promesa de Dios. Esa es una cualidad de
la fe.

7. TRAE GOZO (Hebreos 11:11-12)

La fe de Abraham y de Sara se mantuvo firme en lo que Dios les había prometido. Por eso Dios
pudo cumplir sus promesas para con ellos. El cumplimiento de las promesas de Dios fue de mucha
alegría para ambos, especialmente por el Nacimiento de Isaac. En un sentido, la fe es la que hace
posible los milagros. No es que la fe obligue a Dios a actuar; sino más bien, se necesita que le
creamos a Dios cuando Él quiere hacer una obra maravillosa.

8. MORIR EN LA FE (Hebreos 11:13-16)


Morir en la fe, es diferente a morir por la fe. Morir por la fe, es morir siendo mártir. Mientras que
morir en la fe es creer en Dios hasta el último momento de nuestra vida. A los patriarcas les habían
sido dadas las promesas, pero no habían recibido el cumplimiento; sin embargo, ellos murieron en la
fe.

En los versículos 13-14, notamos que la confesión de fe, incluye varios elementos:

a. Una posesión de la visón –mirándolo de lejos. Ellos sabían que lo que esperaban recibir estaba
en el futuro.

b. Una persuasión de valor. “Y creyéndolo y saludándolo”, significa en este caso, que no dudaron de
las cosas que sucederían en un futuro.

c. Una profesión de peregrinación. “Y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la


tierra”. Se revela aquí una profundidad de percepción y una amplitud de visión. Se extendía mucho
más allá de Canaán. No eran unos vagabundos en la tierra prometida de Canaán, sino
extranjeros. Ellos no se complicaron la vida como nosotros los creyentes de hoy. Simplemente
creyeron a Dios, y todo les fue bien.

Los santos del Antiguo Testamento no miraban hacia atrás. Estaban muy interesados en el
futuro. Anhelaban vivir en una eternidad celestial (vs. 16).

Debido a la espiritualidad de ellos, Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos. Les ha


preparado una ciudad celestial. Por el contrario, algunos que profesan creer en Dios son un
descrédito para Él; sus miserables almas están ligados a cosas de la tierra. Esto no fue así con
Abraham, Sara, Isaac y Jacob (Éxodo 3:3-16). Él se alegraba ser llamado Dios de ellos. Dios ha
preparado una eterna y segura habitación (Juan 14:1-4; Apocalipsis 21:2). Debido a que ellos
esperaron con fe, son también beneficiados por Cristo como nosotros que esperamos con fe; aunque
nosotros tenemos una fe reforzada con el conocimiento del sacrificio del Calvario, que nos deja sin
excusa alguna. Si perdemos la oportunidad de vivir en la santa ciudad, será por nuestra negligencia.

9. LA CONFIANZA (Hebreos 11:17-19)

Abraham demostró su confianza cuando, al ser probado, ofreció a Isaac (vs. 17). Esta fue una
prueba severa. Dios le pidió a que sacrificara a su único hijo (En realidad, Dios no quería que
Abraham sacrificara a su hijo, sólo era una prueba para su fe). Pero Abraham tenía confianza en
quien le había dicho: “En Isaac te será llamada descendencia (vs. 18). Para una persona de poca fe,
esto hubiera sido el derrumbe de todas sus esperanzas. Pero el fundamento de Abraham tenía una
explicación sencilla. Sabía que Dios era poderoso para levantar a su hijo aun de entre los muertos,
de donde en sentido figurado también volvió a recibirlo (vs. 19). En los versículos 17 al 19
aprendemos lo siguiente:

a. La fe es probada.
1) Cuando los sacrificios exigidos parecen irrazonables.
2) Cuando los misterios de la providencia divina parecen no resolverse.
3) Cuando las promesas de Dios parecen irrealizables.
b. La fe triunfa por las siguientes razones:
1) Cree en la grandeza de Dios a pesar de las dificultades.
2) Confía en la bondad de Dios a pesar de las apariencias.
3) Obedece las órdenes de Dios a pesar de las consecuencias.

10. BENDICE A LOS DEMÁS (Hebreos 10:20)

Los prepara para el futuro. Esto se ve en Isaac que por fe bendijo a Jacob y a Esaú respecto a
cosas venideras (vs. 20). Se ve también en Jacob, quien bendijo a cada uno de los hijos de José,
estando en su lecho de muerte. Ellos creyeron en las promesas de Dios que podía bendecir a sus
hijos y familiares.

11. LA FE ES ATREVIDA (Hebreos 11:23)

Por fe Amram y Jocabed se atrevieron a ocultar a Moisés cuando nació, porque le vieron niño
hermoso, y no temieron el decreto del rey; ellos creyeron que este niño era especial.

12. LA FE NOS HACE FUERTES Y FIRMES (Hebreos 11:24-26)

Como la madre de Moisés tenía fe, se dedicó con sacrificio para cumplir con su tarea de instruir a
su hijo; ella sabía que tenía que prepararlo para que más tarde tuviera la capacidad de decidir a favor
de Dios, a pesar de las ofertas que se le pudieran presentar. Moisés decidió a favor del pueblo de
Dios. Por la fe Moisés pudo distinguir lo pasajero de lo eterno.

a. Lo pasajero incluía los siguientes:


1) El sufrimiento del pueblo de Dios.
2) Los deleites temporales del pecado.
3) Los tesoros de los egipcios.

b. Lo eterno incluye:
1) El reposo del pueblo de Dios.
2) La persona de Cristo.
3) La entrega del Galardón.

Aquí aprendemos a percibir la superioridad de los valores espirituales y morales sobre los deleites
pecaminosos y temporales. Aprendemos también que los valores perdurables están a lado de Cristo
y del pueblo de Dios. Por eso es que debemos decidir renunciar a las ventajas pasajeras de esta
vida del mundo, y adoptar una ganancia permanente en Cristo (vss. 25-26).

13. LA FE DEBE SER PERSISTENTE (Hebreos 11:27)

“Por fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey” (27). Cuando Moisés fue joven, también fue
fuerte para hacer la elección básica y definitiva, pero necesitaba la maduración del desierto y la zarza
ardiendo para preparase mejor. El secreto de su firmeza fue estar viendo siempre a lo invisible.

14. LA FE SIGNIFICA SALIDA (Hebreos 11:28-31)

La verdadera fe siempre sale de Egipto, figurativamente hablando. Nunca se queda en el mundo


pecaminoso. Ahora la atención se pone en el hecho de que la nación nunca se hubiera liberado de la
esclavitud, y nunca habría conquistado Canaán, si no hubiera sido por los que tenían fe. Cada paso
importante hacia delante fue una victoria de fe.

A continuación presentamos una descripción de los puntos principales de la migración de Egipto a


Canaán.

a. Su celebración de fe (11:28). La celebración de la pascua fue un acto de fe. Por la fe celebró la


pascua. El objeto fue escapar de la espada del que destruía a los primogénitos. Este acto es muy
simbólico de que la muerte eterna espera a todos aquellos que están en el Egipto espiritual, o sea, en
el mundo pecaminoso. Similarmente el cordero sacrificado era símbolo de aquel futuro cordero de
Dios, que quitaría el pecado del mundo (Juan 1:29).
b. El mar rojo (11:29). En este acontecimiento vemos la diferencia entre fe y presunción. No reside
en lo que se hace, sino en la autoridad con que se hace. Los Israelitas pasaron por la fe. Los
Egipcios pasaron por venganza, y el mar marcó la diferencia. El mar de la vida marcará la diferencia
también de los que lo cruzan por la fe y de los que lo cruzan por otros motivos.

c. Las murallas de Jericó (11:30). Moisés había muerto, y ellos ya no podían depender de él; ahora
dependían de Josué, discípulo de Moisés. Jericó fue un obstáculo que les sale en el camino, pero
por la fe cayeron los muros de Jericó. La fe logra sus objetivos por medio de: (1) La obediencia. (2)
El poder de Dios.

d. Rahab se convierte (11:31). Esta mujer llegó a conocer el testimonio de los israelitas. Debido a
ello su corazón estaba paralizado de miedo. Este miedo la convirtió en fe porque: (1) Ella percibió el
plan de Dios. (2) Aceptó el plan de Dios y se ajustó a él. (3) Actuó de acuerde a ese plan para su
vida. (4) Lo compartió con su familia.

15. EL TRIUNFO DE LA FE (Hebreos 11:32-38)

No todos eran igualmente dignos, pero todos alcanzaron la inmortalidad debido a que en la hora
de la crisis se mostraron como hombres y mujeres de fe. Dios puede hacer más con 300 hombres de
fe (el ejército de Gedeón) que con 32, 000 hombres que temblaban de miedo y llenos de duda.

Del versículo 35 en adelante se refiere a los hombres y mujeres que en el momento de la prueba
pudieron haber salvado sus vidas, si hubieran negado su fe. Pero prefirieron renunciar a la vida
misma, a fin de obtener una mejor resurrección. Esta es la marca suprema de la fe auténtica. No
está tan preocupado por lo que sucede a este lado de la vida, sino por lo que sucederá en la otra.

16. EL TESTIMONIO DE LA FE (Hebreos 11:39-40)

Todos estos santos de Dios, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron
algunos beneficios que nosotros sí recibimos. Dios proveyó cosas mejores para nosotros, para que
no fueran perfeccionados aparte de nosotros (vs. 40). Esta cosa mejor, no puede referirse al cielo,
porque ellos lo compartieron con nosotros sobre la misma base.

La “cosa mejor” se puede referir a la prueba y el privilegio. Nuestras ventajas después del
Pentecostés son el reposo, la perfección, la santificación, y el acceso al lugar santísimo que el
escritor ha estado discutiendo. Esta epístola enseña que los acontecimientos del calvario, la pascua
y el Pentecostés hacen posible un nivel y calidad de salvación personal que no eran posible antes.
El tiempo del Espíritu Santo no sólo nos permite llegar a esta salvación sino nos ayuda a lograrla.

Es el tiempo en que podemos compartir nuestro testimonio de fe. Demostremos la manera en que
lo entendemos y cómo nos ha beneficiado.

LA PERSEVERANCIA DE LA FE

PARA ESTUDIO: Hebreos 12:1-29.


LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 12:1-29.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Hebreos 12:1.

PROPÓSITO

Demostrar la importancia de la santidad como un elemento esencial para perseverar en la fe.

INTRODUCCIÓN

Ya hemos estudiado ampliamente a los héroes de la fe, y hemos hecho sentir en los lectores la
necesidad de vivir por la fe. Ahora inicia el capítulo 12 con una expresión determinante en lo que va a
decir. Lo hace así porque Jesús es el autor y consumador de nuestra fe.

De aquí en adelante, el centro de la fe es Jesucristo. Es decir, después de la conversión se da la


espalda a sí mismo y confiesa que todo lo que es él y lo que tiene, se lo debe a Dios.

DESARROLLO DE LA LECCIÓN

A. JESÚS ES EL AUTOR DE NUESTRA FE (Hebreos 12:1-4)

“Por tanto”, que traducido de otra forma diría, “bueno, entonces, nosotros también teniendo en
derredor nuestro tan grande nube de testigos, estamos siendo invitados de manera inmediata a
cambiar nuestra actitud y acción”. Los testigos que nos están viendo, nos animan. Estos
espectadores que nos están viendo son todos nuestros amigos. Estamos desafiados por ellos a
triunfar en la carrera, y lo haremos si estamos dispuestos a hacer lo siguiente:

1. Despojarnos de todo peso. Significa deshacernos de estorbos innecesarios que sólo sirven para
cansarnos y hacernos difícil la carrera. Toma la idea de los corredores en los estadios.
2. Despojarnos también “del pecado que nos asedia”. “El pecado que nos rodea fácil o
constantemente y del pecado que tan fácilmente nos envuelve” (LBLA).

Lo que se tiene en mente no es la práctica habitual de pecar; es mas bien una tendencia o una
falla que es difícil de sacudir, pero que si no lo hacen significará su derrota final. La carrera del
cristiano es diferente a la carrera del atleta, porque éste al terminar la carrera, puede volver a
recuperar las cosas que antes se había despojado; pero el cristiano se despoja de una vez por
todas. Porque en la carrera cristiana no hay línea de llegada en este lado del sepulcro.

Nos anima que “corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (vs. 1). Paciencia
significa “constancia y perseverancia”. El premio no es para los que comienzan bien, sino para los
que terminan bien. Un arranque a buena velocidad no da derecho al cristiano para tomar una siesta o
un descanso más adelante.

Para esta carrera de la vida cristiana y para abandonar definitivamente la vida de pecado, hay
gracia suficiente al poner “los ojos en Jesús” (vs. 2).

Él debe ser el motivo para que “corramos” con éxito. Y como la palabra está en tiempo presente,
nos enseña que es una condición que debemos mantener durante todo el camino. Cuando dejamos
de ver a Jesús, nuestros pies se desvían del camino correcto.

Ahora los invita a considerar “a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo
(vs. 3). Es decir, tan atroz oposición y tremenda hostilidad. “Para que vuestro ánimo no se canse
hasta desmayar”. Las pruebas y persecuciones que estaban pasando los hermanos hebreos no eran
de comparar con las que sufrió nuestro Señor Jesucristo. “Porque aún no habéis resistido hasta la
sangre, combatiendo contra el pecado” (vs. 4). Esto tenía que hacerlos estremecer. Estos cristianos
habían sufrido mucho en que habían perdido sus posesiones (10:34), pero no habían sufrido
persecución de muerte.

B. LA DISCIPLINA, UN PROCESO DE PURIFICACIÓN (Hebreos 12:5-11)

“La tesis básica es que debieran interpretar sus sufrimientos como una purificación, y la
purificación como una evidencia del favor de Dios para con sus hijos. Por tanto, no como ocasión
para el desaliento, sino para el testimonio” (Beacon).

1. LA PREMISA BÍBLICA (Hebreos 12:5-8)


En las circunstancias difíciles de la vida cristiana es fácil olvidar las porciones pertinentes de la
Palabra de Dios que nos pueden consolar y orientar. “Y habéis ya olvidado la exhortación que como
a hijos se os dirige (vs. 5). Luego sigue refiriéndose a Proverbios 3:11-12: “Hijo mío, no
menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él” (vs. 5).

Es como una escuela que nos enseña, y que en algunos casos tiene que ser hasta con azotes a
todo aquel que recibe por hijo. La disciplina es como un privilegio que Dios le permite a sus hijos. Es
mejor ser disciplinados por Dios que ser halagados por el diablo.

El que un buen padre discipline a su hijo es muy normal, por lo tanto no debe sorprendernos que
Dios nos discipline. Lo que aprendemos es lo siguiente:

a. Los reveces y adversidades de la vida son enviadas o permitidas por Dios por su valor
disciplinario.

b. Todos necesitamos ser disciplinados, y debemos recibirla con humildad y gratitud y no con
resentimiento.

c. No estamos solos en la experiencia de la disciplina.

d. La disciplina es la evidencia más segura de que Dios tiene un profundo interés y preocupación por
nosotros.

2. EL EJEMPLO DEL PADRE (Hebreos 12:9-10)

Todo buen judío sabía que sus padres les habían disciplinado, pues de igual manera y con mucha
más razón debemos recibir la disciplina del Padre (vs. 9). La disciplina de nuestro Padre celestial
tiene un propósito: es para que participemos de su santidad. Este es el supremo propósito y deseo
de Dios para el hombre, y objetivo de todos sus actos redentores.

3. EL FRUTO (Hebreos 12:11)

La disciplina parece ser uno de los métodos de Dios para alcanzar la meta que es la santidad, con
una ingerencia al carácter. La disciplina de Dios fortalece nuestro carácter cuando lo aceptamos con
una actitud positiva y con humildad.
La santidad imputada corresponde a la justificación y es dada solamente sobre la base de la
sangre expiatoria y la fe que se la apropia. No depende en lo más mínimo de las influencias
purificadoras, refinadoras de los sufrimientos.

C. UN ESTÍMULO A LA SANTIDAD (Hebreos 12:12-17)

El escritor hasta aquí ha explicado que la disciplina es motivo de exaltación, no de tristeza.

1. LA SANTIDAD EN LA VIDA CRISTIANA (Hebreos 12:12-13)

“Por lo cual levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas” (vs. 12). Levántense esas
manos en oración y esas rodillas temblorosas de miedo, dóblelas en oración y pónganse de
pie. “Haced sendas derechas para vuestros pies para que lo cojo no se salga del camino”, se refiere
a la debilidad personal de los pies espirituales del creyente que está en peligro de apartarse. Las
manos son figuras del servicio; las rodillas son figuras de la actitud, así los pies son figuras del
caminar diario del cristiano.

2. SANTIDAD EN EL CORAZÓN (Hebreos 12:14)

“Seguid” es un imperativo que significa correr rápidamente para alcanzar la meta. Ponerle toda
energía que se pueda. La meta inmediata es la paz con todos, o sea, las relaciones personales rotas
en las cuales hay que buscar la reconciliación.

“Y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. Para alcanzar la santidad es necesario estar en
paz con todos y con Dios. Ver al Señor, indica los momentos de comunión con el Él, y que lo
podemos sentir bendiciéndonos.

¿QUÉ ES SANTIDAD? En este versículo 14, “santidad” viene del griego “hagiasmos”, es una
palabra de acción, que significa el resultado de una acción santificadora, o llegar a ser santo. Es una
palabra propia de la literatura bíblica. Sólo el cristiano tiene la posibilidad de llegar a ser santo.

En el Nuevo Testamento, la palabra se utiliza consistentemente con referencia a un estado de


gracia alcanzable por los creyentes. Dios es santo, pero el hombre caído puede llegar a ser
santo. En Dios la santidad es original, y Él puede impartirla. La Santidad en el hombre es derivada
de Dios. Depende de la gracia divina.
a. La santidad es una obra definida de la gracia, como lo indicará un estudio de los tiempos del
verbo.

b. Es un estado personal realizable.

c. Es el fruto de una entrega total del creyente (Romanos 12:1-2).

d. Es la inmediata voluntad de Dios (I Tesalonicenses 4:3).

e. Es una obra de gracia de Dios por la cual los creyentes son capacitados para mantener la pureza
moral (I Tesalonicenses 4:4,7).

f. Su fuente es Jesucristo y su sangre (Hebreos 13:12; I Corintios 1:30).

g. Su logro es el ministerio primordial del Espíritu Santo (I Tesalonicenses 4:8; 2 Tesalonicenses


2:13).

h. Esta santidad comienza en la regeneración dada:

1) El arrepentimiento es el principio para practicar la vida santa.

2) La regeneración y la santificación inicial van juntas, o sea, la purificación de la depravación


adquirida.

3) La vida espiritual recibida en la regeneración es santa en sí.

4) La persona es consagrada y santificada en una forma imputada, en virtud de su relación con Dios
como Padre y Cristo como salvador. La persona se consagra, y Dios lo santifica. De ahí que puede
decirse que la persona es santa, ética, inicial y posesionalmente.

i. “Pero la santidad del creyente no puede ser completa, es decir, cabal hasta que haya sido excluido
todo lo impuro, lo incompatible y lo que compite con la santidad. Perseguir esa santidad plena es el
mandato del versículo 14; pero hay que hacerlo inmediatamente:
1) Dejar todo peso de pecado que nos rodea (12:1).

2) Fe perfecta en Jesús como el único consumador, así como autor de la fe (12:2).

3) Sumisión a la voluntad de Dios para nosotros, inclusive, su disciplina (12:5-11; Romanos 6:13;
12:1-2).
4) Corrección de nuestras actitudes, relaciones y manera de vivir (12:12-14; 2 Corintios 6:17 – 7:1).

5) Santidad en la iglesia (12:15-17). “Mirad bien” (vs. 15). Es un imperativo por el cual nos damos
cuenta de que la acción de “mirar” coincide con la acción de seguir. Está en tiempo presente, y esto
nos indica que la búsqueda, la obtención, su mantenimiento y su expresión en la vida de los
creyentes es una obligación continua, como individuos y como iglesia.

Mientras buscamos nuestra propia santidad, debemos estar preocupados por la santidad personal
y de los demás. Es la tarea primordial de los ancianos (I Pedro 5:2). Como iglesia tenemos la
responsabilidad los unos hacia los otros; pero en nuestras iglesias, en los últimos años no se ve ese
ministerio. ¿Qué ha pasado? Aquí vienen algunas respuestas: (a) Los pastores no lo enseñan. (2)
Nuestros dirigentes la han descuidado. Bueno, podría haber muchas más opiniones; lo cierto es que
tenemos que buscar personalmente la santidad, ¿Por qué? “Sin la cual nadie verá al Señor (vs.
14). La otra cosa es que tenemos que mirar bien para que ninguno deje de alcanzarla (vs. 15). Será
de mucha bendición personal y de crecimiento para la iglesia, si tomamos como nuestra bandera de
doctrina a la santidad.

La palabra hebrea que traducimos “Santo” generalmente se interpreta como “separado, apartado”;
pero esta sólo es su segundo significado. Su significado primordial es ser espléndido, bello, puro y
libre de contaminación. Dios es santo, puro, resplandeciente y glorioso. Por eso es que Dios es la
luz. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo”.

La idea central del cristianismo es la purificación del corazón de todo pecado y su renovación a la
imagen de Dios. Al interpretar la palabra “hagiasmo”, verbo griego que significa santificar, Thayer
incluye dos clases de purificación: a) Purificar por expiación, librar de la culpa del pecado. b) Purificar
interiormente por la reforma del alma. Esto corresponde a las dos épocas que llamamos justificación
(con el nuevo conocimiento) y entera santificación.

Con la justificación y la regeneración va la purificación por expiación de la culpa del pecado (I


Corintios 6:11; Santiago 4:8a). Wiley se refirió a esto como la purificación de la depravación adquirida
mediante el lavamiento de la regeneración (Tito 3:5). La contaminación resultante de nuestros
pecados es quitada y nosotros hechos limpios (Juan 15:3). Esta es la razón por la cual se dice que la
santificación principia en la regeneración.

Mientras que la entera santificación purifica el corazón de la raíz o presencia del pecado, logrando
o efectuando una devoción completa (de un solo ánimo) a Dios (Juan 17:17, 19; Efesios 5:26; I
Tesalonicenses 5:23; Santiago 4:8b). La entera santificación es un estado de perfección que se
alcanza en el momento de la completa consagración a Dios. Esto debe manifestarse en la vida
práctica, es decir, en las acciones diarias.

D. UN GRAN ULTIMÁTUM (Hebreos 12:18-29)

Esta es una gran advertencia y urgente.

1. ESTA VEZ NO ES UN MONTE SINAÍ

Él en el Monte Sinaí Moisés exclamó: “Estoy espantado temblando” (vs. 21). Porque aunque era
temporal, la desobediencia era castigada con la muerte por lapidación.

2. ESTA VEZ ES CON EL MONTE DE SION (Hebreos 12:22-29)

El Sinaí fue sólo una noticia adelantada. Allí sólo fue dada la ley; mientras que aquí fue cumplida
totalmente. Allí Dios fue el legislador, aquí es el administrador de la ley. Por esa razón, sin santidad
nadie verá al Señor. Toda impiedad es inmediatamente rechazada.

Aquí todas las verdades desarrolladas en la epístola están reunidas. El lugar es la ciudad del Dios
vivo, la Jerusalén celestial (vs. 22). Es como una orquesta donde está una compañía de muchos
millares de ángeles y la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos (vs. 23).

CONCLUSIÓN

Estamos viviendo una época en que algunos se han atrevido a llamarle post-cristiana. Los
valores cristianos están siendo desafiados. Muchas instituciones de prestigio se están derrumbando
por falta de santidad en su personal.

En medio de todo esto es bueno que el cristiano recuerde que cuando las naciones quieran
destronar al mismo Dios, Él se reirá de ellos (Salmo 2:4). Por eso nosotros debemos serle fiel hasta
el último momento.

“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos
a Dios, agradándole con temor y reverencia, porque nuestro Dios es fuego consumidor” (vss. 28-
29). Busquemos pues la santidad.

EL CAMINO DE LA FE
PARA ESTUDIO: Hebreos 13:1-19.
LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 13:1-19.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Hebreos 13:9.

PROPÓSITO

Caminar diligentemente en el camino de la fe.

INTRODUCCIÓN

El camino de la fe cristiana incluye la perseverancia en la santidad por parte del creyente. Fallar
en esta perseverancia trae consecuencias fatales y definitivas.

La Epístola de los Hebreos ha expresado solemnemente esta máxima advertencia. Esta última
lección trae recomendaciones y doctrinas finales para el seguimiento y práctica de la fe.

A. LA SANTIDAD PRÁCTICA (Hebreos 13:1-7)

1. EL AMOR HACIA LOS HERMANOS (Hebreos 13:1)

Este es un buen punto de partida para la práctica de la vida cristiana, permanezca el amor
fraternal. Este término amor fraternal (“Philadelphia”, en griego) fue escogido por William Penn para
expresar el principio fundamental de su colonia, y llegó a ser el nombre de la cuarta ciudad en
importancia de Los Estados Unidos. Esta es la expresión social de ágape, la buena comunión y feliz
armonía consistente que Dios ha puesto en sus corazones (Romanos 12:10; I Tesalonicenses 4:9; I
Pedro 1:22). Este amor debe permanecer y debemos cultivarlo. Debemos descubrir maneras y
condiciones para que se dé ese amor de hermanos. De alguna forma debe ser una realidad en la
vida de los creyentes en la congregación (Iglesia).

2. BONDAD HACIA EL EXTRANJERO (Hebreos 13:2)

Muy bien combinados están estos versículos con la palabra “Philia”, que significa amor con
hermanos. Aquí se combina con la palabra griega “zenos”, que quiere decir extranjero. El amor
fraternal no nos debe impedir a ser hospitalarios con los extranjeros. Por ser hospitalario con los
extranjeros, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles (Génesis 18:19). Debemos tener cuidado al
tratar con desconocidos. Procuremos no ponernos en peligro ni poner en riesgo a nuestra familia; no
todas las personas tienen buenas intenciones. Sin embargo, seamos amables y ayudemos al
extranjero. Esa ayuda debe ir más allá de la oferta de oración.

3. COMPASIÓN HACIA LOS QUE SUFREN (Hebreos 13:3)

“Acordaos de los presos”. Como si nosotros mismos compartimos sus cadenas. No puede haber
verdadera empatía si solamente derramamos lágrimas por ellos en el altar. Debemos ir a verlos,
llevarles y ropa para vestir. Debemos entrar en los sufrimientos de los demás, orando, escribiendo,
visitando y ayudándoles en lo que podamos. En algunos casos se puede intervenir directamente en
algunos trámites judiciales. Como compasivos, hagámonos hermanos de todos los que sufren. Es lo
que manda el Señor.

4. BUEN MINISTERIO EN EL MATRIMONIO (Hebreos 13:4)

“Honroso sea en todos el matrimonio”. El consejo aquí es para el esposo y la esposa, para que su
matrimonio no esté mancillado por la infidelidad. Definitivamente, no podemos agradar a Dios sin
observar estrictamente una norma cabalmente cristiana de pureza sexual y fidelidad conyugal
(Beacon).

5. INDEPENDENCIA EN CUANTO AL DINERO (Hebreos 13:5-6)

“Sean vuestras costumbres sin avaricia”. Esto quiere decir literalmente que no tengamos amor al
dinero (igual que I Timoteo 3:3). Anteriormente hemos estado diciendo que en la santidad el amor en
primer lugar es a Dios. El problema con la avaricia es que desplaza a Dios del corazón por poner el
dinero. Por eso fue que Jesús recomendó “guardaos de toda avaricia” (Lucas 12:15). La avaricia es
un deseo exagerado hacia las riquezas.

6. RECORDAR A LOS DIRIGENTES O LÍDERES (Hebreos 13:7)

La iglesia necesita siempre estudiar las vidas y enseñanzas de los líderes del pasado para
poderlos seguir todavía. Entre estos líderes de la Iglesia “Amigos” están: Ruth Ester Smit, Juan
Astleford, Enma de Stanton, Carlos Vore, Emilio Salgado, Alfredo Súchite, y muchos otros siervos de
Él, que fueron de bendición en la Iglesia “Amigos”.

D. EL CAMINO DE LA LEALTAD (Hebreos 13:8-16)


Con este texto se inicia un nuevo tema siempre con relación a la vida de santidad y la vida
práctica.

1. JESÚS ES LA FUENTE Y EL CENTRO (Hebreos 13:8-9)

Es el objeto y el foco constante de la fe tanto de los Hebreos como para nosotros. La fe que
seguimos no debe, ni por ningún momento o en ninguna medida, apartarse de Jesús, ni a ninguna
otra cosa. La verdadera santidad es Cristo céntrico. No debemos volvernos a un nuevo ascetismo, ni
al viejo ritualismo.

El problema con la práctica de la santidad, no ha sido por lo que la Biblia nos enseña, sino porque
algunos hermanos han seguido las ideas de lo que algunos entienden por santidad. Por eso nos
advierte: No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas. Es mejor afirmar el corazón con la
gracia, no con alimentos que nunca aprovecharon los que se han ocupado de ellos (vs. 9). Los
hermanos cristianos hebreos todavía tenían la idea de hacerse moral y espiritualmente fuertes con el
cumplimiento de dietas alimenticias. Esta es una referencia al complicado sistema alimentario del
judaísmo.

Los cristianos inmaduros y no santificados, especialmente los jóvenes pseudo-intelectuales, son


fácilmente impresionados por lo nuevo y heterodoxo. Todo lo nuevo los excita; lo viejo les
aburre. Pero Jesús es siempre nuevo.

En los conceptos de santidad, ha habido confusión entre las palabras ética y moral. La razón es
porque las dos expresiones las han mezclado. Por eso haremos un resumen de los conceptos de
estos términos para que los reflexionemos:

a. Santidad. Es amor puro que expulsa al pecado y gobierna el corazón y la vida. (1) Santidad es
parecerse a Cristo. (2) Santidad es la presencia de Dios en el creyente. Es un estilo de vida
permanente que agrada a Dios.

b. Ética. Del griego “ethos”, que significa costumbres o prácticas que son aprobadas por una
cultura. Tiene que ver con las normas bajo las cuales el hombre y la sociedad viven (Giles).

c. Moral. Del latín “mos” que significa costumbre. Es una conducta que procede de la libre decisión
del hombre (Diccionario de Moral Cristiano).

d. Iglesia. Es el cuerpo de Cristo llamado a vivir en santidad.


Tomás de Aquino dice que un acto es moral porque está ordenado y dominado por la razón y la
voluntad. La moral radica en el querer del hombre, y este se hace bueno o malo por lo que decide
voluntariamente.

Tanto la ética como la moral son ciencias que le dan oportunidad al hombre de practicarlas o no,
porque no hay compromiso con Dios.

Sócrates quien fue fundador de la reflexión ética autónoma, se suicidó. Séneca, otro moralista se
suicidó abriéndose las venas. Aristóteles y Platón y los estoicos estaban de acuerdo con el
suicidio. Estos grandes moralistas, sus vidas no fueron congruentes con sus enseñanzas (M. G. Gay;
Alumno de S. T. N.).

“Buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, esa maravillosa gracia que vino Jesús a dar” (C. y
V.).

2. JESÚS ES EL CENTRO DEL ALTAR (Hebreos 13:10-14)

Lo que está mostrando la epístola es que la muerte de Jesús responde a la ofrenda por el pecado
en todos los puntos importantes. Los versículos 11 y 12 establecen exactamente la diferencia entre
los cuerpos de aquellos animales cuya sangre, a causa del pecado es introducido en el santuario por
el sumo sacerdote, y son quemados fuera del campamento. También Jesús, para santificar al pueblo
mediante su propia sangre, padeció fuera del la puerta (vss. 11, 12). Padeció hasta la muerte, yendo
voluntariamente hasta el Gólgota, no sólo porque fue rechazado en Jerusalén, sino porque Jesús
mismo y el Padre deseaban que Él fuera un sacrificio perfecto por el pecado.

Si nosotros queremos romper con el pecado mediante la santificación, tenemos que separarnos
con Él, salir a Él fuera del campamento, llevando su vituperio (vs. 13). No se puede obtener la
santificación en la Jerusalén de sistemas religiosos obsoletos, ni en la Atenas de la filosofía humana,
ni en la Roma de las leyes humanas. La fuente de la santidad es la cruz de Cristo. No buscamos
una ciudad permanente aquí en la tierra, buscamos la ciudad celestial eterna (vs. 14).

3. LOS SACRIFICIOS DEL NUEVO ALTAR (Hebreos 13:15-16)

a. El sacrificio de alabanza. “Así, que ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Cristo, sacrificio de
alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre (vs. 15).

En el sistema anterior eran obligatorios los sacrificios de animales, sin los cuales no se podía estar
bien con Dios. Ahora no es obligatorio, sino como una expresión de gratitud, de amor y de
devoción. Así como una esposa amorosa quiere oír de su esposo que la ama, así Dios desea oír de
sus hijos.

La alabanza es el fruto adecuado, el producto natural y apropiado de labios que confiesan que
Jesús es el Señor de nuestra vida. Esta es la razón para las reuniones públicas de testimonio. Las
personas que no celebran con alabanzas a Jesús, juntos en la iglesia y en la familia, se convierten
como el mar muerto; tienen agua pero sin vida.

b. El sacrificio de buenas obras. Lo espiritual debe ser autenticado por lo social. La piedad y la
caridad deben ir de la mano (Santiago 1:27). Dios se agrada de los sacrificios de hacer el bien y de la
ayuda mutua (vs. 16). “Ayuda mutua” es traducción de la palabra “Koinonias” que significa
comunión. La continua preocupación por los hermanos que necesitan de ayuda, ya sea monetaria,
de comida, vestido, salud o cualquier otra necesidad, es también parte de nuestra lealtad a
Jesús. No le busquemos otra explicación al texto, ni tampoco nos justifiquemos. Reconozcamos
nuestros descuidos como personas y como iglesia de que no estamos cumpliendo con este sacrificio
de las buenas obras. El consejo es que no olvidemos porque este sacrificio agrada a Dios.

Al inicio de la iglesia fue muy expresiva en su trabajo social, y lo siguió haciendo. Al parecer es un
hecho confirmado que al menos durante el siglo pasado (XIX) no sólo en Gran Bretaña y en los
Estados Unidos, sino también en Ásia y África, por la acción de los misioneros cristianos, el evangelio
de Jesucristo dio el buen fruto de la reforma social.

Nosotros los “Amigos” recordamos a William Penn y a los Cuáqueros, quienes hicieron un gran
trabajo con los indios, con los esclavos y durante la primera y segunda guerra mundial. Los
misioneros que vinieron a Centro América, vinieron como agrónomos, como enfermeros, como
maestros y maestras a fundar escuelas, clínicas, colegios, recogieron niños y niñas huérfanos y
ayudaron a los pobres. ¡Qué bendición de Dios! Estos misioneros sí trajeron el evangelio de las
buenas nuevas a los pobres.

Pero algo sucedió en los cristianos evangélicos en los últimos años del siglo XX. Especialmente
después de la segunda guerra mundial se produjo un cambio de rumbo radical. El historiador
norteamericano Timothy L. Smith, denomina “El abandono de la Conciencia Social” (J. Stott, 1991/8).

Las causas de este abandono del trabajo social de la iglesia, según el libro de la “Fe Cristiana
Frente a Los Desafíos Contemporáneos” de J. Stott, son los siguientes:
1) Fue una reacción al liberalismo teológico que a fines del siglo XIX estaba penetrando en las
iglesias de Europa y Estados Unidos. El liberalismo estaba poniendo en duda el evangelio bíblico e
histórico. La reacción de los evangélicos conservadores fue defender su fe por medio del
fundamentalismo y no tuvieron tiempo para atender a los problemas sociales.

2) Los evangélicos reaccionaron al llamado “evangelio social”, que en ese tiempo estaban
comenzando a elaborar los teólogos liberales. Estos teólogos liberales hacían propuestas de sus
doctrinas que era necesario responderles. Ellos decían, por ejemplo, que no se trataba de que las
personas lleguen al cielo, sino de transformar la vida sobre la tierra hasta lograr la armonía
celestial. Por eso es comprensible cuando Rauschenbusch politizó el reino de Dios. Los evangélicos
reaccionaron concentrado su trabajo en la evangelización y la filantropía (amor al prójimo) individual,
dejando a un lado toda acción social.

3) Otra cuestión que motivó el abandono de la responsabilidad social por parte de los evangélicos,
fue la desesperanza y el pesimismo que siguieron a la primera guerra mundial donde salió a toda luz
la maldad humana. Los programas sociales anteriores habían fracasado.

4) Otra razón por el abandono del trabajo social fue que estaba en plena difusión la teoría
premilenialista (especialmente por medio de las enseñanzas de J. N. Darby y de la Biblia anotad de
Scofiel). El argumento era que si el mundo continúa empeorando y si únicamente Jesús en su venida
lo restaurará, no tiene sentido alguno tratar de reformarlo ahora.

5) La otra razón fue la falta de compromiso social de los evangélicos. Probablemente fue porque el
cristianismo se extendió entre personas de clase media, quienes diluyeron en un intento de asimilarlo
a su propia cultura.

Dios estaba cansado completamente de sacrificios de animales, pero nunca se cansa de los
sacrificios de alabanza y de la ayuda mutua de los cristianos. Si no lo estamos haciendo, es bueno
que comencemos a hacerlo siguiendo el consejo de la Biblia y no tanto los conceptos equivocados
que andan en la mente de algunos líderes falsos.

C. EL CAMINO DE LA HUMILDAD (Hebreos 13:17-19)

La razón para esta sumisión a los pastores es “porque ellos velan por vuestras almas, como
quienes han de dar cuenta a Dios” (vs. 17). Phillips dice: “Son como hombres que montan guardia
sobre vuestro bien espiritual, y tienen una gran responsabilidad”. Ellos no pidieron la tarea de
apacentar nuestras almas. Ellos ni se lo imaginaban. Ellos fueron llamados por parte de
Dios. Menospreciarlos es frustrar el cumplimiento de su misión y hacer que hagan su tarea
quejándose y no con alegría”. Una de las grandes necesidades que tiene el pastor es que se ore por
él y su familia. Por eso Hebreos recomienda: “Orad por nosotros” los pastores.

CONCLUSIONES

1. Que Jesús, por la sangre del Nuevo Pacto, sea el gran Pastor de las ovejas (la Iglesia).

2. Que esa sangre del Nuevo Pacto nos haga aptos en toda buena obra. Que podamos agradar al
Padre por medio de Jesucristo.

3. Que nuestra vida pueda ser para la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

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