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EL CONCEPTO DE ESTADO
Resulta dificil —algunos dirian que imposible— ofrecer una definicién clara del
Estado cuando esta forma de organizacién politica tiene una historia tan larga,
asume tantas formas y cambia tan a menudo. Estos aspectos ponen en tela de
juicio la validez descriptiva y el poder normativo de la idea de Estado y, sobre
todo, invitan a poner en cuestién si dicha idea enturbia, convierte en fetiche 0
mistifica el poder politico. Incluso la asuncién de que la teoria del Estado se
refiere a “algo” concreto es problemitica. Esta dificultad no es privativa del
Estado o del poder estatal, afecta a otros fenémenos sociales como la familia, la
ley, el dinero, el capital como relaci6n social y la religion. De hecho, el filésofo
nihilista aleman Friedrich Nietzsche afirmé que “todos los conceptos en que se
condensa semiéticamente un proceso entero escapan a la definicién; solo es
definible aquello que no tiene historia” (1994: 53). Nietzsche se estaba refirien-
do al castigo (vinculado, claro est4, con el Estado), pero su observacién resalta el
problema més general de definir un concepto que no tiene un referente deter-
minado. Esto, desde luego, se aplica al objetivo en movimiento que constituyen
los estados y el sistema interestatal. El problema se complica cuando ese objeti-
vo cambiante o referente mévil es radicalmente cuestionado; en otras palabras,
cuando plantea importantes cuestiones tedricas y normativas. Esto requiere un
andlisis histrico comparativo y dinamico del Estado y del poder estatal, andlisis
que deberia ser sensible a la controvertida naturaleza de este tema.
38Sin apoyar directamente el comentario de Nietzsche, el escritor exis.
tencialista rumano Emil Cioran parece ofrecer otra respuesta a este desafig
que es la definicién. Afirma que “solo se define por desesperaciOn. Hace
falta una formula... para dar una fachada a la nada” (Cioran, 1975: 48). 4
partir de esta lectura, es solo desde nuestra impotente y desalentadora
incomprensién del Estado —incluso desde esta incapacidad supuestamente
esencial de establecer si “el Estado” existe en realidad 0 no— que nos vemos
obligados a dar una definicion con el fin de “seguir adelante” con el anilisis
de los amados “asuntos de Estado” 0, de nuevo, de “salir adelante” en un
mundo donde la practica politica se centra en el ejercicio del poder estatal,
Diferente es la respuesta sefialada por el socidlogo hist6rico britanico
Philip Abrams, quien, sin referirse directa o indirectamente a Cioran, parece
darle la vuelta a su afirmacién. Sostiene que si el Estado es una fachada
(Abrams lo califica de “mascara”), esta no oculta un vacio, sino que nos impi-
de verla verdadera e imponente realidad de la practica politica. La falsa creen-
cia en la existencia del Estado como la estructura profunda de la vida politica
enmascara la funcién real de las instituciones y practicas politicas que son
significativas a la hora de consolidar la dominacién (Abrams, 1988).
De estos diferentes puntos de vista sobre los desafios que encara la teo-
ria del Estado —a saber, que definiria lo indefinible, ocultaria un vacio 0
desenmascararia lo que en verdad existe—, el tiltimo es el que mas se acerca
ala posicién que desarrollamos mas adelante. Una vez que se han reconoci-
do, en vez de ignorarse, las caracteristicas desordenadas, polimérficas y
policontextuales del Estado como un tipo especial de relacién social, no hay
que desesperar por la aparente insolubilidad del concepto de Estado. De
hecho. el capitulo 3 presenta un enfoque (la perspectiva estratégico-relacio-
nal) que pretende enfrentar el desafio de analizar-el Estado, su reestructu-
raciOn, su reorientaci6n estratégica y la naturaleza de su participacion en los
conflictos sociales.
APUNTES SOBRE LAS DIFICULTADES DE ESTUDIAR EL ESTADO®
E] Estado ha sido estudiado desde muchos puntos de partida y desde muchos
puntos de vista, lo que da a su anilisis las controvertidas cualidades por las
que es famoso (0 infame, dependiendo de cual sea la perspectiva). Se trata
5. Eltitulo de esta seccién deriva de la obra de Abrams (1988), que se trata més atlelante
itde un conjunto complejo (a decir de algunos investigadores, un ensamblaje)
de instituciones, organizaciones e interacciones implicadas en el ejercicio
del liderazgo politico y en la implementacién de decisiones que, en princi-
pio, vinculan colectivamente a sus sujetos politicos. Estas instituciones,
organizaciones e interacciones tienen extensiones espaciotemporales y
horizontes de accion variables y movilizan una serie de capacidades y recur-
sos con vistas a la consecucién de los objetivos estatales. Estas complejida-
des han llevado a algunos analistas a centrar su atencién en casos
particulares y a desatender cuestiones generales sobre la estatalidad y el
poder estatal. En efecto, muchos te6ricos han rechazado la nocién de Estado
por resultar nebulosa o insustancial y han propuesto sustituirla poniendo el
foco en la politica como un sistema funcional, dirigido a la asignaci6n obli-
gatoria de valores o al logro de metas colectivas (Almond, 1960; Easton,
1965; Parsons, 1969). Otros se han centrado en los microfundamentos de
las relaciones politicas, tanto en orientaciones y acciones individuales
(por ejemplo, Coleman, 1990; Elster, 1982) como en microcontextos es-
pecificos (Foucault, 1980), eludiendo la cuestién de si el comportamiento
politico tiene propiedades sistematicas emergentes que merezcan ser
investigadas por si mismas. Ningin enfoque escapa totalmente a la nece-
sidad de ocuparse del Estado. Un interés en la politica que sea consistente
exige al menos prestar cierta atencién a la politica, a las politicas y ala orga-
nizacin institucional (véanse Heidenheimer, 1986, y. para politica global,
Lipschutz, 2005). La organizacién institucional (polity, palabra formada a
partir del griego politeia) es la matriz institucional que establece el terreno,
la esfera, el dominio, el campo o la regién caracteristicos de las acciones
especificamente politicas (Weber, 1978, 1994; Palonen, 2006). Es el equiva-
lente a la estatalidad en su sentido inclusivo, tal y como es abordado aqui y en
los capitulos 3, 7 y 9. Es ms, mientras la organizacion institucional ofrece
un referente bastante estatico y espacial, la politica (politics) es inherente-
mente dindmica, abierta y heterogénea; se refiere a las formas, metas y
objetos de las practicas politicas. Esto incluye la discusién sobre la arquitec-
tura del Estado y la esfera politica mas amplia, junto con las luchas externas
al Estado que modifican los cAlculos 0 los puntos de vista politicos sobre los
propésitos del poder estatal (o ambos). La politica a su vez reduce el rango
de las politicas que son factibles es decir, la formulacién de politicas como
arte de lo posible—. Asi, si la politica se ocupa de la direccién estratégica
slobal del Estado y su division del “trabajo politico”, el ambito de las poli
tas (policy) denota campos especificos de intervencién y abstencién,
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