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Revista Pedagogía Universitaria Vol. XV No.

1 2010

LA FORMACIÓN DE ACTITUDES ENERGÉTICAS AMBIENTALES


EN EL INGENIERO MECÁNICO MEDIANTE LOS PROBLEMAS
PROFESIONALES ELECTROENERGÉTICOS
THE FORMATION OF ENERGY – ENVIRONMENT AWARNESS IN
MECHANICAL ENGINEERS THROUGH ECTROENERGETIC PROFESSIONAL
PROBLEMS

MSc. Francisco Octavio Machín Armas o


Dr. Carlos Manuel Martínez Pérez oo
Dr. Roberto Torres Rodríguez o
o
Facultad de Ingeniería. Universidad de Holguín Oscar Lucero Moya.
oo
Facultad de Profesores Integrales. Universidad Pedagógica José de la Luz y Caballero

fmachin@facing.uho.edu.cu
Palabras clave: racionalidad, sostenibilidad, actitudes, valores, formación, energética.
Key words: rationality, sustainability, attitudes, values, formation, energetic.
Resumen:
La formación de actitudes y comportamientos pro energéticos - ambientales de los
estudiantes de Ingeniería Mecánica puede potenciarse desde el componente curricular
electroenergético, mediante el método de profesionalizar la enseñanza con la solución de
problemas de contenido profesional, lo que es una tendencia contemporánea de la
Educación Superior Cubana, que está en consonancia con la parte educativa – formativa de
la Revolución Energética. En el artículo, la modificación de actitudes se analiza a partir de
sus fundamentos psicológicos, así como desde la arista didáctica referente a la forma de
adaptar las bases teóricas de la solución de problemas, estudiados fundamentalmente por
investigadores de la Didáctica de las Ciencias Básicas, a la enseñanza de ramas
tecnológicas como la Electricidad Aplicada, la Electrónica o la Electroenergética. Se
discute cómo los problemas profesionales electroenergéticos pueden conducir a la
formación de actitudes pro energéticas.
Abstract:
The formation of awareness in environmental and energy issues and the consequent
behaviour of the students of Mechanic Engineering can be enhanced through the curricular
component related to electricity and power by professionalizing the teaching process. This
can be done by solving problems closely related to the profession, which is a trend in
Cuban higher education nowadays when the educational component of The Energy
Revolution is strongly involved. In the article, the change in attitudes is analysed both from
the psychological point of view and didactically. This last one in connection with the
adaptation of the theoretical basis of the problem solving to the teaching of technology
disciplines such as Applied Electricity, Electronic or Electricity and Power. A discussion
about how professional problems (in the field of electricity and power) can lead to the
formation of attitudes in favour of energy issues.

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INTRODUCCIÓN
Modelos económicos mercantiles - consumistas han conducido a la humanidad a una crisis
de sostenibilidad económica, alimentaria, energética y ambiental de consecuencias
imprevisibles, la cual comienza a manifestar síntomas de su existencia en las últimas
décadas del siglo XX, pero que se agrava de manera ostensible en el bienio 2008 - 2009. La
Educación Energética – Ambiental para toda la sociedad es una de las respuestas que el
hombre ofrece al componente energético – ambiental de esta crisis.
La Educación Energética es parte integrante de la Educación Ambiental, en la que
encuentra sus presupuestos didácticos. Ella facilita el cómo educar la toma de decisiones en
función de la sostenibilidad, pues ofrece los fundamentos necesarios al integrar los
conocimientos sobre energía, el medio ambiente y la economía, y se necesita de respeto
ambiental como premisa para el logro del desarrollo sostenible (Arrastía Ávila 2006).
El criterio de sostenibilidad para los procesos socioculturales actuantes sobre el medio
ambiente da perspectivas de futuro a la humanidad, pues es sostenible “…el desarrollo que
satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (CMMAD, 1998). Hoy, el
paradigma energético vigente en el mundo es insostenible (Arrastía Ávila, 2006).
En Cuba, la Educación Energética comienza en todos los niveles de enseñanza en la segunda
mitad de la década de 1990 y gana un significativo impulso con la Revolución Energética
iniciada por el estado cubano a partir del año 2005. Esta última es el proceso de adecuación de la
energética como problema tecnológico y social que es, a la sostenibilidad sociológica, económica
y ambiental, a partir de la búsqueda constante de la eficiencia y la racionalidad en el empleo de la
energía sobre la base de la renovación de sus sistemas de consumo, generación y transmisión,
conjuntamente con una sistemática labor educativa de la población en el ahorro energético.
La resolución de problemas docentes y de investigación desde las disciplinas del currículo
de las ingenierías, hecha mediante la utilización del método de profesionalizar la enseñanza
universitaria, conduce a exponer como tareas de clase, proyectos de curso y trabajos de
diploma a problemas de contenido profesional, que acercan al estudiante a su futuro
quehacer laboral.
El componente electroenergético del proceso formativo del ingeniero mecánico, puede
abordarse desde múltiples y variados problemas profesionales ingenieriles de diferentes
grados de generalidad, conducentes a la formación actitudinal sobre la base de los valores
en la dimensión ambiental y en particular desde el enfoque de sostenibilidad.
Al resolver problemas profesionales, el estudiante puede llegar al nivel de elección de
estrategias de solución, donde manifieste los valores profesionales, las actitudes y las
formas de conducta que se han formado en ellos, las cuales se desarrollan, transforman y
enriquecen en el proceso de aprendizaje mediante la búsqueda de soluciones.
La formación energética desde la dimensión ambiental del profesional de Ingeniería Mecánica,
puede potenciarse mediante los problemas profesionales, al llevar implícitos en su solución
elementos de contenido referentes a valores, actitudes y procedimientos, manifestados en sus
intenciones de comportamiento a partir de la toma de decisiones, o sea la elección de alternativas
de solución basadas en la sostenibilidad, racionalidad y eficiencia. Este es el asunto que se aborda
en el presente artículo.

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DESARROLLO
La formación energética ambiental del ingeniero mecánico
Existen hoy claras manifestaciones del conflicto entre lo social y lo natural, por tornarse
insostenibles determinadas contradicciones, entre la sociedad de un lado y la naturaleza por
el otro, tales como: crecimiento económico - preservación ambiental (D. Pearce, 2004, p.
14); cualidades biofísicas del entorno - relaciones socioculturales actuantes sobre él (Alea
García, 2005 - a); ambiente físico natural - el construido con la conducta humana (García
Lirios, 2005, p. 11); elevada rapidez de los cambios en los procesos sociales – respuesta
lenta de la naturaleza (Guerra Palmero, 2005, p. 205).
La interacción sociedad naturaleza debe ser llevada a un estadío superior, que salve las
contradicciones que han hecho insostenible la vida del hombre en la tierra. El enfoque de
sostenibilidad es una propuesta de solución que va más allá de la responsabilidad en el
sentido ambiental o las buenas intenciones de muchas personas.
En la solución de sostenibilidad están la modificación de las actitudes, comportamientos,
costumbres, hábitos y estilos de vida a nivel individual tendientes a reducir el consumo
energético y de materiales, que al multiplicarlos por el número de personas que pueden ser
millones, decenas de millones, cientos de millones o miles de millones darán un ahorro
considerable (Educadores por la Sostenibilidad, 2006, p. 301). Una de las respuestas es la
Educación Ambiental.
El Seminario Iberoamericano sobre Formación Ambiental celebrado en Buenos Aires del
21 al 22 de septiembre del 2005 ofreció una definición de Educación Ambiental digna de
destacar, al presentarla como “…una herramienta que promueve procesos orientados a la
construcción de valores, conocimientos y actitudes que posibilitan formar capacidades
para transitar hacia un desarrollo sustentable basado en la equidad y justicia social, el
respeto por la diversidad biológica y cultural” (Declaración de Buenos Aires en Formación
Ambiental, 2005). La Educación Ambiental se expresa aquí en función de la sostenibilidad,
así como la aceptación de todas las culturas y la biodiversidad.
Como parte integrante del problema ambiental está el energético, que debe enfocarse en
función de garantizar la formación de valores éticos, actitudes y conductas en torno al
consumo y la gestión energética, el conocimiento del patrimonio energético nacional y
mundial, así como el impacto ambiental de la generación energética (Milachay et –al,
2005, p. 389). La Educación Energética tiende a ocupar este espacio.
Dentro de la Educación Energética existe un campo denominado “Formación Energética”,
que los autores la aceptan como el desarrollo formativo de conocimientos, actitudes,
valores y dominio de procedimientos en el uso racional de la energía de manera integrada.
En la definición está implícito el concepto formar en sus dimensiones instructiva, educativa
y desarrolladora (Horrutinier Silva, 2007, p. 15).
Al aceptar la Educación Energética como un componente de la Educción Ambiental, resulta
comprensible emplear modelos contemporáneos de esta última para la formación energética
desde la dimensión ambiental, y los más trascendentes son los paradigmas sociológicos
norteamericanos (Nieto Carabeo, 2003), (Alea García, 2005 - a); como el modelo de Hines
(1987); el modelo de Blake (1999) y el modelo de Kollmuss – Agyeman, (2002).

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De los modelos sociológicos norteamericanos es destacable el bifactorial de Kollmuss A y


Agyemam J (2002), que agrupa los factores que determinan el comportamiento pro ambiental
en dos tipos, los internos relativos a la personalidad del individuo y los sociológicos externos,
precisándose la interrelación mutua (Nieto Carabeo, 2003).
En Cuba ha tenido influencia apreciable el modelo Vigotskiano de la Dra. M. Febles (1999) y
(2004) según Alea García (2005 - a), en el cual se esclarece el significado de varias categorías
de la Educación Ambiental que son procesos psicológicos en la relación individuo – ambiente,
como conocimiento, creencia, percepción, actitud y comportamiento, además de dejar
establecido que la Educación Ambiental es un proceso en el que existe una distancia entre su
nivel de desarrollo real y el potencial, con la explicación de cómo se transita de uno a otro nivel
mediante el proceso formativo ambiental.
En la formación energética - ambiental del ingeniero se manifiesta una contradicción
dialéctica que debe ser salvada para llevar el proceso formativo a un nuevo estatus, esta es:
la formación del profesional de ingeniería como un potencial manipulador de procesos de
transformación energética o modificador del medio ambiente por un lado y por el otro, el
de ahorrador energético o preservador medio ambiental (Machín F O y Marcheco G, 2009,
p. 72). El enfoque de sostenibilidad en el proceso formativo energético - ambiental de este
tipo de profesional es la propuesta de solución.
El enfoque de sostenibilidad al abordar los problemas energéticos – ambientales, debe
orientarse a formar en el estudiante de ingeniería un modo de actuar afín con lo sostenible
(Alea García, 2005 – b). Ello se manifiesta a través de un elevado conocimiento de los
factores que intervienen en los procesos, un comportamiento responsable, racional,
conservacionista e inteligente, así como biocéntrico en contraposición al antropocéntrico,
conducta esta última que ha acompañado al hombre en su historia hasta el día de hoy, desde
el instante en que los procesos civilizatorios iniciales lo condujeron a construir ciudades, y
con ello contraponer sociedad y naturaleza.
Como un componente del comportamiento sostenible en el profesional de ingeniería está el
racional, el cual lo aceptan los autores como “aquel comportamiento caracterizado por la
austeridad con conocimiento de causa en el empleo de los recursos naturales y energéticos
para los procesos productivos o de servicios”. En el saber, el saber hacer y el saber ser,
están los fundamentos de la racionalidad humana.
La racionalidad en el consumo individual o en el uso de materiales en la industria está
afectada por los “estilos de vida”, categoría psicológica desarrollada en las últimas décadas
por la Psicología Social (Corraliza y Martín, 2000, p. 32), que influyen en las conductas pro
– energéticas, ya que el estilo de vida condiciona indirectamente un comportamiento ante el
consumo al determinar necesidades y actitudes (Hawkins, Best y Coney, 1989), citados por
Corraliza y Martín (2000, p. 34). Los comportamientos individuales ante el consumo
pueden ser llevados al escenario de actuación profesional.
El enfoque actitudinal
Ya en la década del 80 los especialistas en la Didáctica de la Educación Superior
destacaban la importancia de las actitudes y de los enfoques desde la concepción de
actitudes en la formación profesional, pues no se trata de “…asimilar profesiones” si no de
“…prepararse para asimilar profesiones” y para ello “…enseñar actitudes, modelos de

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comportamiento, cuyos parámetros fundamentales son la versatilidad y la capacidad de


adaptación” (Machado Bermúdez, 1988, p. 178).
Muchos problemas energéticos - ambientales tienen solución en el comportamiento humano
y para este último es el estudio de actitudes y de los procesos de cambios actitudinales el
que suscita mayor número de investigaciones (Berenguer y Corraliza, 2000, p. 325). La
conducta pro energética – ambiental presupone el desarrollo de actitudes en esta dirección,
susceptible a cambios.
El concepto de la formación psicológica actitud asumido es “...predisposición aprendida
para responder consistentemente de una manera favorable o desfavorable respecto a un
objeto o sus símbolos”, definición de Fishbein y Ajzen autores de la Teoría de la Acción
Razonada (TAR) publicada en 1980 y citada por Hernández Sampier (2003, p. 266).
Las actitudes ambientales son aceptadas como "…predisposiciones del pensamiento
humano a actuar a favor o en contra del entorno social, teniendo como base las vivencias,
los conocimientos y los valores del individuo con respecto a su entorno”, según M. Febles
(1999) citada por Alea García (2005 - a). La actitud es bipolar al reflejar la coexistencia de
disposiciones afectivas hacia un objeto de tipo positiva o negativa y dichas asociaciones
orientan juicios, decisiones y conductas que facilitan la adaptación del individuo al medio
ambiente.
Ligado al concepto de actitud está el de valor. Los valores “…como reguladores de la
actuación se expresan como formaciones psicológicas de la personalidad, que integran en
una unidad estructural - funcional lo cognitivo y lo afectivo” (Ojalvo Mitrany et – al, 2003,
p. 23). Según esta autora, se expresan en la forma de una unidad funcional en los dos planos
de la actuación del sujeto, “…el interno: reflexivo, vivencial y el externo: conductual”.
Los valores en la dimensión energética – ambiental para la formación de ingenieros están
dentro de lo valores profesionales, los cuales Ojalvo Mitrany (2003, p. 104) define
“…como valores humanos contextualizados y dirigidos hacia la profesión”, o como
cualidades de la personalidad del profesional que expresan “…significaciones sociales de
redimensionamiento humano, manifestadas en el quehacer profesional y los modos de
actuación”.
Se acepta la estructura tridimensional que para la actitud brinda el modelo teórico de la
“Escuela de los Componentes Múltiples” en la interpretación del contenido de la misma, la
cual destaca el componente afectivo – motivacional de ella. Se reconoce las limitaciones de
esta concepción teórica actitudinal en cuanto a lo predictivo - expectativo del
comportamiento humano.
Debido a que en los problemas profesionales que pueden plantearse a los estudiantes de
Ingeniería Mecánica son esperadas manifestaciones de intenciones de comportamiento, se
emplea la Teoría de la Acción Planeada de Ajzen (TAP), la cual integra la “Concepción
Expectativa – Valor” para las actitudes y es destacable en ella su carácter predictivo como
principal ventaja sobre la concepción tridimensional de los componentes múltiples.
Esta concepción actitudinal comienza con Fishbein y Ajzen, los cuales desarrollaron una
teoría general de la conducta humana, que relaciona e integra un grupo de variables ligadas
a la toma de decisiones a nivel conductual. Esta teoría ofrece un modelo para entender la
relación entre creencias, actitudes, intenciones y comportamientos de los individuos.

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Una parte importante de los comportamientos humanos están sometidos al autocontrol


voluntario, por lo que la intención puede predecir una conducta, en el sentido de una
tendencia favorable a un comportamiento dada la actitud positiva que se tenga de realizar
éste, pero no determinarla (T A P). En el modelo teórico de Ajzen - Maden (1986), citado
por Durán M. et – al. (2007, p. 289), la variable percepción de control actúa sobre la
intención de actuar y el comportamiento.
En el modelo de Fishbein – Ajzen (T A R), la intención de actuar estará en función de dos
variables, la actitudinal que es de naturaleza personal y la influencia social, percibida por el
individuo como las presiones sociales o normas, que le son impuestas para realizar o no un
determinado comportamiento (norma subjetiva).
La Teoría de la Acción Planeada (TAP) presentada por Ajzen y Maden en 1986 y Ajzen en
el 2002, incluye un tercer elemento que influye sobre la intención de actuar y el
comportamiento de manera simultánea, que es la percepción del control (Durán M et – al,
2007, p. 289). El modelo teórico de Ajzen destaca la interrelación entre las variables
actitud, norma subjetiva y percepción del control.
La limitación más destacable en el modelo de Ajzen es para M. Durán el hecho de que
absolutiza las variables racionales como otras concepciones de carácter socio – cognitivo y
soslaya las de carácter afectivo – emocional (Durán M et – al, 2007, p. 289).
La actitud pro energética - ambiental es la principal variable que antecede al
comportamiento en esta dirección (Durán M et – al, 2007, p. 293), pero hay otras variables
como lo es la preocupación energética – ambiental (Aragonés J et –al, 2006, p. 2), o la
creencia, que es el concepto psicosocial más vinculado al de actitud.
Ligado al concepto de actitud está el de comportamiento, el cual es una conducta externa y
observable de un individuo en un espacio y tiempo determinado, o la forma de actuar o
responder ante un tipo de problemas. Si los problemas son los que engendra el hombre al
ambiente, el comportamiento pro ambiental es la forma de actuar del individuo a favor de la
preservación de éste.
La conducta es aceptada como una forma persistente, duradera y consistente de proceder o de
manifestarse un tipo de actuación y el comportamiento como una respuesta momentánea, a
un problema determinado. Una conducta pro – energética, es la actuación a favor del uso
racional de la energía. Hay dos tipos de conducta: la innata y la aprendida. Conducta y actitud
interaccionan dialécticamente y se condicionan mutuamente.
Los conceptos conducta y comportamiento tienen un papel central en la formulación teórica
de modelos formativos energéticos - ambientales (Bruun Jensen, 2002, p. 325), así como
una manifestación compleja y problemática en éstos (Gough Stephen, 2002, p. 273), hechos
que se aprecian más aún al examinar la conducta energético ambiental como competencia
de acción (Bruun and Schnack, 2006, p. 471).
Las actitudes ambientales en la Psicología Ambiental
Las investigaciones más recientes en el campo de la Educación y la Psicología Ambiental le
asignan a las actitudes ambientales, un papel preponderante en la predicción de las
conductas ecológicas, y en particular se destacan tres actitudes ambientales que anteceden a
un comportamiento de este tipo, (Kaiser F. et – al, 1999, p. 1), (Nieto Carabeo, 2003),
(Berenguer J, 2007, p. 269). Ellas son la actitud hacia el medio ambiente, la actitud hacia la

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conducta ecológica y la actitud hacia los valores y normas que se establecen respecto al
medio ambiente.
La Psicología Ambiental conlleva al análisis psicológico del comportamiento humano con
relación al ambiente (Alea García, 2005 - a). Para García Lirios (2005, p. 13) las causas de
los problemas ambientales están en el comportamiento humano desorientado por creencias
de una abundancia ilimitada de recursos naturales que da origen a conductas utilitaristas, o
bien a la del papel central del hombre en la naturaleza y la subordinación de ésta a él. Estas
creencias condicionan las concepciones antropocéntricas con sus necesidades exclusivistas
y la idea de que es posible satisfacer todo tipo de necesidad por artificial que parezca, lo
que conduce al consumismo. Las sociedades de mercado favorecen estas creencias.
En la Psicología Ambiental son apreciados los aspectos motivacionales y de empatía de la
formación ambiental (Berenguer J, 2007, p. 269), la relación entre comportamiento humano
y problemas ambientales (Berenguer y Corraliza, 2000, p. 325), el carácter teórico
interdisciplinario de ella en el enfoque de los problemas ambientales y la integración de los
elementos, conocimientos, valores, actitudes, vivencias y comportamientos ambientales que
se da en la psiquis del individuo (Alea García, 2005 - a), lo que equivale a la formación de
una cultura individual en la esfera energética - ambiental.
Dentro de la Psicología Ambiental se ha desarrollado en la última década la denominada
Psicología de la Sustentabilidad, la cual trata de explicar el comportamiento humano en
función del desarrollo sostenible, (García Lirios, 2005, p. 13), o bien el desarrollo de
patrones de vida sostenibles (Howard, 2000), citado por E. Wiesenfeld (2003, p. 255).
El cambio de las actitudes
La modificación de la actitud es aceptada por los autores como el cambio psicológico en el
sentido de solución del conflicto entre una vieja actitud que contradice los valores recién
formados en la sociedad (Vázquez Rosado, 2007), haciéndose necesario la transformación en el
individuo de los conocimientos, los valores aceptados, las actitudes y los comportamientos.
Las actitudes expresan probabilidades de ocurrencia de comportamientos, ya que la existencia
de éstas en el individuo hacia un determinado objeto de actitud facilita un comportamiento
también favorable, luego al modificar la actitud existen probabilidades significativas de
modificar el comportamiento.
Se acepta la idea de que los estudiantes pueden cambiar sus actitudes de ahorro energético en
la dirección de los comportamientos pro energéticos deseados con la ayuda del profesor. Las
actitudes se adquieren, adoptan y forman desde el aprendizaje propiamente dicho y de las
experiencias asimiladas y que pueden ser modificadas y reorientadas a pesar de su relativa
estabilidad. Ellas se reflejan en la conducta del individuo, por lo que resulta valiosa la labor
educativa reorientadora.
Para modificar las actitudes son seguidos algunos procedimientos y el más común que resume
a varios es el algoritmo de tipo cíclico que sigue:
1. Identificar la actitud a modificar.
2. Formular actitud alternativa.
3. Diseñar intervención.

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4. Actuar.
5. Observar.
En el cambio de actitudes pro energéticas - ambientales están presente la motivaciones, las
cuales con sus contenidos específicos le otorgan un significado concreto a la actuación
del individuo en una esfera determinada de la vida y la motivación puede ser un paso previo
al desarrollo de la empatía, estudiada con precisión por J. Berenguer (2007, p. 269) en su
efecto positivo para las conductas pro ambientales.
Brian O. Leggett (2006, p. 34), destaca la importancia de la persuasión en el cambio de
actitudes y su modelo persuasivo está basado en el clásico triángulo que debe de garantizar
la acción de persuadir: 1ro. Comunicar el nivel adecuado de credibilidad; 2do. Crear el
entorno emocional oportuno; 3ro. Idear la argumentación más pertinente y señala tres
escalones en el proceso del cambio actitudinal o tres niveles de persuasión;
1. Modificación de actitudes, opiniones y comportamientos
2. Refuerzo de creencias, actitudes y comportamientos
3. Creación de nuevas actitudes y opiniones
El componente electroenergético para la carrera de Ingeniería Mecánica
En la estructura funcional de la Electroenergética hay tres partes bien diferenciables, que son
la generación, la transmisión y el consumo. El ingeniero mecánico se ocupa de la última al
operar el equipamiento industrial moderno.
La formación energética del ingeniero mecánico se da en dos dimensiones, la
termoenergética que es la fundamental y la electroenergética, que aunque complementaria
resulta imprescindible, debido a que el accionamiento industrial moderno tiene como centro
funcional al motor eléctrico con su sistema de control y mando electrotécnico, electrónico o
automático. El conocimiento electroenergético se selecciona a partir de la necesidad de
conocer el uso industrial, la distribución y el modo de generación de la energía eléctrica, es
decir como un efecto teórico de un modo de producción material, o la lógica de creación
mental (Fuentes H, 1997).
La disciplina que más potencia la formación electroenergética en la carrera de Ingeniería
Mecánica es la Electricidad y Automática compuesta por tres asignaturas, Electrotecnia o
Electricidad Aplicada I, Electrónica o Electricidad Aplicada II y Automática. La
Electricidad Aplicada I y II tienen el papel de contribuir a que se establezca un nexo de
continuidad entre las Ciencias Naturales y la Matemática con las correspondientes
disciplinas del ciclo de la Ciencias de la Ingeniería y la Ingeniería Aplicada.
La asignatura Física II, como integrante de una disciplina que representa a una ciencia
básica, la Física, ofrece a la carrera de Ingeniería Mecánica los fundamentos físicos de la
electroenergética y de las ciencias ingenieriles Electrotecnia y Electrónica, así como para el
estudio de los controles electromagnético, electrónico y automático de los accionamientos
eléctricos. Es en esta asignatura de la disciplina Física que se aborda la Teoría
Electromagnética.
En la soldadura y la fundición hay un contenido importante de aplicación para la
formación electroenergética, así como en la disciplina Química General que es previa al

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desarrollo del proceso formativo electroenergético. También en la asignaturas


Accionamiento Industrial y Refrigeración.
El enfoque actitudinal en el tratamiento del contenido electroenergético conduce al desarrollo
de actitudes en esta dirección, que resultan la integración de los componentes cognitivos y
afectivos relacionados con la electroenergética en la intención de actuar del estudiante de
Ingeniería Mecánica de manera sostenible en el uso de la energía eléctrica.
La actitud electroenergética se acepta por los autores, como la predisposición a responder de
modo favorable o desfavorable hacia el objeto de actitud ahorro electroenergético, según los
conocimientos adquiridos, los valores aceptados, las normas interiorizadas y el sentimiento
de control percibido sobre su actuación, manifestada en las intenciones de comportamiento
por el estudiante.
Modelo de problemas profesionales electroenergéticos para la formación actitudinal.
El sistema de tareas docentes profesionalizadoras expresadas a través del problema profesional
electroenergético para el desarrollo de actitudes es la vía seguida por los autores. M. Mariño
(1999) citada por E. Ortiz (2008, p. 77) define la tarea docente en la enseñanza superior
“…como aquel componente integrador del proceso educativo con diferentes niveles de
complejidad en que el estudiante identifica y busca la posible solución a problemas de su
esfera de actuación profesional, las cuales pueden ser modeladas a través de situaciones
pedagógicas desde el componente académico”. Es destacable el carácter integrador de la tarea
docente o problema profesional.
Resolver problemas es un invariante de habilidad en la formación de ingenieros (Cumbrera
González, 2007, p. 74) y a ello deben contribuir todas las disciplinas del plan de estudios,
que pueden ponerse en función de los problemas profesionales. La problematización de la
enseñanza en el contenido profesional es una tendencia contemporánea de la educación
superior cubana.
El proceso de adaptación de la disciplina o la asignatura al modo de actuación y al objeto de
la profesión, que es en esencia el método profesional (Patiño A y García A, 2005, p. 39), da
la posibilidad al docente de elaborar y proponer problemas ligados a la realidad profesional
que han de enfrentar los egresados, en los que de forma implícita o explícita está el análisis
del impacto social de la solución de éstos. Ello conduce a la vinculación de los aspectos
instructivos y educativos en la clase.
El alumno de ingeniería resolverá múltiples ejercicios en su carrera, pero para los autores estos
serán problemas si y sólo si la vía de solución es desconocida para él y debe ser desconocida,
para provocar el proceso de búsqueda que desarrolle el pensamiento. Los diferentes autores de
investigaciones de resolución de problemas contemplan cuatro etapas diferenciables en el proceso
de solución; 1) comprender el problema; 2) analizar el problema; 3) solucionar el problema; 4)
evaluar la solución del problema (Tarifa y González, 2000, p. 8)
El resolver problemas profesionales exige de la integración teoría - práctica y las tareas de
aprendizaje deben preparar a los estudiantes para ello, así como para la generación de
estrategias de trabajo en el proceso de solución de éstos en sus distintos niveles (Mazarío
Triana, 2000, p. 12), acompañada de la elección de aquella que considere la más adecuada
(toma de decisión) y la evaluación de las consecuencias de su aplicación.

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La generación de estrategias para la solución de problemas está en consonancia con los


estilos de aprendizaje, categoría didáctica que hoy suscita mucho interés y que a veces se
manifiestan de forma compleja en un mismo individuo al aparecer en éste rasgos de
diferentes estilos (Aguilera E y Ortiz E, 2008, p. 3).
Esa manifestación compleja determina que los autores citados prefieran hablar de perfiles
de estilos de aprendizaje, los cuales exponen en función de tres dimensiones; la afectiva, la
cognitiva y la metacognitiva (Aguilera E y Ortiz E, 2008, p. 4). Variables que a la vez
determinan el proceso de asimilación de los métodos de resolución de problemas y la
elección de estrategias de solución individualizadas.
El modelo de problema profesional electroenergético concebido en diferentes grados de
generalidad e integración, se plantea como una tarea integrativa y profesionalizadora a
resolver enmarcada en un tiempo determinado, que va desde la duración de la clase o
exposición del tema, hasta la del trabajo de diploma. Al problema planteado se le buscarán
soluciones creativas a partir de las variables conocidas y los procedimientos dominados.
Debe insistirse en que existan varias alternativas de solución, para entre ellas seleccionar
una, en una clásica toma de decisiones sobre la base de la dimensión ética de la eficiencia,
la racionalidad y la sostenibilidad (Machín F O y Marcheco G, 2009, p. 73). Se trata de que
en cada problema, el futuro ingeniero mecánico manifieste sus intenciones de
comportamiento respecto a la sostenibilidad ambiental y la racionalidad en el uso de los
recursos materiales y la energía.
En la solución de los problemas profesionales de contenido electroenergético planteados, se
tienen presente los indicadores de creatividad dados por Penagos Corzo (2000) y adaptados
para la formación de ingenieros mecánicos desde la asignatura Elementos de Máquinas por
Ortiz Cárdenas et – al. (2002, p. 62) y que son:
• Originalidad de la idea o del proceso de solución del problema profesional.
• Fluidez, vista en la posibilidad de generar un número elevado de ideas que resuelvan el
problema profesional o de generar procesos de solución.
• Flexibilidad, manifestada en la facilidad para replantear la solución de un problema
profesional o detectar este.
• Elaboración con un nivel de detalle o terminación la idea o proceso de solución del
problema profesional planteado.
La contextualización de los problemas electroenergéticos es otro de los rasgos
característicos de la propuesta y es ésta una tendencia contemporánea. Los mismos se
contextualizan en las dimensiones didácticas, gnoseológicas y psicológicas (Alejo J y
Falcón H, 2006, p. 38), pues desde el uso didáctico del contexto enseñanza - aprendizaje
que se manifiesta en el conocimiento a cerca del problema profesional abordado, se orienta
el contenido hacia la formación de actitudes, valores y modos de comportamiento hacia la
electroenergética.
El modelo de problemas electroenergéticos de carácter profesional concibe éstos en tres
niveles de generalidad e integración, los cuales representan un sistema de escalamiento en el
proceso de formación actitudinal electroenergético del ingeniero mecánico y son:

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• Primer Nivel: Problemas docentes electroenergético de carácter profesional para resolver


en clases prácticas o en el trabajo independiente como tareas docentes.
• Segundo Nivel: Problemas profesionales electroenergéticos como tareas de semestre o
año en proyectos de curso planteados por la asignatura como evaluación final.
• Tercer Nivel: Problemas profesionales electroenergéticos integradores como tareas de
carrera, resueltos por los estudiantes mediante trabajos de diplomas.
El primer nivel se corresponde con los problemas docentes electroenergéticos de carácter
profesional para resolver en clases prácticas o en el trabajo independiente como tareas docentes,
concebidos como familia de problemas por temas (Mestre U y Fuentes H, 2007, p. 97) dada su
unidad, organicidad y elementos comunes, en los que cada problema resuelto y discutido al
decir de estos autores aporte un elemento nuevo.
La familia de problemas por temas, al seguir a Mestre U y Fuentes H (2007, p. 98), se conciben
con una estructura organizativa de tipos o niveles, de acuerdo con el grado de complejidad,
riqueza, independencia cognoscitiva, productividad o creatividad en tres clases. Como
Problemas de Primer Tipo, de Segundo Tipo y Tercer Tipo.
El segundo nivel de problemas profesionales electroenergéticos exige más generalidad e
integración que el primero y pueden servir como trabajos de curso o proyectos de ingeniería
en dependencia de los objetivos planteados. El grado de generalidad de estos rebasa con
amplitud el marco de la clase o del tema y son solubles en un tiempo que se enmarca en el
año o el semestre en que se cursan las asignaturas Electricidad Aplicada I y II.
Para un tercer nivel de problemas profesionales electroenergéticos están los trabajos de
diploma propuestos como tareas de investigación en la dirección del consumo
electroenergético de las empresas, línea de trabajo en la cual hay una frontera en el
escenario de actuación profesional de los ingenieros mecánicos y eléctricos. Tareas para
resolver como problemas de investigación relativos a la gestión electroenergética o el
diseño de accionamientos eléctricos industriales, pueden plantearse.

CONCLUSIONES
La búsqueda de solución a los problemas profesionales electroenergéticos, planteados como
problemas docentes o de investigación en sus diferentes niveles de generalización e
integración en el proceso de enseñanza – aprendizaje, ofrece posibilidades potenciales de
desarrollar o modificar actitudes a favor del ahorro de energía eléctrica y la sostenibilidad
ambiental en el estudiante de ingeniería.
En la propuesta, el resolver problemas implica la elección de estrategias de solución, en una
clásica toma de decisiones sobre la base de los valores responsabilidad, racionalidad y
sostenibilidad energético – ambiental.
Para potenciar la formación actitudinal, el planteamiento del problema profesional
electroenergético debe:
• Ofrecer posibilidades de elección de estrategias sobre valores y normas aceptados, en el
sentido de lo racional y la sostenible en lo energético - ambiental.

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• Contextualizarse a un objeto específico del futuro escenario de actuación profesional del


ingeniero mecánico.
• Promover la integración de elementos económicos, tecnológicos, ambientales en las
estrategias de solución que se generen.
El modelo teórico didáctico de formación actitudinal a partir de la solución de los problemas
profesionales electroenergéticos planteados para la Ingeniería Mecánica, puede extenderse a
otras ramas de la energética y carreras de ingeniería de perfil no eléctrico, pues los
presupuestos didácticos, psicológicos, tecnológicos y sociológicos son los mismos.

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