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Los últimos años han significado en el ámbito de las artes escénicas la vuelta al primer
después de relegar a la palabra tras los gestos y los fastos de imagen, movimiento y
complejidad.
meta-textos de los propios autores que reflexionan en clave de arte poética sobre los
de otras disciplinas?
la gestación de discursos programáticos por parte de los autores, quienes buscan así
Estos ejercicios meta textuales se redactan sin perder de vista el afán estético de la
escritura, logrando arriesgar así una mirada subjetiva y arrebatada que busca
explicarnos cómo los artistas conciben su oficio. Es literatura que habla de la literatura.
Ejercicios que son también una toma de posición y una declaración de principios, que
definición del concepto planteada por Umberto Eco en su renombrado trabajo Obra
abierta, quien alude a la poética como: “el programa operativo que una y otra vez se
explícitos o no, que observan un género literario o artístico, una escuela o un autor”)2 ,
con la diferencia de que en este caso se trata de la cuarta acepción presentada, lo que
habla de la relativa huerfanía en la que es dejado este término, frente a las acepciones
más académicas que aluden al tratado o ciencia y que ocupan innumerables páginas
de la historia de la literatura.
Retomando lo planteado por Eco, la formulación que hace el artista cobra vida a través
de la reiteración con la que éste es formulado. Ese proponérselo una y otra vez,
ratifica que hay en la escritura de una poética una ligazón no sólo con un proyecto
puntual en relación a una obra, sino que se trata de un compromiso mayor, un vínculo
1
Umberto Eco, Obra abierta, pág. 345
2
www.rae.es
¿Cómo leer esta suerte de réplica que nos puede llevar al epicentro de la génesis
creativa? Probablemente observando con claridad los signos que el propio artista deja
abierta. Para tal efecto el mismo Eco puntualiza las siguientes consideraciones:
utilidad del término poética que se quiere presentar en estas líneas. Es decir,
implícita, nos referiremos entonces con este término a aquellos materiales de índole
explícita que los dramaturgos hayan producido. Esta opción supone un corpus más
acotado y definido a partir del cual será posible plantear lecturas críticas. Abrir el
análisis acogiendo las dos acepciones del concepto poética, esto es, considerando la
poética en tanto texto explícito y además como ideas implícitas dentro de la obra o
conjunto de obras, plantea una dificultad metodológica a la vez que vuelve la labor al
lectura de las obras se corre el riesgo de querer hacer calzar el material estético con
algún modelo teórico determinado. Así, finalmente, lo que se obtiene más que una
Ciertamente pretender revisar las poéticas de los dramaturgos y partir de ahí extraer
3
Umberto Eco, op. cit., pág. 346
fragilidad o inasibilidad del género que se intenta abordar. Derechamente debemos
debemos deducir de ello que las poéticas, al menos en el caso del teatro, no han
la incidencia de la voz autoral dentro del contexto del afán interpretativo de una obra.
se intenta rescatar. Y al fijar nuestra mirada sobre esa producción textual también
poética que la precede o que la sucede; ensayo y error, idea lúcida o equivocada
lectura.
acuñado por Pierre Bourdieu, en La reglas del arte. La aplicabilidad del ítem poética
4
Anne Ubersfeld, Semiótica teatral, pág. 184
fuera a otras textualidades que, no obstante, igualmente dan cuenta del ideario de un
poética, dándole un sentido que trasciende el mero ejercicio estético, llegando de esta
director, actor, escenógrafo, etc. De esta manera, la redacción de una poética por
pertenencia. Vale decir, la poética aludirá más que a un género en particular, a una
de escritura de una poética dramática le permite acotar un terreno que sólo el autor
dramático puede ejercer. Nadie lo intimida o subordina en ese feudo. De esta forma, la
caso de los autores estudiados, generando textos que reflexionen sobre su propio
hacer escritural. Dicho de otra forma sólo un dramaturgo y nadie más que él puede
abocarse a la tarea de escribir una poética sobre la escritura teatral. No hay riesgo de
que al menos en este ejercicio otros profesionales aborden semejante tarea. Esto dice
acción, por delimitar su campo de influencias; con mayor razón ahora cuando el
ejercicio de la escritura teatral vuelve por sus fueros. Entonces si la dramaturgia como
cultural, con mayor razón deberá el dramaturgo hacer ver el terreno que pisa. Así,
siguiendo a Bourdieu, el autor dramático en tanto principal promotor del sub campo de
5
Pierre Bourdieu, op. cit., pág. 322
producción que acoge a lo que se denominaría teatro comercial, en donde el texto,
pese a su relevancia frente a los otros lenguajes escénicos, no opera sino como
ejecución de fórmulas añejas, vale decir, sin el prestigio cultural del sub campo de
producción restringida.
índole más vanguardistas y que han sido legitimadas dentro de los participantes del
campo artístico teatral: dramaturgos, directores, críticos, etc. Pero además participa de
Cabría preguntarse igualmente por la relación que hay entre la calidad de una poética
manifiesto o carta en tanto poética, de la propia obra del artista, situación que no se
condice con nuestro objetivo; esto es, considerar la reflexión poética como parte del
corpus del artista. Habría, por tanto, que corregir el aserto: hay que evaluar la calidad
de una poética en sí misma y en relación con las demás partes del corpus del artista.
¿Y qué ocurre si hay una diferencia notoria entre estos dos espacios de expresión?
¿Qué ocurre si la voz autoral presente en una poética es mayor o menor que la que se
expresa en el resto de la obra, diríamos más canónica? ¿Hablaríamos de un
revisando cualquier antología literaria. Hay autores que sin perjuicio de declararse
poetas, novelistas, etc., quizás sean más conocidos por sus cuentos o ensayos. Lo
mismo ocurre en el caso de las poéticas aunque quizás en menor medida dado
también la menor frecuencia con la que este ejercicio es realizado. Muchos tratados de
esta índole son hasta el día de hoy piezas literarias de unánime calidad. El Arte
Decálogo del perfecto cuentista de Horacio Quiroga, etc.; vale decir, poéticas que
resuenan con igual o mayor fuerza dentro del conjunto de la obra de sus creadores.
Los mecanismos de gestación de una poética están en directa relación con el grado de
con el permiso del ambiente literario en el que desenvuelve, pontificar sobre la validez
y oportunidad de los hallazgos estéticos a los que ha llegado. La propia figura cuasi
mítica del artista como sujeto excepcional, tan cara al romanticismo y las vanguardias,
escritura de una poética supone, de esta manera, un acto de reflexión del artista para
con su obra que lo obliga a dimensionar no sólo la validez de sus propuestas formales
y estéticas sino que también la realidad diversa de las opciones escriturales que le son
contemporáneas. Un autor de una poética deberá, por lo mismo y ante todo, ser un
constatar que la mayoría de los autores que serán analizados tienen un nexo
Eco, una poética supone un programa operativo, un proyecto de obra a realizar; estas
que la armazón de una oferta pedagógica por parte de los dramaturgos facilite con
Sinisterra, De la Parra.6
la base de su concepción. El término poética viene del verbo griego poiéo que significa
hacer, crear, fabricar;7 lo creado, lo fabricado será una obra, una realización, el
resultado de un proceso. Las acepciones van incluso más allá pues el verbo también
aludía al acto de dar a luz, es decir, de crear vida. Poética será entonces en una
creación, sobre el poiéo; un estudio que trata sobre el hecho de hacer. Queda fundado
para la posteridad que esta reflexión se elabora a partir de la obra de otros, del estudio
de la creación de otros, y que es formulada por alguien que a partir de las constantes y
6
José Sanchis Sinisterra, La escena sin límites; Marco A. De la Parra, Cartas a un joven dramaturgo
7
Diccionario Griego-español
metarreflexiva. Tendrá que pasar el tiempo para que, como el propio Horacio, los
sin antes añadirle otro concepto: arte. Tenemos ahora la construcción arte poética,
que aclara y acota el tenor de lo que podrá encontrar un lector al acercarse a este tipo
de textos.
adosado a otro concepto de mayor prestigio. Parece ser como si esta accesoriedad de
la reflexión que puede acometer el artista sobre su obra, es una labor menor que no
como bien nos indica la gramática, nos permite dar cualidades o características de una
medida en que existe el objeto adjetivado, vale decir, que no son preexistentes a él. Lo
poético, de esta forma, es sólo una de las condiciones del arte, por así decirlo. No es
una operación jerárquica que sepulta al rincón del anecdotario la palabras que sobre
su propio arte han redactado los escritores. Sólo se apelará a ellas en la medida en
que aporten datos, ideas, tejido que condimenten lecturas históricas y aproximaciones
documentales, esto es, que sean documento, como las casas, el vestuario o los
cementerios en los que yacen los restos de los artistas. En estos registros bucea el
investigador para dar con las claves que le permitan corroborar sus puntos de vista
sobre la obra o quien que las ideó; obviando el propio carácter de obra que posee uno
que además debe hacer valer su condición de tal; hacer visible su interpelación;
modo de la clásica función conativa del lenguaje. Esto se logra evidentemente, por
también aludía Eco- se da por cierto no sólo en la escritura de una poética, separada
texto. El bautizo de un producto con vocación de poética autoral se verá coronado con
con la inscripción a partir del título en la gama de los géneros discursivos del
deseo del autor de decirnos algo, incluso desde el guiño de la pseudo instrucción
autorreferida. Ocurre algo parecido con el texto El manual falso de dramaturgia, del
y por lo tanto válidas para este estudio, todas aquellas formas textuales que
manifiesten una reflexión libre del dramaturgo sobre su obra y su oficio y que aludan
estudiados dice relación con las propias condiciones de producción de esos textos.
Nos referimos puntualmente a los encargos que muchas veces motivan la génesis de
de congresos y mesas redondas, etc. La mención, a veces dentro del mismo texto de
esas condiciones, despeja el camino para la determinación y el perfil del material que
se va a leer. Esta suerte de sub género de poética por encargo está relacionada con
las propias estructuras de funcionamiento del campo literario, como apunta Bourdieu,
etc.) intentan legitimar su actividad productora y para ello convocan cada cierto tiempo
a los autores dramáticos a debatir, mirar su oficio, proponer salidas y criticar incluso al
campo artístico-literario por completo. La operación resulta del todo rentable, pues a la
vez que se ofrece una tribuna a la voz autoral, tribuna aséptica que queda pronto
problema central: la representación de las obras, la difusión del texto teatral a través
de los montajes y no sólo por medio de ideas o proclamas. Esta operación de entrega
privados, altera muchas veces la propia condición y carácter de los textos que para
autor que dejan ver su génesis. ¿Incide esto en la validez o legitimidad de las artes
poéticas así elaboradas? Probablemente no. Cabría hacer, siguiendo esta lógica, la
misma acusación a todo el arte universal que ha nacido del encargo de cientos de
mecenas, gobiernos, o la propia convicción de los artistas de autoexigirse a crear
determinadas obras; sin embargo, el deber de este análisis es constatar este rasgo
que aparece con bastante frecuencia en las condiciones de producción de las poéticas
espontáneas. A este respecto es pertinente revisar las reflexiones que sobre el tema
En rigor, la demanda a la que alude la autora no existe si quiera para muchas de las
creaciones literarias que promueven esas misma poéticas o manifiestos. Como hemos
que de verdadera necesidad estética del medio o del entorno. Por lo demás, la
natural confusión que se produce entre ambos conceptos. Existen poéticas que se
que por su condición de piezas grupales no pueden considerarse como poéticas y sin
embargo siguen siendo textos discursivos que expresan una reflexión sobre el hecho
8
Íbidem
artístico. En ambos casos el problema de la motivación o inducción a la escritura
existe una necesidad de los autores de generar poéticas? ¿No es también acaso, una
o sujeto a la voluntad de sus creadores, cuando en rigor toda creación literaria supone
consecuencias sociales.
Las poéticas, manifiestos y proclamas, en tanto signo subjetivo del artista, gesto
textual que se instala en el universo cultural, pasan a ser por sí mismas obras de arte.
difunden ante un público. Son textos que interpelan, que acusan, que llaman a la
acción y que permiten medir el impacto de sus propuestas tanto en la concreción como
en la frustración de sus ideas. Sí, porque también una poética supone una derrota, el
saber que muchos de sus postulados no podrán ver la luz. Quizás sea ese el gesto
de los sueños que se promueven, la altura de las pretensiones del que las redacta.
¿Qué es, sino entonces, un manifiesto más que la suma de utopías y ciertas
que sólo se adviertan cuestiones prudentes, plausibles y realizables? ¿No sería acaso
funcionario más que de un literato? Según este criterio que acabamos de explicitar
cabría, por lo mismo, reevaluar el impacto de los textos que promueven una poética -
textos desiderativos-; reevaluarlos, digo, a partir no sólo del impacto de sus propuestas
en un momento determinado, sino también desde el nivel de frustración y de derrota
La opción menos ostentosa pasa por camuflar las reflexiones bajo el humilde rótulo de
notas o apuntes, o bien tras el socrático techo del sustantivo preguntas. El dramaturgo
simple y cotidiana: tomar notas, apuntes antes de abordar un trabajo mayor. Como los
bosquejos que luego darán lugar a la obra acabada, sometidos al riesgo con la piedra
o el mármol, más que con la moldeable arcilla. Tras esos nombres se escuda también
la premura en que muchas veces son redactadas esas líneas, al amparo de editores o
Las preguntas, de igual forma, liberan al autor de las certezas en las que deben estar
sus contrapartes: las respuestas. Quien pregunta elabora la mitad del trabajo, deja a
responder. Poseer interrogantes parece ser una inversión para algunos de los
dramaturgos estudiados. De allí emanan sus escarceos, sus tentativas por dar con el
quid del oficio, con mayor razón aún cuando los límites de la actividad parecen estar
borde de la extinción.
levantado en espera de que se le otorgue el turno para opinar, para dar cuenta de sus
metas.
Los espacios de difusión de las poéticas - entiéndase revistas, libros, internet, etc. -
que la página impresa se torna cada día más escasa como método de difusión
cultural, el uso de los medios digitales resulta ser una herramienta de valor innegable
muchas veces de los editores, al no procurar la gestación de estas poéticas por parte
sobre su proceso escritural, aunque sea para que éste quede como registro de interés
meramente académico.
faculta para decir a sus pares: esto es en lo que creo. Significa también un proceso de
toma de consciencia doble: por una parte de su condición de dramaturgo (en el caso
que nos ocupa) y por otra lado, de las características formales y de contenido de su
producción textual.