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AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

QUEJOSO: **********.

MINISTRA PONENTE: OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE


GARCÍA VILLEGAS.
SECRETARIO: JORGE ROBERTO ORDOÑEZ ESCOBAR.

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
_______ de dos mil catorce.

V I S T O S, y
R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Demanda. Por escrito presentado el ocho de


octubre de dos mil trece, en la oficina de correspondencia común
de los Tribunales Unitarios del Décimo Sexto Circuito, ubicada en
la ciudad de Guanajuato, Guanajuato, el quejoso **********, por su
propio derecho, solicitó el amparo y protección de la justicia
federal, en contra de las autoridades y actos que enseguida se
mencionan:

AUTORIDADES RESPONSABLES:

1.- Como ordenadora, Primer Tribunal Unitario del Décimo


Sexto Circuito, con residencia en la ciudad de Guanajuato,
Guanajuato.
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2.- Como ejecutora, Juez Primero de Distrito en el Estado de


Guanajuato, con sede en la ciudad de Guanajuato, Guanajuato.

ACTO RECLAMADO:

Resolución de dieciocho de septiembre de dos mil trece,


dictada por el Magistrado del Primer Tribunal Unitario del Décimo
Sexto Circuito, con residencia en la ciudad de Guanajuato,
Guanajuato, en los autos del toca penal **********.

El quejoso invocó como garantías constitucionales violadas,


las contenidas en los artículos 14, 16 y 17 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

SEGUNDO. Trámite de la demanda de amparo. El


nueve de octubre de dos mil trece, el Tribunal Unitario tuvo
por recibida la demanda de amparo, ordenó su registro bajo
expediente **********; admitirla en los términos en que fue
propuesta, requerir el informe justificado a las autoridades
responsables; así como emplazar al Agente del Ministerio
Público Federal adscrito al Primer Tribunal Unitario del Décimo
Sexto Circuito, con sede en la ciudad de Guanajuato,
Guanajuato, por asistirle a aquél el carácter de tercero
interesado, conforme a lo dispuesto en el artículo 5, fracción III,
inciso e), de la Ley de Amparo; y, finalmente, se señalaron las
diez horas con cuarenta minutos del día seis de noviembre de
dos mil trece, para que tuviere verificativo la audiencia
constitucional, misma que fue celebrada como consta en el acta
de igual fecha, la cual concluyó con la sentencia firmada el trece

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de noviembre siguiente, en la que determinó negar el amparo y


protección de la justicia federal al quejoso.

TERCERO. Interposición del recurso de revisión.


Inconforme con tal determinación, el quejoso, en fecha de
veintinueve de noviembre de dos mil trece, interpuso recurso de
revisión, el cual fue admitido por el Presidente del Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Decimosexto Circuito, por auto de
nueve de diciembre de dos mil trece, radicado bajo el número
**********.

En fecha veintiuno de febrero de dos mil catorce, el Tribunal


Colegiado en Materia Penal del Decimosexto Circuito se declaró
legalmente incompetente para conocer del recurso de revisión,
remitiéndolo a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.

CUARTO. Admisión del recurso de revisión. Por proveído


de siete de marzo de dos mil catorce, el Ministro Presidente de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, determinó asumir su
competencia para conocer del medio de impugnación, en virtud
de que el Tribunal Colegiado del conocimiento estimó que la titular
del Tribunal Unitario realizó la interpretación directa del artículo 17
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Asimismo, dispuso que el conocimiento del asunto correspondiera
a la Primera Sala de este Alto Tribunal, en virtud de que el tema
planteado atañe a la materia penal, ordenando el turno del
expediente para su estudio a la ponencia de la Ministra Olga
Sánchez Cordero de García Villegas para la elaboración del
proyecto de resolución correspondiente.

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El Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, mediante acuerdo de dieciocho de marzo de
dos mil catorce, decretó el avocamiento del asunto, así como su
devolución a la Ministra ponente, a fin de que se formulara el
proyecto de resolución.

El Agente del Ministerio Público de la Federación, formuló


pedimento en el sentido de declarar que esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, carece de competencia legal para conocer
del presente recurso de revisión.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Oportunidad. El presente recurso se interpuso


oportunamente, ya que la sentencia recurrida se notificó a la parte
quejosa personalmente, el miércoles trece de noviembre de dos
mil trece, y surtió efectos el día hábil siguiente, conforme al
artículo 31, fracción II, de la Ley de Amparo, esto es, el jueves
catorce del propio mes y año, por lo que el término de diez días
que establece el artículo 86 de la Ley de Amparo, para interponer
el recurso de revisión, transcurrió del viernes quince al viernes
veintinueve de noviembre de dos mil trece, con exclusión de los
días dieciséis, diecisiete, veintitrés, y veinticuatro, por ser sábados
y domingos; y dieciocho y veinte de noviembre, por ser inhábiles
de conformidad con los artículos 19 de la Ley de Amparo, 163 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y 74, fracción
III de la Ley Federal del Trabajo.

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Por tanto, si de autos se advierte que el recurso se presentó


el veintinueve de noviembre de dos mil trece, es evidente que
se presentó en tiempo.

SEGUNDO. Cuestiones necesarias para resolver. A


continuación se señalan las cuestiones necesarias para resolver
el asunto.

 Antecedentes de la causa penal:

1. Por escrito presentado el trece de marzo de dos mil trece,


el ahora recurrente solicitó al Juez Primero de Distrito en el Estado de
Guanajuato, dentro del expediente penal ********** que se le instruye
por los delitos de delincuencia organizada y privación ilegal de la
libertad, la separación de los autos respecto de sus demás
coinculpados.

2. El Juez de Distrito del proceso, determinó negar la


separación solicitada, en atención a que no se advertía oposición
expresa de los coencausados a que se cerrara el periodo de
instrucción, pues en el caso, sólo se encontraba pendiente por
desahogar la reconstrucción de hechos ordenada por petición del
defensor, medio de convicción que según auto de ocho de marzo de
dos mil trece, se tuvo a la Jueza Décimo de Distrito con sede en
Irapuato, Guanajuato, informando que se fijaron las ocho horas del
veintiuno de mismo mes y año.

3. Inconforme, el defensor del inculpado interpuso recurso de


apelación, del cual correspondió conocer al Primer Tribunal Unitario
del Decimosexto Circuito, quien al dictar el fallo conducente, resolvió
confirmar la interlocutoria recurrida, en virtud de lo siguiente:
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“[…]

El artículo 483 del Código Federal de Procedimientos Penales se


(sic) estatuye lo siguiente:

[Se transcribe]

De la cuidadosa lectura del precepto transcrito se aprecia que el


Juzgador podrá disponer la separación de autos en enjuiciamientos
seguidos contra varios inculpados, cuando se cumplan los
siguientes extremos:

1. Que uno de los sindicados solicite el cierre de instrucción; y


2. Que otro u otros coprocesados del solicitante se opongan a ello.

Ahora, el Juez de origen negó la separación de autos solicitada a


favor del indiciado […], al considerar que no existe oposición
expresa de los coinculpados del apelante a que se cierre la
instrucción del proceso, en adición a que para la data en que se
resolvió sobre la petición de separación de autos en la causa sólo
estaba pendiente de desahogarse una prueba de reconstrucción de
hechos promovida por los coencausados del aquí inconforme.

Pues bien, se considera que es correcto que el Juez natural se


haya negado a decretar la separación de autos, porque con
independencia de que con posterioridad al dictado de la resolución
incidental recurrida ya se recibieron en la causa las constancias del
desahogo de la prueba de reconstrucción de hechos mencionada
en la resolución recurrida […], lo relevante es que no existe en el
proceso alguna actuación que evidencie que los
coencausados del apelante se oponen a que se cierre la
instrucción en la causa, presupuesto procesal indispensable
para que el incidente que se revisa tuviera éxito.

Además, en relación con el tema de cierre de instrucción sucede


que el inculpado incidentista […] jamás promovió dicho cierre, a
pesar de que conforme al arábigo en comento también es un
presupuesto procesal infranqueable para obtener un fallo
incidental en materia de separación de autos; en suma, sucede
que sin mediar la petición de cierre de instrucción el apelante instó
la incidencia que se examina […], de ahí que resulte acertada la
determinación del A quo al denegar la separación de autos.

Por lo antes razonado, no se comparte lo argüido por la defensa


del indiciado, en el sentido de que como inexiste oposición
manifiesta por parte de los coencausados a lo pretendido por el
apelante, entonces la separación de autos es procedente, y que
incluso esa falta de oposición puede interpretarse en el sentido de
que los coencausados están conformes con la memorada
separación.

No se comparte lo así esgrimido, porque atento a lo estatuido en el


numeral 483 de la Ley Adjetiva Penal Federal se requiere

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ineludiblemente que exista una oposición al cierre de


instrucción para que se afiance la procedencia del incidente de
separación de autos y no la hay en el sumario, pero sobre todo
que, previo a dicha oposición, el interesado en la separación
debe solicitar el referido cierre, situación esta última que ni
siquiera se dio en el caso.

Cabe adicionar que al admitirse la incidencia de que se trata no se


dio vista con el ocurso incidental a los coencausados del apelante,
adverso a lo que se aduce […], de modo que desde esta otra
perspectiva es ineficaz lo que se arguye en cuanto a que los
inculpados tuvieron la oportunidad de oponerse a la pretensión del
impugnante y no lo hicieron y que, además, esta última conducta
procesal omisa debe interpretarse como conformidad con la
separación de autos.

También se estima oportuno acotar que la trascendencia jurídica de


que exista oposición de parte de los coencausados de que se trate
al cierre de instrucción en un proceso radica por una parte, en que
para el caso de que haya conformidad con la petición de cierre de
instrucción se consigue economía procesal, al no emplearse
recursos materiales y humanos en aperturar y resolver una ulterior
causa derivada de la separación de procesos, y por otra parte, que
en cuanto al tema de la continencia de la causa se evita cualquier
deficiencia jurisdiccional al resolver el asunto, derivado de que no
se divide dicha continencia, a más de que las pruebas habidas en
el proceso alcanzan […] a todos los sindicados por igual, atento al
principio de comunidad de la prueba.

En este contexto, es clara la relevancia jurídica de que el


coencausado interesado en la separación de autos previamente
pida el cierre de instrucción y que en relación con dicha solicitud
además exista la manifestación de acuerdo o desacuerdo por parte
de los restantes coindiciados, para resolver lo que en derecho
proceda en torno a la separación de autos.

Por ello, tampoco se comparte lo que se esgrime en el sentido de


que la resolución apelada es ilegal porque se apoya en una
interpretación literal del contenido del artículo 483 del Código
Federal de Procedimientos Penales; lo anterior, porque conforme a
lo expuesto en los párrafos precedentes la aplicación literal del
contenido del mencionado precepto no conduce a un absurdo
como para en un momento dado echar mano de un diverso criterio
de interpretación, sino que inclusive se denotó que la aplicación
literal de la norma está respaldada por una justificación lógica y
jurídica.

Consecuentemente, resulta inviable convenir con la defensa y dar


al precepto de marras un sentido de exégesis diverso al aquí
asumido, so pretexto también de la aplicación del principio pro
persona y actuando en beneficio del reo; en tal virtud, se estima
que tampoco se vulnera en detrimento de la parte inculpada el
derecho a una tutela judicial efectiva.

[…]”

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 Juicio de amparo:

4. **********, por escrito de ocho de octubre de dos mil trece,


promovió juicio de amparo indirecto, contra actos del Magistrado del
Primer Tribunal Unitario del Decimosexto Circuito, y del Juez Primero
de Distrito en el Estado de Guanajuato, con residencia en la ciudad de
Guanajuato, Guanajuato, a los cuales se les reclama la sentencia de
dieciocho de septiembre de dos mil trece, pronunciada en el toca de
apelación número **********, en la cual declaró infundado el
incidente de separación de autos, promovido por el defensor
particular del ahora recurrente, y la resolución dictada en el incidente
de separación de autos que obra en la causa penal **********,
respectivamente.

5. En sus conceptos de violación, el quejoso planteó lo


siguiente:

5.1. Que se violaron en su perjuicio las garantías de


seguridad jurídica y legalidad, la de debida fundamentación y
motivación de todo acto de autoridad, y la atinente a la impartición
de justicia pronta y expedita, así como la que manda la
interpretación y aplicación estricta de la ley penal, contenidas en
los artículos 14, 16 y 17 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

5.2. Que de los preceptos señalados se deduce que la


protección del derecho humano de acceso a un recurso efectivo,
entre los que es dable ubicar el incidente de separación de
causa, planteado por el peticionario del amparo, el cual debe ser
un medio efectivo de acceso a la justicia, lo que implica que se

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deben de evitar las prácticas que tiendan a denegar o limitar el


referido derecho, incluyendo recurrir a normas o prácticas que
entorpezcan su función.

5.3. Lo anterior, señala el recurrente, implica que los


tribunales que conozcan de tales incidencias o recursos,
decidirán sobre los derechos de toda persona que interponga el
medio de defensa, y tenderán a desarrollar la posibilidad del
recurso o incidente y a garantizar el cumplimiento de la decisión
cuando se haya estimado procedentes, es decir, brindar las
facilidades para que el gobernado pueda acceder a los medios
inherentes a través de prácticas sencillas alejadas de las normas
que dificulten el acceso a la justicia.

5.4. El quejoso, ahora recurrente, estimó que la autoridad


responsable violó su derecho fundamental de acceso a un
recurso efectivo, previsto en los preceptos señalados, pues la
autoridad responsable emitió:

UN FALLO NOTORIAMENTE INCONGRUENTE Y ES MÁS, EN


CONTRA DE LAS CONSTANCIAS EXISTENTES EN EL EXPEDIENTE,
ASPECTO QUE MOTIVARA QUE EN SU MOMENTO FORMULE
QUEJA ADMINISTRATIVA EN CONTRA DEL JUEZ PRIMERO DE
DISTRITO EN EL ESTADO DE GUANAJUATO Y DEL MAGISTRADO
TITULAR DEL PRIMER TRIBUNAL UNITARIO RESPONSABLE, ANTE
EL PLENO DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL, AL
RESULTAR SU ACTUACIÓN TOTALMENTE ALEJADA DEL CÓDIGO
DE ÉTICA EMITIDO POR DICHA DEPENDENCIA Y LO MÁS GRAVE,
DE LO DISPUESTO POR EL ARTÍCULO PRIMERO
CONSTITUCIONAL REFORMADO EN JUNIO DE DOS MIL ONCE Y
EN CONCORDANCIA CON LAS NORMAS INTERNACIONALES DE
APLICACIÓN OBLIGATORIA PARA TODOS LOS TRIBUNALES DEL
PAÍS A PARTIR DE ESA FECHA.

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5.5. Como premisa fundamental, argumentó que el Juez


Primero de Distrito en el Estado de Guanajuato al resolver el
incidente de separación de autos, ciñó su negativa
exclusivamente en la circunstancia de que al darse vista a los
coinculpados, estos no manifestaron nada y que ello debía
entenderse como una negativa de su parte, realizando una
interpretación totalmente ilegal del artículo 483 del Código
Federal de Procedimientos Penales y, nunca mencionó, ni
hizo referencia a que tal decisión se justificara en que existía
una prueba de reconstrucción de hechos pendiente de
desahogarse.

5.6. Sostuvo que de la lectura de la resolución, se advierte


que la misma no fue exhaustiva, ni atendió a la totalidad de los
agravios esgrimidos, ni a las constancias de autos que le remitió
el juez federal A quo.

5.7. Adujo que lo que pugna en forma exorbitante con la


reforma constitucional en materia de derechos humanos de junio
de dos mil once y con la obligación de aplicar incluso los tratados
internacionales en la materia por parte del tribunal unitario
responsable es que, ahora, emite la consideración atinente a que
se conforma la resolución apelada porque en la causa penal de
origen ni siquiera se ha peticionado el cierre de la instrucción, y
que éste es un requisito de procedibilidad indispensable para el
resultado positivo de la incidencia.

5.8. Al respecto, señaló que el tribunal responsable perdió


de vista la naturaleza jurídica de la incidencia planteada, pues
precisamente su instrumentación y promoción por parte del
quejoso, estriba en que la promoción de la incidencia respectiva,
lleva implícita tal pretensión, tan es así que debe darse cuenta a
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los coinculpados con ella, para que expongan lo que a su interés


convenga, pues evidentemente se instó con dicho objeto, pues
con independencia de cómo quiera llamarle, el solo hecho de que
se hubiese respetado su garantía de audiencia (mediante la
comunicación respectiva) y que éstos hubiesen tenido la
posibilidad de externar o no, lo que a su derecho conviniere,
evidentemente que cumple con su obligación (presupuesto
procesal) de dar noticia a los coencausados de su intención de
separar su causa de la de ellos.

5.9. Aduce que de la transcripción de su escrito inicial, se


obtiene que desde que instó el incidente ante el Juez de la causa,
externó que de solicitar el agotamiento general del periodo de
instrucción y si así fuere decretado, la determinación aprobatoria
del citado acto para procesal desembocaría en una flagrante
violación a la garantía de Justa y Adecuada Defensa (artículo 20
constitucional) para los diversos procesados y por el contrario, de
no aprobarse la solicitud, se vulneraría la garantía de Pronta y
Expedita Justicia (artículo 17 constitucional) inherente a su
persona.

5.10. Así, sostuvo que al advertir el Magistrado responsable


un presupuesto procesal inexistente, debido a la limitada e ilegal
interpretación que realiza del artículo 483 del Código Federal de
Procedimientos Penales, vulneró además los principios de “NON
REFORMATIO IN PEIUS” y de “EQUILIBRIO PROCESAL DE
LAS PARTES”. Ello, puesto que asumió oficiosamente tal postura,
ante la ausencia de petición ministerial o de los coinculpados
expresamente en ese sentido.

5.11. Adujo que la facultad del Tribunal de apelación para


examinar si en la resolución impugnada se violaron los principios
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reguladores de la valoración de la prueba y del arbitrio judicial, no


implica la de corregir los errores en que haya incurrido el Juez de
primera instancia.

5.12. Señaló que la resolución reclamada es ilegal porque


tampoco tiene en consideración que con su actuar limitó al
quejoso de acceder al recurso efectivo, aun cuando el medio
utilizado es el adecuado a fin de que se le permita alcanzar la
protección judicial requerida, pues al tratarse de un procesado
privado de su libertad, por ya casi siete años, debe facilitar el
acceso a la citada separación de causas, con la única finalidad de
que se emita la sentencia que corresponda por lo que a él
respecta.

5.13. En cuanto a esto último, se refirió además a diversas


tesis del Poder Judicial de la Federación en materia de acceso a
la justicia, el control de constitucionalidad y convencionalidad
difuso, interpretación conforme y principio pro persona.

 Sentencia de amparo:

6. Por su parte, el Tercer Tribunal Unitario del Décimo Sexto


Circuito, al negar el amparo, sostuvo en esencia lo siguiente:

6.1. Que resultaban infundados los conceptos de


violación formulados por la parte quejosa.

6.2. Señaló que al margen de que en el inter de la


determinación de la incidencia de separación de autos planteada
se hubiere o no desahogado la diligencia de reconstrucción de
hechos ofertada por los coinculpados del aquí quejoso, debe

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decirse que no asiste razón a lo aducido por este último en sus


motivos de disenso, si se tiene en consideración, tal y como fue
ponderado por el Magistrado responsable, que ********** alias
********** no es la única persona sometida a proceso penal en la
causa de referencia, ya que ésta se instruye también contra otros
tres individuos por los delitos precisados con antelación; por
tanto, en razón de que la identidad de los participantes
(procesados) y que tales ilícitos se encuentran vinculados entre
sí, es por lo que de acceder a esa figura jurídica de separación
de autos, podía perderse de vista la unidad de la acción
penal y la continencia del proceso penal instruido contra
diversos sujetos, lo que evidencia la conexidad de los
delitos.

6.3. Añadió que tampoco debe perderse de vista que con


el hecho de no acceder por parte de la responsable ejecutora a la
acumulación de autos, tendría como consecuencia el retraso en
la secuela procesal; dado que no es posible soslayar que el
desahogo de todas las probanzas ofertadas están por encima
de cualquier plazo o término procedimental, pues en caso
contrario, se afecta gravemente el derecho de defensa de
todos y cada uno de los procesados dentro de un mismo
juicio penal, por lo cual, tampoco sería posible ordenar el
cierre de la instrucción.

6.4. Consecuentemente, consideró que la resolución que


constituye el acto reclamado está debidamente fundada y
motivada; aunado a que se emitió en forma correcta y con apego
a la legalidad, esto es, sin contravenir a los derechos
fundamentales de seguridad jurídica, debido proceso y justicia
pronta y expedita; de ahí que tampoco exista vulneración a los

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artículos 1°, 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos, pues como se advierte de lo anterior, el
Magistrado responsable, en el ámbito de su competencia, dio
estricto cumplimiento a lo preceptuado en tales ordinales.

6.5. Señaló que en el caso no se actualizan las


hipótesis del artículo 483 del Código Federal de
Procedimientos Penales, para decretar la separación de
autos, en específico, que la causa se siga contra una sola
persona y por diversos delitos; pues como de autos se
advierte, del mismo pliego de consignación y del auto de término
constitucional dictado en la causa penal de origen, se observa
que en ella se encuentran relacionadas, además del aquí
quejoso, tres personas más, lo que de inicio impide la
actualización total de las hipótesis requeridas en el citado
precepto legal y, por lo cual, resulta acertado decretar
improcedente tal medida jurídica, puesto que, al existir identidad
de participantes y los delitos se encuentran vinculados entre sí,
aunado a que de las constancias de autos reseñadas con
antelación, como con acierto fue enfatizado por el órgano
jurisdiccional de segunda instancia, la circunstancia de que, por
un lado, ninguno de los involucrados ha solicitado el cierre
de instrucción en ese proceso penal; y por el otro, que
alguno o algunos de ellos se hubiesen opuesto a ello.

6.6. Indicó que, por tanto, es evidente que la autoridad


responsable ejecutora tampoco vulneró en perjuicio del quejoso
los derechos fundamentales de debido proceso e impartición de
justicia pronta y expedita que preconiza el diverso numeral 17 de
nuestra Carta Magna; puesto que, aun y cuando en la especie
se retrase la secuela procesal, debe atenderse que el
desahogo de todas las probanzas ofertadas, están por
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encima de cualquier plazo o término procedimental, pues de


lo contrario, se afecta gravemente el derecho de defensa de
los procesados, el cual está por encima de cualquier término
procedimental.

6.7. Asimismo, señaló que resulta también evidente que


no se agravia en contra del impetrante de garantías lo previsto en
los numerales 7, 9 y 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y 2 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos del que nuestro Estado es parte, que en su
orden prevén el derecho a la libertad personal, el principio de
legalidad y de retroactividad; así como el de protección judicial; al
igual que las obligaciones generales de los Estados Partes
integrantes. Ello, pues aun cuando tales ordenamientos deben
atenderse, se sostiene que esto deberá realizarse de acuerdo con
la interpretación conforme que se haga entre lo establecido en la
ley fundamental y la legislación interna, en concordancia con la
citada Convención y Pacto, pues en caso de desatender la
normativa interna, se crearía estado de incertidumbre e
inseguridad jurídica a sus destinatarios, quienes desconocerían la
forma de proceder de los órganos jurisdiccionales, además de
que se trastocarán las condiciones de igualdad procesal de los
justiciables; en tanto que, contrariamente a lo manifestado en una
parte de los conceptos de violación, tampoco se vulneran los
principios de “NON REFORMATIO IN PEIUS” y de
“EQUILIBRIO PROCESAL DE LAS PARTES.”, al igual que
resultan inaplicables los criterios que ahí mismo se invocan.

6.8. Finalmente, indicó que no era necesario dar


contestación a los alegatos formulados por la parte quejosa,
pues, adujo, los mismos no forman parte de la litis. Al efecto,
señaló la tesis de jurisprudencia P./J. 27/94, del Pleno de la
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Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “ALEGATOS. NO


FORMAN PARTE DE LA LITIS EN EL JUICIO DE AMPARO”.

 Recurso de revisión

7. En su recurso de revisión, el recurrente argumentó


medularmente los siguiente:

7.1. En primer lugar, señaló que en el caso se surte la


competencia de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación para conocer del presente medio de impugnación,
toda vez que en la resolución impugnada se efectuó una
interpretación directa del artículo 17 constitucional, en lo atinente
a que su derecho humano de obtener justicia pronta y expedita
está supeditado a la recepción de pruebas, debido a la pluralidad
de inculpados que existe en la causa penal de origen, con
independencia de cualquier plazo que a nivel de legislación
secundaria se establezca a ese respecto, y que por ello, no existe
violación al derecho humano mencionado.

7.2. Posteriormente, en su primer agravio, el recurrente


adujo que se violó el principio pro homine en su perjuicio, debido
a la indebida interpretación del artículo 17 de la Constitución, en
lo atinente a que se le imparta justicia pronta y expedita.

7.3. Señaló que de conformidad con el artículo 1º,


segundo párrafo de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, adicionado mediante decreto publicado en el Diario
Oficial de la Federación, el diez de junio de dos mil once, las
normas en materia de derechos humanos se interpretarán de
conformidad con la Carta Magna y con los tratados

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internacionales de la materia, procurando favorecer en todo


tiempo a las personas con la aplicación más amplia.

7.4. Indicó que dicho precepto recoge de manera directa


el criterio o directriz hermenéutica denominada principio pro
homine el cual consiste en ponderar ante todo la fundamentalidad
de los derechos humanos, a efecto de estar siempre a favor del
hombre, lo que implica que debe acudirse a la norma más amplia
o a la interpretación extensiva cuando se trate de derecho
protegidos e, inversamente, a la norma o a la interpretación más
restringida, cuando se trate de establecer límites para su
ejercicio.

7.5. Asimismo, señaló que en el plano del derecho


internacional, el principio en mención se encuentra consagrado
en los artículos 29 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y 5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, publicados en el Diario Oficial de la Federación, de
manera respectiva, el siete y el veinte de mayo de mil
novecientos ochenta y uno, circunstancias las anteriores que en
manera alguna acató tribunal federal de primer conocimiento en
detrimento de su derecho humano a obtener justicia pronta y
expedita. Lo anterior es así, dijo, puesto que el Tribunal A quo
señaló como premisa que resolvería conforme a lo plasmado en
el criterio jurisprudencial de rubro “DERECHOS HUMANOS. LOS
TRIBUNALES DE LA FEDERACIÓN DEBEN PROMOVER, RESPETAR,
PROTEGER Y GARANTIZARLOS, ASÍ COMO INTERPRETAR Y APLICAR
RETROACTIVAMENTE LA NORMATIVA CONSTITUCIONAL Y
CONVENCIONAL EXPEDIDA CON ANTERIORIDAD A LA PUBLICACIÓN
DEL ACUERDO GENERAL 11/2012 DEL PLENO DEL CONSEJO DE LA
JUDICATURA FEDERAL, NO SOLO A FAVOR DEL SUJETO ACTIVO DEL
DELITO, SINO TAMBIÉN DE LA VÍCTIMA U OFENDIDO”.

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7.6. Indicó que no se discute que la normativa antes


aludida debe aplicarse a favor de los sujetos que se mencionan,
empero, debe cuidarse a quien le asiste en el caso de la
promoción de un juicio de garantías, el carácter de quejoso y en
el caso tal cualidad le asiste exclusivamente a él, pues es quien
está acudiendo en defensa de sus derechos humanos y no a la
víctima (por sí o a través de alegaciones de la Representación
Federal correspondiente), ni los coinculpados, pues a pesar de
que éstos fueron notificados con toda oportunidad de manera
personal del trámite de separación de causas que pretende a fin
de que se le dictara la sentencia que corresponda, nunca han
manifestado nada, lo anterior en términos del artículo 5, fracción
III de la vigente Ley de Amparo.

7.7. Indicó que son ya casi siete años que el quejoso ha


estado privado de su libertad, sin que se hubiese dictado
sentencia de primer grado, y que en su posición particular no
tiene más pruebas que aportar, en tanto que los demás
encausados siguen ofertando medios de convicción de su parte y
ni siquiera la representación social como parte acusadora ha
ofertado nada para robustecer su acusación.

7.8. Como antecedentes, refirió que la causa penal está


en fase de instrucción, e indicó que, para el desahogo de una
prueba de reconstrucción de hechos ofertada por los
coinculpados en los que ni siquiera se le menciona, se tardó
aproximadamente dos años.

7.9. Adujo que al tener el derecho de que se le dicte


sentencia en un plazo breve (que por cierto ha sido
desproporcionada y desmesuradamente rebasado) instó el
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incidente de separación de autos, a fin de que los coinculpados


pudieran seguir ofertando pruebas que estimaran convenientes,
pues tal parece que a ellos les resulta cómodo estar privados de
su libertad, lo que, dijo, en manera alguna ocurre para él. Así,
señaló que desde la promoción inicial del incidente, le manifestó
al Juez de Distrito, que no solicitaba el cierre de instrucción,
precisamente para dar oportunidad a los coinculpados a su
derecho a una defensa adecuada.

7.10. Señaló que una vez admitida la incidencia, se notificó


personalmente a los coinculpados su intención y al Ministerio
Público Federal de la adscripción, a fin de que manifestaran lo
que a su interés conviniere, siendo que los primeros
sencillamente no manifestaron nada, en tanto que el segundo se
concretó a solicitar que “se resolviera conforme a derecho”.

7.11. Indicó que el Juez de Distrito de la causa declaró


infundada su petición con base en un solo argumento, en el
sentido de que el artículo 483 del Código Federal de
Procedimientos Penales no se advertía manifestación expresa
de oposición de los coinculpados, que en su perspectiva era
un requisito previsto en el ordinal de anterior mención.

7.12. Refirió que en contra de dicha decisión interpuso


recurso de apelación, en el que esgrimió los agravios que estimó
pertinentes y en los que en esencia señaló que se violentó en su
perjuicio su derecho humano a que se le impartiera justicia pronta
y expedita. Recurso que fue resuelto en el sentido de confirmar la
resolución apelada, de acuerdo con los siguientes argumentos: a)
que no existe en el proceso alguna actuación que evidencie que
los coencausados del apelante se oponen a que se cierre la
instrucción, presupuesto procesal indispensable para que el
19
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

incidente tuviera éxito; b) que sobre el tema del cierre de


instrucción, el quejoso jamás promovió dicho cierre (primer
aspecto de incongruencia pues se trata de una cuestión que
ilegalmente introdujo a la litis el tribunal de apelación); c) que no
se dio vista con el ocurso incidental a los coencausados (siendo
que a foja 3985 del Tomo IV de Pruebas, obra la notificación
personal realizada a los demás coencausados de su pretensión
de separación de causas); d) que en cuanto a la continencia de la
causa se evita cualquier deficiencia jurisdiccional al resolver el
asunto, derivado de que no se divida dicha continencia, pues las
pruebas habidas en el proceso alcanzan negativa o positivamente
a todos los enjuiciados, en atención al principio de la comunidad
de las pruebas (segundo aspecto introducido ilegalmente por la
alzada en la litis respectiva, pues al respecto no medió alegato o
argumento en ese sentido por parte de los encausados o del
Ministerio Público Federal adscrito); y e) finalmente, realiza una
lacónica inferencia a sus motivos de impugnación inherentes a
que se atendiera el principio pro persona y la vulneración a su
derecho a una tutela judicial efectiva.

7.13. Señaló que en contra de dicha determinación, instó


demanda de amparo, en la cual solicitó la suplencia de la queja
en su favor, empero, la suplencia respectiva se realizó pero a
favor de los sujetos procesales a los que no les revestía el
carácter de quejosos.

7.14. En cuanto a esta última determinación, indicó que


la tesis citada en su sentencia resulta inaplicable, puesto que con
su invocación lo único que hizo fue preparar el terreno para la
emisión de una decisión judicial que suple la ausencia de
alegatos o manifestaciones de inconformidad de la víctima del
delito que se le imputa, cuando su representante no ha expuesto
20
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

nada en el sentido que ilegalmente introdujo el Tribunal Unitario


responsable y el Tribunal Unitario que resolvió el amparo.

7.15. Señaló que el Tribunal Unitario recurrido insistió en el


tópico introducido por el Tribunal responsable, en el sentido de
que de acceder a la separación de autos, se podría ocasionar la
pérdida de la unidad de la acción penal y la continencia de la
causa; que el desahogo de las pruebas ofrecidas está por encima
de cualquier plazo o término procedimental, pues en caso
contrario se afectaría el derecho de defensa de todos y cada uno
de los procesados, por lo que no es posible la separación instada;
que la resolución reclamada está debidamente fundada y
motivada; que en la especie no se surten las hipótesis del artículo
483 del Código Federal de Procedimientos Penales, “en
específico, que la causa se siga contra una sola persona y por
diversos delitos” (aspecto este último que en manera alguna
prevé dicho numeral); y que la autoridad responsable ejecutora
vulnere su derecho al debido proceso e impartición de justicia
pronta y expedita, debido a que debe entenderse que el
desahogo de todas las probanzas ofertadas, están por encima de
cualquier plazo o término procedimental, pues de hacerlo se
afecta gravemente el derecho de defensa de los procesados.

7.16. Al respecto, señaló que “con la mano en la cintura y


de forma desdeñosa, poco seria y jurídica”, se soslayaron sus
conceptos de violación que esgrimió en lo concerniente a la
violación al principio “NON REFORMATIO IN PEIUS” y de
“EQUILIBRIO PROCESAL DE LAS PARTES”, pues es
incuestionable que la mayoría de consideraciones emergieron de
cuestiones no planteadas por las partes.

21
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

7.17. Asimismo, manifestó que son ya casi siete años que


se encuentra privado de su libertad injustamente, y que en
manera alguna puede quedar supeditado a que los coencausados
sigan ofertando unilateralmente medios de prueba, por tanto,
adujo que contrariamente a lo aducido por el Tribunal
Unitario A quo, en manera alguna se violenta su derecho a
adecuada defensa, pues una vez que se decrete la
separación de autos, y toda vez que nada ofertará
adicionalmente, nada les puede parar perjuicio con tal actitud
procesal, y ellos quedarían en libertad de seguir ofreciendo
lo que a su interés conviniere.

7.18. Asimismo, señaló que los coencausados han


abusado del desahogo reiterado de probanzas respecto de
testigos en lo particular, pero de las mismas personas. Y que
todos aquellos elementos de prueba que implicaban la presencia
de las personas vinculadas con su desahogo, quedaron
desahogadas desde hace mucho tiempo atrás.

7.19. Finalmente, indicó que en el caso no existe ningún


conflicto de derechos (entre la adecuada defensa de los
coinculpados y el de obtener justicia pronta y expedita) pues
tales derechos desde luego que son perfectamente
armonizables y ni siquiera se está en el umbral de dar
prevalencia a uno sobre otro, por la simple razón de que el
ordinal que prevé la separación de autos no exige que el
cierre de instrucción se solicite antes de la promoción del
incidente respectivo, ni que se esté en presencia de un
asunto en el que únicamente exista un acusado vinculado a
una imputación de pluralidad de conductas. Aspectos que
fueron indebidamente introducidos a la litis en su momento por el
Tribunal de Apelación y ahora por el Tribunal Unitario A quo.
22
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

7.20. Razón por la cual, adujo, la resolución que se


impugnada violenta además en su perjuicio, lo dispuesto por el
artículo 74, fracciones I, II, III y IV de la Ley de Amparo, así como
los principios de congruencia y exhaustividad que deben imperar
en toda resolución jurisdiccional.

 Resolución del Tribunal Colegiado:

8. El Tribunal Colegiado en Materia Penal del Decimosexto


Circuito, al conocer del recurso de revisión intentado, determinó:

8.1. Que escapaba a sus atribuciones pronunciarse en


torno a la pretensión del recurrente, en cuanto a si era
competencia o no de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
resolver el recurso planteado.

8.2. Así, sostuvo que el presente caso no se ubica dentro


de la generalidad de supuestos, donde es el propio Tribunal quien
revisa si en el caso hubo o no interpretación directa de un
precepto constitucional y con base en ello se pronuncia sobre la
competencia, sino que ahora, fue el propio disidente quien solicitó
fuera la Suprema Corte la que conociera del asunto.

8.3. En este sentido, señaló que si dicho Tribunal


emprendiera el análisis de la veracidad de los argumentos
planteados, ello implicaría obstruir la oportunidad del inconforme
para que, en su caso, la sentencia sea revisada por el máximo
tribunal del país.

23
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

8.4. Agregó que ha sido criterio de esta Suprema Corte


que es tarea del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación o de sus Salas, analizar si en el juicio de amparo
efectivamente existe o no algún problema de inconstitucionalidad
o sobre la interpretación directa de un precepto de la Constitución
Federal. Sobre todo, dijo, porque de emitirse un pronunciamiento
por parte de dicho Tribunal Colegiado opuesto a lo pretendido por
el recurrente, se le vedaría la posibilidad de combatirlo, lo que
desde luego no sucederá en caso de que el asunto sea remitido a
la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

8.5. Señaló que si a juicio del quejoso recurrente, en la


sentencia de amparo se realizó la interpretación directa de un
precepto de la Constitución General de la República, a saber, el
17, la competencia para conocer de ello, correspondería a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, pues a la fecha no ha
sido delegada a los Tribunales Colegiados de Circuito.

8.6. Así, a partir de lo dispuesto en la Ley de Amparo y en


el Acuerdo General 5/2013, señaló que si bien es cierto que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha delegado a los
Tribunales Colegiados de Circuito la facultad para conocer de
ellos, pero sólo en aquellos casos previstos en el Acuerdo
General citado, dicha situación no se actualiza en el caso, puesto
que la Magistrada del Tercer Tribunal Unitario del Décimo Sexto
Circuito no decretó el sobreseimiento en la primera instancia, sino
que negó el amparo solicitado, siendo que tampoco se plantearon
causas de improcedencia en los agravios; además de que resulta
necesaria la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, porque no se trata de los temas que se enuncian en el
punto Cuarto, fracción III, inciso a) del Acuerdo en mención, y
finalmente, porque no existe sobre el tema que pretende debatir
24
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

el recurrente jurisprudencia del Pleno o de las Salas, ni existen


precedentes ininterrumpidos en el mismo sentido, incluso sin la
votación idónea para integrar jurisprudencia.

8.7. Por tanto, determinó remitir los autos al Presidente


de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para lo que tuviese
a bien determinar.

TERCERO. Problemática jurídica a resolver. De acuerdo con


el artículo 83 de la Ley de Amparo vigente, 1 y 21, fracción II, inciso a)
de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación 2, lo primero que
esta Primera Sala debe determinar es si en la sentencia recurrida
efectivamente se realizó una interpretación directa del artículo 17
constitucional y si el recurrente controvirtió dicha interpretación en sus
agravios. Circunstancia que fue puesta a consideración de esta
Suprema Corte por el Tribunal Colegiado que remitió el recurso, por la
posible actualización de una hipótesis de competencia originaria.

1
Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación para
conocer del recurso de revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia
constitucional, cuando habiéndose impugnado normas generales por estimarlas
inconstitucionales, o cuando en la sentencia se establezca la interpretación directa
de un precepto de la Constitución y subsista en el recurso el problema de
constitucionalidad.
El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante acuerdos
generales, distribuirá entre las salas los asuntos de su competencia o remitirá a
los tribunales colegiados de circuito los que, conforme a los referidos acuerdos, la
propia Corte determine.
2
Artículo 21. Corresponde conocer a las Salas:
I. […]
II. Del recurso de revisión en amparo contra sentencias pronunciadas en la
audiencia constitucional por los jueces de distrito o tribunales unitarios de circuito,
en los siguientes casos:
a) Cuando subsista en el recurso el problema de constitucionalidad, si en la
demanda de amparo se hubiese impugnado un reglamento federal expedido por el
Presidente de la República, o reglamentos expedidos por el gobernador de un
Estado o por el Jefe del Distrito Federal, por estimarlos directamente violatorios de
un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o si en
la sentencia se establece la interpretación directa de un precepto de la
misma en estas materias, y
25
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

Lo anterior, en virtud de que de acuerdo con lo dispuesto por los


artículos 83 de la Ley de Amparo vigente y 21 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, es competencia de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación conocer de los recursos de revisión
interpuestos contra las sentencias pronunciadas por los Jueces de
Distrito y Tribunales Unitarios de Circuito, entre otras hipótesis, cuando
en la resolución se establezca la interpretación directa de un precepto
de la Constitución Federal. De no actualizarse el supuesto
mencionado, entonces la competencia radica en los Tribunales
Colegiados de Circuito.3

Por tanto, resulta necesario responder primeramente lo


siguiente: ¿El Tribunal de Amparo realmente efectuó una
interpretación directa del artículo 17 constitucional?

La respuesta es sí. Como se aprecia de los antecedentes de


este caso, el ahora recurrente promovió juicio de amparo indirecto en
contra de la sentencia del Tribunal Unitario que resolvió el recurso de
apelación interpuesto en contra de la negativa dictada por la Juez de
Distrito de la causa, en el incidente de separación de autos instado por
el ahora recurrente. Entre los derechos que estimó violados señaló el
derecho a un recurso efectivo (artículo 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos) así como el derecho de acceso a la
justicia pronta y expedita (artículo 17 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos).

Al dar contestación, el Tribunal Unitario señaló que los conceptos


de violación resultan infundados, debido a que:

3
En este sentido véase el Amparo en Revisión 630/2012, resuelto por
unanimidad de votos el 9 de enero de 2013, párrafo 47.
26
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

a) Con independencia de que se hubiere o no desahogado la


diligencia de reconstrucción de hechos ofertada por los
coinculpados, como lo advirtió el Magistrado responsable, el
quejoso no es la única persona sometida al proceso penal, por
tanto, en razón de que la identidad de los participantes y que
tales ilícitos se encuentran vinculados entre sí, es por lo que de
acceder a esa figura, podía perderse de vista la unidad de la
acción penal y la continencia de la causa, con la consecuente
desfragmentación del proceso penal;

b) Que con el hecho de no acceder por parte de la responsable


ejecutora a la acumulación de autos, tendría como consecuencia
el retraso en la secuela procesal, dado que no es posible
soslayar que el desahogo de todas las probanzas están por
encima de cualquier plazo o término procedimental, pues en
caso contrario, se afecta gravemente el derecho de defensa de
todos y cada uno de los procesados dentro de un mismo juicio
penal, por lo cual tampoco sería posible ordenar el cierre de
instrucción;

c) Que la resolución, por tanto, estuvo debidamente fundada y


motivada;

d) Que en el caso no se actualizan las hipótesis del artículo 483


para decretar la separación de autos, en específico, que la causa
se siga en contra de una sola persona y por diversos delitos,
aunado a que de las constancias de autos se advierte la
circunstancia de que ninguno de los involucrados ha solicitado el
cierre de instrucción y por el otro, que ninguno de ellos se ha
opuesto a ello;

27
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

e) Que por tanto, resulta evidente que la ejecutora no vulneró en


perjuicio del quejoso los derechos fundamentales al debido
proceso e impartición de justicia pronta y expedita que preconiza
el diverso numeral 17 de nuestra Carta Magna, puesto que aun
y cuando en la especie se retrase la secuela procesal, debe
atenderse que el desahogo de todas las probanzas
ofertadas, están por encima de cualquier plazo o término
procedimental, pues de lo contrario, se afecta gravemente el
derecho de defensa de los procesados, el cual está por
encima de cualquier término procedimental; y

f) Que no se agravia en contra del impetrante de garantías, lo


dispuesto en los numerales 7, 9 y 25 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y 2 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, pues aun y cuando deben
atenderse, ello debe realizarse de acuerdo con la interpretación
conforme que se haga entre lo establecido y la ley fundamental y
la legislación interna, pues en caso de desatender ésta última, se
crearía estado de incertidumbre e inseguridad jurídica a sus
destinatarios, en tanto que, contrariamente a lo manifestado en
una parte de los conceptos, tampoco se vulneran los principios
de non reformatio in peius y de equilibrio procesal de las partes,
que resultan inaplicables los criterios que ahí mismo se invocan.

Derivado de lo anterior, esta Sala advierte que el Tribunal


Unitario introdujo un ejercicio interpretativo del artículo 17
constitucional, consistente en un balance o ponderación derechos, a
fin de justificar la negativa del amparo en contra de la resolución
reclamada. Así, señaló que:

“[…] la autoridad responsable ejecutora tampoco vulnere (sic) en


perjuicio del quejoso que nos ocupa los derechos fundamentales

28
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

de debido proceso e impartición de justicia pronta y expedita que


preconiza el diverso numeral 17 de nuestra Carta Magna […]
puesto que […] aun y cuando en la especie se retrase la secuela
procesal, debe atenderse que el desahogo de todas las probanzas
ofertadas, están por encima de cualquier plazo o término
procedimental, pues de lo contrario, se afecta gravemente el
derecho de defensa de los procesados, el cual está por encima de
cualquier término procedimental”.

Por otra parte, en su escrito de agravios, el ahora recurrente


controvierte esta interpretación efectuada por el Tribunal Unitario,
argumentando que contrario a lo que éste adujo, en el caso no existe
el supuesto conflicto de derechos aludido, puesto que, a su juicio, con
una eventual separación de procesos en manera alguna se violentaría
el derecho a adecuada defensa de los coprocesados, dado que una
vez que se decrete dicha separación –y siendo que nada ofertará
adicionalmente- ningún perjuicio les ocasionaría tal actitud procesal, y
ellos quedarían en libertad de seguir ofreciendo lo que a su interés
conviniere.

En vista de lo anterior, esta Primera Sala concluye que en el


caso concreto sí subsiste un tema de constitucionalidad que
corresponde resolver a este Alto Tribunal, consistente en determinar si
fue o no correcta la interpretación constitucional que efectuó el
Tribunal Unitario de Circuito a la hora de establecer los derechos
fundamentales que se encuentran en conflicto a la hora de resolver
respecto a la procedencia de la separación de autos en un proceso
penal federal.

En este punto, resulta aplicable la tesis 1ª. XCVII/2010,


publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo XXXIII, Abril de 2011, pág. 305, de rubro: CONFLICTOS ENTRE
NORMAS CONSTITUCIONALES. CORRESPONDE A LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN RESOLVERLOS EN CADA CASO CONCRETO . Así

como por analogía la tesis aislada 1ª. LXXII//2013, publicada en el

29
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XVIII, Marzo


de 2013, Tomo 1, Décima Época, pág. 891 de rubro: REVISIÓN EN
AMPARO DIRECTO. CONDICIONES PARA LA PROCEDENCIA DEL RECURSO
POR CONSIDERAR QUE EXISTE UNA INTERPRETACIÓN DIRECTA DE LA
CONSTITUCIÓN CUANDO EL TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO HAYA
EVALUADO UN CONFLICTO ENTRE DERECHOS FUNDAMENTALES.

CUARTO. Estudio de fondo. En la materia competencia de esta


Primera Sala, los agravios expuestos por el recurrente resultan
fundados y suficientes para modificar la sentencia recurrida.

Como ha quedado establecido, lo que esta Primera Sala debe


determinar en el presente caso, es si fue correcta o no la
interpretación que efectuó el Tribunal Unitario en la sentencia de
amparo, en relación con los derechos fundamentales que se podrían
encontrar imbricados en la figura jurídica consistente en la separación
de autos prevista en el artículo 483 del Código Federal de
Procedimientos Penales.

En este sentido, como se expondrá a continuación, los agravios


resultan fundados, en tanto que para esta Primera Sala el problema
que el Tribunal Unitario de Circuito debía resolver, no reviste la
naturaleza de un genuino conflicto de derechos fundamentales, de tal
forma que para resolver si procede o no la separación de autos sea
necesario -ni mucho menos apropiado- efectuar un ejercicio de
“ponderación” entre un derecho y otro, como parece aducir el Tribunal
Unitario recurrido.

Como se precisará más adelante, el problema jurídico a resolver


en el juicio de amparo, se circunscribía únicamente a establecer si en
el caso concreto se encontraban colmados los requisitos que
establece el artículo 483 del Código Federal de Procedimientos

30
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

Penales. Ello, con independencia de que para resolver dicha cuestión,


fuese preciso efectuar una interpretación conforme de las
disposiciones aplicables, como se mostrará más adelante.

Por ahora, a fin de explicitar las razones que conducen a este


Tribunal a desestimar el falso dilema entre derechos fundamentales
introducido por el tribunal a quo, resulta conveniente aclarar que un
conflicto de derechos fundamentales es en realidad una especie de
antinomia jurídica. En este sentido, para poder hablar de un genuino
conflicto de derechos, es necesario que para una misma situación
jurídica, dos derechos fundamentales prevean, al menos prima facie,
soluciones contrarias.4

Al respecto, esta Primera Sala ha sostenido en otras ocasiones


que los derechos fundamentales, siendo en su definición más básica
pretensiones jurídicas destinadas a establecer los límites que los
representantes de los ciudadanos no pueden traspasar en el
desarrollo de sus responsabilidades normativas, no son ellos mismos
tampoco ilimitados. Su estructura normativa típica no es la propia de
las reglas -que son normas jurídicas con condiciones de aplicación
razonablemente detalladas y determinadas, y que se aplican mediante
razonamientos subsuntivos- sino la que caracteriza a los principios,
que son imperativos jurídicos con condiciones de aplicación definidas
de modo muy abierto, lo cual los destina naturalmente a entrar en
interacción, en los casos concretos, con otras normas con contenidos
jurídicos que apuntan en direcciones no idénticas. Es por eso que
suele decirse que los derechos fundamentales operan en el
4
En esta línea, Riccardo Guastini señala: “Un conflicto normativo –una
“antinomia”- es la situación en la cual dos normas ofrecen dos soluciones diversas
e incompatibles a la misma controversia concreta o a la misma clase de
controversia. Una primera norma N1 conecta a la fattispecie F la consecuencia
jurídica G ("Si F, entonces G”), mientras una segunda norma N2 conecta a la
misma fattispecie F la consecuencia jurídica no-G (“Si F, entonces no-G”)”. Véase
Guastini, Riccardo, “Lecciones de Teoría del Derecho y del Estado”, Cuadernos
Jurídicos, Vol. 4, Communitas, Lima, 2010, p. 218 y ss.
31
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

razonamiento jurídico como mandatos de optimización, porque su


protección y reconocimiento en los textos constitucionales presupone
naturalmente que sus exigencias normativas entrarán en conflicto con
otras en los casos concretos, hipótesis en la que será necesario
desarrollar un ejercicio de ponderación para articular el resultado de su
aplicación conjunta en esos casos.5

Así, se ha señalado que para la solución de conflictos entre este


tipo de normas que gozan de igual jerarquía constitucional, no resultan
aplicables los criterios tradicionales de solución de antinomias, como
son los criterios de lex superior, lex posterior o lex specialis, sino que
debe atenderse a metodologías argumentativas de distinta índole.
Entre otras, destaca la “ponderación de principios” utilizada por el
Pleno y la Primera Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación en diversos precedentes.6

En esta misma línea, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, al resolver la Contradicción de Tesis 21/2011, señaló
que por lo que hace a la colisión entre el contenido de dos o varios
derechos humanos, debe tomarse en consideración que ningún
derecho humano es absoluto y que los derechos humanos se
encuentran en un mismo estatus normativo, independientemente de la
fuente originaria. Por ende, indicó que:

5
Amparo en Revisión 7/2009. Ministro Ponente: José Ramón Cossío Díaz.
Secretarias: Francisca María Pou, Fabiana Estrada Tena y Paula García Villegas.
6
Como se aprecia de las siguientes tesis: CONFLICTOS QUE
INVOLUCRAN DERECHOS FUNDAMENTALES. SU RESOLUCIÓN JURÍDICA.
(Tesis P.XII/2011, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIV,
Agosto de 2011, Novena Época, pág. 23). CONFLICTOS ENTRE NORMAS
CONSTITUCIONALES. CORRESPONDE A LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
DE LA NACIÓN RESOLVERLOS EN CADA CASO CONCRETO. (Tesis 1ª.
XCVII/2010, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Abril
de 2011, Novena Época, pág. 305). INTENSIDAD DEL ANÁLISIS DE
CONSTITUCIONALIDAD Y USO DEL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD.
SU APLICACIÓN EN RELACIÓN CON LOS DERECHOS HUMANOS. (Tesis 1ª.
CCCXII/2013, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XXV,
Octubre de 2013, Tomo 2, Décima Época, pág. 1052).
32
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

[…] no existen fórmulas mecánicas para identificar y delimitar el


contenido de cada derecho humano como derecho subjetivo
dotado de ciertas características, tales como su inherente
titularidad por el ser humano y su universalidad, indivisibilidad,
integridad, interdependencia y progresividad , ni para resolver la
posible colisión entre dos o más derechos.

71. La solución se llevará a cabo a partir de la identificación de


determinadas propiedades jurídicas relevantes y dependerá de la
interpretación y aplicación que realice el operador jurídico de las
distintas disposiciones normativas. En todo caso, en sede
jurisdiccional, en los asuntos en que existan dos o más derechos
en colisión, es imprescindible la realización de un juicio de
proporcionalidad por parte del juez constitucional, con el fin de
garantizar y respetar los derechos humanos de todas las personas
y conformar el derecho a partir del contenido normativo más
favorable para los seres humanos.

Ahora bien, en el presente caso, esta Sala estima que no es


posible sostener que la problemática jurídica a resolver evidencie un
genuino conflicto de principios o de derechos fundamentales --como
parece aducir el Tribunal Unitario de Circuito recurrido-- toda vez que
en la especie no se actualiza uno de los presupuestos
indispensables para ello, a saber: que en mismo caso resulten
aplicables dos derechos fundamentales de modo que cada uno
imponga soluciones jurídicas distintas.

Lo anterior es así, puesto que de resultar procedente la


separación de autos conforme a la legislación aplicable, si bien es
verdad que se garantizarían diversos derechos del procesado
incidentista (como son el derecho de acceso a la justicia pronta y
expedita y a ser juzgado sin dilaciones indebidas), lo cierto es que con
ello de ninguna manera se afectaría el derecho de defensa o el debido
proceso del resto de procesados.

Para evidenciar lo anterior, conviene recordar que la solicitud de


separación de causas se fundó principalmente en el artículo 483 del

33
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

Código Federal de Procedimientos Penales vigente y aplicable. El


Capítulo que lo contiene establece lo siguiente:

CAPITULO V
Separación de autos
Artículo 483.- El juez que conozca de un proceso seguido contra
varios sujetos, ordenará la separación de procesos, únicamente
cuando alguno de aquéllos solicite el cierre de la instrucción, en
tanto que otro se oponga a ello.

Artículo 484.- (Se deroga).

Artículo 485.- (Se deroga).

Artículo 486.- (Se deroga).

Artículo 487.- El incidente sobre separación de autos se


substanciará por separado, en la misma forma que el de
acumulación sin suspender el procedimiento.

Artículo 488.- Cuando varios tribunales conocieren de procesos


cuya separación se hubiere decretado, el que primero pronuncie
sentencia ejecutoria procederá en los términos del artículo 477.

De la literalidad de estas disposiciones se desprende que la


separación de procesos procede siempre que concurran las siguientes
condiciones: i) que se siga un mismo proceso en contra de varios
sujetos; ii) que alguno de ellos solicite el cierre de la instrucción; y iii)
que otro procesado se oponga a dicho cierre. Además, que la
separación de autos se llevará a cabo de la misma forma que el
incidente de acumulación, por separado y sin suspender el
procedimiento. Por último, que en caso de que el conocimiento de las
causas separadas corresponda a diferentes Tribunales, el primero que
pronuncie sentencia ejecutoria deberá proceder conforme al artículo
477 de dicho Código Adjetivo.

A juicio de este Tribunal, la ratio legis de estas disposiciones


estriba en que, en aquellos casos en los cuales se sigue un mismo

34
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

proceso en contra de dos o más sujetos, puede suceder que, debido a


la estrategia propia de defensa de cada uno de ellos, o bien, por las
condiciones propias del desarrollo de la secuela procesal, uno de los
procesados, a pesar de no tener ningún interés en que la instrucción
permanezca abierta, se vea constreñido a soportar la actividad
procesal de los demás procesados sin que ello le represente
necesariamente un beneficio. Lo cual, en principio, atentaría en contra
de su derecho fundamental a ser juzgado en un tiempo breve y sin
dilaciones indebidas conforme a los artículos 17 7 y 208
constitucionales.

Para evitar esta situación, el artículo 483 en comento permite


que los autos de una causa seguida en contra de varios procesados
sean separados, siempre que uno de los procesados solicite el cierre
de la instrucción y al menos otro de ellos se oponga a dicho cierre. La
razón de que resulte necesaria la oposición de uno de los procesados
al cierre de instrucción, radica en que en nada beneficiaría a ninguno
de los coimputados separar los autos, si de cualquier modo ya se está
en condiciones de cerrar la instrucción en la causa acumulada, y, con

7
El derecho de acceso a la justicia pronta y expedita está reconocido en el
artículo 17 de la Carta fundamental, que en su segundo párrafo literalmente
establece:

[…]

Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que
estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes,
emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio
será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.

[…]
8
Al respecto, cabe destacar que el Artículo 20, Apartado A, fracción VIII,
(vigente en el caso) establece que el inculpado:

VIII. Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena
máxima no exceda de dos años de prisión, y antes de un año si la pena excediere
de ese tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa;

35
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

ello, estar en posibilidad de dictar sentencia para todos los


coprocesados en un mismo acto procesal.

Ahora bien, contrario a lo que advirtió el Tribunal Unitario, esta


Sala considera que, aun y cuando el incidente de separación de autos
pueda traducirse en una herramienta útil para garantizar el derecho del
procesado a la justicia pronta y expedita, ello no implica que con ello
se afecten los derechos de defensa de los coprocesados.

Lo anterior es así, ya que en caso de resultar oportuno y


procedente, el incidente únicamente tendría por efecto que se separe
la causa de quien solicita el cierre de instrucción, a fin de estar en
posibilidad de recibir una sentencia en un plazo breve y sin necesidad
de supeditar la determinación de su situación jurídica a que
previamente se haya agotado el ejercicio de defensa o a la actuación
procesal de sus coprocesados. Sin embargo, se insiste, esta última
circunstancia de ninguna manera incide en el ámbito de protección del
derecho a la defensa adecuada y debido proceso prevista en el
Artículo 20, Apartado A, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos (vigente y aplicable al caso), puesto que aun y
cuando resultase procedente la separación de autos, el resto de
coprocesados que en su caso se opongan al cierre de instrucción,
podrán seguir ejerciendo el elenco de garantías de los cuales son
titulares conforme a tales derechos, como son: ofrecer y desahogar
pruebas; la oportunidad de alegar; y el derecho a recibir una
resolución que dirima las cuestiones debatidas.9

9
En cuanto al contenido del debido proceso, resulta aplicable, en lo
conducente, la Tesis 1ª./J. 11/2014 de esta Primera Sala, publicada en la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I,
Décima Época, pág. 396, de rubro: DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU
CONTENIDO.
36
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

Luego entonces, para esta Primera Sala constituye un falso


dilema lo argüido por el Tribunal Unitario en el sentido de que:

“[…] la autoridad responsable ejecutora tampoco vulnere (sic) en


perjuicio del quejoso que nos ocupa los derechos fundamentales
de debido proceso e impartición de justicia pronta y expedita que
preconiza el diverso numeral 17 de nuestra Carta Magna […]
puesto que […] aun y cuando en la especie se retrase la secuela
procesal, debe atenderse que el desahogo de todas las probanzas
ofertadas, están por encima de cualquier plazo o término
procedimental, pues de lo contrario, se afecta gravemente el
derecho de defensa de los procesados, el cual está por encima de
cualquier término procedimental”.

Es un falso dilema pues, como se ha reiterado, al resolver sobre


la procedencia o no de la separación de autos, el juzgador no se
encuentra en la disyuntiva de tener que preferir u optar entre la
satisfacción del derecho de acceso a la justicia del peticionario
frente al derecho de debido proceso de los coprocesados como
se aduce en el caso concreto. Ello es así, se insiste, ya que de
resultar oportuna y procedente la separación de causas establecida en
el artículo 483 del Código adjetivo de ninguna manera se incide,
restringe o afectan los derechos fundamentales de defensa y debido
proceso de los coprocesados.

Por consiguiente, el supuesto conflicto de derechos


fundamentales aducido por el Tribunal Unitario, no puede considerarse
un argumento idóneo para determinar si fue correcta o no la
determinación de la autoridad responsable al negar la separación de
autos dentro de la causa penal.

En cualquier caso, lo que se debe analizar es si quedaron


satisfechos los extremos que para ello prevé el artículo 483 del Código
Federal de Procedimientos Penales. Esto es, i) si la causa se sigue en
contra de dos o más sujetos; ii) si alguno de los procesados solicitó el

37
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

cierre de la instrucción; y iii) si, frente a dicha solicitud, alguno de los


coprocesados manifestó su oposición.

En este punto, esta Sala estima necesario aclarar que si bien la


figura jurídica consistente en la “separación de autos” prevista en el
Código Federal de Procedimientos Penales no envuelve per se un
conflicto de derechos como parece aducir el Tribunal Unitario
recurrido, lo que sí podría generar una afectación de los derechos
de acceso a la justicia y defensa adecuada de los procesados,
sería una incorrecta interpretación de dicha disposición.

En efecto, como se ha visto, los elementos que deben ser


satisfechos a efecto de determinar si procede o no separar los autos
en un proceso penal, son: i) si la causa se sigue en contra de dos o
más sujetos; ii) si alguno de los procesados solicitó el cierre de la
instrucción; y iii) si, alguno de los coprocesados se opone a ello.

No obstante, esta Sala observa que los enunciados señalados


en el párrafo anterior dejan un amplio margen de discrecionalidad al
juzgador que interviene en su aplicación, de lo cual depende en gran
medida su ajuste al texto constitucional. En efecto, al aplicar dicha
disposición, el operador jurídico debe determinar en cada caso: ¿qué
significa que uno de los procesados solicite el cierre de la instrucción?
¿Implica que el interesado debe presentar una solicitud formal y
específica sobre el cierre de instrucción? O bien, ¿basta con que el
interesado inste el incidente de separación de autos para tener por
actualizado el supuesto? Y por otra parte: ¿qué significa que alguno de
los coprocesados se oponga? ¿Debe ser una oposición expresa o
basta el mero silencio respecto del cierre de instrucción propuesto?

En este orden de ideas, a fin de evitar interpretaciones o


aplicaciones indebidas del texto legal que pudieran tener como efecto
38
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

potencial la transgresión directa de la norma fundamental, esta


Primera Sala estima pertinente precisar cuál es la interpretación
conforme del artículo 483 en cuestión que debe prevalecer. Para ello,
se harán algunas consideraciones preliminares en torno al derecho de
acceso a la justicia y el principio de interpretación pro actione, los
cuales deberán orientar la interpretación constitucional de la norma.

Como es sabido, el derecho de acceso a la justicia se encuentra


reconocido en nuestro ordenamiento jurídico, entre otros, en el artículo
17 constitucional,10 así como en los artículos 8 11 y 2512 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. De acuerdo con
estas disposiciones, toda persona tiene derecho --entre otras cosas--
de acudir ante los tribunales que estarán expeditos para impartir
justicia, a fin de que estos resuelvan sobre sus derechos y
obligaciones de cualquier naturaleza.

Estas previsiones, en concordancia con el artículo 1°


constitucional y el principio de interpretación pro persona, consagran
un principio rector de todo proceso jurisdiccional al cual se le ha
10
Artículo 17:
[…]
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales
que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes,
emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio
será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.
[…]
11
Artículo 8. Garantías Judiciales. 1. Toda persona tiene derecho a ser oída,
con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en
la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter.
12
Artículo 25. Protección Judicial. 1. Toda persona tiene derecho a un recurso
sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones
oficiales.

39
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

denominado principio pro actione. El cual, de acuerdo con esta


Suprema Corte, debe entenderse en el sentido de que en caso de
duda, se debe favorecer la interpretación que mejor asegure el acceso
a la justicia; buscando, de esa manera, que la persona pueda acceder
a los mecanismos de tutela de sus derechos, donde las condiciones o
limitaciones que la ley pueda establecer para el acceso al recurso o
juicio deban ser interpretadas de manera tal que se optimice al mayor
grado la efectividad del derecho y pueda ser iniciado el mayor número
de procesos.13

Así, dicho principio interpretativo impone el deber de todas las


autoridades jurisdiccionales de observar las disposiciones procesales
de tal forma que no se entorpezca u obstaculice de forma injustificada
o desproporcionada el ejercicio de los derechos de acceso a la justicia,
so pretexto de salvaguardar formalismos innecesarios. Dicho principio
debe inspirar la interpretación y aplicación de todas las normas
procesales, a fin de privilegiar el estudio de fondo sobre las cuestiones
planteadas, antes de desechar una solicitud con base en meros
requisitos formales.

Una de las vertientes en las que se manifiesta dicho mandato


constitucional, consiste en que todas las autoridades deben desplegar
su actividad jurisdiccional de tal forma que --en la medida de lo
jurídicamente posible-- permitan subsanar deficiencias, errores o
imprecisiones en la actuación procesal de las partes, siempre que ello
no redunde en una afectación al equilibrio procesal o a los derechos
del resto de sujetos procesales. 14 En todo caso, el juzgador debe
13
Véase, Contradicción de Tesis 74/2009. Entre las sustentadas por el Primer
y Segundo Tribunales Colegiados ambos en materia penal del Sexto Circuito.
Ministro: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel Enrique Sánchez Frías.
Sentencia de 29 de abril de 2009.
14
En este sentido se ha pronunciado el Tribunal Constitucional de España
entre otras, en la STC 96/1990 de 5 de abril, en la que sostuvo: “[…] si bien
corresponde a los órganos judiciales determinar el alcance de las normas que
40
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

poner la mira en garantizar que la interpretación que haga de las


disposiciones procesales permita a éstas alcanzar su propósito útil.

Asimismo, cabe señalar que dicho principio interpretativo posee


una relevancia especial en la materia penal, en virtud de los bienes
que se encuentran en juego; como son la libertad o la integridad de
una persona.15 Circunstancia que se ve corroborada en el plano de
legalidad, con la diversidad de disposiciones del ámbito penal que han
recogido este principio; como son, entre otros, los artículos 41, 364 y
387 del Código Federal de Procedimientos Penales, así como el
artículo 79 de la Ley de Amparo, los cuales consagran el principio de
la suplencia de la queja deficiente.

Ahora bien, como ya ha quedado establecido, el artículo 483 del


Código Federal de Procedimientos Penales busca garantizar que una
persona sea juzgada en un plazo breve y sin dilaciones indebidas. En
efecto, a través de la figura procesal consistente en la “separación de
autos”, el legislador ha pretendido hacer materialmente efectivo el
contenido de los artículos 17 y 20 constitucionales, en aquellos casos
en los que una misma causa se sigue en contra de varios sujetos.

establecen los requisitos o presupuestos procesales de los medios de


impugnación, aquéllos no pueden adoptar un criterio interpretativo formalista que
lleva a considerar la inadmisión como una sanción a la parte que haya incurrido en
un error de procedimiento o de planteamiento del recurso. Por el contrario, los
Tribunales deben atender a un criterio teleológico; es decir, a una razonable
ponderación del medio en que consiste el requisito y el fin que con él se persigue,
evitando la preponderancia de lo que es sólo instrumento con mengua de la
finalidad última de la función jurisdiccional”.
15
En esta misma línea, al abordar el principio pro actione, el Tribunal
Constitucional de Colombia ha señalado que en la materia penal el mismo cobra
una relevancia especial, ya que: “en dichas materias [penal], no se trata de
simples conflictos sobre derechos de contenido patrimonial y económico, sino de
la necesidad de preservar los derechos fundamentales que envuelven las
garantías estructurales de un Estado Social de Derecho, precisamente, como lo
es, la libertad personal”. Véase, entre otros, Solicitud de nulidad de sentencia T-
1165 de 2003, resolución de 31 de agosto de 2004.
41
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

Por tanto, para esta Primera Sala, en atención al principio pro


actione, cualquier interpretación de dicha disposición debe partir del
propósito útil hacia el cuál se dirige, sin entorpecer su consecución
más allá de lo estricta y jurídicamente necesario.

Partiendo de este entendimiento general, esta Primera Sala


procede a fijar la interpretación conforme del artículo 483 del Código
Federal de Procedimientos Penales:

Para comenzar, esta Primera Sala estima que una correcta


interpretación y aplicación de dicha disposición exige que las
autoridades jurisdiccionales que conocen de un incidente de
separación de autos se aseguren de establecer previa y
correctamente cuál es la intención de los procesados a fin de
tener por acreditados los extremos a que esta disposición se
refiere.

En efecto, partiendo de los principios constitucionales antes


referidos, cuando las autoridades jurisdiccionales tienen conocimiento
de una petición por parte de un procesado --ya sea solicitando
expresamente la separación de los autos o cualquier otra
manifestación que tenga ese propósito-- lo primero que deben hacer
es cerciorarse si la intención de quién promueve un incidente de
separación de autos es efectivamente el cierre de la instrucción a
fin de tener por acreditado el requisito previsto en el artículo 483
del Código adjetivo en cuestión. Para ello, deberán ordenar las
diligencias que resulten conducentes para mejor proveer,
incluyendo las prevenciones que se estimen necesarias a fin de
que el peticionario aclare su pretensión.

Una vez precisado lo anterior, el juzgador de la causa debe


informar con suficiente claridad al resto de coprocesados de la
42
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

intención del procesado promovente (esto es, la solicitud del


cierre de la instrucción) explicando los alcances y consecuencias
de dicho acto procesal a fin de que, una vez que estén
debidamente informados, decidan lo que estimen pertinente, para
efectos de la parte final del multicitado artículo 483.

Para esta Primera Sala, sólo actuando de esta manera el


Juzgador de la causa se encontrará en posibilidad de establecer
correctamente si los extremos previstos en el dispositivo interpretado
están satisfechos o no, sin dejar a las partes en estado de indefensión.
Si, por el contrario, el Juzgador se limita a dar vista a los
coprocesados con la solicitud del promovente, sin haber aclarado
previamente cuál es la finalidad de la misma y sin informar
debidamente a los coprocesados los alcances de dicho acto procesal,
ello podría traducirse en una afectación al derecho a la justicia pronta
y expedita de quien busca el cierre de la instrucción, en tanto que una
substanciación deficiente del incidente podría llevar al extremo de
negar la separación de autos sin una causa legal y suficientemente
justificada.

Ahora bien, ¿qué sucede cuando alguno de los coprocesados se


limita a guardar silencio respecto de la solicitud del cierre de
instrucción? ¿Debe considerarse como una “no oposición” al respecto?
O bien, ¿debe considerarse que el silencio implica una oposición al
mismo?

La relevancia de estas interrogantes estriba en que, según la


manera en que se interprete el silencio de los coprocesados, se llega a
diferentes conclusiones con diversos efectos en los derechos
fundamentales de los sujetos involucrados:

43
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

Si se estima que se trata de: a) una no oposición al cierre de


instrucción, un efecto sería tener al procesado como consintiendo el
mismo, al presuponer que no tiene ningún interés en continuar
ofreciendo o desahogando pruebas. En consecuencia, lo procedente
sería denegar la separación de autos y, en su momento, ordenar el
cierre de instrucción.

Si, por el contrario, se considera que se trata de: b) una


oposición al cierre de instrucción el efecto no podría ser otro que
considerar procedente la separación de autos, con la única
consecuencia de que la instrucción, por lo que hace a su proceso, no
será cerrada en ese momento.

Para esta Primera Sala, de estas dos lecturas posibles, sólo la


solución b resulta adecuada para garantizar el derecho de acceso a la
justicia pronta y expedita del solicitante, sin hacer nugatorio el derecho
de defensa de los coprocesados. Lo anterior, toda vez que el silencio
de uno de los coprocesados respecto del cierre de instrucción, entraña
una duda razonable que impide al juzgador conocer su verdadera
intención respecto del proceso y el ejercicio de su derecho de defensa.
En concreto, si es su deseo seguir ofreciendo pruebas al proceso.

En todo caso, para esta Primera Sala, la forma en la que el Juez


garantiza de mejor manera los derechos del coprocesado que ha
guardado silencio respecto del cierre de instrucción, es permitiendo
que su instrucción permanezca abierta hasta en tanto no quede
manifiestamente asentada su posición al respecto.

En efecto, para este Tribunal no sería constitucionalmente


apropiado tomar el silencio del inculpado como una presunción legal
de su conformidad con el cierre de la instrucción, sino que, por el
contrario, la duda que encierra dicho silencio debe ser entendida de
44
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

forma que le sea más favorable. En lo que ahora interesa, esta Sala
considera que la interpretación con la que mejor se alcanza este
resultado es si se considera el silencio del coprocesado como una
oposición al cierre de instrucción, ya que sólo así se garantiza que la
instrucción permanezca abierta por lo que hace a su proceso (de tal
forma que éste podrá seguir ofertando y desahogando pruebas si así
lo estima conveniente).

Lo anterior, tomando en consideración que, por medio de esta


interpretación, también se garantiza que dicho silencio no se traduzca
en un obstáculo innecesario para el ejercicio del derecho a la justicia
pronta y expedita de los procesados que ya no tienen ningún interés
en que la instrucción (únicamente por lo que a ellos respecta)
permanezca abierta.

En consecuencia, esta Sala concluye que, de acuerdo con una


interpretación conforme del artículo 483 del Código adjetivo en
cuestión, a la luz del derecho a la defensa adecuada y a la justicia
pronta y expedita, el silencio de los procesados respecto de la
solicitud del cierre de la instrucción que hace alguno de ellos, no
debe tomarse como un consentimiento tácito respecto del cierre
de instrucción, sino que, por el contrario, ante la duda que dicho
silencio representa y las consecuencias que puede tener respecto
del derecho a la defensa adecuada, el mismo debe ser entendido
como una oposición al cierre de instrucción.

QUINTO. Reserva de jurisdicción. Una vez agotada la


competencia de esta Primera Sala en el recurso de revisión en amparo
indirecto y al advertirse que aún quedan aspectos de legalidad
pendientes por resolver, lo procedente es devolver los autos al
Tribunal Colegiado, a efecto de que, tomando en consideración la

45
AMPARO EN REVISIÓN 175/2014

interpretación aquí vertida, se avoque al estudio de las cuestiones de


legalidad a que haya lugar y resuelva conforme a derecho.

Por lo anteriormente expuesto y fundado, se

RESUELVE

PRIMERO. En la materia de la revisión competencia de esta


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se
modifica la sentencia recurrida.

SEGUNDO. Se reserva jurisdicción al Tribunal Colegiado que


previno, para los efectos precisados en el último considerando de esta
ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos


al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca.

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