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Constructores del Empire State Building en Nueva York, fotografía de Lewis Hine (1932)
Todo lo que hace el hombre como individuo o dentro de una colectividad es historia. El hombre al
dejar testimonio de lo que realiza, permite que las futuras generaciones puedan tener conocimiento
de ello. Es decir, el objeto de estudio que es el pasado del ser humano, se convierte así en la
herramienta de su propia investigación, la Historia
Así pues, dentro de este enfoque totalizador de la Historia, a la cual entendemos como una ciencia
en constante construcción, dejamos abiertas las posibilidades de nuevas interpretaciones del
pasado con base en las fuentes históricas.
Una de las acepciones de la palabra historia, es indagar, buscar, preguntar, reflexionar sobre el
pasado, para dar una explicación objetiva de los sucesos. Esta definición la dio Heródoto,
considerado el “padre de la historia” porque analizó de una manera (más) razonada las causas que
habían provocado los acontecimientos de su contexto histórico (el mundo griego), en lugar de
recurrir a las explicaciones míticas que predominaban en ese entonces.
Sin embargo, para que la Historia se convirtiera en una ciencia, tuvieron que pasar siglos y
acumular experiencias de diversos historiadores y corrientes historiográficas. Los historiadores que
a continuación consultarás, son algunos de los más representativos de su momento, por ello,
creemos conveniente que conozcas su concepto de Historia y descubras el cambio de éste a
través del tiempo, producto de las necesidades que los historiadores tenían en su propio tiempo
histórico
A continuación veremos algunas definiciones del concepto de historia según algunos
autores:
Emilio o de la Educación
“Hay un error todavía más ridículo, el que les obliga a estudiar la Historia, imaginándose que
está a su alcance porque consideran que no es más que una simple recopilación de hechos.
¿Pero qué se entiende por hechos?
“Consideran que las relaciones que los hechos históricos determinan son tan fáciles de
comprender, que sin un gran esfuerzo se puede formar una idea de ellos en el espíritu de los
niños. Piensan que es posible separar el verdadero conocimiento de los sucesos de sus causas,
de sus efectos, y que es tan pequeño el enlace de lo histórico con lo moral que puede conocerse
perfectamente el uno prescindiendo del otro.
“Si en las acciones humanas no veis otra cosa que los movimientos externos y puramente
físicos, no sé comprender qué es lo que podéis aprender en la Historia. Afirmo que
absolutamente nada; y privado su estudio de todo interés, no les produce ni gusto ni instrucción
alguna. Si queréis daros cuenta de las relaciones morales que presiden estas acciones, debéis
procurar que vuestros alumnos entiendan estas relaciones, y entonces veréis si la Historia está
adecuada a su edad.
“Lectores, tened siempre presente que quien os habla no es un sabio ni un filósofo, sino un
hombre sencillo, amante de la verdad, sin partido ni sistema alguno; un solitario que al tener
poca comunicación con los hombres, tiene menos ocasiones para empaparse de sus
preocupaciones, quedándole de este modo más tiempo para reflexionar sobre lo que le extraña
cuando les trata. Mis principios tienen su fundamento en los hechos más que en las razones, y
entiendo que el daros algún ejemplo de mis observaciones os será muy útil para poneros en
condiciones de juzgar sobre su verdad.”
“ (…) Aquí hemos de repetir solamente que cada fase, como distinta de las demás, tiene su
principio peculiar determinado. Este principio es, en la historia, el carácter del espíritu de un
pueblo. En este carácter expresa concretamente el pueblo todos los aspectos de su conciencia y
voluntad, de toda su realidad; este carácter es el sello común de su religión, de su constitución
política, de su moralidad, de su sistema jurídico, de sus costumbres y también de su ciencia, su
arte y su técnica, de la dirección de su actividad industrial. Estas peculiaridades especiales han
de comprenderse mediante aquella otra peculiaridad general, mediante aquel carácter o principio
propio de un pueblo; así como, a la inversa, esa particularidad general debe inferirse de los
hechos singulares que nos presenta la historia. Lo que hay que tomar empíricamente y
demostrar de un modo histórico es que una particularidad determinada constituye, en efecto, el
principio peculiar de tal o cual pueblo. (…)”
Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una
palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante,
velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación
revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna.
“En las anteriores épocas históricas encontramos casi por todas partes una completa
diferenciación de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple escala gradual de condiciones
sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad
Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos, y, además, en casi todas estas
clases todavía encontramos gradaciones especiales.
“La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha
abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas
condiciones de opresión, las viejas formas de luchas por otras nuevas.
“Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las
contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes
campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el
proletariado.”
Marx, C. y Engels, F. (1979). Manifiesto del Partido Comunista. Moscú: Editorial Progreso. 30-31.
La historia y las ciencias sociales
“Entre los diferentes tiempos de la historia, la larga duración se presenta, pues, como un
personaje embarazoso, complejo, con frecuencia inédito. Admitirla en el seno de nuestro oficio
no puede representar un simple juego, la acostumbrada ampliación de estudios y de
curiosidades. Tampoco se trata de una lección de la que la historia sería la única beneficiaria.
Para el historiador, aceptarla equivale a prestarse a un cambio de estilo, de actitud, a una
inversión de pensamiento, a una nueva concepción de lo social. Equivale a familiarizarse con un
tiempo frenado, a veces incluso en el límite de lo móvil. Es lícito desprenderse en este nivel,
pero no en otro –volveré sobre ello- del tiempo exigente de la historia, salirse de él para volver a
él más tarde pero con otros ojos, cargados con otras inquietudes, con otras preguntas. La
totalidad de la historia puede, en todo caso, ser replanteada como a partir de una infraestructura
en relación de estas capas de historia lenta. Todos los niveles, todos los miles de niveles, todas
las miles de fragmentaciones del tiempo de la historia, se comprenden a partir de esta
profundidad, de esta semiinmovilidad, todo gravita en torno a ella. (…)
“(…) Para mí, la historia es la suma de todas las historias posibles: una colección de oficios y de
puntos de vista, de ayer, de hoy y de mañana.”
“No vemos sólo con los ojos sino con nuestras pasiones,
intereses, ideas y creencias. Vemos a través de nuestra
historia” Octavio Paz, escritor mexicano.
Actividad final
1. Con la información que se presenta en este objeto de aprendizaje escribe tu propia definición de
Historia.
2. Utiliza algunos de los siguientes conceptos: “ciencia”, “hombre”, “ser humano”, “tiempo”
“pasado”, “presene”, “futuro”, “identidad”, “totalidad”, “acontecimiento”, “hecho”, “sociedad”.
Las definiciones de la Historia varían según autores. A continuación te presentamos algunos
ejemplos:
1. Juan Brom, antiguo profesor de Historia de la UNAM: “La Historia es una ciencia que se
refiere a un conjunto de fenómenos pertenecientes a un aspecto determinado de la realidad, ya
que trata de lo que sucede con las sociedades humanas a través del tiempo. Como en otras
ramas del saber humano, se requiere acumular una gran cantidad de datos concretos,
interpretarlos, verificar la interpretación hecha, depurar lo ya encontrado, volver a buscar más
datos, en una labor paciente y ardua. Solamente cumplida esta tarea es posible afirmar
legítimamente que la historia es una actividad científica.
2. E.H. Carr, historiador inglés: “la historia es un proceso continuo de interacción entre el
historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre presente y pasado”
3. Lucien Febvre, historiador francés: “La historia es el estudio científicamente elaborado de
las diversas actividades y de las diversas creaciones de los hombres de otros tiempos,
captadas en su fecha, en el marco de sociedades extremadamente variadas y, sin embargo,
comparables unas a otras (el postulado es el de la sociología); actividades y creaciones con las
que cubrieron la superficie de la tierra y la sucesión de las edades.”