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¿Cuál es la diferencia entre ser honesto y ser integro?

La honestidad e integridad guardan una estrecha relación, pero, no la suficiente como


para que ambos términos hagan referencia al mismo significado. En este articulo
aclararemos esta pequeña confusión que la mayoría de las personas guardan con
respecto a: ¿cuál es la diferencia entre ser una persona íntegra y ser una persona
honesta?

La diferencia es muy sencilla, la honestidad es tener el valor de decir siempre la verdad


de los hechos, de ser razonable y justa con sus acciones. La honestidad es nuestra carta
de presentación con las personas en el exterior, toma como puntos de referencia nuestras
acciones, lo que decimos y la manera de reaccionar ante cualquier escenario.

En cambio, la integridad es una virtud que se observa cuando la persona se encuentra


comprometida a hacer siempre lo correcto para ella, sin importar los pensamientos de
los demás. Es ser fiel a sus principios morales y también a sus ideales sin que ninguna
otra persona interfiera en nuestros actos o decisiones. Quien respeta su integridad,
tendrá paz y tranquilidad plena realizando todo acto que consideren que será de su
propio beneficio sin afectar los intereses del colectivo.

Existen múltiples ejemplos o historias de honestidad donde está demostrado que la


persona no era integra porque no estaba actuando de acuerdo a sus principios y buenas
costumbres. Para tener un equilibrio perfecto en nuestra vida, debemos ser honestos
pero sin duda alguna, debemos ser íntegros.

¿Cuál es la diferencia entre la honestidad y la integridad?

Me encontré con Yokoi Kenji, donde habla precisamente de estos dos


conceptos y platica una historia que ejemplifica excelente la diferencia
ente honestidad e integridad:
Estaba un japonés en un hotel y pide una pizza por teléfono y al llegar
la pizza la abre y se da cuenta que no hay pizza, que sólo hay como
$1800usd en efectivo y le comenta a su pareja lo sucedido.
– ¿Donde está la pizza?, sólo hay este dinero, hay que regresarla.

– ¿pero que dices, estas loco?, está genial, la pizza cuesta $17usd y
ahora tienes $1800usd, no la regreses.

– Si, la voy a regresar porque yo pedí una pizza.

El japonés decide ir a la tienda junto con su pareja a regresar la caja


con el dinero y exigir su pizza.

Y le dice al cajero lo siguiente…


– Disculpe, vengo a regresar esta caja y a que me den mi pizza.

– Pero señor, usted escuchó el programa de radio de la promoción.

– No se de lo que me está hablando y no me interesa, yo quiero mi


pizza.

– Señor, usted puede quedarse con el dinero, sólo ocupamos que


salga en televisión nacional para que todo mundo vea que aún existen
personas honestas como usted.

– No me interesa, yo sólo quiero mi pizza.

– ¿Aunque sea puede decirme su nombre para hacer un reportaje?

– No por favor, no quiero que nadie sepa esto.

– Pero el mundo debe saber esto señor.

– Mire, acérquese un momento.

El cajero se acerca y el japonés le dice:

– No quiero que mi esposa se entere que estuve en un hotel pidiendo


una pizza.

¿El japonés era honesto?

Si, totalmente honesto, pero no estaba siendo integro.

Y todos de alguna manera venimos a aprender a ser íntegros, en


donde nuestros pensamientos estén en perfecta concordancia con
nuestros sentimientos y acciones. Si ponemos atención, nos damos
cuenta que son 3 elementos, los elementos base para que se
sostenga y se den las cosas.

 Una silla mínimo requiere 3 patas para sostenerse


 Existe el Padre, el Hijo y El Espíritu Santo (que son 3)
 Jesús resucitó al tercer día
 En este plano somos cuerpo, mente y espíritu (3)
 El tres los antiguos pobladores lo consideraban un número sagrado y
considerado el signo de la perfección y la unidad
También recuerdo cuando era niño contábamos “a la una, a las dos y
a laaaass treeeesssss”, para iniciar algo, una carrera, meterme a
bañar con agua fría, al soplar las velitas del pastel.

Y para ser íntegros requerimos precisamente de alinear los


pensamientos, sentimientos y las acciones, pero todo se origina en el
pensamiento, antes que llegue a las acciones.

¿Te das cuenta que para que la integridad se dé son 3 elementos y el


3 es el símbolo de la unidad?

Un pensamiento para que se convierta en carne requiere existir una


creencia.

Por eso mismo, lo que creemos es lo que creamos o como diría el


Maestro Jesús “Por sus frutos los conoceréis”, ya que los hechos son
el resultado de nuestras creencias.

Y te aseguro que ahorita tu mente ya anda dandole vueltas a esto que


te comento, y probablemente se asome el sentimiento de
culpa(recuerda este es sólo el ego), recordándote en que situaciones
no hemos sido íntegros, pero usemos esa información para
precisamente integrar y volver a la unidad.

Pero déjame te doy una buena noticia,

“Venimos aquí a aprender a ser íntegros y vivir en unidad”

Al momento que rechace lo que proyecto y creo que no es mi


cuento(mi responsabilidad), hago culpables a los demás y muchos
creen que es así, mas bien, el ego cree que el culpable está allá
afuera, pero aquí no se trata de hacer culpables, más bien de tomar
responsabilidad, y tomar consciencia que todos, absolutamente todos
forman parte de mi, son mi reflejo, porque ellos me muestran lo que no
alcanzo a ver de mi mismo. Y es ahí donde me corresponde ver hacia
mi interior, darme cuenta y tomar consciencia(o que nos caiga el 20
como decimos por acá), para decidir ver las cosas de otra manera, la
congruencia forma parte del reconocimiento de nuestra impecabilidad.

Sólo pongamos en práctica la regla de oro “haz a los demás todo lo


quieres que te hagan a ti”.

Y no sólo de tus acciones, también de tus pensamientos, que es ahí


donde está la raíz

Honestidad e integridad

En el mundo y en los tiempos que estamos viviendo, donde el


materialismo, la acumulación de riqueza y el individualismo son los
ejes rectores sobre los que gira la sociedad, da la impresión de que
nos estamos quedando muy cortos en materia de honestidad e
integridad. Dicho lo anterior, no me refiero aquí solo al campo de los
negocios o las finanzas, me refiero a nuestro comportamiento global
de cada día.
En mi opinión, se pierde la honestidad cuando acudimos a nuestros
trabajos por obligación, con desgano y sin entusiasmo o solo por mera
responsabilidad; somos deshonestos cuando violamos las leyes de
tránsito, cuando no devolvemos una cartera encontrada, cuando
criticamos sin fundamento o “bajamos el piso” a nuestros prójimos;
somos deshonestos cada vez que conscientemente cometemos
alguna falta o “jugamos de vivos”.
Es muy deshonesta la persona que hace promesas y juramentos que
de antemano sabe no va a cumplir. En síntesis, al ser deshonestos,
perdemos del todo nuestra integridad y la perdemos especialmente
cuando nos justificamos ante nosotros mismos y ante los demás a
sabiendas de que no contamos con los argumentos suficientes que
validen nuestro actuar.
Ciertamente la Biblia, el Corán o el Bhagavad-gita también nos
enseñan que ambos comportamientos: la honestidad y la integridad,
son parte insustituible de la vida de un creyente. Pero,
desafortunadamente, en cuanto podemos, buscamos una excusa para
deshacernos de ellas.
Al ser los jueces más benevolentes con nosotros mismos, obviamos la
autocrítica y nos otorgamos, apenas se nos presenta la oportunidad:
“una nueva chequera en blanco”.
Nuestra formación ética y religiosa por lo general es muy frágil y dada
esta realidad sentimos impunidad y acudimos a prácticas socialmente
aceptadas que justifican comportamientos como el chisme, la chota
cotidiana y la crítica malintencionada que tienden a disminuir a
aquellos que, con justo esfuerzo, honestidad e integridad surgen en el
conglomerado humano del que forman parte.
La honestidad y la integridad son materias que en primera instancia se
deben impartir en la casa, y sin duda alguna, somos los padres, en
nuestra condición de educadores fundamentales, los llamados a dar
las primeras y más sólidas lecciones a nuestros hijos e hijas.
Este aprendizaje inicial, del que hablé antes, es prioritario y es la
médula de nuestro futuro comportamiento y el que nos permitirá
asumir la vida con responsabilidad y desenvolvimiento en las
escuelas, posteriormente en los trabajos y también para que las
relaciones personales de cada día tengan la solidez suficiente que nos
ayude a discernir la diferencia entre verdad y mentira, entre el bien y el
mal, entre lo oportuno y lo inoportuno y de esta manera podamos
contribuir a la tan deseada armonía espiritual y social que todos
necesitamos.
INTEGRIDAD
Por: Marcela González Hernández

La presentación de mi ensayo comienza primeramente con el significado de la palabra integridad:


(del lat. Integritas,-atis) f. cualidad de íntegro. Que no carece de ninguna de sus partes. 2. Recta,
proba, intachable.
Para mi la belleza humana no se mide en lo físico sino en el interior de cada una de las personas.
El valor de la integridad esta vinculado con la idea de dignidad, de la vida de hombres y mujeres,
esta a su vez consiste en el esfuerzo de conservar un conjunto de principios, la propia identidad de
cada uno de nosotros que es lo que quiero resaltar en este escrito, otro factor importante es el
bienestar físico, y el equilibrio de la mente para de desarrollarnos como personas individuales,
miembros de una misma familia en conjunto con la sociedad.
Deberíamos a defender y compartir nuestras ideas, nadie puede obligarnos a actuar de otra
manera, siempre y cuando estemos firmes y conscientes de lo que estamos defendiendo, no nos
dejemos llevar por el primer impulso, por eso, primero debemos pensar y luego actuar antes de
cualquier decisión , otro aspecto que me es importante y antes mencionado es que demos cuidar
nuestro cuerpo, no nos dejemos llevar por impulsos, no caigamos en drogadicción, alcoholismo
porque estamos dejando atrás nuestra propia integridad, matando nuestro cuerpo y alma.
Pienso que muchas de las personas generalmente piensan de una manera y actúan de otra muy
distinta a la que verdaderamente refleja a la persona, con sus propios sentimientos y
pensamientos, algunas veces se presenta esta situación cuando solo lo hacen por estar en sintonía
con sus amistades.
Otro tipo de personas actúan bien solo cuando sólo cuando los demás los están observando, a estas
personas se les llama hipócritas, afirmo que no haya nada mejor para la armonía de nuestra mente
y cuerpo que ser uno mismo, dejar de aparentar personas ajenas a nosotros mismos.
El conjunto que compone nuestro cuerpo, el organismo complejo y sorprendente que nos permite
vivir, y si miráramos en nuestro interior, en nuestras ideas y sentimientos que están en nuestra
mente todos los días que nos impulsan a actuar. Somos el resultado de ese conjunto, con el cual
seríamos personas completas, íntegras que diariamente nos vamos formando y enriqueciendo con
experiencias, afectos, enseñanzas familiares, las amistades en la escuela y las relaciones de
amistad. El mayor reto para nosotros como seres humanos es mantenernos completos, cuidando
que nuestro cuerpo no se lastime, procurando que nuestros sentimientos y acciones siempre estén
limpios y libres de todo lo que pueda hacernos daño.

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