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ARTICULO 37. Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y
pacíficamente. Sólo la ley podrá establecer de manera expresa los casos en los cuales
se podrá limitar el ejercicio de este derecho.
Así tenemos:
Por su parte la Sección Tercera del Consejo de Estado en Sentencia del 12 de abril de
2012, radicación número 52001-23-31-000-1996-07799-01 (17434) sostuvo:
“[L]a suspensión del contrato no es una prerrogativa, potestad o facultad excepcional
que pueda ejercer la Administración, unilateralmente, salvo en los casos expresamente
autorizados por el ordenamiento jurídico; en efecto, la actividad del Estado, incluida la
contractual, se rige por el principio de legalidad11, tal como lo ordena la Constitución
Política en sus artículos 4, 6, 121 y 122, lo cual impone que toda actuación de los
órganos del Estado se encuentre sometida al imperio del derecho, presupuesto
indispensable para la validez de los actos administrativos. La suspensión del contrato,
más estrictamente de la ejecución del contrato, procede, por regla general, de consuno
entre las partes, cuando situaciones de fuerza mayor, caso fortuito o de interés público
impidan, temporalmente, cumplir el objeto de las obligaciones a cargo de las partes
contratantes, de modo que el principal efecto que se desprende de la suspensión es
que las obligaciones convenidas no pueden hacerse exigibles mientras perdure la
medida y, por lo mismo, el término o plazo pactado del contrato (de ejecución o
extintivo) no corre mientras permanezca suspendido. Por esa misma razón, la
suspensión debe estar sujeta a un modo específico, plazo o condición, pactado con
criterios de razonabilidad y proporcionalidad, acorde con la situación que se presente
en cada caso, pero no puede permanecer indefinida en el tiempo”.
Por otro lado, el Consejo de Estado en cuanto a causales externas para la suspensión
de un contrato estatal acepta que estas pueden ser: hechos de la naturaleza, cambios
de las condiciones climatológicas, terremotos, incendios, inundaciones o acciones del
hombre que afectan el desarrollo del contrato, por ejemplo, alteraciones de orden
público, protestas, paros y bloqueos, o decisiones derivadas de autoridades con
facultad para suspender los contratos. En todo caso presupone que, para la suspensión
de un contrato Estatal, debe existir un acuerdo entre las partes; ahora bien, si la figura
de ocasionales y catedráticos creada por la ley 30 de 1992, contempla una relación
legal y reglamentaria entre el docente y las universidades pública, por un determinado
periodo de tiempo; (figuras que claramente han sido desdibujadas y sobre-utilizadas
por las instituciones), no se puede utilizar esta potestad para suspender la actividad
docente durante un cese de actividades, más si estamos presente frente una relación
laboral e implica el mínimo vital de los docentes. Si recurrimos por analogía al Código
Sustantivo del Trabajo en su parte individual en el artículo 51 que taxativamente
enumera las causales de suspensión, tenemos que no se cuenta como una de ellas el
cese de actividades, a menos que sea bajo huelga legalmente declarada:
5. Por ser llamado el trabajador a prestar el servicio militar. En este caso el empleador
está obligado a conservar el puesto del trabajador hasta por {treinta (30) días} después
de terminado el servicio. Dentro de este término el trabajador puede reincorporarse a
sus tareas, cuando lo considere conveniente, y el empleador está obligado a admitirlo
tan pronto como éste gestione su reincorporación.
6. Por detención preventiva del trabajador o por arresto correccional que no exceda de
ocho (8) días por cuya causa no justifique la extinción del contrato.
Para el caso tenemos que advertir entonces en el debate jurídico cómo reconocemos
una situación de fuerza mayor o caso fortuito:
«Se llama fuerza mayor o caso fortuito, el imprevisto á que no es posible resistir, como
un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los autos de autoridad
ejercidos por un funcionario público, etc.»
Artículo 6o. Los particulares sólo son responsables ante las autoridades por infringir la
Constitución y las leyes. Los servidores públicos lo son por la misma causa y por
omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones.
Eso significa, que los habitantes del territorio colombiano tenemos libertad en nuestro
actuar siempre que no esté prohibido en la Constitución y la Ley; quienes asuman el
servicio público son responsables por infringir la constitución y la Ley por omisión o
extralimitación en el ejercicio de sus funciones.
Artículo 122. No habrá empleo público que no tenga funciones detalladas en Ley o
reglamento y para proveer los de carácter remunerado se requiere que estén
contemplados en la respectiva planta y previstos sus emolumentos en el presupuesto
correspondiente (…) Artículo
123. Son servidores públicos los miembros de las corporaciones públicas, los
empleados y trabajadores del Estado y de sus entidades descentralizadas
territorialmente y por servicios.
Los servidores públicos están al servicio del Estado y de la comunidad; ejercerán sus
funciones en la forma prevista por la Constitución, la Ley y el reglamento. La Ley
determinará el régimen aplicable a los particulares que temporalmente desempeñen
funciones públicas y regulará su ejercicio.
Lo anterior se traduce a que los servidores públicos, (como lo son los miembros del
Consejo Superior Directivo y Académico), solo les está autorizado hacer lo que la
Constitución, la Ley y el reglamento le permita, para ello deben actuar rigurosamente
en la forma prevista en la descripción de sus funciones. Con lo anterior, es necesario
preguntarse SI los Consejos Superior Universitario y /o Académico: ¿tienen potestades
Constitucionales, legales o estatutarias para suspender un calendario académico y en
consecuencia la vinculación laboral que además es irregular?
Frente a lo anterior, se tiene que existe el principio en virtud del cual: “donde la Ley no
distingue no le es dado al interprete hacerlo”, por lo anterior no hay manera para que el
Consejo Académico arbitrariamente se extienda la potestad de suspender el semestre
académico o en éste caso las resoluciones de vinculación laboral por “cese de
actividades” fundamentándose en situaciones ajenas a su voluntad y potestad y dado
que nadie está obligado a lo imposible. Por lo anterior, como se indicó en plenaria se
recomienda a los profes asistir normalmente a cumplir su calendario académico y
solicitar la expedición de los respectivos certificados de asistencia o constituir actas de
ser imposible dicha certificación como pruebas en caso de que posteriormente sea
necesario iniciar una acción jurídica.
Para el caso, el equipo jurídico queda al tanto de las resoluciones que se emitan al
respecto para poder atacarlas de ser procedente, teniendo en cuenta además que
todas las Universidades son diferentes y no se puede entonces tener una fórmula
generalizada frente a las situaciones que ocurran con relación a la coyuntura actual, no
existe un precedente jurisprudencial pero consideramos que existen argumentos
fuertes para dar lograr uno favorable.
Por último, vale la pena traer a colación que, durante el desarrollo de las huelgas como
instrumento reglamentado por la norma de los trabajadores para presionar a los
empleadores a acceder a sus peticiones, procede la suspensión de los contratos; por
ende, el no pago de salarios, situación que los trabajadores conscientemente asumen
para lograr alcanzar sus metas como colectivo. Por lo que se recomienda tener esta
circunstancia presente y socializar así a todos los profesores y profesoras dispuestos a
dar la pelea.
La presente guía pretende dar orientaciones acerca de la forma en cómo los docentes
universitarios afrontamos los ceses de actividades académicas, tanto las ocasionadas
por el Movimiento Estudiantil como el Movimiento profesoral.
Lo primero que hay que tener claro, independiente de el estamento que convoque a la
movilización, son los motivos que generan la coyuntura. Para ello, resulta indispensable
que cada docente tenga claro el por qué de la movilización, tenga datos frescos sobre
las causas de la coyuntura y obtenga de primera mano información al respecto.
Para ello es fundamental acudir a diversas fuentes de información, como son, asistir a
las Asambleas, foros y demás espacios que den a conocer la problemática, conversar
con los estudiantes o colegas que encabezan el movimiento.
Para el último caso, se recomienda responder los correos informando sobre la actual
coyuntura, evitando contestar preguntas que conlleven a desconocer el mecanismo de
presión adoptado, llevando al estudiante a comprender un poco más la situación que
motiva el cese de actividades.
Es una pregunta muy recurrente y que principalmente atañe a los docentes de cátedra,
pues, su salario está ligado a las horas cátedra dictadas en la semana.
Como ya dijimos, debemos evitar llamar los estudiantes a clase durante los procesos
de movilización, recordemos que, independiente de si se está en Asamblea
Permanente o no, desde el momento de las matrículas están definidos unos horarios y
aulas para la clase en concreto y resulta innecesario enviar correos electrónicos
indicando si hay clase o no.
Para evitar problemas a la hora del pago de los salarios, se aconseja acudir al aula de
clase en la hora y día pactado, allí pueden suceder dos escenarios:
1. Que los estudiantes no asistan a clase: Situación que exime al docente de dictar
la misma, recordemos que, como se trata de una Asamblea Permanente que
implica cese de actividades académicas, son situaciones que están por fuera del
control del docente, es por ello, que se recomienda acudir con un testigo (ojalá
un colega) ante su Jefe inmediato y manifestar que, por motivos ajenos a la
voluntad del educador, el curso no pudo ser dictado.
2. Que los estudiantes asistan a clase: En este caso, es importante resaltar que
como la Asamblea Permanente implica cambiar las actividades académicas por
actividades de orden político, se recomienda destinar tiempo para fomentar
escenarios de discusión de la problemática con sus alumnos en el tiempo del
horario de clase.