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Existen diversos criterios para clasificar a los fármacos, como el código ATC (Anatómico,
Terapéutico, Químico) que utiliza la OMS u otros más simples, como los que se guían por
su forma farmacéutica (sólido, líquida...), según la vía de administración (oral, rectal,...) o
según su indicaciones. Este último puede ser el más sencillo para empezar a diferenciar
tipos de medicamentos, porque se centra en su uso sin entrar en muchos más detalles.
Aún así, la lista de medicamentos es de lo más extensa, por lo que la mejor opción es
centrarse en los fármacos de uso más habitual para simplificar la clasificación.
1. Analgésicos
En este grupo de tipos de medicamentos se encuentran todos los fármacos que tienen
como finalidad aliviar el dolor físico, ya sea de cabeza, de articulaciones o cualquiera. Su
catálogo se puede dividir en dos grandes familias: los opiáceos y los no opiáceos.
2. Antiácidos y antiulcerosos
Dos grupos distintos de tipos de medicamentos, pero que comparten funciones similares: la
disminución de las secreciones gástricas. Si disminuye la acidez, se previene la aparición
de úlceras. Un ejemplo conocido es el Omeprazol.
En estos fármacos, los efectos secundarios más importantes son las alteraciones del tránsito
intestinal (diarrea o estreñimiento).
3. Antialérgicos
En esta categoría se agrupan fármacos que tienen la finalidad de combatir los efectos
negativos de las reacciones alérgicas o la hipersensibilidad.
Los más populares son los fármacos de la familia de antihistamínicos, cuyo mecanismo de
acción influye sobre la histamina, la cual tiene un importante papel en la alergias. Sus
reacciones adversas son mínimas, pero puede ocasionar diarrea, somnolencia, fatiga o
cefaleas.
Los antidiarreicos son tipos de medicamentos que tienen como propósito aliviar y
detener los efectos de la diarrea. Los más utilizados actualmente son fármacos que
inhiben la motilidad del intestino, lo que favorece la retención para conseguir una mayor
consistencia y volumen en las heces. Las reacciones adversas de estos fármacos son
mínimas, aunque se han registrado algunas como el dolor abdominal o el estreñimiento.
En cambio, los laxantes son recetados para el caso contrario, en otras palabras, para
resolver problemas de estreñimiento por un aumento del movimiento intestinal o por
lubricación. Su uso debe ser moderado y como apoyo, porque un tratamiento prolongado
hace que el intestino no trabaje correctamente, disminuyendo su capacidad de absorción de
nutrientes.
5. Antiinfecciosos
Por ejemplo, en el caso de las bacterias, dentro de una mismo tipo de bacteria, pueden
existir cepas que resisten el efecto de un antibiótico concreto. Al utilizar ese antibiótico de
forma abusiva, mueren todas las bacterias salvo las que presentan resistencia, por lo que al
final dejará de tener efecto.
6. Antiinflamatorios
Como el propio nombre indica, son fármacos que tienen como finalidad reducir los
efecto de la inflamación. Los más recetados son los catalogados como AINES, que
además de disminuir la inflamación, tienen efectos analgésicos.
7. Antipiréticos
De forma general, como AINES que son los dos primeros, pueden generar problemas en el
aparato digestivo, a diferencia del paracetamol.
8. Antitusivos y mucolíticos
Son fármacos que se recetan para tratar de reducir la tos no productiva, es decir, que
no libera mucosidad. Se debe tener sumo cuidado con su dosis, ya que algunos de ellos,
como la codeína, producen adicción.
Farmacocinética
Para ello, se han desarrollado diferentes modelos que simplifiquen los numerosos procesos
que tienen lugar entre el organismo y el fármaco. Aun cuando dentro de los mismos el
modelo policompartimental es el más próximo a la realidad, la complicación que conlleva
ha hecho que sean los modelos monocompartimental y en todo caso el
bicompartimental los más usados. Desde esos prismas, el estudio detallado de los
sucesivos pasos que atraviesa el fármaco en el organismo, se agrupan con el acrónimo
LADME:
Todos estos conceptos se pueden representar mediante fórmulas matemáticas que tienen su
correspondiente representación gráfica. De esta manera se puede conocer tanto las
características de una molécula, como la manera en que se comportará determinado
fármaco conociendo algunas de sus características básicas. Así, el conocimiento del pKa, su
biodisponibilidad o hidrosolubilidad, orienta sobre su capacidad de absorción o distribución
en el organismo.
Las gráficas resultantes del estudio de un fármaco tienen valor trascendente en aplicaciones
en la industria (cálculos de bioequivalencia en el diseño de fármacos genéricos, por
ejemplo) o en la aplicación clínica de los conceptos farmacocinéticos. En efecto, la
farmacocinética clínica provee abundantes pautas de actuación para el correcto manejo de
los fármacos, buscando el máximo de efectividad y utilidad para los profesionales de la
medicina humana y veterinaria.
ORAL
El medicamento se administra por la boca. Es la vía más habitual, ya que es una forma
cómoda y sencilla de tomar la medicación. También es segura (en caso de
sobredosificación se puede efectuar un lavado gástrico o inducir el vómito). Como
inconvenientes destacaremos que la absorción no es rápida (el intestino delgado es la zona
de absorción más importante), que parte el fármaco puede sufrir procesos de
biotransformación en el aparato digestivo por acción de los jugos gástricos o
por inactivación hepática y la posible irritación de la mucosa gástrica. Las formas
farmacéuticas que se toman por vía oral son los comprimidos, cápsulas, grageas, jarabes,
soluciones, suspensiones y granulados. Los comprimidos son la forma farmacéutica más
empleada. La fabricación industrial de comprimidos ofrece un gran rendimiento -es
habitual encontrar comprimidoras que fabrican 500.000 comprimidos/hora, incluso más-.
SUBLINGUAL
VÍA TÓPICA
TRANSDÉRMICA
Es la vía que utilizan los parches transdérmicos para administrar fármacos que pueden
pasar a través de la piel.
VÍA OFTÁLMICA
Los medicamentos se aplican directamente en el ojo. Se busca una acción local. La
biodisponibilidad es baja, pero esta vía permite alcanzar concentraciones de principio
activo elevadas. Existe absorción a nivel de la córnea. Es muy importante que el envase no
toque el ojo durante la aplicación del fármaco para evitar contaminaciones. Pueden ser
soluciones (colirios) o pomadas.
VIA ÓTICA
La vía ótica está limitada a la aplicación tópica de fármacos en el oído externo. Sólo
permite una acción local. La forma farmacéutica empleada en este caso son las gotas óticas.
También, pero menos frecuentes, formas semisólidas.
VÍA INTRANASAL
VIA INHALATORIA
La absorción del principio activo tiene lugar a través de la mucosa. Los efectos son locales
o sistémicos (generales). El medicamento se administra mediante nebulizadores
(transforman los líquidos en un vapor frío” o inhaladores. Los inhaladores permiten el uso
de polvo o de líquido. Los inhaladores dosificadores presurizados suministra una dosis con
cada pulsación.
VÍA RECTAL
Se administra el medicamento a través del ano. La absorción por vía rectal es buena al ser
una zona muy vascularizada por las venas hemorroidales. Además, se evita el paso por el
hígado de la sangre que lleva el fármaco desde la mucosa rectal (evitamos el llamado
“efecto de primer paso”). Se utilizan supositorios y enemas.
VIA VAGINAL
PARENTERAL
ANGULOS.
Vía Intradérmica
Es la administración de un fármaco en la capa dérmica de la piel, justo por
debajo de la epidermis.
• La cantidad a administrar oscila entre 0.01 y o.1 ml.
• El ángulo de inserción es de 5 a 15 °.
Vía Subcutánea
• Es la introducción terapéutica de sustancias medicamentosas en el tejido
adiposo.
• Introducir un fármaco a través de una punción directa en el tejido subcutáneo
con fines preventivos, terapéuticos o de diagnóstico.
• La cantidad a administrar por esta vía es hasta 0.5 a 2 ml.
• El ángulo de administración es de 45°.