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Balance entre base y acidos

El equilibrio de las reacciones químicas en la alimentación responsable socio


comuniaria:

Podemos referirnos ya sin temor a equivocarnos que la utilidad de la química


y por lo tanto las reacciones que esta produce mediante sus balanceos son
extensas, casi podríamos decir: infinitas, pero también infinitamente útiles
para nosotros los seres humanos. Esto del balanceo y las reacciones químicas
que producen, las encontramos en el hogar, en la industria, farmacéutica, en
la industria vitivinícola, en la repostería, alimentación. Podríamos decir que
casi en todas las actividades por no decir; todas, donde se encuentre un
elemento químico. Miremos bien:
Al hablar de química como una Ciencia o disciplina de estudio, probablemente
pensemos en mezclas, combinaciones y experimentos; pero es mucho más.
Los seres humanos estamos compuestos por elementos químicos básicos
como el Carbono (C), el Hidrógeno (H), el Oxígeno (O),
elNitrógeno (N) y en pocas cantidades el Calcio (Ca), Fósforo (P), Azufre ,
(S), Potasio (K), Sodio (Na), y Magnesio (Mg), además estamos en contacto
con muchos sucesos que tienen relación con la Química, por ejemplo cuando
comemos, cada uno de nuestros alimentos contienen sustancias y nutrientes
que al combinarse nos dan energía y nos hacen tener la fuerza suficiente para
movernos y realizar todas nuestras actividades.
Esta energía conocida como metabólica, consiste en un conjunto de
transformaciones que ocurren en nuestro organismo durante la nutrición .
Podemos darnos cuenta que en nuestro hogar estamos rodeados por la
Química. Cuando cocinamos empleamos todo un laboratorio en el que se
combinan y emplean muchas sustancias químicas, así como aparatos que para
su funcionamiento requieren energía como la eléctrica. Entre otras cosas
utilizamos insecticidas, saborizantes, cloros, detergentes que están formados
por estas sustancias químicas.
Cuando nos enfermamos también estamos en contacto con la Química a
través de los medicamentos y para mantener nuestra salud las vacunas y
sueros forman parte de ellos.
No olvidemos, que en la naturaleza la Química nos rodea.
Existen productos naturales como el aire que nos permiten funciones
como la fotosíntesis.
El agua es otro producto natural que podemos utilizar en la industria
como el agua potable que usamos en la alimentación y en las labores
domésticas.
El agua destilada es pura, es decir, no tiene sales minerales.
Las aguas minerales contienen gran cantidad de sales.
El petróleo es otro producto natural, así como los minerales y los empleamos
en la construcción, en la industria y hasta en la joyería, los metales como el
aluminio y el hierro se emplean en la industria automotriz.
Los plásticos y fibras artificiales son materiales sintéticos que nos sirven en
nuestra vida diaria.
Hay fuentes energéticas como la electricidad que obtenemos para la
transformación de diferentes energías: la hidráulica, química nuclear, solar,
mecánica, eólica, etc.
Así podemos darnos cuenta que en nuestra vida diaria estamos en contacto
directo con la Química y las reacciones que sus elementos producen al
balancearse y resulta muy interesante adentrarse en esta materia para
describir muchas otras cosas.
El hombre está en constante relación con la Química.
Hay que darnos cuenta que las reacciones químicas producto del balanceo de
los elementos componentes están más cerca de lo que podríamos
imaginarnos, a través de ella podremos hacer y descubrir cosas muy
interesantes.
Citemos solo algunos ejemplos claros:
Como los que ocurren en nuestro entorno podemos ver las combustiones estas
son fenómenos químicos que consisten en la combinación de sustancias; en
este proceso se libera energía en forma de luz y calor. Para que la c combustión
se lleve a cabo es necesario que existan 2 sustancias: el comburente y el
combustible.
El comburente es la sustancia que al combinarse químicamente con otra,
activa la combustión, éste es el oxígeno.
El combustible es la sustancia que produce energía y es la que arde. Los
combustibles que más utilizamos son: los carbones, el petróleo y sus
derivados.
Otro fenómeno químico muy cotidiano es cuando vemos efervescer un
refresco o un medicamento.
Te preguntarás ¿qué sustancias hacen que este fenómeno se realice?
Los refrescos necesariamente deben tener bióxido de carbono líquido, al
envasarlos y en el caso de los medicamentos consiste en la reacción de un
ácido débil y una sal como el bicarbonato de sodio (NaHCO3), esta
combinación da lugar al desprendimiento del gas carbónico (CO2) que hace
se vean muchas burbujas en el agua. A estos fenómenos los llamamos mezclas
efervescentes.
Las fermentaciones son fenómenos químicos muy antiguos y son empleados
para la transformación de la uva en vino; entre otras, provocadas por
microorganismos capaces de producir sustancias llamadas zimasas
(levaduras).
La fermentación alcohólica ha ayudado a la industria para la fabricación de
vinos, cervezas y licores.
En este tipo de fermentación es muy importante la presencia de cuatro
sustancias: glucosa, alcoholes, agua y gas carbónico.
Otro fenómeno químico es el proceso de descomposición de los alimentos,
Louis Pasteur, químico y biólogo francés fue quien se dedicó a estos estudios
y definió este proceso como las transformaciones químicas que sufre la
materia orgánica, provocada por la acción de microorganismos, tales como
bacterias, levaduras y hongos. .
Como la reacción química del antiácido en el estomago esto comúnmente
utilizado cuando una persona tiene acidez estomacal generalmente consume
hidróxido de magnesio (leche de magnesia) que al balancearse con los jugos
gástricos estabiliza el pH dando sensación de alivio.
Otra reacción de utilidad en la vida cotidiana gracias al balanceo se da cuando
utilizamos el polvo de hornear (royal) fosfato mono cálcico donde tanto el CO2
como el H2O contribuyen al esponjado del pastel por altas temperaturas.
Ya para concluir es importante apreciar que los las reacciones químicas
y sobre todo interviniendo en ello el balanceo da como resultado un producto
utilizable para el ser humano esté a su vez está presente a lo largo de nuestra
vida diaria y nosotros podemos intervenir mucho en la realización de estas
reacciones químicas.
Electrolitos fuertes y deviles presentes en la vida cotidiana
Los electrolitos son sustancias que producen una solución conductora
de electricidad al ser disueltas en un solvente polar, como el agua. El
electrolito disuelto se separa en cationes y aniones, que se dispersan
en dicha solución. Si un potencial eléctrico es aplicado a la solución, los
cationes se adherirán al electrodo que posee abundancia de electrones.

En cambio, los aniones de la solución se unirán al electrodo con déficit


de electrones. Una sustancia que se disocia en iones adquiere la
capacidad de conducir la electricidad. La mayoría de las sales, ácidos y
bases solubles representan electrolitos.
Algunos gases, como el
cloruro de hidrógeno,
pueden actuar como
electrolitos a ciertas
condiciones de
temperatura y
presión. El sodio,
potasio, cloruro,
calcio, magnesio y
fosfato son buenos
ejemplos de
electrolitos.

¿Qué son los electrolitos fuertes y débiles?

Los electrolitos fuertes son aquellos que ionizan completamente —


es decir, se separan a un 100 %— mientras que los electrolitos
débiles se ionizan solo parcialmente. Este porcentaje de ionización
suele estar alrededor del 1 a 10 %.

Para diferenciar mejor estos dos tipos de electrolitos se puede decir


que en la solución de un electrolito fuerte la especie (o especies)
principal(es) son los iones resultantes, mientras que en la solución de
electrolitos débiles la especie principal es el propio compuesto sin
ionizar.

Los electrolitos fuertes se dividen en tres categorías: ácidos fuertes,


bases fuertes y sales; mientras que los electrolitos débiles se dividen
en ácidos débiles y bases débiles.

Todos los compuestos iónicos son electrolitos fuertes, porque se


separan en iones cuando se disuelven en agua.

Hasta los compuestos iónicos más insolubles (AgCl, PbSO4, CaCO3) son
electrolitos fuertes, porque las pequeñas cantidades que sí disuelven
en agua lo hacen principalmente en forma de iones; es decir, no hay
una forma o cantidad disociada del compuesto en la solución
resultante.

La conductividad equivalente de los electrolitos disminuye a mayores


temperaturas, pero se comporta de maneras distintas dependiendo de
su fuerza.

Los electrolitos fuertes presentan menor disminución de su


conductividad a mayor concentración, mientras que los débiles poseen
una tasa grande de disminución de conductividad a mayor
concentración.

El PH y proceso de valoración acido-base en los seres del


cosmos

Explicar los conceptos de ácido y base no es tarea fácil.


Aunque, históricamente, se conocen este tipo de compuestos desde antes de
que la Química fuese Química, el hombre tardó cientos de años en conseguir
una explicación global a este fenómeno de la “acidez” y “basicidad”. Si te interesa
una explicación muy básica de lo que quieren decir, te invito a seguir leyendo.
Comencemos por nuestros amigos los ácidos. El
término ácido viene del latín acidus y significa agrio. Lo
cual ya nos da una importante pista de su historia: el
hombre identificó una serie de sustancias con un sabor
particular y unas características comunes y las catalogó
con el nombre general de ácidos. Éstas eran productos
tales como el jugo del limón, el vinagre, etc. También
encontró que estos ácidos (sobre todo los más fuertes)
reaccionaban con los metales liberando burbujitas
(hidrógeno gas) y corroían los tejidos orgánicos (si les
caía en la piel se quemaban seriamente; de ahí la idea popular y alimentada por
las películas de que un poco de ácido en el suelo es capaz de agujerearlo, o de
dejarnos sin brazo si se nos cae encima, antes de poder decir ayquemequemo).
Aprovecho para señalar que la realidad, sin embargo, no es tan efectista como
en las películas. Y aunque hay que tener cuidado con los ácidos fuertes y
concentrados, ni existe el ácido de los xenomorfosde Alien, ni el ácido
sulfúrico, por poner un ejemplo, es capaz de hacer grandes agujeros
instantáneos en cualquier material. De hecho, aunque
reacciona violentamente con el agua (gran poder desecante) y es un
potente oxidante (reacciona con la materia orgánica dejando sólo los restos
carbonizados al cabo de cierto tiempo) un plástico ni se inmuta en su presencia.
Las bases, sin embargo, provienen del árabe álcali, que quiere
decir ceniza. Igualmente fácil de adivinar dónde
se encontraron este tipo de compuestos por
primera vez (sí, en cenizas de plantas). Estos
compuestos tenían un sabor amargo,
tacto jabonoso, y las bases fuertes podían, al
igual que los ácidos, corroer la piel.
Años de investigaciones demostraron que algo
común en los ácidos era la presencia de hidrógeno (H) en su fórmula química.
Vamos a apartar esto por un momento. E imaginemos que en el agua (H2O)
tiene lugar el siguiente equilibrio químico reversible:
H2O ↔ H+ + OH-
agua ↔ protón + hidroxilo

que quiere decir lo siguiente: una molécula de agua se descompone en


un protón (H+) y un anión hidroxilo (OH-). La realidad es más compleja, pero
para nosotros será suficiente esta simplificación.
Se trata de un proceso reversible, es decir, que
puede ocurrir tanto en un sentido (el agua se
descompone en sus dos componentes) como en
el contrario (los componentes se vuelven a unir
para dar agua). El término equilibrio se refiere
a que la velocidad con la que las moléculas de
agua (H2O) forman esos iones es igual a la
velocidad del proceso inverso (el que recupera las moléculas de agua). Esto
sucede así en el agua pura (agua destilada). En estos
compuestos neutros la concentración (cantidad que hay en un volumen
determinado) de H+ es igual a la concentración de OH-.
A continuación vamos a ver la explicación más sencilla de un ácido y una base,
cuando se encuentran en un medio acuoso (en presencia de agua).
Los ácidos tienen protones en su estructura, y los “sueltan” en la disolución
acuosa, contribuyendo a aumentar así la cantidad de protones (H+) frente a los
aniones hidroxilo (OH-).
Las bases, por el contrario, son las que contribuyen a
aumentar la concentración de los
-
aniones hidroxilo (OH ) cediendo directamente estos
iones de su estructura. Aunque también podemos
considerar bases las que, sin aumentar estos
hidroxilos, hacen disminuir la cantidad de protones (H+)
en el agua, retirándolos del medio y haciendo que
pasen a formar parte de su propia estructura. En
ambos casos, la concentración de OH- se hace mayor frente a la concentración
de H+.
¿Pero cómo podemos saber si en el agua están aumentando los unos o los
otros? Tranquilidad. En la práctica clasificamos a la sustancias en ácidos y
bases según su pH (leído pe-hache) que seguro que más de una vez habéis
escuchado nombrar, aunque sólo sea en los anuncios.
¿Qué es esto del pH? Literalmente significa -log[H+],
es decir, menos logaritmo -log de la concentración [
] de protones H+ (aunque como siempre, la realidad es
más compleja, aquí estoy simplificando la definición).
Bien, podéis olvidaros de lo que acabo de escribir.
Vamos a traducir a un lenguaje más sencillo qué
significa esto en la práctica.
Lo que estamos midiendo con el pH es
la cantidad de protones (H+) que hay en la
disolución acuosa. Pero, ojo, tal y como está
definido, como tiene un signo negativo en su
fórmula, da como resultado que
cuanto menor sea su valor, mayor será la
presencia de protones en el medio.
Recordemos que precisamente, los ácidos
hacen aumentar esta concentración, así
que un valor bajo de pH indica una acidez
alta.
Y al revés, las bases hacen disminuir esta
concentración (bien aumentando la presencia
de hidroxilos (OH-) o disminuyendo los
protones (H+). Así que un valor alto de pH
indica una alta basicidad. Un poco
mareante, lo sé. Pero aunque parezca que los
químicos lo han hecho para fastidiar, toda
esta manera de hacer las cosas tiene su razón
de ser, de verdad.
Ya sólo nos queda terminar de explicar lo que
es el pH neutro, que está entre los ácidos y las bases. Sería ese pH que tiene
el agua pura, cuando la concentración de hidroxilos es igual que la de protones.
Una sustancia que tiene ese pH se dice que es una sustancia neutra. Y este
valor (podríamos demostrarlo pero para no liar mucho más esto, me vais a creer)
es 7.
Con lo cual ya tenemos nuestro baremo: las sustancias con un pH menor que
7 son ácidas(cuanto más bajo este valor, más fuerte será el ácido); las
sustancias con un pH mayor que 7 son básicas (cuanto más alto sea este
valor, más fuerte será la base); y las sustancias con un pH igual a
7 son neutras. La escala normalmente va de 0 a 14, como se ve en la imagen
anterior.
Ojo con esto del pH neutro, cuando un producto cosmético anuncia en la
televisión que tiene pH neutro, no quiere decir pH 7, sino que tiene el mismo pH
que la piel, que es de 5,5. Como veis, la piel esligeramente ácida. Lo ideal es
que el jabón que utilicemos tenga el mismo pH que la piel (cuanto más próximo
a 5,5 sea su pH, mejor).
Hay distintas formas de medir el pH de las sustancias. La más sencilla
en el laboratorio es usar el papel
tornasol. Se echa una gotita del líquido en
él (o introducimos el papel en el líquido, a
gusto del consumidor) y según el color
resultante, comparamos con una tabla, y
sabemos el valor orientativo de su pH. A
este tipo de sustancias que nos permiten
conocer el pH de otras se les
llama indicadores (normalmente porque
cambian de color a un pH determinado). También disponemos de ph-
metros electrónicos que dan lecturas de pH mucho más exactas.
Laboratorio casero
Para finalizar, os invito a realizar un pequeño experimento casero donde
podréis poner en práctica todo esto. Hay indicadores naturales que podemos
utilizar para comprobar si líquidos que tenemos por casa
son ácidos o básicos. Entre ellos están las plantas con antocianinas, que
cambian de color al cambiar el pH. Son las responsables de colores azul, rojo y
morados de diversas plantas (entre otras, de los frutos rojos). Una gran portadora
de antocianinas es la col lombarda, que podemos comprar en nuestra
verdulería habitual y de la que podemos hacer un gran indicador casero.
Hay dos procedimientos para ello:
- bien la sumergimos en alcohol
etílico (disponible en nuestro botiquín)
- o bien la ponemos a hervir en agua.
En ambos casos hay que trocearla antes
finamente, y después del proceso, filtrar. Esto
puede hacerse con el papel de filtro para el café,
por ejemplo. El líquido resultante (de
color violeta) será nuestro indicador.
Este líquido es rojo-rosa-violeta en medio ácido, de color azul en el neutro
y verde-amarillo en medio básico. Os invito a hacer la prueba con cerveza, vino,
diversos zumos, vinagre, lejía, detergente... y todo lo que se os ocurra que
tengáis por casa.
También podéis utilizar esto para comprobar que un ácido neutraliza a una base
y al revés. En Química se dice que ácido más base siempre da la sal más el
agua. Esto da para otro artículo entero, así que lo vamos a dejar de momento
pero podéis comprobar como uno de esos líquidos que muestran un color ácido
en el indicador, al irle añadiendo una base, el indicador va cambiando de color
hacia el neutro. Y viceversa, claro.
Uso controlado de sustancias y productos para el equilibrio
quimico en el medio ambiente

Los productos químicos han demostrado tener un impacto importante en el


medio ambiente, desde el cambio climático hasta la destrucción de la fauna y la
flora y la contaminación del agua potable. Evidentemente, el tener un uso más
prudente y oportuno de los productos químicos, y un control de las emisiones y
eliminación de sus desechos, son cruciales para asegurar un medio ambiente
adecuado para nuestro futuro. Esto debe hacerse con una responsabilidad cabal
de la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores. El CCS invita a
sus asociados a celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, promoviendo
prácticas sostenibles frente al uso de los productos químicos, el control de las
emisiones y eliminación de sus desechos.

Por muchos años los residuos químicos provenientes de las instalaciones se


eliminaron indiscriminadamente en el aire, las fuentes de agua y suelo del área
circundante. Esta situación ha cambiado en gran medida en aquellos países
donde se han establecido prácticas y controles adecuados para hacer limpieza
y prevenir su repetición. Sin embargo, existen otros países que aún están
enfrentando una contaminación significativa. En algunos casos, los efectos
ambientales se ven como un complemento necesario para el desarrollo y el
crecimiento económico. Los costos a largo plazo para la sociedad deben ser
abordados adecuadamente al momento de tomar decisiones sobre lo que es
aceptable en función del impacto en el medio ambiente. En los países
desarrollados se ha puesto mucho énfasis en corregir los errores del pasado y
establecer e implementar políticas para evitar dichos errores en el futuro. Los
países en desarrollo y las economías en transición tienen la oportunidad de
aprender de los errores cometidos en los países desarrollados, y la experiencia
de tener que corregirlos, aplicando la prevención a las nuevas instalaciones a
través de los principios del diseño. Un aspecto importante de esta situación es
darse cuenta que la contaminación atraviesa las fronteras. Mientras que un país
puede tener programas para prevenir las emisiones y la eliminación de residuos
inadecuados, un país vecino puede no tenerlos—y la contaminación viaja por el
aire, así como por las vías navegables. Por lo tanto, para tener programas
nacionales realmente efectivos para el medio ambiente, debe existir una
estrategia internacional coordinada para promover un enfoque similar para todos
los países.

Comúnmente la protección ambiental y la seguridad y la salud en el trabajo son


tratadas de forma separada por las instituciones gubernamentales, sin reconocer
el impacto que cada una de ellas puede tener en la otra. El resultado ha sido que
se desarrollaran situaciones donde las emisiones al medio ambiente fueron
controladas mediante normas que no tomaban en consideración la exposición
del trabajador, y los controles llevados a cabo realmente produjeron mayores
exposiciones dentro de la instalación que las que existían con anterioridad. La
limpieza de los sitios con residuos peligrosos también creó problemas
importantes de exposición del trabajador, debido a que eran especialmente
difíciles de abordar, porque los productos químicos presentes pueden ser
desconocidos, y la mezcla de los productos químicos podría crear nuevos
riesgos.

Muchos de los trabajos que se están creando actualmente en la economía


mundial son los llamados empleos verdes, o empleos en las industrias que están
diseñadas para reducir los impactos ambientales adversos mediante el
desarrollo y la puesta en práctica de tecnologías y prácticas alternativas. Aunque
los empleos verdes son bienvenidos, ya que brindan nuevas oportunidades para
los trabajadores que serán empleados, es fundamentalmente importante que
cuando estos empleos se establezcan, se monitoreen para garantizar que no
están creando nuevos riesgos posiblemente desconocidos. Si bien se apoya el
concepto de que se necesitan nuevos enfoques para el uso de productos
químicos y otros aspectos de la industria para minimizar el impacto al medio
ambiente, también es igualmente importante asegurar que los trabajadores que
realizan estos trabajos sean protegidos adecuadamente. Un ejemplo de ello fue
revisado recientemente en un informe de la OIT relativo al reciclaje de los
residuos electrónicos. El uso generalizado de computadoras ha conllevado a
tener una gran cantidad de residuos ya que estos dispositivos se tornan
obsoletos rápidamente. Aunque el uso de un dispositivo electrónico para un
propósito específico no ocasione considerables exposiciones de los usuarios a
los productos químicos, el desarmar los componentes con la finalidad de
reciclarlos puede exponer a los trabajadores involucrados a productos químicos
peligrosos. En algunos casos, los artículos que están siendo reciclados pueden
ser enviados a otros países para que se realice la tarea aún más peligrosa de
desmontar los dispositivos con la finalidad de reciclar las piezas. Por lo tanto, los
peligros también son exportados. Esto ha ocurrido en operaciones de desguace
de barcos; cuando los barcos han sobrepasado su vida útil, se les envía a otros
países donde se llevan a cabo las operaciones de reciclaje, exponiendo así a los
trabajadores de esos países. De este modo, aunque se logra una meta ambiental
loable de reciclar los materiales utilizables, se crean nuevos empleos que
implican exposiciones peligrosas para realizar dicho trabajo. En la mayoría de
los casos estos trabajos no están protegidos por la aplicación de la ley.

En el año 2014, el mundo conmemoró el 30avo aniversario del peor accidente


industrial que haya ocurrido jamás. En diciembre de 1984, ocurrió una fuga de
más de 40 toneladas de gas metil isocianato como resultado de una reacción
química imprevista en una planta de Bhopal, India. Los efectos para la salud y la
considerable contaminación ambiental de esta tragedia aún se siguen
experimentando en Bhopal. El incidente demostró ser el foco desencadenante
para cambiar las prácticas de la seguridad y la salud en la industria química y
desarrollar mejores medidas de control de riesgos. Como uno de los hechos
fundamentales que conllevó a la revisión de los procesos para la gestión racional
de los productos químicos, este accidente ilustró los numerosos aspectos de la
gestión racional que fueron ignorados o subutilizados en el funcionamiento de
las instalaciones, desde un inadecuado mantenimiento que condujo a la fuga en
sí, hasta permitir que una comunidad densamente abarrotada se construyera
alrededor de la planta que albergaba un producto químico tan mortal. La pérdida
de vidas fue grande, y los profesionales de la seguridad y la salud le dieron gran
importancia al hecho de prevenir dichas ocurrencias. Este hecho conllevó a que
ocurrieran algunos cambios fundamentales en los enfoques a la seguridad
química y la gestión de las instalaciones con riesgos de accidentes mayores. El
Convenio de la OIT sobre la prevención de accidentes industriales mayores,
1993 (núm. 174) y su Recomendación (núm. 181) enfocan la revisión del riesgo
potencial de los desastres catastróficos, así como la adecuada planificación de
las medidas de prevención y la respuesta a las emergencias sobre la base de un
sistema de gestión de SST. Los requisitos de este Convenio complementan el
Convenio de la OIT sobre los productos químicos (núm. 170) profundizando
sobre la gestión racional de los productos químicos. La OIT también ha
desarrollado un Código de prácticas sobre la prevención de los accidentes
industriales mayores y un manual sobre el control de riesgos mayores para
complementar las normas.

En Colombia, el tema se regula mediante la Ley 55 de 1993 la cual aprueba el


“Convenio No. 170 y la Recomendación número 177 sobre la Seguridad en la
Utilización de los Productos Químicos en el trabajo", de la O.I.T.

También, se encuentra la Ley 9 del 79 por la cual se dictan medidas sanitarias


y de la cual se han derivado varias normativas como el Decreto 1843 de 1991 el
cual reglamenta el uso y manejo de plaguicidas, la Resolución 2400 de 1979 por
la cual se establecen algunas disposiciones sobre vivienda, higiene y seguridad
en los establecimientos de trabajo y el Decreto 1609 de 2002 por el cual se
reglamenta el manejo y transporte terrestre automotor de mercancías peligrosas
por carretera, entre otras.

Dentro de la más reciente normativa, se destaca la Resolución 0631 de


2015 Norma de Vertimientos Puntuales a Cuerpos de Aguas Superficiales y a
los Sistemas de Alcantarillado Público expedida por el Ministerio de Ambiente.
En segundo lugar los casos
reportados como Sin
liberación de producto
corresponden a eventos en los
que hay involucradas
sustancias químicas, como
por ejemplo el volcamiento de
un carro cisterna sin el
derrame del producto o la
abolladura de un contenedor
de químicos, en el que se
requiere la evaluación del
riesgo y una posible activación
de los esquemas de respuesta. Estos eventos presentan el mayor descenso
frente al 2013 (17 casos), con 11 eventos reportados durante el 2014.

Los eventos por fugas de gases representan el 11% de los reportes del año con
11 eventos, igualmente los productos más involucrados son los gases
combustibles.
TERMOQUIMICA EN PROCESOS ENERGETICOS SUSTENTABLES

UNIDADES FUNDAMENTALES DE ENERGIA

Cuando se habla de energía oímos


términos como kilowatt, caloría,
kilowatt-hora, caballo de fuerza, caballo
de vapor, megawatt, watt pico, y
muchas veces confundimos la forma de
escribirlos y qué designan.

Para ampliar nuestra cultura energética es necesario saber a qué nos referimos
y cómo escribimos las unidades relacionadas con la energía y la potencia, en
sus diferentes manifestaciones. En nuestro país está vigente, y es de uso
obligatorio, el Sistema Internacional de unidades (SI).

La unidad de energía en el SI lleva por nombre joule, cuyo símbolo es J. No se


debe confundir con el nombre propio Joule, que se escribe con letra mayúscula
al principio,
y nunca se debe españolizar, o sea, no se debe decir julio.

Un joule, por definición, corresponde a la energía o trabajo realizado por una


fuerza de un newton, que mueve su punto de aplicación un metro.

Por otra parte, el nombre de la unidad de potencia en el SI es watt (siempre con


minúscula), cuyo símbolo es W, y tampoco se debe confundir con el apellido del
científico James Watt, aunque a él se debe.

Un watt es la potencia desarrollada por una energía de un joule en un segundo.


El kilowatt es la unidad que corresponde a una potencia de mil watt (no se escribe
en plural, pues constituye una regla de escritura de las unidades). El kilowatt-
hora, por su parte, es una unidad de energía y se corresponde con 3,6 kilojoule
(3,6 kJ).
Cuando se trabaja con los sistemas eléctricos, para representar la energía se
acostumbra usar el kilowatt-hora, unidad admitida por el SI cuando se trata de
energía de origen eléctrico. Es una unidad más cómoda y se admite por la
legislación vigente nacional e internacional (NC 90-00-06:83 e ISO 1000:92).

Así, tenemos que la energía se representa o se mide en kilowatt-hora, y la


potencia en kilowatt.

Hemos visto escrito kiloWatts/hora, y esto es un error por varias razones: si se


divide la potencia por el tiempo, eso no corresponde a la magnitud energía. La
forma correcta de escribirlo es kilowatt-hora, o sea, multiplicando, con minúscula
y sin plural. También se puede escribir kWh o kW·h.

Existen otras unidades para medir la energía y la potencia que pertenecen a


otros sistemas, como la caloría, la kilocaloría, el caballo de vapor y el horse
power o caballo de fuerza (Tabla 1).

Tabla 1
Algunos usos correctos e incorrectos
de magnitudes del Sistema Internacional de unidades (SI)

El caballo de vapor es una unidad tradicional para expresar la potencia


mecánica, es decir, el trabajo mecánico que puede realizar un motor por unidad
de tiempo. Suele abreviarse por CV o HP (de horse power, en inglés). En el SI,
un caballo de vapor equivale a 736 W.

La caloría, por su parte, es una unidad referida a la energía en forma de calor.


La caloría pequeña, o caloría-gramo, cuyo símbolo es cal, suele definirse en
ciencia e ingeniería como la cantidad de calor necesaria para elevar la
temperatura de un gramo de agua de 14,5 a 15,5 °C, aunque a veces se
especifica otro intervalo de temperaturas. En procesos termoquímicos se da la
equivalencia en el SI como una caloría igual a 4,1840 joule (J).
Se le llama caloría grande o kilocaloría (Cal) a 1 000 calorías-gramo, y se emplea
en dietética para indicar el valor energético de los alimentos.

También existe la caloría usada en ingeniería, conocida como caloría


internacional, que equivale a 1/860 watt-hora (4,1868 J).
Para evitar confusión en el uso de las diversas unidades, se adoptan las del SI y
las que él tolera.

Las unidades del SI no se deben españolizar; o sea, se debe decir watt en lugar
de vatio, ampere en lugar de amperio, volt en lugar de voltio.

También se emplean, relacionados con estas unidades, los prefijos del SI, como
mW (miliwatt), MW (megawatt) mA (miliampere), mV (milivolt), entre otros.

El prefijo que utilizacemos estará en dependencia de la escala del fenómeno con


el que estemos trabajando. La potencia de un panel fotovoltaico en una
calculadora de bolsillo está en el orden de los miliwatt (mW), mientras que la
generación en las plantas eléctricas de la red nacional se mide en megawatt
(MW), de la misma manera que al medir distancias en dependencia de la escala
usamos milímetros, metros o kilómetros, por poner un ejemplo.

En la tabla 1 se muestran algunos errores en que se incurren cuando utilizamos


estas unidades, y cuál es la forma correcta de su uso.
De este modo tenemos que los equipos eléctricos de oficina, electrodomésticos,
motores, etc., se caracterizan por su potencia; por tanto, se expresan en watt o
sus múltiplos. Por ejemplo, la olla arrocera tiene una potencia de 500 W.

El consumo de energía total en el mes se corresponde con la suma de los


consumos de todos los equipos en el mes, o sea, la suma de los productos de la
potencia de cada equipo por el tiempo que estuvo encendido. Así, al final del
mes decimos que tuvimos, en este caso, un consumo de energía de 180 kWh

Ley de hess:

Una representación de la ley de Hess (donde H representa la entalpía)


En termodinámica, la ley de Hess, propuesta por Germain Henri Hessen 1840,
establece que: «si una serie de reactivos reaccionan para dar una serie
de productos, el calor de reacción liberado o absorbido es independiente de si la
reacción se lleva a cabo en una, dos o más etapas», esto es, que los cambios
de entalpía son aditivos: ΔHneta = ΣΔHr.
Equivalentemente, se puede decir que el calor de reacción sólo depende de los
reactivos y los productos, o que el calor de reacción es una función de estado;
en este sentido la ley de Hess es la aplicación a las reacciones químicas
del primer principio de la termodinámica; debido a que fue enunciada unos diez
años antes que ésta, conserva su nombre histórico. 1 El propósito de este
planteamiento es analizar de forma muy breve las bases de la Termoquímica
como una solución a problemas de transferencia de calor en dichos procesos.
Cuando se busca saber qué tanto calor como una forma de la energía absorbida
o desprendida está presente en una reacción, es porque la misma juega un papel
muy importante de los cambios químicos, la pregunta obvia en este caso resulta;
¿A qué se debe esa importancia? Se debe a que en todo cambio químico hay
ruptura y formación de nuevos enlaces químicos y para que haya esa ruptura,
se requiere energía y algunas veces en la formación de los nuevos enlaces se
requiere de menor energía para su formación y por tanto se desprende la energía
sobrante, razón por la cual, el estudio del calor y de su relación con los cambios
químicos resulta tan importante. Además de lo anterior es necesario también
conocer si el proceso depende no solo de si el cambio se efectúa a volumen o
presión constante, sino también de las cantidades de sustancia considerada, su
estado físico, temperatura y presión.
En virtud de que la cantidad de calor obtenida en una reacción depende de la
cantidad de sustancia que intervino en ella, si escribimos que dos gramos de
hidrógeno se queman en oxígeno para producir agua líquida, y se desprenden
68,320 calorías, entonces cuando incrementamos a cuatro gramos, el calor
desprendido es doble y así sucesivamente. Esto es, que en vez de especificar la
cantidad producido por gramo de sustancia para una reacción particular, es usual
hacerlo de la siguiente manera:
H2 + 1/2 O2 D H2O ∆H = - 68,320 cal
Por ejemplo, el carbono en forma de grafito puede oxidarse hasta dióxido (1)
o monóxido (2) de carbono, por otro lado, el monóxido de carbono puede
oxidarse hasta dióxido (3). Como se ve a continuación, la suma de las
entalpías de la reacción en dos pasos (2)+(3) es igual a la entalpía de la
reacción en un paso (1):
Geometría de las reacciones electroquímicas
La electroquímica es una rama de la química que estudia
1
la transformación entre la energía eléctrica y la energía química. En otras
palabras, las reacciones químicas que se dan en la interfaz de un conductor
eléctrico (llamado electrodo, que puede ser un metal o un semiconductor) y un
conductor iónico (el electrolito) pudiendo ser una disolución y en algunos casos
especiales, un sólido2
Si las reacciones químicas son provocadas por una diferencia de
potencial aplicada externamente, se hace referencia a una electrólisis. En
cambio, si la diferencia de potencial eléctrico es creada como consecuencia de
la reacción química, se conoce como un "acumulador de energía eléctrica",
también llamado batería o celda galvánica.
Las reacciones químicas en las que se produce una transferencia de electrones
entre moléculas se conocen como reacciones redox, y su importancia en la
electroquímica es vital, pues mediante este tipo de reacciones se llevan a cabo
los procesos que generan electricidad o, en caso contrario, son producidos como
consecuencia de ella.
En general, la electroquímica se encarga de estudiar las situaciones donde se
dan reacciones de oxidación y reducción encontrándose separadas, físicamente
o temporalmente, en un entorno conectado a un circuito eléctrico. Esto último es
motivo de estudio de la química analítica, en una subdisciplina conocida
como análisis potenciométrico.

Reacciones de reducción-oxidación

Artículo principal: Reducción-oxidación

Las reacciones de reducción-oxidación son las reacciones de transferencia de


electrones. Esta transferencia se produce entre un conjunto de elementos químicos,
uno oxidante y uno reductor (una forma reducida y una forma oxidada
respectivamente). En dichas reacciones la energía liberada de una reacción espontánea
se convierte en electricidad o bien se puede aprovechar para inducir una reacción
química no espontánea.

Equilibrio de las ecuaciones redox

Artículo principal: Ecuación química

Las reacciones electroquímicas se pueden equilibrar por el método ion-electrón donde


la reacción global se divide en dos semirreacciones (una de oxidación y otra de
reducción), se efectúa el balance de carga y elemento, agregando H+, OH−, H2O y/o
electrones para compensar los cambios de oxidación.

Antes de empezar a equilibrar se tiene que determinar en que medio ocurre la reacción,
debido a que se procede de una manera en particular para cada medio.

Medio ácido

Se explicará por medio de un ejemplo, cuando una sal magnésica reacciona con
bismutato de sodio.

El primer paso es escribir la reacción sin balancear:

Reacción sin balancear: {\displaystyle {\ce {Mn^{2+}(aq) + NaBiO3 (s) ->


Bi^{3+}(aq) + MnO4^{-}(aq)}}} {\displaystyle {\ce {Mn^{2+}(aq) + NaBiO3 (s) ->
Bi^{3+}(aq) + MnO4^{-}(aq)}}}

Luego se divide en dos semirreacciones:

Semirreacción de oxidación: {\displaystyle {\ce {Mn^{2+}(aq) -> MnO4^{-}(aq)}}}


{\displaystyle {\ce {Mn^{2+}(aq) -> MnO4^{-}(aq)}}}

Semirreacción de reducción: {\displaystyle {\ce {BiO3^- (s) -> Bi^{3+}(aq)}}}


{\displaystyle {\ce {BiO3^- (s) -> Bi^{3+}(aq)}}}

Cada semirreación se balancea de acuerdo con el número y tipo de átomos y cargas.


Como estamos en medio ácido los iones H+ se agregan para balancear los átomos de
H y se agrega H2O para balancear los átomos de O.

Semirreacción de oxidación: {\displaystyle {\ce {4 H2O (l) + Mn^{2+}(aq) ->


MnO4^- (aq) + 8 H^+ (aq) + 5 e^-}}} {\displaystyle {\ce {4 H2O (l) + Mn^{2+}(aq)
-> MnO4^- (aq) + 8 H^+ (aq) + 5 e^-}}}

Semirreacción de reducción: {\displaystyle {\ce {2 e^- + 6 H^+ (aq) + BiO_3^- (s) ->
Bi^{3+}(aq) + 3 H2O (l)}}} {\displaystyle {\ce {2 e^- + 6 H^+ (aq) + BiO_3^- (s) ->
Bi^{3+}(aq) + 3 H2O (l)}}}

Finalmente se multiplica cada semirreacción por un factor para que se cancelen los
electrones cuando se sumen ambas semireacciones.
Semirreacción de oxidación: {\displaystyle {\ce {8 H2O (l) + 2 Mn^{2+}(aq) -> 2
MnO4^- (aq) + 16 H^+ (aq) + 10 e^-}}} {\displaystyle {\ce {8 H2O (l) + 2
Mn^{2+}(aq) -> 2 MnO4^- (aq) + 16 H^+ (aq) + 10 e^-}}}

Semirreacción de reducción: {\displaystyle {\ce {10 e^- + 30 H^+ (aq) + 5 BiO3^- (s)
-> 5 Bi^{3+}(aq) + 15 H2O (l)}}} {\displaystyle {\ce {10 e^- + 30 H^+ (aq) + 5
BiO3^- (s) -> 5 Bi^{3+}(aq) + 15 H2O (l)}}}

Reacción balanceada:

{\displaystyle {\ce {14 H^+ (aq) + 2 Mn^{2+}(aq) + 5 NaBiO3 (s) -> 7 H2O (l) + 2
MnO4^- (aq) + 5 Bi^{3+}(aq) + 5 Na^+ (aq)}}} {\displaystyle {\ce {14 H^+ (aq) + 2
Mn^{2+}(aq) + 5 NaBiO3 (s) -> 7 H2O (l) + 2 MnO4^- (aq) + 5 Bi^{3+}(aq) + 5
Na^+ (aq)}}}

En algunos casos es necesario agregar contraiones para terminar de balancear la


ecuación. Para este caso, si se conociera el anión de la sal de magnesio, ese seria el
contraión. Se agrega por igual de ambos lados de la ecuación lo necesario para
terminar de balancearla.

Medio básico

También se explicará por medio de un ejemplo, cuando el permanganato de potasio


reacciona con el sulfito de sodio.

El primer paso es escribir la reacción sin balancear:

{\displaystyle {\ce {KMnO4 + Na2SO3 + H2O -> MnO2 + Na2SO4 + KOH}}}


{\displaystyle {\ce {KMnO4 + Na2SO3 + H2O -> MnO2 + Na2SO4 + KOH}}}

Luego se divide en dos semirreacciones:

Semirreacción de reducción: {\displaystyle {\ce {MnO4^- -> MnO2}}} {\displaystyle


{\ce {MnO4^- -> MnO2}}}

Semirreacción de oxidación: {\displaystyle {\ce {SO3^{2-}-> SO4^{2-}}}}


{\displaystyle {\ce {SO3^{2-}-> SO4^{2-}}}}

Cada semirreación se balancea de acuerdo con el número y tipo de átomos y cargas.


Como estamos en medio alcalino los OH− se agregan para balancear los átomos de H
y normalmente se agrega la mitad de moléculas de H2O del otro lado de la
semirreacción para balancear los átomos de O.
Semirreacción de reducción: {\displaystyle {\ce {3 e^- + 2 H2O + MnO4^- -> MnO2
+ 4 OH^-}}} {\displaystyle {\ce {3 e^- + 2 H2O + MnO4^- -> MnO2 + 4 OH^-}}}

Semirreacción de oxidación: {\displaystyle {\ce {2 OH^- + SO3^{2-}-> SO4^{2-}+


H2O + 2 e^-}}} {\displaystyle {\ce {2 OH^- + SO3^{2-}-> SO4^{2-}+ H2O + 2 e^-
}}}

Finalmente se multiplica cada semirreación por un factor para que se cancelen los
electrones cuando se sumen ambas semireacciones.

Semirreacción de reducción: {\displaystyle {\ce {6 e^- + 4 H2O + 2 MnO4^- -> 2


MnO2 + 8 OH^-}}} {\displaystyle {\ce {6 e^- + 4 H2O + 2 MnO4^- -> 2 MnO2 + 8
OH^-}}}

Semirreacción de oxidación: {\displaystyle {\ce {6 OH^- + 3 SO3^{2-}-> 3 SO4^{2-


}+ 3 H2O + 6 e^-}}} {\displaystyle {\ce {6 OH^- + 3 SO3^{2-}-> 3 SO4^{2-}+ 3
H2O + 6 e^-}}}

Ecuación balanceada:

{\displaystyle {\ce {2 KMnO4 + 3 Na2SO3 + H2O -> 2 MnO2 + 3 Na2SO4 + 2


KOH}}} {\displaystyle {\ce {2 KMnO4 + 3 Na2SO3 + H2O -> 2 MnO2 + 3 Na2SO4
+ 2 KOH}}}

En este caso se agregaron contraiones para terminar de balancear la ecuación (los


cationes K+ y Na+)

Celdas electroquímicas

Artículo principal: Celda electroquímica

La celda electroquímica es el dispositivo utilizado para la descomposición mediante


corriente eléctrica de sustancias ionizadas denominadas electrolitos o para la
producción de electricidad. También se conoce como celda galvánica o voltaica, en
honor de los científicos Luigi Galvani y Alessandro Volta, quienes fabricaron las
primeras de este tipo a fines del S. XVIII.1

Esquema de la Pila de Daniell. El puente salino (representado por el tubo en forma de


U invertida) contiene una disolución de KCl permitiendo la interacción eléctrica entre
el ánodo y el cátodo. Las puntas de éste deben estar tapadas con pedazos de algodón
para evitar que la disolución de KCl contamine los otros contenedores.

Las celdas electroquímicas tienen dos electrodos: el ánodo y el cátodo. El ánodo se


define como el electrodo en el que se lleva a cabo la oxidación y el cátodo donde se
efectúa la reducción. Los electrodos pueden ser de cualquier material que sea un
conductor eléctrico, como metales o semiconductores. También se usa mucho el
grafito debido a su conductividad y a su bajo coste. Para completar el circuito eléctrico,
las disoluciones se conectan mediante un conductor por el que pasan los cationes y
aniones, conocido como puente de sal (o como puente salino). Los cationes disueltos
se mueven hacia el cátodo y los aniones hacia el ánodo. La corriente eléctrica fluye
del ánodo al cátodo porque existe una diferencia de potencial eléctrico entre ambos
electrolitos. Esa diferencia se mide con la ayuda de un voltímetro y es conocida como
el voltaje de la celda. También se denomina fuerza electromotriz (fem) o bien como
potencial de celda.1

A una celda galvánica cuyo ánodo sea una barra de cinc y el cátodo sea una barra de
cobre, ambas sumergidas en soluciones de sus respectivos sulfatos y unidas por un
puente salino, se la conoce como pila de Daniell. Sus semirreacciones son estas:

Reacción anódica: {\displaystyle {\ce {Zn (s) -> Zn^{2+}(aq) + 2 e^- \,}}}
{\displaystyle {\ce {Zn (s) -> Zn^{2+}(aq) + 2 e^- \,}}}

Reacción catódica: {\displaystyle {\ce {Cu^{2+}(aq) + 2 e^- -> Cu (s)\,}}}


{\displaystyle {\ce {Cu^{2+}(aq) + 2 e^- -> Cu (s)\,}}}

Reacción neta: {\displaystyle {\ce {Zn (s) + Cu^{2+}(aq) -> Cu (s)+Zn^{2+}(aq)\,}}}


{\displaystyle {\ce {Zn (s) + Cu^{2+}(aq) -> Cu (s)+Zn^{2+}(aq)\,}}}

La notación convencional para representar las celdas electroquímicas es un diagrama


de celda. En condiciones normales, para la pila de Daniell el diagrama sería:

{\displaystyle {\ce {Zn (s)|Zn^{2+}(1M) || Cu^{2+}(1M) | Cu (s)\,}}} {\displaystyle


{\ce {Zn (s)|Zn^{2+}(1M) || Cu^{2+}(1M) | Cu (s)\,}}}

Este diagrama está definido por:

Ánodo {\displaystyle \longrightarrow } {\displaystyle \longrightarrow } Cátodo

electrodo negativo | electrolito || electrolito | electrodo positivo

(la barra, "|", indica flujo de electrones y la doble barra, "||", significa puente salino).

La línea vertical representa el límite entre dos fases. La doble línea vertical representa
el puente salino. Por convención, el ánodo se escribe primero a la izquierda y los
demás componentes aparecen en el mismo orden en que se encuentran al moverse de
ánodo a cátodo.1

Potenciales estándar de reducción


Esquema del EEH. 1. Electrodo de Platino 2. Gas Hidrógeno 3. Solución de HCl (1M)
4. Sifón para prevenir la contaminación de oxígeno 5. Conector donde el segundo
elemento de la celda debería ser conectado.

Es posible calcular el potencial estándar de reducción de una celda determinada


comparándolo con un electrodo de referencia. El cálculo relaciona el potencial de
reducción con la redox. Arbitrariamente se le asignó el valor cero al electrodo de
hidrógeno cuando se encuentra en condiciones estándar. En dicho electrodo ocurre la
siguiente reacción:

{\displaystyle {\ce {H2 -> 2 H^+ (aq) + 2 e^- \,}}} {\displaystyle {\ce {H2 -> 2 H^+
(aq) + 2 e^- \,}}}

La reacción se lleva a cabo burbujeando gas hidrógeno en una disolución de HCl, sobre
un electrodo de platino. Las condiciones de este experimento se denominan "estándar"
cuando la presión de los gases involucrados es igual a 1 atm., trabajando a una
temperatura de 25 °C y las concentraciones de las disoluciones involucradas son igual
a 1M.1 En este caso se denota que:

{\displaystyle {\ce {2 H^+ (aq)(1 M) + 2 e^- -> H2 (1 atm)\,}}} {\displaystyle {\ce {2


H^+ (aq)(1 M) + 2 e^- -> H2 (1 atm)\,}}}

{\displaystyle E^{\circ }=0,0000{\text{ V}}\,} {\displaystyle E^{\circ


}=0,0000{\text{ V}}\,}

Este electrodo también se conoce como electrodo estándar de hidrógeno (EEH) y


puede ser conectado a otra celda electroquímica de interés para calcular su potencial
de reducción.1 La polaridad del potencial estándar del electrodo determina si el mismo
se está reduciendo u oxidando con respecto al EEH. Cuando se efectúa la medición
del potencial de la celda:

Si el electrodo tiene un potencial positivo significa que se está reduciendo, lo que


indica que el EEH está actuando como el ánodo en la celda. Por ejemplo, el Cu en
disolución acuosa de CuSO4 con un potencial estándar de reducción de 0,337 V.

Si el electrodo tiene un potencial negativo significa que se está oxidando, lo que indica
que el EEH está actuando como el cátodo en la celda. Por ejemplo, el Zn en disolución
acuosa de ZnSO4 con un potencial estándar de reducción de -0,763 V.

Sin embargo, las reacciones son reversíbles y el rol de un electrodo en una celda
electroquímica en particular depende de la relación del potencial de reducción de
ambos electrodos. El potencial estándar de una celda puede ser determinado buscando
en una tabla de potenciales de reducción para los electrodos involucrados en la
experiencia y se calcula aplicando la siguiente fórmula:

{\displaystyle E_{\rm {celda}}^{\circ }=E_{\rm {red}}^{\circ }(\mathrm {c{\acute


{a}}todo} )-E_{\rm {red}}^{\circ }(\mathrm {{\acute {a}}nodo} )\,} {\displaystyle
E_{\rm {celda}}^{\circ }=E_{\rm {red}}^{\circ }(\mathrm {c{\acute {a}}todo} )-
E_{\rm {red}}^{\circ }(\mathrm {{\acute {a}}nodo} )\,}1

Por ejemplo, para calcular el potencial estándar del electrodo de cobre:

{\displaystyle {\mbox{Diagrama de celda}}\,} {\displaystyle {\mbox{Diagrama de


celda}}\,}

{\displaystyle {\ce {Pt (s)| H2 (1 atm)|H^+ (1 M)|| Cu^{2+}(1 M)|Cu (s)\,}}}


{\displaystyle {\ce {Pt (s)| H2 (1 atm)|H^+ (1 M)|| Cu^{2+}(1 M)|Cu (s)\,}}}

En condiciones estándar la fem (medida con la ayuda de un multímetro) es 0,34 V


(este valor representa el potencial de reducción de la celda) y por definición, el
potencial del EEH es cero. Entonces el potencial de la celda se calcula resolviendo la
siguiente ecuación:

{\displaystyle E_{\rm {celda}}=E_{\rm {Cu^{2+}/Cu}}^{\circ }-E_{\rm


{H^{+}/H_{2}}}^{\circ }} {\displaystyle E_{\rm {celda}}=E_{\rm
{Cu^{2+}/Cu}}^{\circ }-E_{\rm {H^{+}/H_{2}}}^{\circ }}

{\displaystyle E_{\rm {Cu^{2+}/Cu}}^{\circ }=0,34{\text{ V}}} {\displaystyle


E_{\rm {Cu^{2+}/Cu}}^{\circ }=0,34{\text{ V}}}

El potencial de oxidación de una celda tiene el mismo módulo que el de reducción,


pero con signo contrario. Cambios estequiométricos en la ecuación de la celda no
afectan al valor del {\displaystyle E_{\rm {red}}^{\circ }\,} {\displaystyle E_{\rm
{red}}^{\circ }\,} porque el potencial estándar de reducción es una propiedad
intensiva.

Espontaneidad de una reacción redox

Artículos principales: Proceso espontáneo y Ecuación de Nerst.

La relación del {\displaystyle E_{\rm {celda}}\,} {\displaystyle E_{\rm {celda}}\,}


con algunas magnitudes termodinámicas permite conocer la espontaneidad de un
proceso determinado. En una celda electroquímica toda la energía química se
transforma en energía eléctrica. La carga eléctrica total que pasa a través de la celda
es calculada así:

{\displaystyle q=nF\,} {\displaystyle q=nF\,}


Siendo {\displaystyle F\,} F\, la constante de Faraday y {\displaystyle n\,} n\, el
número de moles de electrones. Como la fem es el potencial máximo de la celda y el
trabajo eléctrico es la cantidad máxima de trabajo ( {\displaystyle W\,} {\displaystyle
W\,}) que se puede desarrollar, se llega a la siguiente igualdad:

{\displaystyle W_{\rm {el{\acute {e}}ctrico}}=qE_{\rm {celda}}^{\rm {o}}\,}


{\displaystyle W_{\rm {el{\acute {e}}ctrico}}=qE_{\rm {celda}}^{\rm {o}}\,}

{\displaystyle W_{\rm {max}}=W_{\rm {el{\acute {e}}ctrico}}\,} {\displaystyle


W_{\rm {max}}=W_{\rm {el{\acute {e}}ctrico}}\,}

{\displaystyle W_{\rm {max}}=-nFE_{\rm {celda}}\,} {\displaystyle W_{\rm


{max}}=-nFE_{\rm {celda}}\,}

La energía libre de Gibbs es la energía libre para hacer trabajo, eso significa que el
cambio de energía libre representa la cantidad máxima de trabajo útil que se obtiene
de la reacción:1

{\displaystyle \Delta G=-nFE_{\rm {celda}}\,} {\displaystyle \Delta G=-nFE_{\rm


{celda}}\,}

Si {\displaystyle \Delta G<0} {\displaystyle \Delta G<0} significa que la reacción es


espontánea. Para que ocurra eso, se debe cumplir que {\displaystyle E_{\rm
{celda}}>0} {\displaystyle E_{\rm {celda}}>0}. En caso contrario la reacción no
ocurre. Para valores negativos de {\displaystyle \Delta G\,} {\displaystyle \Delta G\,}
muy próximos a cero es posible que la reacción tampoco proceda debido a otros
factores, como por ejemplo el fenómeno de sobretensión. Una reacción espontánea
puede ser utilizada para generar energía eléctrica, no es nada más ni nada menos que
una pila de combustible. Mientras que a una reacción no espontánea se le debe aplicar
un potencial eléctrico suficiente para que la misma se lleve a cabo. Este fenómeno es
conocido como electrólisis.1 En una celda electroquímica, la relación entre la
constante de equilibrio, {\displaystyle K} K, y la energía libre de Gibbs se puede
expresar de la siguiente manera:

{\displaystyle \Delta G=-RT\ln K=-nFE_{\rm {celda}}\,} {\displaystyle \Delta G=-


RT\ln K=-nFE_{\rm {celda}}\,}

Despejando la {\displaystyle E_{\rm {celda}}\,} {\displaystyle E_{\rm {celda}}\,} se


obtiene:

{\displaystyle E_{\rm {celda}}={\frac {RT}{nF}}\ln K\,} {\displaystyle E_{\rm


{celda}}={\frac {RT}{nF}}\ln K\,}
Aplicando el logaritmo decimal de K y suponiendo que la reacción se lleva a cabo a T
= 298 K (25 °C), finalmente llegamos a la siguiente expresión:

{\displaystyle E_{\rm {celda}}={\frac {0,0592\ \mathrm {V} }{n}}\log K\,}


{\displaystyle E_{\rm {celda}}={\frac {0,0592\ \mathrm {V} }{n}}\log K\,}1

Corrosión

Oxidación del metal.

La corrosión es definida como el deterioro de un material a consecuencia de un ataque


electroquímico por su entorno. De manera más general puede entenderse como la
tendencia general que tienen los materiales a buscar su forma más estable o de menor
energía interna. Siempre que la corrosión esté originada por una reacción
electroquímica (oxidación), la velocidad a la que tiene lugar dependerá en alguna
medida de la temperatura, la salinidad del fluido en contacto con el metal y las
propiedades de los metales en cuestión. Otros materiales no metálicos también sufren
corrosión mediante otros mecanismos.

La corrosión puede ser mediante una reacción química (redox) en la que intervienen
dos factores:

la pieza manufacturada (la concepción de la pieza: forma, tratamiento, montaje)

el ambiente (por ejemplo, un ambiente cerrado es menos propenso a la corrosión que


un ambiente abierto)

O por medio de una reacción electroquímica

Los más conocidos son las alteraciones químicas de los metales a causa del aire, como
la herrumbre del hierro y el acero o la formación de pátina verde en el cobre y sus
aleaciones (bronce, latón).

Corrosión del hierro

En condiciones atmosféricas ambientales, el hierro se cubre de una capa de solución


electrolítica (humedad y aire del ambiente) y la película de óxido no lo protege
adecuadamente porque no es capaz de evitar el acceso de los iones hasta el metal.
Además esta capa es quebradiza y permite la penetración de la solución electrolítica.3
Cuando esto ocurre esto se cree que se llevan a cabo los siguientes procesos
electroquímicos:

Cuando una parte de la película metálica se quiebra actúa como ánodo liberando
electrones, y la corrosión procede:
{\displaystyle {\ce {Fe(s) -> Fe^{2+}(aq) + 2 e^- \,}}} {\displaystyle {\ce {Fe(s) ->
Fe^{2+}(aq) + 2 e^- \,}}}

Los electrones son transferidos desde el hierro reduciendo el oxígeno atmosférico en


agua en el cátodo en otra región de la película metálica:

{\displaystyle {\ce {O2 (g) + 4 H^+ (aq) + 4 e^- -> 2 H2O (l) \,}}} {\displaystyle {\ce
{O2 (g) + 4 H^+ (aq) + 4 e^- -> 2 H2O (l) \,}}}

Reacción global:

{\displaystyle {\ce {2 Fe (s) + O2 (g) + 4 H^+ (aq) -> 2 Fe^{2+}(aq) + 2 H2O (l) \,}}}
{\displaystyle {\ce {2 Fe (s) + O2 (g) + 4 H^+ (aq) -> 2 Fe^{2+}(aq) + 2 H2O (l) \,}}}

La fem estándar para la oxidación del hierro:

{\displaystyle E^{\rm {o}}=E_{\rm {c{\acute {a}}todo}}^{\rm {o}}-E_{\rm


{{\acute {a}}nodo}}^{\rm {o}}\,} {\displaystyle E^{\rm {o}}=E_{\rm {c{\acute
{a}}todo}}^{\rm {o}}-E_{\rm {{\acute {a}}nodo}}^{\rm {o}}\,}

{\displaystyle E^{\rm {o}}=1,23\ \mathrm {V} -(-0,44\ \mathrm {V} )=1,67\


\mathrm {V} \,} {\displaystyle E^{\rm {o}}=1,23\ \mathrm {V} -(-0,44\ \mathrm {V}
)=1,67\ \mathrm {V} \,}

La corrosión del hierro se lleva a cabo en medio ácido; los H+ provienen de la reacción
entre el dióxido de carbono y del agua de la atmósfera, formando ácido carbónico. Los
iones Fe2+ se oxidan según la siguiente ecuación:

{\displaystyle 4\,\mathrm {Fe^{2+}\,(aq)} +\mathrm {O_{2}\,(g)} +(4+2x)\,\mathrm


{H_{2}O\,(l)} \rightarrow 2\,\mathrm {Fe_{2}O_{3}} +x\,\mathrm {H_{2}O\,(s)}
+8\,\mathrm {H^{+}\,(aq)} \,} {\displaystyle 4\,\mathrm {Fe^{2+}\,(aq)} +\mathrm
{O_{2}\,(g)} +(4+2x)\,\mathrm {H_{2}O\,(l)} \rightarrow 2\,\mathrm
{Fe_{2}O_{3}} +x\,\mathrm {H_{2}O\,(s)} +8\,\mathrm {H^{+}\,(aq)} \,}

Aproximación a la corrosión de los metales

La corrosión de los metales es un fenómeno natural que ocurre debido a la


inestabilidad termodinámica de la mayoría de los metales. En efecto, salvo raras
excepciones (el oro, el hierro de origen meteorítico) los metales están presentes en la
Tierra en forma de óxido, en los minerales (como la bauxita si es aluminio, la hematita
si es hierro...). Desde la prehistoria, toda la metalurgia ha consistido en reducir los
óxidos en bajos hornos, luego en altos hornos, para fabricar el metal. La corrosión, de
hecho, es el regreso del metal a su estado natural, el óxido.
Protección contra la corrosión

Es conveniente proteger a los materiales (metales principalmente) de la corrosión ya


que la misma genera pérdidas económicas importantes. Una de las formas de
protección son las películas protectoras, que deben cumplir ciertas condiciones. Estas
películas deben ser: inertes continuas, estar firmemente adheridas al material y ser
capaces de regenerarse a sí mismas en caso de ruptura.3 Se pueden influir en los
parámetros que alteren la velocidad de la corrosión (como la concepción de la pieza y
el ambiente) y también en la reacción química misma para proteger al material.
Además, la presencia de Inhibidores de la corrosión, de ánodos de sacrificio y de la
aplicación de procesos como la galvanoplastia ayudan a proteger al material de la
corrosión
Funciones de estado
Las variables termodinámicas o variables de estado son las magnitudes que se
emplean para describir el estado de un sistema termodinámico. Dependiendo de la
naturaleza del sistema termodinámico objeto de estudio, pueden elegirse distintos
conjuntos de variables termodinámicas para describirlo. En el caso de un gas, estas
variables son:

 Masa (m ó n): es la cantidad de sustancia que tiene el sistema. En el Sistema


Internacional se expresa respectivamente en kilogramos (kg) o en número de moles
(mol).

 Volumen (V): es el espacio tridimensional que ocupa el sistema. En el Sistema


Internacional se expresa en metros cúbicos (m3). Si bien el litro (l) no es una unidad
del Sistema Internacional, es ampliamente utilizada. Su conversión a metros
cúbicos es: 1 l = 10-3 m3.

 Presión (p): Es la fuerza por unidad de área aplicada sobre un cuerpo en la dirección
perpendicular a su superficie. En el Sistema Internacional se expresa en pascales
(Pa). La atmósfera es una unidad de presión comúnmente utilizada. Su conversión
a pascales es: 1 atm ≅ 105 Pa.

 Temperatura (T ó t): A nivel microscópico la temperatura de un sistema está


relacionada con la energía cinética que tienen las moléculas que lo constituyen.
Macroscópicamente, la temperatura es una magnitud que determina el sentido en
que se produce el flujo de calor cuando dos cuerpos se ponen en contacto. En el
Sistema Internacional se mide en kelvin (K), aunque la escala Celsius se emplea con
frecuencia. La conversión entre las dos escalas es: T (K) = t (ºC) + 273.
En la siguiente figura se ha representado un gas encerrado en un recipiente y las
variables termodinámicas que describen su estado.

Cuando un sistema se encuentra en equilibrio, las variables termodinámicas están


relacionadas mediante una ecuación denominada ecuación de estado.

Variables extensivas e intensivas

En termodinámica, una variable extensiva es una magnitud cuyo valor es


proporcional al tamaño del sistema que describe. Esta magnitud puede ser expresada
como suma de las magnitudes de un conjunto de subsistemas que formen el sistema
original. Por ejemplo la masa y el volumen son variables extensivas.
Una variable intensiva es aquella cuyo
valor no depende del tamaño ni la cantidad
de materia del sistema. Es decir, tiene el
mismo valor para un sistema que para cada
una de sus partes consideradas como
subsistemas del mismo. La temperatura
y la presión son variables intensivas.

Función de estado

Una función de estado es una propiedad


de un sistema termodinámico que depende
sólo del estado del sistema, y no de la
forma en que el sistema llegó a dicho
estado. Por ejemplo, la energía interna y
la entropía son funciones de estado.
El calor y el trabajo no son funciones de estado, ya que su valor depende del tipo
de transformación que experimenta un sistema desde su estado inicial a su estado final.
Las funciones de estado pueden verse como propiedades del sistema, mientras que las
funciones que no son de estado representan procesos en los que las funciones de estado
varían.

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