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Páginas 211-222
comunidades… 211
Chungara, Revista de Antropología Chilena
En el Valle de Ambato, Catamarca, Argentina, se halla configurada a partir del siglo IV d.C. una forma de vida en torno a la
diversificación de los roles sociales y el mantenimiento de desigualdades económicas y políticas, junto con mayor diversidad en la
cultura material, caracterizada por el estilo Aguada. Investigaciones recientes tienden a confirmar su desarrollo local, con algunos
elementos de fuerte continuidad, a la par de otros que marcan rupturas y resignificaciones. Trabajando desde el contraste que surge
de la comparación entre las formas de vida caracterizadas por el estilo Aguada y las otras previas, centramos nuestra atención en el
proceso local. Consideraremos las continuidades y rupturas, las reconfiguraciones e innovaciones, y propondremos luego una
aproximación teórica al proceso. Dado que fue un cambio realizado en un tiempo relativamente breve, con incidencia profunda en
numerosos aspectos de la sociedad, postulamos que en Ambato el proceso de cambio pudo tener un carácter drástico y no gradual.
Palabra claves: complejidad social, diferenciación social, cambio, cultura Aguada, noroeste argentino.
In the Valley of Ambato, Catamarca, Argentina from the IVth century A.D., a new way of life is formed with diversification of social
roles and maintenance of economic and political inequalities. There is a correspondingly greater diversity in material culture,
characterized by the Aguada ceramic style. Recent research tends to confirm a local development for this cultural process, which
included some elements of strong continuity, along with few others marking ruptures with reworking meanings.
Based on the contrast that arises from the comparison between the forms of life characterized by the Aguada style and the previous
ones, we focused our attention on the local processes. Considering the continuities and ruptures, the reconfigurations and innovations,
we proposed a theoretical approach to conclude that in Ambato the process occurred in a relatively brief period, with a profound
impact on numerous aspects of society. Thus, we postulated that the change was drastic and not gradual.
Key words: Social complexity, social differentiation, change, Aguada culture, Northwest Argentina, ceramic styles.
A principios de la Era Cristiana en la región de ríodo Formativo, ca. 2.000 años a.C. hasta alrede-
Ambato, en los últimos valles semiáridos del flan- dor del 200 d.C.). La otra nueva forma de vida, ca-
queo oriental de los Andes, en la provincia de Cata- racterizada por una organización más compleja ba-
marca, Argentina (Figura 1), se registra un proceso sada en una intensificación económica y la
de desarrollo local que marca el cambio desde so- acumulación de excedente, con un crecimiento mar-
ciedades con poca diferenciación interna a nuevas cado de la población, diversificación de los roles so-
formas de organización social más complejas y di- ciales, especialización artesanal y desigualdades
ferenciadas. Las primeras, con un acceso generali- sociales y políticas hereditarias, es identificada ma-
zado y una distribución equilibrada de los recursos terialmente por el estilo Aguada (González 1961-
materiales y sociales entre la gente, con poca varia- 64, 1998). Esta sociedad tuvo un mantenimiento
bilidad material y disponibilidad de recursos eco- duradero y abarcó ámbitos geográficos aledaños,
nómicos, y la población distribuida en poblados pe- cada uno con modalidades propias, que se integra-
queños. Éstas pueden ser caracterizadas como ron en una esfera suprarregional, estableciendo nexos
Formativas en comparación con el sur andino (pe- más allá de sus ámbitos locales, caracterizando el
1 Museo de Antropología, Universidad Nacional de Córdoba - CONICET. Av. Hipólito Yrigoyen 174, 5000 Córdoba, Argenti-
na. laguens@ffyh.unc.edu.ar
1 km 0
Referencias
Ruta
Camino Secundario
Ríos y Arroyos
Uadis o líneas de escorrentía
Paleocauce
Terrazas •Sitios
Figura 1. Sector inferior del Valle de Ambato, con los sitios y su agrupación en aldeas (basado en Assandri 2001).
Lower Valley of Ambato, with sites and their groupings into hamlets (based on Assandri 2001).
Continuidad y ruptura en procesos de diferenciación social en comunidades… 213
llamado período de Integración Regional, alrededor claves. Primero resumimos las características para
del 300 d.C. al 1000 d.C. (Pérez Gollán 1998). Los cada período en el valle, para luego pasar a las
últimos avances sobre la cultura Aguada han res- tablas y su análisis.
pondido varias interrogantes, pero quedan sin resol-
ver algunos problemas claves, como las diferentes El Período de Integración
modalidades regionales del proceso, sus grados de Regional en Ambato
autonomía relativa y el peso relativo de los factores
intervinientes y sus interacciones, entre otros. A partir de los fechados radiocarbónicos de
El objetivo de este trabajo es comparar los cam- Ambato (Bonnin y Laguens 1997; Laguens 2000)
bios registrados en el Valle de Ambato antes y du- se puede marcar una fase en el PIR alrededor del
rante la vigencia de Aguada. Ello permitirá inda- año 650±150 d.C., caracterizada por estilos de vida
gar sobre aspectos tales como el grado de génesis heterogéneos y diferenciados, de manifiesta des-
local del proceso, la intervención relativa de diver- igualdad social.
sos factores y la modalidad y magnitud del cam- Los elementos que caracterizan a este momen-
bio. Sostenemos que el cambio hacia una mayor to se resumen en cuatro lineamientos generales:
complejidad y diferenciación fue un proceso de
generación de nuevos campos de interacción en lo 1. En Ambato se registra una sociedad interna-
social y material que, adquiriendo una autonomía mente diferenciada, caracterizada por la pre-
relativa, se diferenciaron, diversificaron y comple- sencia hegemónica de la cultura arqueológica
jizaron. Asociado a ello se produciría la constitu- conocida como Aguada (González 1964,
ción de nuevas formas de capitales –sociales, eco- 1998), que se manifiesta, además, en el centro
nómicos y políticos– que, en la lucha por el poder y sur de las provincias argentinas de Catamar-
sobre los mismos, generaron formas de inclusión ca, La Rioja y norte de San Juan.
o exclusión entre las personas. Creemos que las 2. La economía de producción se centra en el
formas de organización del registro arqueológico cultivo, recolección, caza y ganadería, con un
son sensibles a estos cambios y que, a partir de la acceso y/o distribución diferencial de los mis-
comparación entre dos momentos o situaciones mos. El área de captación de recursos se ex-
distintas en el tiempo, podremos analizar las con- pande a diferentes zonas ecológicas hacia el
tinuidades, innovaciones y reconfiguraciones aso- este y oeste, distantes en más de un día de trán-
ciadas en este proceso (Laguens 2004). sito (Marconetto 2000). La producción de bie-
nes materiales denota especialización y estan-
Método darización, con diferencias en la inversión de
trabajo (Fabra 2002; Laguens y Juez 2001).
Para cumplir con nuestro objetivo comparamos 3. Se incrementa la población y hay una marca-
las características del espacio culturalizado, la eco- da construcción cultural del espacio, con un
nomía, la tecnología, el trabajo y la ideología entre patrón residencial complejo y diferenciado,
dos momentos: uno en el período de Integración monumentalidad en las edificaciones, cons-
Regional (PIR) y otro en el período Formativo (PF). trucción de obras de infraestructura, acompa-
Con el fin de enfatizar el contraste, iniciamos la ñada de variaciones en la densidad y clases de
comparación en un sentido cronológico inverso, sitios domésticos y públicos (Assandri 2001;
desde lo más reciente a lo más remoto. El conoci- Assandri y Laguens 2003; Caro 2002), con una
miento actual sobre el PIR en Ambato (Heredia considerable densidad de ocupación del espa-
1998; Pérez y Heredia 1987; Pérez et al. 2000) cio (aproximadamente 10,6 sitios por km2).
permite construir un cuadro descriptivo que mar- 4. Distintos bienes materiales son portadores de
cará, por contraste con el PF, quiebres y persisten- un simbolismo en función de una ideología do-
cias para evaluar el proceso de diferenciación, su minante, que trasciende las fronteras de Am-
originalidad, alcance y magnitud. bato y se integra en un ámbito geográfico ex-
Para organizar la información trabajamos con tenso de los Andes del Sur, incluyendo
tablas descriptivas comparando cualitativamente vinculaciones con regiones como el oasis de
las dimensiones en juego. A partir de allí, centra- San Pedro de Atacama y el altiplano boliviano
mos el análisis en elementos que surgen como (Pérez Gollán 1998).
214 Andrés G. Laguens
En síntesis, para el siglo VII d.C. se hallan ins- saje era de bajo impacto, de escala pequeña y
tauradas formas de producción y mantenimiento baja visibilidad (Herrero y Avila 1993).
de desigualdades entre las personas, estableciendo 4. Las actividades rituales se practicaban a nivel
distinciones entre las posibilidades y capacidades doméstico o a escala de la localidad, en mon-
de adquisición, producción, consumo y acumula- tículos artificiales para ambos fines. Los bie-
ción de recursos de índole material e inmaterial. nes materiales cotidianos eran redefinidos en
Estas formas se sostenían sobre una base exceden- sus funciones o por su participación en ámbi-
te de productos naturales y cultivados, una infraes- tos distintos, fueran estos domésticos, rituales
tructura hidroagrícola de escala regional, un siste- o funerarios.
ma jerárquico de derechos de uso de la tierra de
vivienda y la comunitaria, junto con una organiza- Continuidades y Rupturas
ción del trabajo con cierto grado de especializa-
ción y una distribución diferencial de las faculta- Las diferencias entre ambos momentos son
des sobre los bienes materiales. El mantenimiento marcadas no sólo en lo referente a los objetos y los
y reproducción de una organización como la des- mundos materiales, sino también a niveles más
crita, la conservación del poder y el control de las básicos de toda la sociedad. Ante estas dos situa-
disposiciones a este orden, estuvieron reforzados ciones tan distintas, con cambios profundos en
por una ideología que se plasmó y se objetivizó en numerosos aspectos, creemos que se trató de un
la cultura material, desde los bienes muebles hasta proceso de importante magnitud que transformó y
las construcciones ceremoniales. re-estructuró a la sociedad. Dado que el cambio se
realizó en un tiempo relativamente breve en el pro-
El Período Formativo en Ambato ceso de desarrollo local que cubre alrededor de
1.000 años con fechados radiocarbónicos y secuen-
Las características generales de la forma de cias de ocupación (Bonnin y Laguens 1997; Fabra
vida del período Formativo se resumen también en 2002) que no superan los 100 años, postulamos que
cuatro puntos principales. Los fechados radiocar- los profundos y múltiples cambios en Ambato tu-
bónicos de Ambato (Bonnin y Laguens 1997; La- vieron un carácter revolucionario y no gradual,
guens 2000) permiten considerar en un lapso alre- afectando no sólo a la cultura material, sino tam-
dedor del año 50±150 d.C. bién a los principios organizativos subyacentes.
Decimos revolucionario en el sentido que fue un
1. La presencia de sociedades con poca diferen- cambio drástico y abrupto, cuyas consecuencias
ciación social entre las personas, compartien- contrastan marcadamente con lo anterior y que
do elementos en común con otras zonas ale- pudieron haber tenido continuidad en cuanto a los
dañas. agentes del cambio, pero no en el sentido de un
2. La economía estaba basada en una producción movimiento social intencionado.
de baja escala, con poca inversión en obras de Para contrastar esas diferencias seguimos un
ingeniería agrícola y/o hidráulica, con baja ca- procedimiento comparativo, anotando las continui-
pacidad de producción excedente. Una impor- dades y discontinuidades entre uno y otro momen-
tante parte de la dieta se complementaba con to. En la Tabla 1 se señalan los ítemes que perdu-
caza. La producción de bienes materiales se ran y los que presentan diferencias en cinco ámbitos
organizaba como manufacturas domésticas, de principales de análisis: el uso del espacio, el espa-
niveles bajos o incipientes de especialización, cio construido, los rituales, la economía y la tec-
sin diferencias marcadas en la inversión de tra- nología, incluyendo los cambios innovadores, sin
bajo (Fabra 2002). antecedentes en el momento previo.
3. Los asentamientos se organizaban en unida- Se observa en la Tabla 1 que las discontinuida-
des residenciales dispersas, de tamaño peque- des e innovaciones son más numerosas que los ele-
ño, cerca o dentro de las áreas de aprovisiona- mentos que perduran (a saber: sobre 41 elementos
miento y de manantiales o fuentes de agua seleccionados como propios del PIR, 31 son nuevos
permanente. La densidad de ocupación del es- y 10 presentan continuidad). No todos los elemen-
pacio era baja (aproximadamente 1,7 sitios por tos apuntados son de igual importancia y escala, por
km2). La inversión en la construcción del pai- lo que sería relevante considerar no sólo la cantidad
Continuidad y ruptura en procesos de diferenciación social en comunidades… 215
de los cambios, sino también su calidad y la magni- dimientos tecnológicos, clases cerámicas, fuentes
tud de su incidencia sobre los modos de vida (sensu de aprovisionamiento e inversión de trabajo (Fa-
Bate 1998), pero ello escapa a las intenciones de bra 2002), se ha demostrado la continuidad en la
este trabajo. Sin embargo, sostenemos su validez producción tecnológica de ciertas variedades cerá-
cuantitativa inicial como indicadores a partir de su micas, vigentes desde el inicio de la ocupación
presencia material en el registro arqueológico. agroalfarera. Por ejemplo, la alfarería oxidante de
Entre estos componentes, nos interesa centrar- paredes gruesas para grandes vasijas tricolor o li-
nos ahora en aquellos factores que apuntan hacia sas, y la cerámica reductora de tradición Ciénaga-
lo local del proceso: los elementos con continui- Aguada, muestran continuidad de materia prima y
dad, la ausencia de elementos foráneos y la crono- procedimientos de manufactura, trascendiendo la
logía absoluta. Hay por lo menos dos elementos funcionalidad de diferentes clases y formas. En la
entre los primeros que muestran perduración, y que cerámica gris-negra, una misma tradición tecnoló-
queremos destacar para nuestra argumentación: la gica en el nuevo contexto social del 500 d.C. ad-
producción alfarera y el uso de estructuras monti- quiere otro rol: idénticos procedimientos de ma-
culares. nufactura se usan para producir una menor variedad
En cuanto a la alfarería, a través de estudios de objetos, con nueva iconografía (estilo Aguada
de sitios formativos y Aguada, comparando proce- gris-negro grabado; Figura 2).
(a) (b)
(c)
(d)
Figura 2. Ejemplos de decoración incisa de cerámica negra pulida Aguada de Ambato, tomados de Bedano et al. 1993. (a) Vasija
restringida, vivienda 2, sitio Saavedra; (b) vasija restringida, vivienda 4, sitio Saavedra; (c) vivienda 5, sitio Saavedra; (d) vasija
subglobular, vivienda 5, sitio Saavedra.
Polished black incised Aguada of Ambato pottery, taken from Bedano et al. 1993. (a) Vessel, dwelling 2, Saavedra site; (b) Vessel,
dwellling 4, Saavedra site; (c) dwelling 5, Saavedra site; (d) Subglobular vessel, dwelling 5, Saavedra site.
Continuidad y ruptura en procesos de diferenciación social en comunidades… 217
Respecto a las estructuras monticulares, se trata y Laguens 1997) brinda una secuenciación local y
de grandes acumulaciones de sedimentos, de 3 o 4 m referencias a la contemporaneidad con otras mani-
de alto, con cerámica rota, huesos animales y huma- festaciones regionales (por ejemplo, Alamito o
nos, y restos vegetales, no delimitados en superficie, Hualfín). En la Figura 3 se reproduce la secuencia
con estructuras circulares o rectangulares en su base. de fechados conocidos del Valle de Ambato, dis-
Serían lugares destinados, entre otras cosas, a ofren- criminando el material sobre el cual se realizó la
das, quizás domésticas y de alta reiteración. Se de- datación y graficados de acuerdo a su calibración
muestra la continuidad de ocupación en distintos si- en años calendáricos (en la parte inferior del cua-
tios del valle (El Altillo, Martínez 3, Martínez 1 y dro se han separado los fechados realizados sobre
Piedras Blancas, por citar los excavados y con data- troncos con el fin de considerar los efectos posi-
ciones absolutas), escalonadas cronológicamente (Fi- bles de la madera vieja).
gura 3), desde el 40 d.C. en El Altillo (EA Nivel 17: Podemos considerar que las dataciones abso-
1.990±70 años C14 a.p.), 250 d.C. en el sitio Martínez lutas marcan un proceso continuo, pudiéndose se-
3 (1.700±60 años C14 a.p.), y entre el 650 y 950 d.C. parar una serie coherente de fechados más tempra-
en el montículo del sitio Piedras Blancas (PB Mon- nos (alrededor de una media de 1.790 años a.p.,
tículo 1 1.340±40 y 1.040±50 años C14 a.p.). ca. 160 d.C.), caracterizados por los sitios formati-
Los usos de los montículos también marcan vos El Altillo y los niveles inferiores del sitio Mar-
continuidades y rupturas; si bien algunos se siguen tínez 3 (Ávila y Herrero 1991; Fabra 2002) y otras
habitando o usando, como el centro de actividades series de fechados tardíos, vinculados con Agua-
semejantes a las anteriores, en otros hay una rede- da, que incluye dos subgrupos. El primer subgru-
finición del rol: son delimitados materialmente, se po, alrededor de una media de 1.640 años a.p. (ca.
integran a espacios públicos y se convierten en so- 310 d.C.), se corresponde con las primeras mani-
porte de sacrificios humanos y rituales. Se ha de- festaciones plenamente Aguada en el Valle (sitios
mostrado cómo un montículo originalmente basu- Martínez 1 y Martínez 2) (Assandri 1991; Juez
rero fue transformado en una estructura piramidal 1991). El segundo subgrupo gira alrededor de una
en el sitio Iglesia de los Indios (Gordillo 1994), media de 1.348 años a.p. (ca. 602 d.C.), corres-
sucediendo algo similar en el sitio Bordo de los pondiente a sitios residenciales grandes, como Pie-
Indios, donde un montículo fue contenido con pa- dras Blancas o la Iglesia de los Indios. Creemos
redes de pirca. que esta secuenciación en Ambato estaría en con-
Si bien estos elementos muestran continuidad cordancia con una génesis y desarrollo local de este
entre ambos momentos en consideración, se po- nuevo estilo de vida.
dría rebatir la argumentación de su localismo su-
poniendo la influencia de gente externa al valle Cambio y Continuidad
(González 1998), procesos migratorios (Núñez
Regueiro y Tartusi 1990, 2000; Tartusi y Núñez Sosteniendo la alta probabilidad de génesis
Regueiro 1993), mecanismos de difusión o de cam- local del proceso de complejización, y teniendo en
bio progresivo al participar los grupos humanos en cuenta los fechados, retomamos nuestra propuesta
una red de interacciones sociales y económicas y trataremos de explicar la magnitud y modalidad
(Pérez Gollán et al. 2000). Sin embargo, hay dos del cambio en términos de procesos y estructuras
argumentos a favor de un proceso local de cambio sociales más amplias, pero desde una perspectiva
con continuidad. local de la sociedad.
Por un lado, no se registra la presencia de ele- La mayoría de los autores (González 1961-64,
mentos alóctonos al valle. Pudieron existir elemen- 1998; Gordillo y Kusch 1987; Heredia 1998; Núñez
tos perecederos, pero esperaríamos encontrar ras- Regueiro y Tartusi 2000, 2001; Pérez Gollán 1991;
tros o algún tipo de configuración material si Pérez y Heredia 1987; Tartusi y Núñez Regueiro
hubiera habido algo de influencia tan importante 1993) sostienen que existiría una transformación
como para cambiar completamente a un grupo, al gradual entre el estilo de vida caracterizado por
punto que ha llevado a definir otra cultura arqueo- Aguada y las formas previas. Esperaríamos luego
lógica y otro período o etapa evolutiva. una progresiva metamorfosis de algunos elemen-
Por otra parte, el análisis de los fechados ra- tos y reemplazo paulatino de otros hasta ir confi-
diocarbónicos del valle y zonas aledañas (Bonnin gurando ese nuevo mundo material y social (como,
218 Andrés G. Laguens
1000 Cal a.C. 500 Cal a.C. Cal a.C./Cal a.C. 500 Cal a.C. 1000 Cal a.C. 1500 Cal a.C.
Edad calibrada
Figura 3. Fechados calibrados del Valle de Ambato. Datos tomados de: Gordillo 2000, 2003; Laguens 2000; Marconetto 2004,
procesados mediante el programa OxCal 3.3 (Bronk Ramsey 1995) de acuerdo con la curva de Stuiver y Kra (1986). Abrevia-
turas: EA: El Altillo; M1: Martínez 1; M2: Martínez 2; M3: Martínez 3; LR: Iglesia de los Indios, La Rinconada; PB: Piedras
Blancas, PB RH: Recinto H del sitio Piedras Blancas; PB RC: Recinto C del sitio Piedras Blancas, PB Mont: Montículo del
sitio Piedras Blancas.
Calibrated dates from the Valley of Ambato. Data from: Gordillo 2000, 2003; Laguens 2000; Marconetto 2004. Calibrations based
on OxCal 3.3 program (Bronk Ramsey 1995) according to Stuiver and Kra 1986. Abbreviations: EA: El Altillo; M1: Martínez 1;
M2: Martínez 2; M3: Martínez 3; LR: Iglesia de los Indios, La Rinconada; PB: Piedras Blancas; PB RH: Room H, Piedras Blancas
site; PB RC: Room C, Piedras Blancas site; PB Mont: Piedras Blancas mound.
Continuidad y ruptura en procesos de diferenciación social en comunidades… 219
por ejemplo, se plantea para la transición entre los en el PIR, tanto en forma como contenido gráfico,
estilos cerámicos Ciénaga y Aguada en el Valle de contrastan con la libertad creativa anterior, con
Hualfín, ver González 1955, 1961-64). Habría la- mayor variedad de formas y combinaciones de
zos muy netos entre ambos momentos, con mu- pastas y decoración. Las pautas del discurso ico-
chas continuidades que fueron modificándose pro- nográfico son casi opuestas, si comparamos el es-
gresivamente en el tiempo, junto con la disconti- tilo Aguada con los estilos Condorhuasi o Ciéna-
nuidad o desaparición de otros elementos y la ga previos. Mientras el primero realza la violen-
aparición gradual de nuevos. Sin embargo, el pa- cia simbólica y enfatiza la narración sobre lo
norama de Ambato se presenta como algo muy dis- salvaje, lo indomable y lo fantástico, los otros es-
tinto: las discontinuidades e innovaciones son más tilos se centran mayoritariamente en lo domésti-
numerosas que las continuidades a las que hemos co, los humanos modelados, el arte textil y lo do-
hecho referencia (Tabla 1). mesticado, y secundariamente en lo fantástico
Cuando tratamos comparativamente los prin- (Haber et al. 2000).
cipios organizativos de las sociedades formativas Podemos sumar a estos elementos otro parti-
con aquellos otros del PIR, nos encontramos con cular como es el papel invasor de la representación
contextos estructurados en torno a criterios dife- de la “felinidad” (sensu González 1998) en todos
rentes. A manera de ejemplo, compararemos algu- los ámbitos, es decir, la constante materialización
nos elementos en diferentes escalas de materiali- y reiterada presencia de lo ideológico y religioso
dad entre ambos momentos: el espacio natural y en diversas esferas de interacción, hasta en lo más
construido, el acceso a los recursos de subsisten- mínimo del utillaje cotidiano.
cia, el rol del trabajo y el de la ideología (Tabla 1). En síntesis, hacia el 500 d.C. nos encontramos
Respecto al espacio físico y su valor social, en ante un aumento en la cantidad y variedad de com-
el PIR el uso del espacio es un principio diferen- ponentes en el registro, que no sólo implica un cam-
ciador que contrasta con la distribución homogé- bio cuantitativo, sino que estos elementos entran a
nea e indiferenciada de los sitios formativos, que participar como otros factores configurados en
responden a principios prácticos de distancia a las nuevos contextos materiales de existencia totalmen-
fuentes de agua, tierras cultivables y otros recur- te inéditos. Es probable que aquellos que perduran
sos naturales. La separación física entre unidades en su morfología y técnicas de manufactura, entre
residenciales y su emplazamiento en el paisaje no todos estos elementos novedosos, hayan sido re-
parecen portar un valor simbólico especial. definidos al entrar a participar ahora en otros con-
En el espacio construido encontramos la mis- textos de interacción, nuevos y diferentes. Este
ma disparidad de principios: en el PIR, este carga parece ser el caso, por ejemplo, de una serie de
un mensaje intencional mediante lo externo com- objetos de técnicas de manufactura tradicionales y
binando técnicas constructivas y tamaño y volú- que se hallan en ambos períodos: la cerámica Tri-
menes, a la par de simbolismos en función de la color y el estilo Ciénaga, las técnicas constructi-
orientación astronómica. No encontramos que es- vas, así como creencias y prácticas rituales, que
tos roles tengan equivalencia en el paisaje cultural participan en contextos novedosos, como son los
anterior. montículos ceremoniales escalonados, otras clases
En el caso de la explotación de los recursos de sitios domésticos o contextos heterogéneos den-
para la subsistencia, mientras que en las socieda- tro de ellos.
des del PIR responde a pautas acotadas de dere- Teniendo en cuenta la cronología absoluta, las
chos diferenciados para la adquisición, distribución propiedades del registro y los datos disponibles, es
y consumo de acuerdo a la posición relativa de las dable pensar que el cambio entre el PF y el PIR en
personas en el espacio social, en los grupos forma- Ambato fue de una escala y magnitud lo suficien-
tivos la explotación de recursos reconoce criterios temente importante como para afectar a todos los
generalizados de acceso, distribución y consumo. miembros de la sociedad, y acaecido en un lapso
La dedicación y especialización artesanal son muy breve, probablemente de unas pocas genera-
diferentes a las anteriores, en las que la asigna- ciones. En este sentido, no habría existido un lap-
ción y distribución de tareas estuvieron acotadas so de transición entre ambos, sino que se habría
al ámbito doméstico. Las restricciones socialmente tratado de un cambio de carácter más bien brusco,
impuestas en las pautas de manufactura cerámica una especie de salto, si lo pensamos en términos
220 Andrés G. Laguens
Referencias Citadas
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