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FABIO ESCOBAR VILLA 1626385

FORMA DE LA TIERRA
Antiguas civilizaciones se pensaban que la Tierra era plana, porque había preguntas que en esas
épocas eran complicadas de contestar. La teoría que lo arreglaba casi todo eran basadas en
diferentes hipótesis o suposiciones de la forma real. No fue hasta los antiguos griegos cuando
realmente se fue consciente de que la Tierra era redonda. Aunque antes se llegó a pensar que era
cilíndrica, la sencilla explicación de suponer que la Tierra se curva en la dirección Norte-Sur es lo que
llevó al filósofo Anaximandro de Mileto a sugerir erróneamente que la Tierra tenía forma cilíndrica.
Pero la solución de que la Tierra era esférica la dieron los navegantes. Cuando se alejaban los barcos
iban desapareciendo en el horizonte y lo último que se veía eran las velas, por tanto, estaban
“bajando” por la curvatura de la Tierra. Desde la orilla se veía menos parte del barco y desde una
montaña muy alta se veía aún más parte. los astrónomos griegos también pensaron que la mejor
forma de explicar los eclipses de Luna era suponer que la Tierra se situaba entre ésta y el Sol y que
su sombra proyectada por este astro caía sobre la Luna y la eclipsaba. Como la proyección de esta
sombra siempre era circular, confirmaba, una vez más, el carácter esférico de la Tierra.
La primera prueba directa de la esfericidad de la Tierra tardaría en llegar casi diecinueve siglos. En
1522 Magallanes y Juan Sebastián el Cano realizan la circunnavegación de la Tierra, la prueba
definitiva fue una imagen desde el Apolo 11 en 1969, partiendo de esta imagen surgieron preguntas
nuevas que buscaban comprobar si era la forma real, grandes pensadores propusieron la idea de
que la tierra era achatada en los polos, gracias a todas estas suposiciones, estudios y pruebas
presentadas se pudo resolver esta gran duda.
la Tierra es un Geoide. El geoide es la superficie de nivel de altitud cero, que coincide con la
superficie media de los océanos en equilibrio prolongada por debajo de los continentes y con la
misma gravedad en todos los puntos
La expresión forma de la Tierra tiene varios significados en geodesia según el uso y la precisión con
que se desea definir el tamaño y la figura de la Tierra. La superficie de la Tierra se vuelve más
aparente con su variedad de formas de tierra y áreas de agua. Esta es, de hecho, la superficie sobre
la cual las medidas modernas se llevan a cabo, sin embargo, no es deseable para propósitos
matemáticos, pues el trabajo requerido para tomar en cuenta las irregularidades necesitaría de un
número prohibitivo de cálculos. La superficie topográfica es generalmente el ámbito de estudio
de topógrafos e hidrógrafos.
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COMO SE MIDE LA TIERRA


Medir una Tierra plana habría sido un grandísimo trabajo, pero una Tierra esférica produce efectos
que dependen del tamaño de la esfera.
Si la Tierra fuese enorme, los efectos de su esfericidad serían tan pequeños que no se podrían
detectar de una forma sencilla. Por ejemplo, las estrellas que se verían no cambiarían cuando el
observador se moviese hacia el norte o hacia el sur; los barcos no desaparecían tras el horizonte
cuando el observador todavía viese una imagen tan grande, y la proyección de la sombra de la Tierra
en la Luna parecería una línea recta, porque la curvatura de la sombra sería muy pequeña, casi
indetectable. O sea, si los efectos de la esfericidad eran perceptibles quería decir que la Tierra era
una esfera, pero también una esfera de tamaño moderado, grande, pero no gigante. Hacia el año
250 a.C., los griegos ya sabían por experiencia que hacia el oeste la Tierra se llegaba algo más allá
del Estrecho de Gibraltar, y que hacia el este llegaba hasta la India, unos 9.600 kilómetros como
máximo. Puesto que al cabo de esa distancia no se había vuelto al punto de partida, el perímetro
del planeta tenía que ser superior a los 9.600 kilómetros; pero cuánto mayor era algo que no podía
saberse.
El primero en ofrecer una respuesta basada en la observación fue el filósofo griego Eratóstenes de
Cirene(275 - 196 a. C.). Este filósofo sabía, porque lo había leído en un papiro de la Biblioteca de
Alejandría en la que trabajaba, que, en el solsticio de verano, el 21 de junio, cuando el sol al
mediodía se encuentra más cerca del cenit que en cualquier otro día del año, este astro pasaba
justamente por el cenit sobre la ciudad de Syene, en Egipto (la actual Asuán). Esto podía
demostrarse simplemente clavando un palo vertical en el suelo y observando que no proyectaba
sombra alguna. Si se repetía la misma operación en Alejandría, a unos 800 kilómetros al norte de
Syene, el palo proyectaba una corta sombra, lo que indicaba que en aquella ciudad el sol de
mediodía estaba a poco más de 7 grados al sur del cenit.
Si la Tierra fuese plana, el Sol brillaría simultáneamente sobre Syene y Alejandría, prácticamente en
línea perpendicular sobre ambas ciudades. Como el Sol brillaba justo encima de una pero no de la
otra quedaba demostrado que la superficie de la Tierra se curvaba en el espacio que había entre
ambas ciudades. Esto quería decir que el palo que estaba clavado en Syene no apuntaba en la misma
dirección que el clavado en Alejandría. Uno apuntaba al Sol y el otro no.
Cuanto más grande fuese la curvatura de la Tierra, mayor sería la divergencia entre las direcciones
de ambos palos y mayor sería también la diferencia entre las longitudes de las dos
sombras. Eratóstenes demostró muy cuidadosamente todos sus cálculos por métodos geométricos,
pero si se ignora esto se podría decir que si algo más de 7 grados de diferencia corresponde a 800
kilómetros, 360 grados (una vuelta completa alrededor de una circunferencia) debe representar casi
40.000 kilómetros.
Si conocemos la circunferencia de una esfera, podremos conocer también su diámetro. El diámetro
es igual a la longitud de la circunferencia dividida por pi, que vale aproximadamente
3,14. Eratóstenes calculó así que la Tierra tenía una circunferencia de unos 40.000 kilómetros y un
diámetro de unos 12.800 kilómetros.
El área de la superficie de esa esfera es de unos 512.000.000 de kilómetros cuadrados, lo que quería
decir más de seis veces la superficie máxima conocida en aquellos tiempos. Evidentemente, la esfera
de Eratóstenes era demasiado grande para los griegos, y más tarde los astrónomos repitieron las
observaciones y obtuvieron cifras más pequeñas (29.000 kilómetros de circunferencia, 9.100 de
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diámetro y 256.000.000 de kilómetros cuadrados de superficie), así que las aceptaron sin pensarlo
dos veces. Estas cifras prevalecieron durante toda la Edad Media y fueron usadas por Colón para
demostrar era más práctico viajar a Asia desde España utilizando la ruta occidental. En realidad, no
lo era, pero su viaje se vio coronado por el éxito ya que donde Colón creía que estaba Asia estaba
ocupado por América.
En 1522, año en que regresó la única nave sobreviviente de la flota de Magallanes, quedó
definitivamente establecido el verdadero tamaño de la Tierra, demostrándose así
que Eratóstenes tenía razón.
Las últimas mediciones dan una cifra de 40.067,96 kilómetros para la longitud de la circunferencia
de la Tierra en el Ecuador. La longitud media del diámetro de la Tierra es de 12.739,71 kilómetros,
ya que varía al no ser nuestro planeta una esfera perfecta. El área de la superficie es de 509.903.550
kilómetros cuadrados.

REFERENCIAS
www.astronomia-iniciacion.com
www.catalunyapress.es/texto-diario
es.wikipedia.org

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