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MERCADOS CAMPESINOS:

MODELO DE ACCESO A
MERCADOS Y SEGURIDAD
ALIMENTARIA EN LA REGIÓN
CENTRAL DE COLOMBIA
Este proyecto está financiado MERCADOS CAMPESINOS:
Con la UNIÓN EUROPEA
MODELO DE ACCESO A
MERCADOS Y SEGURIDAD
ALIMENTARIA EN LA REGIÓN
CENTRAL DE COLOMBIA

Este proyecto es llevado a cabo por:


Seguridad alimentaria, políticas y nue-
vos modelos de negocios entre peque-
ñas/os productores y mercados en tres
contextos de América Latina.

Proyecto: Acceso a mercados y seguri-


dad alimentaria en la Región Central
de Colombia.

Entidades participantes en el
proyecto de investigación:
• OXFAM
• CICC
• Alianza Campesina y Comunal
• ILSA
• Universidad Nacional de Colombia
Con el apoyo de
• Unión Europea
«La presente publicación ha sido elaborada
con la asistencia de la Unión Europea. El
contenido de la misma es responsabilidad
exclusiva de los socios del proyecto y en
ningun caso debe considerarse que refleja
la posición de la Unión Europea».
MERCADOS CAMPESINOS:
MODELO DE ACCESO A
MERCADOS Y SEGURIDAD
ALIMENTARIA EN LA REGIÓN
CENTRAL DE COLOMBIA

Álvaro Parrado Barbosa


Juan Patricio Molina Ochoa
Grupo de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural
Facultad de Ciencias Agrarias
Convenio OXFAM - Universidad Nacional de Colombia
2014


MERCADOS CAMPESINOS: MODELO
DE ACCESO A MERCADOS Y
SEGURIDAD ALIMENTARIA EN LA
REGIÓN CENTRAL DE COLOMBIA

© Universidad Nacional de Colombia


Facultad de Ciencias Agrarias - Sede Bogotá
Grupo de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural

Primera edición, 2014

Álvaro Parrado Barbosa


Juan Patricio Molina
Profesor Asociado - Universidad Nacional de Colombia

Fotografía
Alvaro Parrado, Adriana Chaparro, Omar
Gutiérrez, Liliana Reina, OXFAM.

Diseño y diagramación
Diego Sanabria Pinzón
Centro de Investigación y Extensión Rural - CIER

Prohibida la reproducción total o parcial por


cualquier medio sin la autorización escrita del
titular de los derechos patrimoniales.

ISBN 978-958-58522-1-1

Impreso y hecho en Bogotá, Colombia


CONTENIDO

INTRODUCCIÓN13

1. EL ENFOQUE DEL ESTUDIO 17

1.1 Economía campesina18

1.2 Desarrollo rural con enfoque territorial21

1.3 Seguridad alimentaria23

1.4 Soberanía alimentaría25

1.5 Autonomía alimentaria27

1.6 Enfoque de género y empoderamiento de las mujeres

campesinas29

1.7 Emprendimiento y asociatividad campesinas32

1.8 Cambio climático y variabilidad climática35

1.9 Modelos de acceso a mercados de los campesinos y

campesinas36

2. DISEÑO DE LAS INVESTIGACIONES 41

2.1 Circuitos de mercados campesinos43

2.2 Línea base45

2.3 Tesis46
3. SEGURIDAD ALIMENTARIA, ACCESO A MERCADOS Y CAMBIO

CLIMATICO. PROBLEMÁTICA PARA EL CAMPESINADO Y

POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA 51


3.1 Abordaje del problema alimentario desde las políticas

públicas53

3.2 El cambio y la variabilidad climática56

3.3 Acceso a mercados y políticas públicas63

3.4 Participación de las organizaciones campesinas en la

definición de políticas públicas75

4. MERCADOS CAMPESINOS DE LA REGIÓN CENTRAL

DE COLOMBIA 83

4.1 Surgimiento y desarrollo83

4.2 Los actores de los mercados campesinos87

4.3 Los procesos103

5. IMPACTOS EN LAS FAMILIAS CAMPESINAS PARTICIPANTES 117

5.1 En los ingresos117

5.2 En el acceso a los mercados123

5.3 En la seguridad alimentaria126

5.4 En la adaptación a la variabilidad y el cambio climáticos127

5.5 En la participación y el empoderamiento de las mujeres130

5.6 en el fortalecimiento organizacional133

6. APRENDIZAJES PARA LA SOSTENIBILIDAD DEL PROCESO DE

MERCADOS CAMPESINOS 143

6.1 Elementos para la sostenibilidad de mercados campesinos146

6.2 Elementos para la incidencia política151

7. REFLEXIONES Y RECOMENDACIONES FINALES 159

8. BIBLIOGRAFÍA 171
ANEXO 1 181
ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1. Circuitos de Mercados Campesinos realizados. 46

Tabla 2. Líneas y temas de investigación de las tesis de maestría y doctorado. 47

Tabla 3. Distribución del total de producción por volumen (kilos) según canal de

comercialización (diciembre de 2013) 124

Tabla 4. Porcentaje de productores (Mercados Campesinos y Grupo Control) que

mejoraron sus prácticas de comercialización entre 2007 y 2014 125

Tabla 5. Indicadores de nivel organizativo y capacidades de incidencia de participantes

en Mercados Campesinos y grupo control. 2007 y 2014 136


ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1. Trilogía alimentaria en un enfoque de derechos 29

Figura 2. El Circuito de los Mercados Campesinos 44

Figura 3. Estructura central de Mercados Campesinos 100

Figura 4. Circuito de comercialización Icononzo 112

Figura 5. Proceso de organización los foros provinciales, congresos departamentales y el

Congreso Agrario de la Región Central de Colombia 2012 141


SIGLAS UTILIZADAS

ALCAMPO Alianza Campesina y Comunal.

CIAT Centro Internacional de Agricultura Tropical

CICC Comité de Interlocución Campesina y Comunal.

CONPES Consejo Nacional de Política Económica y Social.

DANE Departamento Administrativo Nacional de Estadística.

FAO Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación

y la Agricultura.

GIGDR Grupo de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural.

ICBF Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

IFPRI International Food Policy Research Institute

ILSA Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos.

ONG Organización no Gubernamental.

OXFAM The Oxford Committee for Famine Relief.

PMASAB Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos y Seguridad Alimentaria.


AGRADECIMIENTOS

A las campesinas y campesinos que hacen parte de los Mercados


Campesinos y de los Mercados Campesinos y Populares, por su
apertura, colaboración e interés en el desarrollo de las investigacio-
nes en las que se basa este documento.

A las organizaciones que integran el Comité de Interlocución Cam-


pesino y Comunal (CICC) y la Alianza Campesina y Comunal
(ALCAMPO), al igual que al Instituto Latinoamericano para una
Sociedad y un Derecho Alternativos (ILSA), que facilitaron y acom-
pañaron la realización de los estudios, dándoles pertinencia frente a
las necesidades y expectativas de las comunidades campesinas.

Al equipo de Oxfam en Colombia, en especial a Paola Castilla y a


Adriana Rodríguez, por todo su apoyo y sus oportunos aportes en
el transcurso de las investigaciones y la elaboración del documento.

Al equipo ejecutor del proyecto en Guatemala, Honduras y Colom-


bia, que gracias al intercambio de experiencias enriqueció y contex-
tualizó los resultados obtenidos, dándoles una proyección latinoa-
mericana, y en especial, al equipo de la Universidad Nacional de
Colombia por su compromiso y dedicación.

A Lucía Fuentes, Norma Villarreal y al Centro Editorial de la Facul-


tad de Ciencias Agrarias por sus aportes en la corrección del texto y
sugerencias para abordar de una mejor manera algunos de los temas
incluidos en esta publicación.
INTRODUCCIÓN

E
l problema del acceso a mercados de la producción campe-
sina y en especial de las condiciones en que éste se da, es
quizá uno de los principales limitantes para asegurar la sos-
tenibilidad económica de este tipo de producción. La volatilidad de
los precios, la excesiva intermediación, las condiciones desventajosas
de negociación a las que se ven sometidos los campesinos y campe-
sinas, los altos costos del transporte y en algunos casos su reducida
disponibilidad, la falta de información y conocimiento de los mer-
cados, la ausencia de políticas públicas y de una institucionalidad
que afronte de manera decidida esta problemática, son algunos de
los factores adversos de la economía campesina. Ante esta situación,
surge la pregunta de si es posible convertir el acceso a los mercados
para los campesinos y campesinas en una oportunidad que les per-
mita mejorar sus condiciones de vida y beneficie a los consumidores
urbanos de alimentos.

La experiencia que se describe en este documento ofrece respuestas


a este interrogante y da elementos para la formulación de políticas
públicas que mejoren las condiciones de acceso a los mercados de la
población campesina, junto con el fortalecimiento de la seguridad

[13]
y soberanía alimentarias de los territorios rurales y las ciudades. La
riqueza del estudio consiste en el examen detallado de experiencias
concretas de organizaciones campesinas en acceso a mercados en cir-
cunstancias y por intermedio de canales con diferentes condiciones
de funcionamiento y exigencia que se articulan con mercados loca-
les y regionales.

El presente documento fue elaborado a partir del proceso de inves-


tigación participativo llevado a cabo en torno al proceso Mercados
Campesinos1 en la Región Central de Colombia entre los años 2011
y 20142, a través del convenio realizado entre Oxfam y el Grupo
de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural de la Universidad
Nacional de Colombia (GIGDR). Se desarrollaron un total de 25
investigaciones que incluyeron 15 tesis de posgrado y siete tesis de
pregrado de diferentes disciplinas, así como un estudio de Línea
Base que contó con una segunda medición y un piloto de adapta-
ción a la variabilidad climática de sistemas de producción campesi-
nos. Estas investigaciones se desarrollaron en el marco del proyecto
multi-país [Guatemala, Honduras y Colombia] “Seguridad alimen-
taria, políticas y nuevos modelos de negocios entre pequeñas/os produc-
tores y mercados en tres contextos de América Latina” financiado con
recursos de la Unión Europea.
1 En este documento el término Mercados Campesinos hace referencia al proceso liderado por
el Comité de Interlocución Campesina y Comunal (CICC) y la Alianza Campesina y Comu-
nal (ALCAMPO). La Región Central de Colombia comprende los departamentos de Boyacá,
Cundinamarca, Meta y Tolima, y el Distrito Capital de Bogotá.
2 Las investigaciones fueron dirigidas por el Grupo de Investigación en Gestión y Desarrollo
Rural de la Universidad Nacional de Colombia con el apoyo de Oxfam, ILSA, y las organizacio-
nes campesinas agrupadas en el Comité de Interlocución Campesino y Comunal (CICC) y la
Alianza Campesina y Comunal (ALCAMPO).

[14]
Con el fin de ubicar al lector en el enfoque de investigación, en el
primer capítulo se presentan algunos conceptos relativos a los ejes
básicos de análisis que se desarrollan en los siguientes capítulos.
El enfoque metodológico se basa en la investigación participativa,
combinando la revisión documental con métodos cualitativos y
cuantitativos, incluyendo el desarrollo de una herramienta propia
como lo fueron los Circuitos de Mercados Campesinos, como se
explica en el capítulo tres.

En el tercer capítulo se hace una reseña de la situación alimentaria y


de acceso a mercados de los campesinos y campesinas en Colombia y
las políticas públicas existentes en estos temas.

En los siguientes dos capítulos se explica en qué consiste el proceso


Mercados Campesinos y cuáles han sido sus impactos para las fami-
lias vinculadas. A continuación, en el capítulo seis, se profundiza
en el análisis de los aprendizajes obtenidos a partir de los resultados
de las investigaciones y la experiencia de acompañamiento al pro-
ceso, y se proponen elementos de política pública a partir de estos
aprendizajes.

Al final del documento se ofrecen algunas reflexiones realizadas por


los autores con el fin de destacar elementos centrales del proceso
Mercados Campesinos y de sus desafíos hacia el futuro.

[15]
[16]
1. EL ENFOQUE DEL ESTUDIO

E
ste capítulo está destinado a realizar una discusión de los
conceptos y desarrollos teóricos sobre los que se construye
el enfoque utilizado en el estudio. Se realiza un análisis de
planteamientos conceptuales sobre las estrategias de acceso al mer-
cado, los tipos de mercado de los campesinos y productores agríco-
las, los modelos de mercado, la seguridad y soberanía alimentarias, la
organización y participación social para el desarrollo comunitario,
el desarrollo rural con enfoque territorial, la economía campesina, la
variabilidad y el cambio climáticos, los derechos del campesinado, la
sostenibilidad socioeconómica, organizativa y ambiental, y el enfo-
que de género. Asimismo, presenta una síntesis de los principales
rasgos de los lineamientos y políticas alimentarias planteados desde
los organismos internacionales, gobiernos y organismos de la socie-
dad civil. De manera complementaria, se precisan las dimensiones
analíticas que sirven de base para agrupar e interpretar la informa-
ción empírica obtenida a partir de los estudios de caso que soportan
los trabajos de investigación desarrollados en el marco del proyecto.

[17]
1.1 Economía Campesina

Si bien no hay consenso entre el significado de los conceptos de cam-


pesinado y pequeña producción agropecuaria o de agricultura fami-
liar, hay elementos que les son comunes. Estos tienen que ver con
las características de sus actividades agropecuarias en materia pro-
ductiva, comercial y asociativa, las cuales son abordadas de manera
específica en este estudio para el caso de los actores del proceso de
Mercados Campesinos. Pero, a partir de la experiencia de este pro-
ceso, también se reconoce que, además de sus particularidades pro-
ductivas, organizativas y de integración comercial, el campesinado
tiene una importante proyección social y política cuyas reivindica-
ciones en este campo son fundamentales para fortalecer sus funcio-
nes de producción, de acceso a mercados, de incidencia en las políti-
cas públicas y de articulación con otros sectores públicos o privados.
Por lo anterior, los análisis de este estudio se abordan desde la óptica
del concepto de campesinado.

Al respecto, vale la pena señalar que el campesino no ha sido reco-


nocido como sujeto social, lo cual ha generado un daño en la cons-
trucción de su propia subjetividad. (Palerm, 1997 y Salgado, 2002;
citados por Parrado, 2013).

Por su parte, la economía campesina se circunscribe dentro de la


agricultura familiar, concepto de mayor uso internacional, que
se refiere a la producción realizada principalmente por la familia,
quien es además la propietaria (aunque no siempre) de los medios

[18]
de producción. Según Forero (2003), la gran mayoría de los campe-
sinos colombianos son estrictamente productores familiares. Razeto
(1993) relaciona la producción familiar con una economía popular,
que se expresa en especial en los sectores de menores ingresos, y que
combina recursos y capacidades laborales, tecnológicas, organizati-
vas y comerciales de carácter tradicional con otras de tipo moderno,
con un fuerte sentido de la solidaridad, para asegurar la subsistencia.

Otras características del campesinado colombiano son: 1) la tierra y


el capital son los factores limitantes, la fuerza de trabajo familiar es
el factor abundante, con contratación esporádica de mano de obra;
2) otros factores limitantes son el acceso a la tecnología, al crédito
y a los mercados, principalmente a los de mayor expansión y a los
modernos. 3) la producción está orientada al mercado y otra parte a
la subsistencia y, por ende, al autoconsumo; 4) en ocasiones las deci-
siones no se basan en la maximización de beneficios sino en garanti-
zar los niveles de autoconsumo de la familia y los ingresos necesarios
para adquirir los bienes no agropecuarios; 5) el ingreso familiar es
bajo y está altamente diversificado (varios productos, actividades
no agrícolas y salarios extraprediales); 6) están ligados al mercado a
través de la venta de los productos, la fuerza de trabajo y la compra
de insumos; 7) miembros de la fuerza de trabajo migran, temporal
o permanentemente, a otros lugares; 8) la unidad de producción es
por lo general el sitio donde se ubica la vivienda familiar.

Los anteriores aspectos están más referidos a las características de la


economía de los campesinos y de los pequeños productores agrope-

[19]
cuarios. No obstante, el campesinado también tiene, de tiempo atrás,
una connotación de movimiento social y político, alrededor del cual
se desenvuelven y aglutinan diversas organizaciones de tipo regional
y nacional con enfoques propios, pero todos orientados hacia pro-
pósitos de hacer más visible su problemática, de ganar espacios en la
agenda política del Estado y de canalizar recursos hacia la atención
de sus propuestas.

Bailey (2011) afirma que a nivel internacional existen cuatro mitos


sobre los pequeños productores que surgen de la falta de familia-
ridad con las vidas de los agricultores y agricultoras pobres: baja
productividad, aversión a la tecnología y la innovación, aversión al
riesgo y aversión a los mercados. En este sentido, afirma que los bajos
niveles de producción se deben a las limitantes en el acceso a recur-
sos y no a ineficiencias de la agricultura campesina. Por el contrario,
esta hace un uso más eficiente de los recursos naturales y humanos,
produciendo a menores costos económicos, sociales y ambientales.
Los bajos niveles de producción se dan entonces por la escala y el
tamaño de las fincas, lo cual repercute en niveles de ingreso insufi-
cientes para lograr superar la situación de pobreza que aqueja a la
mayoría de la población campesina.

Entre las múltiples causas que determinan la situación de pobreza en


la que vive el campesinado, y que incluyen el limitado acceso a fac-
tores de producción y a bienes públicos, el acceso a mercados es una
variable de enorme importancia, pues es generalizado el problema
de subordinación de la producción campesina a las condiciones

[20]
impuestas por mercados usualmente ineficientes en cuanto al rol de
los intermediarios o en cuanto a la determinación de precios. De ahí
que el acceso a mercados es relevante desde la óptica de la generación
de ingresos, del mejoramiento de calidad de vida y de hacer más visi-
bles a los campesinos en los diferentes eslabones del abastecimiento
de productos.

1.2 Desarrollo Rural con Enfoque Territorial

La construcción del discurso de desarrollo rural con enfoque territo-


rial en América Latina, ha tenido como referente importante la expe-
riencia europea, en especial del programa LEADER, el cual impulsó
un modelo de desarrollo de abajo hacia arriba, partiendo de Grupos
de Acción Local (GAL) y los Grupos de Desarrollo Rural (GDR)
en los territorios (regiones y comarcas) (Sumpsi, 2000; citado por
Shejtman y Berdegué, 2004). Gobiernos como los de México, Bra-
sil y recientemente Colombia han asumido el enfoque territorial
dentro de sus políticas de desarrollo rural, el cual ha sido también
impulsado por diversas organizaciones no gubernamentales y de
cooperación internacional (por ejemplo el IICA y el RIMISP).

Algunos expertos latinoamericanos en desarrollo rural, prefieren


señalar al desarrollo territorial como un enfoque del desarrollo rural.
Sepúlveda et al (2003) exponen que el enfoque territorial propuesto
por el IICA está orientado por una visión integradora y holística en
la que destacan como elementos fundamentales: la multidimensio-
nalidad (reconoce las dimensiones económica, social, ambiental

[21]
y político institucional del territorio), la intertemporalidad y la
intergeneracionalidad (visión de largo plazo), la multisectorialidad
(contempla el conjunto de actividades económicas en los territorios
rurales) y la articulación de las economías territoriales. El territorio es
reconocido en este caso como el resultado de un producto histórico,
reconociendo su heterogeneidad, ética, social y cultural.

Por su parte, Shejtman y Berdegué (2004) utilizan el término de


Desarrollo Territorial Rural (DTR), el cual definen como un proceso
de transformación productiva e institucional de un espacio rural deter-
minado, cuyo fin es reducir la pobreza rural, a partir de la transforma-
ción productiva y el desarrollo institucional. Dentro de este modelo,
un territorio exitoso es aquel que logra crecer económicamente con
inclusión social y sustentabilidad.

Para el Grupo de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural de la


Universidad Nacional de Colombia (GIGDR) el desarrollo rural
con enfoque territorial busca privilegiar las relaciones entre seres
humanos y entre estos, el medio ambiente y las instituciones, las cua-
les tienen lugar en ámbitos geográficos (Molina, 2014). Entendido
como una realidad viviente en permanente construcción y transfor-
mación, el territorio es el resultado de esos vínculos humanos en sus
múltiples dimensiones. Por ende, para el GIGDR es de la mayor
importancia que los proyectos en los que se participa con comunida-
des rurales evidencien el tipo de relaciones conducentes al fortaleci-
miento territorial.

[22]
Una visión más operativa para la ejecución de políticas de desarrollo
rural con enfoque territorial, busca en el caso colombiano introducir
esquemas de coordinación de la acción pública y de fortalecimiento
de la institucionalidad local, de manera que los recursos se asignen
con mayor coherencia entre aquellos programas y proyectos que tra-
dicionalmente se ejecutan de manera aislada y desarticulada en los
territorios.

Aunque no es explícito en sus propósitos, los Mercados Campesinos


tienen en su práctica los siguientes elementos de desarrollo rural con
enfoque territorial: articulación con gobiernos municipales, con-
formación de organizaciones campesinas locales, fortalecimiento
de liderazgos que intervienen en diferentes espacios de gobernanza
territorial, desarrollo de circuitos municipales y regionales de comer-
cialización, entre otras prácticas.

1.3 Seguridad Alimentaria

El derecho a la alimentación fue reconocido en la Declaración Uni-


versal de los Derechos Humanos de 1948, en donde se proclamó
que “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que
le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar y especial-
mente la alimentación”, como derecho fundamental de toda persona
a no padecer hambre y que ha sido ratificado a lo largo de la historia
en cumbres mundiales sobre alimentación y en la Declaración del
Milenio.

[23]
Dentro de la Constitución Política de Colombia de 1991 este dere-
cho es consagrado en los artículos 43, 44, 46, 65, y 66, a partir de
disposiciones acerca del subsidio alimentario para población vulne-
rable, protección del Estado para producción de alimentos, inver-
sión en investigación y transferencia de tecnología y créditos agro-
pecuarios para el mantenimiento de la producción de alimentos.

El concepto de seguridad alimentaria tomó fuerza en la década de


los setenta contemplándose dentro de esta la producción y dispo-
nibilidad de alimentos a nivel global y nacional. Para la década de
los años ochenta se tuvo en cuenta la intervención del acceso tanto
económico como físico dentro del concepto y para la década de los
noventa se incorporó la inocuidad y las preferencias culturales y se
reafirmó la seguridad alimentaria como un derecho, siendo este el
concepto vigente actualmente.

En la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 en Roma, se


aprobó la declaración de la Seguridad Alimentaria; “a nivel de indi-
viduo, hogar, nación y global, se consigue cuando todas las personas,
en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente ali-
mento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenti-
cias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana”
(FAO, 2012).

El Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la


Universidad Nacional de Colombia (OBSAN) ha desarrollado el
siguiente concepto: “El derecho que tienen todas las personas de

[24]
gozar, en forma oportuna y permanente, de acceso a los alimentos
que necesita en cantidad y calidad para su adecuado, consumo y uti-
lización biológica, garantizándoles un estado de nutrición, salud y
bienestar, que coadyuve con un desarrollo humano que les permita
realizarse y ser felices” (OBSAN – UN, 2010). La mirada dada por
el OBSAN se ha enfocado en la garantía del derecho, no sólo a la
alimentación, sino de todos los derechos fundamentales que inter-
vienen en la calidad de vida del ser humano, integrando dimensio-
nes que van más allá de lo alimentario y nutricional, contemplando
variables económicas, políticas y culturales, con el fin de dar cuenta
a la amplitud de la problemática.

El enfoque de derechos en el tema alimentario hace parte de


la plataforma política de las organizaciones campesinas y fue
asumido por el Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos
de Bogotá.

1.4 Soberanía alimentaría

La Conferencia Internacional de la Vía Campesina en Tlaxcala,


México en abril de 1996 hace público el concepto de soberanía ali-
mentaria, llevándolo al debate público en la Cumbre Mundial de
la Alimentación en noviembre del mismo año, como alternativa a
las políticas neoliberales que interfieren en las políticas agrarias de
las naciones. Desde entonces, el concepto ha sido adaptado por dife-
rentes organizaciones civiles en todo el mundo, entrando a ser parte

[25]
de algunas leyes o constituciones de países como Ecuador, Bolivia,
Nepal, Mali, Nicaragua y Venezuela (Ortega et al, 2010).

La Vía Campesina (1996define la Soberanía Alimentaria como: “el


derecho de cada nación de mantener y desarrollar su propia capaci-
dad de producir alimentos que son decisivos para la seguridad ali-
mentaria nacional y comunitaria, respetando la diversidad cultural y
la diversidad de los métodos de producción”, definición que se cen-
tra en el derecho de los pequeños productores a producir alimentos,
el cual se ve amenazado en muchos países por las regulaciones de
políticas de comercio agrícola nacionales e internacionales que han
sido impuestas por los programas de ajuste estructural.

Para el año 2002 la Soberanía Alimentaria se definió en el Forum de


ONG/OSG celebrado en Roma como: “el derecho de los pueblos,
comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, labo-
rales, pesqueras, alimentarias y de tierra de forma que sean ecológica,
social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias
únicas. Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a la
producción de alimentos, lo que significa que todos los pueblos tie-
nen el derecho a una alimentación inocua, nutritiva y culturalmente
apropiada, y a los recursos para la producción de alimentos y a la
capacidad para mantenerse a sí mismos y a sus sociedades”.

Se destaca que el concepto de Soberanía Alimentaria desde su plan-


teamiento se elaboró y se ha trabajado con un enfoque de derecho
fundamental, apuntando hacia los factores que intervienen en el

[26]
momento de la obtención de alimentos tales como; acceso a recursos
para la producción, derecho a la alimentación y disponibilidad de
mercados justos. Este concepto busca el favorecimiento en las con-
diciones de vida y de producción de la población rural, población
que se encuentra afectada por altos niveles de pobreza alrededor del
mundo, razón por la que el concepto y su desarrollo apuntan a hacer
parte de las políticas actuales de desarrollo rural para las naciones.

La defensa de la soberanía alimentaria ha sido uno de los pilares fun-


damentales de Mercados Campesinos desde su creación. Fue uno de
los puntos del Mandato Agrario de 2003, que les dio el marco polí-
tico a Mercados Campesinos como se explica en el capítulo cuatro.
También fue incluida en la política de abastecimiento de Bogotá,
diferenciándola de la política nacional que se limita a la seguridad
alimentaria y nutricional.

1.5 Autonomía Alimentaria

Se denomina Autonomía Alimentaria a todos los mecanismos que


los pueblos adoptan en busca de garantizar las formas de producción
local y alimentaria, primando su decisión al respecto, sin intromi-
sión del poder político, ni de organismos multilaterales o corpora-
ciones, que buscan interferir en este proceso de autonomía territo-
rial de las poblaciones (Rueda, 2012).

En este sentido la Autonomía Alimentaria tiene un rango de acción


más amplio y directo en los quehaceres en torno a asegurar el alcance

[27]
del bienestar alimentario y de calidad de vida, al reconocer el papel
de las comunidades, organizaciones locales y redes como autores de
normas, acuerdos y propuestas que legitiman su poder de actuación
y de interlocución con otros, ratificado en la costumbre y la memo-
ria cultural y alimentaria.

De acuerdo con el enfoque de la Autonomía Alimentaria, se debe


concebir este proceso como el primer paso que se debe dar y ase-
gurar para alcanzar la Soberanía Alimentaría, como un hecho de
autodeterminación, resistencia y lucha por la permanencia cultural
de las comunidades. La Autonomía Alimentaria es una estrategia
que surge desde las experiencias locales y regionales, desde las que se
potencia, afianza y avanza en la construcción de abajo hacia arriba
de las estrategias de Seguridad y Soberanía Alimentaria.

Más que conceptos o elementos independientes, la seguridad, sobe-


ranía y autonomía alimentarias son entendidas desde el proceso de
Mercados Campesinos como aspectos interrelacionados e interde-
pendientes cuya conexión se establece particularmente en el posicio-
namiento de la alimentación como derecho (figura 1), en torno al
cual se deben desarrollar mecanismos que propendan por su garan-
tía a nivel político, social, cultural y económico. Así, estos tres ele-
mentos se establecen como trilogía alimentaria en torno a la cual
se ha aportado en el marco del proceso de Mercados Campesinos
a través de diversos mecanismos que involucran a múltiples actores
sociales (Correa, 2014). En la práctica de los Mercados Campesinos,

[28]
los tres conceptos están articulados, aunque su concepción integral
no está desarrollada en el discurso programático.

Figura 1. Trilogía alimentaria en un enfoque de derechos

Social Política

Soberanía
AMBIENTE

Alimentación
Derecho

Seguridad Autonomía

Económica Cultural

Fuente: Correa, 2014

1.6 Enfoque de género y empoderamiento


de las mujeres campesinas

Las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres, al interior


de un sistema de producción, no solamente hacen referencia a los
objetivos de cada actor social, sino también a los patrones de com-
portamiento, los compromisos sociales, valores, actitudes, roles y

[29]
expectativas que culturalmente se imponen de manera diferenciada
y generacional a hombres y mujeres basadas en la diferencia sexual.

Para empezar a relatar la situación de las mujeres en el campo es


necesario reconocer la situación de subordinación y desigualdad en
la que viven, producto de una construcción según la cual el recono-
cimiento, control de las decisiones y el acceso a la riqueza es patri-
monio del varón, lo cual origina: la falta de acceso a la tierra, baja
calidad de la atención en salud, negación en la posibilidad de toma
de decisiones, largas jornadas de trabajo tanto en la casa como en el
campo y ser víctimas de diferentes tipos de violencia.

El trabajo de cuidado de las mujeres es invisibilizado, pues estas acti-


vidades se desarrollan junto a las agropecuarias y generalmente el
sitio de trabajo es la misma casa, así las mujeres se encargan de los
roles reproductivos, del trabajo productivo y del trabajo doméstico
sin recibir reconocimiento por los trabajos a los que no se les asigna
valor monetario, y cuando hacen trabajo cuyo resultado puede ser
objeto de intercambio monetario, solo se reconoce como “ayuda”. La
evidencia en que en general el control monetario de tal actividad lo
ejerce “el hombre de la casa” como expresión del poder masculino y
el del escaso empoderamiento femenino.

La metodología de Empoderamiento Económico de las Mujeres


(WEL por sus siglas en inglés) desarrollada por Oxfam, es un ins-
trumento para construir equidad y diseñar programas para el lide-
razgo económico de las mujeres que busca mejorar las relaciones de

[30]
género. Esta propuesta nace por la necesidad de centrar sus esfuer-
zos en equilibrar las relaciones de poder entre hombres y mujeres;
WEL propone integrar un análisis comercial junto con un enfoque
de género para que se puedan cambiar las relaciones entre hombres
y mujeres no sólo en la casa sino también en el mercado (Oxfam,
2012).

Para Oxfam en una iniciativa económica y/o de acceso a mercados,


hay al menos tres condiciones que deben darse en el proceso de
empoderamiento económico de las mujeres para avanzar en el desa-
rrollo de sus capacidades: 1) generación de ingresos por parte de las
mujeres y decisión compartida o consensuada con los hombres en
cuanto al manejo de los ingresos del hogar o al menos autonomía
de las mujeres en el manejo de los ingresos generados por ellas; 2)
redistribución de cargas en el hogar teniendo en cuenta las jornadas
adicionales que dedica la mujer a la generación de ingresos; 3) nueva
relación de poder al interior del hogar que elimine el sesgo en contra
de la mujer y que sea aceptada por el hombre.

De manera más general, y para que los cambios sean transformado-


res y sostenibles, Oxfam considera importante de promover un enfo-
que holístico sobre el empoderamiento de las mujeres, que interco-
necta el empoderamiento social, político y económico. Para eso, los
problemas sociales y políticos más importantes de las mujeres deben
también ser abordados en las iniciativas y analizados a través de un
análisis del contexto.

[31]
Oxfam considera que el empoderamiento de las mujeres es un pro-
ceso en lo cual las mujeres ganan poder y control sobre sus vidas.
Lo que implica una transformación de las relaciones desiguales de
poder entre los hombres y las mujeres. El trabajo para el empode-
ramiento debe otorgar una importancia a los conceptos de “poder
interior”, “poder para” y “poder con”, que son manifestaciones posi-
tivas del poder que pueden originar relaciones más equitativas3.

1.7 Emprendimiento y asociatividad campesinas

Diferentes esfuerzos han intentado definir las empresas u organi-


zaciones campesinas con fines económicos. Berdegué (2000) des-
cribe las Empresas Asociativas Campesinas (EAC) creadas en Chile
desde 1990, como “organizaciones comerciales creadas para que la
pequeña agricultura pueda participar con éxito en la economía y
hacer valer su voz en la sociedad”. Para ello, deben reconvertir sus sis-
temas de producción, introduciendo nuevas actividades, más renta-
bles, y explorando mercados nuevos y más dinámicos, alejándose de
los productos tradicionales. Los casos exitosos de acción colectiva se
explican por el capital social del que parten y el proceso de aprendi-
zaje que desarrollan, entre otros factores a los que se hará referencia
más adelante. (Revisar la redacción)

Instituciones de cooperación internacional como el Instituto Inte-


ramericano de Cooperación para la Agricultura, IICA y el Fondo

3 Veneklasen, L. Miller, V. 2007. Just associates. A new wave of power, people and politics. Prac-
tical Action Publishing. UK.

[32]
Internacional de Desarrollo Agrícola, FIDA, utilizan el término de
microempresa o pequeña empresa rural, como pequeños empren-
dimientos rurales, que nacen mayoritariamente como respuesta a
la necesidad y urgencia de sus integrantes por resolver las situacio-
nes de exclusión económica y social, más que como resultado de
un proceso planificado y una evaluación previa y fundamentada de
proyectos económicos rentables, pero que son fundamentales para
la generación de ingresos a los pequeños agricultores y la disminu-
ción de la pobreza rural (Pérez y Jofre, 2000; FIDA, 2004; Monares
y Bustamante, 2004).

El Programa de Apoyo a la Microempresa Rural de América Latina y


el Caribe, PROMER, define las microempresas rurales como “aque-
llos emprendimientos desarrollados por pequeños productores cam-
pesinos que ofrecen productos o servicios, relacionados o no con
la producción agrícola primaria, que utilizan de preferencia mate-
ria prima local, que emplean mano de obra familiar y/o contratan
hasta 10 trabajadores asalariados, y que actúan en forma individual
o asociativa”.

La Plataforma RURALTER (2007), utiliza el término de Empresa


Asociativa Rural, EMAR, que define como “una asociación legal-
mente constituida, conformada mayoritariamente por pequeños
productores rurales, que ha conseguido resultados económicos favo-
rables y tiene una estructura de gestión profesional”. RURALTER
diferencia la EMAR de la “empresa privada” por tener no solamente
fines lucrativos, de rentabilidad económica y sostenibilidad en los

[33]
mercados, ya que la EMAR incorpora objetivos de rentabilidad
social e impacto en las familias de sus socios. Se destaca también que
la empresa privada cuenta con una gestión profesional altamente
calificada, lo cual es deficiente en la EMAR.

El Grupo de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural de la Uni-


versidad Nacional de Colombia (GIGDR), analiza a las organiza-
ciones campesinas con fines empresariales, tanto formales como
informales, en un marco territorial, las cuales define como Núcleos
de Emprendedores Rurales, NER: “grupos de personas ubicadas en
un territorio que desarrollan procesos innovadores en algún aspecto
pertinente a su contexto o problemática productiva. Tienen un
proyecto económico a nivel de idea o en ejecución, es decir están
vinculados a una actividad productiva o de servicios y tienen una
disposición a mejorarla. Pueden estar conformados por diferentes
actores de los territorios rurales y pueden ser de tipo mixto o una
combinación de este tipo de actores sociales y sin discriminación de
género. Han alcanzado cierto nivel de organización sin tener que
estar formalmente constituidos; su propósito responde a iniciativas
propias de sus miembros para adelantarlas conjuntamente” (Parrado
et al, 2009).

Las organizaciones campesinas adscritas al proceso Mercados Cam-


pesinos en Colombia tienen tanto objetivos económicos de mejo-
ramiento de la comercialización y de los ingresos como objetivos
sociales y políticos de reivindicación de los derechos del campesi-
nado y su importancia para la sociedad, en especial en términos de

[34]
seguridad y soberanía alimentaria. En la práctica, las organizaciones
nacionales y regionales de segundo grado (CICC y ALCAMPO)
priorizan las funciones de reivindicación, mientras que las locales
están más centradas en la dinámica económica y comercial. Hay
complementariedad entre estos dos niveles que contribuye a una
mayor solidez y sostenibilidad de las organizaciones.

1.8 Cambio climático y variabilidad climática

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio


Climático (CMCC), en su Artículo 1, define el cambio climático
como: “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la
actividad humana que altera la composición de la atmósfera mun-
dial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada
durante períodos de tiempo comparables”. La CMCC distingue
entre el cambio climático atribuido a actividades humanas que alte-
ran la composición atmosférica y la variabilidad climática atribuida a
causas naturales (Tobón, 2014).

La variabilidad climática hace referencia a la variaciones en el estado


medio y otros datos estadísticos (como las desviaciones típicas, la
ocurrencia de fenómenos extremos, etc.) del clima en todas las esca-
las temporales y espaciales, más allá de fenómenos meteorológicos
determinados. La variabilidad se puede deber a procesos internos
naturales dentro del sistema climático (variabilidad interna), o a
variaciones en los forzamientos externos antropogénicos (variabili-
dad externa) (Tobón, 2014).

[35]
Según se expone en estudios realizados por Boshell y León (2011)
la variabilidad climática corresponde a fluctuaciones del clima en
diversos periodos de tiempo. El grado de variabilidad climática se
puede describir por las diferencias entre los resultados estadísticos a
largo plazo del análisis de elementos meteorológicos calculados para
diferentes períodos. Se utiliza a menudo el término para indicar des-
viaciones de las estadísticas climáticas a lo largo de un período de
tiempo dado (por ejemplo, un mes, estación o año determinados)
respecto a estadísticas climáticas a largo plazo relacionadas con el
mismo período del calendario. En este sentido, la variabilidad cli-
mática se mide por esas desviaciones, denominadas habitualmente
anomalías.

El cambio y la variabilidad climática no son abordados de


forma explícita por Mercados Campesinos, pero está en la
agenda de preocupaciones por su impacto en la producción y
en la calidad de vida de los campesinos. En la sección 5.4 se
mencionan algunas acciones que se han venido desarrollando
en este sentido.

1.9. Modelos de acceso a mercados de


los campesinos y campesinas

La distribución de los productos de la economía campesina se rea-


liza a través de la combinación de diferentes canales de comercializa-
ción. Forero (2003) identifica cuatro canales o circuitos principales:
el autoconsumo familiar y local, el abastecimiento directo de mer-

[36]
cados locales (municipales), el abastecimiento masivo a los centros
urbanos y la articulación a cadenas agroindustriales. La exportación
y el canal institucional (venta a grandes empresas) son también alter-
nativas en las que participa la producción campesina.

En el canal de venta a los grandes centros urbanos, las dificultades


que afronta el pequeño productor campesino para vender sus pro-
ductos directamente al consumidor final, definen una estructura de
intercambio caracterizada por la alta intermediación y la inequidad
en los márgenes de ganancia. Esta intermediación se incrementa si
los productos son perecederos y comercializados en fresco, como es
el caso de buena parte de la producción campesina.

Si bien la articulación a canales de comercialización sostenibles y


a la demanda específica del mercado, son considerados requisitos
indispensables para el éxito de las empresas asociativas campesinas
(FIDA, 2004. RURALTER, 2007.), diversas restricciones internas
y factores externos dificultan una relación efectiva y justa entre las
empresas asociativas y los mercados. Entre las principales limitan-
tes se encuentran la informalidad con la que operan muchas expe-
riencias asociativas campesinas, desconocimiento del mercado, poca
articulación con la demanda, debilidades en las capacidades geren-
ciales y de negociación, falta de permanencia y cumplimiento con
los clientes, inequidades en los mercados y en la fijación de precios,
entre otras (Razeto, 1993; RURALTER, 2007; Montoya y Modra-
gón, 2010).

[37]
Diversas iniciativas se han enfocado en lograr un intercambio
justo que beneficie tanto a los pequeños productores como a
los consumidores de menores ingresos. Ejemplo de ello, son los
canales de “mercado justo” o “fairtrade”, los mercados y redes
“solidarias” y los “mercados campesinos”.

Oxfam ha identificado cinco principios para vincular a peque-


ños productores a mercados formales: colaboración entre
los actores de la cadena e innovación, vínculos de mercados,
gobernabilidad justa y transparente, distribución de los ingre-
sos y compartir riesgos equitativamente, acceso equitativo a
servicios (Oxfam, 2012).

Para el caso Colombiano se cuenta con el modelo de mercado deno-


minado Mercados Campesinos, que son una experiencia de carácter
social, económico y político, donde desde las bases de la economía
campesina se busca la reivindicación política, económica y social
de quienes ejercen este tipo de actividad en los territorios rurales,
específicamente en la Región Central de Colombia4. El proceso está
cimentado sobre dos pilares fundamentales: por un lado la inciden-
cia directa, no sólo a nivel consultivo, del campesinado en el diseño
y ejecución de la política pública de seguridad alimentaria y de dis-
tribución de alimentos para la ciudad de Bogotá y los departamen-
tos de la Región Central; por otra parte la capacidad de lograr una
participación económica más justa de los campesinos en el mercado,

4 Los Departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Meta y Tolima.

[38]
al poder comercializar directamente sus productos con los habitan-
tes de la ciudad capital.

El proceso surgió en el año 2004 como una iniciativa de organiza-


ciones campesinas y comunales5 apoyadas por el Instituto para una
Sociedad y un Derecho Alternativos (ILSA), The Oxford Commit-
tee for Famine Releaf (OXFAM) y la Alcaldía Mayor de Bogotá a
través de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE).

Los Mercados Campesinos brindan una posibilidad única a los


campesinos y campesinas de acceder a mercados de forma directa y
diversificada, es decir se hace más corta la cadena de intermediación,
logrando una mayor equidad entre los actores del proceso de comer-
cialización, donde los márgenes de ganancia para el productor son
más altos y los precios para el consumidor son menores, y se puede
acceder a productos de mejor calidad nutricional y en mayor can-
tidad, con el fin garantizar la seguridad alimentaria de las familias
urbanas y rurales (Montoya y Mondragón, 2010; Corredor, 2011;
Parrado, Gutiérrez y Molina, 2012).

5 Acción Campesina Colombia (ACC), Asociación Departamental de Usuarios Campe-


sinos de Cundinamarca (ADUC), Asociación Nacional de Ayuda Solidaria (ANDAS),
Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas de Colombia (ANMU-
CIC), Confederación Nacional de Juntas de Acción Comunal (CONFECOMUNAL),
Federación Nacional de Cooperativas Agropecuarias (FENACOA), Federación Sindical
Unitaria Agropecuaria (FENSUARO) y Fundación San Isidro (FSI). Estas organizaciones
constituyen el Comité de Interlocución Campesina y Comunal (CICC).

[39]
[40]
2. DISEÑO DE LAS
INVESTIGACIONES

L
as investigaciones a las que hace referencia este documento,
fueron realizadas de manera participativa entre el primer
semestre de 2011 y el primer semestre de 2014 en torno al
proceso Mercados Campesinos en la Región Central de Colombia,
y las temáticas estudiadas fueron las siguientes: acceso de los campe-
sinos y campesinas a diferentes canales de comercialización, organi-
zación y asociatividad, políticas públicas, multifuncionalidad de la
economía campesina y participación de las mujeres.

Se combinaron instrumentos de investigación cuantitativa y cuali-


tativa, tales como encuestas o entrevistas estructuradas, entrevistas
semi-estructuradas, talleres con grupos focales, observación partici-
pante, diarios de campo y estudios de caso. Para interpretar el con-
texto colombiano frente a los ejes de análisis, se revisaron documen-
tos referidos a la situación de la economía campesina colombiana
frente a los ejes de análisis, así como la legislación nacional y algu-
nos casos locales. También se revisaron bases de datos y documentos
generados por los actores vinculados a Mercados Campesinos com-
plementando la información obtenida en la investigación de campo.

[41]
Los temas de investigación fueron definidos en conjunto con los
actores participantes en Mercados Campesinos. Se constituyó un
comité directivo del proyecto donde participaban representantes de
las organizaciones campesinas, las organizaciones no gubernamen-
tales (ONG) acompañantes y la Universidad Nacional. En el comité
se acordaron los temas de investigación a partir de las necesidades
identificadas por los líderes de Mercados Campesinos.

En este ejercicio de concertación, se definieron cinco líneas de inves-


tigación, que buscaron atender desafíos estratégicos de Mercados
Campesinos, comprendiendo mejor sus dinámicas y procesos, a las
vez que aportaron herramientas para mejorar el desempeño del pro-
ceso y la incidencia política de las organizaciones campesinas.

Como apoyo a las tesis de maestría y doctorado, se desarrollaron tesis


o trabajos de grado de las carreras de Agronomía, Economía y Zoo-
tecnia. En principio se realizaron cinco tesis con el objeto de aportar
elementos para construir un estado del arte del proceso Mercados
Campesinos; en el marco de estas tesis, se llevaron a cabo ocho estu-
dios de caso, apoyados en la herramienta metodológica participativa
de los Circuitos de Mercados Campesinos con familias de los cuatro
departamentos, y un estudio de mapa de actores y análisis de redes.

A estas investigaciones se sumó una caracterización de la situación


alimentaria y nutricional de las familias campesinas de la Región
Central de Colombia participantes en Mercados Campesinos a tra-
vés de cuatro estudios de caso, y una investigación dirigida a la arti-

[42]
culación de Mercados Campesinos con los comedores comunitarios
de la Comunidad de Bosa. Los resultados obtenidos en estas inves-
tigaciones preliminares, además de brindar elementos orientadores y
de contextualización a las investigaciones de maestría y doctorado,
permitieron a los actores de Mercados Campesinos reflexionar sobre
las fortalezas y retos que tiene el proceso.

2.1 Circuitos de mercados campesinos

En el primer semestre de 2011 se realizaron ocho estudios de carac-


terización y diagnóstico de los procesos que desarrollan las familias
para participar en los Mercados Campesinos, para lo cual se diseñó
una metodología de investigación participativa denominada “Cir-
cuitos de Mercados Campesinos”, basada en la interacción de los
investigadores con las familias campesinas durante la cosecha, trans-
porte, distribución y venta en Bogotá, y regreso a los municipios,
como se ilustra en la figura 2.

Las investigaciones constituyeron además los trabajos de grado de


cuatro estudiantes de las carretas de ingeniería agronómica y econo-
mía. En la tabla 1 se presentan las características de los sistemas de
producción que hicieron parte de los Circuitos de Mercados.

[43]
Figura 2. El Circuito de los Mercados Campesinos

Sistemas de
producción
campesinos

Mercados MERCADO Área urbana


en las localidades de los municipios
de Bogotá CAMPESINO

Área urbana
de Bogotá

Fuente: Parrado, Gutiérrez y Molina, 2012.

Tabla 1. Circuitos de Mercados Campesinos realizados.

Investigador y
Características del sistema de producción Municipios
programa académico
Vereda el Verjón (Bogotá), Ángela Robayo.
Especialización en productos procesados.
Belén (Boyacá). Ingeniería Agronómica.
Productores que emplean otros canales de
Fuente de Oro (Meta). El Juan Carlos López.
comercialización, además de los mercados
Colegio (Cundinamarca). Ingeniería Agronómica.
presenciales en parques de Bogotá.
Productores con menos de un año
Hans Nicolás
participando en Mercados Campesinos, Fómeque y Viotá
Chaparro. Ingeniería
venden menos de la mitad de la (Cundinamarca).
Agronómica.
producción de la finca en este canal.
Productores que participan hace más
de un año en Mercados Campesinos Icononzo (Tolima) y María Fernanda
y comercializan más de la mitad de Tuta (Boyacá). Romero, Economía.
su producción en este canal.

Fuente: Parrado, Gutiérrez y Molina, 2012.

[44]
2.2. Línea base

Se realizó un estudio de Línea de Base para el cual en el segundo


semestre de 2012 se aplicaron encuestas o entrevistas estructuradas a
cuatro grupos poblacionales: familias campesinas, grupos locales de
productores (Comités Campesinos Municipales), consumidores en
parques de Bogotá y compradores de plazas de mercado y fruver. De
forma complementaria, el equipo de encuestadores elaboró diarios
de campo, en los que se recogieron observaciones de tipo cualitativo.

Las encuestas a familias campesinas se estructuraron en torno a cua-


tro ejes de análisis: medios de vida, acceso a mercados, seguridad
alimentaria y adaptación a la variabilidad y al cambio climático. Se
incorporó de manera transversal el análisis con enfoque de género.

Se encuestaron en total 403 hogares campesinos6, 400 consumido-


res en 10 parques de Bogotá, 53 comercializadores de plazas de mer-
cado y fruver, 35 grupos locales en igual número de municipios y
cinco grupos en localidades de Bogotá. Las personas encuestadas se
encontraban vinculadas a Mercados Campesinos en los roles de pro-
ducción, comercialización y consumo, por lo que esta información
es aplicable a esta población, sin pretender ser una muestra represen-
tativa para la Región Central de Colombia.

6 Se asume la definición de hogar del Departamento Nacional de Estadística –DANE: Es la per-


sona o grupo de personas, parientes o no, que ocupan la totalidad o parte de una vivienda; atienden
necesidades básicas, con cargo a un presupuesto común y generalmente comparten las comidas.

[45]
En el primer semestre de 2014 se realizó una segunda medición o
Evaluación de Efectividad a 391 hogares vinculados a Mercados
Campesinos, que incluyó además 330 hogares localizados en los
mismos municipios pero que no participan en el proceso, los cuales
fueron seleccionados con fines comparativos (grupo control).

2.3 Tesis

Se desarrollaron 15 tesis de posgrado (13 de maestría y dos de doc-


torado) y siete tesis de pregrado o licenciatura a través de procesos
de investigación participativa. Los temas de investigación fueron
definidos en conjunto con los actores participantes en Mercados
Campesinos en el marco del Comité mencionado previamente y
a partir de necesidades identificadas por los actores de Mercados
Campesinos.

En este ejercicio de concertación, se definieron cinco líneas de inves-


tigación, que buscaron atender desafíos estratégicos de Mercados
Campesinos, comprendiendo mejor sus dinámicas y procesos, a las
vez que aportaron herramientas para mejorar el desempeño del pro-
ceso y la incidencia política de las organizaciones campesinas. Las
líneas definidas fueron: acceso de los campesinos y campesinas a
diferentes canales de comercialización, organización y asociatividad,
políticas públicas, multifuncionalidad de la economía campesina y
participación de las mujeres, las cuales se presentan de forma deta-
llada en la tabla 2.

[46]
Los resultados de las investigaciones fueron compartidos con los
líderes campesinos, los representantes de las ONG que apoyan el
proceso Mercados Campesinos y las familias campesinas que par-
ticipan en el proceso, con lo cual se generó un conocimiento más
profundo de cada temática y se recibió una retroalimentación que
permitió mejorar los documentos finales de investigación.

Tabla 2. Líneas y temas de investigación de las tesis de maestría y doctorado.

Líneas de investigación Temas de tesis Investigador y programa académico


Acceso de campesinos Fijación de precios en Mercados Daniel Acosta. Ingeniero agrónomo.
y campesinas a Campesinos de Bogotá. Caso Maestría en Ciencias Agrarias.
diferentes canales de hortalizas frescas de Fómeque Universidad Nacional de Colombia.
comercialización y Chipaque (Cundinamarca).
Análisis de mercado de Mónica Pedraza. Ingeniera agrónoma.
productos alimenticios Maestría en Ciencias Agrarias.
frescos en la localidad de Universidad Nacional de Colombia.
Engativá - Programa Mercados
Campesinos en Bogotá.
Logística de distribución Liliana Reina. Administradora de
de productos perecederos empresas. Maestría en Ciencias Agrarias.
de economía campesina. Universidad Nacional de Colombia.
Casos Fuente de Oro, Meta
y Viotá, Cundinamarca.
Evaluación de sistemas de Claudia Luengas. Ingeniera
información para el programa agroindustrial. Maestría en
Mercados Campesinos. Ciencias Agrarias. Universidad
Nacional de Colombia.
Estrategia de Desarrollo Humano Álvaro Parrado. Maestría en
y Sustentable para la Empresa Desarrollo Humano y Sustentable.
Asociativa Campesina en la Universidad Bolivariana de Chile.
Región Central de Colombia. El estudio incluyó una tesis de
maestría y una de doctorado.
Estrategia de Desarrollo Álvaro Parrado. Doctorado en
Organización y Humano y Sustentable para las Desarrollo Humano y Sustentable.
asociatividad Organizaciones Campesinas Universidad Bolivariana de Chile.
Locales de la Región Central El estudio incluyó una tesis de
de Colombia vinculadas al maestría y una de doctorado.
proceso Mercados Campesinos.

[47]
Multifuncionalidad de Sostenibilidad de la Adriana Chaparro, Médica
la economía campesina economía campesina en veterinaria. Doctorado en Recursos
el proceso Mercados Naturales y Sostenibilidad.
Campesinos (Colombia). Universidad de Córdoba. España.
Evaluación de los impactos Catherine Tobón. Licenciada en
potenciales de la Variabilidad Física. Maestría en Meteorología.
Climática y El Cambio Climático Universidad Nacional De Colombia.
en algunos indicadores de
seguridad alimentaria en
zonas productoras para
Mercados Campesinos.
Impactos y medidas adaptativas Gonzalo Pradilla. Biólogo. Maestría
a la variabilidad climática en Medio Ambiente y Desarrollo.
en pequeños productores Universidad Nacional de Colombia.
ecológicos y convencionales
del Altiplano Cundiboyacense
(Guasca y Duitama).
Análisis de sostenibilidad William Melo. Ingeniero Agrónomo.
del proceso de Mercados Maestría en Medio Ambiente
Campesinos de la Región y Desarrollo. Universidad
Central de Colombia. Nacional de Colombia.
Influencia de Mercados Martha Correa. Bióloga, M.Sc.
Campesinos sobre la seguridad en Antropología. Universidad
alimentaria de las familias Nacional de Colombia.
participantes del proceso.
Perspectivas locales sobre Milena Bayona. Ingeniera Agrónoma,
la generación de ingresos en M.Sc. en Antropología. Universidad
familias campesinas vinculadas Nacional de Colombia.
a Mercados Campesinos.
El abastecimiento de alimentos Adriana Pérez. Nutricionista-Dietista.
en las políticas públicas de la Maestría en Políticas Públicas.
Gobernación de Cundinamarca Universidad Nacional de Colombia.
y la representación de las
organizaciones campesinas.
Políticas públicas Análisis de las políticas públicas Omar Alejandro Gutiérrez.
de comercialización de alimentos Ingeniero agrónomo. Maestría en
y construcción de elementos Ciencias Agrarias. Universidad
facilitadores para el ingreso Nacional de Colombia.
de pequeños productores a
canales de comercialización.
Participación económica y Valentina Zarama. Socióloga. Maestría
política de las mujeres en en Estudios de Mujer y Género.
Participación de
el proceso de Mercados Universidad Nacional de Colombia.
las mujeres
Campesinos. Dos estudios
de caso (2004-2012).

Fuente: Autores.

[48]
[50]
3. SEGURIDAD ALIMENTARIA,
ACCESO A MERCADOS
Y CAMBIO CLIMATICO.
PROBLEMÁTICA PARA EL
CAMPESINADO Y POLÍTICAS
PÚBLICAS EN COLOMBIA

L
a importancia de la producción campesina para la seguridad
alimentaria nacional ha venido siendo reivindicada tanto
por organizaciones de la sociedad civil, como por la acade-
mia y algunas entidades estatales. Sin embargo, la legislación y las
políticas nacionales han desconocido el rol estratégico que tiene la
economía campesina dentro de una política alimentaria sostenible
e incluyente; a pesar de su importancia, temas como la comerciali-
zación de alimentos de producción campesina no se abordan o se
abordan muy tangencialmente, con algunas excepciones en ciertas
instancias públicas del orden territorial. Se desconoce también el
rol específico de las mujeres rurales en el proceso productivo para la
seguridad alimentaria familiar y nacional.

En las leyes colombianas no existen normas específicas sobre aspectos


como la seguridad alimentaria, la obligación del Estado de garantizar
el derecho a la alimentación, la comercialización de los alimentos o
la protección de la producción de alimentos ante amenazas como el
Cambio Climático, a pesar de que en la Constitución Política con-
templa la alimentación como un derecho para los niños y mujeres
lactantes, así como el apoyo a la producción nacional de alimentos.

[51]
Para las organizaciones campesinas colombianas la seguridad ali-
mentaria es asumida con implicaciones de derecho a la alimentación
y soberanía en el marco territorial, buscando el reconocimiento jurí-
dico y normativo de estas reivindicaciones. Dos importantes instru-
mentos que recogen esta visión son el Mandato Agrario de 2003 y la
Propuesta Alternativa de Ley General de Tierras, Reforma Agraria y
Desarrollo Rural Integral de 2011, los cuales representan y orientan
la posición de las organizaciones campesinas y sociales sobre estos
temas.

En el nivel territorial se han desarrollado algunos planes de abas-


tecimiento de alimentos que reconocen la importancia de articu-
lar la producción campesina, como en el caso de Bogotá, donde la
incidencia realizada desde las organizaciones campesinas a través
del Comité de Interlocución Campesina y Comunal –CICC, fue
fundamental. Como resultado, el Plan Maestro de Abastecimiento
de Alimentos y Seguridad Alimentaria de Bogotá –PMASAB, reco-
noce la importancia de la producción campesina y contempla espa-
cios de participación para esta población en la toma de decisiones y
en la ejecución de la política.

Con respecto a la mitigación y adaptación al cambio climático, los


desarrollos normativos se centran en la adopción de los acuerdos y
compromisos internacionales frente al tema, este desarrollo se ha
enfocado a la reducción de emisiones de carbono y la gestión del
riesgo, sin contemplar de manera específica la protección de la pro-
ducción de alimentos ante los fenómenos climáticos.

[52]
En este capítulo se ofrece una aproximación a las tres problemáti-
cas mencionadas (la seguridad alimentaria, el acceso a mercados por
parte de los campesinos y campesinas, y el cambio y variabilidad cli-
mática) y su abordaje en las políticas públicas.

3.1 Abordaje Del Problema Alimentario


Desde Las Políticas Públicas

La Constitución Política de 1991 contempla el tema de la alimen-


tación desde dos dimensiones: como derecho en el artículo 43 y
44 en el que se refiere a la alimentación equilibrada de los niños y
mujeres lactantes como un derecho fundamental, y como apoyo a
la producción agropecuaria en los artículos 64, 65 y 66, asignando
funciones al Estado para incrementar su productividad y el desarro-
llo tecnológico.

La Constitución además reconoce en el artículo 93 el carácter


vinculante de los tratados internacionales en materia de derechos
humanos ratificados por Colombia, entre los que se encuentran la
Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), la Decla-
ración Universal sobre la Erradicación del Hambre y la Malnutri-
ción (1974), la Declaración de Roma sobre Seguridad Alimentaria
Mundial (1996), el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la
Alimentación (1996) y la Declaración de los objetivos del Milenio
(2000), entre otros.

[53]
Las políticas públicas alimentarias en el nivel nacional han sido
formuladas desde el Consejo Nacional de Política Económica y
Social (CONPES), entidad que hace parte del poder ejecutivo en
calidad de órgano asesor, pero que en la práctica ha venido produ-
ciendo documentos de políticas públicas que orientan la labor del
Gobierno en materia económica y social7. Es así como en el año
1996 se expide documento CONPES 2847 de 1996, Plan Nacional
de Alimentación y Nutrición (PNAN) 1996-2005, el cual contem-
plaba una serie de metas en las áreas de salud, nutrición, alimenta-
ción, agricultura, educación, comunicación y medio ambiente, pero
que se focalizó en los temas de salud pública, y especialmente en la
desnutrición infantil. El PNAN creó organismos de coordinación
nacional conformados por los representantes de entidades guberna-
mentales, sin participación de la sociedad civil. Sus impactos fueron
limitados, aunque se redujeron las cifras de desnutrición infantil.

En el año 2008 se publica el documento CONPES 113, Polí-


tica Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PSAN).

7 El Consejo Nacional de Política Económica y Social — Conpes — fue creado por la Ley 19
de 1958. Ésta es la máxima autoridad nacional de planeación y se desempeña como organismo
asesor del Gobierno en todos los aspectos relacionados con el desarrollo económico y social del
país. Para lograrlo, coordina y orienta a los organismos encargados de la dirección económica
y social en el Gobierno, a través del estudio y aprobación de documentos sobre el desarrollo de
políticas generales que son presentados en sesión. Los miembros del Conpes están establecidos
mediante el Decreto 2148 de 2009 (permanentes, no permanentes, invitados y otros asistentes).
El Conpes y el Conpes Social actúan bajo la dirección del Presidente de la Republica y lo com-
ponen como miembros permanentes con derecho a vos y voto, el Vicepresidente de la República,
todos los Ministros, el Director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la Repú-
blica, el Director del Departamento Nacional de Planeación, y el Director del Departamento
Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación – Colciencias. El Departamento Nacional
de Planeación desempeña las funciones de Secretaría Ejecutiva. https://www.dnp.gov.co/CON-
PES.aspx.

[54]
Tomando como base la Cumbre Mundial sobre la Alimentación
(1996), el CONPES 113 define la seguridad alimentaria como la
disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso y el consumo
oportuno y permanente de los mismos en cantidad, calidad e inocuidad
por parte de todas las personas, bajo condiciones que permitan su ade-
cuada utilización biológica, para llevar una vida saludable y activa.

El PSAN contempla una estrategia más integral que su antecesor,


incluyendo aspectos económicos sociales y culturales. Busca garan-
tizar a la población una calidad de vida integral, pero con un crite-
rio de corresponsabilidad y un enfoque de manejo social del riesgo:
La definición adoptada en este documento Conpes Social va más allá
del hecho de que toda la población tenga una alimentación adecuada,
ésta realza el derecho de la misma a no padecer hambre y a tener una
alimentación adecuada, el deber que tiene la persona y la familia de
procurarse una alimentación apropiada y la necesidad de contar con
estrategias sociales para afrontar los riesgos8.

El CONPES 113 creó una institucionalidad más amplia que su


antecesor, que además del nivel nacional incluyó también a los
departamentos. Creó además la Comisión Intersectorial de Seguri-
dad Alimentaria y Nutricional (CISAN), el Observatorio de Seguri-
dad Alimentaria y Nutricional (OSAN) y ordenó la formulación del
Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PNSAN),
que efectivamente fue promulgado en marzo del 2013 para el

8 Departamento Nacional de Planeación. 2008. Documento CONPES 113. Política de Seguri-


dad Alimentaria y Nutricional (PSAN). Bogotá.

[55]
período 2012-2019. Sin embargo, su impacto ha sido reducido, y ha
carecido de la participación activa de la sociedad civil.

A pesar de que los logros obtenidos por estas políticas distan de


solucionar la problemática del derecho a la alimentación en Colom-
bia, se han logrado algunos avances en términos nutricionales. Sal-
gado (2014) afirma que los logros de esta secuencia de planes son par-
ciales, pues si bien han logrado algunos avances en términos de mejorar
o estabilizar los indicadores relacionados con la nutrición de la pobla-
ción, en particular, la más pobre –estando estos indicadores por debajo
de los promedios de América Latina-, no han tenido una incidencia
fundamental en consolidar una estrategia nacional de producción de
alimentos. De hecho Salgado resalta que existe una ruptura entre las
políticas de seguridad alimentaria y las políticas orientadas a apoyar
producción de alimentos.

3.2 El cambio y la variabilidad climática

La problemática

El sector agrícola se presenta como uno de los más sensibles a las


variaciones climáticas, debido a los cambios que se producen en tem-
peraturas y precipitaciones; variables que afectan directamente los
cultivos, ocasionando déficit de producción y/o pérdida de cultivos,
lo cual incide en la disponibilidad de algunos alimentos, en el acceso
de los mismos debido a costos, o en la inocuidad del alimento.

[56]
Instituciones a nivel internacional como la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el
International Food Policy Research Institute (IFPRI) y el Centro
Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) han estudiado el
impacto que estos hechos presentan, además de estudiar posibles
procesos tanto de mitigación y adaptación.

Dentro de estas investigaciones se encuentra “Variabilidad Climá-


tica y Seguridad Alimentaria y Nutricional” FAO (2011), la cual
concluye que los fenómenos climáticos extremos intensos más frecuen-
tes y más irregulares y las sequías, niveles más altos de los mares y las
irregularidades crecientes en los regímenes de la estación de lluvias
ya tienen repercusiones directas sobre la producción de alimentos, la
infraestructura de la distribución alimentaria, la incidencia de las cri-
sis alimentarias. El informe destaca cambios previsibles en la distri-
bución de agua para los cultivos, el ganado, pérdida de tierras arables
debido a la creciente aridez y a la salinidad asociada, y disminución
del agua subterránea.

A pesar de que se reconoce que eventos climáticos como el fenó-


meno ENOS (El Niño y La Niña) afectan de forma directa e inme-
diata aspectos como la estabilidad, calidad, producción continua o
costos de un producto en una región específica, en Colombia no se
tienen medidas reales de lo que sucede a nivel nacional ni regional
(Tobón, 2014).

[57]
Un conocimiento específico de los posibles impactos que podrían
traer este tipo de eventos tanto a largo como a corto plazo es de gran
utilidad para la reducción de pérdidas en producción, debido a que
pueden anticiparse medidas adaptativas específicas basadas en cono-
cimientos científicos en conjunto con el propio conocimiento de los
principales afectados en este caso los campesinos. De igual forma es
importante tener en cuenta que la seguridad alimentaria estudiada
bajo los impactos generados por el cambio climático y la variabili-
dad climática es un tema de discusión nuevo a nivel mundial, por
tanto aún se siguen concertando formas para su correcta evaluación,
que realmente sirvan para la generación de políticas públicas en este
sentido.

En 2011 el PNUD en la publicación Impacto de la variabili-


dad climática en Colombia destacaron los impactos en la dispo-
nibilidad, calidad y acceso de alimentos y destaca las siguientes
recomendaciones:

–– Considerar en la formulación de la política de adaptación estrate-


gias diferenciadas para pequeños y grandes productores.
–– Generar modelos regionales más adecuados a las características
geográficas, ambientales y climáticas y procesar la información
para generar sistemas de alertas agroclimáticas
–– Establecer seguros climáticos para los productores rurales.

[58]
El Programa Conjunto de Adaptación al Cambio Climático en el
Macizo Colombiano del PNUD (2010), por su parte desataca las
siguientes lecciones:

–– Los sistemas de pequeños productores resultan importantes no


sólo para la seguridad alimentaria, sino también para la reduc-
ción de la pobreza.
–– La intensificación sostenible de la producción puede, especial-
mente en los países en desarrollo, garantizar la seguridad ali-
mentaria y contribuir a mitigar el cambio climático, reduciendo
la deforestación y la invasión de la agricultura en los ecosistemas
naturales.
–– Sistemas productivos tradicionales diversificados son menos vul-
nerables, que los mixtos o los de monocultivos.
–– La conservación, propagación y distribución de las semillas y
especies propias o nativas son estrategias que ayudan a enfrentar
la variabilidad climática  y fortalecen la Soberanía y seguridad
alimentaria.
–– La necesidad de contar con un sistema de alertas tempranas agro-
climáticas construido en un diálogo de saber y operado de manera
participativa.

Se sabe por medio de los estudios realizados de cambio climático por


el PNUD en conjunto con el IDEAM que en sectores de Boyacá y
Cundinamarca se tendrá un aumento ligero de los valores medios de
la temperatura, además estarán al menos más secos en comparación

[59]
con lo actual, lo cual podría afectar la producción en cierta medida
de productos como las hortalizas (Tobón, 2014).

El abordaje desde las políticas públicas

En Colombia los desarrollos de políticas públicas para afron-


tar el cambio climático se vienen dando desde la década de los 90.
Mediante la expedición de la Ley 164 de 1994 se aprueba la Con-
vención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático
CMNUCC. La ratificación de este instrumento implica el cumpli-
miento por parte de Colombia de los compromisos adquiridos, de
acuerdo al principio de responsabilidades comunes pero diferen-
ciadas y en consideración al carácter específico de sus prioridades
nacionales de desarrollo. Así mismo, en el año 2000 se aprueba el
protocolo de Kioto mediante Ley 629.

En 2001 el país presentó su Primera Comunicación Nacional de


Cambio Climático ante la CMNUCC, publicación coordinada por
el IDEAM que analizó y expuso el Inventario Nacional de GEI para
los años 1990 y 1994. En este documento se identificaron los ecosis-
temas más susceptibles al cambio climático y se plantearon las pri-
meras medidas de adaptación para el país.

Posteriormente en el año 2002, el Ministerio del Medio Ambiente


y el Departamento Nacional de Planeación, elaboraron los Linea-
mientos de Política de Cambio Climático a nivel global. En este
mismo año es creada la Oficina Colombiana para la Mitigación del

[60]
Cambio Climático designada para ser el ente promotor e impulsor
de todos los proyectos MDL (Mecanismos de Desarrollo Limpio)
que surgieran en Colombia, favoreciendo la consolidación de pro-
yectos competitivos y eficientemente económicos que pudieran ser
transados en el mercado mundial de la reducción de emisiones CO2.

Adicionalmente en el año 2003 se lanza el CONPES 3242 Estra-


tegia Nacional para la venta de servicios ambientales de mitigación
de cambio climático, el cual complementó el trabajo adelantado y
generó los lineamientos esenciales para la introducción de los pro-
yectos MDL dentro de las medidas de mitigación en el contexto
nacional.

En el 2004 el Ministerio de Ambiente expide las resoluciones No.


0453 y No. 0454. La primera tiene por objetivo adoptar principios,
requisitos y criterios y establecer el procedimiento para la aproba-
ción nacional de proyectos de reducción de emisiones de gases de
efecto invernadero que optan al MDL. La segunda, tiene por obje-
tivo regular el funcionamiento del Comité Técnico Intersectorial de
Mitigación del Cambio Climático del Consejo Nacional Ambiental.

Mediante la Resolución No. 0454 del 27 de abril de 2004, se regula


el funcionamiento del Comité Técnico Intersectorial de Mitigación
del Cambio Climático del Consejo Nacional Ambiental. Entre las
funciones asignadas al Consejo Nacional Ambiental, se encuentra

[61]
la de designar comités técnicos intersectoriales en los que participen
funcionarios de nivel técnico de las entidades que correspondan,
para adelantar tareas de coordinación y seguimiento9.

El Plan Nacional de Desarrollo 2010- 2014, Prosperidad para


todos, incluyó la formulación de un Plan Nacional de Adaptación al
Cambio Climático, que fue puesto en marcha en agosto de 2012,
y de las siguientes estrategias o programas: Estrategia Colombiana
de Desarrollo Bajo en Carbono –ECDBC, Estrategia Nacional
para la Reducción de las Emisiones debidas a la Deforestación –
ENREDD+ y una Estrategia de Protección Financiera ante Desas-
tres, las cuales se encuentran en proceso de implementación.

Finalmente en el 2011 se expide el Documento CONPES 3700,


Estrategia institucional para la articulación de políticas y acciones en
materia de cambio climático en Colombia, que establece una estra-
tegia institucional que contempla la conformación del Sistema
Nacional de Cambio Climático –SNCC, presidido por una Comi-
sión Ejecutiva de Cambio Climático – COMECC, conformada
por representantes de entidades gubernamentales vinculadas al
tema. Actualmente se encuentra en proyecto un decreto del Minis-
terio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que reglamente esta
institucionalidad10.

9 RICCLISA. 2011. Normatividad sobre Cambio Climático en Colombia.


10 Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. DECRETO No.____ Por el cual se crea el
Sistema Nacional de Cambio Climático, y se dictan otras disposiciones. En la propuesta se con-
templa la creación del Sistema Nacional de Cambio Climático – SISCLIMA y la Comisión
Intersectorial de Cambio Climático – COMICC.

[62]
Con respecto a la normatividad relativa a la gestión del riesgo de
desastres y el cambio climático, en el 2012 se expide la Ley 1523, Por
la cual se adopta la política nacional de gestión del riesgo de desastres
y se establece el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres,
en la cual se crea un Comité Nacional para el Conocimiento del
Riesgo, que tiene entre sus funciones: Propender por la armoniza-
ción y la articulación de las acciones de gestión ambiental, adaptación
al cambio climático y gestión del riesgo, así como un Comité Nacional
para la reducción del riesgo que tiene también la función de orientar
y articular las políticas y acciones de gestión ambiental, ordenamiento
territorial, planificación del desarrollo y adaptación al cambio climá-
tico que contribuyan a la reducción del riesgo de desastres.

La implementación de estas políticas se ha dado de forma muy limi-


tada. Salgado (2014) comenta que esto se da por dos razones prin-
cipales: falta de recursos y falta de capacidad estatal, que en buena
medida son reflejo de la falta de voluntad política para avanzar en la
concreción de las políticas11.

3.3 Acceso a mercados y políticas públicas

La problemática

Los campesinos y campesinas son base fundamental de los sistemas


de abastecimiento y distribución de alimentos y forman parte inte-

11 Con base en la síntesis de la relatoría del Conversatorio Cambio Climático y Desarrollo Agrí-
cola, realizado por el Foro Nacional Ambiental y Fescol el 25 de noviembre de 2014.

[63]
gral del mismo; sin embargo, a pesar de su importancia, son el esla-
bón más vulnerable de la cadena de abastecimiento. Son también los
proveedores principales de largas y complejas cadenas de valor que
comercializan productos frescos y procesados a los consumidores,
pero para lograrlo, enfrentan una serie de dificultades cuya solución
definitiva no está a su alcance y dependen excesivamente de terce-
ros actores de la cadena, como son los proveedores de insumos, los
transportadores y los intermediarios. De esta manera, el acceso a los
mercados es demasiado complejo para muchos pequeños producto-
res, que generalmente permanecen en la periferia de los cambios del
sector y quedan en desventaja frente a los productores más grandes.

En Colombia, la producción de alimentos y el abastecimiento a los


centros urbanos y grandes ciudades proviene en su mayoría de la
oferta de pequeños productores. Se estima que en Bogotá alrededor
del 65% de los alimentos consumidos provienen de economías cam-
pesinas (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2006); este porcentaje aumenta
en la medida que asentamientos humanos menos poblados como
son los municipios, son capaces de absorber toda la producción local
y de las inmediaciones.

Existe una alta intermediación en la comercialización de los produc-


tos de origen agropecuario. Algunos analistas consideran que antes
de llegar al consumidor final un producto puede pasar entre el pro-
ductor y el consumidor final, en promedio por cinco agentes inter-
mediarios, donde la calidad del producto disminuye y los costos de

[64]
intermediación hacen que el precio al consumidor sea más alto y la
ganancia del pequeño productor menor.

Cada día es más acentuada la tendencia del productor de entregar


la cosecha al intermediario, ya sea en finca o en una ruta o punto de
concentración en el área rural, y menos la de acudir directamente a
los mercados mayoristas para venderla.

En efecto, los pequeños productores tienen dificultades para acceder


a los mercados, que obedecen a factores estructurales (tales como la
tradición cultural, el arraigo a la producción de algunos productos,
el trabajo individual, entre otros), pero también a las condiciones
de los mercados (exigencias de volúmenes y calidad, condiciones
de pago), que al no cumplirse de manera adecuada, se convierten
en barreras de acceso. Aspectos como la falta de asociatividad, el
limitado acceso a los servicios financieros, las fallas de calidad de sus
productos, los bajos volúmenes de su oferta, etc., son factores que
frecuentemente impiden a los pequeños productores llegar a los
mercados en condiciones de negociación equitativas. Las mujeres
rurales tienen dificultades adicionales debidas a los patrones cultu-
rales que asocian a los hombres con las labores de comercialización
y a las mujeres a las labores domésticas, a pesar de que cada vez hay
una mayor participación femenina en la venta de los productos.

La comercialización de alimentos ha ido avanzando hacia esquemas


más desarrollados e integrados en los que se destacan el uso de tec-
nologías de la información y las comunicaciones, como los sistemas

[65]
de información de precios y los cambios en las relaciones entre los
agentes, en particular los hipermercados y los supermercados. En
este escenario, los mercados mayoristas, como los centros de abastos,
plazas mayoristas y plazas de mercado han empezado a perder pro-
tagonismo y deben empezar a ajustar sus métodos y objetivos, pues
cada vez hay más alternativas para que los consumidores accedan a
los alimentos, y por tanto, para que los agentes comerciales desem-
peñen su actividad.

Colombia ha tenido tradicionalmente un comercio minorista alta-


mente competitivo, debido en gran parte a la segmentación geográ-
fica que se presenta en el interior del país. Sin embargo, aunque el
avance de los supermercados e hipermercados ha sido muy impor-
tante en los últimos años, el canal tradicional de distribución (tien-
das de barrio) captura todavía el 50% del mercado. Esta situación
puede modificarse en el futuro, en la medida en que se incremente
la presencia de cadenas multinacionales en el país y vayan ganado
cuota de mercado.

La comercialización de alimentos en la ciudad de Bogotá

En Bogotá se identifican dos tipos de canales a través de los cuales se


comercializan los alimentos: el tradicional y el empresarial. El tra-
dicional está integrado por las tiendas de barrio, plazas de mercado,
ventas callejeras ambulantes, mercados móviles, famas, depósitos de
papa y expendios de leche cruda (estacionarios y ambulantes). El
canal empresarial está conformado por las cadenas de hipermerca-

[66]
dos y supermercados, y las tiendas especializadas (fruver, carne de
res, carne de pollo, huevos, lácteos).

La ciudad cuenta con una central mayorista, la Corporación de


Abastos de Bogotá, S.A. Corabastos, que opera desde 1972, la cual
abarca una superficie de cerca de 80.000 metros cuadrados con
18.000 construidos, de los cuales más de 10.000 son útiles para el
almacenamiento. Está conformada por 57 bodegas en las cuales
operan 338 mayoristas y 1.339 minoristas. El área promedio es 12
metros por mayorista, cuatro metros cuadrados por minorista y seis
metros por puesto campesino (Gutiérrez, 2014).

Existen además, tres equipamientos que fueron construidos para


descentralizar la comercialización mayorista pero fracasaron como
tales, a raíz de lo cual se transformaron, una como plaza mino-
rista (CODABAS) y las otras dos localizadas en Cota y Mosquera
(UNIABASTOS Y MAXIABASTOS), en centros agroindustriales.

En la ciudad se ha estimado la existencia de 123.000 tiendas de


barrio y mini mercados. De ­estas, sólo 59.000 se caracterizan como
proveedoras de alimentos para preparar y tienen ventas de frutas,
verduras, tubérculos, granos, cereales y lácteos. Este canal detallista
tradicional responde por el 44,8 % del consumo de la ciudad. Estos
canales son fundamentales para el abastecimiento principalmente
de los estratos bajos de población. Además, se cuenta con 48 plazas
de mercado, de las cuales 19 son administradas por el Distrito pero
con operadores privados y las restantes 29 totalmente por el sector

[67]
privado. Este canal es responsable del 5,8% del consumo de alimen-
tos de la ciudad (Gutiérrez, 2014).

De otra parte, el mercado especializado que responde por el 21,4%


del consumo de alimentos, está conformado por almacenes de gran-
des superficies. Hacen parte también del llamado canal moderno
cerca de 860 tiendas especializadas (fruver, cárnicos) las cuales dis-
tribuyen el 4,4% del total de los alimentos que consume la ciudad
(Gutiérrez, 2014).

Se encuentra un mercado institucional conformado por la industria,


los restaurantes y casinos de instituciones públicas y privadas, en los
cuales se consumen alimentos subsidiados y no subsidiados. Este
canal distribuye el 14,7% del total del consumo de la ciudad.

Existen también canales alternativos de distribución de alimentos en


la cuidad de Bogotá, entre los cuales se encuentran los siguientes:

Mercado Orgánico y Solidario: Son esfuerzos que entrelazan a los


pequeños productores preferiblemente con producción orgánica o
agroecológica con los consumidores, pero muchas veces no reducen
la cadena de intermediación y los costos de los productos es bastante
alto.

Mercados Campesinos: Propuesta económico–política con origen


en las bases campesinas. En los capítulos posteriores se describe con
mayor profundidad esta experiencia.

[68]
Mercados Mutuales: similares a los Mercados Campesinos pero sin
un componente y plataforma política tan fuerte como la de éstos; su
oferta de alimentos es más pequeña y no son tan constantes.

Canastas Solidarias: son grupos de consumidores que contactan


y compran directamente a los productores ubicados en varios pisos
térmicos y elaboran una canasta alimentaria básica. Acopian los pro-
ductos y se reúnen mensual o bimensualmente para distribuirse los
alimentos entre ellos, generalmente estas canastas son muy econó-
micas por eliminar los costos de intermediación y valoran fuerte-
mente la producción orgánica y agroecológica.

El abordaje de las políticas públicas

El acceso a mercados de los pequeños productores es abordado en las


políticas públicas colombianas desde la comercialización de alimen-
tos. En este sentido, las políticas vigentes en Colombia se enmarcan
dentro del modelo de libre mercado que se viene aplicando desde la
década de los noventas. Molina (2013) identifica tres tendencias en
el establecimiento de las políticas actuales: mayor promoción de la
actividad comercial privada, intentos por fortalecer la relación entre
sistemas tradicionales y modernos, y el papel relevante de la comer-
cialización en la seguridad alimentaria.

La promoción de la actividad comercial privada en el caso de los


pequeños productores, está asociada a una política de subsidios
transicionales por parte del Estado y la provisión de bienes públicos

[69]
(por ejemplo de normatividad comercial y sanitaria, crédito, infraes-
tructura física y asistencia técnica). La Ley 1133 de 2007 que crea
el Programa Agro Ingreso Seguro (AIS, hoy Programa Desarrollo
Rural con Equidad - DRE), le da la denominación de “apoyos” a
estos subsidios, que se dan tanto a pequeños, medianos y grandes
productores con el fin de reducir los impactos de los tratados de
libre comercio y mejorar la competividad de cara a la internacionali-
zación de la economía.

El Proyecto de Ley de Tierras y Desarrollo Rural diseñado por el


actual gobierno y que no ha superado el proceso de consulta pre-
via para ser presentado al Congreso, contempla también este
tipo de subsidios o apoyos, dedicando un capítulo al tema de la
comercialización.

Para Molina (2012) el fortalecimiento de la relación entre sistemas


tradicionales y modernos se logra, entre otras acciones, con políti-
cas de modernización de los sistemas tradicionales, como sería el
caso de programas del Ministerio de Agricultura como Oportuni-
dades Rurales, Alianzas Productivas y la conformación de Cadenas
Productivas.

[70]
Estos programas tienen como denominador común el desconoci-
miento de la importancia de la producción campesina en el abaste-
cimiento alimentario y sus fortalezas en términos de eficiencia pro-
ductiva, por lo que el abordaje busca su transformación en sistemas
empresariales modernos o la oferta de políticas asistenciales para
aquellos que no tengan la capacidad de hacerlo.

A pesar de la ruptura existente entre las políticas de seguridad ali-


mentaria y de producción de alimentos a que se hizo alusión en la
primera parte de este capítulo12, existen experiencias en el nivel terri-
torial que han avanzado en el reconocimiento de la relevancia de la
comercialización de alimentos para la seguridad alimentaria. Molina
(2013) comenta que aunque con enfoques diferenciables, el país ya
cuenta con experiencias de este tipo en Bogotá, con énfasis hacia la segu-
ridad alimentaria, y en Medellín y Cali más centrados en su concep-
ción en la competitividad de los sistemas de comercialización.

A continuación se analiza el caso de las políticas públicas de Bogotá,


profundizando en el caso de los Mercados Campesinos como aporte
a la política de abastecimiento de alimentos de la ciudad.

12 Algunas leyes y decretos mencionan el apoyo a la comercialización realizada por los


pequeños productores agropecuarios dentro de las funciones de la institucionalidad del
nivel nacional; sin embargo no se establecen los enfoques, mecanismos y financiación
para realizar esta acción, como ocurre por ejemplo en la Ley 160 de 1994 que define que
la comercialización es una función del Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarro-
llo Rural Campesino.

[71]
La política de abastecimiento de alimentos de Bogotá

En Bogotá se tiene un enfoque de derechos desde el punto de vista


de la seguridad alimentaria y el derecho a la alimentación de la
población de la ciudad capital, donde lo más importante es la gene-
ración de las condiciones desde la administración distrital mediante
el diseño y la construcción de una política pública macro, como es
el plan maestro, en la cual se interrelacionen no sólo las cadenas de
suministro y distribución, sino los comedores y jardines de la Secre-
taría del Integración Social y el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar, ICBF, donde la población objetivo principal son los niños
y adolescentes, adultos mayores y población discapacitada.

El Decreto 315 de agosto 15 de 2006, Por el cual se adopta el Plan


Maestro de Abastecimiento de alimentos y seguridad alimentaria para
Bogotá Distrito Capital (PMASAB) y se dictan otras disposiciones,
es muy progresivo en materia de incorporación de un lenguaje de
derechos, presentando, de manera particularmente interesante, la
adopción dentro de sus principales definiciones del término Sobera-
nía Alimentaria, según la Declaración del Foro Mundial sobre Sobe-
ranía Alimentaria realizada en La Habana, Cuba, en el año 2001,
donde se entiende esta como: el derecho de los pueblos a definir sus
propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y
consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para
toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, res-
petando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos,
pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización

[72]
y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un
papel fundamental (PMASAB, art. 2).

El Decreto 315 tiene como fundamento la crítica a la intermedia-


ción que no agrega valor, además acentúa el papel del campesinado y
los pequeños productores en el abastecimiento de la ciudad; al igual
destaca el papel de los tenderos, pequeños supermercados, vendedo-
res de plazas de mercado, mercados móviles, mercados campesinos y
vendedores ambulantes.

La importancia del Decreto 315 de 2006 está –además de incor-


porar como definición principal la soberanía alimentaria– en que
consideró que las características sociales y culturales de la economía
campesina constituyen una fortaleza, puesto que aportan alrededor
del 65% de los alimentos de la canasta básica consumida en Bogotá,
y protegen al abastecimiento de prácticas monopólicas y entrega
una diversidad de productos primarios y transformados. A partir
de ello, incluyó en la estrategia operativa para la política de integra-
ción territorial a los nuevos Mercados Campesinos entendidos como
un instrumento de posicionamiento de la economía campesina y como
una instancia de generación de negocios, de ocurrencia periódica, que
utilicen para sus transacciones el sistema de abastecimiento propuesto y
propuso su institucionalización. Se definieron como objetivos: pro-
mocionar la organización e integración de redes de gestión campesina
y de productores y transformadores primarios para potenciar su capaci-
dad productiva y de gestión que les permita obtener precios justos para
sus productos; garantizar el acceso a los alimentos en términos de cali-

[73]
dad, cantidad, oportunidad y precio justo a los consumidores; propiciar
la integración de cadenas de valor en los circuitos económicos locales
responsables de la generación de riqueza en la región y en la ciudad;
fomentar el procesamiento de alimentos perecederos de manera que se
aporte a la regulación en el suministro y el precio, amortiguando las
variaciones estacionales y agregando valor para generar empleo e ingre-
sos nuevos que fortalezca el tejido económico.

La Política Pública de Seguridad Alimentaria y Nutricional para


Bogotá, Distrito Capital, 2007-2015 está plasmada en el Decreto
508 de 2007, que en su artículo 15 expresa que el eje de acción
pública en torno a la disponibilidad de alimentos tiene entre sus
líneas de trabajo el fortalecimiento de la producción regional de ali-
mentos y de la economía campesina.

Así mismo, la Política Distrital de Productividad, Competitividad y


Desarrollo Socioeconómico de Bogotá D.C. Decreto 064 de 2011,
en su artículo 60 trata del desarrollo económico de la ruralidad que
tiene como una de sus estrategias la de Generar un nuevo marco de
relación campo ciudad a través de la institucionalidad de la ciudad
que reconoce los valores ambientales, económicos y culturales de la rura-
lidad y cuenta con la disponibilidad para desarrollar estrategias finan-
cieras, económicas, e inversiones en infraestructura vial, de telecomuni-
caciones y servicios públicos que permitan una planeación adecuada y
un desarrollo armónico campo ciudad.

[74]
3.4 Participación de las organizaciones
campesinas en la definición
de políticas públicas

En Colombia se han venido conformando estructuras organizati-


vas para la reclamación de una alimentación sostenible y digna para
la zona rural desde organizaciones de base, que permite fortalecer
algunos espacios para que dicho asunto sea caracterizado desde una
situación socialmente relevante hacia la configuración de un espacio
de una política pública de alimentación.

Esta temática que ha sido elevada desde el discurso del campesinado


en oposición a los intereses del modelo económico dominante,
genera una dinámica que comprende aspectos como el bien común,
la participación activa de los miembros de este grupo social y la
defensa de los bienes que afectan de manera homogénea a la comu-
nidad campesina. Estas inferencias son visibles en las dinámicas de
sus trabajos organizativos, como los foros, las mesas de trabajo, los
congresos, que son espacios de enunciabilidad del problema, así
como las referencias de los documentos que soportan los alcances y
las líneas de trabajo concebidas en sus demandas.

Se han identificado dos lógicas en que la situación alimentaria se


dinamiza desde estas bases sociales. Primero, se eleva el sentido de
la alimentación hacia un espacio político en donde estas organiza-
ciones reorganizan el sentido del problema alimentario más allá de
las necesidades de requerimientos nutricionales y la adquisición de

[75]
alimentos como se figura en la política de Seguridad Alimentaria
y Nutricional, sin desconocerse la importancia de estos elementos
para satisfacer un proceso de alimentación; y por otro lado, la visi-
bilidad del campesinado como un sujeto social en la dinámica de las
políticas públicas de la seguridad alimentaria y la estructura norma-
tiva que se define para el sector rural.

Las organizaciones hacen uso de instrumentos de incidencia que


profundizan el saber de la temática alimentaria que demanda este
grupo social, se producen y configuran saberes de la organización
campesina, se caracterizan las poblaciones que sufren el problema, la
enunciación y visibilidad del problema alimentario, así como el plan-
teamiento de una planeación e intervención desde estos sectores.

Entre ellos se encuentran documentos como el Mandato Agrario


de 2003 y la Propuesta de Ley General de Tierras, Reforma Agra-
ria (Ley Agraria Alternativa) y Desarrollo Rural Integral de 2011.
También se resalta el trabajo colectivo y dinámica de otras organi-
zaciones sociales que aportan elementos para el planteamiento de la
política pública alimentaria como es la propuesta de Política Pública
Agraria para Colombia (construida por un grupo de investigadores
y expertos en el terma agrario con la coordinación de ILSA en 2002)
y las propuesta para desarrollar y ampliar las zonas de reservas cam-
pesinas, entre otras.

El Mandato Agrario y la Ley Agraria Alternativa, como herramien-


tas para la planeación de la configuración de políticas públicas

[76]
desde estas bases sociales, son instrumentos en contraposición a las
dinámicas de la intervención estatal, donde su primer objetivo es la
defensa de la tierra. Pero en función de esta investigación también
ofrecen elementos de realidades específicas de este sector para deter-
minar el problema de la alimentación de manera integral.

En referencia a lo anterior, el Mandato Agrario fue consolidado


desde el Congreso Nacional Agrario el 7 y 8 de abril de 2003 y es
el resultado de un proceso de trabajo e integración del conjunto de
organizaciones campesinas, y otras como afrocolombianas e indí-
genas, siendo un proceso construido desde las bases, donde se esta-
blecen elementos para articular problemas específicos de un grupo
social.

La posición de las organizaciones campesinas en el Congreso Nacio-


nal Agrario es multidimensional, incluyendo aspectos como la
tenencia de la tierra, el sistema económico, la inseguridad e insoste-
nibilidad del proceso alimentario. Es una propuesta que moviliza las
intenciones de las organizaciones campesinas y demás grupos orga-
nizados que participaron, fortalece su posición frente a las inter-
venciones de organismos internacionales como la OMC, el Banco
Mundial, el FMI y la participación de las transnacionales, pues más
que las condiciones de producción y distribución de alimentos, se
estipula la defensa del reconocimiento del campesinado, la vida
comunitaria y los derechos colectivos. Para las organizaciones el
Mandato es también una base para mantener unidad y para la cons-
trucción de políticas públicas.

[77]
La Propuesta de Ley General de Tierras, Reforma Agraria y Desa-
rrollo Rural Integral, elaborada desde las organizaciones de base
integradas en la Mesa de Unidad Agraria se encuentra articulada a
las intenciones concertadas del Mandato Agrario del año 2003, al
reconocimiento de la lucha del campesinado en defensa de sus dere-
chos y a la apuesta de las mujeres por el logro de la equidad con el
acceso a tierra y a otros activos para la actividad agropecuaria.

Este instrumento de construcción de política pública es también un


mecanismo que determina el reconocimiento del derecho a la ali-
mentación a través de la participación del campesinado y el sector
rural desde un marco normativo y jurídico. En este sentido, se funda-
menta el alcance de este trabajo organizativo que permite estabilizar
una estructura que puede abordar la intervención de la alimentación
con una participación activa del campesinado hacia el sostenimiento
del derecho alimentario. La propuesta de ley demanda por la sobera-
nía alimentaria y la seguridad alimentaria como situación de priori-
dad y también la participación decisoria y autónoma de la población
rural en el diseño, la gestión y evaluación de los planes, programas y
proyectos, así como por el deber del Estado en defensa y el fortaleci-
miento de la economía campesina. En el artículo 3 de esta propuesta
de Ley se define entre los fines Garantizar la Soberanía, Seguridad
y Autonomía alimentaria.., teniendo presentes elementos como la
economía campesina, recuperación de la cultura alimentaria sobre
la base de la producción y consumo de alimentos, sanos, limpios,
nutritivos y suficientes.

[78]
La propuesta contempla una estructura institucional que atienda las
necesidades del campesinado, como lo son el Sistema Nacional de
Desarrollo Rural Integral y Reforma Agraria y el Consejo Nacional de
Desarrollo Rural Integral, con ciertas especificaciones para cada nivel
territorial, en donde la dinámica organizativa a nivel local tendría
un papel relevante en la determinación de las consideraciones de
sus problemas, se define un modelo de construcción desde lo local
a lo nacional. Pues como se define en el artículo 5 Funciones de los
Consejos de Desarrollo Rural Integral y Reforma Agraria, se propone
que desde el nivel municipal se presente mayor participación en el
diseño, seguimiento y control de las intervenciones estatales.

Otros espacios que se planifican con este instrumento son la creación


del Consejo Nacional de Política Económica y Social para la Agricul-
tura y el Medio Rural; y la organización de nueve sub-sistemas como
el Subsistema de Seguridad Social y Desarrollo Integral de la Pobla-
ción Rural y el Subsistema de Soberanía, Autonomía y Seguridad Ali-
mentaria, como principales espacios desde donde se configurarían
políticas públicas de alimentación enfocadas hacia la seguridad de
condiciones mínimas de calidad de vida y alimentación.

En el subsistema de Seguridad Social y Desarrollo Rural se invo-


lucran aspectos de servicios de salud, educación, condiciones de
vivienda digna, acceso a la cultura, la recreación y el empleo, factores
que favorecen un proceso de alimentación que permiten sostener la
calidad de vida; y el subsistema de Soberanía, Autonomía y Seguri-
dad Alimentaria define que la alimentación debe ser garantía para la

[79]
población, enmarcados en sistemas agroalimentarios locales y pro-
tección de la producción.

Además de lo anterior, este instrumento demuestra la claridad de la


planificación para abordar la problemática en general de la pobla-
ción rural, incluida la condición del problema del acceso, el con-
sumo y el aprovechamiento de los alimentos, ya que incorpora ele-
mentos como el Plan Decenal de Desarrollo de Agricultura y el Medio
rural.

Con respecto a la construcción de políticas públicas frente al tema


del cambio climático y la producción de alimentos, no se evidencia
una labor importante desde las organizaciones campesinas, aunque
desde movimientos como el agroecológico y la Mesa de Incidencia
Política de las Mujeres Rurales se han venido promoviendo alterna-
tivas de producción para reducir los impactos ambientales de la agri-
cultura y mitigar y adaptarse a los fenómenos climáticos.

Se puede concluir entonces, que para las organizaciones campesi-


nas colombianas la seguridad alimentaria es asumida con implica-
ciones de derecho a la alimentación y soberanía en el marco terri-
torial, buscando el reconocimiento jurídico y normativo de estas
reivindicaciones.

[80]
[82]
4. MERCADOS CAMPESINOS
DE LA REGIÓN CENTRAL
DE COLOMBIA

M ercados Campesinos es un proceso social, económico y polí-


tico que busca la reivindicación de los campesinos y cam-
pesinas de la Región Central de Colombia, a partir de dos pilares
fundamentales: por un lado, la incidencia directa del campesinado
en el diseño y ejecución de políticas públicas y, por otra parte, la par-
ticipación económica más justa de los campesinos y campesinas en
el mercado.

4.1 Surgimiento y Desarrollo

Mercados Campesinos surge a partir de una estrategia de reconoci-


miento de la economía campesina y de defensa del derecho a la ali-
mentación que se recoge en la declaración del Mandato Agrario de
2003. Su objetivo es la promoción de vínculos más equitativos entre
el campo y la ciudad, y el logro de un doble impacto sobre la seguri-
dad alimentaria y el desarrollo rural del país13.

13 Territorialmente el proceso se desarrolla en la Región Central de Colombia constituida por los


departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima, Meta y la ruralidad de Bogotá.

[83]
Desde 2004 el Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un
Derecho Alternativos (ILSA) y The Oxford Committee for Famine
Relief (OXFAM) han apoyado técnica y financieramente a las orga-
nizaciones campesinas y comunales en el desarrollo de Mercados
Campesinos, cuya expansión, a partir de 2007, contó con el apoyo
de la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Unión Europea. En 2004 se con-
formó el Comité de Interlocución Campesina y Comunal (CICC),
como espacio de diálogo, deliberación y consenso constituido por
ocho organizaciones campesinas y comunales de tipo nacional y
regional.

Nueve años después, se creó la Alianza Campesina y Comunal


(ALCAMPO) constituida por tres organizaciones campesinas y
comunales de tipo nacional y regional que coordina los Mercados
Campesinos y Populares, que ha permitido ampliar la cobertura y
alcance del proceso.

Además de los actores mencionados, son múltiples las instituciones


del ámbito municipal, regional y nacional vinculadas al proceso de
Mercados Campesinos. Más de 40 alcaldías y concejos municipales
han respaldado la iniciativa, incluida la Alcaldía Mayor de Bogotá,
el Concejo de Bogotá, las juntas administradoras locales del distrito
capital, instituciones de educación superior y los actores de la cadena
de comercialización (productores, consumidores y comerciantes de
las plazas de mercado).

[84]
Uno de los logros más significativos de Mercados Campesinos es su
contribución a una mayor visibilidad de la economía campesina y a
facilitar su incidencia política en el Distrito Capital y en los más de
100 municipios que hoy día hacen parte del proceso. Para ello, se ha
promovido la creación de Comités Locales de Apoyo a la Economía
Campesina Municipal, en los que todos los actores de los procesos
de comercialización intervienen de forma propositiva y democrá-
tica, sean los campesinos productores organizados o no, con el fin de
construir políticas locales que beneficien al grueso del campesinado
(Montoya y Mondragón, 2010; Corredor, 2011).

Mercados Campesinos ha permitido visibilizar la participación de


las mujeres en el proceso de comercialización de los productos cam-
pesinos, promoviendo su autonomía económica y creando espacios
de participación e intervención a nivel organizativo.

Asimismo, a nivel de incidencia política a nivel distrital, las organi-


zaciones campesinas han logrado: i) el reconocimiento de la econo-
mía campesina en la política de seguridad alimentaria 2007-2015 de
Bogotá por su rol estratégico para el abastecimiento y la seguridad
alimentaria de la ciudad; ii) la definición de un sistema de abaste-
cimiento con una lógica de precio justo en la que se beneficien los
dos extremos de la cadena: consumidor y productor ; iii) la inclusión
de dos representantes de las organizaciones campesinas y comunales
en el Comité Directivo que gerencia el Plan Maestro de Abasteci-
miento de Alimentos y Seguridad Alimentaria de Bogotá (PMA-
SAB); iv) La institucionalización del Día Nacional del Campesino

[85]
en Bogotá por parte del Concejo de la ciudad; y v) la creación de
un canal alternativo de comercialización (mercados presenciales),
financiado por recursos públicos, que reduce la intermediación y
con ello la doble injusticia que afecta a los consumidores de Bogotá
y los productores campesinos (con altos precios para los primeros y
bajos para los segundos)14.

Las organizaciones de Mercados Campesinos han sido muy activas


en la formulación de propuestas de política pública que beneficien a
los campesinos y campesinas. Dos ejemplos al respecto son: la elabo-
ración y presentación de 21 propuestas entregadas a los candidatos a
la Alcaldía de Bogotá en 2011; y en el nivel nacional; su activa par-
ticipación en las movilizaciones campesinas, como los Paros Nacio-
nales Agrarios de agosto de 2013 y mayo de 2014, donde asumieron
roles de liderazgo.

Dentro de la estrategia de ampliación de aliados institucionales y


espacios de incidencia política, a partir del segundo semestre de
2013 el CICC participa en la Comisión Intersectorial de Seguri-
dad Alimentaria y Nutricional (CISAN), desde donde viene apor-
tando a la construcción del Plan Nacional de Seguridad Alimenta-
ria y Nutricional. Además se están realizando acercamientos con
otros organismos distritales, como lo es la Secretaría de Integra-
ción Social que maneja los programas de alimentación para pobla-
ción vulnerable.

14 La inversión pública por parte del Distrito Capital para los años 2013 y 2014 (a corte de junio
de 2014) es de $4.285 millones de pesos.

[86]
4.2 Los Actores de los Mercados Campesinos

Mercados Campesinos tiene como actores fundamentales los cam-


pesinos y campesinas que se encuentran vinculados al proceso, las
organizaciones campesinas que operan a nivel local y regional, las
instituciones de acompañamiento, los aliados comerciales y los con-
sumidores urbanos.

4.2.1 Las familias campesinas

La información que se presenta a continuación corresponde a las dos


encuestas que se hicieron a hogares campesinos vinculados a Merca-
dos Campesinos en los años 2012 (Línea Base) y 2014 (Evaluación
de Efectividad), junto con algunos estudios de caso realizados en las
tesis descritas en el capítulo dos.

De acuerdo a una Encuesta de Hogares Campesinos realizada en


201415, Mercados Campesinos cuenta con 1991 hogares vinculados,
los cuales están localizados en la Región Central de Colombia, espe-

15 La Encuesta de Hogares Campesinos llevada a cabo en febrero de 2014, tuvo como objetivo
evaluar la efectividad del proyecto Mercados Campesinos iniciado en 2007. Con este fin, se
adoptó un diseño de evaluación de impacto cuasi experimental, comparando hogares que se han
beneficiado de las actividades de Mercados Campesinos, con hogares que tenían características
similares en el punto de partida en 2007/8, pero que no recibieron dicho apoyo. La encuesta se
aplicó a 391 hogares beneficiarios y 330 hogares de control. Entre los resultados evaluados, se
incluyeron aquellos relacionados con el acceso a mercados, los ingresos derivados de la actividad
agropecuaria, el capital social y fortalecimiento organizativo, las capacidades de incidencia polí-
tica y la valoración y visibilización de la mujer rural.

[87]
cíficamente los departamentos de Cundinamarca (46%), Boyacá
(19%), Tolima (11%), Meta (2%) y en Bogotá (22%), y en menor
medida en los departamentos de Quindío (0,5%) y Huila (0,2%).
En 2005 se contaba con la participación de 40 municipios, en 2007
esta cifra llegó a 80 y en 2014 a 112.

Las familias presentan como principales características comunes las


siguientes: el 41% deriva sus ingresos de la agricultura; tienen acceso
limitado a la tierra; una quinta parte se encuentra en situación de
pobreza16; cuentan con una alta presencia de menores de edad y
adultos mayores, con una edad promedio por familia de 50 años; y
poseen un bajo nivel de escolaridad.

El promedio de integrantes de los hogares campesinos17 encuesta-


dos es de 3,9 personas, valor ligeramente superior al estimado para
Colombia que es de 3,7 personas en la zona rural18.

A pesar de que los beneficiarios son mayoritariamente mujeres


(70%), la jefatura del hogar está en manos principalmente de los

16 Según el índice NBI calculado teniendo en cuenta las dimensiones de vivienda, servicios públi-
cos y espacio doméstico. En promedio el 21,6% de la población vinculada a Mercados Campesi-
nos se encontraba en situación de pobreza en 2013 según el índice NBI, proporción inferior al
total nacional calculado en 27,8%. De acuerdo a la Evaluación de Efectividad (2014) esta pro-
porción era del 28,7% en 2007.
17 Se asume la definición de hogar del Departamento Nacional de Estadística –DANE: Es la
persona o grupo de personas, parientes o no, que ocupan la totalidad o parte de una vivienda;
atienden necesidades básicas, con cargo a un presupuesto común y generalmente comparten las
comidas. Se asimila al concepto de familia, ya que la mayor parte de las personas que viven en
estos hogares comparten lazos de parentesco o de afecto.
18 Departamento Nacional de Estadística –DANE. 2013. Encuesta Nacional de Calidad de Vida
2012. El total nacional es 3,5 personas por hogar.

[88]
hombres (el 62% manifestaron que el jefe del hogar es hombre y el
38% que era mujer).

En la Encuesta de Hogares 2012, se evidencia que casi la mitad de


las familias no cuenta con tierra propia, sin embargo, el 85% de los
hogares campesinos tienen algún tipo de acceso a la tierra, ya sea
como propietarios (38%), en arriendo (12%), en usufructo (14%),
como ocupantes de hecho (1,4%) o combinando los anteriores tipos
de tenencia (20%). Los predios corresponden a minifundios que
en la mayoría de los casos no superan la Unidad Agrícola Familiar
(UAF) establecida para cada municipio19. El área promedio cuando
el predio es propio es de una hectárea; en arriendo de 0,8 hectáreas,
en usufructo 0,5 hectáreas y en ocupación de hecho 0,05 hectáreas.
Esta situación se corrobora en la medición de 2014 en donde los
hombres manifiestan contar con mayor área para cultivar frente a las
mujeres en 45%.

Los pequeños predios se caracterizan por tener una alta diversidad


de actividades productivas, tanto agrícolas como pecuarias, aunque
con un predominio del área dedicada a cultivos. Más de la mitad de
las familias posee animales destinados a actividades de producción
pecuaria.

19 El Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER) ha definido la Unidad Agrícola


Familiar (UAF) como la empresa básica de producción agrícola, pecuaria, acuícola o fores-
tal, cuya extensión permite, con su proyecto productivo y tecnología adecuada, generar como
mínimo dos salarios mínimos legales mensuales vigentes.

[89]
En este sentido, la dependencia de insumos externos es menor
en los sistemas de producción orgánicos y agroecológicos, donde
por ejemplo los abonos y los productos para el control de plagas y
enfermedades son obtenidos en la misma finca (Romero, 2011). La
mayor dependencia de insumos externos se da en los sistemas espe-
cializados en productos procesados, como ocurre en aquellos dedi-
cados a la producción de derivados lácteos. La falta de autonomía
en la obtención de la leche, amenaza la sostenibilidad económica del
sistema, ya que se presentan incumplimientos por parte de los pro-
veedores y variabilidad en los precios (Robayo, 2011).

Asimismo, la escasez de mano de obra es una limitante común. Los


productores realizan la mayor parte de las labores que demandan los
cultivos y el manejo de los animales en las fincas. En algunos casos,
esto lo hace una sola persona, quien además puede ser un adulto
mayor. La principal razón para no contratar trabajadores externos es
la falta de recursos financieros, ya que las utilidades recibidas por la
venta de los productos no alcanzan a cubrir este costo. Esta deficien-
cia es cubierta parcialmente a través de estrategias de solidaridad con
vecinos y familiares, como la “mano vuelta”, formas de producción
en sociedad o retribuyendo al trabajador con parte de la producción
y su alimentación.

En materia educativa debe señalarse que algo sólo la cuarta parte


de la población tiene formación secundaria completa, y el 4% tiene

[90]
estudios a nivel técnico o universitario. Por otro lado, el 68% de los
participantes en Mercados Campesinos tienen estudios de primaria
completos20 siendo ligeramente superior el tiempo de formación
para las mujeres; lo cual corresponde con los cálculos del Departa-
mento Nacional de Planeación (DNP, 2007) para la población rural
colombiana, correspondientes a 5 años promedio de educación para
personas mayores de 15 años.

A continuación se analiza la situación de las familias campesinas a


partir de cinco dimensiones: ingresos, seguridad alimentaria, adap-
tación a la variabilidad y el cambio climático, empoderamiento se las
mujeres y desarrollo de capacidades de agencia.

Ingresos familiares

Para analizar los ingresos de las familias que participan en Mercados


Campesinos es necesario tener en cuenta tanto los ingresos moneta-
rios o explícitos como los ingresos no monetarios o implícitos pro-
pios de la economía campesina.

De acuerdo a la Encuesta de Hogares Campesinos realizada en


2012, el ingreso promedio mensual de las familias que participan
en Mercados Campesinos es de $825.250 (US$412,621). El 31%
obtiene un ingreso que está entre 1 y 2 salarios mínimos (SMLMV),

20 Sólo el 3% de los encuestados corresponde a población en edad escolar, según la definición de


Ministerio de Educación que ubica a esta población hasta los 21 años de edad.
21 Se utiliza una tasa de cambio de referencia de 2.000 pesos colombianos por dólar estadounidense.

[91]
el 23% entre medio y un salario mínimo, y el 22% recibe menos de
un salario mínimo22.

Con base en esta medición, el 41% de los ingresos proviene de acti-


vidades agropecuarias. El restante 59% de los ingresos fueron obte-
nidos en su mayoría del trabajo realizado por fuera de la finca, en
especial en la industria y en servicios como comercio y transporte,
destacándose también el componente de subsidios que fue del 8%
del total de los ingresos. El ingreso monetario familiar fue inferior al
gasto promedio, con un déficit del 4%. Estos resultados no incluyen
los ingresos no monetarios como la producción destinada al hogar
y el trabajo familiar no remunerado. El ingreso promedio percibido
por las mujeres es inferior en 9% al de los hombres. La tasa de ocupa-
ción promedio para la población mayor de 12 años es de 64%.

Al comparar estos resultados con los de gasto, se observa una alta


vulnerabilidad financiera de esta población, ya que los gastos pro-
medio de los hogares encuestados son superiores en 4% al ingreso
promedio.

Chaparro (2013) analizó la composición de los ingresos moneta-


rios y no monetarios en ocho sistemas de producción vinculados a
Mercados Campesinos. Los ingresos no monetarios los asoció bási-
camente a la producción de la finca destinada para el consumo de la
familia o autoconsumo, que en promedio fue del 27% frente a los

22 Salario Mínimo Legal Mensual Vigente (SMLMV) del año 2012 fue equivalente a $ 566.700
(US$ 283)

[92]
ingresos por actividades agropecuarias. En cuanto a los costos no
monetarios, estos representan entre el 44% y el 64% del total de los
costos de producción y gastos de las familias según el tipo de activi-
dad productiva (Chaparro, 2013 y Acosta, 2013), siendo el rubro
más importante la mano de obra familiar no remunerada; el 49% de
los costos de producción están representados en trabajo y de este el
84% corresponde a mano de obra familiar.

Estos datos muestran la alta vulnerabilidad económica de las fami-


lias que participan en Mercados Campesinos, a lo que se añade el
limitado acceso a recursos productivos y la escasez de mano de obra
joven que se presentan en estos territorios.

Seguridad alimentaria familiar

Un análisis de la dieta de las familias que participan en Mercados


Campesinos (Ivonne Rueda, Caracterización de la situación alimen-
taria y nutricional de las familias campesinas de la región central de
Colombia a partir de estudios de caso, 2012), concluye que su dieta
consumida está basada en alimentos de alto aporte calórico a bajo
costo, mientras que el consumo de alimentos aportantes de nutrien-
tes claves como son proteínas y micronutrientes como el hierro, zinc
y vitamina A, es bajo.

[93]
En la medición de 201223 se corrobora lo anterior, dado que los
cárnicos, las frutas y las verduras son los alimentos no consumidos
por la mayor proporción de hogares campesinos, con porcentajes
del 29%, 22% y 19% respectivamente. Las principales razones de
no consumo son: falta de dinero para comprar los alimentos (34%),
porque no había oferta (26%), por altos precios de los productos
(13%), porque no hizo mercado o no fue al lugar de venta de los
productos (24%). Esto se refleja en la reducida diversidad de la dieta,
ya que el número promedio de productos de la canasta usual de ali-
mentos en los hogares era de 12.

En el mismo estudio, al indagar por el origen de los alimentos que


consumen los hogares campesinos, llama la atención que la mayoría
los compraban en la cabecera municipal y en segundo lugar los obte-
nían de la misma finca, a pesar de que alrededor del 20% de la pro-
ducción de las fincas se destina al autoconsumo. El 27% de los hoga-
res compra también sus alimentos en los Mercados Campesinos y
una proporción igual los adquiere en otros lugares. Otro medio para
acceder a los alimentos fue el trueque realizado en los mercados pre-
senciales, el cual se explica más adelante.

La seguridad alimentaria familiar tiene mayor prioridad para la


población femenina, pues ellas destinan en promedio el 15% de los

23 Parrado, A. Gutiérrez, O.A. Molina, J.P. 2013. Documento Síntesis de la Línea de Base. Grupo
de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural. Proyecto Acceso a Mercados y Seguridad Ali-
mentaria en la Región Central de Colombia. Convenio de Cooperación OXFAM GB - Univer-
sidad Nacional de Colombia.

[94]
granos, huevos, verduras y frutas producidos en la finca para el con-
sumo del hogar, frente a los hombres que destinan en promedio el
9% de estos alimentos para el autoconsumo.

Finalmente, la Encuesta de Hogares Campesinos 2014, permitió


estimar que los hogares campesinos asignan, en promedio al mes, el
33% de sus ingresos a gastos de alimentación.

Adaptación a la variabilidad y el cambio climáticos

El 83% de los participantes de Mercados Campesinos consideraron


que fueron afectados por la variabilidad climática (que se describió
en el formulario de encuesta como fenómenos climáticos fuera de lo
común) entre el 2011 y el primer semestre de 2012. Estos resultados
contrastan con la proporción de pérdidas de producción que mani-
festaron haber tenido en el último mes o cosecha (inferiores al 2%),
lo cual estaría relacionado a que la pregunta relativa a la afectación
por variabilidad climática recogió los impactos de la ola invernal a
causa del fenómeno de La Niña que vivió el país entre 2010 y 2011,
y que afectó la mayor parte del territorio nacional, mientras que
en el año 2012 no se presentaron este tipo de fenómenos extremos
(Parrado, Gutiérrez y Molina, 2013).

La principal consecuencia de la variabilidad climática fue la reduc-


ción de la producción, según lo manifestaron el 68% de los produc-
tores encuestados. En segundo nivel de importancia estuvo la pér-
dida total de la producción (19%).

[95]
Sólo el 28% dijo haber implementado alguna estrategia de adapta-
ción o mitigación ante estos fenómenos climáticos. Las principa-
les estrategias fueron la fumigación (26%), construcción de zanjas,
cunetas y drenajes (25%) y abonamiento (14%), medidas que están
relacionadas principalmente con el exceso de lluvias.

El 6% de los encuestados utilizó invernaderos y otra proporción


similar implementó sistemas de riego para reducir los efectos climá-
ticos. Solamente el 5% dijo haber cambiado las épocas de siembra
para evitar pérdidas por la variabilidad climática; de igual forma es
baja la proporción de quienes dijeron no cultivar en zonas inunda-
bles (2%) y quienes acudieron a la asistencia técnica (1%).

Con el fin de evaluar el impacto concreto de la variabilidad climá-


tica sobre la producción, Pradilla (2014) analizó el nivel de pérdi-
das sufridas en 6 sistemas de producción campesinos ubicados en
Duitama y Paipa, Boyacá, y en 6 sistemas de producción en Guasca,
Cundinamarca. Los 6 sistemas productivos de Boyacá reciben el
acompañamiento de la Fundación San Isidro y fueron seleccionados
para desarrollar un piloto de adaptación a la variabilidad y el cambio
climáticos.

En el caso de Boyacá, el 75% de los tres cultivos referidos se ha visto


impactado negativamente por eventos climáticos inesperados o muy
fuertes, siendo el nivel de pérdidas sobre el total de la producción de
un 45%. En la zona de Guasca, la incidencia negativa del clima sobre
los cultivos más importantes resultó ser más bajo (40%), al igual que

[96]
el porcentaje de pérdida total o parcial (32%), en la medida en que
el clima en esta zona no presenta extremos tan marcados como en el
caso de los municipios de Boyacá en los que se trabajó.

Los sistemas productivos analizados tuvieron en común una tenden-


cia hacia la agroecología, por lo que entre las estrategias identifica-
das por Pradilla (2014) para hacer frente a los fenómenos climáticos
estuvieron: i) diversificación con manejo de policultivos con más de
30 variedades diferentes de cultivos, incluyendo algunas especies de
árboles, arvenses y plantas nativas aprovechadas por los campesinos;
ii) producción e intercambio local de semillas y variedades; iii) bue-
nas prácticas de manejo de suelos; iv) manejo eficiente y ecológico
del agua; v) organización colectiva de la producción; vi) conoci-
miento del clima, las variedades y las fincas.

La participación de las mujeres

Las mujeres registraron una participación mayor a la de los hom-


bres (70% del total) y mostraron vincularse en mayor proporción a
los mercados presenciales y locales y a otros canales directos como la
venta a vecinos o en eventos comerciales, mientras que los hombres
participaron en mayor medida en el canal mayorista y en los canales
de intermediación tradicional.

[97]
Igualmente la participación de las mujeres en las organizaciones
locales fue mayor y con mayor permanencia, siendo equitativa la
presencia en cargos directivos con respecto a los hombres. Estos
resultados evidencian que Mercados Campesinos ha sido un espacio
que facilita el empoderamiento económico y social de las mujeres
campesinas y la equidad de género.

4.2.2 Las organizaciones campesinas

Hacen parte de Mercados Campesinos dos tipos de organizacio-


nes campesinas según su localización y alcance: las organizaciones
nacionales y regionales que hacen parte del CICC y ALCAMPO,
y las organizaciones campesinas locales o Comités Campesinos
Municipales24.

El 95% de los participantes en Mercados Campesinos hacen parte


de las organizaciones locales. Estas organizaciones se encargan de
agregar la oferta de las personas que los integran y designar sus repre-
sentantes (Ordoñez y Montoya, 2011). Si bien, todos los grupos
cuentan con participación mixta de hombres y mujeres, existe una
tendencia a una mayor presencia de mujeres (59% del total en 2012)

24 Estos grupos son denominados Comités Campesinos Municipales en el marco del proceso Mer-
cados Campesinos. Sin embargo, para este estudio utilizamos el término de grupos u organiza-
ciones campesinas locales vinculadas al proceso Mercados Campesinos, teniendo en cuenta que
más de la mitad de los grupos encuestados se identifican con otras denominaciones, como se
observa en el anexo 1.

[98]
La mayor parte de estas organizaciones muestran solidez y conti-
nuidad. El 85% de los encuestados manifiestan que en sus organi-
zaciones tienen objetivos definidos, el 42% sabe que cuenta con
un reglamento interno, se reúnen al menos una vez al mes (64%
mensualmente), los líderes denominados como promotores locales y
coordinadores regionales son relativamente estables en sus cargos, ya
que el 42% llevan entre dos y tres años ejerciendo esta función. El
manejo del dinero se hace de manera transparente y en la mayoría de
los casos se tienen canales de comunicación establecidos para mani-
festar reclamos o sugerencias.

Las organizaciones locales han desarrollado la capacidad de agre-


gar la oferta de productos para llevar a los mercados campesinos en
Bogotá y en el mismo municipio, incidir en la definición de polí-
ticas locales (gobernanza territorial), gestionar apoyos de las alcal-
días municipales, articularse con organizaciones campesinas de
otros municipios para realizar eventos regionales y con otros actores
institucionales.

Como resultado de las gestiones con las instancias gubernamentales


locales, han logrado obtener recursos de casi la mitad de las alcal-
días municipales para participar en los mercados presenciales, la expe-
dición de políticas públicas de apoyo a la economía campesina por
parte de los concejos municipales (acuerdos) y la realización de mer-
cados locales en 28 municipios.

[99]
4.2.3 Las instituciones de acompañamiento
y las alianzas organizativas

Son numerosos y diversos los actores que participan en Mercados


Campesinos. Se identifica un núcleo central conformado por el
CICC y ALCAMPO, que han venido recibiendo el acompaña-
miento a lo largo del proceso de ILSA, Oxfam y la SDDE, como se
ilustra en la figura 3. En torno a este núcleo central se identifican ins-
tituciones de acompañamiento financiero, técnico, investigativo, de
gestión del riesgo y de vigilancia, además de otros actores del campe-
sinado y aliados comerciales.

Figura 3. Estructura central de Mercados Campesinos

SECRETARÍA DE
DESARROLLO ANMUCIC
ECONÓMICO
ADUC
ILSA MERCADOS
CAMPESINOS ALCAMPO AGROCOMUNAL
Y MERCADOS
OXFAM CAMPESINOS Y CICC ACC
POPULARES
ANDAS

COORDINACIÓN COORDINACIÓN COORDINACIÓN COORDINACIÓN ASOMERCAMP


COMERCIALIZACIÓN ORGANIZACIÓN COMUNICACIONES CAPACITACIÓN

FENACOA
COORDINACIÓN
REGIONAL
FENSUAGRO
PROMOTOR
MUNICIPAL FUN. SAN ISIDRO
COMITÉ
CAMPSESINO CAMPESINADO
MUNICIPAL (CCM)

Fuente: Melo, 2013

[100]
Tomando como base el estudio de Mapeo de Actores del Proceso
Mercados Campesinos realizado por William Melo (2011), se enun-
cian los actores involucrados en el momento de ese estudio.

Organizaciones campesinas y comunales

• Comité de Interlocución Campesino y Comunal (CICC)


–– Fundación San Isidro
–– Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria
(FENSUAGRO)
–– Federación Nacional de Cooperativas Agropecuarias
(FENACOA)
–– Asociación Nacional de Ayuda Solidaria (ANDAS)
–– Acción Campesina Colombiana (ACC)
–– Asociación Mercados Campesinos del Oriente del Tolima
(ASOMERCAMP)
• Alianza Campesina y Comunal (ALCAMPO)
–– Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Negras e
Indígenas de Colombia (ANMUCIC)
–– Asociación Departamental de Usuarios Campesinos de
Cundinamarca (ADUC)
–– Mutual Comunal Agroalimentaria (AGROCOMUNAL)
• Comités Campesinos Municipales (grupos locales).

[101]
Principales instituciones de acompañamiento y apoyo
financiero

• The Oxford Committee For Famine Relief (OXFAM)


• Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho
Alternativos (ILSA)
• Alcaldía Mayor de Bogotá - Secretaría Distrital de Desarrollo
Económico (SDDE)

Otras instituciones financiadoras

• Unión Europea
• Alcaldías municipales

Otras instituciones que han brindado acompañamiento

• Alcaldías Locales (Usaquén, Antonio Nariño, Rafael Uribe


Uribe, Fontibón, Suba, Kennedy, Álamos, Ciudad Bolívar).
• Alcaldías municipales.
Aliados comerciales

• Comercializadores plazas de mercado y tiendas fruver (venta de


frutas y verduras)
• Consumidores mercados presenciales

Otros actores del campesinado vinculados al proceso

[102]
• Centros de Gestión Veredal
• Campesinos no organizados

Instituciones de apoyo investigativo y de formación

• Universidad Nacional de Colombia – Sede Bogotá


• Centro de Investigación en Agricultura Tropical (CIAT)
• Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA)

Instituciones de apoyo en gestión del riesgo

• Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (FOPAE)


• Cuerpo oficial de Bomberos
• Defensa Civil Colombiana
Instituciones de vigilancia y control

• Secretaría de Salud
• Secretaria Distrital de Medio Ambiente
• Policía Nacional

4.3 Los procesos

4.3.1 Para la producción

La producción que realizan las familias vinculadas a Mercados Cam-


pesinos corresponde a la estructura productiva de la economía cam-
pesina: la principal actividad es la producción de bienes de origen

[103]
agropecuario que se realiza a pequeña escala y de forma individual,
aunque parte de la comercialización se hace de forma colectiva. La
mano de obra familiar ocupa el primer lugar entre los costos de pro-
ducción aunque generalmente no recibe una valoración económica.

En la medición de 2012 no se indagó a profundidad sobre aspectos


relacionados a la producción que realizan las familias vinculadas a
Mercados Campesinos, pero a través de la herramienta de diarios de
campo el equipo encuestador documentó información cualitativa,
como se describe a continuación.

Se observó que la mayor parte de las familias cuentan con disponibi-


lidad de capital (propio o crédito, el 85% tiene algún tipo de acceso
a la tierra), infraestructura y elementos logísticos para la produc-
ción y comercialización de sus productos. La preparación de suelos,
el riego, la siembra, la cosecha, poscosecha y transformación de los
productos se realizan de forma manual y con tecnologías e infraes-
tructuras desarrolladas por los mismos productores, o en algunos
casos con asesoría técnica ofrecida por entidades externas (alcaldías,
universidades, ONG). En los casos donde hay producción agroin-
dustrial, esta se realiza de forma artesanal, lo cual le confiere carac-
terísticas especiales al producto. Los conocimientos heredados o
desarrollados por los mismos campesinos, constituyen uno de sus
principales activos.

No hay una gestión visible de Mercados Campesinos o de otra insti-


tución en el acceso a los recursos productivos por parte de los cam-

[104]
pesinos y campesinas, ni en la oferta de asistencia técnica de manera
directa, a excepción del caso de la Fundación San Isidro, miembro
del CICC, que brinda acompañamiento técnico a las familias de
su zona de influencia en Boyacá. Esto se refleja en que sólo el 1% de
la población dijo haber acudido a la asistencia técnica para afron-
tar problemas generados por la variabilidad climática. Sin embargo,
se observó una tendencia hacia el tránsito a prácticas productivas
limpias, orgánicas y agroecológicas, que podría estar relacionada
con el fomento de tipo discursivo que realizan Mercados Campe-
sinos y otras instituciones de este tipo de prácticas y con el interés
que muestran los consumidores por este tipo de productos, pero sin
que esto haya repercutido en mejorar significativamente los ingresos
de los productores, dado que esto no se ha reflejado en los precios
(Parrado, Gutiérrez y Molina, 2012). Frente a este punto, las orga-
nizaciones campesinas tienen como objetivo lograr que los consumi-
dores de menores ingresos accedan a alimentos sanos.

A pesar de la falta de acompañamiento institucional a nivel de la


producción, El 55% de los miembros de los grupos locales consi-
deran que han realizado innovaciones en sus procesos productivos,
comerciales y organizativos, las cuales corresponden a innovaciones
en diseño de empaques y presentación del producto principalmente
(45%), además de implementar técnicas de producción orgánica
(20%), transformar el producto (15%), entre otras.

[105]
Mercados Campesinos concentra su acción en los componentes
organizativo, comercial y político. El acompañamiento organizativo
y político se ha visto reflejado en la gestión que realizan los grupos
locales para obtener el apoyo de las alcaldías municipales, especial-
mente en la financiación del transporte a Bogotá y en la realización
de mercados locales, así como en la gestión para que la política de
abastecimiento de Bogotá fortalezca los canales de comercialización
que favorecen a los pequeños productores.

4.3.2 Para la comercialización

Mercados Campesinos ha desarrollado dos canales de comerciali-


zación alternativos: i) El canal presencial o mercado presencial que
se organiza en parques de la ciudad de Bogotá con una frecuencia
quincenal; y ii) El canal mayorista o mercado mayorista, consistente
en la venta a comerciantes de plazas de mercado y a tiendas fruver
(especializadas en frutas y verduras).

Estos canales corresponden a circuitos cortos de comercialización,


que acercan al productor y el consumidor reduciendo la intermedia-
ción y estableciendo precios justos para las dos partes de la cadena de
distribución de alimentos.

En el canal presencial los campesinos y campesinas asisten de manera


periódica a 14 parques de Bogotá con el fin de vender directamente
sus productos a los consumidores urbanos, y dos veces al año desa-

[106]
rrollan un gran mercado en la Plaza de Bolívar, lugar de gran impor-
tancia política e histórica nacional.

Los impactos para unos y otros, van más allá de los beneficios econó-
micos. Existe una alta fidelización de los compradores y los produc-
tores de los mercados presenciales, que se explica principalmente por
el contacto directo. En el caso de los consumidores, una gran pro-
porción manifiesta su interés por apoyar a las familias campesinas y
la satisfacción por recordar sus vínculos con la ruralidad.

Los aprendizajes y el éxito de los mercados presenciales en Bogotá per-


mitieron escalar el modelo a nivel municipal a partir de la gestión de
los líderes campesinos ante las autoridades en más de 53 municipios,
logrando el montaje efectivo de mercados locales en 24 de éstos.

Una de las tesis desarrolladas por la Universidad Nacional (Melo,


2014) analizó el mercado local realizado todos los domingos en el
municipio de Tena, Cundinamarca, encontrando que de manera
similar a como ocurre en los mercados presenciales, los campesinos
y campesinas obtienen mayores márgenes de ingresos por la venta
de sus productos y realizan trueque entre productores de diferentes
pisos climáticos del municipio.

El canal mayorista resulta más atractivo para los campesinos y cam-


pesinas con mayor disponibilidad de tierra (superior a 4 hectáreas),
mientras el canal presencial cuenta con una participación mayor de
quienes tienen menos tierra para cultivar. Casi la totalidad de los

[107]
participantes en Mercados Campesinos asisten a los mercados pre-
senciales (95,5%), el 37,3% lo hace también en los mercados locales,
mientras que sólo el 5,7% vende en el canal mayorista. En términos
de género, se observa una mayor participación de las mujeres en los
mercados presenciales y locales.

La mayor parte de los hogares campesinos encuestados venden


productos frescos (69%) como frutas, hortalizas, tubérculos, gra-
nos y plantas aromáticas y condimentarias. La participación de
los hombres es mayor frente a las mujeres en la venta de estos pro-
ductos. El segundo lugar lo ocupan los productos procesados con
el 31%, siendo superior la proporción de mujeres que dicen vender
estos productos frente a la de los hombres. Les siguen en su orden
los huevos, lácteos, carnes, comidas preparadas, artesanías y plantas
ornamentales.

En el caso de las personas que participan en Mercados Campesinos


pero no tienen ningún tipo de acceso a la tierra y que corresponden
al 15% de la población, comercializan productos procesados, comi-
das preparadas y artesanías.

Para los productores que ofertan vegetales frescos, la preparación


para asistir al mercado presencial comienza entre dos y ocho días
antes con la cosecha de los productos. Algunos clasifican, lavan
y empacan el producto y en otros casos se realiza directamente el
embalaje en canastillas, bultos o cajas. Para la definición de los volú-
menes y tipos de productos a llevar a Bogotá, Mercados Campesi-

[108]
nos ha establecido Comités Campesinos Municipales y Promotores
Municipales, quienes informan también los precios a los que se ven-
dará el producto.

Las familias campesinas combinan diferentes canales para la distri-


bución de sus productos, siendo los más importantes los canales de
Mercados Campesinos (presencial, mayorista y local), la venta directa
en mercados locales, y la intermediación tradicional. La producción
destinada al autoconsumo es inferior al 20%.

Desde el punto de vista de la demanda, los compradores en los mer-


cados presenciales tienen un ingreso bajo a medio (estratos 2 y 3 prin-
cipalmente25), siendo el grupo mayoritario mujeres mayores de 30
años. Muestran satisfacción, fidelidad e interés de apoyar a los cam-
pesinos y campesinas. Destinan un nivel mediano de gasto focali-
zado en productos frescos (el 63% invierte entre $15.000 y $90.000
en sus compras).

Los consumidores consideran que los precios son justos, lo cual les
da competitividad a los mercados presenciales, porque los precios
de venta son similares a los de otros canales y otras variables toman
mayor importancia al momento de decidir la compra, como el
apoyo a los campesinos y campesinas. El 77,5% de los compradores

25 Según el Departamento Nacional de Estadística – DANE, los estratos socioeconómicos en los


que se pueden clasificar las viviendas y/o los predios son seis, denominados así: 1. Bajo-bajo. 2.
Bajo. 3. Medio-bajo. 4. Medio. 5. Medio-alto. 6. Alto. De éstos, los estratos 1, 2 y 3 correspon-
den a estratos bajos que albergan a los usuarios con menores recursos, los cuales son beneficiarios
de subsidios en los servicios públicos domiciliarios.

[109]
consideran que los precios son justos, mientras que para el 12% son
bajos y para el 11% son altos. Frente a los precios en otros lugares de
compra, el 57% cree que pudo adquirir más productos por el mismo
dinero y para el 37% no hubo diferencia.

Asimismo, el 77,5% de los consumidores manifestaron haber con-


seguido los productos que usualmente compra como: frutas, car-
nes, verduras y lácteos. El 92% de los consumidores se manifestaron
satisfechos al realizar sus compras en el mercado campesino.

Por su parte, los compradores del canal mayorista corresponden


en su mayoría a comerciantes de plazas de mercado de la ciudad de
Bogotá, en especial de la Plaza del Restrepo (64%). Para el 45% de
los compradores de este canal, la calidad de los productos es la prin-
cipal razón para comprarles directamente a los campesinos y cam-
pesinas. Asimismo, para el 23% es valioso que los productos lleguen
directamente a su local, mientras que para el 15% de los comercian-
tes de las plazas los motiva que los productos sean traídos directa-
mente del campo o de las fincas.

La logística para la realización de los mercados presenciales en Bogotá


es asumida por Mercados Campesinos y comprende aspectos como
la consolidación de información de la oferta por cada parque, fija-
ción de precios, publicidad, gestión institucional para obtener los
permisos para utilizar los parques, montaje de las carpas y las mesas,
y venta de los excedentes. Para ello, cuenta con un equipo de logís-
tica, un equipo de inventario y un coordinador por cada parque.

[110]
Para la realización de los mercados presenciales, los campesinos y
campesinas asumen los costos de transporte que como se mencionó
anteriormente es financiado en algunos casos por las alcaldías muni-
cipales. Con el apoyo financiero de la Unión Europea y Alcaldía
de Bogotá se financian los costos logísticos y el equipo de gestión y
comercialización.

Al respecto, el estudio de Liliana Reina (2013) evidencia que uno


de impacto de los circuitos cortos de comercialización como los de
Mercados Campesinos está relacionado con la reducción de gases
de efecto invernadero y la intensificación del Cambio Climático. En
esta investigación, se encontró que el transporte de los productos
hacia los mercados presenciales en Bogotá genera una contaminación
(medida como huella de carbono) que es entre 8 y 14 veces menor a
la que se genera por la importación de esos mismos productos (casos
de naranja y plátano).

En la figura 4 se ilustra el recorrido que realizan los campesinos y


campesinas y sus productos en el caso de una productora de Inco-
nozo, Tolima, que participa en el mercado presencial del parque
Marruecos en Bogotá. Normalmente los productos son transporta-
dos de las fincas a los cascos urbanos municipales, donde se acopian
también los productos de otras personas para ser llevados a Bogotá.
En ocasiones parte de los productos que no son vendidos en Bogotá,
regresan para ser vendidos en los municipios. Por su parte, los cam-
pesinos y campesinas viajan en el transporte intermunicipal. En caso

[111]
de que no se cuente con servicio de transporte a Bogotá en los hora-
rios que se requieren, viajan inicialmente a un municipio que sí lo
tenga, como ocurre en el ejemplo de la figura 4.

Figura 4. Circuito de comercialización Icononzo

Recorrido de los productos


15 Km CASCO URBANO ICONONZO 130Km
(Centro de Acopio)

BOGOTÁ D.C. BOGOTÁ D.C.


(Parque Marruecos) (Parque Marruecos)

Distribución
Clasificación
y venta
Embalaje
Acopio

FINCA Recorrido de la productora


(Vda. La Fila - Icononzo)

BOGOTÁ D.C.
(Parque Marruecos)
15 Km

110 Km

CASCO URBANO
ICONONZO
20 Km
MELGAR

CIRCUITO DE COMERCIALIZACIÓN
ICONONZO - BOGOTÁ
(03-SEP/2011)

___ Icononzo -> Bogotá D.C.


----- Bogotá D.C. -> Icononzo

Fuente: Romero, 2011

Desde el año 2004, Mercados Campesinos cuenta con un sistema de


registro, procesamiento y divulgación de la información referente
a la oferta (tipo de producto, volúmenes ofertados y vendidos, pro-
cedencia) y precios, denominado SIMEC (Sistema de Información

[112]
de Mercados Campesinos), y desde el año 2013 se viene haciendo
un piloto de recolección digital de datos (Digital Data Collection,
DDC). Estos sistemas son manejados por los equipos de comerciali-
zación del CICC y ALCAMPO. Luengas (2013) diseñó un sistema
de indicadores para evaluar estos sistemas de información y formuló
recomendaciones para mejorar su desempeño, entre las que se des-
taca una mayor divulgación y capacitación al interior de Mercados
Campesinos sobre la existencia, objetivos y manejo de los sistemas de
información y la estandarización de los procesos de registro y reporte.

El canal o mercado presencial involucra un sistema de gestión de alto


costo. De acuerdo a la información obtenida por Melo en 2013 a
partir de entrevistas a informantes clave, además de los costos que
implican la consolidación de información de la oferta por cada par-
que, el análisis y fijación de precios, la publicidad y sonido, también
se tienen costos de gestión administrativa ante las distintas entidades
distritales que conceden los permisos para la realización de eventos,
y que no toman en cuenta el contexto de los mercados presenciales y
los equiparan con cualquier tipo de evento público (permisos ante
Defensa Civil, Policía, Bomberos, Secretaría de Movilidad, Secre-
taría de Ambiente, Secretaría de Salud y formulación de planes de
contingencia). El costo total de una jornada de mercado presencial
alcanza los 2 millones de pesos por parque. Melo (2014), que con-
cluye que la financiación externa corresponde al 37% de los ingresos
totales por ventas, valor que tendrían que cubrir los campesinos y
campesinas en caso de no contar con estos recursos.

[113]
Para el caso del canal mayorista la logística de distribución se da de
forma similar, pero requiere de una menor dedicación en tiempo
por parte del productor en el momento de la venta. La frecuencia
depende de los pedidos realizados por los compradores, que normal-
mente son semanales. En este canal el equipo de comercialización de
Mercados Campesinos se encarga de realizar la gestión comercial y
los demás procesos y costos son asumidos por los campesinos y sus
organizaciones.

En los mercados locales son realizados de manera autónoma por los


pequeños/as productores/as. Su frecuencia depende de la autoges-
tión de los campesinos en sus municipios.

[114]
[116]
5. IMPACTOS EN LAS FAMILIAS
CAMPESINAS PARTICIPANTES

T
eniendo como marco de referencia la caracterización gene-
ral de las familias que hacen parte de los Mercados Cam-
pesinos en la Región Central de Colombia descrita en el
capítulo anterior, en las siguientes líneas se profundiza en seis ejes
priorizados para el análisis de los efectos del modelo: ingresos fami-
liares, acceso a mercados, la seguridad alimentaria familiar, la adap-
tación a la variabilidad y al cambio climático, el empoderamiento de
las mujeres y el desarrollo de capacidades por parte de las organiza-
ciones campesinas. La información presentada se fundamenta en los
trabajos de investigación realizados a nivel de tesis por el equipo de
la Universidad Nacional de Colombia y en estudios liderados por
Oxfam.

5.1 En los ingresos

El proceso de Mercados Campesinos ha generado una mejoría en los


ingresos explicada por la reducción de la intermediación comercial,
el aumento de las habilidades comerciales por parte de los produc-
tores campesinos y los recursos de financiación obtenidos gracias
a la incidencia política. En efecto, los productores campesinos han

[117]
abierto canales de comercialización que les permiten una inserción
más incluyente y directa en el mercado de la ciudad de Bogotá y en
los mercados locales y regionales, y también han avanzado en hacer
visibles sus aspiraciones y su problemática ante diferentes niveles
institucionales y ante la sociedad civil en general.

Para cuantificar el impacto del modelo en los ingresos moneta-


rios de las familias, debe considerarse que la principal articulación
comercial que tienen con Mercados Campesinos es la venta de la
producción de la finca, en especial de productos agrícolas en fresco,
y que a su vez, esta producción corresponde al 41% de los ingresos
familiares. Un segundo elemento a considerar es que el porcentaje
promedio de productos que venden en Mercados Campesinos con
respecto a la producción de la finca es del 13,8%. El análisis de los
efectos sobre los ingresos que se presenta a continuación se refiere
exclusivamente al segmento vendido en Mercados Campesinos y se
centra en la comparación a lo que obtendría a través de los canales
tradicionales de comercialización.

Los estudios realizados por ILSA, Oxfam y la Universidad Nacio-


nal de Colombia reflejan que en general existe un incremento en los
ingresos de los campesinos y las campesinas por las ventas realiza-
das en Mercados Campesinos frente a otros canales de comerciali-
zación. Sin embargo, estos incrementos presentan una alta fluctua-
ción dependiendo de diversos factores. Bayona (2014) menciona
que existen diferencias en las mejoras del ingreso de acuerdo con el
producto, la distancia, el acceso y disponibilidad de transporte, los

[118]
apoyos locales e incluso las eventualidades del clima durante los días
del Mercado Campesino.

De acuerdo con la Encuesta de Hogares Campesinos de 2014, el


volumen vendido en los mercados presenciales en diciembre de 2013
correspondió al 13,8% del total de productos agropecuarios comer-
cializados por las familias campesinas, pero genera el 24% de los
ingresos obtenidos por la venta de dichos productos26. Estos datos
son el resultado de los mayores precios que obtienen las familias al
vender en Mercados Campesinos y muestran el potencial que tienen
los canales de comercialización que vinculan directamente a los pro-
ductores con los consumidores.

Los estudios de caso desarrollados por la Universidad Nacional evi-


dencian que los incrementos que reciben en los precios de venta
los campesinos y campesinas compensan los costos adicionales que
deben asumir para vender sus productos de forma directa a los con-
sumidores. Daniel Acosta (2013) identificó que al comparar los
ingresos obtenidos por la venta en los mercados presenciales frente a
la venta en la finca, los productores de Chipaque y Fómeque (Cun-
dinamarca) obtienen un margen neto promedio de comercializa-
ción adicional del 15%, descontando los costos en los que incurren
por venir a Bogotá27. Asimismo, el análisis de Reina (2013) eviden-
26 Se incluyen productos procesados y artesanías.
27 Valores estimados a partir de los costos de producción y rendimientos por hectárea y ciclo de los
cultivos de cebolla cabezona, habichuela y tomate del primer semestre de 2012. Se tomó como
base de cálculo la ganancia que obtuvieron los campesinos al vender en sus fincas (precio pagado
por el intermediario por la producción obtenida por hectárea, restando los costos de producción
por hectárea). Se incluyeron los costos monetarios y no monetarios. Para calcular los costos de

[119]
cia que el margen neto de la comercialización obtenido a través de
los mercados presenciales frente al canal de intermediación tradicio-
nal en los municipios de Fuente de Oro (Meta) y Viotá (Cundina-
marca) es mayor entre un 7% y 29%28.

En la Encuesta de Hogares Campesinos de 2014, se encontró un


incremento de ingresos promedio del 63% frente a los ingresos que
habrían obtenido en el canal de intermediación tradicional29.

La Encuesta identificó también que la participación en Mercados


Campesinos tiene un efecto expansivo en los ingresos logrados en
otros canales de comercialización, lo cual puede explicarse por el
aumento de las capacidades de negociación de los campesinos y
campesinas. En efecto, el precio pagado por los intermediarios a los
campesinos de Mercados Campesinos y los campesinos del grupo
de control por productos iguales presenta importantes variaciones a
favor de quienes participan en Mercados Campesinos.

De acuerdo a la Encuesta, los participantes en Mercados Campesi-


nos reciben precios 89% más altos por la venta de sus productos que
el grupo control. Esta comparación toma en cuenta los precios de

comercialización generados por la venta en los mercados presenciales, se consideró el costo del
transporte de los productos a Bogotá, al igual que los días de trabajo, el transporte y la alimenta-
ción del productor.
28 De manera similar a lo realizado por Acosta (2013), los cálculos de ingresos y costos en los mer-
cados presenciales tuvieron en cuenta el costo del transporte de los productos a Bogotá, al igual
que los días de trabajo, el transporte y la alimentación del productor.
29 Según datos de diciembre de 2013. Se descontaron los costos adicionales en que incurren los
campesinos y campesinas por venir a Bogotá como transporte, alimentación y día de trabajo o
jornal.

[120]
venta promedio en todos los canales de comercialización a través de
los cuales venden sus productos: intermediarios, mayoristas y venta
directa en plazas de mercado.

Los productos cosechados y comercializados por los campesinos y


campesinas del grupo control se concentran en papa, maíz, cebolla
cabezona y zanahoria, cultivos caracterizados por los altos volúme-
nes de producción por unidad de área. En contraste, los participan-
tes de Mercados Campesinos tienen una oferta más diversificada, en
la que se destacan mayores ventas de frutales y productos pecuarios
frente al grupo control, así como de productos que son poco valo-
rados por los intermediarios locales, como calabacín, habas, balú,
huevos y pollos criollos.

En cuanto a los ingresos no monetarios generados por Mercados


Campesinos, Bayona (2014) encontró que el proceso ha realizado
importantes aportes al bienestar de las familias particularmente en
lo referente al desarrollo de capacidades comerciales, de negocia-
ción, organización y de incidencia política, que redundan en mayo-
res beneficios económicos.

Un elemento positivo para las familias campesinas ha sido el true-


que de productos que realizan en los mercados presenciales, lo cual
ha venido mejorando la nutrición de aproximadamente el 48,6% de
las familias. De acuerdo a Ivonne Rueda (2012), después del auto-
consumo, el segundo factor protector para la alimentación de las
familias campesinas es la dinámica de trueque que se ha desarrollado

[121]
dentro de las jornadas de los mercados presenciales, que permite que
las familias intercambien sus productos con participantes de regio-
nes de pisos térmicos diferentes y obtengan alimentos variados, en
beneficio de la dieta de sus hogares.

Otro resultado de Mercados Campesinos corresponde a la consoli-


dación de canales alternativos de comercialización de alimentos en
Bogotá por parte de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico
de Bogotá (SDDE), así como la creación de programas y apoyos para
el campesinado por parte de las alcaldías municipales. Estos recursos
de inversión social están destinados a mejorar el abastecimiento ali-
mentario de Bogotá, para que el sistema alimentario sea más justo
con quienes producen los alimentos y quienes los consumen30.

Un resultado importante logrado por Mercados Campesinos frente


a ingresos son los recursos obtenidos gracias a la incidencia política
realizada ante la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico de
Bogotá (SDDE) y las alcaldías municipales. Como se mencionó en
el capítulo anterior, estos recursos permiten que las familias campe-
sinas no tengan que cubrir los costos logísticos y administrativos que
implica la realización de los mercados presenciales, ni los costos del
acompañamiento comercial recibido tanto para el canal presencial
como para el mayorista. En total para el periodo 2007–2014 (pri-
mer semestre) se obtuvieron $8.736 millones de pesos de financia-
ción por la Secretaría (SDDE, 2014).

30 La inversión pública por parte del Distrito Capital para los años 2013 y 2014 (a corte de junio
de 2014) es de $4.285 millones de pesos.

[122]
Otra fuente de ingresos generada a partir del empoderamiento de
las organizaciones campesinas son los mercados locales realizados en
24 municipios, que les permiten obtener los beneficios de vender sus
productos directamente a los consumidores aumentando sus már-
genes de ganancia con una mayor frecuencia, dado que los merca-
dos presenciales son quincenales. Melo (2014) estudió el “Mercado
Campesino de mí Pueblo” realizado todos los domingos en el muni-
cipio de Tena, Cundinamarca, encontrando que de manera similar a
como ocurre en los mercados presenciales, obtienen mayores ingresos
por la venta de sus productos y realizan trueque entre productores
de diferentes pisos climáticos del municipio, lo que además de ser
un ingreso no monetario mejora la nutrición de las familias, como se
explica más adelante.

5.2 En el acceso a los mercados

La Encuesta de Hogares Campesinos de 2014 encontró diferencias


considerables en las capacidades de comercialización y acceso a mer-
cados entre los participantes en Mercados Campesinos y otros cam-
pesinos que viven en los mismos municipios en condiciones simila-
res, pero que no hacen parte del proceso (grupo control).

En términos de diversificación de canales de comercialización, la


Encuesta encontró una alta dependencia de los intermediarios para
el caso del grupo del control, frente a una mayor diversificación de
los participantes en Mercados Campesinos (tabla 3).

[123]
Tabla 3. Distribución del total de producción por volumen (kilos) según
canal de comercialización (diciembre de 2013)

Canales de Mercados Campesinos


Venta directa
Intermediario Mercados Canal
en plaza
Presenciales* mayorista
Participantes en
71,3 14,9 13,4 0,5
Mercados Campesinos
Otros campesinos
94,3 5,7 NA NA
(grupo control)

*Incluye mercados en Bogotá y en las cabeceras municipales de la Región Central.

Fuente: Oxfam con base en resultados de la Encuesta de Hogares Campesinos 2014.

El 63,3% de los campesinos y campesinas vinculados a Mercados


Campesinos manifiestan haber mejorado la comercialización de
sus productos en los últimos siete años, en comparación al 22,7%
de quienes participaron como grupo control. Las mejoras están rela-
cionadas con la venta directa a consumidores; la fijación de precios
de sus productos y la clasificación de los mismos de acuerdo con la
calidad. (Cuadro 2).

Existe una alta fidelización de los compradores de los mercados pre-


senciales dada principalmente por el contacto directo con los campe-
sinos y campesinas. La mayoría manifiesta su interés por apoyar a las
familias campesinas y la satisfacción por recordar sus vínculos con la
ruralidad.

Entre febrero y octubre de 2013, Oxfam desarrolló el proyecto


piloto “Vinculación de pequeños/as productores/as rurales de la

[124]
región central de Colombia con Restaurantes de Bogotá” cuyo obje-
tivo fue caracterizar este canal de comercialización y sensibilizar a
los restaurantes sobre la necesidad de flexibilizar ciertas prácticas
comerciales, para lograr la incorporación de los/as campesinos/as.

Tabla 4. Porcentaje de productores (Mercados Campesinos y Grupo Con-


trol) que mejoraron sus prácticas de comercialización entre 2007 y 2014

Venta a Fijación de Clasificación de


% con al menos
directa a precios de sus sus productos de
una mejora
consumidores productos acuerdo a la calidad
Participantes
en Mercados 55% 45% 37,1% 63,3%
Campesinos
Otros campesinos
8,8% 6,7% 12,7% 22,7%
(grupo control)

*Antes de ingresar a Mercados Campesinos

**Se pregunta sólo a los que conocen o saben qué es el Tratado de Libre Comercio TLC

Fuente: Oxfam con base en Resultados de la Encuesta de Hogares Campesinos 2014.

A través de este piloto, se demostró que es posible establecer un


nuevo canal (alternativo y sofisticado) de comercialización directa
de alimentos entre campesinos/as y el restaurante “Mercado”,
mediante la flexibilidad de sus condiciones contractuales como la
forma de pago, las condiciones de entrega, la negociación de un pre-
cio justo, y la credibilidad de un sello de confianza de calidad.

[125]
5.3 En la seguridad alimentaria

Mercados Campesinos ha contribuido a la alimentación de las fami-


lias campesinas a través de diversos mecanismos, entre los que sobre-
salen la participación en canales de comercialización más directos y
el desarrollo de procesos de formación y capacitación dirigidas a los
productores y productoras participantes (Correa, 2014).

La importancia de Mercados Campesinos para garantizar la segu-


ridad alimentaria de las familias campesinas, se hace evidente si se
tiene en cuenta que es la tercera fuente de obtención de sus alimen-
tos (por las vías del intercambio monetario y no monetario), a lo
que se suma que el 85% de los participantes en Mercados Campesi-
nos destinan parte de sus ingresos a la compra de alimentos.

El trueque o intercambio no monetario que realiza casi la mitad de


los beneficiarios, es de gran relevancia para el acceso a los alimentos,
como se mencionó anteriormente.

Al comparar el origen de los alimentos consumidos por las familias


campesinas con el nivel de ingreso no se observan muchas diferencias
relevantes; se destaca que el segmento con ingresos entre 2 y 3 salarios
mínimos es el que compra más productos en Mercados Campesinos,
a la vez que es el que realiza más el trueque. Si se tiene en cuenta el
área del predio, se observa que quienes prefieren hacer sus compras o
trueque de alimentos en Mercados Campesinos son los hogares que
tienen menos de una hectárea y los que no tienen tierra.

[126]
Para Correa (2014) existen otras vías a través de los cuales Mercados
Campesinos ha contribuido a la alimentación de las familias, algu-
nas de ellas de difíciles cuantificación. Dentro de ellas es particu-
larmente relevante el aporte que ha tenido el proceso en términos
discursivos y conceptuales, lo que conduce a que algunas familias
hayan apropiado nuevas formas de entender la alimentación desde
un marco socioeconómico y político de lucha por la reivindicación
del campesinado y su papel en la seguridad y soberanía alimentaria
del país. Esto ha incentivado la reivindicación de la producción cam-
pesina al interior de la misma y en este sentido, a una revalorización
de lo propio y de su importancia en el bienestar de los hogares.

Otro aporte clave es el realizado a través de actividades de formación


y capacitación en el marco del proceso. Se destacan las capacitacio-
nes en torno a prácticas agroecológicas, las cuales son claves en la
garantía de una alimentación sana y la conservación del suelo y el
ambiente, para la producción futura.

5.4 En la adaptación a la variabilidad


y el cambio climáticos

Con el fin de evaluar el impacto de la variabilidad climática sobre


la producción, Gonzalo Pradilla (2014) analizó el nivel de pérdi-
das en seis sistemas de producción campesinos ubicados en Dui-
tama y Paipa, Boyacá, y en seis sistemas de producción en Guasca,
Cundinamarca.

[127]
Pradilla (2014) expone que a pesar de que Mercados Campesinos
no cuenta con una línea de trabajo ambiental propiamente dicha,
y recién se empieza a estructurar una estrategia relativa al cambio
climático y la variabilidad climática, la indagación y el trabajo rea-
lizado con los agricultores, los ha motivado a conocer y tener regis-
tro del comportamiento de algunas variables climáticas, a compartir
experiencias exitosas útiles para afrontar eventos climáticos adver-
sos, y para elevar lo que podría denominarse como “consciencia
ambiental”.

De manera similar, los resultados de la investigación sobre los impac-


tos del cambio climático en Guasca y Duitama de Tobón (2014)
indican que el conocimiento acerca del comportamiento de las
variables meteorológicas y los posibles efectos que un evento dado
pueda tener sobre la producción campesina, generó en los producto-
res con quienes se compartieron charlas, talleres y otros espacios, su
interés y un primer acercamiento a la motivación hacia la importan-
cia de la atención al comportamiento de las variables meteorológicas
y de producción.

Además, como resultado de su participación en los Mercados Cam-


pesinos, los productores se ven estimulados a diversificar y mantener
sus prácticas ecológicas como uno de los valores agregados de sus
productos, ya que los consumidores buscan variedad y características
de calidad como el no empleo de agroquímicos (Pradilla, 2014).

[128]
Entre el primer semestre de 2013 y el segundo semestre de 2014 se
desarrolló la “Estrategia piloto de mitigación y adaptación al Cam-
bio y la Variabilidad Climática en sistemas agropecuarios campe-
sinos” en seis fincas de Paipa y Duitama que vienen recibiendo el
acompañamiento de la Fundación San Isidro. El piloto de adapta-
ción se focalizó en cuatro temas definidos participativamente por su
relevancia para la producción: i) mejora en el uso y disponibilidad
del recurso hídrico mediante la instalación y/o mejora de canales
para los techos, mangueras para riego, tanques y revestimiento de
un reservorio, ii) conservación de suelos con el uso de coberturas
vegetales, iii) mejoramiento de la agrobiodiversidad con la siembra
de cercas vivas y iv) registro de información climática por parte de
las familias campesinas.

Dentro de las estrategias de mitigación y adaptación identificadas en


las fincas que hicieron parte del piloto, se destacan los beneficios de
la producción diversificada y de las buenas prácticas de manejo de
suelos. Las mejoras realizadas en infraestructura para la captación y
almacenamiento de agua resultaron tener también un gran impacto
positivo según los testimonios de las familias campesinas. La instala-
ción esta infraestructura básica mostró ser de bajo costo, por lo cual
es altamente recomendable su implementación dentro de un plan de
mitigación y adaptación.

[129]
5.5 En la participación y el
empoderamiento de las mujeres

Como se mencionó previamente, las mujeres registran una partici-


pación mayor a la de los hombres (70% del total) y mayor vincu-
lación a los mercados presenciales y locales y a otros canales directos
como la venta a vecinos o en eventos comerciales, mientras que los
hombres participan en mayor medida en el canal mayorista y en los
canales de intermediación tradicional. Igualmente la participación
de las mujeres en las organizaciones locales fue mayor y con mayor
permanencia, siendo equitativa la presencia en cargos directivos con
respecto a los hombres. Estos resultados evidencian que Mercados
Campesinos ha sido un espacio que facilita el empoderamiento eco-
nómico, político y social de las mujeres campesinas y la equidad de
género.

Documentos internos de Oxfam e ILSA sobre procesos de empode-


ramiento de las mujeres de Mercados Campesinos describen algunos
cambios que ellas han experimentado en el camino de la equidad y
el reconocimiento de sus derechos: “Las mujeres consideran que
esa (trasladarse a Bogotá a vender sus productos) fue una primera
ganancia, porque salir de sus hogares a vender sus productos, signi-
ficó para las mujeres romper el miedo de hablar, de ponerle precio a
sus productos y de negociarlos con los potenciales compradores, de

[130]
participar, en condiciones de igualdad en las decisiones administra-
tivas, políticas y económicas de los Comités.”31

Con respecto a las percepciones de hombres y mujeres sobre los


roles de género en actividades propias de los hogares campesinos,
la mayor parte de la población indica que estas deben ser realizadas
por ambos. Sin embargo, el 10,8% de los participantes en Merca-
dos Campesinos considera que sólo las mujeres son quienes deben
asumir labores como los oficios del hogar (lavar y cocinar) y vender
los productos agrícolas. Este resultado es superior para la población
del grupo control. A pesar de que las diferencias no son muy altas y
a que las respuestas pueden tener un sesgo por parte de los encues-
tados para expresar lo que realmente piensan por ser un tema sensi-
ble, se observa que para algunos miembros de las comunidades cam-
pesinas, el rol de la mujer continúa estando más relacionado con el
ámbito familiar y el rol de los hombres con el ámbito social, siendo
más fuertes estas percepciones entre quienes no han hecho parte de
Mercados Campesinos.

A partir de su investigación con organizaciones que hacen parte de


los Mercados Campesinos y Populares, Valentina Zarama (2014)
destaca que en los diferentes niveles de participación de Mercados
Campesinos es evidente el involucramiento de las mujeres y sus
múltiples interrelaciones, pero que carecen de una política transver-

31 Los Comités Campesinos Municipales son las organizaciones promovidas en los municipios
vinculados a Mercados Campesinos con el fin de coordinar la comercialización de los productos
y realizar incidencia política en el ámbito local.

[131]
sal que promueva y desarrolle su participación integral en todas y
cada una de tales instancias.

Se han venido desarrollando algunas acciones puntuales dirigidas a


las mujeres, entre las que se destaca el proyecto piloto de empodera-
miento económico de mujeres que se desarrolla con un grupo de 14
mujeres rurales que viven en los municipios de Tuta, Paipa y Dui-
tama (Boyacá) organizadas en la “Asociación de Mujeres Campesi-
nas Construyendo Presente y Futuro”, como un proceso de acom-
pañamiento a mujeres dedicadas a la producción agroecológica,
con impactos positivos a nivel económico y en el fortalecimiento de
capacidades organizativas y políticas. También se han realizado jor-
nadas de formación con mujeres rurales para garantizar el disfrute
de una vida libre de violencias, teniendo en cuenta que la experiencia
del Programa de Justicia Económica de Oxfam en Colombia, ha evi-
denciado que el empoderamiento económico de las mujeres puede
exacerbar la violencia en contra de las mujeres por la ruptura en las
relaciones de poder, un problema de amplia incidencia en las zonas
rurales de Colombia (Oxfam, 2014).

Algunas mujeres entrevistadas por Zarama (2013) manifestaron


participar de Mercados Campesinos y de otros procesos organiza-
tivos económicos porque “es una alternativa para no estarse uno
dependiendo del marido; es como un despertar de las mujeres que
no quieren que a todo momento el marido les esté dando dinero,
sino que uno ya quiere trabajar para lo que uno necesite porque la
situación no da para más”. Aquello del “despertar de las mujeres”

[132]
evidencia el importante lugar que tienen para muchas mujeres la
participación en una actividad, incluidas tanto la realización prác-
tica de los mercados presenciales como en el proceso vinculante en los
Comités Campesinos Municipales, que posibilita tanto el soporte
de bienes y medios económicos, como la búsqueda de autonomía en
la resignificación del lugar de las mujeres frente a sus congéneres y
los escenarios patriarcales.

5.6 En el fortalecimiento organizacional

La organización campesina es la estructura fundamental para las


acciones de incidencia política que desarrolla Mercados Campesi-
nos. El proceso ha fomentado la organización de los campesinos y
campesinas en la defensa de sus derechos y en el mejoramiento de la
comercialización de sus productos, a la vez que ha fortalecido a las
organizaciones que ya venían trabajando desde antes de 2004, tanto
a nivel organizativo como político, incrementando su alcance al lle-
gar a más familias campesinas e interactuar con otros actores de los
movimientos sociales e institucionales.

La formación política y organizativa asociada a este proceso ha gene-


rado resultados no sólo a nivel de incidencia sino al interior de las
mismas familias campesinas, que han apropiado nuevas formas de
entender la alimentación desde un marco socioeconómico y polí-
tico de lucha por la reivindicación del campesinado y su papel en
la seguridad y soberanía alimentaria del país. Esto ha incentivado el
fortalecimiento de la producción campesina en los hogares y en este

[133]
sentido a una revalorización de lo propio y de su importancia en el
bienestar de los familias (Correa, 2014).

La Encuesta de Hogares Campesinos de 2014 encontró diferencias


considerables en cuanto al capital social, el nivel organizativo y las
capacidades de incidencia de los participantes en Mercados Campe-
sinos frente a los otros campesinos que viven en los mismos munici-
pios en condiciones similares, pero que no hacen parte del proceso
(grupo control).

La pertenencia a grupos de productores (Fila 2 del Cuadro1), evi-


dencia que sólo el 10,3% de quienes participan en Mercados Cam-
pesinos hacían parte de alguna organización o grupo de productores
antes de vincularse al proceso, mientras que en 2014 este porcentaje
llega al 85,7%. En contraste, el porcentaje de participación en orga-
nizaciones locales de los campesinos del grupo de control, es mucho
menor tanto en2007/8 como en la actualidad, con porcentajes infe-
riores al 5%.

También se comprueban diferencias significativas en términos de


participación política. Antes de ingresar a MC, tan solo el 4,7%
de los campesinos había participado en actividades para crear o
cambiar leyes que los favorezcan, después de su ingreso a Mercados
Campesinos, el porcentaje se multiplica por 4, llegando a 19,7%.
Mientras que en el grupo de control, los porcentajes son de 3% y
6,4% respectivamente.

[134]
La Encuesta también evidencia efectos positivos en términos del
acceso a la información y al conocimiento de las políticas del sector
campesino, las cuales constituyen insumos claves para el ejercicio de
una ciudadanía activa. Para efectos de la Encuesta, se indagó por el
conocimiento de dos aspectos: los programas y apoyos que brinda
la Alcaldía de Bogotá para apoyar a los campesinos en el marco del
Sistema de Abastecimiento Alimentario de la ciudad y el Tratado
de Libre Comercio, como una de las políticas recientes que impacta
al sector. Los resultados indican que el 37,9% de los beneficiarios
conocen los programas de la Alcaldía de Bogotá, frente al 2,1% del
grupo control. Con respecto al TLC, el 71,8% de los beneficiarios
de Mercados Campesinos manifestó saber qué es, y de estos el 76,5%
conoce sus impactos para la producción campesina, frente al 49,1%
y 68,5% respectivamente del grupo control.

Lo anterior se corrobora con la tesis de Álvaro Parrado (2013), que


a partir del análisis de 40 organizaciones locales o Comités Cam-
pesinos Municipales vinculados a Mercados Campesinos, identificó
que los objetivos relacionados con el fortalecimiento organizacional
e incidencia son prioridades para la conformación de los Comités.
La participa ción en estas organizaciones se enfoca hacia espacios
de decisión locales y hacia el proceso Mercados Campesinos, bus-
cando una presencia amplia del campesinado, lo cual constituye una
característica que diferencia a estos grupos de campesinos y campesi-
nas de otras organizaciones que no incorporan dentro de sus fines el
ámbito político.

[135]
Tabla 5. Indicadores de nivel organizativo y capacidades de incidencia de
participantes en Mercados Campesinos y grupo control. 2007 y 2014

Participantes en Otros campesinos


Indicador Mercados Campesinos (grupo control)
2007/8 * 2014 2007/8 2014
Pertenencia a grupos de
10,3% 85,7% 3,3% 4,2%
productores o campesinos
Participación en la elaboración de
4,7% 19,7% 3% 6,4%
propuestas de política pública
Programas de
abastecimiento
NA 37,9% NA 2,1%
Conocimiento de alimentario
políticas públicas de Bogotá
Conocimiento
NA 71,8% NA 49,1%
del TLC
Impactos
NA 76,5% NA 68,5%
del TLC**

*Antes de ingresar a Mercados Campesinos

**Se pregunta sólo a los que conocen o saben qué es el Tratado de Libre Comercio TLC

Fuente: Oxfam con base en resultados de la Encuesta de Hogares Campesinos 2014.

En este mismo estudio, se observó que las organizaciones campesinas


locales tienen altos niveles de autonomía, lo cual se ve reflejado en los
procesos comerciales, sociales, económicos y políticos que adelantan
en sus territorios y en los logros que han alcanzado para mejorar la
comercialización de sus productos. Este aspecto indica a su vez que
el acompañamiento que han recibido por parte de las organizacio-
nes campesinas regionales y nacionales (integradas en el CICC y
ALCAMPO), las ONG (ILSA y OXFAM), la Alcaldía de Bogotá
(Secretaría Distrital de Desarrollo Económico –SDDE) y de otras

[136]
organizaciones no ha sido impositivo ni asistencialista, permitiéndo-
les desarrollar el empoderamiento observado (Parrado, 2013).

Este proceso ha generado resultados no sólo a nivel de incidencia en


las administraciones locales sino al interior de las mismas familias
campesinas, que han apropiado nuevas formas de entender la ali-
mentación desde un marco socioeconómico y político de lucha por
la reivindicación del campesinado y su papel en la seguridad y sobe-
ranía alimentaria del país. Esto ha incentivado el fortalecimiento de
la producción campesina en los hogares y en este sentido a una reva-
lorización de lo propio y de su importancia en el bienestar de los
familias (Correa, 2014).

Todos estos logros organizativos, de formación y participación polí-


tica generados por Mercados Campesinos, evidencian que existe
actualmente un capital social con capacidad de hacer una inciden-
cia política dinámica y efectiva; con un liderazgo regional que es
reconocido por las instituciones locales y nacionales, y que contrasta
fuertemente con los bajos niveles de organización y participación de
la mayor parte de los campesinos y campesinas que habitan en los
mismos municipios.

En el año 2013, las organizaciones campesinas del CICC y


ALCAMPO asumieron la administración directa de los recur-
sos aportados por la SDDE, labor que antes realizaba ILSA, y que
muestra el empoderamiento adquirido por las organizaciones en los
años de funcionamiento de Mercados Campesinos y fortalece la sos-

[137]
tenibilidad del proceso, en concordancia con la estrategia de salida
de Oxfam que finaliza su acompañamiento en junio de 2014. Este
cambio tuvo los siguientes impactos positivos:

–– Entre 2012 y 2014 se pasó de 1781 a 1991 personas vinculadas,


lo que equivale a un incremento del 12%. De manera similar, se
incorporaron 32 nuevos municipios que equivalen a un incre-
mento del 40%, pasando de 80 a 112 municipios.
–– Los recursos de financiación asignados por la Secretaría Dis-
trital de Desarrollo Económico se incrementaron en 86% en
2013 frente a los obtenidos en 2012.
–– Aumentó la cobertura de Mercados Campesinos, en lo concer-
niente a familias campesinas y a consumidores urbanos.
–– Las organizaciones pasaron a manejar directamente los recur-
sos financieros, logísticos y de información.
–– Se diversificaron las estrategias de gestión institucional e inci-
dencia política por parte de las organizaciones campesinas y se
incorporaron al proceso nuevos aliados.

Como parte de la estrategia de ampliación de aliados institucionales


y de espacios de incidencia política, a partir del segundo semestre
de 2013 el CICC participa en la Comisión Intersectorial de Segu-
ridad Alimentaria y Nutricional (CISAN), desde donde viene apor-
tando a la construcción del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria
y Nutricional.

[138]
También se ha dado una activa participación de las organizaciones
campesinas en las movilizaciones campesinas, como lo fue el Paro
Nacional Agrario en agosto de 2013, en el que uno de los líderes del
CICC hizo parte de la Mesa de Interlocución y Acuerdos (MIA),
creada para negociar con el gobierno nacional las demandas cam-
pesinas. También se presentó una activa participación de las orga-
nizaciones en espacios de movilización política de carácter nacional
como la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, y la Mesa de
Unidad Agraria (MUA) en 2013 y el primer semestre de 2014.

De manera similar, las organizaciones campesinas locales han venido


incrementando sus capacidades de agencia, lo cual se ve reflejado en
la continuidad de los mercados locales, el apoyo de las alcaldías locales
y el establecimiento de acuerdos con otros atores de los territorios.

Los organizaciones locales han realizado acciones de incidencia


política en 53 de los 112 municipios que participan en el proceso, y
han logrado: i) la expedición de políticas públicas de apoyo a la eco-
nomía campesina por parte de los concejos municipales expresadas
en 33 acuerdos aprobados; ii) la incorporación de sus propuestas en
Planes de Desarrollo 2012-2016 de 7 municipios32; y iii) la obten-
ción de recursos de 23 alcaldías municipales para participar en los
mercados presenciales de Bogotá.

32 La incidencia sobre los Planes de Desarrollo se realizó en 16 municipios. Allí los pequeños pro-
ductores y sus organizaciones presentaron propuestas de política pública tendientes al fortaleci-
miento de la Economía Campesina.

[139]
Si bien, las organizaciones campesinas y comunales han logrado
importantes resultados a nivel municipal y distrital, aún faltan espa-
cios por conquistar. La investigación realizada por Adriana Pérez
(2013), centrada en las instancias departamentales, evidencia que a
pesar de que en algunas políticas públicas se ordena la participación
de representantes de las organizaciones en la toma de decisiones,
estas no son escuchadas, como es el caso de la Comisión Intersec-
torial de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Cundinamarca
(CISANCUN).

Los resultados de incidencia obtenidos a nivel local han estado


acompañados de un proceso de formación política y organizativa.
Este proceso ha generado resultados no sólo a nivel de incidencia en
las administraciones locales, sino también al interior de las mismas
familias campesinas, que han apropiado nuevas formas de entender
la alimentación. En efecto, ha ido ganando terreno la concepción de
la alimentación como parte sustantiva de un marco socioeconómico
y político de lucha por la reivindicación del campesinado y de su
papel en la seguridad y soberanía alimentaria del país, lo que ha reva-
lorizado la importancia de la producción campesina y del bienestar
de sus familias. (Correa, 2014).

[140]
Una experiencia de organización campesina
para la incidencia política

Durante el segundo semestre de 2012 las organizaciones vinculadas a Mercados


Campesinos junto a otras organizaciones sociales realizaron 10 foros provinciales
y cinco congresos departamentales en torno a cinco mesas temáticas (soberanía
alimentaria, economía campesina, identidad campesina, minería y neoliberalismo
rural), culminando con el Primer Congreso Agrario de la Región Central el 9 y 10
de noviembre, los cuales buscaban la unidad campesina y popular, revitalizando
el Mandato Agrario formulado en 2003 y construyendo propuestas de políticas
públicas alternativas, orientadas a fortalecer la economía campesina y la soberanía
alimentaria. Adriana Pérez (2013) esquematizó este proceso como se presenta en
la figura 5.

Figura 5. Proceso de organización los foros provinciales, congresos depar-


tamentales y el Congreso Agrario de la Región Central de Colombia 2012.

ARTICULACIÓN A OTROS ESCENARIOS POLÍTICOS


CONGRESO TIPOS DE FOROS: NACIONALES,
MOVILIZACIONES, INTERNACIONALES,
NACIONAL DEPARTAMENTALES Y
ESPACIOS APUESTAS EN
SUS DEMANDAS LOCALES

• Hay una mesa de trabajo (en


comités o subcomités) que
COMITÉ DEBATES comprende: palabrero u
DE COORDINACIONES FOROS LOCALES oradores, relatores y los
Y DELIBERACIONES
DE FOROS Y REGIONALES asistentes.
EN EJES TEMÁTICOS
• Los palabreros conocen las
temáticas.
• Comunicación bidireccional.

• Comprende una
organización logística.
• El lugar donde se realizan
permiten unificación de los
participantes.
• Su facilidad de
desplazamiento
• Demanda una participación
activa.
• Específicamente de la
comunidad afectada de los
asuntos que se discuten.

Fuente: Pérez, 2013.

[141]
[142]
6. APRENDIZAJES PARA LA
SOSTENIBILIDAD DEL
PROCESO DE MERCADOS
CAMPESINOS

M
ercados Campesinos suministra elementos interesan-
tes de un modelo que en su inicio privilegió propósi-
tos políticos y organizativos, pero que también se pro-
yectó de manera exitosa en la esfera económica y comercial, y que
ha logrado mantener una relación provechosa entre estas dimensio-
nes. Quizás el principal aprendizaje de este modelo es comprobar la
importancia que para la economía campesina significa poder com-
binar desarrollos en ámbitos de naturaleza diferente, pero que resul-
tan complementarios para alcanzar propósitos. El abordaje paralelo
de las dimensiones económicas, sociales, organizativas y políticas, le
suma fuerza a las propuestas del campesinado, fortalece sus cimien-
tos, favorece su sostenibilidad en el tiempo y fortalece a los actores
campesinos en lo referente a la incidencia y acceso a las políticas
públicas, a la institucionalidad estatal y de cooperación, para lograr
los apoyos y acompañamientos requeridos.

La riqueza de la experiencia estudiada permite concluir que en el


contexto de la heterogeneidad de la agricultura campesina y de
sus organizaciones, no hay un modelo único de acceso a mercados
y tampoco hay políticas de aplicación general, aunque sí se puede

[143]
generar y construir una diversidad de opciones que podrían ser exi-
tosas si cuentan con políticas de respaldo.

Además, se destaca la importancia de la cooperación internacional


en su papel de apoyo transitorio a las iniciativas públicas y las orga-
nizaciones campesinas. Pero el estudio también llama la atención
sobre la necesidad de que estos procesos avancen hacia la autonomía
y autogestión, de manera que los apoyos de la cooperación interna-
cional cumplan sus propósitos con un enfoque de acompañamiento
transitorio que sepa interpretar la dinámica de esos procesos y el
momento oportuno de la salida.

Se evidencia que alrededor de los Mercados Campesinos predomina


una agricultura familiar dinámica por su articulación, no sólo al
mercado de productos, sino también al de insumos y al de crédito33.
Esta dinámica va acompañada de procesos de gestión y de logística
que no dejan de ser complejos y que están asociados a la presencia
activa de los productores en diferentes canales de comercialización,
en los que se reconoce hoy en día su aceptación y su posiciona-
miento por parte de los compradores, bien sea consumidores finales
o comerciantes de plazas de mercado y tiendas fruver.

33 De acuerdo a la Encuesta de Hogares 2012, el 70% de los campesinos y campesinas vinculados a


Mercados Campesinos manifestó haber necesitado un crédito en los últimos 12 meses, de estos
el 72% lo solicitó al sistema financiero formal, y a su vez, el 79% de quienes lo solicitaron por
este medio dijeron haberlo obtenido. En otras palabras, el 40% de los participantes en Mercados
Campesinos encuestados obtuvieron un crédito a través del sistema financiero formal entre 2011
y 2012.

[144]
Los resultados obtenidos indican que Mercados Campesinos tiene
una incidencia importante en la apertura de opciones y de espacios
para contribuir al desarrollo de este tipo de economías, en las que el
marginamiento y la pobreza siguen siendo los elementos centrales
de su problemática, tal como lo evidencia la información de línea
base presentada en este documento.

Los datos obtenidos en las investigaciones sugieren que los Mer-


cados Campesinos son de mayor importancia social y política que
económica. El peso de su volumen de ventas y de su impacto sobre
los ingresos totales puede aumentarse sustancialmente frente a los
logros alcanzados, pero más notorio es el impacto de Mercados
Campesinos en términos de visibilidad, de reconocimiento, de orga-
nización, de apertura de espacios de incidencia y de formación de
los actores y organizaciones participantes. Un ejemplo de ello es el
de los campesinos y campesinas organizados en los grupos locales,
que desde la base del modelo han aprendido a gestionar recursos
ante las alcaldías de los municipios donde actúan, como estrategia
para fortalecer la sostenibilidad del proceso.

Los logros en materia de construcción de capital humano y social


alrededor de los Mercados Campesinos conforman un factor funda-
mental para el diseño de nuevas políticas, en favor de estos impor-
tantes grupos de la población rural colombiana.

[145]
6.1 Elementos para la sostenibilidad
de mercados campesinos

Tomando como base las investigaciones realizadas por el equipo


de la Universidad Nacional de Colombia durante los años 2011 a
2014, se plantean a continuación algunas reflexiones para el fortale-
cimiento y sostenibilidad de Mercados Campesinos.

De acuerdo con la investigación de Melo (2014) existen fortalezas


y debilidades de Mercados Campesinos frente al objetivo de la sos-
tenibilidad del proceso. Identificó como fortalezas la diversidad de
productos que ofrece el proceso, la vinculación de actores locales,
la experiencia y conocimiento de estrategias de comercialización, la
gran capacidad de incidencia política sobre la política pública ali-
mentaria, la continuidad y posicionamiento del proceso, la calidad
de los productos de Mercados Campesinos y la capacidad de nego-
ciación directa de los productores.

Al analizar las debilidades, Melo identificó la necesidad de fortalecer


los procesos de producción, en especial la planeación de las siembras
para mantener una oferta estable y el mejoramiento de la poscose-
cha y embalaje de los productos para reducir pérdidas de calidad; así
como la necesidad de formular planes de trabajo a nivel municipal
que sean gestionados por los promotores municipales; equilibrar la
gestión de recursos lograda desde la incidencia política con los recur-
sos obtenidos por autogestión; mejorar la formación política de los

[146]
integrantes de las organizaciones locales; y mejorar la comunicación
al interior del proceso entre sus diferentes instancias organizativas.

A partir de las fortalezas y debilidades identificadas, se proponen


elementos para la sostenibilidad de los Mercados Campesinos, dife-
renciando entre los distintos canales impulsados.

En el caso del canal presencial es necesaria la consolidación de los


canales directos entre productor y consumidor, como parte de las
políticas que impulsan un sistema alimentario y de abastecimiento
más justo.

Se propone ampliar las relaciones de tipo solidario entre las familias


campesinas y las familias urbanas que consumen los alimentos. La
mayor parte de los consumidores manifestaron su interés de apoyar
a la economía campesina, por lo que sería positiva la articulación
con organizaciones de consumidores en el marco de los mercados
justos y solidarios. Estas alianzas podrían visibilizar también el rol
de las mujeres, ya que tanto a nivel de producción como de la adqui-
sición de alimentos, son las mujeres las que participan en mayor
proporción.

Por su parte, la sostenibilidad del canal mayorista depende de avan-


ces en la calidad de los productos, diversidad, continuidad y volúme-
nes, así como en elementos como la agregación de la oferta, y opti-
mización de procesos productivos, embalaje y transporte.

[147]
Finalmente, los mercados locales han venido mostrando un impor-
tante nivel de sostenibilidad dada su continuidad y la autogestión
lograda por los pequeño/as productores en sus municipios. El man-
tenimiento y expansión de estos mercados dependerá de la combi-
nación de estrategias de incidencia política y de estrategias comer-
ciales, teniendo en cuenta las particularidades de cada municipio. La
diversificación y apertura de nuevos mercados locales es una estrate-
gia recomendable. El impacto de estas iniciativas en la instituciona-
lidad municipal debe ser examinado con profundidad por cuanto el
acompañamiento y apoyo de los municipios adquiere una creciente
importancia en el desarrollo de los circuitos económicos locales, de
los cuales este tipo de mercados son componentes que pueden llegar
a tener una gran importancia.

Se identifica un gran potencial de expansión tanto en los canales


existentes como en nuevos canales de comercialización, como es el
caso del canal institucional o de compras públicas que ha venido
siendo explorado por Mercados Campesinos. Para el caso de los
grandes fruver o tiendas especializadas en la venta de productos
agropecuarios, Pedraza (2013) encontró que es factible establecer
relaciones comerciales pero que es necesario que esos compradores
se adapten a las condiciones de los productores/as en cuanto a volu-
men, calidad y cantidad de su oferta, y las condiciones de pago.

Por su parte, Pérez (2013) analizó el caso de las compras de los


comedores comunitarios de Bogotá, encontrando que los actua-
les requerimientos normativos desconocen las condiciones de los

[148]
pequeños productores y productoras, por lo que se recomienda
incidir desde los movimientos campesinos y populares para generar
políticas públicas que viabilicen este canal en beneficio de los con-
sumidores urbanos de bajos ingresos y las comunidades campesinas.

El fortalecimiento organizativo es fundamental para la consecución


de los objetivos en materia de incidencia política y comercialización,
así como para solucionar los inconvenientes a nivel de comunica-
ción. Dicho fortalecimiento inicia a nivel de campesinos de base y
cobija todos los renglones organizativos, incluso los de coordinación
del proceso. Se recomienda fortalecer la formación en las áreas de
alimentación de las familias campesinas, sostenibilidad ambiental y
equidad de género.

Un factor importante para la sostenibilidad organizativa es la per-


manencia de los líderes en los diferentes niveles, acompañada de un
adecuado flujo de información y de rendición de cuentas. Este factor
ha sido decisivo para mantener la unidad y continuidad del proceso
durante una década, a pesar de los sucesivos cambios de funciona-
rios y políticas en las entidades de acompañamiento, especialmente
en el principal responsable de la política de abastecimiento de ali-
mentos en Bogotá como lo es la Secretaría Distrital de Desarrollo
Económico.

Con respecto a la sostenibilidad ambiental, esta debe partir del reco-


nocimiento de los saberes con los que cuentan las campesinas y los
campesinos frente al manejo de sus sistemas productivos y que les

[149]
han permitido adaptarse a situaciones cambiantes, como por ejem-
plo al cambio y la variabilidad climática. Prácticas agroecológicas
como el mantenimiento de la agrobiodiversidad, el uso de semillas
nativas y las coberturas vegetales para la conservación de suelos son
un buen ejemplo de ello. Los avances tecnológicos deben incor-
porarse de manera equilibrada con estos saberes tradicionales y de
acuerdo a las condiciones de cada sistema productivo.

Mercados Campesinos ha realizado actividades de fomento de la


agricultura orgánica y agroecológica, las cuales se complementan
con el contacto directo de los campesinos y campesinas con las
preferencias que expresan los consumidores urbanos por productos
libres de agrotóxicos y de origen campesino. La naturaleza de la eco-
nomía campesina tiene ventajas frente a la producción agroecológica
como lo es el uso intensivo de la mano de obra, los saberes tradicio-
nales, el manejo de tecnologías de bajo costo, el uso de insumos pro-
pios y la orientación al mercado local. Sin embargo, es conveniente
que se consolide una estrategia más definida a nivel productivo, para
lo cual se pueden establecer alianzas con otras instituciones locales y
regionales que promuevan una agricultura sostenible y fortalecer las
acciones que se vienen desarrollando.

Frente a los impactos del cambio y la variabilidad climática, Tobón


(2013) aportó una propuesta para el registro de datos climáticos por
parte de las familias campesinas denominada ANDAR INFOR-
MADOS con el fin de diseñar de forma participativa las medidas
potenciales adaptativas en materia de seguridad alimentaria, ante

[150]
impactos identificados de variabilidad y cambio climático en cada
zona involucrada en el trabajo.

La capacidad de adaptación de Mercados Campesinos a las condi-


ciones cambiantes del entorno político, social y económico, requiere
de la existencia de un sistema de información y gestión del conoci-
miento que funcione de manera continua y al que puedan acceder
todos los actores participantes. Se identifican algunas temáticas en
las que se requiere realizar investigaciones de mayor profundidad,
con el objeto de que quienes participan en este proceso conozcan
con mayor precisión sus fortalezas y desafíos. A nivel estratégico, se
encuentran temas como el fortalecimiento de la capacidad interna
desde las bases locales, el desarrollo de procesos de planeación, y la
ampliación de la participación de los jóvenes. En un nivel más ins-
trumental, se ubican el funcionamiento de los mercados locales, el
seguimiento a los créditos obtenidos y la importancia del trueque o
intercambio no monetario de productos en la seguridad alimentaria
de las familias. Estos aspectos también requieren de una mayor visi-
bilización en la estrategia de incidencia política.

6.2 Elementos para la incidencia política

Diferentes investigaciones han reconocido que las intervenciones


orientadas a la producción no resuelven los problemas que enfren-
tan los pequeños productores sino van acompañadas de políticas
y programas que incluyan estratégicamente a otros sectores de la
cadena de producción, distribución y comercialización. Es por eso

[151]
que, desde el sector público, urge que a nivel territorial y nacional se
estructuren planes que permitan a los pequeños productores superar
las barreras que enfrentan para acceder al mercado de forma compe-
titiva, sostenible y rentable.

La falta de legislación sobre los temas de seguridad alimentaria,


comercialización y cambio climático en relación con la producción
campesina, es una amenaza para la supervivencia de las familias cam-
pesinas colombianas, por lo que se constituyen en temas estratégicos
a abordar desde las organizaciones campesinas y ONG en sus accio-
nes de incidencia política.

Haber logrado el reconocimiento de la importancia de la economía


campesina para el abastecimiento alimentario en el PMASAB, ade-
más de ser un logro importante para las organizaciones campesinas,
diferencia a la política distrital de las políticas de abastecimiento
de otras ciudades colombianas, como es el caso de la política de
Medellín analizada por Gutiérrez (2014), y de la política nacional
representada en el CONPES 113 de 2008 que establece la Política
Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PNASAN). A
diferencia de la política vigente en Bogotá, la política nacional y la
de Medellín no contemplan el apoyo a la economía campesina como
estrategia de fortalecimiento de la seguridad alimentaria, ni el esta-
blecimiento de una soberanía alimentaria.

Se identifican otros espacios de construcción de políticas públicas


en los que las organizaciones campesinas que hacen parte de Merca-

[152]
dos Campesinos pueden ampliar su incidencia política, siendo estos
estratégicos para fortalecer el proceso, como los son los Consejos
Municipales de Desarrollo Rural (CMDR) en el ámbito municipal,
los Consejos Seccionales de Desarrollo Agrario (CONSEA) en el
ámbito de departamental, y los Órganos Colegiados de Adminis-
tración y Decisión (OCAD) para los dos niveles territoriales. En el
caso de Cundinamarca, se identificó que sería importante la parti-
cipación en el Comité Intersectorial e Interinstitucional de Seguri-
dad Alimentaria y Nutricional de Cundinamarca (CISANCUN),
reivindicando en todos estos espacios la importancia del apoyo a la
economía campesina.

Como lo han señalado las organizaciones campesinas, es necesario


avanzar en la adopción de los mercados locales como política de los
municipios, en programas de mejoramiento de sistemas de produc-
ción (apoyo de instituciones técnicas y profesionales, SENA, uni-
versidades, etc.), y en la flexibilización de normas que viabilicen la
participación de los pequeños productores y sus organizaciones en
los sistemas de compras públicas34.

34 La tesis de Yudy Pérez (2013) que analizó el caso de los comedores comunitarios de la Loca-
lidad de Bosa en Bogotá, encontró que la actual normatividad no contempla las condiciones
productivas y logísticas de los campesinos, las campesinas y de sus organizaciones, por lo que
resulta imposible realizar transacciones de forma directa. Por tanto, se requiere que desde las
organizaciones campesinas en alianza con las organizaciones sociales urbanas que participan en
estos programas, se incida para que las diferentes entidades distritales como son la Secretaría
de Desarrollo Económico y la Secretaría Distrital de Integración Social y las Alcaldías Locales,
desarrollen un plan de fortalecimiento de la economía campesina, realizando un diagnóstico
sobre la condición de los sistemas de producción campesinos y replanteando los anexos técnicos
existentes para la ejecución de los programas alimentarios.

[153]
En relación al canal presencial la política pública debe permitir redu-
cir los costos de gestión administrativa mediante la adopción de una
normativa especial para la realización de los Mercados Campesi-
nos. Esto permitiría reorientar los recursos de financiación hacia la
adquisición de activos que optimicen el proceso (medios de trans-
porte) y el fortalecimiento organizativo.

El apoyo para contar con un transporte propio por parte de las orga-
nizaciones campesinas locales, es una de las metas más importantes
para los integrantes de estas organizaciones, por lo que es funda-
mental continuar incidiendo ante las instituciones en esta dirección.

Una institucionalidad más fuerte en el apoyo a la economía cam-


pesina creará un ambiente más propicio para la creación de orga-
nizaciones campesinas locales exitosas. En Colombia no existe
una institución que a nivel nacional desarrolle esta labor como lo
hace por ejemplo el Instituto para el Desarrollo Agropecuario
(INDAP) en Chile. Las OCL y demás organizaciones campesinas
podrían jugar un rol fundamental en la conformación de esta nueva
institucionalidad.

Al alcance de los alcaldes están las herramientas necesarias para


mejorar el estado de las vías rurales y disminuir los costos de trans-
porte; para disminuir las brechas tecnológicas en los sistemas pro-
ductivos de la región, mediante la prestación de servicios adecuados
de asistencia tecnológica especializada e integral; para propender
por un mejor ingreso y mejorar la calidad de vida fomentando las

[154]
actividades asociativas y brindando capacitación agroempresarial;
para ofrecer alimentos más económicos a los consumidores y mejo-
res precios a los productores al establecer alianzas con los canales
de distribución, de tal forma que se disminuyan considerablemente
los márgenes de intermediación, y estimular el emprendimiento, al
facilitar los mecanismos para que los pequeños productores puedan
acceder al crédito, entre otras.

Se requiere una asistencia técnica integral que instale en los produc-


tores las competencias necesarias en los aspectos técnicos, financie-
ros, administrativos y comerciales para vincularse de manera efectiva
a los mercados considerando las particularidades de cada región.
Esta asistencia está a cargo de los municipios, por lo que las orga-
nizaciones campesinas locales pueden incidir directamente en la
orientación del servicio.

Es común que una de las principales estrategias de apoyo institucio-


nal sea la capacitación, lo cual es pertinente si los integrantes de la
organización lo solicitan y están realmente interesados en los temas
a desarrollar y las metodologías a implementar, por lo que se reco-
mienda que los temas y métodos de capacitación sean concertados
con los integrantes de las organizaciones campesinas y que sean
coherentes con sus expectativas y con las realidades locales.

En el ámbito de lo territorial un espacio clave de participación son


los Consejos Municipales de Desarrollo Rural, los cuales se han
revitalizado y jugarán un importante papel futuro en el desarrollo

[155]
territorial. Una participación cualificada y activa de las organizacio-
nes campesinas en estos espacios servirá para tener injerencia en la
ejecución municipal de políticas nacionales agropecuarias que asig-
nan volúmenes importantes de recursos para financiar proyectos
mediante convocatorias y fondos concursales. Entre estos proyectos
cabe mencionar los orientados al fortalecimiento de la productivi-
dad y competitividad como la provisión de servicios de asistencia
técnica directa rural, el diseño y construcción de sistemas de ade-
cuación de tierras y las convocatorias de compra de tierras. Por ejem-
plo en el caso de la asistencia técnica, se requiere de una provisión
del servicio que sea integral que le asigne la mayor importancia a
la formación de competencias en los aspectos técnicos, financieros,
administrativos y comerciales para contribuir a la vinculación com-
petitiva de los campesinos a los mercados, considerando las particu-
laridades de cada región. Los planes generales de asistencia técnica
formulados por los municipios deben considerar este tipo de orien-
tación complementaria a la productiva.

Gracias a las fortalezas que se desarrollen desde el nivel territorial


(municipal, departamental, de las organizaciones de base comuni-
taria y de los comités municipales de desarrollo rural) se podrán
formular buenos proyectos para jalonar recursos nacionales en favor
de esas iniciativas. Saber incursionar en esos espacios participativos
territoriales fundamentales para acceder a los beneficios de las polí-
ticas públicas es un desafío de las organizaciones de base.

[156]
Mercados Campesinos ofrece como ventaja que las organizaciones
de base municipal pueden disponer del apoyo de las organizaciones
nacionales para que su incidencia sea más efectiva.

Ante las instituciones responsables de los temas de cambio climático


y seguridad alimentaria, es recomendable visibilizar la necesidad de
disponer de información climática (estaciones meteorológicas) en
las áreas de influencia de Mercados Campesinos y definir los respon-
sables de desarrollar una cultura de obtención de información, su
aprovechamiento y difusión, que sirva para la toma de decisiones.

[157]
[158]
7. REFLEXIONES Y
RECOMENDACIONES FINALES

L
a experiencia de Mercados Campesinos aporta elementos
valiosos para la definición de políticas públicas de comer-
cialización agropecuaria enfocadas hacia los pequeños
productores. Estos elementos tienen que ver con los avances en el
desempeño de estos mercados, en términos del tránsito de los pro-
ductos desde las fincas de los productores hasta los sitios de venta;
con el papel que le corresponde al sector público, tanto del orden
territorial como del nacional; y, con la labor de gestión y de inciden-
cia adelantada por las organizaciones campesinas comprometidas
con esta iniciativa, que opera desde 2004 con un buen cúmulo de
aprendizajes y logros.

Es de destacar la eficiencia alcanzada por el proceso en lo que res-


pecta a racionalización y reducción de márgenes de comercializa-
ción con respecto a los sistemas tradicionales. Como bien se sabe, en
estos últimos opera una larga cadena de intermediarios cuyas funcio-
nes no siempre son coherentes con la elevada diferencia que generan
entre el precio productor y el precio consumidor.

[159]
La eficiencia de Mercados Campesinos se expresa en que los cam-
pesinos y las campesinas que intervienen en este modelo comercial
han tenido beneficios en sus ingresos por la vía de mejores precios
de venta, lo cual ha repercutido de manera positiva en sus procesos
productivos, en su seguridad alimentaria, en la búsqueda de alter-
nativas innovadoras para afrontar las adversidades originadas por la
variabilidad climática y en una nueva organización de la economía
familiar que, según los estudios realizados, da muestras de orientarse
hacia relaciones de género más equilibradas.

Desde la perspectiva de los consumidores, la eficiencia del modelo


se evidencia en la satisfacción por ellos expresada con relación a
los impactos en la seguridad alimentaria, dada la aceptación de los
productos por el conocimiento de su proveniencia, por sus precios
convenientes en relación con otras opciones de compra y por su cali-
dad. Mercados Campesinos es un buen ejemplo de equilibrio entre
los beneficios de los agentes que intervienen y las actividades que
desempeñan.

Otra particularidad de Mercados Campesinos es la combinación


que hace de iniciativas de comercio justo de alimentos con estra-
tegias de incidencia política a partir de un enfoque de derechos. El
equilibrio y complementariedad entre estos dos niveles de trabajo, el
político y el económico, ha sido la principal característica distintiva
que explica en buena medida los logros alcanzados en los diez años
del proceso en materia de posicionamiento de los campesinos en
nuevos canales de comercialización, en visibilización de sus intereses

[160]
y reivindicaciones, y en mejoramiento de las condiciones de vida de
las familias campesinas vinculadas, sin desconocer el impacto sobre
las familias urbanas que han podido acceder a una variada oferta de
alimentos a precios convenientes.

Una lección a destacar de la experiencia de Mercados Campesinos


es que, más que el acceso a los mercados, son las condiciones de ese
acceso las que ameritan la mayor atención. Abrir opciones de mer-
cado y conseguir canales de comercialización es un punto de partida
necesario, pero no es garantía de éxito y de permanencia de los peque-
ños productores, ya que de entrada su situación es desventajosa.

Los logros obtenidos en la comercialización fueron haciendo evi-


dentes las restricciones de la producción en materia de tecnología,
acceso a factores de producción y manejo de recursos naturales. El
desafío a futuro de la comercialización en cuanto a sus posibilidades
de expansión va requerir superar las restricciones estructurales de
los campesinos en cuanto acceso a tierra, capital, tecnología y demás
factores de producción.

La construcción de condiciones favorables de acceso a los mercados


supone un enorme desafío, tanto para los productores que deben
fortalecer su capacidad organizativa, de autogestión y de agencia,
como para las entidades públicas y para las de acompañamiento y
financiación como la cooperación internacional y las ONG. Las
condiciones favorables se van construyendo en el día a día, a par-
tir de una política pública inicial de respaldo. Este proceso requiere

[161]
de un esfuerzo mancomunado de estas tres instancias, con el debido
consenso frente a una estrategia liderada por los mismos campesinos
y con una adecuada continuidad en el tiempo, de manera que las ini-
ciativas puedan consolidarse.

En efecto, Mercados Campesinos demuestra que procesos con con-


diciones de apoyo y de acompañamiento apropiadas en aspectos
técnicos, organizativos y financieros, y con perdurabilidad suficiente
para que se consoliden, sí pueden ser exitosos, al tiempo que generan
nuevas opciones de desarrollo propio en el mercado y en espacios
de decisiones políticas a favor de los protagonistas y actores de esos
procesos. La cooperación internacional jugó un papel catalizador y
dinamizador, decisivo para la concreción y éxito de esta iniciativa
campesina, tal rol debería ser asumido a futuro por instituciones y
políticas públicas de enfoque territorial, con el fin de que experien-
cias como esta se escalen y repliquen.

Mercados Campesinos es una invitación a que las políticas públi-


cas en comercialización se orienten a fortalecer la capacidad de res-
puesta de los pequeños productores a las oportunidades de la aper-
tura creciente de mercados en lo interno y externo. Esa capacidad
de respuesta es alta, siempre y cuando se den los apoyos apropiados.
Sin ello se pierden opciones fundamentales para el desarrollo de la
economía campesina. Le corresponde al Estado establecer los instru-
mentos de política apropiados.

[162]
Cabe mencionar, entre otros, i) la provisión de marcos regulatorios
a favor de la participación de la producción campesina en aquellos
mercados en los que el Estado tenga injerencia, como por ejemplo
el mercado institucional, al igual que en otras áreas como la compe-
tencia, las transacciones comerciales, las calidades y la sanidad y, en
general, en áreas referidas a generar condiciones de acceso más flexi-
bles y acordes a la naturaleza de la agricultura campesina, con nor-
mas orientadas a darle transparencia a los mercados y a hacerlos más
incluyentes; ii) la implementación de sistemas de abastecimiento
alimentario que consideren canales apropiados y con condiciones
justas para los pequeños productores y sus asociaciones; iii) el apoyo
con infraestructura física y de transporte por su alta incidencia en
el acopio de productos y en los costos de comercialización; iv) el
fortalecimiento del acceso de los pequeños productores a los siste-
mas de información de precios y mercados existentes en el país; v) la
ampliación de subsidios transicionales orientados a facilitar y abara-
tar el acceso a mercados por parte de los pequeños productores, en
el entendido de que estos incentivos se justifican por la necesidad de
corregir las fallas de mercado que afectan la participación exitosa de
los pequeños productores en los mismos.

El Estado debe contemplar instrumentos económicos coherentes


con un enfoque de mercado y de desarrollo de proyectos producti-
vos que logren ser rentables y auto sostenibles. Para ello, se requie-
ren incentivos que corrijan fallas de mercado y carencias referidas
a los problemas que tienen los pequeños productores en términos
de acceso a información, de dispersión y aislamiento, de inserción

[163]
competitiva en los mercados, de provisión de servicios claves como
la asistencia técnica conducente a procesos de innovación alrede-
dor de la producción, la comercialización y la gestión, así como de
conocimiento y de acceso a las políticas públicas. La destinación
de estos incentivos, de carácter transitorio y no asistencialista, es
hacia la creación de condiciones que permitan el desarrollo de pro-
yectos productivos rentables, generadores de empleo e ingresos y
que, al menos, garanticen una subsistencia digna de la población
beneficiaria.

Frente a la experiencia de mercados campesinos, siguientes puntos


adquieren relevancia para una política de acceso a mercados inclu-
yente de pequeños productores (Molina, 2012):

1. Fortalecer la relación de sistemas tradicionales y modernos, mediante


el impulso a la participación de pequeños productores en mercados en
expansión y la modernización de los sistemas tradicionales. Los par-
ticipantes en Mercados Campesinos diversifican y fortalecen su rela-
ción con otros canales principalmente del sistema tradicional.

2. Articulación a los mercados alternativos. Mercados Campesinos es el


mejor ejemplo de construcción de canales alternativos.

3. Integración de programas de comercialización a las otras políticas


rurales para que haya proyección comercial y efectos multiplicado-
res de la inversión pública, con movilización de entidades territo-
riales bajo el liderazgo del MADR. Esta estrategia es perfectamente

[164]
realizable. Además contribuye a aglutinar esfuerzos alrededor de pro-
pósitos comunes de la comercialización para conformar cadenas de
oferta desde lo local articuladas a mercados tradicionales y modernos
construyendo territorialidad y haciendo más competitivos a los terri-
torios. En este campo existen vacíos de complementariedad, no solo
en las zonas productoras asociadas a Mercados Campesinos corres-
pondientes a la Región Central del país, sino al resto del territorio
nacional

4. Articulación de la comercialización al Sistema de Medidas Sanitarias


y Fitosanitarias y a las normas de calidad. En este punto existe aún
un desarrollo muy limitado, en particular para la pequeña y mediana
producción.

5. Fortalecimiento de organizaciones. La experiencia de Mercados Cam-


pesinos indica la importancia de la complementariedad y de apoyo
mutuo entre organizaciones de base comunitaria a nivel local y orga-
nizaciones de segundo grado del orden regional y nacional, así su
naturaleza sea diferente, pero con algunos propósitos comunes.

6. Afinamiento de la agricultura por contrato y de las alianzas produc-


tivas. Si bien Mercados Campesinos no incursionan en este frente, es
un instrumento que ha probado resultados positivos de acceso a mer-
cados para otro tipo de modelos organizacionales de la agricultura
campesina. Esto significa que son múltiples los modelos de acceso a
mercados que deben considerarse, cada uno con sus ventajas y proble-
mas propios.

[165]
7. Alianzas con los industriales, comerciantes y demás prestadores de
servicios, correspondientes a la pequeña y mediana escala y a la eco-
nomía solidaria para conformar cadenas de oferta incluyentes. Es
una estrategia y modelo de acceso a mercados diferente al de alianzas
productivas, y que puede ser de un gran porvenir y de mutuo benefi-
cio, aunque se requiere comenzar a construir las condiciones para su
favorecimiento. Ello supone liderazgos e iniciativas desde las propias
organizaciones populares, pero también del apoyo del Estado, de la
cooperación internacional y de las ONG. Mercados Campesinos ve
en este tipo de alianzas una de las proyecciones más atractivas para su
desarrollo futuro.

8. Marcos regulatorios de la competencia. Como ya se mencionó, es


importante el desarrollo de normatividad que favorezca el forta-
lecimiento de mercados incluyentes. Mercados Campesinos logró
ser incluido en el Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos de
Bogotá lo cual le permite contar con un aval de continuidad y de res-
paldo normativo y político.

9. Desarrollo de sistemas de información. En la medida en que se for-


talece el acceso a mercados, se hace más indispensable la democrati-
zación de la información de precios, de volúmenes y demás aspectos
pertinentes a la competitividad. El país debe seguir progresando en la
creación de condiciones de acceso amplio y masivo a estos sistemas.
Mercados Campesinos ha avanzado en un sistema propio de infor-
mación que podría complementarse con una estrategia de gestión
social del conocimiento, en la que se compartan conocimientos y

[166]
experiencias por parte de los campesinos y campesinas, la academia,
las ONG y el Estado, y que funcione de manera permanente.

10. Relevancia de la seguridad y la soberanía alimentaria. La comerciali-


zación y el acceso a mercados, entendidos como un instrumento de
la seguridad alimentaria, adquieren relevancia política dentro de un
enfoque de derechos con respecto a la alimentación, en el que la eco-
nomía campesina es el elemento nuclear. El discurso político de Mer-
cados Campesinos es evidencia de ello, sin embargo, se debe prestar
mayor atención a la calidad de la alimentación de las familias campesi-
nas, a la promoción y fortalecimiento de la producción para autocon-
sumo, la educación alimentaria y el incremento de los ingresos desti-
nados a alimentación.

11. Conexión con las políticas de infraestructura física y de vías y trans-


porte, por su alta incidencia en los costos de comercialización. El
apoyo efectivo del Estado al acceso a mercados por parte de la eco-
nomía campesina pasa por facilitar el acceso a infraestructura física
para acopio, transporte, almacenamiento y otras funciones que las
organizaciones campesinas están en capacidad de desempeñar, lo cual
les permitiría fortalecer su participación en los mercados con nuevos
canales propios y alternativos.

Los puntos anteriores invitan a pensar sobre los enormes desafíos


que hay por delante en cuanto a acceso a mercados, pero también
a valorar las contribuciones de Mercados Campesinos para ayudar
a alcanzarlos. Le corresponde a Mercados Campesinos definir una

[167]
serie de medidas de escalamiento de su experiencia para que tras-
cienda más allá del nivel territorial en el que se ubica, para que sea
más replicable y más reconocido en las esferas departamental y
nacional. Así mismo, le corresponde articularse más estrechamente
con otras políticas nacionales necesarias para ese escalamiento y para
fortalecer las dinámicas actuales. La identificación de riesgos asocia-
dos al desarrollo propio del proceso debe ser una pieza clave de las
acciones de planeación que también requieren de fortalecimiento,
dada la complejidad de las operaciones comerciales. En este aspecto,
la solidez de las organizaciones de base o de los Comités Campesi-
nos Municipales es cada vez más imprescindible.

Una de las fortalezas principales de Mercados Campesinos es la pre-


sencia activa y liderazgo de las mujeres. Saber aprovechar las ventajas
que se derivan de ello es un aspecto estratégico clave para el desarro-
llo futuro, máxime teniendo en cuenta la preocupación que existe
sobre la participación decreciente de la juventud, fenómeno de la
vida rural al que no es ajeno Mercados Campesinos. El fortaleci-
miento de las bases también está asociado al involucramiento de las
administraciones municipales, de manera que se generen beneficios
de doble vía.

Finalmente, hay que afirmar que el hecho de que en las investiga-


ciones sintetizadas en este estudio hayan participado universidades,
además de organizaciones campesinas, ONG y agencias de coope-
ración, le imprimen a los resultados aquí presentados un carácter
académico, de rigor analítico y de independencia de criterio, impor-

[168]
tante para que los tomadores de decisión y los expertos en estos
temas cuenten con una información confiable.

[169]
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de tierras, se reforma el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria y se
dictan otras disposiciones.
Ley 715 de 2001. Por la cual se dictan normas orgánicas en materia de recursos y
competencias de conformidad con los artículos 151, 288, 356 y 357 (Acto
Legislativo 01 de 2001) de la Constitución Política y se dictan otras dispo-
siciones para organizar la prestación de los servicios de educación y salud,
entre otros.
Ley 1450 de 2011. Por la cual se expide el Plan Nacional de Desarrollo,
2010-2014.
Ley 1523 de 2012. Por la cual se adopta la política nacional de gestión del riesgo
de desastres y se establece el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de
Desastres y se dictan otras disposiciones.
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cias Humanas, Escuela de Estudios de Género. Bogotá.

[180]
ANEXO 1

Organizaciones campesinas locales encuestadas por


departamento y municipio (Línea Base, 2012)

Departamento Municipio Nombre de la organización local

Fontibón Personas en discapacidad y sus cuidadores

Usme Ruralidad de Usme

Bogotá D.C.
1
Santa Fe (Verjón) Comité campesino Verjón

Ciudad Bolívar Red de productoras

Chapinero Comité Frailejón

Arcabuco Comité Campesino Municipal de Arcabuco

Ciénaga Comité Campesino de Ciénaga

Comité Campesino de Comercialización,


Duitama
Fundación San Isidro

Gachantivá ANMUCIC

Guateque ANMUNIC

Asociación de Pequeños y Medianos


Motavita Agricultores, Papicultores y Floricultores de
Boyacá
Boyacá – ASOAGRIBOY, FENSUGARO

Nuevo Colón Comité Campesino Municipal Nuevo Colón

Paipa ANMUCIC

Ráquira Comité de Productores de Ráquira

Soracá Comité Campesino Soracá - FENSUAGRO

Turmequé Comité Campesino Municipal de Turmequé

Úmbita Comité Campesino de Úmbita

[181]
Arbeláez ADUC

Apulo Mercados Campesinos Apulo

Cachipay ADUC

Chipaque Comité Campesino Municipal de Chipaque

Choachí ANDAS

Chocontá Comité Campesino Chocontá

El Colegio ADUC

Fómeque Comité Campesino Municipal Fómeque

AMUC - Asociación Municipal


Granada (Cundinamarca)
de Usuarios Campesinos
Cundinamarca
Guasca Comité Campesino Municipal Guasca, AMUC

Comité Campesino Municipio de


San Antonio del Tequendama
San Antonio del Tequendama

San Bernardo ADUC

Sasaima Comité Campesino de Sasaima

AMUC - Asociación Municipal de Usuarios


Silvania
Campesinos, Comité de Comercialización.

Soacha Acción Campesina Colombiana, Comité Soacha

Tena AMUC

Vianí Comité Campesino de Vianí

Comité Mercados Campesinos


Viotá
Viotá - FENSUAGRO

Fuente de Oro Comité Campesino de Fuente de Oro


Meta
Granada (Meta) Comité Campesino de Granada

Chaparral Comité Campesino Municipal de Chaparral

Asociación Mercados Campesinos


Tolima Icononzo
- ASOMERCAMP

Villarrica Comité Campesino Municipal de Villarrica

Fuente: Parrado, Gutiérrez y Molina, 2013.

[182]
(Footnotes)

1 Bogotá como Distrito Capital, conforma una unidad


político-administrativa independiente. En este caso los grupos
no corresponden a municipios sino a localidades del distrito.
Este libro se terminó de diseñar en el Centro de
Investigación y Extensión Rural - CIER, de la
Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad
Nacional de Colombia, Sede Bogotá.
Las fuentes tipográficas son Garamond
Premier Pro y Neutra.

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