La demencia es un término general para la pérdida de memoria y de otras habilidades
intelectuales lo suficientemente grave como para interferir en la vida diaria. Otros tipos de demencia La demencia vascular es una disminución en las habilidades de pensamiento causada por condiciones que bloquean o reducen el flujo de sangre al cerebro, privando a las células cerebrales del oxígeno y los nutrientes vitales. Estos cambios a veces se producen repentinamente después de un derrame cerebral que bloquea los vasos sanguíneos principales del cerebro. Se considera ampliamente la segunda causa más común de demencia después de la enfermedad de Alzheimer. La demencia mixta es una condición en la cual ocurren anormalidades propias de más de un tipo de demencia simultáneamente. Los síntomas pueden variar, dependiendo de los tipos de cambios cerebrales involucrados y las regiones del cerebro afectadas, y pueden ser similares o incluso indistinguibles de los de la enfermedad de Alzheimer u otra demencia. La demencia de la enfermedad de Parkinson es una alteración en el pensamiento y en el razonamiento que finalmente afecta a muchas personas con la enfermedad de Parkinson. A medida que los cambios cerebrales se extienden gradualmente comienzan, a menudo, a afectar las funciones mentales que incluyen la memorización, la capacidad de prestar atención, el discernimiento y la planificación de los pasos necesarios para completar una tarea. La demencia con cuerpos de Lewy es un tipo de demencia progresiva que conduce a la disminución del pensamiento, el razonamiento y la función independiente debido a los depósitos microscópicos anormales que dañan las células cerebrales. La demencia de la enfermedad de Huntington es un trastorno cerebral progresivo causado por un gen defectuoso. Provoca cambios en el área central del cerebro, que afectan el movimiento, el estado de ánimo y las habilidades de pensamiento. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es la forma humana más común de un grupo de trastornos cerebrales poco comunes y fatales conocidos como enfermedades priónicas. La proteína priónica mal plegada destruye las células cerebrales lo que ocasiona un daño que conduce a una rápida disminución del pensamiento y del razonamiento, como así también, a movimientos musculares involuntarios, confusión, dificultad para caminar y cambios de humor. La demencia frontotemporal (FTD) es un grupo de trastornos causados por la degeneración progresiva de células en los lóbulos frontales del cerebro (las áreas ubicadas detrás de la frente) o en sus lóbulos temporales (las regiones ubicadas detrás de las orejas). La hidrocefalia de presión normal es un trastorno cerebral en el que se acumula exceso de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos del cerebro, causando problemas de pensamiento y razonamiento, dificultad para caminar y pérdida del control de la vejiga. La demencia del síndrome de Down se desarrolla en personas que nacen con material genético adicional del cromosoma 21, uno de los 23 cromosomas humanos. Al igual que las personas con el sindrome de Down envejecen, esas personas tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar un tipo de demencia que es el mismo o muy similar a la enfermedad de Alzheimer. El síndrome de Korsakoff es un trastorno crónico de la memoria causado por la deficiencia grave de tiamina (vitamina B1). Es causado más comúnmente por el abuso de alcohol, pero otras condiciones también pueden causar el síndrome. La atrofia cortical posterior (ACP) es la degeneración gradual y progresiva de la capa externa del cerebro (la corteza) situada en la parte posterior de la cabeza. No se sabe si la ACP es una enfermedad única o una posible variante de la enfermedad de Alzheimer Enfermedad de x La Enfermedad de Alzheimer es una Encefalopatía Degenerativa Primaria (sin causa conocida). Se caracteriza por la presencia de trastornos de memoria iniciales y típicos, que comienzan de manera insidiosa y evolucionan progresivamente. La enfermedad de Alzheimer es un proceso degenerativo que se caracteriza por una serie de alteraciones cerebrales que afectan de forma selectiva a regiones específicas, en particular la neocorteza, el área entorrinal, el hipocampo, el núcleo amigdalino, el núcleo basal, el tálamo anterior y varios núcleos monoaminérgicos del tronco encefálico En las regiones dañadas del cerebro, la disfunción y la muerte de las neuronas se asocian con anomalías citoesqueléticas y reducen el nivel de proteínas sinápticas en las regiones del cerebro a donde van a parar estas neuronas. La distribución y la expansión de esas anomalías siguen patrones característicos, que son específicos de área e incluso de célula. En la neocorteza y el área entorrinal, las células más afectadas son las grandes neuronas piramidales glutaminérgicas; en la neocorteza también degeneran las interneuronas. Asimismo, en el hipocampo, y en particular en las regiones CA1 y CA2, las células piramidales están lesionadas de forma selectiva. Las neuronas colinérgicas del núcleo basal, el núcleo septal interno y la banda diagonal de Broca, que proporcionan las principales vías colinérgicas a la neocorteza y al hipocampo, están destruidas, lo que reduce el nivel de acetilcolina y de marcadores colinérgicos (es decir, la actividad de la acetiltransferasa de colina) en las zonas de destino de esas células. Otras neuronas afectadas son las de núcleos específicos del núcleo amigdalino, el núcleo anterior del tálamo, el locus coeruleus y los núcleos del rafe. La edad avanzada es el único factor de riesgo que tiene más importancia para padecer la EA. Se conocen cinco factores principales de riesgo genético de la enfermedad de Alzheimer: 1. Mutaciones del gen APP en el cromosoma 21 2. Mutaciones del gen presenilina 1 en el cromosoma 14 3. Mutaciones del gen presenilina 2 en el cromosoma 1 4. Alelos de ApoE situados en el brazo largo proximal del cromosoma 19. 5. Probablemente, una mutación o un polimorfismo de un gen del cromosoma 12 que codifica a -2-macroglobulina. 6. Presencia de Ab en el tejido cerebral, tanto la fracción soluble, como la fracción amiloide. Los pacientes de EA pueden vivir de 3 a 20 años, incluso más, después del diagnóstico, así que la duración de la vida con esta enfermedad es sumamente variable. La EA se caracteriza por la pérdida progresiva de la memoria. Es una enfermedad terminal que a lo largo de su curso acaba dejando al paciente subordinado por completo a los cuidados de otras personas. El proceso es gradual y la duración media de la vida son 8 años. Las lesiones subyacentes son de etiología desconocida, pero apoyan el diagnóstico y consisten en el desarrollo de placas y marañas fibrilares que dificultan el crecimiento celular normal y la capacidad funcional del cerebro. El diagnóstico absolutamente concluyente se sigue haciendo en la necropsia, pero las manifestaciones clínicas permiten hacerlo con más facilidad que hace unos decenios cuando se sabía menos sobre esta enfermedad. Al principio, el paciente puede mostrar una pérdida de memoria a corto plazo (amnesia reciente). Esto consiste en algo más que en una pérdida de la memoria habitual, como recordar dónde se dejaron unas llaves, y puede plantear un problema de seguridad, como cuando se olvida a dónde se dirige uno mientras se conduce un vehículo. Otro signo evidente puede ser la imposibilidad de hacer cálculos matemáticos y de pensar en abstracto. En las fases moderadas o intermedias, muchos aparatos y sistemas corporales comienzan a debilitarse. El paciente puede confundir las fechas, horas y lugares. La capacidad de hablar se deteriora y pueden aparecer cambios de la personalidad. Conforme la función cognoscitiva empeora, el paciente puede olvidar los nombres de sus seres queridos e incluso el de su esposa. A menudo, el paciente vagabundea, presenta cambios emocionales, grita o vocifera, tiene ideas delirantes, alucinaciones, suspicacia o recelos y depresión. El paciente de EA es casi incapaz de cuidar de sí mismo y de mantener su higiene personal. En la fase más grave y avanzada el paciente depende absolutamente de los demás, experimenta un grave deterioro de la salud física y funcional, pierde la facultad de comunicarse y es incapaz de controlar las funciones voluntarias. Finalmente, se produce la muerte al paralizarse los sistemas y órganos del cuerpo. Signos de alarma de la enfermedad de Alzheimer. Pérdidas de memoria Dificultad para llevar a cabo las tareas familiares Problemas de lenguaje Desorientación de tiempo y lugar Capacidad de juicio disminuida o mala Dificultades para el pensamiento abstracto Errores en la colocación de objetos Cambios del comportamiento o del estado afectivo Cambios de la personalidad Pérdida de la iniciativa Análisis y exámenes diagnósticos Electrólitos séricos Biometría hemática completa Calcio sérico, fosfata alcalina, cobre y plomo Médula ósea Test de Schilling (determinación de B12) Pruebas de función tiroidea (T3, T4, TSH) Test de supresión de dexametasona VDRL HIV Proteínas séricas En orina, N-metilnicotilamida entre otras TAC cerebral Resonancia magnética nuclear RM Resonancia magnética funcional RMf Tomografía por emisión de fotón único SPET Tomografía por emisión de positrones PET Radiografía de cráneo y de tórax, Rx tórax Electrocardiograma (ECG) Electroencefalograma (EEG) Mapeo cerebral EEG Magnetoencefalografía MEG Electronistagmografía (ENG) Potenciales evocados multimodales Angiografía digital Cisternografía radioisotópica El tratamiento de la EA es difícil. Hay varias sustancias, como el donazepilo, la memantina y la galantamina que pueden aliviar los síntomas, como la pérdida de memoria, pero que no retrasan la evolución de la enfermedad. Los cuidados de enfermería se ocupan de tratar los síntomas, especialmente en los campos del comportamiento, la seguridad, la nutrición y la higiene. Cuidados en la enfermedad de Alzheimer Medidas generales Evite los cambios en el entorno del enfermo Para realizar cualquier actividad, ofrezca al enfermo instrucciones cortas y faciles de seguir, dejándole tiempo para que procese la información. Al enfermo se le debe ayudar, pero no sustituirle en las tareas que todavía es capaz de realizar. El cuidador debe siempre animar, potenciar y estimular. Hay que evitar hacerle más dependiente. Mantenga, en la medida de lo posible, las relaciones sociales del enfermo. Mantenga una adecuada nutrición e hidratación del enfermo Restrinja, en la medida de lo posible, el número de fármacos, en especial, los que tengan efectos secundarios a nivel del sistema nervioso. Prevención de accidentes y caídas Quite los cerrojos de las puertas interiores, para que el enfermo no pueda encerrarse Coloque cierres de seguridad en ventanas y puertas, para que el enfermo no pueda abrirlas solo. No deje que coja objetos pequeños que pueda tragarse. Proteja los radiadores de una rejilla de protección para evitar quemaduras Regule la temperatura del agua caliente de manera que no se queme No debe dejarle solo en balcones, terrazas, etc. Coloque barandillas en las escaleras de casa Coloque pegatinas antideslizantes y agarraderas en el cuarto de baño. No deje a mano cerillas ni mecheros. Guarde en lugar seguro los productos de limpieza y fármacos. Coloque en lugar seguro los objetos cortantes y punzantes. Si el enfermo tiene dificultades para andar es necesario usar un andador o un bastón. Procure que el suelo esté siempre seco, las alfombras bien sujetas al suelo, quite los obstáculos que dificulten la circulación. Asegúrese de que haya buen luz en todas las habitaciones, por la noche es necesario que el baño y el pasillo estén bien iluminados. Quite o acolche los salientes de los muebles que se encuentren en zonas de paso. Compruebe las suelas de los zapatos, que estén en perfecto estado, para evitar resbalones y tropiezos. Use electrodomesticos simples, conocidos por el enfermo y con sistemas de alarma o que se desconectan automaticamnete.. Poner sistemas de seguridad para el gas de la cocina. Identificar al enfermo por si se pierde, haciendole llevar en su cartera su nombre y dirección o con placas colgadas del cuello en las que conste su nombre y un teléfono de contacto. Se pueden poner campanas en las puertas que den al exterior Higiene Corporal Prepare la bañera antes de que el enfermo esté en el cuarto de baño Sustituir la bañera por una ducha a ras de suelo Controle la temperatura del agua No le deje nunca solo Es necesario seguir siempre la misma rutina, seguir siempre los mismos pasos a la hora del baño. Vigile posibles roces en la piel. No utilice esponjas ni toallas asperas para no dañar la piel. Incontinencia urinaria Intente que la persona acuda de manera regular al baño, aproximadamente cada 2 horas. Evite que beba dos horas antes de acostarse Coloque una funda impermeable en el colchón. Si la incontinencia es permanente compre pañales para adultos y empapadores para la cama Hay que mantener siempre limpio y seco al enfermo, para evitar que se formen escaras. Haga que el cuarto de baño sea facil de encontrar y de usar. Mejorar la función intelectual Técnicas de orientación de la realidad: orientación en el tiempo, lugar y persona. Reconocimiento de objetos de uso cotidiano, etc. Estimulación de la memoria remota, que cuente cosas de su pasado, que hable de situaciones que recuerde... Animarles a que lea, ayudarle cuando no lo entienda y enseñarle fotos. Escuchar música relajante. Estimulación social: que participe en actos familiares, en las conversaciones, que le visiten amigos. Pedirle la opinión sobre algo que ha oído o ha visto en la tele. Entrenamiento de la memoria: describir objetos, completar frases, reconocer personas, decir refranes, jugar a las adivinanzas, etc. Realizar actividades manuales creativas y bajo la supervisión del cuidador, de la vida cotidiana, como ayudar en la cocina. Evitar las opiniones cuando haga algo mal. Refuerzo positivo ante las cosas bien hechas. Mantener la actividad física, dar paseos. Evitar posiciones estáticas durante largos periodos de tiempo. Es muy importante mantener el contacto con el enfermo. Son importantes las muestras de afecto, las caricias, las sonrisas. Hacerle sentir querido y necesario.