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Acoso escolar que en términos simples: todo acto de agresión y hostigamiento reintegrado,
realizado por estudiantes que atenten en contra de otro estudiante, valiéndose de una situación
de superioridad o indefensión de la víctima que le provoque maltrato, humillación o temor
fundado de verse expuesto a un mal de carácter grave. Estos actos agresivos pueden ser
cometidos por un solo estudiante o un grupo y puede ser tanto dentro como fuera del
establecimiento educativo.
La palabra “bullying” no es reconocida por la Real Academia Española (RAE) pero en este
proyecto lo emplearemos así para una mayor familiarización.
Existen distintos tipos de bullying entre los cuales los más comunes son:
o El bloqueo social, es decir el aislamiento del individuo por parte de sus compañeros,
este puede ser directo (excluir, no dejar participar a la víctima en actividades, sacarlos
como sino existiera o hacer ver que no esta aquí).
o El siguiente, se caracteriza por el desprecio, la falta de respeto y la crueldad dirigidas
hacia la dignidad del afectado resumiéndolo como hostigamiento.
o Por otra parte se encuentra el acoso físico, considerado el más común, especialmente
entre chicos; incluye golpes, empujones e incluso entre uno o varios agresores contra
una sola víctima.
o En este caso de acoso escolar existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje,
manipulación y amenazas al otro. Son acciones que dañan la autoestima de la víctima y
fomentan su sensación de temor, con el problema añadido que son las más difíciles de
detectar por parte de profesores o padres porque son formas de acoso o exclusión que
se llevan a cabo a espaldas de cualquier persona que pueda advertir la situación.
Existen tres actores se ven directamente involucrados en el acoso escolar según Dan Olweus:
Personales: Un niño que actúa de manera agresiva sufre intimidaciones o algún tipo de
abuso en la escuela o en la familia. Adquiere esta conducta cuando es frecuentemente
humillado por los adultos. Se siente superior, ya sea porque cuenta con el apoyo de
otrosatacantes o porque el acosado es un niño con muy poca capacidad de responder a
las agresiones.
Familiares: El niño puede tener actitudes agresivas como una forma de expresar su
sentir ante un entorno familiar poco afectivo, donde existen situaciones de ausencia de
algún padre, divorcio, violencia, abuso o humillación ejercida por los padres y
hermanos mayores; tal vez porque es un niño que posiblemente vive bajo constante
presión para que tenga éxito en sus actividades o por el contrario es un niño sumamente
mimado. Todas estas situaciones pueden generar un comportamiento agresivo en los
niños y llevarles a la violencia cuando sean adolescentes.
En la escuela: Cuanto más grande es la escuela hay mayor riesgo de que haya acoso
escolar, sobre todo si a este factor se le suma la falta de control físico, vigilancia y
respeto; humillación, amenazas o la exclusión entre personal docente y alumnos. Por
otro lado los nuevos modelos educativos a que son expuestos los niños como la ligereza
con que se tratan y ponen en práctica los valores, la ausencia de límites y reglas de
convivencia, han influenciado para que este tipo de comportamiento se presente con
mayor frecuencia.
En México, 60% de los suicidios en menores es por bullying (La Jornada, 2016) .La presidenta
de los congresos Internacionales sobre Mobbing y Bullying, Silvana Giachero Castaño, señaló,
apoyada por los datos obtenidos en la única encuesta realizada por las Naciones Unidas en
2016, que México es un país líder en dicho problema y con cifras alarmantes de abusos. Para
los colegios el panorama es un poco más delicado, ya que las causas de bullying en el entorno
educativo se generan bajo la supervisión de docentes y en ambientes considerados como sanos.
Los porcentajes sobre el bullying pueden ser bastante graves dentro de México siendo el
acoso verbal el más frecuente en dentro de la educación media:
Verbal: 39%
Física: 32%
Psicológica: 13%
Sexual: 10%
Cyber: 5%
El bullying no es un conflicto individual, sino grupal. El acoso escolar transforma los pasillos
de los colegios en campos de guerra, y las respuesta tanto de los agresores como de las
víctimas suelen tener efectos negativos que van desde responder con violencia hasta suicidios.
Al tratarse de una comunidad no podemos descartar las consecuencias que estas conductas
traen también a los testigos, los que por lo normal son observadores pero no denunciantes.
Entre algunas de las afecciones podemos ubicar: temor, reducción de empatía, normalización
de las conductas violentas y la insensibilidad con sus relaciones.
Quizá lo más preocupante es que estos patrones han brincado fronteras pasando de acoso
presencial a un hostigamiento digital, hoy las redes sociales también llegan a ser campos
minados para los jóvenes estudiantes que navegan por la web, y aunque no repercute como un
malestar físico lo hace de forma muy directa en el ámbito psicológico.
El abuso constante hace que los alumnos se vuelvan vulnerables y tiendan a caer en grupos que
fuera de brindarles seguridad y estabilidad les ofrecen una falsa amistad bajo condiciones que
son riesgosas para ellos. Así como ocurrió con el caso de la ballena azul y los tan mencionados
“Grupos de la muerte” que “acobijaron” a jóvenes adolescentes de baja autoestima y
posiblemente víctimas de algún abuso psicológico como lo es el bullying. Es normal que las
víctimas al sentirse admitidas por un sector acepten, con tal de seguir perteneciendo,
condiciones riesgosas para su bienestar.