En la internet, la mayoría estamos en movimiento, aunque físicamente permanezcamos en
reposo, algunos solo somos transeúntes entre los diferentes canales de televisión extranjero. Ya no existen” fronteras naturales” ni lugares evidentes que debamos ocupar. Dentro del mundo moderno tardío y posmoderno en el que nos encontramos, la idea de un estado de reposo no tiene cabida, ya que esta depende de diferentes factores que en la actualidad son efímeros. Para esto las empresas se han visto en la obligación de actualizarse y entrar a jugar en la competitividad global, donde se ensañan en la búsqueda desmesurada de ganancias y mas ganancias, las cuales están amarradas a un deseo a una tentación para el consumidor. En esta sociedad de consumo, se fundamenta la Cultura del consumismo la cual se convirtió más en olvido que en aprendizaje para los clientes potenciales, los cuales se encuentran abiertos y ansiosos por las nuevas experiencias, las nuevas sensaciones que los saquen de un plano de cotidianidad y monotonía absoluta.
Dentro de la sociedad globalizada la división y segregación de esta se encuentra muy
marcada y la brecha entre el poder adquisitivo de unos y otros se hace más grande (ricos y pobres), siendo este un factor fundamental a la hora de generar consumo y apego a las nuevas modalidades de venta, la cual ha migrado traspasando las fronteras y generando una movilidad global, la cual será ahora un nuevo factor de estratificación para esta nueva era de consumidores, los cuales se catalogan como nómadas en un espacio modernizado, donde las elecciones en un momento determinado están cargadas de riesgo, por lo tanto Freud determina que, “la incertidumbre unida a cada elección y los riesgos de cada decisión son los percances más duros” en los cuales se encuentra inmerso en los viajeros y turistas, compartiendo casi un contraste con los vagabundos de las ciudades, los cuales se ubican en a la par con los turistas, solo que estos últimos por asares del destino y decisiones equivocas, terminaron como transeúntes a lo largo y ancho de las selvas de cemento que los rechazan y son catalogados como las sobras de la vertiginosa y voraz velocidad con la que la globalización acapara todos los ámbitos del individuo convencional.
La globalización ha acelerado el crecimiento de la sociedad contemporánea a pasos
exponenciales, los cuales deslumbran todo un sin número de nuevos retos, tanto para el individuo de a pie, sino para la industria y las economías de los países, la cual se encuentra dividida en sectores socioeconómicos donde juegan diferentes actores y donde las oportunidades de vida y de éxito son variables y están condicionadas por sus ubicaciones geográficas, donde se puede ganar o perder, todo esto ligado a un “golpe de suerte”, evidenciado en los sectores más precarios de la sociedad y donde los híbridos modelos capitalistas son incipientes y empobrecedores, dado que dictaminan el consumo desmesurado de bienes y servicios que a la larga son necesidades virtualizadas en un plano fantasioso el cual genera en la mente de las personas un deseo que con el tiempo será una necesidad.