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SCP 0697-2013 -AL (03-06).

(Violencia familiar o
doméstica, Arresto policial por faltas y contravenciones)
(3)
Publicado en Sentencias Constitucionales Marzo 28 2014

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0697/2013


Sucre, 3 de junio de 2013
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente:02855-2013-06-AL
Departamento:Chuquisaca

En revisión la Resolución 7 de 20 de febrero de 2013, cursante de fs. 45 a 48, dentro de la acción de libertad
interpuesta por KinishCastagne Arce en representación sin mandato de Luis Alberto Taboada Aceituno
contra Hilda Carucho, funcionaria policial.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA


I.1. Contenido de la demanda
Por memorial presentado el 19 de febrero de 2013, cursante de fs. 7 a 8 vta., el representante, manifiesta
que:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
El mismo día de la presentación de la acción de libertad, en horas de la tarde, el accionante fue buscado en
su domicilio, por policías que le condujeron a la Brigada de Protección a la Familia de la zona de Poconas;
al llegar la policía Hilda Carucho, dispuso que le bajaran a celdas de la calle Lemoine, zona de Surapata,
disponiendo su detención ilegal, por haber golpeado a su esposa, siendo más bien que contra ésta inició una
demanda por violencia intra Familia r.

Cuando su abogado preguntó la razón de su detención, “ …el policía encargado le indico que ignoraba el
por qué estaba detenido manifestándole que así siempre traen de la defensoría de poconas…” (sic).

También alega que, es la autoridad judicial quien podrá disponer un arresto y previo un debido proceso
“ …y no directamente endilgándome y suponiendo mi culpabilidad…” (sic); en el caso no existe flagrancia,
ni sabe de qué hechos le atribuyen responsabilidad.

I.1.2. Derecho supuestamente vulnerado


El representante, estima como lesionado el derecho a la libertad del accionante, sin citar norma
constitucional alguna.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la presente acción, se disponga su libertad inmediata y sesancione a la funcionaria
policial.
I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías
Señalada la audiencia para el 20 de febrero de 2013, según consta en el acta de fs. 16 a 18 vta., presentes el
accionante y la demandada, asistidos de sus respectivos abogados, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

El abogado del accionante, en audiencia ratificó in extenso los términos expuestos en su memorial de
interposición de la acción y ampliando la misma dijo que a tiempo de presentar acción de libertad, Luis
Alberto Taboada Aceituno aún se encontraba arrestado; en el presente caso, no hubo flagrancia por cuanto
lo arrestaron en su domicilio. Cuando lo llevaron a celdas de la calle Lemoine zona Surapata, preguntó por
qué lo estaban deteniendo y le dijeron que era por haber golpeado a su esposa.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

Hilda Carucho, funcionaria policial, en audiencia manifestó que el arresto fue por incumplimiento a un acta
de 2012, el accionante no se hizo presente a dos citaciones, así que la “ policía lo lleva a Poconas” (sic)
donde fue protagonista de insultos y palabras soeces contra la autoridad, disponiéndose su arresto por faltas
y contravenciones, “ …no se arrestó por violencia doméstica, sino mas bien por otras situaciones como el
incumplimiento a citaciones por violencia …ya era la segunda citación a efectos de investigar una conducta
del accionante en la que incumplió una acta que el mismo suscribió” (sic).

I.2.3. Resolución

Eduardo Gonzáles Romero, Juez Primero de Sentencia Penal del departamento de Chuquisaca, constituido
en Juez de garantías, por Resolución 7 de 20 de febrero de 2013, cursante de fs. 45 a 48, concedió la tutela
solicitada; con el fundamento que: a) El accionante fue conducido a celdas de la Brigada de Protección a la
Familia , sin mandato u orden de ley emitido por autoridad competente, permaneciendo arrestado más de
ocho horas en dependencias del módulo policial de Surapata por reiterados problemas Familia res y actos
de malacrianza, a sola orden de la autoridad demandada; y, b) La autoridad demandada, no demostró que
el arresto dispuesto y denunciado por el recurrente se haya regido conforme a normativa legal.

II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo siguiente:
II.1.Por memorial presentado el 18 de febrero de 2013 a horas 15:15, asignado al Juzgado Segundo de
instrucción de Familia , el accionante interpuso demanda de violencia intra Familia r contra su esposa
AnaidJheimy Calderón León (fs. 3 a 5).

II.2.Cursa denuncia de 27 de agosto de 2012, contra el accionante, por agresión física y psicológica, además
declaraciones de la víctima y del sindicado (fs. 33 a 35).

II.3.Ante el Encargado de Conciliación Ciudadana 1 de la Policía Boliviana, se suscribió el acta de buena


conducta y garantías personales, de 29 de agosto de 2012, entre Luis Alberto Taboada Aceituno y
AnaidJheimy Calderón León (fs. 36).

II.4.Consta denuncia de 15 de febrero de 2013, contra el accionante, por agresión física y psicológica;
además, formularios de declaraciones, muestrario fotográfico y certificado médico legal con incapacidad
física de ocho días -policontusa por agresión física- (fs. 37 a 39 y 41 a 42).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El representante, estima como vulnerado el derecho a la libertad del accionante, por cuanto fue detenido
ilegalmente por funcionaria policial sin que exista flagrancia ni orden judicial. En consecuencia,
corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela
solicitada.

III.1. Arresto en procesos de violencia Familia r o doméstica


En la SC 2125/2010-R de 19 de noviembre, en su Fundamento Jurídico III.3.2, el Tribunal Constitucional
señaló que: “ La Ley Contra la Violencia en la Familia o Doméstica, determina en su art. 7, que los hechos
de violencia en la Familia o doméstica que no constituyan delitos tipificados en el Código Penal, serán
sancionados con las penas de multa o arresto. Asimismo, el art. 14 de la citada ley, determina que el
conocimiento de estos casos es de competencia de los jueces de instrucción de Familia . Los hechos de
violencia que constituyan delitos tipificados en el Código Penal son de competencia de los jueces penales,
según determina el art. 15 de la misma disposición legal. Por otra parte, la norma contenida en el art. 25 de
la Ley Contra la Violencia en la Familia o Doméstica (LCVF) establece: 'Cuando la denuncia sea presentada
ante la Policía, ésta remitirá los antecedentes a conocimiento del juez competente, dentro de las 24 horas
de recibida la denuncia, sin costo alguno', en cuanto a la actuación de las Brigadas de Protección a la Familia
, la norma prevista por el art. 26 del mismo cuerpo legal dispone lo siguiente: 'Las Brigadas de Protección
a la Familia se encargarán de practicar las diligencias orientadas a la individualización de los actores y
partícipes, reunir o asegurar los elementos de prueba y prestar el auxilio necesario e inmediato a la víctima.
Donde no existan Brigadas de Protección a la Familia , cumplirán estas funciones las autoridades policiales
existentes'; finalmente, en relación a la detención en flagrancia la previsión de la norma del art. 27 de la
LCVF dispone que: 'En caso de flagrancia el autor podrá ser aprehendido aún sin mandamiento por
cualquier persona, con el único objeto de ser conducido inmediatamente ante la autoridad competente'.

Al respecto existe uniforme jurisprudencia constitucional, referida a la competencia que atribuyen los arts.
26 y 27 de la LCVF. Así la SC 0263/2000-R de 22 de marzo, reiterada por la 0125/2006-R de 1 de febrero,
entre otras, estableció: '…si bien la Brigada de Protección a la Familia tiene atribuciones para elaborar
diligencias de policía en los casos de violencia Familia r, no puede excederse de dichas funciones y
aprehender a los presuntos autores directamente, sino solamente cuando se trata de delito flagrante'".

III.2. Arresto policial por faltas y contravenciones


El Tribunal Constitucional Plurinacional, respecto a la procedencia de arresto por parte de funcionarios
policiales, a través de la SCP 1007/2012 de 5 de septiembre, estableció la siguiente jurisprudencia
constitucional: “ El art. 251.I de la CPE, establece que: 'La Policía Nacional, como fuerza pública, tiene la
misión específica de la defensa de la sociedad y la conservación del orden público, y el cumplimiento de
las leyes en todo el territorio boliviano. Ejercerá la función policial de manera integral, indivisible y bajo
mando único, en conformidad con la Ley Orgánica de la Policía Boliviana y las demás leyes del Estado'

En ese sentido, el art. 6 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional (LOPN), determina que esta entidad tiene
por misión fundamental conservar el orden público, la defensa de la sociedad y la garantía del cumplimiento
de las leyes, con la finalidad de hacer posible que los habitantes y la sociedad se desarrollen a plenitud, en
un clima de paz y tranquilidad. Por su parte, de acuerdo al art. 7 de la misma Ley, que señala sus
atribuciones, entre las que se encuentran: '…c) Prevenir los delitos, faltas, contravenciones y otras
manifestaciones antisociales; d) Cumplir y hacer cumplir las leyes, reglamentos y demás disposiciones
relacionadas con sus funciones…; y v) Tomar las precauciones y medidas necesarias para la eficiente labor
policial, cumpliendo otras funciones que no estuviesen previstas en las precedentes…'.

Sobre el tema, la jurisprudencia constitucional señalo: '…en problemáticas suscitadas emergentes de


denuncias de arrestos por parte de efectivos policiales ante una supuesta situación de 'faltamiento a la
autoridad', en su oportunidad, a través de la SC 0309/2007-R de 23 de abril, este Tribunal señaló lo
siguiente: '…al haberse prohibido la auto-tutela, el Estado ha establecido conductas que las incorpora al
derecho penal para la protección del bien jurídico que le interesa resguardar, por otra parte, muchas acciones
y conductas que no se encuentran tipificadas como delitos, también atentan a la convivencia social, estas
conductas son las llamadas faltas o contravenciones'.
(…)
'…el Reglamento de Comisarías Policiales de Orden y Seguridad, aprobado por Resolución Suprema
212334 de 25 de marzo de 1993, en su art. 10. inc. d) faculta a las Comisarías Policiales a conocer de las
faltas y contravenciones policiales sujetas a pena de arresto o sanción pecuniaria, estableciendo el
Reglamento de Unidades de Conciliación Ciudadana y Familia r, cuyo art. 28. 2) señala que se entenderá
por faltas y contravenciones policiales, las riñas y peleas en locales, instalaciones y en vía pública'” (así
las SCCC 0103/2011-R, 1346/2004-R y 1164/2005-R).
Asimismo; siguiendo la jurisprudencia constitucional sostuvo: '…sin embargo, ésta atribución debe ser
ejercida dentro del marco establecido por la Constitución Política del Estado y las leyes, siendo necesario
recordar que en mérito a la garantía reconocida en el art. 9 de la CPEabrg., y ahora en el art. 23.III de la
CPE, nadie puede ser detenido, aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas
establecidas por la ley.

No obstante, existen faltas y contravenciones policiales, que sin ingresar al ámbito penal, son sancionadas
con medidas punitivas a cargo de las Unidades Policiales, cuya misión es coadyuvar en el mantenimiento
del orden público, con facultades de conocer, tramitar, resolver y sancionar las contravenciones policiales
que afecten a la seguridad, tranquilidad y moral de los habitantes, según establece el art. 5 del Reglamento
que rige el accionar de dichas dependencias policiales' (así la SC 1250/2010-R y 0103/2011-R).
En ese mismo sentido: '…el arresto por parte de funcionarios de la Policía, no es ilegal ni indebido tratándose
de contravenciones policiales, dado que como se tiene referido, la Policía por mandato de la Constitución
Política del Estado tiene facultad para preservar el orden público, cuando éste pretende ser alterado por una
persona rebasando la autoridad de los efectivos policiales' SC 0040/2006-R de 11 de enero.

En consecuencia el arresto policial, se hace efectivo para la protección del bien jurídico contra las acciones
y conductas que atentan a la convivencia social, con la finalidad de hacer posible que los habitantes y la
sociedad se desarrollen a plenitud, en un clima de paz y tranquilidad, por lo que la Policía Boliviana como
fuerza pública, tiene la misión específica de la defensa de la sociedad, y la conservación del orden público
y el cumplimiento de las leyes en todo el territorio nacional, ejerciendo la función policial de manera
integral y bajo mando único, en conformidad a la Constitución Política del Estado, su Ley Orgánica y las
leyes del Estado Plurinacional” (las negrillas son nuestras).

III.3.Análisis del caso concreto


El representante, expresa que se vulneró el derecho del accionante invocado en la presente acción de
libertad, debido a que fue conducido a la Brigada de Protección a la Familia de la zona Poconas y la
funcionaria policial demandada dispuso que le llevaran a celdas del módulo policial de la calle Lemoine,
zona Surapata y su arresto, sin que exista flagrancia ni orden judicial alguna.

Examinado el expediente venido en revisión, se establece que las partes procesales reconocen que el
accionante fue privado de libertad; así, el tercero interviniente Mario Ángelo Canedo, en audiencia de
acción de libertad manifestó que el accionante “ Estuvo arrestado desde las 14:15, le dejamos la ropa, y a
las 20:00 horas lo llevaron a Poconas, fuimos ahí y nos dijeron que estaba en reunión con la Policía y fue
hasta las 10:30…” , lo que no fue observado por las partes procesales; sin embargo, debe identificarse dos
escenarios diferentes uno referido a actos relacionados a violencia intra Familia r y a la supuesta realización
de faltas y contravenciones invocado por la autoridad demandada.
Respecto al primer escenario de investigación de violencia intra Familia r, conforme lo desarrollado en el
Fundamento Jurídico III.I de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, las Brigadas de Protección
a la Familia , en los casos de violencia Familia r, a través de sus funcionarios policiales pueden elaborar
diligencias de policía a fin de individualizar a los actores y partícipes, reunir o asegurar los elementos de
prueba y prestar el auxilio necesario e inmediato a la víctima; pero, no pueden aprehender directamente a
los presuntos autores sino únicamente tratándose de flagrancia, con el único objeto de conducirlo ante la
autoridad judicial competente -juez de instrucción de Familia - quien conocerá los hechos de violencia
Familia r o doméstica que no constituyan delitos y podrá sancionar con arresto si así correspondiere, lo que
no ocurre en el presente caso.

Asimismo, como la propia autoridad demandada informó en audiencia, “ …el arresto, ha sido por un
incumplimiento a un acta de 2012, asimismo el 15 de febrero se lo cito para el 16 del mismo mes y no se
presentó, se realizó una segunda citación y tampoco se presentó…” ; sin embargo, el incumplimiento a un
acta o citaciones realizadas por la Brigada de Protección a la Familia , no significa que pueda procederse al
arresto a la persona que faltare su cumplimiento, por no estar previsto en nuestro ordenamiento jurídico.

Sobre el segundo escenario, la funcionaria policial demandada, en audiencia manifestó que el ahora
accionante fue “ …protagonista de insultos palabras soeces contra la autoridad” y que “ …de acuerdo al
Reglamento de la Policía, se dispuso su arresto por faltas y contravenciones … no se arrestó por violencia
doméstica…” de forma que sostiene que no se habría producido al interior del proceso de violencia intra
Familia r.

Respecto a la jurisprudencia constitucional referida en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia


Constitucional Plurinacional, se tiene que los funcionarios policiales tienen como misión conservar el orden
público, la defensa de la sociedad y la garantía del cumplimiento de las leyes; también, conforme al
Reglamento de Unidades de Conciliación Ciudadana y Familia r, las faltas y contravenciones policiales
facultan a la Policía Boliviana, a proceder al arresto de quienes incurrieren en dichas conductas.

En el presente caso, la autoridad demandada ante una pregunta del Juez de garantías concluye su
participación, informando que respecto a las supuestas faltas y contravenciones: “ …no se ha elaborado el
acta correspondiente al trámite sumariante que dispuso el arresto, ya que las partes estaban prestas a
conciliar si se le reducían el arresto, por lo que distrajo la función policial, y por buena fe no se tiene el acta
que se pide” , aseveración que permite inferir que no existe documento o antecedentes que objetivamente
acrediten la existencia de faltas y contravenciones; por ende no resulta admisible haber procedido a la
detención del ahora accionante, pues como se infiere del Fundamento Jurídico III.2., tanto en el orden penal
como en el orden contravencional, existe un escenario normativo de procedibilidad de privación de libertad
que no se dio en el caso de autos. Situación por la cual corresponde otorgar la tutela solicitada por el
accionante.

III.4.Otras consideraciones
Sobre la participación del tercero interviniente en acciones de libertad, el Tribunal Constitucional
Plurinacional, moduló la línea jurisprudencial contenida en la SCP 0204/2012 de 24 de mayo, asimismo la
SCP 2252/2012 de 8 de noviembre, determinó que: “ …si bien por la naturaleza sumaria de la acción de
libertad no es admisible la doctrina del tercero interesado desarrollada en materia de amparo constitucional;
en virtud al principio de verdad material y el carácter democrático de los procesos constitucionales cuando
un tercero mutuo propio se presente a la acción de libertad y el juez o tribunal de garantías considere
necesaria su participación o en lo referente a la aportación de pruebas atinentes al objeto procesal y no se
produzca una dilación indebida a la tramitación de la causa, dicha participación no debe ser rechazada.

Asimismo, se aclara que la participación de terceros interesados implica no solamente que éstos ingresen a
la audiencia de la acción de libertad, sino más bien, que puedan presentar pruebas y/o ejercer otras
facultades dentro de la acción de libertad, como plantear solicitudes de aclaración, complementación y
enmienda, apersonarse al Tribunal Constitucional Plurinacional, y otras que ingresan dentro de la lógica
del razonamiento desarrollado” .

En el presente caso, es necesario aclarar respecto a la intervención de Mario Ángelo Canedo en la audiencia
de acción de libertad de 20 de febrero de 2013, considerado equivocadamente como testigo; sin embargo,
conforme a la jurisprudencia constitucional precedente, será considerado como tercero interviniente en la
acción de libertad, por cuanto la actuación de éste fue pertinente y en procura de la verdad material, con la
finalidad de determinar la certidumbre del objeto procesal, más aun tomando en cuenta que la defensa no
tuvo ninguna observación; además, sin contrariar el carácter sumario de esta acción ni haberse producido
dilación alguna, no debiendo confundirse como si fuere la participación de un testigo de cargo tal como
mal entendió el Juez de garantías, por cuanto en esta acción tutelar no puede ordinarizarse, por lo que el
tercero interviniente en una acción de libertad condice con el principio de informalismo, dejando de lado la
rigidez enteramente formalista.
En consecuencia el Juez de garantías, al conceder la acción tutelar, ha actuado correctamente.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional, en revisión resuelve: CONFIRMAR la Resolución 7 de 20 de febrero de 2013, cursante de
fs. 45 a 48, pronunciada por Eduardo Gonzáles Romero, Juez Primero de Sentencia Penal del departamento
de Chuquisaca; y en consecuencia CONCEDER la tutela solicitada, con costas.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade MartínezMAGISTRADA
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez CastañosMAGISTRADA

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SCP 1175-2013-L -AAC (04-10). Penal (Acusación


particular, delitos acción privada, objeción notificarla
antes de admitirla, conversión debe ser autorizada,
incompetencia de previo pronunciamiento) OPV (1)
Publicado en Sentencias Constitucionales Marzo 28 2014

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1175/2013-L


Sucre, 4 de octubre de 2013
SALA LIQUIDADORA TRANSITORIA
Magistrada Relatora:Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco
Acción de amparo constitucional
Expediente:2012-25172-02-AAC
Departamento:Santa Cruz

En revisión la Resolución 027 de 10 de febrero de 2012, cursante de fs. 193 vta. a 195 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Eduardo Max Sfeir Byron y Edgard
EarlPetersenKelley en representación legal de Michael Mayo Macke contra Edgar Carrasco Sequeiros y
William TorrezTordoya, Vocales; Alain Nuñez Rojas y Editha Pedraza Becerra, ex Vocales, de la Corte
Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Santa Cruz; y, Adolfo Rueda
Artunduaga, Juez Sexto de Sentencia Penal del mismo Distrito Judicial -ahora departamento-.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA


I.1. Contenido de la demanda
Por memorial presentado el 13 de diciembre de 2011, cursante de fs. 52 a 58 y vta., el accionante por medio
de sus representantes expuso los siguientes argumentos:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Inició un proceso penal contra Rubén Orlando Córdova Serrano, Gustavo Álvaro Dellien Bianchi, Gerardo
Ignacio Córdova Cortez, Carmen Inés Domínguez Saavedra, Teresita Elizabeth Paz Saucedo y Sugami
Ishikawa Onaga, por la presunta comisión de los delitos de falsedad material, falsedad ideológica, uso de
instrumento falsificado, estafa y estelionato; y, que al tratarse de delitos de contenido patrimonial se solicitó
convertir de acción pública a privada, conversión que fue autorizada por el Fiscal de Materia.

Indica que autorizada dicha conversión de acción, se presentó querella y acusación a los efectos de la
tramitación de una acción penal privada que fue autorizada por el Fiscal de Distrito -ahora Departamental-
, por medio de Mario Cadima Cano, Fiscal de Materia, que radicó ante el Juez Sexto de Sentencia Penal
del Distrito Judicial -ahora departamento- de Santa Cruz.

Una vez planteada la querella y la acusación privada, con las notificaciones respectivas, Gustavo Álvaro
Dellien Bianchi -imputado- presentó ante el Juez referido incidente de actividad procesal defectuosa y
excepción de falta de acción, quien por Auto 53/11 de 23 de mayo de 2011, dispuso erróneamente que:
“ …Acepta el incidente por defecto absoluto y la excepción de falta de acción y los declara procedentes,
anulando obrados incluso hasta la conversión de la acción, consecuentemente dispone archivo de
obrados” (sic). Señala que tal Resolución estaría vulnerando los derechos y garantías constitucionales del
accionante y excede los límites de la competencia del Juez de Sentencia, ya que al disponer la nulidad hasta
la conversión de la acción, estaría anulando la resolución sobre la misma conversión que el referido Fiscal
dictó, excediéndose de las competencias que el art. 53 del Código de Procedimiento Penal (CPP) le otorga;
en consecuencia, el accionante presentó memorial en el que pide al Juez referido la explicación,
complementación y enmienda sobre el Auto 52/11 de 23 de mayo de 2011, a lo que responde con el Auto
65/11 de 6 de junio de mismo año, no dando a lugar a lo peticionado, toda vez que no existe nada que
explicar, complementar ni enmendar en el Auto 53/11 de 23 de mayo de ese año.

Dentro del plazo legal, el 12 de julio de 2011 interpuso apelación incidental ante la Sala Penal Primera de
la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Santa Cruz, que por el
Auto 94/2011 de 8 de agosto, declaró: Admisible e Improcedente la Apelación Incidental interpuesta por
el querellante Michael Mayo Macke contra el Auto Interlocutorio, obrando así de manera errónea y
consintiendo en la vulneración al derecho de acceso a la Justicia y sus garantías constitucionales al debido
proceso, a la igualdad procesal en su vertiente la resolución fundada y a los principios de “ seguridad
jurídica” y “ legalidad” .

I.1.2. Derechos, garantías y principios supuestamente vulnerados


El accionante señala la vulneración del derecho al debido proceso, en su vertiente de igualdad procesal y
legalidad, así como la garantía de acceso a la justicia y al principio de seguridad jurídica, citando al efecto
los arts. 6.I, 115, 118.I, 119.I, y 180.I de la Constitución Política del Estado (CPE); y, 14.1 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela con expresa condenación de costas y en consecuencia: a) Declaren la nulidad
del Auto de Vista 94/2011; b) Se disponga que el Tribunal de Segunda instancia dicte nueva Resolución y
sea declarado admisible y procedente el recurso de apelación; c) Que dicho recurso sea resuelto en el fondo
rechazando los incidentes y la excepción intentada por el imputado; y, d) Se disponga la continuación de la
acción penal privada.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías


Efectuada la audiencia pública el 10 de febrero de 2012, conforme consta en el acta cursante a fs. 183 y
193 vta., se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción
Michael Mayo Macke a través de su abogado accionante y representante legal, ratificó in extenso el
contenido de su acción, y en audiencia reiteró los hechos contemplados en el mismo.
En uso de su derecho a la replica señaló: 1) Que el informe de los Vocales incurre en un error al hablar de
una supuesta improcedencia por cuanto se hubiera argumentado acerca de la violación al debido proceso,
que lo que se denuncia, la violación de la garantía del acceso a la justicia por un lado y la igualdad procesal;
y, 2) Que del informe del Juez Sexto de Sentencia Penal, se percibe la idea de que el Juez puede ejercer
competencia en un proceso penal que ya no está bajo su control.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Edgar Carrasco Sequeiros y William TorrezTordoya, Vocales; Alain Nuñez Rojas, Editha Pedraza Becerra,
ex Vocales, todos de la Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de Santa Cruz, por el informe cursante de fs. 122 a 124 señalaron: i) Que el art.
128 de la CPE, refiere sobre la acción de amparo constitucional, determinando la procedencia del recurso,
contra los actos ilegales u omisiones indebidas de autoridades o funcionarios o de persona individual o
colectiva, que amenacen suprimir o restringir los derechos y garantías reconocidos por la Ley fundamental;
ii) Que las autoridades como Magistrados del Tribunal de garantías constitucionales, vienen a constituirse
en un Tribunal de puro derecho, al cual no le está permitido entrar a considerar hechos controvertidos
producidos dentro de un proceso judicial, iii) Que luego de haber leído el recurso, no entendieron el motivo
legal por el cual se encuentra frente a este recurso en calidad de demandados, simplemente reconocen que
ese Tribunal, en forma y tiempo oportuno y legal, conoció y resolvió el recurso de Apelación interpuesta,
por el ahora accionante, mediante el Auto de Vista 94/2011 de 8 de agosto, mismo que fue debidamente
fundamentado y en el cual aplicaron las reglas de la sana crítica y el prudente arbitrio, iv) Que de su parte
consideran haber cumplido la normativa al respecto, toda vez que se declaró ADMISIBLE E
IMPROCEDENTE LA APELACIÓN INTERPUESTA por el accionante, confirmando en todas sus partes
el Auto 53/11 de 23 de mayo de 2011, dictado por el Juez Sexto de Sentencia del departamento de Santa
Cruz; el referido Tribunal indicó, que el accionante mencionó que se vulneró sus derechos al debido
proceso, al principio de la seguridad jurídica, sobre estos derechos citaron las SSCC. 0096/2010-R,
0655/2010-R, 0365/2005-R y 0740/2007-R, señalando preceptos referidos a los mismos, de lo expuesto,
informan que se tiene demostrado en el cuaderno procesal que no incurrieron en ningún acto ilegal, menos
omisión indebida, peor aún que hayan vulnerado algún derecho constitucional, solicitaron que la tutela
impetrada por el accionante sea denegada.
Adolfo Rueda Artunduaga, Juez Sexto de Sentencia Penal del Distrito Judicial -ahora departamento- de
Santa Cruz, por informe escrito cursante de fs. 106 a 111 vta., señaló que: i) Se colige una simple denuncia
sin ningún fundamento signado en el caso FELCCC-SCZ-0908449 incoado por Max Sfeir Byron contra
varios, presentado el 25 de septiembre de 2009; sin embargo, por otro memorial en esa fecha se reiteró la
querella y simultáneamente solicitó la conversión de la acción, con lo que el entonces Fiscal de Distrito
autorizó la conversión de la acción el 28 de igual mes y año, cuya causa fue radicada en el Juzgado Cuarto
de Sentencia en lo Penal; ii) El imputado por memorial de 21 de abril de 2011, interpuso incidentes y
excepción de falta de acción apoyado en la SSCC 0421/2007-R, 0522/2005-R, 0511/2010-R, 1664/2003-R
y 1711/2005-R, arts. 308 y 169 del CPP y 8 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, opuesta
dentro del proceso seguido en su contra y otros por Marco Antonio López Gonzáles, Eduardo Duabyakiski
Aguirre y Eduardo Max Sfeir Byron en representación de Michael Mayo Macke por la presunta comisión
de los delitos de falsedad material, falsedad ideológica, uso de instrumento falsificado, estafa y estelionato;
iii) Que la causa se puso en conocimiento del Juez Instructor del Control Jurisdiccional y se dispuso el
inicio de las investigaciones; iv) Que se suscitaron dudosas actuaciones con premura y celeridad el 25 de
Septiembre de 2009, donde el investigador, asignado al caso emitió un informe pidiendo una
complementación del plazo para la investigación preliminar, habiéndose requerido el mismo día por el
Fiscal Omán Arias por noventa días como el conocimiento de la ampliación al Juez del Control
Jurisdiccional; y, v) Que en la misma fecha el Fiscal recibió la querella sin identificar al presunto autor
haciendo referencia su nombre como responsable y en el mismo memorial se solicitó la conversión de la
acción; sin embargo, de una manera contradictoria se requiere la remisión de la conversión solicitada al
entonces Fiscal de Distrito sin pronunciarse sobre dicha querella, donde el fiscal coordinador autorizó la
conversión de acción y no así el Fiscal referido. Por tanto presentó los incidentes referentes a la presentación
de la querella e identificación del imputado, de falta de notificación con la misma y así como la excepción
de falta de acción, y de actividad procesal defectuosa, haciendo la valoración correspondiente de los
mismos, es que el Juez Sexto de Sentencia en lo Penal de la Capital, en cumplimiento a los arts. 168, 169
inc. 3) del CPP, 115, 117 y 119 de la CPE con relación a 314 y 315 de la citada norma procesal y las SSCC
0712/2006-R, 1272/2006-R y 0162/2007-R, aceptó el incidente por defecto absoluto y la excepción de falta
de acción y los declaró procedente, debiendo en consecuencia anularse obrados incluso hasta la conversión
de la acción, consiguientemente dispone el archivo de obrados.
1.1.3. Intervención de los terceros interesados
Gustavo Álvaro Dellien Bianchi a través de su representante legal, en audiencia manifestó: a) Que la parte
accionante se confundió al recurrir a una tutela jurisdiccional frente a derechos fundamentales; b) Que
existen una serie de irregularidades desde las notificaciones de la acción de amparo constitucional a terceros
interesados, hace notar que no están presentes, y que ellos mismos dan cuenta de que no fueron notificados
de acuerdo a procedimiento; c) Que no se habría vulnerado ningún derecho supuesto, en relación a la
vulneración del art. 53 del CPP, que el accionante hace referencia por la supuesta falta del Juez de Sentencia
Penal a éste artículo, para evitar confusiones se remite al art. 279 del citado Código, que estaría avalando
el actuar del Juez y en sí que no se habría vulnerado ningún derecho; d) Que curiosamente el accionante
pide la anulación del Auto de Vista, y no así la Resolución emitida por el referido Juez que supuestamente
habría vulnerado el art. 53 del CPP; e) Que dicha petición no puede ser tramitada a través de un recurso
constitucional, sino debió ser tramitado a través de un recurso de Nulidad; y, f) Que la seguridad jurídica
no es tutelable en una acción de amparo constitucional, toda vez que ésta es un principio y no así un derecho
fundamental, hace referencia a las SSCC 1370/2002-R, 0485/2006-R, 0384/2006-R, 0323/2010-R,
0291/2010-R, 2330/2010-R, 0486/2011-R, 1333/2011-R y 1469/2011-R; por lo tanto solicitó, se deniegue
la tutela solicitada.

Rubén Orlando Córdova Serrano, Gerardo Ignacio Córdova Cortéz, Carmen Inés Domínguez Saavedra,
Teresita Elizabeth Paz Saucedo y SugamiIshikaweOnaga, no se apersonaron, pese a su legal notificación
cursante de fs. 56 vta. y 113 vta.

I.2.4. Resolución
La Sala Social y Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental
de Justicia- de Santa Cruz, constituida en Tribunal de garantías, por Resolución 027 de 10 de febrero de
2012, cursante de fs. 193 vta. a 195 vta., concedió la tutela solicitada, disponiendo se deje sin efecto la
Resolución de 8 de agosto de 2011, dictada por la Sala Penal Primera de la entonces Corte Superior del
Distrito Judicial de Santa Cruz, ingresando a despacho sin esperar turno, para su resolución respectiva; en
base a los siguientes fundamentos: 1) En cuanto a los derechos de debido proceso, el derecho de acceso a
la justicia y la igualdad efectiva de las partes, se encuentra jurisprudencia muy clara sobre la sub regla que
por el principio de favorabilidad y carácter expansivo de los derechos fundamentales ante casos de evidente
lesión, es posible la tutela de derechos no invocados por el accionante, por lo mismo el Tribunal de garantías
no hace omisión abstracta y no deja de lado la tutela; 2) Que uno de los componentes esenciales y
fundamentales del debido proceso es la motivación de los fallos, todo juzgador tienen el deber de
pronunciarse de manera fundamentada en cuanto a las peticiones, así lo demostró la jurisprudencia; y, 3)
Que no se considera la preclusión de etapas como lo actuado ante el Juez de Instrucción que concluyó con
la conversión de acción, consiguientemente resuelve conceder la tutela solicitada, disponiendo se deje sin
efecto la resolución en controversia.

I.3. Consideraciones de Sala


Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; la Sala
Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora Transitoria, posesionando
a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la liquidación de las acciones tutelares
ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de diciembre de 2011,en el marco del Código Procesal
Constitucional vigente desde el 6 de agosto de 2012,conforme la modificación efectuada por su Disposición
Transitoria Segunda. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose
Resolución dentro de plazo.

II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones:
II.1.Por memorial presentado el 28 de abril de 2011, Michael Mayo Macke -ahora accionante-, mediante
sus representantes interpuso y ratificó querella por delitos de estafa, estelionato, falsedad material, uso de
instrumento falsificado y falsedad ideológica, contra Rubén Orlando Córdova y Gustavo Álvaro Dellien
Bianchi, Gerardo Ignacio Córdova Cortez, Carmen Inés Domínguez Saavedra, Teresita Elizabeth Paz
Saucedo y Sugami Ishikawa Onaga, en la cual además solicitó la conversión de acción penal pública a
acción privada, debido a que el querellante indica que al conformar una “ Asociación Accidental” con los
arriba nombrados, habría aportado más de $us300,000.-(trescientos mil 00/100 dólares estadounidenses)
para la compra de terrenos y conformación de la misma, hechos en los cuales señaló que se incurrió en los
delitos indicados (fs. 2 al 15).

II.2.Mediante memorial presentado el 24 de abril de 2011, por el cual Gustavo Álvaro Dellien Bianchi, se
apersonó en calidad de querellado y planteó incidente de actividad procesal defectuosa por defectos
absolutos y excepción de falta de acción, señalando que no se siguieron requisitos procedimentales; no
habiéndose cumplido la ampliación de un término de investigación antes de entrar al caso de fondo; que la
querella fue totalmente defectuosa al no haberse identificado al posible autor o imputado; no se le habría
notificado con la querella; que al conceder la conversión se habría suprimido el derecho a la objeción; que
la carta poder con la que el representante legal presentó la misma, no sería suficiente -ya que requiere un
segundo apoderado- para poder representarlo ante tribunales, siendo completamente nulos sus actuados, y
por lo tanto debió rechazarse la misma, además que no se cumplieron con todos los requisitos legales para
la aceptación; por lo cual interpuso la excepción de falta de acción, solicitando se determine el archivo de
obrados hasta que la acción sea legalmente promovida, y se declaren probados los incidentes de la actividad
procesal defectuosa, determinándose la nulidad de obrados de todos los actos procesales (fs. 17 al 25 vta.).

II.3.Auto 53/11 de 23 de mayo de 2011 por el cual Adolfo Rueda Artunduaga Juez Sexto de Sentencia
Penal del Distrito Judicial -ahora departamento- de Santa Cruz -hoy codemandado-, aceptó el incidente por
defecto absoluto y la excepción de falta de acción y ambos los declaró procedentes, anulando obrados
incluso hasta la conversión de la acción, consecuentemente dispuso el archivo de obrados, con los siguientes
fundamentos: i) El investigador al inicio de las indagaciones, omitió y abrevió varias actuaciones; ii) El
referido Fiscal, ese referido día recibió una querella contra los acusados, en la cual pidieron la conversión
de la acción, remitida al Fiscal de Distrito -ahora Departamental-, y sin que éste se haya pronunciado sobre
el asunto, es que el Fiscal coordinador autorizó la conversión; iii) Sobre el incidente de presentación de
querella é indefensión del imputado; por lo dispuesto en el requerimiento fiscal, se le pudo identificar y por
lo tanto notificarle, por lo cual no existe defecto absoluto alguno en la presentación de la querella ni la
identificación del imputado; iv) Sobre el incidente de falta de notificación con la querella, no puede alegarse
falta de notificación, si se desconocía la identidad del mismo, no puede alegarse la violación del derecho a
la defensa, por lo que no se infiere la existencia de defecto absoluto; y, v) En cuanto a la excepción de falta
de acción é incidente de actividad procesal defectuosa, estableció, tanto en la denuncia inicial como la
querella, que no se adjuntó el poder correspondiente de representación, hecho que debió de haber observado
el Fiscal, a efecto de no permitir otras actuaciones defectuosas y que el Poder Especial fue presentado
después de los actos que iniciaron la acción penal; y, vi) Que el entonces Fiscal de Distrito fue quien debió
ordenar la conversión de la acción (fs. 27 a 32 vta.).
II.4.El 5 de julio de 2011 el accionante presentó memorial a través de sus representantes legales, solicitando
explicación, complementación y enmienda sobre el Auto 53/11 señalando que éste sería oscuro y
contradictorio, y bajo el amparo de lo establecido en el art. 152 del CPP (fs. 38 a 39).

II.5.Auto 65/2011 de 6 de julio, donde el Juez codemandado resolvió la solicitud precedentemente citada,
por el cual no dio ha lugar lo peticionado, por considerar que no hacía nada que necesite explicación,
complementación ni enmienda (fs. 40).
II.6.Por memorial de 12 de julio de 2011, en el cual el accionante a través de su representante, planteó
apelación incidental contra el referido Auto 53/11, argumentando que: a) Carecería de fundamentación
legal; b) El incidente que se admitió estaría fuera de la etapa correspondiente; c) no se abre término
probatorio; d) Se resolvió el incidente de nulidad, sin tener la competencia necesaria, incurriendo en un
claro ejemplo de “ Usurpación de Funciones” ; y, e) Dispone de archivo de obrados, sin dar lugar a ninguna
opción legal viable. Por lo tanto solicitó se revoque y anule el Auto 53/11 y su Auto complementario de 6
de igual mes y año (fs.33 a 37).
II.7.Auto de Vista 94 de 8 de agosto de 2011, que declaró admisible e improcedente la apelación incidental
interpuesta por el accionante contra el Auto 53/11 mediante memorial de 12 de julio de ese año, con los
siguientes fundamentos: 1) Se notó inobservancia de las formas y requisitos establecidos en la Constitución
Política del Estado y los Tratados Internacionales, basándose en la “ SC 0957/2004-R de 17 de junio de
2005” (sic) que hace referencia al entendimiento que no le esta permitido al Juez el convalidar actos en los
que vulnere derechos con el deber de pronunciarse sobre la legalidad; 2) Que se vulneraron reglas del
debido proceso y a la tutela judicial, aspectos cuales deben de llegar a definirse condicionando su validez
y su eficacia en torno al respeto de los derechos fundamentales; 3) Pese a que la apelación incidental que
interpuso el querellante contra el incidente de actividad procesal defectuosa no se encuentra previsto en
ninguno de los casos de procedencia que determina el Código de Procedimiento Penal, la nueva
jurisprudencia con relevancia jurídica establece que todos lo fallos judiciales en materia penal sobre
incidentes son apelables según a la referencia que hace mediante las SSCC 0253/2010-R y 1878/2010-R;
4) Que el interesado debió de cumplir con todos los requisitos exigidos por el referido Código de 25 de
marzo de 1999, y en cambio no se identificó plenamente por su nombre y apellido a los imputados, por
ende no se pudo proceder a la notificación correspondiente; y, 5) No se adjuntó poder notariado que lo
habilite como representante legal de la víctima por lo que no se cumple con lo previsto en la Ley 1970, en
este estado el Juez inferior no puede convalidar actuaciones defectuosas que en su momento el Fiscal de
Materia tuvo que haber observado y corregido (fs. 41 a 45).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante señala la vulneración del derecho al debido proceso, en su vertiente de igualdad procesal y
legalidad, así como la garantía de acceso a la justicia y al principio de seguridad jurídica toda vez que, el
Juez demandado aceptó el incidente por defecto absoluto y la excepción de falta de acción planteado por el
imputado y los declaró procedentes, debiendo anularse obrados incluso hasta la conversión de acción,
consiguientemente disponiendo el archivo de obrados; y, que los Vocales codemandados al resolver la
apelación incidental interpuesta por el accionante la declararon admisible e improcedente, confirmando la
Resolución del Juez referido, sin una fundamentación objetiva ni razonable.
En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder o
denegar la tutela solicitada.
III.1. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional
Al respecto la SCP 1311/2012 de 19 de septiembre refiere:“ De conformidad al art. 128 de la CPE, la acción
de amparo constitucional es un mecanismo de defensa contra actos u omisiones ilegales o indebidas de
servidores públicos o de persona individual o colectiva que restrinjan, supriman o amenacen restringir o
suprimir derechos y garantías reconocidos por la misma Constitución Política del Estado y la ley. Ámbito
de protección que alcanza a la vulneración de Pactos y Tratados Internacionales en materia de Derechos
Humanos ratificados por el Estado conforme se establece del tenor del art. 410 de la CPE.
En cuanto a su configuración procesal, la acción de amparo constitucional se caracteriza por ser una acción
extraordinaria de tramitación especial y sumaria y fundamentalmente investida del principio de inmediatez
en la protección inmediata de los derechos y garantías vulnerados, no reconoce ningún fuero, privilegio ni
inmunidad respecto de las autoridades o personas demandadas.
Asumiendo este entendimiento la SCP 0002/2012 de 13 de marzo, en su Fundamento Jurídico III.1 precisó
que: 'La acción de amparo forma parte del control reforzado de constitucionalidad o control tutelar de los
derechos y garantías, al constituirse un mecanismo constitucional inmediato de carácter preventivo y
reparador destinado a lograr la vigencia de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre
que no exista otro medio de protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez agotadas no han
restablecido el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se puede
analizar el fondo del problema planteado y, por tanto tampoco otorgar la tutela'.
III.2. Del debido proceso
Sobre el tema, la SCP 0978/2012 de 22 de agosto, señala: “ La Norma Suprema del Estado Plurinacional
de Bolivia, establece en su parte dogmática que: 'Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por
los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos. El Estado garantiza el derecho
al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin
dilaciones' (arts. 115.1 y II).
En ese mismo sentido de protección, de igual manera prevé que, 'Ninguna persona puede ser condenada sin
haber sido oída y juzgada previamente en un debido proceso. Nadie sufrirá sanción penal que no haya sido
impuesta por autoridad judicial competente en sentencia ejecutoriada. Nadie será procesado ni condenado
más de una vez por el mismo hecho. La rehabilitación en sus derechos restringidos será inmediata al
cumplimiento de su condena. No se impondrá sanción privativa de libertad por deudas u obligaciones
patrimoniales, excepto en los casos establecidos por la ley' (art. 117.I, II y III).
La parte orgánica de la Ley Fundamental, establece que: 'La Constitución es la norma suprema del
ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía frente a cualquier otra disposición normativa. El bloque
de constitucionalidad está integrado por los Tratados y Convenios internacionales en materia de Derechos
Humanos y las normas de Derecho Comunitario, ratificados por el país' (art. 410.II).
En ese entendido el Sistema Universal de Protección de los derechos humanos, mediante los siguientes
Instrumentos Internacionales, protegen las garantías que componen el derecho al debido proceso:
1) La Declaración Universal de Derechos Humanos, en su art. 10, establece: 'Toda persona tiene
derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal
independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de
cualquier acusación contra ella en materia penal'.
2) El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, dispone en su art. 14.3 que: 'Durante el
proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías
mínimas
a) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza
y causas de la acusación formulada contra ella;
b) A disponer del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa y a
comunicarse con un defensor de su elección;
c) A ser juzgado sin dilaciones indebidas;
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un defensor de
su elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre que el
interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente, si careciere de medios
suficientes para pagarlo;
e) A interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la comparecencia de los testigos
de descargo y que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo;
f) A ser asistida gratuitamente por un intérprete, si no comprende o no habla el idioma empleado en
el tribunal;
g) A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable.
(…).
De acuerdo a la doctrina en la evolución del debido proceso se identifican, entre otras, garantías específicas
tales como: El derecho a ser emplazado y gozar de un tiempo razonable para preparar defensa, el derecho
al juez natural, derecho a la prueba, derecho a la Igualdad, derecho a ser asistido por un traductor o
intérprete, derecho a un proceso público, el derecho de doble instancia, la garantía de presunción de
inocencia, la garantía de prohibición de persecución penal múltiple non bis in ídem, la garantía de no auto
incriminación nemotenetur, derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas, el derecho a recurrir. La
jurisprudencia constitucional ha acogido ese criterio, asila SC 0917/2003-R de 2 de julio, ha señalado que:
'…de otro lado con relación al debido proceso, consagrado como garantía constitucional por el art. 16 de la
Constitución, y como derecho humano en los arts. 8 del Pacto de San José de Costa Rica y 14 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, este Tribunal Constitucional ha entendido, en su uniforme
jurisprudencia, como «el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos se
acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen
en una situación similar (...) comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias
procesales, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado
del Estado que pueda afectar sus derechos…»'” .
III.3. Características de la competencia
La SCP 0756/2011-R 20 de mayo, define y caracteriza a la competencia como: la capacidad o aptitud
reconocida a un Juez o Tribunal para ejercer funciones respecto de un asunto o materia, con la finalidad
que la conozca y resuelva. En los procedimientos constitucionales, también la competencia del tribunal de
garantías es de vital importancia, considerando que sus decisiones sólo serán válidas, si emergen de quién
o quienes estén revestidos de la facultad legal para asumir y decidir acerca de la presunta vulneración de
derechos fundamentales y garantías constitucionales.
Al respecto, conviene precisar que del debido proceso en su faceta adjetiva, se desprende uno de sus
componentes esenciales, el del juez natural, que en síntesis constituye la legitimación de una decisión
proveniente de quien la ejerce por mandato legal, en el ámbito de la jurisdicción constitucional, de la propia
Ley Fundamental, por ello coincidimos en afirmar que la competencia no puede ser prorrogable por la
voluntad del juzgador, ni la tolerancia de las partes, no puede delegarse por decisión personal, sólo es
admisible excepcionalmente por excusa o recusación, tampoco puede ser atribuida o apropiada
indebidamente por un juez o tribunal, de hacerlo, sus actos y decisiones son nulos de pleno derecho, no
tienen ningún efecto, ni causan consecuencia jurídica alguna” .
III.4. La garantía al debido proceso en su vertiente resolución fundada
Sobre la resolución fundada la doctrina constitucional entiende que dentro de las obligaciones sobre la
fundamentación, no se la puede tener por satisfecha ni cumplida, cuando la voluntad del juzgador haya
salido a la luz con una simple emisión de su voluntad, por lo que una argumentación fundada debe de ser
necesariamente el precedente de todo fallo. Esto no debe considerarse como una exigencia de que los
órganos jurisdiccionales tengan que presentar una argumentación extensa, exhaustiva y pormenorizada,
como respuesta a lo que las partes alegan, por lo que puede incurrir en la omisión de realizar una
fundamentación concisa; por lo que se infiere que es de vital importancia que se deben someter a discusión
y debate, las pretensiones de las partes y la intervención del Juez, debiendo ser éste diálogo dialéctico, de
una manera argumentada y razonada, el Tribunal Constitucional Plurinacional a través de la SCP 1089/2012
de 5 de septiembre indica: “ La jurisprudencia del anterior Tribunal Constitucional, contenida en la SC
0752/2002-R de 25 de junio, recogiendo lo señalado en la SC 1369/2001-R de 19 de diciembre, ha
establecido que el derecho al debido proceso: '…exige que toda Resolución sea debidamente fundamentada.
Es decir, que cada autoridad que dicte una Resolución debe imprescindiblemente exponer los hechos,
realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma. Que,
consecuentemente cuando un Juez omite la motivación de una Resolución, no sólo suprime una parte
estructural de la misma, sino también en los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera
de manera flagrante el citado derecho que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que se
declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la
decisión'. En consecuencia, es imprescindible que las resoluciones sean suficientemente motivadas y
expongan con claridad las razones y fundamentos legales que las sustentan y que permitan concluir, que la
determinación sobre la existencia o inexistencia del agravio sufrido fue el resultado de una correcta y
objetiva valoración de las pruebas; por cuanto, en la medida en que las resoluciones contengan, los
fundamentos de hecho y de derecho, el demandado tendrá la certeza de que la decisión adoptada es justa.
Por su parte, a través de la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, este mismo Tribunal aclaró los alcances del
debido proceso y la exigencia referida a la necesidad de fundamentar y motivar la resoluciones, así señaló:
"…es necesario recordar que la garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus elementos la
exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que conozca de un
reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una situación jurídica, debe ineludiblemente
exponer los motivos que sustentan su decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los hechos
establecidos, si la problemática lo exige, de manera que el justiciable al momento de conocer la decisión
del juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la
forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas
sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está regida por los principios y
valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al
administrado el pleno convencimiento de que no había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de
la forma en que se decidió” (las negrillas son nuestras).
III.5. De la querella que en los hechos constituye acusación particular
Al respecto la SC 0039/2004-R de 14 de enero, refiere a la querella como acusación particular de la
siguiente manera: “ El art. 375 CPP, señala: 'Quien pretenda acusar por un delito de acción privada, deberá
presentar su acusación ante el Juez de sentencia por sí o mediante apoderado especial'. En relación con la
parte final del art. 290 CPP, que señala 'El querellante tendrá plena intervención en el proceso con la sola
presentación de la querella, la misma que será puesta en conocimiento del imputado'.
(…).
(…) Los procesos penales por delitos de acción penal privada se tramitan conforme señalan los arts. 375
y siguientes CPP, normas de las que se evidencia que la acusación particular resulta ser el primer actuado
de la víctima o damnificado, por cuanto en estos procesos no interviene el Ministerio Público como
acusador” .
En caso de faltar alguno de los requisitos previstos para la querella el Juez puede desestimar la misma, caso
en el cual el querellante está facultado para repetirla por una sola vez, corrigiendo sus defectos, conforme
señala el art. 376 CPP.
Por consiguiente el Auto de 22 de abril de 2002, que repone obrados emitido por la Jueza Cuarta de
Sentencia Penal, no tomó en cuenta la referida querella que en los hechos constituye la acusación particular,
exigiendo formalismos no previstos por Ley, a pedido de la defensa del ahora recurrente” (las negrillas
nos pertenecen).
III.6. De la objeción de la querella
Al respecto la SCP 0859/2013-L de 15 de agosto, señala: “ 'Sobre la temática la SC 1069/2010-R de 23 de
agosto, señaló: 'El art. 291 del CPP, establece el mecanismo procesal a través del cual el fiscal o el
imputado pueden objetar la admisibilidad de la querella y la personería del querellante, cuyo procedimiento
se encuentra descrito en el referido artículo del CPP.
De acuerdo a la última parte del art. 290 del CPP, una vez presentada la querella, ésta debe ser puesta en
conocimiento del imputado; pudiendo éste o el fiscal objetar la admisibilidad de la querella y la personería
del querellante, conforme sostiene el art. 291 del CPP; objeción que debe ser formulada en el plazo de tres
días computables a partir de su notificación, debiendo el juez convocar a las partes a una audiencia oral que
deberá realizarse dentro de los tres días de presentada la objeción, en la que -a su finalización- resolverá la
objeción planteada.
Ahora bien, de acuerdo a la jurisprudencia constitucional contenida en la SC 0115/2004-R de 28 de enero,
reiterada por la SC 0751/2004-R de 14 de mayo «La objeción de querella es una facultad que la Ley le
confiere al imputado para que observe la admisibilidad de la misma y la personería del querellante por
consiguiente debe ser resuelta antes de su admisión y antes de cualquier otro actuado procesal».
Conforme a la interpretación de los arts. 290 y 291 del CPP, primero debe notificarse con la querella al
imputado, quien puede presentar la objeción a su admisibilidad, para luego -si presenta la objeción-
celebrar una audiencia oral para que el juez la resuelva inmediatamente, y una vez finalizada la
audiencia, disponer -si corresponde- la admisión de la querella'.
No obstante ser evidente que el capítulo referente al procedimiento para delitos de acción privadano prevé
de forma expresa que el denunciado pueda objetar la querella y/o acusación planteada en su contra, en
atención al derecho a la defensa, este Tribunal considera que, resulta aplicable al caso lo establecido por el
art. 291 del CPP, es decir, la facultad que tiene de objetar la querella(acusación en procesos de acción
privada) y la forma de resolución, en el mismo sentido, el criterio esbozado por el constitucionalista
William Herrera Añez que señala: 'La querella se interpone ante el juez de sentencia, quien la debe poner
en conocimiento del imputado para que la examine y, en su caso, pueda objetar su admisibilidad por
cuestiones formales. Aunque en la práctica algunos jueces admiten directamente la querella y señalan
audiencia de conciliación, lo correcto es que con carácter previo se corra en traslado para que el imputado
tome conocimiento de la acusación particular ejerza su derecho a la defensa y, como parte de la misma
pueda pedir su desestimación u objetarla.
(…).
El imputado también tiene el derecho de objetar la querella por cuestiones formales o personería ante el
juez, en el plazo de tres días computables a partir de su notificación (art. 291). En este caso, el Juez
convocará a las partes a una audiencia oral que deberá realizarse dentro de los tres días de presentada la
objeción y resolverá la misma en audiencia. En caso de que haya la omisión o defectos de los requisitos
formales de admisibilidad, el juez ordenará su corrección en el plazo de tres días, caso contrario se la tendrá
por no presentada'” .
III.7. Sobre el principio de seguridad jurídica
Al respecto la SCP 0551/2012 de 20 de julio, establece que: “ La seguridad jurídica es un principio y por
lo tanto no puede ser tutelado por la acción de amparo constitucional, este lineamiento ha sido desarrollado
por la SC 0511/2011-R de 25 de abril, de la siguiente manera: “ (…) en el sentido de que cuando se alegue
la vulneración de la seguridad jurídica, no es posible conceder la tutela, dado que en el nuevo orden
constitucional no está instituido como derecho, sino como principio rector de los actos de la jurisdicción
judicial o administrativa, indicándose en lo pertinente: '(…) al presente, y en vigencia de la Constitución
Política del Estado promulgada el 7 de febrero de 2009, la seguridad jurídica, no se encuentra consagrada
como derecho fundamental, sino como un principio que sustenta la potestad de impartir justicia emanada
del pueblo (art. 178 de la CPE); y por otro lado, como un principio articulador de la economía plural en el
modelo económico boliviano (art. 306.III de la CPE). (…) se debe tener claramente establecido que 'la
seguridad jurídica' al ser un principio, no puede ser tutelado por el recurso o acción de amparo constitucional
que tiene por finalidad proteger derechos fundamentales -no principios-, reconocidos por la Constitución,
las normas internacionales de derechos humanos reconocidos y/o ratificados por el país (que conforman el
bloque de constitucionalidad) y las leyes; sin embargo, por su reconocimiento constitucional, no puede ser
inobservado por las autoridades jurisdiccionales y/o administrativas, a momento de conocer y resolver un
caso concreto sometido a su competencia, por tanto es de inexcusable cumplimiento'.
En este nuevo orden constitucional, la seguridad jurídica se constituye en principio, como tal, no puede ser
tutelado por la acción de amparo, porque esta acción protege derechos y no principios dado su naturaleza
jurídica” .
III.8. Análisis del caso concreto
En el caso que nos ocupa, el accionante señala la vulneración del derecho al debido proceso, en su vertiente
de igualdad procesal y legalidad, así como la garantía de acceso a la justicia y al principio de seguridad
jurídica, por cuanto afirma que el Juez Sexto de Sentencia Penal del Distrito Judicial -ahora departamento-
de Santa Cruz, declaró admisible y procedente el “ incidente de nulidad por defectos absolutos y la
excepción de falta de acciónviolando el limite de su competencia; al disponer la nulidad de la resolución
de conversión de acción y el archivo de obrados, ya que el juzgador dictó resolución fuera de la norma
legal, y en consecuencia impidió que la víctima acceda al sistema judicial. Y por otra parte, en respuesta a
tal resolución dictada por el mencionado Juez es que, el accionante recurrió en apelación incidental ante los
Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, con el fin de hacer
valer sus derechos en esta instancia, pero señala que también se vulneraron sus derechos, por el hecho de
que los referidos Vocales declaran admisible e improcedente el recurso planteado, de ese modo dieron la
razón al Juez inferior.
En el marco señalado nos referimos a que el 7 de abril de 2011 el accionante se querelló por delitos
de estafa, estelionato, falsedad material, uso de instrumento falsificado y falsedad ideológica, contra
Rubén Orlando Córdova, Gustavo Álvaro Dellien Bianchi, Gerardo Ignacio Córdova Cortez, Carmen Inés
Domínguez Saavedra, Teresita Elizabeth Paz Saucedo y Sugami Ishikawa Onaga, interponiendo al mismo
tiempo conversión de acción pública a privada, en respuesta, el 21 de abril de 2011 el imputado Gustavo
Álvaro Dellien Bianchi, presentó un memorial, en el cual se apersonó y planteó incidente de actividad
procesal defectuosa y excepción de falta de acción, debido al supuesto incumplimiento de cuestiones
procesales respecto a la identificación del imputado, la notificación en la querella, la representación del
querellante, arguyendo lo que dejó a su persona en indefensión, vulnerando de esa manera la garantía al
debido proceso.
En ese sentido, el 23 de mayo de 2011, el Juez Sexto de Sentencia Penal -juzgado donde radicó la
causa- resolvió el incidente por actividad procesal defectuosa y la excepción de falta de
acción mediante Resolución 53/11, declarándolos procedentes a la luz de los arts. 168, 169.3, 314 y 315
del CPP.
En consecuencia el accionante presentó apelación incidental contra el Auto 53/11, por lo cual el 8 de agosto
de 2011, la Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de
Justicia- de Santa Cruz, mediante Auto de Vista 94, declaró admisible e improcedente la apelación
incidental interpuesta mediante memorial de 12 de julio de dicho año.
De todo lo expuesto se tiene, que en caso de haberse cometido una acción u omisión por el Juez, que vulnere
derechos y garantías, es el Tribunal de alzada el llamado a corregir los defectos procesales.
Por otra parte, los Vocales codemandados, no se pronunciaron de forma adecuada, sobre el conflicto,
omitiendo referirse a la incompetencia cuestionada por el accionante, vulnerando así derechos y
garantías nombrados por el mismo y referidos en los Fundamentos Jurídicos III.3 y III.4 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, por lo que indica, que debieron referirse sobre la competencia,
observando los entendimientos a los cuales hace referencia el Fundamento Jurídico III.3. de este fallo,
haciendo una relación jurídica en la cual se pronuncie de manera adecuada y correcta, sobre la legitimación
que adquiere el juez natural capacitado por mandato para la resolución de los conflictos que llega a
conocer, ante tal cuestión además debe de referirse a todos los puntos y conflictos que debido al mandato
legado debe de resolver y pronunciarse. No es menos cierto, que uno de los componentes esenciales del
debido proceso, es el del Juez natural, que con éste viene atribuida a la capacidad o aptitud reconocida
para ejercer funciones respecto de un asunto o materia, con la finalidad que la conozca y la resuelva, por
tal motivo la competencia es de previo y especial pronunciamiento, a razón que la misma, resguarda el
derecho al juez natural, por lo cual correspondía al Tribunal de apelación pronunciarse ya sea de manera
positiva o negativa sobre todos los puntos cuestionados en el incidente planteado, al respecto lo
lineamientos del Fundamento Jurídico III.4 del presente fallo nos remarca que toda resolución debe
fundamentarse en derecho y de manera correcta, no solo declarando la voluntad del juzgador, sino que toda
decisión judicial debe de estar precedida por una argumentación que fundamente en derecho, por lo que el
Auto de Vista recurrido debe cumplir y responder a todos los puntos que se cuestionen en la apelación
incidental.
Por lo que corresponde tomar en cuenta lo planteado por la jurisprudencia citada en el Fundamento Jurídico
III.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, que indica que el Estado es quien garantiza una
justicia pronta, oportuna y efectiva de parte de los jueces y tribunales competentes, reconociendo
expresamente lo tutelado por los organismos internacionales, entre otros derechos, el debido proceso y el
acceso a la justicia.
En lo referido a la petición de la conversión de acción el Código de Procedimiento Penal (CPP), en
su art. 26.2 -modificado por la Ley 045 del 8 de octubre de 2010- refiere: “ Cuando se trate de delitos
de contenido patrimonial o de delitos culposos que no tengan por resultado la muerte siempre que no exista
un interés público gravemente comprometido, y que se realizará durante la etapa preparatoria hasta la
presentación del requerimiento conclusivo, por lo que el hoy accionante enmarcó su actuar de acuerdo a tal
procedimiento.
Los num. 1 y 2 de la citada norma, en su parte in fine sostiene que para la autorización de la conversión de
acción, a petición de la parte querellante, es una atribución exclusiva del Fiscal Departamental o por
quien él delegue, en tal sentido en el caso que nos ocupa, debió de haber existido una nota en la cual el
referido Fiscal a razón de sus atribuciones, expresamente haya hecho constar que delegaba sus
atribuciones referidas a la conversión de acción por el caso de autos al Fiscal de Materia.
Sobre la notificación de la querella, el art. 290 del CPP, prevé la forma en que debe ser presentada; en su
parte in fine indica que será puesta en conocimiento del imputado, misma que está conexa a lo que el art.
291 del citado cuerpo legal determina en su primera parte que: “ El fiscal o imputado podrán objetar la
admisibilidad de la querella y la personería del querellante. La objeción se formulará ante el juez, en el
plazo de tres días computables a partir de su notificación, como refiere el entendimiento jurisprudencial
contemplado en el Fundamento Jurídico III.6. de la presente Resolución. Asimismo el Fundamento Jurídico
III.5 de este Fallo, señala que la SC 0039/2004-R, establece que en los hechos la querella se constituye
en la acusación particular.
Concretamente los Vocales demandados, al no haber fundamentado debidamente sobre las resoluciones
que respondieron a los puntos apelados, entre los que resolvía la incompetencia del Juez a quo, incurrieron
en falta de fundamentación y vulneraron los derechos y garantías invocadas por el accionante.
Finalmente sobre el principio de seguridad jurídica el entendimiento que revela el Fundamento Jurídico
III.7 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, nos deja claro la posición que la supuesta
denuncia de vulneración de este principio debe ser parte de la carga argumentativa del accionante y no de
los derechos reclamados como vulnerados.
En consecuencia, el Tribunal de garantías, al conceder la tutela solicitada, efectuó una parcial compulsa de
los antecedentes del caso, la normativa y la jurisprudencia constitucional.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Liquidadora Transitoria, en virtud de lo previsto en el
art. 20.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; en revisión, resuelve: CONFIRMAR en parte la
Resolución 027 de 10 de febrero de 2012, cursante de fs. 193 vta. a 195 vta., pronunciada por la Sala Social
y Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de
Santa Cruz; y, en consecuencia:
1º CONCEDER la tutela solicitada en lo que corresponde a la falta de fundamentación del Auto de
Vista 94 de 8 de agosto de 2011;
2º DENEGAR la tutela solicitada respecto a la seguridad jurídica por los argumentos expuestos en
este fallo;
3º Disponer la nulidad del Auto de Vista 94/2011, debiendo emitirse uno nuevo con las
formalidades de ley tomando en cuenta los Fundamentos Jurídicos de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, resolviendo y fundamentando adecuadamente cada uno de los puntos cuestionados en la
apelación.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Hacer constar que la Magistrada Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi, es de voto aclaratorio
Fdo. Dra. Blanca Isabel Alarcón YampasiMAGISTRADA
Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez ChávezMAGISTRADO
Fdo. Dra. Carmen Silvana Sandoval LandivarMAGISTRADA
Fdo. Dra. Edith Vilma Oroz CarrascoMAGISTRADA
Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza MoralesMAGISTRADO

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SCP 0187-2014 -AL (30-01). (Apelación en medidas


cautelares, omisión en la provisión de recaudos de ley,
celeridad, remisión al tribunal de apelación)
Publicado en Sentencias Constitucionales Marzo 05 2014

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0187/2014


Sucre, 30 de enero de 2014
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 04716-2013-10-AL
Departamento: Cochabamba
En revisión la Resolución de 10 de septiembre de 2013, cursante de fs. 18 a 20, pronunciada dentro de la
acción de libertad interpuesta por Rolando Jorge Magne Calle, abogado del Servicio Nacional de Defensa
Pública (SENADEP) en representación sin mandato de Celso Blanco Huarachi contra Rolando Enrique
Vargas Díaz, Juez Quinto de Instrucción en lo Penal del departamento de Cochabamba.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 10 de septiembre de 2013, cursante de fs. 2 a 4 vta., el representante del
accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra el actor, por la presunta comisión del
delito de estafa con víctimas múltiples, el 14 de agosto de 2013, el representante del Ministerio Público
presentó la imputación formal pertinente, requiriendo la aplicación de medidas cautelares; celebrando el
Juez Quinto de Instrucción en lo Penal, hoy demandado, audiencia el 15 de igual mes y año, a cuya
conclusión dictó Resolución determinando su detención preventiva, fallo apelado oralmente en mérito a la
previsión contenida en el art. 251 del Código de Procedimiento Penal (CPP).

Agrega que, no obstante la obligación que tenía la autoridad judicial demandada de elevar obrados ante el
Tribunal Departamental de Justicia, para que se resuelva la apelación formulada, cumpliendo los plazos
procesales establecidos en el procedimiento penal, no existe constancia que se hubiera procedido en dicho
sentido, habiendo transcurrido veinticinco días desde la imposición de la medida restrictiva de la libertad
del accionante, hasta la interposición de la presente acción de defensa; evidenciándose una clara afectación
al derecho de impugnación, al dificultarse el uso de esta vía, transgrediendo asimismo el derecho a la
libertad y el principio de celeridad procesal, por el que todos los jueces y funcionarios de apoyo
jurisdiccional, se hallan compelidos a observar los plazos y procedimientos reconocidos en la norma.

Finalmente, insiste que al no haber remitido el demandado la apelación dentro de las veinticuatro horas
establecidas en el art. 251 del CPP, para que la sala respectiva la resuelva a su vez dentro del plazo de los
tres días siguientes de recibidos los antecedentes, incurrió en una dilación injustificada olvidando que este
medio de impugnación debe ser resuelto con la celeridad y prontitud que merece, al estar vinculado a la
libertad del procesado, quien precisamente exige la revisión de su situación jurídica, al estar privado de
libertad.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

Denuncia la lesión de los derechos del accionante a la libertad, al debido proceso, a la defensa, a la igualdad
y a la tutela judicial efectiva, además del principio de celeridad, citando al efecto los arts. 8.II, 22, 23.I,
116.II, 178 y 180 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio
Solicita se le conceda la tutela que impetra, ordenando al Juez demandado proceda de forma inmediata a la
remisión de la apelación de medidas cautelares formulada por el accionante, ante el “ Tribunal superior” ,
para su consideración respectiva.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

La audiencia pública de consideración de la presente acción de defensa se realizó el 10 de septiembre de


2013, en presencia del accionante y de su abogado representante, ausentes la autoridad judicial demandada
y el representante del Ministerio Público, según consta en el acta cursante a fs. 17 y vta., produciéndose los
siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El abogado representante del accionante, ratificó el tenor íntegro de la acción de defensa presentada.

Con el uso de su derecho a la réplica, señaló que debe tenerse presente lo establecido por la SC
“ 875/2007” , que “ toma como parámetro el art. 180 de la C.P.E. respecto a la gratuidad” (sic), así como
también el art. 10 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), en ese mismo orden.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

Ronando Enrique Vargas Díaz, Juez Quinto de Instrucción en lo Penal del departamento de Cochabamba,
demandado en la presente acción tutelar, presentó el informe escrito cursante a fs. 13, expresando: a) En
audiencia de 15 de agosto de 2013, dispuso la detención preventiva del accionante, al concurrir los
requisitos y riesgos procesales previstos en los arts. 233, 234 y 235 del CPP, decisión que fue apelada por
la defensa técnica del imputado, concediéndose el recurso en ese acto procesal; b) Si bien no derivó la
apelación ante la Sala Penal de turno, ello respondió a que no se proveyeron los recaudos correspondientes
para las fotocopias legalizadas, estando determinado en el art. 251 del citado Código, que este medio de
impugnación es en el efecto devolutivo y no suspensivo. Por lo que, la dilación injustificada sería
plenamente atribuible al procesado o a su defensa técnica y no a su autoridad, no existiendo tampoco
vulneración al debido proceso, al estar todos los actuados procesales dentro del plazo establecido por la
norma; y, c) Por lo expuesto, solicitó se deniegue la tutela impetrada, al no tener la demanda tutelar -según
afirmó- sustento legal y constitucional.

I.2.3. Resolución

La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, constituida en Tribunal de
garantías, pronunció la Resolución de 10 de septiembre de 2013, cursante de fs. 18 a 20, por la que concedió
la tutela solicitada por el representante del accionante, ordenando que la autoridad judicial demandada,
previa provisión de los recaudos necesarios, remita oportunamente el recurso de apelación del Auto que
dispuso la detención preventiva del actor, en el plazo determinado en el art. 251 del CPP. Fallo dictado en
base a los siguientes fundamentos: 1) El derecho a la libertad, instituido por el art. 23.I de la CPE, se halla
íntimamente vinculado con la celeridad, emergiendo de ello la obligación que tiene toda autoridad que
conoce solicitudes relacionadas con este derecho, de tramitarlas y resolverlas con la mayor diligencia
posible, o cuando menos, dentro de plazos razonables; obrar contrariamente, implicaría una restricción
indebida del mismo, lo que no significa que siempre tenga que otorgarse lo impetrado; 2) A efectos de
resolver dilaciones injustificadas que vulneran el derecho a la libertad, se abre la acción de libertad traslativa
o de pronto despacho, advirtiéndose de la jurisprudencia emitida por el órgano de constitucionalidad que,
la celeridad y diligencia, son máximas que deben ser cumplidas en todos los casos relacionados con la
libertad, sean apelaciones sobre medidas cautelares o solicitudes de cesación de detención preventiva, que
pueden traducirse en la remisión de los antecedentes pertinentes al superior en grado, para su resolución,
más aún si existe un procedimiento establecido en el Código de Procedimiento Penal, en el que se fijan los
plazos procesales al efecto; 3) En el caso de análisis, determinada la cesación la detención preventiva del
accionante, su abogado defensor interpuso recurso de apelación incidental oralmente en la audiencia,
decretando el demandado: “ A mérito de la apelación planteada en contra de la resolución emitida se
dispone la remisión de actuados ante la Sala Penal de Turno del Tribunal Departamental de Justicia” (sic),
evidenciándose que posteriormente a ello, no se procedió en ese sentido, en restricción del principio de
celeridad y de la jurisprudencia constitucional, al estar establecido en el art. 251 del CPP, que este recurso
debe ser remitido al tribunal superior dentro del plazo de veinticuatro horas; 4) En cuanto a la falta de
provisión de recaudos atribuida al actor, el Tribunal de garantías señaló que correspondía “ reflexionar”
sobre dicha situación, siendo que si bien se advertía ser cierto ese extremo, no se evidenciaba que el Juez
demandado, hubiera dispuesto que el apelante los provea, ni que existiera conminatoria para aquello,
olvidando que tenía el control de la investigación, razón que le compelía a respetar los derechos
fundamentales y garantías constitucionales consagrados en la Norma Suprema, exigiendo y conminando a
la provisión citada; y, 5) Debe tenerse presente que, aunque la Constitución Política del Estado y la Ley del
Órgano Judicial, reconocen el principio de gratuidad, no existe en la realidad práctica asignación de recursos
del Estado para la provisión de los medios indispensables a efectos que los juzgadores puedan obtener
fotocopias gratuitas, permitiéndoles remitir inmediatamente los recursos de apelación a los tribunales de
alzada; por lo que, la parte interesada debe proveerlos para la efectivización de su recurso, sin que ello
implique la vulneración de derechos; sin embargo, en el asunto de examen, al no haberse conminado
oportunamente al accionante, a ese fin, se lesionó su derecho a la libertad, correspondiendo conceder la
tutela solicitada, por la falta de celeridad en la remisión de los antecedentes del proceso a la instancia
superior, para su consideración pertinente.

II. CONCLUSIONES

De la atenta revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, además de lo aseverado
por las partes accionante y demandada, se establece lo siguiente:

II.1.Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público a denuncia de Presilia Fernández Huarachi
y otros contra Celso Blanco Huarachi, hoy accionante, por la presunta comisión del delito de estafa con
víctimas múltiples, previsto en el art. 335, en relación al art. 346 BIS, ambos del Código Penal (CP);
presentada la imputación formal, se celebró la audiencia de aplicación de medidas cautelares el 15 de agosto
de 2013, a cuya conclusión, el Juez Quinto de Instrucción en lo Penal del departamento de Cochabamba,
dictó la Resolución de la misma fecha, determinando la detención preventiva del actor en el recinto
penitenciario de “ San Antonio” , ordenando la expedición del mandamiento respectivo, al advertir la
existencia de los peligros de fuga y de obstaculización previstos en el Código de Procedimiento Penal,
además de la concurrencia de lo prescrito en el art. 233.2 del mismo Código.

En ese actuado procesal, el abogado defensor del ahora impetrante de tutela, apeló del fallo que dispuso la
medida restrictiva de libertad, pidiendo a ese efecto, la remisión de antecedentes al tribunal superior
conforme a la previsión contenida en el art. 251 del Código citado. Proveyendo el Juez demandado: “ A
mérito de la apelación planteada en contra de la resolución emitida se dispone la remisión de actuados ante
la Sala Penal de Turno del Tribunal Departamental de Justicia” (sic) (fs. 8 a 12).
II.2. Según lo afirmado por el accionante -a través de su abogado representante-, en la audiencia tutelar,
hasta la fecha de interposición de la acción de libertad -10 de septiembre de 2013-, no se remitieron los
actuados procesales pertinentes al tribunal superior, a efectos de la consideración de la apelación que
interpuso (fs. 2 a 4 vta.). Situación corroborada por la autoridad demandada en su informe, al señalar que:
“ …si bien no derivó ante la Sala Penal de turno la apelación formulada se debió a que la defensa técnica
no proveyó recaudos para las fotostáticas legalizadas (...) los actuados procesales se dieron dentro del plazo
de la norma legal y apelada que fuere la resolución se concedió la misma en audiencia” (sic) (fs. 13).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El representante del accionante alega la vulneración de los derechos de éste a la libertad, al debido proceso,
a la defensa, a la igualdad y a la tutela judicial efectiva, además del principio de celeridad, aduciendo que
dentro del proceso penal que se le sigue por la presunta comisión del delito de estafa con víctimas múltiples,
imputado formalmente el actor, se ordenó su detención preventiva en la audiencia cautelar de 15 de agosto
de 2013, a cuya conclusión, apeló oralmente la imposición de dicha medida restrictiva de libertad; sin que
hasta la fecha de formulación de la presente acción de defensa, el Juez demandado hubiera remitido los
antecedentes del proceso a la instancia superior, para su consideración, inobservando los plazos procesales
establecidos en el art. 251 del CPP, habiendo transcurrido más de veinticinco días en los que no pudo
obtener la revisión de su situación jurídica, por la omisión denunciada.

En consecuencia, compele en revisión verificar si tales extremos son evidentes, a fin de conceder o denegar
la tutela impetrada.

III.1. Naturaleza jurídica, alcances y ámbito de protección de la acción de libertad: presupuestos


de activación
La Constitución Política del Estado, instituye dentro de las “ Acciones de Defensa” , a la acción de libertad
-que encuentra fundamento asimismo, en instrumentos normativos de orden internacional que forman parte
del bloque de constitucionalidad, según prevé el art. 410.II.2 de la Norma Suprema-, precisando: “ Toda
persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente
procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o
escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal
competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se
restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad” (art. 125). En ese orden, el art.
46 del Código Procesal Constitucional (CPCo), prevé en cuanto a su objeto que está destinada a:
“ …garantizar, proteger o tutelar los derechos a la vida, integridad física, libertad personal y libertad de
circulación, de toda persona que crea estar indebida o ilegalmente perseguida, detenida, procesada, presa o
que considere que su vida o integridad física está en peligro” .

Destaca en la ingeniería dogmática de esta garantía jurisdiccional, tal como se estableció en la


jurisprudencia sentada por este Tribunal, entre otras, en la SCP 0037/2012 de 26 de marzo, que la misma
se halla diseñada sobre dos pilares esenciales. El primero, en cuanto a su naturaleza procesal, caracterizada
por una tramitación especial y sumarísima reforzada por la inmediatez en la tutela, informalismo,
generalidad e inmediación, procediendo contra servidores públicos o personas particulares, sin reconocer
fueros ni privilegios. El segundo, alusivo a los presupuestos de activación que la configuran, resumidos en
cuatro de acuerdo al art. 125 de la Ley Fundamental, consistentes en: i) Atentados contra el derecho a la
vida; ii) Afectación de los derechos a la libertad física o de locomoción; iii) Actos y omisiones que
constituyan procesamiento indebido; y, iv) Actos u omisiones que impliquen persecuciones indebidas.

En relación a lo expuesto, el art. 47 del Código antes citado, dispone que la acción de libertad es factible
cuando la persona afectada considere que: “ 1. Su vida está en peligro; 2. Está ilegalmente perseguida; 3.
Está indebidamente procesada; 4. Está indebidamente privada de libertad personal” . Infiriéndose de las
normas señaladas, su triple carácter tutelar: Preventivo, que responde a frenar una lesión ante una inminente
detención indebida o ilegal, impidiendo que se materialice la privación o restricción de libertad; correctivo,
que opera a efecto de evitar se agraven las condiciones de una persona detenida, sea en virtud de una medida
cautelar o en cumplimiento de una pena impuesta en su contra; y, reparador, que busca reparar una lesión
ya consumada; es decir, que resulta viable ante la verificación de una detención ilegal o indebida como
consecuencia de la inobservancia de formalidades legales.

III.2. De la acción de libertad traslativa o de pronto despacho: Principios inherentes a la misma


que se vulneran en casos de dilación en peticiones que involucran el derecho a la libertad
Desarrollados la naturaleza jurídica, los alcances, el ámbito de protección y los presupuestos de activación
de la acción de libertad; concierne referirse a su tipología, en la que se identifica, la traslativa o de pronto
despacho, desarrollada por la jurisprudencia constitucional dictada por el antes denominado Tribunal
Constitucional, como el medio procesal idóneo para las partes tendente a lograr la aceleración de los
trámites judiciales o administrativos en caso de constatar la existencia de dilaciones indebidas en restricción
del principio de celeridad y en consecuencia, del derecho a la libertad, cuando se advierta retardación en la
solución de la situación jurídica de la persona privada de este derecho; todo ello en consideración de la
obligación que constriñe a las autoridades sean éstas judiciales o administrativas, de aplicar y concretizar
los valores y principios constitucionales insertos en la Norma Suprema. En ese orden, la presente garantía
constitucional, se viabiliza a fin de precautelar los derechos que tutela, para así evitar y reparar conductas
que incurren en demora en desmedro de las personas cuya libertad está privada; las que a su vez, lesionan
el principio de celeridad y el “ ama qhilla” , que rigen en la actualidad como máximas que deben ser
observadas en el Estado Plurinacional de Bolivia; cuestiones que deben ser consideradas por toda autoridad
que conozca pedidos vinculados a la libertad física, otorgándoles la debida celeridad e impulso para su
efectivización. Resulta imprescindible además precisar que, la exigencia de conocer céleremente las
peticiones de los privados de libertad, se incrementa aún más cuando se advierte que está en riesgo también
el derecho a la vida, tutelado también por esta acción de defensa, o indistintamente por la acción de amparo
constitucional, por el gran valor que merece, que obliga a un actuar más diligente de parte de las autoridades
judiciales y administrativas, ante una amenaza inminente que la ponga en peligro.

En ese orden, al tenerse determinado que las acciones que incurren en demora en la resolución de las
peticiones que involucran el derecho a la libertad física, transgreden de igual manera el principio de
celeridad y el “ ama qhilla” , cabe hacer referencia a los mismos a continuación.

III.2.1. Principio de celeridad

El art. 178.I de la CPE, prevé: “ La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta
en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad,
gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana,
armonía social y respeto a los derechos” . A su vez, el art. 180.I de la citada Ley Fundamental, establece
que: “ La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de gratuidad, publicidad,
transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia, accesibilidad,
inmediatez, verdad material, debido proceso e igual de las partes ante el juez” ; determinando el art. 115.II
de la Norma Suprema, la obligación del Estado de garantizar: “ …el derecho al debido proceso, a la defensa
y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones” (las negrillas son añadidas).

De las normas constitucionales glosadas, se establece claramente que, los administradores de justicia, están
obligados en sus funciones, a evitar retardaciones o dilaciones indebidas, ilegales e innecesarias, en
desmedro del derecho a la libertad, en aquéllos casos en los que estén vinculados al mismo -ahondándose
más la exigencia en el caso de personas cuya vida corre una amenaza inminente por un deterioro en su
salud-, más aun considerando que por lógica, las personas que intervienen en un proceso, esperan la pronta
definición de su situación jurídica -sea en caso de la imposición de medidas cautelares, apelaciones,
efectivización de la libertad o peticiones de cesación a la detención preventiva-.

Este principio se halla regulado también en diversos instrumentos internacionales, como en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (art. 8.1) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos [art.
14.3 inc. c)], los que instituyen el derecho que tiene toda persona a ser juzgada en un proceso sin dilaciones
indebidas. Su inobservancia, provoca la vulneración del derecho a la libertad, consagrado en el art. 23.I de
la Ley Fundamental, al no imprimir la celeridad oportuna a una solicitud que involucra este derecho de vital
importancia para las personas, siendo que además la Norma Suprema, presume la inocencia del encausado
durante toda la tramitación del proceso penal seguido en su contra (art. 116.I), por lo que la detención
preventiva no debe constituirse en una condena prematura en desmedro de los derechos de los implicados.
III.2.2. El “ ama qhilla” como principio ético - moral

En conexitud al principio de celeridad, se encuentra el “ ama qhilla” , establecido en la Ley Fundamental,


en su Capítulo Segundo “ Principios, valores y fines del Estado” , art. 8.I, al determinar que el nuevo Estado
Plurinacional de Bolivia: “ …asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama
qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien),
ñandereko (vida armoniosa), tekokavi (vida buena), ivimaraei (tierra sin mal) y qhapajñan (camino o vida
noble)” (negrillas agregadas); máximas milenarias que conforme puntualizó la SCP 0015/2012 de 16 de
marzo: “ …fueron constitucionalizadas y resumen de manera extraordinaria la moral que toda persona,
natural o jurídica debe practicar en todas sus actividades. En ese sentido, se hace énfasis en el principio del
ama qhilla, que establece una conducta de vida diligente que debe observar todo individuo, con mayor razón
un servidor público como es el juez, del cual debe exigirse una actitud acuciosa en la administración de
justicia, sobre todo cuando afecta a un vivir bien, así como a una vida armoniosa.
Los principios ético morales constitucionalizados: 'ama qhilla, ama llulla y ama suwa', vinculados entre sí,
constituyen directrices de obligada observancia por los servidores de justicia cuando resuelvan derechos y
garantías constitucionales, están en el deber imperativo de impulsar, ser director y promotor del proceso,
velando su desarrollo, siendo responsables de cualquier demora por su inactividad, impulsando la nueva
justicia en el nuevo Estado Plurinacional" (las negrillas son nuestras).

Como lógica de dicho razonamiento, resulta claro que el “ ama qhilla” o no seas flojo, cuya aplicación es
directa en la jurisdicción indígena originaria campesina, se relaciona también con los principios de la
administración de justicia y de la jurisdicción ordinaria, por lo que es de cumplimiento obligatorio para las
autoridades de la misma, en el desempeño de sus funciones, estando éstas compelidas a lograr la
materialización y efectivización de los derechos fundamentales de los justiciables. En consecuencia, todo
administrador de justicia debe dirigir su conducta y sus labores, evitando cualquier dilación que provoque
dilación en desmedro de los derechos de los involucrados, con actitudes de desgano, pereza, desidia, etc;
dado que dichos comportamientos no condicen con los principios proclamados en nuestra Norma Suprema
y la adecuada administración de justicia a la que se aspira en el Estado Plurinacional de Bolivia.

III.3. Marco normativo y jurisprudencial sobre el recurso de apelación interpuesto contra las
resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen medidas cautelares
Impugnándose en el presente caso, la omisión en la remisión de los antecedentes del recurso de apelación
interpuesto por la defensa técnica del accionante, contra la Resolución que determinó su detención
preventiva, en el plazo determinado por el art. 251 del CPP, lo que constituiría según refiere el accionante,
una transgresión de su derecho a la libertad, en relación del principio de celeridad; corresponde referirse a
la normativa aplicable y a la jurisprudencia constitucional pronunciada por este órgano de
constitucionalidad, en casos en los que se demandó la dilación en el envío de antecedentes a la instancia
superior -tribunal de apelación-, a objeto del conocimiento del recurso y de revisar la situación jurídica del
imputado.
III.3.1.Marco normativo
El art. 250 del CPP, establece que las medidas cautelares de carácter personal, son revisables y
modificables, aún de oficio; estableciéndose en consecuencia, dentro del sistema de recursos reconocido en
el procedimiento -en observancia del art. 180.II de la CPE, que garantiza el principio de impugnación en
los procesos judiciales-, en el art. 251, modificado por el art. 15 de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana (LSNSC), el recurso de apelación en el efecto no suspensivo contra la resolución que disponga,
modifique o rechace las medidas cautelares, otorgando a las partes a ese efecto -en el primer párrafo-, el
término de setenta y dos horas; previendo a continuación que: “ …Interpuesto el recurso, las actuaciones
pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de Justicia, en el término de 24 horas.
El Tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días siguientes de
recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior” (las negrillas nos corresponden).
Disposiciones que de manera incontrastable determinan que, formulada la apelación, la autoridad judicial
cautelar, está obligada a remitir los antecedentes procesales necesarios al tribunal de alzada, en el plazo
improrrogable de veinticuatro horas; encontrando cause en los derechos en juego, como es la libertad del
imputado, que no puede ser objeto de dilaciones tendentes a retardar la definición de su situación jurídica,
más aún si se considera conforme se refirió en el Fundamento Jurídico anterior, que la detención preventiva
no debe implicar de modo alguno una condena prematura, por el reconocimiento del derecho a la presunción
de inocencia emergente de nuestra Ley Fundamental.

III.3.2. Jurisprudencia constitucional relativa a la celeridad con la que se deben remitir antecedentes
al tribunal de alzada y la imposibilidad de paralizar la causa por omisión en la provisión de recaudos
de ley en mérito al principio de gratuidad instituido en la Norma Suprema
Sobre el particular, este órgano de constitucionalidad, tanto en fallos anteriores, como en la actualidad, fue
constante en determinar que las peticiones que involucran el derecho a la libertad física de las personas,
deben ser resueltas céleremente, o dentro de plazos razonables, en observancia precisamente de lo señalado
ut supra, en sentido que la detención preventiva, no constituye de modo alguno una condena anticipada en
desmedro de la presunción de inocencia del procesado; razones por las que, la diligencia pronta y oportuna
que se requiere de los operadores de justicia, no abarca únicamente el señalamiento de la audiencia
pertinente a objeto de considerar las solicitudes de cesación de detención preventiva u otros, sino también
el trámite posterior de impugnación, circunstancia que denota que de provocarse una demora injustificada
en la remisión de la apelación, incumbe a la justicia constitucional, conceder la tutela impetrada por
restricción del derecho a la libertad en conexitud del principio de celeridad inherentes al imputado. No
existiendo justificativo alguno que explique una demora en ese sentido, en desmedro de los intereses del
agraviado, quien por lógica espera una pronta resolución y revisión de su situación jurídica.

Al efecto, la SCP 0286/2012 de 6 de junio, señaló que: “ …una vez interpuesto el recurso de apelación
incidental, éste deberá ser tramitado dentro los plazos previstos por la normativa procesal penal (art. 251
del CPP), es decir, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de Justicia en el
término de veinticuatro horas. El Tribunal ad quem, resolverá sin más trámite y en audiencia, dentro de los
tres días siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior.

Ahora bien, (…) 'El Código de Procedimiento Penal no prevé explícitamente que deban cumplirse ciertas
formalidades para elevar la apelación al ad quem; empero, en un caso similar, interpretando el citado art.
251 del CPP, la SC 0146/2006-R de 6 de febrero, sostuvo: «…De la lectura del precepto anotado se establece
que si el juez tiene la obligación de remitir el recurso de apelación planteado dentro del término de
veinticuatro horas, se entiende que el apelante en su propio interés, deberá proveer los recaudos
correspondientes hasta antes del vencimiento de dicho plazo; empero, la autoridad judicial de su parte, no
podrá exigir, en cuanto a dichos recaudos, más allá de lo que sea estrictamente necesario, puesto que en
observancia del principio pro actione no puede dificultar o entorpecer la viabilidad y celeridad en la
tramitación de un recurso que ya fue concedido, tomando en cuenta muy especialmente la situación jurídica
de la imputada…»'.

En ese sentido, (…): 'No obstante que corresponde al imputado proporcionar los recaudos de ley necesarios
para remitir la apelación de la resolución que rechazó la solicitud de cesación de su detención preventiva y
que la autoridad jurisdiccional a cargo del proceso tiene la obligación de exigirlos, es sólo un aspecto formal
que no puede superponerse un fin en sí mismo, como es la apelación presentada urgida de revisión y
resolución conforme a ley; por tanto, en aquellos casos en los que se hubiere omitido dicha formalidad,
como la falta de los recaudos de ley, no puede ser óbice para dilatar su tratamiento y menos para devolver
obrados por ese motivo postergando su consideración. En estas circunstancias, corresponde resolver el
recurso con la celeridad necesaria conforme a los plazos establecidos en la ley y en la jurisprudencia. El
tribunal de alzada, podrá imponer el cumplimiento de la omitida formalidad previa notificación a las partes
en el juzgado de origen'.

Por ello es imperante el cumplimiento de la obligación del apelante, respecto a la provisión de los recaudos
necesarios a objeto de la remisión de una apelación incidental ante la autoridad jurisdiccional de grado
superior; sin embargo, esta condición no puede considerarse un impedimento para dilatar su tratamiento;
de actuar en contrario, se dificultaría o entorpecería la tramitación de un recurso que ya fue concedido.
(…)

De donde se infiere que, al constituirse el principio de gratuidad en uno de los pilares del sistema de
administración de justicia, no puede, la autoridad jurisdiccional, a título de la falta de provisión de recaudos,
paralizar la tramitación de una causa o de un recurso dentro de la misma, toda vez que dicha actuación
incidiría directamente en su tramitación, ocasionando una dilación indebida y consecuentemente posibles
vulneraciones a derechos y garantías de los particulares” (las negrillas nos pertenecen).

En similar sentido, la SCP 1907/2012 de 12 de octubre, sobre la misma temática, precisó: “ En virtud a
dicha comprensión y a lo estipulado por el art. 7 de la Ley 212, a partir del 3 de enero de 2012, se
suprimieron todos los timbres judiciales; por lo tanto, no es exigible su cumplimiento desde ningún punto
de vista; no obstante ello, el pago por concepto de formularios de notificación y papeletas de apelación, aún
persiste hasta el 3 de enero de 2013, lo que hace presuponer que su presentación es exigible por parte del
órgano judicial hasta esa fecha; sin embargo, ello no significa que en ciertos casos, la falta de provisión de
cédulas, papeletas valoradas de apelación, formularios de notificación, hojas bond, y otros, signifique un
impedimento para que la autoridad jurisdiccional, pueda disponer la prosecución del proceso con cargo a
reintegro, porque lo contrario implicaría que ella misma provoque la dilación procesal, al esperar que el
obligado se apersone al juzgado para cumplir con la carga de suministrar dichos valores, y menos devolver
obrados cuando, la causa ya se radicó ante el Tribunal de apelación, dilatando innecesariamente la
consideración de la impugnación planteada; y, con mayor razón, cuando se encuentra de por medio el
derecho a la libertad de los apelantes; casos en los cuales, se exigirá el cumplimiento de dichas cargas,
como reintegro, es decir, exigir su regularización en tiempo posterior a la remisión del expediente” (las
negrillas son nuestras).

Criterios coincidentes que fueron reiterados y unificados por la SCP 0381/2013 de 25 de marzo, que
concluyó expresando sobre el particular, lo siguiente: “ …los recaudos de ley, no pueden constituirse en un
mecanismo que obstaculice la celeridad en el trámite del recurso de apelación incidental de la Resolución
que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, en razón a que la norma fundamental ha
introducido el principio de gratuidad, que debe ser reflejado y plasmado de manera progresiva, ello impele
a que en observancia del principio de celeridad, la autoridad judicial competente guíe su actuación con la
debida diligencia a efectos de cumplir con los plazos procesales previstos en el procedimiento penal,
descartando toda actuación pasiva u omisión que implique un obstáculo o una dilación indebida en el
tratamiento de las solicitudes y recursos vinculados con la libertad personal. Al mismo tiempo, en tanto el
principio de gratuidad se plasme en su integridad en la administración de justicia, finalidad a la que debe
estar orientada la política y gestión pública, corre a cargo de la parte procesal proveer los recaudos
correspondientes, concretamente al apelante, para que todas las actuaciones necesarias sean remitidas al
Tribunal de apelación, recaudos que deberán ser proporcionados de manera inmediata a efectos que se
remitan las actuaciones pertinentes en el plazo previsto por la norma procesal; en cuyo mérito, corresponde
exigir a la parte procesal una conducta que demuestre una actuación acorde con el principio de celeridad,
así como una actitud de lealtad procesal con el sistema de administración de justicia en el diligenciamiento
de los recaudos referidos.

En este entendido, se reitera, la inobservancia de la parte procesal en proporcionar inmediatamente los


recaudos necesarios no faculta convalidar una actitud dilatoria que entorpezca el tratamiento rápido y
oportuno que deben merecer las solicitudes vinculadas con la libertad personal; ante estos supuestos
corresponde a la autoridad judicial competente adoptar todas las medidas conducentes para que se efectivice
la remisión de actuados y de manera inmediata se tramite la apelación presentada, debiendo la autoridad
judicial dar la continuidad inmediata al trámite de apelación en atención al principio de celeridad procesal
y en resguardo del derecho a la libertad física. En cuyo mérito, a fin de evitar dilaciones indebidas en el
tratamiento de la remisión de actuados por parte del Juez a quo ante el Tribunal de alzada, cumple a la
autoridad judicial competente la observancia de lo siguiente:
i) Remitir al Tribunal ad quem, en el término de veinticuatro horas, conforme previene el art.
251 del CPP, las actuaciones pertinentes a efectos que se resuelva el recurso de apelación que corresponda.
En caso que no haberse proporcionado los recaudos necesarios, mínimamente deberán ser remitidos al
Tribunal de apelación: a) Copia del acta de audiencia de medidas cautelares, b) Copia del Auto que disponga
las medidas cautelares; y, c) Copia del mandamiento de detención preventiva del o los imputados, a efectos
de dar continuidad inmediata al trámite de apelación; y,
ii) Sin perjuicio de cualquier determinación que viabilice la continuidad con el trámite de
apelación, adoptar la diligencia necesaria a efectos de dar curso a la tramitación de la apelación formulada
de manera inmediata, independientemente de las medidas a adoptarse para exigir el cumplimiento de los
recaudos de ley por parte del apelante.
A su vez la parte apelante:
1) Deberá proporcionar los recaudos necesarios para remitir las actuaciones que correspondan a la
apelación.
2) Deberá adoptar una actitud diligente a fin de no dilatar el tratamiento de la apelación formulada.
Consecuentemente, ante la falta de remisión de los recaudos de ley, lo que corresponde es dar la continuidad
inmediata al trámite de la apelación de la medida cautelar en resguardo del derecho a libertad y al principio
de celeridad procesal, sin perjuicio de las facultades conducentes para exigir el cumplimiento de los
recaudos de ley, en el entendido que ante el incumplimiento por parte del apelante en no proveer los
recaudos de ley, se suma la actitud pasiva de la autoridad judicial, que genera una obstaculización indebida
en la tramitación del recurso de apelación, al originar la paralización de su trámite, lo que supone -se reitera-
no sólo una dilación indebida e injustificada que pone en riesgo indebido la libertad personal, al provocar
un estado de indefinición jurídica, sino una obstaculización en el ejercicio del derecho a recurrir de los
fallos con su grave afectación al derecho a la libertad física y el debido proceso” (las negrillas nos
corresponden).
III.4. Análisis del caso en concreto
Los razonamientos expuestos en los Fundamentos Jurídicos precedentes, son aplicables a la problemática
de autos, en la que el representante del accionante denuncia actuaciones ilegales de Juez demandado,
centrándose las mismas en la omisión en la que habría incurrido al no remitir -dentro del proceso penal que
se le sigue por el delito de estafa con víctimas múltiples- los antecedentes de la causa a la instancia superior,
para la consideración del recurso de apelación que formuló contra la Resolución que determinó su detención
preventiva; transcurriendo, de acuerdo a lo que alegó, desde la dictación de dicho fallo -15 de agosto de
2013-, hasta la interposición de la presente acción tutelar -10 de septiembre de igual año-, veinticinco días,
en los que no pudo obtener la revisión de su situación jurídica, por la dilación y demora injustificada en la
que habría incurrido la autoridad judicial.

Por su parte, el Juez demandado, en el informe presentado a efectos de desvirtuar los extremos denunciados
en su contra en la acción tutelar, manifestó que no obstante que no derivó la apelación ante la Sala Penal
de turno del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, ello sería atribuible al accionante, quien
no proveyó los recaudos necesarios para las fotocopias legalizadas necesarias a dicho efecto, no siendo por
ende, permisible -según enfatizó- acusarle de dilación injustificada e indebida, al haber cumplido su
autoridad todos los plazos procesales, no habiendo lesionado derecho alguno del actor.

Ahora bien, del detalle efectuado en las Conclusiones del presente fallo, se evidencia que, el accionante fue
sometido a un proceso penal a denuncia de Presilia Fernández Huarachi y otros, quienes atribuyeron en su
contra la presunta comisión del delito de estafa con víctimas múltiples. En dicha causa, imputado
formalmente, se celebró la audiencia cautelar, en la que el Juez demandado, dispuso su detención
preventiva, al constar los riesgos procesales de fuga y de obstaculización, además de concurrir lo previsto
en el art. 233.2 del CPP. Conocida dicha decisión, el defensor técnico del actor, formuló apelación
oralmente, a lo que se decretó, ordenando la remisión de actuados ante la Sala Penal de turno
correspondiente.

Empero de dicha disposición, se comprueba de lo aseverado por el representante del accionante, en la


demanda tutelar, corroborado por el informe del Juez cautelar demandado, que efectivamente hasta la fecha
de su presentación, no se habían remitido aún los actuados procesales pertinentes al tribunal superior,
imposibilitando la consideración del recurso de apelación formulado; lo que de acuerdo a lo expresado por
la autoridad judicial demandada, tendría sustento en la falta de recaudos que no fueron provistos por el
actor.

Así las cosas, se evidencia del marco normativo aplicable y la jurisprudencia constitucional glosada en el
Fundamento Jurídico anterior que, evidentemente el accionante sufrió un menoscabo en su derecho a la
libertad, al haberse vulnerado éste, además del principio de celeridad, por la demora excesiva en la remisión
de antecedentes de actuados a la instancia superior, a efectos de la consideración del recurso de apelación
que se interpuso contra la medida restrictiva de libertad, el que incluso, hasta la fecha de presentación de
esta acción de defensa, no había sido ni siquiera enviado, incumpliendo lo dispuesto en el art. 251 del CPP,
que prevé que presentada la apelación, el juez cautelar debe despachar las actuaciones pertinentes ante el
Tribunal Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas, a efectos que, el tribunal de
apelación, lo resuelva dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior.

Lo expuesto, exigía que la autoridad judicial hoy demandada, actúe con la celeridad y prontitud debida,
más aun considerando los derechos en juego, al tratarse de una solicitud relacionada con el derecho a la
libertad, que conforme a lo determinado por la jurisprudencia, merece una respuesta oportuna respetando
los derechos fundamentales y garantías constitucionales del procesado, cuya detención preventiva, no debe
implicar en ningún caso, una condena prematura; por lo que, de acuerdo a lo consignado en los
Fundamentos Jurídicos precedentes, la diligencia a la que debe ceñir su actuar, un juez cautelar, no se limita
al señalamiento de la audiencia de consideración de la solicitud de cesación de detención preventiva, sino
que se extiende incluso al trámite de impugnación, el que debe ser efectuado dentro de los plazos procesales
previstos en la norma, siendo que precisamente lo que se impetra se revise, es la situación jurídica del
imputado, la que podría cambiar posteriormente a su conocimiento por el tribunal superior.

En este punto cabe precisar que, el argumento del Juez demandado, en cuanto a que obró en ese sentido,
por falta de la provisión de los recaudos de ley, no encuentra justificativo alguno, siendo precisamente en
mérito al principio de gratuidad instituido en nuestra Norma Suprema, y de un equilibrio y ponderación de
los derechos e intereses en juego, este Tribunal concluyó en otras problemáticas similares resueltas con
anterioridad que, en mérito a este principio, que debe ser reflejado y plasmado de manera progresiva en el
Estado, si bien el imputado está constreñido en su beneficio a proveer los recaudos necesarios a objeto de
la remisión de su apelación incidental ante la autoridad jurisdiccional de grado superior, el juez cautelar no
puede de modo alguno, dificultar o entorpecer la tramitación de un recurso ya concedido, bajo el sustento
de dicha omisión, lo que provocaría que sea él quien cause una dilación procesal en desmedro de los
derechos fundamentales del procesado, al esperar que acuda al juzgado a cumplir con la carga de suministrar
valores, sin considerar el principio de gratuidad y el derecho a la libertad que se encuentra de por medio.

Por ende, en el caso de examen, el demandado actuó en total desconsideración de los derechos del imputado,
obrando con pasividad y desidia, al no observarse siquiera que hubiera decretado en sentido que el actor
debía proveer los recaudos de ley ni haberlo conminado en ese sentido; dejando transcurrir veinticinco días
en los que no remitió los antecedentes pertinentes al tribunal superior, para la consideración del recurso de
apelación que presentó contra la decisión de su detención preventiva. De esa manera, se reitera, no sólo se
incurrió en una dilación indebida e injustificada, sino que se puso en riesgo indebido la libertad personal
del accionante, al provocarle un estado de indefensión de su situación jurídica, transgrediendo a su vez su
derecho a recurrir; cuando lo que correspondía ante la falta de provisión de los recaudos de ley, era dar
continuidad al trámite de la apelación, sin perjuicio de las facultades que tenía el juzgador para lograr el
cumplimiento de los mismos. En ese sentido, la jurisprudencia constitucional estableció que el tribunal de
alzada puede imponer la observancia de la formalidad omitida, previa notificación a las partes, en el juzgado
de origen; o, que la causa debe proseguir con cargo a reintegro; es decir, sujeto a regularización en tiempo
posterior a la remisión del expediente; circunstancias que exigen entonces que, la autoridad judicial
competente, tome las medidas pertinentes a efectivizar la remisión de actuados procesales a la instancia
superior, en resguardo del principio de celeridad y a la libertad física, asumiendo asimismo, las conducentes
a lograr la posterior provisión de los recaudos debidos al efecto.
Conforme a lo expuesto, se reitera, concierne conceder la tutela impetrada, modificando lo dispuesto por el
Tribunal de garantías, que dispuso la remisión oportuna previa provisión de recaudos de ley, siendo que de
acuerdo a lo desarrollado, el envío de antecedentes debe ser inmediato, y en caso de omitirse la provisión
de recaudos de ley, únicamente despachar los actuados consignados en la SCP 0381/2013, por cuanto a lo
que se propende es al respeto de los derechos fundamentales del procesado, quien merece la consideración
célere de su situación jurídica, teniendo a su alcance la autoridad judicial cautelar, las medidas conducentes
a efectos de lograr el pago posterior de los recaudos, sin entorpecer la consideración de la apelación por la
instancia superior. Un actuar contrario, implica un desconocimiento total de la normativa procedimental
penal así como de la jurisprudencia constitucional en perjuicio de los derechos del imputado, en
inobservancia que por disposición constitucional y de diversos instrumentos internacionales, toda persona
tiene derecho a una justicia pronta, oportuna, transparente y sin dilaciones, que materialice los principios,
valores, derechos y garantías insertos en nuestra Norma Suprema; lo que obliga a que toda labor de los
operadores de justicia sea ejecutada tomando en cuenta los principios que rigen la función de impartir
justicia.
Por las consideraciones precedentes, el Tribunal de garantías al conceder la tutela impetrada, obró
correctamente.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del tribunal Constitucional
plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución de 10 de septiembre de 2013, cursante
de fs. 18 a 20, pronunciada por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de
Cochabamba; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela impetrada, con la modificación que la autoridad
judicial demandada remita inmediatamente los actuados procesales pertinentes a la instancia superior, para
la correspondiente consideración del recurso de apelación presentado por el accionante; de acuerdo a los
Fundamentos Jurídicos expuestos en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
MAGISTRADA
Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani
MAGISTRADO

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SCP 0182-2014 -AL (30-01). (Arraigo y fianza coimo


medidas sustitutivas, celeridad, acción de pronto
despacho)
Publicado en Sentencias Constitucionales Marzo 05 2014

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0182/2014


Sucre, 30 de enero de 2014
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 04645-2013-10-AL
Departamento: Santa Cruz

En revisión la Resolución 37 de 26 de julio de 2013, cursante de fs. 11 a 12 vta., pronunciada dentro de la


acción de libertad interpuesta por Celina Viri Vaca en representación sin mandato de Rubén Barrios
Paniagua contra Primo Felipe Flores Rodríguez, Juez Décimo cuarto de Instrucción en lo Penal del
departamento de Santa Cruz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA


I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 25 de julio de 2013, cursante de fs. 4 a 6, la representante del accionante expresa
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El 11 de julio de 2013, se celebró audiencia de consideración de la cesación de la detención preventiva del


accionante, habiendo conocido dicha solicitud el Juez Decimocuarto de Instrucción en lo Penal del
departamento de Santa Cruz -en suplencia legal-, hoy demandado, quien dictó Resolución declarándola
procedente, imponiéndole medidas sustitutivas a la medida restrictiva de su libertad, de conformidad a los
arts. 239.1 y 250 del Código de Procedimiento Penal (CPP), en relación al art. 240 de dicha norma,
disponiendo su arraigo y la fianza de Bs20 000.- (veinte mil bolivianos); cuestiones que le compelían
cumplir en el marco de la previsión contenida en el art. 245 del Código citado, a fin de efectivizar su
libertad.

Agrega que, a ese efecto, “ todos los días desde hacen más de 13 días” , los abogados y familiares del
accionante, acudieron al Juzgado aludido, pidiendo la entrega de la autorización para realizar el depósito
judicial de la fianza, así como el mandamiento de arraigo respectivo, presentando incluso a ese fin, el
memorial de 12 de ese mes y año, indicándoles el personal subalterno, de forma verbal, que el acta y copias
legalizadas que se requerían, estaban “ para ser firmadas por el Sr. Juez” ; aspecto falso, siendo que no
consta la existencia de ninguna providencia ni acta y mucho menos se procedió a la otorgación de la orden
para el depósito referido, obviándose asimismo, la remisión de actuados al Juzgado de origen -Décimo
Segundo cautelar-, cuyo titular no conoció esa petición, por vacación judicial, evidenciándose de la
presentación de otro escrito de 19 de igual mes y año, que el proceso no se encontraba en el mismo.

Finaliza señalando que, al no existir otra vía para el restablecimiento de los derechos del accionante, acude
a la acción de libertad de pronto despacho, que busca la efectivización de una justicia plural, pronta,
oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones, máxima inobservada por el demandado, quien además no
habría considerado en su actuar, el delicado estado de salud del accionante, internado en ese momento en
la clínica “ Bilbao” , por cuanto con la omisión en la entrega de los documentos respectivos que requería
para cumplir con las medidas sustitutivas de arraigo y fianza, atribuible a la autoridad judicial demandada,
corría el riesgo de ser trasladado nuevamente a la cárcel, con el peligro de no lograr la atención debida a
sus problemas de salud, al no tener donde pedir la ampliación de su tratamiento, en desmedro de sus
derechos a la vida y a la salud. Teniéndose comprobadas -según concluye- las dilaciones indebidas que
sufrió a objeto de hacer efectiva su libertad, no justificadas de modo alguno.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados


La representante la vulneración de los derechos del accionante a la libertad y a la vida -éste en relación a la
salud-, citando al efecto los arts. 8, 9, 13.IV, 22, 23, 115, 178.I, 180.I, 256 y 410 de la Constitución Política
del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se le conceda la tutela que impetra, ordenando la remisión inmediata del proceso penal seguido en
su contra, al Juzgado de origen -Décimo Segundo cautelar-, a efectos que radicado en dicha instancia, se le
permita sin mayor dilación, oblar la caución de fianza entregándole la autorización respectiva a efectos de
realizar el depósito judicial, así como el mandamiento de arraigo correspondiente, oficiado a Migración,
para posteriormente, cumplidas dichas medidas sustitutivas, se expida mandamiento de libertad,
restituyendo su derecho de manera inmediata, bajo prevenciones de ley. Con costas, daños y perjuicios.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías


La audiencia pública de consideración de la presente acción de defensa se realizó el 26 de julio de 2013,
según consta en el acta cursante de fs. 10 a 11, produciéndose los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
El abogado del accionante, ratificó el tenor íntegro de la acción de defensa presentada, insistiendo en la
dilación ocasionada por el Juez demandado, que le impidió a su defendido, hacer efectiva su libertad, hasta
el momento de la interposición de la presente garantía constitucional, pese al transcurso de más de trece
días de los que se benefició de las medidas sustitutivas de fianza, arraigo y otras, dos primeras a cuyo efecto,
debían entregarle la autorización para realizar el depósito judicial respectivo y el mandamiento de arraigo
dirigido a Migración, para el cual no debía esperarse la transcripción del acta de consideración de la
cesación de la detención preventiva del actor. Enfatizó además que, la solicitud para proceder en ese sentido,
fue cursada al Juez demandado el 12 de julio de 2013, cuando aún era competente en el caso, no siendo
válido el pretexto de que aún se encontraba en transcripción el acta respectiva, la que además no se entregó
hasta esa fecha, al Juez titular, incumpliendo con la remisión oportuna del proceso al Juzgado de origen, lo
que imposibilitó que su cliente efectivice su libertad, en desmedro de los derechos que invoca y en especial,
sin considerar su delicado estado de salud, comprobado por los certificados médicos que denotan que “ …en
cualquier momento puede ocurrir lo inesperado como es la pérdida de su vida, porque sufre de arritmia
cardiaca” .

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

Primo Felipe Flores Rodríguez, Juez Décimo cuarto de Instrucción en lo Penal del departamento de Santa
Cruz, demandado en la presente acción de libertad, presentó el informe escrito cursante a fs. 9, rechazando
todos los extremos vertidos por la representante del accionante en la demanda tutelar, manifestando a su
vez que había perdido competencia en la causa penal seguida por el Ministerio Público y “ otros” contra
el actor, por la presunta comisión del delito de estafa agravada -el 15 de julio de 2013-, del que tuvo
conocimiento por la vacación judicial, en la que actuó en suplencia de su similar Décimo Segundo.

I.2.3. Resolución

La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituida en Tribunal de
garantías, pronunció la Resolución 37 de 26 de julio de 2013, cursante de fs. 11 a 12 vta., por la que concedió
la tutela solicitada por la representante del accionante, ordenando que la autoridad judicial demandada,
remita en el plazo de veinticuatro horas, los antecedentes correspondientes al proceso penal seguido por el
Ministerio Público, a instancia de Ana María “ Valdivieso” y “ otros” , contra el accionante, por la
supuesta comisión del delito de estafa, al Juez titular de la causa -Juez Décimo Segundo de Instrucción en
lo Penal de ese departamento-, a efectos que dicha autoridad a su vez, atienda la solicitud del imputado en
igual plazo, emitiendo los documentos “ existentes” en la boleta de depósito judicial y el mandamiento de
arraigo respectivo, otorgándole así la posibilidad de hacer efectiva su libertad conforme a lo dispuesto en
la normativa procedimental penal. La Resolución se dictó en base a los siguientes fundamentos: a) De los
datos del expediente, se observa que el Juez demandado, inobservó los arts. 115.II, 178.I y 180.I de la CPE,
que consagran el acceso a una justicia pronta, oportuna y sin dilaciones, siendo que no cumplió en sus
funciones, los plazos y términos establecidos en el Código de Procedimiento Penal, tanto para evacuar las
actas como en la remisión de antecedentes del proceso ante el Juez titular de la causa, una vez concluido el
motivo legal por el que asumió su conocimiento, por efecto de la vacación judicial; b) Al no proceder a la
remisión citada, se vulneró el derecho a la libertad del actor, en lesión además de los principios de celeridad,
y -se reitera- de una justicia pronta, oportuna y sin dilaciones, al haber impedido por causas atribuibles a la
autoridad judicial demandada, que no pudiera efectivizar su libertad; debiendo tomar en cuenta en
consecuencia, la jurisprudencia constitucional sentada por el órgano de constitucionalidad que prevé que
toda solicitud vinculada con la libertad debe ser resuelta en un plazo razonable, no siendo posible alegar
excesiva recarga procesal, ya que si bien ésta impide u ocasiona en ciertas oportunidades, la imposibilidad
de cumplir plazos procesales, en la mayoría fijados en veinticuatro horas o tres días; este plazo, en atención
a dichos motivos, según disposición del Tribunal Constitucional Plurinacional, fue ampliado “ entre tres a
cinco días” ; y, c) Lo expuesto, amerita la concesión de la tutela impetrada a fin de hacer efectiva la libertad
del accionante, dispuesta previo cumplimiento de las medidas sustitutivas que se le impuso.

II. CONCLUSIONES
De la atenta revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, además de lo aseverado
por las partes accionante y demandada, se establece lo siguiente:
II.1.Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público a denuncia de Ana María “ Valdivieso” y
otros, contra el accionante, por la supuesta comisión del delito de estafa; el imputado solicitó la cesación
de su detención preventiva, a cuya consecuencia, se celebró la audiencia de 11 de julio de 2013, en la que
el Juez Décimo Cuarto de Instrucción en lo Penal del departamento de Santa Cruz, en suplencia legal de su
similar Décimo Segundo -por vacación judicial-, dictó Resolución declarando la procedencia de la cesación
de dicha medida restrictiva de libertad, imponiéndola las medidas sustitutivas de arraigo, fianza de Bs20
000.-, prohibición de comunicación con las víctimas y presentación periódica ante el Fiscal de Materia,
entre otras (fs. 4; 10 vta.)

II.2. Por memorial presentado el 12 de julio de 2013, el actor solicitó fotocopias legalizadas del acta y
Resolución de cesación de su detención preventiva; impetrando asimismo en el otrosí, el respectivo
mandamiento de arraigo y la orden de depósito judicial a efectos de oblar la fianza impuesta, documentos
necesarios que requería para hacer efectiva su libertad en el marco de lo dispuesto en el art. 245 del CPP;
haciendo mención de igual manera al art. 132 inc. 1) de ese Código, que prevé que las providencias de mero
trámite deben ser dictadas en el plazo de veinticuatro horas de su presentación, norma que -según añadió-
debía ser cumplida más aún si se observaba que su abogada esperó todo ese día por el mandamiento y orden
de depósito aludidos, que supuestamente no le fueron entregados “ …por las recargadas labores del
personal…” (sic) y de la autoridad judicial demandada (fs. 2). No consta respuesta ni proveído alguno a
dicho memorial.

II.3.Conforme a lo aseverado por el Juez demandado en el informe descrito, conoció únicamente el caso
penal de referencia, en suplencia legal de su similar Décimo Segundo, por vacación judicial; habiendo
perdido competencia desde el 15 de julio de 2013, al reiniciarse las labores judiciales (fs. 9).

II.4.De acuerdo a lo afirmado por el accionante, desde el 12 de ese mes y año, sus abogados y familiares
acudieron al Juzgado Décimo Cuarto cautelar, requiriendo la otorgación de lo impetrado por memorial de
esa misma fecha, transcurriendo trece días desde la dictación de la Resolución de 11 de julio de 2013 -que
dispuso la cesación de su detención preventiva-, sin obtener respuesta formal alguna de la autoridad judicial
demandada, impidiéndole hacer efectiva su libertad al no contar con el mandamiento de arraigo ni la orden
de depósito judicial; sin tomar en cuenta asimismo su delicado estado de salud, recibiendo únicamente
como respuesta que el acta y copias legalizadas que solicitó se encontraban para firma del Juez cautelar, no
existiendo aún providencia ni acta y mucho menos remisión al Juzgado de origen, cuyo titular reasumió
competencia de la causa, a partir del 15 del citado mes y año (fs. 4; 10 vta.).

II.5.Al no obtener respuesta alguna a sus peticiones ante el Juez demandado, mediante memorial presentado
el 19 de igual mes y año, dirigido al Juez Décimo Segundo cautelar, el actor solicitó a dicha autoridad la
emisión del mandamiento de arraigo respectivo y la orden de depósito judicial para pagar la fianza impuesta
(fs. 3).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante denuncia la vulneración de sus derechos a la libertad y a la vida -éste en relación a la salud-,
denunciando que pese a que se dispuso la cesación de su detención preventiva dentro del proceso penal que
se le sigue por la presunta comisión del delito de estafa, ordenándose la imposición de las medidas
sustitutivas de arraigo, fianza y otras, no pudo hacer efectiva su libertad por causas atribuibles a la autoridad
demandada, quien no obstante a sus peticiones verbales y escrita de 12 de julio de 2013, no le entregó el
mandamiento de arraigo respectivo ni la orden de depósito judicial de la fianza de Bs20 000.-. Así tampoco,
procedió a la remisión de los actuados del proceso, una vez reasumida la competencia del Juez titular, a
partir del 15 de ese mes y año, al reiniciarse las labores judiciales en el departamento de Santa Cruz,
imposibilitándole en consecuencia, lograr la materialización de su libertad, sin considerar incluso su
delicado estado de salud por el que se encontraba en la clínica “ Bilbao” ; corriendo el riesgo de ser recluido
nuevamente. En consecuencia, compele en revisión verificar si tales extremos son evidentes, a fin de
conceder o denegar la tutela impetrada.

III.1. Naturaleza jurídica, alcances y ámbito de protección de la acción de libertad: Presupuestos


de activación
La Constitución Política del Estado, instituye dentro de las “ Acciones de Defensa” , a la acción de libertad
-que encuentra fundamento asimismo, en instrumentos normativos de orden internacional que forman parte
del bloque de constitucionalidad, según prevé el art. 410.II.2 de la Norma Suprema-, precisando: “ Toda
persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente
procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o
escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal
competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se
restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad” (art. 125). En ese orden, el art.
46 del Código Procesal Constitucional (CPCo), prevé en cuanto a su objeto que está destinada a:
“ …garantizar, proteger o tutelar los derechos a la vida, integridad física, libertad personal y libertad de
circulación, de toda persona que crea estar indebida o ilegalmente perseguida, detenida, procesada, presa o
que considere que su vida o integridad física está en peligro” .

Destaca en la ingeniería dogmática de esta garantía jurisdiccional, tal como se estableció en la


jurisprudencia sentada por este Tribunal, entre otras, en la SCP 0037/2012 de 26 de marzo, que la misma
se halla diseñada sobre dos pilares esenciales. El primero, en cuanto a su naturaleza procesal, caracterizada
por una tramitación especial y sumarísima reforzada por la inmediatez en la tutela, informalismo,
generalidad e inmediación, procediendo contra servidores públicos o personas particulares, sin reconocer
fueros ni privilegios. El segundo, alusivo a los presupuestos de activación que la configuran, resumidos en
cuatro de acuerdo al art. 125 de la Ley Fundamental, consistentes en: “ …a) Atentados contra el derecho a
la vida; b) Afectación de los derechos a la libertad física de locomoción; c) Actos y omisiones que
constituya procesamiento indebido; y, d) Acto u omisión que implique persecución indebida.

En correspondencia a lo expuesto, el art. 47 del CPCo, dispone que la acción de libertad es factible cuando
la persona afectada considere que: “ 1. Su vida está en peligro; 2. Está ilegalmente perseguida; 3. Está
indebidamente procesada; 4. Está indebidamente privada de libertad personal” . Infiriéndose de las normas
señaladas, su triple carácter tutelar: Preventivo, que responde a frenar una lesión ante una inminente
detención indebida o ilegal, impidiendo que se materialice la privación o restricción de libertad; correctivo,
que opera a efecto de evitar se agraven las condiciones de una persona detenida, sea en virtud de una medida
cautelar o en cumplimiento de una pena impuesta en su contra; y, reparador, que busca reparar una lesión
ya consumada; es decir, que resulta viable ante la verificación de una detención ilegal o indebida como
consecuencia de la inobservancia de formalidades legales.

III.2. De la acción de libertad traslativa o de pronto despacho: Principios inherentes a la misma


que se vulneran en casos de dilación en solicitudes que involucran el derecho a la libertad
Desplegados la naturaleza jurídica, los alcances, el ámbito de protección y los presupuestos de activación
de la acción de libertad; concierne referirse a su tipología, en la que se identifica, la traslativa o de pronto
despacho, desarrollada por la jurisprudencia constitucional emitida por el antes denominado Tribunal
Constitucional, como el medio procesal idóneo para las partes tendente a lograr la aceleración de los
trámites judiciales o administrativos en caso de constatar la existencia de dilaciones indebidas en restricción
del principio de celeridad y en consecuencia, del derecho a la libertad, cuando se advierta retardación en la
solución de la situación jurídica de la persona privada de este derecho; todo ello en consideración de la
obligación que constriñe a las autoridades sean éstas judiciales o administrativas, de aplicar y concretizar
los valores y principios constitucionales insertos en la Norma Suprema. En ese marco, la presente garantía
constitucional, se viabiliza a fin de precautelar los derechos que tutela, para así evitar y reparar conductas
que incurren en demora en desmedro de las personas cuya libertad está privada; las que a su vez, lesionan
el principio de celeridad y el “ ama qhilla” , que rigen en la actualidad como máximas que deben ser
observadas en el Estado Plurinacional de Bolivia; cuestiones que deben ser consideradas por toda autoridad
que conozca pedidos vinculados a la libertad física, otorgándoles la debida celeridad e impulso para su
efectivización. Es necesario precisar en este punto que, la exigencia de conocer céleremente las peticiones
de los privados de libertad, se incrementa aún más cuando se advierte que está en riesgo también el derecho
a la vida, tutelado también por esta acción de defensa, o indistintamente por la acción de amparo
constitucional, siendo que el gran valor que merece, compele a un actuar más diligente de parte de las
autoridades judiciales y administrativas, ante una amenaza inminente que la ponga en peligro.

En ese orden, al haberse advertido que las actuaciones citadas, que incurren en demora en la resolución de
las peticiones que involucran el derecho a la libertad física, transgreden de igual manera el principio de
celeridad y el 'ama qhilla', cabe hacer referencia a los mismos en los siguientes párrafos.

III.2.1. Principio de celeridad


El art. 178.I de la Ley Fundamental, prevé: “ La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y
se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad,
celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación
ciudadana, armonía social y respeto a los derechos” . A su vez, el art. 180.I del texto constitucional,
establece que: “ La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de gratuidad,
publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia,
accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e igual de las partes ante el juez” ; determinando
el art. 115.II de la CPE, la obligación del Estado de garantizar: “ …el derecho al debido proceso, a la defensa
y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones” (negrillas añadidas).

De las normas constitucionales glosadas, se establece claramente que, los administradores de justicia, están
obligados en sus funciones, a evitar retardaciones o dilaciones indebidas, ilegales e innecesarias, en
desmedro del derecho a la libertad, en aquéllos casos en los que estén vinculados al mismo -ahondándose
más la exigencia en el caso de personas cuya vida corre una amenaza inminente por un deterioro en su
salud-, más aun considerando que por lógica, las personas que intervienen en un proceso, esperan la pronta
definición de su situación jurídica -sea en caso de la imposición de medidas cautelares, apelaciones,
efectivización de la libertad o peticiones de cesación a la detención preventiva-.

En ese marco, este principio se halla regulado también en diversos instrumentos internacionales, como en
la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 8.1) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos (PIDCP)[art. 14.3 inc. c)], los que instituyen el derecho que tiene toda persona a ser juzgada en
un proceso sin dilaciones indebidas. Su inobservancia, provoca la vulneración del derecho a la libertad,
consagrado en el art. 23.I de la Ley Fundamental, al no imprimir la celeridad oportuna a una solicitud que
involucra este derecho de vital importancia para las personas, siendo que además la Norma Suprema,
presume la inocencia del encausado durante toda la tramitación del proceso penal seguido en su contra (art.
116.I), por lo que la detención preventiva no debe constituirse en una condena prematura en desmedro de
los derechos de los implicados.

III.2.2. El 'ama qhilla' como principio ético - moral


En relación al principio de celeridad, se encuentra el 'ama qhilla', establecido en la Constitución Política
del Estado, en su Capítulo Segundo “ Principios, valores y fines del Estado” , art. 8.I, al determinar que el
nuevo Estado Plurinacional de Bolivia: “ …asume y promueve como principios ético-morales de la
sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma
qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), tekokavi (vida buena), ivimaraei (tierra sin mal) y
qhapajñan (camino o vida noble)” (negrillas agregadas); máximas milenarias que conforme puntualizó la
SCP 0015/2012 de 16 de marzo: “ …fueron constitucionalizadas y resumen de manera extraordinaria la
moral que toda persona, natural o jurídica debe practicar en todas sus actividades. En ese sentido, se hace
énfasis en el principio del ama qhilla, que establece una conducta de vida diligente que debe observar todo
individuo, con mayor razón un servidor público como es el juez, del cual debe exigirse una actitud acuciosa
en la administración de justicia, sobre todo cuando afecta a un vivir bien, así como a una vida armoniosa.

Los principios ético morales constitucionalizados: 'ama qhilla', ama llulla y ama suwa', vinculados entre sí,
constituyen directrices de obligada observancia por los servidores de justicia cuando resuelvan derechos y
garantías constitucionales, están en el deber imperativo de impulsar, ser director y promotor del proceso,
velando su desarrollo, siendo responsables de cualquier demora por su inactividad, impulsando la nueva
justicia en el nuevo Estado Plurinacional" (las negrillas nos corresponden).

Como lógica de dicho razonamiento, resulta claro que el 'ama qhilla' o no seas flojo, cuya aplicación es
directa en la jurisdicción indígena originaria campesina, se relaciona también con los principios de la
administración de justicia y de la jurisdicción ordinaria, por lo que es de cumplimiento obligatorio para las
autoridades de la misma, en el desempeño de sus funciones, estando éstas compelidas a lograr la
materialización y efectivización de los derechos fundamentales de los justiciables. En consecuencia, todo
administrador de justicia debe dirigir su conducta y sus labores, evitando cualquier dilación que provoque
retraso en desmedro de los derechos de los involucrados, con actitudes de desgano, pereza, desidia, etc;
dado que dichos comportamientos no condicen con los principios proclamados en nuestra Norma Suprema
y la adecuada administración de justicia a la que se aspira en el Estado Plurinacional de Bolivia.

En conexitud a lo explicado precedentemente, la SCP 0507/2012 de 9 de julio, dictada en un caso en el que


se impugnó el señalamiento de la audiencia de un incidente de actividad procesal defectuosa que formuló
la entonces accionante -quien se hallaba detenida preventivamente-, para después de un mes y once días de
la solicitud; efectúo consideraciones necesarias a ser observadas por los administradores de justicia en el
conocimiento de los procesos sometidos a su conocimiento, en ese caso específico, en la sustanciación y
tramitación de incidentes y excepciones en materia penal, siendo sin embargo, los razonamientos asumidos
en la misma, aplicables a todos los casos que involucren solicitudes vinculadas con la libertad y la vida,
debiendo en consecuencia priorizarse la atención de los detenidos preventivamente, por la supresión que
sufren en su libertad y también de aquellos procesados que impetren cuestiones relativas a su derecho a la
vida, derecho que tiene toda persona al ser y a la existencia, al cual podría provocarse un grave perjuicio
irreparable, en el supuesto de no merecer una respuesta oportuna a requerimientos que se hallen
relacionados a éste.

En ese orden de ideas, la Sentencia Constitucional Plurinacional citada, expresó: “ Para impartir justicia
conforme imponen los mandatos de la Constitución Política del Estado, las autoridades jurisdiccionales
deben cultivar los valores y principios que son la base del nuevo documento constituyente, el cual contiene
una vocación axiológica, principista y finalista que configura un Estado sustentado en valores y principios
con una convicción progresista en relación a la clásica confección estatal de tipo positivo; dicho de otro
modo, nuestra Carta Fundamental construye el Estado Plurinacional sobre la base de valores, principios y
principios ético morales, que erigen una sociedad respetuosa de la libertad, la igualdad, la equidad y la
justicia, los cuales se encuentran previstos en muchos de los artículos del texto constitucional, además del
Capítulo Segundo del Título Primero, de la Primera Parte, titulado: 'Principios, Valores y Fines del Estado'.

En ese contexto, de la lectura del texto constitucional, es posible identificar valores y principios en los arts.
1, 2, 11, 178, 180, 186, 190, 196 y otros del documento constitutivo del Estado Plurinacional boliviano;
muchos de esos principios son dedicados con exclusividad a la función de impartir justicia, siendo
imprescindibles en la labor jurisdiccional, por lo que se constituyen en la dogmática constitucional
inexcusable en todo acto judicial. Por ello, este Tribunal afirma que la labor del juez sólo será acomodada
a la Constitución Política del Estado, cuando cada uno de los actos jurisdiccionales sea ejecutado tomando
en cuenta los principios que rigen la función de impartir justicia; a tal efecto, no es suficiente la simple
enunciación de los principios constitucionales rectores de la jurisdicción, pues su aplicación debe ser
verificable por medios de la racionalización y análisis del acto jurisdiccional; de modo tal, que el usuario
del sistema judicial, luego de cumplidos los actos jurisdiccionales, pueda percibir en los resultados de tal
actuación, la vigencia y materialización de los principios constitucionales que otorgan validez a los eventos
judiciales.

(…)

Conforme a lo afirmado, este Tribunal arriba al siguiente convencimiento: la aplicación del principio de
celeridad, también obliga a las autoridades jurisdiccionales a otorgar pronta respuesta a la tramitación de
incidentes procesales, actuando de forma oportuna de acuerdo a la necesidad que emerja de la evaluación
de la situación particular de cada caso; la prontitud, necesariamente implica actuación antes del
cumplimiento del plazo y a la brevedad posible; así, siendo una situación común que los jueces atiendan
varios casos al mismo tiempo, deberán priorizar la atención de excepciones e incidentes de quienes se
encuentren detenidos preventivamente, por la supresión del derecho a la libertad de que son objeto, siendo
merecedores de que dicha autoridad abrevie los plazos procesales resolviendo sus peticiones y solicitudes”
(las negrillas son nuestras).

Enfatizando nuevamente que si bien el fallo constitucional glosado, se refiere a la atención célere de las
excepciones e incidentes de quienes se encuentren detenidos preventivamente, resulta lógico que dicho
actuar debe ser siempre la regla, en todas las peticiones que involucren el derecho a la libertad y a la vida,
dados los principios que involucran, postulados por nuestra Norma Suprema.

III.3. Del arraigo y la fianza como medidas sustitutivas a la detención preventiva: Exigencia de la
autoridad judicial de emitir el respectivo mandamiento de arraigo y el depósito judicial, céleremente,
a objeto que el imputado efectivice su libertad
Desarrollada la jurisprudencia dictada por este Tribunal, en cuanto a la obligación que tienen todas las
autoridades judiciales de atender con celeridad las solicitudes que involucren el derecho a la libertad, de los
detenidos preventivamente, observando que dicha medida restrictiva de libertad, no debe implicar una
condena prematura en menoscabo de los involucrados en un proceso penal; corresponde referirse al arraigo
y a la fianza -como medidas sustitutivas reconocidas, entre otras, en el Código de Procedimiento Penal, en
los casos en que existan nuevos elementos que la desvirtúen o no sea procedente la misma en el marco del
art. 232 de esa norma-, al haberse impuesto esas medidas al hoy accionante, quien denuncia que a
consecuencia de su no efectivización, por omisión del demandado, de expedir oportunamente, el depósito
judicial ordenando el pago de la fianza y el mandamiento de arraigo a efectos de lograr el cometido en
oficinas de Migración, se estaría vulnerando su derecho a la libertad y a la vida, al estar ésta deteriorada,
encontrándose en el momento de la interposición de su acción tutelar, en la clínica “ Bilbao” .

Bajo esas precisiones, debe tenerse en cuenta lo establecido en la SCP 0339/2012 de 18 de junio, que en
cuanto a la detención preventiva, y el principio por el que la misma, no debe constituirse en una condena
prematura, aludió refiriéndose a doctrina emitida al respecto, que: “ …como pone de manifiesto Silvia
Barona, 'la proclamación de excepcionalidad y del carácter restrictivo que efectúa el Código procesal de la
detención preventiva no queda como una mera declaración programática sino, antes al contrario, lleva
pareja una decisión legal de que así sea', «estas medidas se convierten en un sustituto de la detención
preventiva, son menos gravosas pero sirven al fin de sujetar al sujeto pasivo durante la tramitación del»” .

Dentro de las medidas sustitutivas consignadas en el art. 240.3 y 6 de la normativa procedimental penal, se
tiene el arraigo y la fianza económica, al establecer dichas normas a su turno, lo siguiente: “ Prohibición
de salir del país de la localidad en la cual reside o del ámbito territorial que fije el juez o tribunal, sin su
autorización, ordenando el arraigo a las autoridades competentes” y “ Fianza juratoria, personal o
económica. La fianza económica podrá ser prestada por el imputado o por otra persona mediante depósito
de dinero, valores, constitución de prenda o hipoteca” .

Sobre el arraigo, SCP 0559/2012 de 20 de julio, señaló: “ …el arraigo efectivamente es una medida cautelar
de carácter temporal, misma que constituye un medio de restricción o limitación al ejercicio del derecho
fundamental de locomoción o de libre tránsito, entendido éste como la libertad del hombre de poder
mantenerse, circular, transitar, salir de su radio de acción cuando él así lo desee; situación prevista
constitucionalmente por el art. 21.7 de la CPE, la cual establece que el derecho 'a la libertad de residencia,
permanencia y circulación en todo el territorio boliviano, que incluye la salida e ingreso del país'. Por ello,
es una medida sustitutiva a la detención preventiva que limita el ejercicio de un derecho fundamental, por
eso mismo y a la luz de los valores y principios de la Constitución que irradian en nuestro ordenamiento
jurídico, en el marco previsto por los arts. 7, 221 y 222 del CPP, su aplicación deberá efectuarse con criterio
restrictivo y cumpliendo con las condiciones de validez legal previstas por las normas procesales
respectivas. Empero, una vez aplicada la medida en el marco referido, su cumplimiento es obligatorio para
el imputado o procesado a quien se impone la medida de arraigo.
…su finalidad es asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la ley;
los sujetos que intervienen en esta medida, son necesariamente el órgano jurisdiccional competente, el
Ministerio Público y el imputado o procesado que debe quedar arraigado, a no ser en otros delitos donde el
Ministerio Público no participa.
…la prohibición abarca la imposibilidad de salir del país, de la localidad en la cual reside o del ámbito
territorial que fije el Juez o tribunal; en este sentido y desentrañando teleológicamente la figura del arraigo,
se tiene que la demarcación geográfica puede corresponder o no al lugar donde se halle el domicilio del
arraigado, pues de lo que se trata no es simplemente mantenerlo en dicho domicilio, sino más bien, de que
no salga del área dispuesta como -demarcación o zona geográfica- temporalmente; así cumplir con la
finalidad de la persecución penal y la efectividad en su materialización, misma que irradia en la justicia y
la propia sociedad” (las negrillas son nuestras).

Continuando la Sentencia Constitucional Plurinacional citada, ahondando más sobre el tema y en específico
sobre la exigencia del cumplimiento de la respectiva certificación que debe otorgar Migración sobre el
registro apropiado del arraigo, que la misma: “ …de ninguna manera constituye una restricción u
obstaculización de la libertad, sino simplemente la verificación por parte del juez o tribunal, de que las
medidas sustitutivas a la detención preventiva impuestas, han sido efectivamente cumplidas conforme a lo
dispuesto por la norma y la resolución judicial correspondiente” ; haciendo especial mención que: “ …claro
está que, quien conozca de la medida de arraigo impuesta, debe actuar con la diligencia debida y no
pasividad, para que de esta forma cumpla y acredite que la medida sustitutiva ha sido plenamente
cumplida” ; y a que, una vez emitido el certificado de arraigo: “ …bajo el principio de celeridad y legalidad,
-la autoridad judicial cautelar- deberá expedir el mandamiento de libertad correspondiente de forma
inmediata, tomando en cuenta que se hayan cumplido otras medidas impuestas a la vez” (negrillas
adicionadas).

Concluyendo finalmente que: “ …a la luz de los valores y principios constitucionales que irradian y
sustentan nuestro ordenamiento jurídico, (…) si bien la efectivizacion de una orden de arraigo se encuentra
sujeta a un trámite previo regulado por el Decreto Supremo 24423, el mismo debe ser materializado en el
menor tiempo posible al encontrarse de por medio el derecho a la libertad y locomoción del interesado,
misma que no podrá ser cumplida en su cabalidad si no existe celeridad en la referida tramitación” (las
negrillas nos corresponden).
Jurisprudencia que si bien hace alusión a la finalidad misma del arraigo, a la exigencia del imputado de
obtener la certificación respectiva de su registro en Migración a efectos que el juez cautelar compruebe el
cumplimiento de dicha medida sustitutiva y a la celeridad que debe imprimirse en el trámite una vez emitida
la orden; es claro que los razonamientos asumidos se extienden a la autoridad judicial que la determina,
ordenando la cesación de la detención preventiva del procesado, imponiéndola, a cuyo fin debe expedir con
la celeridad y diligencia que amerita, el mandamiento de arraigo pertinente, para que con éste, el imputado
acuda a Migración para obtener la certificación a ser presentada a esa autoridad y así lograr rápidamente su
libertad.
Por su parte, sobre la fianza determinada en el art. 240.6 del CPP, y en específico sobre la real, consagrada
en el art. 244 de esa norma procedimental, estableciendo que se constituye con bienes inmuebles o muebles,
valores o dinero, previendo por su parte, el art. 245, que: “ La libertad sólo se hará efectiva luego de haberse
otorgado la fianza” ; la SCP 0559/2013, desarrollada, refirió: “ …para hacer efectiva la libertad,
necesariamente debe haberse otorgado la fianza, sea juratoria, personal o real; sin que posteriormente, el
juez o tribunal que impuso esa medida sustitutiva, pueda establecer otras condiciones o la realización de
nuevas diligencias para dar curso a la libertad, pues ello implicaría el desconocimiento de las propias
determinaciones asumidas por el juzgador y una lesión al derecho a la libertad del imputado.

En ese entendido, la SC 1447/2004-R de 6 de septiembre, ha establecido que: '...para otorgar la libertad


luego de haberse concedido la cesación de la detención preventiva sólo es exigible el cumplimiento de las
medidas sustitutivas que se hubieren aplicado, pues esa es la única condición que ha previsto el legislador,
lo que implica que no puede exigirse el cumplimiento de otras condiciones, requisitos o realización de
diligencias, como condición previa a viabilizar la libertad de los imputados beneficiados con la cesación de
la detención preventiva'.

Conforme a ello, una vez que el imputado ha otorgado la fianza, se materializa el derecho del atribuido a
exigir al Juez su libertad, como también se impone al juzgador la obligación de concederla sin más trámite
(SC 1447/2004-R), y es en ese sentido que debe ser entendida la norma prevista en el art. 245 del CPP.

Bajo esta interpretación, si bien para dar curso a la libertad es necesario acreditar que efectivamente se ha
cumplido con la fianza económica impuesta en la medida sustitutiva; sin embargo de ello, no es menos
cierto que la tramitación del mismo, debe ser resultado de la celeridad y la diligencia debida, al encontrarse
de por medio justamente el derecho a la libertad y de locomoción, razón por la cual, todo juzgado en materia
penal, debe procurarse con todos los documentos que sirvan para hacer cumplir y materializar en su caso,
toda orden emanada por autoridad competente dentro del régimen cautelar reconocido en nuestro sistema
procesal penal y de esta forma otorgar seguridad y certeza en las decisiones asumidas en el proceso; pues
es incomprensible que en algunos juzgados no tengan documentos imprescindibles para la ejecución de
algunos actos procesales, demostrando así, desinterés y por ende negligencia en las funciones que
desempeñan, por ello, el hecho de que no existan en el juzgado documentos necesarios y precisos para
efectivizar o cumplir una medida impuesta por el Juez donde se encuentre bajo condición la libertad, resulta
un acto dilatorio a las pretensiones jurídicas de la parte interesada” (las negrillas nos pertenecen).
Comprensiones que son precisas al respecto, advirtiendo que la autoridad judicial cautelar que impone la
medida sustitutiva de fianza, debe actuar con celeridad, emitiendo con la prontitud debida, la orden para
efectuar el depósito judicial que la materialice, tomando en cuenta que el imputado, debe cumplir la fianza
impuesta a efectos de hacer efectiva su libertad. No siendo razonable ni lógico, que una vez determinada la
cesación de la detención preventiva, el procesado no pueda efectivizar su derecho, por causas dilatorias
atribuibles al juez cautelar, por actitudes de desidia o negligencia que provoquen la persistencia de la
medida restrictiva de libertad.
III.4. Análisis del caso en concreto
Los razonamientos expuestos en los Fundamentos Jurídicos precedentes, son aplicables a la problemática
de autos, en la que la representante del accionante denuncia vulneración de los derechos de éste a la libertad
y a la vida, con el argumento de que pese a que el Juez demandado, le concedió la cesación de su detención
preventiva, imponiéndole -entre otras- las medidas sustitutivas de arraigo y fianza económica, no pudo
efectivizar su libertad, por las dilaciones de la autoridad, a quien atribuye la omisión en expedir céleremente
la orden de depósito judicial de la fianza de Bs20 000.- y el mandamiento de arraigo respectivo para
oficiarlo en Migración. Añadiendo a aquello que, tampoco remitió los actuados del proceso, una vez
reasumida la competencia del Juez titular, a partir del 15 de julio de 2013, inobservando incluso el delicado
estado de salud del accionante, por el que se hallaba internado, con el grave riesgo de ser conducido
nuevamente al Recinto Penitenciario, por incumplimiento de las medidas sustitutivas que se le impuso.
Por su parte, la autoridad demandada refirió en su informe que, perdió competencia en la causa penal
seguida contra el accionante por la presunta comisión del delito de estafa -la que conoció por la vacación
judicial en el departamento de Santa Cruz, en suplencia de su similar Décimo Segundo-, rechazando a su
vez todos los extremos vertidos por su representante en la demanda tutelar; sin referirse en momento alguno,
a los extremos impugnados en su contra, ni presentar prueba alguna que denote que emitió oportunamente
el mandamiento de arraigo ni la orden de depósito judicial para hacer efectiva la fianza.
En ese marco, se evidencia de las Conclusiones descritas en la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional que, el accionante fue sometido a un proceso penal a denuncia de Ana María “ Valdivieso”
y “ otros” , atribuyéndole la supuesta comisión del delito de estafa; habiendo pedido la cesación de su
detención preventiva, en cuyo mérito, el Juez hoy demandado -quién conoció el asunto en suplencia del
Décimo Segundo, por vacación judicial- celebró la audiencia de 11 de julio de 2013, dictando a su
conclusión la Resolución por la que dispuso la cesación impetrada por el accionante, ordenando las medidas
sustitutivas de arraigo, fianza de Bs20 000.-, prohibición de comunicación con las víctimas y presentación
periódica ante el Fiscal de Materia, entre otras. Posterior a ello, al día siguiente -12 de ese mes y año-, el
accionante presentó memorial impetrando fotocopias legalizadas del acta y el fallo respectivo, requiriendo
asimismo, el mandamiento de arraigo y la orden de depósito judicial para hacer efectiva la fianza que se le
impuso, los que no le habían sido entregados, según lo referido a su abogada, “ por las recargadas labores
del personal” y de la autoridad judicial demandada.
A su vez, de lo aseverado por la parte accionante también se evidencia que, desde el 12 de julio de 2013,
sus abogados y familiares asistieron al Juzgado Décimo Cuarto de Instrucción en lo Penal del departamento
de Santa Cruz, insistiendo sobre la entrega de la orden y mandamiento referidos, sin conseguir aquello,
transcurriendo trece días desde que fue beneficiado con la cesación de su detención preventiva hasta la
interposición de su acción de defensa, sin obtener respuesta alguna, lo que le imposibilitó efectivizar su
libertad, inobservando además su estado de salud, que según señala se hallaba deteriorada por la arritmia
cardiaca que padecía. Recibiendo sólo como respuesta, que los documentos se hallaban para firma del Juez
cautelar, reasumiendo la competencia en el proceso, el Juez Décimo Segundo, a partir del 15 de igual mes
y año, a quien incluso se comprueba se presentó un memorial solicitando la entrega del mandamiento y
orden al no haberlas obtenido del demandado, no pudiendo obrar en ese sentido la mencionada autoridad,
por la falta de remisión del expediente a ese Juzgado.
En este punto cabe enfatizar que si bien el demandado presentó informe escrito que cursa a fs. 9, se limitó
únicamente a referir que había perdido competencia, sin desvirtuar en momento alguno, los actos ilegales
atribuidos en su contra, ni referir además nada sobre el mandamiento de arraigo y la orden de depósito
judicial que debía expedir presentando la prueba pertinente que acredite que obró en ese sentido; tomando
en cuenta que desde la emisión del fallo de cesación de la detención preventiva del accionante hasta el 15
de julio de 2013 -fecha en la que perdió competencia-, pudo actuar conforme a lo requerido. Así, no
consideró que la jurisprudencia sentada por este Tribunal, como la SCP 0087/2012 de 19 de abril, dentro
de sus fundamentos concluyó que: “ …la parte demandada se encuentra impelida por su propio interés en
presentar prueba para la desestimación de la acción de libertad cuya negligencia puede incluso dar lugar a
responsabilidad constitucional, más aún cuando la acción este dirigida contra un servidor público en cuyo
caso ya no se trata de una carga procesal sino un deber procesal emergente del art. 235.2 de la CPE, que
establece que las y los servidores públicos deben 'cumplir con sus responsabilidades, de acuerdo con los
principios de la función pública' y el art. 113.II que refiere: 'En caso de que el Estado sea condenado a la
reparación patrimonial de daños y perjuicios, deberá interponer la acción de repetición contra la autoridad
o servidor público responsable de la acción u omisión que provocó el daño'. Es decir, en estos últimos casos
en el ámbito de sus competencias y bajo responsabilidad todo servidor público no sólo cuenta con la
obligación de presentarse a la audiencia, sino presentar conjuntamente a su informe la prueba pertinente a
la acción de libertad, de forma que no provoque que el juez o tribunal de garantías e incluso este propio
Tribunal emitan fallos sobre prueba incierta o basados únicamente en presunciones” (las negrillas nos
corresponden).
Efectuada dicha precisión y glosados los antecedentes del caso, se comprueba que efectivamente, el
accionante fue beneficiado con la cesación de su detención preventiva, el 11 de julio de 2013; sin que hasta
la fecha de interposición de la presente acción tutelar, la autoridad judicial demandada hubiera procedido a
expedir el arraigo y la orden judicial de depósito de la fianza, documentos que requería el actor a efectos
de cumplir las medidas sustitutivas de arraigo y fianza que se le impusieron, para hacer efectiva su libertad,
por lo que debían ser emitidos céleremente al estar vinculados con la misma. Debiendo obrarse aún con
mayor diligencia, observando que el actor se encontraba internado en la clínica “ Bilbao” , por las
afecciones que sufría en su salud, y que de no efectivizar su libertad, corría el riesgo de volver a ser recluido,
en franco desmedro de los derechos que invoca.
Cabe resaltar que, el argumento del demandado, en sentido que perdió competencia en el caso, no tiene
sustento alguno, siendo que desde la emisión de la Resolución de cesación de la detención preventiva hasta
que perdió competencia, transcurrieron tres días, en los que estaba obligado a obrar conforme a lo impetrado
por el accionante, en cumplimiento de los principios constitucionales que rigen en la administración de
justicia del Estado, desarrollados en fundamentos jurídicos anteriores, los cuales exigen que los operadores
de justicia, actúen en sus funciones con la debida celeridad, acuciosidad y preocupación por los intereses
en juego y derechos de los justiciables. Conforme a lo expuesto, corresponde conceder la tutela solicitada
por el impetrante de tutela, por cuanto además de la omisión reiterada del demandado en oficiar los
documentos que requería el actor a efectos de cumplir las determinaciones que él mismo le impuso,
reasumida la competencia del titular, Juez Décimo Segundo, no remitió los antecedentes oportunamente.
Observándose con estas dos actitudes, falta de emisión del depósito judicial y mandamiento de arraigo y
remisión al Juzgado titular, de los antecedentes del proceso, una actitud de desidia que en efectiva lesionó
los derechos del hoy accionante cuya tutela impetra. Es necesario precisar que, la diligencia con la que
deben actuar las autoridades judiciales, en las solicitudes de cesación de detención preventiva, no concluye
con el señalamiento oportuno de la audiencia -veinticuatro horas- ni con su celebración -en tres días-, sino
que debe continuar posteriormente, elaborando oportunamente los documentos necesarios para el imputado
a efectos de cumplir las medidas sustitutivas impuestas a fin de hacer efectiva su libertad. No resultando
lógico que se le exija la observancia de las medidas sustitutivas como requisito para efectivizar su derecho
y al mismo tiempo, se le pongan trabas como la no entrega de órdenes judiciales y mandamientos, para que
el imputado pueda lograr dicho cumplimiento.
En consecuencia, de acuerdo a lo fundamentado ut supra, concierne conceder la tutela solicitada, aprobando
la Resolución del Tribunal de garantías, al evidenciarse incontrastablemente que el demandado no otorgó
la importancia debida a las peticiones del accionante, provocándole perjuicios considerables en la
efectivización de su libertad, por la falta de una respuesta oportuna a sus pretensiones; lo que ocasionó que
no pudiera hasta la fecha de interposición de su acción de libertad, efectuar el depósito judicial de fianza ni
seguir el trámite respectivo en Migración para obtener el certificado de registro de su arraigo, documentos
que le compelían presentar para demostrar el cumplimiento de esas medidas sustitutivas. Actitudes
dilatorias de la autoridad judicial demandada, que implican un desconocimiento total de la normativa
procedimental penal así como de la jurisprudencia constitucional en perjuicio de los derechos del impetrante
de tutela, inobservando que por disposición constitucional y de diversos instrumentos internacionales, toda
persona tiene el derecho a una justicia pronta, oportuna, transparente y sin dilaciones, que materialice los
principios, valores, derechos y garantías consagrados en nuestra Ley Fundamental.

Por las consideraciones precedentes, el Tribunal de garantías al conceder la tutela impetrada, obró
correctamente.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del tribunal Constitucional
Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 37 de 26 de julio de 2013, cursante de
fs. 11 a 12 vta., pronunciada por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa
Cruz, y en consecuencia, CONCEDER la tutela impetrada, en los mismos términos que el Tribunal de
garantías, de acuerdo a los Fundamentos Jurídicos expuestos en la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
MAGISTRADA
Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani
MAGISTRADO

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SCP 0178-2014 -AL (30-01). (Acción traslativa o pronto


despacho, celeridad, nulidad de la imputaciòn formal)
Publicado en Sentencias Constitucionales Marzo 05 2014

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0178/2014


Sucre, 30 de enero de 2014
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 04586-2013-10-AL
Departamento: La Paz
En revisión la Resolución 34/2013 de 28 de agosto, cursante de fs. 25 a 27, pronunciada dentro de la acción
de libertad interpuesta por Marianela Escobar Olivera contra Javier Rolando Chaca Quina, Juez Tercero de
Instrucción en lo Penal del departamento de La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 27 de agosto de 2013, cursante de fs. 3 a 4 vta., la accionante, manifiesta
que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso seguido en su contra por la presunta comisión del delito de estafa, en la audiencia
conclusiva interpuso incidente de actividad procesal defectuosa por defecto absoluto, siendo que, su
declaración informativa no cumplió con las exigencias procedimentales ya que no cuenta con la firma del
Fiscal, lo que refleja la ausencia de dicho sujeto en la merituada declaración.
Así, el juez cautelar-ahora demandado- emitió en la audiencia conclusiva el Auto 392/2013 en el que
declaró la nulidad de obrados hasta la declaración informativa inclusive; ante dicha determinación solicitó
complementación y enmienda, siendo que, no puede seguir la detención preventiva sin imputación y
acusación, por lo que correspondía la libertad inmediata; sin embargo, la autoridad demandada negó dar
curso su libertad con el fundamento que previamente debe ejecutoriarse el Auto que dispone la nulidad de
obrados.

I.1.2. Derecho supuestamente vulnerado

La accionante alega la vulneración a su derecho a la libertad, citando al efecto los arts. 22 y 23.I, IV de la
Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela y se disponga su libertad inmediata, mas el pago de daños y perjuicios.
I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías

Efectuada la audiencia pública el 28 de agosto de 2013, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La parte accionante, ratificó íntegramente los términos de la acción interpuesta.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

Javier Rolando Chaca Quina, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal del departamento de La Paz, a través
del informe escrito cursante a fs. 21 y vta., manifestó que: a) El 21 de agosto de 2013 se llevó adelante la
audiencia conclusiva donde la imputada planteó actividad procesal defectuosa en relación a la declaración
informativa, demostrando que la misma no tendría la firma del representante del Ministerio Público;
evidenciando ese extremo y al constituirse defecto absoluto, es que se dispuso la nulidad de obrados hasta
la declaración informativa inclusive y demás antecedentes; y, b) Si bien posteriormente a la nulidad, la
accionante solicitó la libertad; sin embargo, ejecutoriada la misma, recién se atenderá dicha solicitud,
además, el querellante presentó apelación incidental contra el Auto que dispone la nulidad de obrados,
misma que se encuentra en trámite y conforme a la SC 1008/2010-R todo incidente es impugnable.

I.2.3. Resolución

Mediante Resolución 34/2013 de 28 de agosto, cursante de fs. 25 a 27, el Juez Tercero de Sentencia Penal
del departamento de La Paz, constituido en Juez de garantías, concedió la tutela solicitada, disponiendo que
la autoridad demandada convoque a audiencia cautelar para considerar la situación jurídica del accionante
por encontrarse la Resolución 392/2013 sujeta a apelación; en base a los siguientes fundamentos: 1)
Mediante Resolución 392/2013 de 21 de agosto, el juez cautelar anuló obrados, incluso hasta la declaración
informativa, lo que significa que la imputación y la acusación presentadas por el Ministerio Público
quedaron sin efecto, dicha resolución fue emitida con todas las facultades que le otorga la norma a la
autoridad jurisdiccional; y, 2) Al haberse anulado obrados y una vez que se concluyó con la resolución, la
parte ahora accionante solicitó de conformidad al art. 125 del CPP complementación y se le otorgue la
libertad, pero fue denegada porque existe una apelación la cual se encuentra en trámite y por tanto no existe
ejecutoria de la determinación, pues ante la solicitud de una medida cautelar para obtener la libertad, la
misma requiere de tramitación conforme a procedimiento.
I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional
Por Acuerdo Administrativo TCP-DGAJ-SP-086/2013 de 29 de noviembre, se determinó la suspensión del
plazo procesal del 23 al 31 de diciembre de 2013, por receso de fin de año, reanudándose el cómputo de
plazo para emitir Resolución dentro del plazo establecido.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1.Cursa acusación fiscal de 8 de abril de 2013, contra Marianela Escobar Olivera -hoy accionantes-, por
la presunta comisión del delito de estafa.

II.2.De fs. 15 a 16 vta., cursa el acta de audiencia conclusiva realizada el 21 de agosto de 2013; actuado
procesal en el que la accionante interpuso incidente de actividad procesal defectuosa (fs. 15 a 16 vta.).

II.3.Por Auto Interlocutorio 392/2013 de 21 de agosto, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal -ahora
demandado, “acepto” el incidente de actividad procesal defectuosa, disponiendo la nulidad de la
declaración informativa de la imputada, conforme establece el art. 169.1 del CPP, “…anulando inclusive
obrados hasta el momento de la declaración informativa inclusive…” (fs. 17 a 18); conocida dicha
resolución, la accionante, en mérito a la anulación de obrados, solicitó complementación y su libertad; la
indicada autoridad dispuso no haber lugar a lo solicitado, siendo que, la resolución es susceptible de
apelación y por tanto atenderá el pedido una vez se ejecutorié la misma.

III. FUNDAMENTOS JURIDICOS DEL FALLO


La accionante alega la vulneración a su derecho a la libertad, siendo que, el Juez demandado pese a disponer
en la audiencia conclusiva la nulidad de obrados inclusive hasta la declaración informativa -lo que
alcanzaría a la imputación y acusación- se niega a dar curso a su libertad, con el argumento de que existe
eventualmente la posibilidad de que se interponga apelación, por lo que una vez ejecutoriado el mismo,
recién se pronunciara al respecto.

En consecuencia, corresponde analizar, si en el presente caso, se debe conceder o denegar la tutela


solicitada.

III.1. La Acción de libertad y su naturaleza jurídica


Según señaló la SCP 0003/2012 de 13 de marzo, entre otras, la acción de libertad, “…es un mecanismo de
defensa constitucional extraordinario de carácter preventivo, correctivo y reparador, instituido para la
protección inmediata y efectiva de los derechos fundamentales a la libertad física como de locomoción en
casos de detenciones, persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de
servidores públicos o de personas particulares; así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o
amenazada por la restricción o supresión de la libertad.
Está consagrada por el art. art. 125 de la CPE, cuando dispone que: “Toda persona que considere que su
vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad
personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a
su nombre y sin ninguna formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y
solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades
legales o se restituya su derecho a la libertad'.
Norma constitucional concordante con el art. 65 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional
(LTCP), la cual establece que el objeto de esta acción extraordinaria es la garantía, protección o tutela de
los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción, para el restablecimiento inmediato y efectivo
de estos derechos, en los casos en que sean restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o
supresión.

Teniendo presente la importancia de los derechos primarios protegidos como son la vida y la libertad física,
de manera general no se encuentra regida por el principio de subsidiariedad; al contrario, se activa sin el
previo agotamiento de las vías legales ordinarias, es de tramitación especial y sumarísima, reforzada por
sus características de inmediatez en la protección, sumariedad, informalismo, generalidad e inmediación;
procede contra cualquier servidor público o persona particular y tampoco reconoce fueros ni privilegios,
correspondiendo conocer y resolver dicha acción constitucional, al juez en materia penal debido al principio
de especialidad reconocido en la Ley Fundamental.

De manera excepcional opera el principio de subsidiariedad ante la existencia de medios de impugnación


específicos e idóneos para restituir de manera inmediata los derechos objeto de su protección, o bien cuando
se activa de manera paralela un medio de defensa previsto en el ordenamiento jurídico tanto en la vía
constitucional como en la ordinaria”.

Esta acción tutelar, se halla dotada de un triple carácter: preventivo, correctivo y reparador; preventivo: por
cuanto persigue frenar una lesión ante una inminente detención indebida o ilegal, impidiendo que se
materialice la privación o restricción de libertad; correctivo, siendo que su objetivo es evitar que se agraven
las condiciones de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida cautelar o en cumplimiento de una
pena impuesta en su contra; finalmente, reparador, en el entendido de que pretende reparar una lesión ya
consumada; es decir, opera ante la verificación de una detención ilegal o indebida, como consecuencia de
la inobservancia de las formalidades legales (SC 0044/2010-R de 20 de abril).
III.2. El principio de celeridad
La acción de libertad, consagrada por el art. 125 de la CPE, que dispone: “Toda persona que considere que
su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de
libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por
cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en
materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las
formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”, materializa la existencia de un mecanismo
constitucional extraordinario de defensa, cuya función esencial se traduce en la protección inmediata y
efectiva de los derechos fundamentales a la libertad física como de locomoción en casos de detenciones,
persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores públicos o de
personas particulares, así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o amenazada por la restricción
o supresión de la libertad; esta acción tutelar, se halla dotada de un triple carácter: preventivo, correctivo y
reparador; preventivo: por cuanto persigue frenar una lesión ante una inminente detención indebida o ilegal,
impidiendo que se materialice la privación o restricción de libertad; correctivo, siendo que su objetivo es
evitar que se agraven las condiciones de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida cautelar o
en cumplimiento de una pena impuesta en su contra; finalmente, reparador, en el entendido de que pretende
reparar una lesión ya consumada; es decir, opera ante la verificación de una detención ilegal o indebida,
como consecuencia de la inobservancia de las formalidades legales (SC 0044/2010-R de 20 de abril).
De conformidad a lo establecido en los arts. 178 y 180 de la CPE, la administración de justicia en el Estado
Plurinacional de Bolivia, se sustenta entre otros principios, en el de celeridad, el cual también ha sido
reconocido por los arts. 3.11 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP); 3.7 de la Ley del
Órgano Judicial (LOJ)y art. 3.4 del Código Procesal Constitucional (CPCo); conforme a dicho principio, la
administración de justicia, debe ser oportuna y sin dilaciones, buscando efectivizar los derechos y las
garantías reconocidos por el texto constitucional.
La SCP 1079/2012 de 5 de septiembre, señala que: “El principio de celeridad, persigue como principal
objetivo conseguir que el proceso se concrete a las etapas esenciales y que cada una de ellas se cumpla
dentro de los plazos perentorios dispuesto por la norma legal, razonamiento del cual puede inferirse que a
partir de la observancia de este principio, no es posible concebir la adición de términos de manera unilateral
a una determinada etapa del proceso, situación que podrá darse, sin embargo en los casos en los que estos
plazos surgen como resultado de prórrogas o ampliaciones legalmente dispuestas; por lo que, este principio
lleva implícita la obligación de llevar adelante los actos procesales de la manera más sencilla posible a
efectos de evitar dilaciones innecesarias; es decir, la administración de justicia debe ser rápida y oportuna
en la tramitación de las causas puestas en su conocimiento, una actuación contraria, conlleva no sólo a la
vulneración de derechos y garantías, sino también al fomento del crecimiento de uno de los mayores
problemas de la administración de justicia cual es la retardación.
En este contexto, es preciso mencionar que el principio de celeridad se encuentra relacionado con los
principios procesales de eficacia y eficiencia como componentes de la seguridad jurídica, siendo que,
conforme razonó el anterior Tribunal Constitucional mediante la SC 0010/2010-R de 6 de abril, la eficacia
supone el cumplimiento de las disposiciones legales y que los procedimientos logren su finalidad; y la
eficiencia, persigue acortar el tiempo de duración de los procesos y obtener una mayor certeza en las
resoluciones, de manera que las personas obtengan un oportuno reconocimiento de sus derechos; estos
elementos forman parte del concepto de seguridad jurídica pues es a partir de ellos que logra alcanzarse la
estabilidad de las instituciones y la vigencia auténtica de la ley, que se materializan en la oportunidad y
prontitud de la administración de justicia a cuyo efecto deberá ser el administrador de justicia el encargado
de impulsar el proceso y garantizar la celeridad procesal.

Ahora bien, conforme se ha establecido, la celeridad que debe caracterizar las actuaciones judiciales no se
constituye en un fin, sino en el medio o mecanismo necesario para garantizar la efectivización o
materialización de otros dos derechos fundamentales reconocidos por la Constitución Política del Estado y
que forman parte de su esencia por su naturaleza social, democrática y de derecho: el debido proceso y el
acceso a la justicia.

En este contexto y al tenor del art. 115.I de la CPE, se hace manifiesto el vínculo de conexitud existente
entre el principio de celeridad y el debido proceso, cuando dicho precepto postula que toda persona será
protegida en el ejercicio de sus derechos e intereses oportuna y efectivamente por jueces y tribunales; por
otra parte, del contenido del parágrafo segundo del mismo artículo, que sostiene que el Estado garantiza el
debido proceso y el acceso a una justicia pronta y oportuna “sin dilaciones”, se establece la directa relación
que existe entre el principio de celeridad estudiado y el derecho de acceso a la justicia; de donde puede
inferirse que cuando los administradores de justicia no cumplen con la tarea que se les ha encomendado
dentro de los plazos previstos en el ordenamiento jurídico, provocando la extensión indefinida de los
procesos sometidos a su conocimiento, ocasionan, con la falta de decisión sobre el litigio, lesiones a la
seguridad jurídica, toda vez que la administración de justicia no puede ser entendida en sentido formal, sino
que, debe trasuntarse en una realidad accesible y veraz, garantizada por el Estado a través de la Constitución
Política del Estado, para que quien busca la solución de un problema jurídico, pueda obtener respuesta
oportunamente; dicho de otra forma, una decisión judicial tardía, aún cuando los conflictos hayan sido
resueltos, resulta una injusticia, toda vez que: “…la justicia que se demanda a la autoridad judicial a través
del derecho público abstracto de la acción, o de la intervención oficiosa de aquélla, se haya rodeada de una
serie de garantías constitucionales (…) (entre las cuales se encuentran), la garantía de la celeridad en los
procesos judiciales (…) la garantía de acceso a la administración de justicia, que no sólo implica la
ejecución de los actos de postulación propios para poner en movimiento el aparato jurisdiccional, sino
igualmente la seguridad del adelantamiento del proceso, con la mayor economía de tiempo y sin dilaciones
injustificadas, y la oportunidad de una decisión final que resuelva de mérito o de fondo la situación
controvertida”; en otras palabras, es “…parte integrante del derecho al debido proceso y de acceder a la
administración de justicia, el derecho fundamental de las personas a tener un proceso ágil y sin retrasos
indebidos” .

Por su parte la SCP 0673/2013 de 3 de junio, señalo lo siguiente:


“De donde se colige que, de acuerdo a la jurisprudencia constitucional sentada por el Tribunal
Constitucional, el hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, se constituye en el medio idóneo y
efectivo en caso de existir vulneración al principio de celeridad respecto a trámites judiciales o
administrativos que se encuentren directamente vinculados con el derecho a la libertad; es decir, cuando
existen dilaciones indebidas que retardan o evitan resolver la situación jurídica de una persona que se
encuentra privada de libertad “ (las negrillas son nuestras).

III.3. La acción de libertad traslativa o de pronto despacho


La acción de libertad, establecida en el art. 125 CPE, ampliamente analizada en el Fundamentos Jurídicos
III.1 de este fallo, se halla dotada de un triple carácter: preventivo, correctivo y reparador: preventivo, por
cuanto persigue frenar una lesión ante una inminente detención indebida o ilegal, impidiendo que se
materialice la privación o restricción de libertad; correctivo, siendo que su objetivo es evitar que se agraven
las condiciones de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida cautelar o en cumplimiento de una
pena impuesta en su contra; finalmente, reparador, en el entendido de que pretende reparar una lesión ya
consumada; es decir, opera ante la verificación de una detención ilegal o indebida, como consecuencia de
la inobservancia de las formalidades legales.

Así dentro de la tipología desarrollada por la jurisprudencia del anterior Tribunal Constitucional a través
de la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, se agregó el hábeas corpus restringido, el hábeas corpus instructivo
y al hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, en ese sentido la SC 0044/2010-R de 20 de abril, sostuvo
que por medio del hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, “…lo que se busca es acelerar los trámites
judiciales o administrativos cuando existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la
persona que se encuentra privada de libertad”.

Entendimiento que siendo afianzado, fue complementado por el razonamiento asumido en la SC


0337/2010-R de 15 de junio, que analizando la naturaleza jurídica de la acción de libertad, señaló que el
hábeas corpus traslativo o de pronto despacho “…se constituye en el mecanismo procesal idóneo para
operar en caso de existir vulneración a la celeridad cuando esté relacionada a la libertad y devenga de
dilaciones indebidas, que retardan o evitan resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra
privada de libertad.
(…)
'…para el caso en los cuales las autoridades jurisdiccionales reciban una petición de la persona detenida o
privada de libertad, tienen la obligación de tramitarla con celeridad, (…). Actuar de manera distinta a la
descrita, provoca dilaciones indebidas y dilatorias sobre la definición jurídica de las personas privadas de
libertad y corresponde activar el hábeas corpus traslativo o de pronto despacho…” (las negrillas son
nuestras).
Lo que significa que, a partir de la jurisprudencia construida por el Tribunal Constitucional, se adopta el
hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, como mecanismo especial idóneo para reclamar las
dilaciones indebidas ocasionadas por actos u omisiones de las autoridades jurisdiccionales, que ocasionan
dilaciones indebidas que inciden en lesión al derecho a la libertad.
III.4. Análisis del caso concreto
Según informan los antecedentes del proceso, se tienen que la imputada interpuso incidente de actividad
procesal defectuosa en la audiencia conclusiva porque supuestamente su declaración informativa no
contendría la firma del representante del Ministerio Público; incidente que mereció el Auto Interlocutorio
392/2013 de 21 de agosto, por el que el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, “acepto” el incidente de
actividad procesal defectuosa, disponiendo la nulidad de la declaración informativa de la imputada y de
obrados hasta ese momento procesal.
Conocida la resolución principal, la imputada, en mérito a la anulación de obrados, solicito
complementación de la misma y su libertad; pero el juez dispuso no haber lugar a lo solicitado, siendo que,
la resolución es susceptible de apelación y por tanto atenderá el pedido una vez se ejecutorié la misma.
En este sentido, se tiene que el Juez al anular obrados hasta la declaración de la imputada inclusive, sustrajo
en el proceso penal todo lo actuado hasta el momento procesal de la referida declaración.
Ahora bien, una vez que ha sido anulado todo el proceso penal en curso, hasta la declaración informativa
de la imputada, todos los supuestos que hacen viable la detención preventiva previstos quedaron anulados;
aquí conviene recordar que conforme a las normas del art. 233 del CPP, la detención preventiva sólo puede
ser ordenada una vez: “Realizada la imputación formal…”; pues bien, el fundamento básico y primigenio,
que posibilita la solicitud de restricción a la libertad personal es la existencia de una imputación formal.

La imputación formal, es un acto jurisdiccional que tiene contenido sustantivo y material, así como
formalidades ineludibles que la justifican, pues se constituye en el sustento de todo el proceso penal y la
persecución estatal en contra de una persona, por lo que es ineludible que su emisión se sustente en la
existencia real y material de las condiciones que la ley prevé, es así que el art. 302 del CPP determina que
la imputación formal sólo procede: “Si el fiscal estima que existen suficientes indicios sobre la existencia
del hecho y la participación del imputado…”, ello implica la asistencia de la convicción absoluta en el fiscal
de tales condiciones, la que no dependen de las apreciaciones subjetivas de dicha autoridad, sino que deben
emerger de elementos objetivos que permitan la razonable justificación de ese acto fiscal. En tal caso, la
imputación formal debe revestirse de las condiciones previstas por el mismo art. 302 de la normativa
procesal penal.

Con esos antecedentes legales, como ha sido explicado, la medida de la detención preventiva sólo es posible
ante la existencia de determinadas circunstancias, la primera de ellas la vigencia de una imputación formal.
De otro lado, ante la inexistencia de imputación formal o la declaratoria de nulidad de esta; se tiene
que la primera condición, aquella que es habilitante para solicitar la detención preventiva de las personas
desaparece, desvaneciéndose con ello toda posibilidad de siquiera solicitar la detención preventiva de una
persona, debiendo respetarse la libertad inmanente al ser humano intangible e invulnerable por parte del
Estado; en ese orden, no es una situación diferente la nulidad de una imputación formal a aquella situación
de inexistencia de la misma, puesto que la nulidad entraña la desaparición de lo anulado, como si nunca
hubiera existido porque nunca debió existir del modo en que se dio, ello implica que su supresión se debió
a causas estrictamente subyacentes en el mismo acto, dicho de otro modo, a los propios vicios del acto
irregular.

Una de las consecuencias de la nulidad de la imputación formal es su efecto suspensivo del proceso,
puesto que la continuidad del mismo es imposible, desapareciendo con ello cualquier posibilidad de
mantener la detención preventiva de las personas, porque esa medida cautelar tiene siempre naturaleza
instrumental a los efectos del proceso; es decir, que sólo es justificable mientras se desarrolla un proceso
penal; más, cuando éste se suspende, no se puede mantener la restricción de la libertad personal, porque ha
quedado carente de sustento material.

La nulidad de un proceso penal hasta el estado previo a la imputación formal, contiene también la nulidad
de la detención preventiva, por ser actos secuenciales, pues el segundo, la detención preventiva, depende
del primero; es decir de la existencia de imputación formal, ello implica que ante la anulación de la
imputación formal, toda orden de privación de libertad queda automáticamente inexistente, siendo exigible
la inmediata libertad de las personas.
El razonamiento precedente emerge de la naturaleza de la nulidad de un proceso penal hasta la imputación
formal, que provoca la desaparición de todo justificativo y acto material constitucionalmente aceptado para
la restricción de la libertad, lo que califica a este tipo de determinaciones judiciales a una consecuencia
definitiva, no ocurriendo lo mismo con otro tipo de nulidades de actos procesales posteriores a la imputación
formal, puesto que ninguna configura una situación tal de cuestionamiento a los actos iniciales del proceso
penal, por lo que necesariamente este tipo de nulidades tiene una importancia definitiva para el proceso
despojándolo de todo sustento legal, arrancándole también toda posibilidad de mantener sus efectos, como
la detención preventiva, puesto que no resulta racional mantener detenida a una persona, ante el
reconocimiento de un vicio procesal por parte del órgano judicial que extrae del proceso todo justificativo
legal.
Una situación particular resalta en casos de nulidad del proceso penal hasta antes de la imputación
formal, cual es la situación de las personas que se encuentran con detención preventiva, en caso de
apelación de la resolución anulatoria, en tales circunstancias, el art. 396 inc.1) del CPP dispone que
la apelación tiene efecto suspensivo; lo que implica la postergación de la aplicación de la decisión
impugnada; pero también supone que el proceso penal no puede continuar; es decir que aunque la decisión
anulatoria sea apelada, el proceso penal no puede continuar, llevándonos ello a la misma circunstancia de
que el proceso penal queda en suspenso, lo que hace inviable la continuidad de la detención preventiva por
la trascendencia del derecho a la libertad personal.

En definitiva, la jerarquía del derecho a la libertad personal, se manifiesta en su preeminencia frente a


situaciones de duda o imprevistas por la norma penal; que, como en el caso presente se manifiestan en
circunstancias injustas y de privación de la libertad inconstitucional, puesto que no obstante de que el
proceso penal ha sido anulado hasta antes de la imputación formal, la autoridad demandada mantiene la
detención preventiva de la accionante sin que exista un justificativo material para mantenerla por la
anulación de la imputación formal, lo que a su vez supone la suspensión del proceso penal y de la detención
preventiva por la inexistencia de condiciones básicas para ella.
En ese orden, puesto que para la detención preventiva se necesita legalmente una imputación y/o un
requerimiento debidamente fundamentado, se debe entender entonces que si la misma fue anulada, ello fue
conjuntamente con la resolución que dispuso la restricción al derecho a la libertad de la imputada, y por
ello no existe argumento alguno para que la libertad no se efectivice inmediatamente.
Consiguientemente, la autoridad demandada debió en la audiencia conclusiva al momento de emitir la
resolución que anuló obrados, disponer en el acto la libertad de la imputada, pues el argumento y la actitud
del Juez cautelar se constituye en dilatoria, siendo que, si bien la resolución que resuelve un incidente de
actividad procesal defectuosa es susceptible de apelación, la duda emergente de esta revisión no justifica la
privación de libertad de la imputada, debido a la entidad del derecho a la libertad, que no puede depender
de la incertidumbre y la posibilidad de revisión de la nulidad del proceso mediante una apelación, cuando
en casos como el presente se anuló el proceso hasta antes de la imputación formal e incluso de la declaración
informativa, lo que supone una actividad procesal defectuosa de tal magnitud que no se puede mantener
ninguna consecuencia de tales persecuciones ilegales, menos la detención preventiva de las personas;
siendo que ella sólo se justifica en la emisión de actos jurisdiccionales legales e incuestionables, ante
aquellos actos dudosos, esta jurisdicción constitucional se encuentra impelida a resguardar los supremos
valores constitucionales como la libertad de las personas.
En consecuencia, el Juez de garantías, al conceder la acción de libertad, ha evaluado en forma correcta los
datos del proceso y las normas aplicables al mismo.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 34/2013 de 28 de agosto, cursante de fs.
25 a 27, pronunciada por el Juez Tercero de Sentencia Penal del departamento de La Paz; y, en consecuencia
CONCEDER la tutela solicitada, debiendo la autoridad demandada, disponer la inmediata libertad de la
accionante, a no ser que su situación jurídica ya se haya resuelto.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez CastañosMAGISTRADA
Fdo. Tata Gualberto Cusi MamaniMAGISTRADO

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0178/2014


Sucre, 30 de enero de 2014
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 04586-2013-10-AL
Departamento: La Paz
En revisión la Resolución 34/2013 de 28 de agosto, cursante de fs. 25 a 27, pronunciada dentro de la acción
de libertad interpuesta por Marianela Escobar Olivera contra Javier Rolando Chaca Quina, Juez Tercero de
Instrucción en lo Penal del departamento de La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 27 de agosto de 2013, cursante de fs. 3 a 4 vta., la accionante, manifiesta
que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso seguido en su contra por la presunta comisión del delito de estafa, en la audiencia
conclusiva interpuso incidente de actividad procesal defectuosa por defecto absoluto, siendo que, su
declaración informativa no cumplió con las exigencias procedimentales ya que no cuenta con la firma del
Fiscal, lo que refleja la ausencia de dicho sujeto en la merituada declaración.

Así, el juez cautelar-ahora demandado- emitió en la audiencia conclusiva el Auto 392/2013 en el que
declaró la nulidad de obrados hasta la declaración informativa inclusive; ante dicha determinación solicitó
complementación y enmienda, siendo que, no puede seguir la detención preventiva sin imputación y
acusación, por lo que correspondía la libertad inmediata; sin embargo, la autoridad demandada negó dar
curso su libertad con el fundamento que previamente debe ejecutoriarse el Auto que dispone la nulidad de
obrados.

I.1.2. Derecho supuestamente vulnerado

La accionante alega la vulneración a su derecho a la libertad, citando al efecto los arts. 22 y 23.I, IV de la
Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela y se disponga su libertad inmediata, mas el pago de daños y perjuicios.
I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías

Efectuada la audiencia pública el 28 de agosto de 2013, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La parte accionante, ratificó íntegramente los términos de la acción interpuesta.


I.2.2. Informe de la autoridad demandada

Javier Rolando Chaca Quina, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal del departamento de La Paz, a través
del informe escrito cursante a fs. 21 y vta., manifestó que: a) El 21 de agosto de 2013 se llevó adelante la
audiencia conclusiva donde la imputada planteó actividad procesal defectuosa en relación a la declaración
informativa, demostrando que la misma no tendría la firma del representante del Ministerio Público;
evidenciando ese extremo y al constituirse defecto absoluto, es que se dispuso la nulidad de obrados hasta
la declaración informativa inclusive y demás antecedentes; y, b) Si bien posteriormente a la nulidad, la
accionante solicitó la libertad; sin embargo, ejecutoriada la misma, recién se atenderá dicha solicitud,
además, el querellante presentó apelación incidental contra el Auto que dispone la nulidad de obrados,
misma que se encuentra en trámite y conforme a la SC 1008/2010-R todo incidente es impugnable.

I.2.3. Resolución

Mediante Resolución 34/2013 de 28 de agosto, cursante de fs. 25 a 27, el Juez Tercero de Sentencia Penal
del departamento de La Paz, constituido en Juez de garantías, concedió la tutela solicitada, disponiendo que
la autoridad demandada convoque a audiencia cautelar para considerar la situación jurídica del accionante
por encontrarse la Resolución 392/2013 sujeta a apelación; en base a los siguientes fundamentos: 1)
Mediante Resolución 392/2013 de 21 de agosto, el juez cautelar anuló obrados, incluso hasta la declaración
informativa, lo que significa que la imputación y la acusación presentadas por el Ministerio Público
quedaron sin efecto, dicha resolución fue emitida con todas las facultades que le otorga la norma a la
autoridad jurisdiccional; y, 2) Al haberse anulado obrados y una vez que se concluyó con la resolución, la
parte ahora accionante solicitó de conformidad al art. 125 del CPP complementación y se le otorgue la
libertad, pero fue denegada porque existe una apelación la cual se encuentra en trámite y por tanto no existe
ejecutoria de la determinación, pues ante la solicitud de una medida cautelar para obtener la libertad, la
misma requiere de tramitación conforme a procedimiento.
I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional
Por Acuerdo Administrativo TCP-DGAJ-SP-086/2013 de 29 de noviembre, se determinó la suspensión del
plazo procesal del 23 al 31 de diciembre de 2013, por receso de fin de año, reanudándose el cómputo de
plazo para emitir Resolución dentro del plazo establecido.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1.Cursa acusación fiscal de 8 de abril de 2013, contra Marianela Escobar Olivera -hoy accionantes-, por
la presunta comisión del delito de estafa.

II.2.De fs. 15 a 16 vta., cursa el acta de audiencia conclusiva realizada el 21 de agosto de 2013; actuado
procesal en el que la accionante interpuso incidente de actividad procesal defectuosa (fs. 15 a 16 vta.).

II.3.Por Auto Interlocutorio 392/2013 de 21 de agosto, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal -ahora
demandado, “acepto” el incidente de actividad procesal defectuosa, disponiendo la nulidad de la
declaración informativa de la imputada, conforme establece el art. 169.1 del CPP, “…anulando inclusive
obrados hasta el momento de la declaración informativa inclusive…” (fs. 17 a 18); conocida dicha
resolución, la accionante, en mérito a la anulación de obrados, solicitó complementación y su libertad; la
indicada autoridad dispuso no haber lugar a lo solicitado, siendo que, la resolución es susceptible de
apelación y por tanto atenderá el pedido una vez se ejecutorié la misma.

III. FUNDAMENTOS JURIDICOS DEL FALLO


La accionante alega la vulneración a su derecho a la libertad, siendo que, el Juez demandado pese a disponer
en la audiencia conclusiva la nulidad de obrados inclusive hasta la declaración informativa -lo que
alcanzaría a la imputación y acusación- se niega a dar curso a su libertad, con el argumento de que existe
eventualmente la posibilidad de que se interponga apelación, por lo que una vez ejecutoriado el mismo,
recién se pronunciara al respecto.

En consecuencia, corresponde analizar, si en el presente caso, se debe conceder o denegar la tutela


solicitada.

III.1. La Acción de libertad y su naturaleza jurídica


Según señaló la SCP 0003/2012 de 13 de marzo, entre otras, la acción de libertad, “…es un mecanismo de
defensa constitucional extraordinario de carácter preventivo, correctivo y reparador, instituido para la
protección inmediata y efectiva de los derechos fundamentales a la libertad física como de locomoción en
casos de detenciones, persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de
servidores públicos o de personas particulares; así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o
amenazada por la restricción o supresión de la libertad.
Está consagrada por el art. art. 125 de la CPE, cuando dispone que: “Toda persona que considere que su
vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad
personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a
su nombre y sin ninguna formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y
solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades
legales o se restituya su derecho a la libertad'.

Norma constitucional concordante con el art. 65 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional
(LTCP), la cual establece que el objeto de esta acción extraordinaria es la garantía, protección o tutela de
los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción, para el restablecimiento inmediato y efectivo
de estos derechos, en los casos en que sean restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o
supresión.

Teniendo presente la importancia de los derechos primarios protegidos como son la vida y la libertad física,
de manera general no se encuentra regida por el principio de subsidiariedad; al contrario, se activa sin el
previo agotamiento de las vías legales ordinarias, es de tramitación especial y sumarísima, reforzada por
sus características de inmediatez en la protección, sumariedad, informalismo, generalidad e inmediación;
procede contra cualquier servidor público o persona particular y tampoco reconoce fueros ni privilegios,
correspondiendo conocer y resolver dicha acción constitucional, al juez en materia penal debido al principio
de especialidad reconocido en la Ley Fundamental.

De manera excepcional opera el principio de subsidiariedad ante la existencia de medios de impugnación


específicos e idóneos para restituir de manera inmediata los derechos objeto de su protección, o bien cuando
se activa de manera paralela un medio de defensa previsto en el ordenamiento jurídico tanto en la vía
constitucional como en la ordinaria”.

Esta acción tutelar, se halla dotada de un triple carácter: preventivo, correctivo y reparador; preventivo: por
cuanto persigue frenar una lesión ante una inminente detención indebida o ilegal, impidiendo que se
materialice la privación o restricción de libertad; correctivo, siendo que su objetivo es evitar que se agraven
las condiciones de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida cautelar o en cumplimiento de una
pena impuesta en su contra; finalmente, reparador, en el entendido de que pretende reparar una lesión ya
consumada; es decir, opera ante la verificación de una detención ilegal o indebida, como consecuencia de
la inobservancia de las formalidades legales (SC 0044/2010-R de 20 de abril).
III.2. El principio de celeridad
La acción de libertad, consagrada por el art. 125 de la CPE, que dispone: “Toda persona que considere que
su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de
libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por
cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en
materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las
formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”, materializa la existencia de un mecanismo
constitucional extraordinario de defensa, cuya función esencial se traduce en la protección inmediata y
efectiva de los derechos fundamentales a la libertad física como de locomoción en casos de detenciones,
persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores públicos o de
personas particulares, así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o amenazada por la restricción
o supresión de la libertad; esta acción tutelar, se halla dotada de un triple carácter: preventivo, correctivo y
reparador; preventivo: por cuanto persigue frenar una lesión ante una inminente detención indebida o ilegal,
impidiendo que se materialice la privación o restricción de libertad; correctivo, siendo que su objetivo es
evitar que se agraven las condiciones de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida cautelar o
en cumplimiento de una pena impuesta en su contra; finalmente, reparador, en el entendido de que pretende
reparar una lesión ya consumada; es decir, opera ante la verificación de una detención ilegal o indebida,
como consecuencia de la inobservancia de las formalidades legales (SC 0044/2010-R de 20 de abril).
De conformidad a lo establecido en los arts. 178 y 180 de la CPE, la administración de justicia en el Estado
Plurinacional de Bolivia, se sustenta entre otros principios, en el de celeridad, el cual también ha sido
reconocido por los arts. 3.11 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP); 3.7 de la Ley del
Órgano Judicial (LOJ)y art. 3.4 del Código Procesal Constitucional (CPCo); conforme a dicho principio, la
administración de justicia, debe ser oportuna y sin dilaciones, buscando efectivizar los derechos y las
garantías reconocidos por el texto constitucional.
La SCP 1079/2012 de 5 de septiembre, señala que: “El principio de celeridad, persigue como principal
objetivo conseguir que el proceso se concrete a las etapas esenciales y que cada una de ellas se cumpla
dentro de los plazos perentorios dispuesto por la norma legal, razonamiento del cual puede inferirse que a
partir de la observancia de este principio, no es posible concebir la adición de términos de manera unilateral
a una determinada etapa del proceso, situación que podrá darse, sin embargo en los casos en los que estos
plazos surgen como resultado de prórrogas o ampliaciones legalmente dispuestas; por lo que, este principio
lleva implícita la obligación de llevar adelante los actos procesales de la manera más sencilla posible a
efectos de evitar dilaciones innecesarias; es decir, la administración de justicia debe ser rápida y oportuna
en la tramitación de las causas puestas en su conocimiento, una actuación contraria, conlleva no sólo a la
vulneración de derechos y garantías, sino también al fomento del crecimiento de uno de los mayores
problemas de la administración de justicia cual es la retardación.
En este contexto, es preciso mencionar que el principio de celeridad se encuentra relacionado con los
principios procesales de eficacia y eficiencia como componentes de la seguridad jurídica, siendo que,
conforme razonó el anterior Tribunal Constitucional mediante la SC 0010/2010-R de 6 de abril, la eficacia
supone el cumplimiento de las disposiciones legales y que los procedimientos logren su finalidad; y la
eficiencia, persigue acortar el tiempo de duración de los procesos y obtener una mayor certeza en las
resoluciones, de manera que las personas obtengan un oportuno reconocimiento de sus derechos; estos
elementos forman parte del concepto de seguridad jurídica pues es a partir de ellos que logra alcanzarse la
estabilidad de las instituciones y la vigencia auténtica de la ley, que se materializan en la oportunidad y
prontitud de la administración de justicia a cuyo efecto deberá ser el administrador de justicia el encargado
de impulsar el proceso y garantizar la celeridad procesal.

Ahora bien, conforme se ha establecido, la celeridad que debe caracterizar las actuaciones judiciales no se
constituye en un fin, sino en el medio o mecanismo necesario para garantizar la efectivización o
materialización de otros dos derechos fundamentales reconocidos por la Constitución Política del Estado y
que forman parte de su esencia por su naturaleza social, democrática y de derecho: el debido proceso y el
acceso a la justicia.

En este contexto y al tenor del art. 115.I de la CPE, se hace manifiesto el vínculo de conexitud existente
entre el principio de celeridad y el debido proceso, cuando dicho precepto postula que toda persona será
protegida en el ejercicio de sus derechos e intereses oportuna y efectivamente por jueces y tribunales; por
otra parte, del contenido del parágrafo segundo del mismo artículo, que sostiene que el Estado garantiza el
debido proceso y el acceso a una justicia pronta y oportuna “sin dilaciones”, se establece la directa relación
que existe entre el principio de celeridad estudiado y el derecho de acceso a la justicia; de donde puede
inferirse que cuando los administradores de justicia no cumplen con la tarea que se les ha encomendado
dentro de los plazos previstos en el ordenamiento jurídico, provocando la extensión indefinida de los
procesos sometidos a su conocimiento, ocasionan, con la falta de decisión sobre el litigio, lesiones a la
seguridad jurídica, toda vez que la administración de justicia no puede ser entendida en sentido formal, sino
que, debe trasuntarse en una realidad accesible y veraz, garantizada por el Estado a través de la Constitución
Política del Estado, para que quien busca la solución de un problema jurídico, pueda obtener respuesta
oportunamente; dicho de otra forma, una decisión judicial tardía, aún cuando los conflictos hayan sido
resueltos, resulta una injusticia, toda vez que: “…la justicia que se demanda a la autoridad judicial a través
del derecho público abstracto de la acción, o de la intervención oficiosa de aquélla, se haya rodeada de una
serie de garantías constitucionales (…) (entre las cuales se encuentran), la garantía de la celeridad en los
procesos judiciales (…) la garantía de acceso a la administración de justicia, que no sólo implica la
ejecución de los actos de postulación propios para poner en movimiento el aparato jurisdiccional, sino
igualmente la seguridad del adelantamiento del proceso, con la mayor economía de tiempo y sin dilaciones
injustificadas, y la oportunidad de una decisión final que resuelva de mérito o de fondo la situación
controvertida”; en otras palabras, es “…parte integrante del derecho al debido proceso y de acceder a la
administración de justicia, el derecho fundamental de las personas a tener un proceso ágil y sin retrasos
indebidos” .

Por su parte la SCP 0673/2013 de 3 de junio, señalo lo siguiente:


“De donde se colige que, de acuerdo a la jurisprudencia constitucional sentada por el Tribunal
Constitucional, el hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, se constituye en el medio idóneo y
efectivo en caso de existir vulneración al principio de celeridad respecto a trámites judiciales o
administrativos que se encuentren directamente vinculados con el derecho a la libertad; es decir, cuando
existen dilaciones indebidas que retardan o evitan resolver la situación jurídica de una persona que se
encuentra privada de libertad “ (las negrillas son nuestras).

III.3. La acción de libertad traslativa o de pronto despacho


La acción de libertad, establecida en el art. 125 CPE, ampliamente analizada en el Fundamentos Jurídicos
III.1 de este fallo, se halla dotada de un triple carácter: preventivo, correctivo y reparador: preventivo, por
cuanto persigue frenar una lesión ante una inminente detención indebida o ilegal, impidiendo que se
materialice la privación o restricción de libertad; correctivo, siendo que su objetivo es evitar que se agraven
las condiciones de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida cautelar o en cumplimiento de una
pena impuesta en su contra; finalmente, reparador, en el entendido de que pretende reparar una lesión ya
consumada; es decir, opera ante la verificación de una detención ilegal o indebida, como consecuencia de
la inobservancia de las formalidades legales.

Así dentro de la tipología desarrollada por la jurisprudencia del anterior Tribunal Constitucional a través
de la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, se agregó el hábeas corpus restringido, el hábeas corpus instructivo
y al hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, en ese sentido la SC 0044/2010-R de 20 de abril, sostuvo
que por medio del hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, “…lo que se busca es acelerar los trámites
judiciales o administrativos cuando existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la
persona que se encuentra privada de libertad”.

Entendimiento que siendo afianzado, fue complementado por el razonamiento asumido en la SC


0337/2010-R de 15 de junio, que analizando la naturaleza jurídica de la acción de libertad, señaló que el
hábeas corpus traslativo o de pronto despacho “…se constituye en el mecanismo procesal idóneo para
operar en caso de existir vulneración a la celeridad cuando esté relacionada a la libertad y devenga de
dilaciones indebidas, que retardan o evitan resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra
privada de libertad.
(…)
'…para el caso en los cuales las autoridades jurisdiccionales reciban una petición de la persona detenida o
privada de libertad, tienen la obligación de tramitarla con celeridad, (…). Actuar de manera distinta a la
descrita, provoca dilaciones indebidas y dilatorias sobre la definición jurídica de las personas privadas de
libertad y corresponde activar el hábeas corpus traslativo o de pronto despacho…” (las negrillas son
nuestras).
Lo que significa que, a partir de la jurisprudencia construida por el Tribunal Constitucional, se adopta el
hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, como mecanismo especial idóneo para reclamar las
dilaciones indebidas ocasionadas por actos u omisiones de las autoridades jurisdiccionales, que ocasionan
dilaciones indebidas que inciden en lesión al derecho a la libertad.
III.4. Análisis del caso concreto
Según informan los antecedentes del proceso, se tienen que la imputada interpuso incidente de actividad
procesal defectuosa en la audiencia conclusiva porque supuestamente su declaración informativa no
contendría la firma del representante del Ministerio Público; incidente que mereció el Auto Interlocutorio
392/2013 de 21 de agosto, por el que el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, “acepto” el incidente de
actividad procesal defectuosa, disponiendo la nulidad de la declaración informativa de la imputada y de
obrados hasta ese momento procesal.
Conocida la resolución principal, la imputada, en mérito a la anulación de obrados, solicito
complementación de la misma y su libertad; pero el juez dispuso no haber lugar a lo solicitado, siendo que,
la resolución es susceptible de apelación y por tanto atenderá el pedido una vez se ejecutorié la misma.
En este sentido, se tiene que el Juez al anular obrados hasta la declaración de la imputada inclusive, sustrajo
en el proceso penal todo lo actuado hasta el momento procesal de la referida declaración.
Ahora bien, una vez que ha sido anulado todo el proceso penal en curso, hasta la declaración informativa
de la imputada, todos los supuestos que hacen viable la detención preventiva previstos quedaron anulados;
aquí conviene recordar que conforme a las normas del art. 233 del CPP, la detención preventiva sólo puede
ser ordenada una vez: “Realizada la imputación formal…”; pues bien, el fundamento básico y primigenio,
que posibilita la solicitud de restricción a la libertad personal es la existencia de una imputación formal.

La imputación formal, es un acto jurisdiccional que tiene contenido sustantivo y material, así como
formalidades ineludibles que la justifican, pues se constituye en el sustento de todo el proceso penal y la
persecución estatal en contra de una persona, por lo que es ineludible que su emisión se sustente en la
existencia real y material de las condiciones que la ley prevé, es así que el art. 302 del CPP determina que
la imputación formal sólo procede: “Si el fiscal estima que existen suficientes indicios sobre la existencia
del hecho y la participación del imputado…”, ello implica la asistencia de la convicción absoluta en el fiscal
de tales condiciones, la que no dependen de las apreciaciones subjetivas de dicha autoridad, sino que deben
emerger de elementos objetivos que permitan la razonable justificación de ese acto fiscal. En tal caso, la
imputación formal debe revestirse de las condiciones previstas por el mismo art. 302 de la normativa
procesal penal.

Con esos antecedentes legales, como ha sido explicado, la medida de la detención preventiva sólo es posible
ante la existencia de determinadas circunstancias, la primera de ellas la vigencia de una imputación formal.
De otro lado, ante la inexistencia de imputación formal o la declaratoria de nulidad de esta; se tiene
que la primera condición, aquella que es habilitante para solicitar la detención preventiva de las personas
desaparece, desvaneciéndose con ello toda posibilidad de siquiera solicitar la detención preventiva de una
persona, debiendo respetarse la libertad inmanente al ser humano intangible e invulnerable por parte del
Estado; en ese orden, no es una situación diferente la nulidad de una imputación formal a aquella situación
de inexistencia de la misma, puesto que la nulidad entraña la desaparición de lo anulado, como si nunca
hubiera existido porque nunca debió existir del modo en que se dio, ello implica que su supresión se debió
a causas estrictamente subyacentes en el mismo acto, dicho de otro modo, a los propios vicios del acto
irregular.

Una de las consecuencias de la nulidad de la imputación formal es su efecto suspensivo del proceso,
puesto que la continuidad del mismo es imposible, desapareciendo con ello cualquier posibilidad de
mantener la detención preventiva de las personas, porque esa medida cautelar tiene siempre naturaleza
instrumental a los efectos del proceso; es decir, que sólo es justificable mientras se desarrolla un proceso
penal; más, cuando éste se suspende, no se puede mantener la restricción de la libertad personal, porque ha
quedado carente de sustento material.

La nulidad de un proceso penal hasta el estado previo a la imputación formal, contiene también la nulidad
de la detención preventiva, por ser actos secuenciales, pues el segundo, la detención preventiva, depende
del primero; es decir de la existencia de imputación formal, ello implica que ante la anulación de la
imputación formal, toda orden de privación de libertad queda automáticamente inexistente, siendo exigible
la inmediata libertad de las personas.
El razonamiento precedente emerge de la naturaleza de la nulidad de un proceso penal hasta la imputación
formal, que provoca la desaparición de todo justificativo y acto material constitucionalmente aceptado para
la restricción de la libertad, lo que califica a este tipo de determinaciones judiciales a una consecuencia
definitiva, no ocurriendo lo mismo con otro tipo de nulidades de actos procesales posteriores a la imputación
formal, puesto que ninguna configura una situación tal de cuestionamiento a los actos iniciales del proceso
penal, por lo que necesariamente este tipo de nulidades tiene una importancia definitiva para el proceso
despojándolo de todo sustento legal, arrancándole también toda posibilidad de mantener sus efectos, como
la detención preventiva, puesto que no resulta racional mantener detenida a una persona, ante el
reconocimiento de un vicio procesal por parte del órgano judicial que extrae del proceso todo justificativo
legal.
Una situación particular resalta en casos de nulidad del proceso penal hasta antes de la imputación
formal, cual es la situación de las personas que se encuentran con detención preventiva, en caso de
apelación de la resolución anulatoria, en tales circunstancias, el art. 396 inc.1) del CPP dispone que
la apelación tiene efecto suspensivo; lo que implica la postergación de la aplicación de la decisión
impugnada; pero también supone que el proceso penal no puede continuar; es decir que aunque la decisión
anulatoria sea apelada, el proceso penal no puede continuar, llevándonos ello a la misma circunstancia de
que el proceso penal queda en suspenso, lo que hace inviable la continuidad de la detención preventiva por
la trascendencia del derecho a la libertad personal.

En definitiva, la jerarquía del derecho a la libertad personal, se manifiesta en su preeminencia frente a


situaciones de duda o imprevistas por la norma penal; que, como en el caso presente se manifiestan en
circunstancias injustas y de privación de la libertad inconstitucional, puesto que no obstante de que el
proceso penal ha sido anulado hasta antes de la imputación formal, la autoridad demandada mantiene la
detención preventiva de la accionante sin que exista un justificativo material para mantenerla por la
anulación de la imputación formal, lo que a su vez supone la suspensión del proceso penal y de la detención
preventiva por la inexistencia de condiciones básicas para ella.
En ese orden, puesto que para la detención preventiva se necesita legalmente una imputación y/o un
requerimiento debidamente fundamentado, se debe entender entonces que si la misma fue anulada, ello fue
conjuntamente con la resolución que dispuso la restricción al derecho a la libertad de la imputada, y por
ello no existe argumento alguno para que la libertad no se efectivice inmediatamente.
Consiguientemente, la autoridad demandada debió en la audiencia conclusiva al momento de emitir la
resolución que anuló obrados, disponer en el acto la libertad de la imputada, pues el argumento y la actitud
del Juez cautelar se constituye en dilatoria, siendo que, si bien la resolución que resuelve un incidente de
actividad procesal defectuosa es susceptible de apelación, la duda emergente de esta revisión no justifica la
privación de libertad de la imputada, debido a la entidad del derecho a la libertad, que no puede depender
de la incertidumbre y la posibilidad de revisión de la nulidad del proceso mediante una apelación, cuando
en casos como el presente se anuló el proceso hasta antes de la imputación formal e incluso de la declaración
informativa, lo que supone una actividad procesal defectuosa de tal magnitud que no se puede mantener
ninguna consecuencia de tales persecuciones ilegales, menos la detención preventiva de las personas;
siendo que ella sólo se justifica en la emisión de actos jurisdiccionales legales e incuestionables, ante
aquellos actos dudosos, esta jurisdicción constitucional se encuentra impelida a resguardar los supremos
valores constitucionales como la libertad de las personas.
En consecuencia, el Juez de garantías, al conceder la acción de libertad, ha evaluado en forma correcta los
datos del proceso y las normas aplicables al mismo.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 34/2013 de 28 de agosto, cursante de fs.
25 a 27, pronunciada por el Juez Tercero de Sentencia Penal del departamento de La Paz; y, en consecuencia
CONCEDER la tutela solicitada, debiendo la autoridad demandada, disponer la inmediata libertad de la
accionante, a no ser que su situación jurídica ya se haya resuelto.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
MAGISTRADA
Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani
MAGISTRADO

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SCP 0127-2014 -AAC (10-01). (Estabilidad laboral,


derecho a la dignidad, vida y salud, excepción a la
subsidiariedad)
Publicado en Sentencias Constitucionales Marzo 05 2014

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0127/2014


Sucre, 10 de enero de 2014
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 04572-2013-10-AAC
Departamento: Cochabamba

En revisión la Resolución 010/2013 de 22 de agosto, cursante de fs. 194 a 200, pronunciada dentro de la
acción de amparo constitucional interpuesta por Sonia Isidora Encinas Lamas de Mercado contra José
Domingo Claros Fernández y Oscar Raymundo Yucra Loza; Director Técnico y Jefe de Recursos Humanos,
respectivamente, ambos del Servicio Departamental de Salud (SEDES) de Cochabamba.

I.ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 31 de julio de 2013, cursante de fs. 89 a 100, la demandante señala que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción


El año 2006 a través de un proceso de selección de personal, ingresó a trabajar en el SEDES de
Cochabamba, como Odontóloga del Hospital de Aiquile, cargo en el cual fue objeto de varias transferencias
debido a su delicado estado de salud, situación que fue representada en sede administrativa, llegando a la
etapa de presentación de Recurso Jerárquico ante el Gobernador del Departamento de Cochabamba, quien
emitió la Resolución Administrativa (RA) 003/2009 de 31 de marzo, en la que se determinó en su favor el
plazo de sesenta días para demostrar su situación médica y tramitar lo que correspondiere, derivando en
que su persona cumpla con lo ordenado, consecuentemente fue emitida la Resolución Administrativa de
Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, en la que se recomendó que sus actividades laborales sean realizadas en
la ciudad de Cochabamba, motivo por el cual se dispuso su transferencia definitiva al Hospital Viedma
situación que debía ser formalizada a fines de 2011, a cuyo efecto realizó las solicitudes pertinentes a las
autoridades competentes.

Indica que, no obstante de todo lo acontecido, el 9 de julio de 2013, la autoridad demandada le notificó con
el Memorándum 24468 de 27 de junio de ese año, a través del cual se determinó nuevamente su
transferencia al Hospital de Aiquile, motivo por el cual el 10 de julio de la misma gestión presentó recurso
de revocatoria, recibiendo por respuesta que su persona debía apersonarse en el referido centro de salud,
razón por la cual logró que se emitan los certificados médicos correspondientes que acreditaron su precaria
condición de salud, mismos que fueron puestos en conocimiento del SEDES.

Agrega que, fue impedida de trabajar en su oficina, recibiendo presiones para que se presente en Aiquile,
razón que le motivó a presentar la queja correspondiente ante el Defensor del Pueblo y en definitiva a
trasladarse en bus el 13 de julio de 2013 de Aiquile; sin embargo, en el recorrido a su destinó sufrió de
pérdida de conocimiento derivando en que sea atendida en el Centro Médico Señor de Mayo ubicado en el
Km. 4 de la Av. Petrolera, hecho lamentable que fue comunicado al SEDES el 15 del mismo mes y año,
acompañando la correspondiente baja médica que posteriormente fue otorgada también por los días 29 y
30 de julio del indicado mes y año.

Indica que, mediante proveído notificado el 22 de julio de 2013 se le hizo conocer que no se accedió a su
pedido de permanencia en el Hospital Viedma de Cochabamba, sin considerar los descargos presentados y
su condición de funcionaria de carrera, motivo por el cual interpuso Recurso Jerárquico el 29 de ese mes y
año, el cual al momento de la interposición de la presente acción de amparo constitucional no fue resuelto
por el Viceministerio de Empleo, Servicio Civil y Cooperativas (Dirección General del Servicio Civil),
encontrándose impedida de asistir a su fuente laboral, quedando subsistente el peligro de cumplirse la
amenaza de su destitución, por lo cual tuvo que acudir directamente a la jurisdicción constitucional.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

La accionante, alega la vulneración de sus derechos a la vida y a la integridad física, a la salud, a la dignidad,
a la estabilidad laboral y al debido proceso, citando al efecto los arts. 13.I; 15.I y II; 18.I y II; 22; 49.III y
115.II de la Constitución Política del Estado (CPE), arts. 35.I inc. a); 35.II; 41.I inc. a) del Reglamento
Interno de Personal del Ministerio de Salud y Deportes Tercera Versión, aprobado mediante Resolución
Ministerial 177 de 9 de abril de 2002 y art. 60 del Decreto Supremo 28909 de 6 de noviembre de 2006, arts.
3, 8 y 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

I.1.3. Petitorio

De acuerdo a lo expuesto, la accionante solicita se conceda la tutela y se disponga: a) Quede sin efecto el
Memorándum 24468 de 27 de junio de 2013; b) Mantener vigente la Resolución Administrativa de
Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, mediante la cual fue transferida al Hospital Viedma perteneciente a la
Red de Salud de Cercado; c) Se determine su permanencia indefinida en el Hospital Viedma, entre tanto
continúe con las mismas patologías que ponen en riesgo su vida y salud; y, d) Se disponga la reparación de
daños y perjuicios causados.

I.1.4. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Efectuada la audiencia pública el 22 de agosto de 2013, encontrándose presentes la parte accionante, el


demandado Oscar Raymundo YucraLozay los abogados de José Domingo Claros Fernández codemandado-
, conforme consta en el acta cursante de fs. 190 a 193 vta., se produjeron los siguientes actuados:

I.2.2.Ratificación de la acción

La parte accionante ratificó plenamente el contenido de su acción, aclarando los presupuestos fácticos y el
petitorio, citando las mismas normas supuestamente vulneradas.

I.2.3. Informe de las autoridades demandadas

Ximena Raquel Asillanes Lazcano, Luis Alberto Rivera Arauco y Carla Patricia Oña Salazar en
representación legal de José Domingo Claros Fernández y de Oscar Raymundo Yucra Loza, mediante
informe cursante de fs. 121 a 132, expresaron que: 1) La demandante al haber ganado la convocatoria y
examen de competencia para un cargo cuyo ítem tiene por sede de Aiquile, debe ejercer sus funciones en
el Hospital Carmen López de dicha ciudad; 2) La demandante fue designada de manera irregular en otros
cargos de los cuales no fue ganadora y no concurrían causales de fuerza mayor para justificar dichas
transferencias; 3) En respeto precisamente de la estabilidad laboral es que se pretende reubicar a la
demandante en el cargo del cual es titular; 4) Si bien mediante el Memorándum 16601 se le asignaron
funciones temporales por una gestión en el Hospital Viedma, éstas dependían de la presentación de
exámenes médicos periódicos tanto de la Caja Nacional de Salud (CNS)como del Instituto de Salud
Ocupacional, lo contrario implica que ya no tiene los problemas de salud que dieron origen a su
transferencia temporal; 5) Si la accionante no estuvo de acuerdo con el hecho que las funciones que le
asignaron sean únicamente por una gestión, debió representar dicho acto administrativo a través del recurso
jerárquico y no consentir con su silencio; 6) A la fecha se encuentra pendiente de resolución el recurso
jerárquico planteado por la accionante y que debe ser resuelto por la Dirección General del Servicio Civil;
y, 7) El Hospital Viedma únicamente requiere un profesional odontólogo a medio tiempo, modalidad que
no es aplicable al ítem de la demandante.

I.2.4Resolución

La Sala Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, constituida en


Tribunal de garantías, mediante Resolución 010/2013 de 22 de agosto, cursante de fs. 194 a 200, concedió
en parte la tutela impetrada disponiendo: i) La anulación del Memorándum 24468 que dispuso la
transferencia de la demandante al Hospital de Aiquile; y, ii) Se mantenga vigente la Resolución
Administrativa de Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, en tanto subsistan las patologías que la aquejan en
tanto la resolución administrativa jerárquica no sea pronunciada; en base a los siguientes fundamentos: a)
La excepción al principio de subsidiaridad es aplicable al caso específico por cuanto existe riesgo en la vida
de la accionante, por cuanto de Aiquile se encuentra a más de doscientos kilómetros de Cochabamba, hecho
que permite abstraerse de la resolución del recurso jerárquico pendiente de resolución; b) Todas las
certificaciones médicas diagnosticaron cardiopatía congénita cianótica, comunicación interventricular
perimembranoso, insuficiencia mitral y tricuspideo leve, por lo cual la Resolución Administrativa de
Revocatoria 01/2011 de 7 de abril determinó que la demandante requería de permanentes controles médicos
haciendo necesaria su permanencia en su lugar de trabajo en la ciudad de Cochabamba; y, c) Por lo
anteriormente fundamentado, las normas básicas, reglamentos y estatutos no pueden ser aplicadas al caso
concreto, mismas que serán objeto de análisis en la resolución administrativa de recurso jerárquico aún no
pronunciada.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional


Por Acuerdo Administrativo TCP-DGAJ-SP-086/2013 de 29 de noviembre, se determinó la suspensión del
plazo procesal del 23 al 31 de diciembre de 2013, por receso de fin de año, reanudándose el cómputo de
plazo para emitir Resolución dentro del plazo establecido.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1.El 7 de abril de 2011, el entonces Director Técnico del SEDES de Cochabamba, pronunció la
Resolución Administrativa de Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, en la que determinó: “ Revocar el
memorándum Nº 19407 fechado con 3 de Marzo de 2011, mediante el cual se le transfería a cumplir
funciones como odontóloga de planta al C. Arani, disponiendo y autorizando su TRASLADO TEMPORAL
al Hospital Viedma por los motivos de salud expuestos en líneas precedentes , y sea solo por la gestión
2011, estableciéndose que para determinar y considerar la procedencia o improcedencia de la continuación
de su traslado para la próxima gestión 2012, deberá someterse a otros exámenes médicos (particular, INSO,
etc.) y presentar su solicitud correspondiente al SEDES a fines de noviembre de 2011 sea sin perjuicio de
la obligación que tiene de informar al SEDES de cualquier cambio que aconteciese en su situación actual
de salud” (sic) (fs. 16 a 17 vta.).

II.2.Mediante Carta presentada el 17 de noviembre de 2011, Sonia Isidora Encinas Lamas de Mercado -hoy
accionante-, solicitó a la Unidad de Servicios Médicos del SEDES de Cochabamba, proceda a la realización
de sus exámenes médicos para dar cumplimiento a la Resolución Administrativa de Revocatoria 01/2011
de 7 de abril (fs. 20).

II.3.El 30 de noviembre de 2011, la accionante presentó a la Unidad de Servicios Médicos del SEDES de
Cochabamba, certificados médicos que, a su criterio, acreditaban su delicado estado de salud, solicitando
se determine la permanencia en su lugar de trabajo (fs. 21).

II.4.A través de carta de 12 de noviembre de 2012, la accionante, solicitó a la unidad de Servicios Médicos
del SEDES de Cochabamba, se proceda a sus exámenes médicos para dar cumplimiento a la Resolución
Administrativa de Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, para lo cual requirió se elaboren los estudios
necesarios (fs. 22).

II.5.El 3 de abril de 2013, la accionante requirió de José Domingo Claros Fernández, Director técnico del
SEDES de Cochabamba -ahora codemandado- ordene se le practiquen los exámenes médicos para acreditar
su delicado estado de salud (fs. 25).

II.6.Memorándum 24159 de 16 de abril de 2013, Director del SEDES de Cochabamba, determinó la


transferencia de la accionante a la Red de Salud de Aiquile (fs. 10), situación ratificada mediante
Memorándum 24468 de 27 de junio de 2013 (fs. 11).

II.7.El 10 de julio de 2013, la accionante, presentó Recurso de Revocatoria contra el Memorándum 24159
de 16 de abril de 2013, por el cual se determinó su transferencia a la Red de Salud de la ciudad de Aiquile,
decisión que no consideró su delicado estado de salud (fs. 32 a 33 vta.), recurso que dio lugar a la emisión
del Auto de 19 de julio de 2013, en el que José Domingo Claros Fernández, determino “ no se concede”
(sic), la petición efectuada por la accionante, instruyendo el cumplimiento del Memorándum impugnado
(fs. 58).
II.8.A fs. 60 y 61 cursan certificaciones de 24 de julio de 2013 del Sindicato “ 15 de Octubre Tiraque y de
la empresa TransCotoca Cochabamba” en las que se detalla un evento relacionado con el delicado estado
de salud de la accionante, quien en el recorrido de Cochabamba hacia la ciudad de Aiquile requirió de
asistencia médica.
II.9.El 29 de julio de 2013, la ahora accionante interpuso Recurso Jerárquico, solicitando la revocatoria del
Memorándum 24468 de 27 de junio de 2013, mismo que no fue resuelto hasta la interposición de la presente
acción de amparo constitucional (fs. 62 a 64).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
La accionante, alega la vulneración de sus derechos a la vida, a la salud y a la estabilidad laboral, por cuanto
el año 2006 después de un proceso de selección, ingresó a trabajar en el SEDES de Cochabamba, más
propiamente como odontóloga del Hospital de Aiquile, cargo en el cual fue objeto de varias transferencias,
para finalmente ser ubicada en la Red de Salud de la Provincia Cercado de Cochabamba en virtud de un
proceso de reclamaciones por su parte que dieron lugar a dicho extremo, hasta que mediante Memorándum
de 16 de abril de 2013 la autoridad ahora demandada dispuso su transferencia al Hospital de Aiquile,
decisión que no pudo cumplir en virtud de su grave estado de salud que le impide realizar viajes y esfuerzos
físicos, por lo cual recibió presiones, razón que le motivó a activar los recursos de impugnación en sede
administrativa, quedando pendiente de resolución el Recurso Jerárquico interpuesto, no obstante de haber
procurado trasladarse de Aiquile el 13 de julio de ese año, cometido que no fue cumplido debido a que en
el recorrido a su destino sufrió de pérdida de conocimiento derivando en que sea atendida en el Centro
Médico Señor de Mayo, situación que fue comunicada al SEDES el 15 del mismo mes y año acompañando
la correspondiente baja médica, justificaciones que no lograron revertir el Memorándum de transferencia.

En consecuencia, se procederá a analizar si en el presente caso corresponde la conceder o denegar la tutela


solicitada.

III.1.La acción de amparo constitucional. Su configuración constitucional


La SCP 0002/2012 de 13 de marzo, ha señalado: “ El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones
de defensa, instituye en el art. 128 la acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que
tendrá lugar contra los 'actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona
individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución y la ley'.

Del contenido del texto constitucional de referencia puede inferirse que la acción de amparo constitucional
es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos
derechos fundamentales y garantías que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de
protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de
libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los
actos contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos
provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas que
restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección.

En este contexto, el amparo constitucional boliviano en su dimensión procesal, se encuentra concebido


como una acción que otorga a la persona la facultad de activar la justicia constitucional en defensa de sus
derechos fundamentales y garantías.

El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura, que no incide en su
naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa inmediata, oportuna y eficaz para la
reparación y restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales, y dada su configuración, el
amparo constitucional se constituye en un proceso constitucional, de carácter autónomo e independiente
con partes procesales diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta,
con un objeto específico y diferente, cual es la protección y restitución de derechos fundamentales y con
una causa distinta a la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de
derechos fundamentales a raíz actos y omisiones ilegales o indebidos y con un régimen jurídico procesal
propio.

En este orden de ideas, la acción de amparo constitucional adquiere las características de sumariedad e
inmediatez en la protección, por ser un procedimiento rápido, sencillo y sin ritualismos dilatorios. A estas
características se añade la de generalidad, a través de la cual la acción puede ser presentada sin excepción
contra todo servidor público o persona individual o colectiva.

Finalmente cabe señalar que dentro de los principios procesales configuradores del amparo constitucional,
el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en el parágrafo I del art. 129 de la
Constitución que esta acción “ (…) se interpondrá siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados” .

Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de constitucionalidad o
control tutelar de los derechos y garantías al constituirse en un mecanismo constitucional inmediato de
carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y respeto de los derechos fundamentales y
garantías constitucionales, siempre que no exista otro medio de protección o cuando las vías idóneas
pertinentes una vez agotadas no han restablecido el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse
con este requisito, no se puede analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la
tutela“ .

III.2. Derecho a la vida y a la salud


La Constitución Política del Estado en su art. 15.I consagra el derecho a la vida, dentro del catálogo de
derechos fundamentales, señalando que: “ Toda persona tiene derecho a la vida…” .
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su art. 3 establece: “ Todo individuo tiene derecho
a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” .

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su art. 6 señala: “ El derecho a la vida es inherente
a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida
arbitrariamente” .
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en su artículo refiere: I “ Todo ser
humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” .
En ese sentido, la Convención Americana sobre Derechos Humanos art. 4.1 dejo establecido que: “ Toda
persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a
partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente” .

La Declaración de Viena, adoptada por la segunda Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos,
celebrada en Viena en el año 1993 señala que: “ Todos los derechos humanos son universales, indivisibles
e interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad debe tratar los derechos humanos en forma
global de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos la misma importancia” (punto
5).

“ Con respecto al derecho a la vida el Estado tiene obligaciones tanto positivas como negativas. En su
Observación General No. 6, el Comité de Derechos Humanos comenta que la cabal protección del derecho
a la vida requiere, entre otras cosas, medidas destinadas a prevenir la guerra y medidas para la protección
de la salud pública” .
En cuanto al derecho a la salud, el art. 18.I de la CPE dispone que: “ Todas la personas tienen derecho a la
salud” .

En lo referente al derecho a la salud, en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en su numeral 25,


encontramos que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que, entre otras cosas, le asegure
su salud.

A decir de Guillermo Soberón Acevedo, “ La salud es ámbito predilecto de la sociedad igualitaria. Poca
importancia tiene la disminución de otras desigualdades sociales, si no se manifiesta en una vida sana y de
mejor calidad” .
III.2. Jurisprudencia
Sobre el alcance de estos derechos primigenios, el Tribunal Constitucional Plurinacional en a la SCP
1906/2012 de 12 de octubre, ha señalado: . Es decir, la vida misma es el presupuesto indispensable para
que haya titularidad de derechos y obligaciones. Es un derecho inalienable de la persona que obliga al
Estado en dos sentidos: su respeto y su protección. La autoridad estatal está constitucionalmente impedida
de hacer cosa alguna que destruya o debilite el contenido esencial de esos derechos, debiendo crear las
condiciones indispensables para que tengan cabal observación y pleno cumplimiento” .

La jurisprudencia constitucional del Tribunal Constitucional a través de la SC 0653/2010-R de 19 de julio,


reiterando lo señalado por la SC 0026/2003 ha expresado: “ …es el derecho en virtud del cual la persona
humana y los grupos sociales- especialmente la familia-como titulares del mismo, pueden exigir de los
órganos del Estado, en cuanto sujetos pasivos, que establezcan las condiciones adecuadas para que aquellos
puedan alcanzar un estado óptimo de bienestar físico, mental y social y garanticen el mantenimiento de
estas condiciones. El derecho a la salud no significa solamente el derecho a estar en contra de la enfermedad
sino el derecho a una existencia con calidad de vida'. Entendimiento que en el actual orden constitucional
encuentra mayor eficacia puesto que la salud es un valor y fin del Estado Plurinacional, un valor en cuanto
el bienestar común, respetando o resguardando la salud, conlleva al vivir bien, como previene el art. 8,II de
la Ley Fundamental; pero también es un fin del Estado, tal cual lo establece el art. 9.5 de la referida norma
suprema, al señalar que son fines y funciones esenciales del Estado, además de los que establece la
Constitución y la ley 'Garantizar el acceso de las personas a la educación, a la salud y el trabajo'” .

En lo que se refiere al derecho a la salud, el Tribunal Constitucional Plurinacional en la SCP 0776/2012 de


13 de agosto, determinó: “ El derecho a la salud reclamado por los accionantes, se halla previsto como
derecho fundamental en el art. 18.I de la CPE, sobre cuyo entendimiento, en la jurisprudencia constitucional
desarrollada en la SC 0653/2010-R de 19 de julio, se estableció que está: '…desarrollado por los arts. 35 al
44, de dicha norma Suprema Sección II «La salud y a la seguridad Social» del Capítulo Quinto sobre los
«Derechos Sociales y Económicos», Título Segundo «Derechos Fundamentales y garantías», de la Primera
Parte de la «Bases Fundamentales del Estado, Derechos, Deberes y Garantías». Derecho, sobre cuyo
entendimiento este Tribunal en la SC 0026/2003-R de 8 de enero, estableció que: «es el derecho en virtud
del cual la persona humana y los grupos sociales -especialmente la familia- como titulares del mismo,
pueden exigir de los órganos del Estado, en cuanto sujetos pasivos, que establezcan las condiciones
adecuadas para que aquellos puedan alcanzar un estado óptimo de bienestar físico, mental y social y
garanticen el mantenimiento de esas condiciones. El derecho a la salud no significa solamente el derecho a
estar en contra de la enfermedad sino el derecho a una existencia con calidad de vida'. Entendimiento que
en el actual orden constitucional encuentra mayor eficacia, puesto, que la salud es un valor y fin del Estado
Plurinacional, un valor en cuanto el bienestar común respetando el 'vivir bien', como previene el art. 8.II de
la CPE; pero es un fin, tal cual lo establece el art. 9.5 de la CPE, al señalar que: Son fines y funciones
esenciales del Estado, además de los que establece la Constitución y la ley 'Garantizar el acceso de las
personas a la educación, a la salud y al trabajo” ' (resaltado añadido).

III.3.Jurisprudencia respecto al derecho a la dignidad


La SCP 0579/2012 de 20 de julio, señala que: “ El art. 21.2 de la CPE, instituye dentro de los derechos
civiles y políticos, el derecho a la dignidad; el art. 22 a su vez, menciona que la dignidad y la libertad
personal son inviolables y que el respetarlas y protegerlas son un deber primordial del Estado.

Por su parte, el art. 8.II de la Norma Suprema, indica que el Estado se sustenta entre otros valores en el de
'dignidad'.

La dignidad humana es inherente a la condición misma del ser humano, lleva en sí la obligatoriedad del
respeto al ser humano como un ser pleno de derechos. Este es un derecho que ha sido desarrollado por la
doctrina y la abundante jurisprudencia internacional en el orden constitucional.

La SC 0483/2010-R de 5 de julio, dispuso: 'En lo que respecta a la supuesta violación del derecho a la
dignidad, cabe señalar que el art. I de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DHDH), señala
que: «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros». La dignidad personal,
implica reconocer al otro como otro yo, y al Estado, le corresponde reconocer, garantizar y promover la
dignidad y los derechos humanos, desechando los obstáculos que se oponen a ello, su acatamiento es la
base del Estado de Derecho. Definir la dignidad de la persona no es posible, sólo podemos apreciar su
vulneración, la que se concreta cuando se perturba, amenaza o priva de los derechos esenciales a la persona,
o se denigra o humilla, cada vez que se discrimina. De esta forma, la dignidad de la persona, constituye una
realidad ontológica constitucional, siendo la esencia y fundamento de los derechos humanos” .

III.4. Sobre la estabilidad laboral


El nuevo orden constitucional protector de los trabajadores y de la estabilidad laboral instaurado en el
Estado Plurinacional de Bolivia a partir de la promulgación de la Constitución Política del Estado el 7 de
febrero de 2009, cuando en su art. 49. III, determina que: “ El Estado protegerá la estabilidad laboral. Se
prohíbe el despido injustificado y toda forma de acoso laboral. La ley determinara las sanciones
correspondientes” .

“ El derecho al trabajo y los derechos en el trabajo constituyen un núcleo, no sólo de los derechos
socioeconómicos, sino también de los derechos humanos fundamentales. Un denominador central de
derechos relacionados con el trabajo, en términos de su objeto o contenido, parece ser 'una labor' (trabajo).
En su tradicional por estrecho sentido, el trabajo ha sido percibido como un medio de ganarse la vida, o en
otras palabras, sólo un medio de supervivencia económica. A principios del siglo XX, otra perspectiva más
importante y global empezó a ser discutida: la interdependencia entre las condiciones laborales, la justicia
social y la paz universal. Adicionalmente las percepciones modernas han intensificado positivamente el
concepto del trabajo como valor humano, una necesidad social y un medio de auto-realización y desarrollo
de la personalidad humana” (Drzewcki).

El art. 23.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala que: “ Toda persona tiene derecho
al trabajo, a la libre elección de su trabajo a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo que le asegure
a ella como a su familia, una existencia con forme a la dignidad humana” .

En ese sentido el art. 46 de la CPE, consagra:

“ I. Toda persona tiene derecho:


1. Al trabajo digno, con seguridad industrial, higiene y salud ocupacional, sin discriminación, y con
remuneración o salario justo, equitativo y satisfactorio, que le asegure para sí y su familia una existencia
digna.

2. A una fuente laboral estable, en condiciones equitativas y satisfactorias.

II. El Estado protegerá el ejercicio del trabajo en todas sus formas.

III. Se prohíbe toda forma de trabajo forzoso u otro modo análogo de explotación que obligue a una persona
a realizar labores sin su consentimiento y justa retribución".

El art. 48. II, que expresa que: “ Las normas laborales se interpretarán y aplicarán bajo los principios de
protección de las trabajadoras y de los trabajadores como principal fuerza productiva de la sociedad; de
primacía de la relación laboral; de continuidad y estabilidad laboral; de no discriminación y de inversión
de la prueba a favor de la trabajadora y del trabajador.

“ El vocablo estabilidad deriva del latín stabilitás, que denota la idea de estabilidad, solidez, firmeza,
consistencia; es la base de la vida económica del trabajador y su familia” .

Respecto al proteccionismo estatal, Guillermo Cabanellas de Torres señala: “ Se delinea el derecho al


trabajo como el que tiene todo individuo, en relación al Estado, para que éste le facilite o provea, en caso
de crisis o falta de actividad laboral productiva (…). El derecho al trabajo no sólo se correlaciona con el
deber y la función social del trabajo, sino que deriva de otros derechos, como el de la propia subsistencia y
el del mantenimiento familiar” .

“ A manera de colofón, el intervencionismo del Estado, se concreta preferentemente a través de la jornada


laboral máxima, y de los descansos mínimos, el establecimiento de salarios mínimos, el resarcimiento por
despidos injustificados (…)” .

Humberto Podetti, al referirse al principio in dubio pro operario ha señalado que éste ha pasado a ser "una
especie, dentro del principio generalizado, del favor debilis. Mozart Víctor Russomano, por su parte, señala
que toda estabilidad "o es absoluta o no es estabilidad” .

El Convenio C158 de la Organización Internacional del trabajo (OIT) Sobre la terminación de la relación
de trabajo por iniciativa del empleador, en su art. 4, establece que: “ No se pondrá término a la relación de
trabajo de un trabajador a menos que exista para ello una causa justificada relacionada con su capacidad o
su conducta o basada en las necesidades de funcionamiento de la empresa, establecimiento o servicio” .
Por otra parte este Convenio en su art. 8, reconoce el derecho del trabajador a recurrir ante la autoridad
competente cuando considere que la terminación de su relación de trabajo es injustificada.

III.4.1. Jurisprudencia
La SCP 0718/2012 de 13 de agosto, ha señalado: “ La Constitución Política del Estado vigente, a diferencia
de la Constitución Política del Estado abrogada, refuerza la protección al trabajador en cuanto sujeto de la
relación jurídico-laboral, estableciendo y en su caso elevando a rango constitucional, principios procesales
inherentes a la materia que protegen al trabajador, como el sujeto más débil de dicha relación, sometido a
las contingencias del capital y de modelos económicos de explotación de la fuerza laboral, que en
situaciones de crisis o de desempleo, puede verse forzado a resignar condiciones de trabajo dignas e
inclusive derechos, que por naturaleza son 'irrenunciables', lo que se traduce en condiciones de subempleo,
rebaja de salarios, ausencia de pago de prestaciones sociales, contratación temporal, etc. que en caso de no
ser acatadas por el trabajador, pueden determinar inclusive su despido, por no someterse a las nuevas
condiciones de trabajo que se le plantean, lo que naturalmente tendrá incidencia en su entorno familiar y
social.
En ese sentido, el art. 48.I de la CPE, establece que: 'Las disposiciones sociales y laborales son de
cumplimiento obligatorio'. El parágrafo II de dicho artículo prescribe que: 'Las normas laborales se
interpretarán y aplicarán bajo los principios de protección de las trabajadoras y de los trabajadores como
principal fuerza productiva de la sociedad; de primacía de la relación laboral; de continuidad y estabilidad
laboral; de no discriminación y de inversión de la prueba a favor de la trabajadora y del trabajador' El
parágrafo III, prevé que: 'Los derechos y beneficios reconocidos en favor de las trabajadoras y los
trabajadores no pueden renunciarse, y son nulas las convenciones contrarias o que tiendan a burlar sus
efectos…'.

Al respecto, la SC 0032/2011-R de 7 de febrero, conceptualizando los principios informadores del derecho


al trabajo, señaló: “ a) Principio de protección y tutela.- Llamado así porque la razón del derecho laboral
es esencialmente de protección, de ahí que si se emiten normas laborales, éstas tienen que estar orientadas
al resguardo del trabajador; dicho de otro modo no se busca la paridad jurídica sino la de establecer un
amparo preferentemente a favor del trabajador.

b) Principio de imperatividad o irrenunciabilidad de derechos laborales.- Se funda en la imposibilidad


jurídica de privarse por voluntad propia de los derechos que se consagran a favor del trabajador; es decir,
la renuncia a los beneficios legales no tienen validez alguna.

c) Principio de buena fe.- Constituye un elemento esencial que debe primar en todo contrato de trabajo,
para que las relaciones laborales no se quebranten y pierdan consistencia, concibiéndose el objeto de las
leyes laborales como de protección y amparo del trabajador.

d) Principio de justicia social.- Se integra con los deberes de colaboración y solidaridad; es decir, como
aquella justicia que rectifica una situación social que implique una injusticia.

e) Principio de equidad.- Constituye un elemento importante para el esclarecimiento de un precepto legal


previamente formulado; dicho de otra forma, la aplicación de la equidad hace posible humanizar sin
desvirtuar la norma legal cuando ésta es oscura o dudosa” .

Asimismo, siempre sobre el principio de protección al trabajador, el extinto Tribunal Constitucional en la


SC 0049/2003-R de 21 de mayo, donde se sometió a juicio de constitucionalidad el principio de inversión
de la prueba, se señaló: 'La razón del nacimiento del Derecho del Trabajo es esencialmente protectora. Se
sancionan las normas legales precisamente para proteger a los trabajadores con el fundamento de tratar de
disminuir, reducir o paliar la desigualdad notoria, objetiva y evidente que existe entre el trabajador y el
empleador en la sociedad, desde el punto de vista material, económico y social'. Asimismo, la SC
0059/2006-R de 5 de julio, estableció: 'Este principio protectorio, llamado también, de protección tutelar,
a favor del trabajador, pro operario, -entre otros-, responde a la necesidad de mantener la igualdad entre las
partes que intervienen en el contrato de trabajo, compensando la desigualdad económica y la debilidad del
trabajador frente al empleador. Se entiende que la norma de trabajo quebranta el tradicional principio de la
igualdad jurídica de las partes creando una desigualdad protectora del trabajo humano y de la persona del
trabajador; sin embargo, esta desigualdad protectora persigue en definitiva una igualdad de hecho, para
paliar la menor capacidad de negociación del trabajador a la hora de pactar las condiciones de su contrato.

La base de la relación laboral es la situación de hiposuficiencia del trabajador, situación socio real que lo
lleva a incorporarse como trabajador subordinado a las empresas. Esta hiposuficiencia que en época de
crisis se agudiza y aumenta, torna imperiosa la necesidad de afirmar con más fuerza el principio protectorio.
Sólo basta observar la caracterización que se ha dado a la relación de dependencia personal, propia del
contrato de trabajo, como la posibilidad que tiene el empleador de dar órdenes y de sustituir en todo
momento la voluntad del trabajador por la suya (dependencia jurídica), para comprender aún más la
necesidad de un estado protector y garantista'” .

III.5.Excepción al principio de subsidiaridad


El Auto Constitucional 0160/2012-RCA de 2 de octubre ha señalado: “ Dentro de la amplia línea
jurisprudencial, se ha establecido excepciones al principio de subsidiariedad cuando la remisión a los
procedimientos ordinarios signifique un perjuicio irremediable o irreparable en los derechos o garantías del
actor; entendimiento que ha sido asumido por el Tribunal Constitucional; cuando por ejemplo, ha otorgado
la tutela provisional del amparo por perjuicio o daño irreparable. Como la SC 0119/2003-R de 28 de enero,
estableció que: '…una de las características inherentes a la naturaleza jurídica del Amparo Constitucional
es la subsidiariedad, lo que significa que esta vía tutelar sólo se activa cuando la persona no tiene o no
cuenta con ningún otro recurso o vía legal para la reparación inmediata, efectiva e idónea de sus derechos
fundamentales o garantías constitucionales vulnerados por actos u omisiones ilegales o indebidas, salvo
que la restricción o supresión de los derechos o garantías constitucionales ocasione un perjuicio
irremediable o irreparable, en cuyo caso, de manera excepcional, se activa el Amparo Constitucional para
otorgar una tutela efectiva e inmediata que evite la consecuencia irremediable', entendimiento que se ha
mantenido en las SSCC 0131/2010-R y 0126/2010-R en entre otras.

Dicha excepción, debe ser aplicada a los supuestos en que se alegue lesión al derecho a la seguridad social
debido a su vinculación con otros derechos fundamentales, como la vida, la salud física y psicológica y la
dignidad, de los cuáles son base y fundamento.

En ese sentido, debe entenderse que el ejercicio de estos derechos no puede estar supeditado al agotamiento
de medios de impugnación existentes que, en la mayoría de los casos, no son resueltos con la inmediatez
que los derechos protegidos exigen; y por lo mismo, no se constituyen en medios idóneos e inmediatos para
la tutela de derechos que requieren una rápida protección, pues en la medida en que exista demora en hacerlo
efectivo el derecho social, la persona no podrá desarrollar su vida dignamente, ante la falta de recursos para
afrontar las necesidades básicas que tiene como ser humano.

A ello debe agregarse que, como se tiene señalado, la seguridad social es un instrumento de justicia social;
y, en ese entendido, debe prevalecer el derecho sustantivo frente a las formalidades. En este sentido, debe
buscarse la justicia material que ha sido desarrollada por este Tribunal en diferentes sentencias, haciendo
excepciones, inclusive a los principios de subsidiariedad e inmediatez, siendo necesario hacer notar que el
accionante concluyó con todos los reclamos pertinentes ante la instancia administrativa quienes no dieron
una atención oportuna a sus observaciones, reclamos y peticiones que fueron constantes” .

III.5.Análisis del caso concreto


La accionante, alega la vulneración de sus derechos a la vida, a la salud y a la estabilidad laboral, por cuanto
el año 2006 después de un proceso de selección, ingresó a trabajar en el SEDES de Cochabamba, más
propiamente como odontóloga del Hospital de Aiquile, cargo en el cual fue objeto de varias transferencias,
para finalmente ser ubicada en la Red de Salud de la provincia Cercado de Cochabamba en virtud de un
proceso de reclamaciones por su parte que dieron lugar a dicho extremo, hasta que mediante Memorándum
de 16 de abril de 2013 la autoridad ahora demandada dispuso su transferencia al Hospital de Aiquile,
decisión que no pudo cumplir en virtud de su delicado estado de salud que le impide realizar viajes y
esfuerzos físicos, por lo cual recibió presiones, razón que le motivó a activar los recursos de impugnación
en sede administrativa, quedando pendiente de resolución el Recurso Jerárquico interpuesto, no obstante
de haber procurado trasladarse de Aiquile el 13 de julio de ese año, cometido que no fue cumplido debido
a que en el recorrido a su destino sufrió de pérdida de conocimiento derivando en que sea atendida en el
Centro Médico “ Señor de Mayo” , situación que fue comunicada al SEDES el 15 del mismo mes
acompañando la correspondiente baja médica que posteriormente fue otorgada también por el 29 y 30 de
igual mes y año, justificaciones que no lograron revertir el Memorándum de transferencia.

Hecha la valoración de antecedentes y considerando que el art. 128 de la CPE, dispone que la acción de
amparo constitucional ha sido instituida como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones
ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman
o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la misma Constitución y la ley, se concluye
lo siguiente:

La Resolución Administrativa de Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, pronunciada por el Director Técnico


del SEDES de Cochabamba determinó revocar el Memorándum 19407 de 3 de marzo de 2011,
determinando y autorizando su traslado al Hospital Viedma de Cochabamba por los motivos de salud que
hacen a la presente acción de amparo constitucional, estableciéndose que para la continuación de su traslado
para la gestión 2012, debía someterse a otros exámenes médicos a fines de noviembre de 2011, debiendo
además cumplir con la obligación de informar al SEDES de cualquier cambio que aconteciese en su
situación de salud.

Dando cumplimiento a la condición inserta en la Resolución Administrativa de Revocatoria 01/2011 de 7


de abril, la ahora demandante presentó solicitud a dicho efecto a la unidad de Servicios Médicos del SEDES
Cochabamba el 17 de noviembre de 2011, misma que fue reiterada el 30 del mismo mes y año a través de
la presentación de certificados médicos que a su criterio acreditaban su delicado estado de salud,
requiriendo se determine su permanencia en su lugar de trabajo, pedido que fue repetido a través de carta
de 12 de noviembre de 2012; sin embargo, no existe constancia alguna de actuados administrativos por
parte del SEDES para efectivizar los controles médicos destinados a determinar la condición de salud de la
ahora accionante.

El 3 de abril de 2013, la ahora demandante requirió de José Domingo Claros Fernández, ordene se le
practiquen los exámenes médicos para acreditar su estado de salud; sin embargo, fue emitido el
Memorándum 24159 de 16 del mismo mes y año, en el que la autoridad demandada determinó la
transferencia de la accionante Sonia Isidora Encinas Lamas de Mercado a la Red de Salud de Aiquile,
situación ratificada mediante Memorándum 24468 de 27 de junio de 2013, motivo por el cual el 19 de abril
de la misma gestión, presentó Recurso de Revocatoria contra el Memorándum 24159 de 16 de abril del
mismo año, recurso que dio lugar a la emisión del Auto de 19 de julio de ese año, en el que José Domingo
Claros Fernández determino “ no se concede” (sic) la petición efectuada por la ahora demandante,
instruyendo el cumplimiento del Memorándum impugnado sin considerar las advertencias expresadas por
la ahora demandante respecto a su grave estado de salud, tanto es así que cursan certificaciones de 24 de
julio de 2013 del Sindicato “ 15 de Octubre Tiraque y de la empresa TransCotoca Cochabamba” en las
que se detalla el evento relacionado al desvanecimiento de Sonia Encinas Lamas de Mercado, quien en el
recorrido de Cochabamba hacia la ciudad de Aiquile requirió de asistencia médica.

Si bien, el 29 de julio de 2013, la accionante interpuso Recurso Jerárquico, solicitando la revocatoria del
Memorándum 24468 de 27 de junio de 2013, mismo que no fue resuelto hasta la interposición de la presente
acción de amparo constitucional, la situación amerita la concesión de la tutela inmediata de la tutela, por
cuanto las afirmaciones de Sonia Encinas Lamas de Mercado respecto a que su salud y su propia vida se
halla en riesgo no fueron refutadas por la autoridad demandada, siendo intrascendente el hecho que el año
2011 y 2012 no se hubiesen efectuados los exámenes médicos de respaldo para consolidar el traspaso al
Hospital Viedma por cuanto no es atribuible a la demandante, debido a que en tres ocasiones solicitó a la
unidad de Servicios Médicos del SEDES Cochabamba la realización de los referidos controles médicos.

Del análisis de lo ocurrido, se advierte que en efecto, existió una lesión a los derechos a la vida y a la salud
de la accionante, resultando claro que la autoridad demandada, ignoró la delicada situación de la ahora
demandante, debiendo, en atención a los argumentos expuestos en la presente resolución reconsiderar los
memorándums de transferencia, tomando siempre en cuenta la protección que brinda el Estado a la vida y
a la salud, más allá de contar con las facultades y atribuciones de disponer el desplazamiento de sus
dependientes.

De todo lo expuesto, se concluye que el Tribunal de garantías, al conceder en parte la tutela aunque con
otros argumentos, evaluó de manera completa los datos del proceso y las normas aplicables al mismo,
debido a que se constata la lesión de los derechos invocados por la accionante, no obstante que los efectos
serán modulados en la parte resolutiva.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional; en revisión, resuelve:

1°CONFIRMAR la Resolución 010/2013 de 22 de agosto, cursante de fs. 194 a 200, pronunciada por la
Sala Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba; y, en consecuencia

2°CONCEDER tutela respecto a los derechos a la vida y a la salud invocados por la accionante hasta que
se practiquen los exámenes médicos que correspondan y que permitan concluir de manera veráz y efectiva
en relación a su estado de salud para posteriormente determinar lo que en derecho corresponda, a través del
jerárquico.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
MAGISTRADA
Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani
MAGISTRADO

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SCP 0124-2014 -AAC (10-01). (Acto administrativo, sus


principios, la validez, la nulidad, derecho a la dignidad
y educación)
Publicado en Sentencias Constitucionales Marzo 05 2014

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0124/2014


Sucre, 10 de enero 2014
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente:04550-2013-10-AAC
Departamento:La Paz

En revisión la Resolución 52/13 de 9 de agosto de 2013, cursante de fs. 284 a 287 vta., pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional interpuesta por Juan Carlos Ramos Rocabado contra Alberto Jorge
Aracena Martínez, Alberto Jacobo ArmalyRasguido, Rigoberto Sánchez Villanueva, Gino Antonio
Catacora Belmonte y WálterJonnyVillarpando Moya; Comandante General de la Policía Boliviana y
miembros de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de Orden General de Ascensos,
gestión 2013, respectivamente.

I.ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 25 de julio de 2013, cursante de fs. 122 a 140 vta., subsanando el 1 de
agosto del mismo año (fs. 144 a 149), el accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de
derecho:

I.1.1.Hechos que motivan la acción

En la gestión 2011, solicitó ser convocado al Curso Comando y Alta Dirección para la gestión académica
2012, por la Universidad Policial Mariscal Antonio José de Sucre, petición que fue desestimada bajo el
argumento que aún no contaba con la antigüedad requerida en el grado, sin tomar en cuenta que su persona
tenía el derecho a este beneficio por haber concluido sus estudios universitarios y contaba con título
profesional en trámite, el que le beneficiaba para acumular por una sola vez, dos años de antigüedad a los
efectos de ascenso, de acuerdo a lo estipulado por el art. 86 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional,
norma concordante con el art. 32 inc. a) del Reglamento de Personal; que además impone que el trámite de
reconocimiento de esta antigüedad deberá ser efectuado en el plazo improrrogable de treinta días a partir
de la fecha de obtención del título; término que transcurrido impide el reconocimiento del beneficio.

Luego, el 6 de febrero de 2012, cuando prestaba sus servicios en el departamento de Santa Cruz, solicitó
de manera oficial constituirse en La Paz, para presentarse ante la Comisión de Apelación a la Convocatoria
a Cursos de Post Grado, con sede en el Comando General de la Policía, al haberse desestimado su solicitud
de convocatoria; sin embargo, por circunstancias ajenas a su voluntad, debido a conflictos sociales
ocurridos en Yapacani - Ichilo, se vio impedido de constituirse en dicha instancia superior y en cuanto pudo
hacerlo, recibió como respuesta que su tiempo había pasado.

Ante dicha situación, solicitó ser puesto a disposición del Comando General de la Policía para que pueda
exponer ante las autoridades policiales, los motivos que justificaban su convocatoria al precitado Curso;
petición que fue concedida. Posteriormente, el 1 de marzo de 2012 cuando aún se encontraba en trámite su
título en provisión nacional como abogado y estando a disposición del Comando General de la Policía,
pudo evidenciar que algunos de sus compañeros de promoción fueron convocados al Curso, por la
administración policial, de manera condicional, siendo admitidos en el sistema universitario policial;
situación que lo motivó a apersonarse ante el Comando General de la Policía Boliviana y mediante
memorial solicitó un trato similar.
Luego de un profundo análisis de su petición, el entonces Comandante General de la Policía Boliviana
emitió el memorándum 1112/2012 de 27 de marzo, por el cual, se lo declaró en comisión estudios e
incorporó al Curso Comando y Alta Dirección, debiendo presentarse en el término establecido por el
Reglamento. Disposición refrendada el 23 de abril del mismo año mediante la emisión de la Resolución
Administrativa (RA) 135/12, suscrita por la misma autoridad. En la cual, conforme comprendió, estaba
condicionada a la presentación de su título en provisión nacional, una vez el mismo sea validado por el
Ministerio de Educación.

El 14 de mayo de 2012, recibió su título profesional de abogado, el mismo que mediante memorial de 13
de junio siguiente, lo presentó solicitando su reconocimiento a efectos de su ascenso para la gestión que
transcurría; luego, durante el segundo semestre de la gestión académica 2012, estando ya vencidos los
módulos programados en la currícula, se apersonó ante el Comando General, donde le indicaron que su
solicitud estaba con informe de Asesoría en Despacho. En diciembre de 2012, días previos a su egreso del
Curso Comando y Alta Dirección en la Gestión Académica 2012, se produjo cambio de mando de las altas
autoridades en la Policía Boliviana, habiéndose quedado sin resolver su solicitud. Posteriormente, después
de haber vencido los diez módulos del Curso, ocupando el sexto lugar de aprovechamiento, el 6 de
diciembre de, se llevó a cabo su egreso en la Academia Nacional de Policías (ANAPOL).

En la segunda quincena de ese mismo mes y año, al haber concluido su comisión estudios, por instrucciones
del Comando General, quedó sin destino y a disposición de dicha instancia, pues al igual que todos los
cursantes, aguardó la disposición para el retorno a sus lugares de origen, firmando el libro de asistencia del
Departamento Movimiento de Personal del Comando General, hasta enero de 2013, cuando el Director
Nacional de Personal le hizo conocer verbalmente que habían ciertas cosas que no estaban en orden respecto
a los datos de algunos egresados y que por ello se atrasaba la publicación de la Orden General de Ascensos
gestión 2013, entre los que se encontraba su caso.

Ante tal situación, explicó de manera detallada al Director Nacional todo lo sucedido, por lo cual, dicha
autoridad le instruyó que presente nuevamente su título de abogado para subsanar la falla; por lo que,
asumiendo que era de buena fe, para evitar mayores dilaciones, el 23 de enero de 2013, presentó
nuevamente su solicitud que en los puntos 6 y 7, a sugerencia de la precitado Director, afirmó que por
razones ajenas a su voluntad, los engorrosos trámites burocráticos, sumados a eso, los servicios
programados que incluía viajes al interior del país, imposibilitó la presentación del título académico.

El 1 de febrero de 2013, se publicó la Orden General de Ascensos de la Policía Boliviana 01/2013, de la


cual fue excluido sin justificativo legal. Irregularidad que se inició por la omisión en la emisión de la
resolución administrativa de acumulación de dos años de antigüedad para su ascenso, dentro del plazo de
seis meses establecido en el art. 17.I, II, III y IV de la Ley de Procedimiento Administrativo (LPA), lo que
le ocasionó un grave perjuicio en su ascenso al grado inmediato superior (Coronel), para la gestión 2013,
normativa supletoria dado que la Policía Boliviana no cuenta con reglamentación que establezca plazos y
términos.

Ante tales hechos, el 4 de febrero de 2013, por conducto regular, solicitó que le se hagan conocer los
motivos por los que su persona fue excluida de la orden general de ascensos al grado de Coronel, pero no
obtuvo respuesta. Silencio que motivó que el 5 del citado mes y año, mediante orden judicial, exigiera una
respuesta al Comando General de la Policía Boliviana; y ante el incumplimiento, la autoridad jurisdiccional,
el 19 del mismo mes y año, emitió una conminatoria al Comandante General de la Policía, para que emita
respuesta dentro del plazo de cuarenta y ocho horas, el cual fue respondido veinte días después (12 de
marzo) por la mencionada autoridad, apoyando su contenido en un informe de la Comisión
Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos gestión 2013. Documentos en
los que se consignaron datos falsos sobre su persona, tal como en la nota de respuesta; concluyendo que no
era sujeto de convocatoria y ascenso porque no reunía el puntaje y antigüedad requeridos de acuerdo al
Reglamento, por lo tanto, pese a haber aprobado el Curso, no cumplía con los requisitos para el ascenso al
grado inmediato superior; más nunca fue notificado con ninguna respuesta.
En lo referente a que no cumple los requisitos, es un aspecto atribuible a la administración policial, pues su
puntaje del Curso sobrepasó los 2459 puntos; y su antigüedad no alcanzó a lo requerido, debido a la falta
de reconocimiento de sus años, en virtud a su título en provisión nacional. Por lo que, el 7 de mayo de 2013,
presentó por cuarta vez su solicitud, haciendo mención a otro caso que se encontraba en similar situación
que la suya, en la que reconocieron los dos años de antigüedad para efectos del ascenso, lo que demuestra
la desigualdad de trato.

Posteriormente, en tres oportunidades, Alberto Jorge Aracena Martínez lo convocó a su despacho para tocar
el tema de su ascenso, pero sólo sirvió para dilatar la solución al problema, incluso en la última oportunidad
estuvieron presentes el Director Nacional de Personal, el Jefe del Departamento de Escalafón de Personal,
tres asesores de esa misma Dirección y el Asesor Jurídico Personal del Comandante General de la Policía
Boliviana, reunión en la que se le impidió ejercer su derecho a la defensa.

No obstante lo señalado, como resultado de la conminatoria emitida por la autoridad jurisdiccional, el


Comandante General de la Policía, ordenó que se le inicie un proceso administrativo disciplinario, el que
se encuentra radicado en la Dirección Departamental de Investigación Policial Interna, basado en las
conclusiones y sugerencias contenidas en el informe de la Comisión Interinstitucional.

Después de su egreso del Curso, desde el 14 de diciembre de 2012, quedó a disposición del Comando
General, sin cargo ni destino, firmando el libro de asistencia del Departamento de Movimiento de Personal
hasta el 16 de mayo de 2013, que lo destinaron al Comando Departamental de La Paz, perjudicándole
nuevamente, dado que no tiene ningún puntaje para la calificación y por lo tanto, percibe un sueldo sin
ejercer trabajo alguno en beneficio de la colectividad.

El 10 de julio de 2013, luego de su vacación, le entregaron el memorándum 4887/13 de 20 de junio del


citado año, ordenando su cambio de destino al Comando Departamental de Santa Cruz, en abuso de poder,
puesto que tiene un proceso en su contra iniciado en La Paz, y además porque inició una querella como
servidor público contra Alberto Jorge Aracena Martínez y otros jefes policiales.

I.1.2.Derechos supuestamente vulnerados

El accionante señala como lesionados sus derechos a la promoción de grado (ascenso), al debido proceso,
petición, dignidad humana y defensa; y a los principios de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, citando
al efecto los arts. 22 y 115 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3.Petitorio

Solicita que se conceda la acción, y se ordene a la administración policial: a) Emitir Resolución


Administrativa disponiendo su ascenso al grado de Coronel de la Policía Boliviana y sea retroactivo a
efectos del cómputo de su antigüedad y puntaje; b) En lo concerniente a sus haberes, la consignación de los
montos respectivos desde enero del presente año a la fecha; y, c) Condenación de costas, daños y perjuicios
por existir responsabilidad funcionaria.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías


Celebrada la audiencia pública el 9 de agosto de 2013, según consta en el acta cursante de fs. 272 a 283
vta., en presencia del accionante y de los representantes legales de las autoridades demandadas, y en
ausencia del representante del Ministerio Público, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1.Ratificación y ampliación de la acción
La parte accionante ratificó los argumentos del memorial de demanda y en respuesta a lo cuestionado por
el Tribunal de garantías, señaló que el memorial presentado el 13 de junio de 2012, por el que solicitó
reconocimiento de su título de abogado a efectos de permitir su asenso no ha sido respondido, es más, no
consta su registro en el sistema ni en los libros de registro.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

El representante legal del Comandante General de la Policía Boliviana, Alberto Jorge Aracena Martínez,
en informe oral, explicó lo siguiente: 1) El ahora accionante no cumple con los requisitos que exige el
Comando General para ostentar el grado inmediato superior; 2) El memorándum que emitió el entonces
Comandante General es contrario a las normas; 3) El Curso se inició en febrero de 2012 y el solicitante se
incorporó recién a mediados de abril; 4) A mediados de diciembre, se hizo cargo el Comandante actual
Alberto Jorge Aracena Martínez, quien observando tales irregularidades, conformó una Comisión para la
verificación del cumplimiento de requisitos para el Curso de Especialización de Post Grado; 5) Esta
Comisión realizó una revisión minuciosa de todo el personal y concluyó en que se debe remitir a los
observados a la Inspectoría, entre los que se encuentra, Juan Carlos Ramos Rocabado; y, 6) Existe el
privilegio del reconocimiento de los dos años, previa condicionante de presentar el título en provisión
nacional dentro de los treinta días a partir de su extensión, pero a la fecha, no se evidencia que se hubiera
presentado, por ende no existe petición y menos resolución que acredite dicho extremo.

Respondiendo a la pregunta del Tribunal de garantías, agregó que en ningún momento se dejó sin efecto el
memorándum supuestamente ilegal, al contrario, se reconoció que el accionante realizó el curso de post
grado, lo que se hace constar, es que el mismo no cumplió con la antigüedad requerida, y asistió al curso
de manera irregular.

La representante legal de Walter JonnyVillarpando Moya, miembro de la Comisión Interinstitucional de


Revisión del Proyecto de Orden General de Ascensos, gestión 2013, presente en audiencia señaló lo
siguiente: i) Entre los requisitos que se exigen para el ascenso al grado de Coronel, se encuentra la
antigüedad de cuatro años como Teniente Coronel; ii) Cuando se convocó al ahora accionante, éste contaba
con un año y once meses en el precitado grado, toda vez que su último ascenso data de 1 de enero de 2010;
iii) Si bien existe en la normativa policial la posibilidad de que puedan acumular dos años de antigüedad,
conforme al art. 86 de la Ley Orgánica de la Policía Boliviana (LOPB) y el art. 32 inc. a) del Reglamento
de Personal, el mismo que debe ser tramitado después de obtener el título profesional académico
universitario de alguna carrera en el plazo de treinta días; sin embargo, tal como menciona el interesado,
obtuvo su título en provisión nacional de abogado en mayo de 2012, y solicitó la acumulación de dos años
de antigüedad conforme a ese título, el 13 de junio del citado año. Sin embargo, tal como la Comisión
informó, revisado el file personal del ahora accionante, no existe tal trámite, y a la fecha cuenta con tres
años y siete meses; es decir, tampoco cumple con la antigüedad en el cargo; iv) Respecto del derecho de
petición, no es evidente su vulneración, pues se emitieron en su oportunidad informes técnicos legales y
oficios para cada una de las solicitudes que nunca fueron recogidas por el interesado, no obstante que en
sus memoriales señaló su domicilio en Secretaría de Despacho; v) Con relación al derecho a la igualdad,
no manifiesta de manera clara en qué sentido se hubiera vulnerado el mismo; vi) Las personas que no estén
en la Convocatoria de cursos de post grado tienen derecho a apelar hasta el 3 de febrero de ese año, y se
puede evidenciar que el ahora accionante presentó su impugnación de manera extemporánea; pese a lo cual,
mediante el memorándum 1112/2012 y Resolución 0135/2012 se lo convocó de manera irregular a este
Curso de Comando y Alta Dirección y evidentemente concluyó el 6 de diciembre de 2012, situación que
llevó al Comandante General a conformar la Comisión de Revisión, conforme al memorándum 629/2013
de 17 de mayo, la cual concluyó con la observación de diez funcionarios que fueron convocados
irregularmente; vii) El accionante y otros dos funcionarios, iniciaron una acción penal por incumplimiento
de deberes, el 6 de marzo de 2013, en tal sentido, debe denegarse la tutela por subsidiariedad; viii) Existe
una Resolución Suprema (RS) 221631 de 7 de abril de 2013, en la cual se establece que para ascender al
grado de Coronel, debe tener una antigüedad de cinco años; sin embargo, el ahora accionante presentó una
solicitud de licencia indefinida, otorgada mediante Resolución 042/96, extremo que lo retrasa un año, por
lo tanto, su egreso de la ANAPOL de la promoción 85 pasa a ser gestión 86; lo que significa que su
asistencia al Curso de Alto Comando de Alta Dirección debe materializarse el 2013; y, ix) No se presentó
prueba alguna que respalde que el Comando General dio un trato distinto a dos casos iguales.

Más adelante, en respuesta al cuestionamiento del Presidente del Tribunal de garantías, añadió que los
memoriales de 1 de marzo de 2013, 13 de junio de 2012, 7 de mayo y 25 de marzo de 2013, reiterados, el
31 de mayo y 18 de junio del mismo año, ambos de 2013, presentados por el accionante, merecieron
respuestas, mediante informes jurídicos y oficios, incluso en uno de ellos, consta la firma y rúbrica de
recepción del interesado. Pues, como no señaló su domicilio procesal ni real en su memorial de 8 de marzo
de 2013, se le diligenció en Secretaría.

Rigoberto Sánchez Villanueva, mediante su abogado, señaló: a) La Orden General de Destinos se emitió el
1 de enero de 2013 y la conformación de la Comisión de la que funge como Presidente, se realizó al
siguiente día; cuyo informe se elevó el 7 del mismo mes y año; por lo tanto, los miembros de esta Comisión,
no cuentan con legitimación para ser demandados; y, b) Tampoco se demandó contra las autoridades
suscribientes de la Orden General de Ascensos 01/2013.

El representante legal de Gino Antonio Catacora Belmonte, a nombre de su mandante: 1) Se adhirió a la


fundamentación del Comandante General; 2) Estima no contar con legitimación pasiva, dado que si bien
formó parte de la Comisión revisora, la misma “ …es parte de las atribuciones que tiene el Comandante de
conformar diferentes niveles de asesoramiento, lo que pueden ser tomados en cuenta o no por la Máxima
Autoridad Ejecutiva…” (sic), por tanto, no tiene obligación de responder a supuestas vulneraciones y
transgresiones denunciadas. Por lo señalado, pide la denegatoria de la acción; y, 3) Aun cuando se hubiera
reconocido el título en provisión nacional de Juan Carlos Ramos Rocabado, habría alcanzado la antigüedad
mínima para ascender al grado inmediato superior. A la fecha cuenta con tres años y siete meses, por lo
tanto, con dicho reconocimiento contaría con cinco años y siete meses; empero, todos los miembros de la
Institución, incluida mi persona, cumplimos seis años y al 1 de enero de 2014, recién les correspondería
ascender, siempre y cuando cumplan con los demás requisitos establecidos para el efecto.

I.2.3. Intervención del tercero interesado


No existen terceros interesados.
I.2.4. Resolución
La Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, mediante Resolución 52/13 de 9
de agosto de 2013, cursante de fs. 284 a 287 vta., concedió en parte la tutela solicitada, sólo contra Alberto
Jorge Aracena Martínez, disponiendo que dicha autoridad responda en el plazo máximo de setenta y dos
horas a los escritos presentados por el accionante; y denegó contra los demás demandados, por no haberse
demostrado en forma objetiva que los mismos hubieran vulnerado el derecho de petición y el debido
proceso; bajo los siguientes argumentos: i) No se atendieron las solicitudes del actor en tiempo oportuno;
ii) Ninguno de los memoriales presentados por el accionante están dirigidos a las demás autoridades
demandadas, por tanto, no tenían obligación de responder a los mismos, y por ende, los argumentos del
derecho de petición no son valederos contra éstas; iii) La certificación emitida por el Comandante General
de la Policía dirigido al Juez Segundo de Instrucción en lo Civil de El Alto, no constituye un acto
administrativo y menos responde al contenido de las peticiones contenidas en los memoriales; y, iv) En
cuanto al fondo de lo solicitado, su pronunciamiento le corresponde al Comandante General y no al Tribunal
de garantías.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional


Por Acuerdo Administrativo TCP-DGAJ-SP-086/2013 de 29 de noviembre, se determinó la suspensión del
plazo procesal del 23 al 31 de diciembre de 2013, por receso de fin de año, reanudándose el cómputo de
plazo para emitir Resolución dentro del plazo establecido.

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:

II.1. El 2 de marzo de 2012, la Universidad Nur de Santa Cruz, emitió el Diploma Académico que acredita
a Juan Carlos Ramos Rocabado como Licenciado en Derecho (fs. 56).

II.2.Por memorándum 1112/2012 de 27 de marzo, el Comandante General de la Policía Boliviana, Jorge


Renato SantiestebanClaure, declaró al accionante en comisión estudios y lo incorporó al Curso Comando
y Alta Dirección dependiente de la Dirección Nacional de Instrucción y Enseñanza (fs. 57). Determinación
ratificada mediante RA 0135/12 de 23 de abril de 2012, pronunciada por la misma autoridad (fs. 4 y 58).

II.3.El 25 de abril de 2012, Juan Carlos Ramos Rocabado obtuvo su Título en provisión nacional de
Abogado (fs. 55). Legalizado por el Ministerio de Educación, el 14 de mayo del mismo año (fs. 55 vta.).

II.4.Por Resolución Administrativa del Consejo Académico de la Escuela Superior de Policías 017/2012 de
23 de mayo, se resolvió entre otras cosas, habilitar excepcionalmente a Juan Carlos Ramos Rocabado, al
Primer Semestre de la gestión 2012, del Curso Comando y Alta Dirección de la Policía Boliviana (fs. 59 a
61).

II.5.En memorial presentado el 13 de junio de 2012, ante el Comandante General de la Policía Boliviana,
Juan Carlos Ramos Rocabado solicitó reconocimiento de su título de abogado a efectos de su ascenso al
grado inmediato superior, adjuntando una copia legalizada del mismo (fs. 37 a 45).

II.6.Del Certificado emitido por la Escuela Superior de Policías de la Universidad Policial Mariscal Antonio
José de Sucre, se evidencia que Juan Carlos Ramos Rocabado egresó del Diplomado “ Comando y Alta
Dirección” , el 6 de diciembre de 2012 (fs. 6), con un puntaje final de 2459.5 (fs. 15).

II.7.De la Orden General de Ascensos de la Policía Boliviana 01/2013 de 1 de enero, se constata que Juan
Carlos Ramos Rocabado, no se encuentra consignado en el mismo (fs. 64 a 69).

II.8. Del informe de 7 de enero de 2013, elaborado por la Comisión Revisora del Proyecto de Orden General
de Ascensos - gestión 2013, es posible evidenciar que el ahora accionante se encuentra dentro de la nómina
de observados, por no cursar su trámite de reconocimiento de dos años de antigüedad; y haber sido
irregularmente declarado en Comisión de Estudios e incorporado al Curso Comando y Alta Dirección (fs.
75 a 86). Notificado al interesado personalmente, el 29 de mayo del precitado año (fs. 88).

II.9.Por memorial presentado el 23 de enero de 2013, ante el Comandante General de la Policía Boliviana,
Juan Carlos Ramos Rocabado, señaló que por “ …razones ajenas a mi voluntad, los engorrosos trámites
burocráticos sumados a esto los servicios programados que incluía viajes al interior del país, imposibilitó
la presentación del (…) Título Académico” (sic), solicitando que se lo admita y se cumpla con la previsión
normativa referida al cómputo de la antigüedad (fs. 46 a 54).

II.10.Por proveído de 4 de febrero de 2013, el Juez Segundo de Instrucción en lo Civil y Comercial de El


Alto del departamento de La Paz, a petición expresa del interesado, solicitó al Comando General de la
Policía que certifique (fs. 91) sobre los puntos señalados en el memorial presentado por el accionante (fs.
92 y vta.).

II.11.Por decreto de 20 de febrero de 2013, emitido por la misma autoridad jurisdiccional, se conminó al
Comando de la Policía, que emita respuesta a la orden recepcionada el 5 de febrero del citado mes y año
(fs. 93). Lo que se cumplió mediante nota de 12 de marzo del mismo año (fs. 70 a 73).

II.12.Mediante memorial presentado el 1 de marzo de 2013, ante el Ministerio Público, Juan Carlos Ramos
Rocabado y otros, iniciaron un proceso penal contra Alberto Jorge Aracena Martínez, Comandante General,
Walter JonnyVillarpado Moya, Director Nacional de Personal, ambos de la Policía Boliviana, por la
presunta comisión del delito de incumplimiento de deberes (fs. 203 a 208).

II.13.El 25 de marzo de 2013, el accionante solicitó al Comandante General de la Policía Boliviana, una
copia legalizada de la RA 0135/12 de 23 de abril de 2012 (fs. 102). No consta respuesta

II.14.A través del memorial presentado el 27 de marzo de 2013, ante el Comandante General de la Policía
Boliviana, el precitado, solicitó que se considere su ascenso a grado de Coronel y se emita la
correspondiente Resolución (fs. 95 a 97 vta.).

II.15.Por memorándum 0974/2013 de 6 de mayo, el Comandante General de la Policía Boliviana a.i.,


Alberto Jorge Aracena Martínez destinó a Juan Carlos Ramos Rocabado, a prestar servicios en el Comando
Departamental de Policía de La Paz (fs. 7).

II.16.Mediante memorial presentado el 7 de mayo de 2013, ante el Comandante General de la Policía


Boliviana, Juan Carlos Ramos Rocabado reiteró la presentación de documentación y solicitó el
cumplimiento a la RA 221/2006 (fs. 62 a 63), el que mereció hoja de trámite 13910 de 12 de junio del
mismo mes, dando lugar al informe 997/2013 de 24 del mismo, emitido por la Asesora Legal de la Dirección
Nacional de Personal del Comando General de la Policía Boliviana, el cual señala que el solicitante cuenta
con una antigüedad de tres años y cinco meses; y que no cursa ninguna documentación a la que se hubiere
adjuntado el Título en Provisión Nacional como tampoco Resolución Administrativa de Reconocimiento
de dos años, en mérito a los arts. 86 de la LOPN y 32 del Reglamento de Personal; por lo tanto, no cumplió
con la antigüedad en el grado ni el puntaje mínimo exigido (fs. 176 a 178).

II.17.Por memorándum 4887/13 de 20 de junio 2013, el Comandante Departamental de la Policía a.i. de La


Paz, comunicó a Juan Carlos Ramos Rocabado, que fue destinado a prestar sus servicios al Comando
Departamental de la Policía de Santa Cruz (fs. 100).

II.18.El 31 de mayo de 2013, Juan Carlos Ramos Rocabado pidió que se le otorguen resoluciones y
condecoraciones a los diez años, veinte años y veinticinco años, respectivamente (fs. 103). No consta
decreto alguno.
II.19.El 18 de junio de 2013, el accionante solicitó a la máxima autoridad del Comando, fotocopias
legalizadas del Informe 0193/2013 de 5 de marzo, remitido por María Luisa Rojas Quispe, Asesora Legal
de la Dirección Nacional de Personal al Director Nacional de Personal, ambos del Comando General de la
Policía Boliviana, con relación a su caso (fs. 106). No consta respuesta.

II.20.En la misma fecha, requirió fotocopias legalizadas de las Resoluciones Administrativas (RR
AA)0680/07 de 31 de agosto de 2007, 021/12 de 26 de enero de 2012, de la Comisión de Apelación a la
convocatoria a Cursos de Post Grado de la Universidad Policial 002/2012 de 7 de febrero, informe sin
número de 7 de enero de 2013 elaborado por la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la
Orden General de Ascensos gestión 2013, y del oficio 992/13 de 12 de marzo de 2013 de Secretaría General
del Comando General de la Policía Boliviana (fs. 104 a 105). No respondido ni decretado.

II.21.Mediante memorándum 041/2013 de 9 de julio, el Comandante de la Estación Policial Integral de San


Pedro, por instrucciones superiores convocó a varios funcionarios, entre ellos, al ahora accionante a
presentarse en La Paz el 10 de julio de 2013, en el Despacho del Comandante General de la Policía
Boliviana (fs. 101).

II.22.Por memorándum 5677/13 de 1 de agosto de 2013, el Comando Departamental de la Policía de La


Paz, destinó y designó a Juan Carlos Ramos Rocabado, como Subcomandante de la Estación Policial
Integral de “ Cotahuma” (fs. 161).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO


El accionante alega que las autoridades demandadas lesionaron sus derechos a la promoción de grado
(ascenso), al debido proceso, petición, dignidad humana y defensa; y a los principios de legalidad, seguridad
jurídica, igualdad, dado que no obstante haber cumplido con los requisitos para ascender al grado de
Coronel, y egresado del Curso de Comando y Alta Distinción, al que fue convocado bajo la condición que
presente su título en provisión nacional para alcanzar el mínimo de antigüedad requerido; posteriormente,
pese a haber cumplido con la exigencia y culminado el Curso de manera satisfactoria; lo excluyeron del
Orden General de Ascensos, gestión 2013, con el argumento que no cuenta con la antigüedad mínima,
tampoco cursa en el Comando General ninguna documentación a la que se hubiere adjuntado el título en
provisión nacional, y no existe resolución administrativa de reconocimiento de dos años, en mérito a los
arts. 86 de la LOPN y 32 del Reglamento de Personal.

En consecuencia, en revisión de la Resolución dictada por el Tribunal de garantías, corresponde dilucidar


si tales extremos son evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos de los derechos fundamentales o
garantías constitucionales del accionante, a fin de otorgar o denegar la tutela solicitada.

III.1.La acción de amparo constitucional y principios que la rigen


El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones de defensa, instituye en el art. 128 de la CPE, la
acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los “ actos u
omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la
ley” .

Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de amparo constitucional
es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos
derechos fundamentales y garantías, que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de
protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de
libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los
actos contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos
provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas que
restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección.

Dentro de los principios procesales configuradores del amparo constitucional, el constituyente resalta la
subsidiariedad y la inmediatez, al señalar en el parágrafo I del art. 129 de la CPE, que esta acción: “ …se
interpondrá (…), siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los
derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados” . En virtud al primero de los citados,
corresponde a los accionantes, agotar todos los recursos de impugnación idóneos que la ley les otorga para
el reclamo de sus derechos y garantías que consideren vulnerados; y de persistirse en su lesión, recién
podrán solicitar la tutela constitucional, cuidando, en virtud al segundo principio de los citados, que sea
activada dentro del plazo máximo de seis meses a partir de la comisión de la vulneración alegada o de la
notificación con la última decisión judicial o administrativa que se considere lesiva de los derechos y
garantías alegados, en cumplimiento a lo preceptuado por el art. 129.I y II de la Norma Suprema, que impele
a las partes al cumplimiento de ambos principios previa interposición de este mecanismo de defensa
preventivo y reparador, norma concordante con los arts. 54 y 55 del Código Procesal Constitucional
(CPCo).

Sobre el principio de subsidiariedad, la SC 0150/2010-R de 17 de mayo, señaló lo siguiente: “ …el amparo


constitucional se constituye en un instrumento subsidiario y supletorio de protección; subsidiario porque
no puede ser utilizado si previamente no se agotaron la vías ordinarias de defensa, y supletorio porque viene
a reparar y reponer las deficiencias de esa vía ordinaria. En consecuencia, para que los fundamentos de una
demanda de amparo constitucional puedan ser analizados en el fondo, la parte recurrente debe haber
utilizado hasta agotar todos los medios y recursos legales idóneos para la tutela de sus derechos sea en la
vía jurisdiccional o administrativa, pues donde se deben reparar los derechos y garantías lesionados es en
el mismo proceso, o en la instancia donde fueron vulnerados, esto es, que en principio haya acudido ante la
misma autoridad que incurrió en la presunta lesión y luego a las superiores a ésta, y si a pesar de ello persiste
la lesión porque los medios o recursos utilizados resultaron ineficaces, recién se abre la posibilidad de
acudir al amparo constitucional, el que no puede ser utilizado como un mecanismo alternativo o sustitutivo
de protección, pues ello desnaturalizaría su esencia” .

La SC 0770/2003-R de 6 de junio, definiendo la naturaleza y alcance del principio de inmediatez afirmó


que: “ …el recurso debe ser presentado hasta dentro de los seis meses de ocurrido el acto ilegal u omisión
indebida o de agotados los medios y recursos judiciales ordinarios o administrativos idóneos para hacer
cesar el acto, vale decir, que el recurso no podrá ser presentado cuando el plazo de los seis meses esté
superabundantemente vencido o cuando habiendo sido presentado dentro del referido plazo no se acudió
previamente a las instancias competentes para denunciar la lesión al derecho fundamental” . Plazo de
caducidad que como se demostró precedentemente se instituyó expresamente por nuestra Ley Fundamental,
dado que: “ …por principio general del derecho ningún actor procesal puede pretender que el órgano
jurisdiccional esté a su disposición en forma indefinida, sino que sólo podrá estarlo dentro de un tiempo
razonable, pues también es importante señalar que si en ese tiempo el agraviado no presenta ningún reclamo
implica que no tiene interés alguno en que sus derechos y garantías le sean restituidos” (SC 1157/2003-R
de 15 de agosto).

III.2. Causales de activación de la presente acción


Previo a ingresar al estudio de fondo de la problemática planteada, es necesario analizar si el accionante, a
tiempo de activar la presente acción, superó los principios que la rigen, dado que las autoridades
demandadas, aluden que Juan Carlos Ramos Rocabado no hubiera agotado los medios de impugnación
idóneos, de un lado, al haber planteado apelación contra la exclusión a la Convocatoria al Curso Comando
y Alta Dirección, de manera extemporánea; y de otro, por encontrarse en trámite un proceso penal iniciado
por su parte y otros contra Alberto Jorge Aracena Martínez, Comandante General; y, Walter
JonnyVillarpado Moya, Director Nacional de Personal, ambos de la Policía Boliviana, por la presunta
comisión del delito de incumplimiento de deberes.
Sobre el primer aspecto, se tiene que el actor expresa que cuando desempeñaba sus funciones como
Teniente Coronel, solicitó ser convocado al Curso Comando y Alta Dirección para la gestión académica
2012, de la Universidad Policial Antonio José de Sucre; petición que de inicio le fue desestimada bajo el
argumento que no reunía la antigüedad mínima requerida en el grado que ostentaba en ese momento, sin
tomar en cuenta que contaba con título profesional en trámite, extremo que le habilitada para asistir al
precitado Curso, de acuerdo a las previsiones contenidas en el art. 86 de la LOPN, que disponen que el
personal de la Policía Nacional que obtenga título profesional universitario a nivel superior en provisión
nacional, tendrá derecho a acumular por una sola vez, dos años de antigüedad en su grado, a los efectos del
ascenso. Norma concordante con el mandato contenido en el art. 32 inc. a) del Reglamento de Personal de
la Policía Nacional, que además de reiterar lo señalado, agrega que el trámite de reconocimiento de esta
antigüedad deberá ser efectuado en el plazo improrrogable de treinta días, desde la fecha de obtención de
su título. Transcurrido este plazo, no se reconocerá el beneficio.

En virtud a lo señalado, posteriormente solicitó ser puesto a disposición del Comando General de la Policía
para poder exponer sus motivos. Así en marzo de 2012, cuando aún se encontraba en trámite su título, se
enteró que otros funcionarios policiales en similar situación, fueron admitidos en el Curso de Post Grado
de manera condicional, hasta que regularicen la presentación de su título; extremo que le motivó a solicitar
un trato igualitario; obteniendo finalmente una respuesta satisfactoria a través del memorándum 1112/2012,
mediante el cual, el entonces Comandante General de la Policía Boliviana, Jorge Renato
SantiestebanClaure, lo declaró en comisión estudios y lo incorporó al Curso Comando y Alta Dirección
para la gestión 2012, dependiente de la Dirección Nacional de Instrucción y Enseñanza. Determinación
refrendada mediante RA 0135/12 de 23 de abril, pronunciada por la misma autoridad; y, 017/2012 de 23
de mayo emitida por el Consejo Académico de la Escuela Superior de Policías, habilitándolo
excepcionalmente para cursar el post grado.

De lo señalado es posible evidenciar que el ahora accionante fue Convocado oficialmente y mediante
conducto regular para asistir al Curso Comando y Alta Distinción de la Gestión Académica 2012,
adquiriendo a partir de ese momento, un derecho subjetivo consolidado; en virtud a actos administrativos
emitidos en su favor, que gozan de estabilidad y firmeza en sede administrativa; por tanto, se presumen
legales y legítimos. Por ende, no es lógico luego pretender exigir que éste hubiera apelado de la exclusión
de la Convocatoria al Curso, porque ello no ocurrió, al contrario fue legalmente llamado a cursar el post
grado. Extremo que no puede ser confundido con el hecho de que la supuesta falta de presentación de su
título lo hubiera inhabilitado por no cumplir con la condición impuesta; y que por ese motivo se supondría
tácitamente también el rechazo a la Convocatoria, pues, como se demostró en antecedentes, dicho extremo
no es evidente; la Convocatoria fue evidentemente materializada.

Consiguientemente, el memorial presentado por su parte el 23 de enero de 2013, a través del cual, interpone
apelación ante el Comandante General de la Policía Boliviana, impugnando su exclusión de la Convocatoria
al Curso de Post Grado de la gestión 2012, resulta irrelevante; y de ninguna manera puede considerarse
como óbice para afirmar que no se agotaron la vías de impugnación, por cuanto, como se explicó, el mismo
es innecesario e inidóneo; habida cuenta que la Convocatoria fue cumplida en su favor en tiempo oportuno;
claro está que bajo una condición, como es la presentación de su título en provisión nacional emitido por el
Ministerio de Educación, una vez el mismo sea extendido, a efectos del cómputo de su antigüedad en el
grado.

El segundo de los aspectos a analizar respecto a la subsidiariedad es el proceso penal iniciado por su parte
y otros contra Alberto Jorge Aracena Martínez, Comandante General; y, Walter JonnyVillarpando Moya,
Director Nacional de Personal, ambos de la Policía Boliviana; por la presunta comisión del delito de
incumplimiento de deberes.

Al respecto, es importante destacar que el proceso penal tiene otros fines y objetivos, como es la persecución
de los delitos y la imposición de sanciones, según corresponda; en cambio el ámbito constitucional protege
entre otras cosas, el ejercicio pleno de derechos fundamentales y de las garantías constitucionales y en
aquellos casos en los que se detecten vulneraciones persigue su reparación inmediata, como es el caso de
análisis; en consecuencia, tampoco resulta viable exigir su agotamiento previo a acudir ante esta
jurisdicción.

De lo descrito, se concluyo que en ninguno de los casos descritos precedentemente existe subsidiariedad,
por las circunstancias explicadas.

En cuanto al principio de inmediatez, resulta que ante las constantes solicitudes de regularización de la
situación de Juan Carlos Ramos Rocabado, el Comando General de la Policía Boliviana nunca dio respuesta
positiva o negativa, manteniéndolo en incertidumbre, sino hasta el 29 de mayo de 2013, fecha en la cual,
se lo notificó personalmente con el informe elaborado por la Comisión Revisora de la Orden General de
Ascensos de la gestión 2013, cuando se enteró oficialmente que ante supuesta la falta de cumplimiento del
requisito de antigüedad en el grado de Teniente Coronel, fue excluido de la Orden de Ascensos publicada
el 1 de enero de ese mismo año. Documento que pese a no constituir un acto administrativo firme, al ser
simplemente una opinión emitida por una Comisión creada para el efecto, sin embargo, es el último que se
pronunció con relación al caso que se analiza, y por ese motivo se lo tomará como simple referencia. Por
lo tanto, tomando en cuenta esa data, hasta la interposición de la presente acción, 25 de julio de 2013, han
transcurrido sólo 2 meses y cuatro días, lo que significa que, al igual que la inmediatez, el accionante
cumplió con el plazo de caducidad.

Determinado como está que el presente mecanismo de defensa ha superado ambos principios, corresponde
a continuación ingresar al fondo de lo demandado, tarea que será desarrollada a continuación.

III.3. El acto administrativo, sus caracteres y efectos


Sobre el acto administrativo, la jurisprudencia constitucional a través de la SCP 0249/2012 de 29 de mayo,
determinó lo siguiente: “ Según el tratadista argentino Agustín Gordillo, acto administrativo es toda
declaración unilateral de voluntad realizada en el ejercicio de la función administrativa que produce efectos
jurídicos individuales. Para AntoñoAbruna, constituye una declaración que proviene de una administración
pública, produce efectos jurídicos y se dicta en ejercicio de una potestad administrativa.

En coherencia con la doctrina, el art. 27 de la Ley de Procedimiento Administrativo (LPA), señala que: 'Se
considera acto administrativo, toda declaración, disposición o decisión de la Administración Pública, de
alcance general o particular, emitida en ejercicio de la potestad administrativa, normada o discrecional,
cumpliendo con los requisitos y formalidades establecidos en la presente Ley, que produce efectos jurídicos
sobre el administrado. Es obligatorio, exigible, ejecutable y se presume legítimo'.

La jurisprudencia constitucional por su parte, entre otras, en la SC 0107/2003 de 10 de noviembre, señaló


que: 'Acto administrativo es la decisión general o especial de una autoridad administrativa, en ejercicio de
sus propias funciones, y que se refiere a derechos, deberes e intereses de las entidades administrativas o de
los particulares respecto de ellas. El pronunciamiento declarativo de diverso contenido puede ser de
decisión, de conocimiento o de opinión. Los caracteres jurídicos esenciales del acto administrativo son: 1)
La estabilidad, en el sentido de que forman parte del orden jurídico nacional y de las instituciones
administrativas; 2) La impugnabilidad, pues el administrado puede reclamar y demandar se modifique o
deje sin efecto un acto que considera lesivo a sus derechos e intereses; 3) La legitimidad, que es la
presunción de validez del acto administrativo mientras su posible nulidad no haya sido declarada por
autoridad competente; 4) La ejecutividad, constituye una cualidad inseparable de los actos administrativos
y consiste en que deben ser ejecutados de inmediato; 5) La ejecutoriedad, es la facultad que tiene la
Administración de ejecutar sus propios actos sin intervención del órgano judicial; 6) La ejecución, que es
el acto material por el que la Administración ejecuta sus propias decisiones. De otro lado, la reforma o
modificación de un acto administrativo consiste en la eliminación o ampliación de una parte de su
contenido, por razones de legitimidad, de mérito, oportunidad o conveniencia, es decir, cuando es
parcialmente contrario a la ley, o inoportuno o inconveniente a los intereses generales de la sociedad'.
En resumen, el acto administrativo es una manifestación o declaración de voluntad, emitida por una
autoridad administrativa en forma ejecutoria, es de naturaleza reglada o discrecional y tiene la finalidad de
producir un efecto de derecho, ya sea crear, reconocer, modificar o extinguir una situación jurídica subjetiva
frente a los administrados. Goza de obligatoriedad, exigibilidad, presunción de legitimidad y ejecutabilidad;
es impugnable en sede administrativa y sujeta a control jurisdiccional posterior cuando se trata de actos
administrativos definitivos, lo que no implica que aquellos actos administrativos no definitivos no puedan
ser cuestionados; sin embargo, en este último caso, se lo hará en ejercicio del derecho de petición
consagrado en el art. 24 de la CPE, y solamente de manera preventiva” .
En cuanto a los principios que rigen la actividad administrativa, resulta conveniente revisar algunos de éstos
que rigen la actividad administrativa, sobre los cuales, en la SC 1464/2004-R de 13 de septiembre, se realizó
un desarrollo, en los siguientes términos:

“ III.1.1. El principio de legalidad en el ámbito administrativo, implica el sometimiento de la


Administración al derecho, para garantizar la situación jurídica de los particulares frente a la actividad
administrativa; en consecuencia, las autoridades administrativas deben actuar en sujeción a la Constitución,
a la ley y al derecho, dentro de las facultades que les están atribuidas y de acuerdo a los fines que les fueron
conferidos. Este principio está reconocido en el art. 4 inc. c) de la Ley de Procedimiento Administrativo
(LPA) que señala: 'La Administración Pública regirá sus actos con sometimiento pleno a la ley, asegurando
a los administrados el debido proceso'; esto implica, además, que los actos de la Administración pueden ser
objeto de control judicial (vía contenciosa administrativa), como lo reconoce el art. 4 inc. i) de la LPA, al
establecer que 'El Poder Judicial, controla la actividad de la Administración Pública conforme a la
Constitución Política del Estado y las normas legales aplicables'.

Otro signo del principio de sometimiento de la administración al derecho está referido a que la
administración no puede sustraerse del procedimiento preestablecido, sino que debe sujetar su actuación y
el de las partes en su caso, a lo previsto en la norma que regula el caso en cuestión. Conforme a esto, la Ley
de Procedimiento Administrativo en su art. 2 establece que: 'I La Administración Pública ajustará todas sus
actuaciones a las disposiciones de la presente Ley'.
III.1.2. Principio de la jerarquía de los actos administrativos. Se deriva del principio de legalidad, y
prescribe que ninguna disposición administrativa podrá vulnerar los preceptos de otra norma de grado
superior, principio que está recogido en el art. 4 inc h) de la LPA, cuando establece que: 'La actividad y
actuación administrativa y, particularmente las facultades reglamentarias atribuidas por esta Ley,
observarán la jerarquía normativa establecida por la Constitución Política del Estado y las leyes'.
III.1.3. Principio de los límites a la discrecionalidad. La discrecionalidad se da cuando el ordenamiento
jurídico le otorga al funcionario un abanico de posibilidades, pudiendo optar por la que estime más
adecuada. En los casos de ejercicio de poderes discrecionales, es la ley la que permite a la administración
apreciar la oportunidad o conveniencia del acto según los intereses públicos, sin predeterminar la actuación
precisa. De ahí que la potestad discrecional es más una libertad de elección entre alternativas igualmente
justas, según los intereses públicos, sin predeterminar cuál es la situación del hecho. Esta discrecionalidad
se diferencia de la potestad reglada, en la que la Ley de manera imperativa establece la actuación que debe
desplegar el agente.
Esta discrecionalidad tiene límites, pues siempre debe haber una adecuación a los fines de la norma y el
acto debe ser proporcional a los hechos o causa que los originó, conformándose así, los principios de
racionalidad, razonabilidad, justicia, equidad, igualdad, proporcionalidad y finalidad. La Ley del
Procedimiento Administrativo, en el art. 4. inc. p), establece en forma expresa el principio de
proporcionalidad, que señala que 'La Administración Pública actuará con sometimiento a los fines
establecidos en la presente Ley y utilizará los medios adecuados para su cumplimiento'.
III.1.4. Principio de buena fe. Junto al principio de legalidad, singular importancia tiene el principio de
buena fe, reconocido en el art. 4 inc. e) de la LPA, que establece que 'en la relación de los particulares con
la Administración Pública se presume el principio de buena fe. La confianza, la cooperación y la lealtad en
la actuación de los servidores públicos y de los ciudadanos, orientarán el procedimiento administrativo'.
Este principio ha sido desarrollado por el Tribunal Constitucional en la SC 095/2001 de 21 de diciembre,
señalando que '…es la confianza expresada a los actos y decisiones del Estado y el servidor público, así
como a las actuaciones del particular en las relaciones con las autoridades públicas. De manera que aplicado
este principio a las relaciones entre las autoridades públicas y los particulares, exige que la actividad pública
se realice en un clima de mutua confianza que permita a éstos mantener una razonable certidumbre en torno
a lo que hacen, según elementos de juicio obtenidos a partir de decisiones y precedentes emanados de la
propia administración, asimismo certeza respecto a las decisiones o resoluciones obtenidas de las
autoridades públicas'.

III.1.5. Principio de presunción de legitimidad. Según este principio, las actuaciones de la


Administración Pública se presumen legítimas, salvo expresa declaración judicial en contrario [art. 4 inc.
g) de la LPA]). La presunción de legitimidad del acto administrativo, como la ha establecido la Sentencia
antes aludida, '…se funda en la razonable suposición de que el acto responde y se ajusta a las normas
previstas en el ordenamiento jurídico vigente a tiempo de ser asumido el acto o dictada la resolución, es
decir, cuenta con todos los elementos necesarios para producir efectos jurídicos, por lo que el acto
administrativo es legítimo con relación a la Ley y válido con relación a las consecuencias que pueda
producir. La doctrina enseña que el fundamento de la presunción de legitimidad radica en las garantías
subjetivas y objetivas que preceden a la emanación de los actos administrativos, que se manifiesta en el
procedimiento que se debe seguir para la formación del acto administrativo, que debe observar las reglas
del debido proceso, que comprende el derecho del particular de ser oído y en consecuencia exponer la razón
de sus pretensiones y su defensa.
(…)
Lo señalado precedentemente, es aplicable también para los casos de revocatoria, modificación o
sustitución de los actos administrativos propios que crean, reconoce o declaran un derecho subjetivo, ya
que éstos sólo pueden ser revocados cuando se utilizaron oportunamente los recursos que franquea la ley,
o cuando el acto beneficie al administrado” .
A los principios ya desarrollados, resulta necesario agregar el de continuidad administrativa, como técnica
que impide la paralización de la actividad en el sector público y evita cualquier desfase que pudiera ocurrir
en la tramitación de las causas sometidas a su conocimiento, sólo por el hecho de haberse cambiado a las
autoridades que forman parte de la administración. Entonces, no es concebible que se produzca un vacío
por cambio o designación de nuevas autoridades, o que se pretendan anular actos administrativos que ya
adquirieron firmeza y crearon derechos subjetivos en los administrados.
Dicho de otro modo, el principio de continuidad administrativa está referido al órgano y al ejercicio de sus
competencias, no así al titular del cargo, o sea al funcionario público que transitoriamente ejerce dicha
prerrogativa. La continuidad se predica respecto a la administración como actividad en sentido que el
ejercicio de sus actividades; y en especial de las competencias asignadas por ley, es obligatorio, y por lo
tanto, no puede ser interrumpido
La continuidad administrativa va estrechamente ligada al principio general de impulso de oficio, contenido
en el art. 4 inc. n) de la LPA, referido a que la administración pública está obligada a impulsar el
procedimiento en todos los trámites en que medie el interés público. Norma complementada por el art.
46.I del mismo cuerpo legal, el cual señala que la tramitación del procedimiento administrativo se impulsará
de oficio en todas sus etapas y se tramitará de acuerdo con los principios establecidos en la misma Ley,
extremo que excluye cualquier necesidad de que el afectado deba ejercer presión o hacer seguimiento
de su causa, porque esa es una obligación inherente a la administración pública.
III.4. Validez de los actos administrativos
Los actos de la administración pública sujetos al derecho administrativo se presumen válidos y producen
efectos desde la fecha de su notificación o publicación, salvo que en ellos se disponga otra cosa. La eficacia
quedará demorada cuando así lo exija el contenido del acto o esté supeditada a su notificación, publicación
o aprobación superior (art. 32 de la LPA).
En ese orden, se puede señalar, que la validez de los actos administrativos depende de que en ellos
concurran los elementos constitutivos. En el caso de falta absoluta o parcial de alguno de esos elementos,
la ley establece sanciones, siendo la nulidad una de ellas; empero, en derecho administrativo, el particular
o administrado solamente puede pedir la nulidad si está legitimado para hacerlo; es decir, sólo en los
casos en que el acto afecte sus derechos subjetivos o intereses legítimos. Los actos administrativos son
regulares o irregulares, los regulares son anulables, puesto que si bien tienen vicios; sin embargo, son
subsanables porque no impiden la existencia de los elementos esenciales; los irregulares en cambio, son los
que se encuentran gravemente viciados y su nulidad es absoluta e insanable; se tratan de actos inexistentes
porque alguno de sus elementos orgánicos se realizó imperfectamente o porque el fin que persiguen los
emisores del mismo, está directa o expresamente condenado por ley.
Por irregularidad y omisión de formas, el acto debe ser nulificado en resguardo no solamente de la garantía
de que la decisión es correcta, sino como una garantía para el derecho de los particulares. No obstante ello,
pueden existir irregularidades de forma que no tienen influencia sobre el acto, tal el caso, cuando la
formalidad se encuentra establecida sólo en interés de la administración, situación que no conlleva
necesariamente la sanción de nulidad y la irregularidad puede ser corregida sin que el propio acto se afecte
substancialmente.
Conforme a las normas previstas por el art. 35 de la LPA, son nulos de pleno derecho los actos
administrativosque: a) Se dictaron por autoridad administrativa sin competencia; b) Los que carezcan de
objeto o el mismo sea ilícito o imposible; c) Los que hubieren sido dictados prescindiendo total y
absolutamente del procedimiento legalmente establecido; d) Los que sean contrarios a la Constitución
Política del Estado; y, e) Cualquier otro establecido expresamente por ley.
El art. 36 de la mencionada norma legal, dispone que son objeto de anulabilidad, los actos administrativos
que incurren en cualquier infracción del ordenamiento jurídico, distinta de las previsiones del art. 35 de la
LPA. El segundo parágrafo agrega que los defectos en las formas sólo determinarán la anulabilidad, cuando
el acto carezca de los requisitos formales indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la indefensión de
los interesados; las actuaciones administrativas fuera del tiempo establecido para ellas sólo da lugar a la
anulabilidad de acto cuando así lo imponga la naturaleza del término o plazo.
En ambos casos, por mandato expreso de dicha norma (arts. 35.II y 36.IV de la LPA), tanto la nulidad como
la anulabilidad pueden invocarse únicamente mediante la interposición de los recursos administrativos
previstos en la misma Ley y dentro de los plazos establecidos en ella; lo que significa, que los actos
administrativos definitivos son impugnables vía administrativa, mediante las vías recursivas establecidas
en las normas legales, lo que involucra la posibilidad de demandar la nulidad y anulabilidad de los actos
administrativos, empleando similares mecanismos intraprocesales.
En ese mismo sentido, en la SC 1464/2004-R, se señaló que: en virtud a los principios de legalidad,
presunción de legitimidad, y buena fe, no es posible que fuera de los recursos y del término previsto por
ley se anulen los actos administrativos, aún cuando se aleguen errores de procedimiento cometidos por la
propia administración, pues la Ley, en defensa del particular, ha establecido expresamente los mecanismos
que se deben utilizar para corregir la equivocación; por ende, fuera del procedimiento previsto y los recursos
señalados por la ley, un mismo órgano no podrá anular su propio acto administrativo (conocido en la
doctrina como acto propio), por cuanto una vez definida una controversia y emitida la Resolución, ésta
ingresa al tráfico jurídico y por lo tanto ya no está bajo la competencia de la autoridad que la dictó, sino a
la comunidad, como lo ha reconocido este Tribunal en la SC 1173/2003-R de 19 de agosto” .
III.5. Derechos a la dignidad y a la educación
El art. 22 de la CPE, establece que la dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y
protegerlas es deber primordial del Estado, por lo cual, cualquier restricción, supresión o amenaza de este
derecho, supone el desconocimiento de su núcleo esencial.

El art. 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, determina que: “ Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros” .

Con relación a este derecho, la SC 0686/2004-R de 6 de mayo, agregó que: “ La doctrina del Derecho
Constitucional considera a la dignidad humana como un valor supremo inherente al Estado Democrático
de Derecho, por lo mismo lo conceptúa como aquel que tiene todo hombre para que se le reconozca como
un ser dotado de un fin propio, y no cual simple medio para fines de otros. Equivale al merecimiento de un
trato especial que tiene toda persona por el hecho de ser tal. En el sistema constitucional boliviano, la
dignidad humana tiene una doble dimensión, de un lado, se constituye en un valor supremo sobre el que se
asienta el Estado Social y Democrático de Derecho y, del otro, en un derecho fundamental de la persona…” .
La dignidad es la percepción de la propia condición humana, y de las prerrogativas que de ella derivan, esto
es, un conjunto de creencias, valores, normas e ideales que, de una manera u otra, asumen como postulado
que hay un valor intrínseco o una condición especial de lo humano, que implica el respeto de la vida en
sociedad.

Este derecho se basa en el respeto al libre desarrollo de la personalidad, lo que implica que toda persona
puede hacer lo que desee en su vida y con su vida sin que la sociedad o el Estado puedan realizar
intromisiones indebidas en esa vida privada; pues se entiende que toda persona tiene la absoluta libertad de
ejercer sus derechos de la forma que más convenga a sus intereses, con la sola condición de no lesionar el
interés colectivo o los derechos de las demás personas, por lo mismo, frente a una eventual lesión o
restricción de su derecho fundamental o garantía constitucional la persona tiene la libertad de definir la
acción a seguir frente a dicha situación, ya sea reclamando frente al hecho ilegal, planteando las acciones
pertinentes o, en su caso, de consentir el hecho. Similar criterio se afirmó en la SC 0763/2003-R de 6 de
junio, y se reiteró en las SSCC 0589/2010-R, 0725/2010-R, 0231/2010-R y 0366/2011-R y las Sentencia
Constitucional Plurinacionales 0198/2012 y 2146/2012.
Sobre el derecho a la educación previsto por el art. 17 de la CPE, se establece que: “ Toda persona tiene
derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e
intercultural, sin discriminación” ; concordante con el art. 91.II de la misma Norma Suprema que dispone
que: “ La educación superior es intracultural, intercultural y plurilingüe, y tiene por misión la formación
integral de recursos humanos con alta calificación y competencia profesional; desarrollar procesos de
investigación científica para resolver problemas de la base productiva y de su entorno social; promover
políticas de extensión e interacción social para fortalecer la diversidad científica, cultural y lingüística;
participar junto a su pueblo en todos los procesos de liberación social, para construir una sociedad con
mayor equidad y justicia social” .

Al respecto la jurisprudencia, en la SC 0235/2005-R de 21 de marzo, señaló lo que sigue: “ …el derecho a


recibir instrucción y el derecho a la educación -salvando las diferencias de ambas categorías conceptuales-
implican que la persona tiene la potestad de acceder al conocimiento, la ciencia, la técnica y los demás
bienes y valores de la cultura, pero, además, recibirla de modo que al existir un sistema nacional de
instrucción, enseñanza, aprendizaje o educación, el núcleo esencial de esos derechos no esta tan sólo en el
acceso a dicho sistema, sino también a la permanencia de ese sistema” .

Las normas previstas por el art. 1 de La Ley Fundamental disponen que el Estado se funda en la pluralidad
y el pluralismo, entre otros, jurídico y cultural, dentro de un proceso integrador del país, estableciendo entre
los fines y funciones esenciales del Estado, el de garantizar el bienestar, el desarrollo, la seguridad y la
protección e igual dignidad de las personas, naciones, pueblos y comunidades, así como garantizar el
cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados en la Constitución
Política del Estado.
Por otra parte, en el art. 13.I de la misma la Norma Suprema del ordenamiento jurídico, se establece que
los derechos reconocidos por ella, son inviolables, universales, interdependientes e indivisibles.
De lo anteriormente desarrollado en el presente Fundamento Jurídico, es posible concluir que una de las
características reconocidas por la Constitución Política del Estado es la interdependencia de los derechos
fundamentales; por tanto, del ejercicio de algunos de ellos depende la satisfacción de los demás. Así en el
caso concreto, se puede afirmar que el derecho a la dignidad humana, en su dimensión de derecho
fundamental, resguarda la condición humana como tal y asegura el ejercicio de las creencias, valores,
normas e ideales, a desarrollarse dentro de la sociedad. Fin para el cual, el Estado dentro de su proceso
integrador está obligado a promoverlo, protegerlo y respetarlo.
Este derecho, como la propia jurisprudencia lo señala, se basa en el libre desarrollo de la personalidad, lo
que implica la prerrogativa que toda persona pueda hacer lo que desee con su vida mientras no atente con
los derechos subjetivos de los demás así como de la colectividad como único límite para su ejercicio pleno.
En ese orden, el derecho a la educación, definitivamente constituye parte del progreso; es decir, que las
personas tienen todo el derecho de buscar mejores condiciones de instrucción o entrenamiento en el campo
de la educación que considere necesario de acuerdo a sus creencias, valores, normas e ideales, siempre en
respecto de la vida en sociedad, ello implica el acatamiento de las normas legales en vigencia; en ejercicio
del libre desarrollo de su personalidad y en resguardo de su derecho a la dignidad.
III.6. Análisis del caso concreto
En la especie, de antecedentes se evidencia que el 27 de marzo de 2012, mediante memorándum 1112/2012,
el entonces Comandante General de la Policía Boliviana, Jorge Renato SantiestebanClaure, declaró al
accionante en comisión estudios y lo incorporó al Curso Comando y Alta Dirección dependiente de la
Dirección Nacional de Instrucción y Enseñanza, para la gestión 2012. Determinación refrendada a través
de la RA 0135/12 de 23 de abril de 2012, emitida por la misma autoridad policial y por la Resolución
Administrativa del Consejo Académico de la Escuela Superior de Policías 017/2012 de 23 de mayo, esta
última habilitándolo excepcionalmente al primer semestre del precitado Curso.
Con relación a dichos instrumentos legales, cabe señalar que constituyen actos jurídicos firmes, asumidos
por a

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SCP 0121-2014 -AAC (10-01). (Derecho a la dignidad,


principios del derecho al trabajo, estabilidad laboral,
excepción a la subsidiariedad)
Publicado en Sentencias Constitucionales Marzo 05 2014

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0127/2014


Sucre, 10 de enero de 2014
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 04572-2013-10-AAC
Departamento: Cochabamba

En revisión la Resolución 010/2013 de 22 de agosto, cursante de fs. 194 a 200, pronunciada dentro de la
acción de amparo constitucional interpuesta por Sonia Isidora Encinas Lamas de Mercado contra José
Domingo Claros Fernández y Oscar Raymundo Yucra Loza; Director Técnico y Jefe de Recursos Humanos,
respectivamente, ambos del Servicio Departamental de Salud (SEDES) de Cochabamba.

I.ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 31 de julio de 2013, cursante de fs. 89 a 100, la demandante señala que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción


El año 2006 a través de un proceso de selección de personal, ingresó a trabajar en el SEDES de
Cochabamba, como Odontóloga del Hospital de Aiquile, cargo en el cual fue objeto de varias transferencias
debido a su delicado estado de salud, situación que fue representada en sede administrativa, llegando a la
etapa de presentación de Recurso Jerárquico ante el Gobernador del Departamento de Cochabamba, quien
emitió la Resolución Administrativa (RA) 003/2009 de 31 de marzo, en la que se determinó en su favor el
plazo de sesenta días para demostrar su situación médica y tramitar lo que correspondiere, derivando en
que su persona cumpla con lo ordenado, consecuentemente fue emitida la Resolución Administrativa de
Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, en la que se recomendó que sus actividades laborales sean realizadas en
la ciudad de Cochabamba, motivo por el cual se dispuso su transferencia definitiva al Hospital Viedma
situación que debía ser formalizada a fines de 2011, a cuyo efecto realizó las solicitudes pertinentes a las
autoridades competentes.

Indica que, no obstante de todo lo acontecido, el 9 de julio de 2013, la autoridad demandada le notificó con
el Memorándum 24468 de 27 de junio de ese año, a través del cual se determinó nuevamente su
transferencia al Hospital de Aiquile, motivo por el cual el 10 de julio de la misma gestión presentó recurso
de revocatoria, recibiendo por respuesta que su persona debía apersonarse en el referido centro de salud,
razón por la cual logró que se emitan los certificados médicos correspondientes que acreditaron su precaria
condición de salud, mismos que fueron puestos en conocimiento del SEDES.

Agrega que, fue impedida de trabajar en su oficina, recibiendo presiones para que se presente en Aiquile,
razón que le motivó a presentar la queja correspondiente ante el Defensor del Pueblo y en definitiva a
trasladarse en bus el 13 de julio de 2013 de Aiquile; sin embargo, en el recorrido a su destinó sufrió de
pérdida de conocimiento derivando en que sea atendida en el Centro Médico Señor de Mayo ubicado en el
Km. 4 de la Av. Petrolera, hecho lamentable que fue comunicado al SEDES el 15 del mismo mes y año,
acompañando la correspondiente baja médica que posteriormente fue otorgada también por los días 29 y
30 de julio del indicado mes y año.

Indica que, mediante proveído notificado el 22 de julio de 2013 se le hizo conocer que no se accedió a su
pedido de permanencia en el Hospital Viedma de Cochabamba, sin considerar los descargos presentados y
su condición de funcionaria de carrera, motivo por el cual interpuso Recurso Jerárquico el 29 de ese mes y
año, el cual al momento de la interposición de la presente acción de amparo constitucional no fue resuelto
por el Viceministerio de Empleo, Servicio Civil y Cooperativas (Dirección General del Servicio Civil),
encontrándose impedida de asistir a su fuente laboral, quedando subsistente el peligro de cumplirse la
amenaza de su destitución, por lo cual tuvo que acudir directamente a la jurisdicción constitucional.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

La accionante, alega la vulneración de sus derechos a la vida y a la integridad física, a la salud, a la dignidad,
a la estabilidad laboral y al debido proceso, citando al efecto los arts. 13.I; 15.I y II; 18.I y II; 22; 49.III y
115.II de la Constitución Política del Estado (CPE), arts. 35.I inc. a); 35.II; 41.I inc. a) del Reglamento
Interno de Personal del Ministerio de Salud y Deportes Tercera Versión, aprobado mediante Resolución
Ministerial 177 de 9 de abril de 2002 y art. 60 del Decreto Supremo 28909 de 6 de noviembre de 2006, arts.
3, 8 y 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

I.1.3. Petitorio

De acuerdo a lo expuesto, la accionante solicita se conceda la tutela y se disponga: a) Quede sin efecto el
Memorándum 24468 de 27 de junio de 2013; b) Mantener vigente la Resolución Administrativa de
Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, mediante la cual fue transferida al Hospital Viedma perteneciente a la
Red de Salud de Cercado; c) Se determine su permanencia indefinida en el Hospital Viedma, entre tanto
continúe con las mismas patologías que ponen en riesgo su vida y salud; y, d) Se disponga la reparación de
daños y perjuicios causados.

I.1.4. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Efectuada la audiencia pública el 22 de agosto de 2013, encontrándose presentes la parte accionante, el


demandado Oscar Raymundo YucraLozay los abogados de José Domingo Claros Fernández codemandado-
, conforme consta en el acta cursante de fs. 190 a 193 vta., se produjeron los siguientes actuados:

I.2.2.Ratificación de la acción

La parte accionante ratificó plenamente el contenido de su acción, aclarando los presupuestos fácticos y el
petitorio, citando las mismas normas supuestamente vulneradas.

I.2.3. Informe de las autoridades demandadas

Ximena Raquel Asillanes Lazcano, Luis Alberto Rivera Arauco y Carla Patricia Oña Salazar en
representación legal de José Domingo Claros Fernández y de Oscar Raymundo Yucra Loza, mediante
informe cursante de fs. 121 a 132, expresaron que: 1) La demandante al haber ganado la convocatoria y
examen de competencia para un cargo cuyo ítem tiene por sede de Aiquile, debe ejercer sus funciones en
el Hospital Carmen López de dicha ciudad; 2) La demandante fue designada de manera irregular en otros
cargos de los cuales no fue ganadora y no concurrían causales de fuerza mayor para justificar dichas
transferencias; 3) En respeto precisamente de la estabilidad laboral es que se pretende reubicar a la
demandante en el cargo del cual es titular; 4) Si bien mediante el Memorándum 16601 se le asignaron
funciones temporales por una gestión en el Hospital Viedma, éstas dependían de la presentación de
exámenes médicos periódicos tanto de la Caja Nacional de Salud (CNS)como del Instituto de Salud
Ocupacional, lo contrario implica que ya no tiene los problemas de salud que dieron origen a su
transferencia temporal; 5) Si la accionante no estuvo de acuerdo con el hecho que las funciones que le
asignaron sean únicamente por una gestión, debió representar dicho acto administrativo a través del recurso
jerárquico y no consentir con su silencio; 6) A la fecha se encuentra pendiente de resolución el recurso
jerárquico planteado por la accionante y que debe ser resuelto por la Dirección General del Servicio Civil;
y, 7) El Hospital Viedma únicamente requiere un profesional odontólogo a medio tiempo, modalidad que
no es aplicable al ítem de la demandante.

I.2.4Resolución

La Sala Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, constituida en


Tribunal de garantías, mediante Resolución 010/2013 de 22 de agosto, cursante de fs. 194 a 200, concedió
en parte la tutela impetrada disponiendo: i) La anulación del Memorándum 24468 que dispuso la
transferencia de la demandante al Hospital de Aiquile; y, ii) Se mantenga vigente la Resolución
Administrativa de Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, en tanto subsistan las patologías que la aquejan en
tanto la resolución administrativa jerárquica no sea pronunciada; en base a los siguientes fundamentos: a)
La excepción al principio de subsidiaridad es aplicable al caso específico por cuanto existe riesgo en la vida
de la accionante, por cuanto de Aiquile se encuentra a más de doscientos kilómetros de Cochabamba, hecho
que permite abstraerse de la resolución del recurso jerárquico pendiente de resolución; b) Todas las
certificaciones médicas diagnosticaron cardiopatía congénita cianótica, comunicación interventricular
perimembranoso, insuficiencia mitral y tricuspideo leve, por lo cual la Resolución Administrativa de
Revocatoria 01/2011 de 7 de abril determinó que la demandante requería de permanentes controles médicos
haciendo necesaria su permanencia en su lugar de trabajo en la ciudad de Cochabamba; y, c) Por lo
anteriormente fundamentado, las normas básicas, reglamentos y estatutos no pueden ser aplicadas al caso
concreto, mismas que serán objeto de análisis en la resolución administrativa de recurso jerárquico aún no
pronunciada.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por Acuerdo Administrativo TCP-DGAJ-SP-086/2013 de 29 de noviembre, se determinó la suspensión del


plazo procesal del 23 al 31 de diciembre de 2013, por receso de fin de año, reanudándose el cómputo de
plazo para emitir Resolución dentro del plazo establecido.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1.El 7 de abril de 2011, el entonces Director Técnico del SEDES de Cochabamba, pronunció la
Resolución Administrativa de Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, en la que determinó: “ Revocar el
memorándum Nº 19407 fechado con 3 de Marzo de 2011, mediante el cual se le transfería a cumplir
funciones como odontóloga de planta al C. Arani, disponiendo y autorizando su TRASLADO TEMPORAL
al Hospital Viedma por los motivos de salud expuestos en líneas precedentes , y sea solo por la gestión
2011, estableciéndose que para determinar y considerar la procedencia o improcedencia de la continuación
de su traslado para la próxima gestión 2012, deberá someterse a otros exámenes médicos (particular, INSO,
etc.) y presentar su solicitud correspondiente al SEDES a fines de noviembre de 2011 sea sin perjuicio de
la obligación que tiene de informar al SEDES de cualquier cambio que aconteciese en su situación actual
de salud” (sic) (fs. 16 a 17 vta.).

II.2.Mediante Carta presentada el 17 de noviembre de 2011, Sonia Isidora Encinas Lamas de Mercado -hoy
accionante-, solicitó a la Unidad de Servicios Médicos del SEDES de Cochabamba, proceda a la realización
de sus exámenes médicos para dar cumplimiento a la Resolución Administrativa de Revocatoria 01/2011
de 7 de abril (fs. 20).

II.3.El 30 de noviembre de 2011, la accionante presentó a la Unidad de Servicios Médicos del SEDES de
Cochabamba, certificados médicos que, a su criterio, acreditaban su delicado estado de salud, solicitando
se determine la permanencia en su lugar de trabajo (fs. 21).

II.4.A través de carta de 12 de noviembre de 2012, la accionante, solicitó a la unidad de Servicios Médicos
del SEDES de Cochabamba, se proceda a sus exámenes médicos para dar cumplimiento a la Resolución
Administrativa de Revocatoria 01/2011 de 7 de abril, para lo cual requirió se elaboren los estudios
necesarios (fs. 22).

II.5.El 3 de abril de 2013, la accionante requirió de José Domingo Claros Fernández, Director técnico del
SEDES de Cochabamba -ahora codemandado- ordene se le practiquen los exámenes médicos para acreditar
su delicado estado de salud (fs. 25).

II.6.Memorándum 24159 de 16 de abril de 2013, Director del SEDES de Cochabamba, determinó la


transferencia de la accionante a la Red de Salud de Aiquile (fs. 10), situación ratificada mediante
Memorándum 24468 de 27 de junio de 2013 (fs. 11).
II.7.El 10 de julio de 2013, la accionante, presentó Recurso de Revocatoria contra el Memorándum 24159
de 16 de abril de 2013, por el cual se determinó su transferencia a la Red de Salud de la ciudad de Aiquile,
decisión que no consideró su delicado estado de salud (fs. 32 a 33 vta.), recurso que dio lugar a la emisión
del Auto de 19 de julio de 2013, en el que José Domingo Claros Fernández, determino “ no se concede”
(sic), la petición efectuada por la accionante, instruyendo el cumplimiento del Memorándum impugnado
(fs. 58).
II.8.A fs. 60 y 61 cursan certificaciones de 24 de julio de 2013 del Sindicato “ 15 de Octubre Tiraque y de
la empresa TransCotoca Cochabamba” en las que se detalla un evento relacionado con el delicado estado
de salud de la accionante, quien en el recorrido de Cochabamba hacia la ciudad de Aiquile requirió de
asistencia médica.
II.9.El 29 de julio de 2013, la ahora accionante interpuso Recurso Jerárquico, solicitando la revocatoria del
Memorándum 24468 de 27 de junio de 2013, mismo que no fue resuelto hasta la interposición de la presente
acción de amparo constitucional (fs. 62 a 64).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
La accionante, alega la vulneración de sus derechos a la vida, a la salud y a la estabilidad laboral, por cuanto
el año 2006 después de un proceso de selección, ingresó a trabajar en el SEDES de Cochabamba, más
propiamente como odontóloga del Hospital de Aiquile, cargo en el cual fue objeto de varias transferencias,
para finalmente ser ubicada en la Red de Salud de la Provincia Cercado de Cochabamba en virtud de un
proceso de reclamaciones por su parte que dieron lugar a dicho extremo, hasta que mediante Memorándum
de 16 de abril de 2013 la autoridad ahora demandada dispuso su transferencia al Hospital de Aiquile,
decisión que no pudo cumplir en virtud de su grave estado de salud que le impide realizar viajes y esfuerzos
físicos, por lo cual recibió presiones, razón que le motivó a activar los recursos de impugnación en sede
administrativa, quedando pendiente de resolución el Recurso Jerárquico interpuesto, no obstante de haber
procurado trasladarse de Aiquile el 13 de julio de ese año, cometido que no fue cumplido debido a que en
el recorrido a su destino sufrió de pérdida de conocimiento derivando en que sea atendida en el Centro
Médico Señor de Mayo, situación que fue comunicada al SEDES el 15 del mismo mes y año acompañando
la correspondiente baja médica, justificaciones que no lograron revertir el Memorándum de transferencia.

En consecuencia, se procederá a analizar si en el presente caso corresponde la conceder o denegar la tutela


solicitada.

III.1.La acción de amparo constitucional. Su configuración constitucional


La SCP 0002/2012 de 13 de marzo, ha señalado: “ El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones
de defensa, instituye en el art. 128 la acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que
tendrá lugar contra los 'actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona
individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución y la ley'.

Del contenido del texto constitucional de referencia puede inferirse que la acción de amparo constitucional
es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos
derechos fundamentales y garantías que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de
protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de
libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los
actos contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos
provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas que
restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección.

En este contexto, el amparo constitucional boliviano en su dimensión procesal, se encuentra concebido


como una acción que otorga a la persona la facultad de activar la justicia constitucional en defensa de sus
derechos fundamentales y garantías.

El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura, que no incide en su
naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa inmediata, oportuna y eficaz para la
reparación y restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales, y dada su configuración, el
amparo constitucional se constituye en un proceso constitucional, de carácter autónomo e independiente
con partes procesales diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta,
con un objeto específico y diferente, cual es la protección y restitución de derechos fundamentales y con
una causa distinta a la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de
derechos fundamentales a raíz actos y omisiones ilegales o indebidos y con un régimen jurídico procesal
propio.

En este orden de ideas, la acción de amparo constitucional adquiere las características de sumariedad e
inmediatez en la protección, por ser un procedimiento rápido, sencillo y sin ritualismos dilatorios. A estas
características se añade la de generalidad, a través de la cual la acción puede ser presentada sin excepción
contra todo servidor público o persona individual o colectiva.

Finalmente cabe señalar que dentro de los principios procesales configuradores del amparo constitucional,
el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en el parágrafo I del art. 129 de la
Constitución que esta acción “ (…) se interpondrá siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados” .

Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de constitucionalidad o
control tutelar de los derechos y garantías al constituirse en un mecanismo constitucional inmediato de
carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y respeto de los derechos fundamentales y
garantías constitucionales, siempre que no exista otro medio de protección o cuando las vías idóneas
pertinentes una vez agotadas no han restablecido el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse
con este requisito, no se puede analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la
tutela“ .

III.2. Derecho a la vida y a la salud


La Constitución Política del Estado en su art. 15.I consagra el derecho a la vida, dentro del catálogo de
derechos fundamentales, señalando que: “ Toda persona tiene derecho a la vida…” .

La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su art. 3 establece: “ Todo individuo tiene derecho
a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” .

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su art. 6 señala: “ El derecho a la vida es inherente
a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida
arbitrariamente” .

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en su artículo refiere: I “ Todo ser
humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” .

En ese sentido, la Convención Americana sobre Derechos Humanos art. 4.1 dejo establecido que: “ Toda
persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a
partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente” .

La Declaración de Viena, adoptada por la segunda Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos,
celebrada en Viena en el año 1993 señala que: “ Todos los derechos humanos son universales, indivisibles
e interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad debe tratar los derechos humanos en forma
global de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos la misma importancia” (punto
5).
“ Con respecto al derecho a la vida el Estado tiene obligaciones tanto positivas como negativas. En su
Observación General No. 6, el Comité de Derechos Humanos comenta que la cabal protección del derecho
a la vida requiere, entre otras cosas, medidas destinadas a prevenir la guerra y medidas para la protección
de la salud pública” .

En cuanto al derecho a la salud, el art. 18.I de la CPE dispone que: “ Todas la personas tienen derecho a la
salud” .

En lo referente al derecho a la salud, en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en su numeral 25,


encontramos que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que, entre otras cosas, le asegure
su salud.

A decir de Guillermo Soberón Acevedo, “ La salud es ámbito predilecto de la sociedad igualitaria. Poca
importancia tiene la disminución de otras desigualdades sociales, si no se manifiesta en una vida sana y de
mejor calidad” .

III.2. Jurisprudencia
Sobre el alcance de estos derechos primigenios, el Tribunal Constitucional Plurinacional en a la SCP
1906/2012 de 12 de octubre, ha señalado:. Es decir, la vida misma es el presupuesto indispensable para que
haya titularidad de derechos y obligaciones. Es un derecho inalienable de la persona que obliga al Estado
en dos sentidos: su respeto y su protección. La autoridad estatal está constitucionalmente impedida de hacer
cosa alguna que destruya o debilite el contenido esencial de esos derechos, debiendo crear las condiciones
indispensables para que tengan cabal observación y pleno cumplimiento” .

La jurisprudencia constitucional del Tribunal Constitucional a través de la SC 0653/2010-R de 19 de julio,


reiterando lo señalado por la SC 0026/2003 ha expresado: “ …es el derecho en virtud del cual la persona
humana y los grupos sociales- especialmente la familia-como titulares del mismo, pueden exigir de los
órganos del Estado, en cuanto sujetos pasivos, que establezcan las condiciones adecuadas para que aquellos
puedan alcanzar un estado óptimo de bienestar físico, mental y social y garanticen el mantenimiento de
estas condiciones. El derecho a la salud no significa solamente el derecho a estar en contra de la enfermedad
sino el derecho a una existencia con calidad de vida'. Entendimiento que en el actual orden constitucional
encuentra mayor eficacia puesto que la salud es un valor y fin del Estado Plurinacional, un valor en cuanto
el bienestar común, respetando o resguardando la salud, conlleva al vivir bien, como previene el art. 8,II de
la Ley Fundamental; pero también es un fin del Estado, tal cual lo establece el art. 9.5 de la referida norma
suprema, al señalar que son fines y funciones esenciales del Estado, además de los que establece la
Constitución y la ley 'Garantizar el acceso de las personas a la educación, a la salud y el trabajo'” .
En lo que se refiere al derecho a la salud, el Tribunal Constitucional Plurinacional en la SCP 0776/2012 de
13 de agosto, determinó: “ El derecho a la salud reclamado por los accionantes, se halla previsto como
derecho fundamental en el art. 18.I de la CPE, sobre cuyo entendimiento, en la jurisprudencia constitucional
desarrollada en la SC 0653/2010-R de 19 de julio, se estableció que está: '…desarrollado por los arts. 35 al
44, de dicha norma Suprema Sección II «La salud y a la seguridad Social» del Capítulo Quinto sobre los
«Derechos Sociales y Económicos», Título Segundo «Derechos Fundamentales y garantías», de la Primera
Parte de la «Bases Fundamentales del Estado, Derechos, Deberes y Garantías». Derecho, sobre cuyo
entendimiento este Tribunal en la SC 0026/2003-R de 8 de enero, estableció que: «es el derecho en virtud
del cual la persona humana y los grupos sociales -especialmente la familia- como titulares del mismo,
pueden exigir de los órganos del Estado, en cuanto sujetos pasivos, que establezcan las condiciones
adecuadas para que aquellos puedan alcanzar un estado óptimo de bienestar físico, mental y social y
garanticen el mantenimiento de esas condiciones. El derecho a la salud no significa solamente el derecho a
estar en contra de la enfermedad sino el derecho a una existencia con calidad de vida'. Entendimiento que
en el actual orden constitucional encuentra mayor eficacia, puesto, que la salud es un valor y fin del Estado
Plurinacional, un valor en cuanto el bienestar común respetando el 'vivir bien', como previene el art. 8.II de
la CPE; pero es un fin, tal cual lo establece el art. 9.5 de la CPE, al señalar que: Son fines y funciones
esenciales del Estado, además de los que establece la Constitución y la ley 'Garantizar el acceso de las
personas a la educación, a la salud y al trabajo” ' (resaltado añadido).
III.3. Jurisprudencia respecto al derecho a la dignidad
La SCP 0579/2012 de 20 de julio, señala que: “ El art. 21.2 de la CPE, instituye dentro de los derechos
civiles y políticos, el derecho a la dignidad; el art. 22 a su vez, menciona que la dignidad y la libertad
personal son inviolables y que el respetarlas y protegerlas son un deber primordial del Estado.

Por su parte, el art. 8.II de la Norma Suprema, indica que el Estado se sustenta entre otros valores en el de
'dignidad'.
La dignidad humana es inherente a la condición misma del ser humano, lleva en sí la obligatoriedad del
respeto al ser humano como un ser pleno de derechos. Este es un derecho que ha sido desarrollado por la
doctrina y la abundante jurisprudencia internacional en el orden constitucional.
La SC 0483/2010-R de 5 de julio, dispuso: 'En lo que respecta a la supuesta violación del derecho a la
dignidad, cabe señalar que el art. I de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DHDH), señala
que: «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros». La dignidad personal,
implica reconocer al otro como otro yo, y al Estado, le corresponde reconocer, garantizar y promover la
dignidad y los derechos humanos, desechando los obstáculos que se oponen a ello, su acatamiento es la
base del Estado de Derecho. Definir la dignidad de la persona no es posible, sólo podemos apreciar su
vulneración, la que se concreta cuando se perturba, amenaza o priva de los derechos esenciales a la
persona, o se denigra o humilla, cada vez que se discrimina. De esta forma, la dignidad de la persona,
constituye una realidad ontológica constitucional, siendo la esencia y fundamento de los derechos
humanos.
III.4. Sobre la estabilidad laboral
El nuevo orden constitucional protector de los trabajadores y de la estabilidad laboral instaurado en el
Estado Plurinacional de Bolivia a partir de la promulgación de la Constitución Política del Estado el 7 de
febrero de 2009, cuando en su art. 49. III, determina que: “ El Estado protegerá la estabilidad laboral. Se
prohíbe el despido injustificado y toda forma de acoso laboral. La ley determinara las sanciones
correspondientes” .

“ El derecho al trabajo y los derechos en el trabajo constituyen un núcleo, no sólo de los derechos
socioeconómicos, sino también de los derechos humanos fundamentales. Un denominador central de
derechos relacionados con el trabajo, en términos de su objeto o contenido, parece ser 'una labor' (trabajo).
En su tradicional por estrecho sentido, el trabajo ha sido percibido como un medio de ganarse la vida, o en
otras palabras, sólo un medio de supervivencia económica. A principios del siglo XX, otra perspectiva más
importante y global empezó a ser discutida: la interdependencia entre las condiciones laborales, la justicia
social y la paz universal. Adicionalmente las percepciones modernas han intensificado positivamente el
concepto del trabajo como valor humano, una ne

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