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Resumen
Este documento centra su análisis en el estudio de la problematica
del consumo y expendio de drogas ilegales1 a pequeña escala, a partir de
una propuesta metodológica de orden microeconomico que responde a los
supuestos de la elección racional esbozados en la Economía del Crimen.
Dicha propuesta gira en torno al planteamiento de un juego no cooperativo
entre expendedor y consumidor que refleja un Equilibrio de Nash estable
por acciones puras. El aporte de este documento consiste en caracterizar y
modelar el fenómeno dentro un marco metodológico de Teoría de Juegos,
y contrastar las condiciones de equilibrio de Nash en el intercambio de
drogas ilegales a pequeña escala. .
Palabras claves: crimen y economía, racionalidad, teoría de juegos.
Clasificación JEL: I12, K14, K42.
∗ El presente artículo esta enmarcado dentro del proyecto de investigación “El Juego del
1
1 Introducción
Con el crecimiento de las ciudades, la migración de las personas del campo a las
ciudades, el incremento de la pobreza, el alto índice de violencia intrafamiliar
y la falta de oportunidades laborales, entre otros aspectos que influyen en el
fenómeno del intercambio directo y a pequeña escala de drogas ilegales, parece
normal que surjan preguntas del tipo: por qué o bajo que circunstancias se es
expendedor de drogas ilegales? Cómo debe castigarse a quienes venden drogas
ilegales? Preguntas que son tema de debate en distintas legislaciones a nivel
mundial, de esta forma, hoy en día, la autoridad pública en distintos países está
continuamente en la búsqueda de las mejores formas de combatir a los agentes
que participan en está actividad ilegal, reformando las leyes acerca de esta y
aumentando el pie de fuerza.
Antes de continuar, se debe aclarar que el fenómeno del intercambio directo
de drogas ilegales entre consumidor y expendedor a pequeña escala, es una
modalidad de crimen. Por lo anterior, es importante precisar que por crimen
se entiende no solamente los delitos más populares como homicidio, secuestro,
asalto, etc, sino que cuando se habla de crimen se hace referenciaa todas las
actividades que constituyen una violación a la ley, con lo que a la lista anterior
de delitos se les podrían sumar otras como la evasión de impuestos, violación de
las normas de tránsito, entre otros.
Resulta de gran importancia para poder combatir al crimen, que se amplie el
conocimiento que se tiene sobre este fenómeno, para poder llevar lo encontrado
a leyes y acciones que permitan su reducción. DiIulio (1996) afirma que, a pe-
sar de las investigaciones realizadas por sociologos, criminalistas, politólogos y
profesores de leyes, es necesaria la presencia de los economistas en este campo,
ya que los primeros carecen de habilidades cuantitativas y del lenguage para
modelar formalmente dicho problema, es decir, no cuentan con herramientas
necesarias para responder analíticamente interrogantes como los ya formulados.
Por lo anterior, la intención de este documento es entregar una propuesta me-
todológica del estudio de la Economía del crimen y la Teoría de juegos, a partir
de la formulación de un modelo teórico del intercambio directo de drogas ile-
gales a pequeña escala, que permita concluir sobre la racionalidad que tienen
los agentes que participan en un intercambio que no considera ningun tipo de
intermediario ni de fuerza pública que obstaculize el mismo.
Como el cumplimiento de la ley no se puede garantizar por completo, la
existencia del crimen o delito supone costos, ya sea porque se deben destinar
recursos públicos o privados para prevenir su ocurrencia, para aprehender al
delincuente, o los costos que se generan como consecuencia de su acción. Estos
costos los asume la sociedad en conjunto, lo que conlleva a una reducción del
bienestar colectivo, y es por esta razón que el estudio del crimen se muestra
como un campo relevante en la economía.
En este documento se aborda el narcomenudeo tomando como referente la
corriente de pensamiento conocida como Economía del Crimen2 , la razón para
2 Se considera que el estudio del crimen por parte de los economistas comienza con los
2
ello es que se pretende mostrar que esta actividad involucra un análisis costo be-
neficio que está claramente dominada por los incentivos económicos que tienen
los individuos para delinquir, es decir, se concibe la participación en activida-
des ilegales como el producto de la maximización de la utilidad de individuos
racionales bajo incertidumbre. Adicionalmente a lo expuesto por la Economía
del Crimen, la sociología, propone que cuando los individuos toman la decisión
de participar de la ilegalidad interviene también cierta predisposición a realizar
actividades ilegales, determinadas por las características del sujeto, el entorno
familiar y la influencia de amigos más cercanos.
Con relación al párrafo anterior Cohen (1955) argumenta, desde la sociología
que la delincuencia es la solución colectiva de los jóvenes de clase social baja
ante una situación difícil en la que las oportunidades de mejora tanto económi-
ca como social, por medios legítimos como la educación están cerradas, lo cual
lleva a considerar las actividades delictivas como una alternativa viable. Adicio-
nalmente, Becker et al. (2004) destacan que muchos consumidores empiezan a
temprana edad el consumo de drogas ilegales y argumenta que entre los adoles-
centes la presión del grupo de amigos cercano es especialmente fuerte, haciendo
relevante la relación entre adicción y la presión del grupo de amigos.
Acemoglu y Angrist (2000) argumentan que la educación no sólo está re-
lacionada con los retornos privados obtenidos en el mercado laboral, sino que
también tiene efectos sociales a partir de la externalidad positiva que trae apa-
rejados beneficios colectivos. De otro lado, Lochner (2004) plantea que en el
caso de la reducción de la delincuencia, al aumentar la escolaridad se incremen-
tan los retornos esperados del trabajo legal, haciendo más costoso mantener un
comportamiento ilegal.
A partir de los argumentos e ideas planteadas en los párrafos anteriores,
este documento desarrolla un modelo que relaciona la interacción estartegica
entre expendedor y consumidor de drogas ilegales, apartir de la incidencia del
grupo de referencia en la toma de decisión de este par de agentes, involucrando
los incentivos económicos y las normas sociales como factores relevantes del
intercambio de drogas ilegales. Para ello, lo aquí registrado se ordena de la
siguiente forma. La sección 1 es esta introducción, luego se continúa en la Sección
2 presentando lo que se podría entender como el mercado del crimen, a la luz de
los principales enfoques teóricos que han venido estudiando dichos problemas.
Posteriormente en la Sección 3 se registra el comportamiento y preferencias de
los agentes presentes en el juego, lo que permite estudiar el intercambio directo
de drogas ilegales a pequeña escala así como la definición de sus estrategias y los
posibles equilibrios a los que se llega en dicho juego. Finalmente, el documento
presenta una sección de 4 con algunos comentarios finales y reflexiones en torno
al tema.
trabajos de Gary J Becker, particularmente con el paper Crimen y Castigo, públicado en
1968.
3
2 Marco de referencia
Para poder concebir la idea de un mercado de drogas ilegales, tal como lo seña-
la Ehrlich (1996), es necesario suponer que los agentes (en este caso particular,
expendedores, consumidores, autoridades del orden público, etc.) se comportan
de forma racional3 y que existen unas preferencias estables por crimen y pro-
tección del mismo. El mercado en este caso no se entiende como el intercambio
de bienes o servicios, sino que es una idea más abstracta en el que el comporta-
miento agregado de los oferentes y demandantes de drogas ilegales se coordina y
es consistente con el comportamiento de los precios relativos de drogas ilegales.
A continuación, se registrará la definición de los fundamentales de la economía
del crimen en donde de igual forma se desarrollaran los perfiles de los agentes
involucrados en el juego propuesto.
el trabajo pionero de Becker (1968), en la teoría económica del crimen, en donde se argumenta
que el individuo al elegir entre las actividades legales e ilegales, toma una decisión racional
teniendo en cuenta sólo los incentivos económicos.
4
esta persona si estuviera en libertad. Adicionalmente, en su elección también
estará presente una variable que recoge sus gustos por el delito, la cual recoge
su preferencias respecto al riesgo, valores morales, propensión a la violencia, etc.
Con la definición de estas variables, y el concepto de utilidad esperada, se puede
definir el beneficio esperado del expendedor de drogas ilegales como sigue
π = wi − ci − wL − pi fi (1)
Oi = Oi (wi , ci , wL , pi , fi ) (2)
En donde Owi > 0 y Oci , OwL , Opi , Ofi < 0. Es importante notar que está
agregación debe tener en cuenta que entre individuos habrá diferencias dadas
por su educación, edad, su historial de violencia, entorno familiar, riqueza, etc4
(Becker, 1968). También hay que resaltar el hecho de que algunas de estas
variables son exógenas al modelo, ya que se determina por fuera del mismo.
Este es el caso del ingreso en actividades legales, wL , el cual se determina entre
la oferta y la demanda de trabajo, y el pago bruto que recibirá por el tipo
de droga ilegal a expender, wi , que depende, por ejemplo, de la riqueza de la
persona que hace las veces de consumidor, lo que claramente no se determina
en el modelo, por lo que simplemente actuarían como factores de escala en la
función
P representada en (2). Por lo tanto, el número total de delitos vendrá dado
por i Oi (wi , ci , wL , pi , fi ).
Si se supone por simplicidad que el individuo es adverso al riesgo, que sus
gustos por vender drogas ilegales pueden ser medidos por una constante5 , y que
4 Esto será relevante al momento de realizar una especificación econométrica de Oi .
5 Dicha constante sería el mínimo retorno neto al cual la persona estaría dispuesta a cometer
el delito. Entre menor sea su valor, mayor gusto por el delito tendrá el individuo, en otras
palabras, es el equivalente a su retorno de reserva.
5
la distribución de probabilidades de esta última tiene forma de campana (esto
se fundamenta en la constante incluida en el modelo que hace que se siga una
distribución normal), entonces la curva de oferta dependerá del retorno neto del
delito, más precisamente, será una función creciente de este.
U = U (L, I, W ) (3)
con UL , UI < 0 y UW > 0.
Empleando la misma notación para los ingresos por actividades legales e
ilegales, multas6 , definiendo a ∈ [0, 1] como la probabilidad subjetiva estocástica
de ser capturado y condenado y denotando a W0 + wL L + (wi − afi ) I como la
riqueza actual7 , el problema del individuo viene dado por la maximización de
su utilidad esperada, esto es:
ˆ
máx U (L, I, W0 + wL L + (wi − afi ) O) f (a) da (4)
L,T
6
empíricamente el modelo para obtener las magnitudes relativas de estos efectos
Witte (1980).
Una vez descrito el marco de referencia de la economía del crimen y reite-
rando que el interes del documento radica en el mercado de drogas ilegales
a pequeña escala, resulta interesante revisar lo expuesto por Brock y Durlauf
(2001), toda vez que el modelo que a continuación se plantea en este documento
centra su análisis en lo expuesto por estos autores.
3 Modelo
Una vez referenciados los fundamentales teóricos de la economía del crimen,
a continuación se presenta la definición de perfiles de los participantes en el
intercambio directo de narcóticos a pequeña escala y se modelan las estrategias
de los individuos que hacen parte de dicho intercambio de drogas ilegales, con
la intención de aportar a la comprensión de dicho fenómeno y apoyandose para
tal análisis desde la racionalidad económica.
y los costos asociados a la actividad propiamente dicha estan determinados por todos los
factores que afectan cualquier actividad de venta de un producto, tales como transporte,
facilidad para conseguir el producto y la calidad del mismo, así como pago a trabajadores
entre otros. Otro elemento que es central a esta actividad es la actitud ante el riesgo.
9 Debe tenerse en cuenta que cuando aquí se habla de interacción social se está pensando
en grupo de influencia del agente, porque aunque para algunos individuos su grupo de influen-
cia es la familia, para otros puede que sean los vecinos, los amigos de la cuadra, del lugar
donde trabaja o donde estudia, es decir, se resalta el estatus como una variable que tiene un
impacto en la decisión de los individuos que se consideran como influidos por las normas y
comportamientos sociales.
7
utilizada la notación:
L = [E; B] (6)
Donde L denota el conjunto de jugadores que participa en el intercambio,
la letra E se utiliza para representar al expendedor y la B para el consumidor.
Estos jugadores cuentan con diferentes estrategias, las cuales serán expresadas a
través de los conjuntos S E y S B para expendedor y consumidor respectivamente.
S E = [ne, c, d] (7)
S B = [nb, b] (8)
Las estrategias del expendedor son ne que signica no expender, expender
en la calle denotado por c o expender a domicilio denotado con la letra d 10 ,
mientras que el consumidor tiene como estrategias no consumir denotado por nb
o consumir denotado por b. Cabe aclarar que si los individuos al hacer un análisis
costo benecio encuentran que es mejor estar en la legalidad que comprometerse
en actividades ilegales, no entrarán en el juego del narcomenudeo y así su utilidad
de realizar actividades ilegales será normalizada a cero11 , así mismo ocurre con
el consumidor, en cuyo caso escogerán las estratégias ne; nb para el expendedor
y el consumidor respectivamente.
A partir de la caracterización de jugadores y estratégias expuestas ante-
riormente, es posible construir una función de utilidad para cada jugador, que
representa los pagos asociados a las estrategias. En términos formales:
(
E E B
0 si ne, SjB o (Si , nb)
U S ,S =
(1 − γi ) (Pi − Ci ) − γi DiE − Gλi si SiE , b
(9)
(
B E B
0 si ne, SjB o (Si , nb)
U S ,S =
(1 − γi ) (ui − Pi ) − γi DiB − Gλi si (Sie , b)
(10)
para i = c, d y j = nb, b
enfoca en estas dos porque son modalidades en las cuales, normalmente, el expendedor se
desplaza con la droga ilegal.
11 Sin pérdida de generalidad, este valor podría ser cualquier cantidad monetaria inferior a
la que le representa trabajar en la legalidad y que sería su salario de reserva en caso de que
este no se vea afectado por ningún otro factor.
8
o el consumidor opta por nb, el pago será cero con lo cual el juego termina,
mientras que los pagos obtenidos al elegir una estrategía distinta van a depen-
der de la modalidad de expendio o consumo, esto puede ser observado en las
ecuaciones (9) y (10). Dado que el intercambio directo de narcóticos es consi-
derado una actividad ilegal, en este documento se ha planteado la existencia de
dos tipos de costos, aquellos asociados a la ilegalidad que tienen que ver con la
posibilidad de que los agentes sean castigados por la autoridad pública a través
de la aplicación de la normativa jurídica o el castigo relativo a la pérdida de
estatus socioeconómico al ser detectado y recriminado por algún miembro de
su grupo de referencia. Para referenciar este último aspecto hemos utilizado la
letra G y para el costo asociado a la transacción propiamente dicha se utilizará
la letra C. Ahora, si se analiza el costo asociado a la ilegalidad que tiene que
ver con el castigo por parte de la autoridad pública se tiene:
γi Din (11)
Este costo está compuesto por la probabilidad de ser capturado por la auto-
ridad12 γi y el castigo efectivo que se recibe Din . La probabilidad de captura y
castigo dependen de la modalidad de intercambio13 .
De otro lado es interesante resaltar que en las ecuaciones (9) y (10) existe
una varibale denotada con la letra G, la cual mide la importancia que consumi-
dor y expendedor dan al estatus (por estatus entiendase imagen ante grupo de
referencia) y λi que denota la probabilidad de ser recriminado por el grupo de
referencia, de este modo la variable G es una variable dicotómica, que tomará
el valor de cero si el estatus no importa y uno si el estatus importa.
Adicionalmente al costo de la ilegalidad, también es necesario evaluar que
sucede en caso de llevarse a cabo el intercambio de manera satisfactoria. Esto
genera pagos distintos para el consumidor y expendedor, porque, el valor de
realizar la venta para un expendedor será la cantidad de dinero que logre obtener
de dicha transacción (1 − γi )(Pi − Ci ) − Gλi , en donde los costos Ci y el precio
Pi dependen de la modalidad de venta, mientrás que el resultado que logra el
consumidor al realizarse de manera satisfactoria la transacción es (1 − γi )(ui −
Pi ) − Gλi , donde ui se refiere a la calidad de la transacción, en terminos del
trato recibido, la dificultad de acceso y la calidad del producto recibido.
9
máx U E S E , S B
(12)
SE
máx U B S E , S B
(13)
SB
Se debe destacar que aunque el precio es constante para las distintas mo-
dalidades de intercambio, existe un plus que es cobrado por el intercambio a
domicilio y que el consumidor está dispuesto a pagar.
que aunque regularmente es un barrio o un conjunto de estos que no supera los tres, existirá
un cambio en tal definición cuando se estudia la modalidad de domicilio ya que ahora se
deberá entender que el expendedor tendrá acceso a contactos por correo electrónico o llamadas
telefónicas, situación que sin duda alguna se sale del espacio geográfico planteado inicialmente.
15 El plus del que se habla se debe a que esta es una clase de servicio que da comodidad al
10
permite incluir el peligro de las actividades delictivas que se generan alrededor
de zonas donde se realiza el narcomenudeo como un costo, lo que posiblemente
motive al expendedor a intentar persuadir a la autoridad para poder desarrollar
su actividad. Pero bajo el supuesto de que el expendedor conoce la zona y ello
le genera una aversión al riesgo baja, se podría afirmar que:
Cc < Cd
miento social.
17 Este planteamiento es posible ajustarlo al de Brock y Durlauf (2001) en el cual el individuo
se ve castigado por desviarse del comportamiento que el espera sea el comportamieto promedio
de su grupo referencial.
11
4 Comentarios Finales
El objetivo principal de este artículo es resaltar la importancia que puede llegar
a tener un grupo de influencia (“comunidad”), dentro de la toma de decisión
racional de individuos que interactúan en el mercado de drogas ilegales a peque-
ña escala. Para responder a dicho objetivo, el artículo centra su análisis en el
estudio de la problemática del consumo y expendio de drogas ilegales a pequeña
escala, a partir de una propuesta metodológica de orden microeconómico que
responde a los supuestos de la elección racional esbozados en la Economía del
Crimen. Una vez planteado el juego de orden no cooperativo de elección simul-
tánea con información completa, se encontró como principal resultado que la
interacción estratégica entre expendedor y consumidor de drogas ilegales a pe-
queña escala, refleja un equilibrio de Nash estable por acciones puras en donde
el expendedor ante la opción revelada de consumo por parte del consumidor,
tiene como mejor respuesta el expendio a domicilio.
El equilibrio encontrado representa la importancia que le conceden los ju-
gadores al estatus social, es decir, la función de utilidad para el expendedor
que dependerá de la probabilidad de ser visto expendiendo drogas ilegales, es
muy alta dado que el individuo pertenece a una comunidad que está vigilante al
comportamiento de sus vecinos y no tolera la presencia en el vecindario de acti-
vidades ilegales, es decir, actos fuera de la norma implicaran que la utilidad del
expendedor se vea afectada de forma negativa. Adicionalmente, el expendedor
verá como su función de utilidad también se verá afectada cuando este vende
en la calle, ya que la probabilidad de ser descubierto y recriminado es más alta.
Dentro del equilibrio encontrado en el juego aquí modelado se destaca el
supuesto implícito de que la comunidad no convive con este tipo de delitos,
situación que explica que lo mejor para consumidor y expendedor es comprar y
vender a domicilio aun cuando esta modalidad implique mayores costos y ello se
vea traducido en mayores precios. En resumen, el equilibrio refleja estabilidad
en el sentido de la valoración social que hacen los individuos inmersos en la
interacción estratégica del juego del narcomenudeo, es decir, tanto el vendedor
debe vender más caro dado el esfuerzo que le genera la venta, como el comprador
está dispuesto a comprar a domicilio aun cuando tenga que pagar un plus por
comprar bajo esta modalidad, que le brinda una mayor tranquilidad y confort
a ambos agentes.
De otra parte, no se puede desconocer la preocupación actual a nivel mun-
dial por el alto índice de consumo y venta de drogas ilegales, especialmente, en
menores de edad y en instituciones educativas, lo cual deja ver que el grupo de
pares es cada vez más importante a la hora de asumir cierto tipo de conductas
por parte de los individuos. Estar a la moda y acceder a bienes a los que resul-
taría imposible acceder participando del sector legal de la economía, marcan el
comportamiento de individuos que participan en este tipo de actividades.
Adicionalmente y aunque el artículo no lo menciona de forma directa, se
sugiere que la administración pública incremente y mejore el acceso a la edu-
cación, la recreación y la cultura en zonas marginadas, zonas en las cuales la
media de la población tiene pocas opciones de acceder a dichas actividades,
12
lo que posiblemente hace que en promedio los habitantes de dichas zonas las
valoren poco.
Es supremamente importante indicar que la escala de valores de un individuo
y en ese sentido la importancia que le asigna a ciertas conductas está muy rela-
cionada con lo que sucede y es aceptado como normal en su entorno o grupo de
referencia, en tal escenario es claro que combatir el problema del narcomenudeo
en una sociedad como la actual no es solamente un tema de represión sino un
trabajo complejo en el cual haya concientización acerca del problema social que
crea este mercado, pero, al mismo tiempo un proceso de integración en el que
las poblaciones marginadas se sientan parte de un proyecto de ciudad que les
brinda acceso a bibliotecas, centros culturales y recreativos, entre otros sitios
de interés social. No obstante, se debe de ser consciente que ello exige poner
a funcionar una gran cantidad de recursos tanto físicos como humanos, pero,
consideramos que sería una apuesta interesante con miras a tratar de solucionar
el problema.
No hay que olvidar que alrededor de actividades delictivas como el narco-
menudeo existen otras como el atraco, robo y prostitución, por lo tanto si en
realidad se pretende controlar el crecimiento de dichos actos delictivos, no sólo
basta con medidas de represión sino que se debe de complementar las mismas
con otro tipo de alternativas, toda vez que se muestra que el grupo de referencia
es relevante en la decisión individual.
Referencias
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Evidence from Compulsory Scholing Laws. National Bureau of Economic
Research Macoeconomics Annual, 15:9–59.
DiIulio, J. J. (1996). Help Wanted: Economists, Crime and Public Policy. The
Journal of Economic Perspectives, 10(1):3–24.
Ehrlich, I. (1973). Participation in Illegitimate Activities: A Theoretical and
Empirical Investigation. The Journal of Political Economy, 81(3):521–565.
13
Ehrlich, I. (1996). Crime, Punishment, and the Market for Offenses. The Journal
of Economic Perspectives, 10(1):43–67.
Lochner, L. (2004). Education Work and Crime: A Human Capital Approach.
National Bureau of Economic Research, 10478.
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