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EL OIDO

Consta de tres porciones anatómicas y funcionales netamente diferenciales, a saber: el oído externo
formado por el pabellón de la oreja y el conducto auditivo externo, encargado de las vibraciones
aéreas y transmitirlas a la membrana del tímpano; el oído medio o caja del tímpano, en el cual las
vibraciones de la membrana del tímpano son ampliadas y transmitidas hasta la ventana oral por
medio de la cadena de huesecillos y el oído interno o caracol en el cual las vibraciones mecánicas
de la cadena de huesecillos son transmitidas a los espacios perilinfáticos de caracol y convertidas en
ondas liquidas que estimulan el órgano de Corti.

La energía originada por las vibraciones de los cuerpos es transmitida como ondas de compresión
del medio en que se producen. Las propiedades de las ondas sonoras son el tono, el timbre y la
intensidad.

El tono o altura de un sonido es debido a la frecuencia de las ondas que lo originan. El oído humano
es sensible a frecuencias que fluctúan entre 20 y 20000 ciclos por segundo. En general, la frecuencia
de la voz humana fluctúa entre 100 y 800 ciclos por segundo.

El timbre es la cualidad del sonido que diferencia los distintos instrumentos o cuerpos que los
originan. Permite por lo tanto diferenciar también las diversas voces humanas. El timbre es debido
a una sobreposición de armónicos (los sobretonos) a un sonido fundamental, lo que origina ondas
de complejidad variable.

La intensidad o potencia del sonido depende de la amplitud de la onda. La medida de la intensidad


se da en ergs y depende de la presión (dinas) ejercida por la onda sonora sobre un área (cm). En
fisiología, la medida de la intensidad se da en decibeles, que es una medida comparativa entre dos
sonidos. Si se toma como referencia la menor intensidad audible(0=dB), que equivale
aproximadamente de 0.0002 dinas por cm^2, la escala de intensidades percibida por el oído esta
entre 0 y 120dB. Como referencia anotemos que se considera que el nivel normal de una
conversación es de 70 dB; que el ruido producido en una esquina de una ciudad populosa a mediodía
es de 80 dB y que el sonido de una maquina a vapor es aproximadamente de 100 dB.

El oído capta los sonidos de una intensidad que es característica para cada frecuencia. Por debajo
de cierto limite los sonidos no son percibidos, y por encima de un máximo las vibraciones producen
sensaciones dolorosas.

EL OIDO MEDIO

El oído medio es una cavidad estrecha labrada en el peñasco y separada del oído externo por la
membrana del tímpano. Se comunica con el ído interno por medio de dos pequeños orificios, la
ventana vestibular u oval y la ventana timpánica o redonda,, situadas en su cara interna. Alberga en
su interior la cadena de huesecillos, el martillo, el yunque y el estribo, que transportan las
vibraciones de la membrana del tímpano hasta la ventan vestibular. En su parte interior e inferior,
el oído medio tiene una comunicación con la faringe a través de la trompa de Esutaquio, por medio
de la cual se mantiene su interior en equilibro con la presión atmosférica.

La membrana del tímpano


Es de forma oval y mide 9 mm en su diámetro menor por 10 mm en su diámetro mayor, que es
verticual. SU periferia gruesa y de estructura fibrocartilaginosa se ajusta a un agosto surco del hueso.
En su porción superior este surco presenta una pequeña escotadura conocida como canal de
rinvinus, a nivel de la cual esl canillo cartilaginoso es discontinuo y la membrana timpánica es flácida
(pars flacida). En la superficie interna de esta membrana y en su parte medial y superior se fija al
tímpano el mango del martillo, cuya extremidad se marca en su cara externa como un pequeño
relieve conocido como ombligo.

La cadena de huesecillos

El martillo se fija en el tímpano por su mango y su apófisis corta, la cual señala el vertice de la pars
flácida. La articulación de la cabeza con el tuque ocupa un espacio que sobrepasa el borde superior
del tímpano conocido como receso epitimpánico. La articulación de la apófisis larga del yunque con
el estribo se hace en sentido horizontal, de manera que sus movimientos empujan la platina del
estribo contra la membrana vestibular. El resultado de la vibración de la cadena de huesecillos es la
transmisión a la ventana vestibular de las vibraciones del tímpano con igual frecuencia, con menor
amplitud, pero con mayor fuerza.

El musculo del martillo y el músculo del estribo

El músculo de martillo se origina en un angosto canal óseo situado por encima de la tropa de
Eustaquio y se inserta por un delgado tendón en el mango del martillo, cerca de su cuello. Recibe
inervación del trigémino y su contracción aumenta la tensión del tímpano, por lo tanto, empuja el
estribo sobre la membrana vestibular. El musculo del estribo ocupa un canal en el interior de la
pequeña eminencia piramidal situada en la cara medial y posterior del oído medio, y su tendón fija
en la cara posterior del cuello del estribo, recibe la inervación del facial y su acción es retirar la base
del huesecillo de la ventana; por lo tanto, disminuye la fuerza que la vibración de los huesecillos
pueda transmitir al oído interno.

El caracol u oído interno

La cóclea o caracol es un canal labrado en el espesor del peñasco, de 3,5 mm de largo y de unos 3
mm de diámetro. En su recorrido describe dos y media vueltas de espiral, su vértice esta dirigido
hacia adelante y afuera, mientras que su base corresponde al meato auditivo interno. En su
recorrido, el conducto rodea una base ósea central de forma cónica, llamada modiolo o columna en
la que sobresale una delgada lámina que sigue los contornos del conducto y que se conoce como
lamina espiral ósea. En el sitio de implantación de la lámina espiral en el modiolo existe un delgado
surco, el surco espiral, que aloja neuronas del ganglio espiral cuyas ramas periféricas dan
invervación al órgano de Corti y cuyas ramas centrales, luego de recorrer delgados canales den el
interior del modiolo, confluyen en el conducto auditivo interno para constituir el nervio coclear.

El caracol esta en comunicación directa con el vestíbulo y por lo tanto esta lleno de perilinfa, pero
además entra desde el vestíbulo un delgado conducto, el conducto coclear, lleno de endolinfa, que
ocupa en el una posición intermedia y que está en comunicación con el sáculo por medio del ductus
reuniens. De esta manera se delimitan en el caracol tres espacios, uno central, endolinfático, que es
el conducto coclear, y dos espacios perilinfáticos por encima y por debajo del anterior, la rampa
vestibular y la rampa timpánica, respectivamente.
El conducto coclear termina en la ultima vuelta del caracol, pero no ocupa su extremidad, con lo
cual las dos rampas quedan unidas entre sí por un delgado conducto que recibe el nombre de
helicotrema.

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