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Instituto Politécnico Nacional

ICE
LENGUA HABLADA Y LENGUA ESCRITA
Antonio Millán
Resumen de los capítulos I, ll y lll

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1. INTRODUCCIÓN
1.1 Aprendizaje de la lengua
Una de las primeras actividades que el ser humano desarrolla desde que nace es la de
aprender a hablar. En la medida en que, inconsciente y paulatinamente, va imitando los
sonidos que escucha en boca de sus mayores, articulando palabras y uniéndolas unas
con otras, el niño sale de su incomunicación primaria y puede comunicarse con los
demás. El siguiente paso en su formación lingüística consiste, al ir a la escuela, en
aprender a leer y a escribir, esto es, aprender a manejar la lengua por medio de un
sistema de signos gráficos. Con el dominio de estos signos, el niño adquiere,
fundamentalmente, la posibilidad de adentrarse en el conocimiento que está depositado
en los libros.
1.2 Independencia de la lengua hablada
El orden en que aprendemos primero a hablar y luego a leer y escribir, responde, de
alguna manera, al orden en que el lenguaje y la escritura aparecieron en la humanidad.
La lengua hablada y la lengua escrita nacieron, pues, en diferentes momentos históricos:
la primera, en los albores de la humanidad, en una época imposible de precisar; y la
segunda, hace apenas unos veintitantos siglos, entre los griegos. A partir de la invención
del alfabeto, el pensamiento pudo avanzar notablemente, pero desde antes de que éste
se inventara, el problema comunicativo del hombre ya había quedado solucionado por la
lengua hablada. Esto es cosa clara sin pensamos en que tanto el niño que todavía no va
a la escuela como las personas analfabetas, a pesar de no saber leer y escribir, pueden
comunicarse con los demás.
1.3 Dependencia de la lengua escrita
La lengua hablada está compuesta de sonidos, pero no por sonidos cualesquiera, sino
por sonidos emitidos no en forma accidental, sino en forma intencional, y que pueden ser
repetidos una y miles veces, más o menos de la misma manera. A estos sonidos se les
llama fonemas. La lengua escrita está compuesta de grafías o, mejor dicho, de letras. La
función de las letras consiste en representar a los fonemas. Atendiendo a esta
característica, puede observarse que la lengua es perceptible a través de dos sentidos:
el oído y la vista. De estas dos percepciones, la fundamental es la del oído, ya que, como
quedó señalado, durante mucho tiempo la lengua careció de escritura, y el niño y el
analfabeta, sin saber leer y escribir, pueden comunicarse con los demás.
1.4 La lengua escrita y la conservación del pensamiento
Después de muchos siglos, leemos hoy las obras de Homero, Shakespeare o Cervantes,
sin que hayan sufrido gran deterioro desde que fueron creadas. Si las obras de estos
autores hubieran tenido que perdurar en la memoria de los hombres, repetidas por
tradición oral, tal vez habrían terminado por ser olvidadas. La palabra escrita ha resultado
la materia más duradera que haya existido. Las piedras, el metal, la madera, acaban por
pulverizarse, oxidarse o descomponerse, en tanto que la palabra escrita persiste.
1.5 Lo momentáneo de la lengua hablada
Por supuesto, lo anterior no quiere decir que cualquier cosa que se escriba tiene que
perdurar. La calidad artística, por ejemplo, es fundamental en la trascendencia de las
obras literarias. Pero, de todas maneras, la escritura es un vehículo que permite a las
palabras viajar a través del tiempo y del espacio. Esto es válido tanto para las obras
literarias como para cualquier otra forma de lengua escrita. Una carta, por caso, tiene que
recorrer cierto tiempo y cierta distancia antes de llegar a manos de su destinatario, de la
misma manera que el Don Quijote de Cervantes ha tenido que transportarse, a través de
varios siglos, de España a México, o a cualquier otro lugar del mundo, para que el lector
disponga de él. Si la palabra escrita se caracteriza por ser más o menos durable, la
palabra hablada presenta el rasgo de ser momentánea, pues se desvanece tan pronto
como llega al oído de quien nos escucha.
1.6 El acto del habla
Generalmente, lo que hacemos cuando hablamos es establecer un diálogo. Al
encontrarnos con una persona, acostumbramos a saludarla, primero y luego entablar la
conversación: “Buenos días”, le decimos; “Buenos días, cómo está usted”, nos responde
ella; “Muy bien, gracias”, contestamos, y, así, poco a poco, se va estableciendo la
comunicación. Esta fue iniciada y podrá ser continuada, porque hicimos contacto
lingüístico con nuestro interlocutor. Contacto realizado por medio de estímulos acústicos.
Al encontrarnos con aquella persona, articulamos ciertos sonidos, que, una vez llegados
a su oído, motivaron que ella articulara otros, que, a su vez, regresaron a nuestros oídos
y nos hicieron saber que la comunicación estaba establecida. Si no hay respuesta, el
contacto no está hecho y no puede haber comunicación. Por eso no es posible conversar
con un sordo. En otras palabras, en el acto del habla, participan normalmente cuando
menos dos personas: emisor y receptor; en el acto de la escritura participa una sola
persona: el emisor.
1.7 Extensión de los comunicados orales y escritos
Cuando hablamos, como quedó señalado, intercambiamos palabras con otra persona.
Excepto que estemos dando una clase o cosa por el estilo, nuestra actividad consiste en
articular unas palabras y recibir otras a cambio. El hecho de estar esperando respuesta
inmediata de nuestro receptor, nos hace construir mensajes de duración muy limitada.
En cambio, cuando escribimos, el hecho de no intercambiar simultáneamente palabras
con nadie, ni esperar respuesta, nos permite construir mensajes más o menos extensos,
que pueden ir desde el tamaño de una carta de una página, hasta el de una novela de
mil hojas.
2. VARIEDAD DE LA LENGUA HABLADA
Hablar supone manejar una serie de sonidos, que reconocemos cada vez que los
escuchamos. La a de casa, mesa, tasa, no son sonidos diferentes, sino uno mismo que
se repite en distintas palabras. Hablar supone también el conocimiento de una cantidad
más o menos amplia de combinaciones de sonidos, sí. Los sonidos a, c, o, s, no significan
nada por sí solos, pero algunas combinaciones que podemos hacer con ellos, como casa,
cosa, saco, sí tienen significación. De manera que, a pesar de que se encuentren vacíos
de significado, los sonidos son fundamentales para construir palabras. Sin ellos la lengua
no existiría.
Todo eso viene al caso para señalar que la lengua hablada, en cuanto es sonido, presenta
una gran diversidad de realizaciones. En principio, no hay dos personas entre los miles o
millones de hablantes de un idioma que articulen del mismo modo las mismas palabras.
La voz casa no suena exactamente igual cuando es pronunciada por un hombre o por
una mujer, por un adulto o por un niño, por un mexicano o por un español. En boca de
cada una de cada una de estas personas, esa misma palabra presenta algunos matices
sonoros que delatan el sexo, la edad, y la procedencia geográfica del hablante. Matices
que no llegan a afectar la estructura sonora de la palabra al grado de que la pudieran
hacer cambiar de significación, como podría hacerlo el que, por ejemplo, elevando y
atrasando un poco la lengua dentro de la cavidad bucal, pronunciáramos o en lugar de a
y resultáramos diciendo cosa en vez de casa.
Dicho de otro modo, hay algunas variaciones de pronunciación que pueden alterar el
significado de las palabras, y hay otras variaciones que no lo alteran. Las cinco vocales
del español, por ejemplo, son cinco sonidos que varían por la posición de la lengua
respecto al paladar. Estas últimas se llaman variaciones dialectales. Un mexicano, un
argentino, un chileno, a pesar de hablar la misma lengua, la pronuncian de diferente
manera. Si una persona nos detiene al caminar y nos pregunta: “¿Dónde queda la calye
de Manuel Doblao?”, nos damos cuenta de que es española, no porque esté vestida con
cual o tal ropa, o porque tenga el pelo rubio o castaño, sino por su manera de hablar,
porque articuló de una manera particular la ll de calle y no pronunció la d en la palabra
Doblado, o sea, porque dijo calye y Doblao.
Debido a que cualquier lengua presenta variaciones de sonido que no alteran el
significado de lo que se dice, sino que sólo distinguen el origen geográfico, el sexo o la
edad de quien habla, puede afirmarse que una lengua puede estar constituida por muy
diversos dialectos.
Un dialecto vendría a ser la forma particular en que es usada una misma lengua por los
diferentes núcleos hablantes. Los núcleos hablantes pueden clasificarse desde los
puntos de vista: geográfico, sociocultural, sexual y generacional. DE manera que se
puede hablar de dialectos geográficos, socioculturales, sexuales y generacionales de una
lengua. El término dialecto, se usa básicamente desde un punto de vista geográfico. Y,
en lugar de dialecto sociocultural, sexual o generacional, se usan los términos: habla
culta, habla media, habla analfabeta; habla masculina, habla femenina, habla infantil,
habla juvenil, habla adulta, etc. En fin, una lengua en cuanto se habla, es decir, en la
medida que es sonido, presenta una gran diversidad de usos, de realizaciones. Pero es
unitaria en el grado en que todos los miembros de la comunidad lingüística, a pesar de
sus diferentes procedencias geográficas, nivel cultural, sexo y edad, pueden entenderse
entre sí.
Desde luego, los dialectos no difieren entre sí únicamente por cuestiones fonéticas,
relativas a la pronunciación de las palabras. Difieren también por causas léxicas y
gramaticales. Las diferencias léxicas consisten en que una misma cosa puede ser
nombrada con distintas palabras, o en que una misma palabra puede nombrar diferentes
cosas. Por ejemplo, lo que para un mexicano es un gis, para un español es una tiza; lo
que para nosotros son los frijoles, para un venezolano son caraotas y, para un español,
judías; un camión (urbano de pasajeros), para un portorriqueño o un cubano, es una
guagua y, para un panameño, es un bus. Tortilla, para un mexicano, es un producto del
maíz, preparado para ser consumido como pan, mientras que, para un español, tortilla es
un guiso hecho con huevos y papas: cartera, para un mexicano, es un objeto que sirve
para llevar el dinero, en particular los billetes, en tanto que, para un español, cartera es
un portafolios, esto es, un objeto que se usa para llevar papeles o libros.
Las diferencias gramaticales consisten en las predilecciones por el empleo de
determinadas formas o determinadas construcciones de palabras. Por ejemplo, los
españoles usan como pronombre de 2a. Persona plural vosotros, y los mexicanos usamos
el pronombre ustedes; lo mismo en los verbos no empleamos la 2a. Persona del plural
habéis, hacéis, trabajáis, etc., sino que la suplimos con la forma verbal de la 3 a. Persona
plural, y nunca decimos: “¿Adónde vais vosotros?” sino “¿A dónde van ustedes?”; los
mexicanos acostumbramos expresar el diminutivo con la terminación -ito, y, en algunos
lugares de Sudamérica, como Venezuela, se acostumbra usar -ico; de manera que,
mientras nosotros decimos ratito, pedacito, ellos dicen ratico, pedacico.
2.1 Hablas socioculturales
La lengua no es de uso privativo de ninguna clase social en particular; indistintamente
sirve a todos para la comunicación. Sin embargo, por su uso común, tiende a manifestar
las diferencias sociales y culturales que se dan dentro de la comunidad. El habla culta y
el habla analfabeta son una buena muestra de ello. Una persona con estudios, con una
carrera hecha, no se expresa del mismo modo que una sin estudios o que apenas a
cursado la primaria o los primeros años de ésta. El habla culta maneja, en general, las
formas lingüísticas más prestigiadas socialmente, y contribuye a prestigiar las que van
naciendo. En México, por ejemplo, conviven diversas articulaciones de una misma
palabra: doctor, dogtor, dotor; aritmética, aridmética, arimética; álbum, álbun; reloj, reló,
etc.; conviven varias formas gramaticales con un mismo valor: vaciar, vacear (infinitivo);
vinimos, venimos (pretérito de indicativo); vozarrón, vocezota (aumentativo), rubíes, rubís
(plural), el calor, la calor (género), etc.; conviven varios nombres para designar una misma
cosa: libélula, caballito del diablo; (dedo) pulgar, (dedo) gordo; morirse, petatearse, estirar
la pata; etc. De todas estas formas lingüísticas, unas se encuentran más prestigiadas que
otras, debido a las preferencias del habla culta que, como es obvio, tendería a usar:
doctor, aritmética, álbum, reloj, vaciar, vinimos, rubíes, vozarrón, libélula, pulgar, morirse,
el calor; mientras que el habla analfabeta se incluiría probablemente por el empleo de las
otras formas mencionadas.
2.2 Hablas generacionales
Así como la lengua varía según el nivel sociocultural de los hablantes, también presenta
diferencias conforme la edad de quien hable. La actividad y los intereses de un niño, un
joven y un adulto, no son, desde luego, los mismos. Cada uno de ellos emplea la lengua
dentro de su ámbito particular y es lógico que su vocabulario no sea el mismo. Pero más
que el medio lingüístico en que se desenvuelven estas tres generaciones, para entender
la diferencias que entre ellas se dan, conviene destacar su distinto grado de aprendizaje
y seguridad lingüísticos. Un adulto, generalmente, tiene sus hábitos expresivos ya hechos
y, en consecuencia, es difícil que los cambie. Si es un analfabeta que aprendió a decir
juimos en lugar de fuimos, aunque a veces trate de corregirse, seguirá diciendo juimos
durante toda su vida. Un niño, en cambio, se encuentra en la etapa de adquisición de
hábitos expresivos, y, por lo tanto, su manera de hablar no es aún definitiva. El joven,
punto intermedio entre estas dos hablas, vive el momento en que los hábitos
comunicativos empiezan a definirse. Dado que el niño aprende la lengua oyendo a sus
mayores, es lógico que el habla generacional más prestigiada sea la adulta, y, que ésta
constituya el modelo a seguir por las demás generaciones. Cosa que no obstaculiza, en
ningún modo, el que cada habla generacional manifieste sus predilecciones lingüísticas,
como es el caso, por ejemplo, de la actual habla juvenil mexicana, llena de novedades
expresivas en las que los nombres de frutas, por ejemplo, pueden servir para valorar a
las personas, o para hacer una negación, en expresiones como “niña fresa” y “no hay de
piña”.
2.3 Hablas sexuales
Menos diferenciadas que las hablas geográficas, las socioculturales y las generacionales,
resultan las sexuales, pero aun entre la manera de expresarse de los hombres y de las
mujeres es posible encontrar fronteras divisorias, sobre todo en lo que respecta al léxico.
Por ejemplo, el hombre, debido a la brusquedad de su temperamento, es más propenso,
en ciertas situaciones, a decir términos desprestigiados socialmente, esto es, “malas
palabras” o majaderías. En tanto que la mujer, por lo delicado de su carácter, se inclinas
más al empleo de ciertas frases afectivas o exclamativas como “es una monada”, “¡qué
encanto!”,”¡qué lindo!”, etc., que no se sentirían propias en boca de un hombre.
2.4 Otras hablas
Lo único que faltaría por aclarar de las hablas a que nos hemos venido refiriendo, es que
también empleamos la lengua de distinta forma según la situación conversacional en que
nos encontremos. Se entiende que no es lo mismo dirigirse a un igual, que a un superior
o a un inferior. Si nos dirigimos a un superior usamos el pronombre usted, con un igual
nos tratamos de tú, y a un inferior le podemos hablar de tú, esperando que nos responda
con el pronombre usted, como sucede cuando el niño platica con otras personas mayores
que no sean sus padres o familiares. En relación al nivel del tratamiento que se da entre
los hablantes, se acostumbra a distinguir todavía dos tipos de hablas más: familiar y
formal.
3. UNIFORMIDAD DE LA LENGUA ESCRITA
A la luz de todas estas consideraciones sobre la lengua hablada, pasemos ahora al
estudio de las principales características de la lengua escrita. La primera diferencia que
salta a la vista es que la lengua escrita no presenta la diversidad de realizaciones que la
lengua hablada. Esto sucede, en primer lugar, porque la lengua escrita no está constituida
por sonidos, sino por signos gráficos, por letras. De modo que los rasgos geográficos,
socioculturales, generacionales y sexuales debidos a la variedad de pronunciación
quedan descartados de la lengua escrita. Las únicas diferencias que pueden darse en
ésta, son léxicas y gramaticales.
Frente a la lengua hablada, la lengua escrita se caracteriza principalmente por su
tendencia a superar todo dialectalismo. Esto es explicable debido a que en el acto del
habla el emisor y el receptor suelen pertenecer al mismo dialecto y, por lo tanto, se
comunican sin dificultad, mientras que en el acto de la escritura, el emisor, supongamos
un novelista, no sabe a qué posible dialecto puedan pertenecer sus futuros lectores y,
por ello, debe procurar el empleo de las formas lingüísticas más generales para ser
entendido por la mayoría.
Desde el punto de vista dialectal, la lengua escrita resulta, pues, mucho más uniforme
que la lengua hablada. Empero, sin que haya contradicción con lo señalado, la lengua
escrita, por su parte, presenta también algunas variedades, como las manifestadas por
los distintos géneros literarios. En cuanto a estos, es necesario aclarar que la lengua
escrita no debe identificarse nada más con la literatura, pues no todo lo que se escribe
tiene valor literario. La lengua escrita no sólo sirve para escribir poesía, novelas y obras
de teatro, sino también para escribir cartas, documentos oficiales, libros científicos,
noticias en los periódicos, apuntes de clase, recados telefónicos, etc. De manera muy
amplia, podríamos clasificar todas estas variedades de lengua escrita en cuatro grandes
géneros: lengua artística, lengua científica, lengua oficial y lengua familiar. En la primera,
quedarían incluidas las obras literarias; en la segunda, los textos que tratan en particular
sobre alguna rama del conocimiento humano (filosofía, psicología, física, matemáticas,
biología, etc.); en la tercera estarían el lenguaje periodístico y el de los documentos que
se manejan en el gobierno o en cualquier otra institución; y, en la cuarta, que no se nos
ocurre otro nombre para llamarla más que el de lengua familiar, entrarían las demás
formas de lengua escrita que no caben en los otros tres géneros, como: cartas, recados
telefónicos, apuntes de clase, etc.
3.1 Lengua familiar
Este último género es el más cercano a la lengua hablada. En general, tiene como
destinatario personas con las que existe cierto grado de confianza o de las cuales no
esperamos crítica hacia lo que escribimos, sino que esperamos que concedan atención
fundamentalmente a lo que les digamos. Lo que nos importa de nuestros apuntes de
clase es que se entiendan, y no el estilo en que estén escritos. Un recado telefónico es
algo breve que comunica a otro que lo llamaron y le dejaron dicha tal o cual cosa, y no
importa si está bien o mal redactado. Las cartas, sin embargo, son algo más delicado. De
las formas de lengua escrita, tal vez no haya otra más cercana a la lengua hablada que
una carta, pues en ella, aunque remota, suele esperarse, respuesta del destinatario. El
descuido general con que se escriben los textos de lengua familiar, se aprecia en la
simplicidad de las construcciones sintácticas, en la poca riqueza de vocabulario, en las
repeticiones innecesarias de palabras y, evidentemente, en la cantidad de faltas de
ortografía.
3.2 Lengua oficial
Este género de lengua escrita es un poco más cuidadoso que el anterior, dado que, por
encima del trato familiar o de confianza, cumple con ciertas fórmulas sociales y
administrativas. Dentro de las instituciones gubernamentales y de las empresas privadas,
existe determinada documentación por medio de la cual se transmiten órdenes, se hacen
saber determinaciones o se fijan reglamentos. Tal documentación emplea un lenguaje
particular, privativo del medio en que circula, y se tipifica por ser escrito a base de
formularios y de frases hechas, como los que se repiten una y otra vez en los oficios,
memorándums, circulares, etc. El lenguaje periodístico, por su parte, tiene un público
lector muy amplio y de muy diverso nivel cultural. Mismo al que las noticias deben ir
escritas, si no en forma elegante, sí de modo claro y accesible.
3.3 Lengua científica
Frente a los demás géneros de lengua escrita la lengua científica se caracteriza por el
empleo de terminologías especializadas, esto es, de palabras que no son del dominio de
todos los hablantes, sino que son de uso exclusivo dentro de una ciencia o una rama
determinada del conocimiento humano. Seno, coseno, tangente, cotangente,
cotiledónea, monocotiledónea, fanerógama, criptógama, alcalinotérreo, catalizador,
electrólisis, morfema, semema, fonema, alófono, etc., no son voces que pertenezcan al
lenguaje de todos los días, sino que se manejan nada más dentro del terreno de las
matemáticas, la botánica, la química y la lingüística.
3.4 Lengua artística
La literatura es el único de los géneros de lengua escrita que, en sí mismo, puede tener
como fin crear arte con el lenguaje. Lo que determina que haya arte en la literatura no es
tanto lo que se dice, sino el cómo se dice. En términos generales, los miles de poemas
amorosos que se han escrito a una mujer, dicen cosas muy parecidas: que el poeta la
ama, admira su belleza, que no puede vivir sin ella, que sufre mucho porque no le
corresponde, etc,. Etc., pero a pesar de ello, cada poema manifiesta estos sentimientos
con un lenguaje distinto, de una manera particular y única. De ahí su valor artístico. El
poeta, el novelista, el autor de teatro, sienten necesidad de comunicar sus ideas y
nociones del mundo. Pero su problema artístico, más que en comunicarlas, consiste en
la forma en que han de expresarlas. Las formas de expresión que existen en la lengua
artística o literaria, como es de todos sabido, son dos: la prosa y el verso. La prosa no es
forma privativa de la lengua artística, sino que es empleada también por los otros géneros
de lengua escrita. En cambio, el verso pertenece sólo a la lengua artística. En prosa se
escriben las cartas, las leyes, los textos científicos, las novelas, los cuentos, las obras de
teatro, etc. En verso se escribe nada más poesía.
A grandes rasgos, la poesía se distingue de la prosa en la atención que concede al sonido
de las palabras, en la menor extensión y simplicidad gramatical de sus comunicados y en
el sentido especial con que suele manejar el significado de las palabras. En la poesía se
busca expresar lo más con lo menos, esto es, decir mucho con pocas palabras, mientras
que en la prosa no existe esa inquietud. Para lograr tal fin, la poesía emplea como
recursos lingüísticos: la musicalidad (fonética), construcciones gramaticales sencillas
(sintaxis), y en el sentido metafórico de las palabras (semántica). Sin embargo, la
prosificación no borraría por completo el valor literario de los versos. Simplemente nos
encontraríamos frente a un texto de menor calidad artística. Al respecto, conviene señalar
que la literatura es una rama del conocimiento humano, que se caracteriza por ser una
actividad valorativa. La literatura, aparte de historiar e integrar la cultura literaria de los
pueblos, tiene como finalidad principal la de analizar los valores artísticos de las obras
que estudia. En tanto que la poesía es la forma del género artístico de la lengua escrita
que más puede aproximarse a la lengua hablada, la prosa es la forma del género artístico
de la lengua escrita que más se aleja de la lengua hablada.
La proximidad de la poesía con la lengua hablada se explica en base a que, como ninguna
otra forma de lengua escrita, la poesía, al buscar la musicalidad, tiene plena conciencia
de que es sonido; y en base a que, por lo común, emplea construcciones gramaticales
sencillas en las que el no uso de conjunciones (yuxtaposición) y el uso de conjunciones
que expresan relaciones simples de pensamiento entre los juicios declarados en dos o
más oraciones, abundan más que el uso de conjunciones que expresan relaciones
complejas de pensamiento entre los juicios expuestos en dos o más oraciones
(subordinación). A esta proximidad de la poesía con la lengua hablada podría atribuirse
el que la primera manifestación literaria en la cultura de los pueblos haya sido la poética.
La proximidad de poesía y lengua hablada es algo de lo cual no pueden hacernos durar
las canciones del pueblo, transmitidas por tradición oral.
La lejanía entre la prosa y la lengua hablada radica, como puede derivarse del párrafo
anterior, en que la lengua escrita científica y artística se abstrae del hecho de que la
lengua esté constituida por sonidos y la maneja por medio de signos gráficos; y en que,
para unir los enunciados expresados en dos o más oraciones, emplea, por lo general,
conjunciones coordinadas y subordinadas, de manera que sus construcciones
gramaticales resultan mucho más complejas que las de la lengua hablada.
3.5 La lengua escrita y el contexto
Se llama contexto o universo del discurso a la serie de hechos que se dan en torno al
acto del habla, y a la serie de sobrentendidos que hay entre el emisor y el receptor.
3.6 Lengua artística y lengua correcta
La corrección lingüística es siempre una inquietud latente en todos los usuarios de la
lengua. El provinciano al venir al Distrito Federal, trata de hablar como los capitalinos
para superar su dialectalismo, porque siente que su manera de expresarse está menos
prestigiada. Lo mismo el analfabeta trata de imitar al alfabetizado, éste al culto, y el culto
al erudito. Todo esto sucede porque hay unas formas de lengua más prestigiadas que
otras. La lengua escrita, desde luego, es la más prestigiada de todas las formas de la
lengua, porque por medio de ella se transmite el conocimiento y se produce arte. Todos
sabemos que una parte muy destacada de nuestra personalidad es nuestro modo de
expresarnos. Por la manera de hablar juzgamos a los demás y éstos nos juzgan a
nosotros. Incluso en el trabajo, nuestra desenvoltura verbal es un factor determinante
para triunfar.
No debemos sentir ningún malestar por aprender gramática, pues en ella está el camino
para poder mejorar nuestra expresión y nuestra capacidad de razonar. Si no podemos
expresar de una manera más o menos clara lo que experimentamos y sentimos, los
demás no pueden enterarse de que pensamos. Por supuesto, no todos estamos llamados
a escribir artísticamente, ello es privilegio de unos cuantos elegidos. Pero no existe
ningún impedimento serio para que todos escribamos con corrección, más que el de
nuestra pereza. Escribir con corrección significa no cometer faltas de ortografía, conocer
el significado de las palabras y tener conocimiento de las construcciones gramaticales
que empleamos. Las primeras dos cosas pueden hacerse individualmente, la tercera
necesita la guía de la gramática.
La poca afición de los estudiantes a la gramática no es tanto culpa de ellos mismos, como
de lo malos sistemas pedagógicos que tradicionalmente se han venido empleando para
la enseñanza de esta disciplina. Desafortunadamente el estudiante considera, o así se le
ha hecho creer, que la gramática es un conjunto de reglas para aprender a leer y a escribir
correctamente. Hay que entender que la lengua no es un reglamento. La lengua no la
han hecho los libros de gramática, sino los hablantes. El objeto de las gramáticas es
describir la lengua como la usan los núcleos más prestigiados de hablantes, los modelos
que los demás imitan, no por imposición, sino por tendencia natural, por afán de
superación. El principal defecto de la enseñanza de la lengua ha consistido precisamente
en haber hecho creer al estudiante que la lengua es un conjunto de reglas. A este tipo de
gramática se le llama normativa. A la que describe el funcionamiento de la lengua tal
como la usan los núcleos hablantes se le llama descriptiva. La gramática pretende dar al
estudiante los instrumentos necesarios para que pueda escribir con claridad. La
expresión artística es algo que no puede aprenderse en ninguna rama de la lingüística o
de la literatura; es un camino personal, que el interesado tiene que buscar, sin más guía
que su propia sensibilidad.
Millán Antonio, Lengua hablada y lengua escrita, edit. Anuies, 1973
Cuestionario
1.- ¿En qué momento histórico nacieron la lengua hablada y la lengua escrita?
La lengua hablada y la lengua escrita nacieron, pues, en diferentes momentos históricos:
la primera, en los albores de la humanidad, en una época imposible de precisar; y la
segunda, hace apenas unos veintitantos siglos, entre los griegos.
2.- ¿Cómo se llaman los sonidos de la lengua hablada?
Fonemas
3.- ¿Por cuáles sentidos son perceptibles la lengua hablada y la lengua escrita?
El oído y la vista
4.- ¿Por qué se dice que la lengua escrita hace perdurar el conocimiento?
La escritura ha venido a significar para el hombre el mejor recipiente para conservar el
pensamiento a salvo de las inclemencias del tiempo y del olvido de los demás; después
de muchos siglos, leemos hoy las obras de Homero, Shakespeare o Cervantes, sin que
hayan sufrido gran deterioro desde que fueron creadas. Si las obras de estos autores
hubieran tenido que perdurar en la memoria de los hombres, repetidas por tradición oral,
tal vez habrían terminado por ser olvidadas.
5.- ¿Cómo se llaman los participantes del acto del habla?
Emisor y receptor
6.- ¿Qué es lo que hace que los comunicados de lengua escrita sean más extensos que
los de la lengua hablada?
El hecho de no intercambiar simultáneamente palabras con nadie, ni esperar respuesta,
nos permite construir mensajes más o menos extensos.
7.- ¿La lengua hablada se pronuncia igual en todas partes?
No, cada región tiene su dialecto
8.- ¿En qué consiste una diferencia léxica?
Consisten en que una misma cosa puede ser nombrada con distintas palabras, o en que
una misma palabra puede nombrar diferentes cosas. Por ejemplo, lo que para un
mexicano es un gis, para un español es una tiza.
9.- ¿En qué consiste una diferencia gramatical?
Las diferencias gramaticales consisten en las predilecciones por el empleo de
determinadas formas o determinadas construcciones de palabras. Por ejemplo, los
españoles usan como pronombre de 2a. Persona plural vosotros, y los mexicanos
usamos el pronombre ustedes.
10.- ¿Qué son las hablas socioculturales?
Por su uso común, tienden a manifestar las diferencias sociales y culturales que se dan
dentro de la comunidad. El habla culta y el habla analfabeta son una buena muestra de
ello.
11.- ¿Qué son las hablas generacionales?
Son el tipo de palabras que se usan de generación en generación, por ejemplo, el
lenguaje de un niño no es el mismo que el de un joven o un adulto.
12.- ¿Qué son las hablas sexuales?
Es la diferencia de léxico entre un hombre y una mujer, por ejemplo, el hombre, debido a
la brusquedad de su temperamento, es más propenso, en ciertas situaciones, a decir
términos desprestigiados socialmente, esto es, “malas palabras” o majaderías. En tanto
que la mujer, por lo delicado de su carácter, se inclinas más al empleo de ciertas frases
afectivas o exclamativas como “es una monada”, “¡qué encanto!”,”¡qué lindo!”, etc.
13.- ¿Qué son el habla familiar y el habla formal?
El habla familiar tiene como destinatario personas con las que existe cierto grado de
confianza o de las cuales no esperamos crítica hacia lo que escribimos y el habla formal
es un poco más cuidadoso que el anterior, dado que, por encima del trato familiar o de
confianza, cumple con ciertas fórmulas sociales y administrativas.
14.- ¿La lengua escrita es dialectal?
Sí, porque no siempre es usada para textos formales
15.- ¿Cuántos y cuáles son los géneros de lengua escrita que existen?
De manera muy amplia, podríamos clasificar las variedades de la lengua escrita en cuatro
grandes géneros: lengua artística, lengua científica, lengua oficial y lengua familiar.
16.- ¿En qué se caracteriza la lengua científica?
Los textos que tratan en particular sobre alguna rama del conocimiento humano (filosofía,
psicología, física, matemáticas, biología, etc.).
17.- ¿Es posible identificar la lengua escrita con la literatura?
La lengua escrita no debe identificarse nada más con la literatura, pues no todo lo que se
escribe tiene valor literario. La lengua escrita no sólo sirve para escribir poesía, novelas
y obras de teatro, sino también para escribir cartas, documentos oficiales, libros
científicos, noticias en los periódicos, apuntes de clase, recados telefónicos, etc.

18.- ¿En qué se semeja la poesía a la lengua hablada?


La proximidad de la poesía con la lengua hablada se explica en base a que, como ninguna
otra forma de lengua escrita, la poesía, al buscar la musicalidad, tiene plena conciencia
de que es sonido; y en base a que, por lo común, emplea construcciones gramaticales
sencillas en las que el no uso de conjunciones (yuxtaposición) y el uso de conjunciones
que expresan relaciones simples de pensamiento entre los juicios declarados en dos o
más oraciones, abundan más que el uso de conjunciones que expresan relaciones
complejas de pensamiento entre los juicios expuestos en dos o más oraciones
(subordinación).
19.- ¿En qué se distinguen la prosa y la poesía?
En tanto que la poesía es la forma del género artístico de la lengua escrita que más puede
aproximarse a la lengua hablada, la prosa es la forma del género artístico de la lengua
escrita que más se aleja de la lengua hablada.
20.- ¿Qué es más importante en la lengua artística, lo que se dice o el cómo se dice?
El cómo se dice
21.- ¿Qué sucede si trasladamos a prosa un poema?
El traslado de los versos a prosa, haría que toda la concepción artística resumida en ellos,
se perdiera. La musicalidad de los endecasílabos (versos de once sílabas) habría
desaparecido. La construcción gramatical más compleja y extensa ocasionaría que se
deshiciera el poder sugestivo de las palabras, logrado, en los versos, gracias a las
aposiciones, es decir, a la ausencia de conjunciones.
22.- ¿Cuál es la más prestigiada de todas las formas de la lengua?
La lengua escrita
23.- ¿En qué consiste escribir con corrección?
Escribir con corrección significa no cometer faltas de ortografía, conocer el significado de
las palabras y tener conocimiento de las construcciones gramaticales que empleamos.
24.- ¿Qué es el contexto?
Se llama contexto o universo del discurso a la serie de hechos que se dan en torno al
acto del habla, y a la serie de sobrentendidos que hay entre el emisor y el receptor.
25.- ¿Qué son la gramática normativa y la gramática descriptiva?
El principal defecto de la enseñanza de la lengua ha consistido precisamente en haber
hecho creer al estudiante que la lengua es un conjunto de reglas. A este tipo de gramática
se le llama normativa. A la que describe el funcionamiento de la lengua tal como la usan
los núcleos hablantes se le llama descriptiva.

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