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El lenguaje simbólico en los cuentos populares

Víctor Montoya*
Los cuentos populares son alimentos para el alma del niño, estimulan su fantasía y
cumplen una función terapéutica; primero, porque reflejan sus experiencias,
pensamientos y sentimientos; y, segundo, porque le ayudan a superar sus ataduras
emocionales por medio de un lenguaje simbólico, haciendo hincapié en todas las etapas
-periodos o fases- por las que atraviesa a lo largo de su infancia.

Cuando el niño lee o escucha un cuento popular, pone en juego el poder de su fantasía y,
en el mejor de los casos, logra reconocerse a sí mismo en el personaje central, en sus
peripecias y en la solución de sus dificultades, en virtud de que el tema de los cuentos le
permiten trabajar con los conflictos de su fuero interno. El psicoanalista Bruno
Bettelheim ha manifestado que en el campo de la literatura infantil no existe otra cosa
más enriquecedora que los viejos cuentos populares, no sólo por su forma literaria y su
belleza estética, sino también porque son comprensibles para el niño, cosa que ninguna
otra forma de arte es capaz de conseguir. Bettelheim, en su Psicoanálisis de los cuentos
de hadas, afirma que: “A través de los siglos (si no milenios), al ser repetidos una y otra
vez, los cuentos se han ido refinando y han llegado a transmitir, al mismo tiempo,
sentidos evidentes y ocultos; han llegado a dirigirse simultáneamente a todos los niveles
de la personalidad humana y a expresarse de un modo que alcanza la mente no educada
del niño, así como la del adulto sofisticado. Aplicando el modelo psicoanalítico de
personalidad humana, los cuentos aportan importantes mensajes al consciente,
preconsciente e inconsciente, sea cual sea el nivel de funcionamiento de cada uno en
aquel instante. Al hacer referencia a los problemas humanos universales, especialmente
aquellos que preocupan a la mente del niño, estas historias hablan a su pequeño yo en
formación y estimulan su desarrollo, mientras que, al mismo tiempo, liberan al
preconsciente y al inconsciente de sus pulsiones. A medida que las historias se van
descifrando, dan crédito consciente y cuerpo a las pulsiones del ello y muestran los
distintos modos de satisfacerlas, de acuerdo con las exigencias del yo y del super-yo”
(Bettelheim, B., 1986, p. 12-13).

Conforme a lo señalado por Bettelheim, no cabe duda de que casi todos los cuentos que
provienen de la tradición oral abordan el mismo tema: la sublimación de los conflictos
emocionales y los problemas existenciales que aquejan a los niños. No es extraño que las
niñas, que son víctimas de abusos sexuales, asocien a sus violadores con los personajes
“malditos” de los cuentos populares, cuyos protagonistas -lobos, ogros, gnomos, brujas y
otros- se tornan en individuos del mundo real.

Si bien existen libros pedagógicos que ayudan a desarrollar las funciones cognoscitivas
del niño, existen también libros que ayudan a superar los traumas psicológicos por medio
de la ficción y el lenguaje simbólico, que representa cosas que no están al alcance del
entendimiento humano. Ya Carl G. Jung, en “El hombre y sus símbolos”, dice: “usamos
constantemente términos simbólicos para representar conceptos que no podemos definir
o comprender del todo. Esta es una de las razones por las cuales todas las religiones
emplean lenguaje simbólico o imágenes. Pero esta utilización consciente de los símbolos
es sólo un aspecto de un hecho psicológico de gran importancia: el hombre también
produce símbolos inconscientes y espontáneamente en forma de sueños” (Jung, C.G.,
1995, p. 21).

La tesis de Betellheim parte de la base de que todos los cuentos populares reflejan la
evolución física, psíquica, intelectual y social del niño; por ejemplo, el fracaso del
egocentrismo, la soledad y falta de afecto, la satisfacción del deseo (casa de chocolate) y
el triunfo sobre el peligro (la bruja) está simbolizado en el cuento “Hansel y Gretel”; el
complejo de Edipo en “Blancanieves”; la pubertad en “Caperucita roja”; la rivalidad
en “Piel de asno”, un tema tabú del que todos saben algo, pero del que pocos se atreven a
hablar. El rey y la reina simbolizan a los padres, la flor al desarrollo sexual y la casa a la
seguridad y armonía en el hogar. El árbol simboliza la vida, el crecimiento o la
maduración física y psíquica del individuo. Así como el perro simboliza la fidelidad, las
aves simbolizan la libertad y la ayuda; esto ocurre en el cuento de “La Cenicienta”,
cuando su madrastra echa ante ella un montón de guisantes buenos y malos y le dice que
los separe. Aunque parece una tarea imposible, Cenicienta comienza, pacientemente, a
Bibliografía
separarlos y, de pronto,
 Bettelheim, las Psicoanálisis
Bruno: palomas (los de
ratones, según de
los cuentos otras versiones)
hadas, acuden a
Ed. Grijalbo,
ayudarla. Asimismo, la
Barcelona, 1986. rama que Cenicienta planta en la tumba de su madre, se convierte
en un
 árbol, enJ.W.:
Heisig, cuyasElramas vive
cuento un pájaro
detrás que, cada
del cuento, vez que Cenicienta
Ed. Guadalupe, llora, le1976.
Buenos Aires, concede
sus deseos; por lo tanto, el árbol y el pájaro simbolizan el espíritu o la reencarnación de
la madre de Cenicienta.
 Jung, Carl.G.: El hombre y sus símbolos, Ed. Paidós, Barcelona, 1995.

En el cuento de “Blancanieves”, justo cuando ésta yace en el ataúd de vidrio, que


* Víctor Montoya nació en La Paz, Bolivia, el 21 de junio de 1958. Escritor, periodista cultural y
simbolizaVivió
pedagogo. su muerte espiritual,mineras
en las poblaciones tres pájaros
de Sigloacuden a llorarEn
XX y Llallagua. junto
1976,a como
los siete enanitos;delasus
consecuencia
lechuza (pájaro de la muerte y la sabiduría), el cuervo (pájaro de Odín,
actividades políticas, fue perseguido, torturado y encarcelado. Estando en el Panóptico Nacional jefe de lasdefuerzas
San
oscuras)
Pedro y en y
la la paloma
cárcel (pájaro
de mayor de Afrodita,
seguridad de la inocencia
de Chonchocoro-Viacha, y el amor).
escribió su libro Los tres pájaros,
de testimonio "Huelga y
represión”.
aparte de Liberado
constituir de piezas
la prisiónclaves
por unaencampaña
la trama de del
Amnistía Internacional,
cuento, simbolizan llegó
unexiliado
número a Suecia
mágicoen
1977. Egresado del Instituto Normal Superior de Estocolmo, en cuya Institución
que también aparece en otros cuentos. El genio en Las mil y una noches concede tres Pedagógica cursó
estudios de especialización. Impartió lecciones de quechua, coordinó proyectos culturales en una
deseos a dirigió
biblioteca, Aladino; tresdeson
talleres las dificultades
literatura o pruebas
y ejerció la docencia que varios
durante debenaños.vencer los héroes
Ha publicado: de losy
“Huelga
cuentos fantásticos
represión” (1979), “Díaspara liberar
y noches a la mujer
de angustia” amada
(1982), y coronar
“Cuentos su triunfo;
Violentos” treslaberinto
(1991), “El veces la del
madrastra
pecado” de Blancanieves
(1993), visita la(1994),
“El eco de la conciencia” casa de los sietedel
“Antología enanitos. “En su primera
cuento latinoamericano visita,
en Suecia”
(1995), “Palabra
disfrazada de unaencendida” (1996), “Cuentos
vieja buhonera, de la
intenta mina” (2000),
estrangular “Entre
a la tumbas
hijastra cony pesadillas”
un corsé (no (2002),
un
“Fugas y socavones” (2002), “Literatura infantil: Lenguaje y fantasía”
“lasito” como dice la versión española), dramatizando su deseo de contrarrestar la(2003) y “Poesía boliviana en
Suecia” (2005). Fundó y dirigió las revistas literarias “PuertAbierta” y “Contraluz”. Su obra mereció
pubescencia
premios y becasen proceso
literarias. de cuentos
Tiene la joven. Blancanieves,
traducidos medio
y publicados muerta, internacionales.
en antologías es reavivada por los
enanos, y elescribe
Actualmente espejo en informa
publicacionesa la de
reina malvada
América Latina,del hecho.
Europa En la Unidos.
y Estados segunda Es visita
directorla
madrastra de
responsable le ladaedición
un peine envenenado,
digital de Narradoresque igualmente la
Latinoamericanos endeja 'como
Suecia: muerta'. El y del
www.narradores.se
Rincón Literario:
envenenar welcome.to/heterogenesis.
los cabellos parece ser otro signo de la culpa que la madrastra le achaca a
Blancanieves por crecer. Esto es confirmado por la tercera visita, después de que los
enanos nuevamente procuran salvarla. Esta vez la madrastra, disfrazada de campesina, le
ofrece una manzana 'con un veneno de lo más virulento'. La bruja come de la mitad
blanca para demostrar su inofensividad, pero cuando Blancanieves la recoge y come de la
mitad roja, se desmaya con la manzana atorada en la garganta” (Heisig, J.W., 1976, p.
Gracias
76). a que el genio de la lámpara pudo suplir con los requerimientos necesarios, Aladino
y la hija del sultán se casaron, y el genio les construyo un palacio al lado de el del sultán.
El siete es otro de los números mágicos en los cuentos populares. Ahí tenemos a los siete
Hasta aquí en
enanitos está
el clara
cuentola de
primacía de la lámpara
“Blancanieves”, y que
quien con esta Aladino
se convierte y suhermosa
en una niña madre pudieron
a los
obtener los más grandes placeres tanto los alimenticios como los sexuales que
siete años. Siete son los colores primarios, siete los días de la semana, siete los tanto les
planetas
hacía falta.
de la antigüedad, siete las virtudes, siete los pecados capitales, siete los misterios, siete
las maravillas del mundo y, según el mito de creación, el séptimo día es sagrado y de
descanso.

Los animales salvajes simbolizan los conflictos no resueltos y los instintos de agresión.
La víbora y el elefante, por su forma, pueden simbolizar la masculinidad, mientras que la
manzana (los senos de la madre) es un viejo símbolo del amor y el matrimonio, pero
también del peligro y el pecado. En la Biblia se dice que Adán y Eva incurren en el
pecado por comer la fruta (manzana) del árbol de la ciencia del bien y del mal. La
madrastra de Blancanieves, asaltada por los celos y la envidia, le procura la muerte con
una manzana envenenada. De otro lado, el color rojo o colorado de la manzana
-simbolismo extensamente repetido en ritos primitivos de la pubertad- representa la
menstruación, la culminación de la etapa latente y la maduración sexual; lo mismo que la
caperuza roja es un atributo de la primera menstruación de Caperucita roja, quien, aparte
de sentirse acosada por la sexualidad masculina, es capaz de concebir y ser madre desde
el punto de vista biológico.

La belleza está simbolizada por el color rojo, blanco y negro. De ahí que el cuento de
“Blancanieves”, en algunas versiones, comienza con un rey y una reina que viajan por un

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