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Sismo-resistencia
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INTRODUCCIÓN

Los sismos, también conocidos como terremotos o movimientos telúricos, son


considerados como una de las catástrofes naturales más devastadoras y aterradoras
que existen. La Tierra es violentamente sacudida y fracturada en cuestión de
momentos, decenas o miles de personas pueden perder bienes, salud, seres queridos
y, tal vez, la vida.
Algunos sismos han llegado a causar miles de muertes y graves daños en áreas de
miles de kilómetros cuadrados, y en ocasiones se recuerdan como fechas dolorosas de
la historia de la humanidad.
Un sismo es un fenómeno que se produce por un movimiento repentino en la cubierta
rígida del planeta llamada corteza terrestre; como consecuencia se producen
vibraciones que se propagan en todas direcciones y que percibimos como una sacudida
o balanceo con duración e intensidad variable.
El país se localiza en una de las zonas sísmicas más activas del mundo, el “Cinturón
del Fuego del Pacífico”, cuyo nombre se debe al alto grado de sismicidad que resulta
de la movilidad de cuatro placas tectónicas: Norteamericana, Cocos, Rivera y del
Pacífico.
Los tsunamis constituyen uno de los fenómenos naturales de mayor relevancia en el
mundo por sus características desastrosas, afectando a la mayoría de los países
costeros, especialmente en el Océano Pacífico. De acuerdo a estadísticas, de los
aproximadamente 420 tsunamis acaecidos en el siglo XX, el 20 % causaron daños de
consideración en las zonas costeras cercanas a su origen y el 15% de éstos también
causaron daños en zonas costeras lejanas.
Chile, por su ubicación geotectónica en la cuenca del Pacífico Sur Oriental, está
expuesto al impacto directo de tsunamis de fuente cercana y/o lejana, y está incluido
dentro de los países que con mayor frecuencia se ven afectados por estos eventos. De
allí que resulta relevante la estimación de este riesgo natural, considerando el
estudio del fenómeno y el análisis del comportamiento hidrodinámico de las ondas,
además de la determinación de los niveles máximos de inundación esperados para
eventos extremos de campo cercano, información que es fundamental desde el punto
de vista de la planificación urbana, manejo de las áreas potencialmente amenazadas
y para la elaboración de los planes de emergencia en los principales centros
portuarios y urbanos costeros del país.
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GENERALIDADES

Los terremotos, sismos, seismos, temblores de tierra (del griego “σεισμός”, temblor),
o temblor de tierra es una sacudida del terreno que se produce debido al choque de
las placas tectónicas y a la liberación de energía en el curso de una reorganización
brusca de materiales de la corteza terrestre al superar el estado de equilibrio
mecánico son reajustes de la corteza terrestres causados por los movimientos de
grandes fragmentos.

Dicho de otra manera, un sismo o temblor es un reajuste de la corteza terrestre


causado por los movimientos vibratorios de las placas tectónicas del planeta y se
propaga por él en todas direcciones en forma de ondas.

Por sí mismos, son fenómenos naturales que no afectan demasiado al hombre. El


movimiento de la superficie terrestre que provoca un terremoto no representa un
riesgo, salvo en casos excepcionales, pero sí nos afectan sus consecuencias,
ocasionando catástrofes: caída de construcciones, incendio de ciudades, avalanchas y
tsunamis.

Aunque todos los días se registran una buena cantidad de terremotos en el mundo, la
inmensa mayoría son de poca magnitud. Sin embargo, se suelen producir dos o tres
terremotos de gran intensidad cada año, con consecuencias imprevisibles.

Origen

La causa de un temblor es la liberación súbita de energía dentro del interior de la


Tierra por un reacomodo de ésta. Este reacomodo se lleva a cabo mediante el
movimiento relativo entre placas tectónicas. Las zonas en donde se lleva a cabo este
tipo de movimiento se conocen como fallas geológicas (la falla de San Andrés es un
ejemplo) y a los temblores producidos se les conoce como sismos tectónicos. No
obstante existen otras causas que también producen temblores. Ejemplo de ello son
los producidos por el ascenso de magma hacia la superficie de la Tierra. Este tipo de
sismos, denominados volcánicos, nos pueden servir de aviso de una posible erupción
volcánica.
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Movimientos sísmicos

Las placas de la corteza terrestre están sometidas a tensiones. En la zona de roce


(falla), la tensión es muy alta y, a veces, supera a la fuerza de sujeción entre las
placas. Entonces, las placas se mueven violentamente, provocando ondulaciones y
liberando una enorme cantidad de energía. Este proceso se llama movimiento sísmico
o terremoto.

La intensidad o magnitud de un sismo, en la escala de Richter, representa la energía


liberada y se mide en forma logarítmica, del uno al nueve. La ciencia que estudia los
sismos es la sismología y los científicos que la practican, sismólogos.

Aunque las actividades tectónica y volcánica son las principales causas por las que se
generan los terremotos, existen otros muchos factores que pueden originarlos:
desprendimientos de rocas en las laderas de las montañas y el hundimiento de
cavernas, variaciones bruscas en la presión atmosférica por ciclones e incluso la
actividad humana. Estos mecanismos generan eventos de baja magnitud que
generalmente caen en el rango de microsismos, temblores que sólo pueden ser
detectados por sismógrafos.
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Sismógrafo Vertical

La estadística sobre los sismos a través de la historia es más bien pobre. Se tiene
información de desastres desde hace más de tres mil años, pero además de ser
incompleta, los instrumentos de precisión para registrar sismos datan de principios del
siglo XX y la Escala de Richter fue ideada en 1935.

Un terremoto de gran magnitud puede afectar más la superficie terrestre si el epifoco


u origen del mismo se encuentra a menor profundidad. La destrucción de ciudades no
depende únicamente de la magnitud del fenómeno, sino también de la distancia a que
se encuentren del mismo, de la constitución geológica del subsuelo y de otros
factores, entre los cuales hay que destacar las técnicas de construcción empleadas.

Los intentos de predecir cuándo y dónde se producirán los terremotos han tenido
cierto éxito en los últimos años. En la actualidad, China, Japón, Rusia y Estados
Unidos son los países que apoyan más estas investigaciones. En 1975, sismólogos
chinos predijeron el sismo de magnitud 7,3 de Haicheng, y lograron evacuar a 90.000
residentes sólo dos días antes de que destruyera el 90% de los edificios de la ciudad.
Una de las pistas que llevaron a esta predicción fue una serie de temblores de baja
intensidad, llamados sacudidas precursoras, que empezaron a notarse cinco años
antes.

Otras pistas potenciales son la inclinación o el pandeo de las superficies de tierra y los
cambios en el campo magnético terrestre, en los niveles de agua de los pozos e
incluso en el comportamiento de los animales. También hay un nuevo método en
estudio basado en la medida del cambio de las tensiones sobre la corteza terrestre.
Basándose en estos métodos, es posible pronosticar muchos terremotos, aunque estas
predicciones no sean siempre acertadas.

El punto interior de la tierra donde se produce el sismo se denomina foco sísmico o


hipocentro, y el punto de la superficie que se halla directamente en la vertical del
hipocentro y que, por tanto, es el primer afectado por la sacudida recibe el nombre
de epicentro.

En un terremoto se distinguen:
hipocentro o foco, zona interior profunda, donde se produce el terremoto.

epicentro, área de la superficie perpendicular al hipocentro, donde repercuten con


mayor intensidad las ondas sísmicas.
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La probabilidad de ocurrencia de terremotos de una determinada magnitud en una


región concreta viene dada por una distribución de Poisson. Así la probabilidad de
ocurrencia de k terremotos de magnitud M durante un período T en cierta región está
dada por:

Donde:

Tr (M) es el tiempo de retorno de un terremoto de intensidad M, que coincide con el


tiempo medio entre dos terremotos de intensidad M.

Propagación

El movimiento sísmico se propaga mediante ondas elásticas (similares al sonido), a


partir del hipocentro. Las ondas sísmicas se presentan en tres tipos principales:

Ondas de propagación producida por los terremotos

Ondas longitudinales, primarias o P: tipo de ondas de cuerpo que se propagan a una


velocidad de entre 8 y 13 km/s y en el mismo sentido que la vibración de las
partículas. Circulan por el interior de la Tierra, atravesando tanto líquidos como
sólidos. Son las primeras que registran los aparatos de medida o sismógrafos, de ahí su
nombre “P”.

Ondas transversales, secundarias o S: son ondas de cuerpo más lentas que las
anteriores (entre 4 y 8 km/s) y se propagan perpendicularmente en el sentido de
vibración de las partículas. Atraviesan únicamente los sólidos y se registran en
segundo lugar en los aparatos de medida.
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Ondas superficiales: son las más lentas de todas (3,5 km/s) y son producto de la
interacción entre las ondas P y S a lo largo de la superficie de la Tierra. Son las que
producen más daños. Se propagan a partir del epicentro y son similares a las ondas
que se forman sobre la superficie del mar. Este tipo de ondas son las que se registran
en último lugar en los sismógrafos.
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FALLAS DEBIDO A LOS SISMOS

Fallas Geológicas

Uno de los accidentes del terreno que se puede observar más fácilmente son las fallas
o rupturas de un plegamiento, especialmente si el terreno es de tipo sedimentario.

Falla de San Andrés; pasa a través de California Estados Unidos y Baja California,
México.

Las fallas son un tipo de deformación de la corteza terrestre que finaliza en ruptura,
dando lugar a una gran variedad de estructuras geológicas.

Cuando esta ruptura se produce de forma brusca, se produce un terremoto. En


ocasiones, la línea de falla permite que, en ciertos puntos, aflore el magma de las
capas inferiores y se forme un volcán.

Partes de una falla

El plano de falla es la superficie sobre la que se ha producido el movimiento,


horizontal, vertical u oblicuo. Si las fracturas son frágiles, tienen superficies lisas y
pulidas por efecto de la abrasión. Durante el desplazamiento de las rocas fracturadas
se pueden desprender fragmentos de diferentes tamaños.
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Los labios de falla son los dos bordes o bloques que se han desplazado. Cuando se
produce un desplazamiento vertical, los bordes reciben los nombres de labio hendido
(o interior) y labio elevado (o superior), dependiendo de la ubicación de cada uno de
ellos con respecto a la horizontal relativa. Cuando está inclinado, uno de los bloques
se desliza sobre el otro. El bloque que queda por encima del plano de falla se llama
“techo” y el que queda por debajo, “muro”.

El salto de falla es la distancia vertical entre dos estratos que originalmente formaban
una unidad, medida entre los bordes del bloque elevado y el hundido. Esta distancia
puede ser de tan sólo unos pocos milímetros (cuando se produce la ruptura), hasta
varios kilómetros. Éste último caso suele ser resultado de un largo proceso geológico
en el tiempo.

Tipos de fallas

En una falla normal, producida por tensiones, la inclinación del plano de falla
coincide con la dirección del labio hundido. El resultado es un estiramiento o
alargamiento de los materiales, al desplazarse el labio hundido por efecto de la
fuerza de la gravedad.

En las fallas de desgarre, además del movimiento ascendente también se desplazan


los bloques horizontalmente. Si pasa tiempo suficiente, la erosión puede allanar las
paredes destruyendo cualquier traza de ruptura, pero si el movimiento es reciente o
muy grande, puede dejar una cicatriz visible o un escarpe de falla con forma de
precipicio. Un ejemplo especial de este tipo de fallas son aquellas transformadoras
que desplazan a las dorsales oceánicas.

En una falla inversa, producida por las fuerzas que comprimen la corteza terrestre, el
labio hundido en la falla normal, asciende sobre el plano de falla y, de esta forma, las
rocas de los estratos más antiguos aparecen colocadas sobre los estratos más
modernos, dando lugar así a los cabalgamientos.

Las fallas de rotación o de tijera se forman por efecto del basculado de los bloques
sobre el plano de falla, es decir, un bloque presenta movimiento de rotación con
respecto al otro. Mientras que una parte del plano de falla aparenta una falla normal,
en la otra parece una falla inversa.
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Un macizo tectónico o pilar tectónico, también llamado “Horst”, es una región


elevada limitada por dos fallas normales, paralelas. Puede ocurrir que a los lados del
horst haya series de fallas normales; en este caso, las vertientes de las montañas
están formadas por una sucesión de niveles escalonados. En general, los macizos
tectónicos son cadenas montañosas alargadas, que no aparecen aisladas, sino que
están asociadas a fosas tectónicas. Por ejemplo, el centro de la península Ibérica está
ocupada por los macizos tectónicos que forman las sierras de Gredos y Guadarrama.

Por último, una fosa tectónica o Graben es una asociación de fallas que da lugar a una
región deprimida entre dos bloques levantados. Las fosas tectónicas se producen en
áreas en las que se agrupan al menos dos fallas normales. Las fosas forman valles que
pueden medir decenas de kilómetros de ancho y varios miles de kilómetros de
longitud. Los valles se rellenan con sedimentos que pueden alcanzar cientos de
metros de espesor. Así sucede, por ejemplo, en el valle del río Tajo, en la península
Ibérica.

TSUNAMIS
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TSUNAMI

(del japonés TSU: puerto o bahía, NAMI: ola) es una ola o serie de olas que se
producen en una masa de agua al ser empujada violentamente por una fuerza que la
desplaza verticalmente. Este término fue adoptado en un congreso de 1963.

Los terremotos submarinos provocan movimientos del agua del mar (maremotos o
tsunamis). Los tsunamis son olas enormes con longitudes de onda de hasta 100
kilómetros que viajan a velocidades de 700 a 1000 km/h. En alta mar la altura de la
ola es pequeña, sin superar el metro; pero cuando llegan a la costa, al rodar sobre el
fondo marino alcanzan alturas mucho mayores, de hasta 30 y más metros.

El tsunami está formado por varias olas que llegan separadas entre sí unos 15 o 20
minutos. La primera que llega no suele ser la más alta, sino que es muy parecida a las
normales. Después se produce un impresionante descenso del nivel del mar seguido
por la primera ola gigantesca y a continuación por varias más.

La falsa seguridad que suele dar el descenso del nivel del mar ha ocasionado muchas
víctimas entre las personas que, imprudentemente, se acercan por curiosidad u otros
motivos, a la línea de costa.

España puede sufrir tsunamis catastróficos, como quedó comprobado en el terremoto


de Lisboa en 1755. Como consecuencia de este sismo varias grandes olas arrasaron el
golfo de Cádiz causando más de 2.000 muertos y muchos heridos.

En 1946 se creó la red de alerta de tsunamis después del maremoto que arrasó la
ciudad de Hilo (Hawaii) y varios puertos más del Pacífico. Hawaii es afectado por un
tsunami catastrófico cada 25 años, aproximadamente, y EEUU, junto con otros países,
han puesto estaciones de vigilancia y detectores que avisan de la aparición de olas
producidas por sismos.
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Terremotos, volcanes, meteoritos, derrumbes costeros o subterráneos e incluso


explosiones de gran magnitud pueden generar un TSUNAMI.

Antiguamente se les llamaba marejadas, maremotos u ondas sísmicas marina, pero


estos términos han ido quedando obsoletos, ya que no describen adecuadamente el
fenómeno. Los dos primeros implican movimientos de marea, que es un fenómeno
diferente y que tiene que ver con un desbalance oceánico provocado por la atracción
gravitacional ejercida por los planetas, el sol y especialmente la luna. Las ondas
sísmicas, por otra parte, implican un terremoto y ya vimos que hay varias otras causas
de un TSUNAMI.

Un tsunami generalmente no es sentido por las naves en alta mar (las olas en alta mar
son pequeñas) ni puede visualizarse desde la altura de un avión volando sobre el mar.

Como puede suponerse, los tsunamis pueden ser ocasionados por terremotos locales o
por terremotos ocurridos a distancia. De ambos, los primeros son los que producen
daños más devastadores debido a que no se alcanza a contar con tiempo suficiente
para evacuar la zona (generalmente se producen entre 10 y 20 minutos después del
terremoto) y a que el terremoto por sí mismo genera terror y caos que hacen muy
difícil organizar una evacuación ordenada.

Causas de los Tsunamis

Como se mencionaba en el punto anterior, los Terremotos son la gran causa de


tsunamis. Para que un terremoto origine un tsunami el fondo marino debe ser movido
abruptamente en sentido vertical, de modo que el océano es impulsado fuera de su
equilibrio normal. Cuando esta inmensa masa de agua trata de recuperar su
equilibrio, se generan las olas. El tamaño del tsunami estará determinado por la
magnitud de la deformación vertical del fondo marino. No todos los terremotos
generan tsunamis, sino sólo aquellos de magnitud considerable, que ocurren bajo el
lecho marino y que son capaces de deformarlo.

Si bien cualquier océano puede experimentar un tsunami, es más frecuente que


ocurran en el Océano Pacífico, cuyas márgenes son más comúnmente asiento de
terremotos de magnitudes considerables (especialmente las costas de Chile y Perú y
Japón). Además el tipo de falla que ocurre entre las placas de Nazca y Sudamericana,
llamada de subducción, esto es que una placa se va deslizando bajo la otra, hacen
más propicia la deformidad del fondo marino y por ende los tsunamis.
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A pesar de lo dicho anteriormente, se han reportado tsunamis devastadores en los


Océanos Atlánticos e Indico, así como el Mar Mediterráneo. Un gran tsunami
acompañó los terremotos de Lisboa en 1755, el del Paso de Mona de Puerto Rico en
1918, y el de Grand Banks de Canadá en 1929.

Las avalanchas, erupciones volcánicas y explosiones submarinas pueden ocasionar


tsunamis que suelen disiparse rápidamente, sin alcanzar a provocar daños en sus
márgenes continentales.

Respecto de los meteoritos, no hay antecedentes confiables acerca de su ocurrencia,


pero la onda expansiva que provocarían al entrar al océano o el impacto en el fondo
marino en caso de caer en zona de baja profundidad, son factores bastante
sustentables como para pensar en ellos como eventual causa de tsunami,
especialmente si se trata de un meteorito de gran tamaño.

Características físicas de un tsunami

Debido a la gran longitud de onda estas olas siempre “sienten” el fondo (son
refractadas), ya que la profundidad siempre es inferior a la mitad de la longitud de
onda (valor crítico que separa las olas de agua profunda de las olas de aguas
someras). En consecuencia, en todo punto del océano, la velocidad de propagación
del tsunami depende de la profundidad oceánica y puede ser calculado en función de
ella.

Formación de un tsunami

En donde V es la velocidad de propagación, g la aceleración de gravedad (9.81 m


/seg2) y de la profundidad del fondo marino. Para el Océano Pacífico la profundidad
media es de 4.000 m, lo que da una velocidad de propagación promedio de 198 m/s ó
713 km/h. De este modo, si la profundidad de las aguas disminuye, la velocidad del
tsunami decrece.
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Cuando las profundidades son muy grandes, la onda de tsunami puede alcanzar gran
velocidad, por ejemplo el tsunami del 4 de Noviembre de 1952 originado por un
terremoto ocurrido en Petropavlosk (Kamchatka), demoró 20 horas y 40 minutos en
llegar a Valparaíso en el otro extremo del Pacífico, a una distancia de 8348 millas,
avanzando a una velocidad media de 404 nudos. La altura de la ola al llegar a la costa
es variable, en el caso señalado en Talcahuano se registraron olas de 3.6 metros; en
Sitka (Alaska) de 0.30 metros y en California de 1 metro.

Al aproximarse a las aguas bajas, las olas sufren fenómenos de refracción y


disminuyen su velocidad y longitud de onda, aumentando su altura. En mares
profundos estas ondas pueden pasar inadvertidas ya que sólo tiene amplitudes que
bordean el metro; sin embargo al llegar a la costa pueden excepcionalmente alcanzar
hasta 20 metros de altura.

Es posible trazar cartas de propagación de tsunamis, como se hace con las cartas de
olas; la diferencia es que los tsunamis son refractados en todas partes por las
variaciones de profundidad; mientras que con las olas ocurre sólo cerca de la costa.

Sus características difieren notablemente de las olas generadas por el viento. Toda
onda tiene un efecto orbital que alcanza una profundidad igual a la mitad de su
longitud de onda; así una ola generada por el viento sólo en grandes tormentas puede
alcanzar unos 300 metros de longitud de onda, lo cual indica que ejercerá efecto
hasta 150 metros de profundidad.

Los tsunamis tienen normalmente longitudes de onda que superan los 50 kilómetros y
pueden alcanzar hasta 1000 kilómetros, en tal caso el efecto orbital es constante y
vigoroso en cualquier parte del fondo marino, ya que no existen profundidades
semejantes en los océanos.
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DISEÑO SISMO-RESISTENTE

El diseño sismo-resistente de una casa o edificio se debe basar en una correcta


concepción y diseño desde el principio. Porque no es correcto tratar de corregir los
errores con cálculos complicados y métodos de reforzamiento. Ahora, para diseñar
estructuras sismorresistentes ya se cuenta con el correcto análisis estructural y
dinámico, y la dimensionalización. Una estructura basada en una concepción errónea
no puede ser corregida del todo mediante ningún cálculo posterior. Cuando se toma
correctamente las decisiones cruciales sobre los materiales, los sistemas de carga, las
uniones y las formas se garantiza el correcto comportamiento de la estructura. El
diseñador debe desarrollar (mediante educación y praxis) una percepción basada en
los principios centrales del diseñador sismo-resistente.

Tecnologías Constructivas

Dentro del campo de la ingeniería existen nuevos sistemas constructivos, los cuales
van a definir una estructura confiable y segura ante cualquier efecto de los sismos,
ejemplo de ello son los disipadores y aisladores sísmicos.

Los sistemas de Aislación y Disipación Sísmica, son sistemas presentes entre la


subestructura y la superestructura de edificios, puentes y también en algunos casos,
en la misma superestructura de edificios, que permiten mejorar la respuesta sísmica
de ellos, aumentando los periodos y proporcionando amortiguamiento y absorción de
energía adicional, reduciendo sus deformaciones según sea el caso.
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Dentro de la protección sísmica nos encontramos con distintas variantes, por lo que
no hay que confundir aislación sísmica con disipación sísmica.

La aislación sísmica consiste en desacoplar la estructura de la subestructura por lo


que se utilizan los dispositivos llamados aisladores que se ubican estratégicamente en
partes específicas de la estructura, los cuales, en un evento sísmico, proveen a la
estructura la suficiente flexibilidad para diferenciar la mayor cantidad posible el
periodo natural de la estructura con el periodo natural del sismo, evitando que se
produzca resonancia, lo cual podría provocar daños severos o el colapso de la
estructura.

Por otra parte la disipación sísmica es una de las partes esenciales en la protección
sísmica, los disipadores tienen como función, como su nombre lo expresa, disipar las
acumulaciones de energía asegurándose que otros elementos de la estructuras no sean
sobre exigidos, lo que podría provocar daños severos a la estructura. Las complejas
respuestas dinámicas de la estructuras requiere de dispositivos adicionales para
controlar los desplazamientos horizontales.

Características que poseen los aisladores sísmicos:

● Desempeño bajo todas las cargas de servicio, verticales y horizontales.


Deberá ser tan efectiva como la estructura convencional.
● Provee la flexibilidad horizontal suficiente para alcanzar el periodo
natural de la estructura aislada.
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● Capacidad de la estructura de retornar a su estado original sin


desplazamientos residuales.Provee un adecuado nivel de disipación de energía,
de modo de controlar los desplazamientos que de otra forma pudieran dañar
otros elementos estructurales.

ESPECTRO GENERAL DE DISEÑO. Reducción de aceleración mediante aislación


sísmica

Los aisladores sísmicos actúan modificando el periodo natural de la estructura no


aislada de modo de reducir la aceleración sobre la estructura aislada.

ESPECTRO GENERAL DE DISEÑO. Efecto de disipación de energía.

Los Disipadores Sísmicos, actúan disipando grandes cantidades de energía,


asegurando que otros elementos estructurales no sufran demandas excesivas que
signifiquen daños. Pero la mejor forma de asegurar la estructura durante un sismo
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es combinar ambos sistemas de protección sísmica, proporcionándole a esta una


mayor capacidad de amortiguación durante un evento sísmico y una mejor respuesta
durante este. Cuando existen estructuras donde el uso de aisladores sísmicos no es
recomendable (EJ: Suelos Blandos), sistemas de amortiguamiento con alta
capacidad de disipación son la mejor alternativa de protección sísmica.

TIPOS DE AISLADORES SÍSMICOS

Aislador con centro de Plomo Aislador sin núcleo Plomo Deslizade


superficie curva

Los aisladores Sísmicos con centro de plomo, mantienen una rigidez inicial y una
amortiguación que llega al 30%.

Los aisladores Sísmicos sin núcleo de plomo, están compuestos de una mixtura
especial de caucho y placas de acero que permiten otorgar una amortiguación de
hasta un 16%.

Los aisladores de Péndulo o superficie curva con RoboSlide (Superficie controlada por
sensores) permitiendo una amortiguación sobre el 30%. Estos transmiten el esfuerzo
vertical a la cimentación registrando rotaciones de una esfera contra una superficie
cóncava. La superficie permite movimientos longitudinales como transversales con la
posibilidad de controlar los sentidos de los movimientos mediante sus barras de
control
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TIPOS DE DISIPADORES

Disipador RESTON SA Disipador RESTON STU Disipador RESTON PSD

Los disipadores RESTON SA de amortiguación hidráulica para disipar la energía y


controlar desplazamientos.

Los disipadores RESTON STU, son dispositivos de conexión temporal que proveen una
conexión rígida bajo movimientos de alta velocidad.

Los disipadores RESTON PSD, son dispositivos de amortiguación de fluido viscoso


diseñados para poseer una función de resorte que retorna a su posición al terminar el
evento sísmico.

Además de considerar estos sistemas antisismicos podemos encontrar tecnicas de


ejecucion constructivas que son capaces de reaccionar muy bien ante la aparición de
algún sismo.
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1.- Losas alveolares pretensadas

Las losas alveolares pretensadas constituyen una garantía no sólo para el proyectista,
que dispone de un elemento fiable y versátil con el que resolver sus obras, sino
también para el constructor, que acorta los plazos de ejecución y aumenta la
seguridad de la obra obteniendo unos altos rendimientos de colocación.

La losa alveolar pretensada fabricada por RUBIERA PREDISA es un elemento


prefabricado de hormigón pretensado disponible en cantos de 15,20,25,32 y 40
cm.,pudiendo ser factible fabricar losas de 45 cm.

El forjado de losas alveolares pretensadas es un forjado unidireccional autoportante


(no requiere la colocación de sopandas en la fase de montaje),pudiendo en muchos
casos comportarse como un elemento autorresistente cuando no sea necesaria la
colocación de la losa superior para resistir las cargas de servicio. Con los forjados de
losas alveolares pretensadas pueden alcanzarse luces importantes con sobrecargas de
uso fuertes yendo a cantos pequeños.
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Una de las peculiaridades más importantes de los forjados de losas alveolares es la


posibilidad de usarlas sin losa superior de hormigón.En este caso el reparto transversal
de cargas se consigue mediante un correcto hormigonado de las juntas (con un perfil
especialmente diseñado),mientras que en enlace con la estructura portante se
efectúa con las armaduras de conexión con las que se garantiza el efecto diafragma
ante acciones horizontales.

Ventajas

La utilización de losas alveolares pretensadas RUBIERA PREDISA reporta a la obra y al


proyectista una serie de ventajas entre las que cabe destacar:
● Manejar grandes luces de forjado y sobrecargas con cantos de losas
pequeños.
● Garantizar cumplidamente las calidades de materiales exigidas en el
proyecto y al mismo tiempo aportar un comportamiento mecánico excelente.
● Rapidez en el montaje.
● Eliminación del apuntalamiento del forjado.
● La operación de hormigonado en obra queda reducida al mínimo
indispensable,lo cual supone una notable reducción de los costos tanto en
mano de obra como en hormigón.
● El perfecto acabado de la cara inferior de la losa garantiza un acabado
de calidad para los techos, admitiendo ser pintada sin preparación previa.
● Una vez colocada la losa alveolar puede ser utilizada inmediatamente
como lugar de paso y trabajo.

2.- Losa Colaborante

El sistema de losa con placa colaborante es un tipo de losa compuesta, que usa un
perfil de acero galvanizado diseñado para anclarse perfectamente al concreto y
formar de esta manera una losa reforzada. Las láminas de acero funcionan como un
encofrado colaborante, capaces de soportar el hormigón vertido, la armadura
metálica y las cargas de ejecución. Posteriormente, las láminas de acero se combinan
estructuralmente con el hormigón endurecido y actúan como armadura a tracción,
comportándose como un elemento estructural mixto entre el hormigón y el acero.
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Además de tener una excelente resistencia estructural, este sistema permite ahorros
por mano de obra, tiempo y arriendo de moldajes. Esto se debe a su fácil y rápida
instalación, siendo más eficiente, económico y rápido como sistema constructivo, en
comparación al método tradicional de encofrado y desencofrado.
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Éste funciona en base a tres elementos principales: la placa de acero, el hormigón y


la malla de temperatura, cuyo funcionamiento conjunto hace la pieza total. Las
plancha de acero galvanizado laminado generalmente tienen relieves longitudinales
que adhieren de mejor manera la plancha al concreto. La malla de temperatura, por
su parte, sirve para evitar las fisuras en la losa, a causa de los cambios de
temperatura y la contracción del concreto durante el fraguado.

Otra posibilidad es usar las planchas de acero sobre una estructura de hormigón. Esto
se logra a través de anclas ahogadas en las vigas de concreto que luego reciben la
lámina con puntos de soldadura o pernos.
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Sus ventajas son: Una alta Resistencia Estructural. + Reduce el tiempo de


construcción, permitiendo la colocación simultánea en distintos niveles de entrepisos
del edificio. + Ahorro de mano de obra y tiempo. + Limpieza en el trabajo; no usa
accesorios de madera o alambre. Crea una plataforma segura de trabajo y
almacenamiento antes del vaciado del hormigón. Es más económico, se reduce el 30%
del peso y los costos de estructuras, y permite el diseño de superficies más grandes,
con menos columnas. Facilita la construcción por el bajo peso de la plancha, se
manipula fácilmente, se instala rápidamente y se adapta a todo tipo de geometrías.

Debilidad de una estructura vieja

Cuando un terremoto daña severamente o destruye una estructura vieja, un juicio


apresurado acerca de materiales poco apropiados o sistemas de construcción
erróneos, no siempre son correcto. Al examinar una construcción antigua para
mantenerla, repararla o fortificar, siempre se debe determinar su condición inicial de
fuerza y habilidad para resistir la actividad sísmica. La calidad del comportamiento de
las estructuras sismo-resistentes se debilita con los años.
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NORMA CHILENA NCh 433

Esta norma se estudió para establecer las disposiciones mínimas exigibles al diseño
sísmico de los edificios.

Esta norma también se refiere a las exigencias sísmicas que deben cumplir los equipos
y otros elementos secundarios de edificios.

También se incluyen recomendaciones sobre la evaluación del daño sísmico y su


reparación.

Esta norma no se aplica al diseño sísmico de otras obras civiles tales como puentes,
presas, túneles, acueductos, muelles, canales. Tampoco se aplica a edificios
industriales ni a instalaciones industriales. El diseño de estas obras debe regirse por la
norma chilena correspondiente.

Zonificación sísmica

Se distinguen tres zonas sísmicas en el territorio nacional. Para la zonificación


sísmica de las regiones IV, V, VI, VII, VIII, IX y Metropolitana, debe prevalecer la
zonificación basada en la división política por comunas.

Efecto del suelo de fundación y de la topografía en las características del movimiento


sísmico.

La caracterización del suelo debe apoyarse en un informe sustentado en una


exploración del subsuelo acorde con las características del proyecto.

Clasificación de edificios y estructuras de acuerdo a su importancia, uso y riesgo de


falla.

Para los efectos de la aplicación de esta norma los edificios se clasifican en la forma
siguiente:
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Categoría A: edificios gubernamentales, municipales, de servicios públicos o de


utilidad pública (como cuarteles de policía, centrales eléctricas y telefónicas, correos
y telégrafos, radioemisoras, canales de televisión, plantas de agua potable y de
bombeo, etc.), y aquellos cuyo uso es de especial importancia en caso de catástrofe
(como hospitales, postas de primeros auxilios, cuarteles de bomberos, garajes para
vehículos de emergencia, estaciones terminales, etc.).

Categoría B: edificios cuyo contenido es de gran valor (como bibliotecas, museos,


etc.) y aquellos donde existe frecuentemente aglomeración de personas. Entre estos
últimos se incluyen los siguientes edificios:

- salas destinadas a asambleas para 100 o más personas.

- estadios y graderías al aire libre para 2000 o más personas.

- escuelas, parvularios y recintos universitarios.

- cárceles y lugares de detención.

- locales comerciales con una superficie igual o mayor que 500 m2 por piso, o de
altura superior a 12 m.

- centros comerciales con pasillos cubiertos, con un área total superior a 3000 m2 sin
considerar la superficie de estacionamientos.

Categoría C: edificios destinados a la habitación privada o al uso público que no


pertenecen a ninguna de las categorías A o B, y construcciones de cualquier tipo cuya
falla puede poner en peligro otras construcciones de las categorías A, B o C.

Categoría D: construcciones aisladas o provisionales no destinadas a habitación, no


clasificables en ninguna de las categorías anteriores.
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Instrumentos sísmicos

Al proyectarse una obra, la Autoridad Competente podrá exigir que en el proyecto se


contemple la inclusión de por lo menos dos recintos adecuados para la instalación de
acelerógrafos de movimiento fuerte.
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DAÑOS SÍSMICOS EN CONSTRUCCIONES

Efecto de los sismos sobre edificaciones:

Si un observador se traslada en un móvil con velocidad uniforme en línea recta, no percibe ni


el camino recorrido ni la velocidad del móvil. Solo se perciben variaciones de la velocidad, es
decir aceleraciones, frenadas y cambios de dirección. En todos estos casos se percibe el
efecto de la aceleración como una fuerza que se opone a consecuencia cte la inercia a la
variación del movimiento. Semejante es el efecto de un sismo sobre construcciones. Las
vibraciones originadas por 1os bruscos desplazamientos de1 subsuelo en el epicentro del
sismo, se transmiten como ondas terrestres, es decir como vibraciones de las partículas del
suelo, en parte a través del subsuelo, en parte a lo largo de la superficie terrestre. Si esas
ondas encuentran la fundación de un edificio, entonces el mismo también es acelerado. Aquí
se originan fuerzas - las llamadas fuerzas sísmicas - que se oponen al movimiento.Su magnitud
se obtiene de la masa del edificio y de la aceleración. Las fuerzas sísmicas dependen tanto de
1a aceleración del terreno como también del comportamiento oscilatorio de la construcción:

Construcciones muy rígidas, compactas (por ejemplo edificios bien arriostrados y de pocos
pisos) que oscilan muy rápidamente y , se deforman muy poco, prácticamente no son
inducidos a vibraciones de período propio. Acompañan 1 os moví mi en tos de1 su e1 o como
cuerpo rígido no deformable. Su carga sísmica se origina únicamente en la aceleración del
suelo.

Construcciones blandas esbeltas (torres, mástiles, edificios en altura o poco arriostrados)


vibran con periodos lentos pero se deforman acentuadamente. De cierta manera, mediante su
deformación pueden sustraerse al movimiento del suelo, de manera que sus vibraciones se
retrasan con respecto a las del suelo. Esto provoca una disminución de la carga sísmica
comparada a la del edificio rígido indeformado.

Edificios de mediana rigidez pueden ser inducidos sismicamente a vibraciones de período


propio.Su vibración se suma a la originada por el sismo. La carga sísmica resultante de esa
suma puede, en su caso ascender a varias veces la carga actuante sobre el edificio rígido
indeformado.

Las cargas sísmicas son influenciadas considerablemente por el comportamiento del subsuelo.
Se ha demostrado que las vibraciones en suelos sueltos tienen efectos más destructivos que
en suelos compactos.

Las ondas sísmicas originan una aceleración horizontal y una vertical del suelo. La aceleración
verticales, en general , menor que 1a mitad de 1a horizontal.
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Dado que los edificios se construyen de manera que puedan resistir bien sus cargas vertica1 es
(peso propio y sobrecargas), en general están en buenas condiciones para resistir los
movimientos sísmicos verticales.

En peligro se encuentran edificios que han sido diseñados so1o a resistir cargas verticales. La
seguridad sísmica tiene por lo tanto el objetivo de diseñar los edificios para también resistir
cargas horizontales de cualquier dirección.

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