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Sismo-resistencia
INACAP La Serena
INTRODUCCIÓN
GENERALIDADES
Los terremotos, sismos, seismos, temblores de tierra (del griego “σεισμός”, temblor),
o temblor de tierra es una sacudida del terreno que se produce debido al choque de
las placas tectónicas y a la liberación de energía en el curso de una reorganización
brusca de materiales de la corteza terrestre al superar el estado de equilibrio
mecánico son reajustes de la corteza terrestres causados por los movimientos de
grandes fragmentos.
Aunque todos los días se registran una buena cantidad de terremotos en el mundo, la
inmensa mayoría son de poca magnitud. Sin embargo, se suelen producir dos o tres
terremotos de gran intensidad cada año, con consecuencias imprevisibles.
Origen
Movimientos sísmicos
Aunque las actividades tectónica y volcánica son las principales causas por las que se
generan los terremotos, existen otros muchos factores que pueden originarlos:
desprendimientos de rocas en las laderas de las montañas y el hundimiento de
cavernas, variaciones bruscas en la presión atmosférica por ciclones e incluso la
actividad humana. Estos mecanismos generan eventos de baja magnitud que
generalmente caen en el rango de microsismos, temblores que sólo pueden ser
detectados por sismógrafos.
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Sismógrafo Vertical
La estadística sobre los sismos a través de la historia es más bien pobre. Se tiene
información de desastres desde hace más de tres mil años, pero además de ser
incompleta, los instrumentos de precisión para registrar sismos datan de principios del
siglo XX y la Escala de Richter fue ideada en 1935.
Los intentos de predecir cuándo y dónde se producirán los terremotos han tenido
cierto éxito en los últimos años. En la actualidad, China, Japón, Rusia y Estados
Unidos son los países que apoyan más estas investigaciones. En 1975, sismólogos
chinos predijeron el sismo de magnitud 7,3 de Haicheng, y lograron evacuar a 90.000
residentes sólo dos días antes de que destruyera el 90% de los edificios de la ciudad.
Una de las pistas que llevaron a esta predicción fue una serie de temblores de baja
intensidad, llamados sacudidas precursoras, que empezaron a notarse cinco años
antes.
Otras pistas potenciales son la inclinación o el pandeo de las superficies de tierra y los
cambios en el campo magnético terrestre, en los niveles de agua de los pozos e
incluso en el comportamiento de los animales. También hay un nuevo método en
estudio basado en la medida del cambio de las tensiones sobre la corteza terrestre.
Basándose en estos métodos, es posible pronosticar muchos terremotos, aunque estas
predicciones no sean siempre acertadas.
En un terremoto se distinguen:
hipocentro o foco, zona interior profunda, donde se produce el terremoto.
Donde:
Propagación
Ondas transversales, secundarias o S: son ondas de cuerpo más lentas que las
anteriores (entre 4 y 8 km/s) y se propagan perpendicularmente en el sentido de
vibración de las partículas. Atraviesan únicamente los sólidos y se registran en
segundo lugar en los aparatos de medida.
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Ondas superficiales: son las más lentas de todas (3,5 km/s) y son producto de la
interacción entre las ondas P y S a lo largo de la superficie de la Tierra. Son las que
producen más daños. Se propagan a partir del epicentro y son similares a las ondas
que se forman sobre la superficie del mar. Este tipo de ondas son las que se registran
en último lugar en los sismógrafos.
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Fallas Geológicas
Uno de los accidentes del terreno que se puede observar más fácilmente son las fallas
o rupturas de un plegamiento, especialmente si el terreno es de tipo sedimentario.
Falla de San Andrés; pasa a través de California Estados Unidos y Baja California,
México.
Las fallas son un tipo de deformación de la corteza terrestre que finaliza en ruptura,
dando lugar a una gran variedad de estructuras geológicas.
Los labios de falla son los dos bordes o bloques que se han desplazado. Cuando se
produce un desplazamiento vertical, los bordes reciben los nombres de labio hendido
(o interior) y labio elevado (o superior), dependiendo de la ubicación de cada uno de
ellos con respecto a la horizontal relativa. Cuando está inclinado, uno de los bloques
se desliza sobre el otro. El bloque que queda por encima del plano de falla se llama
“techo” y el que queda por debajo, “muro”.
El salto de falla es la distancia vertical entre dos estratos que originalmente formaban
una unidad, medida entre los bordes del bloque elevado y el hundido. Esta distancia
puede ser de tan sólo unos pocos milímetros (cuando se produce la ruptura), hasta
varios kilómetros. Éste último caso suele ser resultado de un largo proceso geológico
en el tiempo.
Tipos de fallas
En una falla normal, producida por tensiones, la inclinación del plano de falla
coincide con la dirección del labio hundido. El resultado es un estiramiento o
alargamiento de los materiales, al desplazarse el labio hundido por efecto de la
fuerza de la gravedad.
En una falla inversa, producida por las fuerzas que comprimen la corteza terrestre, el
labio hundido en la falla normal, asciende sobre el plano de falla y, de esta forma, las
rocas de los estratos más antiguos aparecen colocadas sobre los estratos más
modernos, dando lugar así a los cabalgamientos.
Las fallas de rotación o de tijera se forman por efecto del basculado de los bloques
sobre el plano de falla, es decir, un bloque presenta movimiento de rotación con
respecto al otro. Mientras que una parte del plano de falla aparenta una falla normal,
en la otra parece una falla inversa.
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Por último, una fosa tectónica o Graben es una asociación de fallas que da lugar a una
región deprimida entre dos bloques levantados. Las fosas tectónicas se producen en
áreas en las que se agrupan al menos dos fallas normales. Las fosas forman valles que
pueden medir decenas de kilómetros de ancho y varios miles de kilómetros de
longitud. Los valles se rellenan con sedimentos que pueden alcanzar cientos de
metros de espesor. Así sucede, por ejemplo, en el valle del río Tajo, en la península
Ibérica.
TSUNAMIS
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TSUNAMI
(del japonés TSU: puerto o bahía, NAMI: ola) es una ola o serie de olas que se
producen en una masa de agua al ser empujada violentamente por una fuerza que la
desplaza verticalmente. Este término fue adoptado en un congreso de 1963.
Los terremotos submarinos provocan movimientos del agua del mar (maremotos o
tsunamis). Los tsunamis son olas enormes con longitudes de onda de hasta 100
kilómetros que viajan a velocidades de 700 a 1000 km/h. En alta mar la altura de la
ola es pequeña, sin superar el metro; pero cuando llegan a la costa, al rodar sobre el
fondo marino alcanzan alturas mucho mayores, de hasta 30 y más metros.
El tsunami está formado por varias olas que llegan separadas entre sí unos 15 o 20
minutos. La primera que llega no suele ser la más alta, sino que es muy parecida a las
normales. Después se produce un impresionante descenso del nivel del mar seguido
por la primera ola gigantesca y a continuación por varias más.
La falsa seguridad que suele dar el descenso del nivel del mar ha ocasionado muchas
víctimas entre las personas que, imprudentemente, se acercan por curiosidad u otros
motivos, a la línea de costa.
En 1946 se creó la red de alerta de tsunamis después del maremoto que arrasó la
ciudad de Hilo (Hawaii) y varios puertos más del Pacífico. Hawaii es afectado por un
tsunami catastrófico cada 25 años, aproximadamente, y EEUU, junto con otros países,
han puesto estaciones de vigilancia y detectores que avisan de la aparición de olas
producidas por sismos.
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Un tsunami generalmente no es sentido por las naves en alta mar (las olas en alta mar
son pequeñas) ni puede visualizarse desde la altura de un avión volando sobre el mar.
Como puede suponerse, los tsunamis pueden ser ocasionados por terremotos locales o
por terremotos ocurridos a distancia. De ambos, los primeros son los que producen
daños más devastadores debido a que no se alcanza a contar con tiempo suficiente
para evacuar la zona (generalmente se producen entre 10 y 20 minutos después del
terremoto) y a que el terremoto por sí mismo genera terror y caos que hacen muy
difícil organizar una evacuación ordenada.
Debido a la gran longitud de onda estas olas siempre “sienten” el fondo (son
refractadas), ya que la profundidad siempre es inferior a la mitad de la longitud de
onda (valor crítico que separa las olas de agua profunda de las olas de aguas
someras). En consecuencia, en todo punto del océano, la velocidad de propagación
del tsunami depende de la profundidad oceánica y puede ser calculado en función de
ella.
Formación de un tsunami
Cuando las profundidades son muy grandes, la onda de tsunami puede alcanzar gran
velocidad, por ejemplo el tsunami del 4 de Noviembre de 1952 originado por un
terremoto ocurrido en Petropavlosk (Kamchatka), demoró 20 horas y 40 minutos en
llegar a Valparaíso en el otro extremo del Pacífico, a una distancia de 8348 millas,
avanzando a una velocidad media de 404 nudos. La altura de la ola al llegar a la costa
es variable, en el caso señalado en Talcahuano se registraron olas de 3.6 metros; en
Sitka (Alaska) de 0.30 metros y en California de 1 metro.
Es posible trazar cartas de propagación de tsunamis, como se hace con las cartas de
olas; la diferencia es que los tsunamis son refractados en todas partes por las
variaciones de profundidad; mientras que con las olas ocurre sólo cerca de la costa.
Sus características difieren notablemente de las olas generadas por el viento. Toda
onda tiene un efecto orbital que alcanza una profundidad igual a la mitad de su
longitud de onda; así una ola generada por el viento sólo en grandes tormentas puede
alcanzar unos 300 metros de longitud de onda, lo cual indica que ejercerá efecto
hasta 150 metros de profundidad.
Los tsunamis tienen normalmente longitudes de onda que superan los 50 kilómetros y
pueden alcanzar hasta 1000 kilómetros, en tal caso el efecto orbital es constante y
vigoroso en cualquier parte del fondo marino, ya que no existen profundidades
semejantes en los océanos.
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DISEÑO SISMO-RESISTENTE
Tecnologías Constructivas
Dentro del campo de la ingeniería existen nuevos sistemas constructivos, los cuales
van a definir una estructura confiable y segura ante cualquier efecto de los sismos,
ejemplo de ello son los disipadores y aisladores sísmicos.
Dentro de la protección sísmica nos encontramos con distintas variantes, por lo que
no hay que confundir aislación sísmica con disipación sísmica.
Por otra parte la disipación sísmica es una de las partes esenciales en la protección
sísmica, los disipadores tienen como función, como su nombre lo expresa, disipar las
acumulaciones de energía asegurándose que otros elementos de la estructuras no sean
sobre exigidos, lo que podría provocar daños severos a la estructura. Las complejas
respuestas dinámicas de la estructuras requiere de dispositivos adicionales para
controlar los desplazamientos horizontales.
Los aisladores Sísmicos con centro de plomo, mantienen una rigidez inicial y una
amortiguación que llega al 30%.
Los aisladores Sísmicos sin núcleo de plomo, están compuestos de una mixtura
especial de caucho y placas de acero que permiten otorgar una amortiguación de
hasta un 16%.
Los aisladores de Péndulo o superficie curva con RoboSlide (Superficie controlada por
sensores) permitiendo una amortiguación sobre el 30%. Estos transmiten el esfuerzo
vertical a la cimentación registrando rotaciones de una esfera contra una superficie
cóncava. La superficie permite movimientos longitudinales como transversales con la
posibilidad de controlar los sentidos de los movimientos mediante sus barras de
control
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TIPOS DE DISIPADORES
Los disipadores RESTON STU, son dispositivos de conexión temporal que proveen una
conexión rígida bajo movimientos de alta velocidad.
Las losas alveolares pretensadas constituyen una garantía no sólo para el proyectista,
que dispone de un elemento fiable y versátil con el que resolver sus obras, sino
también para el constructor, que acorta los plazos de ejecución y aumenta la
seguridad de la obra obteniendo unos altos rendimientos de colocación.
Ventajas
El sistema de losa con placa colaborante es un tipo de losa compuesta, que usa un
perfil de acero galvanizado diseñado para anclarse perfectamente al concreto y
formar de esta manera una losa reforzada. Las láminas de acero funcionan como un
encofrado colaborante, capaces de soportar el hormigón vertido, la armadura
metálica y las cargas de ejecución. Posteriormente, las láminas de acero se combinan
estructuralmente con el hormigón endurecido y actúan como armadura a tracción,
comportándose como un elemento estructural mixto entre el hormigón y el acero.
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Además de tener una excelente resistencia estructural, este sistema permite ahorros
por mano de obra, tiempo y arriendo de moldajes. Esto se debe a su fácil y rápida
instalación, siendo más eficiente, económico y rápido como sistema constructivo, en
comparación al método tradicional de encofrado y desencofrado.
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Otra posibilidad es usar las planchas de acero sobre una estructura de hormigón. Esto
se logra a través de anclas ahogadas en las vigas de concreto que luego reciben la
lámina con puntos de soldadura o pernos.
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Esta norma se estudió para establecer las disposiciones mínimas exigibles al diseño
sísmico de los edificios.
Esta norma también se refiere a las exigencias sísmicas que deben cumplir los equipos
y otros elementos secundarios de edificios.
Esta norma no se aplica al diseño sísmico de otras obras civiles tales como puentes,
presas, túneles, acueductos, muelles, canales. Tampoco se aplica a edificios
industriales ni a instalaciones industriales. El diseño de estas obras debe regirse por la
norma chilena correspondiente.
Zonificación sísmica
Para los efectos de la aplicación de esta norma los edificios se clasifican en la forma
siguiente:
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- locales comerciales con una superficie igual o mayor que 500 m2 por piso, o de
altura superior a 12 m.
- centros comerciales con pasillos cubiertos, con un área total superior a 3000 m2 sin
considerar la superficie de estacionamientos.
Instrumentos sísmicos
Construcciones muy rígidas, compactas (por ejemplo edificios bien arriostrados y de pocos
pisos) que oscilan muy rápidamente y , se deforman muy poco, prácticamente no son
inducidos a vibraciones de período propio. Acompañan 1 os moví mi en tos de1 su e1 o como
cuerpo rígido no deformable. Su carga sísmica se origina únicamente en la aceleración del
suelo.
Las cargas sísmicas son influenciadas considerablemente por el comportamiento del subsuelo.
Se ha demostrado que las vibraciones en suelos sueltos tienen efectos más destructivos que
en suelos compactos.
Las ondas sísmicas originan una aceleración horizontal y una vertical del suelo. La aceleración
verticales, en general , menor que 1a mitad de 1a horizontal.
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Dado que los edificios se construyen de manera que puedan resistir bien sus cargas vertica1 es
(peso propio y sobrecargas), en general están en buenas condiciones para resistir los
movimientos sísmicos verticales.
En peligro se encuentran edificios que han sido diseñados so1o a resistir cargas verticales. La
seguridad sísmica tiene por lo tanto el objetivo de diseñar los edificios para también resistir
cargas horizontales de cualquier dirección.