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La Mediación es una forma flexible de resolución de conflictos, que permite a las partes en
disputa una solución previa a lo que hubiera constituido un litigio. La Mediación ofrece una
oportunidad de ganar una mayor comprensión de su conflicto, y limitar el coste temporal,
económico y emocional, que implica un procedimiento legal completo. Además la Mediación
es un proceso confidencial, donde sólo las partes y el mediador van a tener conocimiento de lo
que allí suceda.
Pero hemos de ser conscientes de que no todos los conflictos se pueden llevar a Mediación.
Para eso están los mediadores que ayudan a las partes a determinar si el conflicto que tiene se
puede resolver a través de este mecanismo o se debe utilizar la justicia, el arbitraje o la
conciliación.
Por lo que ser mediador, aunque parezca que es una tarea fácil requiere de unas cualidades y
habilidades que deben ser trabajadas, pues el mediador debe ser neutral, no puede influir en
el resultado de la Mediación. Y para ello debe tener empatía, es decir, hacer sentir a la otra
persona que es comprendida, lo que significa escuchar activamente. Ser honesto, humilde y
tolerante. Creativo, asertivo y buen negociador. Tener sentido de la transformación que se
traduce en estar atento a los momentos del proceso en que los participantes tienen la
oportunidad de reconocer más claramente sus objetivos, recursos, opciones y preferencias,
para tomar decisiones claras y deliberadas. No emitir juicios sobre las opiniones y decisiones
de las partes. No sentirse responsable por los resultados de la mediación. Es un sello distintivo,
la actitud de poner decididamente en las manos de las partes la responsabilidad por el
conflicto.
Desarrollo de la Mediación.
Preparación de la mediación
Necesidad de buscar lugares neutros para el encuentro mediador. La sala debe de ser
propuesta por el mediador.
El lugar de la mediación debe permitir hacer descansos con posibilidades de tomar un
refrigerio.
Cuidar la ubicación de las partes. Huir de las posiciones enfrentadas.
La mesa redonda es el formato predominante.
Respetar la distancia mínima entre las partes. Si la distancia es mínima la situación
puede ser violenta y si es excesiva la discusión se realizará en términos demasiado
formales.
Presentación y reglas del juego
En algunos casos las autoridades que tutelan el proceso exigen del mediador la presentación
de un documento inicial con derechos y deberes a las partes, documento que debe leer el
mediador, solicitando su ratificación por las partes, quienes deben firmar dicho documento
inicial.
Recogida de información
En esta fase el mediador/a recaba la visión sobre el problema de cada una de las partes.
“Cuéntanos…lo que pasó”, “cómo te sentiste”, “más acerca de…” Además de asegurarse de si
hay alguien más afectado o implicado en este problema.
Aclarar el problema
¿Cuál es el problema?
¿Desde cuándo ocurre?
¿Por qué crees que ocurre?
¿Qué habéis hecho para solucionarlo?
¿Qué resultados habéis obtenido?
¿Por qué habéis optado por el servicio de mediación?
¿Cómo ves los intereses y posiciones de la otra parte?
¿Qué piensas que hace falta realmente para que la otra parte llegue a un acuerdo
contigo sobre esta cuestión?
¿Qué expectativas tienes de este proceso de mediación?
En esta fase, y evitando la sensación de “interrogatorio” hay que intentar el encuadre del
conflicto (lectura alternativa del conflicto). Para ello:
No cuestionar los relatos: “tenéis puntos de vista diferentes”.
Realizar preguntas que permitan hacer visibles a las partes las percepciones del otro:
sus razones, sus motivaciones…
Distinguir entre comportamiento e intencionalidad.
Generalizar: ¿No ha sido buena vuestra relación antes?
Particularizar: ¿Has sido capaz de resolverlo en otra ocasión..?.
Preguntar sobre límites, normas, valores, justicia… ¿Se ven como compañeros o como
enemigos? ¿Qué vais a hacer si no acordáis?
Intentar que digan algo positivo de la otra parte.
Ayudar a bajar de posiciones a intereses y necesidades.
Resaltar los puntos de conexión y las “pequeñas concesiones”, mueven a hacer otras.
Recordar las consecuencias de seguir igual.
Proponer soluciones
Llegar a un acuerdo
En esta fase el mediador ayuda a las partes a definir claramente el acuerdo: Qué se hará,
Quién lo hará, Cómo lo hará y Cuándo lo hará.
El acuerdo debe ser: equilibrado, claro, realista-posible, aceptable por las partes,
concreto y evaluable.
Debe ser redactarlo por escrito y firmado por las partes. Copias para cada parte.
Felicitar a las partes por su colaboración.
En caso de finalizar la mediación sin acuerdo o porque se den circunstancias bajo las
en que el mediador/a deba dar por finalizado el proceso el mediador/a deberá
redactar un documento final con los posibles acuerdos y/o situaciones específicas que
impiden la mediación y requerir su firma por cada una de las partes.
En el acuerdo también aparecerán los momentos de revisión/evaluación.