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TALLER DE EXÉGESIS BIBLICA

LOS EVANGELIOS

Nuestra experiencia cristiana se basa en un libro escrito hace poco menos de 2000 años. Todo lo
que experimentamos, entendemos y sabemos de la persona de Jesús e incluso de Dios se
condensa en las páginas de la biblia. A partir de allí se ha escrito una cantidad innumerable
cantidad de material sobre Jesús, su persona, misión y mensaje.

Lo básico es entender que la biblia y en ella los Evangelios no son un libro más entre los tantos
escritos de la biblioteca cristiana.

Por lo que toca a los escritos del Nuevo Testamento, constatamos una situación específica: la relación de sus
autores con Dios sólo se manifiesta en ellos mediante la persona de Jesús. La causa de este fenómeno la
expresa el mismo Jesús de modo muy preciso. «Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14,6), afirmación esta que
se funda en el conocimiento singular que el Hijo tiene del Padre (cf. Mt 11,27; Lc 10,22, Jn 1,18). Es
significativo e instructivo el comportamiento de Jesús en el trato con sus discípulos. Los evangelios dan cuenta
de la formación que les imparte; en ella se manifiesta de modo paradigmático el tipo de relación con Jesús o
con Dios que resulta esencial para que la palabra de un apóstol o el escrito de un evangelista lleguen a ser
«Palabra de Dios». (Pontificia comisión bíblica .LA INSPIRACIÓN Y LA VERDAD DE LA SAGRADA ESCRITURA
La Palabra que viene de Dios y habla de Dios para salvar al mundo)

Los Evangelio fueron escritos hacia el interior de una comunidad y para la comunidad (con el
fervor misionero que estas tenían), para no dejar perder el mensaje que habían recibido de los
apóstoles. Existen formas y modos que hacen que cada evangelio sea particular y si bien narran la
historia del mismo personaje estas particularidades dan a cada evangelio cierta singularidad.
Interpretar esa singularidad, lo que la comunidad vivió y quiso transmitir y lo que la lectura del
texto me transmite hoy a mí lo que llamamos exegesis.

EISÉGESIS EXÉGESIS HERMENEUTICA

Entrar, introducirse Sacar desde Traducir, actualizar

EXÉGESIS: Es el ejercicio de comprensión e interpretación de un texto desde el texto mismo.

¿Por qué un taller de exegesis bíblica?

En una primera aproximación al nuevo testamento desde nuestra mentalidad de catequista


diríamos que allí podemos encontrar las pautas concretas para anunciar el evangelio hoy, acá y
ahora, en nuestras comunidades. Los estudios exegéticos y una mayor auto comprensión de la
Iglesia nos muestra que no es así, o que por lo menos debemos dar un paso más. Hay que superar
una aproximación ingenua al Nuevo Testamento y abrirse a una concepción que tiene en cuenta la
interpretación.

Esto supone afrontar dos tipos de distancia entre el Nuevo Testamento y nosotros

1. La distancia en el tiempo en que Jesús estuvo enseñando a sus discípulos y el tiempo en


que se redactaron los Evangelios.
2. La distancia entre los textos escritos y nuestra cultura actual.

Las páginas de los cuatro evangelios no reproducen literalmente las palabras y acciones de Jesús y
sus apóstoles como lo haría una filmación, no lo hubo y es un hecho que podríamos entender
como desventaja pero al mismo tiempo como oportunidad. Oportunidad de que el hecho Jesús no
se pierda en el mero acontecimiento histórico, sino que trascienda y por la interpretación de la
misma ilumine hoy nuestras vidas y comunidades.

Según nuestras fuentes, Jesús mismo no escribió nada ni dictó nada a sus discípulos. Lo que hizo realmente se
puede resumir de esta manera: llamó a algunos hombres a que lo siguieran, compartieran su vida, lo
asistieran en su actividad, adquirieran un conocimiento cada vez más hondo de su persona, crecieran en la fe
en él y en la comunión de vida con él. Este es el don que Jesús hizo a sus discípulos, el modo en que los
preparó para ser sus apóstoles que anunciaran su mensaje; la palabra de estos es tal que Jesús presenta a los
futuros cristianos como «los que creerán en mí por su palabra» (Jn 17,20). Y dice a sus misioneros: «Quien a
vosotros escucha, me escucha a mí; quien a vosotros rechaza, me rechaza a mí; y quien me rechaza a mí,
rechaza al que me ha enviado» (Lc 10,16 cf. Jn 15.20). La palabra de sus enviados puede constituir el
fundamento de la fe de todos los cristianos por la sola razón de que, al tener su origen en la intimísima unión
con Jesús, es palabra de Jesús. La relación personal con el Señor Jesús, vivida con una fe viva y consciente en
su Persona, constituye el fundamento básico de la «inspiración» que vuelve a los apóstoles capaces de
comunicar, oralmente o por escrito, el mensaje de Jesús, que es «Palabra de Dios». Lo decisivo no es la
comunicación de palabras pronunciadas literalmente por Jesús, sino el anuncio de su Evangelio. Un ejemplo
típico de este hecho es el Evangelio de Juan, del que se dice que cada una de sus palabras manifiesta el estilo
de Juan y al mismo tiempo comunica fielmente cuanto Jesús ha dicho. (Pontificia comisión bíblica .LA
INSPIRACIÓN Y LA VERDAD DE LA SAGRADA ESCRITURA La Palabra que viene de Dios y habla de Dios para
salvar al mundo)

1. La distancia en el tiempo en que Jesús estuvo enseñando a sus discípulos y el tiempo en


que se redactaron los Evangelios.

Hoy sabemos y entendemos con absoluta certezas de que los evangelios fueron escritos varios
años después de ser vividos, anunciados, celebrados y testimoniados. De manera que la
redacción actual de los evangelios es el resultado de una fusión de planos.
REVELACIÓN DE DIOS

ENCARNACIÓN

MISION DEL HIJO

VENGAN Y VEAN VAYAN Y ANUNCIEN

TRASMISION ORAL

TRASMISION ESCRITA

En los evangelios encontramos:

1. Vivencia de los discípulos durante la vida pública de Jesús y muy especialmente durante los días
decisivos de su pasión y muerte
2. El testimonio “entusiasta” de los discípulos sobre la resurrección de Jesús.
3. Testimonio de los primeros 30 o 40 años experimentando, comunicando y testimoniando la Buena
Noticia
4. La consignación por escrito de todo lo anterior

1. La distancia entre los textos escritos y nuestra cultura actual.

Hay que tener en cuenta también la distancia entre el nuevo testamento y nuestra situación cultural en la
sociedad posmoderna en la que vivimos. Esta distancia es una razón de peso que influye directamente sobre el
uso directo de los textos bíblicos como pauta de aplicación inmediata a la práctica pastoral y catequística
actual.

En efecto, todo ejercicio de “ida” hacia un texto del pasado interviene los prejuicios con los que hacemos
nuestra lectura desde el presente.

El acceso a los textos fundacionales del cristianismo se realiza también inevitablemente desde un horizonte de
pre comprensión que condiciona la recepción del mismo.

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