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CAPITULO I

TEORÍA GENERAL DE LOS TÍTULOS VALORES

1.1.- LOS TÍTULOS VALORES. GENERALIDADES Y DEFINICIÓN.

Una gran parte de la riqueza en nuestros días se encuentra representada y


circula con agilidad gracias a los títulos valores. La complejidad de la vida
económica moderna no sería siquiera imaginable sin esas cosas mercantiles que
se han convertido en un verdadero motor del progreso social.

El título valor, llamado también título de crédito, puede definirse siguiendo a


Vivante, como "el documento necesario para ejercitar el derecho literal y
autónomo que en él se consigna." 1 Tal definición, seguida también por la ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito (LGTOC) (art. 5), no excluye la
posibilidad de que existan títulos valores que escapen a la misma,
fundamentalmente por la ausencia del carácter "necesario" que se le atribuye.

En efecto, en la actualidad existe una variada gama de títulos valores que no son
"necesarios" en los términos pretendidos por la ley y la doctrina, para ejercitar los
derechos consignados en ellos. Un claro ejemplo de ésta situación, lo constituyen
los CETES, que son títulos valores que de acuerdo con el decreto de su creación
deben permanecer en todo tiempo depositados en el Banco de México, por lo que
en realidad tales documentos no son "necesarios" para que sus titulares puedan
ejercitar los derechos consignados en ellos.

En tales condiciones, es menester procurar una definición que comprenda a los


títulos tradicionales así como a éstos nuevos documentos que han arribado el
mundo jurídico-económico, y así diremos que el título valor es el documento que
permite a su titular ejercitar el derecho literal y autónomo que en él se consigna.

1.2.- RÉGIMEN LEGAL

Constitucionalmente, la materia mercantil es de carácter federal, siendo por tanto


de ésta naturaleza la legislación que la rige. Tal establece la fracción X del
artículo 73 de la Norma Suprema al señalar que "el Congreso tiene facultad para
legislar en toda la República sobre hidrocarburos, minería, industria
cinematográfica, comercio, juegos con apuestas y sorteos, servicios de banca
crédito, energía eléctrica y nuclear, para establecer el Banco de Emisión Único en
los términos del artículo 28 y para expedir las leyes del trabajo reglamentarias del
artículo 123."

Los títulos valores son cosas mercantiles, cuya emisión, expedición, endoso, aval
o aceptación, y las demás operaciones que en ellos se consignan, son actos de
comercio de los calificados como absolutamente mercantiles, es decir, que
siempre se regirán por la legislación comercial las relaciones jurídicas que en su
virtud se entablen (art. 1º LGTOC).

Así, los títulos de referencia encuentran su marco legal en la Ley General de


Títulos y Operaciones de Crédito, y a falta de disposiciones aplicables en ésta, se
atenderá a la legislación comercial en general, destacándose la Ley General de
Sociedades Mercantiles, la Ley del Mercado de Valores, la Ley de Institución de
Crédito y el Código de Comercio, fundamentalmente. A falta de ordenamiento
legal aplicable, deberá atenderse a los usos bancarios y mercantiles, y finalmente
1
Citado por Raúl Cervantes Ahumada. Títulos y Operaciones de Crédito. Pág. 9.

12
a las disposiciones del Código Civil Federal, aplicable en toda la República en
materia federal, como lo es la mercantil (art. 2º LGTOC).

1.3.- LA DENOMINACIÓN

Una buena parte de la doctrina, y la ley misma, llama a los documentos objeto de
nuestro estudio "títulos de crédito". Nosotros consideramos que es más propio
denominarlos "títulos valores."

En efecto, el término "crédito", puede ser apreciado desde dos puntos de vista,
fundamentalmente, y así, se afirma que etimológicamente (del latín créditum),
significa "confianza". Dar crédito a una persona se traduce así en tener confianza
en que la conducta esperada habrá de producirse oportuna y espontáneamente.
Desde el punto de vista jurídico, la doctrina es unánime al sostener que consiste
en la transferencia de bienes que se hace en un momento dado por una persona
a otra, para ser devueltos a futuro, dentro del término señalado y generalmente
con el pago de un interés 2.

Ahora bien, no todos los títulos valores implican la existencia de un crédito como
elemento fundamental, como en los casos de los cheques o de las acciones de
sociedades mercantiles, por lo que no puede argumentarse validamente que sea
el crédito el común denominador de tales títulos. En cambio, sí es rasgo general a
los documentos en cuestión, la circunstancia de que todos ellos encierran un
valor, sea económico, corporativo o mixto, por lo que es en consecuencia más
afortunada la locución "títulos valores" para designar a éste concepto 3.

Naturalmente, usamos la palabra "valor" en su acepción amplia, genérica, no en


la empleada en forma limitada por el artículo 3º de la Ley del Mercado de Valores,
que considera como tales a las acciones, obligaciones y demás títulos que se
emitan en serie o en masa.

Otra parte de la doctrina se inclina por sostener como atingente la locución "Título
de Crédito" para referirse a los documentos de que tratamos, basándose
fundamentalmente en el argumento de la consagración legal del término,
situación que nos indica que sus conclusiones están fundadas en una
interpretación literal del texto de la Ley, que no es siempre la más conveniente
para desentrañar la naturaleza íntima de las instituciones jurídicas 4.

1.4.- CARACTERÍSTICAS

El título valor posee características que se desprenden de su definición y que


permiten distinguirlo de otros documentos y que regularmente se presentan en los
mismos, y son a saber, la incorporación, la autonomía, la literalidad y la
legitimación. Analicemos cada una de ellas.

1.4.1.- LA INCORPORACIÓN

2
Cfr. Instituto de Investigaciones Jurídicas. UNAM. Diccionario Jurídico Mexicano. T. I. Pág. 772.
3
En el mismo sentido: Joaquín Garrigues, Joaquín Rodríguez Rodríguez, Roberto Mantilla Molina y Felipe
de J. Tena.
4
Esta segunda postura es adoptada por autores como el Dr. Raúl Cervantes Ahumada y Carlos Dávalos
Mejía.

13
El título valor es una cosa mercantil que lleva incorporado el derecho que
contiene, de manera que para reclamar el derecho es necesario poseer
materialmente el documento. Tal se desprende del articulado de la LGTOC, cuyo
artículo 17 establece que para ejercitar el derecho consignado en el título es
menester exhibirlo, en forma tal que, quien carece del documento, carece también
del derecho, toda vez que al no poder exhibirlo no puede ejercitar los derechos
que incorpora.

Normalmente los derechos existen y pueden hacerse valer independientemente


del documento en el que se puedan encontrar consignados, pues el papel en
tales supuestos es solo un instrumento probatorio, accesorio al derecho; pero en
materia de títulos valores la regla se invierte, de manera que lo principal es el
documento y lo accesorio el derecho en él incorporado.

A pesar de lo anterior, presenciamos contemporáneamente el surgimiento y


desarrollo de títulos valores que carecen de ésta característica y que, sin
embargo la ley los considera como tales. Así, verbigracia, los CETES son títulos
valores cuyos documentos nunca llegan materialmente al poder de sus titulares,
permaneciendo en todo tiempo en el Banco de México, lo que no priva a sus
legítimos propietarios de la facultad de ejercitar los derechos inherentes a los
mismo.

En general, "la transferencia de los valores depositados en las Instituciones para


el depósito de valores (INDEVAL), se hace por el procedimiento de giro o
transferencia de cuenta a cuenta, mediante asientos en los registros de las
instituciones sin que sea necesaria la tradición física y el consecuente
desplazamiento de los valores" 5 por lo que en todos esos casos, se encuentra
ausente el elemento de la incorporación derivado de la "necesidad" de la tenencia
material del título para el ejercicio de los derechos respectivos, y que se
desprende de la definición legal del concepto de "título de crédito".

Estas excepciones a la regla de la incorporación, a la necesidad de poseer el


título para ejercer el derecho en él consignado, suele llamarse por la doctrina,
“teoría de la desmaterialización de los títulos de crédito”.

Por ello, no es exacta la afirmación de la parte de la doctrina que señala que la


posesión del título determina soberanamente la posesión del derecho consignado
en el mismo.

1.4.2.- LA LEGITIMACIÓN

"No basta poseer de cualquier modo un título de crédito para poder ejercitar el
derecho que representa. Quien exhibe el título no se ostenta por ello como titular
del derecho. Para que, invocando tal investidura, pueda ejercitar su derecho, es
preciso que haya adquirido el título con arreglo a la ley que norma su circulación,
ley que es diversa según se trate de títulos nominativos, de títulos a la orden o de
títulos al portador.6"

La legitimación es la cualidad que tiene el título de atribuir a su titular la facultad


de ejercitar el derecho consignado en el mismo (legitimación activa) y de generar
el deber a cargo del obligado, de pagar el importe del documento (legitimación
pasiva) a quien se encuentra legitimado activamente. Así, el obligado cumple su
5
Igartúa Araiza, Octavio. Introducción al estudio del derecho bursátil mexicano. Pág. 53.
6
Tena, Felipe de J. Derecho Mercantil Mexicano. Pág. 306.

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obligación pagando la prestación consignada en el título a quien aparezca
legitimado activamente.

Tratándose de títulos a la orden, está legitimado activamente quien posee el título


y es su beneficiario o lo ha adquirido mediante una serie ininterrumpida de
endosos. Tal se desprende del contenido de los artículos 17 y 39 de la LGTOC, el
primero de los cuales señala que "el tenedor de un título tiene la obligación de
exhibirlo para ejercitar el derecho que en él se consigna, y cuando le sea pagado
debe restituirlo.", actuación que implica la necesidad de la posesión del título para
estar en la posibilidad de cobrar su importe.

Por su parte, el artículo 39 de referencia, indica que el que paga un título de


crédito debe verificar la identidad de la persona que le presente el título como
último tenedor y la CONTINUIDAD DE LOS ENDOSOS. No obstante, "las
instituciones de crédito pueden cobrar los títulos aún cuando no estén endosados
en su favor, siempre que les sean entregados por los beneficiarios para abono en
su cuenta, mediante relación suscrita por el beneficiario o su representante, en el
que se indique la característica que identifique al título, considerándose legítimo
el pago con la sola declaración que la institución de crédito respectiva haga en el
título por escrito, de actuar en los términos de éste precepto."

Si el título fuere nominativo, es necesario que además de la serie de endosos, la


institución que emitió el documento tenga registrado a su tenedor como titular del
mismo, para que se considere legitimado para el ejercicio de los derechos
inherentes al documento (v. art. 129 LSM)

Cuando el título fuere al portador bastará para tener la posesión del documento
para que su tenedor se considere legitimado, habida cuenta que, como veremos
en su oportunidad, la transmisión de éstos se realiza mediante la simple entrega
del título.

Finalmente, debemos advertir que toda vez que la legitimación es una


consecuencia de la incorporación, las referencias hechas a propósito de éste
elemento, son aplicables en lo conducente al carácter que en éste apartado
estudiamos.

1.4.3.- LA AUTONOMIA

Es la autonomía la característica más distintiva de los títulos valores, pues siendo


común a todos ellos, no se presenta en documentos de distinta naturaleza.
Consiste en la circunstancia de que los derechos y las obligaciones de cada
adquiriente sucesivo del documento, son derechos y obligaciones propios,
independientes de las facultades y deberes de los demás signatarios del título. El
tenedor original posee un derecho-obligación diverso a los que en su oportunidad
pudieran tener los endosantes o los avalistas que aparecieran en el título, de
manera que al adquiriente de buena fé no pueden oponerse las excepciones
personales que eventualmente pudieran hacerse valer frente a su causante.

Algunos ejemplos nos permitirán comprender con mayor claridad éste elemento
del título valor:

* A, menor de edad, y por tanto carente de capacidad de ejercicio suscribe un


título valor en favor de B, documento que es avalado por C. En tal supuesto, a
pesar de que la obligación contraída por A está afectada de nulidad, dada su

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incapacidad, la obligación de C es plenamente válida, pues la misma es
autónoma, independiente de la de A.

* Juan suscribe un título de crédito para documentar y garantizar a Pedro el pago


de un adeudo contraído con éste merced a la compraventa de un vehículo, que
al cabo de algún tiempo presenta vicios ocultos. Al exigir Pedro el pago del
documento a Juan éste podrá oponerse haciendo valer la excepción personal
derivada de los vicios mencionados en el vehículo. Pero supongamos que Pedro
endosó en propiedad el título a José, a quien Juan no podrá oponerle la referida
excepción en virtud del principio de autonomía, habida cuenta que José ha
adquirido un derecho propio, distinto e independiente del que tenía Pedro.

Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha sentado jurisprudencia


en el sentido de que "los documentos mercantiles otorgados en relación con
cualquier contrato, adquieren, como títulos de crédito, una existencia autónoma,
independiente por completo de la operación de que se han derivado". (Informe
1987. Segunda Parte. Pag. 310.). Lo anterior, hay que advertir, siempre que el
título no hubiere circulado.

1.4.4.- LA LITERALIDAD

Los derechos y obligaciones contenidos en un título valor se miden en su


extensión y demás circunstancias por la letra del documento, por lo que
textualmente se encuentra en él consignado 7. Señala Cervantes Ahumada8 que la
literalidad funciona en los títulos solamente con el alcance de una presunción,
que puede estar contradicha por elementos extraños al título. Así, verbigratia, la
eficacia de una acción de una S.A., depende y puede estar contradicha por la
escritura social, que prevalece sobre aquella.

Desde otro punto de vista la ley destaca la importancia de éste carácter de los
títulos al establecer que tales documentos sólo producirán los efectos previstos
por la ley cuando contengan las menciones y requisitos establecidos por la misma
y que ésta no presuma expresamente, menciones y requisitos que podrán ser
satisfechos por quien en su oportunidad debió llenarlos, hasta antes de la
presentación del título para su aceptación o su pago. (arts. 14 y 15 LGTOC).

Asimismo, y con el objeto de salvar contradicciones que pudieran presentarse en


el texto del título, el artículo 16 de la Ley de la Materia establece que, cuando el
mismo estuviera escrito a la vez en palabras y en cifras, el documento valdrá, el
caso de diferencia, por la suma escrita en palabras. Si la cantidad estuviere
varias veces en palabras y cifras, el documento valdrá, en caso de diferencia, por
la suma menor.

1.4.4.1. EL PROBLEMA DE LOS TÍTULOS INCOADOS E INCOMPLETOS.

A propósito de la literalidad, conviene tener presente en este lugar, el problema de


los títulos incoados e incompletos.

Recordemos que el articulo 1 de la LGTOC enseña que los títulos valores son
cosas mercantiles. Su emisión, expedición, endoso, aval o aceptación y demás
operaciones que en ellos se consignen, son actos de comercio, y estos solo
producirán los efectos previstos por dicho ordenamiento cuando contengan las
7
Cervantes Ahumada, Raúl. Obra citada. Pág. 11.
8
Ibídem.

16
menciones y llenen los requisitos señalados por la ley y que esta no presuma
expresamente (art. 14)

Surge así la necesidad de distinguir, en todo titulo valor, las menciones y


requisitos que son esenciales para su existencia, de aquellos que son naturales y
de los meramente accidentales.

Son elementos esenciales de los títulos valores, aquellos que permiten subsumir
el documento jurídico de que se trate, en una categoría jurídica concreta, de las
previstas por la ley. En ausencia de cualquiera de ellos, podrá hablarse de
cualquier documento, pero no de un titulo valor.

Los elementos esenciales encuentran su origen necesario en la voluntad del


creador del titulo, quien, atendiendo a las normas rectoras de la creación del
titulo, expresa en el las menciones de existencia del mismo, con base en el pacto
o negocio que da lugar a su creación, pues tales requisitos de esencia no son ni
pueden ser suplidos por la ley. Los elementos naturales de los títulos valores,
son aquellas menciones o requisitos que, de no constar en forma expresa en el
cuerpo del documento, la ley los tiene por puestos, mediante las presunciones
que al efecto establece. Finalmente, los elementos accidentales, son aquellos
que no son necesarios para la vida misma del titulo, que puede perfectamente
existir sin ellos, y los cuales, por otra parte, no son presumidos por la ley,
pudiendo las partes pactarlos libremente.

Así, a modo de ejemplo diremos que de los requisitos que señala la ley para la
letra de cambio, son esenciales los contenidos en las fracciones I, II, III, IV, VI y
VII del artículo 76 de la ley cartular, pues la ausencia de cualquiera de ellos da
lugar a que el documento respectivo no se considere como titulo valor. En
cambio, es elemento natural de dicho documento, el contenido en la fracción V
del mismo precepto, pues en caso de que el titulo no consignare el lugar y la
época de pago del importe del documento, cobran aplicación los artículos 77 y 79
del ordenamiento en cita, que suplen la omisión. En el pagare, encontramos que
son esenciales los requisitos previstos por las fracciones I, II, III, V y VI del
articulo 170 de la ley en comento, y natural el exigido por la fracción IV del mismo
numeral. En estos documentos podemos encontrar como cláusula accidental, la
estipulación de intereses ordinarios cuenta habida de que la misma no es
esencial para la existencia del titulo y su ausencia no la suple la ley.

En este orden de ideas, tenemos que ante la ausencia de cualesquiera de los


requisitos o menciones esenciales para la existencia del titulo, este no llegara a
cobrar vida en el mundo jurídico, y por ende, tendrá la naturaleza de cualquier
otro documento pero no la de un titulo valor, conclusión que se infiere, según se
dijo, del texto del articulo 14 de la ley de referencia.

En todo caso, y conforme al mismo numeral, la omisión de los elementos


esenciales del titulo de crédito, no afecta la validez del negocio jurídico
subyacente, que dio origen a la expedición del documento.

Por su parte, el articulo 15 de la ley en cita, establece que las menciones y


requisitos que el titulo de crédito o el acto en el consignado necesitan para su
eficacia, podrán ser satisfechos por quien en su oportunidad debió llenarlos,
hasta antes de la presentación del titulo para su aceptación o para su pago.

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La deficiente redacción del precepto, da lugar a dos interrogantes de grave
trascendencia:

a) Puede satisfacerse cualquier omisión de las menciones o requisitos que el


titulo valor necesita para su eficacia, o solo algunas de ellas;

b) Quien es la persona legitimada para satisfacer dichas menciones o requisitos.

En ambos casos partimos del supuesto de que el documento respectivo, ha sido


firmado por quien en su caso asumiría la obligación de pagarlo.

En cuanto al primer planteamiento, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha


sentado jurisprudencia en el sentido de que:

“El articulo 15 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito prevé y


permite la emisión de títulos de crédito en los que hayan quedado sin llenar las
menciones y requisitos necesarios para su eficacia, los cuales podrán ser
satisfechos antes de la presentación del titulo para su aceptación o para su pago
por quien en su oportunidad debió anotarlos, lo cual permite concluir que basta la
suscripción de una letra de cambio para que tenga existencia, aun cuando falte
por llenar el o los datos relativos a la fecha de emisión, su valor, vencimiento,
nombre de beneficiario, los cuales pueden ser satisfechos por el tenedor legitimo,
de acuerdo con lo convenido al emitirse el titulo, sin que por ello incurra en
alteración de la letra, porque esto acontece cuando existe el texto y después se
altera, pero no cuando se llenan partes que intencionalmente quedaron en
blanco...”

(Jurisprudencia 221. Sexta Época. Pag. 710. Vol. 3a. Sala. Cuarta Parte. Apéndice
al Semanario Judicial de la Federación 1917-1975).

A nuestro juicio, la disposición jurisprudencial transcrita, adolece del grave


inconveniente de autorizar en forma prácticamente indiscriminada la verdadera
creacion de títulos valores aprovechando una firma en blanco, al no distinguir
entre las menciones y requisitos esenciales y los naturales que deben concurrir
en su creación. Tan es así que diverso tribunal de amparo, en fecha posterior,
pronunció la tesis que establece:

“LETRA DE CAMBIO EN BLANCO. ES UN ACTO JURÍDICO INEXISTENTE, CUANDO


NO HA CIRCULADO. SUSPENSIÓN DE LA JURISPRUDENCIA 172 INTITULADA:
"LETRA DE CAMBIO EN BLANCO.".- Un título de crédito es antes que ello, un acto
jurídico que tiene como elementos de existencia el consentimiento y objeto y como
elementos accesorios de mera eficacia la fecha de vencimiento, el lugar de pago,
etcétera. Luego, para que nazca la obligación derivada de un título de crédito debe
hacerse expreso el consentimiento de contraer la obligación de dar, previamente
constituida. De otra manera se otorgaría un consentimiento sin objeto. Así,
consentimiento sin objeto o bien objeto sin consentimiento, ambas hipótesis dan por
resultado una obligación inexistente. Por ende, si en autos se acredita que tanto lo
relativo a la suerte principal como a los intereses, que constituyen el objeto de tal acto
jurídico, fueron puestos por el beneficiario con posterioridad a la aceptación del título de
crédito, es evidente que no llegó a nacer la obligación acreditada derivada de tal título.
No obsta a lo anterior que la entonces Tercera Sala de la H. Suprema Corte de Justicia
de la Nación haya sustentado la jurisprudencia 172 intitulada "LETRA DE CAMBIO EN
BLANCO." que sostiene lo contrario, pues a partir de 1988 el control de la legalidad dejó
de estar en ese Alto Tribunal y pasó a los Tribunales Colegiados, por lo que en términos

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del artículo 6o. transitorio de la reforma de tal fecha, este tribunal suspende en un
aspecto dicha jurisprudencia para sentar en su lugar la que exprese, que una letra de
cambio en blanco, es un acto jurídico inexistente, porque consentimiento y objeto, son
elementos de los que supedita la obligación crediticia y que tal excepción personal sólo
puede invocarse cuando el título de crédito no ha circulado o habiéndolo hecho quien
ejercita la acción es el propio beneficiario. Cosa distinta es, que el documento haya
circulado y que quien ejercita la acción sea un endosatario al cual no puede oponérsele
tal excepción. Razonar en contrario, implicaría que el Poder Judicial Federal soslaye y
permita que el agio nacional o internacional unilateralmente y a su antojo determine el
objeto de la obligación, llenando con la cantidad que quisiere el concepto de suerte
principal e intereses, lo que es inadmisible en un estado de derecho que busca y
pretende la buena fe en las operaciones crediticias para que los deudores cumplan con
la obligación pactada, pero nunca el exigirles el cumplimiento de lo que no fue pactado.
Este principio, sin embargo debe sucumbir en aras de la autonomía de los títulos de
crédito cuando se ha trasmitido por endoso a un tercero que desconocía la irregular
conducta del beneficiario endosante, pues en este caso la ley que da a los títulos de
crédito el carácter de autónomos desvinculados de su causa, impide que el aceptante
oponga excepciones personales al endosatario”.

(Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Segundo Circuito. Novena
Época. Apéndice 2000. Tomo IV, Civil, P.R. TCC. Página: 812.)

En efecto, cuando la ley autoriza que se satisfagan las menciones y requisitos


que el titulo de crédito debe contener, con posterioridad a la suscripción del
documento, obviamente esta aludiendo a aquellos que contienen las menciones y
requisitos esenciales para considerar al documento respectivo como titulo de
crédito, y por consiguiente, debe entenderse que, lo que la ley autoriza a llenar, a
posteriori, son las menciones y requisitos que, sin ser esenciales para la vida
misma del documento, no fueron anotados por el creador del mismo, a pesar de
haberse convenido entre las partes que intervinieron en el negocio jurídico
subyacente.

Así, si un documento carece de la mención de ser letra de cambio, y es firmado


en blanco, no porque posteriormente el tenedor del documento anote en el mismo
la mención de que tratamos, aquel adquirirá ese carácter. Luego, como la ley no
distingue, debe concluirse que así como la mención en comento es un elemento
esencial para la vida del titulo, lo son los otros que conforme a la ley tienen ese
carácter, y cuya ausencia determina la inexistencia del documento como titulo
valor. Por ello, si en el mismo caso, el documento carece del requisito de lugar y
fecha de suscripción, el mismo no tiene el carácter de titulo de crédito, pues tan
requisito esencial es ese señalamiento, como lo es el de la mención de ser letra
de cambio.

Ahora bien, el articulo 15 de la ley en comentario, parte del supuesto de la


existencia de un titulo de crédito que carece del algún requisito, y para poder
hablar de un titulo de crédito en estas condiciones, debemos partir del supuesto
de que en el concurren los elementos de existencia, pues de otra forma, el
precepto de referencia podría aplicarse a documentos que no tienen aquel
carácter, y se tendría por autorizada legalmente la falsificación de documentos
cambiarios mediante el aprovechamiento de una firma en blanco, circunstancia
tipificada como delito por la fracción II del articulo 167 del Código Penal del
Estado.

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En este orden de ideas, tenemos que la tesis jurisprudencial precitada no
resuelve el problema de fondo que se plantea, y que se presta a la comisión de
abusos que desafortunadamente son practica cotidiana en esta materia.

En éste sentido se pronunció el PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS


CIVIL Y DE TRABAJO DEL SEGUNDO CIRCUITO, al decir, en la tesis legible en
la página 1453 del Tomo XIX Junio de 2004, Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta:

“LETRA DE CAMBIO EN BLANCO. ES UN ACTO JURÍDICO INEXISTENTE,


CUANDO NO HA CIRCULADO. SUSPENSIÓN DE LA JURISPRUDENCIA 172
INTITULADA: "LETRA DE CAMBIO EN BLANCO".
Un título de crédito es antes que ello, un acto jurídico que tiene como elementos
de existencia el consentimiento y objeto y como elementos accesorios de mera
eficacia la fecha de vencimiento, el lugar de pago, etcétera. Luego, para que
nazca la obligación derivada de un título de crédito debe hacerse expreso el
consentimiento de contraer la obligación de dar, previamente constituida. De otra
manera se otorgaría un consentimiento sin objeto. Así, consentimiento sin objeto o
bien objeto sin consentimiento, ambas hipótesis dan por resultado una obligación
inexistente. Por ende, si en autos se acredita que tanto lo relativo a la suerte
principal como a los intereses, que constituyen el objeto de tal acto jurídico,
fueron puestos por el beneficiario con posterioridad a la aceptación del título de
crédito, es evidente que no llegó a nacer la obligación acreditada derivada de tal
título. No obsta a lo anterior que la entonces Tercera Sala de la H. Suprema Corte
de Justicia de la Nación haya sustentado la jurisprudencia 172 intitulada "LETRA
DE CAMBIO EN BLANCO." que sostiene lo contrario, pues a partir de 1988 el
control de la legalidad dejó de estar en ese Alto Tribunal y pasó a los Tribunales
Colegiados, por lo que en términos del artículo 6o. transitorio de la reforma de tal
fecha, este tribunal suspende en un aspecto dicha jurisprudencia para sentar en
su lugar la que exprese, que una letra de cambio en blanco, es un acto jurídico
inexistente, porque consentimiento y objeto, son elementos de los que supedita la
obligación crediticia y que tal excepción personal sólo puede invocarse cuando el
título de crédito no ha circulado o habiéndolo hecho quien ejercita la acción es el
propio beneficiario. Cosa distinta es, que el documento haya circulado y que
quien ejercita la acción sea un endosatario al cual no puede oponérsele tal
excepción. Razonar en contrario, implicaría que el Poder Judicial Federal soslaye
y permita que el agio nacional o internacional unilateralmente y a su antojo
determine el objeto de la obligación, llenando con la cantidad que quisiere el
concepto de suerte principal e intereses, lo que es inadmisible en un estado de
derecho que busca y pretende la buena fe en las operaciones crediticias para que
los deudores cumplan con la obligación pactada, pero nunca el exigirles el
cumplimiento de lo que no fue pactado. Este principio, sin embargo debe
sucumbir en aras de la autonomía de los títulos de crédito cuando se ha trasmitido
por endoso a un tercero que desconocía la irregular conducta del beneficiario
endosante, pues en este caso la ley que da a los títulos de crédito el carácter de
autónomos desvinculados de su causa, impide que el aceptante oponga
excepciones personales al endosatario.

Nota: La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver en sesión de


veintiuno de abril de dos mil cuatro la contradicción de tesis 145/2003-PS, ordenó cancelar la
presente tesis que aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo III, marzo de 1996, página 968.

En lo que toca a la segunda interrogante que nos hemos planteado, encontramos


que nuestro Máximo Tribunal de Amparo, siguiendo la doctrina de Tena, ha

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establecido que es el tenedor del titulo quien esta legitimado para llenar las
omisiones presentes en el titulo. Al respecto, debemos advertir que ni el Supremo
Colegio Judicial, ni el jurisconsulto mencionado, aducen razones que apoyen esa
conclusión y, a nuestro juicio, siguiendo a la diversa corriente doctrinaria,
corresponde solo al creador del titulo llenar las menciones o requisitos de que
carezca, en atención a lo pactado merced al negocio subyacente que dio lugar a
la emisión del documento (pues solo a aquel corresponde determinar la extensión
y limites de la obligación que asume), convención que puede comprender, desde
luego, la autorización del suscriptor para que sea el tenedor quien satisfaga los
requisitos omitidos. Luego, no es exacto que sea dicho tenedor quien, por si y
ante si pueda satisfacer los elementos no esenciales del documento en estudio.
Por consiguiente, el precepto en análisis alude al suscriptor del titulo, cuando
señala que los requisitos y menciones omitidos podrán ser satisfechos por quien
en su oportunidad debió llenarlos, y la tesis jurisprudencial transcrita, que legitima
al tenedor del documento para llenar los huecos (no esenciales según se indico),
debe entenderse en el sentido de que aquel adquiere tal derecho solo en el caso
de que hubiere sido autorizado para ello expresamente por el creador del titulo, y
siempre que lo haga conforme a lo convenido en el negocio que dio lugar a su
emisión.

Al respecto cabe hacer referencia a la tesis sustentada por la anterior Tercera


Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la página 381 del Tomo I,
Primera Parte-1, Enero a Junio de 1988, Octava Época del Semanario Judicial de
la Federación, que dice:

“TITULOS DE CREDITO EN BLANCO. NO CONSTITUYE ALTERACION AL


TEXTO LLENAR LOS ESPACIOS POR EL TENEDOR O CON ACUERDO DEL
SUSCRIPTOR.
Conforme al artículo 15 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito,
llenar espacios dejados en blanco en un título de crédito, como la letra o el
pagaré, por el tenedor del título o de común acuerdo con el suscriptor, no
constituye alteración al texto del documento”.

1.5.- LA CAPACIDAD PARA OTORGAR O SUSCRIBIR TÍTULOS VALORES.

Conforme al artículo 3º de la LGTOC, todos los que tengan capacidad legal para
contratar pueden suscribir títulos valores. Sabemos que la capacidad es la regla y
que sólo de manera excepcional la ley declara inhábiles a ciertas personas para
la realización de actos jurídicos.

En efecto, según el artículo 450 del Código Civil, carecen de capacidad de


ejercicio los menores de edad, los mayores privados de inteligencia aún cuando
tengan intervalos lúcidos, los sordomudos que no saben leer ni escribir, así como
los ebrios consuetudinarios y los que habitualmente hacen uso inmoderado de
drogas enervantes. Fuera de éstos casos de excepción, cualquier persona puede
suscribir títulos valores.9

La incapacidad de alguno de los signatarios de un título valor o la circunstancia


de que por cualquier motivo el título no obligue a alguno de los suscriptores, no
9
Es conveniente hacer notar que en virtud de que la suscripción de títulos valores constituye un acto
absolutamente mercantil, su reiteración no confiere al que lo realiza, la calidad de comerciante, de manera
que aún aquellas personas que conforme al Código de Comercio están inhabilitadas para ejercer el comercio,
pueden suscribir títulos valores, pues ello no entraña el ejercicio de aquella actividad.

21
invalidan las obligaciones derivadas del título en contra de las demás personas
que lo han firmado (art. 11 LGTOC) y esto es así en razón del principio de
autonomía que ya estudiamos, en cuya virtud, cada signante adquiere derechos y
obligaciones propios e independientes de los que los demás suscriptores
pudieran tener. Así, por ejemplo, si un título ha sido suscrito por cinco personas y
una de ellas carece de capacidad, aquel surte todos sus efectos contra quienes si
fueron capaces al suscribirlo, pero no contra el inhábil cuya obligación está
afectada de nulidad precisamente por su incapacidad.

1.6.- LA REPRESENTACIÓN PARA OTORGAR O SUSCRIBIR TÍTULOS


VALORES

La facultad de obrar en nombre de otro no comprende la de obligarlo


cambiariamente (art. 85 LGTOC), salvo casos de excepción como el previsto en el
artículo 90 de la Ley de Instituciones de Crédito, que en lo que interesa dice: “…
Se entenderá que los poderes conferidos (por las instituciones de crédito) de
acuerdo con lo dispuesto en los párrafos primero y segundo del artículo 2554 del
Código Civil Federal o de sus correlativos en los estados de la República y el
Distrito Federal comprenden la facultad de otorgar, suscribir, avalar y endosar
títulos de crédito, aún cuando no se mencione expresamente dicha facultad”.

La representación entonces, de personas capaces, para otorgar o suscribir títulos


valores se confiere, ya mediante poder o mandato inscrito en el Registro de
Comercio, o por simple declaración escrita dirigida al tercero con quien habrá de
contratar el representante, y los límites de esos poderes serán sólo los que
expresamente determine el representado en el documento en que conste el poder
(art. 9 LGTOC).

Cuando una persona suscribe en cualquier concepto un título en nombre de otro


sin tener poder para ello, queda obligada personalmente como si hubiera obrado
en nombre propio, y si paga, adquiere los derechos que corresponderían al
representado aparente.

No obstante, si el representado aparente ratifica el acto libera al representante de


responsabilidad, asumiéndola desde entonces el propio representado.

La ratificación puede ser expresa o tácita, y tiene el último carácter cuando el


representado realiza actos que impliquen la aceptación del acto mismo por
ratificar, o alguna de sus consecuencias, pudiendo hacerse la ratificación en el
mismo título o en documento diverso. (art. 10 LGTOC)

Asimismo, cuando alguna persona haya dado lugar, con actos positivos o con
omisiones graves, a que se crea, conforme a los usos del comercio, que un
tercero está facultado para suscribir en su nombre títulos valores, no podrá
negarse a cumplir las obligaciones consignadas en aquellos ante tenedores que
adquirieron el título de buena fé, es decir, ignorando los vicios en la
representación.

En cuanto a la representación de sociedades o negociaciones mercantiles, sus


administradores o gerentes se reputan autorizados para suscribir letras de cambio
a cargo de aquellas por el sólo hecho de su nombramiento, y los límites a esa
autorización serán los que señalen los estatutos o poderes respectivos. (art. 85

22
LGTOC). Esta norma debe interpretarse restrictivamente, es decir, limitada
precisamente a las letras de cambio.

1.7.- ENUMERACIÓN LEGAL DE LOS TÍTULOS VALORES

La LGTOC reglamenta algunos de los títulos valor que consagra la legislación


mercantil mexicana, a saber:

a) La letra de cambio;
b) El pagaré;
c) El cheque;
d) Las obligaciones y los cupones adheridos a ellas;
e) Los certificados de participación;
f) El certificado de depósito y el bono de prenda.

Por su parte, la LSM contempla y reglamenta a las acciones y los cupones


adheridos a ellas, así como los bonos de fundador.

Otras leyes y decretos han creado títulos valores distintos a los anteriores, como
son los CETES, los certificados de depósito bancario de dinero, el papel
comercial o las aceptaciones bancarias. En tal virtud, la enumeración propuesta
no tiende a ser exhaustiva, sino meramente enunciativa a partir de los títulos de
mayor utilización.

1.8.- CLASIFICACIÓN DE LOS TÍTULOS VALORES

De las variadas clasificaciones que la doctrina ha elaborado en torno a los títulos


valores, hemos seleccionado aquellas que pueden representar mayor utilidad, y
así encontramos que tales documentos pueden ser:

1.8.1.- NOMINADOS O INOMINADOS.

Son nominados o típicos, aquellos títulos que están reglamentados en forma


expresa por la ley, como los enumerados en el párrafo anterior. Son innominados
los títulos valores que no se encuentran regulados en forma alguna por la Ley, y
que pueden ser producto de los usos mercantiles.

Algunos autores, cuyo criterio compartimos, llaman “nominados” a los títulos que
tienen un nombre propio, como la letra de cambio, y típicos, a los que están
regulados por la ley. Por tanto, serían nominados los que tienen nombre, y típicos
los que están reglamentados por la legislación.

A pesar de que una parte de la doctrina estima la posibilidad de la existencia de


los títulos inominados, nosotros consideramos que para poder atribuirle a un
documento la calidad de título valor, la ley debe otorgársela expresamente,
conclusión que se obtiene de la interpretación de los artículos 14 y 8º fracción V
de la LGTOC, cuyo tenor literal, en lo conducente, es el siguiente:

ARTÍCULO 14.- LOS DOCUMENTOS Y LOS ACTOS A QUE ÉSTE TÍTULO SE


REFIERE, SOLO PRODUCIRÁN LOS EFECTOS PREVISTOS POR EL MISMO

23
CUANDO CONTENGAN LAS MENCIONES Y LLENEN LOS REQUISITOS
SEÑALADOS POR LA LEY Y QUE ÉSTA NO PRESUMA EXPRESAMENTE.

ARTÍCULO 8º.- CONTRALAS ACCIONES DERIVADAS DE UN TÍTULO DE


CRÉDITO SÓLO PUEDEN OPONERSE LAS SIGUIENTES EXCEPCIONES Y
DEFENSAS :

V.- LASFUNDADAS EN LA OMISIÓN DE LOS REQUISITOS Y MENCIONES


QUE EL TÍTULO O EL ACTO EN ÉL CONSIGNADO DEBEN LLENAR O
CONTENER, Y LA LEY NO PRESUMA EXPRESAMENTE.

Cervantes Ahumada10 al analizar ésta cuestión llega a la conclusión contraria,


argumentando que el artículo 14 se refiere solo a los títulos nominados, lo que
infiere al parecer, de la circunstancia de que dicho numeral alude a los
documentos "a que éste título se refiere", y que son precisamente los regulados
por la ley de referencia, lo que abriría la posibilidad de la existencia de los títulos
inominados. Tal consideración del precepto sólo conduce a establecer la
posibilidad de la existencia de otros títulos regulados por leyes diversas o
especiales, pero no autoriza en forma alguna a concluír con la permisión para la
creación de títulos inominados, afirmación que se robustece mediante la simple
lectura de la transcrita fracción V del artículo 8º de la ley en comentario, que no
se refiere únicamente a los títulos reglamentados por la LGTOC, sino a
cualesquiera otros, siempre que estén previstos como tales por la ley, pues de
otra forma no se explicaría como pudiera ésta presumir los requisitos o menciones
que el título debe satisfacer.

Finalmente es oportuno mencionar que las disposiciones relativas a los títulos


valores, conforme al artículo 6º de la ley en cita, no son aplicables a los boletos,
contraseñas, fichas u otros documentos que no estén destinados a circular y
sirvan exclusivamente para identificar a quien tiene derecho a exigir la prestación
que en ellos se consigna, pues tales documentos son meramente probatorios,
pero carecen de las características propias de los títulos valores.

1.8.2.- PRINCIPALES O ACCESORIOS

Son títulos principales aquellos que no necesitan de la existencia o de la relación


con otro título para surtir efectos jurídicos. Tienen vida propia e independiente de
cualquier otro título. Tal es el caso de las letras de cambio, pagarés, cheques y
acciones.

Los títulos accesorios, en cambio, existen y surten efectos legales en la medida


en que exista el título del cual dependen. Así, los bonos de prenda de los
certificados de deposito sólo pueden existir si existen éstos como títulos
principales, sin los cuales los bonos de prenda no se pueden concebir.

1.8.3.- CAUSALES O ABSTRACTOS

Naturalmente, la creación de todo título de crédito obedece a una causa, pero


cuando creado el título y puesto en circulación se desvincula de la causa
generadora, nos encontramos ante un título abstracto; en cambio, cuando el título,
una vez creado y aún puesto en circulación, sigue vinculando a una causa extraña
al mismo de la cual depende su eficacia y alcance, nos encontramos ante un título
causal. Ejemplo de los primeros es el cheque, que una vez librado se desvincula
10
Obra Citada. Pág. 16.

24
de la causa por la que fué creado y surte sus efectos en los términos de su
literalidad. Ejemplo de los segundos son las acciones de una Sociedad Anónima,
cuya eficacia está subordinada al contenido de la escritura social, que influye
sobre la vida misma del título.

Al respecto, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en


tesis de jurisprudencia número 1ª./J 51/99, que puede consultarse en la página
285 del Tomo X, Octubre de 1999, Novena Epoca del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, estableció lo siguiente:

“TITULOS DE CREDITO. DIFERENCIAS ENTRE LA AUTONOMIA Y LA


ABSTRACCION. La desvinculación de un título de crédito de la causa que
le dio origen no se traduce en un problema de autonomía sino de
abstracción. Mientras que aquella importa la existencia de un derecho
originario, es decir, desvinculado de la posición jurídica de sus anteriores
portadores, la segunda desvincula al documento de la relación causal.
Por virtud de la autonomía el poseedor de buena fe es inmune a las
excepciones personales oponibles a los anteriores poseedores. En razón
de la abstracción, en cambio, no pueden ser opuestas al tercer portador
las excepciones derivadas de la relación causal. De lo expuesto se sigue
que tratándose de pagarés quirografarios que no han circulado, la
autonomía no comienza a funcionar; y la abstracción se atenúa, en razón
de que el demandado puede oponer al actor las excepciones que tuviera
contra éste, en términos del artículo 8º., fracción XI, de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito, lo que no impide que ese titulo baste,
sin necesidad de otro documento, para intentar la acción cambiaria
respectiva.”

1.8.4.- OBLIGACIONALES, PERSONALES O REPRESENTATIVOS.

Desde el punto de vista del título, estos pueden ser de crédito u obligacionales,
personales o corporativos y representativos o reales.

Son Títulos Valor de Crédito u obligacionales, aquellos cuyo objeto es un derecho


de crédito, es decir, que confieren a su tenedor el derecho a exigir de los
obligados en el mismo el pago de su importe.

Son títulos personales o corporativos, aquellos que confieren a sus titulares la


calidad de socios de una corporación. Tal es el caso de las acciones.

Son títulos reales o representativos, aquellos cuyo objeto consiste en atribuir a


sus tenedores un derecho real sobre las cosas o mercancías amparadas por el
documento, de manera que la transmisión de éste implica la de aquellas. Ejemplo
de ésta clase de instrumentos son los certificados de depósito.

1.8.5.- SINGULARES O SERIALES

Atendiendo a la forma de su creación, los títulos pueden ser singulares y seriales


o en masa. Los primeros son aquellos que se expiden en forma individual, es
decir, uno en cada ocasión por su propia naturaleza, como en los casos del
cheque o de la letra de cambio.

25
Son títulos seriales aquellos que necesariamente han de emitirse en masa, en
una serie o conjunto de títulos para poder cumplir sus fines. Tal es el caso de las
acciones y de las obligaciones, entre otros.

1.8.6.- DE INVERSION O DE ESPECULACIÓN

Atendiendo a su función económica, los títulos pueden ser de inversión o de


especulación.

Los primeros son aquellos que generan a sus tenedores un rendimiento cierto y
normalmente previsible, como en los casos de los pagarés con interés liquidable
al vencimiento. Los títulos especulativos no dan esa seguridad de obtener
rendimientos, y su titular puede ganar o perder en su inversión, como en los
casos de las acciones cuyo valor en el mercado puede subir o bajar, originando
ganancias o pérdidas a su tenedor, según el comportamiento de mercado
accionario y el mayor o menor éxito económico de la empresa emisora. En tales
casos, la pérdida o utilidad no es previsible con certeza, y solo puede especularse
sobre tales cuestiones.

1.8.7.- PÚBLICOS O PRIVADOS

Desde el punto de vista de la naturaleza de la persona que crea el título valor,


éste puede ser público o privado. Tendrá el primer carácter cuando sea el Estado
en su carácter de tal, el creador del documento ordenando su emisión, y por
exclusión, será privado el título en todos los demás casos. Ejemplos de títulos
valores públicos son los CETES y los PETROBONOS; ejemplo de títulos privados
son el cheque, el pagaré y las acciones.

1.8.8.- NOMINATIVOS, A LA ORDEN Y AL PORTADOR.

Considerando la forma de circulación del título éste puede ser nominativo, a la


orden o al portador.

Son títulos nominativos aquellos que, estando expedidos en favor de una persona
cuyo nombre se consigna en el texto mismo del documento, su titular se
encuentra inscrito en un registro especial que al efecto lleva la persona que lo
creó, requiriéndose para su transmisión, del endoso del documento, su entrega
material al adquiriente y el registro del traspaso ante la persona que emitió el
documento. Tal es el caso de las acciones, cuya transmisión implica la necesidad
de inscribirla en el registro de la sociedad emisora para que ésta reconozca a su
tenedor como titular del documento. (v. arts. 23, 24 y 26 LGTOC y 129 LSM) 11

Los títulos a la orden también se encuentran suscritos en favor de persona


determinada, pero su transmisión sólo requiere del endoso y entrega del
documento al adquiriente (art. 26 LGTOC).

En éstos títulos cualquier tenedor puede insertar en su texto o en el endoso por el


que lo recibe o traslada, la CLAUSULA "NO A LA ORDEN" o "NO
NEGOCIABLE", que tendrá el efecto de que el documento ya no pueda en lo
11
Existe una subclasificación de los títulos nominativos, a saber, los de circulación restringida, que
encuentran su caso concreto en las acciones de una S.A. para cuya transmisión se requiere la autorización
del consejo de administración (art. 130 LSM), lo que constituye una limitante al principio de libre
circulación del documento cartular.

26
sucesivo transmitirse por endoso sino únicamente en la forma y con los efectos de
una cesión ordinaria, con las consecuencias que implican las diferencias entre
ambas figuras, y que más adelante se estudian. (art. 25 LTGOC)

Finalmente, son títulos al portador aquellos que no están expedidos en favor de


persona determinada, contengan o no la cláusula "AL PORTADOR", y se
transmiten por simple tradición o entrega del documento a su adquiriente.

Los títulos valor que contengan la obligación de pagar una cantidad de dinero,
sólo pueden expedirse al portador cuando la ley lo autorice expresamente. (art. 72
LGTOC)

1.9.- LA TRANSMISIÓN DE LOS TÍTULOS VALORES

En términos generales, los títulos valores son documentos que llevan en su


naturaleza la facilidad de circular, aptitud que la ley les ha conferido con el fin de
agilizar la movilización de la riqueza crediticia. Esa cualidad ha determinado que
una parte de la doctrine considere que la “circulación” del título, constituye una
característica del mismo.

Tratándose de títulos nominativos o a la orden, su transmisión puede efectuarse


mediante el endoso, la cesión ordinaria o por recibo, sin perjuicio de satisfacer los
requisitos de tradición y de registro cuando fuere el caso. Lo anterior sin
detrimento de que un título como cualquier otra cosa se pueda transmitir por
cualquier otro medio legal.

1.9.1.- EL ENDOSO

1.9.1.1.- DEFINICION Y REQUISITOS.

Los títulos valores pueden ser transmitidos conforme a las reglas generales del
Derecho Civil o a las especiales del Derecho Mercantil.

El endoso es la forma típica de circulación del título, y puede definirse como la


cláusula escrita, accesoria e inseparable del título, por virtud de la cual el
acreedor cambiario pone a otro acreedor en su lugar, ya con efectos plenos o
bien, limitados.

Que el endoso sea una cláusula escrita, significa que no puede hacerse en forma
verbal; que sea una cláusula accesoria significa que no es necesario para la vida
del título, el cual puede existir con todos sus efectos jurídicos sin aquel, que sólo
se presentará cuando el título haya de circular. Que tal cláusula sea inseparable
del título significa que debe constar en el texto mismo del documento o en hoja
adherida a él, de manera que una transmisión hecha en documento separado del
título no puede tener la calidad de endoso. El acreedor cambiario o endosante no
es otra persona que el titular del documento que mediante el endoso pone a otra
(que será del nuevo acreedor cambiario o endosatario) en su lugar, con efectos
plenos, sin limitaciones, cuando el título es transferido en propiedad, y con
efectos limitados en los demás casos.

Además de constar en el título o en hoja adherida a él, el endoso debe llenar los
siguientes requisitos:

27
a) El nombre del endosatario, que es la persona que recibe el título valor
mediante el endoso. Si se omite éste requisito cualquier tenedor puede
llenar con su nombre o el de un tercero el endoso, o transmitir el título sin
llenar el endoso. (arts. 29 fr. I, 30 y 31 LGTOC)

b) La firma del endosante o de la persona que suscriba el endoso a su ruego


o en su nombre. La omisión de éste requisito hace inexistente el endoso,
pues la firma de las personas es la manera en que exteriorizan su voluntad
en actos formales como lo es el endoso. La ausencia de firma implica la
ausencia de voluntad de transmitirlo, por lo que éste requisito y el de la
inseparabilidad del endoso al título, son los únicos esenciales, los únicos
necesarios para la existencia del mismo.

Ahora bien, el endoso puede hacerlo una persona en nombre propio, o en


nombre o representación o a ruego de otra.

En el primer caso el endoso debe ser hecho por persona capaz, y por las
personas morales firmarán sus representantes. En tales supuestos, debe
indicarse el carácter con el que se ostenta el representante (apoderado,
gerente, administrador, etc.), y expresarse la denominación o razón social
la persona moral endosante (Semanario Judicial de la Federación. 3a.
Sala. Séptima Época. Vol. 175-180. Cuarta Parte. Pag. 98).

Posteriormente, los Tribunales de amparo establecieron que, cuando el


endoso provenga de una persona moral, debe contener la denominación y
razón social de la misma y la expresión del carácter que en su
representación la persona física que lo firma, pero que tal requisito es
exigible únicamente en los casos en los que existiendo varios endosos
aparezca en último término la persona moral, pues si al efecto el artículo
39 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, previene que el
que paga el título de crédito no está obligado a cerciorarse de la
autenticidad de los endosos ni tiene facultad para exigir la comprobación
de dicha identidad, pero sí tiene el deber de verificar la de la persona que
presenta el título como último tenedor, por lo que si los títulos no circularon,
debe suponerse que su titular fue quien ejercitó el derecho literal que
contienen y que el firmante en los mismos tenía capacidad para endosarlos
a nombre de la empresa (Tesis de Jurisprudencia número V.2º. J/64.
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Tribunales Colegiados de
Circuito. Octava Epoca, Tomo 66 Junio de 1993. Pagina 43)

Por último, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


determinó, en la tesis de jurisprudencia número 54/2001, publicada en la
página 277 del Tomo XIV, Septiembre de 2001, Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que no es necesario que
quien suscribe un título valor a nombre de una persona moral, anote el
carácter o calidad con que la representa, porque ese requisito no lo exige la
ley, siendo éste el criterio que prevalece en la actualidad.

Por cuanto a la firma rogada, una persona firma a ruego de otra, cuando
siendo capaz se halla en la imposibilidad fáctica de suscribir el documento,
como en los casos en que la persona que debe firmar no sabe escribir o

28
cuando sabiendo hacerlo se encuentra físicamente imposibilitada para ello,
sea por hallarse lesionada o por cualquier otra causa.

Entendemos que en éstas hipótesis deberá dar fe un Notario Público o


cualquier otro funcionario que tenga fe pública. (art. 86 LGTOC) Nótese
que no se admiten medios que sustituyan a la firma, como la huella digital.

c) La clase de endoso. La omisión de éste señalamiento produce el efecto de


establecer la presunción de que el título fue transmitido en propiedad. (art.
29 fr. III y 30 LGTOC).

d) El lugar y la fecha en que se hace el endoso. La omisión del lugar


establece la presunción de que el título fué endosado en el domicilio del
endosante, y la de la fecha establece la presunción de que el endoso se
hizo el día en que el endosante adquirió el documento, salvo prueba en
contrario.

1.9.1.2.- CLASES DE ENDOSOS

1.9.1.2.1.- ENDOSO PLENO O EN PROPIEDAD

El endoso en propiedad, complementado con la entrega material del título,


transmite la propiedad de éste al endosatario con todos los derechos a él
inherentes, tales como intereses o dividendos devengados, garantías y cualquier
otro derecho accesorio (arts. 34 y 18 LGTOC), por lo que el nuevo tenedor puede
disponer libremente, sin limitación alguna del título valor.

Ahora bien, sabemos que el que endosa un título valor, al firmarlo queda obligado
a responder de su pago en virtud del principio de la autonomía de los derechos y
obligaciones consignados en el documento, no obstante lo cual el endosante
puede librarse de esa obligación consignando en el endoso la CLÁUSULA "SIN
MI RESPONSABILIDAD" u otra equivalente que haga constar claramente su
voluntad de no obligarse en los términos del título de que se trate. (art. 34
LGTOC)

El endoso en propiedad posterior a la fecha de vencimiento del título, surte


efectos de cesión ordinaria (art. 37 LGTOC).
1.9.1.2.2.- ENDOSO EN PROCURACIÓN

El endoso en procuración no transfiere la propiedad del título, pero faculta al


endosatario para que en nombre y representación del endosante (que continúa
siendo el dueño del documento) presente el título para la aceptación, para
cobrarlo judicial o extrajudicialmente, para endosarlo en procuración y protestarlo
en su caso. El endosatario en éstos casos tendrá los derechos y obligaciones de
un mandatario.

El mandato contenido en el endoso no termina con la muerte o incapacidad del


endosante, a diferencia del mandato civil. Este endoso puede ser revocado, pero
la revocación no surtirá efectos frente a terceros sino hasta que aquel se teste o
cancele en el texto del documento (arts. 35 y 41 LTOC)

Siendo el endoso en procuración un mandato cambiario, las relaciones jurídicas


que dan lugar al derecho y a la obligación de pago, se entablan entre el

29
endosante y los obligados en el título, de manera que el endosatario en éste
evento es un mero representante del titular del documento.

1.9.1.2.3.- ENDOSO EN GARANTIA

El endoso con las cláusulas "en garantía" "en prenda" u otra equivalente, atribuye
al endosatario todos los derechos y obligaciones de un acreedor prendario
respecto del título endosado y los derechos a él inherentes, comprendiendo las
facultades que confiere el endoso en procuración. En ésta clase de endosos el
endosatario tiene un interés propio y autónomo sobre el título que representa para
él la garantía de que el endosante habrá de cumplir con la obligación en cuya
virtud se dió el título en prenda, por lo que los obligados en el documento no
pueden oponerle las excepciones que tuvieren contra el endosante.

En éstos supuestos el endosatario no es un mero representante del endosante,


como el endoso en procuración, sino que aquel posee el título por derecho propio,
por lo que podrá ejercitar los derechos respectivos, más no endosarlo en
propiedad, porque no es dueño del título.

Una vez vencida la obligación en cuya virtud se otorgó el título en prenda, si el


endosante no le satisface, el acreedor prendario (endosatario en garantía) deberá
promover el juicio especial prendario regulado por los artículos 334 al 345 de la
LGTOC, más no podrá apropiarse del título por derecho propio, ya que en nuestro
país está prohibido el pacto comisorio.

1.9.1.2.4.- ENDOSO EN ADMINISTRACION

Previsto por la Ley del Mercado de Valores (art. 67), el endoso en administración
tiene como única finalidad justificar la tenencia de los valores y el ejercicio de las
funciones atribuidas a la institución para el depósito de valores.

Esta clase de endoso sólo puede hacerse en los títulos que se depositen en
alguna institución para el depósito de valores, títulos que normalmente se cotizan
en bolsa, como acciones, obligaciones, petrobonos, etc.

Desde la fecha del endoso en administración, y constituido el depósito de los


títulos en la institución correspondiente, "la transferencia de los mismos se hará
por el procedimiento de giro o transferencia de cuenta a cuenta, mediante
asientos en los registros de la institución depositaria, SIN QUE SEA NECESARIA
LA ENTREGA MATERIAL DE LOS DOCUMENTOS NI SU ANOTACIÓN EN LOS
TÍTULOS O EN SU CASO, EN EL REGISTRO DE SUS EMISORES."

Veamos así que los títulos que se cotizan en bolsa de valores deben ser
depositados en la institución y endosados a ésta en administración, y desde ese
instante desaparece, aunque sea en forma temporal, la característica de la
INCORPORACIÓN, y tomando la de la LEGITIMACIÓN un sentido totalmente
distinto al estudiado anteriormente. Es preciso pues, tener presente que los títulos
valores cotizados en bolsa no participan de los elementos comunes a la
generalidad de los documentos cambiarios.

1.9.1.2.5.- EL ENDOSO EN BLANCO Y EL INCOMPLETO.

30
En principio, el endoso debe llenar todos los requisitos mencionados por el
artículo 29 de la LGTOC. Cuando falta alguno de ellos nos encontramos ante un
endoso incompleto; cuando solo aparece la firma del endosante estaremos en
presencia del endoso en blanco.

En ambos casos cualquier tenedor puede llenar con su nombre o el de un tercero


el endoso o bien, transmitir el título sin llenar el endoso. (art. 32 LGTOC).

Un endoso al portador, al no indicar el nombre del endosatario producirá efectos


de endoso en blanco.

Tratándose de acciones, bonos de fundador, obligaciones, certificados de


depósito, certificados de participación y cheques, el endoso será siempre a favor
de persona determinada; en estos casos, el endoso al portador no surtirá efecto
alguno, salvo en el caso de los cheques al portador.

1.9.1.3.- CANCELACIÓN DE LOS ENDOSOS

Los endosos y las anotaciones de recibo en un título valor que se testen o


cancelen legítimamente, no tienen valor alguno. El propietario de un título valor
puede testar los endosos y recibos POSTERIORES a la adquisición, pero no los
anteriores a ella (art. 41 LGTOC), toda vez que si se cancelaran éstos últimos, se
interrumpiría la cadena de endosos y el tenedor no estaría legitimado, ni para
cobrar el título ni para transmitirlo, habida cuenta que el que paga debe verificar
la continuidad de los endosos (además de la identidad del último tenedor) y si
ésta no existe, el tenedor no puede exigir su pago ni el obligado puede pagar
válidamente (art. 39 LGTOC).

1.9.2.- TRANSMISIÓN POR CESIÓN ORDINARIA

El título valor también puede transmitirse por cesión ordinaria.

"Habrá cesión de derechos cuando el acreedor transfiere a otro los que tenga
contra su deudor." (art. 2029 C.C.)"

"La cesión de un crédito comprende la de todos los derechos accesorios, como la


fianza, hipoteca, prenda o privilegio, salvo que aquellos son inseparables de la
persona del cedente". (art. 2032 C.C.)

La cesión producirá efectos legales con respecto al deudor, desde que le sea
notificada ante dos testigos. El cedente solo responde de la legitimidad del
crédito y de la personalidad con que hizo la cesión (Arts. 390 y 391 C.Co).

1.9.2.1. PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE EL ENDOSO Y LA CESIÓN

Como veremos a continuación, entre el endoso y la cesión de derechos existen


marcadas diferencias que producen diversas consecuencias jurídicas en uno y
otro caso.

CESION DE DERECHOS ENDOSO

1.- La cesión es un acto relativamente mercantil, 1.- es un acto absolutamente mercantil

31
habida cuenta que puede ser civil o comercial
atendiendo a las cirunstancias. Si la cesión se
efectúa sobre un título valor, será mercantil
por el objeto.

2.- Es un contrato 2.- Es una manifestacion unilateral de voluntad.

3.- Puede hacerse en un documento separado del 3.- Debe constar en el título o en hoja adherida a
titulo él.

4.- No se presenta el fenómeno de la autonomía, 4.- Opera plenamente la autonomía de los


y en consecuencia el deudor puede oponer al derechos y obligaciones consignados en el
cesionario las excepciones que podría oponer titulo.
al cedente en el momento en que se hace la
cesión.

5.- Es aplicable a cualquier derecho transmisible. 5.- Solo pueden endosarse los títulos valores.

6.- Para que puedan ejercitarse los derechos 6.- No es necesario informar el deudor sobre las
contra el deudor, es necesario notificarle la transmisiones que se efectúen por endoso.
cesión.

7.- Puede cederse parcialmente un derecho. 7.- El endoso no puede ser parcial (art. 31
LGTOC).

8.- Puede sujetarse a condición. 8.- Debe ser incondicional (art. 31 LGTOC).

9.- Si la cesión es gratuita, el cedente no será 9.- El endosante responde en todo caso de la
responsable para con el cesionario ni de la existencia del crédito y de la solvencia del
existencia de crédito ni de la solvencia del obligado principal de manera que si éste no
deudor. Si fuere onerosa responde sólo de la paga, deberá hacerlo el endosante.
existencia del crédito más no de la solvencia
del deudor.

10. Es un acto consensual, que se perfecciona 10.- Es un acto real que se perfecciona con la
con el consentimiento de las partes. entrega del título al endosatario.

Entendidas las diferencias que distinguen a ambas figuras, nos queda solamente
reiterar que el endoso en propiedad hecho en fecha posterior a la de vencimiento
del título surte efectos de cesión ordinaria (art. 37 LGTOC)

El que justifique que un título nominativo negociable le ha sido transmitido por


medio distinto del endoso, puede exigir que el juez, en vía de jurisdicción
voluntaria, haga constar la transmisión en el documento o en hoja adherida a él.

En tales casos, la firma del juez deberá ser legalizada. (art. 28 LGTOC)

1.9.3.- TRANSMISIÓN POR RECIBO

Los títulos valores pueden transmitirse por recibo de su importe extendido en el


mismo documento o en hoja adherida a él, a favor de algún responsable de los
mismos cuyo nombre debe hacerse constar en el recibo.

La transmisión por recibo produce los efectos de un endoso sin responsabilidad


(art. 40 LGTOC).

El precepto anterior se entiende si consideramos que cuando el tenedor de un


título obtiene el pago de su valor de un obligado que no sea el directamente

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responsable del mismo, puede transmitírselo al que hizo el pago por medio de
recibo en los términos apuntados, produciéndose dos efectos fundamentales:

a) El que paga, al recibir el título, puede hacerlo efectivo contra los signatarios
anteriores; y,

b) El que recibe el pago y transmite el título no queda obligado al firmarlo, a


pagarlo a algún endosatario posterior, en el supuesto de que el título volviera a
circular, pues la transmisión por recibo produce el efecto de endoso sin
responsabilidad.

1.10.- EMISIÓN DE TÍTULOS VALORES EN EL EXTRANJERO.

Problema que frecuentemente se presenta en el comercio internacional, es el


consistente en determinar la validez y alcance en territorio nacional de títulos
suscritos o expedidos en el extranjero, sobre todo al considerar la necesidad de
que llenen las menciones y los requisitos que para los títulos valores establece la
Ley Mexicana (art. 14 LGTOC)

Para resolver la problemática planteada, es necesario distinguir y tener presentes


los siguientes supuestos:

a) El título ha sido redactado en español o en idioma extranjero;

b) El título ha sido otorgado conforme a la ley mexicana o de acuerdo a la ley


extranjera; y,

c) El título es pagadero en México o en el extranjero.

Sabemos que la regla es que las leyes mexicanas rigen a todas las personas que
se encuentren en la República, así como los actos o hechos ocurridos en su
territorio o jurisdicción y aquellos que se sometan a dichas leyes, salvo cuando
éstas prevean la aplicación de un derecho extranjero, y salvo además lo que al
respecto prevean los tratados y convenciones de que México sea parte. (art. 12
C.C.)

Ahora bien, las situaciones jurídicas válidamente creadas en México o en el


extranjero conforme a su derecho, deben ser reconocidas, rigiéndose la forma de
los actos jurídicos por la ley del lugar en que se celebren, pudiendo las partes
sujetarse en cuanto a la forma a la ley mexicana, si el acto ha de surtir algún
efecto en México (art. 13 fr. I y IV C.C.)

Colígese de lo anterior:

1º Que los títulos valores expedidos en el extranjero conforme a la ley extranjera,


deben ser reconocidos como tales;

2º Que los títulos valores expedidos en el extranjero pueden ajustarse a las


normas de las leyes mexicanas si han de surtir efectos en México, como en el
caso de que deban ser pagados en territorio nacional.

Entonces el título valor emitido en el extranjero tendrá tal carácter en México


siempre que su creación se haya ajustado a las leyes de aquel país, para cuya

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determinación el juez podrá allegarse la información necesaria del texto, vigencia,
sentido y alcance de dicho derecho, que se aplicará en lo sustantivo salvo
excepciones derivadas del derecho internacional o cuando artificiosamente se
pretendan evadir principios fundamentales del derecho mexicano y cuando las
disposiciones del derecho extranjero sean contrarias a principios o instituciones
fundamentales del orden público mexicano. (arts. 14 y 15 C.C.)

Tales criterios generales son confirmados expresamente por los artículos 252 al
254 de la LGTOC, cuyo tenor literal es el siguiente:

252.- LA CAPACIDAD PARA EMITIR EN EL EXTRANJERO TÍTULOS DE


CRÉDITO O PARA CELEBRAR CUALQUIERA DE LOS ACTOS QUE EN ELLOS
SE CONSIGNEN, SERA DETERMINADA CONFORME A LA LEY DEL PAÍS EN
QUE SE EMITA EL TITULO O SE CELEBRE EL ACTO.

LA LEY MEXICANA REGIRÁ LA CAPACIDAD DE LOS EXTRANJEROS PARA


EMITIR TÍTULOS O PARA CELEBRAR CUALQUIERA DE LOS ACTOS QUE EN
ELLOS SE CONSIGNEN, DENTRO DEL TERRITORIO DE LA REPÚBLICA.

253.- LAS CONDICIONES ESENCIALES PARA LA VALIDEZ DE UN TITULO DE


CRÉDITO EMITIDO EN EL EXTRANJERO Y DE LOS ACTOS CONSIGNADOS EN
EL, SE DETERMINAN POR LA LEY DEL LUGAR EN QUE EL TITULO SE EMITE O
EL ACTO SE CELEBRA.

SIN EMBARGO, LOS TÍTULOS QUE DEBAN PAGARSE EN MÉXICO, SON


VALIDOS SI LLENAN LOS REQUISITOS PRESCRITOS POR LA LEY MEXICANA,
AUN CUANDO SEAN IRREGULARES CONFORME A LA LEY DEL LUGAR EN
QUE SE EMITIERON O SE CONSIGNÓ EN ELLOS ALGÚN ACTO.

254.- SINO SE HA PACTADO DE MODO EXPRESO QUE EL ACTO SE RIJA


POR LA LEY MEXICANA, LAS OBLIGACIONES Y LOS DERECHOS QUE SE
DERIVEN DE LA EMISIÓN DE UN TÍTULO EN EL EXTRANJERO O DE UN ACTO
CONSIGNADO EN ÉL, SI EL TÍTULO DEBE SER PAGADO TOTAL O
PARCIALMENTE EN LA REPÚBLICA, SE REGIRÁ POR LA LEY DEL LUGAR DEL
OTORGAMIENTO SIEMPRE QUE NO SEA CONTRARIA A LAS LEYES
MEXICANAS DE ORDEN PUBLICO.

Ahora bien, el derecho extranjero está sujeto a que lo prueben las partes, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 1197 del Código de Comercio, el cual
no señala la forma idónea para tal efecto, por lo que, atendiendo a lo establecido
por el artículo 86 bis del Código Federal de Procedimientos Civiles, que podemos
utilizar como parámetro que nos permita obtener la conclusión buscada, podemos
afirmar que el derecho extranjero en éstos casos puede acreditarse mediante los
informes oficiales que sobre el particular rinda el Servicio Exterior Mexicano, el
que hará constar que el documento de que se trate fué emitido conforme a la ley
extranjera correspondiente, y que en el país donde se celebró el acto, dicho
documento tiene el carácter de título valor.

No obstante, los títulos emitidos en el extranjero que deben pagarse en México


son válidos a pesar de que no llenen los requisitos de la ley extranjera, siempre y
cuando satisfagan los establecidos por la ley mexicana al efecto.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en diversas ejecutorias ha sostenido


que el que funda su derecho en leyes extranjeras debe probar la existencia de

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éstas y que son aplicables al caso. La comprobación de la existencia de la ley
extranjera debe hacerse no necesariamente mediante la exhibición del Código o
del ejemplar que la contenga, pues basta que se compruebe de un modo
auténtico el texto de la ley en que se apoya el derecho controvertido, siendo
incuestionable que tal comprobación se logra con el informe que sobre el
particular rinda la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Finalmente, si el título está redactado en idioma extranjero, a la demanda que se


entable para hacerlo efectivo, deberá acompañarse la traducción respectiva,
además de la información del Servicio Exterior Mexicano, antes mencionada.

1.11. CUESTIONARIO Y ACTIVIDADES.

1. Cual es la importancia actual de los títulos valores?


2. Como suele definirse al título valor?
3. Explique la teoría de la desmaterialización de los títulos valores.
4. Cual es el régimen legal aplicable a los títulos valores?
5. Explique en que consiste la polémica doctrinal respecto a la denominación de
los títulos valores.
6. Enumere las características de los títulos valores.
7. Explique en que consiste la incorporación, y las razones por las que ésta
característica no es necesariamente constante en los títulos valores.
8. Explique en que consiste la característica de la legitimación, tanto activa como
pasiva en los títulos valores, precisando como se obtiene en caso de títulos
nominativos, a la orden y al portador.
9. Explique en que consiste la autonomía de los títulos valores.
10. Explique en que consiste la literalidad de los títulos valores.
11. Explique en que consiste el problema de los títulos incompletos y como se
resuelve de acuerdo con la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.
12. Explique en que consisten los elementos esenciales de los títulos valores.
Anote un ejemplo.
13. Explique en que consisten los elementos naturales de los títulos valores.
Anote un ejemplo.
14. Explique en que consisten los elementos accidentales de los títulos valores,
anotando un ejemplo.
15. Quienes pueden satisfacer las omisiones de las menciones o requisitos que el
título valor necesita para su eficacia, y hasta que momento es dable hacerlo?
16. Que clase de menciones o requisitos son susceptibles de ser llenados a
posteriori en el título valor?
17. Cual es la solución que ha dado la Suprema Corte de Justicia en torno a éste
tema?
18. Que crítica se le puede hacer a la jurisprudencia que la Suprema Corte de
Justicia ha dictado sobre el particular?
19. Quienes tienen capacidad para suscribir títulos valores?
20. Quienes carecen de capacidad de ejercicio en el Derecho Mexicano?
21. Cómo se confiere la facultad de otorgar títulos valores en nombre de otro?
Cual es el fundamento legal?
22. Cuales son las consecuencias de que una persona otorgue un título a nombre
de otro sin tener poder para ello?
23. Que consecuencias se producen si el representado aparente consiente el acto
realizado irregularmente?
24. En cuanto a las sociedades mercantiles, quienes tienen facultad para otorgar
títulos valores, de acuerdo con la Ley?
25. Enumere los títulos de crédito que reglamenta la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito.

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26. Indique tres títulos que no se encuentren regulados por dicha legislación.
27. Explique que son los títulos nominados y los llamados innominados.
28. Explique las razones por las que se estima que en México no existen los
títulos innominados.
29. Cuales son los títulos principales y accesorios? Ejemplifique.
30. Cuales son los títulos causales y los abstractos? Ejemplifique.
31. Cuales son los títulos de crédito, personales y los representativos?
Ejemplifique.
32. Cuales son los títulos singulares y cuales los seriales o expedidos en masa?
Ejemplifique.
33. Distinga entre los títulos de inversión y los de especulación.
34. Distinga entre los títulos públicos y los privados.
35. Explique que son y como se transmiten los títulos nominativos. Ejemplifique.
36. Explique que son y como se transmiten los títulos a la orden. Ejemplifique.
37. Explique que son y como se transmiten los títulos al portador. Ejemplifique.
38. Explique que es un título “no a la orden” o “no negociable”.
39. Enumere las formas en que los títulos valores pueden transmitirse.
40. Explique que es el endoso y cuales son los requisitos que exige la ley.
41. De tales requisitos, indique cuales son esenciales y cuales naturales.
42. Enumere las clases de endosos previstas por las leyes.
43. Explique que es un endoso en propiedad. Elabore un formato.
44. Explique que es un endoso en garantía. Elabore un formato.
45. Explique que es un endoso en procuración. Elabore un formato.
46. Explique que es y cual ley regula el endoso en administración, así como su
utilidad.
47. Explique que es un endoso en blanco o incompleto.
48. Explique la forma en que pueden cancelarse los endosos plasmados en un
título valor.
49. Explique que es la cesión ordinaria de títulos endosables, y cuales son las
formalidades que deben cumplirse para que sea valida y surta efectos.
50. Enumere las diferencias que encuentre entre el endoso y la cesión de
derechos.
51. Explique que es y como se formaliza la transmisión por recibo de un título
valor.
52. Explique cuales son los requisitos para la eficacia en México de un título valor
expedido en el extranjero, analizando las diversas hipótesis que pueden
presentarse (idioma, ley conforme a la cual se elaboró y lugar de pago)
53. Explique como se hace valer ante los tribunales, la acción de cobro de un
título valor emitido en el extranjero, en idioma extranjero y pagadero en
México.

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