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CAPITULO XXIII

SERVICIOS BANCARIOS
EL FIDEICOMISO
LAS CAJAS DE SEGURIDAD

23.1.- GENERALIDADES

Cuando analizamos con antelación las operaciones bancarias, las clasificamos


en activas, pasivas y neutras o de servicios. Dentro de esta última categoría
ubicamos a una serie de actos y contratos que realizan las instituciones de
crédito y que vienen a complementar las actividades que desarrollan en
ejercicio de su giro específico.

Los servicios bancarios no modifican por si mismos las cuentas de activos o


pasivos de la institución, puesto que con su prestación el banco no se
constituye en deudor ni en acreedor de quien recibe el servicio
correspondiente.

Entre estas operaciones neutras o de servicios, también llamadas


complementarias, se encuentran el fideicomiso, las actividades de
representación tales como el mandato, el albaceazgo y la sindicatura, así como
las de prestación de servicios, tales como los contables, corporativos o la
intermediación en pagos, y el de cajas de seguridad entre otros (Art. 46 LIC).

23.2.- EL FIDEICOMISO: ANTECEDENTES.

La palabra “fideicomiso”, deriva de la voz FIDEICOMMISSUM, que proviene del


latín “fides” que significa confianza, y “commissus”, comisión o encargo.

En la antigua Roma el fideicomiso se empleaba para que el testador


transmitiera sus bienes después de su muerte, a personas incapaces
legalmente para heredar, de manera que el testador (fideicomitente) dirigía una
suplica a una persona capaz de recibir la herencia (fiduciario) para que al
fallecer aquel, este adquiriera los bienes materia de la sucesión y los
transmitieran a quien el propio testador había designado y que era incapaz de
recibir el legado, como los célibes (libres de matrimonio) o los orbi (ciertos
extranjeros).

También existió en Roma una figura jurídica denominada PACTUM FIDUCIAE,


como forma para garantizar el pago de una deuda, y según el cual, “el deudor
transmitía la propiedad de un objeto como garantía del acreedor, con pacto de
restituirla llegado el caso convenido, como por ejemplo, la devolución de lo
recibido en préstamo. Si el deudor no pagaba la deuda a su debido tiempo, el
acreedor tenia el derecho, implícito en el pago, de retener la cosa para si o de
venderla”. iEste tipo de NEGOCIOS FIDUCIARIOS sigue usándose en la
actualidad, en forma ilícita, particularmente por quienes practican la usura.

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El pactum fiduciae fue evolucionando hasta llegar al TRUST ingles, que es una
institución jurídica que se traduce en una relación fiduciaria en virtud de la cual
“aquel que tiene sobre determinados bienes o derechos la propiedad FORMAL
o la TITULARIDAD esta obligado, por efecto de la propiedad SUSTANCIAL O
ECONÓMICA, que no recae en el, a custodiarlos o administrarlos o ambas
cosas, y de todos modos a servirse en provecho de uno o varios beneficiarios,
entre los cuales pueden estar incluso comprendido, o de un fin”.

Así, en el trust anglosajón, que también constituye un antecedente del


fideicomiso mexicano, encontramos dos clases de propiedades:

1. La propiedad formal, exterior o fiduciaria, que corresponde al fiduciario


(trustee); y

2. La propiedad sustancial o económica, que corresponde al verdadero titular


del bien.

Comparando esta figura con el fideicomiso encontramos que en este, al igual


que en el trust, la propiedad se desdobla en una formal, fiduciaria, que
corresponde a la institución fiduciaria, la cual solo es titular de dicho derecho
real para cumplir con los fines del fideicomiso, por lo que a pesar de ser
formalmente la dueña del bien fideicomitido, no posee el dominio pleno del
mismo, y su actividad en relación con el, se constriñe necesariamente a cumplir
con los fines para los que fue constituido el fideicomiso; y por ser solo la titular
de la propiedad fiduciaria, el bien de que se trata no forma parte del activo de la
institución.

23.3. DEFINICIÓN Y NATURALEZA

El fideicomiso puede definirse como el contrato en virtud del cual el


fideicomitente transmite la propiedad o titularidad de uno o mas bienes o
derechos, según sea el caso, para la realización de un fin licito determinado,
encomendando la realización de este fin a una institución fiduciaria (Cfr. Art.
381 LTOC).

Al interpretar el precepto del que hemos derivado la anterior definición, la


Suprema Corte de Justicia de la Nación ha dejado claramente establecido el
efecto TRASLATIVO DE LA PROPIEDAD FORMAL de los bienes fideicomitidos
a favor de la institución fiduciaria, con la limitación de que ese derecho
dominical solo puede ser ejercido para realizar o cumplir los fines del
fideicomiso, circunstancia que impone importantes modificaciones al concepto
tradicional e la propiedad.

Luego, el fideicomiso es un contrato traslativo de dominio de los bienes


correspondientes, en el que la institución fiduciaria aparece como dueña de los
mismos, pero que carece de los derechos inherentes a la propiedad (uso,
disfrute y disposición), pues ha de emplearlos para el fin propio del fideicomiso
y en beneficio del fideicomisario. A este respecto se ha querido asimilar el
fideicomiso al mandato, tesis que resulta desafortunada porque este ultimo

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contrato no es capaz de transmitir el dominio de los bienes que constituyen su
objeto.

En tales condiciones, se ha dicho que por el fideicomiso se constituye un


PATRIMONIO AUTÓNOMO (Art. 82 LIC.) distinto del patrimonio del
fideicomitente, del fiduciario y del fideicomisario, situación que resulta, según el
Dr. Cervantes Ahumada (Títulos. Pág. 289) (1), de una DECLARACIÓN
UNILATERAL DE LA VOLUNTAD del fideicomitente, o, según otros, de un
CONTRATO que celebra este o sus sucesores con la fiduciaria. Por su parte, la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, no ha adoptado un criterio definido al
respecto, y por el contrario, parece que adopta todas estas teorías, según se
desprende de la lectura de la siguiente ejecutoria:

“FIDEICOMISO. NATURALEZA DEL.- El fideicomiso es un negocio jurídico por


medio del cual el fideicomitente constituye un patrimonio autónomo, diverso de
los patrimonios propios de las partes que intervienen en el contrato respectivo,
cuya titularidad se concede a la institución fiduciaria para la realización de un
fin determinado.”

(Pleno. Séptima Época Vol. 205-216. Primera Parte. Pág. 52)


(Pleno. Informe 1986. Primera Parte. Tesis 32. Pág. 675).

Trátese de una manifestación unilateral de la voluntad, de un contrato (a


nuestro juicio lo correcto) o de diverso negocio jurídico, lo cierto es que el
patrimonio fideicomitido goza de autonomía, y por ello la institución fiduciaria
debe mantener separado cada patrimonio fideicomitido y llevar contabilidad
especial por cada uno de ellos (Art. 79 LIC), Por la misma razón el personal
que las instituciones de crédito utilicen directa o exclusivamente para la
realización de fideicomisos, no formara parte del personal de la institución, sino
que, según los casos se considerara al servicio del patrimonio dado en
fideicomiso. Sin embargo, cualquier derecho que asista a esas personas
conforme a la ley, los ejercitaran contra la institución de crédito, la que, en su
caso, para cumplir con las resoluciones que dicte la autoridad competente,
afectara los bienes fideicomitidos en la medida que sea necesaria (art. 82 LIC).

Sobre éste particular, hay que advertir que las reformas introducidas en la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito, publicadas en el D.O.F. del 23 de
mayo del 2000 y el 13 de junio de 2003, dan al fideicomiso el tratamiento de un
contrato, como se desprende de la lectura de los artículos 382, 403, 404 y 407.

23.4. CLASIFICACIÓN

El fideicomiso puede ser objeto de variadas clasificaciones. Veamos algunas de


las más importantes:

1. PUBLICO Y PRIVADO.- Es publico el constituido por el gobierno federal o


alguna entidad federativa o municipio; privado el constituido por personas de
derecho privado, por particulares.

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2. PARTICULAR Y UNIVERSAL. Es particular el que se integra con algunos de
los bienes del fideicomitente; universal el que comprende todo su patrimonio.

3. REVOCABLE E IRREVOCABLE. Es revocable cuanto el fideicomitente


tiene la facultad de revocar unilateralmente el fideicomiso cuando le parezca
conforme al contrato; y es irrevocable cuando el fideicomitente no puede
revocarlo sin contar con el consentimiento del fideicomisario.

23.5. ELEMENTOS

23.5.1. PERSONALES

En el fideicomiso intervienen dos sujetos necesarios y uno accidental, a saber:

A. EL FIDEICOMITENTE

Es la persona física o moral que destina ciertos bienes de su propiedad a la


realización de un fin licito y determinado, encomendando su realización a una
institución fiduciaria.

Solo pueden ser fideicomitentes las personas que tengan la capacidad para
afectar los bienes de que se trate en fideicomiso (facultad de dominio), y las
autoridades judiciales o administrativas competentes, cuando se trate de
bienes cuya guarda, administración, liquidación, reparto o enajenación
corresponda a dichas autoridades o a las personas que estas designen (art.
384 LTOC).

B. EL FIDUCIARIO.

Es la institución a quien el fideicomitente transmite la propiedad formal de


ciertos bienes para afectarlos a los fines que se señalen en el contrato, y a
quien se le encomienda su realización. En un mismo fideicomiso puede haber
varias instituciones fiduciarias para que conjunta o sucesivamente lo
desempeñen en los términos indicados en el contrato. En el supuesto de que al
constituirse el fideicomiso no se designe nominalmente a la institución
fiduciaria. se tendrá por designada la que elija el fideicomisario o, en su
defecto, el juez de primera instancia del lugar en que estuvieren ubicados los
bienes, de entre las instituciones expresamente autorizadas conforme a la ley,
pero en todos los casos deberá constar la aceptación de la fiduciaria (v. art. 382
LTOC).

Ahora bien, cuando la institución fiduciaria por renuncia o remoción cese en el


desempeño de su cargo, deberá nombrarse otra para que la sustituya, y si no
fuere posible esa sustitución, cesara el fideicomiso (art. 385 LTOC).

La institución obra en todo lo relativo al fideicomiso por medio de un funcionario


específicamente designado al efecto, quien recibe la denominación de
delegado fiduciario (art. 80 LIC).

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Hasta hace muy pocos años, solo las Instituciones de Crédito podían asumir el
carácter de fiduciarias, de acuerdo a lo establecido por el artículo 385 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito.

No obstante, merced a diversas reformas legales, actualmente pueden tener


aquella calidad, además de los bancos, las afianzadoras, las aseguradoras, las
casas de bolsa, los almacenes generales de depósito, sociedades financieras
de objeto limitado y el Banco de México, siempre y cuando los fideicomisos en
que intervengan con tal investidura, tengan relación directa con su objeto.

Al respecto la fracción XV del artículo 16 de la Ley Federal de Instituciones de


fianzas establece que éstas podrán “actuar como institución fiduciaria sólo en el
caso de fideicomisos de garantía“, aún cuando no tengan relación con su
objeto.

Por su parte, el artículo 34 fracción IV de la Ley General de Instituciones y


Sociedades Mutualistas de Seguros, prevé que las mismas están facultadas
para “actuar como institución fiduciaria en el caso de fideicomisos en
administración en que se afecten recursos relacionados con el pago de primas
por los contratos de seguros que se celebren…”

Así mismo, el artículo 22 fracción IV inciso d) de la Ley del Mercado de Valores,


faculta a las Casas de Bolsa para “actuar como fiduciarias en negocios
directamente vinculados con las actividades que les sean propias…”

De igual forma, el artículo 395 de la Ley General de Títulos y Operaciones de


Crédito, establece que podrán actuar como fiduciarias de los fideicomisos en
garantía previstos expresamente por dicho ordenamiento, las instituciones de
crédito, de seguros, de fianzas, sociedades financieras de objeto limitado y los
almacenes generales de depósito. Tales instituciones podrán reunir la calidad
de fiduciarias y fideicomisarias, tratándose de fideicomisos cuyo fin sea
garantizar obligaciones a su favor, cualquiera que sea la actividad a que se
dedique el fideicomitente o el fideicomisario.

También el Banco de México puede actuar como fiduciario, cuando por Ley se
le asigne esa encomienda, o bien, tratándose de fideicomisos cuyos fines
coadyuven al desempeño de sus funciones o de los que el propio Banco
constituya para cumplir obligaciones laborales a su cargo, según previene la
fracción XI del artículo 7º de la Ley del Banco de México.

C. EL FIDEICOMISARIO

Es la persona física o moral que recibe los beneficios del fideicomiso.


Solo pueden ser fideicomisarios las personas que tengan capacidad jurídica
para recibir el provecho que el fideicomiso implica (art. 383 LTOC). Puede ser
el propio fideicomitente, un tercero, pero nunca el fiduciario, salvo en los
fideicomisos en que, al constituirse, se transmita la propiedad de los bienes
fideicomitidos y que tengan por fin servir como instrumento de pago de
obligaciones incumplidas, en el caso de créditos otorgados por la propia
institución, caso en el cual las partes deberán designar de común acuerdo a

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una institución fiduciaria sustituta para el supuesto de que entre ellas surgiere
un conflicto de intereses. Al tratarse esta hipótesis de una especie de
fideicomiso en garantía, debemos recordar que las partes pueden convenir
desde la celebración del contrato, la forma en que la fiduciaria procederá a la
enajenación extrajudicial de los bienes fideicomitidos, en términos del artículo
403 de la LTOC. A falta de procedimiento convenido en forma expresa por las
partes en el acto constitutivo para la venta de los bienes dados en garantía,
deberá seguirse el previsto por el artículo 1414 bis y siguientes del Código de
Comercio para los otorgados en prenda, con la finalidad de que se respete la
garantía de audiencia constitucional (Art. 83 LIC). En general, y de acuerdo a
las reformas sufridas por la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito el
23 de mayo del 2000 y 13 de junio de 2003, la fiduciaria puede fungir como
fideicomisaria en los fideicomisos en garantía constituidos en su favor, con
independencia de la actividad a que se dedique el fideicomitente (art. 395 y 396
LTOC).

En el contrato de fideicomiso pueden establecerse varios fideicomisarios para


que simultánea o sucesivamente reciban los provechos del fideicomiso, con
excepción del caso previsto por la fracción II del artículo 394 LTOC.

Cuando sean dos o más fideicomisarios y deba consultarse su voluntad, en


cuanto no esté previsto en el fideicomiso, las decisiones se tomarán por
mayoría de votos computados por representaciones y no por personas. En
caso de empate, decidirá el juez de primera instancia del lugar del domicilio del
fiduciario (art. 383)

La figura del fideicomisario no es indispensable para la existencia y validez del


contrato, ya que el beneficiario puede llegar a existir con posterioridad, o
incluso nunca existir, como en el caso del fideicomiso que se constituye para
alimentar perros callejeros, quien carece de personalidad jurídica para que
pudieran ser considerados fideicomisarios (art. 382 LTOC).

23.5.2. REALES. EL OBJETO DEL FIDEICOMISO.

Pueden ser objeto del fideicomiso toda clase de bienes y derechos, salvo
aquellos que, conforme a la ley, sean estrictamente personales de su titular.
Naturalmente que los bienes de que tratamos, para que pueden fideicomitirse,
deben satisfacer los requisitos que se exigen para los contratos en general, a
recordar: existir o poder llegar a existir en la naturaleza, ser determinada o
determinable y estar en el comercio. Por lo que toca al fin que se persigue con
el fideicomiso, debe ser licito (acorde con las buenas costumbres y las leyes de
orden publico) y determinado.

Los bienes que se den en fideicomiso se consideraran afectados al fin a que se


destinan y en consecuencia solo podrán ejercitarse respecto a ellos los
derechos y acciones que al mencionado fin se refieran, salvo los que
expresamente se reserve el fideicomitente, los que para el deriven del
fideicomiso mismo o los adquiridos legalmente respecto de tales bienes con
anterioridad a la constitución del fideicomiso por el fideicomisario o por
terceros por el fideicomisario o por terceros (art. 386 LTOC).

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23.5.3. FORMALES

El fideicomiso puede constituirse por acto entre vivos o por testamento, pero
siempre deberá constar por escrito y ajustarse los términos de la legislación
común sobre transmisión de los derechos o de la propiedad de las cosas que
se den en fideicomisos (art. 387 LTOC).

El fideicomiso cuyo objeto lo constituyan bienes inmuebles, deberá inscribirse


en la sección de la propiedad del Registro Publico de lugar en que los bienes
estén ubicados, y surtirá efectos frente a terceros desde la fecha de la
inscripción.

El fideicomiso cuyo objeto recaiga en bienes muebles, surtirá efectos contra


terceros desde la fecha en que se cumplan los requisitos siguientes:

a) Si se tratare de un crédito no negociable o de un derecho personal, desde


que el fideicomiso fuere notificado al deudor.

b) Si se tratare de un titulo nominativo, desde que este se endose a la


institución fiduciaria y se haga constar en los registros del emisor, en su
caso;

c) Si se tratare de cosa corpórea o títulos al portador, desde que estén en


poder de la institución fiduciaria.

La inobservancia de la forma prescrita da lugar a la nulidad del contrato.

Para el fideicomiso en garantía, la ley establece reglas especiales que se


analizan al examinar esa figura jurídica en forma específica.

23.6. DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LAS PARTES

23.6.1. DEL FIDEICOMITENTE

El fideicomitente tiene, entre otros, los siguientes derechos y obligaciones:

* a designar fideicomisarios

* a designar a la institución fiduciaria

* a determinar los fines del fideicomiso

* a reservarse el derecho de ejercitar ciertas acciones que normalmente


corresponderían al fideicomisario

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* a crear y organizar un órgano de administración del fideicomiso, denominado
“Comité Técnico”.

23.6.2. DEL FIDUCIARIO.

* La institución fiduciaria tendrá todos los derechos y acciones que se requieran


para el cumplimiento del fideicomiso, salvo limitaciones que se establezcan al
efecto

* estará obligada a cumplir con el fideicomiso conforme al acto constitutivo

* debe obrar siempre, respecto al cuidado del patrimonio fideicomitido, como


buen padre de familia

* tiene derecho a negarse a celebrar el contrato de fideicomiso, pero una vez


aceptado no podrá excusarse o renuncia a su encargo sino por causas
graves

* tiene prohibido tener el carácter de fideicomisario, salvo el caso del


fideicomiso en garantía regulado por la Ley General de Títulos y Operaciones
de Crédito.

* debe llevar contabilidad especial para cada fideicomiso

* debe desempeñar su cometido y ejercer sus facultades por medio de sus


delegados fiduciarios

* debe responder civilmente por los daños y perjuicios que se causen por falta
de cumplimiento de las condiciones y términos señalados en el fideicomiso o
la ley

* cuando la institución obre ajustándose a las instrucciones que le gire el comité


técnico, quedara libre de responsabilidad respecto a ellas

* tiene el deber de rendir cuentas de su gestión cuando sea requerida para ello
por el fideicomisario o por quien se designe el contrato de fideicomiso (art.
391 LTOC, 79, 80, 84 LIC).

* tiene derecho a cobrar los honorarios que se acuerden en el contrato.

23.6.3. DEL FIDEICOMISARIO

El fideicomisario, titular de los provechos del fideicomiso, posee básicamente


los siguientes derechos y obligaciones:

* recibir, naturalmente, los beneficios del fideicomiso

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* designar a la fiduciaria cuando no se le hubiere nombrado en el acto
constitutivo

* exigir rendición de cuentas a la fiduciaria

* exigir a la fiduciaria el cumplimiento del fideicomiso

* tiene derecho a atacar la validez de los actos de la fiduciaria cometidos en su


perjuicio, de mala fe o en exceso de facultades

* tiene derecho a reivindicar los bienes que indebidamente hayan salido del
patrimonio del fideicomiso

* a extinguir el fideicomiso de acuerdo con el fideicomitente y el fiduciario.

23.7. EL COMITE TÉCNICO

Señala el artículo 80 de la LIC. que “en el acto constitutivo del fideicomiso, se


podrá prever la constitución de un comité técnico, dar las reglas para su
funcionamiento y fijar sus facultades. Cuando la institución de crédito obre
ajustándose a los dictámenes o acuerdos del comité, estará libre de toda
responsabilidad.”

El comité técnico es un órgano colegiado de naturaleza esencialmente


administrativa de los recursos fideicomitidos, y suele designarse en los
fideicomisos privados muy cuantiosos, así como en casi todos los fideicomisos
constituidos por el Estado. Es, por así decirlo, el comité técnico al fideicomiso,
lo que el consejo de administración a la sociedad anónima, y las reglas para su
funcionamiento, competencia, sesiones, convocatorias, designación de sus
miembros y demás circunstancias, deberán expresarse en el acto constitutivo
del fideicomiso, ya que la ley no establece normatividad al efecto.

En síntesis puede afirmarse que el comité técnico es el órgano administrativo


del fideicomiso que toma las decisiones que conforme al contrato le
corresponden, girando instrucciones a la institución fiduciaria para que las
ejecute.

También suele designarse, sobre todo en los fideicomisos públicos, un director,


que equivaldría al gerente de una sociedad mercantil, y que seria un órgano
administrativo permanente de enlace entre el comité y la fiduciaria y, en su
caso, el fideicomitente y los fideicomisarios. Este órgano de administración de
los fideicomisos, frecuentemente hace las veces de “delegado” del comité
proveyendo y vigilando el cumplimiento oportuno de sus acuerdos y
determinaciones.

Naturalmente, cuando no existen estos órganos en el fideicomiso, las


decisiones de administración las toma la fiduciaria de acuerdo a lo previsto en
el contrato.

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23.8. CONTABILIDAD DEL FIDEICOMISO

Establece el artículo 79 de la LIC que en las operaciones de fideicomiso,


mandato, comisión, administración o custodia, las instituciones abrirán
contabilidades especiales por cada contrato, debiendo registrar en las mismas
y en su propia contabilidad el dinero y demás bienes, valores o derechos que
se les confíen, así como los incrementos y disminuciones, por los productos o
gastos respectivos y que, en ningún caso éstos bienes estarán afectos a otras
responsabilidades que las derivadas del fideicomiso mismo, mandato comisión
o custodia, o las que contra ellos correspondan a terceros conforme a la ley.

23.9. PERSONAL DEL FIDEICOMISO

De igual forma, el personal que las instituciones de crédito utilicen directa o


exclusivamente para la realización de fideicomisos, no formará parte del
personal de la institución, sino que, según los casos se considerará al servicio
del patrimonio fideicomitido. Sin embargo, cualquier derecho que asista a
éstas personas conforme a la ley, los ejercitarán contra la institución de crédito,
la que, en su caso, para cumplir con las resoluciones que la autoridad
competente dicte, afectará, en la medida que sea necesaria, los bienes materia
del fideicomiso (art. 82 LIC).

Ahora bien, ésta disposición no debe entenderse en el sentido de que los


empleados de la oficina o departamento fiduciario del banco lo sean de los
fideicomisos que ahí se ejecutan, pues en tal caso sí son servidores de la
institución crediticia de que se trate, dado que, a lo que se refiere el precepto,
es a los empleados que se contraten para el servicio exclusivo de algún
fideicomiso en particular, en cuyo caso el patrimonio de éste responderá por las
obligaciones laborales, de seguridad social u otras que resulten a favor de tales
personas.

23.10. DURACIÓN DEL FIDEICOMISO

El plazo máximo de duración de un fideicomiso es de 50 años (art. 394 LTOC),


pudiendo sin embargo tener mayor vigencia en los siguientes casos:

a) cuando el fideicomisario sea una persona de derecho publico, como el


Estado, un municipio. etc.;

b) cuando el fideicomisario sea una institución de beneficencia;

c) cuando el fin del fideicomiso sea el mantenimiento de museos de carácter


científico o artístico que no tengan fines de lucro;

d) cuando el fideicomisario sea una persona física;

e) cuando el fideicomitente sea el gobierno federal (art. 85 LIC.); y,

f) hasta 50 años prorrogables, cuando previo permiso de la Secretaria de


Relaciones Exteriores, las Instituciones de Crédito adquieran como

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fiduciarias, derechos sobre bienes inmuebles ubicados dentro de la zona
restringida (100 kilómetros a lo largo de las fronteras y 50 a lo largo de las
costas), cuando el objeto del fideicomiso sea permitir la utilización y el
aprovechamiento de tales bienes sin constituir derechos reales sobre ellos, y
los fideicomisarios sean sociedades mexicanas sin cláusula de exclusión de
extranjeros o personas físicas o morales extranjeras (arts. 11 y 13 de la Ley
de inversión Extranjera).

23.11. FIDEICOMISOS PROHIBIDOS

La ley prohíbe:

a) Los fideicomisos secretos, esto es, los negocios fiduciarios que realizaremos
mas adelante;

b) los fideicomisos en los cuales el beneficio de conceda a diversas personas


sucesivamente que deban sustituirse por muerte de la anterior, cuando tales
fideicomisarios no estén vivos o concebidos al fallecer el fideicomitente;

c) los fideicomisos de duración mayor de cincuenta años, con las salvedades


ya estudiadas (art. 394 LTOC)

23.12. EXTINCIÓN DEL FIDEICOMISO

Enseña el articulo 392 de la ley de la materia, que el fideicomiso se extingue en


los siguientes casos:

a) Por la realización del fin para el cual fue constituido;

b) por hacerse este de imposible realización;

c) por hacerse imposible el cumplimiento de la condición suspensiva de que


dependa o no haberse verificado dentro del termino señalado al constituirse
el fideicomiso, o en su defecto, dentro del plazo de 20 años siguientes a su
constitución;

d) por haberse cumplido la condición resolutoria que haya quedado sujeto;

e) por convenio expreso entre el fideicomitente, fiduciario y fideicomisario;

f) por revocación hecha por el fideicomitente cuando sea haya reservado


expresamente ese derecho al constituir el fideicomiso;

g) cuando cese la fiduciaria en sus funciones y no haya quien la sustituya;

También se extingue el fideicomiso por la declaración de nulidad del contrato o


del acto constitutivo. En términos generales, el fideicomiso adolece de nulidad
en los siguientes casos:

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a) por falta de forma del acto constitutivo o del contrato;

b) por constituirse en favor del fiduciario, salvo en los casos autorizados por la
ley, particularmente tratándose del fideicomiso en garantía.

c) por constituirse en fraude de terceros

23.12.1. RENDICION DE CUENTAS.

La institución fiduciaria tiene la obligación de rendir cuentas de su gestión:

 en la forma convenida;
 al ser requerida, dentro de los quince días hábiles siguientes a la fecha del
requerimiento;
 cuando sea declarada judicialmente, culpable de las pérdidas o
menoscabos que sufran los bienes dados en fideicomiso, o responsable
de esas pérdidas o menoscabo por negligencia grave, casos en que
además procederá su remoción.

Las acciones para pedir cuentas, para exigir la responsabilidad de las


instituciones de crédito y para pedir la remoción, corresponden al
fideicomisario, y a falta de éste, al ministerio público, sin perjuicio de que el
fideicomitente se haya reservado, en el contrato, el derecho para ejercitar esa
acción (art. 84 LIC).

23.13. FIDEICOMISOS ESPECIALES.

23.13.1. EL FIDEICOMISO PÚBLICO, BREVES REFLEXIONES.

El fideicomiso público amerita un comentario especial, dada la peculiar


normatividad que lo rige en cuanto a su naturaleza jurídica.

Hasta aquí hemos dejado establecido que el fideicomiso es un negocio jurídico,


un contrato, mas no una persona. Pero la regulación legal de los fideicomisos
constituidos por el gobierno federal nos inclinan a pensar que estos si poseen
personalidad, que son verdaderos centros de imputación de deberes y
derechos, circunstancia que implicaría para ellos un tratamiento totalmente
distinto al de los fideicomisos privados, dada la personalidad moral que parece
atribuirles la ley.

En efecto, el articulo 3 fracción III de la Ley Orgánica de la Administración


Publica federal, señala como entidades paraestatales a los fideicomisos
públicos, al lado de los organismos descentralizados y de las empresas de
participación estatal, y los define en su articulo 47 como aquellos que el
gobierno federal o alguna de las demás entidades paraestatales constituyen,
con el propósito de auxiliar al ejecutivo federal en las atribuciones del estado
para impulsar áreas prioritarias de desarrollo, que cuentan con una estructura
orgánica análoga a las otras entidades y que tengan comités técnicos, siendo,

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en la administración centralizada, la SHCF quien tiene el carácter de
fideicomitente único.

Por su parte la Ley Federal de Entidades Paraestatales reitera (art. 40) las
normas anteriores y agrega que tanto los comités técnicos como los directores
generales de los fideicomisos públicos se ajustaran en cuanto a su integración,
facultades y funcionamiento, a las disposiciones de las demás entidades
paraestatales. Luego, el articulo 59 precisa amplias facultades de
administración y representación de las entidades, entre ellas los fideicomisos.

De lo anterior podemos arribar a algunas conclusiones:

a) los fideicomisos públicos son entidades, lo que revela su existencia propia,


independiente;

b) esa entidad posee órganos de representación, circunstancia que solo se


explica en función de la existencia de un representado, lo que únicamente es
posible entre personas, ya que no puede hablarse de representación de
cosas o desmembramientos de la personalidad (patrimonio);

c) solo las personas morales requieren de órganos que exterioricen su


voluntad, y siendo los comités técnicos y los directores de los fideicomisos
públicos, verdaderos órganos de representación, es dable colegir que sus
representados poseen una voluntad que requiere externarse por medio de
tales órganos.

d) Pueden ser creados por ley o decreto, y los fideicomisos privados no.

e) La Ley de Concursos Mercantiles contempla la posibilidad de que un


fideicomiso quiebre, y siendo que sólo pueden ser sujetos del concurso y
por tanto de la quiebra los comerciantes, y solo pueden ser comerciantes
las personas físicas y las morales que establece el Código de Comercio,
debe concluirse que el fideicomiso es una persona, entendida como un
centro de imputación de derechos y deberes.

En consecuencia, no podemos dejar de señalar que el fideicomiso público es


una verdadera persona moral, que requiere una normatividad particular a su
naturaleza.

Los Tribunales de Amparo a la fecha no han llegado a un consenso sobre el


particular, pues mientras en algunas tesis consideran que el fideicomiso público
es un mero contrato, en otras lo consideran como una “estructura” y en otras
como una verdadera persona moral, como se advierte de la lectura de las
siguientes tesis:

LEGITIMACIÓN PROCESAL ACTIVA. NO LA TIENE EL LLAMADO FIDEICOMISO


DE FOMENTO MINERO PARA DEDUCIR ACCIONES DERIVADAS DE UN
CONTRATO CELEBRADO ENTRE LA INSTITUCIÓN FIDUCIARIA EN ESE
FIDEICOMISO Y UNA INSTITUCIÓN AUXILIAR DE CRÉDITO.
Si en un contrato de apertura de crédito simple para descuento en pagarés, celebrado
entre Nacional Financiera, Sociedad Nacional de Crédito, como fiduciaria en el

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denominado Fideicomiso de Fomento Minero, y diversa institución auxiliar de crédito,
no figuró como parte el Fideicomiso de Fomento Minero, éste no puede concurrir a
juicio a deducir un derecho derivado de dicho contrato, pues, aun cuando por la
relación jurídica existente entre la fiduciaria y el aludido fideicomiso, pudiera resultar
favorecido indirectamente con dicho acuerdo de voluntades, el ejercicio de la acción
emana directamente de la titularidad que se tenga en el mismo. Sin que obste que el
referido fideicomiso sea de carácter público y cuente además con sus órganos de
representación, de acuerdo con la Ley Federal de Entidades Paraestatales, dado que
esa calidad se refiere exclusivamente al objeto social que se busca con su
constitución, pero de cualquier manera su esencia y naturaleza sigue siendo la del
contrato de fideicomiso, que se encuentra regulado por la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, en su título segundo, capítulo V, y de cuyos preceptos se
desprende que la institución fiduciaria es la representante del mismo, quien, por esa
razón, es la única que puede acudir a juicio pidiendo la tutela de ese derecho.

(Novena Época, Registro: 191552, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Tesis Aislada,
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XII, Julio de 2000
Materia(s): Civil, Tesis: I.10o.C.2 C, página 780)

TRABAJADORES DE UN FIDEICOMISO PÚBLICO. LA RELACIÓN LABORAL


DEBE ENTENDERSE ESTABLECIDA ÚNICAMENTE ENTRE ÉSTE Y LOS
TRABAJADORES ASIGNADOS PARA LOGRAR SUS FINES, NO ASÍ CON LA
FIDUCIARIA QUE LO ADMINISTRA.
El fideicomiso público es una entidad, unidad económica u organismo especial, que sin
tener plenamente reconocida una personalidad jurídica propia y especialmente
determinada, constituye una estructura administrativa, es decir, es parte de la
administración pública paraestatal a la que el legislador dio el carácter de entidad
auxiliar de ella, e implementada por el Estado, en su carácter de fideicomitente, para
transmitir a un fiduciario la titularidad de ciertos bienes o derechos destinados a la
realización de un fin lícito determinado a favor del fideicomisario, que pueden ser uno
o varios organismos públicos o privados, incluso sectores sociales, sujetándose a las
modalidades contenidas en el acto constitutivo y en las disposiciones legales
aplicables a esta materia. Así, los fideicomisos públicos son estructuras administrativas
que, con el propósito de satisfacer necesidades colectivas de trascendencia
económica y social, operan por medio de organismos técnicamente independientes de
la institución fiduciaria que los maneja. De esta manera, a diferencia del fideicomiso
privado de inversión, administración o garantía, que es un mero contrato conforme a la
Ley de Instituciones de Crédito y la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito,
el fideicomiso público tiene una característica especial, porque es un centro de
imputación de derechos y deberes, con los que se logra compactar diferentes bienes y
recursos destinados a lograr un fin específico del Estado. Por tanto, la relación de
trabajo de las personas contratadas para la realización de los objetivos de un
fideicomiso público debe considerarse establecida con éste y no con la institución
fiduciaria que lo administra.

(Novena Época, Registro: 163251, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXXII, Diciembre de 2010,
Materia(s): Laboral, Tesis: I.13o.T.281 L, Página: 1902)

FIDEICOMISO PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL DE ACAPULCO.


NO ES AUTORIDAD PARA LOS EFECTOS DEL AMPARO.
El citado fideicomiso sólo tiene el carácter de órgano auxiliar técnico de consulta y
opinión, de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Gobierno del
Estado de Guerrero, y si bien participa de ser un organismo público descentralizado
con personalidad jurídica y patrimonio propio, carece del carácter de autoridad, por no

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constituir un organismo que disponga de fuerza pública y con ella facultades legales
para ejercitar una potestad administrativa que fuera irrenunciable y sus decisiones se
tradujeran en actos autoritarios, por ser, como ya se dijo, sólo un organismo
descentralizado que carece de facultades de imperio y decisión, pues su objeto es el
de financiar y proporcionar asistencia técnica a los Municipios para la administración y
ejecución de sus planes de desarrollo urbano y apoyar los programas de vivienda; por
tanto, la acción constitucional que se intente contra dicho fideicomiso es improcedente,
en términos de los artículos 103, fracción I, de la Constitución General de la República;
1o., fracción I y 11, en relación con el 73, fracción XVIII, de la Ley de Amparo.

(Novena Época, Registro: 187220, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Tesis Aislada,
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XV, Abril de 2002, Materia(s):
Administrativa, Tesis: XXI.3o.10 A, Página: 1266)

23.13.2. EL FIDEICOMISO EN GARANTÍA.

Mediante reforma a la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito,


publicada en el Diario Oficial de la Federación del 23 de mayo de 2000, y las
posteriores publicadas el 13 de junio de 2003, se instituyó la regulación
expresa del fideicomiso de garantía, que, conforme al artículo 395, es aquel por
el cual “el fideicomitente transmite a la institución fiduciaria la propiedad de
ciertos bienes, con el fin de garantizar al fideicomisario el cumplimiento de una
obligación y su preferencia en el pago.”

Esta clase de fideicomiso, que bien podía establecerse contractualmente, sin


necesidad de previsión expresa en la ley, posee algunas características que lo
distinguen del general, y constituye una útil herramienta que, a la vez que
permite que el fideicomitente continúe con la explotación de los bienes
fideicomitidos, e incluso con la facultad de disponer de ellos, garantiza al
acreedor fideicomisario el puntual cumplimiento de las obligaciones a cargo del
garante.

Del cúmulo de disposiciones que establece la ley respecto a éste tipo de


fideicomisos, destacan las que se indican a continuación:

En ésta especie de fideicomisos podrán actuar como fiduciarias las entidades


siguientes:

 Instituciones de crédito;
 Instituciones de seguros;
 Instituciones de fianzas;
 Casas de bolsa;
 Sociedades Financieras de Objeto Limitado;
 Almacenes Generales de Depósito.

Tales entidades pueden tener concomitantemente la calidad de fiduciarias y


fideicomisarias en aquellos fideicomisos cuyo fin sea garantizar obligaciones a
su favor, por lo que es posible convenir que si el valor de mercado de los
bienes fideicomitidos disminuye de manera que no baste a cubrir el importe del
principal y los accesorios de la deuda que garantizan, el deudor podrá dar
bienes adicionales para restituir la proporción original, y, en caso contrario, el

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crédito podrá darse por vencido anticipadamente, teniendo el acreedor que
notificar al deudor de ello judicialmente o a través de fedatario.

23.13.2.1. FIDEICOMISOS SOBRE BIENES MUEBLES

Si los bienes dados en fideicomiso en garantía son muebles, salvo pacto en


contrario, el fideicomitente disfruta de los siguientes derechos:

 Derecho de uso y transformación: hacer uso de los bienes


fideicomitidos, así como combinarlos con otros y emplearlos en la
fabricación de otros bienes, siempre y cuando en éstos dos últimos
supuestos su valor no disminuya y los bienes producidos pasen a
formar parte de la garantía;

 Derecho sobre los frutos: percibir y utilizar los frutos y productos de


los bienes fideicomitidos; y,

 Derecho de enajenación: Instruir al fiduciario la enajenación de los


bienes fideicomitidos, sin responsabilidad para éste, siempre y
cuando dicha enajenación sea acorde con el curso normal de las
actividades del fideicomitente. En éstos casos cesarán los efectos
de la garantía fiduciaria y los derechos de persecución con relación a
los adquirentes de buena fé, quedando afectos al fideicomiso los
bienes o derechos que el fiduciario reciba o tenga derecho a recibir
en pago por la enajenación de dichos bienes. Este derecho cesará
en cuanto se inicie el procedimiento de ejecución contractual o
judicial correspondiente.

En ésta especie de fideicomisos, las partes deberán convenir, desde su


constitución:

 En su caso, los lugares en que deberán encontrarse los bienes


fideicomitidos;
 Las contraprestaciones mínimas que deberá recibir el fideicomitente de
parte de la fiduciaria, por la venta o transferencia de los bienes muebles
objeto del contrato;
 La persona o personas a quienes el fiduciario, por instrucciones del
fideicomitente podrá vender o transferir dichos bienes, pudiendo, en su
caso, señalar las características o categorías que permitan identificarlas,
así como el destino que aquel deberá dar al dinero, bienes o derechos
que reciba en pago;
 La información que el fideicomitente deberá entregar al fideicomisario
sobre la transformación, venta o transferencia sobre los mencionados
bienes;
 La forma de valuar tales bienes;
 Los términos en los que se acordará la revisión del aforo pactado, en el
caso de que el bien o bienes dados en garantía incremente su valor.

23.13.2.2. IDENTIFICACION DE LOS BIENES FIDEICOMITIDOS

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Los bienes fideicomitidos deberán identificarse, salvo que se fideicomitan
todos los muebles que el fideicomitente utilice para la realización de su
actividad preponderante, en cuyo caso estos podrán identificarse en forma
genérica.

23.13.2.3. RIESGOS SOBRE LOS BIENES FIDEICOMITIDOS

Los riesgos de pérdida, daño o deterioro de los bienes fideicomitidos, corren


por cuenta de la parte que esté en posesión de los mismos.

23.13.2.4. FORMA DEL CONTRATO

El contrato de fideicomiso en garantía deberá constar por escrito y, cuando se


refiera a bienes muebles y su monto sea igual o superior a doscientas
cincuenta mil unidades de inversión, las partes deberán ratificar sus firmas ante
fedatario público.

23.13.2.5. PRESCRIPCION

Las acciones de los acreedores garantizados con fideicomiso en garantía,


prescriben en tres años contados desde que la fecha en que se haya dado por
vencida la obligación garantizada.

23.13.2.6. PROCEDIMIENTO DE EJECUCION DEL FIDEICOMISO

Las partes pueden convenir en la forma en que la fiduciaria procederá a la


enajenación extrajudicial, a título oneroso, de los bienes o derechos dados en
fideicomiso, siempre que se pacte lo siguiente:

 Que la institución fiduciaria inicie el procedimiento de enajenación


extrajudicial del o los bienes o derechos en fideicomiso, cuando reciba
del o los fideicomisarios comunicación por escrito en la que soliciten la
mencionada enajenación y precisen el incumplimiento de la o las
obligaciones garantizadas;
 Que la institución fiduciaria comunique por escrito al o los
fideicomitentes en el domicilio señalado en el fideicomiso o en acto
posterior, la solicitud indicada, junto con una copia de la misma, quienes
únicamente podrán oponerse a la enajenación si exhiben el importe del
adeudo, acreditan el cumplimiento de la o las obligaciones precisadas en
la solicitud por el o los fideicomisarios, o presentan documento que
compruebe la prórroga del plazo o la novación de la obligación;
 Que solo en caso de que el o los fideicomitentes no acrediten el
cumplimiento de la o las obligaciones garantizadas o, en su caso, su
novación o prórroga, la fiduciaria procederá a la enajenación extrajudicial
de los bienes o derechos fideicomitidos, en los términos y condiciones
pactados en el fideicomiso; y,
 Los plazos para llevar a cabo los actos anteriores.

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Para el caso de que no se hubiere celebrado el convenio de enajenación
extrajudicial mencionado, el procedimiento de ejecución judicial de ésta clase
de fideicomisos, se llevará a cabo en los términos previstos a partir del artículo
1414 bis del Código de Comercio.

23.14. EL FIDEICOMISO Y LOS NEGOCIOS FIDUCIARIOS

Como hemos visto el fideicomiso es un contrato típico, regulado por la ley,


bancario, que por su naturaleza obedece a motivos y persigue fines lícitos,
estos es, acordes a las leyes de orden publico y a las buenas costumbres. El
fideicomiso es una herramienta jurídica para lograr fines que podrían obtenerse
a través de otras figuras legales. Así, v.gr., una persona en lugar de otorgar
testamento, constituye un fideicomiso para que la fiduciaria entregue los bienes
a ciertas personas a la muerte del fideicomitente.

Al lado del fideicomiso existen otras figuras semejantes, denominadas


negocios fiduciarios, a través de los cuales, quienes los celebran buscan evadir
la ley, persiguiendo generalmente fines que la ley no permite y por ende ilícitos,
ocultos, a diferencia del fideicomiso que por esencia es lícito y nunca secreto.

El fideicomiso se distingue del negocio fiduciario porque el primero esta


reglamentado por la ley, persigue fines lícitos, no es secreto y en su
constitución y ejecución interviene necesariamente una institución financiera
como fiduciaria, mientras que el negocio fiduciario no esta reglamentado sino
prohibido por la ley, persigue fines extralegales, oculta el negocio verdadero y
en su constitución y ejecución cualquier persona puede intervenir.

El negocio fiduciario se desenvuelve a través de la realización de un acto


aparente, de aspecto totalmente licito que oculta el acto que realmente quieren
realizar las partes, burlando las reglas establecidas por la ley para el acto
verdadero, lo que determina su ilicitud. Así, cuando para garantizar el
cumplimiento de una obligación, el deudor transmite al acreedor un bien
inmueble en propiedad mediante una compraventa (acto simulado, aparente)
cuando en realidad debió haberse celebrado un contrato de hipoteca (acto real,
oculto) que garantizará el pago del adeudo, estamos en presencia de un
negocio fiduciario. Naturalmente, como el acto simulado es ilícito, esta afectado
de nulidad absoluta.

23.15. LAS CAJAS DE SEGURIDAD.

El servicio de cajas de seguridad constituye una operación bancaria neutra que


se encuentra insuficientemente regulada por el artículo 78 de la Ley de
Instituciones de Crédito.

En esencia, se traduce en el contrato merced al cual el banco se obliga a


permitir al cliente el uso de una gaveta que se encuentra en el interior de la
bóveda de la institución, para que en ella guarde dinero, joyas, valores,
documentos o cualquier otro objeto precioso o de cualquier otro género,

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siempre que no se trate de cosas que puedan causar daños a la institución,
como podrían ser explosivos o sustancias prohibidas.

Para acceder a la caja de seguridad se emplean dos llaves: una que se le


entrega al cliente al momento de contratar el servicio, y otra que conserva el
propio banco, de manera que para abrirla es necesario el concurso del
personal autorizado de la Institución y del cliente, pues se requiere de ambas
llaves para su apertura. Naturalmente, el cliente o usuario puede obrar por
medio de representante con poder bastante para acceder a la caja respectiva.

Es responsabilidad del banco proveer a la vigilancia e integridad de la caja, no


así de su contenido, y debe mantener el libre acceso a ella en los días y horas
hábiles. Por su parte, el cliente es responsable de todos los gastos, daños y
perjuicios que origine a la institución con motivo de su uso. Por esto, suele
exigirse al cliente que garantice el pago de tales conceptos, mediante el
depósito de una cantidad de dinero ante el mismo banco.

Como contraprestación por el uso de la caja de seguridad, el cliente paga al


banco una suma de dinero periódica, sea mensual, trimensual, semestral o
anual, según se convenga, pudiendo celebrarse el contrato por tiempo definido
o indeterminado, y suele otorgarse por escrito, aunque la ley no exige esa
formalidad.

Las condiciones generales y el contrato que para la prestación de éste servicio


celebren las instituciones de crédito, deberán estipular con claridad, las causas,
formalidades y requisitos que se observarán para que la institución pueda
proceder, ante notario público, a la apertura y desocupación de la caja, así
como lo relativo a la custodia de los bienes extraídos, como podría ocurrir en el
supuesto de que el cliente dejara de pagar la contraprestación acordada.

La naturaleza de éste contrato es muy discutida: El Doctor Cervantes Ahumada


enseña que existen diversas teorías que tratan de explicarla, como son la del
depósito, la del arrendamiento, y la de la prestación de servicios, entre otras
(2). Garrigues concluye que se trata de un contrato en el que concurren
elementos del arrendamiento y del depósito, pues, por una parte falta la
posesión de la cosa propia del arrendamiento (de la caja, cosa inmueble por su
destino), y por otra parte existe el deber de vigilancia activa del banco sobre la
caja, que no es propio de éste contrato, sino del depósito. Es pues, un contrato
mixto, a juicio de éste último autor (3).

La determinación de la naturaleza del contrato no es un ejercicio meramente


teórico, pues de ella depende la normatividad que debe aplicarse en caso de
conflictos, como pueden ser el embargo de los bienes que se encuentran en el
interior de la caja, o la muerte del cliente.

23.16. CUESTIONARIO Y ACTIVIDADES.

1.- ¿Cómo se conocen las operaciones que no afectan el activo ni el pasivo de


las instituciones de crédito? Enumere las de ésta clase que se localizan en el
artículo 46 de la Ley de Instituciones de Crédito.

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2.- Elabore un breve esbozo histórico del contrato de fideicomiso.
3.- Defina el contrato de fideicomiso.
4.- Explique los motivos por los que el fideicomiso es considerado como un
contrato traslativo de dominio.
5.- Señale cuales son los elementos personales, reales y formales en el
contrato de fideicomiso.
6.- Indique quien puede fungir como institución fiduciaria en el fideicomiso.
7.- Señale que personas pueden ser fideicomitentes.
8.- Señale que personas pueden ser fideicomisarias, y quien las designa.
9.- Enumere los mas relevantes derechos y obligaciones de las partes en el
fideicomiso.
10.- Explique qué es el comité técnico, como se integra, sus funciones y quien
designa a sus miembros.
11.- Explique de quién depende el personal asignado a la atención de un
fideicomiso.
12.- Señale la duración de un contrato de fideicomiso.
13.- Señale las clases de fideicomisos que prohíbe la ley.
14.- Enumere las causas por las cuales se extingue el contrato de fideicomiso.
15.- Explique en qué casos, y a que personas, debe rendir cuentas la fiduciaria.
16.- Explique en que consiste el fideicomiso público.
17.- Explique en que consiste el fideicomiso en garantía y cuando puede tener
lugar.
18.- Explique el proceso de ejecución de un fideicomiso en garantía.
19.- Distinga entre fideicomiso y negocio fiduciario.
20.- Explique en que consiste el servicio de cajas de seguridad y su forma de
operación.

196
i
(1) Cervantes Ahumada Raúl. Op. Cit. Pág. 289.
(2) Op. Cit. Pág. 300.
(3) Garrigues Joaquín. Curso de Derecho Mercantil. Tomo II. Pág. 194.

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