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CRISTO EL TODO DE NUESTRA VIDA

Flp 1:21-26 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Más si el vivir en la carne
resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas
estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo
mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé
que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe,
para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.

INTRODUCCIÓN

Para los hijos de Dios Cristo es el todo, por todos y en todos. Cristo es nuestro todo, sin Cristo nada
tiene sentido. No hay sentido en llegar al cielo si Cristo no estuviera allí. No hay sentido de vivir la
eternidad, sino es en la presencia de Cristo, Dios hecho carne. Los milagros no tienen ningún
sentido, si Cristo no los hacer realidad en nuestra vida para Su gloria. Sufrir para nosotros no tiene
sentido, sino fuera para ser más como Cristo y menos como nosotros. De nada sirve esperar el
arrebatamiento de la iglesia si Cristo mismo, no viene por nosotros.

Y así, es Cristo quien realmente le da un sentido nuevo, pleno y exacto a nuestra vida. Esto aun en
medio de las pruebas y el sufrimiento. 1Pe 1:6-7 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora
por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que
sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se
prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.

Para el apóstol Pablo era exactamente lo mismo, Cristo era su todo, en el estaba pleno y completo.

DESARROLLO DEL TEMA

1. Cristo era el principio de su vida. Porque para mí el vivir es Cristo v1. Para Pablo, igual
que para nosotros, hay un antes y un después de Jesucristo. Nuestra vida inicia con Cristo
y seguirá con Él hasta la eternidad. Sal 48:14 Porque este Dios es Dios nuestro
eternamente y para siempre; Él nos guiará aún más allá de la muerte.
2. Cristo era la continuación de su vida. Pablo vivía en la presencia del Señor. Nosotros hoy
día lo veamos o no. Estemos conscientes de ello o no, vivimos siempre delante de su
presencia, de allí la responsabilidad de caminar en santidad. Hch 17:28 Porque en él
vivimos, y nos movemos, y somos… Porque linaje suyo somos. Él es quien da estructura y
continuidad a nuestra vida. Sin Cristo nuestra vida se acaba. Jn. 15:5 Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto;
porque separados de mí nada podéis hacer.
3. Cristo era el fin de su vida. Para Pablo era hacia Cristo hacia donde conducía el final de su
vida. Para él, morir era ganancia, porque la muerte era el paso necesario para llegar a
casa. Pablo estaba consciente de algo, su ciudadanía no era de este mundo. Flp 3:20 Mas
nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo. Así para nosotros la vida no es más que un tiempo de espera y preparación,
para algo más sublime que nos espera en los cielos. Vivir en la presencia de Cristo
eternamente. Pues, ya sea que nos llame a su presencia o que venga por nosotros, Él
prometió que estaremos donde Él está y permaneceremos eternamente con Él. Jn. 14:3 Y
si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que
donde yo estoy, vosotros también estéis.

CONCLUSIÓN

Por lo tanto amados hermanos, no enterremos muy profundas las estacas de nuestra tienda en
esta tierra, porque pronto partiremos de aquí, podríamos decir porque mañana partiremos. Y es
que la vida del hombre es tan frágil y tan corta, que cuando menos lo pensamos, habremos
llegado a casa, el cielo. 1Pe 1:24 Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre
como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae. Job 7:6 Y mis días fueron más veloces
que la lanzadera del tejedor.

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