Los antipsicóticos son un tipo de medicamentos que causan poco misterio, la
mayoría de la gente cree que son para tratar la esquizofrenia y con eso les basta. Pero eso queda muy lejos de la realidad, y ese es el motivo de este artículo: dar a conocer los diferentes usos y mecanismos de acción así como tipos de medicación antipsicótica. Los neurolépticos incluyen fármacos antipsicóticos denominados convencionales, “típicos” o de primera generación (p. ej., clorpromazina, haloperidol, flufenazina); fármacos antipsicóticos “atípicos” o de segunda generación (p. ej., clozapina, risperidona, olanzapina, quetiapina); algunos bloqueantes de los receptores dopaminérgicos utilizados en el tratamiento de síntomas como las náuseas y la gastroparesia (p. ej., proclorperazina, prometazina, trimetobenzamida, tietilperazina, metoclopramida); y la amoxapina, que se comercializa como antidepresivo.
¿Qué tipos existen?
Existen dos grandes categorías:
Los antipsicóticos típicos: Fueron los primeros en descubrirse y utilizarse desde
1950. Actúan bloqueando los receptores dopaminérgicos D2. Son eficaces sobre los síntomas positivos de la esquizofrenia (alucinaciones y delirios por ejemplo). Producen muchos efectos secundarios sobretodo extrapiramidales. En esta categoría podemos hacer otra subdivisión según su potencia: Los de alta potencia (alta afinidad a los receptores D2 y efectos secundarios muy frecuentes y de mayor riesgo: Droperidol Haloperidol Loxapina Pimozida Tiotixena Trifluoperacina
Y los de baja potencia, con moderada afinidad al receptor D2 lo cual
conlleva una menor aparición de efectos secundarios y un menor riesgo. Son: Clorprotixena Flufenacina Hidrixicina Molidota Mesoridacina Perfenacina Proclorperacina Prometacina Tioridacina Los antipsicóticos atípicos: De descubrimiento más reciente (1990) pero ahora mucho más utilizados por sus menores efectos secundarios (especialmente menores efectos extrapiramidales y sobre las hormonas). Además de ser antagonistas de los receptores D2, también son antagonistas serotoninérgicos (sobre todo del 5-HT2A), muscarínicos e histamínicos. Su eficacia es mayor ya que ayudan tanto con los síntomas positivos como con los negativos. Son por ejemplo: