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CICLO DE LICENCIATURA
Artes Visuales
Artes Visuales
Adriana Sarricchio
Coordinación Académica | Administrativa
ÍNDICE
Pág. 05 Presentación
Pág. 47 BIBLIOGRAFÍA
PRESENTACIÓN
Con el propósito de contribuir a una reflexión sobre las artes visuales desde las
principales categorías de los estudios semióticos, abordaremos conceptos y desa-
rrollos metodológicos que -en el marco de la asignatura y en virtud de su integra-
ción en el programa curricular de la carrera- se presentan como herramientas de
trabajo e insumos para la investigación.
En lo que respecta a la bibliografía introductoria al dominio Semiótico, en la misma
se registran dos tendencias: por un lado, aquella que coincide con una primera
fase pionera en la cual se plantea la tarea de retomar de la lingüística ‘conceptos
analíticos considerados a priori suficientemente generales como para poder iniciar
la investigación semiológica’ (Barthes 1964: 17), o bien, se completa una exposi-
ción sobre los contenidos centrales de la disciplina a partir de la integración de la
tradición europea y los estudios anglosajones (Eco 1973, 1975). Por otro lado,
tenemos los textos que profundizan en los puntos de contacto y las diferencias
entre los proyectos fundacionales de la semiótica y realizan una lectura diacrónica
de las reinterpretaciones que en relación con los mismos se han propuesto a lo
largo del siglo XX (Carontini y Peraya 1975; Magariños de Morentin 1983; Volli
2000) Finalmente, asistimos a la publicación de una oferta de textos que presen-
tan una síntesis del punto de vista de la semiótica con objetivos fundamentalmen-
te didácticos (Bettetini-Cigada-Raynaud-Rigotti 1999; Zecchetto 1999).
El módulo consta de dos partes: la primera incluye una caracterización del punto
de vista de los estudios semióticos y vertebra la totalidad del seminario; la segun-
da, consta de cuatro unidades que coinciden con las cuatro clases satelitales. En
esta última parte profundizamos en el análisis de diferentes prácticas significan-
tes: objetos de diseño, pintura, avisos publicitarios y exposiciones. La elección de
los mismos se realizó a partir de criterios disciplinares y didácticos, desde los que
se decidió incluir tanto obras paradigmáticas como ejemplos significativos del con-
texto local, nacional e internacional.
PRIMERA PARTE:
EL PUNTO DE VISTA DE LA SEMIOTICA
En el inicio de este Seminario les proponemos tres ‘imágenes’ con las que preten-
demos instalar una primera representación de las relaciones entre la tarea del
artista, el lenguaje de la crítica y el estatuto metodológico de los estudios semióti-
cos.
ESCENA 1: LA PINTURA
Toda la historia del arte da cuenta de la búsqueda para encontrar una explicación
sobre la existencia del hombre. Incluso en las obras menos referenciales, la reali-
dad no se deja atrás, permanece presente en la máscara que la disfraza. Desde
esta dualidad, la obra artística nos permite volver sobre lo real para explorarlo.
Hace surgir zonas ocultas de un territorio o de una persona, sobrepasando los
límites de la realidad contextual.
El Arte define una manera de existir de los objetos bajo algún aspecto, fundamento
del signo que confirma el hacer del hombre sobre el mundo. La escritura o el hacer
del pintor, ponen de manifiesto que sólo podemos hacer objetivable el mundo
cuando le damos un nombre o una imagen. Entonces, frente a la antigua definición
del arte en tanto mimesis se impone la idea de semiosis, es decir, de puesta en
escena de lo simbólico a partir de un proceso de atribución de sentido.
Dimensión sintáctica
Sin embargo, no se somete a discusión -al menos dentro de una determinada cul-
tura- la posibilidad de dar cuenta de las articulaciones entre las partes de una ima-
gen visual. En síntesis, la dimensión sintáctica transparenta las relaciones entre
signos en una representación.
Cabría aclarar que, en el contexto de los principales lenguajes visuales o sistemas
gráficos conocidos -Monge y perspectiva- César Jannello (1977, 1980, 1984) inda-
ga en la problemática de un tercer lenguaje gráfico, enmarcado en lo que él deno-
mina Teoría de la Delimitación. El mismo permite el control de las operaciones de
diseño puro (Jannello 1980: 5-6). El completamiento de la propuesta inicial y la
posterior sistematización realizada por Claudio Guerri (1984, 1988)
-principalmente, la conceptualización y construcción del paradigma táctico y la reor-
ganización conceptual de la estructura jerárquica-árbol- produce lo que se ha deno- Diseño puro es un concepto
creado por Cesar Jannello para
minado lenguaje gráfico TDE y, recientemente, el TDE-AC, lenguaje gráfico denominar aquel tipo de dibujo
-especializado y experto- TDE asistido por computadora. mediante el cual es posible
representar solamente formas y
En tanto lenguaje gráfico, el TDE es apto para dar cuenta de las operaciones de relaciones formales no carga-
das de significación más allá de
diseño puro -a través de trazados, configuraciones complejas y estructuras jerárqui- la determinación formal entita-
cas-árbol- que tenderían a la construcción de una norma de diseño o fórmula, apar- tiva y la propia relación entre
esas formas.
tándose sustancialmente de los tradicionales conceptos de norma, tipología y esti-
lo, más usuales en los textos de crítica. El TDE permite la descripción de aquellos
aspectos cuali-cuantitativos de la pura relación formal en la que se presenta el
espacio.
“Malevitch fecha la creación del suprematismo blanco en 1917, y siem-
pre de acuerdo a él mismo, su obra "Blanco sobre blanco" fue expuesta
en 1918. La misma es el legendario polo opuesto del "Cuadrilátero ne-
gro" y la culminación del período pictórico del suprematismo. Es tam-
bién, el principio de una etapa volumétrica: los arquitectons. Habiendo
llegado a cero con el cuadrado negro, o sea a 'nada', Malevitch explora
desde cero el 'espacio de la nada'. Al respecto dice el artista: 'En los
cuadrados constancia de sensación perceptual, en el fondo blanco cons-
tancia de nada'. Dado que el suprematismo abraza 'la única verdadera
realidad' -el mundo no-objetual- lo llama 'un nuevo realismo'. Hasta aquí
un análisis de las obras desde la dimensión semántica.
Veamos cuál es el rol de lo sintáctico en relación con el diseño.
¿Cuál es el significado intralingüístico del diseño, desde la propuesta
morfo-sintáctica del lenguaje gráfico TDE?
'El suprematismo no trata de pintura...' dice asombrosamente Casimir
Severinovitch Malevitch, nacido en 1878 en un pueblito cerca de Kiev.
¿Cuál puede ser el significado de esa frase dicha por alguien (un pin- Lectur a
tor?) que en ese momento todavía no había abandonado la tela?
Frente a sus escritos y su obra pictórica es difícil imaginarnos un Male- “Malevitch: diseño y obra”
vitch paleta y pincel en mano esperando el momento de inspiración ne- de Claudio Guerri en la
Revista ARTINF Nº 58/59,
cesario para lanzarse a la 'producción de la obra de arte'. Para ‘aclarar-
22-24, 1986, Buenos Aires.
nos mejor’ agrega: '...el arte moderno no es ni pictórico ni imitativo, él
es ante todo arquitectónico'.
No es del objeto-cuadro del que Malevitch nos está hablando, sino del
efecto de significación diferencial que pretende lograr con esa nueva es-
tructura morfo-sintáctica, tanto en la forma como en el color.
Frente a la imposibilidad del lenguaje verbal de decirlo todo, el hombre
explora otros sistemas expresivos, otros lenguajes, gráficos o pictóricos
que puedan cubrir una gama diferente de la necesidad de comunicar.
Dice Malevitch: 'La pintura ha terminado su tiempo y el pintor mismo es
un prejuicio del pasado (...) habiendo establecido los planos determinan-
Figura 1.1 Figura 2.1 Figura 3.1 Figura 3.2 Figura 3.3 Figura 3.4
Trazados realizados sobre los tres cuadros de Malevitch mediante el lenguaje gráfico TDE. Se describen las operaciones de
diseño utilizando la terminología específica al sistema de notación utilizado. La descripción del cuadro 3 se realiza en 4 pasos.
El orden secuencial tiene sólo un sentido explicativo-conceptual, no pertenece a una ‘realidad’ de la producción.
Dos cuadrados de Un diseño similar al 1er. paso: similar 2do. paso: cambio 3er.paso: el cua- 4to. paso: se
distinto tamaño en cuadro 1 pero con al Cuadro 1 y 2. de actitud, similar drado rojo tiene un ubica el cuadrado
ínterioridad centra- una variación de al cuadro 2 pero en noveno del tamaño negro como un
da y simetría de actitud en el cuadra- otra dirección. del cuadrado inter- cuarto del cua-
rotación 4. do interior. El giro ior. drado interior.
‘limita’ con el ángulo
superior derecho del El giro ‘limita’ con el ángulo del cuadrado
cuadrado exterior exterior, idem Cuadro 2.
(similar al Cuadro 3,
pero en otro sentido). Es necesario destacar que sólo un sistema gráfico específico es capaz de dar
cuenta ‘textual’ de la relación de dos objetos diferentes en cuanto a materialidad
perceptual. Los Cuadros 1 y 2 SON cuadrados, pero el cuadrado del Cuadro 3 es
recuperado para la significación sólo mediante la operación de trazado.
Dimensión semántica
En segundo término, Morris plantea que los signos se relacionan con los objetos a
los cuales se aplican o representan. Cada unidad posee un significado denotado,
primer nivel de significación informativo o referencial.
Figura 4
Cromoxilografía (estampa en brocado y xilografía en color), formato o-ban transversal
26,5 x 38,1cm
corriente filosófica nos remitimos a las voces que sobre este tema incluye el
Diccionario de Filosofía de Abbagnano (1961 [1974]).
Lectur a
Ahora bien, hemos abordado las tres dimensiones de la semiosis desde ejem-
plos potentes que dan cuenta de la especificidad de cada una de las relaciones De Claudio Guerri puede
en las que se basa la construcción de la significación. Un análisis que desde lo verse: “Deep structure and
design configurations in
sintáctico permita pensar, nuevamente, los tres aspectos nos remite a los tres paintings”, en Semiotics of
niveles -siempre presentes y difícilmente escindibles- del signo, tal como lo defi- the Media de W. Nöth (ed.),
675-688. Berlín: Mouton,
ne Charles S. Peirce. Incluimos en el anexo bibliográfico una lectura de Las Me- 1977; o en español: “La
ninas de Velázquez en la que se muestra como la mera estructura morfo- estructura espacial del cuadro:
una lectura semiótica de Las
sintáctica puede recuperar los tres niveles de significación. Meninas” en D’ART Nº 20,
155-166, 1994, Barcelona.
d) y, por fin, son conflictivas las relaciones entre crítica e historia (o, respectiva-
mente, crítica como contemporaneidad entre producción e interpretación de la obra
y crítica como historia de sus distintas interpretaciones y descripciones). (Calabre-
se 1994: 9)
Ante este problema, los argumentos de Lotman (1984 [1996]) acerca de la se-
miosfera, constituyen una herramienta para el crítico y una orientación para todos
aquellos que se han visto expuestos al desconcierto. No existen sistemas precisos
SEGUNDA PARTE:
APROXIMACIÓN A LOS TEXTOS
UNIDAD 1:
ESPECIFICIDAD DE LAS ARTES VISUALES Y
PERTINENCIA DEL MÉTODO
En este sentido, la Semiótica es una disciplina que desde sus inicios aborda las
prácticas sociales significantes. Recorta para su estudio los diferentes tipos de
sistemas de signos que se actualizan en diversas sustancias -sonidos, imágenes,
gestos, grafías, etc.- y constituyen lo que solemos llamar lenguajes.
En relación con los inicios de la semiología europea, Fabbri y Marrone (2000: 58-
59) plantean:
“¿Por qué justamente el trabajo de un lingüista debería ser tomado co-
mo fundamento teórico de la semiótica -y no, supongamos, el de un filó-
sofo o un crítico literario, el de un antropólogo o un sociólogo-? Las res-
puestas posibles podrían ser muchas. Aquí vamos a indicar solamente
tres, estrechamente ligadas entre sí:
i) porque Saussure ha preferido el análisis de la lengua al estudio del
lenguaje; ii) porque ha entendido el signo ya no más como un reenvío re-
ferencial -externo a la lengua- entre palabra y cosa, sino como una rela-
ción de significación -interna a la lengua- entre una imagen acústica y un
concepto; iii) porque ha advertido que el valor del signo no está tanto en
esta relación de significación entre sus dos elementos constitutivos,
cuanto en las relaciones que el signo establece con otros signos en el
interior de un sistema. Así -se lee en el Curso de lingüíst ica general
(1916)- “un sistema lingüístico es una serie de diferencias de sonidos
Siempre acerca del mismo tema, el signo y la posible serie infinita o interminable
Peirce habla de signo o
de representaciones, escribe:
representamen; algunos
“La más simple de las que presentan interés filosófico es la idea de autores –como en este
caso Ramón Alcalde- lo
signo o representación. Un signo representa la idea que produce o
traducen como represen-
modifica. Es un vehículo que transmite a la mente algo desde afuera. tación. En el campo del
Aquello que representa se llama su objeto; aquello que transmite, su Arte, este término puede
significado, y la idea que origina, su interpretante. El objeto de la re- prestarse a confusión
presentación sólo puede ser una representación de la cual el interpre- fácilmente al superpo-
nerse el mismo signifi-
tante es la primera representación. Pero se puede pensar que una se-
cante a significados dife-
rie interminable de representaciones, cada una de las cuales repre- rentes…diríamos abu-
senta la anterior, requiere un objeto absoluto como su límite.” (CP sando un poco de Saus-
1.339 o Peirce 1987: 167) sure
También en la década del ‘60 se inician las primeras indagaciones en relación con
el campo específico de las imágenes. Nuevamente es Barthes quien introduce este
objeto en la perspectiva de la semiología estructural. A partir de imágenes prove-
nientes de la práctica publicitaria despliega lecturas en las que transfiere categorí-
as propias de la lingüística al análisis de lo visual.
Desde los estudios pioneros de Jan Mukarovsky (1975 [1977]), para quien la obra
no deriva de la conciencia individual sino de lo que llama conciencia colectiva, por
lo que la concibe como un signo específicamente estructurado para representar lo
imaginario social, pasando por las estéticas informacionales (Moles 1958 [1876])
que recuperan para el análisis aspectos matemáticos de la teoría de la información
y de la cibernética.
O las indagaciones de Umberto Eco (1962 [1985]: 172-173) en torno a las plura-
les posibilidades de recepción de la obra, desde una definición de obra abierta en
tanto “proposición de un ‘campo’ de posibilidades interpretativas, como configura-
ción de estímulos dotados de una sustancial indeterminación, de modo que el
usuario se vea inducido a una serie de ‘lecturas’, siempre variables; estructura,
por último como ‘constelación’ de elementos que se prestan a varias relaciones
recíprocas”.
En síntesis, diversas corrientes teóricas que buscan aproximarse al Arte desde Lectur a
los marcos conceptuales y metodológicos proporcionados por los estudios semi-
Para profundizar en el
óticos. En algunos casos se acentúa la relación entre forma y contenido de la tema, se recomienda la
obra, en otros se pone mayor énfasis en la estructuración formal de la misma, en lectura de El lenguaje del
arte de Omar Calabrese.
otros, el peso recae en la recepción. Barcelona: Paidós,1987. En
él se hace un barrido ex-
Los lenguajes de las artes visuales haustivo y organizado de
las problemáticas mencio-
Una primera aproximación semiótica a las artes plásticas puede consistir en re- nadas.
conocer las cualidades específicas a partir de las cuales esta tradición disciplinar
las instituye como lenguajes.
Lectur a
En el ya clásico texto Léxico técnico de las artes plásticas de Crespi y Ferra-
rio (1987) se definen los rasgos más característicos del lenguaje verbal, a partir Léxico técnico de las artes
de los cuales se profundiza en las particularidades de lo visual: plásticas de I. Crespi y J.
Ferrario. Buenos Aires:
“…el lenguaje es el medio de comunicación por excelencia, sea para la EUDEBA, 1987.
transmisión de ideas o pensamientos entre los hombres…y que sintác-
tica y semánticamente establece por medio de lo discursivo articulado el
nexo entre ellos. Pero el lenguaje no es el único producto articulado del
hombre (...) Las formas visuales -líneas, colores, proporciones etc.- tie-
nen tanta capacidad de articulación -es decir de combinación compleja-
cuanta tienen las palabras. La diferencia primordial consiste en que las
formas visuales no son discursivas. No presentan sus ingredientes de
manera sucesiva sino simultánea, de modo que las relaciones que de-
terminan una estructura visual son captadas en un solo acto de visión
(...) No puede dejar de señalarse que las formas plásticas, como las de
cualquier otra posibilidad de comunicación artística, tienden a sintetizar
simbólicamente en correcta articulación un núcleo determinado de me-
dios que han de servir a la comunicación y transmisión simbólica de un
acontecer. Todo ello permite suponer que el arte plástico constituye en
sí un lenguaje con su propia sintaxis y un contenido semántico, tal como
el lenguaje verbal…” (Crespi y Ferrario 1987: 61)
La comparación entre ambos lenguajes evidencia la posibilidad que tienen de vehi-
culizar contenidos simbólicos a partir de la articulación de un plano expresivo con
un plano del contenido. La diferencia que determina la especificidad reside en lo
expresivo: las artes plásticas articulan líneas, colores, proporciones, en una sin-
taxis compleja que repercute en el modo de percibir e interpretar la obra por parte
de los receptores.
Figura 5 Figura 6
“Caballo con angelito”, Objeto-juguete, madera poli- “Almitas en la barca”, Objeto-juguete, madera policromada, 27 x
cromada con huesos, 33 x 22 cm. 33 cm.
Actividad Nº 1
Figura 7 Figura 8
“Jaguareté sobre mesa del convento”, Objeto-juguete, madera “Yacaré”, Objeto-juguete, madera policromada, 22 x 10 cm.
policromada, 30 x 20 cm.
UNIDAD 2:
EL ARTISTA Y LA PRODUCCION DE SENTIDO
La historia del arte da cuenta de los cambios que se han producido en la manera
de concebir y evaluar el trabajo del artista. Desde el rol del artesano en la Antigüe-
dad Clásica y durante la Edad Media, hasta la reivindicación que se produce en el
Renacimiento, como consecuencia de la valoración de su tarea intelectual y la
mayor autonomía en que puede desempeñarse. Este ascenso se mantiene hasta
el siglo XVIII cuando la Revolución francesa y la Revolución industrial exigen una
redefinición de su rol al variar los órdenes sociopolítico y económico a los que no
es ajena su tarea. Recién a fines del siglo XIX, la apreciación deja de situarse en el
papel social del artista y se problematiza más exacerbadamente la especificidad
de su obra. No obstante ello, el ‘mito del artista’ se sigue sosteniendo en criterios
sumamente heteróclitos: bohemio, torturado, oficial, triunfador, mediático, cínico,
obsceno... y muchos otros adjetivos califican tanto su obra como sus relaciones
con el poder, su estilo de vida o sus humores.
En esta instancia del seminario les proponemos volver sobre la idea de que la
‘autoría’ de una obra, aun cuando esté refrendada con la firma del artista, es
siempre el lugar de reunión –confluencia, conflicto, cita, evocación y/o reelabora-
ción- de varios sujetos. Este fenómeno ha sido abordado en el campo de la teoría
literaria bajo el nombre de intersubjetividad (Bajtín 1978 [1986], 1979 [1982]),
intertextualidad (Genette 1962 [1989]; Kristeva 1969 [1981]) e interdiscursividad
(Angenot 1986). Si bien es necesario explicar el alcance de cada uno de estos
términos en el contexto de una teoría y en relación con los objetos de estudio con
respecto a los cuales se formularon inicialmente, los mismos permiten pensar la
obra como un espacio dialógico donde confluyen -determinando su sentido- lo so-
cial, la producción personal, la comunidad de artistas de una época, la historia, la
crítica y las relaciones entre diferentes prácticas significantes (por ejemplo: el dis-
curso de la ciencia, la literatura, el periodismo, la política, la religión, entre otros).
Para profundizar en este tema trabajaremos con un corpus de obras de Luis Felipe
Noé, a quien elegimos por diferentes motivos: carácter paradigmático de sus pintu-
ras e instalaciones en el sistema de las artes visuales en la Argentina; amplia
bibliografía sobre el tema y posibilidades de acceso al material.
Corpus seleccionado
Estructura para un paisaje
Tormenta en la Pampa
Instauración institucional
1994, Instalación,
Tiempo de descuento
Silencios
1999, técnica mixta con base acrílica, 50 x 136 cm.
Lect ur a
Ya en un texto de 1929, firmado por Volochinov –citado por Todorov (1984: 75)- se
señala que “la renuncia a lo absoluto es una característica (deplorable) de la so- Todorov (1984) “Lo
ciedad moderna: uno ya no se atreve a afirmar nada con convicción y, para disimu- humano y lo interhuma-
no” en Crítica de la crítica.
lar su incertidumbre, se refugia en los distintos niveles de la cita: no hablamos Barcelona: Paidós, 1991.
más que entre comillas.” En relación con el contenido de este comentario, Kriste-
va enuncia en 1966 ([1969]: 190): “Todo texto se construye como mosaico de
citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto. En lugar de la noción
de intersubjetividad se instala la de intertextualidad, y el lenguaje poético se lee,
al menos, como doble.”
Mijaíl Bajtín (1978 [1993]) había advertido sobre la necesidad de pensar en cómo
las diferentes voces de una sociedad se hacían presentes en la obra. El autor es
alguien que contesta a otro, clausurando lo dicho o abriéndole paso en el espesor
de su propio texto. Esta tesis de Bajtín tiene su origen en sus estudios sobre las
novelas de Dostoievky, a partir de las cuales enuncia el concepto de novela polifó-
nica:
“La pluralidad de voces y conciencias independientes e inconfundibles,
la auténtica polifonía de voces autónomas, viene a ser, en efecto, la ca-
racterística principal de las novelas de Dostoievki. En sus obras no se
desenvuelve la pluralidad de caracteres y de destinos dentro de un úni-
co mundo objetivo a la luz de la unitaria conciencia del autor, sino que
se combina precisamente la pluralidad de las conciencias autónomas
con sus mundos correspondientes, formando la unidad de un determi-
nado acontecimiento y conservando su carácter inconfundible. Los
héroes principales de Dostoievski son, según la misma intención artísti-
ca del autor, no sólo objetos de su discurso, sino sujetos de dicho dis-
curso con significado directo. (...) El discurso del héroe parece sonar y
combina de una manera especial con éste y con las voces igualmente
independientes de otros héroes.” (1978 [1993]: 16-17)
Más allá de la lectura de los textos literarios y para el caso específico que esta-
mos analizando, podemos afirmar que los valores del medio ideológico organizan,
estructuran, dan forma a determinadas acciones o acontecimientos: la ideología es
el principio ordenador, la constante relacional desde la que se construirá el senti-
do. Dado que “la realidad aún no refractada ideológicamente no puede entrar en el
contenido de la literatura –agregamos: de las artes en general”-, el ideologema, en
tanto significante, articula los contenidos de la conciencia social posibilitando su
circulación, su comunicación. Consideradas como una práctica social, como pro-
ductividad antes que como producto, las artes visuales mantienen con el horizonte
ideológico de su época una relación dinámica que –desde Bajtín y por analogía con
su definición de lo literario- podemos denominar evaluación social (Medvédev y
Bajtín 1928 [1989]).
Lect ur a
Para profundizar en esta cuestión les proponemos retomar un artículo ya clásico
sobre el tema: “La intertextualidad en pintura. Una lectura de Los Embajadores de “Los Embajadores de Hol-
Holbein”, en Cómo se lee una obra de arte de Omar Calabrese (1994). En el texto bein” en Cómo se lee una
obra de arte de Omar
se realiza un análisis de los intertextos, definidos como esa red de relaciones que Calabrese. Madrid: Cáte-
determinan el carácter inteligible de una obra y, al mismo tiempo, ponen en fun- dra, 1994.
Tal como lo venimos enunciando, en las Artes Visuales se plantea el re-envío de Lectur a
una obra a otras representaciones anteriores. Ante este fenómeno podemos afir-
El concepto de ‘iconicidad
mar que una semiótica del arte sólo puede postularse como una semiótica de la anagramática’ puede
‘iconicidad anagramática’. En el marco del programa de Charles S. Peirce, esta ampliarse en Herrero
Blanco (1998) “La iconici-
semiótica centraría su análisis en la semiosis infinita determinada por la organiza- dad anagramática. Para
ción semiótica de la conciencia. una versión peirceana de
la hipótesis anagramática
de saussure”, en SIGNA,
Revista de la Asociación
Española de Semiótica Nº
7, Madrid.
Figura 9
Noé, Luis Felipe, 1991, “Tormenta en la Pampa”
(Homenaje a un paisaje escrito por Sarmiento), técnica mixta con base acrílica, 200 x 150 cm.
curando en salud (porque más vale prevenirse) con una sola pregunta.
Si la creación es fundamentalmente una búsqueda: ¿Qué valdrá más un
acto repetitivo sobre la tela o la toma de conciencia de lo que se quiere
asir?
Entonces, se me dirá, cae en el tipo de teoría que antes yo mismo criti-
qué, o sea el previo a la creación.
Se me podrá citar a Matisse. "A menudo la dificultad del artista reside
en que no toma en consideración la calidad de su emoción y en el
hecho de que su razón confunde a su emoción. Sólo debería emplear su
razón como comprobante".
Estoy absolutamente de acuerdo. Pero señalo solamente algunas pe-
queñas observaciones. Esto no significa que la razón viene después de
la creación. La razón está implícita en el proceso creador. No hay antes
y después. O mejor dicho, lo que es después, es, también, antes. Es
después de unas obras y antes de otras. Tomar en consideración "la ca-
lidad de su emoción" significa una toma de conciencia de lo que se está
haciendo y un acto lúcido sobre lo que se va a hacer.” (Noé 1965
[1988]: 65-67)
Actividad Nº 2
Actividad Nº 3
UNIDAD 3:
LA OBRA. ESTRATEGIAS RETÓRICAS
En las producciones del campo del arte y el diseño es habitual que las convencio-
nes propias de un uso referencial del lenguaje se alteren y desde las dimensiones
sintáctica y semántica se propongan al espectador nuevos desafíos. Umberto Eco
(1969 [1994]: 137-140) señala que cierto tipo de producciones discursivas –entre
las que, obviamente, incluye las del arte y el diseño pero donde también caben
algunos usos del lenguaje cotidiano- constituyen mensajes ambiguos y autorreflexi-
vos. En oposición a lo que sucede con los mensajes referenciales, donde la aten-
ción se concentra en el significado contextual de los términos y de allí se vincula
con un referente, en estos mensajes más ambiguos el juego de los significantes y
las conexiones que establecen con el contenido, hacen que la atención se vuelva
sobre el mensaje mismo. Al respecto, Roman Jakobson (1960) propone una expli-
cación de las funciones del lenguaje –ampliamente difundida en nuestro medio- en
la que se refiere a las marcas características de este tipo de situaciones comuni-
cativas. Desde su perspectiva, cuando los lenguajes que articulan un determinado
mensaje se orientan sobre el mensaje mismo, estamos en presencia de una fun-
ción poética que implica una selección de elementos dentro de ese gran reservorio
del lenguaje que es el paradigma y una inusual combinación en la yuxtaposición de
los mismos en el sintagma.
En la actualidad puede observarse un renovado interés por los estudios retóricos. Lectur a
En este sentido, debemos destacar los aportes de Roland Barthes en “La retórica
En el campo específico de la
antigua”, texto incluido en La aventura semiológica (1985 [1993]: 85-160). Se plástica, las investigaciones
trata de la transcripción de un seminario dictado en París, en la École Pratique des de Elena Oliveras (1993), pu-
blicadas con el título de La
Hautes Études entre los años 1964 y 1965. El hecho de que Barthes acepte publi- metáfora en el arte (Buenos
carlo no es un dato anecdótico: hasta ese momento no existía un compendio o Aires: Almagesto, 1993 ), pro-
ponen una subversión de la
manual que sistematizara de modo cronológico el panorama de la retórica antigua. dependencia habitual puesta
Si bien el texto enfoca exclusivamente la problemática de la retórica en el lenguaje de manifiesto en el análisis
de lo visual desde lo verbal.
verbal, las nociones recuperadas en el mismo configuran la base a partir de la cual La autora postula que la me-
se constituye la retórica moderna. A los trabajos de Barthes se suman las investi- táfora plástica sirve como
modelo perceptivo visual del
gaciones del Grupo m (1992 [1993]), quienes recuperan la tradición retórica propia trabajo metafórico en gene-
de la lingüística verbal, sobre la base de que uno de los postulados de esta disci- ral.
Considerada como “un metalenguaje, que se aplica a un lenguaje objeto del dis-
curso” (Zunzunegui 1995: 95); o “como una transformación reglada de los elemen-
tos de un enunciado, de tal forma que al grado percibido de un elemento manifes-
tado en el enunciado, el receptor deba superponer un grado concebido” (Grupo m
1992 [1993]: 233), la práctica retórica supone la modificación de una proposición
considerada “normal” para producir un desvío con el objetivo de generar una ruptu-
ra en el orden de la lectura corriente, que posibilite mayor expresividad y provoque
variaciones de sentido. Estas ‘modificaciones’ o ‘transformaciones regladas’ se
efectivizan en el plano del significante de los mensajes por medio de operaciones
que afectan uno o más elementos del mensaje.
Las figuras retóricas se han definido de diversos modos a lo largo de casi veinte
siglos de historia y los repertorios de figuras se ordenan en relación con distintos
criterios:
a) La clásica agrupación propuesta por Aristóteles que, interesado por la naturale-
za de la relación, distingue entre figuras de dicción -aquellas en que la operación
afecta el campo significante- y figuras de pensamiento -aquellas que producen va-
riaciones en la significación-.
Elipsis: supresión de uno de los elementos necesarios para que una construcción
se complete.
Metagrafo: alteración de las formas gráficas del lenguaje sin alterar sustancial-
mente el plano del significado.
Figura 10 Figura 11
Ilustración de Mauzán: Tertulia, 1928. Trabajo de Divito para Mallas Masllorens, 1941.
La gráfica de Mallas Masllorens –Figura 11- es uno de los primeros trabajos de Lectur a
Divito. Recién en 1944 aparecerá RICO TIPO, un clásico del humor gráfico argenti-
En Rico Tipo y las chicas
no que se publicará hasta principios de los ’70. En la pieza analizada, Divito reali- de Divito, Pablo De San-
za una adjunción de elementos para construir una hipérbole. La exageración pre- tis reúne material gráfi-
co y realiza una lectura
sente en la curva del pecho, la estrechez de la cintura y la fortaleza de brazos y diacrónica de la obra de
piernas construyen una imagen masculina hiperbolizada que resalta cierto imagina- Divito. (Buenos Aires:
Espasa Humor Gráfico,
rio de la masculinidad. La expresión de asombro en los personajes femeninos 1994)
incorporados a la pieza, apelando a un recurso propio de la historieta, contribuye a
reforzar la hipérbole.
mundo de las ventajas del producto: la causa por el efecto de un mejor planchado.
La imagen refuerza la misma idea con las alas que se incorporan a la plancha, la
felicidad manifiesta en la imagen de los gestos y el rostro del ama de casa. La
figura retórica construida desde la sustitución y la puesta en relación de causa-
efecto es una sinécdoque.
Lectur a
“Luminosa suavidad en sus cabellos” promete la imagen de Susana Gimé-
nez -Figura 13- desde la publicidad de champú al limón CADUM. La metonimia es Sobre el tema de la figura-
ción del cuerpo en la publi-
la figura con la que se intenta persuadir en esta oportunidad. Para ello se utiliza
cidad, se sugiere la lectura
una fotografía fuertemente icónica de una modelo del momento, en la que el tra- de Cuerpos de papel de
tamiento fotográfico permite apreciar la exuberante cabellera. En la parte inferior Oscar Traversa. Barcelona:
Gedisa, 1997. El autor pro-
de la pieza se incluye una fotografía del producto. Estamos en presencia de dos pone un recorrido por las
contextos: el representado por la modelo, que a su vez por antonomasia es repre- ‘figuraciones del cuerpo’ en
la publicidad argentina
sentativo de lo femenino, y el contexto de los productos de cosmética e higiene, entre 1918 y 1940, antece-
en donde se inscribe el objeto publicitado. Se adjuntan dos contextos que en co- dentes de las actuales
manifestaciones.
presencia producen un efecto de traspaso de cualidades: las virtudes del champú
en la cabellera, la belleza de la modelo contaminando la marca.
Figura 12 Figura 13
Almidón COLMAN, 1940. Champú CADUM, 1971.
Figura 14 Figura 15
Cigarrillos COLORADO, 1969. Afiche de Mauzán, 1927.
Actividad Nª 4
UNIDAD 4:
PRECISIONES SOBRE EL ESPECTADOR EN EL MARCO
DE UNA SEMIOTICA DE LA CULTURA
Si volvemos sobre la obra de Warhol, por ejemplo, podemos ver cómo su discurso
sobre el consumo de productos “impersonales” –sopa o Coca Cola- se estructura
desde la crítica a una sociedad en la que las diferencias sociales pueden, curio-
samente, subvertirse o neutralizarse frente a un objeto como el retratado: Kennedy
o un mendigo están, al menos por un instante, en un plano de igualdad frente a un
mismo producto de consumo habitual. Sin embargo, lo que cuando pasa el tiempo
queda de Warhol en el espacio del museo o la galería es, principalmente, su ins-
cripción-filiación y su renovación de uno de los géneros más tradicionales en la
historia del arte: la naturaleza muerta. Ya no se trata de una frutera con naranjas
sino del alimento –práctico, económico, rápido y sabroso- que la reemplaza. Tal
como lo plantea Lotman (1984 [1986]) una de las principales características de la
semiosfera es el trabajo de “traducción” que realizan las instituciones que regulan
su funcionamiento. Pero, más allá de esta operación, desde los textos se prevé un
tipo de relación con los espectadores que estaría garantizando cierta interpretación
prevista por el artista.
Lect ur a
Al referirse a las relaciones entre destinador y destinatario, Umberto Eco (1979
[1981]: 76) señala que “un texto es un mecanismo perezoso -o económico- que Sobre el tema de la co-
vive de la plusvalía de sentido que el destinatario introduce en él”. operación textual se
sugiere la lectura de
Umberto Eco (1962, 1979):
Por debajo de la imagen referencial de los productos o fenómenos retratados – “La obra abierta en las
pensemos también en la serie “La silla eléctrica” de Warhol (1966)- se abre un Artes Visuales” en Obra
abierta (Barcelona: Plane-
espacio polisémico que sostiene su significación en las posibilidades de actualizar
ta-Agostini, 1985) y Lector
múltiples y variados sentidos que el artista-destinador previó en el momento de in fabula (Barcelona,
proyectación de su obra: Lumen, 1981).
Actividad Nº 5
Elija dos o más instituciones -museo, galería o centro cultural- en relación con las
cuales pueda seleccionar exposiciones que haya visto y de las que tenga acceso al
material periodístico correspondiente.
a) En relación con dichas instituciones, precisar:
- ubicación espacial en la ciudad y tipo de edificio (adecuación según su función,
conservación, etc.)
- modalidad de la gestión de gobierno (pública: nacional, provincial, municipal; mixta
o privada);
- carácter de las exposiciones: permanentes y/o temporales;
- nómina de artistas expuestos;
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