Amado Padre Celestial, vengo hoy confiadamente a tu trono a reclamar mis
beneficios en el reino de Dios. Tengo una herencia que Tú me has dado y la reclamo hoy en la corte del cielo. Te doy gracias porque me amaste de tal manera que diste a tu único Hijo para que yo tuviera vida eterna. Hoy tengo la certeza de esa vida eterna porque el Espíritu Santo que está en mí da el Testimonio a mi corazón de que yo soy tu hijo. Te doy gracias porque he recibido la promesa del Espíritu Santo y al hacerlo hablo en lenguas como el Espíritu me da que hable. El Espíritu Santo me da poder continuo para vivir una vida santa y para ser testigo del Señor Jesucristo. Soy sanado y soy sano ahora. Tengo autoridad sobre Satanás y nada por ningún motivo me hará daño porque mayor es El que está en mí que el que está en el mundo. !Me someto a Dios y el diablo debe huir! Te doy gracias Padre, porque en este día Tu Testamento me da prosperidad. Todas mis necesidades están suplidas conforme a tus riquezas en Cristo Jesús. Así como doy, los hombres me dan a mí. Así como busco primero el Reino de Dios y Tu justicia, todas las cosas me son añadidas. De acuerdo a Tu Testamento, soy la justicia de Dios en Cristo. No voy a acobardarme bajo la condenación del enemigo. Andaré en el Espíritu porque he sido hecho la justicia Te doy gracias Padre, porque Tú no me has dado un espíritu de temor sino de poder, de amor y de dominio propio. El perfecto amor de Dios en mí y para mi, echa fuera de mi vida todo temor. ¡Soy libre! Y a quien el Hijo liberta éste es verdaderamente libre. Tu Testamento me da las armas para la batalla que son los dones de Espíritu Santo; desearé y cultivaré con ahínco estos dones del Espíritu para que pueda edificar y levantar el cuerpo de Cristo. Te doy gracias Padre, que Tú has oído mi oración porque lo pido en el Nombre de Jesús. Tú has dicho que cualquier cosa que pida en Su Nombre Tú lo harás. Hoy recibo los beneficios de Tu Testamento con gozo y acción de gracias, dando Gloria a Dios. En el Nombre de Jesús, Amén.