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psicólogo de la UBA”
COMISIÓN TP: N° 4
CATANIA, IGNACIO
En este trabajo nos interesa investigar cuál es la representación social que tienen
estudiantes de psicología de la facultad de psicología de la UBA acerca de su futuro
campo laboral, es decir, del área laboral de la psicología en la cual se pretenden insertar.
Nos interesa conocer cómo ha sido la evolución de las preferencias de inserción laboral
de estos alumnos a lo largo de su carrera, desde su inicio en el primer año hasta las
últimas materias por cursar, e indagar sobre las posibles tendencias que puedan llegar a
frecuentar la elección de dicho campo.
En la universidad de buenos aires entendemos que existe una tendencia hacia el
psicoanálisis como referente teórico, y área clínica como referente laboral; de hecho las
únicas dos materias anuales de toda la carrera psicoanálisis y psicopatología, se refieren
principalmente a Freud y Lacan. Por esta razón nos interesa saber si los alumnos que
ingresan a la carrera lo hacen porque sienten un interés hacia el psicoanálisis y la clínica,
si su interés es producido por el transcurso de la carrera o si por el contrario, su interés
laboral es independiente de la orientación teórica y laboral de la facultad.
Para lograr este objetivo tendremos en cuenta las representaciones sociales que
poseen del campo laboral en el que se puede insertar un psicólogo estudiantes del último
de la carrera de psicología.
Realizaremos un enfoque desde la perspectiva de la psicología social, tomando
conceptos de diferentes autores:
-Representaciones sociales (Moscovici, S - Wagner, W.; Elejabarrieta, F.)
-Reificación (Berger, P. & Luckmann, T.)
-Psicología de la Liberación (Martín Baró, I.)
A partir de un enfoque metodológico cualitativo, realizamos entrevistas libres buscando
que representación tienen de su área, su campo laboral, y su motivación para elegir la
carrera a distintos alumnos de la facultad de psicología de la UBA, 4 mujeres y 1 varón,
de distintas edades, que se encuentran cursando las ultimas materias de la Licenciatura
en Psicología.
DESARROLLO
EL ANCLAJE
La objetivación fue un proceso que permitió alivianar la incertidumbre, pero no es
suficiente, pues se necesita del anclaje. Ambos funcionan como una soldadura en la
génesis de la representación social a la hora de incorporar lo extraño en una red de
categorías y significaciones.
Una forma de anclaje sirve para convertir las representaciones en instrumentos útiles
para la comunicación, por ejemplo una de las entrevistadas dice:
“Hay varias cosas que me gustan. Pero también de lo que la orientación de la facultad
sabemos es que en su mayoría salimos con una orientación Psicoanalítica Lacaniana que
es hoy en día la referencia a del Psicoanálisis. Y eso también me gusta teóricamente y
estoy tratando de bajarlo al campo laboral hoy en día” (Entrevista N°4)
“Los que hacen Lacan, es Lacan, Miller y Collete y ese paquete de atrás para adelante,
de adelante para atrás y de ese encuadre no salís, es interesante, no digo que no, pero te
vuelvo a repetir para mí hay que ir mechando con otras opiniones también. Es la base
pero, hay que abrirse a otras cosas, no me gustan los núcleos cerrados porque entonces
vas en contra de lo que es el psicoanálisis, el psicoanálisis es abrir, es preguntarte... si
tenés todas las preguntas cerradas, bueno, ya está… el psicoanálisis para mi es abrir y
preguntarte: y bueno, y para qué, y cómo, y dónde, y por qué… El trabajo, el trabajo con
uno mismo…” (Entrevista N°1)
En este fragmento podemos ver como el psicoanálisis es visto por la entrevistada como
un núcleo cerrado en sí mismo, desde la orientación misma de la facultad. Lo que para
ella debería ser un lugar de apertura, de cuestionamiento, de debate, se le aparece como
cerrado en la perspectiva de los autores que menciona.
Es difícil categorizar al rol del psicólogo y a la Psicología en sí, ya que hay muchas
interpretaciones que dependen de intereses y valoraciones personales, desde vínculos
afectivos, hasta optar la carrera por descarte entre otras, por mero gusto o por un interés
en la humanidad. Por ejemplo:
“A mí me gusta mucho todo lo que es la adolescencia; es lo que más me mueve quizás
porque yo tuve una buena adolescencia, niñez y adolescencia, entonces veo todo ese
campo de niñez y adolescencia un poco perdido; perdido en el sentido de... algo que los
guíe…” (Entrevista N°1)
“Lo que yo creo es que la psicología, o el psicoanálisis no tiene que ser tan elitista,
tiene que estar al alcance de todo el mundo. Porque hoy, lamentablemente, los que
estamos peor son los que menos poder adquisitivo tienen, y necesitan más ayuda, que les
podamos brindar” (Entrevista N°1)
“Somos sostén, somos orejas. Nosotros estamos preparados de cierto modo, para
observar y ver cosas que no ve el ojo ni el oído común. Como oyente de afuera, tenés un
entrenamiento, tenés un aprendizaje, que podés observar y ver cosas, escuchar cosas,
que uno no se da cuenta…” (Entrevista N°1)
Ver al Psicólogo como un “sostén” quien y está preparado para ver cosas que otros no.
“Un psicólogo trabaja más con lo subjetivo, pero también no podemos dejar de pensar
en lo material, o sea en la existencia de la persona que a veces puede ser más o menos
complicada.” (Entrevista N°4)
Aquí podemos ver como el psicoanálisis es visto como una práctica ligada a la
subjetividad.
“Siempre quise hacer algo como… no con servicio. Sino como algo en donde pueda
ayudar a la gente” (Entrevista N°2)
“Y psicoanálisis empecé en el 2005 por otra situación donde me planteé que, bueno,
basta de estar viviendo por los demás, una situación límite, angustia, quería salir de ese
lado y decir “necesito ayuda”. Psicoanálisis empecé en el 2005 y ahí arranque, pidiendo
ayuda por la situación que estaba, sola yo no podía salir de ahí” (Entrevista N°1)
“Lo veo al psicólogo como una especie de médico de la mente, entonces iría el día que
este mal. No voy al traumatólogo si tengo el brazo bien. Voy cuando me lo rompí al brazo.
Eso de ir al psicólogo toda la vida para hablar como le hablaría a un amigo o usarlo de
descarga no me parece que sea la función del psicólogo.” (Entrevista N°5)
El Psicólogo es un médico de la mente al que se tiene que recurrir cuando se está mal,
éste es el argumento brindado por el entrevistado.
“Yo estudiaba medicina que era mucho más exigente que ésta y no me daba la vida para
el trabajo y siempre había sido también una opción ésta. También estaba relacionada con
la salud” (Entrevista N°5).
“La medicina no era una opción porque hay que estudiar muchísimo y en ese sentido soy
muy impresionable” (Entrevista N°3).
Nos muestran que los estudiantes de la carrera de psicología iniciaron sus estudios
considerando a la psicología como una psicología clínica.
En el transcurso de la carrera se incorporan teorías científicas, encuadres metodológicos
y otros campos profesionales en la actividad del psicólogo/a. Estas teorías científicas
pueden ser consideradas como reificaciones teóricas, de mayor complejidad intelectual
que pueden ser solidarias con las reificaciones pre-teóricas, contradecirlas o modificarlas.
La especulación teórica y la multiplicación de perspectivas en la reificación teórica
conducen a una des-reificación en la que mediante un distanciamiento crítico y la
perspectiva histórica permite cuestionar el carácter naturalizado atribuido a la profesión
del psicólogo/a y comprender el contexto de su surgimiento.
Este proceso es un proceso dialéctico y el estudiante de psicología que ya adquirido
una formación teórica, es por un lado un producto de la institución y al mismo tiempo
productor de la institución en la que se ha formado como psicólogo/a haciendo críticas y
repensando la práctica.
Expresiones tales como:
“De la sistémica no conozco mucho, tengo interés en conocer pero la verdad que no
pude profundizar porque justamente se pierde mucho tiempo acá que lo único que ve es
psicoanálisis todos los años y siempre lo mismo además; se pierde mucho tiempo en la
facultad, uno se podría formar de otra manera” (Entrevista N°5)
“Creo que acá no tenemos tantas orientaciones diversas, sí uno puede hacer ese
recorrido con las materias optativas pero es difícil entender bien la parte laboral”
(Entrevista N°4);
“Me gusta el psicoanálisis, pero un psicoanálisis con amplio conocimiento de todas las
corrientes, porque hoy en día no te podés casar con una sola, tenés que tener una
capacidad y una apertura porque no podés hacer un Lacan puro, un Freud puro, un
Collette puro...” (Entrevista N°4)
“Podemos pensar que hacia el final de la carrera uno amplia su visión (del campo
laboral de la psicología), pero también podemos pensar que uno reduce su visión (…) por
ahí tenemos como perspectiva mucho más amplia y el mismo paradigma o la misma
escuela hegemónica que tenemos acá te va cerrando esa perspectiva o ese camino hacia
una forma de interactuar como trabajador de la salud. Yo trato de ampliarlo, pero que se
yo, creo que acá no tenemos tantas orientaciones diversas, sí uno puede hacer ese
recorrido con las materias optativas pero es difícil entender bien la parte laboral. (…)
teóricamente podemos conceptualizar mucho y debatir mucho y la carrera sí te abre la
perspectiva hacia cuáles con las distintas teorías, las distintas escuelas, dentro de la
psicología. Ahora, prácticamente, en lo que es el campo laboral, es mucho más difícil, es
más un recorrido que uno tiene que hacer, investigando, preguntando, teniendo contactos,
porque si no, no te imaginas que hace un psicólogo en una institución, que hace un
psicólogo en la escuela, que hace un psicólogo en el barrio, cómo se puede insertar o en
un hospital o en algo que no sea la clínica común (…) Me parece que en general nos pasa
ese miedo de decir: ¿pero cómo es el trabajo real del psicólogo en ese ámbito?”
(Entrevista N°4)
Baró, por otra parte, sostiene que la psicología social debe ser una herramienta que le
ayude a los pueblos marginados a liberarse de la opresión, para que puedan emerger
como dueños de su destino, y no tan solo un instrumento que explique la realidad social,
sino que la comprenda, y que le ayude a construir su futuro: “De lo que se trata es de si
podemos, con nuestro bagaje y capacidades actuales, llegar a esos sectores
(marginados), comprender sus problemas y hacer algún aporte significativo a su
resolución” (Martín Baró, I., 1986).
Una de las entrevistadas, ante la pregunta de cómo se decidió por estudiar psicología,
expreso que lo que la decidió fue ese potencial de cambiar la realidad que tiene la
psicología, a diferencia de otra disciplina social como la filosofía:
“El que estudia filosofía, termina filosofando, teorizando, abstrayendo, sin llevar adelante
proyectos concretos o sin cambiar realmente la realidad, entonces ahí fue que me decidí
por psicología.” (Entrevista N°4)
“Una cosa son las condiciones materiales de vida de la persona y otra cosas son las
cuestiones subjetivas y un psicólogo trabaja más con lo subjetivo, pero también no
podemos dejar de pensar en lo material, o sea en la existencia de la persona que a veces
puede ser más o menos complicada.” (Entrevista N°4)
“Lo que yo creo es que la psicología, o el psicoanálisis no tiene que ser tan elitista, tiene
que estar al alcance de todo el mundo. Porque hoy, lamentablemente, los que estamos
peor son los que menos poder adquisitivo tienen, y necesitan más ayuda, que les
podamos brindar.” (Entrevista N°1)
“Para trabajar un psicólogo, mirá, te vas a la Villa 31, con cualquier cura en cualquier
iglesia, y tenés trabajo social para troche y moche. Lo que pasa es que… La retribución
ahora que tengas, la retribución económica es otra historia… Bien te dicen que si elegís la
carrera de psicología, millonario no vas a ser, salvo que seas un analista de elite y hagas
“la” carrera. Pero hoy en día, yo creo que un psicólogo debería estar en todos lados (…)”
(Entrevista N°1)
En síntesis, en dos entrevistas podemos encontrar el interés por replantear los modelos
teóricos con una mayor apertura en torno a lo que sea necesario para utilizar a la
psicología como un instrumento que ayude a transformar la realidad material de los
sectores marginados. Como afirma Baró, el reto que se le presenta a la psicología
latinoamericana es el de orientar su potencial influjo social a atender de forma prioritaria
los intereses de los grupos dominados, las mayorías populares, sus esperanzas y sueños.
Conclusión
A lo largo de este trabajo nos hemos concentrado en las representaciones sociales que
tienen estudiantes de psicología de la UBA sobre su futuro campo laboral. A partir de las
entrevistas realizadas a 5 estudiantes podemos advertir que el psicoanálisis (en especial
la orientación Lacaniana) es la preferencia teórica en 4 de los entrevistados. Por otra
parte el trabajo en el área clínica es el que presenta mayor adhesión en todos los
entrevistados. Podemos concluir que estas preferencias surgen en parte a raíz de lo que
se conoce comúnmente de la psicología y su práctica, pero que también son reforzadas
por la orientación teórica y práctica que propone la Facultad de Psicología de la UBA.
Referencias bibliográficas:
Entrevistas:
Entrevista N°1
Pregunta: ¿En qué año empezaste la carrera?
Respuesta: -El CBC o la carrera? La carrera en sí en 2008. En 2008 la inicié y 6 años me
llevó. Ahora termino en julio. 5 años y medio, 6.
P: ¿Cuánto te falta para recibirte?
R: -Y... Ahora estoy cursando Adultos y una práctica, y el segundo modulo de Inglés que
no lo aprobé en los exámenes libres; aprobé el primero pero no el segundo. Entonces
decidí cursarla para poder sacarla, o sea que no me quede colgada o recibirme con
Inglés, como quien dice, así que estoy haciendo esas tres y ya, si Dios quiere, termino.
P: ¿Qué te pareció la cursada?
R: -Se me hizo difícil por problemas personales, te das cuenta que soy una persona
mayor. Tengo a cargo a mi mamá, mi marido que tiene problemas de salud, entonces,
bueno, había momentos donde se me hizo difícil. De hecho se me hizo difícil el CBC que
perdí un año por esa razón; porque enfermaron los dos y no tengo a nadie y ahí tuve que
frenar. Y en algunas materias se me hizo más difícil que en otras, pero como siempre me
gustó psicología y fue una materia pendiente, una asignatura pendiente, como quien dice.
Porque yo iba a hacerla en los años 70, pero en esos años era muy bravo, muy revoltoso,
y perdí amigos, entonces dije: “No, paremos” y después el devenir de la vida me llevó a
casarme, a trabajar, a llevarte por otros caminos y ahora en un impasse dije tengo que
hacer algo por mí, algo que me guste, después de haber hecho psicoanálisis (cosa que
sigo haciendo) y decidí arrancar la carrera.
P: -¿Habías estudiado otra cosa antes?
R: -Yo cuando me recibí, que soy perito mercantil, hice dos años de traductorado público
de inglés pero no me encontraba con eso, no me gustaba. Después estudié idiomas, tres
años de francés, dos años de italiano; nunca deje de estudiar, de leer, siempre fui muy
curiosa y entonces eso me llevó y ahora dije “voy a dedicarme a mi profundamente”, a
una carrera universitaria que quería hacerla, que pienso trabajar, si Dios quiere. Tengo
ganas de ejercer, por eso te decía, vamos a ver como viene para poder ejercer porque
eso es otra cuestión con la edad viste, o son pasantías, o son concurrencias, en un primer
tiempo yo sé que va a ser ad honorem, y a ganar experiencia y después… bueno, ver...
P: ¿Y en qué campo laboral te gustaría trabajar?
R: -A mí me gusta mucho todo lo que es la adolescencia; es lo que más me mueve quizás
porque yo tuve una buena adolescencia, niñez y adolescencia, entonces veo todo ese
campo de niñez y adolescencia un poco perdido; perdido en el sentido de... algo que los
guíe… desorientado, más que perdido viste, y es una cosa que me gusta. Estuve
haciendo una práctica que me interesó mucho y ahora estoy haciendo la segunda que no
es tanto adolescencia pero va a lo mismo, que es adicciones y ese es un campo que
también me preocupa mucho y que me interesa trabajar también. De hecho estoy
haciendo una práctica que me gusta mucho, pero ya no son adolescentes, son mayores
de 21 años, pero eso también, me interesa las adicciones, trabajar en esa línea.
P: ¿En la parte clínica?
R: -Sí, clínica, Educacional también me gusta. O sea, esas son las que más me atraen,
educacional y clínica. Trabajo la vi, Jurídica me gustó mucho.
P: ¿Y alguna corriente teórica en particular?
R: -Me pasa lo siguiente: a través de toda la carrera me di cuenta que me gusta el
psicoanálisis, pero un psicoanálisis con amplio conocimiento de todas las corrientes,
porque hoy en día no te podés casar con una sola, tenés que tener una capacidad y una
apertura porque no podés hacer un Lacan puro, un Freud puro, un Collete puro...
Cognitivismo no me gusta tanto, a mi eso de encuadrar, de encasillar... tal síntoma, tal
enfermedad. No, hay que ver... Por eso me gusta mucho Ulloa, que es uno que plantea
que el analista tiene que tener muchas herramientas para trabajar hoy en día con la
gente. Entonces, estoy abierta a todo pero creo más en el psicoanálisis. Para mí es como
quien te dice el nudo de la cuestión. Pasa que eso lleva mucho tiempo y mucho trabajo
del paciente, de que él quiera hacerlo y hoy en día que estamos en el “llame ya”,
“soluciónelo ya”, muchos no quieren trabajar en eso, no quieren el sufrimiento. Yo lo veo
porque dicen “eh, ¿pero vos sabés lo que sufrís con eso?” ¿Y quién te dijo que viniste a
esta vida a pasarla bien, no? Entonces el trabajo con uno mismo me parece muy
importante, por eso voy por el lado del psicoanálisis.
P: Esta preferencia por el psicoanálisis, ¿estaba ya en tu cabeza cuando elegiste
esta facultad?, que es una facultad que está fundamentalmente orientada al
psicoanálisis.
R: -Yo siempre creí en la educación pública, me eduqué en educación pública, está bien
que eran otras épocas, yo me recibí en el ´69. Para que te des una idea, yo tengo 62
años, entonces yo siempre me eduqué en educación pública y siempre creí en la
Universidad de Buenos Aires y entonces cuando me dijeron en dónde iba a empezar; yo
dije “a la UBA”. Para mí es la UBA. Y bueno, acá estoy, contenta con la cursada que he
hecho.
P: -Bueno, justo en esta facultad, si bien uno ve las otras corrientes y las otras
escuelas, tiene un marcado enfoque psicoanalista. Con Lacan o Freud que son las
materias anuales, es muy común que la gente se oriente hacia la clínica.
R: -Sí, eso hace que todos se remitan a Lacan y Freud, porque a medida que yo fui
leyendo y se tocaron en otras materias así puntitos nada más pero después yo
profundicé.
Hay pocas materias que lo tocan a Galende, hay muchos; Nasio, ahora lo veo a Nasio
porque estoy haciendo Adultos pero hay muchos autores que se dejan de lado, y los que
hacen Lacan, es Lacan, Miller y Collete y ese paquete de atrás para adelante, de adelante
para atrás y de ese encuadre no salís, es interesante, no digo que no, pero te vuelvo a
repetir, para mí hay que ir mechando con otras opiniones también. Es la base pero, hay
que abrirse a otras cosas, no me gustan los núcleos cerrados, porque entonces vas en
contra de lo que es el psicoanálisis, el psicoanálisis es abrir, es preguntarte... si tenés
todas las preguntas cerradas, bueno, ya está… el psicoanálisis para mi es abrir y
preguntarte: y bueno, y para qué, y cómo, y dónde, y por qué… El trabajo, el trabajo con
uno mismo, porque si no ¿dónde está la castración? todos estamos castrados... Yo sé
que tengo una falta, si yo no averiguo nada y me las sé todas... Bueno... Esa es mi simple
y humilde opinión (se ríe) no sé si les sirve.
P: ¿Habías hecho terapia de psicoanálisis antes?
R:- Yo había hecho hace muchos años por una situación muy particular: la muerte de un
ser muy querido, que caí en un poquito de depresión, pero no era psicoanálisis, era un
psiquiatra que fue dos sesiones y nada más. Y psicoanálisis empecé en el 2005 por otra
situación donde me planteé que, bueno, basta de estar viviendo por los demás, una
situación límite, angustia, quería salir de ese lado y decir “necesito ayuda”. Psicoanálisis
empecé en el 2005 y ahí arranque, pidiendo ayuda por la situación que estaba, sola yo no
podía salir de ahí y después al año y medio, dos años, empecé a trabajar con esto de
iniciarme la carrera. Salió, mi analista me ayudó a descubrir que yo tenía ahí eso
escondido y dije “bueno, salgamos, saquemos esto afuera y trabajemos con eso”, que al
principio yo decía “¿con esta edad voy a empezar una carrera?... ¿y por qué no? Y ese
¿por qué no? me quedó en la cabeza, y ahí nomas me largué.
P: Siempre que hizo terapia fue psicoanálisis, entonces.
R: - Siempre. Porque fui con una buena analista que todavía sigo. Ahora ya es un
psicoanálisis de un desarrollo personal y del trabajo que hago en la facultad, lo hablo con
ella, o sea, sigo con ella, la verdad es que estoy muy bien. Son mis 30 o 40 minutos
exclusivamente míos. Por eso yo trato de que todo el mundo lo tenga porque, hay que
tenerlos (se ríe) un tiempo propio. Donde podés abrir tu cabeza, tu consciente, tu
inconsciente, ahí estás todo, completo. A veces sale algo, a veces no sale nada, pero
bue, tenés tu tiempo.
P: ¿Ya trabajaste alguna vez en algún área de psicología?
R:- No. Naturalmente con la gente, siempre estuve ayudando, sosteniendo, a gente
enferma, por familiares, pero no como un trabajo. Amistades, había alguien enfermo, iba,
estaba, ayudaba, desde mi conocimiento, pero no a nivel profesional… Si trabajé fue a
nivel administrativo, en una empresa, trabajé 18 años, nada que ver, trabajé en mesas de
dinero, lo más alienante que puede haber y después tuve un negocio, un comercio con mi
marido que era una librería comercial, artística, muy linda. La tuve 25 años, después mi
marido enfermó y hubo que sacarla. Pero bueno, ahí fui conociendo mucha gente; a mí de
chiquita siempre me llamó la atención la gente con problemas psiquiátricos, o sea, ya de
chiquita, porque locos en la calle siempre hubo y yo de chiquita iba y me acercaba. Había
una señora en la plaza y yo de chiquita le hablaba y la mujer hablaba conmigo y me
llamaba la atención dentro de su locura y cuando tuve el negocio venía mucha gente (la
gente está muy sacada) y la gente se volcaba y bueno, hacíamos tipo terapia y se iban
más tranquilos, pero siempre me gustó, y de hecho ahora me estoy dando cuenta, por
ejemplo que una de las personas que venía era un paranoico, pero de aquellos; venía,
entraba corriendo y decía :”me vienen persiguiendo, me vienen persiguiendo”. Se llamaba
Carlos. “Escóndeme”, que se yo, “no, no, quedate tranquilo”, “bueno, sacame fotocopias”
y tenía la persecución de que lo estaban persiguiendo los del FBI, la CIA y yo le decía
“pero, ¿por qué te persiguen?”… Le seguía el tren, y el tipo venia todos los días a
contarme su historia, me hacia escribir, o sea, actuaba como su secretaria, la que lo
escuchaba, no lo confrontaba, le seguía sin yo saber nada y ahora me vengo a dar cuenta
que por eso venía él tanto (se ríe) todos los días pasaba, a la mañana y a la tarde. En la
calle me veía y cruzaba la calle para venir a saludarme y había otra gente que se peleaba
porque era muy agresivo y a veces te miraba, estabas en la calle y te puteaba. Yo lo he
visto, estando en la esquina, mirar una señora y putearla mal. Y yo acercarme y hablarle,
y venia y me abrazaba, la gente habrá pensado “ésta mina… ésta mina está loca como
él.” Y después ya no lo vi más, estaba muy mal. Yo tengo cierta calma con los locos, con
los chicos (riéndose) los diferentes, los que dicen… (Los chicos no) pero viste, los que la
sociedad normalmente considera “los anormales”. Es como que tengo un imán yo.
P: El trabajo en clínica con niños, adolescentes, y relacionado con adicciones,
¿desde que empezaste la carrera te querías dedicar a eso?
R: -Y… siempre me afectaron los chicos y los adolescentes; verlos mal, viste que se ve
en la calle, y te das cuenta… Lo que pasa es que en lo personal uno piensa “¿hasta
dónde puedo llegar yo, sola?” entonces es cuestión de buscar una ONG, un lugar donde
poder trabajar. Siempre me gustaron, porque siempre recuerdo mi infancia y mi
adolescencia, lo linda que fue, viste, estar contenida y un montón de cosas. El cariño que
yo recibí, sobre todo. Entonces vos te das cuenta que vos a un chico viene y te da una
estampita y vos a ese chico le agarrás la mano y le preguntás ¿y vos cómo te llamás?
Esa cara cambia. Porque hay alguien, hay un Otro que lo miró. Porque no es cuestión de
darle el peso, o darle el chocolate, animate a darle la mano a uno de esos chicos que
vienen y preguntarle ¿Cómo te llamás? ¿Y qué hacés? Y el chico cambia, hay Otro que lo
está mirando. Y eso a mí me pone un poco… y tengo ganas de trabajar en eso. Ahora
¿Qué voy a hacer? No sé. Y con los adolescentes en las adicciones, estuve trabajando en
una comunidad terapéutica el año pasado, en una práctica y eran chicos con problemas
de inyecciones… Habían robado, se habían drogado, y estaban en el hogar y vos
hablabas con ellos… La cuestión es la familia, vos te das cuenta que vienen de familias
destruidas, entonces por más trabajo que hagas, tenés que hacer un trabajo duro, trabajar
con ellos. Es la familia. Están destrozadas, vos decis “¿Qué hacemos?” Es un trabajo muy
duro, si tomamos bien a conciencia, con la ética que lo tenemos que tomar los psicólogos,
es muy duro ese trabajo, es muy duro. Hay que estar ahí, hay que ayudarlos. Muchas
veces vos querés hacer eso, pero bueno, también está la impotencia de uno, uno no lo
puede solucionar todo. Es parte del juego. Pero siempre me movió esa parte, siempre me
movió mucho la niñez y la adolescencia, porque quizás puedas hacer un quiebre. Son
etapas donde quizás pueda haber un cambio. Yo estoy con gente muy mayor, y ahí es
más difícil; ya el que pasó los setenta, ochenta, sesenta y pico, que está con
enfermedades y qué sé yo, ahí ya es más difícil hacer algo. Yo siempre estoy a la
búsqueda del cambio, de no quedarse, no quedarse con lo que fue: el pasado, pasado
está. O sea, gracias a ese pasado construiste tu presente, pero no podés seguir agarrado
y colgado de ese pasado, tenés que estar en este presente para ir para un adelante. Y
con la gente mayor, mucha gente mayor es medio… será que estoy media cansada
también, que tengo a mi mama, tengo mucha gente grande alrededor. Y es una lucha muy
dura, y más con enfermedades. Una mamá con un Parkinson, tuve a otro familiar con
demencia, viste, con depresiones y son muy duras. Son muy duras para llevar adelante, y
en eso me ayudo mi psicoanálisis, poder ser soporte y sostén de esas enfermedades.
(Hace una pausa) ¿Qué más querés saber?
P:-¿Qué te llevó a estudiar psicología?
R:- La curiosidad y el responder a una deuda pendiente, y que siempre me gustó, siempre
me gustó, siempre leí, siempre estaba en mis manos algo de Freud, hace mucho, una vez
leí una biografía, Raskosky, una vez me prestaron libros de una señora que tenía del
marido y me dijo: “tomá, si querés libros acá tenés”, y fui y tenía de Raskosky, tenía, que
se yo, eran psicoanalistas que yo en aquella época… (Hace gesto de no tener idea) no
sabía ni quiénes eran, viste. La Psicología Social también, era muy interesante, me gustó,
en su momento. Es un trabajo interesante, ese trabajo. Lo que yo creo es que la
psicología, o el psicoanálisis no tienen que ser tan elitistas, tienen que estar al alcance de
todo el mundo. Porque hoy, lamentablemente, los que estamos peor son los que menos
poder adquisitivo tienen, y necesitan más ayuda, que les podamos brindar.
P: ¿Qué aéreas de inserción laboral conoces?
R:-Y en Jurídica hay trabajo, en tribunales con todos los chicos detenidos, para trabajar
con familias… Uy tenés para trabajar, lo que pasa es si te lo permiten las estructuras
judiciales, el Estado… Para trabajar un psicólogo, mirá, te vas a la Villa 31, con cualquier
cura en cualquier iglesia, y tenés trabajo social para troche y moche. Lo que pasa es
que… La retribución ahora que tengas, la retribución económica es otra historia… Bien te
dicen que si elegís la carrera de psicología, millonario no vas a ser, salvo que seas un
analista de elite y hagas “la” carrera. Pero hoy en día, yo creo que un psicólogo debería
estar en todos lados: en empresas… Mi mama está internada en un lugar, y por ejemplo
hay un psicólogo que hace los test cognitivos a los abuelitos o a las abuelitas para ver
como están. Pero a nivel institucional también a veces necesitan a alguien, porque a
veces hay unos choques entre enfermeros, o sea institucionalmente, los psicólogos
también tienen un importante trabajo. Yo creo que en casi todos los lugares tendría
espacio un psicólogo, porque donde hay un ser humano, un hombre, donde hay
humanidad, puede entrar un psicólogo a trabajar. Ahora, que la estructura esté preparada
para que haya un psicólogo… Eso ya es otra historia. Pero con conocimiento, yo creo que
podemos estar en muchos lugares. Somos sostén, somos orejas. Nosotros estamos
preparados de cierto modo, para observar y ver cosas que no ve el ojo ni el oído común.
Vos vas a escuchar un significante que a lo mejor los demás… Vos dijiste “Apa!” podés
agarrar, podés tirar, podés sondear, podés apaciguar. Como oyente de afuera. A mi me
parece que, como trabajo, podríamos tener un montón… Pero te lo vuelvo a repetir, hay
que ver como son las estructuras. En trabajo, la línea laboral, el estrés que hay hoy en
día, tenés muchos campos. O sea yo, no quiero ser fanática tampoco, pero hoy en día,
con la velocidad que llevamos, la vida que llevamos, esta capitalismo salvaje que nos
lleva a consumir, a tener un montón de cosas… Yo a veces me siento muy avasallada por
todo esto. Por eso freno, y me gusta ir a los bares, a los mejor a tomar un café, a mirar la
calle, mirar ése que está al lado tuyo, y ves un montón de cosas, porque tenés un
entrenamiento, tenés un aprendizaje, que podés observar y ver cosas, escuchar cosas,
que uno no se da cuenta… Eso es interesantísimo, a mi me gusta. A nivel investigación,
es mucho lo que un psicólogo puede hacer. Hay mucho para seguir aprendiendo. Por eso
te digo, para mi psicología se puede aplicar en todos los campos. En el campo político, en
Casa de Gobierno hace falta (se rie) pero adentro, trabajando con todos, o sea, haciendo
terapia grupal (se rie) no lo digo por este gobierno, lo digo por todos los gobiernos, me
refiero a todos los gobiernos en general. Por eso, la psicología puede ir bien en cualquier
lado, bien aplicada, armada y que le permitan trabajar, porque ésa es la otra. A veces,
como en los hospitales está supeditada al médico, o al psiquiatra, y estamos perdiendo
muchos campos los psicólogos, porque ahora no sé, no estoy bien informada, pero estaba
escuchando que a nivel institucional, en las escuelas iba a haber psicopedagogas, pero
no psicólogas ¿Por qué? Una psicopedagoga puede saber por qué el chico no aprende, o
aprende mal, pero si el chico tiene un brote psicótico, o un autismo ¿Qué hace la
psicopedagoga? Y los psicólogos estamos perdiendo campo. Tampoco hay nada
organizado como psicólogos por ejemplo a nivel emergencias, viste, como en catástrofes,
van los counselings, van psicólogos sociales, pero no van psicólogos. No hay una
institución, o al menos no la conozco. Como el caso de Cromagnon, lo de los trenes. No
hay una institución que esté lista, para emergencias, como el SAME, no hay. Hoy en día
tenés infinidad de campos. Chicos, tienen muchos lugares para trabajar, ustedes son más
jóvenes que yo, yo voy a trabajar donde pueda, pero ustedes arranquen con una nueva
versión de psicología.
P: Muchas Gracias
R:- No, por favor.
Entrevista Nº2
Entrevista N°3
Entrevista N°4
Entrevista N°5