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Una organización del trabajo deficiente, que ocasione una excesiva presión de
tiempo, a menudo está en el origen de estos factores. También se pueden
originar, por ejemplo, en el uso de equipos mal diseñados o deteriorados, o
carencias de medios auxiliares de transporte, etc.
Las soluciones a los esfuerzos físicos y posturales no deberían ser muy difíciles
de hallar si se consultara con los trabajadores. A menudo las soluciones son
simples y las/os trabajadores las conocen. Introducir sillas ergonómicas en oficinas
o reducir los ritmos de trabajo, y/o mecanizar algún proceso manual repetitivo son
soluciones fáciles de introducir. Sin embargo, si esto no es suficiente para eliminar
el problema o bien no está clara la solución, se deberán evaluar los
riesgos, realizando un estudio ergonómico, para tomar en cuenta las
características del entorno de trabajo que puedan estar afectando a la salud.
Esta es una obligación empresarial ineluble. Habla con tu delegada/o y/o acude al
sindicato. Has de saber que si la empresa no actúa, existe el recurso a la
Inspección de Trabajo.
Concepto de esfuerzo
La palabra esfuerzo surgió de la unión de dos vocablos de origen latino: El prefijo “ex” en el
sentido de “afuera” y el adjetivo “fortis” = “fuerte”. El esfuerzo es sacar fuerzas extras, poner
dedicación, empeño, paciencia y energía para lograr un objetivo.
El esfuerzo puede ser físico, como el caso de los deportistas, de los trabajadores de la
construcción o de las amas de casa; o mental, como el que hace un estudiante o un oficinista.
En algunos casos, se hacen esfuerzos combinados, físicos y mentales, como puede ser el
médico que debe asistir a pacientes en catástrofes.
Ejemplos: “Te esforzaste mucho este año en tus estudios y has logrado aprobar todas las
asignaturas”, “El esfuerzo valió la pena, con tu trabajo has podido comprar esta hermosa casa”
o “Por más que me esfuerzo no consigo correr más de diez minutos seguidos”
La medición del esfuerzo y del sobreesfuerzo es algo relativo, pues dependerá de la edad, el
sexo, el estado de salud y la contextura física del individuo. No es lo mismo, por ejemplo, cavar
un pozo para un hombre de 100 kilogramos, que para un niño, un anciano o una mujer.
Todo trabajo físico requiere el consumo de energía tanto mayor sea el esfuerzo solicitado. Al
consumo de energía como consecuencia del trabajo se le denomina metabolismo de trabajo.
Respecto al consumo de energía admisible para una actividad física profesional y repetida
durante años el metabolismo de trabajo debe ser de 2000-2500 Kcal./día. Si se supera ese valor
el trabajo se considera pesado. Se consideran dos tipos de esfuerzos musculares: Esfuerzo
muscular estático y esfuerzo muscular dinámico.
Fatiga muscular.
Cuando hay esfuerzo estático, conforme aumenta la fuerza es más difícil el aporte sanguíneo al
músculo porque el músculo comprime los vasos sanguíneos de su interior y disminuye, o
incluso anula, el riego sanguíneo. La falta de O2 que se produce en esta situación lleva a la
utilización de la vía anaeróbica y se utilizan reservas de glucógeno hasta que llegan a agotarse,
esto lleva a la producción de ácido láctico. Los residuos de este proceso que no se pueden
eliminar producen la fatiga muscular.
Esfuerzo dinámico.
De forma general la máxima capacidad de trabajo muscular que puede realizar una persona
viene dada por su máxima capacidad aeróbica (la máxima cantidad de O2 que esa persona
puede consumir durante el trabajo [VO2 máx.]) y puede medirse en l/min.; ml/min.; o
ml/Kg./min. Está demostrado que el consumo de O2 es proporcional al gasto energético, es
decir al aumentar el gasto de energía aumenta el consumo de O2 de la musculatura y hay por
tanto un mayor rendimiento mecánico. Teniendo en cuenta esta variable, para que aparezca la
fatiga se recomienda que el individuo realice, durante la jornada laboral, un esfuerzo que no
supere el 40% de la VO2 máx.
La actividad física supone un consumo de O2 que puede ser medido. La VO2 máx. se puede
medir de dos maneras:
• Métodos indirectos: son muy inexactos, sólo son aproximados y están basados en una
estimación a partir del trabajo realizado.
• Medición directa: se obtiene realizando una ergometría mediante un aparataje sofisticado y
preciso. Para ello el individuo realiza un esfuerzo hasta llegar al agotamiento máximo (por
ejemplo en una bicicleta o corriendo en una cinta).
Este aparato analiza de forma continua serie de variables, entre ellas, el O2 consumido. La
persona mientras realiza el esfuerzo lleva una mascarilla con un tubo que va a la máquina, de
tal forma que se ve el consumo de O2. Así se puede observar cuál es el VO2 máx.
PREVENCIÓN DE LA FATIGA.
Para evitar la fatiga es conveniente adoptar algunas medidas preventivas como mejorar los
medios y métodos de trabajo y la administración de trabajo.
Para conseguir una mejora de los métodos y medios de trabajo y una mejor adecuación entre
los músculos y las tareas que se realiza hay que considerar los siguientes puntos:
1) Ritmo de operaciones. Por ejemplo para un trabajo de carga descarga con pala manual el
rendimiento óptimo se hace en 12-15 paladas por minuto con una carga de 8-10 kg.
2) Dirección del movimiento. Hace referencia a la economía de los movimientos mediante un
diseño adecuado del puesto de trabajo y los métodos de trabajo.
3) Útiles. Se recomiendan herramientas con mangos largos para evitar esfuerzos.
4) Posturas de trabajo. Para ello es necesario un buen diseño postural.
Consiste en prever el tiempo de reposo que permita la recuperación del individuo, ya sea
reduciendo el tiempo total de trabajo, como distribuyendo los tiempos de reposo de forma
que se produzca el descanso necesario para recuperarse de la fatiga. Cuando se realiza un
trabajo físico en un ambiente caluroso se facilita el cansancio y esto hay que tenerlo en cuenta.
Microtraumatismos repetitivos.
Para cada tipo de movimiento se requiere un tiempo de recuperación y que ese tiempo es el
que va a determinar la frecuencia con la que se puede efectuar dicho movimiento. Cuando se
trabaja a niveles próximos a la fatiga máxima se pueden producir pequeñas roturas fibrilares,
tanto en músculos como en tendones. El deslizamiento de los tendones a través de sus vainas
sinoviales es de una suavidad extrema y tiene un coeficiente de rozamiento muy bajo. Ello se
debe a la lubricación del líquido sinovial. Cuando los movimientos del tendón son muy amplios
y frecuentes el líquido sinovial que se produce puede ser insuficiente, por lo que se incrementa
la fricción. En esas circunstancias el deslizamiento es cada vez más forzado y la repetición de
esos movimientos puede causar inflamación en la vaina tendinosa o bien inflamación en el
tendón cuando este no está cubierto. En el primer caso se produce tenosinovitis, o si es en el
tendón tendinitis. En cualquiera de los dos casos los movimientos están restringidos y hay
dolor.
• Tareas repetitivas: aquellas actividades cuyo ciclo sea menor de 30 segundos o bien que sean
movimientos elementales que, aunque duren más de 30 segundos se repitan constantemente.
• Trabajos que requieran esfuerzos prolongados que superen el 30% de la capacidad muscular
máxima del trabajador.
• Posturas extremas de determinados segmentos corporales.
• Mantenimiento prolongado de cualquier postura aunque no sea una postura extrema.
• Los trabajos con herramientas que vibran.
• Cuando hay exposición de algunos segmentos del cuerpo al frío o contacto del cuerpo con
superficies duras.
• Trabajos en los que se combinen los factores anteriores.