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TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO

INSTITUTO TECNOLÓGICO DEL VALLE DE ETLA

INGENIERIA EN DESARROLLO COMUNITARIO

Bioquímica

El agua
Actividad 1.2 investigación

Presenta

Héctor Chévez Gálvez

Asesor

M.C. Jehu Juárez Reyes


Semestre: 1º

La venta, Juchitán, Oaxaca, México febrero de 2019


Agua
Del latín aqua, el agua es una sustancia cuyas moléculas están compuestas por un átomo de
oxígeno y dos átomos de hidrógeno. Se trata de un líquido inodoro (sin olor), insípido (sin
sabor) e incoloro (sin color), aunque también puede hallarse en estado sólido (cuando se
conoce como hielo) o en estado gaseoso (vapor).

1.- Importancia en los procesos biológicos


EL AGUA EN LOS PROCESOS BIOLÓGICOS
Nombre común que se aplica al estado líquido del compuesto de hidrógeno y oxígeno H2O.
Los antiguos filósofos consideraban el agua como un elemento básico que representaba a
todas las sustancias líquidas. Los científicos no descartaron esta idea hasta la última mitad
del siglo XVIII. En 1781 el químico británico Henry Cavendish sintetizó agua detonando una
mezcla de hidrógeno y aire. Sin embargo, los resultados de este experimento no fueron
interpretados claramente hasta dos años más tarde, cuando el químico francés Antoine
Laurent de Lavoisier propuso que el agua no era un elemento sino un compuesto de
oxígeno e hidrógeno. En un documento científico presentado en 1804, el químico francés
Joseph Louis Gay-Lussac y el naturalista alemán Alexander von Humboldt demostraron
conjuntamente que el agua consistía en dos volúmenes de hidrógeno y uno de oxígeno, tal
como se expresa en la fórmula actual H2O.

El agua es esencial para todos los tipos de vida, por lo menos tal y como la entendemos. Las
principales funciones biológicas del agua son:

Es un excelente disolvente, de sustancias tóxicas y compuestos bipolares. Incluso moléculas


biológicas no solubles (p.e lípidos) forman con el agua, dispersiones coloidales.
Participa como agente químico reactivo, en las reacciones de hidratación, hidrólisis y
oxidación-reducción.
Permite la difusión, es decir el movimiento en su interior de partículas sueltas,
constituyendo el principal transporte de muchas sustancias nutritivas.
Constituye un excelente termorregulador (calor específico), permitiendo la vida de
organismos en una amplia variedad de ambientes térmicos. Ayuda a regular el calor de los
animales. Tiene un importante papel como absorbente de radiación infrarroja, crucial en el
efecto invernadero.
Interviene (plantas) en el mantenimiento de la estructura celular.
Proporciona flexibilidad a los tejidos.
Actúa como vehículo de transporte en el interior de un ser vivo y como medio lubricante en
sus articulaciones.
La vida en la Tierra ha evolucionado gracias a las importantes características del agua. La
existencia de esta abundante sustancia en sus formas líquida, gaseosa y sólida ha sido sin
duda un importante factor en la abundante colonización de los diferentes ambientes de la
Tierra por formas de vida adaptadas a estas variantes y a veces extremas condiciones.

2.- Química de los ácidos y de las bases


Ácidos y bases
31 de marzo de 2010 Publicado por Ángeles Méndez
Desde la Antigüedad se conocen distintas sustancias de características especiales y de gran
interés práctico que hoy conocemos como ácidos y bases.
Ácidos y bases son reactivos químicos muy comunes y gran parte de su química se
desarrolla en medio acuoso. Las reacciones en las que participan estas especies de
denominan reacciones ácido-base, y su estudio requiere la aplicación de los principios del
equilibrio químico a disoluciones. En estas reacciones, el disolvente juega un papel muy
importante, ya que ácidos y bases intercambian protones con él, es por ello, que también se
denominan reacciones de trasferencia de protones.

Desde finales del siglo XVIII, se intentó hallar relación entra las propiedades de ácidos y
bases, así como de su composición química. El francés Lavoisier, en 1787, defendió, que el
oxígeno es un elemento imprescindible en la composición de los ácidos; de ahí el nombre
del propio elemento, oxígeno, “formador de ácidos”, que el propio Lavoisier propuso para
este elemento. En 1810, el inglés H. Davy, afirmó que el hidrógeno era también un
componente fundamental de los ácidos.
Poco después, se observó que las bases, sustancias de propiedades aparentemente
contrarias a las de los ácidos, neutralizaban la acción de éstos formando las sales.

Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, fueron formuladas las grandes teorías
sobre el comportamiento y la naturaleza de los ácidos y las bases; éstas son las teorías de
Arrhenius, Brönsted-Lowry y Lewis.
Teoría de Arrhenius:
El químico sueco, Svante Arrhenius, en 1884, presentó su teoría de disociación iónica, la
cual decía, que muchas sustancias que se encontrasen en disolución acuosa
experimentaban una ruptura o disociación en iones positivos y negativos. De éste modo,
sales como pueden ser, bromuro de calcio o sulfato de cesio, se disocian de la siguiente
forma:

CaBr2 → Ca 2+ + 2 Br –

CS 2 SO 4 → 2 Cs + + SO4 2-

Estas disociaciones iónicas, también conocidas como disociaciones electrolíticas,


demuestran la conductividad eléctrica de las disoluciones en medio acuoso de muchas
sustancias que reciben el nombre de electrólitos.

En esta teoría Arrhenius definió ácidos y bases como:

Ácido: es toda sustancia que en disolución acuosa se disocia con formación de iones
hidrógeno, H+

Base: sería toda sustancia que en disolución acuosa se disocia con formación de iones
hidróxido, OH-

Siguiendo la teoría, las reacciones de neutralización ácido-base, tienen lugar cuando un


ácido reacciona totalmente con una base, produciéndose una sal más agua. Se llega así a la
conclusión de que una reacción de neutralización consiste en la combinación del ión H+ del
ácido, con el ion OH- de la base para producir H2O no disociada.

La teoría de Arrhenius, a pensar de constituir un gran avance, tiene grandes limitaciones,


ya que reduce muchísimo los conceptos de ácido y base.

Teoría de Brönsted-Lowry

En el año 1923, J.N. Brönsted y T.M. Lowry, proponen por separado, pero casi
simultáneamente, una teoría acerca de los ácidos y las bases que ampliaba
considerablemente los conceptos anteriormente expuestos por Arrhenius.
Según su propuesta, una sustancia se comportaba como ácido, cuando cedía protones y
como base cuando aceptaba protones. La tendencia a transferir protones era lo que
caracterizaba a los ácidos, mientras que la tendencia a aceptarlos, era algo característico de
las bases según esta teoría.

Las ideas de ácido y base, son complementarias. Los ácidos sólo actuarán como tales, como
dadores de protones, si existe presencia de algunas sustancias capaces de aceptarlos, es
decir, una base. De la misma manera, las bases sólo pueden aceptar algún protón si hay
ácidos que les transfieran algunos protones.
Así, por ejemplo, en una disolución acuosa de ácido nítrico, HNO3, éste actuará como ácido
y la base será el agua, ya que el ácido nítrico se ioniza, cediendo al agua un protón:

HNO3 (aq) + H2O (l) → H3O+ (aq) (ion hidronio) + NO3- (aq)

Se puede considerar a las reacciones ácido-bases como equilibrios, en los que las sustancias
formadas pueden transferirse también H+ entre ellas. En general, si expresamos como un
equilibrio la reacción acido-base, tenemos:

Ácido + Base ↔ Ácido conjugado de la base + Base conjugada del ácido

Siendo el ácido conjugado de la base, el que se forma cuando la base recibe un H+, y la base
conjugada del ácido, es la base formada cuando el ácido cede un H+.
Así, un par conjugado queda constituido por un ácido y su base conjugada, o viceversa.
Estas reacciones de ácidos- bases, son las que, en la teoría de Brönsted –Lowry denominan
como reacciones de neutralización.

La teoría de Brönsted-Lowry, tiene muchas mejorías con respecto a la teoría de Arrhenius,


ya que las definiciones de ácidos-bases de Brönsted-Lowry, no se limitan a las disoluciones
acuosas, y son válidas para cualquier disolvente, pues se conocen abundantes sustancias
con comportamientos ácidos y básicos en ausencia de agua. También, aunque las
definiciones en ambas teorías de los conceptos ácido-base, pueden considerarse casi
análogas, las definiciones de Brönsted y Lowry, para las bases permite incluir sustancias
que no eran base para Arrhenius, como puedan ser: NH3, S2-, HCO3-, CH3HN2, etc.

Lewis

Gilbert Lewis, en 1938, amplió el concepto de ácido-base propuesto por Brönsted-Lowry,


que, aunque era aceptable, existían compuestos que no se ajustaban a lo presupuesto por
esa teoría.
De este modo, Lewis amplió el concepto de ácido y base a términos de estructura
electrónica.
Su teoría considera ácido a todos los átomos, moléculas o iones que puedan aceptar un par
de electrones, y base sería toda especie química que sea capaz de ceder un par de
electrones. Así el H+ se considera un “ácido de Lewis” ya que posee un espacio electrónico
en su estructura que es capaz de aceptar un par de electrones.
De igual manera, el amoniaco sería una “base de Lewis”, pues la capa de valencia del
nitrógeno tiene un par de electrones sin compartir.
Para Lewis una reacción de neutralización, es el proceso en el cual una sustancia con
espacio electrónico (como, por ejemplo, el átomo del boro en el BF3), acepta un par de
electrones de una base de Lewis, como puede ser el caso del amoniaco:

BF3 +: NH3 → F3B ←: NH3


Las teorías de ácidos y bases, son un excelente ejemplo del avance del conocimiento, donde
las teorías nuevas, nacen para mejorar las anteriores, cuando estas dejan de explicar todos
los hechos que se conocen.

3.- Propiedades fisicoquímicas


El agua presenta las siguientes propiedades físico-químicas:

Acción disolvente.
El agua es el líquido que más sustancias disuelve (disolvente universal), esta propiedad se
debe a su capacidad para formar puentes de hidrógeno con otras sustancias, ya que estas se
disuelven cuando interaccionan con las moléculas polares del agua.

La capacidad disolvente es la responsable de dos funciones importantes para los seres


vivos: es el medio en que transcurren las mayorías
de las reacciones del metabolismo, y el aporte de nutrientes y la eliminación de desechos se
realizan a través de sistemas de transporte acuosos.

Fuerza de cohesión entre sus moléculas.


Los puentes de hidrógeno mantienen a las moléculas fuertemente unidas, formando una
estructura compacta que la convierte en un líquido casi incompresible.

Elevada fuerza de adhesión.

De nuevo los puentes de hidrógeno del agua son los responsables, al establecerse entre
estos y otras moléculas polares, y es responsable, junto con la cohesión de la capilaridad, al
cual se debe, en parte, la ascensión de la sabia bruta desde las raíces hasta las hojas.

Gran calor específico.


El agua absorbe grandes cantidades de calor que utiliza en romper los puentes de
hidrógeno. Su temperatura desciende más lentamente que la de otros líquidos a medida
que va liberando energía al enfriarse. Esta propiedad permite al citoplasma acuoso servir
de protección para las moléculas orgánicas en los cambios bruscos de temperatura.

Elevado calor de vaporización.


A 20ºC se precisan 540 calorías para evaporar un gramo de agua, lo que da idea de la
energía necesaria para romper los puentes de hidrógeno establecidos entre las moléculas
del agua líquida y, posteriormente, para dotar a estas moléculas de la energía cinética
suficiente para abandonar la fase líquida y pasar al estado de vapor.
Elevada constante dieléctrica.
Por tener moléculas dipolares, el agua es un gran medio disolvente de compuestos iónicos,
como las sales minerales, y de compuestos covalentes polares como los glúcidos.

Las moléculas de agua, al ser polares, se disponen alrededor de los grupos polares del
soluto, llegando a desdoblar los compuestos iónicos en aniones y cationes, que quedan así
rodeados por moléculas de agua. Este fenómeno se llama solvatación iónica.

Bajo grado de ionización.


De cada 107 de moléculas de agua, sólo una se encuentra ionizada.

Esto explica que la concentración de iones hidronio (H3O+) y de los iones hidroxilo (OH-)
sea muy baja. Dado los bajos niveles de H3O+ y de OH-, si al agua se le añade un ácido o una
base, aunque sea en poca cantidad, estos niveles varían bruscamente.

4.- pH y soluciones amortiguadoras


Una solución amortiguadora, reguladora, o tampón es aquella compuesta por una mezcla
de un ácido débil con su base conjugada. Su principal característica es que mantiene estable
el pH de una disolución ante la adición de cierta cantidad de ácido o base fuerte.

Un ejemplo es la solución tampón de acético (ácido)-acetato (base conjugada) que


mantendrá el pH alrededor de 4,6.

Es muy útil su uso en procesos en los que se necesita un pH bastante concreto, así como en
la industria agrícola, farmacéutica y alimentaria.

Estos son otros reguladores de pH: Citrato trisódico, Diacetato sódico, Citrato trisónico y
Glicina.
ECUACIÓN DE HENDERSON-HASSELBALCH
El pH de una mezcla amortiguadora se puede conocer mediante la ecuación de Henderson-
Hasselbalch. En la disociación del ácido acético:

la constante de equilibrio es:

Si tomamos logaritmos:

Y cambiando de signos:

o lo que es lo mismo:

y reordenando,

que es la fórmula conocida como la ecuación de Henderson-Hasselbalch.

Teniendo en cuenta que el ácido acético es muy débil y, por tanto, el equilibrio de
disociación está casi totalmente desplazado hacia la izquierda (desplazamiento favorecido
por la presencia de cantidades notables de acetato) podremos sustituir en la ecuación de
Henderson-Hasselbalch, sin introducir errores, la concentración de acético libre por la de
acético total ([AcH]=[ácido]).

Análogamente, como el acetato sódico está completamente disociado podemos considerar


que la concentración del ión acetato coincide con la concentración de sal ([Ac-]=[sal]).

Con estas modificaciones podemos expresar la ecuación de Henderson-Hasselbalch de una


forma válida para todos los amortiguadores (no sólo para el acético/acetato):

A partir de esta fórmula se pueden deducir fácilmente las propiedades de los


amortiguadores:

1.- El pH de una disolución amortiguadora depende de la naturaleza del ácido débil que lo
integra (de su pK), de modo que para cantidades equimoleculares de sal y de ácido, el pH es
justamente el pK de este ácido. Dicho de otra forma, se puede definir el pK de un ácido débil
como el pH del sistema amortiguador que se obtiene cuando [sal] = [ácido] (Figura de la
derecha).

2.- El pH del sistema amortiguador depende de la proporción relativa entre la sal y el ácido,
pero no de las concentraciones absolutas de estos componentes. De aquí se deduce que,
añadiendo agua al sistema, las concentraciones de sal y ácido disminuyen paralelamente,
pero su cociente permanece constante, y el pH no cambia. Sin embargo, si la dilución llega a
ser muy grande, el equilibrio de disociación del ácido se desplazaría hacia la derecha,
aumentando la [sal] y disminuyendo [ácido], con lo cual el cociente aumenta y el pH
también, de forma que se iría acercando gradualmente a la neutralidad (pH 7).

3.- Cuando se añaden ácidos o bases fuertes a la disolución amortiguadora, el equilibrio se


desplaza en el sentido de eliminar el ácido añadido (hacia la izquierda) o de neutralizar la
base añadida (hacia la derecha). Este desplazamiento afecta a las proporciones relativas de
sal y ácido en el equilibrio. Como el pH varía con el logaritmo de este cociente, la
modificación del pH resulta exigua hasta que uno de los componentes está próximo a
agotarse.
http://www.ehu.eus/biomoleculas/buffers/hh.htm
https://www.vadequimica.com/quimipedia/s/solucion-amortiguadora-tampon/
https://www.um.es/molecula/sales02.htm
https://quimica.laguia2000.com/conceptos-basicos/acidos-y-bases-2
http://apuntescientificos.org/agua-procesos.html
https://definicion.de/agua/

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