Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Abogada (UCAT). Especialista en Derecho Administrativo y Tributario (UCAT). Master en Filosofía.
Universidad del País Vasco. Profesora Universitaria de Pre y Postgrado. Abogada Litigante.
I. INTRODUCCIÓN
Para el 4 de octubre de 2005, en la Gaceta Oficial Nro.38.286, se publica la Reforma
Parcial de la Ley de Impuesto sobre Alcohol y Especies Alcohólicas (LIAEA), en la cual se
establece que las autorizaciones para el expendio de alcohol y bebidas alcohólicas serán
otorgadas por las Alcaldías (Artículo 46). Esto modificó sustancialmente este régimen por
cuanto antes de la señalada reforma toda la materia relacionada con el expendio de licores
pertenecía al Poder Nacional, quien asignó esta competencia al Servicio Nacional Integrado
de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT).
Posteriormente, en fecha del 5 de Octubre del 2007, se publica en la Gaceta Oficial
Nro.5.852, otra reforma parcial de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Impuesto sobre
Alcohol y Especies Alcohólicas, (LRIAEA), cambiando el artículo 46 de la reforma del
2005, lo cual trajo como consecuencia mayor confusión en la aplicación de la norma, por
cuanto atribuye nuevamente competencias al Poder Nacional.
1
Carmona y D´Vivo (2006). Implicaciones tributarias derivadas del conferimiento a los municipios de las
competencias para el otorgamiento de las autorizaciones necesarias para el expendio de bebidas alcohólicas.
Revista de Derecho Tributario. Nro. 12. Legis Editores, pág. 77.
Venezuela de 1999, en adelante (CRBV), establece en su artículo 136, que el Poder
Público se distribuye entre el Poder Municipal, Estadal y Nacional y en donde tanto la
Constitución y las leyes definen las atribuciones de los órganos del Poder Público, siendo
esto un límite para la actuación de los mismos.
El artículo 156 de la CRBV, establece las competencias del Poder Público Nacional,
señalando en materia de alcohol y especies alcohólicas en el numeral 12, fundamentalmente
que la creación, organización, recaudación administración y control de los impuestos sobre
(…) “el consumo de licores, alcoholes y demás especies alcohólicas”.
En este orden de ideas, al Poder Público Nacional, se le atribuye vía constitucional la
potestad tributaria originaria para determinar todo lo relacionado con la regulación
impositiva que recaiga sobre el consumo de licor y especies alcohólicas, si bien la norma
constitucional no hace referencia al expendio o industrialización de alcohol y bebidas
alcohólicas, ésta menciona el consumo como etapa final pero que previamente requiere de
la producción y comercialización.
En cuanto al expendio o consumo de bebidas alcohólicas, en LIAEA, vigente, no estipula
la aplicación de un tipo impositivo que regule específicamente esta actividad. Sin embargo,
es importante señalar que la Ley especial regula el impuesto a la producción de alcohol, no
obstante, como actividad económica que genera un lucro implica que de igual forma está
sometida a los demás impuestos, tasas y contribuciones que conformen el sistema tributario
venezolano, creados por el Poder Nacional, como el Impuesto sobre la Renta, Impuesto al
Valor Agregado y los Impuestos de Exportación entre otros. A su vez el Código Orgánico
Tributario en adelante (COT) publicado en Gaceta Oficial Nro. 6.152 de fecha 18 de
Noviembre de 2014 determina los ilícitos relativos en materia de alcohol y bebidas
alcohólicas, centrados fundamentalmente en la prohibición de expender y comercializar
especies alcohólicas sin la debida autorización. La referida norma de igual forma dispone
de la aplicación de las sanciones por el incurrir en los ilícitos descritos, este régimen era
aplicado por el Poder Nacional, a través del Servicio Nacional Integrado de Administración
Aduanera y Tributaria, en adelante SENIAT.
Así mismo, en la Ley de Timbre Fiscal, publicada en la Gaceta Oficial Nro.5.416, en fecha
de 22 de diciembre de 1999, es creada con la finalidad de establecer el pago de tasas en
estampillas o papel sellado por ciertos tipo de servicios prestados por los organismos
públicos, señala en su artículo 10 la obligación de pagar tales contribuciones, en materia de
expendio de alcohol y bebidas alcohólicas, para obtener la autorización para instalación de
expendio de bebidas alcohólicas, así como lo relacionado tal y como lo indica la propia ley
para la transformación, traspasos y traslados de los expendios, clasificando ya sea en zonas
urbanas y en zonas suburbanas, así mismo estableciéndose que la referida autorización debe
ser renovada anualmente.
Artículo 10.- Por los actos y documentos que se indican a continuación, se pagarán las
siguientes tasas:
1) Otorgamiento de autorización de industrias productoras de alcohol y especies
alcohólicas o ampliación de las ya instaladas: Quinientas Unidades Tributarias (500
U.T.). Las autorizaciones previstas en este numeral deberán renovarse anualmente, lo
cual causará una tasa igual al cincuenta por ciento (50%) de la alícuota establecida.
2) Otorgamiento de autorización para instalación de expendio de bebidas alcohólicas,
transformación, traspasos y traslados de los mismos en zonas urbanas Ciento Cincuenta
Unidades Tributarias (150 U.T.) y en zonas suburbanas: Setenta y Cinco Unidades
Tributarias (75 U.T.). Las autorizaciones previstas en este numeral deberán renovarse
anualmente, lo cual causará una tasa de veinte Unidades Tributarias (20 U.T.). No se
causará la tasa prevista en los numerales primero y segundo de este artículo,
correspondiente a otorgamientos de autorizaciones, en los casos de traslados exigidos
por las autoridades competentes.
Ha continuación se presentan algunos fallos que regula algunos aspectos vinculados con el
expendio en materia de licores:
En tal sentido este Tribunal invoca el contenido del Título VI artículo 82 de la Gaceta
Municipal del Municipio San Cristóbal Extraordinaria N° 36, de fecha 17/05/2010,
indica lo siguiente:
“Título VI De la Participación Ciudadana
Artículo 82. Los ciudadanos y ciudadanas, así como la comunidad organizada del
Municipio San Cristóbal, tienen el deber y el derecho de participar a las autoridades
competentes, cualquier situación que vaya en detrimento de los principios de
convivencia ciudadana y de orden público establecidos en la legislación vigente en la
que incurra toda persona natural o jurídica que comercialice bebidas alcohólicas.”
Así las cosas resulta menester traer a los autos el contenido de los artículos 62 y 70 de la
Constitución, (…) las normas transcritas establecen la obligación de los órganos de la
Administración Pública de promover y hacer efectiva la participación popular en los
asuntos públicos -ya sean de carácter político, social o económico-, así como las distintas
formas de participación ciudadana.
En este sentido, al ser la participación popular un principio de aplicación obligatoria por
mandato expreso de la Constitución, la jurisprudencia patria, a saber, la Sala
Constitucional en Sentencia Nº 17 del 22 de enero de 2003, señaló lo siguiente:“Sobre la
base de los principios de Estado democrático y social, establecidos en el artículo 2; y de
soberanía, prefijado en el artículo 5 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, así como en su preámbulo, el cual ‘propugna un conjunto de valores que se
supone que han de quedar reflejados en el texto en general, en la realización política, en
el ordenamiento jurídico y en la actividad concreta del Estado’ (M.A. Aparicio Pérez.
Introducción al Sistema Político y Constitucional Español, Barcelona, Editorial Ariel,
7ma. Ed. 1994, pág. 55), donde se señala como fin supremo ‘establecer una sociedad
democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural’, surge el principio
de participación , el cual informa a la estructura y la actuación del Estado y sirve al
objetivo de legitimar al poder, así como también ‘da un nuevo contenido a la
funcionalidad de la soberanía popular, principalmente mediante la multiplicación de
centros de decisión pública en los que se incorpore la voluntad social’ (Tomás Font i
Llovet, Algunas Funciones de la Idea de Participación. Revista Española de Derecho
Administrativo n° 45, Enero-Marzo, Madrid, Editorial Civitas, 1985, págs. 45 y ss.).
(…) Conforme a la sentencia en parte transcrita en los asuntos públicos que requiera la
participación ciudadana participar en los asuntos públicos no es igual a decidir en los
mismos, implica, necesariamente, la apertura de cauces democráticos con el objeto de
que la ciudadanía, activa y responsablemente, intervenga y exponga sus diversas
opiniones sobre las materias de especial trascendencia .En este sentido, el órgano
administrativo municipal es quien toma la decisión administrativa de otorgar o no la
licencia o patente de licores solicitada, pues, no puede las instancias de participación
ciudadana los que otorguen los actos administrativos municipales, pues, esto es
competencia en la toma de decisiones del Municipio. Además de lo expuesto, este
Tribunal aprecia que la opinión del consejo comunal tiene que ser tomada en cuenta,
pero esta opinión no es exclusiva,..”
Se indica, que si bien es importante la participación ciudadana y la expresión de la colectividad que tiene
pertinencia directa con el expendio de bebidas alcohólicas, es la autoridad administrativa la que a la final es la
que toma la decisión, en este sentido, en diversas Ordenanzas se puede ver cómo incluso exigen que no solo la
autorización del Consejo Comunal, sino de la Asamblea de Vecinos, creando condiciones que contrarían el
espíritu, propósito y razón de la Ley de Impuesto sobre Alcohol y Especies Alcohólicas.
Primero: Siendo que el presente caso versa sobre una demanda de nulidad contra un acto
administrativo de efectos particular dictado por una autoridad municipal, este Tribunal,
trae a coalición sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de
fecha 19 de noviembre de 2014, en el expediente 14-0879, el cual expresó lo siguiente:
“…En atención a los elementos expuestos, debe advertirse que el carácter aduanero o
tributario que pueda tener un órgano u ente no es condición suficiente para establecer de
manera definitiva que los amparos interpuestos sean competencia de los tribunales
contencioso administrativo. Para ello como se expresó debe analizarse si los términos en
que se encuentra comprendida la relación jurídica están determinados dentro del campo
de la actividad administrativa general o, por el contrario se está en presencia de una
relación netamente de naturaleza aduanera o tributaria…”
En virtud de lo expuesto, resulta pertinente advertir que la Sala Politico Administrativa
en Sentencia N° 2016-46, de fecha 2 de marzo de 2016, (caso: Firma Personal
“LICORERIA Y BODEGON COYOMIKE” contra la Alcaldía del Municipio Torbes
del estado Táchira), donde la misma indica:“…No obstante, esta Alzada estima
importante destacar que el juez o la jueza “… natural es una efectiva garantía para el
justiciable en pro de su derecho a un debido proceso y a una tutela judicial efectiva, que
le asegure una sentencia imparcial, idónea y transparente, que se materializa cuando el
asunto es decidido por el juez predeterminado en la ley, lo contrario, implicaría un vicio
de orden público que hace nula la sentencia…” (vid. decisión de la Sala Constitucional
número 765 del 18 de junio de 2015, caso: Betty Coromoto Montilla Martos).
A fin de resolver el asunto, la Sala Político-Administrativa en el fallo número 00121 de
fecha 10 de febrero de 2016, caso: FYT 2006, C.A., cambió el criterio mediante el cual
se afirmaba que los tribunales con competencia contencioso tributaria eran los jueces y
las juezas naturales para dar cabida a todo tipo de pretensiones cuyo origen fueran las
Licencias o los Permisos emitidos por el ente exactor local para autorizar la realización
de actividades económicas, tomando en cuenta que han sido considerados actos
administrativos dictados por la Administración Tributaria Municipal, cuyos efectos
jurídicos se encuentran previstos en el Código Orgánico Tributario o en cualquier otra
ley tributaria. En dicho fallo, la Sala expuso lo siguiente:
“… No obstante lo antes indicado, por ser la competencia de orden público, revisable en
todo estado y grado de la causa, pasa esta Máxima Instancia a analizar si el Tribunal
remitente era competente para conocer el caso de autos. En tal sentido se
observa:(…)Con fundamento en la doctrina judicial parcialmente transcrita, visto que la
declaración de voluntad contenida en el acto recurrido en el caso concreto constituye un
acto administrativo de efectos particulares derivado de una actividad reglada de la
Administración consistente en la emisión del permiso de expendio de bebidas
alcohólicas, y no un acto administrativo de contenido tributario que determine o liquide
tributos o imponga sanciones por ilícitos fiscales, sino por el contrario, es esencialmente
administrativo de naturaleza autorizatoria; esta Sala Político-Administrativa concluye
que el mismo es revisable en primera instancia, por los Juzgados Superiores Estadales de
la Jurisdicción Contencioso Administrativa (hoy Juzgados Superiores con competencia
en lo Contencioso Administrativo) y, en Alzada, por los Juzgados Nacionales de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa (aun denominados Cortes de lo Contencioso
Administrativo). Así se determina…”.Si bien, la decisión transcrita estimó que la
jurisdicción contencioso administrativa, será la competente para conocer acerca de las
autorizaciones de “permisos para el expendio de bebidas alcohólicas”, lo cual no
constituye un acto administrativo de contenido tributario que determine o liquide
tributos o imponga sanciones por ilícitos fiscales, sino que se trata de un acto
administrativo de naturaleza autorizatoria, este fallo es perfectamente aplicable a la
presente causa, en la que se persigue deslindar la jurisdicción competente acerca de la
obtención o renovación de las Licencias o Permisos emitidos por la Administración
Tributaria local, para ejercer actividades económicas en el territorio del municipio
correspondiente.Conforme al descrito criterio, sentado por la Sala Político-
Administrativa, serán los tribunales con competencia contencioso administrativa los
jueces y las juezas naturales para conocer las pretensiones cuyo origen sea las Licencias
o los Permisos dictados por la Administración Tributaria local, mediante las cuales se
autoriza la realización de actividades económicas en el territorio del municipio
correspondiente.
Ahora bien, el caso bajo estudio se trata de un recurso contencioso tributario interpuesto
conjuntamente con amparo cautelar por el fondo de comercio Licorería y Bodegón
Coyomike, contra la “vía de hecho” en la cual incurrió la Alcaldía del citado Municipio,
al abstenerse de renovar la “Licencia de Expendio de Licores” (sic) solicitada el 10 de
noviembre de 2014, según lo expone el referido fondo de comercio. Con fundamento en
el análisis efectuado, concluye esta Sala Político-Administrativa que siendo la
“competencia de un tribunal (…) materia de eminente orden público, y puede ser
estudiada en cualquier estado y grado de la causa” (vid., fallo antes citado de la Sala
Constitucional número 1.737 del 16 de diciembre de 2013), el conocimiento del recurso
contencioso tributario ejercido conjuntamente con amparo cautelar por la representación
del fondo de comercio Licorería y Bodegón Coyomike, corresponde a la jurisdicción
contencioso-administrativa y, en el caso concreto, al Juzgado Superior Estadal
Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira. Así se
declara. En virtud de lo anterior, esta Alzada anula la sentencia interlocutoria número
246-15, emitida el 21 de octubre de 2015, por el Tribunal Superior de lo Contencioso
Tributario de la Región Los Andes, así como los actos judiciales subsiguientes. Así se
decide…”
En virtud del criterio jurisprudencial transcrito este Órgano Jurisdiccional, aprecia que el
mismo es similar al caso en bajo estudio, en consecuencia, este Órgano Jurisdiccional de
conformidad a lo previsto en el artículo 25 numeral 3 de la Ley Orgánica de la
Jurisdicción Contencioso Administrativo se declara COMPETENTE, para conocer y
decidir la presente causa. Así se decide.
IV. CONCLUSIONES
Los municipios mantienen la relación jurídico administrativa, solo relacionado con el
otorgamiento de la autorización, dentro del ordenamiento jurídico venezolano existen
algunos municipios que han creado ordenanzas, para regular el impuesto de patente de
industria y comercio en donde incluyen dentro de sus clasificadores, actividades de
expendio de alcohol y bebidas alcohólicas, o han sancionado ordenanzas que regula el
expendio de bebidas alcohólicas.
En estos casos la inconstitucionalidad de tales ordenanzas municipales, se verifica cuando
tales instrumentos legales gravan, la actividad de expendio de bebidas alcohólicas. A tal
efecto, el fundamento de la inconstitucionalidad es necesario clasificarlo en dos aspectos, el
primero en cuanto a la actividad de expendio de bebidas alcohólicas como tal y el segundo
relacionado con la potestad tributaria municipal.
El autor Carmona (2006),2 señala en torno al tema que:
(…) a los Municipios se les confirió un poder tributario originario de acuerdo al
contenido del artículo 46 de la LIAEA, estableciendo la derogatoria de la LTF, ya que si
se aplican las Ordenanzas y la referida norma se estaría presentando un problema de
doble tributación que atenta contra los principios constitucionales que ordenan el sistema
tributario venezolano.
Así mismo expone que la:
“República no puede exigir el Timbre Fiscal respecto de materias que ya no son de su
competencia, en aquellos Estados que aún no han dictado sus leyes de timbre fiscal, ni
deben poder los Estados que si las han dictado, incluir hechos imponibles materias de
competencia municipal, pues la intención del constituyente de 1999, al otorgar a los
Estados de la República y al Distrito Metropolitano de Caracas la competencia en
materia de Timbre Fiscal, fue la de dotarlos de mayores recursos para el financiamiento
de sus actividades y para la optimización de los servicios públicos, para lo cual requieren
igualmente de recursos, entre ellos, los derivados de los tributos que tienen asignados.”
En virtud de las transferencia a las Alcaldías de la competencia para otorgar las
autorizaciones necesarias para el expendio de bebidas alcohólicas, ya no puede ser exigida
2
Ob.cit.
la tasa consagrada en el numeral 2 del artículo 10 de la LTF, pues, tal disposición ha
quedado derogada y, por ende, corresponde a los Municipios establecer las tasas
correspondientes a través de las Ordenanzas correspondientes.
La jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia, ha sido clara en señalar que el
otorgamiento de la autorización para iniciar el expedido de alcohol y bebidas alcohólicas,
es un acto de naturaleza administrativa fundamentalmente autorizatorio, existiendo para el
interesado una relación jurídica administrativa, no puede señalarse en consecuencia de la
transferencia de una potestad tributaria, al contrario se delegó de una competencia
administrativa que comporta fundamentalmente la prestación de un servicio de naturaleza
administrativa, a su vez que se despliega la actividad de policía administrativa del
Municipio por cuanto el otorgamiento de la autorización y la renovación de la misma,
obedece a la necesidad de controlar tales establecimientos.
Los Estados conservan aún su potestad originaria atribuida por la CRBV, sin embargo, es
conveniente aclarar por vía jurisprudencial si pueden gravarse como hecho imponible el
otorgamiento de las autorizaciones para los expendios de alcohol y bebidas alcohólicas
dentro de las respectivas leyes de timbre fiscal estadales.