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UNIDAD II

Los Trastornos de la Personalidad

2.1 Grupo A.

2.1.1 Trastorno de la Personalidad Paranoide.

Las personas con este problema son enormemente desconfiadas, siempre


piensan que los demás, incluyendo seres queridos (que cada vez son menos
porque huyen despavoridos), están en su contra. Esto implica que interpreten
injustificadamente ofensas, burlas, menosprecios, infidelidades, etc.: ante la duda
sobre una intención ajena, un paranoide escogerá la opción más desfavorable, es
decir, aquella que suponga un ataque del otro. Por ejemplo, si se le dice a una
persona con este problema que lleva una camisa muy bonita, dicha persona podrá
interpretar que el otro está burlándose y que en el fondo piensa que es horrorosa.

2.1.2 Trastorno de la Personalidad Esquizoide.

Los esquizoides son individuos que viven tranquilos en su soledad, que desean
fervientemente el aislamiento. No es que se hayan distanciado de los demás por
timidez o por problemas para relacionarse, sino que verdaderamente no tienen
interés en conocer gente, en intimar, en disfrutar de compañía. Suelen dedicarse a
trabajos en los que pueden estar solos el mayor tiempo posible: por ejemplo,
científicos, informáticos, bibliotecarios, etc.

2.1.3 Trastorno de la Personalidad Esquizotípica.

El trastorno esquizotípico de la personalidad es un problema que cursa con


notable sufrimiento emocional. Se basa en tres grandes ejes:

Alejamiento interpersonal: las personas con este trastorno de la personalidad se


sienten muy aisladas, a medio camino entre su deseo de desvincularse
activamente de los demás y entre sus dificultades de integración con ellos.
Distanciamiento de la realidad: no sólo el alejamiento de los demás incrementa el
miedo a la gente, sino que influye para que el individuo se haga cada vez más
peculiar, más diferente.

Sufrimiento emocional: estar tan alejado de los demás no va afectivamente a saco


roto, sobre todo porque la persona no está del todo desvinculada emocionalmente
de ellos; es decir, sufre por no ser querida y por no sentirse una más, aunque por
otra parte intente ya no padecer por ello.

2.2 Grupo B.

2.2.1 Trastorno de la Personalidad Antisocial.

Estos individuos son el ejemplo perfecto de que los trastornos de la personalidad


no implican necesariamente un sufrimiento personal, basta con provocarlo en el
entorno. Efectivamente, los antisociales apenas sufren -sobre todo, a medida que
tienen este trastorno más desarrollado, pudiendo llegar al extremo de la
psicopatía-, pero son auténticos especialistas en provocar dolor, preocupaciones y
padecimiento en los demás.

2.2.2 Trastorno de la Personalidad Límite.

El trastorno límite de la personalidad es una afección mental por la cual una


persona tiene patrones prolongados de emociones turbulentas o inestables. Estas
experiencias interiores a menudo los llevan a tener acciones impulsivas y
relaciones caóticas con otras personas.

2.2.3 Trastorno de la Personalidad histriónica.

La gran finalidad de una persona histriónica es no pasar inadvertida, causar


sensación allá por donde vaya. Depende en exceso de experimentar la vivencia de
ser importante, pareciendo entonces que pueda tener una sólida autoestima,
aunque esto no es así en tanto necesita reafirmarla con sus demandas constantes
de atención. Es como los niños que se portan mal o que hacen "actuaciones"
cantando o bailando con el único fin de atraer la atención de los adultos.
2.2.4 Trastorno de la Personalidad Narcisista

Los narcisistas son personas que no aparecen demasiado por las consultas pero
sí están bastante presentes en la vida pública, sobre todo en los medios de
comunicación.

Todos podremos pensar en artistas, cantantes, actores, intelectuales o


presentadores de televisión, por ejemplo, a los que se les ha subido el ego en
exceso.

2. 3 Grupo C.

2.3.1 Trastorno de la Personalidad Evasiva.

Es un trastorno caracterizado por una “fobia social” crónica y generalizada que se


experimenta en la gran mayoría de situaciones con otras personas, y mucho más
si no se tiene la suficiente confianza con ellas. Además, como en cualquier otro
trastorno de la personalidad, este problema tiene que surgir desde casi siempre,
especialmente desde la juventud o el principio de la edad adulta.

2.3.2 Trastorno de la Personalidad Dependiente.

Las personas con trastorno de la personalidad por dependencia son muy indecisas
porque no saben cuándo van a meter la pata: confían muy poco en sus
posibilidades y recurren siempre a los otros para preguntarles cosas, pedirles
consejo o rogarles que les acompañen o que hagan gestiones por ellas.

2.3.3 Trastorno de la personalidad Obsesivo compulsivo.

En principio, no tiene nada que ver con el famoso trastorno obsesivo-compulsivo o


"TOC"; de hecho, para evitar confusiones, en la otra clasificación de trastornos
mentales que existe (la CIE-10, de la Organización Mundial de la Salud) a este
problema le llaman “trastorno anancástico de la personalidad”. No obstante, sí es
frecuente que en una misma persona coincidan ambos trastornos, aunque no
necesario, ni mucho menos.

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