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Oaxaca 3.4, Morelos 2.8 y Guerrero 2.1, presentaron las tasas más bajas.
El INEGI señala que las muertes por suicidio se dan mayormente en edades
jóvenes, cuatro de cada 10 (40.2 por ciento) se encontraban en el grupo de
15 a 29 años.
La esquizofrenia,
en primer lugar
Los trastornos mentales más comunes son los psicóticos, dentro de estos la
esquizofrenia ocupa el primer lugar, siguiéndole los trastornos de ansiedad
que generan discapacidad pues pueden presentar crisis de pánico que
limita el desempeño laboral y la vida cotidiana, el tercer lugar lo ocupa la
depresión que se incrementa rápidamente, indicó el entrevistado.
Por otra parte, dijo que los trabajadores que vivieron en Estados Unidos, y
regresan a sus comunidades ya no encajan en las situaciones precarias y
en los problemas económicos fuertes, lo que provoca que caigan en
depresión.
Indicó que los conceptos de salud mental son nuevos, y se lucha contra la
sensación mágica que tienen los pacientes cuando llegan al hospital,
“porque ya fueron a ver al brujo, les hicieron una limpia, lo curaron de
susto o lo levantaron”, lo que da lugar a que los pacientes lleguen con la
enfermedad avanzada, pareciera que la enfermedad mental es exclusiva de
la gente que vive en la ciudad, pero no es así también está en las
poblaciones.
Por ejemplo si una persona que era muy sociable de repente se encierra y no quiere hablar con
nadie o si regala sus cosas más preciadas, son indicadores de que algo anda mal y debe ser
tomado en cuenta, dijo la especialista en una entrevista.
Aseguró que dormir mucho puede significar que el adolescente está deprimido, por lo que no
siempre se le debería atribuir a la flojera esta situación. Otro signo puede ser el consumo de
drogas y alcohol por parte del joven.
Además, otro signo de alarma es cuando el niño o el adolescente hablan mucho sobre la muerte,
por lo que es necesario que los padres hablen y escuchen al menor para saber por qué toca ese
tema.
Pero en caso de que los padres no quieran hablar con sus hijas e hijos sobre este tema, hay que
buscar ayuda de especialistas, aconsejó Lucio Gómez-Maqueo, con motivo del Día Mundial
para la Prevención del Suicidio que se conmemorará este jueves.
La psicóloga resaltó la importancia de prestar atención a los adolescentes, pues muchos de los
que se suicidaron pidieron ayuda en su momento pero los padres o las personas a su alrededor
no les hicieron caso.
De ahí que sea un mito que quien se suicida nunca lo haya dicho antes, pues “se ha visto que las
personas que dicen que ya no quieren seguir viviendo, llegan a suicidarse”, agregó.
Entre los factores para que una persona adolescente se suicide destaca una personalidad
impulsiva, tendencia a la depresión y una actitud de rebeldía, mencionó la psicóloga.
También, cuando las y los jóvenes tienen problemas familiares, una desilusión amorosa o mala
relación con las madres y padres o sentir que nunca van a satisfacer las expectativas de ellos,
abundó.
Además, la violencia social y familiar, y no tener satisfechas las necesidades básicas, son otros
factores vinculados al suicidio en los adolescentes.
De acuerdo con un estudio hecho por el Instituto Nacional de Psiquiatría publicado en 2011, el
5.2 por ciento de los adolescentes entre 12 a 14 años pensaron en el suicidio. Mientras que de
los 15 a los 17 años, el 7.59 por ciento también lo hizo.
En cuanto a las tasas de suicidio consumado entre los 15 a 19 años van de 2.2 a 4.9 por ciento,
siendo los hombres los que tienden más a realizar este acto, refirió la psicóloga.
Los métodos más usados para quitarse la vida en los hombres es el ahorcamiento, las armas de
fuego y las lesiones auto infligidas como los cortes. En contraste, las mujeres emplean más el
exceso de medicamentos y el envenenamiento.
Sin embargo, ahora se comienza a ver en las mujeres el uso de métodos más violentos para
suicidarse, alertó la especialista, quien agregó que la mayoría de los jóvenes comete este acto
en su casa.
Lucio Gómez-Maqueo dijo que no todos dejan un mensaje escrito, porque a veces el suicidio va
dirigido contra la familia, por algún resentimiento, problema o porque se sienten impotentes.
Otros, en cambio, llevan tiempo pensándolo. En ese sentido, Lucio Gómez-Maqueo detalló que
el suicidio tiene varios pasos, el primero es la ideación, el segundo es la planeación y al final el
acto.
Comentó que es común que las personas que intentaron suicidarse tengan una profunda
desesperanza.
“La gente piensa que no tiene caso seguir viviendo, que no tiene esperanza de mejorar, que su
vida es muy desagradable”, subrayó.
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Descripción general
Puede parecer que tus problemas no tienen solución y que el suicidio es la única
forma de poner fin al dolor. Pero hay algunas medidas que puedes tomar para
mantenerte a salvo y volver a disfrutar de la vida.
Síntomas
Los signos que advierten sobre el suicidio o los pensamientos suicidas incluyen lo
siguiente:
Hablar acerca del suicidio, por ejemplo, con dichos como “me voy a suicidar”,
“desearía estar muerto” o “desearía no haber nacido”
Obtener los medios para quitarse la vida, por ejemplo, al comprar un arma o
almacenar pastillas
Los pensamientos suicidas no desaparecen por sí solos, así que busca ayuda.
Causas
Los pensamientos suicidas pueden tener distintas causas. Con mayor frecuencia,
los pensamientos suicidas pueden ser el resultado de sentimientos que no puedes
afrontar cuando se presenta una situación abrumadora en tu vida. Si crees que no
hay esperanzas en el futuro, puede que pienses, equivocadamente, que el suicidio
es una solución. Es posible que experimentes una especie de estrechez de criterio
donde, en medio de una crisis, sientas que el suicidio es la única salida.
También puede existir una propensión genética al suicidio. Las personas que
cometen suicidio o que tienen pensamientos o conductas suicidas suelen tener
antecedentes familiares de suicidio.
Factores de riesgo
Aunque los intentos de suicidio son más frecuentes entre las mujeres, los hombres
son más propensos a completar el suicidio ya que tienden a usar métodos más
letales, como las armas de fuego.
Niños y adolescentes
El suicidio en niños y adolescentes se produce como consecuencia de
acontecimientos estresantes de la vida. Lo que una persona joven percibe como
algo grave e insuperable, a un adulto puede parecerle leve, por ejemplo, los
problemas en la escuela o la pérdida de una amistad. En algunos casos, un niño o
un adolescente puede tener pensamientos suicidas debido a determinadas
circunstancias de la vida sobre las que no quiere hablar, entre ellas:
Asesinato y suicidio
En casos poco frecuentes, existe el riesgo de que la persona con intención suicida
mate a otros y después atente contra su propia vida. Esto se conoce como
“homicidio-suicidio” o “asesinato-suicidio”, y algunos de los factores de riesgo son
los siguientes:
Sin embargo, recuerda que es más probable que los antidepresivos reduzcan los
pensamientos suicidas a largo plazo, ya que mejoran el estado de ánimo.
Complicaciones
Los pensamientos suicidas y los intentos de suicidio dejan una huella emocional.
Por ejemplo, los pensamientos suicidas pueden consumirte al punto de que no
puedas desenvolverte en tu vida cotidiana. Y si bien los intentos de suicidio son
actos impulsivos durante momentos de crisis, pueden dejar como secuela lesiones
permanentes y graves, como insuficiencia orgánica o daño cerebral.
Prevención
Crea una red de apoyo. Hablar de los sentimientos suicidas puede ser difícil,
y es posible que tus amigos y familiares no comprendan completamente por
qué te sientes de ese modo. Procura conectarte con ellos de todas formas, y
asegúrate de que las personas que se preocupan por ti sepan lo que está
sucediendo y estén a tu lado cuando las necesites. También es
recomendable que busques ayuda en la comunidad religiosa, en grupos de
apoyo o en otros recursos disponibles en tu comunidad. Sentirte conectado y
contenido puede ayudar a reducir el riesgo de suicidio.