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Los precursores de los actuales Bautistas fueron los Anabautistas del período de la
Reforma. Algunas congregaciones Anabautistas se establecieron en Holanda a
principios del siglo XVII cuando grupos de Puritanos Independientes, o
Congregacionistas, huyeron de Inglaterra a Holanda; influídos por los
Anabautistas, algunos de estos Independientes se convencieron de que el bautismo
cristiano era apropiado sólo para los adultos con una fe y compromiso personales.
Volviendo a Inglaterra, este grupo formó la primera congregación Bautista en
1611; muy luego, Roger Williams formó (1639) la primera congregación Bautista
en Providence, Rhode Island. Los Bautistas crecieron rápidamente en los Estados
Unidos. La modalidad relativamente no teológica, democrática, informal, centrada
en la Escritura, del culto Bautista era ideal para cualquier situación no resuelta,
rural o fronteriza. De ese modo el sur, el medio oeste, y el lejano oeste fueron
densamente poblados -más de lo que fueron el noreste o el medio- atlántico- por
Bautistas, lo que sigue siendo así hasta el día de hoy.
Langdon Gilkey
Bibliografía
J Barnhart, La Guerra Santa del Bautista del Sur (1986); S Hill, Bautistas del
Norte y del Sur (1964); R G Torbet, Historia de los Bautistas (1966); J E Tull,
Formadores del Pensamiento Bautista (1972).
La Tradición Bautista
Información Avanzada
Un popular malentendido sobre los Bautistas es que su principal preocupación es
la administración del bautismo. Las convicciones Bautistas se basan sobre todo
en la naturaleza espiritual de la iglesia, y el bautismo de los creyentes surge sólo
como corolario de ello y a la luz de la enseñanza del NT. La posición teológica
Bautista se puede presentar como sigue.
Pertenencia a la iglesia
Según la creencia Bautista la iglesia está compuesta por aquellos que han sido
renacidos por el Espíritu Santo y atraídos a la fe personal y salvadora en el Señor
Jesucristo. Se entiende, por lo tanto, que una familiaridad viva y directa con
Cristo es esencial para ser miembro de la iglesia. En lo negativo implica un
rechazo del concepto que equipara una iglesia con una nación; ser miembro de la
iglesia de Cristo no se basa en una casualidad o privilegio de nacimiento en un
país o en una familia cristianos. Por consiguiente los Bautistas rechazan la
postura anglicana y presbiteriana, suprimiendo de la definición de iglesia la frase
"junto con sus hijos". En lo positivo, esta concepción de la membresía de la
iglesia indica que a ésta se entra voluntariamente y que solamente los creyentes
pueden participar en sus directrices. Todos los miembros son iguales en estatus
aunque se diferencien en los dones.
Naturaleza de la iglesia
Gobierno de la iglesia
La postura bautista es que la iglesia debe ser gobernada no por una orden
sacerdotal ni a través de congregaciones más altas o centrales, sino mediante la
voz del Espíritu Santo en los corazones de los miembros en cada asamblea local.
Mientras que en un gobierno eclesial estrictamente democrático habría un
gobierno de la iglesia por la iglesia, la posición bautista reconoce el gobierno de
Cristo en la iglesia a través de la iglesia. De la igualdad de status de cada
miembro de la iglesia, y el reconocimiento de la diversidad de dones, se siguen
dos cosas. Primero que nada, se reconoce que cada miembro tiene un derecho y
un deber en el gobierno de la iglesia local, y en segundo lugar, que la iglesia
acepta de buen grado la conducción de sus líderes elegidos.
Preceptos de la iglesia
Esta postura ha sido singularizada diciendo que los preceptos son medios
especiales de gracia, pero no de gracia especial. También es parte de la postura
bautista en este tema, el que el bautismo de los creyentes y la Cena del Señor son
ordenanzas de la iglesia, es decir, son actos congregacionales más que
individuales. La mediación sacerdotal es inaceptable para los bautistas y
despectiva a la gloria de Cristo, que es el único sacerdote.
El ministerio de la iglesia
El ministerio es tan amplio como la feligresía de la iglesia; con todo, para los
propósitos del liderazgo el término "ministerio" se ha reservado a los que tienen
responsabilidad en ola supervisión e instrucción. Los bautistas no creen en un
orden ministerial en el sentido de una casta sacerdotal, y el ministro bautista no
tiene "más" gracia que la del que no es ministro; en virtud de su cargo oficial no
está más cercano a Dios que el miembro más humilde de la iglesia. Hay dones
diversos, sin embargo, y se acepta que el don del ministerio es por gracia de
Dios, como el propio Pablo admitía en Efes. 3:8. Pastores y diáconos son
elegidos y designados por la iglesia local, aunque con frecuencia su
nombramiento se hace en el contexto más amplio de la feligresía de las iglesias
bautistas.
Se llega a ser ministro bautista en virtud de una llamada interior de Dios que, a su
vez, recibe la confirmación en la llamada exterior de una iglesia. La aceptación
pública de esta llamada de Dios se produce en un servicio de ordenación, el cual
no confiere ningún tipo de gracia superior o ministerial sino que simplemente
reconoce y regulariza el ministerio dentro de la iglesia misma. La importancia de
la ordenación reside en que la iglesia misma predica por intermedio del ministro
y, aunque no se entiende que la ordenación restrinja la actividad del Espíritu
Santo a los predicadores eclesialmente ordenados, se da considerable importancia
a la debida autorización a los que deben hablar en nombre de la iglesia.
Ecumenismo de la iglesia
Podría parecer que la idea de unidad es ajena a los bautistas, dadas sus firmes
opiniones sobre la independencia y su doctrina de la autonomía de la iglesia, pero
no es el caso; todo depende de qué se entiende por unidad. Para los bautistas la
unidad puede significar una de tres cosas: unión orgánica, que en general no se
favorece; cooperación con otras denominaciones, incentivada dentro de ciertos
límites; y colaboración con otros bautistas, que es casi unánimemente aceptada.
Detengámonos brevemente en cada uno de éstas.
E F Kavan
Bibliografía
A C Underwood, Historia de los bautistas ingleses; H W Robinson, Principios
Bautistas; H. Cook, Qué sostienen los bautistas; A. Dakin, Visión Bautista la
iglesia y el ministerio; O K y M Armstrong, Los Bautistas en Estados Unidos; R
G Torbet, Historia de los Bautistas; S L Stealey, ed., Teasoro Bautista; W S
Hudson, Los Bautistas en la Transición; T Crosby, Historia de los Bautistas
Ingleses.
Otra dirección:
https://www.coalicionporelevangelio.org/entradas/sugel-michelen/historia-de-los-bautistas/
El hecho es que a comienzos del siglo XVII ya existían iglesias locales Bautistas
Se intento decir que lo importante para los Bautistas era el bautismo, pero la verdad
exacta es que lo importante era y es el sujeto del bautismo.
Es el principio fundamental, sobre el cual giran todos los demás. Los antecedentes
históricos y sobre todo los bíblicos, señalan el Señorío de Cristo como la doctrina
fundamental
Esta afirmación es el primer credo de la iglesia apostólica y novotestamentaria:
“Jesucristo es el Señor”.
El Principio Sociológico
El Principio Sociológico
Esto significa que el creyente es regenerado por gracia una vez para siempre, y por
medio de la fe.
Tiene libre acceso a Dios por medio del único Mediador (sacerdote) que es Jesús.
Y asume su responsabilidad sacerdotal de cuidado frente a los otros.
El Principio Espiritual: La Libertad Religiosa
Tolerancia religiosa no es lo mismo que libertad religiosa. Según los bautistas, libertad
religiosa es: “La libertad dada por Dios, de creer (conciencia) de adorar (culto) y de
propagar (prensa, radio, etc.) la fe sin coerción gubernamental o interferencia clerical”
(Anderson: 1987, p., 72)
la libertad religiosa debe estar signada también por la igualdad en términos de
derechos y privilegios. De otro modo, el favoritismo abierto o soterrado, evidenciaría
tolerancia, más no libertad; que en este contexto es sinónimo de igualdad
2.Dios
Dios
2.2.El Padre.
Dios es el Creador a quien el universo entero, visible e invisible, debe su existencia por
el solo ejercicio de Su voluntad y Su poder.
En su inigualable amor manifestado en su acción redentora lo reconocemos Padre y lo
adoramos como tal. Dios rige el universo y lo sustenta.
Ha manifestado su plan eterno en la persona de Jesucristo en quien encontramos el
camino de nuestra reconciliación con Dios y sus propósitos (Juan 1:14-18; Sal 25:4-10;
Is 6; 54:10)
El Hijo
2.3 El Hijo Jesús es la Palabra de Dios hecha carne (Jn1:1-12). Dios mismo
encarnado. Por lo tanto uno en deidad con el Padre o de su misma naturaleza divina
(Col. 1:16).
Por su resurrección fue reconocido Señor de la Historia, de los seres humanos y del
universo entero, cuyo Reino iniciado en su ministerio llegará a su plenitud con su
regreso. ( Hech 17:31; Fil 2:11; Ap 5, 12, 14; He 4:15; Ro 5:14-21; I Pe 2:21)
El Espíritu Santo
3. EL SER HUMANO:
3.1 Según Las Escrituras, el ser humano es la obra suprema de los actos creadores de
Dios. Fue hecho “del polvo de la tierra”; pero como una persona capaz de relacionarse
con el Altísimo, puesto que él lo creó a su imagen y semejanza (Gn 1:26 a, 27 a, 2: 7
a; Sal 8:3–5)
3.2 El ser humano fue creado para ser el mayordomo, el rey de la creación;
responsable ante su Creador, quien es el Dueño del universo y juez de su conducta.
3. EL SER HUMANO
3.3 A pesar del descenso espiritual y moral y de la mortalidad del ser humano por
causa de la rebelión que lo enemistó con su Creador, no fue despojado de su
capacidad y responsabilidad de administrador de la creación.
Como tal, su tarea debe cumplirse por medio de la adoración reverente, la procreación
de la raza humana, el poblamiento y usufructo inteligente de la tierra, y la creación de
cultura.
3. EL SER HUMANO
3.4 La muerte. Creemos y enseñamos que como consecuencia del pecado, todo ser
humano está sujeto a la muerte física.
Creemos también que en ocasión del regreso final de Jesús al mundo (la parousía) los
creyentes que no hayan muerto serán transformados (no morirán), y que desde
entonces la muerte será eliminada por el Señor
4. EL PECADO
4.1 El concepto pecado designa el múltiple fenómeno de los yerros humanos, que van
desde la más insignificante transgresión de un mandato hasta la ruina de toda la
existencia
4.2 El pecado, en su más amplia concepción, no sólo es cometido por las personas en
particular, sino también, como lo enseñan las Escrituras, es colectivo, el cual incluso
llega a implicar tanto a naciones enteras como a toda la humanidad
5. LA SALVACIÓN
5.1 Dios mismo es quien resuelve la realidad del pecado. Desde que Él envió a su Hijo
al mundo el pecado tiene su fuente de perdón
5.2 Esta gran salvación, en la cual se nos encomienda vivir, es un proceso que tiene
tres dimensiones necesarias de conocer con claridad. (Fil 1:6):
5.2.1“Fuimos salvos”. Este es un hecho ya realizado por Dios a través de Jesús en
nosotros y que testimoniamos en el bautismo
5. LA SALVACIÓN