Estrella, la hermosa niña de la Virgen.

Alumna Gabriela Lozano Peroza - CURSO: 6-01

ESTRELLA, LA HERMOSA NIÑA DE LA VIRGEN

En un hermoso bosque, lleno de flores rojas, amarillas y con un
agradable aroma, vivían en una casita pequeña un herrero con su
esposa y una hermosa niña de 4 años que se llamaba Estrella, y
cariñosamente le decían Estrellita, tenía una hermosa cabellera
risada, ojos azules y de tez blanca como las nubes. Ellos eran tan
pobres que a veces no tenían nada que comer para calmar su hambre.
Un día del herrero se encontró una con una hermosa dama, que
estaba vestida con un manto azul y una corona hermosa de estrellitas
que rodeaban su cabeza.

El asombrado le pregunto:

¿Quién eres?

La hermosa dama le respondió soy la Virgen María la madre de

Jesús, he visto tus angustias y necesidades, te propongo llevarme a
tu hija y la cuidare como si fuera mi hija.

El herrero contesto: Santa Madre, bendita seas. Déjeme consultarle a

mi mujer y mañana cuando el sol empiece a salir le responderé

EL herrero partió a su hermosa casa y él le conto a su mujer y ella con

mucha tristeza le dijo que si pensando en el bienestar de su hermosa
hija.

A la mañana siguiente el afortunado caballero se encontró

nuevamente con la virgencita y le entrego a su niña, La Virgen se la
llevó al cielo, mientras que subían la niña veía las hermosas nubes
blancas y el cielo azul , los bellos colores del arco iris, estaba muy
emocionada. En ese hermoso lugar la niña crecía, comía, bebía leche
y comía muchas golosinas y jugaba con muchos angelitos.

Al pasar el tiempo, la Virgen llego donde la niña y empezó hablar con

ella y le dijo:

Querida niña: vas a quedar sola un tiempo, me toca irme un largo rato,
como ya eres grande y responsable te voy a dejar encargada de 8
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llaves que abren cada una de estas puertas, pero no puedes entrar en
la puerta número 4 en las demás puedes entrar y contemplar lo que
allí se encuentra.

La niña prometió ser responsable y acatar sus órdenes. La hermosa

dama se marchó.

La niña empezó a curiosear, y visitar cada una de esas puertas, estas

tenía cada una un nombre, se llamaban, Amor, Esperanza, Fe,
Responsabilidad, Sinceridad, Respeto, Perdón, pero la cuarta no
tenía nombre era una intriga. Esta empezó a abrir cada una de ellas y
quedaba asombrada por su maravilloso resplandor y siempre la
acompañaban, sus angelitos.

Pero tanto era la curiosidad que tenía por saber que había en la
cuarta puerta que hizo caso omiso a las restricciones que le hizo su
Santa Madre que se escondida de los angelitos y desobedeció.

Abrió la puerta, y allí miro un trono hermoso de la virgen y este

resplandecía tanto que ella toco uno de esas rayos y enseguida, varios
de sus hermanos risos cambiaron de colores e hicieron semejanza al
arcoíris inmediatamente su corazón latía más de lo normal y la
desesperación no desapareció.

Al poco tiempo regresa la Virgen y al verle su caballera con los colores

del arco iris inmediatamente le pregunto que si había entrado a la
puerta cuatro y ella le dijo que no.

La Virgen se acercó, le miro los ojos y volvió le pregunto admites que

has abierto la puerta y la niña volvió a contestar que no y así negó tres
veces.

La virgen le dice no admites que abriste la puerta, me desobedeciste

y por haber lo hecho te mando nuevamente a la tierra, pero… te
quitare el don de la vista para que no puedas ver más.

Fue mandada a la tierra al bosque, llego ya hecha una joven hermosa

despertó con la bulla de unos perros y caballos, era el Rey pero como

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no podía ver, no sabía quién era, el Rey al verla tan hermosa se la

llevo para el castillo, la mando arreglar y cuando la vio mucho mejor
vestida se enamoró de ella y se casó.

Tuvieron un niño hermoso, cuando el niño cumplió los 3 años la

virgen se le apareció y le pregunto:

Estrella admites que abriste la puerta, si no lo admites me llevare a

tu hijo y lo negó nuevamente y la virgen se llevó al niño, en el pueblo
corrió el rumor que se lo había comido, pero el rey hizo caso omiso a
esos comentarios.

Al año tuvieron otro hijo, cuando el niño cumplió los tres años, Estrella
estaba temerosa que la Virgen viniera , pero de pronto vio la luz
resplandeciente y allí estaba la virgen y le volvió a preguntarle,
Estrella admites que abriste la puerta y esta responde: no, no la abrí,
mintió nuevamente y la virgen se llevó al niño.

En pueblo estaba revuelto, la gente gritaba es una ogra, se comió al

niño nuevamente, pero el Rey estaba tan enamorado de ella que no
hizo caso a estos comentarios.

Paso un año y nuevamente tuvo una bebe pero esta vez era una niña
muy hermosa, el color del pelo era como el arco iris, igual como el de
ella. Estrella esta vez muy angustiada rogaba y rogaba que no se la
llevaran, pero cuando cumplió los tres años, La Virgen bajo y le
pregunto nuevamente y mintió otra vez y la Virgen se llevó a la niña.
Dios mío exclamó Estrella no puede ser, esta vez el Rey no le creyó
y junto con el pueblo la condenaron y la sentenciaron a la hoguera,
cogieron toda su ropa y la echaron a la hoguera, Estrella estaba allí
parada viendo quemar su ropa y llorando expreso: si tuviera la
oportunidad de decirle a mi madrecita la Virgen, que si admito haber
abierto la puerta número 4 y que me perdone por mentir varias veces,
antes de morir.

De pronto hubo un resplandor con muchas luces hermosas como el

arco iris y de allí salió una hermosa dama con un vestido blanco y una
capa azul cielo, tez blanca como las nubes y su ojos azules como el
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mar, en sus manos traía a la niña y en su regazo los otros dos niños
abrazados a ella, La Virgen apago las llamas de la hoguera.

Y exclamo:

Mi hermosa Estrella, has admitido que abriste la puerta, que hermoso

es cuando uno reconoce que ha desobedecido, quien confiesa su
pecado y se arrepiente de lo que ha hecho, merece ser perdonado. Te
perdono mi hermosa niña, te devuelvo el don de la vista para que
puedas ver.

Mi Estrella te hago una pregunta sabes ¿cómo se llama la cuarta

puerta? Ella respondió:

Madre debe llamarse Obediencia y la Virgen respondió:

Si, se llama Obediencia.

La Santa madre le devolvió sus tres hermosos hijos, y desapareció

dentro de unos hermosos rayos de luz. Y Estrella, el Rey y sus hijos
fueron felices hasta el final de sus días.

MORALEJA: Es mejor decir siempre la verdad y arrepentirse de todos

los pecados para estar en la gracia del señor.