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PROCEDIMIENTO: ordinario.

MATERIA: indemnización de perjuicios.


CÓDIGO: I 03.

DEMANDANTES: FERNANDA STEPHANNIE GARRIDO PEÑA. C.I. N° 23.170.431-6.


ABOGADO: Rafael Poblete Saavedra. 8.083.135-8.
DEMANDADO: JAIME DANIEL QUINTANA LEAL. C.I. N° 10.754.652-9.

EN LO PRINCIPAL: demanda de indemnización de perjuicios; PRIMER OTROSÍ: acompaña


documentos, con citación; SEGUNDO OTROSÍ: exhortos; TERCER OTROSÍ: patrocinio y
poder.

S. Ministro de Fuero I. Corte de Apelaciones de Valparaíso.

RAFAEL POBLETE SAAVEDRA, Abogado, domiciliado en calle Caupolicán Nº 567 Oficina 1101
de Concepción, en representación judicial, según se acreditará de SOLANGE DEL PILAR PEÑA
MARILEO, C.I. N° 17.371.361-4, Empleada, quién comparece en representación legal de su
hija menor de filiación no matrimonial FERNANDA STEPHANNIE GARRIDO PEÑA, C.I. N°
23.160.431-6, estudiante, ambas domiciliados en Huape, Parcela N° 20, Lote 3, Comuna de
Cañete, TAMARA CECILIA FIGUEROA LILLO, C.I. N° 17.381.785-1, Empleada, quién
comparece en representación legal de su hijo menor de filiación no matrimonial JONATHAN
IGNACIO GARRIDO FIGUEROA, C.I. N° 23.734.803-6, estudiante, ambos domiciliados en calle
José Echeverría 13821, Comuna de La Pintana, Santiago, CARLOS GABRIEL GARRIDO
DURÁN, C.I. N° 9.069.078-7, PESCADOR ARTESANAL, DOMICILIADO EN Pasaje San Pablo N°
123, Población Cardenal Raúl Silva Henríquez de Lebu, MARÍA TERESA CARRIL SÁEZ, C.I. N°
9.636.898-4, Labores de Casa, DAVID ALFONSO GARRIDO CARRIL, C.I.N° 16.109.018-2,
Pescador Artesanal, GABRIELA ESTEFANÍA GARRIDO CARRIL, C.I.N° 18.230.171-K, Empleada,
todos domiciliados en calle Diego Dublé Urrutia N° 7, Población Maquehue, Lebu, a US.I.,
con respeto, digo:

Consta de los certificados de nacimiento que acompaño que mi representados son hijos,
padres y hermanos de JONATHAN MISAEL GARRIDO CARRIL (Q.E.P.D.), Cabo Primero de
Carabineros de Chile, fallecido en el accidente de tránsito que se dice.

Por ello, en la representación que invisto, vengo en deducir, demanda civil de


indemnización de perjuicios, en juicio ordinario, en contra de JAIME DANIEL QUINTANA
LEAL, C.I. N° 10.754.652-9, Senador de la República de Chile, con domicilio en la sede del
Congreso Nacional, de Avenida Pedro Montt s/n, VALPARAÍSO y también con domicilio en
calle Morandé N° 441, de SANTIAGO (edificio del ex Congreso Nacional en Santiago, en que
funcionan comisiones y oficinas del actual Congreso), en calle Albert Camus N° 3491,
Parque Alcántara, de TEMUCO y en calle Saavedra N° 874, de LAUTARO, a fin de que sea
condenado a pagar a mis representados, por concepto de daño moral propio sufrido por
ellos, las sumas que se indicarán. Todo ello, por las siguientes consideraciones de hecho y
de derecho:

1.- El Sr. Garrido se desempeñaba en un cuartel móvil de carabineros, que funcionaba en un


container que se ubicaba a un costado de la ruta S 31 que une Vilcún con Temuco. La

1
pequeña unidad estaba compuesta por solo 3 funcionarios, entre ellos el Sr. Garrido que
como Cabo Primero era el jefe de la misma. Esa unidad había sido emplazada allí para el
control de medidas cautelares y vigilancia de predios por el denominado conflicto mapuche
(lo que incluía vigilar robo de madera y controlar vehículos sospechosos), pero como
funcionarios policiales, a sus miembros les correspondía actuar ante denuncia de cualquier
hecho delictivo. La unidad disponía de una camioneta 4x4 con baliza, pintada toda de verde.
Sus uniformes eran de color verde completo, dotados de chalecos antibalas y casco con
barbiquejo. La vestimenta no incluía el porte de chalecos reflectantes, porque ello los
habría hecho blanco fácil de francotiradores.

El sábado 7 febrero 2015, antes de las 23,00 horas, automovilistas que pasaban por fuera
de la unidad, les informaron que por el sector El Cajón de la Ruta S 31 venía un camión
zigzageando (después se supo que su conductor EDUARDO PAILLAMIL VILLABLANCA,
resultó con 1,44% de ebriedad), por lo que cumpliendo sus deberes el Sr. Garrido y el
carabinero MIGUEL ÁNGEL ANTILEF GONZÁLEZ se subieron a la camioneta (el otro quedó en
el container), y acudieron a interceptar el camión; prendieron la baliza, hicieron sonar la
sirena y lo adelantaron, pero su conductor se negaba a detenerse, por lo que debieron
poner la patrulla delante del camión; la que quedó con sus balizas encendidas; se bajaron
ambos funcionarios y se dirigieron hacia el camión y siendo las 23,10 horas, cuando el cabo
Garrido estaba frente a la cabina de este, con su escopeta conminando a su conductor a
descender (ya que en ese momento no se sabía que estaba ebrio; podría haber venido
armado), fue atropellado por el automóvil Subaru Outback, color gris grafito, P.P.U. CJKG-
12, conducido por el demandado Sr. Quintana, que iba acompañado de su cónyuge SUSANA
AGUILERA VEGA (alcaldesa de Vilcún), y su padre Daniel QUINTANA LIZAMA, retornando a
Temuco tras participar en la inauguración de una cancha de pasto sintético en Vilcún
y posterior brindis y cena (ocasión en que se acostumbra a beber).

1.1.- El Sr. Garrido sufrió graves lesiones, a pesar de lo cual el senador Quintana, conductor
del móvil que lo atropelló NO LE PRESTÓ AYUDA. En un video tomado minutos después del
accidente (que se viralizó por redes sociales en donde fue trending topic), se aprecia al
carabinero herido en el suelo, siendo atendido por personas que llegaron al lugar posterior
a su atropello, observándose que el senador (que había bajado de su vehículo después de
permanecer en su interior por más de 20 minutos), comunicándose continuamente por su
celular, lejos del carabinero caído, mirando solo de reojo, a la distancia.

Producto de sus graves lesiones, el cabo Sr. Garrido falleció cerca de las 01,30 horas del día
siguiente, en el Hospital de Temuco.

Después de la autopsia, sus restos fueron trasladados a la ciudad de Lebu, siendo sepultado
el 10 febrero de 2015. A su funeral no asistió el general director Gustavo González Jure, sino
que se hizo presente otro oficial que dijo que falleció mientras se encontraba cumpliendo
sus funciones.

1.2.- El procedimiento, adoptado por carabineros fue al menos irregular o discriminatorio


en lo que es respecto de cualquier ciudadano, ya que el senador Quintana, para entonces
Presidente Nacional del PPD, en un primer momento se habría negado a someterse al
procedimiento de rigor, entiéndase descender de su vehículo y hacerse la alcoholemia,
aduciendo su fuero parlamentario; solo después que los oficiales a cargo, recibieren
llamados de autoridades, entre ellos de un miembro de la comitiva de la entonces
PRESIDENTA BACHELET que se encontraba en la zona, para que el senador recibiere un
trato acorde la dignidad de su cargo (algo completamente innecesario), y recibiere garantías
de COOPERACIÓN por parte de carabineros y la Fiscalía (lo que rompe todo principio de
igualdad entre participantes en un accidente de tránsito), el senador accedió a someterse al
procedimiento y fue trasladado al Hospital de Temuco en compañía de su esposa y del

2
Fiscal Adjunto de Temuco don JAIME PINO AROSTEGUY, en donde pasadas varias horas
después del accidente fue sometido a un alcohotest a las 01,21 horas (no antes, en el lugar
de su detención), y posteriormente a las 02,10 horas a la alcoholemia de rigor, que habrían
marcado 0,0%.

El parte policial 339 de carabineros de Temuco (que incurre en el inexplicable error de


señalar que el Sr. Garrido falleció a las 19,00 horas), yn una primera muestra de la
COOPERACIÓN con el senador, omite consignar la versión e incluso la identificación del
carabinero Antilef, que después se supo que había declarado que el senador no prestó
ayuda al herido, ni tampoco a la cónyuge ni al padre del senador, pero no pudo ocultar que
el automóvil que conducía el senador y de su propiedad (CJKG-12), del que tampoco se
consignaron sus datos, transitaba con su documentación vencida.

Prueba del trato preferencial es que en el hospital de Temuco se constituyeron para prestar
“COOPERACIÓN” al senador, desde el Jefe de la IX Zona de Carabineros, hasta un
representante del Ministerio del Interior y, en la misma noche el fiscal (s) de
Temuco, Alberto Chiffelle dijo a la prensa que no habían balizas, pero luego el Fiscal
Sr. Pino lo contradecía reconociendo que la patrulla estaba con sus balizas encendidas, pero
emitiendo un juicio de valor anticipado, al estimar preliminarmente, antes de tener siquiera
el informe SIAT, que el senador conducía a una velocidad prudente, haciendo hincapié en la
importancia del chaleco reflectante.

El senador Quintana no pasó a control de detención, quedando en libertad en calidad de


simple imputado por cuasidelito de homicidio, en carpeta de investigación RUC N°
1510006030-K de la Fiscalía de Temuco, zona por la que era y es senador.

A su salida del hospital, el senador Quintana dijo a la prensa que estaba devastado, con un
profundo dolor por lo ocurrido al carabinero, que no había bebido ni una gota de alcohol,
que no conducía a exceso de velocidad y que no se dio a la fuga como se viralizó por las
redes sociales, sino que desde el primer minuto (sic), se puso a disposición de carabineros y
de la justicia, que por entonces no daría más detalles de lo ocurrido, pues entregó su relato
a la SIAT y que ese solo era momento de pensar en el apoyo a la familia del fallecido, con la
que tenía la intención de reunirse (lo que nunca hizo).

2.- El 20 febrero de 2015 la familia del Sr. Garrido presentó una querella criminal en contra
del senador Sr. Quintana y de todos quienes resultaren responsables, pidiendo investigar no
solo el cuasidelito de homicidio, sino los demás delitos que arrojare la investigación, no solo
el eventual delito de conducción en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol, sino
que eventuales delitos tipificados en la Ley Emilia N° 20.770 que modificó el artículo 195bis
de la Ley N° 18.290, introduciendo 3 nuevos tipos penales, en caso de accidentes en que se
produzcan lesiones graves o muerte, quedando tipificada no solo la negativa injustificada a
someterse a las pruebas para determinar la dosificación de alcohol en la sangre, la
realización de cualquier maniobra que altere sus resultados, sino que también la DILACIÓN
de su práctica, ya que en la especie, aduciendo su fuero parlamentario el senador DILATÓ
se le efectuare oportunamente la alcoholemia.

Se pidió investigar además, eventuales ilícitos de tráfico de influencias (el pedir trato
preferencial para un participante implica que otro resultará perjudicado, al no existir la
debida igualdad entre ellos), o una posible obstrucción a la investigación.

Se señaló que correspondía efectuar una investigación acuciosa, para despejar todas las
dudas que habían envuelto un caso de connotación nacional, ya que el accidente dio lugar a
miles de comentarios en las redes sociales(que reflejaban lo que podría llamarse el actuar
de un conductor medio o prudente), especialmente a partir del video en que se observa

3
que a pesar de ser el conductor del vehículo que lo atropelló, el senador NO PRESTÓ
COLABORACIÓN ALGUNA AL ACCIDENTADO, hablando por celular, diciendo que
seguramente estaba comunicándose con sus correligionarios y redes de apoyo para obtener
que se le prestare COOPERACIÓN, comentarios que acusaban que recibió trato preferencial,
hablando de privilegios, red de tráfico de influencias, red de protección, comentarios que
vaticinaban como “probable que en las próximas horas los colegas del carabinero fallecido
filtren información omitida” (sic), que coincidían en que el senador conducía en forma
desatenta, máxime cuando conocía la ruta y sabía que debía extremar precauciones si
conducía de noche por un camino rural angosto, sin bermas en gran parte de su extensión,
en el que anteriormente habían ocurrido numerosos accidentes, considerando que el
vehículo de carabineros tenía las balizas prendidas, por lo que el senador no podía decir que
por no portar chaleco reflectante no habría visto al carabinero, lo que no podía estimarse
causa basal del accidente, considerando que los focos de los vehículos tienen una
proyección de iluminación frontal mayor a los 30 mts. y si hubiere ido a 60 km/h requería
de 30 metros para frenar y detenerse, por lo que debería chequearse su visión y reflejos,
porque es extraño que si iba a esa velocidad no haya alcanzado a frenar, esquivarlo o
intentar una maniobra evasiva o no habría causado graves lesiones a un carabinero con
vestimenta blindada y casco, agregando que cuando es noche y se está ante un vehículo
detenido y con mayor razón ante un vehículo de emergencia con balizas encendidas, por
precaución se debe bajar la velocidad para evitar atropellos, ya que podría haber sido un
conductor en panne o una ambulancia recogiendo un herido. Si el senador se encandiló,
ello tampoco era excusa.

2.1.- Por ello, el querellante pidió al Fiscal Sr. Pino la práctica de varias diligencias de
investigación; 1) emitir orden investigar a la PDI para informar acerca de la demora de las
1
pruebas alcohólicas; 2) se decretare una reconstitución de escena, con participación de
todos los intervinientes; 3) se decretare una prueba para chequear los reflejos del senador
Quintana, para descartar que se le haya entregado licencia sin cumplir con todos los
requisitos, sin efectuársele exámenes de rutina para obtener o renovar licencias; 4) se
pidiere a carabineros de Cautín remitir: a) libro de novedades del cuartel móvil; b) registro
de llamados a CENCO; c) Sumario Administrativo de Carabineros de Cautín incoado por el
mando institucional para establecer cómo ocurrieron los hechos; 5) se citare a prestar
declaración a la cónyuge del senador, al padre de este y a MARCELO SEGURA, entonces
Seremi de Educación de la Araucanía y ex asesor del senador, requiriéndole que facilitare su
teléfono celular para ser sometido a pruebas para descartar que en los minutos posteriores
al accidente, este u otras personas hubieren interferido indebidamente con autoridades del
ejecutivo o de la comitiva de la Presidenta Bachelet, sino de ella misma, solicitando que
gestionaren con el alto mando de carabineros y funcionarios del MP, que se garantizare que
al senador Quintana se le prestaría COOPERACIÓN.

2.2.- Como en la Fiscalía se informó que el Fiscal Sr. Pino estaba “evaluando” la pertinencia
de la reconstitución de escena solicitada, el querellante para insistir en ella acompañó una
metapericia del cuestionado informe de la SIAT, elaborada por un Capitán en retiro de
Carabineros, experto IAT, que concluyó que el informe de la SIAT carecía de rigurosidad y
estaba errado, vale decir, era un segundo indicio de la COOPERACIÓN al senador.

El Fiscal no dio lugar a emitir orden investigar a la PDI, ni a una pericia para chequear los
reflejos del senador, accediendo solo a la reconstitución de escena, oficiar a carabineros

1
El artículo 183 de la Ley del Tránsito señala que si al momento de efectuarse el procedimiento de
fiscalización no se encuentra disponible el instrumento para realizar la prueba de alcoholizer,
carabineros podrá llevar al conductor a la comisaría más cercana o disponer que se lo someta a una
alcoholemia en cualquier establecimiento de salud, cuyo responsable arbitrará las medidas para que
se efectúe en forma expedita.

4
pidiendo remitir antecedentes requeridos y a tomar declaración a la cónyuge y padre del
senador.

2.3.- En paralelo el querellante formuló una recusación amistosa al Fiscal Sr. Pino por tener
reparos de su imparcialidad, no solo por su actuar posterior al accidente, al escoltar como
verdadero edecán al senador al hospital, que había motivado muchas críticas en redes
sociales, que denotaban desconfianza en las instituciones, denunciando que había sido más
que un simple simpatizante la Nueva Mayoría, ya que en el anterior gobierno de la
concertación fue Seremi de Justicia, en Puerto Montt, pero el Fiscal no acogió la recusación.

Luego se insistió ante el Fiscal Nacional, acompañando informes de prensa que daban
cuenta que anteriormente el Fiscal Sr. Pino había sido suspendido por un mes, con goce de
media remuneración mensual “por no haber realizado una investigación ágil y expedita”,
coincidentemente en un caso en que aparecía involucrado otro senador (Lavandero), en
denuncias de abusos sexuales a menores, pero no se dio lugar a sustituirlo.2

3.- Luego de realizarse la reconstitución de escena, recibido un informe de la PDI que


paradójicamente restaba mérito al informe de la SIAT, el Fiscal Sr. Pino declaró cerrada la
investigación y pidió se citare a audiencia para debatir el sobreseimiento definitivo, por la
causal del artículo 250 letra a) del CPP, porque en su opinión los hechos no serían
constitutivos de delito de homicidio, porque el senador conducía su vehículo dentro de la
velocidad permitida en zona rural y el cabo Garrido no tomó las precauciones necesarias
para realizar el procedimiento (principalmente que su colega detuviese el tránsito en
sentido contrario y utilizar medidas de seguridad necesarias para el control de tránsito,
como un chaleco reflectante), ya que según el informe SIAT el cabo Garrido se expuso al
riesgo del accidente al ocupar la calzada de circulación contraria para materializar la
detención del conductor del camión, sin percatarse de la proximidad del móvil conducido
por el senador, el que a su vez, por la falta de medios de reflexión en las ropas del
funcionario, las luces del camión y las condiciones de oscuridad no pudo percatarse a
tiempo de su presencia.

3.1.- Ante ello, el querellante solicitó la reapertura de la investigación que estaba


incompleta y no estaba agotada, denunciando que el Fiscal Sr. Pino no tuvo celo
investigativo, reiterando la práctica de las diligencias de investigación rechazadas y
pendientes, entre ellas, reiterar oficio a Carabineros de Cautín, pidiendo remitir el Sumario
Administrativo completo, ya que en las copias recepcionadas constaba que no estaba
afinado, constando que no se había investigado el “trato preferencial” al senador, sino
aspectos administrativos (relacionados con beneficios previsionales para los hijos del cabo
Garrido y el carabinero Antilef), pero que a fojas 89 había un indicio del “trato preferencial”,
ya que luego de señalarse que por orden del general jefe de zona, un coronel (el Prefecto
de Cautín, Oscar Oettinger), se hacía cargo del sitio del suceso y un capitán en el hospital, se
lee: “Por orden del teniente Hormazábal se envíe un vehículo de alguna unidad
especializada, sin los colores institucionales, al hospital para prestar cooperación al senador
Quintana”.

4.- Por resolución de 2 octubre de 2015 (en causa RIT N° 1.586-2015), la Jueza de Garantía
de Temuco no dio lugar a la reapertura de la investigación y declaró el sobreseimiento
definitivo de la causa, por lo que apelamos, reiterando la solicitud de reapertura de la
investigación y pidiendo no dar lugar al sobreseimiento definitivo.

2
La nota hablaba de “presunta denegación de justicia”, mencionando que los cargos, que también
costaron la remoción de la Fiscal Regional Esmirna Vidal, fueron “por no haber indagado
suficientemente” y por ello el entonces Fiscal Nacional, designó al Fiscal Metropolitano Xavier
Armendariz, quien obtuvo la condena del senador.

5
4.1.- Denunciamos falta de rigurosidad del Fiscal Sr. Pino, que no consideró declaraciones
que dejaban de manifiesto que el vehículo policial siempre estuvo con sus balizas
encendidas, que el senador no frenó, que iba a una velocidad de entre 80 a 90 km/h,
conduciendo desatento a las condiciones de tránsito del momento y, para demostrarlo se
transcribieron y compararon las declaraciones prestadas ante la SIAT, la Fiscalía y la PDI, por
el senador Quintana, el carabinero Antilef, el conductor del camión3 y la declaración de un
testigo presencial, don LUIS SANDOVAL JARA, quien dijo “el vehículo del carabinero estaba
con balizas encendidas al momento de la fiscalización al camión; lo que no puedo explicar es
como el conductor del vehículo no vio al carabinero que estaba fiscalizando al conductor del
camión”, testigo que curiosamente solo fue interrogado por la SIAT, pero que no fue
llamado a declarar ante la Fiscalía.

Denunciamos que el Fiscal Sr. Pino no consideró la metapericia que dejaba ver
inconsistencias del informe SIAT analizado: 1) respecto de la visual de los participantes: dice
que no se puede aceptar que la visual del cabo Garrido era buena; 2) respecto del cálculo
de velocidad del móvil del senador y su estimación como apropiada: dice que hay un error y
la estima más cercana a los 70 km/h; 3) respecto a la dinámica general del accidente: dice
que no es conteste con la realidad, toda vez que no existen huellas de frenadas (razón por
la cual ellas no fueron graficadas en el levantamiento planimétrico), y el mismo senador
reconoce no haber frenado, sino hasta después del impacto. El perito señala que del estudio
y análisis de los antecedentes que obran en la carpeta investigativa, incluyendo las
animaciones 3D realizadas por la SIAT y propia declaración del senador (que
paradójicamente no refiere haber visto las balizas encendidas), estimaba que el informe
SIAT es errado, poco prolijo, poco profesional y hasta parcial, desde que se omitió toda
referencia a las balizas encendidas), que en el accidente medió una conducción no atenta a
las condiciones del tránsito del momento, por parte del senador, por cuanto teniendo buena
visibilidad y visual, mediando una clara advertencia de dispositivos luminosos: baliza
funcionando, visible desde gran distancia, que anunciaba procedimiento policial en curso,
accidente u obstáculo en la vía, el elemento sorpresivo a que alude el senador, se descarta,

3
Las declaraciones transcritas fueron:
1) en su declaración ante la SIAT, el senador Quintana, dijo “yo tenía buena visibilidad; yo no me
percaté que hubiere existido algún control vehicular en el lugar, ya que no habían conos, ni menos
que habían carabineros”.
En su declaración ante la PDI dijo: “me encandilan las luces de un vehículo, no veo las balizas
encendidas de la patrulla de carabineros, bajo la velocidad, cuando de pronto siento que impacto a
algo, freno el vehículo… veo un camión con las luces encendidas; no vi ninguna patrulla de
carabineros, ni balizas encendidas; cuando paso frente al camión me encandilan las luces, reduzco la
velocidad, siento que impacto algo, luego freno”.
2) en su declaración ante la SIAT el carabinero Antilef, dijo “efectué una maniobra de adelantamiento
al camión, el cual se detuvo y yo detuve el vehículo policial metros más adelante, bajándose el cabo
Garrido a fiscalizar al conductor y yo me quedé en el vehículo ya que temía que el conductor se diere a
la fuga, pasado un lapso, decido descender del móvil, en los instantes en que abría la puerta veo un
vehículo que pasó en sentido contrario que atropelló al cabo Garrido; no iba frenado, puedo estimar
su velocidad entre 80 a 90 km/h; su conductor solo frenó al momento de impactarlo”;
En su declaración ante la fiscalía declaró “cuando me había bajado del AP y había caminado un par de
pasos en dirección a Jonathan veo que es atropellado; deduzco que la persona que atropelló a mi
colega iba a unos 80 o 90 km/h; las luces balizas de la patrulla estaban encendidas al momento de la
fiscalización, tanto las verdes como las rojas, las luces también, así como los intermitentes”.
En su declaración ante la PDI, dijo: “detuve el carro policial con las balizas encendidas delante del
camión”.
3) en su declaración ante la SIAT el conductor del camión Sr. Paillalef, dijo “el vehículo policial siempre
estuvo con balizas”. En su declaración ante la Fiscalía declaró “las luces de la patrulla y mi camión
estaban encendidas”. En su declaración ante la PDI reiteró: “detuve el camión y una patrulla con las
balizas encendidas se para adelante”.

6
ya que con una conducción atenta, este, pudo y debió disminuir su velocidad e incluso
detenerse al pasar por el costado de la patrulla con balizas, con lo que pudo haber evitado el
accidente. Por lo anterior, el perito efectuó un replanteamiento del accidente investigado y
realizó lo que estimaba es una dinámica general de accidente, que coincidía mejor con la
verdad del accidente:
“El peatón (1) permanecía en la calzada, adoptando un procedimiento policial de máxima
atención a un camión que se encontraba detenido ocupando parte de la calzada y quedó
expuesto al riesgo de accidente, al tener que permanecer sobre la vía, adoptando el
procedimiento policial advertido por balizas, sin posibilidad de percatarse de la presencia y
proximidad del móvil (2), que era conducido por el participante (2), no atento a las
condiciones del tránsito del momento, a una velocidad estimada en no inferior a los 70 k/h.,
que se considera no razonable ni prudente, de acuerdo a las condiciones del tránsito del
momento (carabineros efectuando un procediendo policial, advertido por balizas),
atropellando al participante (1), en los instantes en que el móvil (2) se desplazaba en rodaje
libre por la vía. CAUSA BASAL DEL ACCIDENTE. El participante (2) conduce no atento a las
condiciones del tránsito del momento (carabineros accionando en un procedimiento policial,
advertido por balizas). CAUSA CONCURRENTE: El participante (2) conduce a una velocidad
no razonable ni prudente, de acuerdo a las condiciones del tránsito del momento
(carabineros accionando en un procedimiento policial, advertido por balizas). El peatón (1),
permanecía sobre la vía, exponiéndose al riesgo de accidente, sin posibilidad de percatarse
de la presencia y proximidad del móvil (2), ya que este debía disminuir su velocidad ante el
4
procedimiento policial en curso, advertido por balizas”.

Denunciamos que el Fiscal Sr. Pino no consideró o hizo una lectura parcial y
descontextualizada del informe de la PDI, que avalaba la metapericia y restaba mérito al
5
informe de la SIAT, al que le asignó un valor que no tenía, ya que dejando constancia que
obtuvo compulsas para realizar un estudio “técnico” de los dos informes periciales (el de la
SIAT y la metapericia), y que para la reconstitución de escena no estaba el camión, 6 hizo
una importante reserva: “con relación al análisis de las acciones desarrolladas por ambos
participantes y sus responsabilidades, dichas materias escapan al quehacer de la sección
mecánica de este Lacrim de Temuco, la cual estudia y desarrolla aspectos técnicos”, y en
sustancial concordó con la metapericia, ya que concluyó: 1) la visión del cabo Garrido no
era buena; 2) el cálculo de velocidad de la SIAT era errado, ya que “las velocidades
calculadas guardan relación con la velocidad de proyección del peatón y no así con la
velocidad del móvil”, por lo que aplicando un factor de corrección al método Searle,
concluye que este circulaba a una velocidad estimada de 64,18 km/h.

4.2.- También hicimos ver que el Fiscal Sr. Pino no consideró que se estaba ante un
PROCEDIMIENTO POLICIAL EN CURSO, CON UN VEHÍCULO DE EMERGENCIA, CON SUS

4
En sus conclusiones, señala que atendidas las inconsistencias y falta de rigurosidad del accidente
investigado, sugería: 1) solicitar una verdadera reconstitución de escena y no una pseudo
reconstitución, pudiendo tenerse a la vista su metapericia en dicho acto, para cotejarla con el informe
SIAT y ver cual se acerca más a la realidad; 2) solicitar que la SIAT evacué una complementación de su
informe, que adolece de inconsistencias, siendo la más evidente el no hacer referencia alguna a las
balizas encendidas, elemento crucial que inexplicable y sospechosamente omitió mencionar.
5
El artículo 181 de la Ley de Tránsito, señala que los informes que emita la SIAT serán estimados por
el juez como una presunción fundada respecto de los hechos que afirmen y de las conclusiones
técnicas que establezcan. Sin embargo, su concordancia con los demás hechos establecidos en el
proceso o con las otras pruebas o elementos de convicción que él ofrezca, apreciada de conformidad
con la reglas de la sana crítica, permitirá al juez atribuirle el mérito de plena prueba.
6
En la reconstitución de escena no habían condiciones similares a las del accidente que fue una
noche de verano, despejada, con luna llena, en cambio la reconstitución fue en invierno, con llovizna;
el día del accidente no estaba el mismo camión, sino uno más pequeño que no tenía luces de xenón;
el auto del senador tenía la luz delantera izquierda dañada (iluminaba menos), y no se hizo
comparecer al testigo presencial Sr. Luis Sandoval Jara.

7
BALIZAS ENCENDIDAS y la Jueza de Garantía efectuó una errada interpretación de las
normas de la Ley N° 18.290, de las que se desprendía que el senador Quintana actuó, al
menos con culpa, por infracción de los reglamentos del tránsito.

Señalamos que era impropio aplicar el “principio de confianza”, sobre la base que si el
senador habría observado la regla de velocidad máxima permitida en zona rural, podía
confiar en que igual lo harían otros participantes, ya que aplicando el mismo principio, los
carabineros que SEÑALIZABAN un procedimiento policial utilizando BALIZAS, podían
también confiar en que los automovilistas reducirán la velocidad, tomando las providencias
necesarias para evitar todos los peligros presentes y LOS POSIBLES y en ese contexto, aun si
hipotéticamente se estimare que hubo culpa concurrente del cabo Garrido, la causa basal
del atropello es que el senador no conducía atento a las condiciones de tránsito del
momento, pues cuando es de noche y se está ante un furgón de carabineros con sus balizas
encendidas, ROJAS Y VERDES, visibles desde lejos -parece UN PLATILLO VOLADOR POSADO
EN LA CARRETERA- un conductor prudente debe bajar la velocidad o incluso detenerse (ya
que debe tener precaución frente a la autoridad), que el actuar del senador no solo es
demostrativo de una culpa media, sino que de una culpa grosera, que linda en el dolo
eventual, ya que es inexplicable que no haya visto las balizas de la patrulla que alertaban de
una emergencia o un procedimiento policial en trámite y en estas condiciones debió
detenerse al pasar por el lado del vehículo policial o al menos disminuir su velocidad.

5.- La sentencia 23 octubre de 2015 de la I. Corte de Apelaciones de Temuco (Rol N° 1.105-


2015), dio la razón a la familia del Cabo Sr. Garrido y revocando la sentencia apelada, no
aprobó el sobreseimiento definitivo del senador Quintana, que pretendía dejar circunscrita
su responsabilidad en sede civil indemnizatoria.

5.1.- Así, la JUSTICIA determinó que el actuar del senador Quintana iba más allá de un
reproche meramente civil, siendo también constitutivo de un ilícito penal (la figura de
cuasidelito de homicidio, delito previsto y sancionado en los artículos 490 N° 1 y 492 del
Código Penal). El voto de mayoría de dicha sentencia, firme y ejecutoriada, señala:

“CUARTO: Que el fundamento de la solicitud contenida en la apelación del querellante, se


refiere a que se encuentra acreditado en la investigación criminal, que cerca de las 23:00
horas del día sábado 07 de febrero de 2015, la víctima, el Cabo Garrido, quien cumplía
funciones de resguardo de predios rústicos ubicados en las cercanías, conjuntamente con el
Carabinero Antilef, participaron en un procedimiento de fiscalización al conductor de un
camión y que para detenerlo pusieron una patrulla delante de éste, la que quedó con sus
balizas encendidas y el Cabo Garrido descendió del móvil y se dirigió hacia el camión y
cuando estaba frente a la cabina, conminando a su conductor a descender, fue atropellado
por un vehículo conducido por el querellado, sufriendo graves lesiones y falleciendo cerca de
las 01:03 horas del día siguiente. Sostiene, además, que el Juez de Garantía no analizó el
resto de los antecedentes de la investigación que dejan de manifiesto que el querellado
conducía desatento de las condiciones del tránsito del momento, pues no se explica que no
haya visto las balizas o que no haya alcanzado a frenar, declarando ante la SIAT lo siguiente:
“Yo tenía buena visibilidad; yo no me percaté que hubiera existido algún control vehicular en
el lugar, ya que no había conos, ni menos que había Carabineros”. Agrega que de los
documentos de la investigación, queda de manifiesto que el vehículo policial siempre estuvo
con sus balizas encendidas y que el imputado no frenó y que iba a una velocidad de entre 80
a 90 kilómetros por hora y que la meta pericia realizada concluye que la velocidad estimada
al momento del accidente era de 61,18 km./hora. Por último, agrega que el informe pericial
planimétrico N° 332, consigna las versiones del Carabinero Antilef, que señala “Detuve el
carro policial con las balizas encendidas delante del camión”; el conductor del camión dice:
“Detuve el camión y una patrulla con balizas encendida se para adelante y que el propio
querellado sostiene; “Veo un camión con las luces encendidas; no vi ninguna patrulla de

8
Carabineros, ni balizas encendidas; cuando paso frente al camión me encandilan las luces,
reduzco la velocidad, siendo que impacto algo, luego freno”.
Los hechos relatados implican una errada interpretación del artículo 108 de la Ley del
Tránsito N°18.290, disposición que señala que todo conductor deberá mantener el control de
su vehículo durante la circulación y conducirlo conforme a las normas de seguridad
determinadas en esta ley, sin que motivo alguno justifique el desconocimiento o
incumplimiento de ellas. Asimismo, estará obligado a mantenerse atento a las condiciones
del tránsito. También violenta el artículo 144 de la misma ley, según el cual ninguna persona
podrá conducir un vehículo a una velocidad mayor de la que sea razonable y prudente, bajo
las condiciones existentes, debiendo considerar los riesgos y peligros presentes y los
posibles. En todo caso, la velocidad debe ser tal, que permita controlar el vehículo cuando
sea necesario, para evitar accidentes. Se dejó aplicar el artículo 160 de la Ley del Tránsito,
que señala en su numeral 2, que constituye presunción de responsabilidad del conductor al
no estar atento a las condiciones del tránsito del momento, como asimismo el numeral 7° de
igual artículo que establece igual presunción cuando se conduce a mayor velocidad que la
permitida o a una velocidad no razonable y prudente;
OCTAVO: Que a entender de estos sentenciadores de mayoría, los antecedentes de
investigación referidos como existentes en la vista del recurso, no permiten superar el
estándar exigible para decretar el sobreseimiento definitivo con las trascendentales
consecuencias que ello acarrea. En efecto, para estos miembros del Tribunal, no existe plena
claridad sobre el carácter lícito -penalmente considerando- de lo indagado, atendida las
especiales circunstancias bajo las cuales ocurrieron los hechos investigados, esto es, en el
marco de un procedimiento policial, el que se efectuaba de noche, en un camino rural, con
poca iluminación, efectuándose un control vehicular, con dos vehículos detenidos en la
carretera; debiendo tenerse presente que la velocidad de circulación del vehículo conducido
por el imputado, es sólo uno de los parámetros a analizar para determinar o no la
concurrencia de un hecho que revista caracteres de delito;
NOVENO: Que lo que se acaba de acotar, permite concluir a estos sentenciadores que la
afirmación de la inexistencia de un hecho que revista caracteres de delito, no se puede
realizar con los elementos de convicción existentes hasta el momento;
DÉCIMO: Que así las cosas, lo que corresponde es revocar la decisión en alzada, al estimarse
insuficiente los antecedentes de investigación para afirmar derechamente que lo investigado
no constituyó un delito”.

5.2.- Lamentablemente, después de la sentencia de la I. Corte de Apelaciones de Temuco y


pese a los esfuerzos de la familia del cabo Sr. Garrido, no aparecieron pruebas que
permitieran reabrir la investigación, al punto que sus compañeros, posiblemente para no
incomodar a su mando que había comprometido COOPERACIÓN con el senador, se negaron
siquiera a entrevistarse con ellos, incluso sin la presencia de su abogado.

No pudiendo la familia del cabo Sr. Garrido haber avanzado mayormente en sede penal, no
queda otro camino, en su calidad de víctimas que sufrieron perjuicios, que perseguir la
7
responsabilidad civil del senador Quintana, que pareciere será el único castigo que tendrá,
salvo que a partir de esta demanda y su difusión, el nuevo escenario que se abre con el caso
de encubrimiento de carabineros en el caso de Camilo Catrillanca, se reabra la investigación
penal.

6.- En efecto, el accidente del tránsito referido en este libelo constituye, a lo menos, un
ilícito civil, en que medió culpa infraccional del senador Quintana, por violación de varias

7
Además de la condena pública, ya que aceptando que después de la inauguración, cóctel y cena, no
hubiere ingerido ni una sola gota de alcohol, el hecho de haber DILATADO (en ese caso, sin motivo
alguno), un test de alcoholizer en el lugar, alimentó mayores DUDAS en la opinión pública, dando
lugar miles de comentarios que hasta el día de hoy se siguen expresando en las redes sociales.

9
normas de la Ley del Tránsito, que le imponen el deber de responder de los perjuicios
ocasionados con su actuar, teniendo presente que el senador Quintana además era el
propietario del vehículo que el mismo conducía.

La responsabilidad civil del demandado emana de variadas normas de la Ley del Tránsito N°
18.290, especialmente del artículo 165 que señala: “Toda persona que conduzca un vehículo
en forma de hacer peligrar la seguridad de los demás, sin consideración de los derechos de
estos o infringiendo las reglas de circulación o de seguridad establecida en esta ley, será
responsable de los perjuicios que de ello provengan”, norma que debe entenderse en
relación al inciso primero del artículo 169 ya que en este caso el senador Quintana además
de ser el conductor, era también el propietario del vehículo que el mismo conducía,
debiendo considerase que el demandado es autor de variadas infracciones a la Ley de
Tránsito, afectándolo presunciones de responsabilidad. Entre las normas infringidas por el
senador Quintana cabe destacar las siguientes:

1) artículo 108, que dice: “Todo conductor deberá mantener el control de su vehículo
durante la circulación y conducirlo conforme a las normas de seguridad determinadas en
esta ley, sin que motivo alguno justifique el desconocimiento o incumplimiento de ellas.
Asimismo los conductores estarán obligados a mantenerse atentos a las condiciones del
tránsito del momento”.
2) artículo 144, que señala: “Ninguna persona podrá conducir un vehículo a una velocidad
mayor de la que sea razonable y prudente, bajo las condiciones existentes, debiendo
considerar los riesgos y peligros presentes los posibles. En todo caso la velocidad debe ser
tal que permita controlar el vehículo cuando sea necesario, para evitar accidentes”.
3) artículo 200, que señala: “Son infracciones o contravenciones graves las siguientes: “18
conducir un vehículo sin revisión técnica de reglamento; 11 conducir un vehículo sin permiso
de circulación o sin certificado de un seguro obligatorio de accidentes causados por
vehículos motorizados, vigentes”.

También cabe considerar que el artículo 167, dispone que: en los accidentes de tránsito,
constituyen presunción de responsabilidad del conductor:
2.- No estar atento a las condiciones del tránsito del momento;
7.- Conducir a mayor velocidad que la permitida o a una velocidad no razonable y prudente,
según lo establecido en el artículo 144; 8
10.- No respetar el derecho preferente de paso de peatones o vehículos y las indicaciones
del tránsito dirigido o señalizado; a este respecto debe considerarse que la Ley de Tránsito
contiene varias normas que establecen que los conductores deben tener precauciones
cuando se encuentren con señales luminosas, como balizas, y vehículos de emergencia,9 o

8
A su respecto debe considerarse el artículo 149 que dice que el conductor de un vehículo deberá
conducirlo a una velocidad reducida al ingresar a un cruce de calles o caminos, cuando se aproxime o
vaya en una curva, cuando se aproxime a la cumbre de una cuesta y cuando conduzca sobre cualquier
camino angosto o sinuoso.
9
A su respecto deben considerase las siguientes normas: artículo 2° en su N° 38 define señal de
tránsito: los dispositivos, signos y demarcaciones oficiales, de mensaje permanente o variable,
instalados por la autoridad con el objetivo de regular, advertir o encauzar el tránsito; artículo 142 N°
2 señala que el conductor de un vehículo de emergencia, cuando concurra a un llamado de urgencias
haciendo uso de sus señales audibles y visuales reglamentarias, podrá estacionarse o detenerse en
sitios prohibidos; artículo 143 dice que el conductor de un vehículo de emergencia velará por la
seguridad de los peatones y vehículos que estén usando la vía, debiendo respetar todas las
prescripciones de esta ley que rigen el tránsito público, con las excepciones que establece el artículo
anterior; artículo 185 señala que toda persona estará obligada, en la vía pública a cumplir en forma
inmediata cualquier orden, indicación o señal de carabineros relativas al tránsito, sin que pueda
discutirla, desobedecerla o entorpecer su cumplimiento.

10
extremar precaución ante otro tipo de vehículos estacionados con intermitentes (señal
menos perceptible que balizas), como aquellos que transportan escolares, por ejemplo.10

7.- Producto de la muerte del Sr. Garrido, que era un muy buen padre, hijo y hermano, es
evidente que los actores sufrieron graves DAÑOS, tanto materiales, como daños morales
propios, siendo estos últimos los que se demandan en esta causa.

El cabo Sr. Garrido falleció cuando tenía recién 25 años de edad, siendo el segundo hijo del
matrimonio entre Carlos Gabriel Garrido Durán (53 años), y María Teresa Carril Sáez (51
años), hermano de David Alfonso Garrido Carril (29 años), Gabriela Estefanía Garrido Carril
(22 años), y Pedro Eliecer Garrido Carril (17 años). Falleció soltero, pero dejó dos hijos
menores de edad: Fernanda Stephannie Garrido Peña (5 años), hija de su relación con
Solange del Pilar Peña Marileo y Jonathan Ignacio Garrido Figueroa (3 años), hijo de su
relación con Tamara Cecilia Figueroa Lillo.

Es indudable que la muerte del Sr. Garrido le ocasionó a los actores graves daños morales,
ya que padecieron un sufrimiento psicológico evidente (como le habría significado a
cualquier persona, la muerte de un padre, hijo y hermano en las circunstancias antes
relatadas), ya que es imborrable una experiencia como la descrita, que se traduce en
dolores, privaciones, pesar, depresión, miedo, temor, frustración, y demás secuelas, todas
las cuales persisten hasta el día de hoy y para el futuro (secuelas permanentes). La
existencia de daño moral por la muerte de un familiar cercano y querido es indudable,
habiéndose resuelto que es un hecho evidente, que no requiere de mayor demostración.
En la especie, los hijos, los padres y hermanos del Sr. Garrido sufrieron un daño moral
enorme, pues como se ha referido perdieron a un padre, hijo y hermano ejemplar, que no
solamente se hacía cargo de las necesidades de sus dos hijos, sino que ayudaba en el
mantenimiento del hogar familiar en que vivía su madre y sus tres hermanos (luego que su
padre dejara la residencia de la familia al divorciarse, pese a lo cual los cónyuges seguían
teniendo una relación madura), de manera que producto de su fallecimiento se alteraron
las condiciones normales de vida de todos los actores.

7.1.- Debe decirse que la menor Fernanda Stephannie Garrido Peña (como se ha dicho de 5
años al fallecer su padre), vivía junto a su madre Solange del Pilar Peña Marileo (con quien
el cabo Sr. Garrido había mantenido una relación sentimental), en un sector rural de la
comuna de Cañete (ubicada en la Provincia de Arauco, cercana a la Comuna de Lebu), y el
Sr. Garrido mantenía con ella una relación fluida, ya que la visitaba frecuentemente y la
menor también habitualmente pasaba temporadas en la casa de su abuela paterna en Lebu,
junto a su padre que luego de terminada la relación de pareja con la Srta. Peña Marileo se
trasladó a trabajar a Carabineros en Santiago, compartiendo en la casa de Lebu también con
sus abuelos paternos y tíos.

Al estar el cabo Sr. Garrido destinado en Santiago, allá conoció a doña Tamara Cecilia
Figueroa Lillo, quien laboraba en un local comercial cercano a la unidad de Carabineros,
con quien inició una relación sentimental y tuvieron al menor Jonathan Ignacio Garrido
Figueroa (como se ha dicho de 3 años al fallecer su padre), quien fue bautizado con el
mismo nombre de su padre. Por cosas de la vida, luego de ser el cabo Sr. Garrido trasladado
a funciones de resguardo de predios rústicos en una unidad móvil que dependía de la
Prefectura Cautín, la distancia hizo que la relación que se pensaba terminaría en
matrimonio, a la fecha de su accidente, estuviere congelada, no obstante lo cual el occiso,
10
A su respecto debe considerarse que el artículo 146 dice que el conductor que se aproxime a un
vehículo de transporte escolar detenido con su luz intermitente, en los lugares habilitados para ello,
deberá reducir la velocidad hasta detenerse si fuera necesario, para continuar luego con la debida
precaución.

11
cada vez que podía, viajaba frecuentemente a Santiago a visitar a su pequeño hijo, con
quien compartía, manteniendo una muy buena relación con la Srta. Figueroa, hablándose
entonces incluso de retomar la relación, prueba de lo cual es que luego de su fallecimiento,
el menor y su madre pasaron una larga temporada en casa de la familia del Sr. Garrido, en
la ciudad de Lebu.

Como se ha dicho ambos hijos dependían no solo económicamente de su padre (era el


principal sostén de ellos), sino que para su vida, sus estudios, en definitiva el futuro de los
menores dependía en gran parte de su padre, es decir, su proceso de ausencia paterna
recién se inicia. En efecto, el occiso compartía frecuentemente con ambos menores, porque
se había preocupado de ser un padre presente, por lo que su muerte les provocó un estado
permanente de orfandad, de ausencia de su progenitor, de la fuerza paterna, a tan
temprana edad y con tanto por necesitar -su asistencia- con todas las consecuencias
emocionales que de esto derivan. Hasta el día de hoy ninguno de los menores se convence
de la tragedia y el horror de la muerte de su padre a quien evocan constantemente,
especialmente Jonathan que lloraba a diario ya que ansiaba estar con su padre y seguir
compartiendo tal como lo hacían

Respecto de sus padres Carlos y María Teresa, como se ha dicho el cabo Sr. Garrido era el
segundo hijo del matrimonio y a su fallecimiento tenía 25 años y sus hermanos David,
Gabriela y Pedro (que para entonces tenían 29, 22 y 17 años respectivamente y eran muy
unidos), lo que hace que estos sientan su ausencia de manera angustiosa y desesperante,
toda vez que jamás esperaron su partida a temprana altura de su vida, por lo que sufrieron
el mayor dolor que puede sufrir un ser humano: perder a un hijo, ya que ello altera el orden
natural de la vida (que enseña que los hijos entierran a sus padres y no al revés), sufriendo
la pérdida del agrado de vivir, unida al sufrimiento que por falta de medios no pueden viajar
a visitar a su nieto Jonathan a Santiago. Con sus medios se las han arreglado para tratar de
visitarlos en sus cumpleaños, sus onomásticos y comprarles regalos para fiestas de fin de
año y otras celebraciones, llevándoles ropa y pequeños obsequios que pueden adquirir.

Respecto a sus hermanos David, Gabriela y Pedro, reiterando que eran muy de ser amigos y
compartir, por lo que la muerte y su ausencia también les pesa enormemente todos los días
de su vida, tratando también de canalizar su amor hacia sus sobrinos Fernanda y Jonathan.

7.2.- Sabido es que el daño moral escapa a la prueba directa de las partes y su apreciación
queda entregada al tribunal, pero para la determinación del quantum indemnizatorio el juez
debe considerarse varios factores.

Entre dichos factores se encuentra la magnitud y mayor extensión del daño sufrido por los
actores y a este respecto debe decirse que tanto el cabo Sr. Garrido, cuyo segundo apellido
es CARRIL, sus padres y hermanos y especialmente su hija Fernanda, cuya madre se apellida
Peña MARILEO, pertenecen a la etnia MAPUCHE, originarios de la Provincia de Arauco,
cuyas comunidades se consideraron sumamente agraviadas al observar el video en que se
apreciaba que luego de atropellarlo, el senador Quintana tuvo una conducta displicente y
no le prestó auxilio, lo que en su momento causó molestia en dichas comunidades. Luego
que la esposa del senador y alcaldesa de Vilcún dijere a la prensa que mientras no hubiere
una resolución firme, por recomendación de sus abogados “no se acercarían a la familia,
para que no se prestare para malos entendidos”, militantes y simpatizantes del PPD de la
Provincia de Arauco se comunicaren con cercanos a la familia y comunidades a que
pertenecían las familias del cabo Sr. Garrido, a los que les señalaron que el senador
Quintana mantenía su compromiso de reunirse con la familia (la que esperaba al menos que
diere la cara y una explicación de su actuar), el senador tenía la garantía que podría hacerlo
con completa tranquilidad. No obstante, estando por cumplirse 4 años del accidente,
habiendo quedado en evidencia que el senador Quintana no cumplió con el compromiso

12
que expresare públicamente en orden a que se reuniría con la familia, ya que no se
presentó siquiera ofrecer su pésame, ni a través de interpósita persona, un ayudante,
asesor o por último un alcalde o concejal de los varios que tenía y tiene el PPD en la
Provincia de Arauco, se sienten engañados, lo que ha agravado su sufrimiento.

También debe considerarse que conforme el principio de la reparación integral del daño
(que tiene consagración constitucional, en el artículo 19 Nº 1 y 4 de la Constitución), la
reparación debe ser íntegra. Conforme dicho principio, si bien es cierto que con dinero no
se harán desaparecer todas las graves consecuencias que generó la muerte del cabo Sr.
Garrido, es justo que quien lo causó responda de los daños que causó. Por otra parte,
conforme al principio de la igualdad ante la ley (también constitucionalmente garantizado,
en el artículo 19 Nº 2), debe concederse a los actores, al menos, montos indemnizatorios
similares a los que ha venido concediendo nuestra jurisprudencia en el último tiempo. En
fin, siguiendo precedentes jurisprudenciales debe considerarse también la capacidad
económica del senador Quintana, que sin duda tiene ingresos que le permitirán asumir
cualquier indemnización a la que sea condenado, a fin de que su condena cumpla además
con la finalidad preventiva de la responsabilidad civil, de la que muy habla el Profesor don
Enrique Barros Bourie en su conocido Tratado de la Responsabilidad Extracontractual.

Por todo lo anterior y para los efectos procesales pertinentes, los actores avalúan el daño
moral propio sufrido por ellos en las siguientes cantidades: en la suma de $ 100.000.000
para la menor Fernanda Stephannie Garrido Peña, en la suma de $ 100.000.000 para el
menor Jonathan Ignacio Garrido Figueroa, en la suma de $ 70.000.000 para don Carlos
Gabriel Garrido Durán, en la suma de $ 70.000.000 para doña María Teresa Carril Sáez, en la
suma de $ 30.000.000 para don David Alfonso Garrido Carril y en la suma de $ 30.000.000
para doña Gabriela Estefanía Garrido Carril.

POR TANTO:

Y con el mérito de lo expuesto, normas legales citadas y demás que resulten aplicables,
especialmente de la Ley del Tránsito, además de los artículos 44, 1437, 2284, 2314 y 2329
del Código Civil, artículos y 254 y siguientes del Código de Procedimiento Civil y artículos 50
N° 2 y 133 del Código Orgánico de Tribunales, sírvase US.I. tener por entablada demanda
civil de indemnización de perjuicios, en juicio ordinario, en contra del SENADOR JAIME
DANIEL QUINTANA LEAL, ya individualizado, acogerla, en todas sus partes y, en definitiva
declarar:

1.- Que se hace lugar a la demanda, condenando al demandado a pagar, a título de


indemnización de perjuicios por el daño moral propio sufrido por c/u de los actores, las
siguientes cantidades: la suma de $ 100.000.000 para la menor Fernanda Stephannie
Garrido Peña, la suma de $ 100.000.000 para el menor Jonathan Ignacio Garrido Figueroa,
la suma de $ 70.000.000 para don Carlos Gabriel Garrido Durán, la suma de $ 70.000.000
para doña María Teresa Carril Sáez, la suma de $ 30.000.000 para don David Alfonso
Garrido Carril y la suma de $ 30.000.000 para doña Gabriela Estefanía Garrido Carril.
O bien, que se condena al demandado a pagarle a c/u de los actores las sumas mayores o
menores que US.I. estime como adecuadas.

2.- Que las sumas que mande a pagar la sentencia, deberán ser pagadas con reajustes
(según IPC o el indicador que haga sus veces), desde la fecha del accidente o bien desde la
fecha de la notificación o la dictación de la sentencia de primera instancia y hasta que la
sentencia quede firme y ejecutoriada y que lo sean, además, con el interés máximo
convencional desde esas mismas fechas. En subsidio, que lo sean con los reajustes e
intereses que US.I. estime y desde y hasta las fechas que US.I. estime procedentes.

13
3.- Que se condena en costas al demandado, cualquiera que fuere el monto de la
indemnización por daño moral que se conceda a c/u de los actores, ya que en definitiva la
fijación del quantum indemnizatorio es una facultad privativa del tribunal.

PRIMER OTROSI:

Sírvase US. tener por acompañados, en parte de prueba y con citación, los siguientes
documentos:

1.- Certificado de defunción de don Jonathan Misael Garrido Carril.


2.- Certificado de nacimiento de la menor Fernanda Stephannie Garrido Peña, que acredita
que ella es hija de Jonathan Misael Garrido Carril y Solange del Pilar Peña Marileo, quien es
su representante legal.
3.- Certificado de nacimiento del menor Jonathan Ignacio Garrido Figueroa, que acredita
que él es hijo de Jonathan Misael Garrido Carril y Tamara Cecilia Figueroa Lillo, quien es su
representante legal.
4.- Certificado de nacimiento de Jonathan Misael Garrido Carril que acredita que él es hijo
de Carlos Gabriel Garrido Durán y María Teresa Carril Sáez.
5.- Certificados de nacimiento de David Alfonso Garrido Carril y Gabriela Estefanía Garrido
Carril, que acredita que ambos también son hijos de Carlos Gabriel Garrido Durán y María
Teresa Carril Sáez y por ende hermanos de Jonathan Misael Garrido Carril.
6.- Copia autorizada CON FIRMA ELECTRÓNICA AVANZADA de mandato judicial amplio por
escritura pública, Repertorio N° 294/2015 de fecha 18 febrero de 2015 que me otorgaren
ante el Notario de Lebu don Luis Gillet Bebin, doña Solange del Pilar Peña Marileo en
representación de la menor Fernanda Stephannie Garrido Peña, doña Tamara Cecilia
Figueroa Lillo en representación del menor Jonathan Ignacio Garrido Figueroa y los señores
Carlos Gabriel Garrido Durán, María Teresa Carril Sáez, David Alfonso Garrido Carril y
Gabriela Estefanía Garrido Carril, con el cual acredito mi personería para actuar en
representación judicial de los actores por quienes comparezco.

SEGUNDO OTROSI:

Atendido que el demandado JAIME DANIEL QUINTANA LEAL, que tiene pluralidad de
domicilios, además de domicilio laboral en VALPARAISO, tiene también domicilio en las
ciudades de SANTIAGO, TEMUCO y LAUTARO, solicito a US. se sirva disponer se exhorte a
los tribunales competentes de esas ciudades, para efectos de notificarle de esta demanda.

Los exhortos deberán contener copia íntegra de la demanda y su proveído y podrán ser
diligenciados por quién lo presente o requiera, facultándose a los tribunales exhortados
para decretar cuantas diligencias, trámites o actuaciones sean necesarias para su oportuno
y fiel cumplimiento, incluso disponer la notificación por el artículo 44 del Código de
Procedimiento Civil.

TERCER OTROSI:

Sírvase US. tener presente que en mi calidad de abogado, asumo el patrocinio y el poder de
mis representados en esta causa y que señalo como mi domicilio para efectos de esta
demanda el de calle Arlegui N° 160 Piso LL Oficina 5, Viña del Mar.

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