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ANALISIS DE LOS CUADROS

Autor Peter Paul Rubens, 1635

Técnica Óleo sobre tabla

Estilo Barroco

Tamaño 73 cm × 106 cm

Localización Museo del Prado, Madrid, España

La Danza de aldeanos de 1635 es un cuadro de Pedro Pablo Rubens conservado en el


Museo del Prado

Descripción del cuadro

El tema del cuadro es costumbrista con mezcla de mitología pues los personajes parece que
están sacados de una escena de bacanal del paganismo. Los aldeanos están muy animados
por el sol, las canciones y el vino y danzan en corro, cogidos de la mano, en un paisaje del
atardecer estival, al son de un músico flautista que les observa subido en un árbol. Las
figuras están pintadas en escorzo y van vestidas con luminosos y alegres vestidos
lugareños, de vivos colores. La perspectiva aérea hace a los objectos alejados más borrosos

MINERVA Y EL CENTAURO

Autor Sandro Botticelli, 1482-1483

Técnica Temple sobre lienzo

Estilo Renacimiento

Tamaño 148 cm × 207 cm

Localización Galería Uffizi, Florencia, Italia

Palas y el Centauro, conocida en italiano como Pallade che doma il centauro, es un cuadro
realizado al temple sobre tela de 207 centímetros de alto y 148 cm de ancho, realizado entre
el año 1482 y 1483 por el pintor italiano Sandro Botticelli por encargo de Lorenzo di
Pierfrancesco de' Medici. Se conserva en la Galería de los Uffizi de Florencia. Puesto que
el nombre latino de Palas Atenea es Minerva, el cuadro es conocido también como Minerva
y el centauro.

Forma parte de las obras profanas que Botticelli pintó en los años 1480, después de su
estancia en Roma para pintar los muros de la Capilla Sixtina. Inmediatamente después de
esta experiencia romana, realiza algunas de sus obras mitológicas y poéticas más bellas,
muy vinculadas de una manera u otra al mecenazgo de los Médicis: los cuatro paneles
pintados al temple representando la novela de Boccaccio Nastagio degli Onesti, la célebre
Primavera, El nacimiento de Venus y también esta Palas y el Centauro.

El término «profano», dado que no ilustra escenas religiosas sino mitológicas, marca un
giro en la carrera del artista. El artista se vincula sobre todo a una pintura rica en símbolos
en los que se mezcla la antigüedad con el cristianismo, mientras que el Renacimiento ponía
entonces al día la perspectiva.

La tela fue pintada para las bodas de Lorenzo il Popolano (con Semiramide Appiani) o
quizá de su hermano Giovanni, y pudo portar un mensaje matrimonial, entendido como la
belleza femenina que doma la fogosidad masculina. Un inventario que data de 1499, que no
se descubrió hasta 1975, contiene una lista de las propiedades de Lorenzo di Pierfrancesco
y su hermano Giovanni y confirma que en el siglo XV esta pintura de "Palas y el Centauro"
(aunque el título es convencional) colgaba sobre la puerta de la misma habitación que la
Primavera, en el palacio familiar de Via Larga (Florencia). Que se trata de un encargo de
los Médici se muestra en el vestido claro que viste, pues en él se representan anillos
entrelazados con diamantes engastados, un emblema de dicha familia. Giorgio Vasari
menciona la existencia de esta pintura, pero hasta 1895 no se localizó, en el desván del
Palacio Pitti de Florencia, lo que evidencia el escaso aprecio que existió durante siglos por
la obra de Botticelli.

El desnudo paisaje de esta pintura hace que la mirada se centre en las dos figuras. Un
centauro ha sobrepasado los límites, internándose en territorio prohibido. Lleva aljaba y
arco. Este ser lujurioso, mitad caballo y mitad hombre, es controlado por una ninfa
guardiana armada con un escudo que le cuelga del hombro y una alabarda, y le ha cogido
por los cabellos. La mujer ha sido identificada como la diosa Palas Atenea (equivalente a
Minerva, la diosa latina de los artesanos). También se ha visto en ella a la amazona Camila,
casta heroína de la Eneida de Virgilio. Palas lleva en los brazos, el torso y la cabeza ramas
de olivo.

Lo que no se discute es el contenido moral de la pintura, en la que la virtud y la castidad


vencen a la sensualidad, a la brutalidad del instinto, según los preceptos de Ficino. Las dos
partes del alma humana, luchando entre ellas, están representadas por la naturaleza dual del
centauro. Este último quizá fue inspirado por algún relieve clásico, aunque la expresión
patética, entre irritada y triste, es enteramente de Botticelli.

Otra interpretación del cuadro hace referencia a la labor política de Lorenzo de Médicis
como pacificador. Así, Palas sería la señoría florentina de Lorenzo el Magnífico que en
aquel periodo estaba en Nápoles para evitar la guerra, simbolizada por el Centauro, entre el
Papa y el Rey de Nápoles, en su célebre función de "fiel de la balanza" de los potentados
italianos de finales del siglo XV. Esta interpretación justificaría la corona y la decoración
de la ropa con ramos de olivo, lo que es notorio que simboliza la paz.

Esta pintura marca el final del periodo mediceo de Botticelli, pues de aquí en adelante la
temática de sus pinturas cambia y se convierte crecientemente en religiosa
Tras su regreso de Roma, donde trabaja en la Capilla Sixtina, Botticelli realizará una serie
de escenas mitológicas entre las que destacan el Nacimiento de Venus, Venus y Marte o
esta imagen de Minerva y el centauro. En todas ellas el maestro parece hacer una
interpretación de las ideas neoplatónicas introducidas en la Corte de los Médici por Marsilio
Ficino y Picco della Mirandola, dos grandes humanistas que unieron las ideas platónicas con
el pensamiento cristiano. De esta manera, Botticelli se convierte en un humanista más,
interesado por los debates que se realizaban en la Florencia del Quattrocento. Esta tabla
acompañaba a la Primavera en la decoración de una sala del palacio de Lorenzo di
Pierfrancesco de Médici, formando un conjunto de increíble belleza plástica. La figura de
Minerva - diosa de la sabiduría - se presenta vestida con un traje semitransparente
adornado con tres anillos entrelazados que forman el escudo de los Médici; porta una
alabarda y diversas ramas de olivo - símbolo de la paz - rodean su cabello y su cuerpo.
Junto a ella vemos al centauro que gira su cabeza hacia la diosa con gesto de dolor,
llevando en su mano derecha un arco y el carcaj en la espalda. La cornisa de un edificio
cierra la composición por la izquierda mientras al fondo se aprecia un amplio paisaje marino
y una supuesta valla formada por estacas puntiagudas. Al aparecer la diosa con la alabarda
- arma empleada en exclusiva por los centinelas - y agarrar por el cabello al centauro, se
puede deducir que nos encontramos ante una detención por lo que se sugiere que Botticelli
ha representado el triunfo de la castidad sobre el vicio. Las figuras están dotadas de
monumentalidad gracias al empleo de la luz, pero exhiben cierto hieratismo, careciendo de
movimiento. La perspectiva está perfectamente captada, uniendo referencias
arquitectónicas y paisaje. La delicadeza de las telas y la minuciosidad de los detalles
indican el aprendizaje del artista como orfebre durante su juventud.

El Partenón (literalmente «la residencia de las jóvenes», [1]


es decir, aquí «la
residencia de Atenea Partenos») es uno de los principales templos dóricos que se
conservan, construido entre los años 447 y 432 a. C. en la Acrópolis de Atenas. Sus
dimensiones aproximadas son: 69,5 metros de largo, por 30,9 de ancho; las columnas
tienen 10,4 metros de altura. Está dedicado a la diosa griega Atenea, a la que los atenienses
consideraban su protectora.

Historia [editar]
La construcción del monumento, realizada casi exclusivamente en mármol blanco del
monte Pentélico, fue iniciada por Pericles como agradecimiento a los dioses por su victoria
contra los persas, y se desarrolló entre los años 447 y 432 a. C. Los arquitectos encargados
de la obra fueron Ictino y Calícrates y estuvieron, en la mayoría de los casos, bajo las
órdenes del arquitecto y gran escultor ateniense Fidias, autor de la decoración escultórica y
de la gran estatua crisoelefantina de Atenea Partenos que estaba situada como pieza central
del templo (medía doce metros de altura y para su elaboración se necesitaron 1.200
kilogramos de oro).

El Partenón conservó su carácter religioso como iglesia bizantina, una iglesia latina y una
mezquita musulmana. Pero en 1687, los turcos lo utilizaron como depósito de pólvora
durante el sitio veneciano, bajo el mando del almirante Francesco Morosini. Una de las
bombas venecianas cayó en el Partenón y causó una enorme explosión que destruyó gran
parte de la edificación preservada en buenas condiciones hasta ese entonces. Sin embargo,
el proceso de erosión no terminó ahí, sino que siguió a principios del siglo XIX, cuando el
embajador británico en Constantinopla, Thomas Bruce Elgin, decidió quitar la mayor parte
de la decoración escultórica del monumento (frisos, métopas, frontones) y trasladarla a
Inglaterra para venderla al Museo Británico, en donde todavía se exhibe, siendo una de las
colecciones más significativas del museo en la actualidad. La fachada occidental del
Partenón está conservada relativamente intacta.

Arquitectura
El diseño del Partenón estuvo condicionado inicialmente para albergar la imagen de oro y
marfil de Atenea Parthenos, esculpida por Fidias. La colosal estatua de doce metros de
altura precisaba de una inmensa cella de más de 18 metros de anchura, dividida en tres
naves mediante una doble columnata conformada por dos órdenes superpuestos de estilo
dórico. La nave central medía diez metros de anchura. Dentro de la cella del lado este, la
columnata se dispuso en forma de "U" y estaba compuesta por nueve columnas con un
entrepaño entre cada una de ellas, en los lados largos de la "U". Tres columnas con dos
entrepaños formaban el lado corto.

En la zona oeste, al fondo del interior de la columnata de cuatro columnas, existía el


basamento de la estatua, para el culto a Atenea Parthenos con un amplio estanque, poco
profundo, que producía un efecto de brillo mediante el agua frente a ésta. Ambas cellas
estaban cerradas por puertas de bronce.

La cella del este estaba dedicada a Atenea Polías (protectora de la ciudad), y la cella del
oeste estaba dedicada a Atenea Párthenos, "la virgen", por lo cual todo el edificio acabó
siendo conocido como el Partenón.

Esta construcción es uno de los ejemplos más claros del saber en geometría por parte de los
matemáticos y arquitectos griegos. Es octástilo y períptero –que tiene columnas en todo su
perímetro–, ocho en las dos fachadas más cortas y 17 en las laterales. Consta de una doble
cella con pronaos y opistodomo, pero con próstilo de seis columnas.

Los arquitectos consiguieron que el efecto visual que mostrara el Partenón no permitiera
apreciar la antiestética deformación que se percibe al situarse en las proximidades de los
grandes monumentos. Lograron obtener el efecto visual más estético con certeras
alteraciones en su construcción: columnas con éntasis, un poco curvadas hacia el centro, no
equidistantes, y algo más gruesas en las esquinas; frontón levemente arqueado y estilóbato
ligeramente convexo.

Decoración[editar]
Esquina del friso occidental del Partenón.

La decoración escultórica del Partenón es una combinación única de las metopas


(esculpidas en altorrelieve extendiéndose por los cuatro lados externos del templo), los
tímpanos (rellenando los espacios triangulares de cada frontón) y un friso (esculpido en
bajorrelieve abarcando el perímetro exterior de la cella). En ellos se representan varias
escenas de la Mitología griega. Además, las diversas partes del templo estaban pintadas de
colores vivos. El Partenón es, sin duda, el máximo exponente del orden dórico, como se
puede apreciar en el diseño del friso o sus columnas.

Detalle del friso, actualmente en el Museo Británico.

Las metopas representaban la gigantomaquia en el lado este, la amazonomaquia en el oeste,


la centauromaquia en el sur, y escenas de la guerra de Troya en el norte. Cada tímpano del
templo tenía una escena mitológica: al este, sobre la entrada principal del edificio, el
nacimiento de Atenea, y al oeste, la lucha entre Atenea y Poseidón por el patrocinio de la
ciudad de Atenas. El friso mostraba la representación de la procesión de las Panateneas, el
festival religioso más importante de Atenas. La escena se desarrolla a lo largo de los cuatro
lados del edificio e incluye figuras de dioses, bestias y de unos trescientos sesenta seres
humanos.

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