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JOSÉ DE NAZARET: ¿UNA MASCULIDIDAD ALTERNATIVA?

Tanto la comunidad investigativa como la sociedad en general han venido


prestando cada vez más atención a la perspectiva de género en la reflexión, en la
convivencia cotidiana y en el desempeño de las instituciones; y últimamente abordando
nuevas maneras de concebir la(s) masculinidad(es), haciendo una crítica a las prácticas
machistas, nocivas, tanto para mujeres como para varones1.
Creo que en San José, al encontrarnos con una experiencia de masculinidad que,
en muchos aspectos toma distancia del estereotipo que su cultura le asignaba, podemos
ver reflejadas intuiciones y actitudes que nos pueden orientar en una manera más justa
de vivir como varones.

De José, el artesano2 de Nazaret, ni tenemos siquiera ninguna palabra que haya


quedado registrada en los Evangelios. Pero podemos conocer a José por sus obras. Lo
que hizo y cómo lo hizo deviene una palabra más que elocuente.
La Iglesia reconoce en San José la figura paterna que asume la vida y crianza de
Jesús, tanto… que el evangelio de Lucas se refiere a José como el padre de Jesús en más
de una ocasión (cf. Lc 2, 33.45).
Si en Jesús reconocemos una masculinidad3 sana, abierta a todos, colaborativa,
no violenta ni competitiva, sino libre y liberadora, podemos inferir que José haya sido,
en gran medida, un buen motivador para ello. Sobre todo a raíz de la semblanza que el
Evangelio de san Mateo nos brinda de José y de su modo de proceder.

1. Heredero de una tradición a la que se suma críticamente


Al leer la genealogía de Jesús en Mateo (1, 1-17), vemos desfilar una larga lista de
varones. No pretendo juzgar con criterios actuales la cultura hebrea antigua que
privilegiaba al varón con respecto a la mujer, pero sí quiero señalar algunas
concepciones culturales que hoy reconocemos injustas, y que, si no las explicitamos,
podríamos hoy naturalizarlas y hasta bendecirlas porque provienen de la Biblia. Esta

1
Desde la publicación de Connel, R. W., Masculinities, University California Press, 1995; Bourdieu Pierre,
La domination masculine, Édirions du Seuil, París, 1998 ; … hasta la reciente publicación de la American
Psychological Association, Boys and Men Guidelines Group. (2018). APA guidelines for psychological
practice with boys and men. http://www.apa.org/about/policy/psychological-practice-boys-men-
guidelines.pdf
2
La palabra “teknon” que se utiliza en el evangelio, remite al profesional que trabaja artesanalmente la
madera y la piedra, especialmente en la construcción
3
Cf. Hugo Cáceres Guinet, Jesús, el varón. Aproximación bíblica a su masculinidad, Verbo Divino, Estella,
2011
genealogía privilegia la filiación paterna. En las 42 generaciones se mencionan
solamente los padres varones con sus nombres respectivos, y solo 4 veces se explicita
que hubo madres, de las cuales solo 3 aparecen con su nombre. El acto de dar vida y
trasmitirla es, en la cultura del pueblo de la Biblia, una obra principalmente atribuida al
varón.
José es ubicado en esta lista de varones, pero desde una función bien distinta: es
María la figura central en el origen de la vida de Jesús, y José aporta "el apellido", la
vinculación con la familia de David. El ser varón de José no invisibiliza a María, al
contrario: sirve para darle a ella su lugar.
Cuando José se entera de la gravidez de María, " decide abandonarla en secreto" (1,
19). No reacciona desde un supuesto honor masculino mancillado, ni desde una
supuesta superioridad no respetada... Aún inmerso en los códigos de su cultura, el amor
le da sabiduría, el amor le ayuda a mirar bajo la luz de la verdad y le hace capaz de
trascender criterios culturales miopes para responder desde el universal valor de la vida.
Elige el bien de María y del fruto de su vientre, aún a costa de quedar frente a todos
como un irrespetuoso de la ley y un cobarde.

2. Varón atento y abierto a la Palabra de Dios


El anuncio que recibe en sueños (1,20) ubica a José en la tradición de los "varones
espirituales" del pueblo de Israel, que son sensibles a la voz de Dios y hacen espacio en
su interior para la escucha. Podría recibir el mote de “soñador” como, en forma de burla,
se referían a su homónimo antiguo, José el hijo de Jacob (cf. Gn 37,19).
José escucha y pone por obra lo escuchado. Es capaz de abrirse al criterio de otro
(de Otro, en este caso) y modificar su decisión. Se abre al riesgo, se hace cargo y asume
como propia una situación que le modifica la vida por completo.
José lleva a María a su casa (1, 24), y la recibe como Ella es, con sus opciones, con
su autonomía (no figura en los evangelios que María le haya dicho al Ángel: "espere
que voy a consultarlo con mi prometido"...) y colabora con Ella en la vocación personal
que Ella ha asumido...Él es capaz de asumir -sin complejos ni estridencia- su específico
lugar, que no es el de "protagonista principal".

3. Varón con una profunda experiencia espiritual


La tradición de la Iglesia presenta a José, además de “padre putativo” de Jesús,
como el "castísimo esposo" de María. Este acuerdo de convivencia conyugal en
continencia, que la Tradición le asigna, revela el grado de amor de José hacia María en
el respeto hacia su vocación.
José parece asumir como una doble vocación vicarial: representar y sustituir
vicarialmente a Dios de doble modo, como padre de Jesús y como esposo de María.
Padre y Esposo son dos roles tradicionales del varón, roles que José desempeña de
modo absolutamente novedoso y contracultural.
José le “pone cuerpo” a Dios. Hace las veces de padre con Jesús y hace las veces de
esposo con María, pero lo hace al modo de Dios, con su respeto y su generosidad. ¿De
dónde le nace a José la lucidez y la docilidad para asumir esta misión en su vida?
Debemos buscar en José el fondo de su propia vinculación con el Misterio de Dios,
su propio pozo espiritual, fuente y motivación de sus opciones y sus acciones. Tanto
bien no se realiza sin tener las raíces vitales puestas en las corrientes del agua de la
Gracia (Jer 17, 8; Salmo 1, 3), ni se improvisa espontáneamente.
¡Qué honda convicción, qué profunda espiritualidad debió vivir José para asumir
esta misión tan escondida y a la vez tan fundamental!
No conocemos a José por sus palabras, sino por sus manos de artesano, sus actos y
su corazón. Espiritualidad del amor silencioso de constante presencia solidaria y
corresponsable, espiritualidad de artesano de su propia vida, amasada en la escucha de
los sueños del corazón y la Palabra.
¿Qué mensaje nos ofrece este varón justo - como lo canta la liturgia- a los varones
cristianos respecto de nuestras hermanas, compañeras, amigas tan cotidianamente
presentes en la Iglesia? ¿Qué pistas de creatividad y fecundidad nos deja justamente en
su masculinidad tan originalmente vivida en relación con las masculinidades
circundantes?

En estos tiempos, donde reconocemos los daños que el machismo patriarcal produce
en nuestras sociedades, encontramos en José, el artesano de Nazaret, un modelo de
varón -alternativo a su cultura- porque fue Esposo y Padre, al modo de Dios. Jesús nos
diría: “Ve y haz tú lo mismo”… San José, ¡ruega por nosotros!

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