Вы находитесь на странице: 1из 20

Derecho procesal

Bolilla 1, punto 1
EL DERECHO PROCESAL EN SENTIDO AMPLIO (DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA TEORÍA GENERAL DEL DERECHO)

Según la Teoría Pura del Derecho, de KELSEN, toda norma jurídica, desde el punto de vista formal, es válida si ha sido
creada por el órgano y de conformidad con el método específico prescripto por una norma jerárquicamente superior.

Tal conclusión es válida respecto de toda clase de normas, sean ellas generales, como las leyes, o individuales, como las
sentencias judiciales y los actos administrativos. En ese orden de ideas la Constitución, que se halla ubicada en el grado
superior del ordenamiento jurídico, designa cuáles son los órganos habilitados para crear normas generales y determina,
asimismo, el procedimiento o procedimientos que esos órganos deben observar a tal fin: es así como instituye un Poder
Legislativo facultado para emitir ese tipo de normas y prescribe cómo ellas deben sancionarse (iniciativa, votación,
mayorías necesarias, etc.). También la Constitución puede determinar —como ocurre con la que rige en nuestro país
(art. 30)— el procedimiento a seguir para su propia reforma.

Las leyes, a su turno, cumplen frente a las sentencias y actos administrativos un papel sustancialmente semejante al de
la Constitución con respecto a ellas, con la sola diferencia de que gravitan en mayor medida sobre el contenido
(elemento material) de las normas individuales.

Desde el punto de vista de la teoría general del derecho, el derecho procesal puede ser definido como aquella rama de
la ciencia jurídica que se refiere al proceso en sentido amplio, entendiendo por tal a la actividad desplegada por los
órganos del Estado en la creación y aplicación de normas jurídicas generales o individuales.

Ese derecho procesal en sentido amplio sería susceptible de dividirse en: derecho procesal constitucional, derecho
procesal legislativo, derecho procesal administrativo y derecho procesal judicial.

Sólo este último, sin embargo, reviste suficiente autonomía como para ser objeto de una disciplina independiente con
relación a los diversos sectores en que se divide el llamado derecho material. El estudio autónomo de los restantes
"procesos" no podría intentarse sin riesgo de mutilar los derechos constitucional y administrativo.

EL DERECHO PROCESAL EN SENTIDO ESTRICTO

La disciplina que tradicionalmente se conoce bajo la denominación de derecho procesal, estudia:

 El conjunto de actividades que tienen lugar cuando se somete a la decisión de un órgano judicial o arbitral la
solución de cierta categoría de conflictos jurídicos suscitados entre (partes) dos o más personas (PROCESO
CONTENCIOSO ->contienda ->conflicto);
 El requerimiento de la intervención de un órgano judicial para que constituya, integre o acuerde eficacia a
determinada relación o situación jurídica (PROCESO VOLUNTARIO, no hay conflicto)

Es éste el sector más importante del derecho procesal, y dentro del cual corresponde ubicar la idea de proceso en
sentido estricto.

CONTENIDO DEL DERECHO PROCESAL

Muchas son las materias que, no obstante interesar al derecho procesal, pertenecen también a otros sectores del
conocimiento jurídico. Son notorias, por ejemplo, las interferencias de aquél con el derecho constitucional (sistemas de
designación de los jueces, delimitación de la competencia federal, etc.) y con el derecho administrativo (nombramiento,
situación, remoción, etc., de los funcionarios y empleados judiciales). Asimismo, es fácil advertir la existencia de zonas
comunes entre el derecho procesal y el derecho material, y hubo quienes pretendieron consagrar al derecho procesal
como una categoría intermedia entre derecho formal y derecho material. Pero el derecho procesal no es un mero
derecho ritual, ni está desconectado del derecho material.
Así es que es necesario entender que el derecho procesal sí complementa ciertas materias de otras disciplinas, y por ello
su estudio necesariamente debe ser compartido, pero a la vez capaz de aportar un punto de vista propio y aprovechable
para la teoría general del derecho. Así se llega a la idea de una “delimitación extensiva”.

Al derecho procesal, entonces, se le asigna el estudio de las siguientes materias:

1) Jurisdicción y competencia de los órganos judiciales, y régimen jurídico a que se hallan sometidos los integrantes de
estos últimos (facultades, deberes, etc., de los jueces y de sus auxiliares). Desde el mismo punto de vista orgánico,
también forma parte del derecho procesal lo concerniente a la capacidad, designación y recusación de los árbitros y
amigables componedores.

2) Régimen jurídico de las partes y peticionarios y de sus representantes y asistentes. A este punto se halla vinculado el
estudio de la pretensión procesal y de la petición procesal extracontenciosa, que constituyen, respectivamente, el
objeto de los procesos contencioso y voluntario.

3) Requisitos, contenido y efectos de los actos procesales y trámite del proceso a través de los distintos procedimientos
que lo integran.

LAS RAMAS DEL DERECHO PROCESAL.

En el derecho positivo argentino sólo cabe reconocer a dos tipos de procesos judiciales —el civil y el penal— suficiente
autonomía como para justificar la existencia de sendas ramas del derecho procesal. Debe sin embargo repararse en que
tal autonomía no implica negar la coincidencia esencial que ofrecen el proceso civil y el proceso penal en aspectos
básicos, circunstancia que legitimaría la construcción de una teoría general.

Pero la variedad y diversificación que exhiben muchas de sus respectivas instituciones, tornan poco aconsejable, una vez
agotada la base conceptual común, el tratamiento conjunto de las mencionadas ramas del derecho procesal.

El derecho procesal civil se ocupa del estudio de todos aquellos procesos cuyo objeto consiste en una pretensión o
petición fundada en el derecho privado (civil y comercial). En nuestro país, sin embargo, es aún habitual incluir en el
marco de aquella disciplina al proceso laboral, pues la mayor parte de los principios del proceso civil mantiene vigencia a
su respecto. La misma reflexión cabe en relación con los procesos judiciales originados en pretensiones fundadas en
normas constitucionales, administrativas y tributarias.

NATURALEZA Y CARACTERES DEL DERECHO PROCESAL

a) La doctrina acepta, corrientemente, la idea de que el derecho procesal se halla emplazado en un ámbito secundario
con relación al denominado derecho sustancial o material. Se arguye, en apoyo de esa tesis, que las normas que regulan
el proceso carecen de un fin en sí mismas y constituyen sólo un medio para lograr la realización de los intereses
tutelados por las normas sustanciales, que regulan el goce de los bienes de la vida. Estas últimas serían, así, normas
primarias, mientras que las normas procesales serían normas-medio, instrumentales o secundarias.

Pese a su mérito didáctico, esta tesis es susceptible de numerosas objeciones. Entre ellas:

 Las normas jurídicas no tienen finalidad; sólo son conceptos mediante los cuales se interpreta una conducta;
 Aunque se aceptase la idea de que las normas procesales carecen de un fin en sí mismas, lo mismo ocurre con
las numerosísimas normas mediante las cuales el llamado derecho sustancial o material establece, por ejemplo,
requisitos formales de los actos jurídicos. Tales normas participarían del mismo carácter instrumental que la
doctrina mayoritaria asigna a las normas procesales, porque, igual que ellas, tampoco regularían directamente
"el goce de los bienes de la vida", sino que se limitarían a establecer el medio adecuado para obtener ese goce.
 El juez se vale, para dictar sentencia, de disposiciones procesales y de leyes sustanciales, pues unas y otras
concurren, coordinadas en un pie de igualdad, a acordar el sentido jurídico de la norma individual. Además, de
la conducta observada por las partes durante la sustanciación del proceso, y, por consiguiente, de las normas
procesales que sirven para interpretarla, depende, en definitiva, la aplicabilidad o inaplicabilidad de las
correspondientes normas materiales.
De ello, se dice que no existen razones válidas para subordinar el derecho procesal al derecho material, ya que dentro
de los sectores de conducta a que respectivamente se refieren, tan "primario" es uno como otro.

b) El derecho procesal constituye una rama autónoma de la ciencia jurídica. Y ello porque opera dentro de un ámbito de
conductas fundamentalmente distinto del que conceptualizan ¡as normas de derecho material. La finalidad específica de
las actividades que en él se cumplen explica que los vínculos jurídicos que surgen entre el juez y las partes, así como los
requisitos y efectos de los actos procesales, se encuentren regidos por principios propios, ajenos a los del derecho
material. Así, por ejemplo, a diferencia de lo que ocurre en la esfera de los negocios jurídicos del derecho privado, el
mínimo esquema formal necesario para asegurar el rápido y expedito desenvolvimiento del proceso excluye la
indagación de las motivaciones subjetivas que determinan el cumplimiento de los actos procesales; el principio de
preclusión, fundado en razones de seguridad jurídica, descarta la existencia de nulidades procesales absolutas, etcétera.

c) El derecho procesal pertenece al derecho público. No obsta a ello la circunstancia de que en el proceso civil
correspondan, como regla, los preceptos del derecho privado, y la inclusión del derecho procesal por la posición
preeminente que en el proceso asume el Estado a través de sus órganos judiciales. Estos, en efecto, no se hallan al nivel
de las partes o de los terceros, sino por encima de ellos, a quienes pueden imponer, unilateralmente, la observancia de
determinadas conductas.

Por este carácter del derecho procesal es que las partes no se encuentren habilitadas para regular el desenvolvimiento
del proceso de acuerdo con su voluntad. Es inadmisible el proceso convencional: lo que no impide que ciertas normas
específicas (normas dispositivas), les den a las partes la facultad de regular aspectos particulares del proceso.

Punto 2
LAS NORMAS PROCESALES

Es sabido que las normas procesales no se encuentran ubicadas exclusivamente en los códigos de procedimientos y en
las leyes sobre organización y competencia de los órganos judiciales. También las hay —y en número considerable— en
la Constitución Nacional, en los códigos de fondo a que se refiere el art. 75, inc. 12 de dicha Constitución, y en los
ordenamientos jurídicos nacionales y provinciales de la más diversa índole. De allí que resulte inapropiado determinar la
naturaleza procesal de una norma sobre la base de su contingente ubicación legal, y que sea necesario, para ello,
atender a otros criterios.

Pueden denominarse normas materiales a las invocadas por las partes como fundamento de sus pretensiones,
peticiones o defensas. Constituyen normas procesales, en cambio, aquellas que conceptualizan: 1) La clase de órganos
habilitados para intervenir en los procesos, su competencia y los derechos, deberes, etcétera, de las personas físicas que
los integran; 2) La actuación de dichos órganos, de las partes de los auxiliares de aquéllos y de éstas y de los terceros
durante el desarrollo del proceso, así como los requisitos y efectos de los actos procesales y el orden en que éstos deben
cumplirse; 3) Cómo debe comportarse el órgano judicial (o arbitral), en oportunidad de dictar la sentencia definitiva,
para determinar el modo o los modos de ser de la relación o situación jurídica que motivó el proceso.

En consecuencia, mientras las normas materiales regulan normalmente el qué de la decisión, o sea, el contenido de la
sentencia, las normas procesales determinan el quién y el cómo de dicho acto, comprendiendo, desde luego, a la
actividad que lo precede. Pero tales consideraciones no excluyen la necesaria incidencia que también tienen las normas
procesales en el contenido de la decisión.

¿Quién? -> Órgano establecido por la norma jerárquicamente superior

¿Cómo? -> Procedimiento acorde a lo que establece la norma jerárquicamente superior

¿Qué? -> Contenido de la sentencia acorde a la norma jerárquicamente superior

CLASIFICACIÓN DE LAS NORMAS PROCESALES


Las normas procesales han sido clasificadas desde distintos puntos de vista. Se distingue, por ejemplo, entre normas
orgánicas y normas procesales propiamente dichas, según que, respectivamente, regulen la organización y competencia
de los órganos judiciales o los actos del proceso y el desarrollo del procedimiento.

Orgánicas Procesales propiamente dichas


Regulan la organización y competencia de los órganos Regulan los actos del proceso y desarrollo del
judiciales procedimiento

También entre normas procesales formales y materiales: mientras las primeras regulan las condiciones de forma, tiempo
y lugar de los actos procesales, las segundas determinan los requisitos de capacidad y legitimación, el contenido y los
efectos de esos actos.

Procesales formales Procesales materiales


Regulan condiciones de forma, tiempo y lugar de los Regulan los requisitos de capacidad y legitimación, el
actos procesales contenido y los efectos de esos actos

Mayor importancia práctica reviste la clasificación de las normas procesales en absolutas (o necesarias) y dispositivas (u
optativas o voluntarias). Son normas absolutas aquellas que deben aplicarse siempre que concurra el supuesto para el
que han sido dictadas, de modo tal que el juez no puede prescindir de ellas, aunque las partes lo pidan de modo
concordante. Ejemplos son las normas que determinan la competencia en razón de la materia Son normas dispositivas
aquellas de cuya aplicación cabe prescindir, sea por mediar acuerdo expreso de las partes en tal sentido, sea por la
omisión consistente en no poner de relieve su inobservancia. Un ejemplo es la posibilidad que tienen las partes de
prorrogar los plazos

Normas procesales absolutas o necesarias Normas procesales dispositivas, optativas o voluntarias


Deben aplicarse siempre y el juez no puede prescindir de Puede prescindirse de ellas, sea por acuerdo entre las
ellas, aunque las partes lo pidan. partes, sea por la omisión consistente en no poner de
relieve su inobservancia.

Debe tenerse en cuenta, finalmente, que la inobservancia de normas absolutas puede subsanarse en el supuesto
de no plantearse la nulidad en el momento oportuno, pues todas las nulidades procesales son relativas
Pág. 19 PALACIO
EL SISTEMA CONSTITUCIONAL ARGENTINO Y LAS NORMAS PROCESALES

La Constitución es la ley fundamental, que además de dar validez a las demás normas del ordenamiento jurídico,
contiene los principios esenciales que el mismo despliega y desarrolla. Entre sus cláusulas y principios se establecen
procedimientos que tienen por finalidad hacer efectivo los propósitos que la misma se fija y hacer funcionar los órganos
de gobierno y de la administración del Estado que la misma crea y organizada.

En consecuencia, el Derecho no es susceptible de ser parcelado, aunque para el dictado de las leyes y normas haya
órganos competentes para hacerlo, atento las personas, el territorio o las materias que las mismas abarcan y obligan. La
Constitución es la que hace el reparto de esas competencias y la que determina las materias y organismos encargados
del dictado de dichas normas.

Dentro del texto de la Constitución hay procedimientos y procesos, alguno de los cuales se entienden abarcados por
esta nueva disciplina que se denomina Derecho Procesal Constitucional, aunque todavía no tiene un objeto claramente
determinado. El estudio de las garantías constitucionales, los procesos que se han diseñado para hacerlas efectivas y los
órganos encargados para encausarlas han dado pie para el estudio de lo que se ha dado en llamar el Derecho Procesal
Constitucional, que pretende ser una disciplina autónoma del Derecho Constitucional y del Derecho Procesal.

Son ejemplos de esto los procedimientos de Hábeas Corpus, Amparo y Hábeas data, los Procedimientos parlamentario y
ante jurados de enjuiciamiento nacionales y provinciales. El procedimiento ante los órganos de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, la Corte y la Comisión Interamericana. Y los Procedimientos especiales como son: para
obtener el reconocimiento de la personería de los partidos políticos y para obtener la naturalización y la carta de
ciudadanía.

EFECTOS (EFICACIA) DE LAS NORMAS PROCESALES EN EL TIEMPO

La materia se halla reservada al arbitrio del legislador, con la sola limitación derivada de la existencia de derechos
adquiridos. En ausencia de normas reguladoras del régimen inter temporal de las leyes procesales, corresponde
formular las siguientes distinciones:

1) Una ley procesal nueva no puede válidamente, por lo pronto, aplicarse a aquellos procesos que, a la fecha de su
entrada en vigencia, se encuentren concluidos por sentencia firme. Lo contrario implicaría una manifiesta violación de la
garantía constitucional de la propiedad (CN, art. 17), la cual es comprensiva de los derechos reconocidos mediante
sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.

2) Por el contrario, la nueva ley debe aplicarse a los procesos que se inicien con posterioridad a su entrada en vigencia,
prescindiendo del tiempo en que se constituyeron las relaciones jurídicas sobre que ellos versen. Si, por ejemplo, una ley
modifica, respecto de una determinada relación jurídica, el tipo de proceso judicial existente a la fecha en que aquélla se
constituyó, las partes no podrían invocar el derecho de ser juzgadas de acuerdo con las reglas del tipo de proceso
sustituido.

3) Los procesos en trámite pueden ser alcanzados por la ley nueva siempre que ello no importe afectar a los actos
procesales cumplidos, y que han quedado firmes bajo la vigencia de la ley anterior.

EFECTOS (EFICACIA) DE LAS NORMAS PROCESALES EN EL ESPACIO

Las normas procesales se hallan sujetas al llamado principio de la territorialidad de la ley. Sólo tienen vigencia, por lo
tanto, dentro del ámbito territorial del Estado que las dictó. Se rigen por la lexfori, en consecuencia, la organización y
competencia de los órganos judiciales y los diversos actos mediante los cuales se constituye, desarrolla y extingue el
proceso.

La Lex fori ("ley del foro") es una locución latina ocupada en el Derecho internacional privado, que significa " que será
aplicable la ley de la nacionalidad del juez que conoce del asunto" es decir, la ley de su Estado.

El principio reconoce, sin embargo, las siguientes excepciones:

1) En materia de capacidad de las partes el CCyC., cuyas disposiciones son aplicables a la capacidad para estar en juicio,
consagra el principio de que la capacidad o incapacidad de las personas domiciliadas fuera del territorio de la República
será juzgada por las leyes de su respectivo domicilio,

2) Tanto las formas del mandato, como el alcance de las facultades que él confiere, se rigen por la ley del lugar de su
otorgamiento

3) En cuanto a la prueba, es menester distinguir la admisibilidad de los medios de prueba, del procedimiento probatorio
El primer aspecto se halla regido por las normas vigentes en el lugar en que se llevó a cabo el acto El procedimiento
probatorio, en cambio, se rige por la lex fori, de modo que, por ejemplo, si la ley del lugar en el cual se celebró el acto
jurídico admite que éste se pruebe por medio de testigos, el juez que entiende en el correspondiente proceso debe
atenerse a dicha ley aun en el caso de que las normas locales descarten la admisibilidad del referido medio probatorio.

LA INTERPRETACION DE LAS NORMAS PROCESALES

En primer lugar, el juez debe recurrir a los principios constitucionales, en segundo lugar a los principios del proceso y
recién en ese punto, si aún se tienen dudas, se debe hacer una interpretación teleológica (fin norma) o una analógica

Punto 3
Las fuentes del derecho procesal son todos aquellos criterios de objetividad que, en razón de expresar la valoración de la
comunidad, o de sus órganos acerca de una determinada realidad de conducta, pueden ser invocados por los jueces para
esclarecer el sentido jurídico de las conductas que deben juzgar durante el desarrollo del proceso.

En escala decreciente de obligatoriedad constituyen fuentes del derecho procesal:

1) la ley, la costumbre y la jurisprudencia obligatoria

2) la jurisprudencia no obligatoria

3) la doctrina.

LA CONSTITUCIÓN

a) La Constitución Nacional contiene diversas normas atinentes a la administración de justicia, y en general, a ciertos
derechos y garantías que conciernen directamente a la regulación del proceso civil.

Entre las primeras cabe citar las que disponen la obligación de las provincias de asegurar su administración de justicia
(art. 5o); la fe que merecen los procedimientos judiciales de cada provincia en las demás (art. 7o); la incompatibilidad
entre el cargo de juez federal y el de juez provincial (art. 34); la forma de designar a los magistrados judiciales (art. 99,
inc. 4o); la constitución y competencia del Poder Judicial de la Nación (arts. 108 a 117); la prohibición de que el
presidente de la República ejerza funciones judiciales (art. 109); la autonomía y composición del ministerio público (art.
120), etcétera.

Entre las segundas, hay que mencionar las que establecen:

1) La supresión de los fueros personales

2) La prohibición de que nadie sea juzgado por comisiones especiales, ni sacado de los jueces designados por la ley antes
del hecho de la causa (art. 18). Tal garantía tiene por objeto asegurar a los habitantes del país una justicia imparcial, a
cuyo efecto prohíbe sustraer arbitrariamente una causa a la competencia del juez con el fin de atribuirla a otro, pues ello
comportaría instituir, indirectamente, una comisión especial disimulada. Por lo tanto, ella no resulta afectada por la
intervención de nuevos jueces incluso en los juicios pendientes, como consecuencia de reformas operadas en la
organización de la justicia o en la distribución de la competencia

3) La inviolabilidad de la defensa enjuicio de la persona y de los derechos, garantía constitucional.

PACTOS INTERNACIONALES

La República Argentina aprobó o adhirió a diversos tratados, convenios y convenciones internacionales sobre cuestiones
de derecho procesal civil. Entre ellos cabe citar los Tratados de Montevideo de1889 y 1940 sobre aplicación inter
espacial de las leyes procesales y ejecución de sentencias y laudos; el Tratado celebrado con Italia en 1887 sobre
diligenciamiento de exhortos y ejecución de sentencias; el Convenio celebrado con la República Oriental del Uruguay en
1980 sobre Igualdad de Trato Procesal y Exhortos; las Convenciones aprobadas por las Conferencias de La Haya de
Derecho Internacional Privado sobre Procedimiento civil y de obtención de pruebas en el extranjero; la Convención
interamericana sobre recepción de pruebas en el extranjero adoptada por la Conferencia Interamericana de Derecho
Internacional Privado; etcétera.

LAS LEYES PROCESALES

En 1968 entró en vigencia el CPN. Luego la ley 24.573, además, de introducir un procedimiento extrajudicial de
mediación obligatoria previa a todo juicio, modificó formalmente sólo seis artículos del código, pero alteró
implícitamente la eventual aplicación de otras normas contenidas en aquél, generando un estado de incertidumbre
difícilmente superable. Finalmente, la ley 25.488 incorporó al código numerosas modificaciones, entre las que importa
mencionar la eliminación del proceso sumario como categoría intermedia entre el proceso ordinario y el proceso
sumarísimo, el mejor ordenamiento de la audiencia preliminar y la regulación de nuevas modalidades de notificación
personal. El código en vigor, con las modificaciones introducidas por las leyes precedentemente mencionadas, consta de
siete libros dedicados, respectivamente, a las disposiciones generales, a los procesos de conocimiento, a los procesos de
ejecución, a los procesos especiales, a los procesos universales, al proceso arbitral, y a los procesos voluntarios.

En lo que concierne a la organización judicial de la Capital, se dictaron, entre otras, las siguientes:

 Ley 7055, de agosto 17 de 1910, sobre reorganización de los tribunales de la Capital;


 Ley 11.924, de octubre 22 de 1934, que creó la justicia de paz letrada;
 Ley 13.998, de octubre 6 de 1950, que estableció el carácter nacional de los jueces de la Capital Federal;
 Ley 18.345, sobre organización y procedimiento de la justicia nacional del trabajo;
 Ley 22.172 sobre comunicaciones entre tribunales de la república;
 Ley 23.637 sobre unificación de la justicia civil;
 Ley 23.774 sobre aumento del número de miembros de la Corte Suprema;
 Leyes 24.937 y 24.939 sobre el Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados

…y otros múltiples ordenamientos referentes a la creación de órganos judiciales.

REGLAMENTOS Y ACORDADAS JUDICIALES

A fin de facilitar el mejor funcionamiento de la administración de justicia, y frente a la imposibilidad de prever los
múltiples problemas de orden práctico que la actividad procesal puede suscitar, las leyes suelen conferir a los tribunales
superiores la facultad de dictar normas generales, destinadas a complementar los textos legales referentes a ciertos
aspectos de la organización judicial y a la regulación de los procedimientos.

Según versen sobre diversas materias o sobre un punto determinado, tales ordenamientos de tipo general se
denominan respectivamente, reglamentos judiciales y acordadas reglamentarias, aunque corresponde señalar que todos
los reglamentos judiciales se dictan mediante "acordadas". Éstas constituyen resoluciones judiciales, y se las llama así
para diferenciarlas de las sentencias, con las que, en ocasiones, tienen en común la circunstancia de configurar normas
''individuales", si bien exclusivamente referidas a las materias comprendidas dentro de las facultades de
superintendencia que competen a los tribunales superiores.

LA COSTUMBRE

La costumbre —entendida como toda norma general creada espontáneamente a través de la repetición de
determinadas conductas, y a cuyo respecto media el convencimiento comunitario de su obligatoriedad— se exterioriza,
en el proceso civil, mediante las siguientes modalidades:

1) Por la remisión que a ella hacen las normas legales (costumbre secundum legem)

2) En la vigencia de ciertas "prácticas judiciales" desarrolladas en ausencia de específicas reglamentaciones sobre


aspectos secundarios del trámite procesal (costumbres extra legem).

3) Por la caída en desuso de numerosas normas contenidas en los códigos y leyes procesales, que terminan así por
desaparecer de la vida jurídica (costumbres contra legem).

LA JURISPRUDENCIA

Jurisprudencia significa la forma concordante en que los órganos judiciales se pronuncian en oportunidad de resolver
casos similares. El conjunto de fallos así dictados determina la creación de normas o reglas que, como expresión de
valoraciones vigentes, son utilizadas por los jueces para justificar el carácter jurídicamente objetivo que deben revestir
sus decisiones y constituyen, por consiguiente, fuentes del derecho. Pero a diferencia de lo que ocurre con las fuentes
antes examinadas, la jurisprudencia es una fuente subordinada a la ley, pues su función consiste en establecer especies
que se incluyen o excluyen del marco genérico de aquélla. De lo cual se sigue, asimismo, que teniendo autoridad la
jurisprudencia por la convicción que le da la reiteración y la aceptación comunitaria, ella carece de obligatoriedad.

LA DOCTRINA
El juez acude voluntariamente a la doctrina para encontrar el sentido objetivo del caso y señala en ella la
intersubjetividad necesaria, pero no se encuentra constreñido a ella directa o indirectamente. La gravitación de la
doctrina "no se produce por razones institucionales, sino simplemente morales, en función de su mérito; porque
únicamente se ha de seguir las enseñanzas de la teoría, la doctrina de los teóricos, en cuanto convenza de la bondad de
los caminos que propone para alcanzar la finalidad que se persigue".

Bolilla 2, punto 1
PROCESO, CONCEPTO Y ELEMENTOS DEL PROCESO

El vocablo proceso (processus, de procedere) significa avanzar, marchar hasta un fin determinado, no de una sola vez,
sino a través de sucesivos momentos.

Desde el punto de vista de la teoría general del derecho aquella expresión denota la actividad que despliegan los
órganos del Estado en la creación y aplicación de normas jurídicas, sean éstas generales o individuales.

La terminología jurídica tradicional, sin embargo, utiliza la designación de que se trata como sinónimo de proceso
judicial, es decir, como la actividad que despliega el poder judicial tendiente a crear normas particulares.

Se define al proceso, según Palacio, como: conjunto de actos recíprocamente coordinados entre sí de acuerdo con reglas
preestablecidas, que conducen a la creación de una norma individual destinada a regir un determinado aspecto de la
conducta del sujeto o sujetos, ajenos al órgano, que han requerido la intervención de éste en un caso concreto, así como
la conducta del sujeto o sujetos, también extraños al órgano, frente a quienes se ha requerido esa intervención.

Todo proceso consta de un elemento subjetivo y de un elemento objetivo, e importa, también, una actividad.

El elemento subjetivo se halla representado por las personas facultadas para iniciarlo, impulsarlo, extinguirlo y decidirlo.
En los procesos contenciosos son sujetos primarios el órgano judicial (o arbitral) y las partes. El primero, como titular de
un poder público (o eventualmente equiparado a tal), se encuentra en un plano supraordinado con relación a las partes.

En esos mismos procesos existen, necesariamente, dos partes: la actora y la demandada. La primera es la persona que
formula la pretensión y la segunda, la persona frente a quien se formula dicha pretensión, encontrándose ambas, por
debajo del órgano, en una posición jerárquicamente igualitaria. Si se acumulan pretensiones de distintas personas, el
proceso contencioso puede desarrollarse mediante la participación de varios actores o demandados (litisconsorcio)

En los procesos voluntarios, los sujetos primarios que se encuentran por debajo del órgano judicial, pudiendo ser uno o
más, se denominan peticionarios.

Finalmente, el cumplimiento integral de las funciones procesales requiere la intervención de otras personas que actúan
en el proceso como auxiliares (internos o externos) del órgano (secretarios, ujieres, oficiales de justicia, peritos,
martilleros, etc.), o de las partes o peticionarios (abogados, procuradores y consultores técnicos), a las que cabe
denominar sujetos secundarios.

El elemento objetivo del proceso puede hallarse constituido por una pretensión o por una petición extracontenciosa,
según que, respectivamente, la intervención del órgano sea requerida para definir un conflicto (proceso contencioso) o
para constituir, integrar o acordar eficacia a una relación jurídica (proceso voluntario).

La actividad, por último, comprende el conjunto de actos que deben cumplir los sujetos procesales desde el comienzo
del proceso hasta la decisión que le pone término, escindiéndose en dimensiones de lugar, tiempo y forma

NATURALEZA JURIDICA DEL PROCESO

La doctrina se viene aplicando a esclarecer la naturaleza del proceso dentro del cuadro de las figuras jurídicas, para
saber de qué índole son las vinculaciones que aquél genera. Entre las principales teorías que se dedican a ello, están la
contractualista y cuasicontractualista, la de la relación jurídica, la de la situación jurídica y la de la institución.
 La teoría contractualista se basa en la litiscontestatio dell derecho romano. La litiscontestatio constituía la
actuación procesal en cuya virtud quedaba cerrado el procedimiento in iure ante el magistrado, se determinaba
el contenido y alcance del litigio y se dictaba una sentencia. Se trataba de un contrato formal entre las partes,
cuyo efecto más importante era el de novar el derecho invocado por el actor en un nuevo derecho, consistente
en la obtención de una sentencia dentro del ámbito asignado a la cuestión litigiosa. De allí que la litiscontestatio
"consumiese" la acción, impidiendo que ella fuese renovada en otro proceso.

Crítica: no se concibe la prestación de la actividad judicial como el resultado de un previo acuerdo de partes, sino como
el ejercicio de un poder, inherente a la soberanía, y al cual las partes se encuentran sujetas con prescindencia de su
voluntad. En segundo lugar, mientras el contrato requiere el consentimiento de ambas partes, el proceso puede
constituirse, desenvolverse y extinguirse contra la voluntad del demandado, e incluso en ausencia de él (proceso en
rebeldía). Además, ni la iniciación del proceso ni la sentencia que lo decide producen la novación del derecho
controvertido.

 La asimilación del proceso a un cuasicontrato fue ideada para salvar los inconvenientes que importaba, en la
concepción contractualista, la circunstancia de que el proceso pudiese tener lugar pese a no mediar el libre
consentimiento de ambas partes (mismas críticas que a la del contrato).
 La concepción del proceso como una relación jurídica es la que cuenta con mayor número de adeptos.
Partiendo de la base de que antes de pronunciarse sobre la procedencia de la demanda las partes tienen
deberes y derechos, el proceso civil contiene una relación jurídica, y todos los actos mediante los cuales el
proceso se manifiesta revisten trascendencia jurídica en cuanto pertenecen a esa relación fundamental

Crítica: se ha negado que el proceso contenga una relación jurídica. En primer lugar, porque no media relación procesal
entre el juez y las partes: el deber de administrar justicia se basa en el derecho público, y sólo engendra para el juez, en
caso de incumplimiento, responsabilidades penales o civiles que deben hacerse efectivas fuera del proceso. En segundo
lugar, porque no existe una verdadera obligación de las partes de someterse a la jurisdicción estatal, sino un estado de
sujeción que no tiene origen en el proceso sino en la relación general que liga al ciudadano con el Estado.

 Goldschmidt clasifica la función de las normas jurídicas en extrajudicial y judicial. Las normas extrajudiciales son
imperativos dirigidos a los ciudadanos, siendo deber y derecho el cumplirlas. La función judicial consiste en los
criterios que debe seguir el juez al tomar una decisión, pero antes del proceso, son promesas de lo que el juez
hará. Así, la situación jurídica es definida como el estado en que una persona se encuentra desde el punto de
vista de la sentencia judicial que se espera con arreglo a las normas jurídicas. Esa situación se concreta en actos
u omisiones determinados: así, la expectativa de una sentencia favorable depende, por lo general, de la
realización de un acto procesal exitoso, aprovechando para ello la existencia de una posibilidad u ocasión
procesal y por otro lado, la perspectiva de una sentencia desfavorable depende siempre de la omisión de un
acto procesal, razón por la cual, y a fin de evitare! Perjuicio que ello importa, incumbe a las partes el
cumplimiento de una carga procesal.

Crítica: No todas las normas en su función judicial son imperativos, ni es privativa de la idea de proceso las expectativas
a las que se refiere el autor.

 Guasp, por su parte, considera que verificándose en el proceso más de una correlación de deberes y derechos
jurídicos, aquél contiene, en rigor, una multiplicidad de relaciones jurídicas que debe reducirse a una unidad
superior y que tal unidad sólo la proporciona la figura de la institución. Dicho autor entiende por institución al
conjunto de actividades relacionadas entre sí por el vínculo de una idea común y objetiva a la que figuran
adheridas, sea esa o no su finalidad individual, las diversas voluntades particulares de los sujetos de quienes
proceda aquella actividad.

Crítica: la excesiva generalidad del concepto, que ha sido utilizado para caracterizar las más disímiles realidades sociales
y jurídicas lo priva, en el caso, de utilidad científica y práctica.
FACULTADES, DEBERES Y CARGAS PROCESALES

Las partes del proceso tienen facultades, deberes y cargos.

*Las facultades refieren a aquellos actos que las partes pueden o no llevar a cabo. El no cumplimiento no implica una
consecuencia negativa.

*Las cargas consisten en la necesidad de una determinada actuación para prevenir un perjuicio procesal y, en ultimo
termino, una sentencia desfavorable. La carga lo es, entonces, de interés propio.

*Los deberes refieren a aquellos imperativos impuestos en favor de un tercero o de la comunidad.

PROCESO, PROCEDIMIENTO Y JUICIO

Aunque a veces se utilizan como sinónimos los términos proceso y juicio corresponde destacar que ellos se encuentran
en relación de género a especie, pues el segundo supone la existencia de una controversia y un conflicto entre partes.

Tampoco cabe identificar los términos proceso y procedimiento. El proceso representa el conjunto de actos que son
necesarios, en cada caso, para obtener la creación de una norma individual. El procedimiento, en cambio, constituye
cada una de las fases o etapas que el proceso puede comprender. Así, al procedimiento de primera instancia puede
seguir, en caso de apelación, un procedimiento de segunda instancia, en cuyo caso el proceso se integra con dos
procedimientos. El procedimiento es el conjunto de actos que se desarrollan en una instancia.

Punto 2
PRINCIPIOS PROCESALES

Los principios procesales son las directivas u orientaciones generales en que se inspira cada ordenamiento jurídico
procesal. Siempre son producto de circunstancias históricas, políticas y sociales de la comunidad a la que pertenecen.
Por ello deben ser aplicados e interpretados en armonía con las necesidades de la justicia en relación al pueblo y al
tiempo en que han de aplicarse.

Cumplen ciertas funciones, que son servir de base al legislador antes de estructurar instituciones, facilitar el estudio
comparativo de los distintos ordenamientos jurídicos y constituir instrumentos interpretativos de valor significativo.

 Inquisitivo: El sistema inquisitivo es un principio jurídico propio del Derecho procesal de ordenamientos jurídicos
históricos (Rigió en la provincia de Buenos Aires hasta 1998, su aparición fue en las monarquías absolutas entre
los siglos XVI y XVII, donde no había garantías) en el que el juez que instruía y juzgaba el proceso era parte activa
en éste, sumando sus propias alegaciones y pretensiones a la causa en la que posteriormente emitiría sentencia.
El juez era juez y parte, tenía a cargo la investigación. Tenía la libertad para investigar la verdad por todos los
medios legales a su alcance, sin que la inactividad de las partes lo obligue o lo limite a decidir únicamente sobre
los medios que ellas le lleven o le pidan. El juez estaba facultado para iniciar de oficio el proceso e impulsarlo
con iniciativas personales. Luego, es el mismo juez quien dicta sentencia. Generalmente se daba en procesos
penales. En la provincia de Buenos Aires, en el proceso contravencional sigue siendo así.
 Acusatorio: Aquí el juez asume un rol pasivo, separado de las partes. El juez es un tercero imparcial, y a
diferencia del inquisitivo, no es quien investiga. La investigación es llevada a cabo por el fiscal, que no es la
misma persona que quien dicta sentencia, sino que lo hace el juez de garantía (Controla que no se violen las
garantías). El juicio es una contienda entre iguales que se inicia con la acusación –onus probandi- enfrentada a la
defensa en juicio oral y público, con resguardo del contradictorio, resolviendo el juez según sus libres
convicciones. Es el sistema vigente en el proceso penal de la provincia de Buenos Aires.
 Dispositivo: En cuya virtud se confía a la actividad de las partes tanto el estímulo de la función judicial como la
aportación de los materiales sobre los cuales ha de versar la decisión del juez. La vigencia de este principio se
manifiesta en los siguientes aspectos: iniciativa, disponibilidad del derecho material, impulso procesal,
delimitación del thema decidendum, aportación de los hechos y aportación de la prueba.
 Iniciativa: El proceso civil sólo puede iniciarse a instancia de parte
 Disponibilidad del derecho material: El actor se encuentra facultado para desistir de la pretensión o del
derecho. También el demandado tiene la facultad de allanarse a la pretensión del actor (reconocer su
derecho), y ambas partes pueden transigir, conciliarse o someter el pleito a la decisión de jueces árbitros
o amigables componedores.
Aun así, cuando el pleito verse sobre un interés social comprometido, la voluntad de las partes es
relegada y priman los poderes del juez. Esto sucede en los procesos relativos al estado civil y la
capacidad de las personas, en los cuales no está permitido el allanamiento, la transacción o la sumisión
del proceso a amigables componedores o árbitros.
 Impulso procesal: Consiste en la actividad que es necesario cumplir para que, una vez se puso en marcha
el proceso mediante la interposición de la demanda, este pueda continuar hasta la decisión final. Es una
consecuencia del principio dispositivo.
 Delimitación del thema decidendum: Son las partes quienes determinan el thema decidendum, debiendo
el juez solamente pronunciarse respecto de lo que las partes aleguen.
 Aportación de los hechos: Los hechos en que las partes funden sus pretensiones y defensas son por ellas
aportados. El juez no puede verificar la existencia de hechos que los litigantes no presenten en el
proceso, ni esclarecer la verdad de los hechos afirmados por una de las partes y admitidos por la otra
(afirmación bilateral).
No ocurre lo mismo con las normas aplicables al caso, pues ello concierne al juez, independientemente
de lo que las partes invoquen.
¡ATENCIÓN!  Aportación de la prueba: Por más que el principio dispositivo debiera dejar en manos de las partes la
aportación de la prueba necesaria para probar los hechos controvertidos, se admite, concurrentemente
con las partes, la posibilidad de que los jueces complementen o integren, de oficio, material probatorio.
 Contradicción: también llamado de bilateralidad o controversia, tiene raigambre constitucional en el art. 18 de
la CN, que consagra la inviolabilidad de la defensa en juicio de la persona y de los derechos. Implica una
prohibición para los jueces, que no pueden dictar resoluciones que puedan afectar a las partes sin que antes
hayan podido ser oídas ni aportar pruebas. Para ello, los actos de transmisión o comunicación hacen a los
traslados, vistas y notificaciones a las partes que participan del proceso.
Son una postergación a este principio las medidas cautelares, que se decretan inaudita parte por razones de
urgencia como por imperativos de efectividad. Pero estas medidas cautelares pueden ser cuestionadas
mediante recursos de reposición o de apelación una vez llevados a cabo.
 Escritura y oralidad: Por el principio de escritura, el juez o tribunal conoce las pretensiones o peticiones de las
partes a través de actos escritos. El principio de oralidad rige en aquellos procesos que se desarrollan con las
alegaciones expresadas verbalmente por las partes ante el tribunal de la causa.
Aun así, hoy en día es difícil imaginar un proceso completamente oral o un proceso completamente escrito. Por
ejemplo, en los procesos orales deben redactarse por escrito los actos preparatorios del examen de la causa
(demanda, contestación, excepciones, ofrecimientos de prueba), pero para ser eficaces, deben ser oralmente
confirmados en el proceso.
 Publicidad: Los actos procesales pueden ser presenciados o conocidos por quienes no participan en él, sea como
partes, funcionarios y auxiliares. Reconoce su fundamento en la forma republicana de gobierno, permitiendo a
la opinión pública fiscalizar la conducta de jueces y litigantes. Así no solo sirve para divulgar ideas jurídicas, sino
también para elevar el grado de confianza de la comunidad en la administración de justicia.
Excepción a esto son aquellos procesos que pudieren afectar la moral, el orden público, la seguridad o el
derecho a la intimidad. Esta determinación queda a arbitrio de los jueces, y contra dicha decisión no cabe
recurso, a no ser que por ello se excluyera la presentación de alguno de los sujetos del proceso (partes, letrados,
o apoderados).
Este principio también es vulnerado por la forma precaria en que se desarrollan las audiencias en nuestros
tribunales, habiendo en ellos poco espacio para asegurar el pleno ejercicio de este principio.
Además, despierta poco interés en el público una audiencia celebrada en un juicio civil o comercial.
También es una restricción al respecto la consulta de expedientes judiciales, que sólo podrán ser revisados por
las personas determinadas por ley.
 Preclusión: Refiere al orden en que deben cumplirse los actos procesales. Subsume dos principios básicos:
 Unidad de vista o indivisibilidad: Los distintos actos que integran el proceso no deben respetar un orden
riguroso, y las partes pueden, hasta que se dicta una sentencia, formular peticiones/pretensiones,
oponer defensas y proponer elementos probatorios.
 Preclusión: El proceso se halla articulado en fases en las cuales deben cumplirse ciertos actos, siendo
ineficaces si no son presentados en el tiempo asignado. Se extingue, así, la facultad procesal.
 Adquisición: Los resultados de las pruebas se adquieren para el proceso de forma irrevocable, siendo comunes a
todas las partes que en él intervienen. Todas las partes se benefician o perjudican por igual con los elementos
por ellas aportados a la causa.
 Economía y sus manifestaciones: Tiende a abreviar y simplificar el proceso, evitando una irrazonable
prolongación que torne inoperante la tutela de los derechos e intereses comprometidos en el proceso.
 Concentración: apunta a la abreviación del proceso mediante la reunión de toda la actividad procesal en
la menor cantidad de actos y para evitar la dispersión. Suele tener vigencia primordial en procesos
orales.
 Eventualidad: Refiere al orden, la claridad y la rapidez en la marcha del proceso. Suele ser riguroso en
los procedimientos escritos, y menos riguroso en los procesos orales.
 Celeridad: Refiere a impedir la prolongación de los plazos y eliminar tramites procesales superfluos u
onerosos.
 Saneamiento: También llamado de expurgación, es aquel en virtud del cual se acuerdan al juez
facultades suficientes para resolver las cuestiones que podrían entorpecer la finalización del proceso.
 Inmediación: Exige contacto directo y personal del juez/tribunal con las partes y con todo el material del proceso
 Legalidad e instrumentalidad de las formas: La legalidad de formas excluye la posibilidad de que las partes
convengan como les plazca los requisitos de forma, tiempo y lugar a los que deben hallarse sujetos los actos
procesales, siendo dichos requisitos determinados por ley.
Son excepciones a él las normas dispositivas que sí permitan que las partes convengan dichas circunstancias, y
no aplica para procesos de árbitros y de amigables componedores.
Su aplicación rigurosa torna en la posibilidad de que el derecho se vuelva ritual, y por ello en los últimos años ha
ganado popularidad la instrumentalidad de las formas, que se funda en que los actos procesales deben ser
idóneos para cumplir con sus finalidades, y siempre y cuando cumplan con dicho requisito, la sola inobservancia
de las formas no dé lugar a la nulidad.

PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL

Las garantías constitucionales se definen como los medios o instrumentos que la Constitución Nacional pone a
disposición de los habitantes para sostener y defender sus derechos frente a las autoridades, individuos o grupos
sociales; mientras que las garantías procesales se definen como "los procedimientos de seguridad creados a favor de las
personas, para que dispongan de los medios que hacen efectivo el goce de sus derechos subjetivos".

La garantía del debido proceso es una garantía omnicomprensiva en tanto está integrada por otras garantías en forma
necesaria. Para que este principio sea efectivo, el sistema debe ser acusatorio y no inquisitivo, además de que el proceso
debe ser oral y público y debe prevalecer el principio de contradicción.

El mandato constitucional del juicio por jurado, incumplido aún, daría lugar a la única forma de participación del pueblo
en el poder judicial.

 Carga probatoria/onus probandi: El acusado no tiene que demostrar su inocencia, lo que constituiría un
atentado contra la concepción racional del proceso. Son los acusadores los que deben demostrar la
responsabilidad del acusado. La falta de prueba conduce a la absolución del acusado, que no está obligado a
probar. Las partes acusadoras persiguen la condena al acusado, y la defensa buscará declarar su inocencia.
 Principio ¨in dubio pro reo¨: Significa que en caso de duda (ejemplo, hay pocas pruebas), se favorecerá al reo
(imputado, acusado, procesado). Debe verse como una extensión del principio de inocencia, ya que si la persona
se presume inocente y en el proceso no hay suficientes elementos que le acrediten al juez la culpabilidad del
imputado, lo lógico es ante la duda continúe siendo inocente, y, en consecuencia, se lo absuelva.
 Prohibiciones probatorias: La regla es la exclusión de cualquier medio probatorio obtenido por vías ilegítimas,
porque de lo contrario se desconocería el derecho al debido proceso que tiene todo habitante de acuerdo con
las garantías otorgadas por nuestra Constitución Nacional (CSJN, “Rayford)
 Principio o estado de inocencia: Implica que, de no llegares a una convicción plena respecto del ejercicio del
poder punitivo del estado, subsistiendo el estado de duda sobre la culpabilidad del imputado, dicha situación
debe ser resuelta a favor de este, siendo ésta absolverlo o aplicar la pena menos gravosa. Si no existe mérito
para una condena, se confirma el estado básico y natural de inocencia del imputado.
 Garantía del juez natural: refiere a la intervención de un tribunal designado por ley antes del hecho del proceso.
Se busca evitar el juzgamiento por comisiones especiales ad-hoc, es decir, nombradas luego de la producción del
hecho, y entendidas como sospechosamente interesadas respecto de la decisión a tomar.
 Garantía del juicio previo: Con raigambre constitucional el art. 18 CN, solo puede aplicarse una pena a alguien si
la sentencia deriva de un juicio previo. Responde a la idea de que, si me van a restringir en mis derechos, lo
hagan en el marco de un debido proceso y en el marco de una sentencia que determine mi culpabilidad.
 Prohibición de la persecución penal múltiple o “non bis in idem”: implica que nadie puede ser perseguido más de
una vez por el mismo hecho delictivo penal. La persecución implica no sólo el dictado de una sentencia, sino que
también comprende cualquier acto en contra del imputado desde el inicio del proceso penal.
 Garantía de inviolabilidad de defensa en juicio: Pilar indispensable para la validez de cualquier proceso,
particularmente del proceso penal, implica que:
o Toda persona que aparezca como imputada en un proceso penal tiene derecho a defenderse, a fulminar
la acción en su contra y a reducirla.
o Además, tiene derecho a defender sus derechos.
o Tiene derecho a tener asistencia letrada (abogado).
o Debe, además, contar con asistencia gratuita de un traductor o intérprete.
o Debe asegurársele su derecho a contar con los medios y los tiempos necesarios para la defensa
(principio de igualdad, art. 16 CN).
o Tiene derecho a la defensa personal y técnica y a comunicarse con su defensor.
o Cuenta con el derecho de comparecer e interrogar a testigos, peritos y otros terceros.
o Tiene el derecho, además, de no ser obligado a declarar contra sí mismo ni de declararse culpable.
o Tiene el derecho a la comunicación previa y detallada de los cargos, su naturaleza y causas. Esta
determinación de la imputación debe ser clara y precisa, desde que se inicia el proceso, puesto que no
puede uno defenderse si no sabe de qué situaciones fácticas o jurídicas debe defenderse. Debe
determinarse de inmediato el hecho de la investigación penal y cuál es la calificación legal que le cabe al
mismo, para que la defensa sea efectiva y para hacer uso de las garantías.

Punto 3
CLASES DE PROCESOS

Aunque el proceso configura jurídicamente un fenómeno único, no siempre se halla legalmente regulado con las mismas
modalidades y características. Estas diferencias autorizan a formular distintas clasificaciones del proceso.

Los procesos, según sean contenciosos o extra-contenciosos, constan de ciertos elementos:

Contenciosos: Extra-contenciosos:

Sujetos: partes, órgano (judicial o arbitral) y Sujeto: peticionarios, órgano (sólo judicial) y
auxiliares auxiliares

Objeto: Pretensión procesal Objeto: petición procesal extra contenciosa

Actividad: dimensiones de tiempo, lugar y forma Actividad: dimensiones de tiempo, lugar y forma
CLASIFICACION DE LOS PROCESOS

Sujeto Judicial Actividad

Arbitral Ordinario

Legal o voluntario Sumario

Ad-hoc o institucional Sumarísimo

Amigables componedores o arbitraje propiamente dicho Especial

Objeto Extra-contencioso De ejecución

Contencioso

Sumario propiamente dicho (llamado de ejecución por Palacio)

Cautelar

De conocimiento

Declarativo

Determinativo

SEGÚN EL SUJETO De condena

Junto con el proceso judicial, la ley permite que las partes sometan la decisión del pleito a jueces privados llamados
árbitros o amigables componedores, según deban o no sujetar su actuación a normas determinadas y fallar con arreglo a
las normas jurídicas.

Es ajena a los árbitros la cuestión procesal voluntaria, pues exige, para la viabilidad del proceso arbitral, que exista un
conflicto entre las partes.

Toda cuestión contenciosa puede ser sometida ente ellos, a no las cuestiones de estado y capacidad, lo aprehendido por
el derecho de familia, los contratos de adhesión, las materias de usuarios y consumidores y la materia laboral (son todas
materias en las que hay una parte “débil”, y por eso la cuestión se dirime en sede judicial y no por árbitros).

La actuación de árbitros da lugar a 3 clasificaciones distintas:

 Obligatorio o voluntario: En el proceso obligatorio, una disposición legal exige que deberá llevar adelante el
proceso un árbitro. Es poco frecuente. En el voluntario, las partes lo convienen de común acuerdo, comúnmente
con una cláusula compromisoria.
 Ad-hoc o institucional: El arbitraje ad-hoc se produce cuando las partes designan árbitros y cómo será el proceso
de arbitraje. El arbitraje institucional es aquel con el que cuentan ciertas instituciones, con árbitros permanentes
y a los cuales cualquier persona puede remitir (ejemplo, bolsa de comercio Bs. As.)
 Amigables componedores o arbitraje propiamente dicho: Se los denomina así según deban sujetar su actuación
a determinadas formas y fallar con arreglo a las normas jurídicas (árbitros) o en razón de que dictan el laudo de
acuerdo a su saber y entender, es decir, lo que crean más apropiado (amigables componedores).

Es importante recalcar que los árbitros carecen de poder de imperio en tanto sus laudos son obligatorios, pero no
pueden ser obligatoriamente cumplidos de la mano de un árbitro. De no cumplirse con lo que ellos decidan, puede uno
recurrir ante el juez para pedir una ejecución de la sentencia/laudo. Los árbitros dictan laudos pero no los ejecutan. Y
desde la reforma del CCyC se estableció que también pueden dictar medidas cautelares, pero, de igual forma, no pueden
ejecutarlas.

SEGÚN EL OBJETO
Se denomina contencioso al proceso que tiende a la obtención de un pronunciamiento que dirima un conflicto u
oposición de intereses suscitados entre dos personas que revisten calidad de partes. Tiene por objeto una pretensión,
siendo indiferente que el demandado se oponga a ella o que rehúya la discusión o la controversia, ya sea no
compareciendo al proceso (rebeldía) o a través del expreso reconocimiento de los hechos y del derecho invocados por el
actor (allanamiento).

Pretensión -> acto de voluntad petitoria en virtud del cual el sujeto activo reclama frente al sujeto pasivo y ante
el órgano judicial la resolución de un conflicto.

Elementos de la pretensión:

*Sujetos: Activa, actor – pasiva, demandado – órgano judicial (judicial o arbitral)

*Actividad: en dimensiones de tiempo, lugar y forma

*Objeto: Puede ser inmediato (tipo de pronunciamiento que se busca) o mediato (bien de la vida).

*Causa: Todos los hechos a los cuales se les asigna efectos jurídicos.

A su vez, el proceso contencioso puede ser, en relación a la magnitud del conocimiento que puede tener el juez -en
cuántas cuestiones se puede adentrar- de conocimiento, sumario propiamente dicho o cautelar.

a) El proceso de conocimiento es aquel en el cual el órgano judicial tiene un conocimiento pleno. Se adentra en la
totalidad de las cuestiones que las partes hayan presentado en el proceso.
A su vez, el proceso de conocimiento puede seguir tres finalidades:
1. Declarativo: Puede tener como objeto una pretensión tendiente a lograr que el órgano judicial (o arbitral)
dilucide y declare, mediante la aplicación de las normas pertinentes a los hechos planteados y
(eventualmente) discutidos, el contenido y alcance de la situación jurídica existente entre las partes. El
contenido invariable y primario de los pronunciamientos que recaen en ese tipo de proceso se halla
representado por una declaración de certeza sobre la existencia o inexistencia del derecho pretendido por el
actor.
2. Determinativo: Cuando a ese contenido se une la integración de una relación jurídica, o se configuran
sentencias determinativas.
3. De condena: Si además se logra la imposición al demandado de una determinada prestación (dar, hacer o no
hacer), se la denomina sentencia de condena.

b) El proceso sumario propiamente dicho tiene por finalidad hacer efectiva la sanción impuesta por una anterior
sentencia de condena que, como tal, impone al vencido la realización u omisión de un acto, cuando éste no es
voluntariamente realizado u omitido por aquél.

En este tipo de procesos, el conocimiento del juez es fragmentario porque sólo conoce algunas cuestiones. Estas
dependerán de lo que la partes aleguen.

c) El proceso cautelar tiende a impedir que el derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de
un proceso (de conocimiento o de ejecución), pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre su
iniciación y el pronunciamiento de la sentencia que le pone fin (desaparición de los bienes del presunto deudor, o
modificación de la situación de hecho existente al tiempo de deducirse la pretensión).

La característica fundamental de este tipo de procesos consiste en que carecen de autonomía, pues su finalidad se
reduce a asegurar el resultado práctico de la sentencia que debe recaer en otro proceso.

En ellos, el conocimiento es superficial, en tanto sólo refiere a la verosimilitud del derecho invocado, en tanto en grado
de conocimiento ínfimo ya permite establecer que poseo un derecho y por tanto se puede dictar la medida.
En el proceso voluntario los órganos judiciales cumplen la función consistente en integrar, constituir o acordar
eficacia a ciertos estados o relaciones jurídicas privadas. Su objeto se halla configurado por una o más peticiones extra-
contenciosas y sus sujetos privados se denominan peticionarios o solicitantes. Aquí no hay, en principio, conflicto.

La característica fundamental de los procesos voluntarios radica en la circunstancia de que las decisiones que en ellos
tienen lugar se dictan eventualmente en favor del peticionario, pero no en contra o frente a un tercero. Pero ello no
obsta para que se transformen total o parcialmente en contenciosos cuando surgen discrepancias entre los peticionarios
u oposiciones de terceros o de ministerio público.

Petición -> Acto de voluntad petitoria en virtud del cual el sujeto tiene la finalidad de constituir, integrar u
otorgar eficacia a una relación o estado jurídico.

Elementos de la petición:

*Partes: peticionario/s y órgano judicial (¡arbitral no!)

*Actividad: en dimensiones de tiempo, lugar y forma

*Objeto: Puede ser inmediato (tipo de pronunciamiento que se busca) o mediato (bien de la vida).

*Causa: Todos los hechos a los cuales se les asigna efectos jurídicos.

SEGÚN LA ACTIVIDAD (ESTRUCTURA)

Desde un punto de vista estructural corresponde distinguir el proceso ordinario de los procesos especiales.

Al primero se refiere que todas las contiendas judiciales que no tuvieren señalada una tramitación especial serán
ventiladas en juicio ordinario,

El proceso ordinario (que es siempre contencioso y de conocimiento) está estructurado atendiendo a que la ley le asigna
la posibilidad de que en él se planteen y decidan, en forma definitiva, la totalidad de las cuestiones jurídicas que pueden
derivar de un conflicto entre partes. El procedimiento de 1ra instancia consta, fundamentalmente, de tres etapas:
introductoria, probatoria y decisoria.

1. Etapa introductoria: se inicia con la interposición de demanda (pretensión). El juez debe hacer un juicio de
admisibilidad de dicha demanda. De ser positivo, da lugar al demandado para contestarla, cosa para la cual tiene
15 días y 10 para interponer excepciones previas. En esta etapa se acompaña la prueba documental de la parte
actora y de la demandada. Finalizada esta etapa, se procede a la TRABA DE LITIS.
2. Probatoria: Al terminar la etapa introductoria, el juez abre a prueba para dar lugar a esta segunda etapa. Se
producirán aquí todas las pruebas (testigos, confesiones, peritos). Se establece que debe durar 40 días, pero en
la práctica toma un aproximado de 1 o 2 años. Desde el mismo momento en que empiezan a contarse esos 40
días, en los primeros 10 días debo ofrecer las pruebas. Finalizando esta etapa, llega la…
3. Decisoria: Aquí el juez dicta sentencia dentro de los 40 días judiciales -sin contar fines de semana, feria judicial ni
feriados- desde que empieza a contarse esta etapa.

El proceso sumario consta de las mismas etapas y vicisitudes, pero con las siguientes diferencias:

1. En la etapa introductoria, la demanda debe contestarse a los 10 días, y toda prueba debe ofrecerse aquí. Las
excepciones previas deben oponerse conjuntamente con la contestación de la demanda.
2. En la etapa probatoria, corresponde al juez fijar el plazo respectivo.
3. La etapa decisoria consta de un plazo de 30 días para dictar sentencia.

En el proceso sumarísimo,

1. Para contestar demanda y presentar las pruebas hay solamente cinco días. No se admiten las excepciones
previas.
2. El plazo de la etapa probatoria lo establece el juez.
3. El plazo para dictar sentencia es de 10 días.

TODOS ESTOS PROCESOS SON PROCESOS DE CONOCIMIENTO

Los procesos especiales son todos aquellos procesos judiciales contenciosos (de conocimiento, de ejecución y
cautelares) que se hallan sometidos a trámites específicos, total o parcialmente distintos a los del proceso ordinario. Se
caracterizan por la simplificación de sus dimensiones temporales y formales, y, en consecuencia, por la mayor celeridad
con que son susceptibles de sustanciarse y resolverse. Se da, por ejemplo, por alimentos

Frente a la hipótesis de incumplimiento de la sentencia por parte del vencido, el proceso de ejecución es un medio para
que, por obra de los órganos judiciales del Estado, se sustituya la ejecución forzada a la ejecución voluntaria. Tiene por
objeto hacer efectiva la sanción impuesta por una sentencia de condena, y por ello persigue la coacción sobre el
patrimonio del deudor. Su finalidad se agota con dicha coacción.
BOLILLA 3
Lino critica el termino jurisdicción, diciendo que el mismo es ajeno a la idea de varios procesos como lo son los procesos
voluntarios. Por ello, emplea la expresión función publica procesal en vez de la de jurisdicción.

El lenguaje juridico da varias acepciones al termino jurisdicción.

En primer lugar, se la usa para denotar los límites territoriales dentro de los cuales ejercen sus funciones los órganos del
estado. Aquí hablamos de la jurisdicción territorial, esto es, la circunscripción espacial asignada a un determinado juez.

En segundo lugar, se la usa a fin de señalar la capacidad o aptitud de un juez o tribunal para conocer en una
determinada categoría de pretensiones o peticiones, confundiendo la jurisdicción con la competencia, que es la medida
en que aquélla se ejerce.

También se la usa haciendo referencia al poder que sobre los ciudadanos ejercen los órganos estatales.

Desde un punto de vista técnico, se considera a la jurisdicción (así como a la legislación y a la administración), como una
función estatal, definiéndosela como aquella mediante la cual los órganos judiciales del estado administran justicia en
casos litigiosos.

Pero el definir así a la jurisdicción implica asociarla con la división tripartita de los poderes del estado, se advierte que no
toda función jurisdiccional es encomendada a órganos judiciales, sino que dicha función la ejerce también la
administración (tribunal de faltas) y el poder legislativo (juicio político). Al mismo tiempo, el poder judicial no sólo ejerce
funciones jurisdiccionales. Por esto, es más conveniente definir al acto jurisdiccional por sus características esenciales y
sin tener en cuenta el aspecto orgánico.

Fácilmente diferenciamos la función jurisdiccional de la legislativa, puesto que la última crea normas abstractas y
generales, mientras que la primera crea normas individuales. Pero la administración también crea normas individuales,
por lo que la mayor dificultad se presenta al momento de separar el acto jurisdiccional del administrativo.

El acto administrativo y el jurisdiccional tienen en común que individualizan y concretan normas generales, pero ¿en qué
se diferencian? Para ello debemos analizar el objeto que estas normas individualizan.

En toda comunidad, las personas se comportan de acuerdo con las posibilidades que se ofrecen y así se conforma un
proyecto de conducta común, que luego se conceptualiza o describe en normas jurídicas que se refieren a las facultades,
deberes o sanciones que este proyecto tiene. Esto se exterioriza cuando las personas asumen espontáneamente el
proyecto de conducta comunitario al cual esas normas se refieren. Pero puede suceder que una o varias personas
discrepen con este proyecto comunitario y sigan planes individuales y contradictorios. A raíz de ello surgen conflictos,
cuya solución requiere de la intervención de ciertos órganos comunitarios, que evitan el riesgo de que se haga justicia
por mano propia. Al no estar esta asunción espontanea del proyecto, el órgano debe expresar, mediante un fallo o
laudo, cuál es el verdadero proyecto comunitario que resultó malogrado a raíz del conflicto.

Siguiendo con la idea del proyecto comunitario, este puede expresarse de manera espontánea o de manera indirecta. Se
expresa de la primera forma cuando el ciudadano, no obstante serle desfavorable el proyecto, acata la decisión del
órgano (por ejemplo, se le deniega un beneficio jubilatorio) y por tanto manifiesta conformidad con el criterio. Ocurre lo
segundo cuando el administrado, por discrepar, reclama ante un órgano administrativo (sin perjuicio de que luego
pueda proceder un recurso ante la justicia) y éste va a expresar el contenido del proyecto, a la vez que determina el
alcance del derecho del administrado.

En el primer caso, lo que se configura es un acto administrativo, porque el órgano y el ciudadano asumen de forma
espontanea el proyecto. Pero en el segundo caso, por haber mediado un conflicto derivado de la discrepancia entre los
criterios del órgano y del ciudadano, lo que se configura es un acto jurisdiccional (criterio material y no orgánico).

Se define entonces al acto jurisdiccional como aquel mediante el cual un organo del estado (judicial o administrativo), a
raíz de haber mediado un conflicto, expresa (de manera no espontánea) el proyecto comunitario a través del dictado de
una norma individual (sentencia, resolución administrativa o laudo), que declara la existencia de una facultad, de un
deber o del incumplimiento de un deber (entuerto), caso último en el cual se aplicará una sanción.

Cabe concluir que la jurisdicción, como función estatal, es un género, que tiene como especies a la jurisdicción judicial y
a la administrativa.

Jurisdicción administrativa: consiste en la actividad que despliegan los órganos administrativos al aplicar sanciones a los
administrados o a los administradores y en conocer los reclamos y recursos que tienen por finalidad asegurar la
legitimidad de la esfera administrativa. Estas decisiones suelen ser revisables por jueces y tribunales de justicia, salvo
que versen sobre materias privativas del poder administrador.

Jurisdicción judicial: puede dividirse en jurisdicción nacional y en jurisdicción provincial, atendiendo al estado nacional y
a la autonomía local (art. 5 CN). También se suele dividir a la jurisdicción judicial en contenciosa y voluntaria, aunque la
segunda, para Lino, reviste carácter no jurisdiccional sino administrativo.

La función judicial jurisdiccional hace referencia al concepto de acto jurisdiccional + que el órgano estatal que lo ejecute
sea un juez o tribunal de justicia. Siempre que medie un conflicto entre particulares, entre un particular y el estado,
referente a derechos subjetivos privados de aquellos, o se encuentre en tela de juicio la aplicación de alguna sanción de
naturaleza penal, la intervención de un órgano judicial es constitucionalmente ineludible (art. 18, debido proceso).

La jurisdicción voluntaria refiere a la función que ejercen los jueces con el objeto de integrar, constituir o acordar
eficacia a ciertos estados o relaciones jurídicas privadas. Es una función ajena al normal cometido de los órganos
judiciales, que consiste en resolver conflictos jurídicos suscitados entre dos o mas personas. El poder judicial se encarga
de ellos porque, por su índole jurídica, fácilmente pueden transformarse en contenciosos, y porque, por sus efectos
trascendentes, deben ser fiscalizados.

Pero dicha función reúne las notas mencionadas al delimitar el concepto de proceso, por lo que nada obstaría a que se
configure un proceso voluntario. Su objeto son una o más peticiones¸ siendo que los sujetos privados que en él
intervienen se denominan peticionarios.

En estos procesos no existe un conflicto a resolver (más allá de que luego puedan volverse contenciosos), ni partes.
Como el juez emite una declaración basada en los elementos aportados unilateralmente por el o los peticionarios, dicha
declaración no produce efectos de cosa juzgada respecto de terceros cuyos derechos pudieran eventualmente resultar
afectados por ella.

El proceso voluntario no reviste carácter jurisdiccional, porque no existe un conflicto. El hecho de que las declaraciones
en él emitidas sí expresen el proyecto comunitario, junto con la participación del órgano que decide y el carácter de
norma individual de dicha decisión, permiten calificar a la actividad como administrativa. Es, entonces, un acto
administrativo mediante el cual el estado, por medio de jueces y tribunales de justicia, constituye e integra relaciones
jurídicas privadas.

Los procesos voluntarios pueden clasificarse en:

 Actos de constitución de derechos (inscripción de una sociedad en el registro público de comercio).


 Actos de homologación (aprobación de un acuerdo propuesto por el deudor en un concurso).
 Actos de constatación (reconocimiento de mercaderías).
 Actos de autorización (autorización para comparecer en juicio).

Caracteres y extensión de la función judicial

La función judicial, jurisdiccional o administrativa, tiene los siguientes caracteres:

 Es un poder-deber, porque comprende la facultad del juez o tribunal de decidir los asuntos que se
someten a su conocimiento y el deber en que se encuentra de administrar justicia cada vez que esa
actividad sea requerida en el caso en concreto.
 Es ejercida por órganos independientes, que integran un poder del estado provisto de autonomía con
relación a los poderes políticos, siendo que no se hallan sujetos a directivas o instrucciones de
superiores jerárquicos.
 Es indelegable, por cuanto el juez no puede delegar a otros el ejercicio de sus funciones.

La función judicial, siendo un atributo de la soberanía del estado, solo debe ser ejercida dentro de los límites territoriales
del estado y en los que permite el derecho internacional (derecho del mar). Puede aplicarse en nuestro país normas de
otros estados, siendo que se trata de normas de derecho interno que admiten la extraterritorialidad de esas normas
(sean sentencias o leyes).

Estan sometidas a la funcion judicial del estado todas las personas, físicas o juridicas, nacionales o extranjeras, que
habiten o se hallen radicadas en su territorio.

Los estados extranjeros gozan de inmunidad en lo relativo a la funcion judicial, siendo que sólo pueden ser sometidos a
la potestad de los órganos judiciales de otro estado al mediar su consentimiento para ello.

La funcion judicial comprende todas las cosas, muebles e inmuebles, que se encuentran dentro del territorio del estado.

Вам также может понравиться