Вы находитесь на странице: 1из 5

El dispositivo psicológico hoy en día

Al revisar las lecturas, y quizá sin haberlas visto, me parece que hoy en día la

psicología se ha estancado, ha quedado en un lugar donde “necesitamos” de un esquema que

permita observar a quien nos consulta pero ¿acaso eso en realidad puede encuadrar o caber

en la problemática que enferma a las personas? Ciertamente considero que problemas como

la depresión, TDAH, autismo, asperger y otros tendrán su encuadre “científico” sin embargo

me da curiosidad si en realidad es algo orgánico o es el mundo en el que estamos colocados,

acostumbrados a explotarse a sí mismo en caso de no tener quien nos explote, a vivir por

vivir y ser meros autómatas del sistema que nos rige, considerar otras cosas y matar las

pasiones que uno tiene por un empleo, una carrera que quizá al salir no sepamos a donde

voltear en el campo laboral y esa urgencia por no quedarse, no ser de la estadística que tanto

nos aterra como egresados de no saber, no estar suficientemente preparados, recurrir a

diplomados, talleres y siempre tener que ofrecer una retribución para colocarnos en un estatus

diferente y de conocimiento que en realidad no estoy seguro de que lo tengamos, menos en

una “ciencia”, si se le puede llamarle así, que precisamente se dedica a comprender un

fenómeno tan complejo y a veces muy estructurado como el pensamiento y, más en

específico, la subjetividad de una persona que acude con la creencia de que seremos ese

oráculo en donde depositar sus pensamientos y encontrar las palabras que resuelvan su

conflicto.

G. Alan León Hernández


Justamente con estos “problemas” en la sociedad de hoy en día, la tirada es en, como

dice Chul-Han, eliminar terapéuticamente todo lo que no es funcional, lo que bloquea el

pensamiento. ¿Por qué habría de rendir siempre de la mejor manera todos los días? Me pongo

a pensar en todos esos productos con los cuales venden la idea de potenciar algo y elevar el

consumo en la vida sexual, la vida fitness, el Ritalin, bebidas energéticas, todas esas cosas

que pareciera que si nos detenemos un rato pereceremos porque la maquina debe seguir

trabajando, nos convertimos realmente en eso, en máquinas para cualquier cosa que cuando

nos averiamos como bien se dice somos el problema, nosotros estamos mal, debemos

adecuarnos a lo que exige la actualidad y es producir a toda costa, a mi forma de ver lo que

menos se hace es pensar críticamente de todo, incluso si lo que estamos aprendiendo de

verdad es útil o cumple con lo avasallador que puede ser el salirse del corral, no volteamos a

ver si en realidad las técnicas que aprendemos son adecuadas a nuestro contexto cultural.

Bien se menciona, y cito, que todo dispositivo genera objetos de devoción que se

introducen con el fin de someter. Materializan y estabilizan el dominio. ¿Será que estamos

sometidos en un dispositivo en el que debemos solventar las carencias que provoca el

neoliberalismo? Pareciera que sí, que únicamente aprendemos a “dominar” un discurso que

nos pone en un lugar del saber suponiendo que con ello podemos mediar los conflictos que

se presentan en la vida de las personas. Esto me pone a pensar en ciertos contextos donde

nuestra acción como psicólogos, especialmente esa categoría o status que poseemos se va a

la basura cuando legamos a una comunidad en donde se vive una violencia tremenda, un

desconcierto total por no saber donde está su hermana, hija, madre, padre, si vive, si es

torturado o que diablos hicieron con él.

G. Alan León Hernández


Hasta cierto punto me produce cierta ansiedad el como vivimos tan vigilados, tan

anestesiados por la abrumadora “libertad” que desnuda prácticamente todo lo que hacemos,

decimos, pensamos e incluso lo que podemos llegar a hacer, tal como se cita la novela de

Orwell, donde cada vez se va encajonando el lenguaje, el pensamiento, cada vez utilizamos

menos palabras, tratamos de encontrar un significado a algo que pudiera tener diferentes

significados de acuerdo a los lentes con que uno ve las realidades, como lo vivo yo u otra

persona. Que todo debe estar digerido y como crías debemos recibirlo ya regurgitado para

poder procesarlo de “mejor manera” sin cuestionarlo, sin observar las distintas caras de la

violencia, de eso que está tan presente en nuestra vida cotidiana pero que se maquilla o se

nos muestra de manera explícita para mantener sedada nuestra voz cuando se debe.

Lo verdaderamente increíble es como nosotros mismos nos sometemos a esto

voluntariamente, a ser parte de un sistema que a mi parecer es muy complejo y

complicadísimo salir de él, también el cómo se plantea la posibilidad de conocer los

comportamientos futuros mediante algoritmos inteligentes, siendo más precisa la forma de

construcción de discursos e incluso, nuevas enfermedades, tal como pareciera en manuales

de psiquiatría que de cierta manera definen que es sano y que no lo es, volviendo a la idea de

que todo debe tener un nombre, ser explicado de una manera, no permitir otro significado o

significados a un concepto o idea.

G. Alan León Hernández


También permite dar cuenta que la mejor manera de someter al individuo a esta forma

de control es explotando sus emociones, o sentimientos creo yo, dado que menciona que las

emociones son más fugaces, haciendo de ellas medios de producción. Acá es donde recuerdo

la parte de la big data y lo sorprendente que puede ser la organización que existe y como se

nos bombardea de publicidad, como se encauza incluso la psicología a no sentir nada

negativo a que todo es positivo, a contener sea por programas en los medios de comunicación

sea radio o televisión. Lo que predomina en la sociedad actual es la positividad: “la

psicopolítica neoliberal es una política inteligente que busca agradar en lugar de someter” no

sabría cómo definir mi pensamiento al respecto, el moustro al que somos solo una pequeña

herramienta dedicada a anestesiar, a evitar el dolor que causa un sistema.

Hasta aquí, creo que he hablado poco del dispositivo psicológico hoy en día o más

bien contemporáneo, que justamente está en crisis, la psicología no puede autogestionarse

por sí misma, que puede ser lo bueno, lo malo, lo adecuado, si en realidad mi trabajo como

profesional sea adecuar gente a no sentir, a ser crítico de sí, caigo en una laguna en la que me

cuesta trabajo pensar si en realidad somos capaces de enfrentarnos fuera de las aulas a la gran

envestidura que es el sistema neoliberal, las crisis económicas que consigo traen una nube de

crisis personales, emocionales, éticas, morales y como permea absolutamente todo.

Acá propone un antídoto donde uno debe ser, o parecer idiota, el cuales un hereje que

elige libremente, disponiendo del valor de desviarse del rumbo, controla la violencia de

consensuar las cosas, según él, lo que me hace pensar en que en la actualidad debe de haber

G. Alan León Hernández


espacio de producción para todos, desde niños, hasta ancianos. Así el idiotismo abre un

espacio al silencio, a la soledad que actualmente es impensable. Concluyendo que a través

de la “despsicologización” el individuo será capaz de resistir a esta dominación neoliberal,

vaciando al sujeto y desconectándolo construyendo espacios libres de silencio, quietud y

soledad en los que es posible decir algo que realmente merece ser expresado o más bien,

dicho.

G. Alan León Hernández

Вам также может понравиться