Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
cuenta
Cuando se firman contratos con empresas chinas podemos ver que son de distinto
tipo en cuanto al idioma:
Los hay en inglés (u otro i occidental) y chino por ser de comercio
internacional o en relación a algún negocio internacional,
Los hay en chino por ser locales totalmente, o porque se recomienda así, aún
siendo internacionales.
En China se producen todo tipo de relaciones jurídicas, así que los contratos pueden
ser muy variados, pero no todo se plasma por escrito. No quiero entrar hoy en los
contratos de trabajo, aunque sí cumplen los requisitos generales que vamos a
comentar. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los chinos no tiene un
abogado, muchísimas empresas tampoco, y muchos pactos s
on sólo hablados (y olvidados), algo que yo desaconsejo totalmente, sobre todo en
China. Vamos a ver algunos contratos que he visto.
Los contratos de compraventa internacional, tipo pedidos, que tienen un
formato estándar, los he visto en inglés y chino y eran bastante claros a priori. La
dificultad estriba siempre en el “qué pasaría si…”. Si las cosas van mal por algún
motivo hay muchos puntos por aclarar. Por eso mi aproximación a los contratos es
siempre “qué pasaría si… (las cosas no van como tienen que ir)…” a la hora de
redactar o revisar un contrato.
Algunos contratos con un mismo cliente o proveedor acaban firmados en realidad
con más de una empresa y pueden contener cláusulas diferentes entre ellos por lo
que, al plantearse un problema de incumplimiento uno no tiene muy claro a quién
reclamar.
Contratos ad hoc en chino e inglés (o podría ser español). Lo más fuerte que me
he encontrado es ver que ambas versiones no coincidieran, ni en las cantidades.
En este caso, además, ni la empresa española ni la china parecían tener mucha
experiencia internacional. La parte española incumplió sus obligaciones sin ser
realmente responsabilidad china su falta de satisfacción (el material había llegado
supuestamente roto y no lo podía revender, decía). Había varios contratos con
distintas condiciones y había qué ver qué contenedor correspondía con qué contrato
y dónde y cómo reclamar. Para colmo, la empresa china no quería pagar honorarios
de abogados, sino sólo un “success fee”.
La empresa china no verificó la solvencia del comprador español, se cambiaron
muchas cosas sobre la marcha y no se cuidó el contrato. Encargaron a un “gestor
de cobros” (un latinoamericano con un perro) en España el intento de recuperar el
importe de los materiales entregados pero también eligieron muy mal y, finalmente,
consideraron que ya habían “gastado bastante dinero” como para contratar a
profesionales.
Hay contratos mucho mejor hechos, de compraventa o de distribución
internacionales, con todas las cláusulas posibles para tener previstas muchas
incidencias. No obstante, para China, hay especificidades a tener en cuenta. Lo
veremos al final.
Por otra parte, el contrato “no va a misa”. En países muy diferentes y con riesgo
comercial o político, no puede contarse exclusivamente con el contrato y la buena
voluntad de las partes para cumplirlo.