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Traducción de:

GARLOS EDUARDO SALTZMAN


El psiquiatra,
su "loco"
Revisión técnica de:
MIRIAM GHORNE y el psicoanálisis
for
Maud Mannoni

siglo
veintiuno
editores
50 LOCURA E INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA 3. LOCURA Y PSIQUIATRÍA

trasgredidos o de desórdenes sexuales. Revelan la idea de falta, de


castigo, de sacrificios a cumplir.
El "loco" tiene una función en la familia, como si el sacrificio de
uno solo fuera a.permitir el equilibrio de todos.
La literatura -y el teatro proponen papeles 20 de locos, y allí se ve
cómo obtener los beneficios secundarios de la "enfermedad".
Todo esto constituye el contexto en el cual se halla presa la enfer-
medad mental y complica su abordaje, en especial si se encuentra La época clásica (como nos lo ha mostrado Foucault*) ha rechazado,
ubicada en un lugar privilegiado., considerado como espacio de bajo el efecto del mismo miedo, a los enfermos mentales, a los aso-
curación, tierra de la verdad, 21 Se desprende entonces de la locura cíales, a los perversos, a los delincuentes y a los rebeldes. Las estruc-
una especie de "sujeto absoluto" al cual el psiquiatra le concede el turas de la internación se han desarrollado a partir de este "gran
status de objeto puro. Cuando se lo reconoce al hombre como loco, miedo". Los seres privados de razón han venido a ocupar el lugar que
simultáneamente se lo juzga irresponsable. dejaron vacío los leprosos, y su lugar en la sociedad ha cambiado a
"El asilo —como lo recuerda Foucault— ha encadenado al hombre su vez en comparación con el que ocupaban en los tiempos más
y su verdad al loco. Desde ese día, el hombre tiene acceso a sí mismo antiguos.
como ser verdadero, pero ese ser verdadero no se le otorga más que Foucault muestra igualmente cómo la locura, después de haber sido
" ajo la forma de la alienación." 22 rechazada de la sociedad razonable, ha sido recibida en el mundo
Desde el día en que se le ha asignado un status a la locura, se le ha científico. El conocimiento de la locura que pudo adquirirse a partir
propuesto al hombre una elección y desde entonces se halla atrapado de este hecho ha conducido a denunciarla más bien qxie a reconocerla.
en una alternativa (o la vida peligrosa de afuera, o la vida sin riesgo A partir de una crisis colectiva( que podría analizarse corno una
del asilo). especie de retorno de lo reprimido) surgieron no solamente las
La fascinación que ejerce la locura (y el papel del loco)., las medidas administrativas de internación, sino también toda una
identificaciones inconscientes que impulsan al sujeto a evitar, como "clasificación natural" de las enfermedades mentales. A fines del
su modelo, determinada dificultad buscando refugio en el asilo, todo siglo xvm, antes del nacimiento de la psiquiatría, la población no
esto no basta por sí mismo para crear la "enfermedad mental". Pero distinguía los efectos del pecado y del peligro real, confundiendo ambas
existe todo un contexto social (fundado en una determinada represen- cosas en una locura temida y rechazada. La población temía verse
tación de la locura) que favorece en las personas jóvenes la entrada contaminada por las emanaciones de la locura y del vicio, como sí
en una carrera de "enfermo mental", desde el instante en que los del otro lado de los muros del encierro la amenazara un oscuro
apresa el circuito de la hospitalización..,—> peligro.
í Desde que se emite un diagnóstico de psicosis, la presión de la Este pánico de mediados del siglo xvm les proporcionó más tarde
familia y de la sociedad impulsa al médico a adoptar ciertas medidas, a los juristas y a los médicos un derecho de tutela sobre los asilos.
en el punto preciso en que quizás el único acto médico válido sería Si la sinrazón ha podido salir del aislamiento en que se intentó
oponer un rechazo a,la queja familiar y prestar oídos a lo que dice un mantenerla y volver a encontrar un lugar en la sociedad que la había
paciente que corre el peligro de desaparecer como sujeto bajo el ropaje excluido, fue no obstante para verse presa, en ella, de un status que
de la locura, para convertirse para siempre en ,el objeto del cxial se se manifiesta todavía en nuestros días por la internación de los
"habla, del que se goza, y del que se dispone. / "epfermos mentales".
20 O. Mannoni¿ "Le ThéStre et le folie", en Médeclne de France, nv 149,
La palabra de la locura, cuando ha querido hacerse oír, ha trope-
1964. [Hay edicíó'n en español: La otra escena, Buenos Aires, Amorrortu, zado violentamente contra todos los cómplices de la represión, y todos
1972.] :. los portavoces del -buen sentido. Hoy, cuando la locura habla, se
21 Michel Foucault, Histoire de la folie, Pión, 1961. [Hay edición en es- enfrenta con la institución de la locura. /
pañol: Historia de'la locura en la época clásica, México, Fondo de Cultura
Económica, 1967.]
22 íbid. 1 Michel Foucault, Histoire de la folie3 op. cit.
52 LOCURA E JNSTITL.'GIÓN PSIQUIÁTRICA LOCURA }' PSIQUIATRÍA 53

—Usted es muy valiente puesto que viene a ver a los locos —me de decir que la enfermedad mental no existe, sino que el modo como *'" i ( ^
dice Bernard—; es peligroso. Lea mi legajo, va a encontrar allí ella evoluciona guarda relación con el tipo de aproximación que se /
material interesante para su tesis. establece para acceder a ella.
Y después, reasumiéndose, agrega;
—'Todos se pusieron de acuerdo para llevarme al hospital. Eso me
•golpeó, pero me las arreglé. Aquí, si me llega un golpe fuerte (es EL SABER SOBRE LA LOCURA Y SU MARGO INSTITUCIONAL ' '
decir, el delirio) no me importa. En casa, los molesto.
El asilo se ha convertido en el lugar en el que la locura se hace ver El decir y el obrar de la locura han sido registrados por una ciencia
y oír; la vida concreta del loco (desde la asistencia médica hasta los médica que orienta su investigación en el sentido de un saber sobre la
criterios de curación) se define allí por la idea imperante de lo que locura. Una tradición docente ha hecho del enfermo mental la reserva
es el alienado. Esta idea le marca al médico su práctica, y al loco su necesaria del saber psiquiátrico./Gonvertido en objeto de la ciencia, el
conducta. loco ha perdido su decir de verthrth Y en la relación instituida con el V
Las instituciones fijan, en efecto, el marco de la actividad médica: psicótico, el terapeuta, si abandona la posición que le ha reservado"~
el peso del aparato administrativo anula prácticamente toda posibi- la psiquiatría clásica, se ve llevado de nuevo a esa posición por el '
lidad de innovación. En la situación en que se le ha creado, el tera- enfermo mismo,3 que sabrá mostrarle con pertinencia la vanidad
peuta se ve llevado a objetivar lo que oye y lo que ve en versiones de sus pretensiones humanitarias./ ^ '"• * i Y
a las que se les pone la etiqueta de científica. Juzga y aprecia lo que El "enfermo mental", en el marco que se le ha creado, termina por
en el comportamiento de su semejante se aparta de una norma. Con compartir los puntos de vista de cierto "racismo psiquiátrico": la
mucha frecuencia se evoca la "enfermedad mental13 para justificar "segregación" está lejos de ser, en efecto, herencia exclusiva del
esta conducta. La ciencia psiquiátrica ha terminado, sin quererlo psiquiatra:
verdaderamente, por hacer del "enfermo mental13 un ciudadano sin —Las relaciones que aquí se hacen son malas —me dice Vincent—3
derechos, librado al arbitrio del cuerpo médico. En el contexto social ¡qué ejemplares observé allí! Viejos, inocentes, tipos que deliran, un
actual, desde el momento en que a alguien se lo diagnostica como pibe de 18 años que anoche ha estado dando alaridos hasta las cinco
enfermo mental 2 se lo priva de todo valor social y sólo se lo trata en de la mañana. La locura, cuando delira, no es linda de ver. Dos
términos de poder (de violencia). No tiene, por así decirlo, base alguna tipos granclotes le arreglaron las cuentas al chiquito. Después
en la cual apoyarse ante el poder casi absoluto del médico. Guando se durmió, apolilló como un ángel; había uno creído que no esperaba
quiere oponerseljil terapeuta, no puede hacerlo más que recurriendo más que eso para sentirse bien . .. aquí, son todos degradados, excepto
a conductas anormales. los alcohólicos...
Mas el médico no está libre tampoco, es prisionero de la repre- La locura rechazada denuncia no obstante el sistema en el que
sentación colectiva del loco, concebido como ser peligroso. En tanto se halla inserta:
que el psiquiatra se encarga sea de librar a una familia intolerante —A los médicos •—me dice Gilíes—• les cuesta mucho compren-
de un pariente que le infunde temor, en ocasiones sin motivo, sea derme . . . yo quiero salir de la etiqueta de "loco", y otros se aferran
de colaborar con una policía que no puede soportar el desorden. a la etiqueta. Ningún otro que no sea yo me puede ayudar; el mejor
Entra al servicio de una sociedad que se ha defendido contra el "psicólogo" soy yo mismo. Sería necesario que tomara contacto con
enfermo mental y al que procura excluir. La relación establecida con mi inteligencia para comprender dónde está rni lugar y saber en qué
la enfermedad mental es una relación que lleva a la objetivación circo me encuentro.
del loco, objetivación en la cxial se lo abandona. El problema no es
tanto el de la enfermedad cuanto el de la relación establecida con /"" En el asilo, el decir del paciente es por lo general menos oído que
la enfermedad por el médico y la sociedad que juzga./No se trata su obrar. El medicamento viene siempre a proteger al terapeuta contra
L^-
2 Franco Basaglia, L'instiliition en négathn, éd. du Senil, 1970 [Hay edición ;: O. Mannoní, "Schreber ais Schreibcr", en Clcfs pour l'imaginaír¿} éd.
en español: La institución negada, Barcelona, Barra!, 1970.] du Senil, 1969.
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lo que el enfermo puede trasmitir como angustia (de muerte) y deseo un espacio en el que todo se vive sólo en relación con la entrada y la
(sexual) de agresión.4 El espectro de la represión se ve así, todavía salida; el tiempo que separa a una de la otra es un tiempo vacío y
en nuestros días, mezclado en mayor o menor medida con la cura, muerto que escande y orienta el estilo de vida monótono y nebuloso
todo ello dentro de la más pura tradición médica heredada de la época de cada uno de los pacientes del asilo. /
clásica. /Y no obstante, a partir de Freud se ha perfilado otro movi- / De este modo el psiquiatra, en la escucha que puede prestarle a la
miento^ abierto a la aparición de una cierta verdad. Pero en un lugar ¿—locura, depende directamente del sistema mismo de internación.
en el que se domina a la locura, ella no habla más y se reviste de un El modo en que la locura se despliega es función del marco en que
aspecto particular, característico de ese medio que la protege o encierra, . se la recibe. Y como lo hemos subrayado ya, en el asilo más que en
—Si digo "voy tirando" •—me dice Robert—, dirán "ése va bien" y ningún otro lugar, todo se halla concebido para que la locura deje
ya no podré circular más por el asilo. El enfermo tiene celos del otro de hablar. /
enfermo/ si otro mejora se siente mal. Es preciso ocultar que uno
mejora . .. ¿Y en qué se convertiría uno si no pudiera ya entretener
más a los médicos?
La convicción de poder, gracias al delirio, alimentar las tesis mé-
¿REFORMAR EL ASILO? c
dicas, constituye de parte del "enfermo31 una confesión que no debemos Tuke y Pinel, si bien pusieron en evidencia el papel no médico del
desdeñar. Al mito del poder médico que ejerce el terapeuta, se opone médico, con el fin de poder así renunciar mejor a los métodos médicos
el mito de una "enfermedad mental" "excepcional", capaz de sostener (inoperantes) de su época, medicalízaron no obstante lo "no médico"
el interés del médico. Sobre los conflictos que opondrán al "enfermo" "haciendo del personaje del médico una figura mítica imponente, qxie
y al médico van a jugar elementos de sobredeterminación. Al mono- detenta el poder de dominar la locura. El médico que trabaja en el
polio del poder médico, se opondrá el de la "enfermedad", la con- .asilo, al otorgarse en un momento dado de la historia un poder médico
ciencia en el sujeto de la fascinación que ejerce su "enfermedad". administrativo absoluto, se convirtió al mismo tiemrao_en sostén de
La alienación del "enfermo" se ve así redoblada por los efectos dé- cierto orden burgués y de cierta ideología burguesa.) Si en el mundo
la institucionalización de la "enfermedad" en un marco determinado, exterior al loco se lo declara de buen grado irresponsable, en el interior*-/-
marco que (como lo hemos visto más arriba) deja muy poco juego del recinto del asilo se le hace una especie de proceso moral. Esta > ;
a la expresión dinámica de los conflictos. Todos se ven llevados a un actitud subsiste todavía en nuestros días: quienes curan, aun cuando -,
ritual (admitido) de reclamaciones relativas a cierta realidad hospi- lo nieguen, tienen tendencia a apreciar la mejoría de un paciente
talaria (la mala alimentación, las condiciones materiales precarias) en función de criterios esencialmente normativos. El auge que ha
o a un ritual delirante (de temas conocidos). La adaptación o no gozado la laborterapia ha estado ligado, expresamente o no, al deseo
adaptación del "enfermo" tropieza con cierta forma de reglamentación del que cura de ver "rehabilitarse" al paciente.^'
que prevé los efectos más diversos de la hospitalización. Tanto si el El discurso del psiquiatra sobre la Institución es un discurso que
"enfermo" se rebela, como si no lo hace, su comportamiento se piensa desde el comienzo admite al hospital psiquiátrico como tal. El esfuerzo
en términos psiquiátricos y encuentra su sanción en el marco de la psiquiátrico tiene por propósito, entonces, el de hacer que esa insti-
atención psiquiátrica. Toda veleidad de rebelión se ve así rápidamente tución sea visible, tratar de hacer de su funcionamiento el instrumento (/•*
esterilizada y ninguna "adaptación" —puesto que muy a menudo no principal de la curación.5 Al permitir que circule una palabra, los ft
•es más que una adaptación a la patología del asilo—• le da al "enfermo" psiquiatras esperan encontrar en los efectos institucionales fl el equi- _
los medios de asumirse fuera de los muros. El universo claustral le valente de un acto psicoanalítico, acto que permitiría que se operara! **
quita sentido a toda búsqueda de autonomía, porque esa búsqueda en el paciente una estructuración a partir de malentendidos imagi-- ; --
se ve siempre "reinterpretada" en función de la patología del paciente. narios. Se trata, para ello, de señalar al nivel de la institución misma t
El aislamiento en que el hospital se halla con respecto a los vivos, crea
• 'í
5 H. Chaigneau, J. Oury s F. Tosquelles, etcétera.
4 Sol Rabinovitch, Un écnt quolldien a l'hópítal psycíiialriqíie, tesis de 6 Efectos sobre los pacientes de las reglas de la institución, así como de las
medicina, París, 1968. relaciones con el personal que cura, con los otros enfermos, etcétera.
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las repeticiones que escanden cierto discurso y de comprender cómo terapia, la laborterapia, las reuniones de clubes, etc.) se inscriben
los acontecimientos de este discurso van a producir, de algún modo, en un contexto hospitalario que se aproxima al de las prisiones. La
una institucionalización, es decir a funcionar como marco dentro del ambigüedad cura-castigo es bien visible en este caso, y a ella volveré
cual podrán tener lugar ritos simbólicos. más adelante. Lo que diferencia al psiquiatra actual del psiquiatra
Estos esfuerzos chocan no obstante con todo un contexto asilar del siglo xix es que el primero ya no se siente nada cómodo en el papel
(que este libro denuncia) que hace del psiquiatra, aunque nadie lo de guardián en el que el aparato social trata de confinarlo: ha tomado
quiera, el cómplice de una sociedad segregacionista y policial. El conciencia de la contradicción que lo aprisiona.
médico se halla, por su función misma, en complicidad con el aparato jl El mérito de los representantes de la psicoterapia institucional en
• administrativo y judicial. Es, en el mejor de los casos, un internado Francia consiste en haber mostrado precisamente la distancia que
complaciente, un internado que se esfuerza por hacer soportable a los existe entre una práctica carcelaria y el ideal hospitalario. Su pre-
... terapeutas y a los pacientes una vida de reclusos. J ocupación se reduce, no obstante, a poder crear en un sistema de asilo
(^Xodo lo que se inscribe dentro del marco delasilo, permite la que denuncian, un "colectivo de cuidados terapéuticos" con el fin
supervivencia de éste, pero no su reformarjTodo cambio supondría de trasformar el lugar carcelario en un lugar en el que se hable , . .8
; perturbar gravemente fas estructuras tradicionales de los ^hospitales Las posiciones estadounidense (Bateson) e inglesa (Gooper) -
psiquiátricos (los psiquiatras reclaman unidades de 25 camas implan- proponen demostrar la insuficiencia de una perspectiva que opone
tadas en un medio social de vida normal, mientras que se amontonan la "cura" al régimen de internación. Denuncian que bajo la noción de-
a los enfermos, lejos de todo tipo de vida normal, en cantidades que "cura" se ocultan prácticas punitivas. No descartan las posibilidades
superan la centena). Esta perturbación de las estructuras del asilo de :<curación" en el asilo, pero según ellos el problema no se sitúa allí.
exigiría cuestionar principios que se hallan sólidamente arraigados. Consiste en la instauración de una verdadera despsiquiatrización,
¿Por qué el asilo?, es la pregunta que uno se sentina tentado despsiquiatrización que debe emprenderse a partir de una reinterro-
de formular. gación sobre el saber psiquiátrico. Muestran de qué modo el saber
tí Y por qué los que curan favorecen su mantenimiento? sobre la enfermedad viene a ocultar toda una relación con la verdad,
/"El esfuerzo teórico notable que ha cumplido en Francia un equipo dejando en la sombra lo que en el psiquiatra se sustrae a los efectos
/•»-•> " psiquiátrico de vanguardia ha llegado no obstante (en sus aplicaciones que en él produce la locura. Tratan así de promover el estallido de
^X- prácticas en el asilo) a una especie de impasse. Las innovaciones instituciones que durante la mayor parte del tiempo, a causa del
"'~' psiquiátricas 7 no introducen de hecho ninguna ruptura radical con contexto en el que se encuentran ubicadas, desempeñan el papel
* una tradición de internación. Al internado se le impone el requisito
_ previo de aceptarse (o negarse) como "enfermo35, de modo que a 8 La sectorízación (proyecto psiquiátrico que se propone reemplazar el
. /¿partir de ello sus actividades, su decir y su obrar se reubican en el sistema tradicional de la internación por un conjunto de medidas psicosocíales)
discurso de la institución. El que cura toma su lugar en este discurso puede tener dos aspectos,
Si aborda la enfermedad mental .teniendo en cuenta el medio del enfermo,
(sus racionalizaciones científicas pueden cubrir una necesidad de de su familia, de quienes lo rodean, de sus empleadores, avanza en el sentido
justificarse en su función de persona que cura), que se centra de una aprehensión más verdadera de la naturaleza del problema, y puede en
en el "enfermo" y su "enfermedad", un "enfermo" que termina... ciertos casos desatar, fuera del'hospital, situaciones patógenas.
como el psiquiatra, por adaptarse al asilo y a la imagen de su Pero sí lleva la interrogación psiquiátrica tradicional a un medio en el que
las perturbaciones existentes se encuentran a menudo compensadas, amorti-
"enfermedad" tal corno el otro la forja." 7 guadas o simplemente toleradas por los demás, si en ese medio surgen pre-
La realidad del hospital no tiene nada que envidiarle a ningún ocupaciones de prevención y de descubrimiento, ellas no pueden tener sino
universo claustral. Hacer de esa realidad un instrumento terapéutico efectos patógenos. De todo ello no puede resultar otra cosa que la agravación
constituye un esfuerzo meritorio, pero es preciso no obstante no •del estado existente.
Por otra parte, los pensionistas de los hospitales psiquiátricos no se hallan
minimizar todo lo que tiene de engañoso. Los "cuidados" (la socio- la mayor parte de las veces en estado de entrar en un sistema de sectorización.
La tarea útil —que consistiría en modificar los prejuicios y las ignorancias del
7 Crear mediante el recurso de los clubes, etcétera, posibilidades técnicas de medio social, en hacerle reencontrar los medios de compensación y tolerancia
simbolización en el recinto mismo del asilo. Véase Enfance alienes II en que ha perdido— esta tarea la psiquiatría, tal como existe, no puede en modo
Rccherchcs, diciembre de 1968. alguno realizarla.
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de pantalla y, en el mejor de los casos, dejan a los pacientes y a los Todas estas prácticas y creencias que guardan relación con el
terapeutas fijados en la comodidad de una comprensión mutua, es- ' ospital psiquiátrico giran en torno de la búsqueda de un aval médico,
decir separados por un malentendido fundamental. en cuya situación el término "médico" recubre ni más ni menos que
una apelación al ejercicio de la fuerza. La quimioterapia que en este
contexto se emplea no carece de utilidad, pero su intención es
LA IMPUGNACIÓN DEL SABER disciplinaria.. . No es raro, por otra parte, oír que el "enfermo"
asimila la "cura" con medicamentos por medios coercitivos, y si la
Para los italianos (Franco Basaglia) el problema no reside en la * idea de tener que entrar en el asilo para beneficiarse en él con los
humanización de los hospitales, ni tampoco en el hecho de que cuidados que proporcionan es una idea que les permite a algunos
el hospital liberalizado termine por crear una microsociedad que no conservar ciertas ilusiones, otros perciben claramente el engaño.
logre comunicarse con el medio social (con lo que los "enfermos" Éstos asimilan la "cura" al "tratamiento" de un régimen penitenciario.
técnicamente curados se resignarán a la hospitalización y quedarán La ambigüedad de la práctica psiquiátrica es un hecho histórico que
exiliados en una carrera hospitalaria de la que no podrán ya salir). merece ser recordado. /El status moderno de la locura, como lo ha
Lo que cuestionan es el modo en que, en el contexto social de hoy, se señalado Foucault, no es el resultado de un progreso de los conoci-
concibe y se trata la "enfermedad mental", y denuncian los compro- mientos, sino el' resultado de una situación que el hombre común de
misos ideológicos que se hallan en la base de todo proyecto psiquiá- fines de la Edad Media creó para reconocer mejor al loco y separarse
trico, directamente responsables de los criterios seudocientíficos sobre de él. A partir de las medidas que se han adoptado para separar al
los que se funda la psiquiatría. El "yo no soy loco" constituye cierta- alienado de la población, se ha recuperado al loco como materia
mente una'respuesta que todavía se adopta frente a la locura. de estudio científico. De aquí proviene la marca de esa dualidad
"Si bien el psicoanálisis contribuye al esclarecimiento de la psiquiatría, cura-castigo en la que se lia visto encerrado desde su origen el
no la ha revolucionado, no obstante, tanto corno se habría podido hospital psiquiátrico. /
esperar. El discurso de los psiquiatras es, con gran frecuencia y como "No es por cierto con alegría en el corazón que se sueña con aislar
ya se ha visto, sólo un discurso de reinterpretación de los hechos que a un alienado —nos dice Casimir Pinel— } mas la necesidad es ley.
se sitúa en una perspectiva de autojustificación, más bien que en un La calamidad se halla en la locura y no en la medida. Curar si es
cuestionamiento de la psiquiatría y del psiquiatra. Las estructuras que posible, prevenir desviaciones peligrosas, eso es el deber impuesto por
se le proponen al alienado son estructuras de cura, no se le deja otra las leyes de la humanidad y de la preservación social." 10
posibilidad que la de fijarse en cierta presentación: la historia de sus / Puesta así la locura al abrigo de un .mundo que no la quiere más,
desgracias. Delirio que se "conserva" intacto aun si se lo "corta", /Ldebe, para adaptarse al marco que se le ha hecho, callarse o expresarse
delirio que se codifica detrás de> una red singular de intercambios en el interior de ritos convencionales. El supuesto enfermo es el garante
convencionales. El sistema de adaptaciones secundarias 9 que termina de la función del que cura, su razón de ser en el plano profesional. /
por crearse a lo largo de los años, se. pone en evidencia en el modo La idea de una no~segrcgaciÓ7i de los enfermos y los terapeutas 1X
en que el internado se adapta pasivamente a su posición de recluso, choca, aun en el seno de excelentes clínicas privadas, con la oposición
y hasta en el papel'prestigioso que desempeña como antiguo (papel de estos últimosfQue un enfermo pueda unirse al personal de la cocina ,( -
de "duro" por¡]lo general, un "duro" que se ha modelado a partir para efectuar allí (en lugar de una laborterapia ficticia) im trabajo '.
de la imagen del "ambiente"). El lenguaje de los internados, su real, es una idea que crea un malestar innegable y termina a menudo
vestimenta, la solidaridad de los terapeutas, la complicidad que reina por encontrar una forma más o menos velada de rechazo, rechazo que '
a través de las disputas, todo esto forma parte de un "sistema" que
evoca cualquier otro sistema de concentración en el cual los individuos 1(1 Casimir Pinel, "De l'isolement des alienes", en Journal de médecíne . j1-
se encuentran unidos por los vínculos de una servidumbre común, I rtienlales t. i, líifil. p. 181, citado por Robert Gastel en su prefacio al libro de
Goffman, Asiles ¡ éd. de Minuit, 1968. '"""••
31 La no-segregación de los enfermos y los que curan, no se ha realizado en
9 E. Goffman, Asiles, éd. de Mrnuit, 1968. [Hay edición en español;
Francia, por lo que yo sé, más que en un solo lugar; la clínica de La Borde en
Internados, Buenos Aires, Amorrortu, 1970.] Cotir Cheverny.
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se racionaliza recurriendo a principios educativos y morales.) El argu- que la medicina cree poder encontrar leyes. Para Freud, en una vuelta
mento clave es finalmente "médico": "Somos —me dirán— una a la historia, se está a la escucha de lo que tiene sentido en un discurso.
institución médica, lo normal en ella es no mezclar a los enfermos
y al personal de servicio".
La segregación aparece de hecho como el reflejo de prejuicios EL PUNTO DE VJSTA ANALÍTICO
sociales. Si en el asilo los ritos y costumbres (a los que se atienen los
enfermos) velan para que se mantenga la separación de los papeles En Historiales clínicos^ vemos cómo Freud, lejos de tratar el pasado
de enfermo y de persona que cura, en la clínica privada lo que per- como un regreso a un lugar perdido, lo hace aparecer como un recurso
petúa una- especie de barrera de casta o de clases es la adhesión a que permite una reaparición de lo simbólico mediante el juego de
tradiciones esclavistas. Proponer que un "enfermo" ocupe un lugar sustituciones imaginarias.
diferente a aquel que se supone debe ocupar, es decir, el lugar de Vemos cómo en el centro de esa irrupción imaginaria se alojan la
cliente de hotel de lujo, es romper una regla de juego. Ocupar una angustia y las conductas de defensa que el sujeto erige. Estas con-
función de sirviente sólo es posible en el asilo donde el "enfermo" está ductas, expresadas o no mediante palabras, son conducidas por Freud
asimilado al estado de indígena colonizado . . . he ahí por qué en ese a su valor de lenguaje, invitan a la lectura y al desciframiento del
lugar los efectos de este trabajo de sirviente son nulos . . . porque lenguaje del inconsciente. Se demuestra así que la teoría de la regresión
se inscriben en un sistema colonial alienante. Si la ocupación de un (tan a menudo presente como mito en las explicaciones médicas) sólo
puesto de sirviente puede tener en clínicas privadas efectos benéficos, tiene interés si puede manifestarse su eficiencia, es decir mostrar de
ello ocurre a causa del carácter subversivo que la demanda implica: es qué modo pone en funcionamiento alguna especie de articulación
decir, la denuncia de un orden alienante./Todo ocurre como si la fun- significativa a la que puede aferrarse el sujeto para no perderse en el
ción de un establecimiento de cura psiquiátrica fuese la de mantener vacío. En la práctica vernos con excesiva frecuencia cuáles son los
el desorden mental "en reposo" en el seno de un orden de cura. He fines a cuyo servicio están las ideas de regresión: permite asimilar
aquí por qué las recaídas al salir de la clínica son tan numerosas, el psicótico al niño, es decir formular un juicio segregativo que va a
debido a que el médico no ha sabido (o querido) cuestionar, para pesar fuertemente sobre la orientación que se le dé al paciente. El
sacarlo de allí, el lugar que el sujeto ocupa en su síntoma. / efecto de la nosografía sobre el psiquiatra lo lleva a éste a privilegiar
la "enfermedad" a expensas del "enfermo", de un "enfermo" al que
Al considerar la "enfermedad mental" como una entidad especí- no se tiene ya necesidad de oír desde el momento en que ha sido co-
fica 1 2 que debe descubrirse en los síntomas, se impone la necesidad rrectamente clasificado. El efecto que tiene la nosografía sobre el
de inventar mito^s para explicar la "patología mental". Freud nos ha paciente no es tampoco desdeñable:
mostrado que la historia se hace en sentido inverso a la evolución, pero •—La vida —me dice Jean-Marie— es la enfermedad por una parte,
no obstante se ;ha continuado recurriendo a veces a la botánica y la salud por otra. No merezco eso. Habría sido feliz si hubiera sido
(clasificación nosográfica según postulados naturalistas), a veces a la menos conocido en la psiquiatría.
evolución (en esta perspectiva, se supone que el hombre sigue el Aunque agrega, con amargura:
curso de un desarrollo, constituyendo sus regresiones la enfermedad —Si salgo, estoy perdido. La psiquiatría rne es necesaria.
como tal). ia Para los primeros, la evolución es un proceso mudo en el
/ Algunos hacen un uso de la psiquiatría que no deja de recordar
la relación que mantienen los toxicórnanos con la droga. Aun después
Michel Foucault, Moladle mentóle el psychologie, PUF, 1954.
12
de "curado", el enfermo trata de conservar alguna "enfermedad", para
Michel Foucault, íbid. "En el horizonte de todos estos análisis hay sin
13
duda temas explicativos que se sitúan por sí mismos en las fronteras del mito: no correr el riesgo de que "la psiquiatría" lo abandone. Lo que apresa
el mito, ante todo, de una cierta sustancia psicológica (libido en Freud, "fuerza a estos sujetos es nuestra institución de la locura; tienen su modo de
psíquica" en Janet) que sería como el material bruto de la evolución y que, al
progresar en el curso del desarrollo individual y social, sufriría como una
recaída y retornaría, por el hecho de la. enfermedad, a su estado anterior, y el por el cual se asegura la conciencia escandalizada frente a la enfermedad mental
mito también de una identidad entre el enfermo, el primitivo y el niño, mito y se afirma la conciencia encerrada en sus prejuicios culturales".
LOCURA E INSTITUCIÓN PSIQ.WATRICA LOCURA Y PSIQUIATRÍA
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psiquiatrizar su problema y su "enfermedad psiquiátrica" permanece LA RELACIÓN CON LA LOCURA


a partir de allí alienada en el marco de la internación misma. !
Al estudiar la locura dentro del marco que le hemos dado, ponemos
Si en la neurosis el sujeto escotomiza una parte de su realidad psíquica,
en crisis a la psiquiatría, a las ciencias a las que ella se remite y a la
en la psicosis el sujeto introduce una ruptura con la realidad exterior 1EV;
sociedad a la cual ella da un representante: el psiquiatra (como lo
desde el vacío en que se encuentra, atrapado apela a lo fantástico
muestra Basaglja). En su estudio sobre la relación institucional,
para que éste venga a llenar el hueco que ha quedado abierto. Eso
Basaglia ha mosfrado cómo el "enfermo" hospitalizado en un hospital
fantástico es lo que nos fascina, despierta lo que está en juego en
.psiquiátrico se convierte automáticamente en un ciudadano carente
nuestras propias fantasías. Nuestras intervenciones apresuradas, nues-
de derechos, spmetido a las arbitrariedades de los médicos y los
tras interpretaciones prematuras., surgen de nuestra angustia frente
enfermeros que pueden hacer de él lo que quieran, sin posibilidad
al malestar qtie en nosotros suscita el vacío en el que el otro se mueve.
de apelación. En la dimensión institucional, la reciprocidad, dice, no
existe y su ausencia no se oculta en modo alguno. Allí es donde La relación del loco con el otro está marcada por una búsqueda de
se ve sin velos ni hipocresía a aquellos a quienes la ciencia psiquiátrica identificación erótica con la imagen del otro/6 imagen que se capta
ha querido "tratar", allí se pone en evidencia que lo que está en juego y se suspende en el reflejo de un juego infinito de espejos. Ello es lo
no es tanto la "enfermedad", sino la falta de valor contractual de un que provoca las tensiones agresivas bajo la forma pasional de amor,
"enfermo" que no tiene otra alternativa para oponerse (como ya lo de odio y de exclusión, con sus efectos al nivel del que cura, que se ha
hemos señalado) que la de entregarse a un comportamiento anormal. tornado vulnerable por el carácter de inestabilidad que rige la relación
Estas cuestiones han sido estudiadas en Francia por Oury y Tosquelles, puramente imaginaria con el otro en la que se encuentra inmerso. Una
ambos deseosos de introducir una reforma en la base misma de las sala de terapia regida exclusivamente por las relaciones imaginarias
estructuras tradicionales. que mantienen entre sí los miembros de esa unidad (sin recurso posible
a un tercer elemento) corre el riesgo de reflejar en la realidad institu-
cional esa forma particular de vivencia psicótica, vivencia que está
escandida por las colisiones, las rupturas, el estallido de las situaciones,
LA ANTIPSICOIIATRÍA ' ' ' " j ^
. j .-. ,• í abierta la disolución de las identidades y la superposición de las
imágenes. Es el orden simbólico el que, como lo hemos señalado ya
La impasse que acabamos de señalar ha suscitado en el extranjero varias veces, permite una nueva irrupción de lo imaginario; pero-
el desarrollo del movimiento de antipsiquiatría, que cuestiona el saber en el psicótico (lo hemos visto ya también) la deficiencia de lo simbó-
psiquiátrico y la relación con el loco. Gomo se ha visto, los antipsi- lico crea un vacío, un hueco. El proceso que entonces se desencadena
quiatras se esfuerzan por poner en suspenso el proyecto psiquiátrico
mismo, con el fin de repensar la organización de las instituciones a
partir de un triple esclarecimiento: económico, político y psicoanalí- 15 Sigmund Freud.
16 Jacques Lacan, Seminario del 18 de enero de 1956: "Así ocurre que
tico. Lo que se cuestiona en los diferentes trabajos "psiquátricos" de
en toda relación con el otro, existirá para el sujeto la ambigüedad de que se
vanguardia aparecidos durante estos últimos diez años 14 es el modo trata de alguna manera de elegir, es él o yo [moi], de que en toda relación con el
en que toda investigación se ve esterilizada por una conceptualización otro, incluso la relación erótica, habrá algún eco que se producirá de esa
formal y por supuestos metodológicos quedesempeñan el papel de relación de exclusión que se establece a partir del momento en que el ser hu-
una pantalla en el plano de la clínica í en nuestra relación con mano es un sujeto que, en el plano imaginario, está constituido de un modo
tal que el otro está siempre listo para volver a asumir ese lugar de domiwio en
el psicótico tenemos un modo de sustraernos a la trasferencia que mere- relación con él, mientras que en él hay un yo [moi] que es siempre en parte algo
cería alguna profundización, y cuyos efectos se traducen por el rechazo que en cierta manera le es extraño, que es una especie de dominador) implan-
de cierta verdad y por la objetivación de cierto saber. Estos efectos tado en él por encima del conjunto de sus tendencía's, de sus comportamientos,
vienen a obstruir en nosotros lo que el psicótico querría mantener de sus funciones... la síntesis del yo [rnoíj no se hace nunca, se trata de algo que
sería mejor llamar función de dominio. Y ese dominador, ¿dónde está? ¿En
abierto a nuestra escucha. \4 Véase el estuHio de conjunto de Fierre Fedida, en elCritique,
interior?octubre
¿En eldeexterior?
1968. Está siempre al mismo tiempo en el interior y en el
exterior, y por ello es que todo equilibrio puramente imaginario con el otro
se ve siempre golpeado por una especie de inestabilidad fundamental".
64 LOCURA E INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA LOCURA Y PSIQUIATRÍA 65

es del orden de-" un "cataclismo imaginario" ir que lleva al sujeto a de codificación administrativa. Se elaboran apresuradamente medidas
elaborar un delirio "que ama como a sí mismo".18j Lo que se da a oír de "asistencia" a los alienados, medidas que, por más originales (y
en el discurso psicótico es una referencia brutal a la muerte, al sexo, necesarias) que sean, permanecen lejos de toda reforma de estructura
a la libertad, referencias que en nosotros existen, pero de un modo de la psiquiatría. Y toda reforma verdadera debería pasar por un
encubierto, presentadas bajo la forma de enigmas por descifrar./ cuestionamiento fundamental de nuestra relación con el alienadoj1
/ Si consideramos al lenguaje como solidario de la verdad,19 no po- En la actualidad, psiquiatras y psicoanalistas se hacen cómplices de la
demos dejar de plantearnos la cuestión de lo que buscamos eliminar mentira de ciertas "curas'1 en las que se encuentran apresados un
en nosotros cuando rechazamos el lenguaje del psicótico. Lo que número cada vez más grande de seres. Se fabrican con premura
rechazarnos es una verdad que nos importuna. Nuestro rechazo remite terapeutas y psicólogos sin detenerse jamás en la. verdad de que la
al psicótico a un mundo privado, seccionado del nuestro. En nuestra psicología no debe su nacimiento a otra cosa que a la segregación.21
cultura los seres tienen dificultades cada vez mayores para hacer Guando estalla la mentira de las "curas", la locura adopta un aspecto
entrar lo verdadero en su decir y cuando se ponen a decir la verdad diferente,22 no se ofrece ya como puro objeto de ciencia sino como
de nuestra sociedad y de nosotros mismos, todo ocurre como si en las testimonio abierto de su propia contradicción. Si el psicótico no puede
estructuras que nosotros les ofrecemos no hubiese para ellos otra cosa _ restaurar siempre el sentido de aquello que testimonia, su discurso
que la locura. produce en nosotros "efectos de verdad", efectos que buscamos
"El mundo contemporáneo —nos dice Foucault—• hace posible la precisamente sofocar mediante la introducción de medidas (sociales,
esquizofrenia, no porque sus acontecimientos lo hagan inhumano administrativas) o mediante la elaboración de un saber en el que
y abstracto sino porque nuestra cultura ha hecho del mundo una intentamos centrar lo que es preciso mantener excluido de la estruc-
lectura tal que el hombre mismo no puede reconocerse en él." 20/ tura. "Únicamente el trastrocamiento total de la enseñanza médica (y
de las ciencias anexas) puede llevar al hombre a modificar su relación
j Aunque estemos lejos de sostener la idea de que el malestar social con la locura.(Mas cómo mantener la apertura necesaria para que
es Ja única causa de la "enfermedad mental", no podemos desconocer este trastrocamiento se produzca cuando conocemos no solamente el
el modo en que este malestar obra como un elemento sobredetermi- peso que ejerce la herencia secular de prejuicios científicos que parece
nante, al mismo tiempo en el proceso que conduce al hombre al asilo casi imposible desarraigar, sino también el deseo del hombre de tornar
y en el proceso que a la salida, del asilo lo mantiene en el estado el saber trasparente al discurso 23 a cualquier precio, para lo cual
de "disminuido" o de inválido.ÍE1 psicoanálisis no puede concillarse sutura los diversos niveles donde debería conservar una brecha para
ya con una psiquiatría que cada vez se organiza más con un sentido que surja el saber dejando al objeto de ese saber disponible a los
efectos de verdad que en él .produce el discurso del otro, en nuestro
17 Lacan, Seminario del 4 de junio de 1956: £'Lo que hay de tangible en el
fenómeno mismo de todo lo que se desarrolla en la psicosis, es que se trata caso el discurso del psicótico. ÍJ .
de que el sujeto aborda un significante como tal, se trata de la puesta en juego ^/
de un proceso que desde entonces se estructura en relación con él, lo que
constituye ordinariamente las relaciones del sujeto humano en relación con el
significante, la puesta en juego de un proceso que comprende ese algo, primera
etapa que hemos' llamado cataclismo imaginarlo, es decir, que no es posible
arrendar nada nías de esa relación mortal que es, en sí misma, la relación con
el otro, al otro pequeño imaginario que está en el sujeto mismo; después el
despliegue de uiia fuerza separada de la relación significada de la puesta en
juego de todo e.] aparato significante como tal, es decir de estos fenómenos
de disociación, de despedazamiento, de la puesta en juego del significante en
tanto que palabra, que palabra jaculatoria, que palabra insignificante, o palabra
demasiado significante, cargada de insignificancia, desconocida, esa descom-
posición del discurso interior que marca toda la estructura de la psicosis". 21 Michel Foucault.
18 Sígmund Freud. 22 R. D. Laingj "Metanoia, some experiences at Kingsley Hall", en
19 Lacan, Seminario del 22 de febrero de 1957. Hecherches, diciembre de 1968.
20 Míchel FoucauJtj Moladle mentáis el psychologie, PUF, 1954. 23 Y ves Bertherat, "Freud avec Lacan", en Esprit, diciembre de 1967.
SEGUNDA PARTE

INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS

Los que curan tienen miras muy cortas, no


piensan más que en curar. ¿Y si eso no
le conviene a la persona?
GEORGES PAYOT (un internado)
4. INSTITUCIÓN PSICOANALITICA
E INSTITUCIÓN ASILAR

José Bleger 1 propone llamar situación psicoanalítica a la totalidad


de los fenómenos que sobrevienen en el curso de la relación analítica
entre el psicoanalista y su paciente. Distingue en ella los fenómenos
que constituyen el proceso) de los que constituyen el encuadre? es
decir que este autor estudia el decir y el obrar del paciente en relación
con variables y con constantes. Sitúa al proceso (variable) corno lo que
tiene lugar en un encuadre (constante). A este encuadre, Bleger lo
estudia corno institución. Muestra, mediante ejemplos clínicos, cómo
la institución familiar más primitiva del paciente (por consiguiente, la
indiferenciación primitiva de las etapas más precoces de la persona-
lidad) reaparece en el encuadre analítico. Este autor esclarece así la
compulsión a la repetición que revela esa indiferenciación; el encuadre
como institución es así el depositario de la parte psicótica de la perso-
nalidad del sujeto, es decir, para Bleger, el campo en el que se proyecta
la parte indiferenciada de los lazos simbióticos más primitivos.
E. Jaques/ en el curso de un trabajo similar, ha mostrado el modo
como el sujeto utiliza el encuadre como defensa contra la ansiedad.
Ésta sobreviene siempre donde hay movimiento respecto de algo
constante. A partir de la relativa inmovilidad o permanencia del
encuadre se destaca un movimiento que, sobre un fondo de sobre-
determinación simbólica, se encuentra estrechamente ligado con el yo
corporal del paciente. En lenguaje lacaniano, diríamos qxie el espacio

1 José Bleger, "Psychoanalysis o5 the Psycho-analytical frame", en Jnter-


lernational Journal of Psychoanalysis, vol. 48, n" 4, 1967. [Hay edición en
español: Simbiosis y ambigüedad, Buenos Aires, Paidós, 1967.]
2 El encuadre está constituido por las reglas que se establecen en el con-
trato analítico (horas de sesión, pagos, etc.). Constituye la permanencia que
ha de quedar al abrigo de lo inesperado.
3 E. Jaques, "Social systems as a defence against persecutor/ and depres-
sive anxiety", en New directions in psychoanalysis, Tavístock, 1955. [Hay
edición en español: Nuevas direcciones en psicoanálisis, Buenos Aires, Pai-
dós, 1972.]
INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS
70 INSTITUCIÓN rsicoANALmcA E INSTITUCIÓN ASILAR 71
imaginario (que corresponde al yo [moi] del sujeto) es así el lugar en
el que se desarrollan los síntomas., reactualizando la ímago que sigue tiempo sordo al sentido de las palabras, se halla no obstante desde
permaneciendo en el inconsciente del sujeto.4 la etapa más precoz abierto a la oposición de las sonoridades y a todo
un juego de oposición fonema tica al que nosotros nos hemos vuelto
sordos, verdad que percibió Freud (antes que los lingüistas) y cuya
EL ENCUADRE Y EL PROCESO EN LA SITUACIÓN ANALÍTICA importancia subrayó desde muy temprano. En sus cartas a Fliess
-—
(61-63), habla particularmente de la combinación inconsciente de
En la situación psicoanalítica (como en una institución) se da, pues, cosas vividas y oídas cuyo sentido, nos dice, recién puede ser compren-
.algo que es propio de la estructura: se produce siempre una interacción dido mucho más tarde. Freud hace con ello alusión al fragmento
entre el individuo y la institución, interacción que lleva al individuo sonoro incomprendido que alimenta la fantasía. Volveré más adelante
modelacto por la institución a encontrarse luego convertido en el sobre la importancia de esta observación.
agente principal del mantenimiento conservador de la institución.8 Lo que les falta a los trabajos clásicos sobre la fantasía, trabajos
Y esto es así, como lo destacan los analistas argentinos, porque lo que sobre los que se basa Bleger, es la referencia a la noción de un yo [ego]
se encuentra fundamentalmente en -juego en la institución, es algo especular. Si bien la categoría de lo imaginario se halla implícitamente
que está situado en el límite de la imagen del cuerpo. Toda ruptura. 6 presente en los diferentes análisis de Bleger, es preciso reconocer que
del encuadre (sea éste el de la institución psicoanalítica o el de la no está verdaderamente articulada, y a ello se debe la apelación
institución social que el sujeto integra) trae consigo una desgarradura de ciertos autores a nociones vagas de atmósfera para situar uno dé
que se abre sobre una realidad que puede ser sentida como catastrófica los elementos constitutivos del papel del psicoanalista.
por el sujeto, Y lo que en ese momento aparece^ es el modo en que el
El análisis de lo que se halla en juego en la relación del proceso
paciente (psicótíico) superpone su propio encuadre (y su mundo de
con el encuadre se aclara si se introduce en él la dimensión imaginaria,
fantasías) ante ¡la institución psicoanalítica o social. Si el encuadre
dimensión que se halla siempre presente sobre un fondo de sobre-
de la institución."se rompe, el paciente se encuentra solo con su mundo
de fantasías, se le quita el depositario del que tiene necesidad para determinación simbólica. La coexistencia de lo simbólico, lo imaginario
poder proyectar en él sus angustias. Precisamente cuando ese encuadre y lo real rige la relación del sujeto con su semejante; su desorganización
institucional llega a faltarle, siente que tenía, para él, cierta impor- produce los efectos más curiosos, como lo veremos en las curas de
los psicóticos.7
tancia.
I Bleger sugiere que la situación psicoanalítica con un paciente psi-
cótico se halla señalada por el encuentro de dos encuadres: uno de
ellos —el propuesto por el analista— es aceptado conscientemente por
LA FANTASÍA
el paciente; el otro —el del paciente— constituye el telón de fondo
Bleger funda su análisis sobre una teoría de la fantasía concebida silencioso de su mundo fantasmático. Es este último el que se presenta,
como no verbal, y de aquí proviene el acento que pone sobre una en estado puro, como la más perfecta compulsión a la repetición
suerte de simbiosis madre-hijo o psicoanalista-paciente, que le hace
valorizar los comportamientos, allí donde lo que para nosotros se halla 7 Lo simbólico representa para Lacan "ese campo en cuyo interior se in-

en cuestión es un decir o su puesta en acto en un obrar. La lingüística serta toda comprensión y que ejerce esa influencia tan manifiestamente per-
turbadora sobre todo lo que sea relación humana". (Influencia perturbadora
nos confirma, en efecto, que si bien el bebé se encuentra durante un en la medida en que la ausencia del plano simbólico provoca la puesta en
juego de fenómenos de disociación.)
4 Lacan, "L'agressívité en psychanalyse", en Écrits, p. 108. A lo imaginario Lacan nos lo muestra tal corno se encuentra reanimado
5 Oíto Fenichel, The psychoanalytical theory oj neurosis, Nueva York, por este orden simbólico (la presencia de lo simbólico restablece el orden).
Norton, 194-5. [Hay edición en español: Teoría psicoanalítica de las neu- Según nos dice, por la puerta de entrada t3e lo simbólico llegarnos a pe-
rosis, Buenos Aires, Paidós, 1957.] netrar esa relación del hombre con su cuerpo, que caracteriza el campo
6 Ruptura que puede sobrevenir en ocasión de las vacaciones o de una
reducido e irreductible de lo que en el hombre se llama lo imaginario. Y esa
enfermedad del analista. función imaginaria se capta en la experiencia analítica siempre en el límite
de alguna participación simbólica (Seminario del 16 de noviembre de 1955).
72 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS INSTITUCIÓN PSICOANALÍTICA E INSTITUCIÓN ASILAR 73

(como lo hemos indicado más arriba). Para Rodrigué,8 las reacciones alguna medida inerte. Al no-yo se le describe como representante de
psicótícas durante la sesión analítica (o en la institución) son no una Gestalt única, situada en una zona de sombra. A partir de esa zona
solamente imprevisibles, sino difíciles de comprender, hasta tal punto de sombra se construiría el yo, y existiría una escisión continua entre
están ligadas en su forma a un fenómeno silencioso por excelencia. la parte psicótica y la pai'te neurótica de la personalidad del sujeto.
La explosión de violencia de un paciente psicótico se produce por lo Bleger cita el caso de un paciente que adhiere al encuadre de la
general, nos dice, cuando se modifica algo relacionado con el encuadre situación analítica hasta el momento en que experimenta la necesidad
del analista o de la institución. Todo encuadre, subrayan W. y M. de recuperar su sueño de omnipotencia, "su" encuadre. Explica cómo
Baranger,9 es, y no acepta .ninguna ambigüedad..Lo que Melanie Klein el contrato había sido respetado durante un primer período, hasta'
'ha descrito como trasferencia psicótica (estados'de displacer de la fase el día en que el paciente, hasta entonces tan puntual, comenzó a faltar
esquizoparanoide, fantasías de reparación de la posición depresiva) se a las sesiones y a deberle dinero a-su analista. Esa deuda, y la imposi-
proyecta- así en< el encuadre porque la ambigüedad de la situación bilidad de saldarla, lo humilló/La ruptura del contrato (encuadre)
analítica, nos lo recuerdan los distintos autores, sólo desempeña un hizo aparecer un vacío, el del mundo de la omnipotencia infantil,
papel al nivel del proceso. mundo que se suponía que el analista le devolvería, del mismo modo
Esta tesis vuelve a encontrarse en los trabajos de Reider10 (sobre como había supuesto que le devolvería el mundo de objetos perdidos
las instituciones, y en particular las instituciones psicoanalíticas) que de su primera infancia. Sólo a propósito de la ruptura del contrato
muestran cómo, en la situación psiconalítica, es el encuadre el que (encuadre) pudo comprenderse hasta qué punto el encuadre (y el
se encuentra cargado, y cómo la trasferencia relativa al encuadre respeto del contrato) habían sido los depositarios de un mundo mágico
remite a sentimientos de omnipotencia infantil, a la aspiración fanta- de dependencia, infantil; lo que estaba en juego en la trasferencia
seada de volver a encontrar esa omnipotencia perdida compartiendo psicótica sólo pudo comprenderse después, gracias a una ruptura del
los privilegios de una gran institución, con lo que se llega de ese modo contrato^A partir de entonces apareció el "encuadre" del paciente,
al desarrollo de una especie de hipertrofia del yo [77101]. Este desarrollo encuadre que se había mantenido oculto en las sombras y que surgió
del yo, como lo subrayan los diferentes autores citados; sólo es posible luego ante la angustia de volverse loco si el análisis lo ponía en
en una institución a condición de que el no-yo ia permanezca en situación de hablar de lo que hasta entonces no había podido jamás-
•entrar en su decir (su discurso interior)/Así, nos dice Bleger, todo
8 E. Rodrigué y G. T. Rodrigué, El contexto del proceso analítico, Buenos
cambio en la inercia del encuadre moviliza las defensas o ^hace surgir
Aires, Paidós, 1966. los elementos psicóticos de la personalidad del paciente, lEn el caso
9 W. Baranger y M, Baranger, "La situación analítica como campo diná- citado, la deuda hizo aparecer el deseo agresivo de suprirrúr al analista
mico", en Revista Uruguaya de Psicoanálisis, n 9 4, 1961-1962; "El insight en tanto que otro, condición necesaria para reencontrar cierta forma
en la situación analítica", en Revista Uruguaya de Psicoanálisis, n" 6. Tam-
bién en Problemas del campo psicoanalllico, Buenos Aires, Ed. Kargie-
man, 1969. noción ha sido desarrollada por Lacan en una teoría de la relación de objeto
10 N. Reider, "A type of transference at institutions", en Bulletín Menníng desarrollada como una lógica del significante.
Clinic 17, 1953. Si para Lacan el recién nacido está en un primer momento en una rela-
J1 Bleger, siguiendo, a los analistas anglosajones, desarrolla la noción de ción con el mundo que no puede distinguir de sí mismo, sale de esa relación
un no-yo [ego] "enfermo" (el mundo de las fantasías) que opone al yo [moí] al descubrir la falta. Allí es donde nace Ja identificación ligada a la dife-
"sano". Define el encuadre como un espacio corporal no diferenciado. En los rencia que es también ausencia. La relación entre fantasía, significante y
límites de ese encuadre, surge lo que define como meta-comportamiento, que ausencia, conduce a Lacan a hablar de una palabra vacía (discurso de lo
equivale al no-yo [ego]. En otros momentos, introduce también la noción oscura imaginario) opuesta a la palabra llena (articulada con lo simbólico).
del meta-yo [ego]. No hemos tratado de discutir (para refutarlas) las nociones de no-yo [ego],
Esta formali-zación hace referencia, por una parte, a una teoría en la cual meta-yo [¿fíoj, meta-comportamiento y meta-lenguaje, introducidas por Bleger.
se considera el lenguaje como dómenlo del comportamiento; por otra, a Hemos retenido lo que dentro de su teoría es susceptible de ser retomado en
una teoría kleíniana de la fantasía. una articulación del significante, todo lo que puede volver a interpretarse
Estos autores confunden el problema de la erotización del objeto con el en términos de imaginarlo, simbólico y real; de allí la atención que le pres-
de la primera aparición del objeto como objeto imaginario. tamos al estudio de Bleger sobre el encuadre y el proceso (estudio expuesto
Lo que ellos olvidan es todo lo que guarda relación con la noción de con referencia a lo que en Lacan se define en términos de simbólico &
falta de objelo, central en la organización de la experiencia analítica. Esta imaginario).
INSTITUCIÓN I'SICOAKALI'I'IC'A 7; INXTrj'i'ClúN ASILAR 75
74 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS

de omnipotencia infantil, omnipotencia fundada en una suerte de procedemos al descubrimiento salvaje de la fantasía, corremos el riesgo
de precipitar un episodio delirante. Precisamente porque la fantasía
rivalidad especular, rivalidad que no deja lugar más que a uno u otro
se alimenta de fragmentos sonoros no comprendidos, no debemos ir
miembro de las partes de la relación psicoanalítica.r Lo que está
más rápido de lo que el paciente está en condiciones de aceptar, Tocla-:
en juego en las explosiones agresivas que sobrevienen durante las
interpretación precipitada habrá de percibirse como una violación, _
sesiones de análisis o en ciertos momentos de la vida en una institución
como una intrusión, y se inscribirá por ende en un marco de relaciones
ño es estudiado"en profundidad en ningún momento por los distintos
autores. Aunque^registran con precisión y pertinencia el momento de su persecutorias o paranoicas.
aparición, se justificaría que para explicarlas efectuaran un examen
'más profundo. Sí bien es cierto que la explosión agresiva está ligada LA DIMENSIÓN IMAGINARIA
a la menor ruptura del encuadre (contrato propuesto por el analista;
y esto es 'particularmente perceptible en el asilo, cuando se introduce Mas es difícil dar cuenta de todo esto sí se omite, en la experiencia
en él el psicoanálisis) esa explosión remite también a un modo suma- analítica, la dimensión de lo imaginario. Gomo lo hemos dicho
anteriormente, este campo de lo imaginario, del mismo modo que
mente particular que tiene el psicótico de establecer su relación con
la referencia al yo especular, está ausente en las formulaciones clásicas,
el otro.12/El analista debe ser el apoyo posible de una agresión y evitar
aparte de algunas referencias generales a las fragmentaciones ansió-
convertirse en objeto de una intención agresiva. Dicho de otro modo,
genas de los estadios precoces y al modo en que el sujeto se esfuerza
debe privilegiar la articulación, simbólica y no dejarse enclaustrar con
por momentos por recobrar su integridad (y la del otro). Si bien po-
el paciente en el campo de lo imaginario. Si bien los autores mencio-
demos suscribir las observaciones de Bleger y las de los analistas
nados insisten con toda razón en la necesidad de que el análisis se
argentinos sobre la importancia que debe asignarse al análisis del
base en el encuadre (a fin de sacar a luz lo que hay de más arcaico,
de más indiferenciado en lo que hace a la imagen del cuerpo del encuadre del paciente (análisis que debe conducirse dentro del .en-
paciente), también es cierto que convertir el análisis en una empresa cuadre del análisis o de la institución, encuadre que no debería ser
ni ambiguo, ni alterado, ni remplazado) así como a la atención que
llamada de des-simbiotización en la relación analista-paciente es
falsear y pervertir su perspectiva misma. debe concederse a lo que surge en toda brecha del encuadre porque
esto concierne a todo lo relacionado con la dependencia más primitiva
Si bien es cierto que el paciente no sólo siente como persecutoria
del paciente con respecto a otro, no podemos sin embargo hacer de la
toda interpretación de sus gestos y actitudes corporales, sino que al
situación analítica (o institucional) la vivencia singular de una fusión
efectuarla incluso corre el riesgo de inducir a una forma de actíng
primitiva con el cuerpo materno. Los analistas argentinos ponen el
out13 psicótico, es sin embargo discutible decir que ello ocurre así
acento en el restablecimiento de esa simbiosis originaria con el fin
porque la interpretación habría apuntado ccno ya al yo [ego] sino a su
de cambiar algo en ella a través de un trabajo posterior de des-
meta-yo [ego]fí. Esta explicación descriptiva no valora lo que se halla en
juego en la situación, en el plano dinámico. Pero aquí volvemos a la simbiotización.
En esta perspectiva, los "cuidados" que se prestan en la institución
insuficiencia de las formulaciones teóricas clásicas sobre las fantasías,
se basan en el mito de una regresión necesaria para el "bien" de un
fantasías descritas como no verbales. Mas justamente porque la fan-
paciente al que se lo trata como a un infans, mito que nos-conduce
tasía es una combinación inconsciente de cosas vividas y oídas, ocurre
a adoptar medidas pedagógicas y nos aleja del análisis.
que toda interpretación debe necesariamente referirse a Jo que
Es difícil dar cuenta de lo que ocurre en la institución psicoanalítica
el paciente aporta por sí mismo en su decir; en caso contrario, si
(o social) si, en lo concerniente a la fantasía, no podemos apelar como
lo hemos subrayado anteriormente al campo imaginario ¿ campo que
12 Toda identificación erótica, nos recuerda Lacan, se efectúa por la vía se origina en las primeras experiencias de la alucinación primitiva.111
de la relación narcisista. Se trata de una captación del otro por la imagen en
una relación de captura erótica. Este fenómeno se encuentra en la base de' a * Las primeras experiencias del bebé se sostienen en la necesidad insa-
toda tensión agresiva. La síntesis del yo, nos dice Lacan además, no se hace tisfecha. De allí se origina el campo de lo imaginario que va a servir de
jamás. Todo equilibrio puramente imaginario con el otro adolece, de una apoyo al sujeto. Este imaginario está estrechamente ligado al principio del
inestabilidad fundamental (Seminario del 18 de enero de 1956). placer. El deseo se presenta en esta etapa como fragmentado.
33 Áctíng out —'- actuar en una fantasía.
76 INSTITUCIÓN ¡'Siai'lATRICA Y PSICOANÁLISIS INSTITUCIÓN PSICOANAL1TICA E INSTITUCIÓN ASILAR 77

En esta etapa, la indiferenciación primitiva abarca al sujeto y al equilibrio de rechazo y de amor, equilibrio que está en el origen de la
objeto. Toda investigación del objeto perdido se convierte, al mismo alienación fundamental del yo imaginario. Volvemos a encontrar
tiempo, en unaftentativa por recuperarse en tanto que sujeto. Pero en esta forma de oscilación en ciertas psicosis.
esta etapa, sujeto y objeto están condenados a perderse para siempre Cuando el sujeto, en la etapa de la imagen especular, va a ser lle-
por la imago 15!gue queda marcada por el signo de su paso. En torno vado a identificarse con su otro imaginario, sólo podrá hacerlo al
a esta pérdida primitiva van a ordenarse los primeros fenómenos precio de una reorganización estructural, reorganización que señala
psíquicos y a trazarse el destino del hombre que, más allá de lo que al mismo tiempo el fin de una fase depresiva.
para él sigue perdido para siempre, va a comenzar una búsqueda sin En la etapa de la imagen especular, el sujeto, en su búsqueda del
'fin en persecución de signos que anuncien, enmascarándolo, lo que un objeto, no encuentra ya la imagen del objeto sino "sombras de objetos"
día le fue robado. que ocultan su propia imagen. Estas sombras aparecen allí como una
El "había una vez" es el paraíso perdido de las alucinaciones pantalla en la búsqueda del sujeto por el camino del deseo. La
nostálgicas, y es también la falta en torno a la cual va a ordenarse estructura imaginaria 1B es la única que permite dar cuenta de las
el deseo. tensiones agresivas que rigen las relaciones del yo [mol] con el otro (ten-
Lo imaginario primitivo, pre-especülar,16 funciona como una huella: siones de las que he hablado a propósito de los incidentes que sobrevie-
a través de estas huellas el sujeto llega a reconocerse. Entre las etapas nen al producirse la ruptura del encuadre en la situación analítica).
del autoerotismo y del narcisismo se sitúa lo que Lacan ha descrito Lacan, al mostrar cómo la imago del semejante está ligada a la estruc-
bajo el nombre de fase del espejo.17 En ella la descendencia del tura del cuerpo propio, muestra al mismo tiempo cómo la instauración
hombre experimenta una tensión, dividida como está entre la prema- del otro se hace en tanto que depositario de representaciones de
duración orgánica y la imagen del cuerpo en su forma acabada. objetos parciales. El camino del deseo pasará, durante esta etapa,
por el otro yo, y si el sujeto no permanece ya perdido en una pura
relación de fascinación con otro (un otro que le hurtaría su imagen)
LA ETAPA ESPECULAR ello se debe a que de entrada funciona un tercer elemento, las marcas
significantes de las oposiciones fonemáticas que, desde un comieir/o,
La captura especular de su imagen, imagen con la cual se identifica, están presentes entre el niño y la madre, y que son las únicas que le
va al mismo tiempo a arrebatarlo a su ser y a mantenerlo en un permiten al niño la "buena" identificación especular. El júbilo que
señala (en el enfrenta miento con su imagen en el espejo) la victoria
Guando se produce la alucinación, está sólo en juego el proceso primario. del niño sobre el riesgo de su desaparición (de ser tragado) como
Para que la necesidad se satisfaga, es preciso que haya intervención de un sujeto, ese júbilo, no está causado por lo que ve en el espejo (su
proceso secundario sometido al principio de la realidad. Freud ha puesto
el acento en el hecho de que la realidad se construye en el hombre siempre
imagen) sino por el hecho de que lo ve su madre (a la que percibe
sobre el fondo de la alucinación. como no peligrosa) y esto es lo que permite el nacimiento del yo [t'go]
15 Lacan, "L'agressivité en psychanalyse", en Écrits, p. 104. especular. En un primer tiempo (y es éste el del drama pasional), hay
16 Lo imaginario precoz, pre-especular, está ligado al principio del placer imposibilidad de dominio imaginario. En un segundo tiempo, ese
y Freud ha mostrado (en la interpretación de los sueños) que la inscripción dominio se instala como efecto del significante (señales significantes
de los' deseos precoces se hace en la recarga de las primeras huellas per-
ceptivas. que provienen del otro, de un otro que proporciona la materia sonora).
La alucinación^es un regreso a estas primeras percepciones. Sólo después Las representaciones, en esta etapa en la que funciona el proceso
que se ha instalado el yo [ego] especular se torna posible la carga erótica y se primario, son imágenes fundamentales, y es con estas imagos que el
debilitan las cargas libídinales de la etapa precedente (el movimiento de iden- sujeto se ubica en la circulación significante.
tificación del esta'dio del espejo debe ligarse al narcisismo secundario).
17 La reacción>-del niño frente al espejo no se encuentra cíe modo idén-
El material arcaico (del que hablan Bleger y los analistas argen-
tico en el mundo animal. Sólo en los seres humanos se advierte este instante tinos) que irrumpe en un momento dado de una cura y que, como
de intenso júbilo. Según Lacan, Ja ocurrencia de la imagen especular signi-
fica para el niño la recuperación de una imagen del cuerpo en su totalidad.
En ese momento existe en el sujeto una tendencia a encerrarse en sí mismo 18 Lacan, "Complexas familiaiix dans la formation de Tindividu", en VEn-
que facilita la intrusión de los otros. cyc}o/)é(líe franqaise sur la vie mentáis, t. vm.
INSTITUCIÓN PSIGOANALITICA E INSTITUCIÓN ASILAR 79
78 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS
hacen que emita su palabra, no ya en nombre de su yo [ego] especular
lo hemos visto, lo hace cuando se produce una ruptura en un encuadre sino en nombre de los otros. Todo análisis está marcado por el modo en
hasta entonces inerte, este material arcaico es la trasferencia imaginaria que, con una cierta repetición significante, el sujeto llegará a poder o
de amagos al analistaj trasferencia que, por un accidente de la repre- no sostenerse (más allá de la demanda) en el campo del deseo. Y se
sión, ha excluido del control del yo \moi\a determinada función, o trasforma en deseante al precio de abolirse como sujeto, de ser "el
ha dado su forma a un cierto tipo de identificación.19 Para Lacan, exponente de una función, que lo sublima aun antes de que la
la imago (como, el encuadre para Bleger) subsiste como permanente. ejerza."22
Se reactualiza <en el análisis en un plano de sobredeterminación La verdad que Freud ha mostrado es precisamente el modo en
simbólica.20 '•' que en un análisis el sujeto se ve llamado a renacer para saber lo
que quiere sobre su deseo. El precio a pagar para su trasformación
en sujeto, lo paga con una forma de castración, castración que desem-
LA DIMENSIÓN SIMBÓLICA peña el papel de vector-del deseo.
Los analistas desconocen esta verdad en la medida en que tras-
El sujeto recibe siempre sus señales significantes en tanto que sujeto forman el fin del análisis en una especie de ortopedia del yo [moi\. El
fragmentado. El esquizofrénico, en su búsqueda de curación, se aferra objetivo de la cura se centra para ellos en la necesidad de recuperar un
a veces desesperadamente a vocablos que no están mediatizados por yo [moí\e "adulto"... allí precisamente donde Freud ha centrado
ningún sentido, sino que aparecen como tentativas de recarga sonora en el desgarramiento en cuanto tal el sentido del drama analítico.
de su mundo objetal. Se trata, en suma, de un intento por reencontrar,
a la vez que una señal significante, el objeto perdido. Al esquizofrénico
le falta la dimensión imaginaria, no puede conducir del mismo modo EL ENCUADRE Y EL PROCESO EN LA SITUACIÓN ASILAR
que el neurótico su búsqueda del objeto perdido; como no ha podido
dominar la imagen especular (cosa que le habría permitido poseer Pero volvamos a nuestro estudio sobre la institución.
la imagen del otro), busca reencontrarse al nivel de imágenes de Hemos aclarado ya los accidentes que sobrevienen cuando se
cuerpos despedazados y de sonoridades vocales que aparecen como produce una ruptura del encuadre, y hemos visto de qué modo puede
señales significantes "uñarías" 21 al nivel más elemental, pero que surgir, de estos accidentes mismos, una verdad.
Las rupturas que amenazan la estabilidad de la institución tienen
por base un material arcaico en el que se origina la naturaleza de la
19 Lacan, JÉcrils, p. 107.
20Lacan, op. cit,, p. 108. Lacan cita el caso de una joven afectada de asta- segunda trascripción que es la del inconsciente, y de una tercera trascripción
sia-abasia. La imagen subyacente era la de su padre, a cuyo respecto basto que representada por el preconscíente.
el analista le hiciera observar que ]e había faltado su apoyo, para que la Para Lacan se trata, a este respecto, de tres tiempos:
joven se encontrara curada de su síntoma, sin que se viera afectada, no obs- — la identificación tinaría ;
tante, la pasión mórbida vivida en la trasferencia. — las representaciones sustituías, y
21 La madre inscribe en un doble registro el llanto mediante el cual el — el semantema aceptado por el discurso común.
bebé pide que se lo alimente; responde a él mediante un objeto que lo satis- Freud utiliza las nociones de traducción y de trascripción. La trascripción
face y medíante una escansión sonora. Las primeras jaculatorias del bebé concierne a los registros de las percepciones en las sucesivas etapas de la
responden como un eco a las oposiciones fonemáticas que constituyen para él vida. Y, nos dice Freud, la traducción de los materiales psíquicos se sitúa
la respuesta al otro, lo que Lacan describe como identificación significante en el límite de dos etapas. Freud vincula la particularidad de ciertas psíco-
uñaría. Allí se elabora (en torno a Ja escansión de una pérdida y de un neurosis con una ausencia de traducción, con lo que no puede producirse
reencuentro), bajo una forma metafórica, un significante, todo rastro del ningún registro nuevo. Guando el material psíquico no puede traducirse ya
objeto se ha perdido en el significante. El objeto no puede ser ya recuperado en un registro que corresponde a la etapa siguiente, se produce una repre-
más que de un modo metonímico por la vía significante. sión. Esta represión tiene lugar bajo el efecto del displacer.
Esta primera marca significante constituye para el sujeto un dominio de Esta noción de represión en tanto que ausencia de traducción tal corno
la imagen que señala el nivel de una represión primitiva, la elaboró Freud en 1896, debía llevarlo más tarde a la noción de repudio
Las identificaciones significantes tienen cierta relación con Jas trascripcio- [/orc/i/íío'/i] (presente en las psicosis).
nes sucesivas que menciona Freud en su carta a Fliess (52). Habla de un 22 Lacan, "Remarques sur le rapport de Daniel Lagache", en Écrits, p. 683.
primer registro de Jas percepciones incapaz de tornarse consciente, de una
8Q INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS INSTITUCIÓN PSICOANAUTICA E INSTITUCIÓN ASILAR 8t

agresividad en el hombre y la relación que mantiene con su yo y sus modo en que el analista debe sufrir a veces la influencia parásita dé-
objetos.23 "En esta relación erótica en la que el individuo humano se los sentimientos del paciente, y cómo es él quien, en respuesta a este
fija a una imagen que lo aliena a sí mismo se halla la energía y la parasitismo, obstaculiza (en beneficio de su propio bienestar) el trabajo-
forma en Ja que se origina esta organización pasional que él deno- de duelo.
minará su yo." 2J De este modo, el yo está señalado desde un comienzo
por la tensión agresiva (tensión correlativa de la estructura narcisista, Es mérito de Melanie Klein (y luego de Bion y de Melita Schrnide-
según Lacan), y constituye "el centro de todas las resistencias a la cura 'berg) haber insistido en el modo en que el sujeto utiliza la institución
de los síntomas".25 psicoanalítica (y la institución social) como defensa contra el surgi-
No obstanteólos analistas clásicos se basan precisamente sobre este miento de la ansiedad paranoide y depresiva. Los .individuos pueden
yo para llevar al sujeto . . . a la curación. Al actuar de este modo, de este modo introducir sus objetos persecutorios internos en Ja vida
se alinean con la concepción utilitaria del mundo moderno en cuanto de Ja institución.27 Conocemos los efectos de fragmentación que de
al empleo técnico de un yo al que se exacerba para poder emplearlo ello resultan posteriormente en el plano de la identificación. Jaques
cada vez mejor con fines de adaptación. Esto es olvidar con qué subraya que esto no significa, no obstante, que la institución se tras-
desgarramiento de su ser paga el hombre moderno el precio de Ja forme por eJlo mismo en psicótica. Sin embargo, podemos esperar
adaptación: la paga al precio de la locura y de la delincuencia... encontrar en ella todas las formas de manifestaciones de irrealidad, de
Cuando hablamos de la institución psicoanalítica, no podemos s-plitti?ig, de sospecha y de hostilidad que son características de toda
tomar en consideración únicamente el encuadre. Frente al encuadre vida en grupo, características utilizadas por los individuos para defen-
(como lo hemos visto al comienzo de este capítulo)., en el encuadre derse contra la ansiedad psicótica.
(inerte) tiene lugar el proceso que se caracteriza por ser ante todo Las estructuras de las instituciones desarrollan sistemas de papeles y
movimiento. Son los acontecimientos que se repiten en el discurso (en de posiciones a través de \m conjunto de reglas, de convenciones
la sesión o fuera de ella) los que van a llevar a una especie de institu- y de prohibiciones. Este sistema rige las relaciones de los individuos
cionalización. entre sí.
El proceso analítico (que es también la introducción de una fantasía
En una institución (como lo hemos visto más arriba) tiene lugar
desde el comienzo de la cura) se desarrolla en el tiempo a través de
una oscilación continua entre la recurrencia al pasado y la proyección un discurso. A partir de malentendidos se estructura algo y a través
al futuro. del síntoma llega a poder hablar una verdad. Esta verdad que surge
"El proceso 2Ü tiene lugar en el encuadre de la sesión y en las es el fruto de un encuentro decisivo.28 En el desarrollo del proceso
rupturas que sobrevienen. La apertura del proceso está señalada por analítico asistimos a ritos simbólicos.
la introducción del contrato analítico al que las dos partes deben Hemos visto que la institución psiconaíítica y Ja institución social se
someterse. El proceso analítico, con su contrato, su meta, su desarrollo construyen, en líneas generales, según un esquema que les es común.
y su cierre, crea una institución." Dentro del encuadre y en relación con él (encuadre de la institución
Los autores kleinianos ponen el acento sobre la importancia que que enmascara el del paciente) tiene lugar un discurso. El movimiento
debe acordarse a la posición depresiva que se presenta como un trabajo mismo del proceso analítico está ligado a la inercia deJ encuadre. Esta
de duelo, duelo de la omnipotencia mágica de la infancia. Los analistas inercia —parálisis—• existe en toda institución. El sujeto, modelado
(y muy especialmente Grinberg) estudian en diferentes trabajos el por la institución en la que se halla inmerso, obra a su vez sobre ella
para acrecentar su parálisis. El sujeto se alimenta de esta parálisis
23 Lacarij Écrits., p. 113, para funcionar en otra partet al abrigo de la angustia que no dejaría
24 Lacan, Seminario 1955-1956. de suscitar en él todo movimiento del encuadre.
25 Lacan, Écrtt.s, p. 118.
28 León Grinbergj Marie Langer, David Liberman, Emilio y Geneviéve
T. Rodrigué, "The psychoanalytic procesa"; en International Journal of Psy- 27 Jaques, "Social systems as a defence against persecutory and depres-
choanalysis, vol. 48j n w 4. [Hay edición en español: El contexto del proceso sive anxiety", en New directions in psychoanalysis} Tavistock, 1955.
psicoanaíítícOj Buenos Aires, Paidós.] 28 Nassif, Congreso de la escuela freudíana, Estrasburgo, octubre de 1968,
;g2 - INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS INSTITUCIÓN l'SICOANALITICA E INSTITUCIÓN ASILAR 33

UNA INSTITUCIÓN EN UNA INSTITUCIÓN Esta presión es una forma de alienación social. Es preciso, pues, ana-
lizar esta máquina (y su estrategia) para librarse de esta alienación.
El interrogante que trataré de abordar ahora es el siguiente; ¿es Sin ello, el análisis puro tiende a parecerse, en cuanto a su eficacia, a
posible introducir la institución psicoanalítica en la institución asilar, y las oraciones antibelicistas". "En un colectivo —agrega luego Oury—
cuáles son los efectos de una sobre la otra? las trasferencias son múltiples. Al parecer existe una dialéctica entre
'"Podemos :—dice Ginette Raimbault— considerar que las institu- la estructura del colectivo y el estilo de las demandas, de las pulsio-
ciones 29 son organismos creados por las fuerzas normativas de la nes., que obra sobre los modos en que se manifiestan los sujetos y su
sociedad contra el surgimiento de derivados del inconsciente re- articulación con el significante."
pudiados,* a expensas de los cuales pudo ser preservada esa norma- Tosquelles, al estudiar la relación del análisis individual con el
lidad*3 "¿Qué es, entonces •—se interroga— lo que debemos hacer? institucional, declara, por su parte: 32 "Apenas alcanzamos a en-
¿Crear "instituciones específicas para los esquizofrénicos, por rnás trever los diversos conceptos de la interpretación en la trasferencia,
elaboradas que sean las concepciones estructurales y simbólicas de esas cuando ya el conjunto de la institución lee el discurso, al mismo
instituciones, o debemos volver a cuestionar el conjunto de las estruc- tiempo en palabras y en actos. No es posible negar ni facilitar la
turas de la sociedad, de modo tal que se eliminen las fuerzas represivas evolución de la neurosis de trasferencia institucional mediante la so-
y reaccionarias de la normalidad en beneficio de las nuevas estructuras focación del deseo de los educadores."
que tengan mayor apertura a la expansión incoercible del discurso "La esencia de la psicoterapia institucional —observa Ginette
humano y a su articulación?" Raimbault—a-3 consiste en introducir mediaciones cuya función es
La autora formula este interrogante como un eco de la observación abrir, la relación binaría estereotipada (de la que habla Gooper en
de Cooper,30 quien, comparando al hospital psiquiátrico con un su libro Psiquiatría y aniipsiquiatría)™ hacia algo diferente de la
campo de concentración, comprueba: "En el hospital psiquiátrico- especularidad imaginaria, es decir hacia la dimensión simbólica."
se cuidan con diligencia los cuerpos, pero se asesina la personalidad de El interés de todos estos trabajos reside en la búsqueda de una
los individuos". Observación a la cual Oury 3 1 se ha preocupado especie de estrategia de "cura" (mediante clubes, reuniones, etc.). La
en responder mediante el siguiente análisis de la institución y del preocupación que anima a los autores es la de llegar a introducir
terapeuta en ella: "La institución es un sistema de defensa, cuya posibilidades técnicas para que el discurso que se da en la institu-
característica es una tentación sádica de aprehensión de los otros. ción no permanezca encerrado en una situación imaginaria sin salida
Estos intercambios esencialmente metonímicos obedecen a un regla- y para que pueda, en consecuencia, producir efectos significantes.
mento, pero son recortados de acuerdo con la dimensión metafórica Estudian estos autores a la institución como un lenguaje que es pre-
del contrato. Es allí donde reside la articulación con el Otro que pone ciso descifrar, según las leyes de la lingüística. En esta cartografía
en acción, por una parte, un masoquismo funcional y que por la otra del inconsciente, representada por la institución (el significante del
plantea el problema del origen de la institución". Más adelante, colectivo y el de cada uno de los sujetos), se encuentra algo que es
J. Oury continúa: "Lo colectivo constituye un conjunto que sobre- preciso saber utilizar para trasformar un universo represivo en un
determina los acontecimientos que allí ocurren y presiona sobre ellos. lugar en el que se hable y donde, debido a que circula una palabra,
puedan entreverse las perspectivas de la cura.
29 Ginette Raimbault, Congreso sobre las psicosis, octubre de 1967: "Le
Tenemos, no obstante, derecho a preguntarnos si tiene sentido el
psychanalyste et l'institution", en Elíjanos aliénée //, Recherches, diciem- análisis de las relaciones Ínter-racionales, frente a la realidad peni-
bre de 1968. tenciaria del asilo.
~* El término francés es rejeton, cuya traducción es retoño. Derivado de la El médico que se halla colocado en una estructura asilar clásica
botánica, acentúa la idea de que el inconsciente presiona hacia la conciencia,
no puede sino sentirse impotente en su papel de persona que cura.
.por la imagen de algo que vuelve a brotar después de que buscó suprimirlo,
En -francés fardos suele traducirse también como forcluído (N. del R. T.)
30 David Cooper, Congreso sobre las psicosis, París, octubre de 1967. 32 Tosquelles, Congreso sobre las psicosis, París, octubre de 1967.
31 J. Oury, Congreso sobre la psicosis, Paris, octubre de 1967: «Quelques
33 Ginette Raimbault, loe. dt.
problémes théoriques de psychothérapíe institutionnelle» en Enfance alienes, 34 David Gooper, Psychiatrie et Anti-psychiatrie, éd. du Seuil, 1970. [Hay

Rechcrches, septiembre de 1967. edición en español; op. di.]


OA INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y ¡'SICOANÁLISIS INSTITUCIÓN PSICOANALITICA E INSTITUCIÓN ASILAR 85

Toda persona, quienquiera que sea, que se introduce en el asilo es cada enfermo se presenta como el signo de un callejón sin salida cuyo
sindicada por el paciente corno cómplice de las fuerzas de represión sentido ha de buscarse en otra parte, particularmente en la sociedad.
social. El discurso que se produce es ante todo el producto de la alie- El^ analista hace muy pronto el papel del acusado —y, como se lo
nación sufrida, se inscribe en una estrategia estereotipada, como es asimila a la condición de representante de una sociedad represiva,
estereotipada la estrategia del médico que trata de codificar los sig- se encuentra de entrada condenado a la impotencia. No puede hacer
nificantes, en un lugar que los usos administrativos han tornado ni más ni menos que lo que los psiquiatras han hecho siempre. Si
carcelario. no es psiquiatra, lo sindica como tal un paciente marcado por el uni-
He intentado, en cuanto psicoanalista, introducirme en el asilo verso segregado en el que se halla inmerso.
•(pasando en él, es cierto, un período reducido de vacaciones). No La introducción de la institución psicoanalítica en el asilo es la
me extenderé sobre el problema, ya tratado en otra parte,35 referido introducción de una ambigüedad en cuanto al encuadre asilar, y eso
a la dificultad con que se tropieza cuando se pretende introducir sólo logra exacerbar la desconfianza del paranoico. El médico jefe,
una institución psicoanalítica en una institución social. Esta super- los médicos internos, las enfermeras, todos forman parte integrante
posición de los dos encuadres sólo puede lograrse con buen éxito si el del sistema médico-administrativo tradicional. Al psicoanalista, por
encuadre de la institución psicoanalítica (necesariamente inerte) cuanto proviene del exterior., se lo percibe como a una interrogación
puede introducirse en un medio institucional lo suficientemente fle- que, mediante un juego de reflexión especular, introduce una mirada
xible como para tolerar las brechas que el paciente se esforzará por y una escucha en el mundo de un paciente que está habituado a
introducir en el encuadre institucional. No se puede liberar una pala- referencias conocidas, referencias en cuyo seno despliega una estra-
bra' en la institución psicoanalítica sin que ello produzca consecuen- tegia idéntica a la que utilizan en las prisiones los delincuentes. La
cias en el exterior, es decir en la institución social en la que se halla aparición y la subsistencia del che uuoi? no puede mantenerse
encerrada la institución psicoanalítica misma. durante 'largo tiempo como enigma (principalmente en el caso de
El paciente psicótico, que en la situación analítica aporta de un los paranoicos).
modo velado, enmascarado, su propio encuadre, no puede dejar La relación con el encuadre institucional me pone a prueba, por-
de intentar el enfrentamiento entre el encuadre de la institución psi- que en función de ese encuadre se me pide que me defina. Se trata
coanalítica y el de la institución social. Para que este enfrentamiento de saber si puedo ser utilizada (contra los médicos, para una salida,
no sea riesgoso, es importante que el encuadre de la institución psico- contra fulano, etc.) y el paciente se interroga con toda conciencia
analítica y social se mantenga estable, al abrigo de efectos emocio- sobre el poder que ejerzo dentro de la institución. Por otra parte, lo
nales y de los diversos ataques persecutorios. que a partir de la aclaración de este punto me torna peligrosa es pre-
A partir de esa permanencia podrá instituirse (en la sesión y en cisamente el hecho de que no estoy investida de ningún poder:
la institución) un movimiento dialéctico, y generarse un discurso con porque si no tengo un poder visible, se me asigna un poder oculto,
sus efectos de sentido no sólo con el analista, sino incluso con todo temible. El mundo fantástico del paciente no halla depositario frente
el personal de la institución, en la que cada uno es, a su modo, una a la ambigüedad de mi status.
pieza más de un vasto juego de ajedrez. ¿Qué es lo que ofrezco?
Pero las estructuras rígidas del asilo presentan un encuadre aun ¿La curación? El paciente no la pide.
más inerte que el propio encuadre analítico. Las trasgresiones del Le ofrezco hablar... y agrego, ingenuamente, que "eso le hará
encuadre analítico (asimilado por el paciente al encuadre asilar) bien", pero, ¡ es precisamente sobre ese bien que le deseo que comienza
corren entonces el riesgo de producirse en el asilo, que se convierte a interrogarse y angustiarse!
de este modo en el lugar del acting out. El trabajo analítico se torna Por otra parte, en cuanto a hablar, ha desaprendido a hablar.
entonces imposible en una situación en la cual la constante se revela Algunos, es cierto, aguardan en la sala de espera, puntuales. A
como una constante punitiva. No existe ningún tipo de contrato; menudo no tienen nada que decir, sólo la reedición de un relato
estereotipado, esto es, la variación de un tema delirante: me lo ofre-
35 Maud Mannoni, L'enfantj so "rnaladie" et les autres,_ éd. du Senil, 1967. cen porque su disposición hacia mí es positiva y desean ayudarme a
[Hay edición en español.] hacer este libro que han escuchado que quiero escribir.
86 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA V PSICOANÁLISIS JNST1TUCIÓN rSlCOANALÍTlCA E INSTITUCIÓN ASILAR
87

Están, pues, dispuesto" a proporcionarme historias y también es- sólo se toleran si pueden inscribirse en un ritual establecido (fechas
critos codificados al modo de legajos médicos. fijas), etc., y se teme que haya arreglos de cuentas posteriores a la
En su mayoría, se niegan a un encuentro privilegiado; en última reunión . . .
instancia, el ello habla mejor en otras partes que en el gabinete del Las cosas ocurren de un modo radicalmente diferente si, en un
analista. lugar en el que los terapeutas están reunidos, irrumpen los pacien-
Esperada por algunos, rechazada por otros, comprendo que lo que tes. En este caso, debido a que son ellos los provocadores, la angustia
se dice está modelado por el asilo y por las estructuras en las que persecutoria es mucho menor. Si los terapeutas soportaran que se
.estoy, con ellos, apresada. No hay lugar para que surja una verdad. los interpelara, podría aparecer en el decir algo verdadero. Mas en
Lo imprevisto no aparece. Las reglas deben ser respetadas, y estas cualquier caso la ambigüedad de la situación no se soportaría mucho
reglas hacen referencia al encuadre de cada paciente y al de la ins- tiempo y. pronto cada uno volvería a entrar en su universo propio.
titución asilar. Cada falta que cometo a las costumbres establecidas De este modo la segregación actúa muy bien como antídoto de la
se ve sancionada mediante una agresión, agresión inducida por el angustia.
hecho de que me he puesto en función de agente provocador (existen La ansiedad psicótica, ya lo hemos visto, sobreviene donde se pro-
ritos que deben.respetarse: no se entra impunemente a mirar tele- duce el movimiento, contra lo que es constante.
visión en la salai común de un pabellón en el que nadie nos conoce; Si bien la situación analítica se halla esterilizada (es decir, en los
nunca se hacen "agresiones", no importa dónde ni cómo, que no co- hechos resulta una especie de pedagogía reaseguradora, alejada de.
rrespondan siempre a una falta cometida por el "agredido"). toda perspectiva analítica auténtica), se la soporta no obstante, por-
La situación analítica es la introducción de una brecha en la rigi- que en la medida en que desempeña dicho papel, se halla inscrita
dez del encuadre institucional. El paciente trata de hacer surgir en en una estrategia conocida.
la situación analítica misma ese encuadre rígido (horas fijas, etc.) De otra manera, no hay lugar para la introducción de una insti-
que constituye su protección. Pero un detalle mínimo que modifique tución psicoanalítica en una institución asilar.36 En un lugar de
este encuadre induce reacciones de violencia fuera de la sesión, en la tipo carcelario, nada tiene que hacer una institución que se proponga
institución asilar. El encuadre que proporciona segundad es el de liberar una palabra.
la institución asilar, aunque se lo cuestione. Y modelado por la ins-
titución asilar, el paciente termina por tornarse hostil a todo cambio,
se hace conservador en los gustos y las costumbres del lugar en el TI. EL DISCURSO PARANOICO
cual se halla, quiéralo o no, insertado. Todo se encuentra debida-
mente organizado para que se fijen para siempre las funciones de A. PROTOCOLOS DE SESIONES
verdugos y de víctimas.
Si el paciente asimila al "sistema" asilar el personal que lo atien- El discurso del enfermo y el de su familia. Georges Payotj 30 anos>
de, a rní, en cuanto psicoanalista, me sindica como la experta (par- internado desde hace 10.
ticularmente por parte de los paranoicos). A partir de ello, el discurso
sólo podrá funcionar con una inercia dialéctica suplementaria. Primera sesión
—¿Para qué sirve usted, si no está aquí ni para juzgar ni para
obtener, mi salida? Vine a Francia a los O años. Mi situación es peligrosa, siempre lo
—Entonces está usted encargada de espiarme. ha sido. Huérfano desde la cuna, mi madre murió al nacer yo, y mi
No me es posible desempeñarme con libertad en un lugar en el que padre un año después, de pena. Fui recogido por una tía que tenía
todo está reglamentado, determinado al minuto, previsto. hijos ilegítimos. Ella fue una falsa tu tora. Mi verdadera tu tora era
La ambigüedad de mi posición no puede provocar otra cosa que mi abuela de Martinica.
rechazo.
36 Los efectos de las reuniones de1 grupos merecerían cierto análisis: no es
Toda irrupción de los terapeutas en el encuadre de vida propio raro que después de las sesiones se produzcan "arreglos de cuentas". Esto sitúa
del paciente es vivida por éste de modo persecutorio. Las reuniones cuál es el encuadre en el que está llamado a tener lugar un discurso "libre".
38 |¡. INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA 1' PSICOANÁLISIS: INSTITUCIÓN PSICOANALITICA E INSTITUCIÓN ASILAR gg

La señora Lorié era la hermana de mi madre, tuvo hijos con un mejor ahora, nunca me sentí bien. Siempre tuve una infancia mártir.
mecánico de automóviles, el señor Soutier. Se ha acostado con mu- Mi tía me hacía sentir su desprecio. He llevado una vida de lobo;
chos individuos. Pero esto es algo accesorio, se pierde uno a veces. obtuve mi certificado de estudios. Me llamo Payot. Desciendo de la
del tema, que es más fascinante y más interesante que todas esas dinastía de los Galos. Según este título, tengo sangre noble. Traté
cosas. de reproducir en la Martinica. En la Martinica fui recogido por los
Veo en usted una persona agradable, calma, eso es delicado. Siem- .mongoles y amamantado a pecho con leche comprada, eso me permi-
pre me han tratado los médicos internos varones, nunca he tenido- tió vivir.
ocasión de tener la presencia de una mujer. Guando vi que eso no caminaba, pedí interpretar un canto fla-
' Mi tía me dijo: "¿Quieres venir a Francia?". Le respondí: "Sí". menco. Se rne dijo: los artistas son mal vistos. No es posible seguir
Me parece que estuve demasiado complaciente. Guando abandoné- una carrera de artista, y eso me desorientó. Después adquirí vicios,
a la" abuela, continuaba llamándome. Murió a los 80 años. el vicio de fumar. Aquí no hago más que fumar y dormir. Habría
Por el lado de mi padre, tengo la familia Passabé, que no ha hecho- querido vender mi certificado de estudios para tener una guitarra.
nada por mí. Esa tía tiene una panadería, siempre me ha desilu- Poseemos celadores que tocan instrumentos, pero jamás rne he inte-
sionado, hasta ahora no he tenido por ese lado más que mala suerte. resado en eso, prefiero la soledad.
Me he visto sorprendido por muchas pequeñas cosas que han sobre-
venido, que entrarían en el dominio de lo religioso. Quiero comenzar Tercera sesión
por ser franco: todo empezó en 1957. Yo soy nativo de Martinica.
Existía entonces el problema argelino, eso me desorientó; los árabes,,
al ver mi cerebro, establecieron un titular político. Se sirvieron de- [Intimidado, molesto, Georges, a través de todo un lenguaje corporal,
mí como si hubiera sido su cerebro, y esto me perjudicó. tiende a mostrar que está emocionado.]
A los 7 años, oía ya voces. Una voz me impulsaba a hacer el mal. Lo que sería importante, para mí, es hacer el arnor con una mujer.
Tuve un placer sexual con una niña de allí. Perdí enseguida toda, No sé si usted se da cuenta, pero nunca he podido alejar de mí las
satisfacción. Después de eso llegué a París, al orfanato de Saint- quimeras animales. Esta mañana pedí ver al jefe de pabellón, quería
Gonzague. que me diese mis ropas de civil. Quería embellecerme para usted.
No tenía valor para hablarle hoy vestido con el traje con que rne pre-
Segunda sesión sento a usted. Este traje de enfermo es envilecedor.
Ültimamente, le he enviado a mi tía una carta malísima. Era im-
He estado complicado con usted la última vez. Si tenemos otras con- portante esta carta, era xina carta que hacía ruido, le confiaba mis
versaciones, 'podré establecerle las cosas de un modo más científico.. secretos, eso debió hacerla llorar. Le decía que era quimérica, tengo
Siempre he estado solo, porque era hijo único. A mi tía la llamaba miedo de que me abandone. Ya he llorado aquí rnás de una vez.
mamá, y consideraba a mis primos como hermanos. Si hubiesen sido Siempre he soñado con harenes de mujeres. Querría volver a mi país
mis hermanos habrían estado en el hospital conmigo. Si hubiese tenido por razones de costumbre y de aclimatación. Un niño como yo no
un hermano, habría podido tomarlo por confidente. Mi tía es una podía aclimatarse a las cuatro estaciones. Allá no hay más que dos.
mujer quimérica, es autoritaria. Me siento molesto delante de usted, no quiero hablar más.
Caí enfermo con el problema argelino. Había hecho la misma ton-
tería que ellos (placersexual). Me adoptaron como hermano de raza. Cuarta sesión
Mi sangre es mongol. Los argelinos me han perjudicado en todo lo
que he querido realizar. He tenido ideas racistas. Corrieron rumores- MI tía me escribe que usted va a verla. He insultado a mi tía en
sobre mí en la región parisiense, cuando me sentí perseguido. una carta. Querría que se resolviera mi situación, después de diez
Estaba en mi trabajo y rodé por tierra orillándome en los calzon- años de esfuerzos no he obtenido ningún resultado. No veo por qué
cillos, esto le pareció extraño a los policías. Me dirigí a Ville-Evrard, el gobierno querría agravar mi caso. Quiero salir de aquí y volver a
tenía un aspecto rnetafísico. No tenía libre el cerebro. No me siento mi país. Aquí lo consideran a uno como un impedido.
90 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS WSTITUClóN rStCOANALH'ICA E INSTITUCIÓN ASILAR 91

Me siento perseguido, no he hecho ningún mal, y no obstante he bres, y después se sintió perseguido". Quizá tenga razón ese enfermo,
aquí que me envían un experto (el psicoanalista). Quiero mi liber- forzosamente se halla en mejor situación que el médico para com-
tad. Con la revolución actual (acontecimientos de mayo) es preciso prenJer la enfermedad.
que los enfermos continúen. Tengo ganas de ir a holgazanear en mi
país. Busco el placer. Soy débil en amor, tengo complejos que me des-
Sexta sesión
favorecen, es preciso alejar las quimeras animales. No obstante, Cristo
ha dicho: "Creced y multiplicaos". No quiero provocarle desagrado
[Georges me guarda rencor por haber visto a su tía. Tiene dolor de
ni molestarla, pero cuando se es nativo de un país como el mío, la
costumbre es la procreación. Mi tío corría tras las mujeres. Murió cabeza, náuseas y se niega a la entrevista.]
arruinado con 40 hijos a su cargo. Tenemos, pues, tm jefe caribe.
Si en mí 'rhesus hay un origen árabe, no es vergüenza ser norafricano. Séptima sesión

Quinta sesión: entrevista con la tía.y su marido Ha sido una semana cargada en este hospital de locos. Todo el mun-
do tiene miedo. En mi pabellón los hay que lloran, no tienen segu-
ridad, otros querrían casarse. Mi caso es el de poder salir. No me
Entre nosotros —me dice la tía— la enfermedad psiquiátrica es con-
entiendo con el médico interno, me envía al aire libre en vez de
siderada como una tara. Georges no ha podido adaptarse jamás al
encerrame. Mi readaptación será difícil. Guando oigo discutir a los
trabajo. En otra época cantaba, pero pronto tuvo la impresión -de
padres, me doy cuenta de que las cosas de familia me impiden vivir.
que se le impedía seguir cantando. Había comenzado muy bien en
Mi tía dice constantemente no. Iré a verla por sorpresa, romperé
diseño industrial, pero cayó enfermo a los 19 anos, en tercer ano.
todo, y después volveré. Estoy embromado y vivo en un mundo de
La gente no se recupera más de su enfermedad. Era muy diver-
gente agriada. No puedo tomarle el gusto a la readaptación. Sería
tido, un muchacho asombroso, querido por todos. Tuvo una crisis
necesario que me compraran una guitarra especial, porque soy zurdo.
de reumatismo articular y lo trataron con cortisona. Desde ese día se
Preciso una mujer-empresario, que sería una madre para mí. Mi
puso más nervioso. Contrajo un soplo al corazón. Una tarde se puso
madre era música, de ella lo heredo. Tengo un nombre, pero no
a sudar, había sido atacado por los norafricanos. Unos días después
dinero. Soy un enfermo mental. Es mi enfermedad., porque es la ver-
tuvo una descompostura en su trabajo. Lo pusieron en el hospital
dad de lo que siento. Soy un epiléptico mental, con traumatismo
con los nerviosos. Allí comenzó el escándalo. No ha comprendido
craneano. Los locos son los seres más investigados del mundo.
lo que le ocurrip. Quisimos sacarlo, pero nos metieron miedo dicién-
donos: "¿Quieren entonces que les estrangule a los hijos?". Los médi-
cos dijeron que;se trataba de un -shock de la pubertad: podría salir •Octava sesión
cuando se arreglara ese shock. Pudo finalmente salir, pero se volvió
raro, quería tener relaciones sexuales conmigo y con mi marido, de Guando a un enfermo se Ib ha puesto salvajemente en el hospital
modo que se le volvió a llevar entonces al hospital, y allí los médicos sin razón valedera, se encuentra perdido. Me ofrecen la laborterapia,
dijeron que se trataba de esquizofrenia catatónica. es indecente. Si yo quisiera trabajar, estaría afuera. Vivo como un
Todos los hombres de la familia han muerto, son todos cardíacos. impedido.
Yo me ocupé de Georges cuando nació, con rni madre. Ella hubiera ¿Por qué razón no volvería a rehacer mi vida? Ésa es la otra op-
querido conservarlo consigo, pero su tío dijo: "Es preciso que vaya ción. Si yo pudiera encontrar a alguien que me ayudara, podría ser.
a instruirse a Francia'3. A los 7 años me embarqué, pues, con él. Usted no puede comprenderme, porque usted es una mujer. El
Tenía él 14 años cuando yo me casé. Hasta los 14, todo el mundo diseño industrial ha sido un fracaso. Lo que me gustaba era cantar.
comentaba su cortesía, una cortesía de niña, era verdaderamente Pero mi tía no quería un cantor. En el canto, soy perfecto. He oído
maravilloso. Es el mejor de todos mis niños. Su enfermedad nos dejó hace mucho ya el lamento de los marinos. Me puse a llorar. Un hom-
estupefactos. Un enfermo del pabellón me ha dicho: "Su enfermedad bre que llora a los 30 años, eso muestra que está tocado. Soy un mu-
es su temor a la homosexualidad, se ha sentido atraído por los hom- chacho difícil de comprender.
INSTITUCIÓN PSICOANAL1T1CA E INSTITUCIÓN ASILAR 93
92 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA V PSICOANÁLISIS

Novena sesión No soy ni ladrón ni asesino. No tengo la marca de una mujer.


Gorro el riesgo de terminar mi vida aquí. Una chica me ha deshon-
Siempre me han considerado Cristo. rado y me ha abandonado. Todas mis desgracias provienen de ella.
Soy inocente. Se lo pido, no siga buscando las razones de mi inter- Vivo como un moribundo. Me han robado el goce. Soy un indesea-
nación. Soy inocente, se lo juro. ¿Por qué ha sido usted enviada por ble. El acto sexual me persigue..Un blanco me ha golpeado, tengo
la policía de costumbres? ¿Qué he hecho, Dios mío, para atraer necesidad de decir que no. Señora, no quiero verla más, se lo digo
sobre mí a una experta? Si es preciso que lo sigan a uno en sus cortésmente, con calma, no me provoque. Sé que usted adivina mis
actos, se suprime ía vida individual. Entiéndame, señora, entienda mi pensamientos. Este conocimiento me ha venido de golpe como un
'amargura, entienda mi cólera. Soy un disminuido, un rechazado, un relámpago. Señora, desaparezca.
huérfano. Siempre he llevado una vida de niña, olvidando que era
muchacho. Perdí la capacidad de gozar desde los 7 años, algún otro Duodécima sesión
(la nina) se apoderó del gozo de mi sexo. Lo que yo habría querido
conocer es la felicidad. Dejemos aquí la sesión. Señora, soy inocente, Así que hablarle con cortesía no sirve para nada. Usted me llama,
se lo juro. me persigue, me hostiga. ¿Con qué derecho? ¿Por qué somos todos
para usted perros de policía? Éste no es un hospital. Es una prisión.
Décima sesión Usted aconseja a los que cura. Escuche entonces los consejos de los
que son curados. Aquí hay cosas que tendrían que abolirse. Se está
¿No ha observado usted que en el asilo se tiene una actitud especial, durante treinta años en una habitación para diez. Nos imponen con-
ordenada por el asilo? El asilo tiene su lenguaje, sus costumbres. Mi diciones de vida envilecedoras. Nos ponen en peligro. Guando me
historia de los 7 años, eso no habría sido nada si no hubiese existido engañan, golpeo. Lo que pido es que me dejen tranquilo. No quiero
mi tía. Al placer sexual con Annette Lictorius, lo tuve, después mi tía verla más.
se llevó mi capacidad de gozar. Tengo miedo de mi tía. Después del
gozo,, perdí mi belleza, perdí mi nariz negroide. Regresé a la casa Decimotercera sesión
totalmente loco. En el camino tenía miedo de que los negros me lin-
charan. Al llegar a la casa convertido en un estúpido, encuentro a [Ha tenido actuaciones agresivas con enfermos del pabellón.]
mis primos blancos. La idea de juego prohibido me atraviesa el espí- Me hablan de la crueldad mental que acumulo. Mi tía está celosa
ritu, y me repito para calmarme: no te amo, no te amo. Eso ocurrió de míj contribuye a mis desgracias. El hombre es el testículo de la
una vez. Después no he conocido más que sufrimiento y una deuda mujer. Mi suerte estaba echada antes de mi nacimiento. Estoy de-
a pagar durante toda la vida. Dios mío, qué bella es usted, señora. lante de usted con una ropa de prisionero, sin dinero, no puedo ni
Llevo su sonrisa en mi corazón. Allí está usted, en la inocencia misma siquiera ofrecerle una rosa. Estoy desprovisto. No quiero su caridad.
del peligro que la amenaza, f Ah, señora! Usted y yo, cómo podríamos Reclamo que se rne haga justicia. Reclamo que se me devuelva mi
comprendernos si tuviésemos la misma piel, si fuésemos uno. ¡ Ah, dignidad. ¿Para qué sirve este locutorio, si no para su propio placer?
señora!, ¡cuánto querría no perder su imagen! ¡Ay! Señora, tengo Usted me roba mi gozo y me rechaza como a un perro.
miedo, tengo mucho miedo de que roben su imagen. Usted y yo
somos tabúes; usted y yo somos el cebo; el alimento.
Decimocuarta sesión
Undécima sesión
[Llega furioso y golpea los muebles.]
Ya estoy cansado del locutorio. Soy un muchacho de color, no veo No quiero que usted rne inventaríe más. Exijo que haga algo por mí.
por qué no habría de tener derecho a mi parte. Se burlan de mi cara. [Un largo silencio.]
Francia tendría que ayudar a la Martinica. Los que curan tienen
Señora, disculpe rni cólera. Usted es buena, bonita, frágil como una
miradas muy cortas, no piensan más que en curar. ¿Y si eso no le
caña, y yo, no soy nada, soy la basura, el huérfano pisoteado, escar-
conviene a la persona?
INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS INSTITUCIÓN PS1COANALÍT1CA E INSTITUCIÓN ASILAR 95
94

necido, robado, asesinado. ¡ Ah, señora! Si usted supiera . . . No me provocó estados de pánico en los pacientes. Como los últimos sólo
vuelva a ver. participaban desde lejos en los movimientos de huelga de los tera-
peutas, la "Jiberalización" de éstos produjo como corolario el agra-
Decimoquinta sesión vamiento de los "efectos de concentración11 que perjudican a los
pacientes hasta el punto de que uno de ellos me hizo un día esta
He roto con mi tía. Tengo que excluirme de su amor. Mi nombre es observación: "Si los que curan se liberan, tanto mejor, pero ¿por qué
de origen corso.1 Su nombre es Mannoni 3 hemos sido hechos para se olvidan de los pacientes?" Los pacientes percibieron el riesgo de
encontrarnos. Aunque hagan saltar mi nombre, corso seré, con un que la institución asilar estallara y lo hicieron con una angustia perse-
harén de mujeres. Que se determine mi nombre., que se lo determine cutoria en la que estaba presente el temor de abandono y de rechazo.
científicamente, y enseguida podré establecer un harén. El hecho de que Georges me hubiera caracterizado como experta.
señala el carácter de intrusión que se confirió a mi intervención, inter-
Decimosexta sesión vención que participaba de los temores que él alimentaba entonces
con respecto a las persecuciones ejercidas por el gobierno contra
Usted me hace cagar, me hace sudar, es una basura, una puerca, un
los extranjeros.
perro de policía, usted es una puta, una ladrona puta, una ladrona
Desde el momento en que yo deseaba ver a Georges, éste corría el
puta de perro de policía. ¿Qué es lo que quiere que haga cuando
riesgo —según la lógica de su delirio interpretativo—• de que yo lo sin-
se me calienta la verga? Basura, tres veces basura, de su locutorio no
dicara como indeseable, Al solicitar ver a la tía de Georges (contra
quiero saber más. ¿Lo que busca usted entonces es la masacre? No
los deseos de este último), le agregué un hilo más a la trama persecu-
puedo más, ¿me oye? ¿Me oye usted, pequeña gran boluda? ¿Qué
toria que se tejía en torno de él.
se precisa entonces para que lo oigan a uno?
Actuaba en complicidad con la autoridad policial y también con la
familia. Yo trataba, a sus ojos, de penetrar en el secreto de su deten-
ción (es decir, las amenazas de agresión sexual de que fueron objeto
B. COMENTARIO
el tío y la tía).
La pareja del tío y la tía remitían a Georges, en una visión especular,
Este texto es el testimonio que aportó Georges sobre su estado. a una situación de escena primaria, situación fantástica en la que
Georges encarna la verdad de un dolor, pero es impotente para Georges permanecía como suspendido y fascinado, para sustrarse a ella
restituirle el sentido, como si ese dolor no pudiese ser compartido con a través de la violencia que nacía de una angustia superyoica terro-
el discurso de los otros. Yo desearía mantener la apertura del relato, rífica.
restituir la dinámica de una situación antes que correr el riesgo de Su relación conmigo, como su relación con la pareja de sus progeni-
reducirla mediante el análisis a un discurso separado de su contexto. tores, estaba marcada por la aparición de esa fantasía originaria,, fan-
Mis entrevistas con Georges se escalonaron desde mayo de 1968 tasía que signaba su imposible identificación primaria (identificación
hasta octubre del mismo año. Se vieron interrumpidas por los "acon- imposible a causa de su repudio inicial del significante del padre). Los
tecimientos de mayo", acontecimientos en los que Georges no parti- personajes edípicos ocupan su lugar, pero en el juego de permutaciones
cipó. Se sintió sensibilizado tan sólo por el aspecto negativo de la que se efectúa, aparece una especie de lugar vacío.37 Este lugar
situación (huelgas del personal asistencial, represión gubernamental permanece enigmático, abierto a la angustia que el deseo suscita.
•contra los extranjeros en junio). En esa época lo encontré errante Lo que aparece como rechazado es todo lo que guarda relación con
en el parque, demasiado preocupado por su tía para poder, me decía, el falo y con el padre. Este vacío que va acompañado de una insatis-
preocuparse por la revolución. Conservó con posterioridad únicamente facción sexual, adquiere en ciertos momentos el relieve de un llamado,
los efectos del apartheid. Estaba inquieto por la Idea de convertirse
•en víctima de una política racista. Inquieto ante la idea de que su 37 No hay eje en torno, al cual ordenar los significantes. Hay angustia desde
nombre pudiera, ¡ser entregado por el médico-jefe a la policía. que surge una posibilidad de simbolización. Las palabras principales circulan
El punto de partida de nuestras entrevistas coincidió también con como esfuerzo de suplencia de significaciones perdidas. Del vacío en el cual
una perturbación en el encuadre institucional, perturbación que se halla atrapado el sujeto, surge el delirio interpretativo al cual puede aferrarse.
C)5 Í INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA T ¡'SICOANÁLISIS INSTITUCIÓN !>SICOANAL¡TICA E INSTITUCIÓN ASILAR 97

llamado que s'e hace pedazos en una escena ("su" escena) de des- poder manejar los múltiples terrores e imponer mediante ese proce-
trucción. dimiento una forma de respeto). En pocas palabras, era mi llamado
En su búsqueda en torno al vacío del padre, Georges oscila entre el que lo ponía a Georges en peligro (había ocurrido lo mismo ante-
la identificación narcisista y las imágenes de la escena primaria. riormente, cuando uno u otro enfermero o médico interno se había
Vincula la situación traumática con sxi estado de huérfano. (A partir' interesado por él).
del vacío del padre, a partir de un nombre que según espera "sea' Georges no puede responder a ese llamado ¡ en ese momento algo
;se produce al nivel del otro imaginario: surge, para llenar el vacío
determinado científicamente", crea en el plano imaginario una rela-
ción delirante. Lo que busca es el acceso, que se le ha tornado impo- en el que corre el riesgo de quedar atrapado, una especie de inflación
sible, una verdad simbólica.) imaginaria.
En la tercera sesión Georges introduce el encuadre en el que habrán Georges ha organizado su vida en torno a un daño sufrido en el
de fijarse nuestras relaciones. Introduce una imagen idealmente bella3 plano imaginario. Su reivindicación constituye en cuanto tal un núcleo
imagen cautivante a la que se lanza pero en la que se pierde como de inercia dialéctica.
sujeto, encontrándose desde ese momento excluido, rechazado de su ser. He aquí el encuadre en el que se sitúa Georges:
Se instala así la trama de una tensión agresiva, que lo deja a Georges 1. Es un enfermo impedido.
condenado a oscilar sin cesar entre dos exclusiones, la suya o la mía. 2. Su tía es una tutora falsa.
No hay ya ningún tercero que funcione entre él y yo. No es posible 3. Georges no habla jamás de su tío que es blanco ni de los hijos
introducir ningún orden, la única ley es la de una amenaza de blancos que su tía tuvo con él cuando Georges tenía 14 años.
devoración antropomórfica. Somos, uno respecto del otro, ese resto Este tema (el de un daño sufrido) reaparece en el sistema delirante
de alimento que debe ser ingerido. cuando Georges evoca una situación de escena primaria: después
Cada vez que Georges intenta captarse como deseante, se ve remi- de las relaciones sexuales, pierde su goce, su nariz negroide. Amena-
tido a una forma de disolución de identidades. Él es otro, cautivado zado por los negros, vuelve a encontrar a sus primos blancos y se dice
<c no te quiero" (el gran ausente es aquí el tío). "Esa cosa —agrega—
por una imagen materna (narcisista y rival) y su masculinidad no
puede sostenerse más que de ese modo. ocurrió una vez (corno la escena primaria de la que había nacido) ;
después, he tenido una deuda que debía pagar durante toda mi vida."
El encuadre de nuestras conversaciones se situaba en un ritual
(El problema de la muerte real del padre no ha sido catectizado por
de llamado. Si los otros enfermos venían a la entrevista fijada, Georges,
Georges a nivel simbólico, no vive el problema de la deuda a ese
por su parte, me ponía en situación de llamarlo a su pabellón. Allí,
mi demanda le era trasmitida por intermedio del médico interno o del nivel.)
4. En la situación trasferencial asumo (como lo hemos visto más
enfermero, y la respuesta favorable de Georges dependía en gran
arriba) el papel de reemplazante de la tía (imagen cautivante de la
parte de la cortesía con la que el enfermero le trasmitía el mensaje.
fantasía). El tema no te quiero (dirigido a un hombre) vuelve a
Se establecía así todo un juego telefónico, en cuyo trascurso Georges
aparecer bajo la forma de queja persecutoria ("un blanco me ha
trasformaba mi demanda en un llamado desesperado; esto le permitía
superar su agresividad y acudir a rní "que tenía hasta tal punto golpeado"),
5. Hemos visto por otra parte el pedido de Georges de que^le sea
necesidad de él". La relación que así se estableció era una relación impuesto un nombre, y a otro nivel su identificación con Cristo.
erótica. La cosa se deterioró el día en que tuve que ver a otro enfermo
De un modo bastante ejemplar, hemos planteado aquí el modo en
de su pabellón. A partir de entonces Georges "eligió" los pacientes que
que Georges "nada quiere saber de la amenaza de castración, en el sen-
me remitía en su lugar. . . Todo esto no aparece para nada en el
tido de lo reprimido".38 Georges ha excluido del orden simbólico todo
discurso pronunciado en el gabinete por el analista, pero constituye no
lo que guarda relación con la castración, que reaparece en lo real (bajo
obstante el telón de fondo de ese discurso. Otro punto que me parece la forma de la pérdida de su nariz negroide, etc.) .30 Lo que él rechaza
importante es mi propia trasferencia materna hacia Georges. Yo lo
reaparece en lo real bajo forma alucinatoria.
soportaba demasiado bien cuando era insoportable (violento). Mas
el ritual del asilo exige que el que cura tenga miedo de las amenazas SB Sigmund Freud, El Hombre de los Lobos.
que profieren los enfermos (la única jugada que les queda es la de ™ Ibíd.
98 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS
INSTITUCIÓN PSICOANALíTICA E INSTITUCIÓN ASILAR 99

La búsqueda de fusión amorosa de Georges se ordena en torno del


vacío simbólico. En esta búsqueda lo que quiere encontrar es un objeto ¿Inadaptado al trabajo? Sí, lo es, y no tiene problema en recono-
idéntico a él mismo ("sería preciso que fuéramos de la misma piel", cerlo, pero también ésa es su verdad, la verdad de lo que siente,
dice). Al rechazar la homosexualidad, se encuentra, en relación con y eso es lo que los psiquiatras llaman con el nombre de "enfermedad
el sexo, en una posición de contradicción radical. mental".
Permanece atrapado en una posición imaginaria en la que lo cautiva Georges formula claramente la pregunta de saber si su estado justi-
la ¡mago materna; a partir de esta posición se sitúa en el triángulo fica la prisión perpetua. Hacemos nuestra esta pregunta.
edípico, lo que implica un proceso de identificación imposible, puesto La realidad del asilo no facilita en modo alguno el establecimiento
que supone siempre, bajo el modo de una pura dialéctica imaginaria, de relaciones "normales". Desde el instante en que Georges me sindica
la destrucción de uno u otro miembro de la pareja (con lo cual se como mujer, recibe a cambio la claridad de su pobreza, su decadencia,
encuentra suspendido en el espejo). su miseria moral y material, su negritud. Ha tenido la impresión
A los 14 años (a raíz del casamiento de la tía con un blanco) se de que se le iba a despojar de lo que le quedaba como defensa y ha
plantea por primera vez para Georges la pregunta que hasta entonces pedido que se le hiciera justicia.
no había tenido respuesta: ¿ qué cosa es ser padre? (Lo que ha cobrado Georges me ha significado que la ambigüedad de mi status lo ponía
importancia para Georges son los hijos blancos de esta unión; los hijos en peligro y revelaba lo que él mismo definía como de naturaleza
negros de la unión precedente no han significado nada para él.) Y en persecutoria. Su condición de colonizado, excluía toda posibilidad de
ese momento se hace la conexión entre la idea de paternidad y la idea contrato, y por ende toda posibilidad de ingreso en la institución
de duda (los 14 años marcan la fecha en que termina su conducta psicoanalítica. Lo que reivindicó Georges fue el derecho a la rebelión,
ejemplar y donde aparecen por primera vez los reproches de mala y al hacerlo deja escapar un decir de verdad 41 remitiéndonos con ello
conducta formulados en relación con la tía). a un problema ético así como a los efectos que sobre la alienación
No fueron evidentemente ni el matrimonio de la tía ni su embarazo mental produce la alienación social. No es por cierto casual que este
lo que tuvo alguna relación con el desencadenamiento ulterior de la problema se haya planteado a propósito de un negro.
psicosis; la entrada de Georges en la psicosis sólo puede comprenderse
a través del estudio de su encuentro con el significante como tal.40
La referencia al padre es lo que en Georges debe quedar como en
un vacío, y coloca en su lugar la idea de procreación, su identificación
con Cristo, pero le está prohibido llegar a la asunción del deseo situán-
dose en el interior de un significante (padre, falo). Entonces pone en
juego lo que Lacan ha descrito con el nombre de "cataclismo imagi-
nario" y aparecen también aquí sus reivindicaciones, su violencia o su
tentativa de reconstruir otro mundo.
El problema que subsiste por entero es el de las interferencias mé-
dicas y del asilo en el estado de Georges. Su "enfermedad" no fue,
después de todo, en su comienzo, más que un simple desmayo que lo
condujo al hospital general. Allí tuvo la desgracia de perder el control
y se encontró después entre los nerviosos, sin que nadie pudiese decir
exactamente por qué. Allí comenzó la psiquiatrización de su caso. Se le
colocó la etiqueta de esquizofrénico catatónico; su discurso, después
de 10 años de internación, se asemeja extrañamente al del paranoico.
41 El psicótíco, al descartar las opiniones convenidas, plantea el problema
<0 Jacques Lacan, Seminario del 4 de julio de 1956: "La entrada en la
psicosis es el encuentro del sujeto en condiciones electivas con el significante, de la verdad para todos, que nos asusta como el riesgo que siempre hemos
como tal". tratado de ocultarnos.
6. LA INSTITUCIÓN GOMO REFUGIO
CONTRA LA ANGUSTIA

Volvamos una vez más al estudio de los problemas que quedaron en


suspenso en el capítulo 4, problemas que se refieren a la relación
fantástica que mantiene el "paciente" con la institución psicoanalítica
o con la institución social, e intentemos aprehender lo que subsiste
como un interrogante en el corazón mismo de la fantasía, interrogante
que sufre los efectos de las inversiones dialécticas producidas en el
curso de una cura, y que se tornan posibles cuando se insiste no tanto
en el objeto (imaginario) del deseo, sino en el significante del deseo
(en sus avatares).
Abordaré después el relato de una "cura" (de una anoréxica),
"cura" que en ciertos aspectos se asemeja extrañamente a una expe-
riencia que podría denominarse antipsiquiátrica.

A. INSTITUCIONES Y ANSIEDADES PSIGÓTIGAS

Ellíott Jaques * ha mostrado, a través del análisis de materiales clínicos,


cómo las instituciones son utilizadas, por todos los que en ellas parti-
cipan, corno defensa contra el surgimiento de ansiedades paranoides
y depresivas (descritas, por otra parte, por Melanie Klein). Las mani-
festaciones de irrealidad, de splitting, de hostilidad, de suspicacia, son
desplazadas o proyectadas por cada individuo en diferentes engranajes
de la organización institucional. La institución no se torna por esto,
psicótica3 pero se crea en ella un campo patológico, reflejo de la perso-
nalidad de los individuos que la componen, del mismo modo que los
individuos son el reflejo o el producto del sistema alienante en el que
se hallan aprisionados.

1 Elliot Jaques, "Social systcms as a defence agaínst persecutor/ and depres-


sive anxiety", en Ncic direciions in psychoanalysis, Tavistock, 1955.
122 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 323

Según José Bleger,2 el individuo integra en su inconsciente la insti- Imprimirle movilidad a la organización de una institución es pro-
tución como un esquema corporal, busca en la institución un soporte, vocar la liberación de las angustias psicóticas que se encuentran en
un apoyo, una inserción social, es decir una clave de su identidad, una ella. Bleger ilustra esta observación señalando cómo el paciente mues-
respuesta a la pregunta sobre lo que es. Cuanto más inmadura es la tra una resistencia al cambio, como si buscara fronteras rígidas para
personalidad, más se incorpora a la institución, a la que vive como controlar mejor lo que en él pone en peligro el dinamismo y el mo-
parte de sí misma. El hecho de que la institución tenga su vida propia vimiento de un mundo que cambia.
no impide que los individuos proyecten en ella su propia realidad (a De este modo, el asilo refleja en su organización la alienación de
través del marco de su fantasía) y que cristalicen así en ella meca- . sus pacientes; pacientes a los que por otra parte cabe considerar (jun-
nismos de defensa contra las ansiedades psicóticas, actuando procesos tamente con los delincuentes) como los síntomas.de una sociedad
de reparación. perturbada. Entonces aparecen las instituciones, tan pronto como
No siempre resulta fácil discriminar entre lo que corresponde a depositarías de las proyecciones y angustias psicóticas de sus miem-
un sistema social alienante y lo que, en esa alienación, busca el bros, tan pronto como los instrumentos represivos de una sociedad
individuo como • protección contra la angustia. Bleger insiste sobre segregadora.
el modo en que los individuos alienados, sometidos a instituciones •*: ¿Pertenece el hombre a la institución o la institución al hombre?
alienadas, refuerzan, en un circuito de resistencia al cambio, la pato- Éste es el problema que plantea Bleger, quien denuncia a la vez
logía del campo institucional en el que se hallan inmersos. La ins- ese mito psicológico (sostén de la psiquiatría) que hace del hombre
titución coercitiva y represiva sería así concebida a imagen de las un ser aislado desde su nacimiento, llamado a conquistar gradual-
fuerzas represivas que están presentes en cada uno de nosotros: a mente su relación con el mundo exterior, siendo entonces considerada
este nivel, la institución se emparenta con el grupo primario, en el la integración en una institución social corno el paso logrado del ser
que predominan las identificaciones proyectivas masivas, y su fun- "salvaje" al ser "social" (paso que se supondría que el alienado no
cionamiento es el de la institución familiar. ha dado, por cuyo motivo se elige una institución que lo "reeduque").
La institución parece ofrecerle de este modo al hombre las posi-
B. EL ESTADIO DEL ESPEJO 4
bilidades o bien de un enriquecimiento personal, o bien del empo-
brecimiento más radical.
Lacan abordó este mismo tipo de problemas desde 1930 proponiendo
Lo que se denomina adaptación, subraya también Bleger, es el un estudio estructural (con el que se situaría el problema a un nivel
hecho de someterse a ' u n a estereotipia institucional. 3 Esta estereoti- totalmente distinto de aquel en que lo encierra la sociología). Plan-
pia, que constituye la marca de la mayoría de las instituciones, es tea como un hecho de estructura la entrada de la criatura humana
lo que torna posible una estructura altamente jerarquizada, en la que desde su nacimiento en un sistema simbólico, el del lenguaje. El
van disminuyendo las relaciones interpersonales hasta que se llega a niño, entonces, se ve influido por los efectos de este lenguaje que
diversas formas de hospitalismo en las que el individuo pierde toda Jo rodea (a veces desde antes de su nacimiento, sin que por ello sea
palabra personal (ya que a la palabra, por un acuerdo tácito, se la menos decisivo para su destino, como lo ha mostrado Freud en El
concibe como un privilegio jerárquico y por ende la institución hoinbrc de las ratas). La cuestión, aquí, no es tanto el paso de una
se la niega de entrada al enfermo). etapa individual a una etapa a la que se denomina social, sino el
encuentro del sujeto con un orden simbólico.
- José Bleger, Psicohígicne y psicología, institucional, Buenos Aires, Paidós, Recordemos que Lacan vincula el primer momento de la instau-
1967.
3 Bleger opone lo que denomina grupo primario (en el que existe una am-
ración de una estructura con la fase del espejo;5 por lo tanto, nos
bigüedad de roles y de status) al grupo estereotipado (en el que se instala
como formación reactiva un formulismo que conduce a una falta de co- •' l.acan. en Écrits. [Hay edíc. en esp.: Escritos, México, Siglo xxi, 2 vols.
municación). 1971 y 1976 respectivamente.]
Las instituciones, según Bleger, tienden a modelar a sus miembros en una 5 Lacan muestra cómo en la etapa del estadio del espejo, se produce un
especie de estereotipia contagiosa, lo que lleva a un empobrecimiento de las encuentro del cuerpo del niño y del cuerpo del olro (la madre que lo mira),
relaciones interpersonales. ha imagen clfl olro va a garantizarle la realidad de su cuerpo entero e inde-
124 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y ¡'SICOANÁLISIS LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANCUSTJA 125

encontramos aquí aproximadamente con el final de la etapa de tador del objeto parcial (de este último nos ocuparemos en el aná-
indiferenciación primitiva de Bleger: en este punto es donde puede lisis). La función simbólica es la que va a crear las condiciones
captarse la separación que se produce entre lo imaginario y lo sim- mismas de una posibilidad de palabra y de acceso del sujeto al yo
bólico. [Je] de una verdad.
Retomando las observaciones de Wallon sobre la conducta de los La instauración de estas nociones separa el hecho sociológico de la
niños de 4 a 5 meses cuando se encuentran en presencia de un captación estructural del problema; y en una institución son hechos
espejo (el niño cree encontrarse al mismo tiempo donde se siente de estructura los que encontramos, ya que los individuos se encuen-
estar y donde se ye en el espejo), Lacan muestra cómo el júbilo del tran continuamente atrapados por vínculos imaginarios que condu-
•niño ante la aparición de su imagen está ligada a una identificación: cen ya sea a la violencia o a la parálisis del campo patológico en el
es decir, marca una "transformación producida en el sujeto cuando que tienen lugar las tensiones.
asume una imagen". Esta identificación es alienación en la medida
en que Ja captación en la imagen no corresponde todavía al ser real
del niñOj que sigue condenado a la dependencia con respecto al G. LA INDIFERENCIACIÓN PRIMITIVA DE BLEGER,6 LO IMAGINARIO V
adulto y a la impotencia motriz. LO SIMBÓLICO
En este momento hace surgir Lacan de la instancia imaginaria
del yo [moi], un yo [Je], y estudia la relación que mantiene este yo Retomemos nuestro tema a partir de las referencias que acabarnos
[]e] con una imagen exterior a él. Las identificaciones imaginarias de exponer. El estudio del campo patológico (en la institución psi-
pertenecen al yo [mot]. El yo [Je] se constituye en relación con una coanalítica o social) ha llevado a Bleger a describir bajo el nombre
verdad de orden simbólico; y Lacan muestra corno la identificación de relación simbiótica- lo que, según él, se establece a partir de las
especular misma (ausente en la psicosis) sólo tiene lugar si una formas de identificación más primitivas. Guando Bleger evoca este
palabra le ha posibilitado al sujeto el reconocimiento de su imagen. estado de indiferenciación primitiva, presente a veces en cierto tipo
Así, pues, se requiere un trasfondo simbólico, sin el cual el orden de trasferencia, pone el acento sobre lo que Lacan describe como
imaginario, debido a la irrupción de una imagen de si, introduce perteneciente de modo específico a la pura dimensión imaginaria.
una apertura. Al otro (al tercero semejante) que entra así en el juego, En realidad, la indiferenciación en la que el sujeto se encuentra
el sujeto lo reconoce al mismo tiempo que a sí mismo, y este reconoci- juntamente con su objeto significa —según Lacan— para el sujeto:
miento imposible es el que signa el hecho psicótico en el que el sujeto intento de reconquistarse a través de la representación del objeto
no puede hacer? otra cosa que permanecer en la alternativa: o la perdido.7 Porque, después de la pérdida del objeto, lo que lo susti-
presencia o la .desaparición de una u otra; es decir o la vida o tuye es una imagen. En el curso de su vida, el individuo tiene que
la muerte. • vérselas con sustitutos de imágenes. En consecuencia, el sujeto está
Al término de la identificación imaginaria encontramos, pues, un en relación no tanto con un objeto sino con el signo de su pérdida,
ya [moi] alienado en la imagen de otro y (distinto del sujeto) por- de su huella. Lo que se recarga (nos lo recuerda Freud en La inter-
pendíente. Lo que le permite al niño este reconocimiento de su cuerpo distinto pretación de los sueños}, no son mas que huellas: en estas huellas,
del cuerpo del otro "e& ese movimiento en que el niño se vuelve hacia quien viene a alojarse el deseo, en ellas imprime su marca.
Jo sostiene para buscar su asentimiento" (Seminario clel 28 de noviembre de Lo que Blejer ha descrito como mecanismos de defensa (y proyec-
1962). El niño va, pues, a reconocer en el yo [ego] especular (cargado por la ción) que aparecen en la trasferencia llamada simbiótica, se halla
libido materna) su yo [rnoí] ideal (objeto del narcisismo primario).
En el psicóticoj la situación es totalmente diferente: "Lo que el espejo en estrecha relación con el modo en que el sujeto (en la etapa del
le devuelve indefinidamente, es él en cuanto que «lugar de la castración», y a ego especular) trata de aclarar su deseo. En Ja medida en que el yo
esta imagen no puede hacer otra cosa que huirle de modo también indefinido. [ego] especular vacila, busca en su semejante una imagen de suplencia
Lo que se refleja en el espejo en cuanto que ego especular (convirtiéndose el ideal, con todo lo que esto significa de respuesta agresiva cuando la
otro en agente de castración) Je cierra para siempre al psicótico toda posibi-
lidad y toda vía de identificación ( . . . ) • Toda relación imaginaria con el
otro, por más que se apoye en el ego especular, se torna imposible." (Fiera G Bleger, Simbiosis y ambigüedad, Buenos Aires, Paidós, 1967.
Aulagnier, La psychaiialyse, n 5 8). 71Véase el capítulo 4 de este libro.
INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA
126 127

relación con el otro se sitúa, solamente en la estructura imaginaria. do sólo ésta podría llevar al enfermo a salir del atolladero en que
Los fenómenos de defensa que así se producen forman el cuadro que (juntamente con el otro) se halla atrapado.
va de la histeria al autismo, pasando por la obsesión, la hipocon- Es importante precisar estas nociones, tanto si se trata de orientar
dría, etc. Lo que fracasa al nivel del deseo es el acceso a toda forma una cura individual, como de establecer una organización institu-
de simbolización. cional (cuando lo que se busca es circunscribir sus efectos alienantes,
En esta relación simbiótica se halla en juego algo que pertenece es decir al efecto alienante de una pura situación imaginaria).
al orden del proceso primario y que indica la presencia del deseo. Searles intenta restablecer de modo correctivo, en la institución,
La situación de ambigüedad que se instala es una situación de para- una especie de "buenas" relaciones entre padres e hijos, sin preocu-
sitismo que lleva a dos personas a ya no poder dejarse pero a la vez parse por lo que se halla en juego en un deseo psicótico que, bajo
a no entenderse. Si se separan están perdidas; una tiene necesidad su forma más destructiva, llega, en lo que Ereud ha definido como
de la otra y no le perdona el sentir esa necesidad. regresión tópica, a la alucinación.
El estudio más profundo de la fantasía (según Jos criterios laca-
nianos) nos muestra que la aparición de ésta exige en realidad dos
IX LA GRATIFICACIÓN OCEÁNICA Y EL SIGNIFICANTE niveles de funcionamiento del deseo. Es útil precisar estas nociones
porque guardan una estrecha relación con el escucha que es preciso
Si bien es cierto que los analistas deben su interés por el estudio de introducir frente a la demanda formulada por el paciente.
los casos graves de psicosis a Jas investigaciones de Melanie Klein Si se responde a la demanda al nivel más ingenuo, se corre el
sobre las etapas más precoces del desarrollo infantil, es cierto tam- riesgo de desconocer lo que, en el orden del deseo, se empeña por
bién que los problemas técnicos planteados por la cura han aparecido hacerse reconocer, y se reproduce así el tipo de respuesta materna
de modo diferente en los casos en que ésta es ambulatoria y en los que ha sido responsable de lo que en el sujeto imposibilita todo
casos de hospitalización. acceso al deseo. No es posible confundir impunemente, es decir sin
Searles 8 expone de qué manera, en una institución., el terapeuta producir efectos lamentables, los significantes de la demanda y el
puede verse llevado a participar en el universo psicótico del enfer- objeto hacia el que la demanda parece orientarse. Porque el lugar
mo, a tal punto de sentirse amenazado en su propia identidad. Acon- de este objeto en la fantasía funciona (ya lo veremos) como señuelo,
seja ofrecer al "enfermo" una gratificación oceánica^ a la que otros al nivel del deseo secundario. Lo que es preciso sacar a luz en un
han llamado (en son de critica) el gran baño ferencziano.9 Se trata análisis es una pregunta que está presente en la fantasía pero que,
de compartir, en la angustia, la soledad subjetiva del paciente, hasta para precisarse, requiere que se mantenga cierta apertura. Una res-
el punto de regresar con él a una dependencia mutua a la que se puesta demasiado rápida a la demanda ahoga lo que hay de deseo
denomina simbiótica, dependencia que según se plantea no ha podido en ella.
desarrollarse hasta su desenlace en las relaciones arcaicas con una
madre amada-odiada, a la que se vivía corno peligrosa.
Esta posición de Searles, si bien tiene el mérito de sustraer al ana- E. LA DEMANDA, EL DESEO Y EL OBJETO EN LA FANTASÍA
lista de la actitud psiquiátrica (oposición entre un terapeuta "sano"
y un paciente "enfermo"), adolece no obstante de una falta de
rigor en su articulación teórica. Una cosa es ser interpelado por la De este modo, la instauración de la fantasía exige dos niveles de
"locura" del -otro, y otra diferente hacer de la "locura" del otro funcionamiento del deseo.
la única guía en una situación necesariamente dual, sin posibili- En la primera etapa, la del llamado., el sujeto se eclipsa detrás
dad de apertura hacia una articulación simbólica, precisamente cuan- de la representación del objeto; es allí donde se sitúan las articula-
ciones primeras de la demanda, ligadas a las heridas recibidas por
s Harold F. Searles, The nonhuman environment, Int. Univ. Press, 1960; el narcisismo primario.
Collected papers on schtzophrenia and relatad subjects, Int. Univ. Press, 1965, Pero el sujeto se encuentra ya allí en el camino de las huellas pri-
[Hay edición en español: Conflicto psicótico y realidad, Buenos Aires, Proteo.]
9 Edith Jacobsoiij Psycholtc conflicts and reality, Int. Univ. Press, 1967.
mitivas, buscando desesperadamente un objeto que nunca logra
LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 129
INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS
128
impasse (a menos que nunca haya podido distinguir lo que, en su
alcanzar porque de lo que se trata es del momento originario como llamado, pertenecía al registro de la demanda, de la necesidad o del
tal, momento que apunta a la fusión del ser y de la cosa. deseo).
A partir de la represión primitiva del deseo, el objeto se fija en La otra elección que se le ofrece al analista es la de sustraerse a
una fantasía: el sujeto se encuentra en ese momento frente a un la fascinación imaginaria que ejerce en él la locura del otro, y llegar
objeto sustituto involucrado en el significante de las primeras deman- por medio de la palabra (situándose en un cierto lugar del discurso
das. Lo que surge entonces es la instauración de deseos secundarios; sintomático) a lo que los efectos de sentido puedan representar como
el sujeto, creyendo realizar su deseo, se encuentra atrapado por una marca significante, en un. recuestionamiento de la posición del sujeto.
imagen ilusoria, porque aquello con lo que trata no es más que una Pero es en el encuadre de la institución (psicoanalítica o social)
trasmutación significante en la búsqueda del objeto perdido. Y eso donde va a ejecutarse la compulsión de repetición perfecta10 que
es lo que lleva al neurótico a confundir incesantemente los signifi- pone de manifiesto lo que Bleger llama la indiferenciación primitiva
cantes de la demanda con el objeto al que esa demanda parece de las etapas más precoces de la organización de la personalidad.
apuntar. El encuadre, depositario del mundo fantástico del paciente, debe
En el funcionamiento imaginario, el objeto sustituto indica en re- convertirse, pues, en objeto de análisis, para permitir que se desaten
alidad una falta, la falta primaria" del deseo primario. En cuanto los vínculos "psicóticos" establecidos por el paciente con la institu-
tal, es doblemente deseado. ción psicoanalítica o social. El análisis del encuadre consiste en
El lugar del objeto en la fantasía funciona como señuelo, al nivel develar lo que, en la imagen del cuerpo del paciente, ha permane-
del deseo secundario. De este modo, el deseo es llamado a fraccio- cido fragmentado. Esta operación de develamiento, cargada de an-
narse sin cesar,, y cuando el objeto de la demanda se satisface, se gustia, sólo es posible en una situación en la que el encuadre de la
opera una detención en el movimiento del sujeto; la fantasía surge institución psicoanalítica (o social) conserva su carácter permanente,
en el instante en que desaparece el deseo, para volver a poner al no ambiguo. La inercia del encuadre institucional interviene enton-
sujeto en el camino del deseo del objeto sustituto. ces como protección contra la angustia.
El sujeto marcado por el significante se encuentra aí mismo tiempo
separado y encadenado al objeto de la fantasía; en su búsqueda
engañosa se ve llevado a poner en el otro el objeto de la fantasía, II. UN GASO DE ANOREXIA MENTAL
haciendo del otro el sostén y el apoyo de una carencia fundamental.
Es en el lugar del otro que el sujeto en análisis articula-el "¿Qué
es lo que quieres de mí?", que se trasforma en un "¿Qué es lo que A. EL RELATO
quiero?". Estas preguntas del inconsciente son precisamente las que
recubren los significantes primeros del deseo. Esto es lo que un aná- Me propongo estudiar aquí un episodio de la cura analítica de una
lisis debe llegar a develar y sólo .puede llegar a hacerlo a través de adolescente de 17 años que sufría desde hacía dos años de una añore-
ese largo camino del discurso insensato. xia grave, rebelde a todas las tentativas psiquiátricas llevadas a cabo
en ocasión de sus cinco hospitalizaciones sucesivas.
Una y otra vez, aislada y alimentada por la fuerza, Sidonie vuelve
E. GURA DE LOS PSICÓTIGOS Y REFERENCIAS ESTRUCTURALES siempre a casa de sus padres en buen estado físico, pero rebelde y
reivindicativa. Apenas instalada en el medio familiar, recomienza
Gomo ya hemos visto, el problema, para el psicótico, se sitúa en el su huelga de hambre, o intenta destruirse físicamente mediante una
acceso imposible al deseo. La respuesta del Otro lo ha remitido a no ingestión desmesurada de vinagre, aspirinas y limones. Afectados sus
poderse sostener más que a nivel de la demanda. Es ésta la que, en la riñones, emprende el camino al hospital general, que la envía al hos-
cura, se plantea con insistencia repetitiva desde el comienzo. La elec-
ción que se le ofrece al analista es la de, por una parte, desempeñar 10 José Blegerj "Psychoanalysis of the psychoanalytic frame", en Interna-
el papel de la "madre buena" sofocando medíante criterios norma- tional Journal of Psychoanalysis, vol. 48, nv 4, 1967.
tivos o caritativos todo lo que en el otro ha quedado fijado en una
130 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS
LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 131

pita! psiquiátrico, y vuelve a comenzar de este modo el círculo infer-


nal. Dulzura, persuasión, severidad, "todo se ha intentado", me dicen. Yo (a Sidonie): ¿Qué se puede hacer? ¿Eres tú la que está
Considerada una vez tras otra como histérica y psicótica, Sidonie ha enferma o es tu madre?
logrado agotar la paciencia de los adultos (y del cuerpo médico). El padre: Mi mujer ya no da más. Temo que la hospitalicen.
Se le mantiene reservado un lugar en el hospital psiquiátrico. Ya no Yo (a Sidonie); Es cierto que esto es un espectáculo, todos están
se espera que sane: se la considera como una enferma crónica, futura dentro. ¿Qué propones tú?
delirante. Los padres (a coro): Corre el peligro de caerse desmayada en
Perdido por perdido^ le dicen a la familia, vayan ustedes a ver a la calle. No se la puede dejar sin vigilancia en la casa. Querríamos
.un psicoanalista. salir de vacaciones, pero . .. está Sidonie, no hay solución.
Yo (a Sidonie): Bien, ¿tienes algo que decir?
Sidonie: Una chica me ha dicho que lo único que puede ayudar-
/. La primera entrevista me es el psicoanálisis. Yo quiero quedarme sola en el departamento.
Me arreglaré perfectamente.
Recibo a una pareja bastante joven (madre ansiosa, padre intere- La madre: El doctor X ha dicho que no hay ninguna esperanza
sado, apasionado por la investigación médica: su hija constituye "un con esta enfermedad. Histérica, psicótica y perversa. Todo eso junto,
caso" con el que la medicina fracasa, de lo cual se siente manifies- es incurable.
tamente satisfecho). Sidonie, pequeña y frágil, tiene el aspecto de El padre: Si ella quiere ver a la psicoanalista, podríamos inten-
una muñeca de porcelana de Sajonia. Largos cabellos rubios le caen - tarlo. (Volviéndose hacia mí) : ¿Asume usted la responsabilidad de
hasta la cintura, pero su rostro demacrado es el de una mujer an- que Sidonie no se caerá desmayada en la calle?
ciana. Únicamente sus ojos tienen vida. Con la postura de una joro- Yo: Yo no asumo la responsabilidad de nada en absoluto, salvo
bada, vacilante, Sidonie parece estar a punto de quebrarse, tiene el la de comportarme como analista. El doctor Y ha decidido que Si-
aspecto patético de alguien que ha escapado de uno de esos campos donie podía permanecer dos meses alimentándose tal como lo hace
de concentración que eran antesala de la muerte. La adolescente erra ahora. Él decidirá de aquí a dos meses si se la hospitaliza o no. Mien-
como un fantasma entre sus progenitores, prestos a sostenerla ante tras tanto } es Sidonie la que debe decir si se hace cargo de su cuerpo,
el menor desfallecimiento. y asume la responsabilidad de traer su cuerpo hasta mi casa en las
—Está a punto de desvanecerse —me dice la madre. horas y los días que fijemos.
—Casi no se la traemos —me dice el padre. Sidonie: Yo deseo tener paz, estar sola. Prometo cumplir puntual-
—Y tú, ¿cómo te sientes? —le digo a Sidonie. mente con las entrevistas, no provocar un incendio, no suicidarme,
La respuesta es un gemido, eco del discurso de los progenitores. no producir ningún escándalo entre los vecinos.
—Eso es como te sienten tus padres, pero tú, tu tienes sin duda El padre (llevándome aparte): Vea usted, no se ve, pero Sidonie
una idea. Tu cuerpo es tuyo. Eres tú la que sabe si se siente bien
nunca ha sido como los demás. Es retardada, es una nina, es preciso
o no se siente, bien.
resignarse a esa idea, seguirá siendo una niña.
—¿Yo? Yo estoy'muy bien. El espectáculo lo hacen ellos.
Sidonie (agresiva): ¿Qué es lo que están completando?
—Y tú, ¿qué es lo que quieres de mí?
Yo: Tu padre me ha hecho conocer una etiqueta más sobre ti:
—Yo quiero venir a verla.
eres retardada, no eres como los demás, y se pregunta si es posible
—¿Para hacer qué?
dejarte sola sin que hagas saltar todo por los aires.
—Para hablar.
El padre (asustado): Pero no había por qué decirle ese secreto
La madre: ¿Pero nos dirá usted lo que es preciso hacer?
sobre su retardo, esto le va a provocar otro complejo.
—¿Lo que es preciso hacer?
Yo: Sidonie sabe que se dice que es loca, retardada, histérica, per-
La madre: Si se queda en casa, yo no podré vivir asL Es pre-
versa e incurable. No veo por qué, de golpe, hay que hacer tanto
ciso hacer algo. Siento que voy a caer en una depresión.
misterio.
LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 133
132 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS

Lo que no sabe es que está gobernada por todos esos veredictos de —• de su madre que, en un período en que ella era bulímica, le
las personas mayores, que en ellos cree sin creer, y que esto la perjudica. decía: "serás desgraciada toda tu vida, caerás en la desgracia";
La madre: ¿Cree usted que podemos salir de vacaciones? Quizás — del sistema escolar, en el que se aburre;
podríamos pedirle a un primo lejano que se alojara en casa. Esta- •—del cuerpo médico, que obedece las órdenes de su madre. El
ríamos más tranquilos, es un hombre de edad con quien Sidonie se doctor me ha dicho: "Dentro de seis semanas volveremos a encon-
lleva bien. trarnos. Tu cama está reservada en el hospital psiquiátrico",
yo (a Sidonie); ¿Qué piensas tú? —Si no existiera más que papá —agrega Sidonie— todo sería per-
. Sidonie: Estoy de acuerdo. fecto. Él me comprende. Me da lástima que tenga una mala mujer,
Se decide, en consecuencia, una prueba de cura analítica de seis se deja manejar, peor para él.
semanas. Sidonie, libre de toda constricción, vivirá como le parezca, La instalación del primo se realiza con un cierto ceremonial. Sido-
según su propio:íritmo. Lo que permanece fijo son los días y las ho- nie se preocupa por prepararle pequeños platos especiales y por ha-
ras de las entrevistas que tendrá conmigo. cerle compañía. Ella es exigente en cuanto al respeto de las horas
Convenimos en que el primo irá a pasar la noche a la casa. Una de comida, y no le gusta que no coma alguno de los platos.
persona de servicio se hará presente, por otra parte, durante seis —Una diría que es su madre •—me dice la mucama toda enter-
horas diarias. Los progenitores pueden telefonearme todos los días, necida (esta mujer es traída por Sidonie para que me hable de ella).
si así lo desean. Ordena como si no hubiera hecho más que eso durante toda su vida.
Les pido que le entreguen a Sidonie el dinero que servirá para las Y después los gastos, anota todo, no es gastadora; es desconfiada con
compras domésticas y para el análisis. Tos comerciantes; en resumen, una verdadera ama de casa.
La pareja se va muy conmovida. Sidonie, por el contrario, parece
¿Qué piensan de ella los demás?, es la pregunta que subyace en
brillar de satisfacción. Ha obtenido lo que venía implícitamente a
las sesiones.
pedir, es decir, el develamiento de una situación: la locura son los
otros, y no ella. Sidonie, muy dueña de sí, me expone al comenzar lo que se dice
¿Basta con esto? Y ella, Sidonie, ¿qué es lo que quiere? de ella:
—Mi primo trata de no molestarme, está tenso. El tío X haría
cualquier cosa por curarme. Mi primo habla de mí en la oficina, con
//. La cura ambulatoria los amigos. A la hora de la cena me dice: "Hemos hablado de tu
caso". No aprueba el psicoanálisis y le parece que xisted está loca
Este período de seis semanas corresponde a las vacaciones de los por dejarme tanta libertad. Siempre han decidido por mí. A lo largo
progenitores. Sidonie se levanta hacia las 2 de la tarde, se alimenta del día le hablan a todos de mí; por cualquier lado que vaya, mí
con un litro de leche por día, prepara la cena de su primo. Tres enfermedad me sigue. El doctor X les ha dicho a mis padres: "No
veces por semana viene a verme, puntual, a la hora de las entre- se curará nunca, pasará su vida entre el hospital y la casa. Le reser-
vistas. varemos una cama vitalicia". El doctor X no me entendía. Tenía su
Al comienzo, Sidonie está muy cómoda. Jovial, me explica los fra- propia idea sobre la enfermedad. Yo era un caso. Yo no me consi-
casos médicos (no han sabido qué'hacer, yo era la más fuerte). En dero enferma. Tengo los pies bien en la tierra. Mi primo está cada
los mismos términos reconocerá más tarde: vez peor. No puede verme más así como estoy. Ha hablado
de rní por teléfono y ha dicho que yo no puedo salir. Me consideran
—En la familia, es mamá la que tira de los hilos y la que manda
anormal. Bajo esa etiqueta me siento tranquila, pero en otro sentido
a mi padre.
no estoy tranquila, la cosa oscila y yo en el medio.
De sus hospitalizaciones, Sidonie guarda el recuerdo de un com-
bate contra el cuerpo profesional. Relata el ritual del hospital y el A medida que la finalización de las vacaciones anuncia el regreso
modo como ella nunca cesó de enfrentarlo. de sus progenitores, Sidonie pierde su aire jovial y retoma la máscara
Sidonie se pone en situación de víctima: de una mujer vieja.
134 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS
LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 135

En la casa, les hace pasar al primo y a la mucama una vida infer^ debo volver a comenzar. Tengo que desenredar esta cuestión de mis
nal. J¿s la madre demoníaca que persigue a unos., que acusa a otros. voces. Es la primera vez que le hablo a alguien de mi secreto. •
Se torna avara y le niega alimento al primo. Así se termina la primera parte de la cura.
—Me hago semejante a mi madre, no puedo comprar ya nada. Ya Sidonie, en la libertad que se le ha dejado, ha tejido ella misma la
es suficiente con] que le compre pan. Lo que quiero hacer, nunca red que la aprisiona. A la animación del comienzo le ha seguido un
puedo hacerlo. Todo placer me está prohibido. estado en el que se encontraba como poseída por un destino inexorable
Sidonie deja de alimentarse y no duerme más. Trata de robar som- al que no podía escapar. Si por mi parte he actuado de modo tal que
níferos. El fin de las vacaciones de sus progenitores es también la Sidonie no ingresara al hospital psiquiátrico, ella, en cambio, se ha
fecha prevista por el psiquiatra para el regreso de Sidonie al hospital. ajustado al cumplimiento de las predicciones del psiquiatra. Su meta-
Al hacérselo notar, tropiezo con una indiferencia cortés; morfosis en asilada, en el corto espacio de cuatro días, resultó espec-
•—No tiene nada que ver —dice. tacular.
Sidonie parece dominada cada vez más por un destino. Lo que Sidonie, identificada con un psiquiatra, comenzó a exigir un régimen
ha de llegar, llegará; nadie puede hacer nada. La libertad que se le pedagógico severo. Atacó, por otra parte, el encuadre de la situación
dejó le ha provocado culpa: reclama una hospitalización. A esta hos- analítica (olvido de dinero, pedido de cambio de horario, que le
pitalización me resigno (a fin de evitarle el hospital psiquiátrico, que rechacé).
la acecha). Y después, está la confesión de un nudo delirante: pende sobre ella
Les sugiero a los progenitores (a través del pediatra, a quien una condena a la muerte de su ser. Su aspiración es la de morir en su
Sidonie ha ido a ver) una clínica privada en la que podría continuar cuerpo para que su ser escape a la muerte.
el análisis en un encuadre de despsiquiatrización indispensable para Sidonie advierte que no comparto el veredicto de condenación
que pueda continuarse la cura. El propósito que persigo es el de pronunciado por los médicos y la familia —pero teme que yo no siga
obtener de la clínica una no-intervención total en el plano del síntoma: siendo la más fuerte— y esto será lo que constantemente va a poner
que Sidonie pueda tener la libertad de rechazar el alimento. Mi - a prueba. (Lo que se pone a prueba es la omnipotencia mágica, la mía
preocupación es la de arrancar a esta adolescente de los veredictos y la suya, al nivel más primitivo. Al nivel simbólico, nada de lo que
de condenación que la llevan a ocupar, en intervalos regulares, el pertenece al registro de la castración es articulable. La castración sólo
lugar que la familia le ha asignado en el hospital psiquiátrico. puede ser vivida al nivel de lo real: bajo la forma de muerte.)
Le comunico a Sidonie las condiciones en las que se hará su entrada
en la clínica.
///. La hospitalización
—Tendrás que tomar a cargo tu cuerpo. Buscas, por todos los
medios, que vuelvan a meterte adentro. Después dices: él es el malo,
es horroroso. Son siempre los demás los que obran mal. Tú, tú nunca
a] Período hipomaníaco
tienes nada que ver con todo lo que pasa contigo. Estás allí como
en el cine: vean ustedes, señoras y señores, lo que han hecho de mí.
Desde el regreso de sus progenitores, Sidonie ha reunido todos los
—En cuanto a los alimentos —me responde Sidonie— es preciso
elementos de un "legajo" que debería llevar al pediatra a aconsejar
que yo no sepa lo que son, me dan remordimientos. Una fuerza me
una hospitalización. Es ciertamente Sidonie quien provoca la com-
dice: "No debes comer, te sobrevendrá una desgracia". La obesidad
plicidad del médico con la familia. Al obtener de los progenitores
es un crimen qiie para mí es mortal. Mi madre decía: "No debes
y del pediatra una libertad total de maniobra (es decir, la elección de
comer, si tocas alguna cosa serás desgranada toda tu vida. Te exhi-
la clínica y en esa clínica la elección de orientar el estilo de vida
birán en la feria?' Tengo voces que me habitan, quiero probarles al al que deberá atenerse), conservaba yo la entera responsabilidad de la
mundo que pueclo soportar hasta el límite extremo del comienzo cura (con lo que hacía fracasar la aspiración inconsciente de Sidonie:
de la muerte. Es preciso que me deje llegar hasta allí, hacer lo que la cíe obedecer las órdenes que exigían su retorno al asilo). Pero
yo quiero, Nunca me han dejado hacer esta experiencia y siempre salía también yo de mi estricto rol de analista, manifestando mí deseo.
136 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 137

A este deseo, lo había incluso formulado claramente: yo rechazaba En una primera etapa, trata a las enfermeras con el mismo desprecio.
el sistema psiquiátrico clásico que en este caso no habría llevado Envuelta en su orgullo Sidonie se construye un lugar, propio de una
a otra cosa que al fracaso. Sidonie deseaba llegar hasta el 'umbral reina. Su situación es verdaderamente excepcional. Ha obtenido el
mismo de la muerte (del cuerpo), pues entonces que llegase a él. desplazamiento de su analista, una no intervención médica y una
Al entrar en la clínica, Sidonie lleva su encuadre, un encuadre de tolerancia con respecto a su anorexia, como no había encontrado
"cura" muy particular, en el cual se inscriben los ritos que deberán jamás todavía en ninguna parte.
conjurar las amenazas de muerte. —Pero esto —le dice una pensionista— no se ha visto jamás aquí.
. Ella entra en la clínica para expiar. La libertad de que goza no le basta. Precisa siempre más. Sidonie
El encuadre de la clínica ofrece un mínimo de exigencia: hora de se niega a ir a los talleres, pide que se le deje salir a la ciudad, distri-
levantarse, trabajo en el taller, horas de presencia en el comedor (en buye el alimento que le está destinado. Hace de su síntoma una apuesta
el que ella seguía en libertad de no comer). contra los demás y seduce al grupo de jóvenes del establecimiento.
Se establece un trabajo en equipo entre el personal responsable En ocho días, Sitióme, la'típica enferma del asilo, se ha transformado
de atenderla, el médico y yo misma. Se especifican claramente las en adolescente jovial y en promotora de actividades y diversiones, tan to-
responsabilidades de cada uno. mas jovial cuanto percibe muy bien la "rabia" del personal que soporta
En un comienzo me he preocupado porque se respetara una línea difícilmente la falta de "cuidados". Mediante su enfermedad, Sidonie
de conducta, pero enseguida rne puse al servicio del equipo, que es el realiza su aspiración de ser la más fuerte.12
único que adopta todas las decisiones sobre la vida en la institución. Este período de euforia no sobrevino desde el primer momento y es
Me preocupo por permanecer en la función de analista, consciente interesante recordar cómo hizo Sidonie la entrada en la clínica.
de haber usurpado ya bastantes papeles y entrado más de lo que Acompañada por su padre fue, con la ecónoma, objeto de un
hubiera querido en el juego de Sidonie. regateo:
Y lo que Sidonie trata de verificar es ciertamente algo vinculado —Rebaje usted el precio —pidió el padre— puesto que no come.
con mi omnipotencia mágica.11 En cierto modo, tiene la impresión —De ningún modo —respondió la ecónoma— pagará el precio»
de que yo dirijo a todos, a sus progenitores, la clínica, los médicos. de todo el mundo, por el régimen de todo el inundo.
En pocas palabras, es preciso que yo sea más diabólica (y fálica) que 12 Nota del doctor J.-P. Bouhour; Desde el momento en que se hizo cargo-
su madre. Si yo soy "mágica", entonces Sidonie también lo es. de su reinado, vivió de agua gaseosa cortada con agua natural "para que sea
Pero, ¿quién predominará? ¿Yo o el destino? más liviana", de una decena de limones y de ponches elaborados con vinagrer
La cura de Sidonie se emprende exactamente sobre esta base. y mostaza. La libertad de vivir en ese régimen muestra que la clínica (teniendo
en cuenta las reacciones inconscientes del equipo) intentó dejarla representar
Me traslado -a, la clínica tres veces por semana, pero Sidonie su comedia, convirtiéndonos todos en los testigos que' la veíamos pero que no
mantiene el juego trasferencial con toda la institución. respondíamos a su provocación y nos negábamos a ser actores tal como lo
Sidonie trata de establecer referencias seguras. habían sido los integrantes de su medio familiar. Ella me contaba sus hazañas:
—¿Quién manda en la clínica? todo iba mejor, quería trabajar, pronto saldría, se sentía perfectamente bien;
provocaciones que, en este estadio, eran cebos para que yo formulara el
Después de todo un juego entre el personal médico y yo misma, diagnóstico de locura a partir de la discordancia del cuerpo que veía y las
Sidonie adquiere la convicción de que en ese lugar el que manda es cosas que ella decía. De este modo, creo que pudo experimentarse como h'gar
el doctor Z. Después de haberlo tratado en un comienzo como a un de surgimiento de los roles persecutorios, en el sentido kleiniano, que habría
lacayo, lo convierte en "el testigo médico de sus síntomas. querido hacernos representar. Se le permitió representar. Se le permitió repre-
sentar su locura para que pudiese reconocer que ella era el teatro de la misma.
Llama usted a este período "hípomaníaco". Este período, en efecto eufórico,
31 Nota del doctor J.-P. Bouhour: Su deseo de" verificar si poseía efectiva- se caracterizó por una especie de enloquecimiento de los mecanismos proyec-
mente usted esa omnipotencia mágica, en realidad sí adoptaba usted el lugar tivos que, al no encontrar más apoyo para enviar hacia afuera la persecución, se
de su madre negando toda castración, se manifestó un día en que no había vaciaron por completo, en cierta forma, y le permitieron intentar realizar y
venido usted, y en el que ella evocó una decisión urgente que, a su juicio, vivir algunos de sus "deseos delirantes": "se vive sin comer, se trabaja y todo
exigía su intervención. Nos colocó en la situación de llamarla o de decidir va bien", de las que hacía la condición suficiente de su salud. En todo esto
nosotros mismos, pero uon lo que esto suponía de afectar nuestro status fan- olvida solamente la existencia de su cuerpo que muere literalmente y desconoce
tástico. La elección de la segunda solución fue muy positiva. la alienación de sus deseos.
LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 139
138 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA V PSICOANÁLISIS

Veremos posteriormente el destino que les reservará Sidonie a las Agotada, perdida, Sidonie reclama la tortura, un hospital donde
palabras del padre: "Esto cuesta demasiado caro". uno sea malo con ella. Reivindica "cuidados psiquiátricos".
A la mañana siguiente, la encuentro extendida en el suelo, casi El alimento le produce miedo, quiere salvarse del alimento, pero lo
.inconsciente. Le digo: que trata de obtener es su salida de la institución.
•—Te acepto tanto muerta como viva. El discurso contra la clínica lo mantiene con su padre. Desde un
También a estas palabras Sidonie les reservará un destino (como comienzo ella ha sentido su oposición "porque eso costaba caro". El
después veremos). Pero por el momento, como si fuera un muñeco placer que obtenía con ello (hacerle pagar) trata de hacérselo ahora
de resorte que sale de su caja3 de un salto se acuesta en la cama: perdonar regresando al hospital psiquiátrico.
• —Yo no quiero morir. •—Todo placer —me dice—• se paga con la muerte.
Por la tarde tiene un sueño: sus padres se divorcian y ella va a vivir Sidonie se encuentra en la antecámara de la locura. Lo que se está
sola con su padre. tramando es, me dice, un asesinato del alma (¡no puede sospecharse
A la mañana siguiente Sidonie se instala en su papel de vedette, en que haya leído a Schreber!).
en el cual hostiga al personal médico y seduce a los jóvenes. Así, en el ¿Qué es lo que ha pasado?
comedor, pide una comida y la ofrece a un invitado ocasional. Después En un primer tiempo, Sidonie ha integrado la institución hasta el
de unos quince días de sobrellevar este régimen., el personal comienza punto de hacerla una sola cosa con ella. Se sintió mágicamente todo-
a sentirse un poco desbordado. Sidonie hace todo lo que le viene a la poderosa (como lo era su analista) y más fuerte que sus progenitores.
cabeza. Al encuadre de la institución, ella lo ignoraba. "Únicamente el suyo
La directora interviene un día para prohibirle que otra persona coma contaba. La simple observación de la directora le produjo una ruptura
en su lugar. Sidonie pierde su regla de juego a la que se atiene por . en su encuadre que no fue ya apto para seguir siendo el depositario
encima de todo. Puesto que no puede ya desempeñar de modo erótico de su mundo fantástico.
su síntoma, va a retirarse y a recluirse de toda posibilidad de inter- No quiso reconocer otra regla de juego que la suya. Someterse a la
cambio. regla de la institución es ser testigo de la destrucción de su omnipo-
De aquí en adelante intentará erotizar sus perturbaciones de otro tencia mágica (y de la mía).
modo. :f —Usted me abandona —me dice en ese mismo momento.
Sidonie está buscando referencias, ya no sabe quién es, y se siente
habitada por las amenazas maternas,
b] Período depresivo A la institución que ha agredido de todos los modos posibles, la
siente bruscamente como peligrosa (del mismo modo que al alimento)
Desde el instante en que se pone en práctica la regla de la institución y Sidonie reclama entonces la fuga. (La fuga al hospital psiquiátrico,
que restringe su libertad, Sidonie-trama su fuga (fuga de la clínica, donde de acuerdo con su familia se le reserva una cama).
fuga del análisis) y busca aliados en sus progenitores (¿no había dicho La culpabilidad de Sidonie habría sido menor si hubiese podido
el padre que eso costaba demasiado caro?), \para volver al hospital encontrar exigencias de trabajo en la institución. Gomo el encuadre
psiquiátrico*. La clínica, inicialmente idealizada (idealizada hasta el institucional no era lo suficientemente represivo, Sidonie va a ejercer
punto que el padre rne dice: "No es preciso tampoco que se crea contra sí misma su propia represión.
•de vacaciones"), se transforma en el perseguidor del que es preciso Se presenta una ocasión: la muerte de un primo lejano. Sidonie
.salvarse. pide que se le deje participar en el entierro. Es la ocasión que apro-
Pero su juego con el alimento (hacerle pagar caro al padre platos vecha el padre para retirarla de la clínica colocando al médico ante
que ofrecía a otros) se basaba en una proyección de pulsiones des- un.hecho consumado.
tructivas. Esto es lo que la prohibición vino a cortar y de allí en El sepelio es una fiesta familiar. En ella vuelve a encontrar Sidonie
adelante Sidonie ejecutará contra sí misma su empresa de demolición. un lugar de reina. Los progenitores me la traen ocho días después; han
Reclama alimentación intensiva y por perfusión, las voces le dicen decidido que el análisis siga efectuándose fuera de la clínica (con la
"te están asesinando", otras la amenazan: "te arrepentirás". aspiración, en realidad, de verla reintegrarse al hospital psiquiátrico).
INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 141
140

Me encuentro ante una pareja cerrada y ante una niña que está, Yo: Eso es lo que se hizo. El doctor Z dice que no habría podido ir
visiblemente, al final del camino. El trío está decidido. No se sabe muy más lejos sin que hubieses muerto de verdad. Esa es la razón por la cual
bien quién ha manejado los hilos. La dirección de la cura pertenece estás bajo perfusión. Es la razón por la cual te ha pedido que te
siempre a la familia. Se le ponen condiciones al analista. No hay alimentes.
ninguna esperanza de hacerse oír. Lo que tengo delante de mí es un Sidonie: ¿Cómo ha podido saber él que yo iba a morir?
trío alienado. yo: Y tú, ¿cómo es que no sientes lo que reclama tu cuerpo?
Doy mi opinión sobre los siguentes hechos: Sidonie: Creía que podría detener la muerte a tiempo. Lo que uno
1, Que la familia ha roto un contrato y que es preciso volver a la desea y lo quiere el cuerpo, no es lo mismo.
clínica inmediatamente. Seguiré a Sidonie allí y no a otra parte. Yo: Y tú, ¿qué es lo que tú quieres?
2. Que todos actúan bajo el imperio de un veredicto de incura- Sidonie: Yo quiero morir para saber quién soy.
bilidad y que yo me rehuso a hacerme cómplice de ese veredicto. Se inventa entonces un mito, mito que va a ocuparla durante más
Soy breve y; pongo en la puerta a todos. de un mes, y que va a desempeñar el papel, no de regresión sino de
Tras una noche de reflexión, el padre decide volver a llevar a su hija recurso para reencontrar las fronteras de su identidad.
a la clínica. En ese momento, ella tiene cinco de presión. Durante El mito es un viaje a la muerte. La-falsa-Sidonie-en-su-cuerpo«de-
cuarenta y ochó horas, todos se preguntaron si moriría o no. vieja-que-da-miedo desciende al infierno. En ese mismo instante, nace
algo, no todavía algo vivo, pero sí algo que va a convertirse en vivo, en
cuerpo de bebé, de niña, de mujer. Se trama un juego complicado
c] La muerte y el renacimiento entre la hechicera y el recién nacido: el derecho a la vida le había sido
• robado por un juicio anterior a su nacimiento.
La misma Sidonie calificó después su regreso a la clínica en esta ¿Quién soy? ¿Dónde estoy?
forma: es una derrota. Por primera vez la familia cedió ante impera- Preguntas que surgen, aunque hay voces que amenazan a Sidonie
tivos que no eran los suyos. Podrían haber consultado en algún otro de muerte porque se alimenta,
lugar, pero no lo hicieron. Efectivamente, Sidonie se deja alimentar por las enfermeras. Las
Lo que pudo aclararse es el modo en que el padre de Sidonie, iden- cinco comidas (papilla de bebé) se inscriben en un ritual de expiación
tificado con su hija, no pudo funcionar nunca como padre.
La partida se jugaba entre la madre y la hija. Mediante el recurso
del síntoma, la hija dominaba a la madre. La cuestión consistía en vísperas de convertirse en partes activas. Yo diría que se trataba de una situa-
saber quién impondría la ley, si la madre o la hija. No había lugar ción psicodramática en la que las intervenciones del paciente, del mismo modo
que las del equipo que curaba, debían convertirse en objetos de análisis.
para un tercer elemento. Finalmente, se vio a las puertas de la muerte, de lo que surgió una fantasía
A su regreso a la clínica, Sidonie es tratada mediante perfusión. de renacimiento.
La veo todos los días durante un mes. íbamos a representar con Sidonie esta fantasía durante todo el tiempo de su
permanencia, mientras que usted recuperaba el lugar de la analista permane-
No siente su cuerpo. Lo abandona al médico.13 Habla con añoranza ciendo neutral. Le hablábamos de su cuerpo tal como lo veíamos, a la vez
del entierro: —Era tan bello, como si hubiese sido mi fiesta. Hubiera muriente y renaciendo al salir de la muerte; coja que equivalía, tanto según
querido que me hubiesen dejado llegar hasta la muerte, pero sin nuestras palabras como según nuestros cuidados} a lo siguiente: "Este cuerpo,
para vivir, precisa alimentarse como un bebé: he aquí, pues3 cinco comidas por
morir no obstante. día, papillas, alimentos en muy pequeños trozos". Muy débil y apenas cons-
ciente, nos respondió preguntándonos lo que se hacía con sus pañales. Todo
13 Nota del doctor J.-P. Bouhour: Volvió a entrar en la clínica en peligro esto habría sido una grotesca comedia sí hubiésemos creído que era realmente
de muerte por inanición y colapso; no era ya posible^ biológicamente; dejarla una recién nacida, pero se la representaba en torno a sus fantasías de muerte,
continuar con su comedia. La reanimación era necesaria, pero se planteaba en se concretaba en palabras y en conductas en esa metamorfosis psicodramática
condiciones psicológicas muy diferentes de la primera vez, puesto que ya había y sólo tenía interés porque estaba usted allí como analista para descifrarla. En
sido representado el primer acto. Ahora los roles estaban bien definidos: pul- este sentido, la colaboración "institución-analista" es fecunda, no plidien do
una parte el analista, por otra el médico y la institución, estos dos últimos en nadie actuar y permanecer en su rol sin que el otro desempeñe el suyo.
LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 143
142 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA i' PSICOANÁLISIS

significantes). Su desarrollo tiene la dimensión de un drama. El mal-


(plegarias, genuflexiones; encantamientos, para conjurar las amenazas entendido en su relación con el otro es radical.
de muerte que se hacen cada vez más precisas a medida que ella va —Todo el mundo está contento porque me he curado —me dice
tornándose deseante). un día llorando—, No se dan cuenta de que eso no es lo importante.
Hay allí una paradoja: lo que formula conscientemente, bajo la No comprenden- que lo que cuenta son mis ganas. Y son mis ganas
forma de diversas exigencias, es una demanda de muerte que subyace lo que las voces matan. Espían para matarlas. ¿De qué sirve que viva,
a un nivel inconsciente. Esa demanda de muerte gira en torno a la si estoy condenada a la muerte de mis ganas? Mi enfermedad no es
aspiración de que desaparezca su cuerpo, para que el deseo, como tal, el alimento, es que voy en camino de volverme loca.
subsista. ¡' ¿Cómo situar mejor el malentendido radical que reside en la rela-
En otros momentos, intervienen mecanismos de anulación que ción del anoréxico con su madre? La madre no le da al niño lo que
condenan a la. demanda a no ser ya lo que entonces se encuentra desea, pero lo atiborra de lo que precisa. Lo que de esto resulta es la
anulado, esto .'es, los significantes de la demanda: lo que Sidonie transformación ,del deseo del niño, para quien el único medio de subsis-
conserva son las órdenes que la destruyen. tir como deseante es negarse a comer.
De este modo, se siente presa de_una oscilación sin término, com- La anorexía, en este contexto, no es una "enfermedad", sino el
partida entre el deseo de destruir al otro y el de conservarlo. Esto va único modo que tiene el individuo de llegar a nacer como sujeto
acompañado de un intenso sentimiento de culpabilidad, que la lleva deseante fuera del deseo de la madre.
a destruirse para que pueda subsistir el deseo. El "yo no quiero comer" sobrentiende el "yo quiero" del deseo que
Al aprobar al comienzo de su estadía su aspiración a la destrucción trata de surgir.
de su cuerpo, ("Te acepto tanto muerta como viva"), privilegié la Como consecuencia de un accidente, desaparezco durante varios días.
conservación del deseo, deseo prohibido por un superyó materno Sidonie sabe que me he accidentado y lo siente como un abandono.
arcaico. Pero dejé intacta la fascinación que ejercía sobre Sidonie Recurre a sus síntomas y rechaza todo alimento. El médico, muy
cierto juego con la muerte (la suya y la de otro); y ha sido necesario cerca todavía de la prueba que para él ha constituido el riesgo real
que ella experimentara el efecto que sobre los otros tenía su muerte, de la muerte de Sidonie., ordena que se la alimente mediante sonda
para medir allí el deseo de los demás de vería viva. (cosa que sólo se hace una vez). Se da cuenta, por otra parte, de que
—¿En qué consiste estar vivo? se ha dejado "tragar" por la adolescente.14
Sidonie formula está pregunta en un momento en que en la clínica Se ha erigido todo un escenario para Sidonie, ella es quien distribuye
se había planteado claramente el riesgo de su muerte real. Con ese los papeles de víctima y de verdugo.
cuerpo que se le escapa, Sidonie fantasea la entrada en otra vida, una
vida en la que no habría cuerpo. 34 Ñola del doctor J.-P. Bouhonr: El episodio de la sonda me deja todavía

—Ese es mi problema -—-me dice—, no quiero ni engordar ni adel- perplejo. Tengo la impresión de haber sido manipulado porque yo no quería
verme obligado a actuar con ella sádicamente, aun cuando me lo pidiese.
gazar, ni ser varón ni mujer, ni tener más menstruaciones. Obedecía a un imperativo vital, era preciso alimentarla; y a impresiones entre
—¿Qué dirán mis padres si entro en un cuerpo de muchacha? es las cuales se contaba el sentimiento de que, habiendo decidido tornarle perfec-
la pregunta que formula de inmediato. tible el vínculo entre su cuerpo y su existencia fantástica de alimentación, yo
no podía fingir nuevamente que ignoraba su cuerpo, como-Io habíamos hecho
Sidonie entrevé bien que en tanto que muchacha deseante puede la primera vez. En fin, elegí la sonda en lugar de las perfusiones, como ella
nacer de esa muerte que ha rozado; pero el obstáculo con que tropieza lo pedía para que se alimentara con la boca y no con la piel. Esto lo hice para
entonces, es lo que en la madre no ha podido asumirse como ser permanecer, de alguna manera, en la dimensión del psicodrama. Sé que usted
sexuado, lo que en el padre no admite qué se trasforme en ser sexuado no ha aprobado esta maniobra. Debo decir que ante la urgencia de la decisión
me fue difícil reflexionar largamente en todas las significaciones posibles) y
para otro. Esta pregunta tan simple: "¿En qué consiste estar vivo?", respondí a la situación de "acción" que imperaba en el momento. La colocación
es la interrogación del deseo como tal, en un caso en el que la palabra de la sonda, que efectuó una enfermera, se llevó a cabo con la mayor calma,
no tiene nada que hacer. Sidonie se siente implicada allí (al nivel de sin ninguna oposición de parte de Sídonie, y sin violencia por la nuestra. En
lo que allí aparece como represión primitiva) no como sujeto, sino seguida, lloró prolongada y silenciosamente y después declaró bruscamente que
podíamos quitársela y que iba a comer, cosa que hizo.
como significante (y lo que es preciso anular son, precisamente, ciertos
i
144 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 145
La intervención con la sonda (objetable) se sitúa en un momento De este modo se manifiesta un contenido delirante, que no tocaré
en el que el médico ha sido positivamente cargado, por haber sido jamás, para privilegiar solamente lo que, en orden del deseo, trata
quien la desee?'viviente( diagnosticando a tiempo que ella se moría), de precisarse.
Sidpnie ha establecido ahora algo que pertenece al orden de la provo- Se le proponen a Sidonie dos tipos de actividades:
cación, y en donde puede verse una compulsión de repetición, bajo, a) el trabajo obligatorio en el taller con horario fijo;
el signo del principio del placer (la agresión oral venía a repetir los 6) el trabajo "libre" (y en realidad excepcional) de ayuda al perso-
efectos de una supuesta violación a los 7 años). Sidonie buscó la nal que cura.
agresión médica y el dolor erotizado. Todo el problema del conflicto anoréxico va a trasponerse al trabajo
En el instante, en que pierdo mi poder mágico por un accidente, obligatorio. Al médico le plantea Sidonie sus reivindicaciones, sus
Sidonie hace surgir el del médico. quejas. Prepara para él un cuaderno de quejas, como lo hiciera antes
De esa intervención no rne hablará nunca, salvo en una trasposición (a ejemplo de su madre) para sus síntomas somáticos. .
delirante: En el trabajo "libre", Sidonie se muestra eficaz y responsable.
—Durante su ausencia, me aplicaron el "shock". Ese me trasladó —Si pierdo mi enfermedad —me confiesa Sidonie—• no sé en verdad
a otra piel. Las ondas eléctricas -continuaron paseándose por todo qué gano al final. Estoy en un atolladero, porque no sé con qué voy a
mi cuerpo. encontrarme. Me parece que será preciso que conserve una enfer-
En realidad, Sidonie ha "elegido" el tratamiento que el médico medad, una que no me produzca demasiadas molestias.
administra a otros pacientes de su piso (electroshocks). Desde ese Algunos días después (cinco semanas después del día en que su
entonces, oscila entre dos identificaciones: con los enfermos del piso, padre la trajo de regreso a la clínica, moribunda) Sidonie me declara:
por los que se interesa (para suprimirlos), y con las enfermeras (pide —Me he acordado de lo que me había dicho usted hace dos meses:
ayudarles). que podría salir de esta clínica de locos para irme a un lugar en el
En las representaciones que efectúa es la más loca o la más cuerda que habría caballos, a partir del momento en que rne asumiera a mí
(es preciso que se distinga como un ser excepcional en un sentido o misma yo sola. Pues bien, lo haremos dentro de ocho días. No quiero
en el otro). pasar Navidad aquí.
Había sido también un día de Navidad aquel en que Sidonie decidió
sacrificar su cuerpo. Y un día de Pascua, había renunciado a Dios.
Las enfermeras tenían que alimentarla observando un ceremonial obsesivo No me sentí con derecho a negarle esa partida, que todos juzgaron
de anulación muy complicado: era preciso anunciarle su comida cinco minutos
antes, y ella se acostaba en la semioscuridad en actitud yacente. Al llegar la prematura.
enfermera, se levantaba para orinar y había que esperar todavía cinco minutos. Quince días antes, Sidonie daba todavía la impresión de ser una
Después volvía a ponerse horizontal, cerraba los ojos y tragaba pasivamente por gran delirante (delirante con algunos, elegía su tema según su inter-
bocaditos pequeños; los alimentos tenían que estar mezclados y resultar irreco- locutor) y no se alimentaba más que con" papillas.
nocibles. Poco a poco, el alimento fue perdiendo su carga y las relaciones se
organizaron en dos direcciones principales. En la primera, apareció una El día en que decide partir, abandona sus síntomas, se mezcla con
búsqueda de identificación con las enfermeras: deseo de ocuparse de otros los jóvenes, come con ellos. Ya no se queja. Sidonie es "normal", o
enfermos, pedidos de hacer las tareas de limpieza, de lavar las jeringas, valori- digamos más bien que representa serlo.15
zación de la profesión. El equipo favoreció esta identificación confiándole un
cierto número cíe tareas. La segunda dirección se manifestó por una oposición 15 Nota del doctor J.-P. Bouhour: A mí juicio, comenzó un tercer período
a mí, que encarnaba el personaje autoritario de la institución. Asumí de muy el día en que ella le recordó a usted su promesa de hacerle abandonar la
buen grado este rol que se traducía en exigencias de horarios precisos, en clínica a partir del momento en que se asumiera enteramente sola. Recuerdo
trabajo en el taller, que no le agradaba, en la limitación de las visitas. que a posterior! lamentó usted esta promesa. A partir de ese instante, ella se
Ella respondió presentándome con una agresividad meliflua todo un cuaderno metamorfoseó hasta el punto de que una mañana no la reconocí: estaba
de quejas y de requerimientos que discutimos punto por punto durante tanto amable; me puse contentísimo, y cuando pienso en ello tengo todavía la
tiempo como fue preciso. Ella no tenía ninguna otra posibilidad más que la impresión de haber sido engañado. La promesa que usted le hizo le dio la posi-
de pasar por mi ley, pero a través de un diálogo. Creo que durante este pe- bilidad de retomar el timón, de asegurarse que usted nuevamente era quien
ríodo, admitió que yo era el amo en la clínica y que usted era la analista, y que . hacía la ley (como su madre) ; no había entonces ningún riesgo en comportarse
ninguna relación de dependencia me ligaba a usted. amablemente conmigo, puesto que yo ya no constituía para ella peligro alguno;
146 INSTITUCIÓN .PSIQUIÁTRICA Y i>S¡COANALIS{S LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 147

En el plano del análisis, está todo por hacerse (pero Sidonie ha como deseante mediante el rechazo^ y es allí donde realiza su encuentro
integrado la prosecución del análisis en su plan de evasión, sigue con la muerte (la suya o la muerte deseada de una madre amada-
viniendo a verme). odiada). El eje en torno al cual ha girado la cura es el problema de
Bajo la apariencia de la histeria, Sidonie realiza en realidad un una muerte que se podría recibir de otro. j.(
destino que oscila entre el mandato velado del obsesivo y el mandato En el reencuentro de Sidonie con su semejante, lo que privilegia es.
manifiesto 1B del psicótico. la muerte, más allá de ese semejante: con este significante fatal
"El asesinato i de almas" del que se queja, sitúa "la antecámara de se opera algo que pertenece al orden de la identificación. El día ea
la locura" en lasque por momentos se encuentra. Un veredicto impla- que no es ya posible la exhibición con la muerte, Sidonie trata •
•cable le ha marceado los límites dentro de los cuales puede desarrollarse de presentarse bajo la máscara de la locura.
su vida: una cama en el hospital psiquiátrico, una vida entre la casa Desde la primera entrevista, Sidonie se ofrece como testigo: testigo
y el hospital, según la predicción médica; una condena a muerte de de la verdad de la pareja. No tiene otras referencias que las de una
toda demanda, según la resolución materna. omnipotencia que la mantiene excluida del orden simbólico. Sidonie
Sidonie, cuando dirige su interrogación al deseo del Otro, recibe en es el fruto de una unión sexual en la que se ha negado el aporte del
retribución una respuesta que la aliena. Guando trata de captarse padre como ser sexuado, cosa que ha puesto a la hija en situación
en la imagen que la mirada del Otro le devuelve, sólo puede subsistir de no poder encontrar,, a su vez, un lugar como ser sexuado. "En casa,
al puro nivel o de la imagen del objeto o de su representación signifi- los hombres no cuentan, por otra parte están siempre ausentes."
cante (de allí esa relación tan particular con un cuerpo que sigue Guando Sidonie trata de contar para sí misma, hace surgir del
siendo para ella absolutamente extraño). registro imaginario el deseo de muerte; y -cuando intenta nombrarse,
desaparece como sujeto. Por la vía del duelo (de una relación narci-
sista con un cuerpo que abandona) trata de restituirse lo perdido
B. COMENTARIO de ella que va a poder nacer en el estado de deseante, es decir en el
estado de sujeto capaz de luchar para vivir.
El drama de Sidonie es el drama de su reencuentro con el deseo. Ella En el origen de este mito de la muerte, se plantea algo que pertenece
debe enfrentarse con el deseo del padre (deseo que se sustraiga al de- al orden de la escena primaria; y allí se trama para Sidonie un vínculo
seo sexual de otro hombre, al precio de permanecer "retardada") entre lo que ella quiere y la muerte, la del otro y la suya propia. Pero
y con el deseo de la madre (que sólo puede aceptar perderla —en el problema de la muerte del otro (de la madre), si bien aparece
tanto que sujeto a un querer— al precio de recuperarla corno objeto develado en el sueño, por otra parte aparece solamente bajo forma
de cuidados). Guando Sidonie plantea en el lugar del Otro la interro- negada, Y la posición de Sidonie frente al significante falo es idéntica
gación sobre lo que quiere, recibe en cambio un mensaje que la en- a su posición frente al significante mortal, hay algo allí que se en-
cierra y la sustrae al deseo. A partir de entonces, Sidonie se afirmará cuentra repudiado (¡ordos) o negado. Sidonie trata de captarse corno
ser asexuado a fin de escapar al deseo del padre y al espanto que para
ella constituía el reconocimiento de la castración de la madre (de una
sus dolencias agresivas no tenían tampoco ya ningún interés, ya que yo mismo
no lo tenía. El sintonía volvió a recaer sobre el alimento, pero esta vez en madre cargada de omnipotencia mágica).
sentido inverso, porque en unos pocos días su alimentación llegó a ser normal El síntoma, la anorexia, es vivido, por consiguienie, en primer término
y decidió alimentarse sola, cosa que estaba muy lejos de lograrse unos días como mandato mudo. Sidonie no sabe que las voces le ordenan no
antes. Comer era el medid de afirmar su potencia, saliendo en la fecha prevista comer. El develamiento de este no-sabido se hace en el curso de la rela-
por una palabra anterior al momento en que comenzó a existir la ley de la
clínica. Recuerdo muy bien haber experimentado la impresión de que se me ción analítica. Reaparece en el lenguaje lo que hasta entonces perma-
escapaba. Vi allí; el aspecto negativo de su partida. Por otra parte, era necía negado por el sujeto y sustraído a toda articulación simbólica.
imposible faltar a' la palabra empeñada y el hecho de que fuese a G . . , era "Una fuerza me dice: no debes comer, te ocurrirá un accidente. Te
estimulante. Pero-en cuanto a ella, en aquel momento, este nuevo viaje le arriesgas a la desgracia. La bulimia, la obesidadj son un crimen que
parecía tan idílico, como el que había efectuado a la casa de su primo después
de su primera salida de la clínica. para mí es mortal." En otros momentos, las voces se tornan insistentes
10 J. Lacan, Seminario 1967-1968 (Boletín de Psicología), PUF. y dicen "te asesinan, te arrepentirás".
i

148 INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS

De este modo .se halla planteado a dos niveles lo que en la demanda Dos discursos la han marcado:
del sujeto buscaba hacerse reconocer. a) las predicciones de la madre: te condenarán;
Por una parte, lo que Lacan denomina "la antecámara de la lo- b) las predicciones médicas: pasará su vida entre la familia y
cura'1,17 es deciij esa floración imaginaria que surge en el punto el asilo.
de ruptura con la realidad exterior: las palabras de mandato, de morti- Atrapada en el discurso colectivo que la aprisiona, Sidonie establece
ficación en las que Sidonie nos sumerge. En la relación analítica, es con su medio vínculos simbióticos. No puede abandonar a los que en
eso mismo lo que me he esforzado por mantener entre paréntesis, para realidad detesta. Y asistimos a una labilidad muy grande del juego
privilegiar solamente lo que, más allá, trataba de hacerse reconocer identificatorio. Sidonie se presenta con manifestaciones que cambian
en una articulación simbólica. una y otra vez: histérica, obsesiva, delirante o perversa.
Por otra parte, encontramos un juego con la muerte planteado como Trata de fijar el deseo, pero en otro movimiento, y llega a no
mito, es decir como recurso, para que reaparezcan en el presente los tenerlo más: reaparece entonces lo que en las palabras maternas vino
significantes de las demandas antiguas: de allí las identificaciones con a matar hasta las demandas maternas. De este modo se plantea
el terapeuta que han surgido en forma alternada con las ideas para Sidonie la dialéctica insoluble del deseo, que se expresa bajo la
delirantes. forma de un rechazo de sí misma como ser sexuado (rechazo señalado
Si yo no hubiese permanecido sólo a la escucha de la floración de lo por esta pregunta: "¿Qué dirán mis padres si entro en un cuerpo de
fantástico, habría "psiquiatrizado", es decir, fijado un delirio que a muchacha?") ; se capta aquí la relación entre el deseo y la marca
toda costa era preciso dejar correr y tratar como a un proceso de la castración que surgió ante todo en el lugar del Otro. Hemos visto
restitutivo de curación. cómo, a lo largo de la cura, Sidonie ha establecido lo que se decía
En realidad, las palabras de mandato que sin que ella lo sepa .de ella,, apareciendo como testigo y víctima al mismo tiempo de un
gobiernan a Sidonie nos remiten a los oráculos, a los juramentos, a los drama que la desbordaba. A la muerte la planteaba como un signifi-
votos, en resumen, a todo un aparato del destino.18 Sabemos (por el cante a interrogar "para saber quién soy", con lo que indicaba con
mito de Edipo) que el oráculo es precisamente eso de lo que el sujeto claridad que no se debía confundir, en los "cuidados" que se le prodi-
busca escapar, y es tratando de alejarse que el sujeto lo realiza en los gaban, lo que pertenecía al orden de la necesidad y lo que correspondía
hechos, como lo vemos en la neurosis obsesiva; en la psicosis y, como al deseo.
consecuencia de una identificación inconsciente, el sujeto se niega a Al dejarse guiar por ella, permanecía uno, hasta cierto punto, en el
tener en cuenta el oráculo: pero es evidente que el inconsciente sí lo registro más seguro, al menos en la medida en que la relación
tiene en cuenta. de Sidonie con su cuerpo era hasta tal punto inexistente que se habría
El mito familiar es por lo general algo que el sujeto conoce: lo dejado morir sin desearlo para nada. Aquí se situaba el límite (y el
inconsciente es la identificación narcisista. término) de una experiencia de libertad que no podía ser. llevada
Sidonie, a lo largo de su cura, testimonia con el discurso de los más lejos sin implicar la privación de la libertad por la muerte real,
otros 1B el modo en que se la conduce, ignorando al mismo tiempo lo muerte deseada al nivel imaginario, pero que en una articulación
que la dirige (ignorándolo de cierto modo, ya que ve -que obedece a simbólica era demanda de nacimiento a partir de la introducción
las órdenes, pero dice que es por azar. A la orden no la conoce de un significante.
como orden). ' El hecho de haberle permitido al sujeto llegar hasta el límite
extremo de la resistencia física, constituyó, sin duda, un factor deter-
17 J. Lacan, Seminario del 16 de noviembre de 1955.
minante de su "curación", curación hasta ahora muy relativa, porque
18 O. Mannoni, 'Le mythe famílíal, cartelera de la escuela freudiana, di- si bien se trata de la desaparición del síntoma, permanece todavía
ciembre de 1964. intacta la manera en que Sidonie realiza, sin saberlo, el lugar que le
19 J. Lacan, Seminario del 8 de febrero de 1956: "El psicótico es un testigo está reservado por los oráculos que constituyen el aparato de su destino.
. abierto; mas precisamente en este sentido es que parece fijado, inmovilizado en "Si pierdo mí enfermedad, no sé qué gano", reconoce entonces
una posición que lo imposibilita de restaurar auténticamente el sentido de lo
que testimonia, y de compartir lo que testimonia con el discurso de los otros". Sidonie, quien en otro momento agrega: "preciso una enfermedad".
INSTITUCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOANÁLISIS LA INSTITUCIÓN COMO REFUGIO CONTRA LA ANGUSTIA 151
150

JLo que ella no pudo reconocer es la función de la enfermedad como Si la institución le permitió a Sidonie efectuar en un encuadre de
significante del deseo. La enfermedad cumple una función de oculta- .seguridad una de las "regresiones" más masivas, también le permitió
miento en la relación de Sidonie con el significante falo, por una parte, ,que a partir de esa regresión 21 cumplida en la permanencia del en-
y con el problema del incesto, tal como se plantea en el padre, por cuadre se efectuara también un control de las angustias psicóticas.
la otra. Lo que se planteó como proceso de repetición desde la entrada de
Lo que debe permanecer, al fin de cuentas, repudiado, es el problema Sidonie en la institución, fue la búsqueda de que se actuaran las
de la castración corno tal (de allí la negación que hace Sidonie de su disputas de los adultos a su respecto.
cuerpo sexuado), Sidonie se había introducido en el deseo del Otro como sujeto amado-
odiado. A quien ella buscaba darle también un objeto que odiar. En la
En-el interior del juego trasferencial, hemos visto cómo ella me trasferencia le fue preciso, por ende, destruir -lo personal de las de-
había situado en el registro de la omnipotencia mágica. A partir de mandas al nivel de la necesidad (en un contexto de sin sentido radical)
allí reaparecieron los significantes de las demandas más antiguas (y para que poco a poco surgiera algo que se pareciese al deseo. Para lo
también a partir de allí se articula lo que puede llamarse con el nom- cual Sidonie interrogaba a la muerte bajo la máscara de loca, plan-
bre de identificación primaria). Allí debe situarse lo que no había teando allí claramente su pregunta sobre la verdad y el saber j "testigo
podido simbolizarse de la castración, reaparecido en lo real bajo la abierto" de su propia contradicción, incapaz de restituir el sentido del
forma de una demanda real de muerte (demanda en la que se repetía drama en el que, con otro, se había perdido.
el vínculo más primitivo con la madre, el de la etapa especular en la
que —como consecuencia de un accidente en la relación madre-hijo— 21 Regresión que, repitámoslo, no es un regreso hacia atrás sino un recurso
el cuerpo del niño bajo la mirada del otro puede, en el plano fantás- para que reaparezcan los significantes de las demandas que se hallan prescriptas.
tico, aprehenderse como lugar de castración en medio del terror
más total). 20
En el juego trasferencial de Sidonie durante su estada en la clínica,
tal como se desarrollaría después, lo que se proyectó en el encuadre
institucional fue la imagen del cuerpo fragmentado. La adolescente
hacía de la rutina y de la regla de la institución a la vez, un elemento
de permanencia reaseguradora y un elemento del caos más total.
Le fue preciso, en primer lugar, trastrocar todos los ritmos para
entrar luego en una especie de proceso de reparación (a través de la
ruptura, el rechazo y la agresión). Sólo en un segundo tiempo la insti-
tución se convirtió en instrumento de protección (contra la angustia
psicótica). El tipo de relación que se estableció con el personal que
curaba fue del orden de una "relación simbiótica". Sidonie sólo evitó
el peligro de entrar en un estereotipo institucional porque se le dio
la oportunidad de un cambio de papel, con la posibilidad de pasar del
estado de paciente al de persona que cura.
Allí situamos lo que en Ja institución puede actuar al nivel más
radical como factor desalienante. Esto tiene máxima importancia en
ciertos tipos de estados apremiantes, en los que el sujeto se deja llevar
a todas las formas de abandono.

20 Fiera Aulagnier, "Remarques sur la structure psychotique" 3 en La psycha-


nalyse, vol. 8, PUF.

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