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INTRODUCCIÓN
Por todo ello, podemos aprender mucho sobre esta experiencia de la escuela ayllu de
Warisata, pero lo más importante tal vez sea esto: La educación rural es posible en la
medida en que tenga perfiles propios y no sea una copia de la educación urbana. Para
ello se necesita creatividad, compromiso y osadía, cualidades que tuvieron los
conductores de Warisata durante los nueve años que la escuela pudo sobrevivir.
MARCO TEÓRICO
ANTECEDENTES.
En el atardecer del día 2 agosto de 1931, Avelino Siñani, campesino y arriero aimara,
y Elizardo Pérez, profesor rural, se estrechaban en un abrazo jubiloso: Había concluido
la faena comunal con que se iniciaba la construcción del local de una escuela para niños
de Warisata, en el norte de Bolivia. Aunque los unía el mismo sueño, al cabo de pocos
años, la escuela que fundaron se convertiría en la mayor experiencia de educación rural
en América Latina.
El edificio, en pocos años tendría una estructura inusual. Además de las aulas y un
ambiente para la dirección, tenía un pabellón de internado con cinco dormitorios, con
capacidad para 150 personas. Además, contaba con ambientes para talleres de
carpintería, tejidos, alfombras, herrería, y un terreno extenso para el huerto. En medio
de los edificios, un patio con jardines donde florecían gladiolos y kantutas. El espíritu
creador de los dos líderes, uno campesino, el otro citadino, animó a los comuneros.
Fueron jornadas intensas de trabajo colectivo con tradición comunal, por turnos, con
ceremonias y cantos acompañados de tarkas y pinkillus. En un principio tuvieron que
pasar semanas para conseguir que los comuneros vencieran sus recelos y se sumaran al
esfuerzo de los dos pioneros, que, solos, comenzaron a preparar el terreno. Mientras
se avanzaba con la construcción, pared por pared, techo por techo, se desarrollaban las
labores escolares con una población que concertaba sus tiempos para estudiar y trabajar
en sus campos, como es tradición en el Ande. En ocasiones, las comunidades cercanas
prestaban su apoyo.
Por los años en que existió Warisata, los planes de estudio del sistema boliviano eran
concisos, con rubros más bien generales. Esto permitió que en la escuela se
desarrollaran programas propios ligados a la realidad campesina del norte boliviano,
con acciones ejecutadas muy cerca de la comunidad y con participación de la misma.
Un año no era igual a otro, porque los asuntos cambiaban. Años después, se acusaría a
los maestros de Warisata de no tener una planificación en regla, como lo disponían las
autoridades de La Paz.
En un medio social hostil a la educación del indígena, la escuela ayllu no fue vista con
buenos ojos. Se tiene noticia de muchos actos en contra, inspirados por los intereses
de los gamonales y mineros de la época. Por orden de uno de ellos fue destruido el
acueducto antiquísimo; el hermano de Elizardo Pérez, que llevaba en mulas de arriero
útiles escolares para Warisata, fue tomado preso acusado de delincuente; las
autoridades de educación de la capital desaprobaban la gestión pedagógica y
administrativa de la escuela; los profesores fueron acusados por la prensa de
conspiración comunista; hasta se decía que Warisata era causa de la migración de
campesinos a las ciudades, puesto que ya conocían otros oficios. La escuela ayllu
resistió nueve años y pudo avanzar mientras contó con algún soporte gubernamental y
con el reconocimiento internacional.
Esta escuela tenía como objetivo una educación de los indios en su mismo lugar de
origen, es decir en el Ayllu, y no en medio de los terratenientes. La educación debía
responder a las necesidades de los indios, superar las condiciones miserables en la que
vivian, superar las condiciones socio-económicas que de alguna manera era la
liberación del indio. Con esta idea Elizardo Pérez, se fue a Warisata con los maestros
de albañilería, mecánica, cerrajería y carpintería ya que entendía que la educación no
solo era alfabetizar y además debía levantar el edificio de la escuela. La enseñanza no
solo se redujo a las técnicas constructivas sino a las artísticas, extra escolares y a las
intelectuales, porque realmente se siguió un programa educativo que correspondía a la
enseñanza formal que en ese tiempo impartía el Ministerio de Instrucción. Con la
salvedad de que al no poder dividir en tantos cursos la enseñanza, los agrupó en cinco
ciclos.
El esquema general con el que funcionó la Escuela, fue realizado a medida que iba
adquiriendo experiencia y en el transcurso de su funcionamiento. La estructura de los
contenidos curriculares, tampoco estaban previamente proyectados ni obedecía a
cánones preestablecidos, pero en 1936, ya se pudo elevar un informe a la Dirección
Indigenal del Ministerio de Instrucción, con los datos expuestos y en 1939, fruto de
Congresos anuales, se aprobó un estatuto para el funcionamiento de las Escuelas
Indigenales a nivel nacional. Reglamento que, en 1940, junto a la caída de Busch, se lo
desestimó completamente hasta el día de hoy.
Sección Agropecuaria
Todos los núcleos tienen una sección agropecuaria.
Se imparten conocimientos técnicos y experimentales según el alcance del medio.
El Estado debe dotar tierras a las escuelas.
El Estado se encargará de tramitar los respectivos títulos de la Escuela con las
tierras donadas de la comunidad o de personas particulares.
El Núcleo impulsará la producción agropecuaria regional.
El Internado
La Escuela es una gran casa, por eso es necesario el internado para hombres y mujeres,
profesores y alumnos, visitantes, padres y madres de familia, que duermen ahí para
cuidar a los alumnos, así como para las autoridades y personal administrativo. Todos
los internados cuentan con:
De las festividades
La falta a clases por motivos de festividades religiosas será observada por el Consejo,
quien llamará a los padres.
Las numerosas fiestas no deben afectar el desenvolvimiento de las clases.
Las únicas fiestas que la Escuela festeja, están establecidas por el Gobierno:
Carnaval, que se refiere a un mito de la agricultura; 2 de agosto, día del indio; 6 de
agosto, fundación de Bolivia.
La Escuela misma organiza las festividades.
Prohíbe el alcohol.
Participa en las entradas de Carnaval, con teatro, poesía, conjuntos de baile y de
música. La Escuela es centro importante de reunión, acoge a toda la comunidad.
Supresión de exámenes, eliminando esa carga que pesaba sobre los niños como una
pesadilla y muy normal en las escuelas europeas.
La co-educación, o sea la educación sin discriminación de sexos. Su consecuencia,
el internado mixto, fue admitida de modo tan natural en Warisata, que nunca dio
lugar a la menor nota negativa en la relación entre ambos sexos.
La reducción del tiempo de escolaridad. Warisata tenía un Jardín Infantil, al que
ingresaban niños de cuatro a siete años de edad; una sección Prevocacional o
Elemental con tres años de duración, una sección Vocacional, también de tres años,
y una sección Profesional que, con la sección Normal, no tenía un plazo fijo.
El bilingüismo en la enseñanza, que nunca fue problema en Warisata.
La formación o educación del espíritu a través del trabajo, restablecimiento de la
moral aymara-quechua en toda su dimensión.
El desarrollo de cualidades y aptitudes psicomotoras mediante la cerámica, la
música y la educación física, problema hasta ahora escasamente comprendido por
la docencia boliviana.
La reducción de la carga curricular suprimiendo todo aquello que no correspondiera
a las necesidades inmediatas de la vida campesina.
La alimentación y la higiene, como bases para un desarrollo mental, solucionadas
en gran medida con los internados.
Por último, esa decisión inadmisible en la actual educación campesina, de suprimir
también las vacaciones anuales, pues siendo una empresa de actividad permanente,
siendo la vida misma de la comunidad, no reducida al aula, no tenía sentido
interrumpirla ni un solo día.
El apostolado
“La profesión del magisterio en las escuelas indigenales tiene que ser una profesión de
apostolado. No es un simple pedagogismo. El maestro que no lo sabe no debe ir al
campo.” El profesor debe ser innovador, dispuesto a crear, a sacrificarse, por ideales
de justicia, de libertad, progreso, cultura, y amor por el indio. El burócrata o
“presupuestívoro”, trabajador de ocho horas diarias, el racista odiador, no debe ir al
campo, donde se confunden todos en la obra fraterna y el bullicio empieza antes del
alba. Sólo demostrando que el maestro era un trabajador infatigable, así como lo es el
indio diariamente se podía confiar en que la Escuela era un punto vital de apoyo
material y defensa moral.
EL APRENDIZAJE PRODUCTIVO
Los pueblos originarios de los Andes, siempre han entendido de dónde venimos, qué
estamos haciendo y adónde vamos, a partir del reconocimiento de sí mismos como
entidad cultural autentica. Sin duda, es existencia desde lo más profundo del ser y
lógica, una forma de vida y de morir con identidad propia, es la visibilización de
nuestras potencialidades para no sólo trascender sino comprender la misión de vida en
equilibrio con la naturaleza.
Gracias a este evento fue donde los indígenas vieron la oportunidad que se les negaba
constantemente, educarse, debido a que la escuela Ayllu de Warisata fue fundada en
un área rural, donde las personas se sentían en completa comodidad y no podían
sentirse reprimidos ni menos preciados por nadie, podían continuar con sus labores
escolares y comunales.
Como Elizardo Pérez decía que no se puede educar en un lugar lleno de opresión
Avelino Siñani, coincide en que la educación no incentiva rebeliones que terminarían
posteriormente en masacres. Es decir que a cada actividad se le veía el lado productivo.
Esta son las características esenciales del desarrollo. Planificación, estudio,
observación, utilidad práctica, mercado, consenso, son los pasos previos a la instalación
de los talleres.
Hoy en día la educación requiere las mismas características para desarrollar una clase,
la planificación previa, el estudio y dominio de los temas, la observación de los
alumnos, etc. Y sobre todo tiene que ser en un ambiente donde el alumno se sienta
cómodo, relajado, para que pueda desarrollar su conocimiento, donde la opresión no
exista, tema que era muy frecuente años atrás para el sector indígena.
En la actualidad las clases ya tienen un ciclo, cada año que transcurre está programada
que es lo que se va a enseñar a los niños a igual que en la escuela de Warisata pero a
diferencia de ellos ahora no es el aprendizaje en base a las necesidades o forma de vida
de una comunidad, sino es una preparación previa ya estructurada para que el alumno
pueda ser más competente, desarrollan más el conocimiento y ya no utilizan el método
de autosustentables, los colegios son dependientes del estado en un 100 %.
Hoy por hoy, los alumnos tienen sus recesos o vacaciones, para que puedan descansar
y distraer la mente con otras actividades por un corto tiempo, a diferencia de años antes
hoy la educación es obligatoria, perdiendo el sentido de educación que existía en los
alumnos de Warisata los cuales eran voluntario el deseo de aprendizaje.
CONCLUSIONES
WEB GRAFÍA
http://www.katari.org/pdf/warisata.pdf
http://warisataescuela.blogspot.com/
https://gacetadeeducacion.wordpress.com/2011/09/27/la-escuela-ayllu-de-warisata/