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Traducción de

EtJI.AI.IA Pl11U:Z SEUEÑO ¿QUÉ ES ESA COSA


y
PILAR Lói'EZ MAÑEZ (capilulos 9-14 de la 2.• edición)
LLAMADA CIENCIA?

Una valoración de la naturaleza


y el estatuto de la ciencia y ,suS! métodos

por
ALAN F. CHALMERS

~XICO
ESPANA
ARGENUNA
COl ()Mil A.
IN DICE

siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.


CERRO DEL AGUA 248. DELEGACION CO'!'QACÁN. 04J 10 ME:xco. o r

siglo veintiuno de españa editores, s.a.


CALLE PLAZA S. 28043 MADRID. ESPAÑA

siglo veintiUno argentina editores


siglo ve.lntiuno editores de colombia, s.a.
CALLE 55 NUM .. 16-4-i. BOGOTÁ, O E.. COLOMBIA PREFACIO A 1,.A PRJMEI\A EOICION VIl

PREFACIO A LA SB:;UNDA EDICiriN IX

INTRODUCCJON ]

l. EL lNDUCTJVISMO: LA CIENCIA COMO CONOCIMIENTO DERIVADO OE LOS


HECHOS DE U EXPERIENCIA 11
l. Una opinión de sentido común ampiiamente compartida· so-
bre la ciencia, 11.-11. El inductivismo ingenuo, 12.-.lJII. Lógica
y razonamiento deductivo, 17.-JV. La predicción y la explica-
ción en e1 inductivismo, 19.-V. El encanto del inductivismo
ingenuo, 23.-Lecturas complementarias, 24.
2. EL PRO:BLEMA DE U INDUCCION
l. ¿Se puede justificar el principio de InduCción?, 27..-II. La
retirada a la probabilidad, 32.-111. PosibleS respuestas al pro-
blema de la inducción, 35 .......Lecturas complc!mentarias, 36.
3. u· OBSEÍtVACION DEÍ'ENDE DE LA TEORIA 39
l. Una concepción popular de la observación, 40.-11. Experien-·
das visuales que no están determinadas por. las. imágenes for-
madas en la retina, 41.-III. Los enunciados observacionales
presupone-n la teorfa, 46.-IV. La· teoría gula la observación y
la experimentación, 53.-V. El iriductivismO no está refutado
de un Jnodo concluyente, 54.-Lecturas complementarias, 57
4. INTRODUCCION DEL FALSACIONISMO 59
J. Una cuestión lógJcO: qu~ aPoya. Ol fa.JsaclonJsta, 59.-JI. La
primcÍa cd~clón en cspallol, 1982 fal!tabilldad como criterio de teodas, 60.-III. Grado de falsa-
KI!,Unda cdadón en espaJ'¡oJ, revisada y ampliada 0 1984 bll!dad, claridad y precisión, 64.-IV. Falsacionismo y progre·
() si¡IO :a! de Clpal\a editores, JI.&. so. 68.-Lecturas complementarias, 73.
dedmoprimera edición en capanol 1990
() aJ¡Io Xlf editores, J,a, de C. Y. • 1


5, EL F.\UACJONJSMO SI'JFJSTICADD, LAS NUEVAS PRFDJCClONES Y EL 005·
ARRDLI.O DB LA CIENCIA 7$
lsbn 968-~3-1516-6
I. Grados de falsabilldad relativos en vez de "absolutos, 75.-
primera cdlclón en lngl&, 1976 11. El aumento de la falsabUidad y las modificaciones ad hoc,
sca:u~a ~ciPo en inglb, corregida y aumentada. 1982 76.-111. La confirmación en la concepción falsacionista de la
~ wuversaty oC quecnsland prcss ciencia. 80.-JV. Audacia, novedad y conocimiento bolsico, 82.-
~lulo original: 'wJuz¡
Js lhis lhinz called scienc~? V. Comparación de las concepciones lnductivist.a y falsacionista
de la confirmación. 84.-Lecturas complementarlas, 86.
~erechos reservados conforme a la ley · 6. LAS LIMITACIONES DEL FALSACIONISMO 89
lo:'PCC:JO )' ~ en mbico/printc:d and madc in meJdco l. La dependencia de la observación de la teorfa y la. falibili-
dad de las falsaciones, 89.-II. La inadecuada defensa de Pop-
c:r·9:0.:_-¡Ur.sLab
• ·
complejidad de las situaciones reales de prue.
· o re la base de los argumemos h · tó .
cionismo es insuficiente 97 V La • ts r&cos, el falsa- PREFACIO A LA PRIMERA EDICION
Lecturas complementari~s. iOs. . revo1UCI 6 n copemicana, 99.

1. LAS ll!ORUS COMO ESTRUCTURA.$• J LOS _PROGRA";• 0B


CACION ' ' .. ._ INVESTI-
111
:;5 H:y que considerar las teorías como totalidades estructura-
III. i;--11. Los programas de investigación de Lakatos 115 _
120--1 metodologJa ~entro de un programa de investiÍaciÓn,
. V. La comparactó_n de los programas de investigación 122
Lec turas complementanas, 125. • ·
8. L.\S l'EORIAS COMO ESTRUCTURAS: 2. LOS PARADIGMAS DI! KUHN
127
I. Observaciones iniciales, ·127.-11 Los paradigm.as 1 · ·
normal 129 !JI C · ·
. •. .- · nsts Y
'.
revolución, 133.-IV La
Y a CICDCIB'
función de Este libro pretende ser una introducción simple, clara y ele-
1
,~;~:~c J: _normal Y las revoluciones, 138.-Lect~ras complemen-
11 mental a los modernos puntos de vista sobre la naturaleza
de la ciencia. Al enseñar filosofía de la ciencia, bien a estu-
9. RACIONALISMO CONTRA llELAnYISMO
diantes de filosofía o a científicos que desean familiarizarse
143
1: Ra~fonalismo, 143.-11. Relativismo, 144.-III. Lakatos el ra- con las recientes teorías sobre la cienCia, me he dado cuenta
c~onahsta, 147.-IV. Kunt el relativista 152 -V H .
~1o en Ios t~nninos del debate, 156.:...Le~tu~s ~~~Prer:n:~: cada vez más de que no se dispone de un solo libro, ni
as, 157. s_iquiera de un número pequeño de libros que se puedan reco-
10. OBJETIVJSM O mendar al principiante. Las únicas fuentes de que se dispone
!59 sobre las opiniones modernas son las originales. Muchas de
l. Individualismo, 159.-11. Objetivismo 162-111 La . .
~~mo prtc~ca social, 167.-IV. El ObjeÍivis~o d~fendid~e~c~~ estas fuentes son demasiado difíciles para los principiantes,
pper, a atas Y Marx, 169.-Lecturas complementarias 171 y de todos modos son demasiado numerosas como para que
11. UNA CONCEPCION 0BJETIYJSTA DEL CAMBIO DE. TEORU EN U FISICA
173
un amplio número de estudiantes pueda acceder con facili-
L. Las limitaciones del objetivismo de Lakatos 173 11 0 dad a ellas. Este libro no sustituirá a: las fuentes originales
~:~a::s obj~tivas, 175.-:-III. Una concepción objetiv-~a 'det~~~: para quien desee dedicarse al tema en serio, por supuesto,
. teor a en la fís¡ca, 179.-IV. Algunas observaciones alec-
CIOnadoras, 183.-Lecturas complementarias, .185. pero espero que proporcione un punto de partida útil y
12, U TEORU ANARQUISTA. DEL CONOCIMIENTO DE FEYERABEND
fácilmente accesible que por lo demás no existe.
1: Todo vale, 187.-11. Inconmensurabilidad 190 -III La •
187 Mi intención de presentar las disct.jsiones de una manera
c1a no es necesari
lib .
· • · · C1en-
. .. amente supenor a otros campos, 195.-IV La.
simple resultó ser razonablemente realista en unos dos ter-
ertad del md1V1duo, 198.-Lecturas complementarias, 202. · cios del libro. En la época en que había llegado a esa etapa,
13. REALISMO, INSTRUUENTALISMO y YE1UMD y habla comenzado a criticar los mod~rnos puntos de vista,
hrO~ervaciones preliminares, 203.-11. lnstrumentalis~o 205
203 me encontré, con sorpresa, con ·que, e~ primer lugar, discre-
bl · ~or:a de verdad como correspondencia
la -IV p;;;.209 paba ·de aquellás op. iniones más de lol:ue habla. perisado y;
V el:s e :' id~a ·de verdad propia del Sentido' co~ún 2u _ en segundo lugar, con que a·partir de mi crftlcil.. estaba· sur;
· aproXllllaCión a la verd¡¡d de Popper 218 -Lec! ' ' giendo .una· alternativa bastanté .cohe, ·te;,Esa:altema,tiva ·
plementarias, 221. · • ·· . uras com-
aparece :Oosc:¡uejada en lps•Uitbnos :capftulos·'dc;l Ubn~; ·Seria ·
14. ~SNO NO •IU!JIRESENTATIVO'
223 muy agradable pensar qucr:Ia:·se!Jund]l·•inita:dtde,>'este'dibro.
1_.·-,La.i-ela~óo··enti-ct"·las
hsnl(f no · -- 1 ·· ·
te~rJas y.'s11s su"'·s·'or·a·s
- •
·m.:·.,·¡ R.
·-1 . ea· :no sólo'coritiene rés~e~e!i,~e·.Ias'opf.:lones'~es sobre.
ciencia?: .:ii?rt\fl'!~Jt voÍ .:~.'""TIIJ~ ~Qu&!: es. esa cós& llamada. . la :naturaleza·. de: la c1enc1a;-:-smo ··:taml:l1én ·Un ·-resi.IDlen. ·de' la·
qué ·moÍes_t.;';?, '233/- ~e attvlsmo e.n pe~s~~tlva, 230.7V• lPor
futura . · : . · · :>.Pli ·-~~~- '
BIBLIOCRAPIA Mi interés profesional por ·la historia y.la filosofía! de la
ZJ6 ciencia comenzó en Londres, en' un clima· que· estaba domi-
INDICE DE NOMBRES
244 nado por las ideas del profesor·Kad Popper; Mi deuda para
VIII
Alan F. Chalmers Prefacio IX

con él, sus escritos, sus leci:l<?nes y sus seminarios, y también bien que no. Pero puesto que no me gusta perder el tiempo
pa.ra con el difunto profesor Imre Lakatos, debe resultar con absurdos oscurantistas sobre la inconmensurabilidad
evide.nte en e.l contenido de este libro. La forma que tiene de Jos marcos conceptuales (aquí los popperianos aguzarán
la pnmera mitad debe mucho al brillante artículo de Laka- el oído), la medida en que. me he visto obligado a ,reco_nocer
tos sobre la metodología de los programas de. investigación. y contraatacar las opiniones de mis colegas y adversanos de
Un rasgo notable de la escuela popperiana era la insistencia Sidney me ha llevado a comprender la fuerza de sus opinio;
que hacía en que se tuviera una idea clara del problema en nes y la debilidad de las mías. Espero que no desconcertare
el que se estuviera Interesado y en que se expresaran las a nadie haciendo una mención especial a Jean Curthoys Y
propias opiniones sobre'él de una manera simple y sencilla. Wal Suchting. · .
Aunque debo mucho al ejemplo de Popper y Lakatos a este Los lectores afortunados y atentos detectarán en este
respecto, cualquier habilidad que tenga para expresarme de libr.o la singular metáfora procedente de Vladimir Nabokov
un •modo simple y claro procede en su mayor parte de mi y advertirán que le debo algún reconocimiento (o_ disculpas).
contacto ccin el profesor Heinz ·Post, que fue mi supervisor Concluyo con un cálido saludo .a aquellos am1gos qu':' no
en el Chelsea College mientras trabajaba allí en mi tesis se han preocupado del libro, que no quieren leer el hbro
d?cto:aJ, en el Departamento de Historia y Filosofía de la y que me han aguantado mi :ntras lo escribía.
C~encia. No me puedo librar de la incómoda sensación de
que me devolverá su ejemplar de este libro con la petición Alan Ch«lmers
de que .redacte de nuevo los pasajes ·que no entiende. Entre Sidney. 1976
mis ·colegas de Londres -tengo una deuda especial con
ellos--, ·.la mayoría de los cuales eran estudiantes en esa
época, Noretta Koertge, que ahora se encuentra en la Uni-
versidad ·de Indiana, me ayudó. considerablemente. PREFACIO A LA SEGUNDA EDICION
Antes.• me referi ·a la escuela popperiana como a una es-
cuela, pero; no .obstante, hasta que no llegué a Sidney pro- A juzgar por las respuestas a la primera edición de este
cedente de Londres no me di cuenta de en qué medida había libro, parece que Jos ocho primeros capítulos del. mis~o
e;stado en. una escuela; Para. mi sorpresa, descubrí que había cumplen muy bien la función de ser 'cuna introducción Sim-
fil~sofos·.influldos.·por· Wittgenstein, Quine o Marx que. pen- ple, clara y elemental a los modernos puntos de vista sobre
saban que ·Popper-se había equivocado en muchas cuestiones la naturalc:za de la ciencia•. También parece ser bastante
Y_ algunos·.que. incluso pensabap que sus opiniones eran posi- universalmente aceptado que los cuatro últimos no la cum-
t~v~ente peligrosas. Creo quF aprendí mucho de esa expe- plen. Por consiguiente, en esta edición revisada y ampliada
nenc¡a .. Una de las.cosas·que aprendl.fue que en realidad he dejado los capítulos 1-8 prácticamente intactos y he
Popper. se equivoca en un nwrtero de problemas importante reemplazado los cuatro últimos por seis tc.talmen!e nuevo~.
como se argumenta en las últimas partes de este libro. Si; Uno de los problemas de la última parte de la pnmera edi-
~bargo,.~t?•~o altera·el hecho de que el enfoque poppe- ción es que había dejado de ser simple y elemental. He
nano: sea. infinitamente mejor. que ·el enfoque adoptado en· tratado de conseguir que mis nuevos capítulos sigan siendo
la mayor parte de ·los departamentos .de filosofía que he simples, aunque temo que no lo haya conseguido del todo
conocido. · al tratar de las difíciles cuestiones de los dos últimos capí·
·:' Debci mucho a mis amigos: de, Sidney que me ayud~ron tules. Pero aunque haya tratado de conseguir que el aná-
a .despertar ·~e _mi· sueño. No quiero sugerir con esto que lisis sea simple, espero no haber dejado por ello de ser
acepte ·SUS opm10nes en vez,de las popperianas. Ellos saben polémico.
X Álan F. Cha/mers

Otro problema de la última parte de la primera edición


es la falta de claridad. Aunque sigo_ convencido de que la
mayor parte de lo que me proponía allí iba por buen ca·
mino, ciertamente no fui capaz de expresar una postura
coherente y bien argumentada, como han dejado claro mis
críticos. No todo esto puede ser atribuido a -Louis Althusser,
cuyas tesis estaban muy de moda en el momento· en que
escribí este libro y cuya influencia puede todavía ser dis-
cernida en cierta medida en esta nueva edición. He apren-
dido la lección y en .el futuro tendré buen cuidado de no
dejarme influir excesivamente por la última moda de París.
Mis amigos Terry Blake y Denise Russell me han con-
vencido de que los escritos de Paul Feyerabend son más
importantes de lo que previamente estaba dispuesto a admi·
tir. Le he concedido más atención en esta nueva edición
y he tratado de separar el grano de la paja, el antimeto-
dismo del dadaísmo. También me he visto obligado a se-
parar su sentido importante del •sinsentido oscurantista de
la inconmensurabilidad de los marcos•.
La revisión de este libro está en deuda con las críticas
de numerosos colegas, críticos y corresponsales. No interi·
taré npmbrarlos a todos, pero reconozco mi deuda y expre-
so mi agradecimiento.
Dado que la revisión de este libro ha desembocado en
un nuevo final, el sentido original del gato de la cubierta
se ha perdido. Sin embargo, el gato parece tener bastantes
partidarios, a pesar de su falta de bigotes, por lo que lo
he conservado, y simplemente pido a· los lectores que rein·
terpreten su sonrisa.
Alan Chalmers
Sidney, 1981
INTRODUCCION

En la era moderna se siente un gran aprecio por la ciencia.


Aparentemente existe la c·reencia generalizada de que hay
algo especial en la ciencia y en los métodos que utiliza.
Cuando a alguna afirmación, razonamiento o investigación
•Al igual que todos los jóvenes,
se le denomina •científico•, se pre\ende dar a entender que
me proponía ser un genio, pero afor-
tunadamente intervino la risa.• tiene algún tipo de mérito o una dase especial de fiabilidad.
Pero, ¿qué hay de especial en la ciencia, si es que hay algo?
Clea, Lawrence DURRELL ¿Cuál es este •método científico• que, según se. afirma. con-
duce a resultados especialmente meritorios o fiables? Este
libro constituye un intento de elucidar y responder a cues-
tiones de este tipo.
Tenemos muchísimas pruebas procedentes de la vida
cotidiana de que se tiene en gran consideración a la ciencia,
a pesar de que haya cierto desencanto con respecto a ella
debido a las consecuencias de las que se le hace responsable,
tales como las bombas de hidrógeno y la contaminación. Los
anuncios publicitarios afirman con frecuencia que se ha mos-
trado científicamente que determinado producto es más
blanco, más potente, más atractivo sexualmcnte o de alguna
manera preferible a los productos rivales. Con esto esperan
dar a entender que su afirmaciónestá especialmente funda-
mentada e incluso puede que más allá de toda discusión.
De manera similar, un anuncio de la Ciencia Cristiana apa-
recido recientemente en un periódico se titulaba: •La ciencia
dice y afirma que se ha demostrado que la Biblia cristiana
es _verdadera•, y _luego· seguía contando que •inc!uso los
científico·s lo creen hoy en día•. Aquí tenemos ·una apélación
directa a la autoridad de la ciencia y de los científicos. Bien
podríamos preguntar: •¿en qué se basa esa autoridad?•.
El gran respeto que se tiene por la ciencia no se limita
a la vida cotidiana y a los medios de comunicaciótl popu-
lares. Resulta evidente en el mundo académico y univer-
4
Alan F. Chalmers Introducción S
si~ario y en. todos los sectores de la industria del conoci- hemos referido anteriormente. Aunque algunos científicos
mtento. ~quellos 9ue !os
apoya:n describen muchos campos y muchos pscudocientlficos pregonan su apoyo a este mé-
de estudiO como ctenctas, presumiblemente en un intento de todo, a ningún filósofo de la ciencia moderno se le e~caparán
hacer creer que los métodos que usan están tan firmemente por lo menos algunos de sus defectos. Las modernas ten-
b.asados y son potencialmente tan fructíferos como una dencias de la filosofla de la ciencia han indicado y subrayado
Ctenda tradicional tal como la física. La ciencia política y de un modo muy preciso las dificultades profundamente
la cte.ncta soctal son ya tópicos. Los marxistas insisten con arraigadas que están asociadas a la idea de que la ciencia
entusJasmo en que el materialismo histórico es una ciencia. se basa en un seguro fundamento adquirido gracias a la
Además, normalmente en universidades o facultades ameri- observación y a la experimentación, y a la idea de que h~y
canas se enseñan en la actualidad, o se enseñaron hasta cierto tipo de procedimiento inferencia! que nos permtte
hace muy poco, Ciencia de la Biblioteca, Ciencia Adminis- derivar teorías científicas de semejante base de una manera
t~ativ~, Ciencia del Habla, Ciencia Forestal, Ciencia Láctea, fiable. No hay ningún método que permita probar que las
Ctencta de los producibs cárnicos y animales e incluso teorías científicas son verdaderas ni'siquiera probablemente
Ciencia Mortuoria'. Los autodenominados •científicos• en verdaderas. Más adelante mantendré en este libro que los
esos campos a menudo considerarán que siguen el método intentos de llevar a cabo una reconstrucción lógica, simple
empírico de 1~ flsica, que para ellos consiste en recopilar y sencilla, del •método cientlfico• tropiezan con má~ difi·
·h~chos• mcdtante una observación y una experimentación cultades cuando se comprende que no hay tampoco nmgun
cutdadosas y en derivar posteriormente leyes y teorías de método que permita refutar· de un modo concluyente las
estos hechos mediante alguna especie de procedimiento ló· teorías científicas. ·
gic.o. Recientemente, un colega del departamento de historia, Algunos de los argumentos que apoyan la aflnnaclón de
q~~en aparent~~ente habla. asimilado esta impronta del em- que no es posible probar o refutar de manera concluyente
pmsmo, me diJO que en la actualidad no es posible escribir las teorías cientlficas se basan en gran medida en consi-·
una historia de Australia porque todavla no tenemos una deraciones lógicas y filosóficas. Otros se basan en un análisis
can ti dad suficiente de hechos. La inscripción que hay en la ietallado de la historia de la ciencia y de las moderna•
fachada del edificio de la Social Science Research de la teorías científicas. Una caracterlstlca de las modernas ten-
Unive~si?nd de Chlcago rezo nsl: •Si no puedes medir, tu dencias en las teorlas del método clentlflco es In creciente
conoctmtento es escaso e insatisfactorio• '.Sin duda, muchos atención prestada a la historia de la ciencia. Para muchos
de sus habitantes, prisioneros en sus modernos laboratorios filósofos de la ciencia, uno de los embarazosos resultados
examinan el mundo a través de las barras de hierro de lo; de este hecho es que los episodios de la historia de la ciéncia
enteros sin darse cuenta de que el método que se esfuerzan que, por lo general, se consideran más característicos de
por seguir no sólo es necesariamente estéril e infructuoso lós principales adelantos, ya sean las innovaciones de Galileo,
sino que además no es el método al que se debe atribuí~ Newton, Darwin o Einstein, no se han producido mediante
d ~xito de la física. nlgo similar a los métodos tlpicamente descritos por los
En los capítulos introductorios de este libro se analizará filósofos.
Y demolerá la concepción errónea de la ciencia a la que nos Una reacción ante la constatación de que las teorlas cien-
tíficas no pueden ser probadas o refutadas de manera con-
Esta l~sta .~rocede de un informe de C. Trusedell citado por J. R.
1

Ra~etz, .Screnu/lc knowledge and its social problems, Oxford, Oxford cluyente y de que las reconstrucciones de los filósofos tienen
Umversi,ly Press, 1971, pp, 387 ss. poco que ver con lo que en realidad' hace progresar a la
T. S. ~uhn, •The function of measurement in modern physical
1
. ciencia consiste en renunciar comple~a~ente a la idea de
<c1ence•, /su, 52, 1961, pp. 161·93. La inscripción es citada en la p. 161. que la ciencia es una actividad racklDII!l..-e actú de acuer-
6 Alan F. Chalmers Introducción 7

do c_on un método o unos métodos especiales. Una reacción en las primeras décadas de este siglo, se hizo muy popular
en c_tert.~ modo parecida ha llevado recientemente al filósofo y aún hoy tiene considerable influencia. El positivismo lógico
e htstnon Paul Feyerabend a escribir un libro titulado fue una forma extrema de empirismo según la cual no sólo
Against method: outline :of an anarchistic theory of know- las teorías se justifican en la medida en que se pueden veri-
~edge '.Y un artículo titulado •Philosophy of science: a sub- ficar apelando a los hechos conocidos mediante la obser-
JCCt wtth a· great past» •. De acuerdo con la tesis más radi- vación, sino que además.se considera que sólo tienen signi-
cal que se. pu~de leer en los escritos recientes de Feyera- ficado en tanto se puedan derivar de este modo. Me parece
ben?, la Ciencia no posee rasgos especiales que Lia hagan que hay dos aspectos problemáticos en el surgimiento del
mtnnsecamente superior a ctras ramas del conocimiento positivismo. Uno es que se produjo en una época en que,
tales co~o I~s antiguos. mitos o el vudú. El elevado respet~ con el advenimiento de la física cuántica y la teoría de la
por la ctencJa es constd~rado como la religión moderna, relatividad de Einstein, la física estaba avanzando espec-
q_ue. desempeña un papel 'similar al que desempeñó el cris- taculármente y de un modo muy difícil de reconciliar con
tJam~mo en Eur_op_a en é~oc~s anteriores. Se insinúa que la el positivismo. El otro aspecto problemático es que, ya
elecctón entre d1stmtas leonas se reduce a una elección de- en ·1934, Karl Popper en Viena y Gas ton Bachelard en Francia
t:rminada po~ los valores y deseos subjetivos de los indi- habían publicado obras que contenían refutaciones muy con-
vtduos. Este hbro se opone a ese tipo de respuesta al fra- cluyentes del positivismo, pero no obstante eso no detuvo
caso de las teorías tradiCionales de la ciencia. Se intenta la marea del positivismo. De hecho, las obras de Popper y
?ar_ ~na e~plicación de 1~ física que no sea subjetivista 0 Bachelard pasaron casi completamente inadvertidas y sólo
mdJVJduahsta, que acepte :buena parte de la crítica del mé- recientemente han recibido la atención que se merecen. De
todo d: .Fey:rabend, pero. que sea inmune a dicha crítica. modo paradójico, en la época en que A. J. Ayer introducía
La fiiosofta de la ciencia tiene su historia. Francis Bacon en Inglaterra el positivismo lógico con su obra Language,
fue ~no de los prime~os que intentaron articular lo que es truth a11d logic, convirtiéndose de este modo en uno de los
el metodo de la c~enc~a moderna. A principios del siglo XVII más famosos filósofos ingleses, estaba predicando una doc-
propuso que la fmahdad de la ciencia es la mejora de la trina algunos de cuyos funestos defectos ya habían sido
suerte del hombre en la tierra y, según él, esa finalidad expuestos y publicados por Popper y Bachelard '.
se lograrla recogiendo hechos a través de [a observación La filosofía de la ciencia ha avanzado rápidamente en
organizada Y derivando de ellos teorías. Desde entonces las últimas décadas. Sin embargo, este libro no pretende
unos han modificado y mejorado la teoría de Bacon y otro; ser una contribución a la historia de la filosofía de la
se han opuesto a ella de una manera bastante radical Una ciencia. Su propósito es poner al corriente de las tendencias
explicación Y un enfoque históricos de la evolución de la recientes explicando tan clara y simplemente como sea posi-
filoso~ía de la ciencia supondría un estudio muy interesante. ble algunas modernas teorías sobre la naturaleza de la
Por .eJ~mplo, sería ~~Y. interesante investigar y ·explicar el ciencia y, por último, sugerir algunas mejoras en ellas. En
surg1m1ento del poSIIlVlsmo lógico, que comenzó en Viena
• A. J. Ayer. Language, truth and /ogic, Londres, Gollancz. 1936.
3 Debo esta observación a Bryan Magee, •Karl Popper: the wodd's
P. K. Feyerabend, 'Against method: outline of an anarchistic grcatest philosopher?•, Current Affairs .Bullctin, 50, núm. 8. 19.74,
thc~ry of know/cdge, Londres, N~w left Books. 1975 .. p~ginns 14-23. The logic of scientific discovcry, de K. R. Popper, Lon-
:· K. ~cyer~bcnd, «Phi~osophy_ of sciencc: a subject with a great dres, Hutchinson, 1968, se publicó por primera vez en Alemania Cn el
past . en Hrstorrcal and phrlosopluca/ perspcctivcs of scieuce, vol. S, año 1934. La obra de Gaston Bachelard a la que nos referimos en
compzlado por Roger H. Stuewer, Minneapolis, University of Minne- el texto es Le nouvel esprit scientifique, París, Presses Universitaires
sota Press, 1970, pp. 172-83. · de France. 1934.
8 Alan F. Chalmers lntroduccidn 9

la primera mitad del libro, describo dos enfoques de la de descripciones «Verdaderas• de lo que es el mundo •real-
ciencia simples, pero inadecuados, a los que me refiero mente•. En las secciones finales me permito pronunciar
como inductivismo y falsacionismo. Aunque las dos posturas un sermón político sobre el significado del libro.
que describo tienen bastante en común con posturas que Aunque la teoría de la ciencia que se puede extraer' de
han sido defendidas en el pasado y que incluso algunos sos- la última parte de este libro pretende ser una mejora de
tienen hoy en día, no pretenden ser primordialmente expo- todas las anteriores, no está seguramente libre de problemas.
siciones históricas. Su principal propósito es pedagógico. Se puede decir que el libro procede según el viejo dicho:
Cu111prcndicndo cst3s · po.sturas extremas algo caricaturiza- •Comenzamos en la confusión y acabamos en una confusión
das, y sus defectos, el lector estará en mejores condicio~es de un nivel superior•.
de comprender la motivación que hay detrás de las teonas
modernas y de apreciar sus puntos fuertes y débiles. En el
capítulo 1 se describe el inductivismo y luego se le critica. du-
ramente en los capítulos 2 y 3. Los capítulos 4 y S están deoi-
cados a una exposición del falsacionismo como intento de
mejorar el inductivismo, pero también se sacan _abi_erta-
mente a la luz sus limitaciones en el capítulo 6. El stgmente
capitulo expone el sofisticado falsacionismo de Imre Lakatos,
y luego, en el capítulo 8, se introduce a Thomas Kuhn Y
sus polivalentes paradigmas. El relativismo, la idea de que
el mérito de las teorías debe ser juzgado eri relación con
los valores de los individuos o grupos que las contemplan,
se ha puesto de moda. En el capítulo 9 se plantea esta cues-
tión y se analiza en qué medida adoptó Kuhn y evitó Laka-
tos una postura relativista. En el capitulo siguiente esbozo
una ~1pruximaciún al conocimiento que llamo objetivismo,
la cual se opone en algunos aspectos al relativismo. El objc-
tivisll\1) priva a los individuos y sus juicios de su posición
de primacia con respecto al análisis del conocimiento. Des-
de este punto de vista, r<'sulta posible dar una explicación
dt:l cambio ele teoría que no sea ·relativista en aspectos im·
portantes y que, sin embargo, sen inmune a las crftic~s
que han hecho a las explicaciones tradicionaks del cambiO
de teoría ciertos relativistas ¡:omo Fcyerabend. En el capi-
tulo 11 ofrezco mi •explicación del cambio de teoría en la
física. Todo está dispuesto para el intento, en el capítulo 12,
de abordar la argumentación de Fcyerabend contra el mé-
todo y el uso que le da: Los dos capítulos finales del libro
son más difíciles. Tratan de la cuest'ión de en qué medida
pueden nuestras teorías ser concebidas como una búsqueda
l. EL INDUCTIVISMO: LA CIENCIA
COMO CONOCIMIENTO DERIVADO
DE LOS HECHOS DE LA EXPERIENCIA

I. UNA OPINI\)N DE SENTIDO COMUN AMPLIAMENTE COMPARTIDA


SOBRE LA CIENCIA

El conocimiento cicntffico es conocimiento probado. Lns teo-


rías cientfficas se derivan, de algún modo riguroso, d.c los
hechos de la experiencia adquiridos mediante la observación
y la experimentación. La ciencia se basa en lo que podemos
ver, olr, tocar, etc. Las opiniones y preferencias personales
y las imaginaciones especulativas no tienen cabida en la
ciencia. La ciencia es objetiva. El conocimiento científico
es conocimiento fiable porque es conocimiento objetiva-
mente probado.
Sugiero que enunciados de este tipo resumen lo que en
la época moderna es una opinión popular sobre lo que es el
conocimiento científico. Esta opinión se hizo popular du-
rante y como consecuencia de la revolución científica que
tuvo lugar fundamentalmente en el siglo XVII y que fue
llevada a cabo por pioneros de la ciencia tan grandes como
Galileo y Newton. El filósofo Francis Bacon y muchos de
sus contemporáneos resumían la actitud científica de la
época cuando insistían en que si queremos entender la natu-
raleza debemos consultar· la naturaleza y no los escritos de
Aristóteles. Las fuerzas progresistas del siglo xvn llegaron
a considerar errónea la preocupación de los filósofos de la
naturaleza medievales por las obras de los antiguos, en
especial de Aristóteles, y también por la Biblia, como. fuen-
tes del conocimiento científico. Estimulados por los éxitos
de •grandes experimentadores• como Galileo, consideraron
cada vez más la experiencia como la fuente del conoci-
miento. Desde entonces ha aumentado continuamente esta
12 Alan F. Chalmers El indrtctivismo 13
valoración gracias a los logros espectaculares de la ciencia ficar directamente como verdaderos los enunciados hechos
experimental. •La ciencia es una estructura asentada sobre acerca del estado del mundo o de una parte de él por un
hechos•, escribe J. J. Davies en su obra On the scientific observador libre de prejuicios mediante la utilización de sus
method '. Y tenemos una moderna valoración del logro de sentidos. Los enunciados a los que se llega de este modo
Galileo debida a H. D. Anthony: ·
(los llamaremos enunciados observacionales). forman, pue~,
la base de la que se derivan las leyes y leonas que consti-
No fue tanto las observaciones y experimentos realizados por
Galileo lo que originó la ·ruptura con la tradición, como su acti- tuyen el conocimiento cienlífi_co. A continuac!ón presentamos
tud hacia ellos. Para él, los hechos extraídos de ellos hablan de algunos ejemplos de enuncmdos ohservac10nales no muy
ser tratados como hechos y no relacionados con una idea pre- excitantes: '
concebida... Los hechos de la observación podían encajar o no
en un esquema admitido del universo, pero lo importante, en A las doce de la noche del 1 de enero de 1975, Marte aparecía
opinión de Galileo, era aceptar los hechos y construir una teoría en tal y ta,l posición en el cielo.
que concordara con ellos •. . Ese palo, sumergido parcialmente en el agua, parece que está
doblado.
La concepción inductivi.Sta ingenua de la ciencia, qu~ esbq- El señor Smith golpeó a su mujer.
zaré en las siguientes. ~ecciones; puede ser considerada cpmo
un intento de formalizar esta imagen popuhi~ de la ciencia. El papel de tornasol se vuelve· rojo al ser sumergido en el
La he denominado inductivistti ·porque se basa en un razo- liquido. ..
namiento Inductivo, como cxpllcnrd hrcvl'lmcntc. l!n lo•
tllthnos cupltulos, argumentaré que esta concepción de la La verdad de estos enunciados se ha de. establecer mediante
ciencia, como la concepción popular· a la que se asemeja, una cuidadosa observación. Cualquier observador puede
está completamente equivocada e incluso es· peligrosamente establecer o comprobar su verdad utilizando directamente
engañosa. Espero que para entonces resulte evidente que el sus sentidos. Los observadores pueden ver por sí mismos.
adjetivo •ingenuo• es el adecuado para describir a muchos Los enunciados del tipo citado anteriormente pertenecen
inductivistas. al conjunto de Jos denominados enunciado! singulares. Los
enunciados singulares, a diferencia de un segundo grupo de
enunciados que veremos en breve, se refieren a un det.ermi-
11. EL INDUCTIVISMO INGENUO nado acontecimiento o estado de cosas en un determmado
lugar y en un momento ~eterminad~ .. El primer enunciado
Según el inductivista ingenuo, la ciencia comienza con la se refiere a una determmada apanc1ón de Marte en un
observación. El observador científico debe tener órganos determinado lugar del cielo en un momento especificado,
sensoriales normales, no disminuidos, y debe registrar de el segundo a una determinada observaciór de _un determi-
un modo fidedigno lo que pueda ver, oír, etc., que venga al nado palo, etc. Es evidente que todos los enuncmdos obs~:­
caso de la situación que esté observando y debe hacerlo con vacionales serán enunciados singulares. Proceden de la Utili-
una mente libre de prejuicios. Se pueden establecer o justi- zación que hace el observador de sus sentidos en un lugar
y un momento determinados.
on
1 J. J. Davíes,
página 8.
the sclentific method, Londres, Longman, 1968, A continuación veremos algunos ejemplos simples que
1
podrían formar parte del conocimiento científico.
H. D. Anthony, Science and its background, Londres, Macmillan,
1948, p. 145. .
14 AJan F. Chalmers El induc!ivismo 15

De la astronomfD: ley universal. Por ejemplo, podría ser licito generalizar, a


Los planetas se mueven e~ elipses alrededor de su sol. partir de una lista finita de enunciados observacionales
referentes al papel de tornasol que se vuelve rojo al ser
De la física: sumergido en ácido, esta ley universal: •los ácidos vuelven
a
Cuando. un rayo de luz pas.i de un medio otro cambia de direc· rojo el papel de tornasol•, o generalizar, a partir de una
ción de tal manera que el seno del ángulo de incidencia dividido lista de ·observaciones referentes a metales calentados, la
por el seno del ángulo de refracción es una caracterlstica cons· ley: clos metales se dilatan al ser calentados~. Las condi·
tante de loa dos medios. clones que deben satisfacer esas generalizaciones para que
De la psicologfD: el inductivista las considere Ucitas se pueden enumerar así:
Los animales en general poseen una necesidad inherente de al- 1. El número de enunciados observacionales que constituyan
gún tipo de descarga agresiva. la base de una generalización debe ser gránde.
De la quimica: 2. La~ observaciones se deben repetir en una amplia variedad
de condiciones.
Los ácidos vuelven rojo el papel de tornasol.
3. Ningún enunciado observacional aceptado debe entrar en
contradicción con la ley universal derivada.
Estos son enunciados generales que expresan ahrmaciones
acerca de las propiedades o el comportamiento de algún la condición 1 se considera necesaria, porque evidentemente
aspecto del universo. A diferencia de los enunciados singu· no es lícito concluir que todos los metales se dilatan al ser
lares, se refieren a todos los acontecimientos de un deter· calentados basándose en una sola observación de la dila·
minado tipo en todos los lugares y en todos los tiempos. tación de una barra de metal, por ejemplo, de la misma
Todos los planetas, estén donde estén situados, se mueven manera que no es lícito concluir que todos los australianos
siempre en elipses alrededor de su sol. Siempre que se son unos borrachos basándose en la observación de un aus-
produce una refracción lo hace según la ley de refracción traliano embriagado. Serán necesarias una gran cantidad
enunciada anteriormente. Todas las leyes y teorías que cons- de observaciones antes de que se pueda justificar cualquier
tituyen el conocimiento científico son afirmaciones generales generalización. El inductivista insiste en que no debemos
de esa clase y a tales enunciados se les denomina enunciados sacar conclusiones precipitadas.
universales. Un modo de aumentar el número de observaciones en
Ahora se puede plantear la siguiente ·cuestión. Si la cien· los ejemplos mencionados sería calentar repetidas veces
cia se basa en la experiencia, entonces ¿por qué medios se una misma barra de metal u observar de modo continuarlo
pueden obtener de los enunciados singulares, que resultan a un australian,o que se emborracha noche tras noche, y
de la observación, los enunciados generales que constituyen quizás día tras día. Evidentemente, una lista de enunciados
el conocimiento cientlfico? ¿Cómo se pueden justiticar las observacionales -obtenidos de ese módo formarían una base
afirmaciones generales y no restringidas que constituyen muy insatisfactoria para las respectivas generalizaciones. Por
nuestras teoríasO basándosp en la limitada evidencia consti- eso es necesaria Ja condición 2. •Todos los me~ales se dilatan
tuida por un número ljmitado de enunciados observa· al ser calentados• sólo será una generalización licita si las
cionales?. · . · . observaciones de la dilatación en las que se basa abarcan
la respuesta inductivis~ es que, suponiendo que se den una amplia variedad de condiciones. Habría que calentar
ciertas condiciones, es lícito generalizar, a partir de una diversos tipos de metales, barras de hierro largas, barras
lista finita de enunciados observacionales singulares, una de hierro cortas, barras de plata, barras de cobre, etc., a
16 Alan F. Chalmers El inductivismo 17

alta y baja presión, a altas y bajas temperaturas, etc.' Si en historia inductlvlsta de la. cie~cia. El ]do izqulerd~ de
todas las ocasiones todas las muestras de metal calentadas la figura se refiere a la denvactón de ley s y teorlas_ ~tentf·
se dilatan, entonces y sólo entonces es lícito generalizar a ficas a partir de la observación que ya hemos anahzado.
partir de la lista resultante de enunciados observacionales Queda por analizar el lado derecho. Antes de hacerlo, habla·
la ley gene~al. Además, resulta evidente que si se observa remos un poco del carácter de la lógica y\ del razonamiento
que una determinada muestra de metal no se dilata al ser deductivo.
calentada, entonces no estará justificada la generalización
universal. La condición 3 es esencial.
Leyes y
El tipo de razonamiento analizado, que nos lleva de una teorlas
lista finita de enunciados singulares a la justificación de un
enunciado unlversnl, que nos llevn de In purte ni todo, se
Jcnotnina rnzonnmicnto inductivo y el proceso se denomina
inducción. Podríamos resumir la postura inductivista inge·
nua diciendo que, según ella, la ciencia se basa en el principio
de inducción, que podemos expresar as!: ·

Si en una amplia variedad de condiciones se observa una gran


cantidad de A y si todos los A observados poseen sin excepción
la propiedad B, entonces todos los A tienen la propiedad B.

Así pues, según el inductivista ingenuo el conjunto del cono-


Hechos adquiridos Predicciones
cimiento científico se construye mediante la inducción a a través da la observación y explicaciones
partir de la base segura que proporciona la observación.
A medida que aumenta el número de hechos establecidos
mediante la observación y la experimentación y que se ·hacen Fi¡¡ura 1
más refinados y esotéricos los hechos debido a las mejoras
conseguidas en las técnicas experimentales . y observacio- III. LOGICA Y RAZONAMIENTO DEDUCfiVO
nales, más son las leyes y teorías, cada vez de mayor gene-
ralidad y alcance, que se construyen mediante un cuidadoso Una vez que un científico tiene a su disposición leyes y
razonamiento inductivo. El crecimiento de la ciencia es teoría$ ur.iversales puede extraer de ellas diversas conse-
continuo, siempre hacia adelante y en ascenso, a medida que cuencias que le sirven como explicaciones y predicciones.
aumenta el fondo de datos observacionales. Por ejemplo, dado el hecho de que los metales se dilatan
Hasta ahora, el análisis sólo constituye una explicación al ser calentados es posible derivar el hecho de que los
parcial de la ciencia, ya que, con· segur:idad, una· caracterís· raíles de ferrocarril continuos, sin que existan entre ellos
tica importante de la ciencia es su capacidad para explicar pequeños huecos, se distorsionarán con el calor del sol.
y predecir. El conocimiento científico es lo que permite al Al tipo de razonamiento empleado en las derivaciones de
astrónomo predecir cuándo se producirá el próximo eclipse esta clase se le denomina razonamiento deductivo: La de-
solar o al físico explicar por qué el punto de ebullición del ducción es distinta de la inducción de Ia: que ya se habló
agua es inferior al normal en altitudes elevadas. La figura 1 en la sección anterior. :
representa, de forma esquemática, un resumen de toda la El estudio del razonamiento deductivo constituye la dis-
18 AJan F. Chalmers El inductivismo 19
ciplina de la lógica'. No. se intentará proporcionar una ex- que este libro sea, sin embargo, uno de Jos pocos libros de
plicación y valoración detalladas de la lógica en este libro. filosofía que no son aburridos. Afirmar que ( 1) y (2) s0n
En lugar de esto, se ilustrarán algunas de las características verdaderas y que (J) es falsa no supone una contraa•ccion.
importantes para nuestro análisis de la ciencia mediante El argumento no es válido.
ejemplos triviales. . ·· El lector se puede sentir yá aburrido. Las experiencias
He aquí un ejemplo de deducción lógica. de ese tipo. tienen que ver, ciertamente, con la verdad de
los enunciados (1) y (3) en ·los ejemplos 1 y 2. Pero uná
Ejemplo 1: cuestión que hay que señalar aqul es que la lógica y la
deducción por sf solas no pueden establecer la "erdad de
l. Todos los libros de filosofía son aburridos. unos enunciados· fácticos del tipo que figura en nuestros
2. Este libro es un libro de filosofía. ejemplos. Lo único que la· lógica puede ofrecer a este res-
pecto es que, si las premisas son verdaderas, entonces la
3. Este libro es aburrido. conclusión debe ser verdadera. Pero el hecho de que las pre•
misas sean verdaderas o no no es una cuestión que se pueda
En este argumento, (1) y (2) son las premisas y (3) es la resolver apelando a la lógica. Una. argumentación puede ser
conclusión. Es evidente, creo, que si ( 1) y (2) son verda- una · deducción perfectamente lógica aunque conlleve una
deras, (3) ha de ser verdadera. No es posible que (3) sea falsa premisa que sea de hecho falsa. He aquí un ejemplo.
si (1) y (2) son verdaderas, ya que si (l) y (2) fueran verda-
deras y (3) falsa ello supondría una contradicción. Esta
es la característica clave de una deducción lógicamente vd- ,Ejemplo 3:
!
lida. Si las premisas de una deducción lógicamente válida
son verdaderas, entonces' la conclusión debe ser verdadera. l. Todos Jos gatos tienen cinco patas.
Una ligera modificació_r. del ejemplo anterior nos propor- 2. Bugs Pussy es mi gato.
cionará un caso de deducción no válida.
3. Bugs Pussy tiene cinco patas.

.
Ejemplo 2: Esta deducción es perfectamente válida. El caso es que
si (1) y (2) son verdaderas, entonces (3) debe ser verdadera .
l. Muchos libros de filosofía son aburridos. Sucede que en este ejemplo (1) y (3) son falsas, pero esto
2. Este libro es un libro de filosofía. no afecta a la condición de la argumentación como deduc-
ción válida. Asf pues, la lógica deductiva por · sl sola no
3. Este libro es aburrido. actúa como fuente de enunciados verdaderos acerca del
mundo. La deduc.ción se ocupa de la derivación de enuncia-
En este ejemplo, (3} no se sigue necesariamente de (1) y (2). dos a partir de otros enunciados dados.
Es posible que (l)y (2} sean verdaderas y que, no obstante,
(3) sea falsa. Aunque (1) y (2) sean verdaderas, puede s~ceder
' A veces se considera que la lógica Incluye el estudio del razona- IV, LA PREDICCION Y LA EXPLICACION EN 'EL INDUCTIVISMO
miento Inductivo, de manera que hay una lógica inductiva asl como
una lógica deductiva, En este libro se entenderá que la lógica es sola- Ahora estamos en condiciones de comprender de una manera
mente el estudio del razonamiento deductivo. simple el funcionamiento de las leyes y teorías como apa-
20 Alan F. Chalmers El inductivismo 21

ratos cxplicatorios y predictivos en la ciencia. Una vez más También se reemplazará la premisa (2) del ejemplo an-,
comenzaré con un ejemplo trivial para ilustrar la cuestión. terior por una serie más compleja de enunciados. Dichos
Consideremos el siguiente argumento: enunciados incluirán afirmaciones en el sentido de que el
sol está situado en una posición determinada en el cielo con
l. El agua completamente pura se congela 'a unos ()oC (si se respecto a un observador en la tierra, y que caen gotas de
le da tiempo suficiente). lluvia procedentes de una nube situada en una región deter-
2. El radiador de mi coche contiene agua completamente pura. minada con relación al observador. Nos referiremos a estos
conjuntos de enunciados, que describen los detalles de la
3. Si la temperatura baja a ()oC, el agua del radiador de mi situación que se está investigando, pomo las condiciones
coche se congelará (si se le da tiempo suficiente).
iniciales. Las descripciones de las situ~ciones experimentales
serán ejemplos típicos de condicione1 iniciales.
Aquí tenemos un ejemplo de argumentación lógica válida Dadas las leyes de la óptica y las, condiciones iniciales,
para deducir la predicción (3) del conocimiento científico
es posible entonces efectuar deducciones que proporcionen
contenido en hi premisa (1). Si (1) y (2) son verdaderas, (3)
una explicación de la formación de uri arco iris visible para
debe ser verdadera. Sin embargo, la verdad de (1 ), (2) y el observador. Estas deducciones ya no serán tan evidentes
(3) no se establece gracias a ésta o a otra deducción. Para como en nuestros ejemplos anterior~s y supondrán tanto
un inductivista, la fuente de la verdad no es la lógica, sino argumentaciones matemáticas como .¡erbales. La argumen-
la experiencia. Desde este punto do vista, (1) se determinará tación será más o menos la siguiente. Si suponemos que una
por observación directa del agua congelada. Una vez que gota de lluvia es ¡nás o menos esféric4, entonces el trayecto
se han establecido (1) y (2) mediante la observación y la de un rayo de luz a través de una gota de agua será más
inducción, se puede deducir de ellas la predicción (3). o menos el dibujado en la figura 2. Si un rayo ~e luz blanca
Ejemplos menos triviales serán más complicados, pero 1
incide en ,una gota de lluvia en a, en1onces, s1 la ley de la
los papeles que desempeñan la observación, la inducción refracción es verdadera, el rayo rojo ~viajará a lo largo de
y la deducción siguen siendo ,en esencia los mismos. Como la línea ab y el rayo azul a lo largo d ab'. Una vez más, si
ejemplo final consideraremos la explicación inductivista de las leyes que rigen la reflexión son ve daderas, entonces ab
cómo puede la ciencia física explicar el arco iris. debe reflejarse a lo largo de be y ab' 1a lo largo de b'e'. De
La premisa simple (1) del ejemplo anterior es reempla· nuevo la refracción en e y e' se det~rminará mediante la
zada en este caso por una serie de leyes que rigen el com- ley de la refracción, de modo que un observador que, con-
portamiento de la luz, a saber, las leyes de la reflexión y temple la gota de lluvia verá los componentes rojo y azul
de la refracción de la luz y afirmaciones acerca de la medida de la luz blanca por separado (y también todos los demás
en que el grado de refracción depende del color. •Esto:¡ prin- cólores del espectro). NuestrQ observador también podrá
cipios generales se derivan de la exEeriencia por' inducción. ver 'la misma separación de colores ~n cualquier gota de
Se efectúan una gran cantidad de experimentos de labora- lluvia que esté situada en una parte de! cielo tal que la linea
torio, reflejando rayos de luz de espejos y superficies de que una la gota de lluvia cori el sol forme un ángulo D con
agua, midiendo los ángulos de incidencia y refracción de los la línea que une la gota de ,lluvia con el observador. Asl
rayos de luz que pasan del aire al agua, del agua al aire, etc., pues, las consideraciones geométricas proporcionan la con-
en una gran variedad de condiciones, repitiendo los experi- clusión' de que el observador podrá ver un arco coloreado,
mentos con luz de varios colpres, etc., hasta que se dan las siempre que la nube !le lluvia esté suficientemente extendida.
condiciones necesarias para considetar lícita la generaliza-
ción inductiva de las leyes de la óptica.
Atan F. Chalmers El inductivismo 23
22
trarlan todos los hechos, sin seleccionarlos ni hacer conjeturas
a priori por lo que se refiere a su importancia relativa. F;n se-
gundo lugar, se anaJizarlan, compararían y clasificarlan los hechos
registrados y observados, sin más hipótesis o postulados que
los que necesariamente supone la lógica del pensamiento. En
tercer lugar, se harlan generalizaciones inductivas referentes a
las relaciones clasificatorias o causales que hay entre los hechos,
a partir de ese análisis de ellos. En cuarto lugar, la investigación
posterior seria tanto deductiva como i.rlductiva, utilizando infe.
rencias realizadas a partir de generalizaciones previamente es-
tablecidas •.

Figura 2 V. EL EJ'!CANTO DEL INDI:CTIVISMO INGENUO

En esta ocasión sólo htl bosquejado la explicación del La concepción inductivista ingenua de la ciencia tiene ciertos
arco iris, pero Jo que se ofrece debe bastar para ejemplificar méritos aparentes. Su atractivo parece residir en el hecho
la forma general del razonamiento implicado. Dado que las de que proporciona una explicación formalizada de algu-
leyes de la óptica son verdaderas (y para el inductivista nas de las impresiones populares sobré el carácter de la
ingenuo eso se puede establecer por inducción a partir de ciencia, su poder explicatorio y predictivo, su objetividad y
la observación) y dado que las condiciones iniciales están su sup~rior fiabilidad en comparación con otras formas de
descritas de modo preC'iso, se sigue necesariamente la expli· conocimiento.
cación del arco Iris. s~ puede resumir de la siguiente manera Ya hemos visto cómo el inductivista ingenuo da cuenta
la forma general de todas las explicaciones y predicciones del poder explicatorio y predictivo de la ciencia.
cientfficas: La objetividad de la ciencia inductivista se deriva del
hecho de que tanto la observación como el razonamiento
1. Leyes y teorlas inductivo .son objetivos en si mismos. Cualquier observador
2. Condiciones iniciales que haga un uso normal de sus sentidos puede averiguar
3. Predicciones y explicaciones enunciados observacionales. No se permite que se inmiscuya
ningún elemento personal, subjetivo. La validez de los enun-
Esta es la etapa. represent'!da en el lado derecho de la fi. ciados observacionales, cuando se obtienen de manera co-
gura l. rrecta, no dependen del gusto, la opinión, las esperan>;as o
La siguiente descripción del método científico, efectuada las expectativas del observador. Lo mismo se puede decir del
por un economista dd siglo xx, se ajusta exactamente a la razonamiento ind)lctivo, mediante el cual se deriva el cono-
concepción inductivista ingenua de la ciencia tal y· como cimiento científico· a partrr de los enunciados observacio-
la he descrito e indica que no es tan sólo una postura que nales. O las inducciOJws satisfacen las condiciones prescritas
me he inventado con t'l propósito de criticarla.. o no· las satisfacen.' No es una cuestión subjetiva de opinión.

Si tratamos de imaginar cómo. utilizaría el método científico una • Esla cita, debida a A. B. Wolfc. está exlraída de Phi/osopl•y o(
mente de poder y alcance sobrehum¡¡nos, pero normal por lo natural science,. de- Carl G. Hcmpcl. Englcwood Cliffs (Nueva Jersey).
que se refiere a los procesos lógiCos de su pensamien!o... el p~ Prenlice-Hall, 1966, p. 11 [p, 27]. Las cursivas són de la ciJa original.
ceso seria el siguiente: En primer lugar, se observanan y reg•s·
24 AJan F. Chalmers
El inductivismo
25
La fiabilidad de la ciencia se sigue de las afirmaciones
del inductivista acerca de la observación y la inducción. Los
enunCiados observacionalcs que forman la base de la ciencia
~~x~~r~~r~x1~r;· u~iv~.:S~u';.~s p~~;~)ti~: facts and theories
son seguros y fiables porque su verdad se puede determin'ir rama del inductivismo denomina'da ~itivi':'~o~~estra de. esa
haciendo uso directo de los sentidos. Además, la fiabilidad . !o~ r:~~i:~iones de arllculos, Logicai/,osirivism, co~~~.:::::.
de los enunciados obscrvaeionales se transmitirá a las leyes . . y
Carnap. e!'coc, Free Press, 1959) y The philosophy of Rudolf
comp1lado por p A S h1·1 (La S .
y teorías derivadas de ellos, siempre que se satisfagan las Court 1963) H é · · e PP alle, Ilhnois, Open
condiciones para una licita inducción, lo cual queda garan- hecho' sumam. enatsetatéqu. punto el programa inductivista se ha
CRIC<• resulta evident Lo · ¡ f
ti7.ado por el principio de inducción que forma la base de ~~~~.o~:;~~abiliry, de R. Carnap (Chicago, ~:i~ersif~c:f c~r::.~':;
la ciencia según el inductivista ingenuo.
Ya he mencionado que considero al!e la concepción in-
ductivista ingenua de la ciencia está muy equivocada y es
peligrosamente engañosa. En los dos próximos capítulos
comen7.aré a d<.:cir por qué. Sin embargo, qui7.ás deba aclarar
que la postura que he esbozado es una forma muy extrema
de inductivismo. Muchísimos lnductivistas sofisticados no
querdan verse· asociados con algunas earactcrlsticas de mi
inductivismo ingenuo. No obstante, todos ·los inductivistas
afirmarian que, en la medida en que se pueden justificar las
teorías cien tlrlcas, se justifican porque se apoyan lnducti·
vamentc en la base n1á.~ o menos. segura que p1-oporclona lo
experiencia. Los capítulos siguientes de este libro nos pro-
porcionarán una gran abundancia de razones para poner •!n
duda esta afirmación~·

LECTl'lUS COMI'LI!MI!STARIAS

El indurti\·ismo ing.cnuo que he descrito t'S dc-masi:•d~ ingenuo


pa1·a que los filüsofos lo traten de una manc1·a compr~nsh·n. Un.
intl'nto l.·l~\sicn y complejo ck sistematizar el rnzon~unicnto·in·
d11~·Ti\'O l'S .~ .(i_V.'ilem o{ logic, de John Stcwart Mili (Londres.
Lnn~•.nmr:. 1961 ). Un i'csum~n sencillo y excelente de laS opiniones
más modernas se encuentra en Tl1c (01mdatioi1s o( sc;ienii(ic
in(c•rencc, ..t~ Wcsley C. Salman ( Pittsburgh. Pittsburgh Univcr-
sitv Pr,·ss. 1975). La medida en que los filósofos inducli,·istas
se ·ocup:.n de la base cmpirica del conocimiento y de su ·ari¡!cn
en b Jwn·cpci<in sensorial resulta muy evidente en Tlle (aun·
datiou.-. ui curpirit'ci/ kuow/c.lds:e, de ·A. J. Ayer (Londres, M3C·
millan, I<JS!=:t Una l:;:t:na descripción Y scncilln di!',..~::;i<.'•n de las
pu~turas tl·;ulu.:loil~k:: sobre la percepción sen··"· ;..~ c;c eacucnt~
2. EL PROBLEMA OE Lt. INDUCCION

I. ¿SE PUEDE JUSTIFICAR EL PRINCIPIO DE INDUCCION?

Según el inductivista ingenuo, la ciencia comienza con la


observación; la qbservación proporciona una base segura
sobre la ·que se puede construir el conocimiento científico,
y el conocimiento científico se deriva, mediante la inducción,
de los ·enunciados', ob~ervacionales. En este capítulo, se criti·
cará la concepción lnductivista de la ciencia,. poniendo en
duda el tercero ~é esto& supuestos. Se pondrá en duda
la validez y justlficabilidad del principio de Inducción. Más
adelante, en el capítulo 3,' se recusarán y refutarán los dos
primeros supuest!Js.
Mi versión del principio de inducción dice así: •Si en
·una gran variedad de condiciones se observa una gran can·
tidad de A y todos los A observados, sin excepción, poseen
la propiedad B, entonces todos los A poseen la propiedad B•.
Este principio, o algo muy parecido, es el principio básico
en el que se basa la ciencia, si se acepta la postura induc·
tivista ingenua. A la vista de esto, una cuestión obvia con
la que se enfrenta el inductivista es: •¿Cómo se puede jus-
tificar el principio de inducción ?•. Esto es, si la observación
nos proporciona un conjunto seguro de enunciados obser·
vacionales como punto de partida (supuesto que tenemos que
dar por sentado para el desarrollo de la argumentación de
este capitulo), ¿por qué el razonamiento inductivo conduce
al conocimiento científico fiable e incluso verdadero? Al
inductivista se le abren dos vías de acercamiento. al proble-
ma para intentar ·responder a esta cuestión. Podría tratar
de justificar el ppncipio apelando a la lógica, recurso que
admitimos francamente, o podría intentar justificar el prin·
cipio apelando a la experiencia, recurso que yace en la ha<P
28 Alan F. Chalmers El problema de la inducci6n 29
de toda su concepción científica. Examinemos sucesivamente nes del hecho de que comía a las 9 de la mañana e hizo
estas dos posibilidades. . estas observaciones en una gran variedad de circunstan·
Las argumentaciones lógicas válidas se caracterizan por cias, en miércoles y en jueves, en días fríos y calurosos,
el hecho de que, si la premisa de la argumentación es verda· en días lluviosos y en días soleados. Cada día añadía un
dera, entonces la conclusión debe ser verdadera. ¡_¡;s argu· nuevo enunciado observacional a su lista. Por último, su con·
mentaciones deductivas poseen ese carácter. El princ;ipio de ciencia inductivista se sintió satisfecha y efectuó una infe·
inducción estaría de seguro justificado si las arguiTiéntacio- rencia inductiva para concluir: •Siempre t'omo a las 9 de la
nes inductivas también lo poseyeran, pero no es .asl. Las mañana•. Pero, ¡ay! se demostró de manera indudable que
argumentaciones inductivas no son argumentaciones lógica· esta conclusión era falsa cuando, la víspera de Navidad, en
mente válidas. No se da el caso de que, si las premisas de vez de darle la comida, le cortaron el cuel,o. Una infe~encia
una inferencia inductiva son verdaderas, entonces; la con· inductiva con premisas verdaderas ha ll~wado a una con-
clusión deba ser verdadera. Es posible que la conclusión de clusión falsa.
una argumentación inductiva sea falsa y qu~ sus premisas El principio de inducción no se puede justificar simple·
sean verdaderas sin que ello suponga una· contradicción. Su· mente apelando a la lógica. Dado este resultado, parecería
pongamos, por ejemplo, que hasta la fecha haya observado que el inductivlsta, según su propio punto de vista, est4
una gran cantidad de cuervos en una amplia variedad de ahora obligado a indicar cómo se puede derivar de la expe-
circunstancias y que haya observado que todos ellos l¡.an sido riencia el principio de inducción. ¿Cómo seria una derivación
negros y, basándome en eso, concluyo: •Todos Jos cuervos semejante? Probablemente, sería algo asf. Se ha observado
son negros•. Esta es una lnferehcia inductiva perfectamente· que la Inducción fl.a%lciona en un gran número de ocasiones.
licita. Las premisas de esta Inferencia son un gran "número Por ejemplo,lás leyes de 'la óptica, derivadas por Inducción
de enunciados del tipo: eSe observó-que el cuervo x era negro de los resultados de los exJ>erimerttos de lJbor¡torlo; le han
en el momento t• y consideramos que todos eran verdaderos. utilizad~ en numerosas ocasiones pani ar~ lristrumentos
Pero no hay ninguna garantía lógica de que el siguiente ópticos y estos instrumentos han fl.a%lclonado dé ino!lo satis·
cuervo que observe no sea rosa. Si éste fuera el caso, enton· Jactorio. ·Asimismo, las leyes del movimiento planetario,
ces •Todos los cuervos son negros• sería falso. Esto es, la derivadas de observaciones de las posiciones de los plane-
inferencia inductiva inicial, que era lícita en la medida en tas, etc., se han empleado con éxito para predecir eclipses.
que satisfacía los criterios especificados por el principio Se podría ampliar esta lista con informes de explicaciones
de induccién, habría llevado a una conclusión falsa, ,a pesar y predicciones posibilitadas por leyes y teorfas cientfficas
de que todas las premisas de la inferencia fueran verdf¡deras. derivadas inductivamente. De este modo, se justifica el prin·
No supone ninguna contradicción lógica afirmar ql\é todos cipio de inducción.
los cuervos observados han resultado ser negros y también La anterior justificación de la inducción es completa·
que no todos los cuervos son negros. La inducción no se mente inaceptable, como ya demostrara David Hume a
puede justificar sobre bases estrictamente lógicas. mediados del siglo xvm. La argumentación que pretende
Un ejemplo de la cuestión, más interesante aunque bas- justificar la inducción es circular ya que emplea _el mismo
tante truculento, lo constituye la explicación de la historia tipo de argumentación inductiva cuya validez se supone que
del pavo inductivista por Bertrand Russell. Este pavo des- riecesitá justificación. La forma de la argumentación justi·
cubrió que, en su primera mañana en la granja avícola, ficatpria es la siguiente:
comía a las 9 de la mañana. Sin embargo, siendo como era
un buen inductivista, no sacó conclusiones precipitadas.
Esperó hasta que recogió una gran cantidad de observado-
30 Alan F. Chalmers El problema de 1~ inducción 31

El principio de inducción .furtcionó con éxito en la ocasión x,. inductivista muy t~rco tendria que poner su mano en el fue-
El principio de inducción funcionó con éxito en la ocasión x,. go muchas veces antes de concluir que-el fuego quema. En
etcétera. · . circunstancias conio éstas, la exigencia de un gran número
de observn.ciones l?.arece innpr:opiada. E~ otras situaciones,
El prlnclpto de Inducción funciona siempre. In exigencia parece más plaustble. Por e¡emplo, estnrlamos
justificadamente•. poco dispuestos a atribuir poderes sobre-
Aquf se Infiere un enuncladq universal que afirma la validez naturales a un adivino basándonos en una sola predicción
del principio de Inducción ¡a partir de cierta cantidad· de correcta. Y tampoCó seria justificable concluir una conexión
enunciados singulares que ~gistran aplicaciones con éxito causal entre fumar' y el cáncer de pulmón basándonos en la
del principio en el pasado. Por lo tanto, la· argumentación es evidencia de un solo fumador empedernido que contraiga ·
inductiva y, no se puede, fues, utilizar para justificar el la enfermedad. Creo que está claro en estos ejemplos que
principio de inducción. No · podemos utilizar la inducCión si el principio de inducción ha de ser una gula de lo que se
1
para justificar la ind.ucciónfEsta dificultad, que va unida eonsidere una licita inferencia clentffica, entonces hay que
a la justificación de la indu ón, ha sido denominada tra- matizar con cierto.cuidado la cláus.ula del •gran número•..
dicionalmente •el problema la inducción•.
Además, la posti.u-a inductivista ingenua se ve amenazada
Parece, pues, que· el in uctivista ingenuo impenitente cuando se examina'.en detalle la exigencia de que se efectúen
tiene problemas. La exigenc a extrema de que todo conoci-
miento se derive de la expe~encia mediante reglas de induc-
las observaciones en una amplia variedad de circunstancias.
¿Qué se ha de ·considerar como variación significativa en
ción excluye el principio de i~ducción, básico pará la postura las circunstancias?.for ejemplo, cuando se investiga el punto
inductivista. , ' de ebullición del agua ¿es necesario .variar la presión, la
Además de la circularidad que conllevan los intentos de pureza del agua, el: método de calentamiento y el momento
justificar el principio de inducción, el principio, tal y como del dla? La respuesta a las dos primeras sugerencias es •sí•
lo be establecido, adolece de otras desventajas. Estas desven· y a las dos segUndas •no•. Peto, ¿en qué nos basamos para
tajas proceden de la vaguedad y equivocidad de la exigencia dar estas respuestas? Esta cuestión es importante porque la
de que se realice un •gran n4mero• de observaciones en una lista de variaciones' se puede extender· indefinidamente aña·
•amplia variedad• de circunstancias. diendo una variedad de variaciones adicional.es tales como
¿Cuántas observaciones constituyen un gran número? el color del recipiente, la identidad del experimentador, Ia
¿Cuántas veces hay que calentar una barra de metal, diez situación geográfica, etc. A menos que se puedan eliminar
veces, cien veces, antes de que podamos concluir que siempre esas variaciones •stiperfluas•, el número de variaciones nece-
se dilata al ser calentada? Sea cual fuere la respuesta a esta sarias para hacer U:na licita inferencia inductiva será infini-
cuestión, se pueden presentar ejemplos que hagan dudar tamente grande. ¿Sobre qué base, pues, se considera super-
de la invariable necesidad de un gran número de observa- flua una gran cantidad de variaciones? Creo que la respuesta
ciones. Para Ilustrar esta ctiestión, me referiré a la fuerte está bastante clara. Las variaciones que son significativas se
reacción pública en contra de la guerra nuclear que. siguió distinguen de las que son superfluas apelando. a nuestro
al lanzamiento .dé la primera bomba atómica en. Hiroshima al conocimiento teórico· de la situación y de los tipos de meca-
final. de la segunda guerra mundial. Ésta reacción se, basaba nismos físicos operativos. Pero admitir esto es admitir que
en la constatación de que la$ bombas atómicas ·originan la teorla desempeña un papel vital antes de la observación.
destrucción y muerte por doquier y un enorme sufrimiento El indi.tctivista ingenuo no puede admitir eso. Sin embargo,
humano. Y, no obstante, esta creencia generalizada se basaba insistir en este puhto conducirla a las ·críticas del inducti-
en una sola y dramática observación. Del mismo modo, un vismo que be reservado para el siguiente capítulo. Simple-
32 Alan F. Chalmers El problema de la induccidn 33

mente observaré ahora que la cláusL' 'a de la •amplia varie- cipio conducirán a conclusiones generales que son proba·
dad de circunstancias. en el principio de inducción plantea blemente verdaderas. Los intentos de justificar la versión
al inductivista serios problemas. · probabilista del principio de inducción apelando a la expe-
riencia han de lldolecer de la misma deficiencia que los
intentos de justificar el principio en su forma original. La
II. LA RETIRADA A LA PROBABILIDAD justificación utilizará una argumentación del tipo que se
considera necesitado de justificación.
Hay una manera muy evidente de moderar la postura extre- Aunque el principio de inducción en su versión proba··
ma del inductivismo ingenuo criticada en la sección'anterior bilista se pueda justificar, e-xisten problemas adicionales con
en un intento de contrarrestar algunas criticas. Uha argu- los que se enfrenta nuestro más precavido inductivista. Los
mentación que defendiera una postura más moderada podría problemas adicionales están relacionados con las dificultades
ser la siguiente. que se encuentran cuando se trata de p~isar exactamente
No podemos estar ciento por ciento seguros de que sólo la probabilidad de una ley o teoría a la luz de unas pruebas '
porque hayamos observado en muchas ocasiones que el sol especificadas. Puede parecer intuitivamente plausible que, a
sale cada dfa, el sol saldrá todos los dfas. (De hecho en el medida que aumenta el apoyo observaciorial que:recibe una
Artjco y en el Antártico hay días en que el sol no~·e.) No ley universal, aumente también la probabilidad de que sea
podemos estar ciento por ciento seguros de que la ~ guiente verdadera. Pero esta intuición no resiste un examen. Según
piedra que arrojemos no •caerá• hacia arriba. Sin bargo, la teoría oficial de la probabilidad, es my.y difícil dar una
aunque no se puede garantizar que las generalizaciones a explicación de la inducción que evite 1~ cense.cuen'tia de
las que se ha llegado medi'ante inducciones lícitas sean per- que la probabilidad de cualquier· enunci do universal que
fectamente verdaderas, son probablemente verdaderas. A la afirme algo sobre el mundo sea cero, sea 'cual fuere la evi-
luz de las pruebas, es muy probable que el sol siempre salga dencia observacional. Para decirlo de una' manera no técni·.
en Sidney y que las piedl;'lls caigan hacia abajo al ser arro- ca, cualquier evidencia obsérvacional constará de un número
jadas. El conocimiento científico no es conocimiento proba- finito de enum;iados observaci 0 nales, mientras que un enun-
do, pero representa un conocimiento que es probablemente ciado universal hace afirmaciones ·acerca de un nú.mero in-
verdadero. Cuanto mayor sea el número de obsen¡aciones finito de posibles situaciones. La probabilidad de que sea
que formen la base de una inducción y cuanto m~,Yor sea cierta la generalización universal es, ,por tanto, un 'número·
la variedad de condiciones en las cuales se hayan realizado finito dividido por un número infinito, lo cual sigue siendo
estas observaciones, mayor será la probabilidad de que las cero por mucho que aumente el número finito de enuncia-
generalizaciones resultantes sean verdaderas. dos observacionales que constituyan la evidencia. ,
Si se adopta esta versión modificada de la inducción, Este problema, junto con los Intentos de atribuir proba-
entonces se reemplazará el principio de inducción por una bilidades a las teorías y leyes científicas a la luz de la
versión probabilista que dirá más o menos lo siguiente: •Si evidencia dada, ha dado ~rigen a un detallado programa téc·
en una amplia variedad de condiciones se ha obserVado un. nico de investigación que en las últimas décadas 'han seguido
gran número de A y si todos estos A observados po!li:en sin y desarrollado tenazmente los inductivistas. Se han cons-
excepción la propiedad B, entonces probablemente todos truido lenguajes artificiales en los que es posible atribuir
los A poseen la propiedad B•. Esta reformulación no supera probabilidades únicas, no iguales a cero, a ciertas generali·
el problema de la inducción. El principio reformulado sigue zilciones pero estos lenguajes son tan limitados que no con-
siendo un enunciado universal. Basándose en un número tienen generalizaciones universales. Están lejos del lenguaje
finito de éxitos, implica que todas las aplicaciones d~ prin- de la ciencia. ' '
34 Atan F. Chalmers El problema de la inducción 35

Otro intento de salvar Jel programa inductivista supone las probabilidades de. la corrección de JJs predicciones indi·
renunciar a la idea de atribuir probabilidades a las teorías viduales amena~n de nuevo con ser iguales a cero.
Y. leyes científicas. En lugar de esto, se llama la atención
sobre la probabilidad de que sean correctas las predicciones
individuales. Según este eijfoque, el objeto de la ciencia es, 111. POSIBLES RESPUESTAS AL PROBLEMA DE LA INDUCCION
por ejemplo, estimar la prQbabílidad de que el sol salga m; .
ñana en vez de la probal:iilidad de que salga siempre. Se a
Emremados al pi:oblema de la inducción y las cuestiones
espera que la ciencia sea c\tpaz de proporcionar la garantía conexas, los inductivistas han tropezado con dificultad tras
de que un puente de ci.er.ti' d. ise.ño resista. d. iversas tensiones dificultad al inte.l\tar construir la ciencia como un conjunto
y no se hunda, pero no e que todos los puentes de ese de enunciados e:¡~ se pueden establecer comó verdaderos o
diseño sean satisfactorios. Se han desarrollado algunos sis· como probableñli:nte verdaderos a partir de una evidencia
temas en ese sentido que permiten que se atribuya proba· dada. Cada manipbra efectuada para .cubrir )¡¡ retaguardia
bilidades no iguales a cero a predicciones individuales. Se les ha llevado m~s lejos de nociones intuitivas acerca de esa
mencionarán a continuación dos <!e las críticas que se les excitante empres~ denominada ciencia. Su programa t~nico
hacen. En primer lugar, la idea de· que la ciencia se ocupa ha conducido a ádelantos interesantes dentro de Ja teoría
de la producción de un conjunto de predicciones indivi· de la probabilidad, pero no ha proporcionado nuevas ideas
duales y no de la producción de conocimiento en forma de acerca de la mi\uraleza de la ciencia. Su programa ha
complejo de enunciados g~nerales es, por lo menos, anti· degenerado. '
intuitiva. En s"egundo lugar, aunque se limite la atención a Hay un ciertofnúmcro de posibles respuestas al problema
las prcdlccloncl lndlvldunlbs, s_c puedo orHumtmtnr que In~ de In induccl<in. Unn de cllns es In dd <'N<"<' pi ko. Podemos
teorías clentlflcaa, .y por tanto los enunciados universales, nc.ephu· que In cl~nch1 so busu .en In Inducción y In (lcmus.
están Inevitablemente lmpllcltas en .la estimación de la pro- lrnción que hizo' Hume de que no se puede justificar la
babilidad de que tenga éxito una predicción. Por ejemplo, Inducción apelando a la lógica o a la experiencia, y concluir
en un sentido intuitivo, no técnico,· de •probable• podemos que la ciencia no se puede justificar de un modo racional.
estar dispuestos a afirmar que es hasta cierto punto probable El propió Hume 'adoptó una postura de este tipo. Mantuvo
que un fumador empedernido muera de cáncer de pulmón. que nuestras creencias en las leyes y teorías no son más que
La evidencia que apoye la afirmación estará presumible- hábitos psicológicos que adquirimos como resultado de las
mente constituida por los C:atos estadísticos disponibles. repeticiones de la$ observaciones relevantes. . . .
Pero esta probabilidad intuitiva aumentará de modo signi· Una segunda fespuesta consiste .en atenuar la exigencia
ficativo si se dispone de una teoría plausible y bien fundada in~uctivista de qU,e todo el conocirqiento no lógico se,tenga
que implique alguna conexión causal entre fumar y el cáncer que -derivar de la experiencia y argumentar en favor del prin·
de pulmón. De modo similar, aumentarán las estimado· cipio de inducci~n basándose en alguna otra razón. Sin em·
nes de la probabilidad de que el sol salga mañana una vez bargo, consider¡~Í· que el principio de inducción. o algo pare-
que .se tenga en cuenta el conocimiento de las leyes que cido, es •evident~• no es aceptllble. Lo que consideramos
rigen el comportamiento del sistema solar. Pero el hecho de evidente depende! y tiene demasiado que ver. con nuestra
que Ja probabilidad de la corrección de. las predicciones educación, nucs_t¿os prejuicios y nuest~a cultura para ser
dependa de las teorías y leyes universales socava el intento una base fiable de lo que es ·razonable. En diversas etapas
inductivista de atribuir: probabilidades no iguales a cero de la historia. para muchas culturas era evidente qlle la
a las predicciones individuales. Una vez que se encuentran tierra era plana. Antes de la revolución científica de Galileo
impllcitos de un. modo significativo enunciados universales, y Newton, era evidente que para que un objeto se moviese,
36 AJan F•. Chalmers El problema de la induccidn 37

era necesaria una fuerza o causa de algún tipo que lo mo- of inductive logú:, compilado por l. Lakatos (Amsterdam, Nortb
viera. Esto puede ser evidente para algunos lectores de este Holland Pub. Co., 1968), pp. 315-417. Hay criticas del inductivismo
libro que carezcan de una formación física, y no obstante rlesde un punto de vista algo diferente al adopt~do en este libro
~n IR obra clásica de P. Duhem, The aim and stmclurc uf physical
es falso. Si se ha de defender que es razonable el principio
lhcory (Nueva York, Atbencum, 1962).
de inducción, entonces se ha de ofrecer una argumentación
más sofisticada que la apelación a su evidencia. ..
Una tercera respuesta al problema de la inducción supone
la negación de que la ·ciencia se base en la inducción: Se
evitará el problema de la inducción si se puede establecer
que la ciencia no conlleva la inducción. Esto es lo que inten-
tan hacer los falsacionistas, y principalmente K. R .. Popper.
Analizaremos estos intentos en los capítulos 4, S y :6.

En este capitulo me he conducido de un modo demasiado


parecido al de 11n filósofo. En el próximo capitulo pasaré
a efectuar una crítica del inductivismo más interesante, más
eficaz y más fructífera.

LI!CTURAS COAIPLEUENTARIAS

La fuente histórica del problema de la indl!cción en Hume se


encuentra en la tercera parte del Treatise oft !ruman nature de
D. Hume (Londres, Dent, 1939). Otro análisis clásico ..del pro-
blema se halla en el capitulo 6 de Problems '>( philosophy de
Bertrand Russell (Oxford, Oxford University Press, 1912). Un
análisis y una investigación· muy completos y técnicos de las
consecuencias de la argumentación de Hume, realizado por un
simpatizante del inductivismo, es Probability and Humc's induc·
th•e scepticism de D. C. Stove (Oxford, Oxford Universi,ty Press;
1973 ). La pretensión de Popper de haber resu.:lto el problema
de la inducción se encuentra resumida .en •Conjecturid know-
ledge: my solution to. the problem of induction•, capitulo 1 de
Objective kuowledge de K. R. Popper (Oxford, Oxford Universlty
Press, 1972). •Popper on demarcation and induction• de l. Laka·
tos, aparecido en The pl!i/osoplry of Karl R. Popper, compilado
por P. A. Schilpp (la Salle, Illinois, Open Court, 1974), pj>. 241-73,
es una critica de la postura de Popper desde el punto,de vista
d.: un simpatizante del falsacionismo. Lakatos ha ·escnto una
provocativa historia de la evolución del programa inductivista
en ·Chau~c' in thc problcm of inductive logic•, en The problem
3. LA ÓBSERVAciON DEPENDE DE LA TEORIA

Hemos visto que, según nuestro inductivlsta ingenuo, la


observación cuidadosa y sin prejuicios proporciona una base
segura a partir de la cual se puede derivar un conocimiento
científico probablemente verdadero, si no verdadero. En el
último capítulo se criticó esta postura señalando las difi.
cultades impllcitas en cualquier intento de justificar. el ra·
zonamiento inductivo empleado en l.a derivación de teorías
y leyes científicas; a partir de la observación. Algunos ejem·
plos sugerían qu~ habla una base positiva para sospechar
de la supuesta t'abilidad del razonamiento inductivo. No
obstante, estos gumentos no constituyen una definitiva
refutación del in uctivismo, en especial cuando resulta que
muchas teorías rivales de la ciencia se enfrentan con una
dificultad similar,y conexa'. En este. capítulo se desarrolla
una objeción máái seria a la postura inductivista, objeción
que no supone uria crítica a las inducciones de las que se
s!ipone que se deriva el ·conocimiento científico a partir
de la observación,~ino a los supuestos inductivistas sobre el
esta tus y el papel desempeñado por la propia observación.
Hay do.s supuesto.s importantes que co.nlleva el induc-
tivismo. ingenuo. cpn respecto. a la o.bservación. Uno. es que
lq ciencia comienta con la observaci6n. El otro es que la
o'bservaci6n proporciona una base segura a partir de la cual
se puede derivar ~1 conocimiento.. En este capítulo. critica-
remo.s ambos supuesto.s de diversas maneras y lo.s recha·
zaremos por varias. razones. Pero., ante to.do, esbo.zaré una
concepción de la observación de la que creo que resulta
adecuado decir que en la época actual es comúnmente acep-
tada y que prest~ plausibilidad a la postura inductivísta
ingenua.

1 V~ase el capitulo ü, sección rv.


40 A/an F. Cha/mers La observación depende de la teorla 41
una información similar viajará al cerebofo de cada obser-
l. UNA CONCEPCION I'OPUI.All DE LA OBSERVACION vador a través de sus nervios ópticos nor11ftles, dando como
resultado que·.los dos observadores •vean• lo mismo. En la
En parte porque el sentido de la vista es el sentido que se próxi~a sección se atacarán muy direct~mente estas dos
usa de un modo más cxrcnso en la práctica de la ciencia cuestiones. Las últimas secciones arrojaran nuevas dudas
y en parte por: conveniencia. restringiré mi análisis de la más importantes, sobre la adecuación de la postura induc:
observación al dominiO de l:i visión. En la mayoría de los tivista sobre la observación. '
casos no resultará difidl ver cómo se podría rcformular el
argumento presentado de manera que fuera aplicable a la
observación mediante los otros sentidos. Una simple con- II. EXPERIENCIAS VISUALES QUE NO ESTAN DETERMINADAS
cepción popular de. la vista podría ser la siguiente. Los scn.-s POR LAS IMAGENES FORMADAS EN LA RETI"'A
humanos ven utiliz:~nclo sus·· ojos. Los componentes más
importantes del ojo humano son una lente y la retina, la Hay una gran cantidad de datos que indican que no se trata
cual actúa como pantalla en la que se forman las imágl.'ncs de que la experiencia sufrida por los observadores cuando
de los .objetos externos al ojo. Los rayos de luz proceden; ven un objeto esté determinada únicamente por la informa·
tes de un objeto visto van del objeto a la lente a través del ción, en forma de rayos de luz, que entra en los ojos del
medio que hay entre ellos. Estos rayos son refractados por ?bservador, ni de que esté determinada solamente por las
el material de la lente de tal mnncra que llegan a un punto Imágenes formadas en las retinas de un ·observador. Dos
de la retina, formando de este modo una imagen del objeto · ob~e~a~ores normales que vean el mismo objeto desde
visto. Hasta aquí, el funcionamiento del ojo es muy parecido el mismo lugar en las mismas circunstancias físicas no tienen
al de una cámara. Hay una gran diferencia, que es el modo ?ecesariamente idénticas experiencias visuales, aunque las
en que se registra la imagen final. Los nervios ópticos tmágenes que se produzcan en sus respectivas retinas sean
pasan de la retina al córtex central del cerebro. Estbs llevan prácticamente idénticas. Hay un sentido importante en el
información sobre la luz que llega a las diversas zo~as de la que no es necesario que los dos observadores •vean• lo mis-
retina. El registro de esta información por parte del cerebro mo. Como dice N. R. Hanson, •hay mucho más en lo que
humano es lo que corresponde a la visión del objeto por se ve que lo que descubre el globo ocular•. Algunos ejemplos
el ohSt·rvador humano. Por supuesto, se podrían añadir mu· sencillos ilustrarán la cuestión.
chus dct:dlcs a esta sencilla descripción, pero la explicación La mayona de nosotros, cuando miramos por primera
que se acaba de ofn;cer capta la idea gcn'cral. vez la figura 3, vemos el dibujo de una escalera en el que
El anterior boceto de la observación mediante ¿1 sentido resulta visible la superficie superior de los escalones. Pero
de la vista sugiere dos cuestiones, cuestiones que son dnvc no es este el único modo de poderlo ver. También se puede
para l'1 ilh.luctivistn. Lo. primero e~ que un ubscrvndor hu· ver sin dificultad como una escalera en la q\le resulta visible
IIC.~C~SO lnt\s -U lllL•n'os dirt..•(. to ll nll:{llllO.~ rruplc.•·
llH\110 t il-nc la superficie Inferior de los escalones. Adc~a, al 10 mira el
d:~dcs dd mundo exterior en lu medida en qu<' el ccrdll'o dibujo durante nlgl1n ticmpu, por lo gene 1 se encuentra,
rcgist ra c.:sas propic..·dad(•s en el acto de vc1-. La sc_gunda es Involuntariamente, que cambia la visión fr cuentemente de
que dos observadores que vean el mismo objeto 'o escena una escalera vista desde arriba a una escálera vista desde
desde el mismo lugar •vcrán• lo mismo. Una combinación nbajo y viceversa. Y, no obstante, parece r~zonable suponer'
idéntica de rayos de luz alcanzar:.\ el ojo de cada observador, que, puesto que el objeto que contempla el observador sigue
será enfocada en sus rclinas normal~s pOr sus tc:~úcs ocu- siendo el mismo, las imágenes de la retina no varían. El
lares normales y dará lugar a imágenes similares. Así pues, hecho de que el dibujo se vea como una escalera vista desde
La observa~6n depende de la teorla 43
42 ATan F. C}ralmers
En un conocido experimento se mostraba a los sujetos
unas cartas durante un breve periodo de tiempo y se .les
pedla que las identificaran. Cuando se utilizaba una baraja
normal, los sujetos eran capaces de cumplir esta tarea con
mucho éxito. Pero cuando se introduclan cartas anómalas,
tal como un as de picas rojo, en prindpio casi todos los
sujetos identificaban inicialmente esas cartas de un modo
incorrecto con una carta normal. Velan un as .de picas rojo
como. un as de diamantes normal o con\o un as de pic<!S
normal. Las jrnpresiones subjetivas experfmentadas por los
observadores estaban influidas por sus expectativas. Cuando,
despljés de un periodo de confusión, los sJjetos comenzaban
Figura 3 a darse cuenta o se les decía que había cartas raras en la
baraja, no tenían problema en identificar correctamente
todas las cartas que se les mostraban, ya fu eran anómalas
o normales. Este caQJbio en su·conocimicnto y expectativas
a'rriba o como una escnlera vista desde abajo paree.¡: depen· iba acompañado de un cambio en. lo que velan, aunque si·
der de algo más que de la imngen que hay en la rc~ina del guieran viendo el mismo objeto físico. .
observador. Sospecho que ningún lector de este hbro ha Un rompecabezas infantil nos proporciona otro ejemplo;
puesto en duda mi afirmación de que la figura 3 parece una el problema consiste en encontrar el dil?ujo de una cara hu·
escalera de algún tipo. Sin embargo, los resultados de los mana entre el follaje en el dibujo de un arból. Aqul, lo que
experimentos· realizados con miembros de varias tribu~ a~ri· se ve, esto es, la impresión experimentada por una persona
canas, cuyas culturas no incluyen la· costumbre de d1bu¡ar que .ve el dibujo, corresponde en principio al árbol, con su
objetos tridimensionales mediante dibujos bidimension.alcs tronco, sus hojas y sus ramas. Pero una vez que se ha detec·
con perspectiva; indican que los miembros de estas tn~u~ tado la· cara humana, esto cambia..Lo que antes se veía como
no habrían considerado que la figura J es una escalera smo
una disposición bidimensional de líneas. Prcsu!"o que la follaje y partes de las ramas se ve ahora como una cara
naturaleza de las imágenes formadas en las retmas de los humana. De nuevo, se ha visto el mismo ·objeto flsico antes
observadores es relativamente independiente ·de su cultura. y después de la solución del problema, y presumiblemente
Además, parece seguirse ·que las cxpericncia's perc,eptuales la imagen que hay én la retina del observador no cambia
que los observadores tienen en el acto de ver no es~án ~spe­ en el momento en que se encuentra la solución y se descubre
~ialmente determinadas por ·Jas imágenes de las, retmas. la cara. Y si se ve el dibujo un poco después, un observador
Hanson ha ll:!mado la atención sobre este punto· y lo ha que ya haya resuelto el problema podrá ver de nuevo cotÍ
ilustrado con muc;hos ejemplos'. facilidad la cara. En este ejemplo, lo que ve un observador
Lo que un observador ve, esto cs. la experienci~ visual resulta afectado por su COI)ocimiei¡tci y su experiencia.
que tiene un observador cuando ve uri objeto, depende en Se puede sugerir. la siguiente pregunta: •¿Qué tienen que
parte de su experiencia pasada, su conocimiento y sus expec· ver estos ejemplos artificiales con la ciencia?• La respuesta
tativas. He aquí dos :·sencillos ejemplos que ilustran esta es que no resulta. dificil proporcionar ejemplos procedentes
cuestión en partíCular. · · de la práctica cientlfica que ilustren la misma cuestión, a
saber, que lo que ven los observadores, las experiencias sub-
• N,·R. Hna<on, Pattcnis el .discovery, Cambridge', Cambridge Uni·
vcrsily Prcs., 19511•. capilulo 1•.. ·
44 AJan F. Chalmers La observación J~pcndc de la teoría 45

jetivas que tienen cuando ven un objeto o una escena, no pueden ver los expertos, pero ahora las imágenes tienen por fin
está determinado únicamente por las imágenes formadas sentido, así como 'a mayoria de Jos comcnl:~no<> que se hncPn
en sus retinas sino que depende también de la experiencia, el sobre ellas'.
conocimiento, las expectativas y el estado interno en general
del observador. Es necesario aprender a ver de un modo Una respuesta usual a lo que estoy d~ciendo acerca de _1~
eXperto a través de un telescopio o de un microscopio, y la observación, apoyado por la clase de eJemplos que he ut.Jt-
serie no estructurada de. manchas brillantes y oscuras que zado, es que Jos observadores que ven la ~isma escena de~de
observa· el principiante es diferente del ejemplár o de la el mismo lugar ven la misma cosa, per'? rnterpretnn de dtfe-
·escena detallada que puede distinguir el observador adies- rente modo lo que ven. Deseo discu~1_r este pun~o . En la
trado. Algo de este tipo debiÓ de suceder cuando Galileo medida en que se refiere a la percepcton, con lo umco que
introdujo por vez primera el telescopio como instrumento el observador esta en inmediato y directo contacto es con
de exploración de ·los cielos. Las reservas que mantenían los sus experiencias. \Estas experiencias no est~n dada< de modo
rivales de Galileo acerca de la aceptación de fenómenos tales unívoco ni son iqvariantes, sino que cambtan con las. cxrec-
como las lunas de Júpiter, que Galileo había aprendido a tativas y el conbcimiento del observador. Lo que vtene
ver, debieron de resultar (n parte no de los prejuiciOS sino unívocamente dado por la situación física es la imagen for
de las auténticas dificult~des c~n que tropezaban cuando macla en la retina del observador, pero el observador no
aprendían a •ver• a través de lo que, después de todo, eran tiene contacto perceptual directo con la im~~en. Cuando el
telescopios muy rudimentarios. En el pasaje siguiente, Mi- inductivista ingeriuo, y muchos otros empmstas, suponen
chael Polanyi describe Jos cambios efectuados en la expe- que hay algo unívo)camente dado en la experiencia ~ue puc~c
riencia perceptual de un estudiante de medicina cuando se interpretarse de diversas maneras, están supomcndo, sm
argumentarlo a pesar de las muchas pruebas e~ contra, que
le enseda a diagnosticar me¡ii$nte el examen por rayos x:
hay una correspondencia u_nlv~a ent~e _las tmágenes de
nuestras retinas y' las expenenc1as subJetivas que tenemos
Pensemos en un estudiante ~e medi.cina que sigue un curso de cuando vemos. Están llevando dem,asiado lejos la analogía
diagnóstico de enfermedades, pulmonares por rayos x. Mira, en
una habitación oscura, trazo~s'indefinidos en una pantalla fluores- de la cámara. . ' ,
cente colocada contra el pe o del paciente y oye el comentario Una vez dicho esto, trataré de aclarar lo que no pretendo
que hace el radiólogo a sus ayudantes, en un lenguaje técnico, afirmar en esta sección, para que no se piense que estoy
sobre los rasgos significativo de esas sombras. En un principio, defendiendo algo diferente de lo que pretendo. ~n primer
el estudiante está completa~nte confundido, ya que, en la Ima- Jugar, no afirmo ,en absoluto que las causl>;s fls1cas de _las
gen de rayos x del pecho, sól · puede ver las sombras del corazón imágenes de nuestras retinas no tengan ,nmguna relac1ón
y de las costillas que tienen tre sí unas cuantas manchas como co¡¡n Jo' que vemos. No podemos ver exactamente lo que que-
patas de arada. Los experto . parecen estar imaginando quime- remos. Sin embargo, mientras. que las imágenes de nuestras
ras; él no puede ver nada de lo que están diciendo. Luego, según retinas forman parte de la causa de lo que . ve~os, otra
vaya escuchando durante uruis cuantas semanas, mirando cuida- parte muy importante de esa causa está const1tu1da por el
dosamente las imágenes siempre nuevas de los diferentes casos,
empezará a comprender; poco a poco se olvidará de las costillas estado interno de.nuestras mentes o cerebros, el cual depen-

ligentemente, se le revelará t
y comenzará a ver los pulmo~es. Y, finalmente, si persevera inte-
rico panorama de detalles signi-
ficativos: de variaciones fisio ógicas y cambios patológicos, cica-
derá evidentemente de nuestra educación cultural, nuestro
conocimiento, nuestras expectativas, etc., y no· estará detet-
minado únicamente por las propiedades físicas de m¡estros
trices, infecciones crónicas y ignos de enfermedades agudas. Ha
.entrado en un mundo nuevo. '):odavla ve sólo una parte de lo que ' M.' Polanyl. Pcr;~mal knowlodrc. Londres, Routlcdgc and Kc11an
Paul, 19'13, p. 101. ·
46 Alan F. Chalmers JJa observación depende de la teorla 47
ojos y de la escena observada. En segundo lugar, en ¡ma gran cómo enunciados observacionales susceptibles de ser utili-
diversidad de circunstancias, lo que vemos en di~rsas si· zados y criticados por otros científicos. La concepción in·
tuaciones sigue· siendo completamente estable. 4 depen· ductivista exige la derivación de enunciados universales a
dencia entre lo que vemos· y el estado de nuestnulj mentes partir de enunciados singulares mediante la inducción. Tanto
o cerebros no es tan sensible como para hacer imP,osible la el FaZOnamiento inductivo como el deductivo conllevan rela-
comunicación y la ciencia. En tercer lugar, en todos los ciones entre diversos conjuntos de enunciados, y no relacio-
ejemplos que se han citado aquí, los observadores ven en nes entre enunciados por un lado y experiencias perceptivas
un cierto sentido la misma cosa. Yo acepto, y presupongo por otro. .
a través de todo este libro, que existe un solo y único mundo Podemos suponer que hay experienciás perceptivas de
físico independiente de los observadores. De ahi que, .cuando algún tipo directamente accesibles a! observador, pero no
unos cuantos observadores miran un dibujo, un ~.rozo de sucede así con los enunciados observacionales. Estos últimos
aparato, una platina de microscopio .o cualquier otra cosa, s<;~n entidades públicas, formuladas en un lenguaje público,
en cierto sentido todos ellos se enfrentan y miran la misma que conllevan teorías con diversos grados de generalidad y
cosa y, por tanto, en cierto sentido, •ven• la misma cosa. complejidad. Una vez que se centra la atención en los enun-
Pero de eso no se sigue que tengan expe~iencias perceptivas ciados observacionales en cuanto· forman la supuesta sólid~
idénticas. Hay un sentido muy importante en el que no ven base de la ciencia, se puede advertir que, en contra de la
la misma cosa, y en él se basa la crítica que he realizado pretensión del inductivista, una teoría de' algún tipo debe
de la postura inductivista. preceder a todos los enunciados observadonales y que los
enunciados observacionales son tan falibl~ como las teorlas
que presuponen.
III. LOS I!NtiNCIADOS. OBSERVACIONALES Los enunciados observacionales se deben realizar en el
PRESUPONBN LA TEORlA lenguaje de alguna teorla, por vaga que sea. Consideremos
una sencilla frase del lenguaje común : c¡Mira, el viento em-
Aunque se diera una única experiencia perceptiva para todos puja el cochecito del niño hacia el borde del precipicio!• En
los observadores, todavía seguirla habiendo objeciones im· esta frase se presupone mucha teorla de bajo nivel. Se im-
portantes al supuesto inductivista acerca de la observación. plica que existe una cosa tal como el viento, i:¡ue tiene la
En esta seccióá'centraremos nuestra atención en los enun- propiedad de poder mover objetos tales como cóchecitos
ciados observacionales que se basan en las exp~riencias que se encuentran en su camino, El sentido de urgencia que
perceptivas de los. observadores qué afirman los en\mciados expresa el • ¡Mira!> indica la eXpectativa de que el coche,
y que están supuestiiiÍlente justificados· por ellas. Según la junto con el niño, caiga por el précipicio y quizás se estrelle
concepción inducthista de la · ciencia, ·¡a sólida base sobre contra las rocas que hay debajo y, además, se supone que
la que se construyen las leyes y teorlas que constituyen la este hecho será perjudicial para el niño. Igualmente, cuando
ciencia está formada por enunciados observacionales públi- un madrugador que tiene una urgente necesidad de café se
cos, y no por las experiencias subjetivas privadas de los queja: •El gas no quiere ep.cenderse•, se supone que en el
observadores individuales. Evidentemente, las observaciones mundo hay sustancias que se pueden agrupar bajo el con·
que efectuó Darwin durante 5u viaje en el Beagle, por ejem· cepto de e gas• y que algunas de ellas, por' lo menos, arden.
plo, no habrían tenido las consecuencias que tuvieron para Hay que señalar al respecto también que no siempre se ha
la ciencia si hubieran seguido siendo experiencias ·privadas dispuesto del concepto de •gas•. No existió !¡asta mediados
de Darwin. Sólo se convirtieron en observaciones ~levantes del siglo xvm, cuando Joseph Black preparó por primera
para la ciencia cuando fueron formuladas y comunicadas vez el dióxido de carbono~ Antes, se consideraba que todos
48 Alafl F. Chalmers La observación depende de la teoria 49
los e gases• eran muestras más o menos puras de aire •. bidas por un obsehrador, el conjúnto de experiencias per-
Cuando pasamos a enunciados del tipo de los que se dan ceptivas que surgen· de la visíón de cosas rojas está de
en la- ciencia, los presupuestos teóricos son menos tópicos y alguna manera disponible para ser inspeccionado. Pero ese
más evidentes. No es necesario argumentar mucho en favor conjunto no se autoselecciona. ¿Cuál es el criterio según el
de -la existencia de presuptlestos teóricos en la afirmación que se incluyen en. el conjunto· algunás experiencias percep-
•el haz de electrones fue repj:lid~ por el polo norte del imán• tivas y se excluyen otras? Por supuesto, el criterio es que
o en el discurso de un psiquiatra sobre los síntomas de sólo se incluyen las percepciones de los objetos rojos. La
abandono de un paciente.· explicación presupone el propio concepto, lo rojo, cuya
Así pues, los enunciados dbservacionales se hacen siempre adquisición se prétende explicar. No supone una defensa
en el lenguaje de alguna tebrla y senln tan precisos como de la postura 'inductlvlsta se!lalar que los padres y lo~
lo sea· el marco conceptual¡ o teórico que utilicen. El con• maestros seleccionan un conjunto de objetos rojos cuando
cepto de •fuerza•, tal y co¡no se usa en física, es preciso a
ense!lan a los niflos comprender el concepto de •rojo•. ya
porque toma su significado iel papel que desempeña en una que lo que nos interesa es cómo adquiere por vez primera
teoría precisa y relativament autónoma: la mecánica newto- el concepto su significado. La afirmación de que el concepto
niana. El uso de la misma alabra en el lenguaje cotidiano de •rojo• o cualq)ller otro concepto se deriva de la expc·
(la fuerza de las circunstan'cias, la fueria del vendaval, la riencia, y de nada Ji!ás, es falsa. .
fuerza de un argumento, et~.) es impreciso sólo porque las Hasta ahora s~ ha estado. atacando en esta sección la
correspondientes teorías s~n múltiples e imprecisas. Las concepción induciivlsta ingenua de la ciencia, argumentando
teorías precisas, claramen~e formuladas, constituyen un que las teorías tiel}en que pre.·eder a los enunciados obser-
requisito previo de unos cn'-'nciados observacionales preci- vacionales, de modo que resulta falso afirmar que la ciencia
sos. En este sentido, las t~'rías preceden a la observación. comienza con la ob'servación. Ahora vamos a ver una segunda
Las ·anteriores afirmad nes acerca de la anterioridad manera de "atacar al indltctivismo. Los enunciados. observa-
de la teoría a ta· observació va en contra de la tesis induc- clonales son tan falibles como las teorías que presuponen
tivista de que el_ significad de muchos conceptos básicos y por lo tanto no cons'tituyen una base completamente se·
se extrae de la observación. Consideremos como ejemplo el gura sobre la que construir las leyes y teorías científicas.
simple concepto de •rojo•. Una explicación inductivista En primer lugar ilustraré esta cuestión con algunos ejem-
seria más ·o menos la siguiente. A partir de todas las expe- plos simples, de al~ma manera inventados, y luego procederé
riencias perceptivas de un observador que surgen del sentido a indicar la importancia de ·la cuestión para la ciencia ci·
de la· vista, un cierto conjunto de ellas (las que corresponden tando .algunos ejemplos procedentes de la ciencia y de su
a las experiencias perceptivas que surgen de la vlsión de .historia.
objetos rojos) tendrán algo en común. El observador, inspec- Consideremos el enunciado: cHe aquí un trozo de tiza•
cionando el conjunto, es de :algún modo capaz de discernir emitido por un profesor al tiempo que señala una barra
el elemento común que hay c!n estas percepciones y de llegar cilíndrica blanca que mantiene delante.de la pizarra. Incluso
a concebir este elemento común como lo rojo. De esta ma- este enunciado obl4rvacional tan básico conlleva una .teoría
nera se llega al concepto de •rojo• a través de la ob5er: y es falible. Se da:ipor supuesta una generalización de muy
vación. Esta explicación· posee un serio defecto, Supone que bajo nivel tal como c)as barras blancas que ~e encuentran
a partir de todas las infinitas experiencias perceptivas ha- en :las aulas cerca di: las pizarras son trozos de tiza •. Y, desde
luego, no es necesario que esta afirmación sea verdadera.
4
Véase Tlie structure of scientific revolutions, ~e T. S. Kuh~, . El profesor de ntiestro ejemplo puede estar equivocado.
Chicago, Chicago University Press; 1970, p. 70. Puede que el cilindro blanco en cuestión no sea un trozo
50 Alan F. ,•'Chalmers
La observacidn depende de la teorla 51
de tiza sino una imitación cuidadosamente hecha}colocada
allí por u.n alumno astuto que busca diversión. E~'.profesor, a la falsedad de alguna teoría presupuesta en la afirmaciól'
o cualquiera de los presentes, podría dar un J?aso para del enunciado observacional. Por ejempl~', puede que unos
comprobar la verdad del enuhciado cHe aquf Ull¡, trozo de excursionistas que se encuentran en lo alt de una montaña
tiza•, pero es muy significativo que cuanto m~ rigurosa elevada observen mientras echan una o eada al fuego de
sea la prueba, más se invoque la teorfa y, además,:nunca se campamento: ce) agua está suficientem nte caliente para
obtiene une. certeza absoluta. Por ejemplo, al ser desafiado, hacer té• y luego descubran que estaban1 tristemente equi-
el profesor podría pasar el cilindro a lo _largo_ de la pizarra, vocados cuando beban el brebaje resu)taJ!!te. La teoría que
señalar el trazo blanco resultante y afirmar: cAhf lo tienen, erróneamente se había dado por supuesta es que el agua
es un trozo dé' tiza». Esto implica el supuesto de que c)a hirviendo estaba suficientemente caliente· para hacer té, lo
tiza deja un trazo blanco cuando se la pasa por una 'pizarra.. cual ·no tiene por qué ser asf en el caso del agua hirviendo
Se podrla replicar a la demostración del profesor que hay en las bajas presiones experimentadas en altitudes elevadas.
otras cosas, aparte de las tizas, que dejan trazos blimcos A continuación presentamos algunos ejemplos menos ar-
en las _pizarras. Quizás después de otra acción por ·parte del tificiales que son más útiles para nuestro intento de com-
profesor, tal como desmenuzar la tiza, que se replica de · prender la naturaleza de la ciencia.
manera similar~ el profe5or en cuestión podrla récurrir al En la época de Copérnico (antes de que se inventara el
análisis químico. Químicamente, la tiza es en su mayor parte telescopio) se hicieron cuidadosas mediciones del tamaño
carbonato de calcio, afirma, y, por tanto, produciríA dióxido
de carbono si se la sumergiera en un ácido. Efectúa la prueba de '1/eñus. El enunciado •Venus, tal y corpo se ve desde la
y demuestra que el gas resultante es dióxido d~_carbono Tierra, no cambia apreciablemente de tamaño a lo largo del
m os tr.ando que vuelve lechosa el agua de cal. Cacia una de año• era generalmente aceptado por todo$ los astrónomos;
las etapas 'de esta serie de intentos por. consolidar la validez copernicanos y no copernicanos, basánclose en esas obser-
del enunciado observacional cHe aquf un trozo de tiza• con- vaciones. Andreas Osiander, contemporáneo de Copérnico,
lleva una apelación no sólo a nuevos enunciados¡ _observa- se refirió a la predicción de que Venus parecerla cambiar
cionales, sino, también a más generalizaciones teóricas. La de tamaño a lo largo del año como cun resultado que la
prueba que coru;titufa el punto final _de nuestra seri~ suponía experiencia de todas las épocas contradice• '. Se aceptó
bastante teo.rla química (el efecto de los ácidos sobre los la'observación a pesar de sus inconvenientes, ya que tanto la
carbonatos, el efecto peculiar del dióxido de carbono sobre teoria copernicana como algunas de sus rivales predecían·
el agua de cal): Para establecer la validez de un ej;iunciado que Venus parecería cambiar de tamaño a lo largo del año.
observacional, por consiguiente, es necesario a~lar a la No obstante, ahora se considera que el enunciado es falso,
teoría y cuanto más firmemente se haya de establecer la va- pues presupone la falsa teoría de que a simple vista se puede
lidez, mayor sel'á d conocimiento teórico que se emli'lee. Este calibrar de un modo preciso el tamaño •de las pequeñas
hecho está en direc~a contradicción con lo. que podríamos fuentes de luz. La moderna teoría puede ofrecer una expli-
esperar seg(m la opinión inductivista, a saber, que para esta- cación de por qué resultará errónea la estimación a simpl_e
blecer la verdad de. un emmciado observacional problemático vista del tamaño de las pequeñas fuentes de· luz y por qué
apel~mos a enunciados observacionales más seguro~.y quizás se han de preferir las observaciones telesci;picas, que mues-
a leyes derivadas indúctivamertte de ellos, pero no a Ía te_orla. tran que el tamaño aparente de Venus varía considerable-
A veces en el lenguaje cotidiano sucede que un •enun- mente a lo largo del año. Este ejemplo ilustra claramente que
ciado observacionaJ. que en apariencia no plantea problemas
resulta ser_ f;>.lso al verse defraudada una expectativíl, debido • E. Rosen, Three Copernican treatis_es, Nueva· York, Dover, 1959,
página 25.
52 Alan F. Clw.lmers La observación d,epende de la tcorla 53
los enunciados observacionales dependen de la teoría. y. por
tanto, también su falibili~d. IV. l.A Tl!ORIA GÚIA !.A ODSERVACION
El segundo ejemplo s refiere a la electrostática. Los Y !.A EXPERIMENTACION
primeros experimentadore en este campo dieron cuenta de
las observaciones de varill s electrizadas que se volvían pega· Según el más ingenu~ de los inductivistas las observaciones
josas, como lo demostraoa el hecho de que se pegaran a efectua~as por un observador imparcial y sin prejuicios
ellas trocitos de papel, y del rechazo mutuo de dos cuerpos proporcronan la base del conocimiento científico'. Si esta
electrizados. Desde un punto de vista moderno, esos infor· postura se interpreta literalmente, es absurda e insostenible.
mes observacionales eran erróneos. Las falsas concepciones Para ilustrarlo, imaginemos a Hcinl'ich Hertz, en 1888, efec-
que facilitaron esas observaciones serían ahora reempla· tuando el experi~ento, el~ctrico que le permitió producir y
zadas por las nociones de fuerzas atrayentes y repelentes detectar las ondaf de radto por primera vez. Si hubiera sido
que actúan a distancia, co~duciendo así a informes observa· completamente i¡nparcial al hacer sus observaciones, se
cionales completamente diferentes. habría visto obligado a registrar no sólo las lecturas en va· ·
Finalmente, y como detalle más divertido, los modernos rios contadores, la presencia o ausencia de chispas en dí\'Cr·
cientificos no tendrían ninguna dificultad para exponer la sos lugares 'Críticos en los circuitos eléctricos, las dimen·
falsedad de un apunle en el cuaderno del honesto Kepler, sioncs del circuito, etc., sino también el color de los
como consecuencia de las observaciones realizadas a través contadores, las dimensiones del laboratDrio, el estado del
de un telescopio galilcano, que dice así: •Marte es cuadrado tiempo, el tamañ~ de sus zapatos y un montón de detalles
y de un intenso coloro '. · •claram~nte irrcl~vantes•, esto es, ~rrelevantes para el tipo
En esta sección he mantenido que el inductivista está de tcona en el que .Hertz estaba mteresado y que estaba
equivocado en dos cosas .. La ciencia no comienza con los comprobando. (En este caso concreto, Hertz estaba comp!'O-
enunciados observacionales, porque una teoría de algún tipo bandu la teoría ;electromagnética de Maxwell para ver si
precede siempre a todos los enunciados observacionales, y podía producir las ondas de radio predichas por la teoría.)
los enunciados observacionales ·no constituyen una base C?mo segundo e_i~mplo, hipotético, supongamos que yo tu·
vtcr~ n1udtns gant)s de hace•· alguna cuntt·ibución a la fisio·
firme sobre la que pueda descansar el conocimiento cien·
tífico, porque son falibles. Sin embargo no pretendo afirmar logia o a la anatÓmla humanas y supongamos que hubiera
que de esto se siga que los enunciados observacionales no observado que se ,habían llevado n cabo muy pocos estudios
deberían desempeñar ningún papel en la ciencia._ No Insto sobre los lubulos pe IM orejas de los $eres humanos. Si. ba'
a que se descarten todos los enunciados observacionales s5ndoJnc en eso. ÚJ.viera que proceder a efectuar cuidados;1s
porque son falibles; simplemente mantengo que el papel que obscrvncioncs del~peso de los lóbulos de las orejas de mu·
atribuyen los inductivístas a los enunciados observacionales cl¡isimos seres h~manos, registrando v dasificándo todas
en la ciencia es incorrecto. esas observaciones, creo que resulta evidente que no estarí¡¡ ·
haciendo nin¡luna _aportación importan!<; a la ciencia. Es1arin
perdiendo el tiempo, a menos que se hubiera propuesto una
teoría que diera importancia al pi!SO de los lóbulos de las
or·ejas, por ejemp,lo una tcorla que relacionara de· ul¡n'm
modo el tnmnllo qc los lóbulos con la ineidencin dd cllrwer.
Los ejemplos anteriores ilustran un aspecto importan!~
en el que la teorí~ prc~-cdc a la observación en la ciencia.
' P. K. Feycra.hcnd. Agaiust met11od: outline of an anarchistic
L~ft B'lok;, 1975, p. 126.
llreor¡· of kuo\l'lcclgc, Londrc>l Ncw Véasl.!, por cjcm~lo, la cita de: la p. 22.
La observación depende de la teorla 55
54 Alan F. áhalmers
comenzar con la observación imparcial y sin prejuicios esta-
Las observaciones y los experimentos se efectúan para com· bi~ciendo una di~tinción entre el modo en que se concibe o
probar o aclarar alguna teoría, y sólo se- deben regi~trar las d~cubre por pnmera vez una teoría, por un lado, y el
observaciones que se consideran relevantes para ·~a .tarea. m'odo en que se justifica o se valoran sus méritos, por otro.
Sin embargo, en la medida en que las teorías que coljstituyen Esta postura modificada admite francamente que las nuevas
nuestro conocimiento científico son falibles e incompletas, teoríás se conciben de diversas maneras y "1 menudo a ¡ravés
la gula que las teorías nos ofrecen con respecto a qÜé obser· de muchos caminos. Se le pueden ocurrir al descubridor en .
vaciones son relevantes para algún fenómeno que;. se está un momento de inspiración, como en la rl.ítica historia de
investigando puede ser engañosa, y puede hacer que se pasen que el descubrimiento por parte de Newto~ de la ley de gra-
por alto algunos factores Importan~. El expo:rim~nto de vitación surgió cuando vio caer una man:dma de un árbol.
Hertz referido anteriormente proporciona un bomto eJemplo. lgual¡nente, podría producirse un nuevo1 descubrimiento
Uno de los factores a los que me refería como •cla.ramente como resultado de un accidente, como sucedió cuando Roent-
irrelevantes• era de hecho muy relevante. Una consecuencia gen llegó al descubrimiento de los rayos ,¿ por el continuo
de la teoría que se estaba comprobando era que las c;>ndas de ennegrecimiento de las placas fotográficas almacenadas en
radio deben tener una velocidad igual a la velocidad de la las proximidades de su tubo de descarga. O .también se po-
luz. Cuando Hertz midió la velocidad de sus ondas eje radio; dría llegar a un nuevo descubrimiento después de largas
encontró repetidas veces que su velocidad era significativa· series de observaciones y cálculos, tal y ctmo enseñan los
mente distinta a la dé la luz. Nunca consiguió resolver ese descubrimientos de Kepler de las leyes del¡movimiento pla·
problema. Y hasta después de su muerte no se comprendió netario. Las teorías pueden ser concebidas, y usualmente lo
cuál era realmente la fuente del problema: las ~ndas de son, antes de hacer las observaciones necesarias para com·
radio emitidas desde su aparato se reflejaban en la5iiparedes probarlas. Además, según este inductivismof,más sofisticado,
del laboratorio y volvían al aparato, interfiriendq en las los actos creativos, los inás nuevos e im ortantes de los
mediciones. Resultó que las dimensiones ?ellaborat<?rio eran cuales exigen genio e implican la intervenci n de la psicolo-
muy relevantes. Así pues, las f:liibles e. mcompletaf te?rías gía individual de los científicos, se resisten 1 análisis lógico.
que constituy.en el conocimiento científico puedeniserv1r de El descubrimiento y la cuestión del origeh de las nuevas
falsa guía para un observador. Pero este proble , a se ha teorías son materias que quedan excluid~ de la filosofía
de abordar ·mejorando y ampliando nuestras teor. s y no de la ciencia.
registrando una.lista ·infinita de observaciones sin tm pro- Sin· embargo, una vez que se ha llegado a nuevas leyes
pósito fijo. y teorías, no importa por qué camino, todavía queda la cues-
tión de la adecuación de esas leyes y teorías; ¿Corresponden
a un conocimiento científico lícito o no? Es~a ~s la pregunta
V. EL INDUCTIVISMO NO ESTÁ REFUTADO que interesa a los inductivistas sofisticados.: Su respuesta es
DE UN MODO CONCLUYENTE más o .menos la que he esbozado en el capítulo l. Gran can-
tidad de hechos relevantes para una teoría se deben deter-
El hecho de que la observación dependa de la teo'ría, que minar mediante la observación en una amplia variedad de
se ha analizado en este capítulo, socava la afirmación induc· circunstancias y hay que establecer en qué medida se puede
ti vista de que la ciencia comienza con la observacÍ~n. Sin demostrar que la teoría es verdadera o probablemente ver-
embargo, sólo los inductivistas más ingenuos deseanan de- dadera a la luz de esos hechos y mediante algún tipo de
fender esta postura. Ninguno de los inductivistas modernos, inferencia inductiva.
más sofisticados, desearía mantener esa versión literal. Pue· La separación entre el modo de descubrimiento y el modo
den prescindir de la afirmación de que la ciencia debe .
56 Atan F. Chalmers La observación depende de la teoría 57
de justificación permite . que los inductivistas eludan esa mente porque,
..""
como ya he mencionado anteriormente, la
parte de la critica que se les ha hecho en este capitulo y mayor parte de las otras filosofías de la ciencia tropiezan
que iba dirigida contra 1~ afirmación de que la ciencia co- con dificultades similares. Solamente he indicado una ma-
mien7.a con la observació~. Sin embargo, se puede cue.stionar nera en que losi inductivistas pueden eludir hasta cierto
la licitud de la separación de los dos modos. Por eJemplo, punto las crftii:as•que se centran en el hecho de que la obser-
seguramente parccei'Ía ra>;onable sugerir que una teoría que vación depende de la teorfa, y estoy convencido de que
anticipa y conduce al descubrimiento de nuevos fenómenos, podrán idear defénsas más ingeniosas. La principal razón
tal como la teoría de Clcrk .Maxwell condujo al descubrí· por la que creo '!que se debe abandonar el inductivismo
miento de las ondas de radio, es más digna de consideración es que, comparado con otros enfoques más modernos, cada
y más justificable que un~ ley o teoría ideada para ~x~licar vez 1~ ha resultado más dificil arrojar nueva e interesante
fenómenos ya conocidos y no conducente al descubnm•ento luz sobre la naturaleza de la ciencia, hecho que llevó a lmre
de otros nuevos. ·Espero que a medida. que avance este libro La ka tos a afirmar que el programa estaba en vías de degene-
quedará cada ~L'Z ':Tiás claro que es esencial entender la ración. Las concepciones deia ciencia progresivamente más
ciencia como un conjunto de conocimientos que se desarro- adecuadas, más interesantes y más fructíferas que se desarro-
llan históricamente y que sólo se puede apreciar corl't:cta- llarán en los sigu¡~ntes capítulos constitúirán .el argumento
mente una !<.-orla si se presta la debida atención a su contexto más contundente contra el inductivismo.
histórico. La apreciación de una teoría está íntimamente vin-
culada a las circunstancias en las cuales apareció esa teoría
por primera vez. LECTUIUS CO~IPLE!\IENTARIAS
Aunque aceptemos que los inductivistas separen el modo
de descubrimiento del modo de justificación, su postw·a se La dependencia, por parte de las experiencias perceptivas, de la
seguirá resintiendo del hecho de que los enunciados. obser- teoría se analiza e ilustra con ejemplos en la obra de· N. R.
vacionales están cargados de teoría y son por tanto falibles. Han son Pal/erns of :disc01•ery, Cambridge, Cambridge University
El inductivista pretende establecer una distinción bastan- Press, 1958. En los escritos ,je Popper. Kuhn y F;eyembcnd abun-
te tajante entre la obsctvación directa, que cspcm servir:\ de dan los argumentos y ejemplos que apoyan la tesis de que las
base firme al conocimiento científico, y las teorías, que observaciones y los· enunciados observacionales dependen de la
se han de justincar en la medida en qu~ reciban un apúyo teoría. Algunos de los pasajes que tratan de modo específico el
tema son: The log¡c of discovery de K. R. Popper (Londres,
inductivo de la firme base observacional. Los ullrainducti- Hutchinson, 1968). l:.ap. 5 y apéndice 10; Ohjective knml'/edf!e,
vist::is, como los positivis~as lógicos, ·han llegado incluso a de K. R. Popper (Oxford, Oxford Universily Prcss, 1972), pá-
decir que las teot·ías sól<¡ tienen sentido en tanto pueden ginas 341-61; A¡:ain~;¡ method: outline o( a11 tmarchi.'ilic tlreor.Y
ser verificadas por la oh>¡!cn•adún directa. E~ta poslt•t·a se of knowlcdge (Londres, New Left Books, 1975), capilulos 6 y 7;
ve contradicha por el· hecho d.: que no se puede mantener y T. S. Kuhn, The structure of scientific revolutinns (Chicago,
.:sa la jante distinci!in cnt~e ohst•rvación y teoría, ya que la Chicago University Prcss, 1970), ca¡>iluto JO. El capitulo 1 de The
uhset.,;aci!in, u mejor dkho los enunciados rcsullanh!s de justification of scicntific chan¡:e de Carl R. Kordig (Dordrcchl,
la obsen•aci<in, est:in influidos por la teoría. Reidel Pub. Co., 1971) contiene un análisis del tema que critica
Aunque he criticado duramente las filosofías de la t'it•ncin a Han.son y Fcycrabe'nd n la vez. Una c:.:plicac:ión prucknh.·. nnn·
que algo seca. es la idt.• lsrucl St.·hcHicr en Scicnce tmd snhjcc·
indw.:li\'islus t.'ll este c:apilulo y en el :tnh..·rior. los ar!!unwnlos
tivity (Nueva York, Bobhs-Mcrrill, 1967). Eye and hraiu de R. L.
qw..· he pn·scnrado no c:onstilu~·c:n una n:.futadlm c.:ornplc- Gregory (Londres, Weitlcnfdd and Nicolson, !972) y Art m1d
t:.uncnh..· decisiva de t.~Sl.' programa. No se puede consickrar illmirm de Ernst Gotnbrich (Nuem York, Pnnthcon, 1960! cnns·
que el problema de la inducdün se ha n:sudto ddinili\·a- liluycn dos entretenidos análisis .de la percepción relacionados
58 Alan F. Cha/mers 4. INTRODUCCÚ>N DEL FALSACIONISMO

con el problema filosófico. jTambién recomendaría con cntusias.


mo un libro apasionante ~bre la percepción animal, The magic
of the stmses, de Vitus B. Droscher (Nueva York, Harper and
Row, 19.71.)•. Este h.'br.o d. a ·u· a idea muy clara de las limitaciones
y el car.ác:ter r.estringido.d ·la percepclón.humana y de la arbi-.
trariedaiLde s. in.te.ntos .Pt,r dar un sjgnific.ado fundamental a
la información que Jos hufuanos reciben casualmente a través
lo.

de sus Sllnlidos;' · · · ·
El falsacionista admite francamente que la observación es
guiada por la teoría y la presupone. También se congratula
de abandonar C~.!-alquier afirmación que implique que las
teorías se puedea establecer como verdaderas o probable-
mente verdadera~ja la luz de la ·evidencia ohservacional. Las
teorías se constru~en como conjeturas o s4posiciones especu-
lativas y provisio,nales que el intelecto humano crea libre-
mente en un intepto de solucionar los problemas con que
tropezaron las tecitías anteriores y de proporcionar una expli·
eaclón adecuada del comportamiento de algunos aspectos del
mundo o universcv Una vez propuestas, las teorías especula.
tivas han de ser tomprobadas rigurosa e implacablemente
por la observación y la experimentación. Las teorías que
no superan las pruebas observacionales y experimentales
deben ser elimin~'das y reemplazadas por otras conjeturas
especulativas. La,, ciencia progresa gracias al ensayo y al
error, a las conjeturas y refutaciones. Sólo sobreviven las
teorías más aptas. Aunque nunca se puede decir lícitamente
de una teoría que.es verdadera, se puede decir con optimismo
que es la mejor .)disponible, que es mejor que cualquiera
de las que han exi~tido antes.

l. UNA CUESTIONJ:.OGICA QUE APOYA AL FALSACIONISTA

Según el falsacionismo, se puede demostrar que algunas


teorías son falsas .apelando a los resultados de la observación
y la experimenta~ión. En este punto, hay una ·cuestión ló-
gica, simple, que(;parece apoyar al falsacionista. Ya he in-
dicado en el capítÍllo 2 que, aunque supongamos que dispo-
nemos de alguna manera de enunciados observacionales
verdaderos, nuncll es posible llegar a leyes y teorías univer-
60 Atan F. Chalmers /ntroducci6n del falsacionismo 61

sales basándose sólo en deducciones lógicas. Por otro lado, damental que cualquier hipótesis o sistema. de hipótesis debe
es posible efectuar deducciones lógicas, partiendo., de en un. cumplit si se le ha de dar el estatus de teoría o ley cien·
ciados observacionales singulares como premisas; y llegar tífica. Si ha de formar parle de la ciencia,: una hipótesis ha
a la falsedad de teorías y leyes universales med!ante una de ser fa/sable. Antes de seguir adelante, ~ importante acla-
deducción lógica. Por ejemplo, si tenemos el enunciado • En rar la utilización que hace el falsacionista del término
el lugar x y en el momento 1 se observó un cuenio que no cfalsable•.
era negro•, entonces de esto se sigue lógicamente qu.e •Todos He aquí algunos ejemplos de afirmaciones simples que
los cuervos son negros• es falso. Esto es, la argumentación: son falsables en el sentido deseado:
Prenzi!ia: l. Los Jniércoles nunca nueve.
En el lugar x y en el momento t se observó un cuerY,o que no. 2. Todas las sustancias se dilatan al ser calentadas.
era negro. 3. Los .objetos pesados, como por ejemplo un ladrillo. caen
dircclamcnlc hacia abajo al ser arrojados cerca de la super-
Cmlclusión: Cicle de la tierra si no hay algo que lo impida.
No todos los cuervos son negros. 4. Cuando un rayo de luz se rencja en UI'! espejo plano, el
ángulo de incidencia es igual al ángulo de reflexión.
es una deducción lógicamente válida. Si se afirma la premisa
y se niega la conclusión, hay una contradicción. Uno o dos La afirmación ( 1) es [al sable porque se p~ede falsar al ob-
ejemplos más nos ayudarán a ·ilustrar esta cuestión lógica servar que llueve un miércoles. La afirmaci1n (2) es falsable;
bastante trivial. Si se puede establecer mediante observación se puede falsar mediante un enunciado ob~ervacional en el
en una prueba experimental que un peso de 10 'libras ~ sentido >de que una substancia x no se dilato al ser calent~da
otro de 1 libra en caída libre se mueven hacia abajo aproxi- en el tiempo t. El agua cerca de su punto de congelac1ón
madamente a la misma velocidad, entonces ·se puede con- servirla para falsar (2). Tanto ( 1) como (2) son falsa bies
cluir que la afirmación de que todos los cuerpos caen a y falsas. Por lo que sé, las afirmaciones (3) y (4) pueden
velocidades proporcionales a sus pesos es falsa. Si se puede ser verdaderas. Sin embargo, son falsables en el sentido
demostrar más allá de toda duda que un rayo de. luz que deseado. Lógicamente es posible que el siguiente ladrillo
pasa cerca del sol es desviado eri una línea curva, entonces que se arroje •caiga• hacia arriba. No hay ninguna contra-
no es que la luz viaje necesariamente en lfnea recta. dicción lógica implícita en la afirmación •El ladrillo cayó
La falsedad de enunciados universales se puede deducir hacia arriba al ser arrojado•, aunque puede ser que la obser-
d(• ''111tlldado~ slnnttlnn·s mh·nuulos. El rnlsndnnl~t· t'Xplntn vucl<\11 nuucu justifique Kcmcjunlc enunclndo. L11 afirma-
al •mlximo esta cuestión lógica. ' ción ( 4) es fa) sable porque se puede concebir que un rayo
de luz que incida sobre un espejo formando un ángulo obli-
cuo pueda ser reflejado en dirección perpendicular al espejo.
11. LA FAI.SABILIDAD COMO CRITERIO DE TEORIAS Esto no sucederá nunca si la ley de reflexión resulta ser
verdadera, pero si no fuera así, no habría ninguna contra-.
El falsacionista considera que la ciencia es un conjunto de dicción lógica. Tanto (3) como (4) son falsables, aunque
hipótesis que se proponen a modo de ensayo con el propósito puedan 'ser verdaderas. .
de describir o explicar de un modo preciso el comporta- Una hipótesis es falsable si existe un enunciado observa~
miento de algún aspecto del mundo o universo. Sin embargo, cional d,un conjunto de enunciados observacionales lógica-
no todas las hipótesis lo consiguen. Hay una condición fun- mente posibles que sean incompatibles con ella, esto es, que
62 AJan F. Chalmers Introducción del falsacionismo 63

en caso de ser establecidos como verdaderos, falsarían la porqu~ hace afiÍmaciones definidas acerca de las Ól bita<
hipótesis. planetarias.
He aquí algunos ejemplos de enunciados que no cumplen Una rápida ojeada a algunas leyes que se podrían con·
este requisito y que, por, consiguiente, no son falsables. siderar componentes típicos de las teorlas científicas indica
que satisfacen el' criterio de falsabilidad ..•Los polos magné·
S. O llueve o _no uuev.... ticos diferentes se atraen entre sí•, e Un ácido añadido a
6. Todos los puntos de un flrculo·euclldeo equidistan del centro. una base produce sal más agua• y leyes similares se pueden
construir fácilmente como enunciados falsables. Sin cm·
7. Es posible tener suert~ en la especulación deportiva. ba'l-go. el falsacionista mantiene que algunas teorias pasan
de hecho como teorías científicas sólo, porque no son fal·
Ningún enunciado obseryacional lógicamente posible puede sables y deberían ser rechazadas, aunque superficialmente
refutar {S). Es verdadero! sea cual fuere el tiempo que haga. pueda parecer que poseen las carac.ter.ísticas de las buenas
La afirmación {6) es necesariamente verdadera a causa de teorías científica~. Popper ha afirmado que al menos algunas
la definición de círculo euclídeo. Si los puntos de un círculo versiones de la t~oría de la historia de M.arx, el psicoanálisis
no equidistaran de un punto fijo, entonces esa figura ya no freudiano y la p~icología adleriana adolecen de este fallo.
sería un circulo euclídeo. e Todos los solteros no están casa· Se puede ilustra~, esta cuestión mediante la siguiente carica·
dos• no es falsable por la misma razón. La afirmación {7) tura de la psicología adleriana.
es una cita ·de un horóscopo aparecido en un periódico. Ti pi· Un principio fundnmen tal de lo teorlu de Adlcr es que
flca la taimada estrategia del adivino. La afirmación no es las acciones humanas están motivadas por sentimientos
falsable. Equivale a decii!. al lector que si hace una apuesta de inferioridad de algún tipo. En nuestra caricatura, esta
·hoy, podría ganar, lo cual 'es cierto apueste o no y, si apuesta, cuestión se puede ilustrar con el siguiente incidente: un
gane o no. hombre se encu<\lltra en la orilla de un peligroso rlo en
El falsacionista exige que las hipótesis científicas sean el momento en que un niño se cae a él, muy cerca. El hom-
falsables en el sentido aquí analizado. Insiste en ello porque bre se tirará al río intentando salvar al niño o no se tirará.
una ley o teoría es informativa solamente en el caso de que Si se tira, el adleriano responde indicando c6mo apoya esta
excluya un conjunto de enunciados observacionales lógica· acCión su teoría. Evidentemente, el hombre necesitaba su-
mente posibles. Si un enunciado no es falsable, entonces el perar su sentimiento de inferioridad demostrando que era
mundo puede tener cualquier propiedad y comportarse de lo suficientemente valiente como para arrojarsé al río a
cualquier manera sin entrar en conflicto con el enunciado. pesar del. peligro: Si i:I hombre no se tira, también el adle·
Los enunciados (S), (6) y {7), a diferencia de los enuncia· riano puede pretender que ello apoya· su teoría. El hombre
dc;¡s (1), (2), (3)y(4), no nos dicen nada acerca del mundo. superaba su sentimiento de iilferioridád demostrando que
Desde un .punto de vista ideal, una teoría o ley cientffica tenía la fuer¿a de voluntad de permanecer en la orilla,
deberla proporcionarnos alguna información acerca de cómo imperturbable, mientras el niño se ahogaba.
se comporta en realidad el mundo, c!xcluyendo por esta razón Si esta caricatura es típica del modo en que funciona ia
las maneras en las que podría posiblemente (lógicamente) teoría adleriana, 'entonces la teoría no es falsable 1• Es
comportarse, pero de hecho· no se comporta. La ley cTodos
1 Se podrfa invalidar este ejemplo si hubiera una forma de esta-
los planetas se mueven en elipses alrededor del sol• es cien·
tífica porque afirma que los planetas se mueven de hecho blecer el tipo de cq'mplejo de inferioridad que ·poseía el hombre en
cuestión, independieptemente de su comportamiento a la orilla del
en elipsés y excluye que las órbitas sean éuadradas u ovales. rlo. La teorfa da pie para una cosa asl, por lo que el ejemplo es una
La lev tiene contenido ·informativo y es falsable solamente caricatura completa!nente injusta.
64 Atan F. Chalmers lntroduccidn del falsacionismo 65

compatible con cualquier tipo de comportamient~ huma· Considero que está claro que (b) tiene un estatus superior
no y, precisamente por eso, no nos dice nada ni;erca del que (al como elemento. del conoclmientofcicntlflco. La ley
comportamiento humano. Por supuesto, antes de rechazar (b) nos dice todo lo que dice (a) y bastan! más .. La ley (b),
la teoría de Adler sobre esta base, sería necesario inves· que es la ley preferible, es más falsabl que (a). Si las
tigar los detalles de la teoría en vez de su caricatura. Pero observaciones sobre Marte falsaran (a), ambién falsarían
hay un montóri de teorías sociales, psicológicas y r,cligiosas (b). Cualquier falsación de (a) constituirá también una fal·
que despiertan la sospecha de que, en su afán de explicarlo sación de (b), pero no a la inversa. Los nunclados obser·
todo, no explican nada. La existencia de un Dios 11mante y vacion$les referentes a las órbitas de Ve us, Júpiter, etc.,
el hecho de que se produzca un desastre pueden ser com- que posiblemente falsaran (b) son lrreleva tes con respecto
patibles interpretando que el desastre se nos envía para cas- a (a). Si seguimos a Popper y nos referím s a esos conjun·
tigarnos o para probarnos, según lo que parezca más ade- to,s de 'enunciados observaci1;males que servirían para falsar
cuado a la situación. Muchos ejemplos del comportamiento una ley o teorfa como falsadores potencio/es de esa: ley o
animal pueden ser considerados como una prueba,en favor teoría, entonces podemos decir que los falsadores poten- -
de la afirmación •Los animales están hechos de modo que ciales ·de (a) forman una clase que es una subclase de los
puedan cumplir mejor la función para la que están desti· falsadores potenciales de (b ). La ley (b) es más falsable
nadas•. Los teóricos que actúan de esta manera incurren que la ley (a), lo cual equivale a decir que afirma más, que
en los a_rgumcntos evasivos del adivino y están sujetos a las es una ley mejor. ¡ . .
criticas del falsacionista. Para que una teoría f!osea un Un ejemplo menos artificial se refiere ~ la relación entre
contenido informativo, ha de correr el riesgo de ser falsada. la teorfa del sistema solar de Kepler y la jde Newton. Con·
sidero que la teoría de Kepler consiste en sus tres leyes
del movimiento planetario. Los falsadores potenciales de
111. GRI\00 DE FI\LSABJLIDIID, CLARIDAD Y PRECISION esa teoría constan de conjuntos de enunciados referentes
a las posiciones planetarias en relación Con el sol en un
Una buena teoría o ley científica es falsable jÚI>tamente momento especificado. La; teoría de Newton, una teoría
porque hace afirmaciones definidas acerc;a del mur¡do. Para mejor que desbancó a la de Kepler, es más ampÍia. Consiste
el falsacionista, de ello se sigue bastante claramente que en las leyes del movimiento de Newton más su ley de gra·
cuanto moí; falsable es una teoría mejor es, empleando la vitación, la cual afirma que todos los pares de cuerpos en
palabra •más• en un sentido amplio. Cuanto más afirme el universo se atraen entre' sí con una fuerza que varía en-
una teoría, más oportunidades potenciales habrá de de- proporción inversa al cuadro de su distapcia. Algunos de
mostrar que el mundo no se comporta de hecho como lo los fahí'adores potenciales de la teoría de Newton- son con-
establece la teoría. Una teoría muy buena será aquélla que juntos de enunciados de las posiciones planetarias en un
haga afirmaciones de muy amplio alcance acerca del mundo momento especificado. Pero hay _muchos otros, incluidos
y que, en consecuencia, sea sumamente falsable y resista la aquéll~s que se refieren al comportamiento de los cuerpos
falsación todas las veces que se someta a prueba. que caen y de los péndulos, la correlación entré las mareas
Esta cuestión se puede aclarar mediante un ejemplo y las posiciones del .sol y la luna, etc. Hay muchas más
trivial. Consideremos las dos leyes siguientes: oportudidades de falsar la teoría de Newton que la de
Kepler. Y con todo, sigue diciendo el falsacicrnista, la teoría
de Nev¡ton fue· capaz de resistir. los inte~os de falsación,
1
(a) Marte se mueve en una elipse alrededor del Sot.:
(b) Todos los planetas se mueven en elipses alredéd(!r del Sol. estableciendo por ello su superioridad so re la de Kepler.
Las teorías sumamente falsables se deb, n preferir, pues,
66 Alan F. Chalmers Introducción del fa/sacionismo 67

a las menos falsables, siempre que no hayan sido falsadas tados inmediatos de la experiencia en la medida en que
de hecho. Para el falsaci~nista esta puntualización es im- nos guíen inducciones legitimas. El falsacionismo, .en con·
portante. Las teorías que ron sido folsadas tienen que ser traposición, reconoce las limitaciones de la inducción y
rechazadas de forma tajante. La empresa cientlfica consiste la subordinación: de la obse'rvación a la teoría. Sólo se
en proponer hipótesis sumamente falsables, seguidos de pueden descubrir los secretos de la naturaleza con la ayuda
intentos deliberados y ·tenaces .de falsarias.· Como dice de teorías ingeniosas y perspicaces. Cuanto mayor sea el
Popper: número de teorías conjeturadas que se enfrentan a la
realidad del mundo y cuanto más especulativas sean estas
Por ello puedo admitir con: satisfacción que los falsacionistas conjeturas, mayores serán las. oportunidades de hacer im·
como yo preferimos con mucho un intento de resolver un proble· portantes avances en la ciencia. No hay peligro de que
ma interesante mediante una conjetura audaz, ·aunqu~ pronto proliferen las teorías especulativas porque las que sean
result~ ser falsa (y especiatm;nte en ese caso). a cualquier recital descripciones inadecuadas del mundo pueden ser elimina·
de una serie de truismos improcedentes. Lo preferimos porque das drásticament~ como resultado de la observación o de
creemos que esa es la manera en que podemos aprender de
nuestros errores; y que al descubrir que nuestra conjetura era otras pruebas.
falsa habremos aprendido mucho sobre la verdad y habremos La exigencia de que las teorías sean sumamente falsa-
llegado más cerca de la verdad •. . bies tiene la atractiva consecuencia de que las teorías sean
establecidas y ·précisadas con claridad. Si se establece una
Aprendemos de n~e.stros errores. La ciencia progresa me- teoría de forma tan vaga que no queda claro qué afirma
diante el ensayo y el error. Debido a que la situación lógica exactamente, ent~ces, cuando se comprueba mediante la
hace im.posible· la: derivación de leyes y teorías universales observación o la , xperimentación, siempre se podrá inter·
a partir de enunciados observacionales, pero posible la pretar que es co. · patible con los resultados de esas prue-
deducción de su falsedad, las falsaciones se convierten en bas •. De esta ma ra, podrá ser defendida contra las falsa·
importantes hitos, en logros sobresalientes, en los princi· ciones. Por ejemplo, Goethe escribió de la electricidad que
paJes puntos del desarrollo de la ciencia. Este hincapié algo
antiintuitivo que hacen los falsacjonistas má.s- extremos en no es 'nada, un cerO, un mero punto que, sin embai-go. mora ez:¡
la importancia de las falsaciones se criticará en los últimos todas las aparentes existencias y al mismo tiempQ es el punto
capítulos. de origen por el cual, al menor estbpulo, se presenta una doble
apariencia, una ·apa,¡riencia que sólo se manifiesta para desvane-
Como .la ciencia aspira a lograr teorías icon un gran con- cerse. Las condiciones en las que se pr:ovocan estas manifesta-
tenido informativo, los falsacionistas dan la bienvenida ciones son infinitamente variadas según la naturaléza de cada
a la propuesta de audaces ~onjeturas especulativas. Se han cuerpo •.
de estimular las especuli'iones temerarias siempre que
sean falsa bies y siempre qu sean .Fechazadas al ser falsadas. Si tomaros esta cita literalmente, es muy difícil ver qué
Esta actitud de «a Vida o , uerte• choca con la precaución posible conjunto de circunstancias físicas . podria ser.vir
recomendada por el inductivista Ingenuo. Según éste, sólo para falsaria. Es infalsable justamente porque es asl de vaga
aquellas teorías de las que se puede demostrar que son e indefinida (al rncnos tomada fuera de su contexto). Los
verdaderas o l?robablemente verdaderas h,abrán de ser ad-
mitidas en la ciencia. Sólo debemos ir más allá de los resul- 1 J. W. Goethe, T})eory of colours, trad. de C. L. Eastlake, Cam·
bridge. (Mas.), M. r:.T. Press, 1970, p. 295. Véase también el comen·
1
K. R. Popper, Conjectures and.. ~efutations; Londres. Routledge tario de Popper sob~~ la teorla de la electricidad de Hegel en Conjec·
and Kegan Paul. 1969, p. 231; las éursivas están en el original. tures and refutation$, p. 332. ·
68 Alan F. Chalmcrs lntroduccidn del falsacionismo 69
políticos y los adivinos pueden evitar que se les acuse de éxito. Estas deben someterse a criticas~ pruebas más
cometer errores haciendo que sus afirmaciones ~ean tan rigurosas. Cuando finalmente se falsa una ipótesis que ha
vagas que siempre pueden resultar compatibles con todo superado con éxito una gran variedad de p , ebas rigurosas,
lo que pueda acontecer. La exigencia de un alto grado de ·surge un nuevo problema, afortunadame~te muy alejado
falsabilidad elimina tales maniobras. El falsacionista exige del problema original resuello. Este nuevo problema exige
que se puedan establecer las teorías con suficiente: claridad la invención de nuevas hipótesis, seguidas d • nuevas criticas
como para correr el riesgo de ser falsadas. ·· y pruebas. Y así el proceso continúa indcfirídamente. Nun-
Con respe~to a la precisión existe una situación similar. ca se puede decir de una teorfa que es verdadera, por
Cuanto más precisamente se formula una teorfa,; se hace muy bien que haya superado pruebas .rig¡sas, pero afor-
más falsable. Si aceptamos que cuanto más falsable es una . tunadam·p·nte se puede decir que una teorf . actual es. supe-
teoría tanto ~ejor es (siempre que no haya sido 1falsada), rior a sus predecesoras en el sentido de ue es capaz de
entonces tambtén debemos aceptar que cuanto más· precisas superar pruebas que falsaron a sus prede soras, ·
sean las afirmaciones de una teorfa, mejor será ésta. cLos Antes de que examinemos ·algunos ejcm los que ilustren
planetas se mueven en elipses alrededor del sola es más esta concepción falsacionista del progreso c¡:ic!n~ffico, habrfa
precisa que •Los planetas se.mueven en rizos cerrádos alre- que decir algo acerca de la ,afirmación de (¡)ue •el punto de
dei:lor del so!. y, en consecuencia, es más falsable. Una partida de la ciencia son los problemas.. Jle aquf algunos
órbita oval falsaria la primera afirmación pero no la se- problemas con los que se han enfrentado los cicntfficos en
gunda, mientras que cualquier órbita que false la segunda ~1 pasado. ¿Cómo son ca.paces los murcié~gos de volar tan
falsará también la primera. El falsacionista está· decidido ilábilmcnte por la noche a pesar de que sP.s ojos son muy
a preferir la primera. De modo similar, el falsacionista debe pequeños y débiles? ¿Por qué la elevación de un barón:.ctro
preferir la afirmación de que la velocidad de la luz en· el sencillo es inferior en las grandes altitu¿qs que en las ba-
vacío es de 299,8/10' metros por segundo a la afirmación jas? ¿Por qué se ennegreclan continuamente las placas foto-
menos precisa de que es de unos 300/10' metros por se- gráficas 'del laboratorio de jl.oentgen? ¿Por qué se adelanta
gundo, justamente porque la primera es más falsable que el perihelio de Mercurio? Estos problemas surgen a partir
la segunda. de obscrv.acior1cs más o men. os sencillas. A. jf pues, al Insistir
Las exigencias de precisión y claridad de expresión, que en el hecho de que el punto de partida de a ciencia son los
\'an íntimamente ligadas, se siguen naturalmente de la problemas, ¿no sucede acaso que para el falsacionista, al
concepción de la ciencia que tiene el falsacionisti; igual que sucedía con el inductivista indenuo, I.a ciencia
comicm.a con-la observación? La respucst~ a esta pregunta
·es un rotundo •no•. Las observaciones cítadas anteriores
IV. FALSACIONISMO Y PROGRESO como problemas sólo son problemáticas a11a luz de alguna
teorla. La primera es problemática á la i luz de la teorfa
El progreso de la ciencia tal y como lo ve el fal~~cionista de que l!>s organismos vi\·os •ven• con los ojos; la segunda
se podría reswnir de la. siguiente manera. La ci+ncia co- era problemática para los partidarios de las teorfas de Ga-
micn7.a con problemas, problemas que van asocill.dos con lil~o. porque estaba en pugna con la teoría de la • fuerza
la explicación del comportamiento de algunos aspbctos del dd vacío•, que éstos aceptaban como explicación de por
mundo o universo. Los científicos proponen hipó~esis fal- qu<! ct' tncn:urio no cae en el Ütbo de un barómetro; la
sables como soluciones al problema. Las hipótesis conje- tercera era prohlcmática para Rocntgen porque en esa
turadas son entonces criticadas y comprobadas.' Algunas época se suponía tácitamente que no existía ningún tipo
serán eliminadas rápidamente. Otras pueden tener más de emanación o radiación que pudiera penetrar en el reci•
70 Alan F. Chalmers
Tntroduccidn del f~lsacionismo 71
piente de las placas fotográficas y oscurecerlas· la cuarta
era problemática porque era incompatible con 1~ teoría de manera que no usap sus ojos•. A partir de estas dos premi·
Newton. La afirmación de que el origen de Iá ciencia está sas, el experimentador puede derivar deductivamente que
e? los problemas. es perfectamente compatible con la prio- el grupo de murciélagos no será capaz de evitar los obstácu-
ndad de. las !cortas s?br~ la observación y los enunciados los de modo eficaz en la prueba de laboratorio. Luego se
observ_actonales. La ctencta no comienza con la pura olr efectúa el experim~nto y se descubre que los murcié!agos
servactón. ~ evitan los choques~ de manera tan eficaz como antes. La
De;;p~és de esta digresión, volvamos a la concepción hipótesis ha sido t'{llsada. Ahora- hay necesidad de utilizar
falsactomsta del progreso . de la ciencia como progreso de nuevo la imaginación, de formular una nueva conjetura,
desde los problemas a las hipótesis especulativas a ·su crí- hipótesis o ·suposición. rai vez un científico sugiera que los
tica y ·a su falsación final y, por consiguiente,' a nuevos oídos de los mur~jélagos tienen que ver de algún modo
problemas. Ofreceremos dos ejemplos, él primero de los con s.u capacidad p¡tra evitar los obstáculos. Se puede com-
cuales es muy sencillo y. trata del vuelo de los murciéhigos probar la hipótesis¡ en un intento de falsaria tapando los
Y el segundo de los cuales es más ambicioso y trata del oídos de los murciélagos antes de soltarlos en el laboratorio
progreso de la física: de la prueba. Esta :vez se descubre que la habilidad de los
Comenzamos con un problema. Los murciélagos son ca· murciélagos. para e;vitar los obstáculos se ve disminuida
paces de volar con .facilidad ·y a gran velocidad, evitando considerablemente. La hipótesis ha sido confirmada. Enton-
l~s ramas de los árbol!ls. los cables_ telegráficos, otros mur· ces el falsacionista :pebe tratar de precisar su hipótesis de
c1élagos, etc., y pueden atrapar insectos. Y, no obstante los manera que se pueda falsar fácilmente. Se sugiere que el
murciélagos tienen ojos débiles. y de todos modos vu~lan murciélago· escucha) el eco de sus propios chillidos que
casi siempre de_ n~~he. Este hecho plantea W) problema rebotan en los objetos sólidos. Se comprueba esta hipó-
porque, en apanencta, falsa la _plausible teoría de que los tesis amordazando lt los murci41agos antes de soltarlos. De
animales, _al.igual que los ·seres- humanos, ven con los ojos. nuevo ·los .murciélagos chocan con los obstáculos lo cual
. Un falsacJonista intentará · resolver este 'problema formu- confirma .de nuevo 'la hipÓtesis. Parece que ahora' el falsa-
lando_ una conjetura ~ hipqtesis; Quizás sugiera que, aunque cionista está llegando a una solución provisional de su
los OJOS de los murctélagds· aparentan ser débiles, sin em- problema, aunque no considera que haya probado mediante
bargo, de ~lguna manera que no se conoce, pueden ver de el experimento cómo evitan chocar los murciélagos mien- ·
manera eftcaz por la noche utilizando sus ojos. Se puede tras vuelan. Pueden ,surgir una serie de factores que mues·
comprobar esta hipótesis. Se suelta un grupo de murciéla- tren que estaba equivocado. Quizás los murciélagos no
gos en _una habitación a oscuras que contenga obstáculos detecten los obstáculos con los oídos sino con zonas sensi-
Y se mtde de alguna manera ·su habilidacl para evitar los tiv;.:ii' cercanas a los· oídos, cuyo funcionamiento disminuye
obstáculos. Luego se suelta en la. habitación a los mismos cuando se tapan lo~ 1 oídos de los murciélagos. O quizás los
murciélagos, pe~o con los ojos vendados. Antes del experi· diferentes tipos de ~urciélagos detecten los obstáculos de
~ento, el expe~tmentador puede hacer la siguiente deduc- diferentes maneras, lpe manera que los murciélagos usados
Ción. Una prem1sa de la deducción es su hipótesis que dice en el experimento rio sean auténticamente representativos.
de_ modo muy explícito: «Los murciélagos pueden volar y El progreso de la' física desde Aristóteles hasta Einstein
evttar l~s obstáculos. utilizando sús ojos, y no lo pueden pasando por Newtdn proporciona un ejemplo a mayor
h3;ce~ sm usar los OJOS•. ~a segunda premisa es una des- escala. La concepción falsacionista de ese progreso es más
cnpctón de la prueba expenmental, incluyendo el enunciado o menos la siguiente. La física aristotélica tenía éxito en
•Este grupo de . murciélagos tiene los ojos vendados, de cierta medida. Podía explicar gran variedad de fenómenos.
Podía explicar por qué los objetos pesados caen al suelo
72 Alan ft.. Chalmers Introducción del falsacionismo 73
{porque buscan su lugar natural en el centro del universo), lares. Su teoría de )a relatividad especfál predijo que la
podía explicar la acción de los sifones y bombas de extrac- masa séría una función de la velocidad, 'y que la masa y
ción (la explicación se basaba en la imposibilidad del va- la energía se podrían transformar la una en la otra, y su
cío l. etc .. Pero finalmente la física aristotélica fue falsada teoría general predijo que los rayos de luz podrían ser des-
de diversas maneras. Las piedras arrojadas desde lo alto de viados por fuertes campos gravitatorios.· Los intentos de
un mástil de. un barco que se movía uniformemente caían refutar la teoría einsteiniana mediante los nuevos fenóme-
en la cubierta al pie· del mástil y no a distancia lfe él, como nos fracasaron. La falsación de la teoría de Einstein sigue
predecía la teoría de Aristóteles. Las lunas de JÍípitcr.gira- siendo un desafío para los ffsicos moderbos. Su éxito; si
ban alrededor de Júpiter, pero no alrededor, de; la Tierra. se produjera finalmente, marcaría un nuero paso adelante o

Durante el siglo xvu se acumularon montones de falsacio- en el progreso de la física. · . :


nes. Sin embargo, una vez que hubo sido creada' y desarro- Esto 1dice la típica concepción falsacionista del progreso
llada la física newtoniana mediante las conjeturas de Gali- · de la física. Más adelante pondremos en duda su precisión
leo y Newton, fue una teoría superior que la, de Aristóteles. y validez.
La teoría de Newton podía explicar la caída de los objetos Resulta evidente a partir de lo dicho que el concepto
y el funcionamiento de los sifones y bombas de e~tracción ·y de progreso, de desarrollo cientlfico, es fundamental en la
podía también explicar los fenómenos que ·resultaban pro- concepcipn falsacionista de la ciencia. En el próximo capí·
blemáticos para los aristotélicos. Además, la teoría ·de tulo trataremos este problema de modo m.s qetallado.
Newton podía explicar fenómenos a los que la"teoría de
Aristóteles no aludía, tales como las correlaciones entre las
mareas y la posición de la Luna, y la variación en' la fuerza LECTURAS COMPLEMENTARIAS
de la gravedad con la altura por encima del niver del mar.
Durante do~ siglos, la teoría de Newton se vio · coronada El texto falsacionista clásico es The /ogic of s~ientific discovery
por el éxito. Esto es, no tuvieron éxito los intentos de fal- de Popper (Londres, Hutchinson, 1968). Las opiniones de Popper
saria mediante los nuevos fenómenos predicho's con su sobre la filosofía de la ciencia se encuentran ~etalladas en dos
ayuda. La teoría condujo incluso al descubrimiento de un recopilaciones de artlculos: Objective knowle¡tge (Oxford; Ox·
nuevo planeta, Ne.ptuno. Pero, a pesar de su éxito, final- . ford University Pres.s, 1972) y Conject.ures andlrefu.tation. s (Lo.n•
dres, Routledge and Kegan Pau1, 1969). lnduct'on and intuition
mente triunfaron los continuos esfuerzos por falsaria. La in scientific thou¡¡ht, de P. Medawar, es un en ayo falsaclonista
teoría de Newton fue falsada de diversas manera'k. No fue de carácter popular (Londres, Methuen, 1969) En •las lecturas
capaz de explicar los detalles de la órbita del plaheta Mer· que se recomiendan en el capítulo S se incluye obras más deta-
curio ni la masa variable de los electrones de rápido movi· lladas sobre el falsacionismo.
miento en un tubo de descarga. Así pues, los tlísicos se
enfrentaron con problemas estimulantes, a medicla que el
siglo XIX daba paso al xx. problemas que exigíaÍ'l nuevas
hipótesis destinadas a solucionar esos problemas de un
modo progresivo. Einstein fue capaz de responder al reto.
Su teoría de la relatividad fue capaz de explicar los fenó-
menos que falsaron la teoría de Newton, al tiempo que era
capaz de competir con la 'teoda newtoniana en las áreas
en las que ésta habla triunfado. Adeinás, la teoría 'de Eins-
tein llevó a la predicción de nuevos fenómenos espectacu-
5. EL FALSAClqNISMO SOFISTICADO,
LAS NUEVAS' PREDICCIONES
Y EL DESARROLLO DE LA CIENCIA

I. GRADOS DE FALSABlLIDAD RELATIVOS


EN VEZ DE ABSOLUTOS

En el capítulo anterior se mencionaron algunas condiciones


que debe cumplir\ una hipótesis para que sea digna de con-
sidctación cientlfita. Una hipótesis debe ser falsable, cuanto
más falsable mejor, y, no obstante; no debe ser falsada. Los
falsacionistas más,' sofisticados se dan cuenta de que .estas
condiciones por 111 solas son insuficientes. Una condición
adicional va unida a la necesidad que tiene la ciencia de
prQgresar. Cualquier hipótesis debe ser más falsable que
aquélla en cuyo lugar se ofrece.
La concepción 'falsacionista sofisticada de la ciencia, con
su hincapié en .el ~esarrollo cientffi.co, traslada el centro de
atención de los m~ritos de una sola teoría a los méritos rela-
tivos de teorías enfrentadas. Proporciona una imagen diná·
mica de la ciencia, en Jugar de la concepción estática de los
falsacionistas más. ingenuos. En vez de preguntarse de una
t~:oría: •¿Es falsable?•, c¿En qué medida es falsable?• y
•¿Ha sido falsada?• resulta más apropiado preguntar: •La
tooría recién propuesta, ¿es un sustituto viable de aquélla
.a la que desafía?~ En general, una teoría recién propuesta
será considerada fOmo digna. de atenció'l por parte de los
científicos si es ~ás falsable que su rival y en especial si
predice un nuevo' tipo de fenómeno que su rival no men-
cionaba. ~ · · .
El hincapié e~a comparación de los grados de falsa-
bilidad de series , teorías, que es consecuencia del hinca-
pié en la ciencia e. mo un conjunto en evolución y desarrollo
de conocimientos¿. permite evitar un
. . problema técnico, ya
76 Alan F. Chalmers El falsacionlsmo sofisticado 77

que es muy dificil especificar hasta qué 'punto ·e, falsable Comenzaré con un ejemplo bastante trivial. Consider_e-
una teoría. No se puede .definir la medición absoluta de la mos la generalización ·El pan alimenta-. Esta. teorlade ba~o
falsabilidad simplémente porque el núrnerp de falsadores nivel, si se explica m~s detalladamente, eqmvale a la af1r·
potenciales de una teorla siempre será infinito. ¡Es dificil mación ~e que, si el trigo crece de maner~ normal, se con•
encontrar·una respuesta aJa pregunta: •¿Hasta qu" punto es vierte en pan de manera normal y es. com1do por los seres
ralsable la ley de la gravitación de Newton?·• Por otro lado, humanoS. de manera normal, entonces esos seres humanos
a menudo es posible comparar los grados de falsabilidad se alimentarán. Esta teorfa ·aparentemente inofensiva· plan·
de las leyes ·o teorías. Por ejemplo, la afirmacrpn : •Dos teó un problen1a en un pueblo francés en una. oc:asión en
·cuerpos cualesquiera se atraen mutuamente con tina fuerza la t¡ue e~ trigo creció de manera normal, se convirtió en pan
inversamente proporcional al cuadrado de su distancia• es de manera normal y, no obstante, la mayorfa de las personas
más falsable que la afirmación ·•Los planetas del sistema que comieron ese pan cayeron gravemente enfermas Y mu·
solar se atraen mutuamente con una fuerza inversamente chas mutieron. La teorla •{Todo) el pan alimenta• se vio
proporcional al cuadrado de su distancia•. l;a primera falsada. Se puede modificar la teorfa para evitar su falsa·
afirmación implica .la segunda. Todo lo .que .false la segunda ción adaptándola de modo. que diga: •{Todo) el pan, con
falsará la primera, pero ·no a la inversa. Idealmente, al fa!. excepción de la hornada de pan pr~ducida en la. ~lde~ fran·
sacionista le gustarla poder decir que la serie de. teorlas cesa en cuestión, alimenta•. Esta ,es una modtf1cac1ón a~
que constituyen la evolución histórica de la ciencia está hoc. La teoría modificada no puede ser comprobada de ma·
hecha de teorías falsables, siendo cada una en la serie más nera que no lo sea también la teorla original. El consumo
falsable que su predecesora. de pan por cualquier ser humano constituye una comp!'Dba·
ción de la teorfa original, mientras que las .comprobac1on~s
·de la teorla modificada se limitan al consumo de pan dis-
II. EL AUMENTO DE LA PALSABILIDAD tinto de esa hornada de pan que produjo resultados tan
Y LAS IIIODIPICACIONES «AD HOC» desastrosos en Francia. La hipótesis modificada es menos
falsable que la versión original. El falsacionista rechaza' esas
La exigencia de que, según progresa la ciencia, s"'s teorlas acciones de retaguardia.
sean cada vez más falsables f en consecuencia tengan cada El ·siguiente ejemplo es ¡penos tru~Iento y ~ás entrete-
vez más contenido y sean cada vez más informati'(as exclu· nido. Es un ejemplo que se basa en un mterC:amb10 qu~ tuvo·
ye que se efectúen modificaciones en unas teo~ desti· lugar realmente a principios del siglo XVII~ entre Galileo Y
nadas simplemente a proteger una teorfa de una.falsacién un adversario aristotélico. Después de haber observado la
amenazadora. Una modificación en una teorla, tal como luna cuidadosamente a través de su recién :inventado teles-
la adición de un postulado más o un cambio en algún pos-_ copio, Galileo pudo informar que la luna no era una esfera
tulado existente, que no tenga consecuencias comprobables lisa sino que su superficie estaba llena de mon~~ Y erá·
que no fueran ya consecuencias comprobables de•Ja teorla teres. Su adversario aristotélico tenía que a~1t1r que .I~s
sin modificar, será denominada modificación aJJ, hoc. El 'cosas parecían ser de ese modo cua~do por sí m1smo rep1t1ó
resto de esta sección se ocupará de mostrar ejemplos des- las observaciones. Pero las observaciones amenazaban a una
tinados a aclarar la noción de modificación ad hoc. En pri· noción fundamental para muchos aristotélicos, a sab~r, que
mer· lugar consideraré algunas modificaciones· ad .hoc que todos Jos, cuerpos celestes son esferas perfef:tas. El n~al de
el falsacionista rechazarla y después éstas sel'án contrastadas Galileo defendió su teoría frente a la aparente falsac1ón de
con algunas modificaciones que no son ad hdc y, que, en una man~ra evidentemente ad hoc. Sugirid que había una
consecuencia, el falsacionista aceptarla. sustancia' invisible en la luna que llenaba 14s cráteres Y cu·
• • i
78 Alan F. Chalmers El falsacionismo sofisticado
bría las montañas de tal manera que la forma de la luna era algunas de sus características). Esta teoría modificada no
perfectamente esférica. Cuando Galileo preguntó cómo se es ad hoc porqtle lleva a nuevas comprobaciones. Es con-
podría detectar la presencia de la sustancia invisible, la ré- trastable de forma· independiente, por usar la exprcsion de
plica fue que no habla manera de poderla detectar. Así pues, )'opper 1• Las pdsibles comprobaciones incluirían compro·
no hay duda dé que la t~oria· modificada no produjo nuevas bar. de qué trigo estaba hecho el pan contaminado para
consecuencias comprobables y de que, ·para un falsacionista, deteétar la presencia del hongo, cultivar el hongo en un trigo
•ería ·.completamente lnac:eptablc. Galileo, exnsperado, fue cspccinlmcnte pr~pnrndo y comprohnr el t•fcctn .nlinwntidn
cnp11~ do mo•trar la lncxac!ltud do In pollturl) de ~u l'lvnl do del p11n prmlncltlu con él, unullt~ll' quhnlclnm•ntc el. hongo
una manera caracterfsU¡:amente Ingeniosa. Anunció que es· para determinar la presencia de venenos conocidos. cte. To-
taba dispuesto a admitir la existencia de la sustancia invi- das estas prueb~s. muchas de las cuales no constituyen
sible indetectable en 1~ luna, pero insistió en que dicha pruebas de l.a hipótesis original, pod r.ian dar como resultado
sustancia no estaba dist'ribuida tal y como sugería su rival, la falsación de li hipótesis modificada. Si la hipótesis modi·
sino que en realidad estaba apilada encima de las montañas ficada, más falsdble, supera la falsación frente a las nilcvas
de modo que eran várias veces más altas de lo que parecían pruebas, entoncd se habrá aprendido algo nuevo y se habrá
a través del telescopio. Galileo fue capa:t de superar a su progresado. r
rival en el inútil juego pe la invención de instrumentos ad . V_olva.,inos ah~ra a. I~ _historia ~e la ciencia e~ busca de
hoc para proteger las teorías. : un eJemplo men(!s arttftctal y constderemos la sene de acon·
A continuación men4ionaremos otro. ejemplo de una hl· tecimientos que ;;condujeron al descubrimiento del planeta
pótesis posiblemente a~ hoc, procedente de la historia de . Neptuno. Las o~tservaciones realizadas en el siglo XIX· del
la ciencia,- Antes de Laloisier, la teoría del flogisto era la movimiento del ~laneta Urano indicaban que su órbiia dife·
teorla clásica .de la co bustióri. Según esa teoría, cuando ría considerable!pente de la predicha según la teoría gravi·
se quemaban las sustan ias, se desprendía de ellas el flogis· tatoria de Newt?n· planteando pues un problema a dicha
to. Esta teoría se vio amena:tada. cuando se descubrió que teoría. Leverrier :en Francia y Adams en Inglaterra sugirie·
muchas sustancias aumentaban de peso con la combustión. ron, en un intento por salvar la dificultad, que existía un
Una manera de salvar lt:'aparente. falsación consistió en su· planeta hasta e~onces no detectado cerca de Urano. La
gerir que el flogistl) te fa peso negativo. Si esta hipótesis atracción entre el supuesto planeta y Urano habría de cxpli·
se podía comprobar sol ente pesando las sustancias antes car el alejamiento de este último con respecto a la 'órbita
y .después ·d~ la combu4tión, entonces era ad hoc. No con- inicialmente predicha. Esta sugerencia no era ad hoc, como
dujo a nuevas comprobapones. . iban a mostrar los acontecimientos: Era posible estimar la
Las modificaciones efectuadas en una teoría en un inten- · .distancia aproximada del supuesto planeta, si .tenía un ta-
to de salvar. una· dificultad no necesitan ser ad hoc. A conti·; máño razonable y era responsable de la perturbación de la
nuación presentamos aigunos ejemplos de modificaciones órbita de Ur¡¡no. Una vez hecho eso, fue posible comprobar
que no son a4 hoc y q~e. en. consecuencia, son aceptables' la nueva propuesta inspeccionando la región correspondiente
desde un punto de vista f~sacionista. · del cielo mediante el telescopio. De este modo fue como
·Volvamos a la falsa ·ón. de la afirmación • El pan aJi: Galle vio por prjmera vez el planeta que ahora se conoce
menta• para ver cómo podrla modificar de una manera como Neptuno. J;.ejos de ser ad hoc, la acción para salvar
aceptable, Un paso aceptable seria reempla:tar la teoría ori··
1
ginal falsada por la afirmación •Todo el pan alimenta excep- Véase, por ejefllplo, •The aim of science•, de Karl Popper, en
to el hecho de trigo Contaminado por un determinado tipo su Objective knowf{dge (Qxford, Oxford University Press, 1972), pá·
de hongo•. (seguido de ·una. especificación· del hongo y de ·ginas 191-205, en espfcial p. 193.
~ .
80 Alan F. Chalmers El falsacionismo sofisticado 81

la teorfa de Newton de la falsación por medio de Ia órbita de conjeturas audaces y aventuradas, mientras que en el
de l!rano condujo a un nuevo tipo de comprobaciÓn de esa otro tenemos unas teorias ·que son conjeturas prudentes,
teoría, que pudo superar de manera esp~tacular y· pro- que hacen afirmaciones que· no parecen. implicar r!esgos
gresiva. significativos. Si cualquiera de los dos ttpos d~ conJetura
fracasa en una prueba experimental u observacional, resul·
tará falsada, mientras que si pasa tal pru~·ba diremos que·
111. LA CONFIRMACION EN LA CONCEPCION FALSACIO(I(ISTA :~stá confirmada'. Los adelantos importan! s vendrán mar-
DE LA CIENCIA cados por la confirmación de las conjetur s audaces o po_r
la falsación de las conje~uras prude'!te~. . s ca~os del pn· .
Cuando en el capít11lo anterior se introdujo el falsaclionismo mer tipo serán informativos y constitUirán¡ una Importante
como alternativa al inductivismo, se dijo que las Jalsacio- aportación al conocimiento científico, simplemente. porq.ue
nes, esto es, los fracasos de las teorfas ante las ;pruebas señalan el descubrimiento de algo hasta entonces maudito
experimentales y observacionales, tenían una importancia o consic~erado improbable. El descubrimiento de Neptuno Y
fundamental. Se aducía que la situación lógica permite el de las ondas de radio, y la confinnaclón por Eddington de
establecimiento de la falsedad pero no de la verdad de las la aventuradá predicción de Einstein de que los rayos d~
teorías a la luz de los enunciados observacionales jlisponi· luz se Cl.irvarfan en los campos gravitatorl~s fuertes, cons.tl· ,
blp. También se sostenía. que ·Ja ciencia progresaría¡ propo- tuyeron adelantos significativos en la ciencia. f:as predlccio- .
niendo conjeturas osadas, sumamente falsables, como in· nes arriesgadas fueron confirmadas. Las falsac10nes de con· ·
tentos de resolver los problemas, seguidas de imp)acables jeturas prudentes son informativas porque establecen que
intentos por falsar las nuevas propuestas. Junto con esto Jo que se considera sin más problemas verdadero es . en
se sugería que los avances importantes en la ciencia llega· realidad falso. La demostración que hiciera Russell de qt!e
ban cuando se falsaban estas audaces conjeturas. ·Esto es la téorfa ingenua de conjuntos, qu~ se basaba en lo que
lo que dice el reconocido falsacionista Popper en el
trozo parecían ser prop.osiciones casi ~iden.tes, es ~ncoherente
citado en la página 66, en el que las cursivas son suyas. Sin proporciona un eJemplo de falsa~Ión mformauva d~ ~na
embargo, prestar una atención exclusiva a los casos de falsa- conjetura en apariencia libre de nesgo. Én contraposi~Ión,
ción equivale a representar de manera equivocada: la pos- de la falsación de una conjetura audaz o de la confrrma-
tura del falsacionista sofisticado. El ejemplo con' el que ción de una conjetura prudente se aprende poco. SI se falsa
concluíamos la sección anterior contiene más de una indi- una· conjetura: audaz, 'entonces todo lo que s~ aprende es que
cación al respecto. El intento independientemente c'ompro- otra idea loca ha resultado errónea. La fal,saclón de la .es·
bable de salvar la teoría de Newton mediante una hjpótesis peculación kepleriana de que la d~stribución espacl~l de las
especulativa tuvo éxito porque el descubrimiento de Nep- órbitas planetarias se podía exphcar por referencia a los
tuno confirmó la hipótesis, y no porque ésta fuera falsada. cinco sólidos regulares de Platón no señaló un hito en el
Es un error considerar que la falsación de conjeturas progreso de la físi~a. De modo semejant~, las co?flrmaclo-
audaces, sumamente falsables, es la ocasión para que~avance nes de las hipótests prudentes no son Informat~vas. Esas
la ciencia de modo significativo '. Este hecho queda claro confinnaciones indican meramente que se ha aplicado una
cuando consideramos las diversas posibilidades exl.remas. vez más con ~xito una· teoria que estaba bi~n establecida y
En un extremo tenemos unas teorías que toman latfonna
.:
' Para un análisis detallado de esta cuestión, véase cOn l~aming • No bay que confundir este ;uso de •confirmado• con otro uso,
from our mistakeS>, de A. F. Chalmers, Brltish Journal for th~ Philo. según el."'c:Ual decir de una r.Oila que está confii'mada es afirmar
sophy o/ Science, 24, 1973, pp. 164-73. que ha sido probada o establecida como verdadera. '
82 Alan F. Chalmers
El falsacionismo sofisticado 83
n~ se consi'deraba problemática. Por ejemplo, la confirma·
c1ón ·de la conjetura de que las muestras de hierro extraídas era una conjetura. audaz. Era audaz porque estaba en con-
de su mena mediante algún nuevo proceso se ·dilatarán al flicto con las teotJas generalmente aceptadas en la época,
ser c~lentadas, al igual que cualquier otro hier:ro, tendría teorías que incluí~h el supuesto de que los sistemas electro-
poca Importancia. magnéticos (imanfS. cuerpos cargados, conductores porta-
El falsaciónista desea rechazar las hipótesis ad hoc y ~ti· dores de corriente: etc.) actúan unos sobre otros de modo
mul~r fa propuesta de h~póiesis audaces como mejoras po- simultáneo a travc!~ del espacio vacío y que los efectos elec-
tencial~s de las teorías 1falsadas. Estas hipótesis audaces tromagnéticos se j>ueden propagar a velocidad finita sola-
con~uc1rán a prediccion's nuevas y comprobables, qtie no mente a través de sustanCias materiales. La teoría de
se siguen de .la teorfa ori~inal falsada; Sin embargo, aunque Maxwell chocaba con estos SJ.Ipuestos generalmente acepta-
el hecho d.e que ello co~duzq. a la p.os.· ibilidad d.e nuevas dos porque predeéla que la hit es un fenómeno electromag-
pruebas haga digna de "nvestigación a, una hipótesis, no nético y también predecía, como después se advertiría, que
figurará ~om~ una n_tejo a de la teorfa: problemática para las corrientes fluctuantes deben emitir un nuevo tipo de
cuya sustitución ha s1do fdeada hasta qúe haya superado al radiación, las 4indas de. radio, que viajan a velocidad finita
menos algunas de esas ~ebas. Esto equivale a decir que a. través del' espacio vado. Por ello en 1864 la teoría de
antes .de que se pueda e nsiderar que es· un sustituto ade-. Maxwell era auda¡i y la posterior predicción de las ondas
cuadode una teorfa. falsa a, una teoría recién y_audazmente de radio·erauna ptedicción nueva. Hoy en día, el hecho de
propuesta d~be ef.ectuar algunas nueva~ predicciones que que la teoría de Maxwell pueda dar una explicación precisa
queden confirmadas. Mu, s especulaciones descabelladas del comportamiento de una amplia gama de sistemas elec-
e imprudentes no supera,rán las pruebas posteriores y, en troma~néticos es una parte generalmente aceptada del co-
q>nsecuencia, no se las :estimará como contribuciones al· nocimiento científico y no se considerarán pr.¡dicciones nue-
desarrollo del conocimiento científico. La ocasional cspccu· vn~ IM nrlrmnclonr~ nci,1-cn di! In C':<lstt•ndn y prc'plcdntlc,
lnclón .dcac:Abcllndn e lmprudólllu que conduzco o uno nueva de In< omln• de •·nd!<>· ' ·
e Improbable predicción,, que no obstante queda confirmada S! llamamos al'complejo de las teorías científicas gene-
por la ~bservadón o la. 9xperbnentación, quedará por ello ralmente aceptadas y bien establecidas en alguna etapa de
establecida como un moll\cnto culminaqte en la historia del la historia de la ciencia conocimiento básico de esa época,
d~sarrollo científico. Las. ¡confirmaciones de nuevas predic· entonces podemos decir que una conjetura será audaz si
Clones resultantes de conjeturas audr.ces son muy importan· sus afirmaciones s!lln improbnbles a la luz del conocimiento
t~.; e¡t la concepción. falsacionista del desarrollo científico. básico de la épocá. La teoría general de la relatividad de
Einstein era audaz' en 1915 porque en esa época ,el conoci-
miento básico incluía el supuesto de que la luz se propaga
rv. AUDACIA, NOVEDAD Y CONOCIMIENTO BASICO e~ línea recta. Dicho supuesto chocaba con una consecuen-
cia de la teoría ge:Oeral de la relatividad, a saber, que los
Es necesario decir algo rrú~s .acer{:a de los. adjetivos •audaz• rayos de luz. se debían curvar en campos gravitatorios . fuer·
Y •nuevo• tal y como se aplican a las hipótesis y a las pre- tes. La astronomía· de Copérnico era audaz en 1543 porque
dicciones ·respectivamente! Ambas son nociones histórica· chocaba con el su¡:>~esto básico de que la tierra está inmóvil
mente relativas. Lo .que se clasifica como conjetura audaz en el centro del u~iverso. Hoy en día no se la considera-
en una etapa de la historia de la ciencia no tiene por qué rla audaz. .
ser audaz en otra etapa posterior•.Cuando Maxwell propuso Así como las conjeturas se consideran audaces o no por
su •teoría dinámica. del campo,-electromagnético. en 1864. referencia al conocimiento básico relevante, así también se
juzgará que las predicciones son nuevas si conllevan algún
84 Alan F. 'Chalmers El fa/sacionismo sofisticado 85

fenómeno que no figure en el conocimiento básico de la teoría que es falsada por la evidencia descubierta con ayuda
époc~ ~.que quizás esté explícitamente excluido jlor él. La de la nueva teoría y que la confirma; Una vez que· la audaz
predtccton de Neptuno en 1846 era nueva porque le! con01:i· teoría recién propuesta logra .desbancar a su rival, se con·
miento básico de esa époc;a no contenía ninguna referencia vierte a su vez en un nuevo blanco al"qu'e se dirigirán las
a ese planeta. La predicción que dedujo Poisson de la teoría pruebas rigurosas, ideadas con la ayuda! de otras teorías
ondulatoria de la luz de Fresnel en 1818; a .saber, que se. audazmente conjeturadas. . !
debía· observar una mancha brillante en el centro de una ·Debido al hincapié que hacen los falsacionjstas en el
cara de wi disco opaco convenientemente iluininado desde · desarrollo de la ciencia; su concepción de la confirmación
•a
la otra. era nueva porque la teoría corp\sscular de luz, que·
formaba parte del conocimiento básico de la épocia, excluía
·es significativamente distinta a la de los: inductivlstas.. La
importancia de algunos casos confirmadores de una· teoría,
la existencia de esa mancha brillante. ·· según la postura inductlvlsta descrita en el capítulo. ·1, está
En la sección anterior .se mantenía que las P.t. "ncipales, determinada exclusivamente por la relación lógica exls.tente
contribuciones al desarrollo del conocimiento ientffico entre los enunciados observacionales que son confirmados
suceden cuando se confirma una conjetura audaz· cuando y la teoría que éstos apoyan .. El grado de apoyo que dieron
se falsa una conjetura prudente. La idea del corí ·'mientO a la· teoría newtoniana las. observaciones de Neptuno rea-
básico nos permite ver que estas. dos posibilidades\ se darán· lizadas por Galle no es diferente del grado de apoyo ·dado
juntas como resultado de un solo experimento. El conocí." por una moderna observación de Neptuno. El contexto his-
miento básico consta de hipótesis prudentes precisamente tórico en el que se obtiene la evidencia no tiene importancia.
porque ese conocimiento está bien establecido ,Y no se Los casos ·confirmadores lo son si proporcionan apoyo in·
considera problemático. La confirmación de una conjetura ductivo: a una teoría, y cuanto mayor sea el número de casos
audaz supondrá la falsación de alguna parte del conocimien- confirmadores e;;tablecidos, mayor será el apoyo a la teoría
to básico con respecto al cual era audaz la conjetura.
;
y más probable será que sea verdadera. Esta teoría ahist~
rica de la confirmación parece tener la consecuencia negativa
de que. innumerables observaciones realif.das de piedras
V. COMPARACION DE LAS CONCEPCIONES INDUCTIVISTA que caen, posiciones planetarias. e~c., cpri t.ituyen.. un.a acti·
Y FALSACIONISTA DE LA CONFIRMACION vidad científica valiosa en la medida en qu llevan a alimen·
tar la e¡;timación de la probabilidad de la verdad de la ley
Hemos visto que la confirmación tiepe un importante papel de la gravitación .
que desempeñar en la ciencia, tal y como la interpreta el . En contraposición, en la concepción falsacionista la im-
falsacionista sofisticado. Sin embargo, eso no quiere decir portancia de las confirmaciones depende inuchlsimo de su
que esté mal puesto el calificativo de wfalsacionisino• a su contexto histórico. Una confirmación conferirá un alto gra-
postura. El falsa,cionista sofisticado sigue manten~ndo que· do de valor a una teoría si esa·· confirmación fue. el resultado
las teorías se pueden falsar y rechazar, aunque niegúe q11e. de la cómprobación de una predicci4n nueva. Esto es, una
se puedan establecer como verdaderas o probablemente vét- confirmación será importante si se estima que es impro-
daderas. El propósito de la ciencia es falsar las 'teoiias y bable que suceda a la luz del conocimiento básico de la
reemplazarlas por teorías mejores, teorías que demuestren época. Las confirmaciones que. son conclusiones conocidas
una mayor capacidad para resistir las pruebas. Las confif; de antemano son insignificantes. Si hoy en día confirmo la
maciones de' las nuevas teorías son importantes Jn la me- teoría de Newton tirando una piedra al sueJo, no contribuyo
dida en que constituyen la demostración de que una nueva· éon nada de valor a la ciencia. -Por el contrario, si mállana
teoría es una mejora de la teoría a la que reen:¡plaza, la confirmo una teoría especulativa que implica que la atrae-
Ef falsacion.i:smo ;sofi:sticatio 87
86 Alan· F. Chalmers
Lakatos y A. Musg~ave (Cambridg~>. Cambri~ge. University Press,
ción. gravitatoria entre !los cuerpos dei>ende de sus tem- 1974), pp. 9"1-196, y,aplica el concepto falsa.cJOmsta de_ desarrollo
peraturas, falsando en el proceso la teoría de Newton, habré a las matemáticas ·en .-Prools..and refutat1ons•. Bntzsh Journal
realizado una aport¡¡¡:ión importante al conocimiento cientí- for the Philosophy of Scimce. 14, 1963-64, pp. 1-25, t20-39, 221-~4~.
fico. La teoría de Newto~ de la gravitación y algunas de sus Los siguientes artíc;ulos y h"bros contienen in_teres_antes anáhs1s
limitaciones forman par~e del conocimiento básico actual, del desarrollo de lá ciencia: •Theory change m SCience•, de No-
retta Koertge, en Conceptual charige, compilado por G. Pearce
mientras que no sucede así con la dependencia de la atrac- y P. Maynard (DoTdrecht, Reidel Pub. Co., 19'13), pp. _167-'18;
ción gravitatoria de la ~emperatura. He aquí un ejemplo Between science 11pd metaphysics, de S. Amsterdamslr.i (Dor-
adicional en apoyo de la :perspectiva histórica que los falsa- drecht. Reidcl Publ Co., 1975); y cCorrespondence, invariance
cionistas introducen en la confirmación:, Hertz confirmó la and heuristics•, de H. R. Post, en Studies in Hislory and Philo-
teoría de Maxwell cuando detectó las primeras ondas de sophy of Science, 2~J 971, pp. 213-55.
radio. Yo también confirmo la teoría de Maxwell siempre
que escucho la radio. La situación lógica es similar en los
dos casos. En cada uno, la teoría predic~ que se deben de-
tectar onda5 de radio y, 'en cada uno, el, éxito de su detec-
ción presta un apoyo !~ductivo a la teoría. No obstante,
Hertz es justamente falljOSo por la confirmación que con-
siguió, mientras que mis ¡frecuentes confirmaciones son jus-
~amente ignoradas en u~ contexto científico. Hertz _dio un
Importante paso adelan~e. Cuando escucho la radio sólo
paso el tiempo. El conte;Jto histórico es el que establece la
diferencia.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS

Ya nos hemos. reférido a ¡os escritos de Popper como lectura


pertinent10 para el falsaclon.smo. Especialmente pertinentes para
el análisis del desarrollo ¡·de la· Ciencia son Conjectures and
relutatio11s (Londres, Rout edge and Kegan Paul, 1969), capítu-
lo 10, y Objective know/edge (Oxford, Oxrord University Press,
1972), capítulos S y 7. Fey~·rabend ha contribuido al programa
falsacionlsta más sofistica o. Véase, por ejemplo, su artículo
cExplariation; 'reduction a. d empiricism• en SCientific expla•
nation, space and time, M1tnesata studies in the phi/osophy of
science, vol. 3, compilado p r H; Feigl y G. Maxwell ( Minneapo-
Iis, University ·of Minnesot . Press, 1962), I'P· 27-97 y cProblems
of empiricism• en Beyond tire edge ·af ceriainty, comoilado por
R. Colodny. (Nueva York, prentice Hall, 1965), pp. 45-260. I. La-
katos analiza diversas etap;¡s del desarrollo del programa falsá-
cionista y su rela¡:ión con el programa inductivista en •Falsifi-
ca·tion and the methodology of scientific research · programmes•
en Criticism and the gro•vtlt of knowledge, compilado por J.
6. LAS LIMITACIONJ;S DEL FALSACIOJ!'liSMO

!. LA DEPENDENCIA DE I..A OBSERVACION DE, LA TEORIA Y LA


FALIBILIDAD DE LAS PALSACIONES

El falsacionista ingenuo insiste en que la actividad científica


debe dedicarse a intentar falsar las teorías estableciendo la
verdad de los enunciados observacionales que son incompa·
tibies con ellas. !.,os falsacionistas más sofisticados se dan
cuenta de la insuficiencia de esto y reconocen la importancia
del papel que desempeña la confirmación de las teorías es-
peculativas, asf como la falsación de las bien establecidas.
Una cosa que ambos tipos de falsacionistas poseen en comlln,
sin embargo, es que hay una importante diferencia cualita·
tiva en el estatus de las confirmaciones y de las falsaciones.
Las teorías se pueden falsar de manera concluyente a la luz
de las pruebas adecuadas, mientras que nunca se pueden
establecer como verdaderas o incluso comp probablemente
verdaderas sean cuales fueren las pruebas. La aéeptación .de
·!a teoría siempre es provisional. El recliazo de la teoria puede
. ser concluyente. Este es el factor que hace a l~s falsa,cionistas
acreedores· a su nombre. 1
Las afirmaciones del falsacionisla se ven ,seriamente con-
tradichas ¡aor el hecho de que los enunciados labservacionales
dependen de la teoría y son falibles. Eso se puede ver inine-
diatamenté. cuando se recuerda la cuestión lógica que In·
vocan los ·Jalsacionistas en apoyo de su causa. SI se dan
enunciados observaclonales verdaderos, entonces es posible
deducir de'ellos lógicamente la falsedad de algunos enuncia·
dos universales, mientras que no es posible deduéir de ellos
la verdad tle ningún enunciado universal. Esta no es una
cuestión u~versal, sino una cuestión condic1 nal basada en
el supuesto de que existen enunciados obse · aclonales com·
pletamente seguros. Pero, como se mantenla n el capitulo 3,
90 Alan F. Chalmers Las limitaciones del falsacionismo 91

no k son. Todos los cnuncindos observacionales son· falibles. mer Jugar esta explicación y luego argüiré que no libra al
En co~sccucn~ia, si un enunciado universal o un grupo de falsacionista de las objeciones de la sección 1.
~:nun~wdus umvcrsalcs que constituyen una teoría o;'partc de La· postura de Popper destaca la importante distinción
un;t. teoría choca con algtín enunciado obscrvacionÁl, puede entre los enunciados obseniacionales públicos, por un lado,
sc·r que sea el enunciado observacional el que esté equivoca· y las experiencias perceptivas privadas de los observadores,
do. No hay nada en la lógica de la situación que exija que por otro. Estas últimas vienen •dadas• de algún modo a los
Siempre haya de ser la teoría la rechazada en caso de un cho- individuos ·en el . acto de observar, pero no hay un paso
que con la observación. Se podría rechazar un enunCiado ob- simple q!'e lleve de esas experiencias privadas (que depen·
servacionnl falible y conservar la teoría f<~lible con la que cho- derán de factores peculiares a cada observador, tales como
Gl. Esto fue precisamente lo que sucedió cuando se éonservó sus expectativas, su conocimiento anterior, etc.) a un enun·
la teoría de Copérnico y se rechazó la observación, realizada ciado observacional que pretenda describir la situación
a simple vista, de que Venus no var(a aprcciabJ.:nÍente de observada. Un enunciado observacional, fbrmulado en un
tnmaño n lo largo del año, la cual es incompatible con la lenguaje p¡jblico, será comprobable y estará sujeto a modi·
teoría copernicana. También es lo que sucede cuando se ficaciones o. rechazos. Los observadores pueden· aceptar o no
wnservan las modernas descripciones de la trayectoria ud determinado enunciado qbservacional. Su decisión sobre
de la luna y se considera que los enunciados observa.cionales esa. cuestión estará motivada en parte por las experiencias
referentes al hecho de que la luna es mucho mayofcuando perceptivas pertinentes, pero ninguna experiencia percep-
cstú cerca del horizc•ntc que cuando está en lo alto ·del ciclo tiva de un individuo ser;\ suficiente para establecer la vali·
son resultado de una ilusión, incluso en el caso de q~e no se dez de un enunciado observacional. Cualquier observador
compt·enda bien la causa de la ilusión. La ciencia está llena puede verse movido a ac~ptar algún emjnciado observa·
de ejemplos de rechazu de enunciados .observacionales y con· cional basándose en una percepción y, sln embargo, ese
scrvaciún de las teorías con las que chocan. Por muy segura· enunciado observacional puede ser falso. J
mente basado en la observación que pueda parecer que está Se pueden aclarar estas cuestiones med1ante los siguien-
un ~nuncindo, no se puede excluir la posibilidad de qi.te Jos tes ejemplos. •las lunas de Júpiter son visibles a través del
nuc,·os adclmllos teóricos revelen insuficiencias en ese enun· telescopio• y •Marte es cuadrado y de un intenso color•
cindo. En consecuencia, no se pueden· conseguir falsacioncs son enunciados observacionales pliblicos. El primero podría
de tcorias que sean concluyentes y simples~ haber sido emitido por Galileo o un seguidor suyo y. el
segundo se encuentra .en el cuaderno de notas de Kepler.
Ambos· son públicos en el sentido. de que cualquiera que
tenga oportunidad de hacerlo los puede examinar y criticar.
La deci~ión de los galileanos de defender el primero estaba
Popper era consciente del problema analizado en la sec· motivada por las experiencias perceptivas que acompaña·
ciún 1 va en la época en que se publicó por pri~cra vez ban a sus exámenes telescópicos de Júpiter y la decisión de
~a· edición ah:mana de su libro Tllc logic of scient.ific dis· Kepler de escribir la segunda se ba,saba asimismo en sus
cm·ery, en 1934. En el capítulo 5 de ese libm..titulado ·El experiencias perceptivas cuando apuntaba con el telescopio
problema de In bnse empírica•, exponía una concejlción de· a Marte. Ambos enunciados observacionales son compro-
la ohservadlin y de .Jos enunciados obscrvacion¡¡Jes que bables. Los adversarios de Galileo insistían en que· las man·
¡,·nia <'11 nu:nta el hecho de que los cnuncindos obscn•a· chas que Galileo había interpretado como lunas de Júpiter
t:iunah:s infalihlt.'s no se dan din:clnm"•nl~ a tnw~~ de las eran aberraciones atribuibles al funcionamiento del teJes·
rl'rn.·pdonl'S sensoriales. En esta sección rcsun1irt! 1.!11 pri- copio. Galileo defendió su afirmación acerca de la visibi·
92 AJan F. Chalmers Las limitaciones del falsacionismo 93
lidad de las lunas de Júpiter argumentando que si las lunas cierta medida con su posterior insistencia en la ciencia
fueran aberraciones, también aparecerían lunas cerca de •como proceso sin sujeto•. En capítulos posteriores se ana·
los otros planetas. El debate público continuó y, en este !izará más a fondo esta cuestión. Por ahora, prefiero refor·
caso particular, cuando ~ perfeccionaron los telescopios y mular la postura de Popper sobre los enunciados observa·
la teoría óptica, los enwjciados observacionales referentes cionales de un modo menos subjetivo, por ejemplo: un
a las lunas de Júpiter sobrevivieron a ·todas las críticas enunciado observacional es aceptable, provisionalmente, en
dirigidas contra ellos. La mayor parte de ·los científicos de- una determinada etapa del desarrollo de una ciencia, si
cidieron aceptar. finalmente el enunciado~ Por el contrario, es capaz de superar todas las pruebas que posibilite el
el enunciado de Kepler sobre la forma y el color de Marte desarrollo de la ciencia en cuestión en esa etapa.
no sobrevivió a las críticas y a las pruebas. Pronto se deci· De acuerdo con la postura popperiana, los enunciados
dió rechazar el enunciadx observacionales qúe sirven de base para valorar el mérito de
La es~mcia de la postu a de Popp~: sobre los ~nunciados una teoría científica son en sí mismos falibles. Popper
observac1onales es que s aceptab1hdad se m1de por su subraya este punio con una metáfora notable:
capacidad para sobreviví~ a las pruebas. •Los que no supe·
ran las pruebas subsiguie1tes son rechazados, mientras que La base empírica de la ciencia objetiva no tiene, por consi·
los que pasan todas las pruebas a las que son sometidos guiente, nada de «absoluto•. La ciencia no descansa en una
son conservados de modo1 provisional. Eii su primera obra sólida roca. La estrbctura audaz de sus teorías se levanta, como
al menos, Popper subraya el papel de las decisiones que si dijéramos, encioia de un panta_no. Es como un edifi~io cons·
hacen los individuos y lo~ grupos de individuos para acep- . truido sobre pilotes; Los pilotes son hincados. desd.e arrtba en el
tar o rechazar lo que he ¡denominado enunciados observa· pantano, pero no en.una base •dsda• o natural; y s1 no hincamos
cionales, a los que Popper se refiere como •enunciados Jos pilotes más profundamente no es porque hayamc;>s alcanza~o
suelo firme. Simplémente paramos cuando nos satisface la f.r·
básicos•. Así, por ejemplo,' escribe: •Los enunciados básicos meza de Jos pilotes, :que es suficiente para scportar la estructura,
se aceptan como resultado de una deeisión o acuerdo y en al menos por el momento •
esa medida son .convenciolies• '; y añade:
Cualquier enunciado cientlflco empírico puede ser presentado Pero precisamente, lo que socava la postu_ra falsacionist~
(describiendo disposiciones 1experimentales, etc.) de tal modo es el hecho de que los. enunciados observac1onales son fah·
que cualquiera que haya axendido la t~cnica necesaria pueda bies y de que su aceptación es sólo provisional y está
comprobarlo. Si, como resu tado, rechaza el enunciado, no nos sujeta a revisión. Las teorías no se pueden fa)sar de modo
satisfará si nos habla de s s sentimientos de duda o de sus concluyente, porque los enunciados observacionales que
sentimientos de convicción Con respecto a sus percepciones. Lo sirven de base a la falsación pueden res11ltar falsos a la
que debe hacer es formular una afirmación que contradiga la luz de Jos posteriores progresos. El conocimiento disponible
nuestra y darnos instrucciones para comprobarla; Si no lo hace en la época de Copémico no permitía hacer una crítica
solamente podemos pedirle que eche otra mirada, quizás más válida de la observación de que los tamaños aparentes de
Cuidadosa, a nuestro experimento y reflexione de nuevo •. Marte y Venus seguían siendo aproximadamente los mis·
El hincapié de Popper en las decisiones conscientes de los mos, de modo que la teoría de Copémico, tomada de un
individuos introduce un elemento subjetivo que choca en modo literal, podría considerarse falsada por esa observa·
ción. Cien· años después, la falsación podía ser revocada a
1 K. R. Popper, The logic of scientific discovery, Londres, Hut· causa de los nuevos progresos de la·óptica.
chinson, 1968, p. 106.
• lbid., p. 99. • /bid., p. 111.
94 Alan .•F. >Chalmerw 'Las Iimitadiones •del falsacionismo 95

Las falsaciones concluyentes quedan .exóluidas por la que lo •gne :falle ·sea ~a tearfa sometida a .prueba, pero tam·
carencia -de una !base .obser.vacional :perfectamente segura, bién puede ·ser que •.el r-esponsable -de la predicción incorrec·
de la que depeniien. ta sea algún supuesto auxiliar o alguna .parte de la descrip·
ción de las condiciones iniciale.s. No se puede falsar de
manera concluyente una teoría porque no se puede excluir
111. LA COMPLEJIDAD DI! LAS SITUACION!l:S REAL!l:S DE PRUEBA la posibilidad de que la responsable de una predicción erró-
nea sea alguna ·parte de la compleja situación de compro·
El enunciado •Todos ·los cisnes ·son blancos• qu¡¡da indu- bación, y no la teoría ·sometida a prueba.
dablemente falsatlo si se :puede .determinar -un· caso de un A continuación expon<;!mos algunos ejemplos tomados
cisne que no s~a blanco. :Pero las ilustraciones simplificadas de la historia de 1a astronomía que aclaran la cuestión.
de la lógica de :una falsación como ésta ocultan ·una seria En un ·.ejemplo utilizado con anterioridad, vimos cómo
dificultad del falsacionismo, que procede de -la complejidad '!a órbita del planeta Urano refutó, en apariencia, la teoría
de cualquier situación rea:l de pruel>a. Una teoría Científica de Newton. En este .caso, resultó que no· era la teoría la
real constará de ·un conjunto de enunciados ·universales y que fallaba, sino :)a descripción de las condiciones iniciales,
no de uno sólo como e Todos lbs cisnes son :blancos•. Ade- que no incluía ninguna consideración del ·.planeta Neptuno
más, para comprobar experimentalmente una ·teoría, habrá todavía por desctibrir. Un :,segundo. ~jemplo lo constituye
que recurrir a algo más que los enunci¡¡dos que constituyen el argumento mediante el .que el astrónomo danés Tycho
la teoría sometu!a a prueba. Habrá que alimentar la teoría Brahe afirmaba :haber refutado la teoría copemicana unas
mediante supuesto.s auxiliares, tales.como las leyes ¡y -teol!fas décadas después ·de que se publicara por primera vez dicha
que rigen el uso de cualquiera de los instrume~tos uti- teoría. Brahe argumentaba 'que si la Tierra gira alrededor
lizados, por ejemplo. Además, para deducir una predicción del sol, la dirección .en la que se observa bna estrella fija
cuya validez se haya de comprobar experimentalm~ilte, será Jiesde la Tierra 'IC!ebe variar a lo largo del año, a medida
necesario añadir condiciones iniciales tales como una ·.des- que la tierra se mueve de, un lado a otro del sol. Pero
cripción. del marco experiment~l. .Por ejemplo, supongamos ·cuando Brahe intentó detec¡tar esta paralaje predicha con
que se ha de comprobar una ·teoría astronómica ob~ervando .sus instrument()S.,. que ·eran los más precisos y sensibles que
la posición de algún planeta a través del telescbpio. 'La •existían .en su ·6poca, no lo consiguió. Este hecho llevó a que
teoría debe predecir la orientación que ha de teqer el te- Brahe concluyera que la teoría copemic:ma era falsa. Con
lescopio para ver el planeta en un momento determinado. una -mirada retrospectiva se puede apreciar que la respon-
Las premisas de las que se deriva la predicción l!tcluirán sable de' la predicción fallida no era la teo\-ía copemicana,
los enunciados interrelacionados ql!e constituyen la teoria sino uno de los supuestos auxiliares de B~ahe. La estima-
sometida a prueba, las condiciones. iniciales. tales c¡pmo las ción .que ~rahe hacf~ de !a' distancia de l~s e~trell~~ fijas
posiciones previas del planeta y del sol, supuestos auxiliares a-a demastado pequena. St se reemplaza su· esttmacton por
como los que permiten hacer correcciones .que tE¡ilgan ·en otra más real la paralaje predicha resulta! demasiado pe·
cuenta la refracción de "la luz desde el planeta en .la atmós- queña para ser detectada con los instrumdntos de Brahe.
fera de ·1a tierra, etc.. Ahora bien, si la ,predicción que se El tercer ejemplo es hipotético e inveqtado por Imre
sigue de este montón de ,premisas .resulta :falsa .(en '.nuestro Lakatos. Dice así:
ejemplo, si el planeta 100 aparece ..en el lugar .predicho).
entonces todo lo que la lógica de la situación nGis''permite La hist-oria trata de un caso in¡aginario.de maltcomportamiento
concluir es que al menos una de las premisas debe si:rfalsa. planetario. Un físico de la era preeinsteiniana t ma la mecánica
No nos permite identificar la .premisa que fa:lla. P~ede ser newtoniana. y su ley de' la gravitación, N, las con. iciones iniciales
96.
Alan F. Chalmers Las limitaciones del falsacionismo 97
aceptadas, I, y calcula, con su ayuda, la trayectoria de un pe-
queño planeta recientemente descubierto, p. Pero el planeta se
IV. SOBRE LA BASE DE LOS ARGUMENTOS H ISTORICOS,
desvía de la trayectoria ·calculada. ¿Considera nuestro físico
newtoniano que la teoría de Newton hace imposible tal desvía· EL PALSACIONISMO ES INSUPICIENTI!
ción y por Jo tanto que, una vez establecida, refuta la teoría N?
No; sugiere que debe haber un planeta hasta ahora descono- Para los falsacionistas un hecho histórico embarazoso es
cido, p', que perturba la trayectoria de. p. C¡olcula la masa, la que si los científic~s se hubi~ran atenido es.trictamente a
órbita, etc., de este plane!a hipotético y lu_ego le pide a un su metodología, aqtjellas teor~as que se cons1dera~ P?': lo
. astrónomo experimental que f' ompruebe su hipótesis. El planeta general como los mejores ejemplos de teorías c1e'!t1f1cas
p' es tan pequeño que posib emente ni los mayores telescopios nunca habrían sido' desarrolladas, porque habrían s1do re-
disponibles lo pueden observ r: el astrónomo.1experimental solí· chazadas en su infancia. Dado cualquier ejemplo d~ una
cita una beca de investlgaciór para construir.' uno ·mayor. A los teoría cientlfica clásica, ya sea en el momento de su pr1mera
tres años está listo el nuevo telescopio. Si se descubriera el
planeta desconocido p', se le s¡iludaría como una nueva victoria formulación o en uila fecha posterior, es posible encontrar
de la ciencia newtoniana. Pero no es así. ¿Abandona nuestro afirmaciones observacionales que fueron generalmente acep·
científico la teorfa·de Newtony su idea del planeta perturbador? tadas en esa época y que se consideraron incompatibles con
No. Sugiere que una nube dé polvo cósmiCQ nos oculta el pla· la teoría. No ·obstante, estas teorías no fuerc.n rechazadas y
neta: Calcula la situación y las propiedades de esta nube y pide esto fue una suerte para la ciencia. A continuación ofreceré
una beca de Investigación para enviar un sat611te que compruebe algunos ejemplos históricos que apoyan mi afirmacl~n. .
sus cálculos.- SI los instrumeqtos del satélite (que posiblemente ·En los primeros ;años de su v1da, la ~eoría gravttato;ta
son nuevos, y se basan en una teoría poco comprobada) regis- de Newtori fue falsada por las observactones de la órbita
traran la existencia •· de la hipotética nube, el resultado sería lunar. Uevó casi cincuenta liños desviar esta falsación hacia
saludado como una sobresaliente victoria de la ciencia newto- causas distintas de lá teoría newtoniana. Al final de su vida,
niana. '?ero qo se enéuentra la nube. ¿Aband2na nuestro cientl·
fico la teoi-ía newtoniana junto con .la idea lrel planeta pertur- se sabía que la misma teoría era inco.mpa~ib!e con lo~ de-
bador y la idea de la nube que lo oculta? No. Sugiere que en talles de la órbita del planeta Mercur1o, ·st b1en los Cientí-
esa región del universo hay un campo magnético que perturba ficos no abandonaron la teoría por esta razón. Resultó que
los instrumentos del satélite. Se envía un nuevo satélite. Si se nunca fue posible explicar esta falsación de tal manera que
enCQntrara el campo magnético, los newtonianos celebrarfan una la teoría de Newton quedara protegida. ·
1
victoria sensacional. Pero no es así. ¿Se considera esto una refu. Lakatos proporciona un segundo ejemplo referente a
tación de la ciencia newtoniami? No. O se propone otra ingeniosa la teoría del átomo ;de Bohr. Las primeras versiones de la
hipótesis auxiliar o... se entierra toda 1¡¡ historia en· los polvo- teoría eran incompaÍibles con la observación de que algunas
rientos volúmenes de las revi$tas y nunca. máS se la· menciona materias son estables durante un tiempo que excede los IO-'
de nuevo•.
segundos. Según la J~oría, los electrones negativamente car·
Si se considera que esta historia es plausible, muestra cómo gados giran alreded r del núcleo positivamente cargado den·
tro de los átomos. IPero, según la teoría electromagnética
siempre se puede proteger 11na teoría de la falsación des-
clásica que presupotiia la teoría de Bohr, los electrones que
viando la falsación hacia otra parte de la compleja red
de S).lpuestos. giran deberían emitir radiación. Esta radiación haría que ·
el electrón que gira; perdiera energfa y chocara con el n~­
• l. lakatos, •Falsification and the methodology of scientific deo. Los· detalles cuantitativos del electromagnetismo clási·
research programmes•, en Critic/sl21 and the growth of knowledge, co estiman que el tiempo para que se produzca este choque
compilado por I. Lakatos y A. Musgrave (Cambridge, Cambridge UJii.
versity Press, 1974), pp. 100.101. ·
1 /bid., pp. 140-54.
98
Alan F. Chalmers Las limitaciones 'llel falsacionismo 99

es de unos JO··• segu¡'do.s. Afortunadamente, Bohr siguió


manteniendo su teoría pesar de esta falsación. V. LA REVOLUCJOJil COPERNICANA
Un t~rcer ejemplo refiere a la t'orfa cinética y tiene
1~ ventaJa de que el creador de esa teoría reconoció explí· En la Europa m~dieval se aceptaba por lo general _q~e la
CJtamente su falsación ·en sus comienzos.' Cuando Maxwell tierra se encoritr~ba en el centro de un universo fm1to Y
publicó los primeros detalles de la teorfa cinética de los que el sol, los p,lanetas y las estrellas giraban. alrededor
g?s.es en 1859, en ese mismo articulo reconoció que las me- de ella. La flsica' y la cosmología que proporciOnaban el
dJctones realizadas en el calor especifico de los gases fal- marco ·conccptuaL'en el que se asentalia' la aslronomia eran
saban la teoría •. Dieciocho años despi.és, al comentar las básicamente ]as ;desarrolladas por Aristóteles en. el. si-
consecuencias de la teor¡a cinética escribió: glo IV a. C. En el(siglo n de nuestra e':": Tolome~ 1~co. un
1
sistema astronómi_o detallado que especificaba las orb1tas de
Sin duda algunas de ellas son muy satisfactorias para nosotros
en el estado actual de la opinión sobre la constitución de los la luna, el sol y to os los planetas. · . .
cuerpos, pero hay otras que es muy probal¡le que nos hagan En 'las primer. s décadas del siglo XVI, Copérmco 1deó
perder nuestra complacencia y quizás en último término nos ·una nueva astronQ'mia, una astronomía que, al imJ?Iicar u~a
haga'! abandonar las hipótesis en las que hemos encontrado tierra que se movía, cuestionaba el sist~llJa tolema1~~ Y an~·
refug1o hasta ahora contra esa ignorancia profundamente cons- totélico. Según la ¡esis ·copernicana, la !'erra no esta mmov1l
ciente que constituye el preludio de todo. auténtico avance en el en el centro del pnivcrso sino que g1ra alrededor del sol
conocimiento 1 • ~ • •
junto con los plaqetas. En la época en que ~e co~probó ~a
idea de Copérnic9;, la visión de! mundo ar1stotéhca hab.Ja
Todos los progresos importantes de la. teoría cinética tu- sido reemplazada J!!or la ncwtomana. Los detalles de la his-
vieron lugar después de esta falsa.ción; De nuevo, es una toria' de este importante c'ambio teórico, cambio. que duró
suerte que no se abandonara la teoría a la vista de las falsa- un siglo y medio pproximadamente, no apoyan la~ ~etodo·
dones por las mediciones del calor especifico de los gases, logias por las qu~ abogan inductivi~~as y falsa.cJo~Jstas e
cosa en la que se habría visto obligado a insistir el falsacio- indican que se nei:esita una concepc10n de la cJencJa Y ~e
nista ingenuo. su desarrollo diferente y estructurada de un modo mas
En la sección siguiente se esbozará i!:cin más detalle un complejo.
cuarto ejemplo, el de la revolq!:~~-¡¡opernicana. Este ejem- Cuando CopérJ1ÍCO publicó por primera vez los detalles
plo pond_rá ~e manifiesto las d~fl~_hádes que se le presentan de su nueva astronomía, en 1543, habla muchos argumentos
al falsacJom~ta cuando ~e to~-. en cuenta la complejidad que se podían esgrimir, y se esgrimieron, en contra de ella.
de lo~ camb1os teóricos 1mp 0 r~antes. El ejemplo preparará Con respecto al c;pnocimicnto científico de ~a época, esos
t~mb1én el terreno para anaU~r algunos intentos más re- argumentos eran ~ólidos y Copérnico no pod1a defender _de
Cientes Y más adecuados de describir la esencia de la ciencia modo satisfactori~ su te~ría frente ~. el~os. Para aprecJar
y sus métodos. esta situación es A'ecesano estar fam1han1.ado con algunos
aspectos de la vi~ión ádstolélica del mu.nd? en la q~e se
' 1. C. Maxw~l!, •IIIustrat!ons of the dynamical theory of gases•, basaba_n los argun~;entos en contra de Copermco. A contmua-
leido ante la Bnt1sh AssoclatJOn en 1859 y recogi.do er¡ Tht: ;sciprJific
papers o/ James Clerk Maxw~ll, 2 vols., COJ'QpiiJI.dos por W. D. Níven ción presentamos ;:un breve resumen de algunas .de las cues·
(Nueva York, Dover, 1965), vol. r, pp. Jn-4()9". -Y.éa~e especialmente! tiones pertinentes,· . .
el párrafo final del articulo. 1 · · ·· El uni\"erso mjstotélico se dh·idía ~~ d?s n;g10nes dJS·
'.J. C. Maxwell, •The kine'tic theory of gases•. Nature 16 1877 tintas. La rceión. sublunar era la rcg10n mt~nor, que se
págmas 245-46. ' ·' '
extendía d.:sd.e el ¡:entro de la tierra justo hasta el interior
lOO Alan F. Chalmers Las limiiaciones del falsacionismo 101

de la órbita lunar. La región supralunar estaba constituida los objetos tienden a moverse en línea recta, hacia arriba
por el resto del universo finito, que se extendía desde la o hacia abajo, hacia su lugar natural. Así p\lcs, las piedras
órbita lunar hasta la esfera de las estrellas, que marcaba tienen un movimiento natural en linea recja hacia abajo,
el limite externo del. universo. Más allá de la esfera exterior hacia el centro de la tierra, y las llamas iencn un movl·
no existía nada, ni siquiera el espacio. En el sistema aristo- miento en linea recta hacia arriba, lejos d 1 centro de la
télico el espacio vacío es imposible. Todos los objetos celes- tierra. Todos los movimientos que no son aturales nece.
tes de la región supralunar estaban ·hechos de un elemento sita"' una. causa. Por ejemplo: las flechas n si tan ser pro-
i':'corruptible denominado éter. El éter poseía una propen· pulsadas por tin arco y los' carros necesl'n ser tirados
stón natural a moverse alrededor del centro del universo en por caballos. · __
círculos perfectos. En la astronomía tolemaica se riíodificó . Así pues, estos son los principios de la- smologfa y la
y amplió esta idea básica. Como las observacioneS- de las mecánica aristotélicas que los contemporán s de Copérnlco
posiciones planetarias en diversos momentos no se, podían presuponían y que se utilizaron para argum!tar en contra
reconciliar con las órbitas circulares con su centró en la de una tierra móvil. Examinemos algunos e los contun·.
tierra, Tolomeo introdujo en el sistema círculos adicionales, dentes argumentos en contra del sistema e pemicano.
denominados epiciclos. Los planetas se movían en círculos Seguramente el argumento que constituyó la más seria
o epiciclos, cuyos centros se movlan en círculos alrededor amenaza para Copérnico fue el denominado~ argumento de
de la tierra. Las órbitas podlan ser afinadas añadiendo epi· la torre. Dice asl. Si la tierra girara sobre su eje, como man·
ciclos a los epiciclos, etc., de manera que el sistema resul· tenía Copérnico, cualquier punto de la superficie de la tierra
tante fuera compatible con las observaciones de las po- -recorrería una distancia considerable en un ~egundo. Si se
siciones planetarias y capaz de predecir las posiciones arrojara una piedra desde ~ alto de una, torre -erigida
planetarias futuras. · !: en la tierra móvil, efectuaría ¿u movimiento natural y caerfa
En contraposición con el carácter ordenado, regular e hacia el centro de la tierra. Mi~ntras sucediera esto, la torre
incorruptible de la región supralunar, la región stlblunar compartiría el movimiento de la tierra, debido a su revo-
estaba caracterizada por el cambio, el crecimiento y la deca- lución. En consecuencia, en el momento en .que la piedra
dencia, la generación y la corrupción. Todas las sustancias llegara a la superficie de la tierra, la torre )le' habrla des·
de la región sublunar eran mezclas de cuatro elementos, plazado de la posic-Ión que ocupaba al comienzo dl la calda
aire, tierra, fuego y agua, y las proporciones relativas de los de la piedra, In cual, por lo tanto, chocarla con el suelo a
elementos en una mezcla determinaban las propiedades de cierta distancia de la base de ,_la torre. Pero esto no sucede
la sustancia asl constituida. Cada elemento tenia su lugar en la práctica. La piedra chocñ con el suelo e11 la base de -la
natural en el universo. El lugar natural de la tierra-'era el. torre. De lo que se desprende· que la tierra no puede estar
centro del universo; el del agna, la superficie de la -!tierra; girando y que la teoría copernicana es falsa.
el del aire, la región que hay inmediatamente enciml! de la Otro argumento mecánico' en contra de Copérnico se
superficie de la tierra; y el del fuego, en la parte superior refiere a objetos sueltos talesl_como piedras, filósofos, etc.,
de la atmósfera, cerca de la órbita lunar. En consecuencia, que están sobre la superficie de la tierra. Si la tierra gira,
cada objeto terrestre tendría un lugar natural en la región ¿por qué esos objetos no saleh despedidos de la superficie
sublunar según la proporción relativa de los cuatro elemen- de la tierra, al igual que las piedras salen despedidas del
tos que contuviera. Las piedras, por ser en su mayor. parte aro de una rueda giratoria? y si la tierra, al tiempo que
tierra, tienen un lugar natural cercano al centro de la tierra, gira, se mueve alrededor del sol, ¿por ·qué no deja atrás
mientras que las llamas, por ser en su mayor parte fuego, a la luna?
tienen un lugar natural cercano a la órbita lunar, etc. Todos Algunos argumentos en contra de Copérni~o basado& en
!OZ Man F. Ckalmers Las limitacrones dél falsacio>a.>mo Ju_,

c~nsi.deracwnes ast~cas . han: sido ~m:;..., ws ante- los dos sistemas ríilales estaban más o menos a la par •
riormente en este libro. bpplican loa ~~ de: ~alaje eD lo que se refiere a simplicidad y concordancia con las obser-
las. posicwRt!s observs.· de la; estre~.· :y en el hecho vaciones de las posi~iones planetarias. Las órbitas circular.,,.
de qtre ni Marte ni Ve cambiaD a sfml>le vista de lar- centradas en el sol!no se pueden reconciliar con la obser-
maño de modo apreciable. en· el transcur~ del afio. vación, de modo que Copémico, al igual que Tolomeo, ne-
Debido a los argumentos que he mencionado y a otros cesitaba añadir 'epicfclos y el ~úmero t?tal de epiciclos ~ece­
semejantes, los partidarios de la tebrfa copemicana se ea- sarios para obtener las órbitas se~n las observacwn~•
frentaron a serias dificultades. El propio Copérnico estalle conocidas era aproximadamente el mismo en los dos SIS·
muy inmers.o en la metafísica aristotélica y no tenia res- temas. En 1543, los argumentos basados en la simplicidad
puestas adecuadas. .' matemática que se aducían en favor de Copérnico no podían
En vista de la fuerza c!e la argumentación en contra de ser considerados como contrapeso adecuado a los argu-
Copémico, cabría preguntarse exactamente qué se dijo en mentos mecánicos .1y astronómicos que se esgrimían en
favor de la teorfa copemicana en 1543. La. respuesta es: •no contra de él. No obstante, un cierto número de filósofos
mucho•. El principal atractivo de la teoría copernicana resi- de la naturale7.a Q!atemáticamente capaces se sintieron
día eh la ingeniosa manera en que explicaba una serie de atraídos por el sis.tema copernicano .Y sus esfue?'o~ por
rasgos del movimiento planetario que en la teoría· rival tole- defenderlo tuvieron: cada vez más éxitO en los Sigurentes
maica sólo se podían explicar de un modp artificial y poco cien años.
atractivo. Los rasgos son el movimiento retrógrado de los La persona que ,contribuyó de manera más significativa
planetas y el hecho de que, a diferencia de los demás plane- a la defensa del sistema copernicanp fue Galileo. Y _lo hizo
tas, Mercurio y Venus siempre permanecen .cerca del sol. de dos maneras. En!: primer lugar, utilizó un telescopro para
A intervalos regulares, los planetas retrogradan, esto es, observar los cielos by con ello transformó los datos obser-
cesan en su movimiento hacia el oeste entre las estrellas vacionales que la teoría copemicana debía explicar'. En
(tal y como se ve de~de la tierra) y dunnté un breve periodo segundo lugar, sent~ las bas.es de. una ~ueva mecánica q~e
desandan su camino hacia el este antes~ de continuar su iba a reemplazar a ta mecánica anstotéhca y con ref~rcncra
camino de nuevo hacia el oeste. Ep el sistema tolemaico, a )a cual se iban ~' refutar los argumentos mecámcos en
el movimiento retrógrado se explicaba mediante la maniobra contra de Copérnic~. . . . .
un tanto ad hoc de añadir epiciclos especialmente ideados Cuando Galileo j:onstruyó sus primeros telescopios en
con este propósito. En el ·sistema copemicano no se nece- 1609 y los enfocó hacia el cielo, hizo unos descubrimient_os
sita tal movimiento artificial. El movimiento retrógrado espectaculares. Vio ,que había muchas estrellas que eran m-
es una consecuencia natutal del hecho de que la tierra y visibles a simple vista. Vio que Júpiter tenía lunas y que la
los. planetas giran alrede~'·r del sol copt.ra el fondo de las superficie de la luna de la tierra estaba cubierta de ·monta-
estrellas fijas. Observado s similares se aplican al proble- ñas y cráteres. T<1n¡bién observó que el tamaño aparente
ma de la proximidad co ,tante del sol, Mercurio y Venus. de Marte y Venus, t~l y como se ve.ía a través del_ telescopi?,
Este hecho es una consecuencia natural eje) sistema coper- cambiaba tal como·'. predecía el Sistema copermcano. Mas
nicano una vez que se establece que las órbitas de Mercurio tarde, Galileo confi,l:maría que Venus tenía fases como la
y Venus son internas a la da la tierra. En el sistema tole-
maico, las órbitas del sol, Mercurio y Venus se han de unir • Mis observaciones %obre Galileo y el lclescopi_o y otros diversos
artificialmente para lograr el resultado requerido. aspectos de mi valo~~ión de la física de Galileo pr~ccdcn de 1~
. Así pues, hab1a · algunas característiCas matemáticas de provocativa explicación; que ofrece Fcycrabend en ARouut metlrnd .
outline of an artarchis(ic theory o( know/edge, Londres. Ncw Left
la teoría copernicana qlle estaban a su fa~~- Aparte de eso, Books, 1975, pp. 69-164. ·
104 Atan F. Chalmers Las limitaciones del falsacionismo 105
luna, cosa que Copémico había predicho pero que.' entraba escudriña los. cielos sin saber,· ·qué Yrusca. En este sentido,
en conflicto con el sistema tolemaico. Las lunas de Júpiter es significativo que el dibu](l que· hizo Galileo de la su-
refutar.on el argumento aristotélico en contra de Copémico perficie lunar tal y como Jli:, vio a, iravés de un telescopio
que se basaba en el hecho de que la luna permanece quieta contenga algunos cráteres q~JC de hecho no eXisten. Proba-
con una tierra supuestamente móvil, ya que entqnces los blemente, esos •cráteres• eran aberracioneS resultantes del
aristotélic'os se enfrentaron con el mismo problema'con res- funcionamiento de los teleSJ:opio·s galileanos, que distaban
pecto a Júpiter y sus lunas. La superficie de tipo ~errestre mucho de ser perfectos. En es'ce párrafo: se ha dicho. lo
de la luna eliminaba la distinción aristotélica entré. los cie- suficiente para· señalar que la J ustificr.ción de las observa-
los perfectos, incorruptibles, y la tierra camb'iante; corrup- ciones telescópicas no era una . cuestión siptple y sencilla.
tible. El descubrimiento de las fases de Venus supuso un Los adversarios de Galileo qUt: cuestiona~ sus descubri-
éxito para los copernicanos y un nuevo problema ?ara los mientos no eran todos reaccio• narios test dos y estúpidos.
tolemaicos. Es innegable que una vez que se aceptan las ob- Las justificaciones estaban pp r ven.ir y fuer n.. cada vez más
servaciones realizadas por Galileo a través de su tetescopio, adecuadas a medida que se f .:oristruían tel copios cada vez
disminuyen las dificultades con que se enfrenta la teorla mejores y que se desarrollal:j;,an las. teorías pticas acerca de
copernicana. .. su f~cionamiento, Pero tocfto. esto'llevó ~po.
Las observaciones precedentes sobre Galileo y!•el teles- La mayor contribución d .e Galileo a la.ciencia fue su obra
copio plantean un serio prob!ema epistemológico. .!Por qué sobre mecánica. Sentó al~ .1na de las bases' de la mecánica
preferir las observaciones a través del telescopio a las .obser-
newtoniana que hab$ de reemplazar a la jlristotélica. Dis-
vaciones a simple vista? Una respuesta a esta cue~tión po-
dría. utilizar una teoría óptica del telescopio. que explique tinguió claramente entre velocidad y acele.jadón, y afirmó
sus propiedades de aumento y que también tenga en cuenta. que los objetos que cae.n libr:emente se mueven eón una
las diversas aberraciones a que se puede esperar que estén aceleración constante que es,inde~ndiente l:le su peso, des-
sujetas las imágenes telescópicas. Pero ni siquiera ~1 propio. cendiendo una distancia propOrcional al cua~'. do del tiempo
Galileo utilizó una teoría óptica con ese propósito~ La pri- de la calda. · Negó la afirmación arlstotéli a de que todo
mera teoría óptica capaz de proporcionar apoyo en este movimiento requiere UDa causa y en su lug r.próptiso tina
sentido fue formulada por el contemporáneo de,· Galileo, se
ley circular de inercia, según la cual·un·obje o que mueve
Keplcr, a principios del siglo XVI, y esta teoría ·fue perfec- y que no .está sujeto a n!nguna 'fueria se ryoverá indefini-
cionada y aumentada en las décadas posteriores·. Una se- dame~te to~ando un ~rctilo alrededoJ: d~. la tierra y a
gunda manera de encarar la cuestión de la superioridad veloCidad umforme. Anahzó el movimiento i!e los proyecti-
de las observaciones telescópicas sobre las realizadas a les resolviendo el movimiento de un proyectlren un compo-
simple vista es demostrar la efectividad del teles~opio de nente horizontal que se mueve a ·velocidad constante y
un modo práctico, enfocándolo hacia barcos, torres, etc., obedece su ley de inet'cia y en un componente vertlcal sujeto
distantes, y demostrar cómo el instrumento agrand¡¡ y hace a la ace)Cfllción constante hacia abajo. Moljtró qlle la tra-
los objetos más fácilmente visibles. Sin embargó, existe yectoria resultante de un proyectil era una j_parábol.a. Des-
una dificultad en este tipo de justificación del uso del teles- arrolló el concep,to de movi'!liento relatívo r mantuvo que
copio en astronomía. Cuando s.e ven a través del !~lesc~pio no se podía detectar el movimiento uniform~ de un sistema
los objetos terrestres, es pos1ble separar el ob¡e,to v1sto por medios mecánicos si no se disponía de algún punto de
de las aberraciones producidas por el telescopio de~ido a 1~. referencia externo· al sistema.
familiaridad del obsen•ador con el aspecto que llene una. · Galileo, no realizó estos futpcirtantes avances de modo
torre, un· barco, etc. Esto no sucede cuando el ob.~ervador. insíimtáneo. Surgieron poco a poco en un perlado de medio
Las limitaciones del falsacionismo 107
106 Alan F. Chalmers
Copérmco como Tolomeo habían considerado necesario.
siglo, culminando en su libro Dos nuevas ciencias •, que se No es posible una simplificación similar en el sis~ema .t~le­
publicó por primera vez en el año 1638, cas.i un siglo después maico centrado en la ·tierra. Kepler tenia a su dtspostctón
de la publicación de la principal obra de Copérnico. Galileo las anotaciones de las posiciones planetarias de Tycho Brahe,
hizo sus nuevas concepciones significativas y cada vez más que eran más precisas que aquéllas de. las que disponía
precisas mediante ilustraCiones y experimentos mentales. Copérnico. Después de un concienzu~o _análisis de lo~ datos,
En ocasiones; Galileo describió experimentos reales, como Kepler llegó a sus tres leyes del movtmtento planetano: que
por ejemplo los que suponen el deslizamiento de esferas por los planetas se mueven en órbitas. ellpticas alrededor del
planos inclinados, aunque es cuestión debatida cuántos de sol, que una linea que une a un planeta con el sol recorre
<!stos experimentos efectuó Galileo en realidad. espacios iguales en tiempos iguales y que el cuadrado del
La nueva mecánica de Galileo permitió que el sistema período de un planeta es proporcional al cubo de su distan-
copernicano se defendiera de algunas de las objeciones que cia media al sol.
se han mencionado anteriormente. Un objeto sostenido en Ciertamente, Galileo y Kepler dieron argumentos deci-
lo alto de una torre y que comparte con la torre un movi· sivos en favor de la teoría copernicana. Sin embargo, fueron
miento circular alrededor del centro de la tierra continuará necesarios avances posteriores antes de que la teoría pudie·
rcali:l.llndo ese movimiento, junto con la torre, después de ra basarse de un modo firme en una física general. Newton
qu~ sea arrojado y, en con•ecuencia, chocará con el suelo pudo sacar partido de la obra de Galileo, Kepler Y. o~r~s
al pie de la torre, de acuerdo con la experienda. Galileo para construir esa física general que expuso en sus Prmcrpra
llevó el argumento más lejos y afirmó que se podía demos· de 1687. Elaboró una clara concepción de la fuerza como la
trar la corrección de su ley de inercia arrojando una piedra causa de la aeeleración en vez del movimiento, concepción
desde lo altó del mástil de un barco que se mueve unifor· que ya estaba presente, de manera algo confusa, en los
memente y observando que choca con la cubierta al pie del escritos de Galileo y Kepler. Newton reemplazó·la ley de la
mástil, aunque Galileo no pretendió haber efectuado el ipercia circular de Galileo por su pr~pialey de. la inercia
experimento. Galileo tuvo m(:nos cxito a la hora de explicar lineal, según· la cual los t:uerpos contm~Ü\n movténdose en
por qué los objetos sueltos no salen despedidos de la super- línea. recta a velocidad uniforme a menostue alguna fuerza
ficie de una tierra qué gira. Retrospectivame11te, este hecho actúe soóre ellos. Otra importante contri ución de Newt~n
se puede atribuir a las insuficiencias de su principio de fue por supuesto su ley de la gravitaci.ón, t¡¡ cual le permittó
inercia y a ·¡a falta de una ciar~ concepción de la gravedad demostrar la corrección a grandes rasgo$ de las leyes del
como fuerza. ¡noviinien to planetario de Kepler y de. la ley de. ~a calda
Aunque el·grueso de la obra cíentftíca de Galileo estaba libre de Galileo. En el sistema· newtomaqo se umftcan los
concebido para reforzar la teoría copernicana, el propio reinos de los cuerpos celestes y de los C)uerpos terrestres
Galileo no formuló una· astronomía detallada y pareció se- y cada conjunto de cuerpos se mu~ve bajo el ín~luJo de
guir a los aristotélicos en su preferencia por las órbitas fuerzas que siguen las leyes newtom:onas· del mo~tmtent~.
circulares. Fue un contemporáneo de Galileo, Kepler, quien Una vez constituida la física newtomana, fue postble aph-
realizó un importante avance en esta dirección cuando des· carla con detalle a la astronomía. Por ejelnplo; fue posible
cubrió que se podía representar cualquier órbita planetaria investigar los detalles de la órbíta lunar _tJníendo en ~ue?ta
mediante una sola elipse con el sol en uno de sus fOéos. su tamaño finito, la revolución· de la tterra, la osctl.actón
Esto eliminaba el complejo sistema de epiciclos que tanto de la tierra sobre su eje, etc. Tambié·n ~e posible mves-
tigar el hecho de que los planet~s. se desv aran de las leyes
' Galileo Galilci. 'fwo ne1V sCience.'(, trad. de Stillman Drake, Ma· keplerianas debido a la masa: f=ta del ol, a las fuerzas
c.lison, ·univcrSil-y of'Wisconsin Prcss, 1974. ·
108 ,4.lan F. Chalmers Las limitaciones .del falsacionismo 109

interplanetarias., etc. fBI ·desarrollo de estas cuestiones ha· Hall, 1968) y Agaiilst method: oulline of an an~rchistic tl1eory
bría de ocupar a algunos de los sucesores de Newton duran· of know/edge de P. K. Feyerabend (Landre<, Ncw Lcft Book<,
te los dos siglos siguientes. 1975). El artídulo de Lakatos e Popper on demarcat_ion and induc·
tion• en The philosophy o{ Karl R. Popper, co!~p1lado por P.. A.
L1l historia que !he esbozado aquí deberla bastar para Schilpp (La Salle, Illinois, Open Court, 1974) cnuca la ~rctens1ón
indicar que fta .revolución copernicana no surgió de una vez falsacionista de haber resuelto el problema de la induccoón. Kuhn
por todas en la torre inclinada de Pisa. También resulta evi· critica el falsacionismo en The .ttructure of scientific rcvolutions
dente que :ni inductivistas ni falsacionistas proporcionan (Chicago, Chieago University Press, 1970) y en •Logic of discovery
una concepción· de 'la e~· ncia q. ue sea compatible con esa or psychology of 'i-eseai:h?», en Crilicism and the growth of
hisroria. Los nuevos co ceptos de fuerza y de inercia no know/edge, compilado por Lakatos y Musgrave, pp. 1·23.
surgieron como resultad de una observación y una experi·
mentación '·cuidadosas. Tf'mpoco surgieron de la falsación
de conjeturas audaces y del continuo reemplazo de una con·
jeturn auHaz .por otra. Las primeras formuloclones de In
nueva teoría, que implicaban nuevas concepciones lmperfec·
tamente :formuladas, no se abandonaron y se desarrollaron
a pesar de las aparentes falsaciones. Solamente después de
·que se elaborara un nuevo sistema de física, proceso que
supuso el trabajo Intelectual de muchos clentfflcos durante
vDrlos siglos, so ,pudo enfrentar con o!xlto la nueva teorla
a los resultados. de la observación y la experimentación de
manera detallada. No se 'puede pensar que una concepción
de la ciencia es mínimamente correcta a; menos que pue!b
reconciliar ·estos .factores.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

La critica de :takatos de t~do menos de Jos aspectos más sofis·


ticados del falsacionismo s~ encuentra en· su articulo cFalsaclo-
nlsm and the ·methodology iof scientific research programmeu,
en Criticism and the growth of knowledge, compilado por 1; La·
katos y A. Musgrave (Can\~ridge, Cambridge University Press,
1974), pp. 91-196. Otras críticas clásicas se encuentran en la obra
de P. Duhem, The aim and structure of'physical theory (Nueva
York, Athenum, 1962) y en el artículo de W. V. O. Quine cTwo
dogmas of empiricism•, en su obra From a /ogica/ point of vitw
(Nueva York, Harper & Rów, 1961), pp. 2().46. Las bplicaciones
históricas de la revolución copemicana que plantean dificul·
tades a Jos fafsacionistas st'encuentran en The Copernican r.evo-
lution, de T. S. Kuhn (Nue York, Random.House, 1959), Meta-
physics and measurement, · A.· Koyre (Londres, Chapman &
7. LAS TEORIAS COMO ESTRUCTURAS:
l. LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACION

l. HAY QUE CONSIDERAR LAS TEORIAS COMO TOTALID,\DES


ESTRUCTURALES ·

El esbozo de la teoría copernicana presentado en el capitulo


anterior sugería· que las concepciones inductivistas y falsa-
cionistas de la ciencia son muy poco sistemáticas. Al concen-
trarse en las relaciones entre teorías y enunciados observa-
cionales individuaies o conjuntos de éstos, no tienen en
cuenta la complejidad de las principales teorías científicas.
Ni el hincapié del inductivista ingenuo en la necesidad de
derivar inductivamente las teorías de la observación ni el
esquema falsacionista de conjeturas y falsaciones son ca-
paces de describir ,adecuadamente la génesis y el desarrollo
de teorías realmente complejas. Para dar una idea más
adecuada hay que considerar las teorías como totalidades
estructuradas d" algún tipo.
Una razón por la que es nece_sario considerar las teorías
como estructuras procede de un estudio de la historia de
la ciencia. El estudio histórico revela que la evolución y el
progreso de las principales ciencias muestran una estructura
que no captan. ni la concepción inductivista ni la falsacio-
nista. El desarrollp programático de la teoría copernicana
a lo largo de más pe un siglo nos proporciona un ejemplo.
Más adelante, en éste mismo capítulo, veremos otros. Sin
embnrgo, el m·gumento histórico no es la uni_ca base pura
afirmar que las teorías son totalidades estructurales de
algún tipo. Hay otro argumento filosófico más general que
está íntimamente vinculado al hecho de que la observación
depende de la teot;ía. En el capítulo 3 se subrayó que los
enunciados observácionales se deben formular en el len-
guaje de alguna teoría. En consecuencia, los enunciados, y
112 Alan F. Chalmers ·Las teorfas como estructur~:· 1 113
l~s conceptos que figuran en ellos, serán tan precisos e in· que conlleva esta sugerencia. No se llegará al concepto de
formativos como precisa e informativa sea la teoría en cuyo •masa• a través de la sola observación, por~' ucho que se es~
lenguaje se construyen. Por ejemplo, pienso que se estará cudriñen bolas de billar que colisionan, p sos en resortes,
de acuerdo en que el concepto newtoniano de masa tiene planetas que giran, etc., ni será posible ens ñar a los demás
un significado más preciso que el concepto de democracia. .el significado de masa señalando simpleme\tte esos aconte-
Sugiero que la razón del significado relativamente prcci· cimientos. No deja de tener interés recordr· r ahora que si
so del primero se debé al hecho de que el concepto desem· intentamos enseñar a un perro mediante una definición
peña un determinado papel, bien definido, en uml teoría .ostensible, el perro responderá invariablem nte husmeando
estructurada y precisa: la mecánica newtoniana. Por el nuestro dedo.
contrario, las teorías en las que aparece el concepto dé La afinnación de que los conceptos saca¡t su significado,
• democracia. son notoriamente vagas y múltiples. Si esta al menosi.en parte, del papel que desempeñan en una teoría
estrecha conexión que acabo de sugerir entre la precisión se ve apoyada por las siguientes reflexiones históricas.
del significado de un término o enunciado y el papel desem.. En contra del mito popular, parece que Galileo efectuó
peñado por ese término o enunciado en una teoría es válida, muy pocos experimentos en mecánica. Muchos de esos •ex- .
de ello se desprende directamente la necesidad de teorías perimentos• a los que se refiere Cl,lando articula su teoría
coherentemente estructuradas. ~on expe~mentos mentales. Este hecho resulta paradójico ·
Que el significado de los conceptos depende de la estruc. para. aquellos empiristas que piensan que la~ nuevas teorías
tura de la teoría en la que aparecen y que la precisión de se .derivan de alguna manera de los hechos, pero resulta
aquéllos depende de la precisión y el grado de coherencia plenamente comprensible cuando se cae en la cuenta de que
de ésta es algo que puede resultar más plausible observando sólo se puede llevar ·a cabo una experimentación precisa
las limitacione.s de algunas maneras alternath¡as en las que si se tiene una teoría precisa susceptible de proporcionar
se puede cons1derar que un concepto adquiere significado. predic<;iones en la forma de ~nunciados observacionales
Una de estas alternativas es la tesis de que los conceptos precisos. Galileo estaba efectuando una importante contri-
adquieren su significado mediante una definicidn. Hay que . bución a .la construcción de una nueva mecánica que iba
rechazar las definiciones como procedimiento fundamental a resultar capaz de soportar una experimentación detallada
pa~a .establecer _significados. Los conceptos sólo se pueden en una etapa ·posterior. No es de extrañar que sus esfuerzos
def1mr en func1ón de otros conceptos cuyos significados implicaran experimentos mentales, analogías y metáforas
están ya dados. Si los significados de estos últimos ¡:oncep-· ilustrativils en vez de una detallada experimentación: Creo
tos son también establecidos por definición, es evidente que que la tfpica historia de un concepto, ya se¡¡ ·elemento quí-
se producirá una regresión infinita: a menos que se ··co- mico•, •átomo•, •inconsciente•, o cualquier otro, conlleva
nozcan por otros medios los significados de algunos . térmi- el surgimiento inicial del concepto como idea vaga, seguido
n.os .. ';ln diccionario es inútil a menos que ya se 'sepan Jos de su aclaración gradual a medida que la teoría en la que
s1gmf1cados de muchas palabras. Newton no pudo definir desempeña un papel toma una forma más coherente y preci-
la masa o la ~uerza en términos de ,conceptos prenewtonia- sa. El surgimiento del concepto de campo eléctrico propor-
nos. Tuvo que superar los términos del viejo sistema con- ciona un .ejemplo especialmente notable, alJilque algo téc-
ceptual desarrt>llando uno nuevo. Una segunda alte~nativa nico. Cuando Faraday introdujo por primera VeZ el concepto
es la sugerencia de que el signific;ado de los conce*os se en la cuarta década del siglo XIX, éste era muy vago y se
establece a través de la observación, rr¡ediante la deffriicidn articuló eon la ayuda de analogías mE1'icas y un uso
o~tensib/e. Ya se ha analizado en las páginas 48-9, en cone- metafórico 'Cie términos tales como •tensió •. •potencia• y
XIÓn con el concepto de •rojo•, una dificultad fundamental •fuerza•. ,El concepto de campo se fue defi: iendo cada vez
114 Alan F. Chalmers · 115
!.as teorlas como estructuras: 1
mejor a medida que se especificaban de modo más claro
las relaciones entre el campo eléctrico y otras cantidades ll. LOS PROGRAM~ DE INVESTlGACION DE LAKATOS
electromagnéticas. Una vez que Maxwell hubo introducido
su corriente de desplaza~' iento,fue posible dar mayor cohe- El resto de este cápltulo estará dedicado a resumir un not~­
rencia á la teoña en la f nna de las ecuaciones de Maxwell, ble intento de analizar las teorías como estructuras organ.'·
que establecían clarame te la interrelación existente entre zadas: el de Imre Lakatos en •Methodology of sc1ent•f•c
todas las can.tidades · de · campo electromagnético. Fue en research programmes• '. Lakatos desarrolló_ s~ idea de la
esta etapa cuando el significado de •campo eléctrico• en la ciencia en un intento por mejorar el falsaciOmsmo poppe·
teoña electromagnética clásica alcanzó u~ alto grado de el~· riano y por superar las objeciones hecha~ a éste.
ridad y precisión. También fue en esta etapa cuando se Un programa de investigación lak~tos1a~o e~ una estruc-
concedió independencia propia a los campos y se prescindió tura que sirve de guía a la futura. mvesugac•ó? !anto de
del éter, que había sido. considerado necesario para propor· modo positivo como de modo negatiVO. La lleurtst•ca ne¡!O·
cionar una base mecánica a los campos. liva de un programa conlleva la estipulaci6n de_ que no se
Hasta ahora hemos mencionado dos razones por las cua· pueden rccha7.ar ni modificar los supuestos bás¡c~s subya-
les hay que considerar a las teorías como estructuras orga· centes al programa, su mlc/co central. Está pr~ti<'!Pd? de 1?
nlzadas de algún tipo: el hecho de que el estudio histórico falsacilin mediante un cinturón protector d~ h•pótc;s.os amn;
muestra que las teorias poseen esa característica y el hecho liares, condiciones iniciales, etc. La lreurfsllca pos!ln•a esta
de que los conceptos solamente adquieren un significado compuesta por lineas maest':'s qu~ in~_ic:m cómo ~e p~ede
preciso mediante una teoría coherentemente estructurada. desarrollar el programa de mvest1gac1on. O ocho de san olio
· Una tercera razón surge de la necesidad de desarrollo por conllevará completar d nO:ocleo central con supues.to~ ad•·
parte de la ciencia. Es evidente que la ciencia avanzará de cionnlel; en un intento de c:<plicar fenóm~nos prcvmmcnle
modo más eficaz si las teorías están estructuradas de ma· conocidos y de predecir fen6mcnos nuevos. Los program:os
nera que contengan en ellas prescripciones e indicaciones de ·investigación serán progresistas o dcgeneroJores segun.
muy claras con respecto a cómo se deben desarrollar y am· consigan 0 no conducir al descubrimiento de fenómenos
pliar. Deben ser estructuras sin límites que ofrezcan un nuevos. Para que el lector no se desanime ant~ esta barrera
programa de investigación: La mecánica de Newton propor- de terminología nueva, me apresuraré a exphcarla en tér·
cionó Un programa de eS1ta clase a los físicos de los SÍ· minos muy simples. . . . .
glos XVIII y XIX, un programa para explicar todo el mundo Más que &ualquier otra co~a. la caracterlsuca deflmtona
físico en términos de sistemas mecánicos que conllevan di· de un programa es su núcleo central. Toma la forma de
versas fuerzas y están regidos por las leyes .newtonianas del hipótesis teóricas muy generales que constituyen la base a
movimiento. Se podña c01pparar. este programa coherente pártir de la cual se desarrolla el programa. He aquí ~lgunos
con la sociología moderna~ gran parte de la cual se ocupa ejemplos. El núcleo central de la astronomía copermcana lo
lo suficiente de' datos empíricos como para .satisfacer los .constituirían los supuestos de que la tierra Y los. plane~as
c~ite~os falsacionistas, cuAndo no 1nductivistas, de buena giran alrededor de un sol inmóvil y de que la t1erra _g~ra
c¡en_c~a y ~ue •. n.o ob.stante·~·no con.. s1gue em._ular el. éxito de sobre su eje una vez al día. El núcleo central d,e la f1S1ca
la f1Slca. S1gu1endo a Lakat s, creo que la d1ferenc1a crucial newtoniana está compuesto por las leyes del movmucnlo de
reside en la coherencia rel tiva de las dos teorías. Las mo-
1 1. Lakatos, .Falsirication and the methodology: of scientific
dernas teorías sociológicas, no ofrecen t.m programa cohe-
rcscarch programmcs'. en Critids•zr ond tlu! c.•:on-tlr o/ J.:u.n1l'ledg~_.
rente que guíe la futura inve~tigación. compilado por 1. Lakq~os y A. Musgravc (Cambndgc, Cambndge Um-
vcrsoly Prcss, 1974), P~¡ 91-196.
116 Alan F: Ch~lmers Las teorfas como estructuras: 117

Newton más su ley de la atracción gravitatoria. El núcleo programa de investigación. Tycho Brahe se apartó del pro-
central del materialismo histórico de Marx seria el' supuesto grama ,de· investigación copernicano e inició otro al proponer
de que el cambio social ha de ser explicado en términos de que todos los planetas excepto la tierra giran alrededor del
lucha de clases, siendo determinados la naturaleza· cle las sol, al tiempo que el propio sol gira alrededor de una tierra
clases y los detalles de la lucha en último término. por la inmóvil. El hincapié de Lakatos en el elemento convencio-
base económica. nal que corresponde .al trabajo dentro de un programa de.
El núcleo central de un programa se vuelve· infalsable investigación, en la necesidad que tienen los cientlficos de
por la e decisión metodol:5gica de sus protagonistas,.•;, Cual· decidir aceptar su núcleo central, tiene mucho en común
quier insuficiencia en la confrontación entre un programa con la postura de Popper acerca de los enuncjados observa·.
de investigación articulado y los datos observacionales no cionalcs que se analizó en la sección·ll del capitulo anterior.
se ha de atribuir a los supuestos que constituyen el núcleo La principal diferencia estriba en que, mientras que en
central, sino a alguna otra parte de la estructura teórica. Popper las decisiones sólo conciernen a la aceptación· de los
El laberinto de supuestos que ~onstituyen esta otra ·parte enunciados singulares, en Lakatos el mecanismo se extiende
de la estructura es a lo que Lakatos se re{iÍ:re como ·cintu· hasta ser aplicable a los enunciados universales que consti-
rón protector. No sólo consta' de hipótesis auxiliares explí- tuyen el núcleo. Sobre el hincapié de Lakatos en las deci·
citas que completan el núcleo central, sino además de su· siones personales explicitas de los científicos, mis reservdS
puestos subyacentes a la descripción de las condiCiones son similares a las que mencioné en relación con Popper.
iniciales y también de enunciados observacionalest Por En los últimos capítulos de este libro se analizará más am·
ejemplo, el núcleo central del programa de investi~ción pliamente esta cuestión.
copernicano necesitaba ser aumentado añadiendo numero- La heurística positiva, ese. aspecto de un programa de
sos epiciclos a las órbita& planetarias inicialmente circulares investigación que indica a los científicos. el tipo de cosa que
y también era necesario cambiar el cálculo de la distancia deben hacer en vez del que no deben hacer, es algo más
·de la tierra a las estrellas previamente aceptada. Si el com·. vaga y más difícil de describir de manera específica que la
portamiento planetario previamente aceptado difería del pre- heurística negativa. La heurfstica positiva indica cómo se
dicho por el programa de investig-ación copernicano en al-
• 1

ha de completar el núcleo central para que' sea capaz de


guna etapa de ~u desarrollo, se podía proteger el . núcleo explicar y predecir Jos fenómenos reales. Conlo dice el pro-
central del programa modificando Jos epiciclos o añadiendo pio Lakatos: •La heurlstica positiva consiste·er un conjunto
otros nue\!OS. Finalmente, había que descubr'j,r y modifi- parcialmente articulado de sugerencias o indic¡aciones- sobre
car otros supuestos inicialmente implícitos. Se protegía el cómo cambiar y desarrollar ..)as 'variantes refutables' del
núcleo central cambiando la teoría subyacente al lenguaje programa de investigación, cómo modificar, ~efinar el cin·
de observación de modo que, por ejemplo, Jos datos .teles- túrón protector 'refutable'• •. El desarrollo de un programa
cópicos reemplazaran a las observaciones realizadas a simple de investigación no sólo supondrá la adició~ de las opor·
vista. También podían ser finalmente modificadas las condi- tunas hipótesis auxiliares, .sino. también el de arroll·o· ·de las·
ciones iniciales, con la adición de nuevos planetas. técnicas matemáticas· y experimentales idón s. Por ejem-
La heurística negativa de un programa consiste en la
exigencia de que durante el desarrollo del programa d nú·
deo sip sin modificar e intacto. Cualquier científico que
modifique el núcleo central se apartará de ese determinado
.
plo, desde los mismos comienzos del program copernicano,
resultó evid. ente que eran' neces.arias, para la ¡elaboraCión. ·Y
aplicación .petallada del programa, técnicas, matemáticas .
adecuadas para manipular los movimientos epicíclicos, me·
2 /bid., p. 133. • !bid., p. 135.
118 · Alan F. Chalmers Las teorías como •estructuras: 1 119

jores técnicas de observación astronómica y teorías adecua· deseabilidad de cóhstruir un aparato lo suficientemente sen-
das que rigieran la utiliUtción de los diversos instrumentos: sible como para .etectar la atracción gravitatoria a escala
Lakatos puso como ejemplo de la noción de heurística de laboratorio (experimento de Cavendish).
positiva la historia del desarrollo inicial, por parte de New- El programa implícito en la teoría gravitatoria newto-
ton, de su teoría gravitatoria •. Newton llegó en primer lugar niana proporcionó1.una sólida gula heurística. Lakatos ofrece
a la ley de la atracción de los cuadrados' inversos conside- una explicación muy detallada de la teoría del átomo de
rando el movimiento el!ptico de un punto-planeta alrededor Bohr como otro ejemplo convincente '. Una característica
de .un punto-sol. inmóvil. lEra evidente que si se habla de importante de estos ejemplos del desarrollo de los progra-
aphcar en la práctica la teoría gravitatoria al movimiento mas de investigación lo constituye la etapa comparativa-
planetario, sería necesario' desarrollar el ¡jrograma transfor· mente tardía en q\le resultan oportunas las comprobaciones
mondo este modelo idealj7.ado en otro más realista. Pero observacionales. E!te hecho está de acuerdo con mis comen·
ese desarrollo suponía la splucl~n de los pl-oblemas teóricos, tarios en la secclólj anterior sobre la construcción por parte
que ·no ~e Iba .a lograr si~ un considerable trabajo teórico. de Galileo de los 'principios de la mecánica. Los primeros
El prop1o N¡:wton,. enfrentado con un programa definido, trabajos en un ptbgrama de investigación se realizan sin
esto es, guiado por una heurística positiva, hizo notables prestar atención a la$ aparentes falsaciones mediante la
progresos. En primer lugar, tuvo en cuenta el hecho de que observación o a ptsar de ellas. Hay que dar una oportuni-
tanto ún .sol como un plaJ"le!a se mueven pajo el influjo de dad al programa de investigación para que haga efectivo
su atraccaón mutua. Después· tuvo en cuenta el tamaño fi· todo su potencial. Hay que construir un cinturón protector
nito de los plánetas y lo~ trató como si fueran esferas. adecuado y convenientemente sofisticado. En el ejemplo
Después de resolver el problema matemático que planteaba que hemos ofrecido de la revolución copemicana, este cin-
. . N , d , turón incluía el desarrollo de una óptica y una mecánica
ese mov1m1ento, ewton proce ió a cons1derar otras com-
plicaciones tales como las' introducidas Piar la posibilidad adecuadas. Cuando: se ha desarrollado un programa hasta
de que un planeta pueda ~irar y el hechb de que existan un punto en que eS conveniente someterlo a pruebas obser-
fuerzas gravitatorias entre los planetas asf'como entre cada vacionales, según Lakatos son las confirmaciones y no las
planeta y el sol. Cuando Newton habla llegado a este punto falsaciones las que tienen capital importancia'. Se exige
del programa, siguiendo el camino que le había parecido que un programa ·de investigación tenga éxito, al menos
más o menos necesario d~de el comienzo, empezó a ocu- de vez en cuando, a la hora de realizar predicciones nuevas
par~e de !a confrontación tntre su teoría y la observación. que se confirmen. En la sección rv del capítulo S se analizó
Cuando v1o que la confron~ación no cuadraba, lo que hizo la noción de predicción •nueva•. La teoría newtoniana co-
fue pasar a conside:ar pla*tas no esféricos. etc. Surgió asf noció éxitos espectaculares de este tipo cuando Galle observó
un programa experimental·, bastante definido, así como el por primera vez el planeta Neptuno y cuando Cavendish
programa. teórico contenldp en la heurística positiva. Di· detectó por primera vez la atracción gravitatoria a escala
c?o pr?grama incluía el de~arróllo de tele~copios más pre- de laboratorio. Tales éxitos constituyeron los hitos del ca-
CISOs, JUnto con ·las teoría~ auxiliares necesarias para su rácter progresivo dél programa. En c.ontraposición, la astro·
utili~ación en la. as.tronomi', tales. como ·a···quéllas que pr.o- 'lbid., pp. 140-54.
porclonan los medtos ade ados para tener en cuenta la
refracción· de la luz en la tmósfera terrestre. La formula· ' Utilizo el. término· •confirmación• de la misma mariera que en
Jos capítulos anteriores. para referirme a Jos resullados de una prueba
ción inicial del programa ! Newton también _,
conllevaba la experimental que apoy_an una teoría. y no a la prueba dc una teoría.
Lakatos utilizaba •verificación• allí donde yo he utilizado .confir-
• /bici., pp. 145.116. mación•. ·
120 Atan 1'.¡ Chalmers lAs teorías como estructuras: 1 121

nomla tolemaica no pudo predecir fenómenos npevos a lo vos descubrimientos. Como ejemplo, tomemos el caso del
largo de toda la Edad Media. En la época de Newton, deci· desarrollo de la teoría de Newton que hC:mos considerado
didamente la teoría tolemaica había degénerado. ya varias veces y examinemos la situación que enfrentó a
Del boceto anterior se desprenden dos maneras de valo- Leverrier y Adams cuando se dedicaron a estudiar la proble·
rar el mérito de un programa de investigación. En primer mática órbita del planeta Urano. Aquellos e entíficos optaron
lugar, un programa de investigación debe poseer' U11 grado por modificar el cinturón protector del p · a aduciendo
de coherencia que conlleve la elaboración de un 1programa que las condiciones inicialeS eran insufici tes. Su detallada
definido para la investigación futura. En segund~'· término, propuesta era cientffica porque era comp bable de manera
un programa de investigación debe conducir al. des.cubri· independiente y, como se vio a la larga, condujo al descu-
miento de nuevos fenómenos al menos de vez en ando. Un brimiento del planeta Neptuno. Pero, según la concepción de
programa de investigación debe satisfacer ambas condicio- Lakatos, otras respuestas posibles al probl~ma habrían sido
nes si pretende calificarse de científic.o. Lakatos pone como auténticamente científicas. Otro científico podría haber pro-
ejemplos de programas que cumplen el primer ·requisito, puesto una modificación en la teoría óptica que rige el
pero no el segundo, al marxismo y a la psicologfa freudiana, funcionamiento de los telescopios empleados en la investl·
y de programa que qui1.ás cumpla el segundo pero no el gación. Esta maniobra habría sido científica si, por ejemplo,~
primero, a la moderna sociologla. hubiera implicado la predicción de un nuevo tipo de aberra·
ción, de tal manera que se pudiera comprobar mediante
experimentos ópticos la existencia de la nueva aberración.
111. LA METODOLOCIA DENTRO DE UN PROGRAMA Otra m1,1niobra podría haber implicado poner en tela de
DE INVESTICACION juicio alguno de los supuestos del cinturón protector, como
por ejemplo los concernientes a la refracción en la atmós-
Dentro del marco conceptual de Lakatos, hay que. tratar la fera terrestre. Una maniobr';a semejante habría sido licita si
metodología desde dos puntos de vis,ta: uno se :refiere al hubiera ofrecido la posibilidad de efectuar nuevos tipos de·
trabajo realizado dentro de un solo programa de :lnvestiga· comprobaciones experimentales, llevando ~al vez al descu. ·
ción, y el otro a la comparación de los méritos de programas brimiento de algún rasgo inesperado de la atmósfera te-
de investigación rivales. El trabajo que se realiza dentro de rrestre.
un solo programa de investigación supone la expansión y Hay dos tipos de maniobras que excluye la m.etodologla
modificación de su cinturón protector añadiendo.. y articu· de .Lakatos. Quedan excluidas las hipótesis 'ad hoc, las hlp~
landa diversas hipótesis. ¿Qué tipos de adiciones 'y modifi· tesis que no son comprobables de forma ini:lependiente. Por
caciones debe permitir una buena metodología cientffica y ejemplo; en nuestro caso habría sido aciehtífico proponer
qué tipos se han de considerar acientfficos? La respuesta que que el movimiento problemático del planeta Urano era d&
da La ka tos a esta cuestión es sencilla. Se pued~·. permitir bido a que ese era su mov.fmiento natural.' El otro tipo de
cualquier maniobra mientras no sea ad hoc en el sentido maniobra qpe queda eitcluic,t!o es el que vaen contra del nú-
analizado en la sección II del capítulo 5. Las modilicaciones cleo central, como ya hemo~\dicho. Un c.ientffico que .tratara
o adiciones al cinturón protector de un programa"de inves- de hacer frente a la órbitli.' de Urano pro~oniendo que la
tigación deben ser comprobables de forma independiente. fuerza entre Urano y el sol obedece a alguna ley. distinta
Se· pide a los científicos o grupos de científicos que desarro- de la del inverso de los cuadrados estaría saliéndose del
llen el cinturón protector de la manera que deseen, siemp·e programa de investigación 114wtoniano.
que sus maniobras ofrezcan la oportunidad de hacer nuevas El hecho de que cualquier parte del complejo laberinto
comprobaciones y por tanto la posibilidad de realizar nue- teórico pueda ser responsáble de una ap1,1rente falsación
122 AJan F. Chalmers Las teorl4s como estructuras: J 123

plantea un serio problem)l al falsacionis~a que confía en un incapaz de llevar al descubrimiento de nuevos fenómenos?
método general de conjeturas y refutaciones. Para él, la inca- La parábola de Lakatos sobre el comportamiento hipotéti·
pacidad de localizar la fuente del problema da como resul- camente extraño de un planeta, que se reprodujo en las pá-
tado un caos ametódico. La concepción ·Jakatosiana de la ginas 95-6, indica la dificultad. En ese desarrollo imaginario
ciencia está Jo suficientemente estructurada como para evitar de la astronomía newtoniana, nunca se pudo asegurar que no
esa consecuencia. Se mantiene el orden gracias a la inviola· estuviera a la vuelta de la esquina un éxito importante. Con·
bilidad del núcleo central de un prograrj:¡a y a la heurística siderando un auténtico ejemplo histórico, se descubrió que
positiva que lo acompafía. La prolifenié:ión de conjeturas era correcta la predicción de Copémico acerca de las fases
ingeniosas dentro de ese 'marco le llevará a progresar siem· de Venus setenta años después y la predicción copemicana de
pre que alguna de las pre~icciones resultantes de las conjetu· que las estrellas fijas debían exhibir una paralaje se con·
ras ingeniosas tengan éxi~o de vez en cuapdo. Los resultados firmó varios siglos más tarde. Debido a la incertidumbre del
de las comprobaciones experiinentales ~n los que determi· resultado de futuros intentos por desarrollar y comprobar
nan de modo muy sencillo las decisione$' de mantener o re- un programa de invest.igación, nunca se puede decir si un
chazar una hipótesis. Lasique sobreviven~a las prueb¡¡s expe- programa ha degenerado más allá de toda esperanza. Siem·
rimentales se conservan de modo provi~ional y las que nll pre es posible que alguna ingeniosa modificación de su
consiguen· sobrevivir se rechazan, aunque dichas decisiones cinturón protector conduzca a algún descubrimiento especta-
puedan ser reconsideradas a la luz de a!j¡una otra hipótesis cular que haga que el· programa reviva y entre en una
ingeniosa, comprobable de forma indepe{ldiente. La relación fase progresista; · ·
de la observación con una hipótesis que se está compro- La .historia de las teorias de la electricidad proporciona
bando es relativamente poco problem~fica dentro de un un ejemplo de la suerte· cambiante de programas de inves-
programa de. investigación debido a q\Íil el núcleo central tigación rivales. Un .Programa, al cual. denominaré teoría de
y la heurística positiva sirven para defin¡f un lenguaje obser· la acción a distancia, consideraba la electricidad como un
vacional sumamente estable.. · fluido o partículas de algún tipo que residfan en los cuerpos
cargados eléctricamente y fluían a través de circuitos eléc-
IV. LA COMPARACION DI! LOS PROGRAMAS DI! INVESTIGACION tiicos. Se suponía que cada uno de Jos elementos de la
electricidad actuaba sobre Jos demás a· distancia, instantá-
Mientras que dentro de. un programa de investigación se .neamente, a través del espacio vacío y con una fuerza que
pueden determinar los méritos relativos ·de hipótesis rivales dependía de la separación y del movimiento de Jos elementos.
de un modo relativamente sencillo, la comparación de pro- El otro programa era la teoría del campo iniciada por Fara·
gramas de investigación rivales es más problemática. En d!f, según la cual· se pueden explicar los fenómenos eléc-
términos generales, Jos méritos relativos de los programas tricos en función de las acciones que se producen en el
de investigación se. tienen que juzgar por la medida en que medio qne rodea a los cuerpos electrificados y a los circuitos
dichos programas progresan o degenc;ran. Un programa eléctricos, y no en función del comportamiento de una sus·
que degenera dará paso a un rival más progresista, de igual tancia que hay dentro de ellos. Antes de que Faraday consi·
manera que la astronom¡a tolemaica. dio paso finalmente a gulera sus éxitos, la teoría progresista era la de la acción a
la teoría copernicana. . distancia. Condujo al descubrimiento de la capacidad de una
Una dificultad impon¡antc de este criterio de aceptación jarra de Leyden para almacenar electricidad y al descubri-
y rechazo de los progr~mas de investigación va unida al miento por Cavendish de la ley de los cuadrados inversos
factor tiempo. ¿Cuánto tiempo debe pasar hasta que se pueda . de la atracción o rechazo entre Jos cuerpos cargados de elec·
decidir que un programa ha degenerado gravemente, que es tricidad. Sin embargo, la teorla del campo habla de sobre-
124 Alan F. Chalmers Las teor(as como estructuras: 1 125
pasar a la de la acción a distancia con el descubrimiento • IJ!CTIJRAS COMPLEMENTARIAS
por Faraday de la inducción electromagnética y su invención
del motor eléctrico, la dinamo y el transformador en la dé- La fuente más importante es •l'alsification and he methodology
cada de 1830. La teoría del campo progresó de una manera of scientific research programnies•, de l. lakat s, en Criticism
aún inás espectacular cuando, unas cuantas décadas después, and the growth of knowledge.1compilado por l. lakatos y A.
Hertz produjo las ondas ~e radiQ predichas por el programa. Musgrave (Cambridge, Cambridge University ress, 1974), pá·
No obstante, la teoría de la acción a distancia no se agotó. La ginas 91-196. En •Why did Einstein's program supersede l.,o.
noción de electrón surgió de ese programa. En la primera rentz's?•, de E. Zahar, se encuentran estudios algunos casos
mitad del siglo XIX, un teórico de la acción a distancia, histÓricos desde el punto de vi.sta de lakatos, British Journal
1

for the Philosophy of Science, )4, 1973, pp. 9sLI23, 223-63, así
W. Weber, lo predijo de una manera vaga, en 1892 .. H. A. como en cWhy did Copemicusis programme supersede Ptole-
Lorentz lo predijo de una manera .más precisa y fue· final-. my's?•, de l. lakatos y B. Zahar .~n The Copérnic~n achievement,
mente J. J. Thomsony otros quienes lo detectaron eri años' compilado por R. Westman (Be~eley, California, California Uni-
posteriores de esa década. El desarrollo de la teoría electro- vérsity Press, 1975); véanse también los estudios recogidos en
magnética clásica hab~ resultado muy perjudicado' si se Colin · Howson, comp.,. Method ·and appraisaJ in the physical
hubiera abandonado antes el enfoque de la acción a di~tancia. sciences, Cambridge, Cambridge Unlversity Pres~, 1976. la nia·
debido al progreso superior del programa de la teoría d.el yoria de los artículos de I.:akat9s han sido recpgidi;)S Y· publi·
eampo. Dicho sea de paso, la. interacción entre los dos pro- cados en dos volúmenes por Jóha Wofl'llll y Gregory Currie,
gramas y el hecho de que la teoría electromagnética clásica . Cambridge, Cambridge Universi(y Press, 1978. Nbretta Koertge,
surgiera como una reconciliación de los dos programas, en clnter-theoretic criticism and the growth of s~ience•, Boston
heredando de uno los campos y del otro el electrón, sugiere studies in philosophy of science, vol. 8, compilado por R. C.
que los programas· de 'investigación no son tan autónomos Buck y R.. S. Cohen (Dordrecht, Reidel Publ. do., 1971),. pági-
nas 160-73, critica l;t medida en que los programas de investiga·
como indica la explicación de Lakatos. ción de Lakatos son autosuficientes. D. Bloor compara las pos-
Así pues, denk'o de la explicación de Lakatos, no se turas de Lakatos y Kuhn, defendiendo la de este último, en
puede decir nunca de modo absoluto que un programa de cTwo paradigms of scientlfic kitowiedge?•, Science Studies, 1,
investigación es •mejor• que otro rival. El propio La,katos 1971, pp. JGI-15. AJan E. Musgrave se ocupa de la idea de pre-
admite que sólo se pueden decidir los méritos relativbs de dicción nueva en •Logical versus historical theories of confir- .
dos programas •retrospectivamente•. Como no ha conse- mation•, B~itish Journa/ for the Philosophy of Science, 25,
guido ofrecer un criterio claro para rechazar un programa 1974, pp. 1-23.
de. investigación coherente o para elegir. entre programas de
investigación rivales, se podría ,decir, junto con Feyerabend,
que la metodología de Lakatos es un •ornamento verbal, una
especie de recuerdo de tiempos más felices cuando todavía
se creía posible martejar un asul)to complejo y a menudo
catastrófico como la ciencia mediante unas cuantas reglas
'racionales' y simples• '. La cuestión aquí suscitada será
analizada con cierto detalle en el capítulo 9.

' P. K. Feyerabend, cConsolations for the specialist•, en Criticlsm


and tlu growth of knowledge, compilado por l:.akatos y Musgrave,
página 215.
8. LAS TEORIAS CÓMO ESTRUCTURAS:
2. LOS PARADIGMAS DE KUHN

l. OBSERVACIONE!Í INICIALES

Existe U[\a segurtda concepción de las teorías científicas


como estructuras ,complejas de cierto tipo que ha recibido y
está recibiendo mucha atención en los últimos años. Me re-
fiero a la concepción desarrollada por Thomas Kuhn, cuya
primera versión apareció en su obra The structurc of scien-
tific revolutions, que se publicó inicialmente en 1962 '.Kuhn
comenzó su carrera académica como físico y luego centró
sú ntcnción en In hlstorln de In ciencia, Al hnccrlo, dc•cubrló
que sus ldcns preconcebidas acerca de In natun leza de In
ciencia quedaban. hechas nilicos. Se dio cuenta de que las
concepciones tradicionales de la ciencia, ya fueran inducti-
vistas o falsacionistas, no resistían una comparación con las
pruebas históricas. Posteriormente In teoría de la ciencia
de Kuhn se desarrolló como un intento de proporcionar una
teoria de la ciencia que estuviera más de acuerdo con la
situación histórica tal y como él la vela. Un rasgo caracte-
rístico de su teoría es la importanci!l atribuida al carácter
revolucionario del progreso científico, en la que una revo-
lución supone el abandono de una estructura teórica y su
reemplazo por otra, incompatible con la anterior. Otro aspec-
to importante .reside en el importante papel que desempeñan
en la teoria de Kuhn las características sociológicas de las
comunidades científicas.
Los enfoques Gle Lakatos y Kuhn poseen algunas cosas
en común. Concretamente, ambos exigen de sus concep-
ciones filosóficas que resistan a las críticas basadas. en la
historia de la ciencia. La concepción de Kuhn es anterior
1 T. S. Kuhn, The structure of scientific revolutions (Chicago,
University of Chicago Press, 1970). ·
128
AJan F. Chalmers
Las teorlas como estructuras: 2 129
a la metodología de los programas de investigación científica
de La~atos y pienso que resulta acertado decir que La'katos que finalmente se abandona el paradigma original, acosado
adapto aigunos de los resultados de Kuhn a sus propÓsitos. por problemas. El cambio discontinuo constituye una revo-
~~ este hbro hemos presentado. en primer lugar ]a cóncep- lución cientlfica. El nuevo paradigma, lleno ele promesas y
CJon de Lakatos porque se ve mejor como la culmit1ación no abrumado por dificultades en apariencia· insuperables,
~el.pro_grama popperiano y como una respuesta directa a las gula entonces la nueva actividad científica normal hasta que
hmJtacJOnes del falsacionismo de Popper y un intento de choca con serios problemas y aparece una nueva crisis se-
superarlas. Las principales diferencias entre Kuhn, p9r un guida de \~na nueva revolución.
lado, Y Popper. y La ka tos, por otro, estriban en el hincapié Con eSte resumen como anticipo, procedamos a examinar
que hace el. pnmcro en los factores sociológicos. , con más detalle Jos diversos componentes del esquema
El « rclauv,smo• de Kuhn será estudiado y criticado más de Kuhn.
adelante en este libro. En este capítulo me limitaré simple-
meo te a resumir las opiniones de Kuhn.
11. LOS PARADIGMAS Y LA CIENCIA NORMAL
Se puede resumir la imagen que ;tiene Kuhn de cómo
progresa una ciencia mediante el siguiente esquema abi~rto:
Una ciencia madura está regida por un solo pllradigma ' El
paradigma establece las normas necesarias para legitimar
preciencia-ciencia normal-crisis-revolución-nueva ciencia nor- el trabajo dentro de 1~ ciencia que rige. Coord}na y dirige la
mal-nueva crisis · actividad de •resolver problemas• que efectqan los cient1-
ficos nonnales que trabajan dentro de él. La icaractert'stica
que distitigue a la ciencia de la no ciencia esl según Kuhn,
La desorganizada y diversa actividad que precede a la for- la existencia de un paradigma capaz de apoyar una tradición
mación de una ciencia se estructura y dirige finalmente de ciencia normal. La mecánica newtoniana, 1 óptica ondu-
c':'ando una com~nidad científica ·se adhiere a un solo ·¡,ara- latoria y c;ol electromagnetismo Clásico constitu eron y quizás
d.lgma. Un parad1gma está constituido por los supuesto$ teó- constituyen aún paradigmas y 'se califican de ciencias. Gran
ncos generales, las leyes y las técnicas para su aplic~ción parte de ,la sociologla moderna carece de unl paradigma y
q_ue a~optan los miembros de una determinada comunidad en consecuencia no se califica de ciencia.
c1entífu;:a: Los que t~abajan dentro de un paradigma, ya sea Comoc·se explicará más adelante, en la naturaleza de un
la mc.camca newt?mana, la óptica ondulatoria, la química paradigma está el escapar a una definición precisa. No obs-
a?alí~1ca o cualqu1er otro, pracucan lo que Kuhn denomina tante, es posible describir algunos componentes tlpicos que
c1enc1a ~ormal. La ~iencia normal articulará y desarrollará constituyen un paradigma. Entre esos componentes se en-
el para~1gma en su mtento por explicar y acomodar el com. contrarán' las leyes explfcitamente establecidas y los supues-
portamJento de algunos aspectos importantes del mundo tos teóricos comparables al núcleo central de un programa
real, !al y co~o se revelan a través de los resultados de la
ex~enmentacJón. Al hacerlo experimentarán inevitablemente 1 Desde la primera redacción de The Slructure of scientlfic revo-

dJfJcu_It_ades y se encontrarán con aparentes falsacione.s. Si lutions, K\lhn ha admitido que en un principio utlilzó el t6rmino
•paradigmi• en un sentido ambiguo. En la Posdtlta a la edición
las dtflcultades de ese tipo se escapan de las manos se
desarrolla un estado de crisis. La crisis se resuelve cua~do
de 1970 distingue un sentido ¡cneral del t6rmino, .1 que ahora se
refiere co¡·o omatril disciplinar•, y un sentido estricto. del t6rmino,
surge. un paradig~a completamente nuevo que se gana la que reemp za por el ele •ejemplar•. Continúo utilizando •paradigma•
adhes1ón de un numero de científicos cada vez mayor, hasta en su sent. o general para referirme a lo que Kuhn ha rebautizado
como mat(!z disciplinar. '
130 Alan F. Chalmers Las teorías como '~structuras: 2 131

de i':IV~stigación lakatosiano. Así, por ejemplo, las leyes del una actividad de· resolver problemas gobernada por las
~ovJmJento de Newton forman parte del paradigma newto- reglas de un paradigma. Los problemas serán tanto de natu·
mano y las ecuaciones de. Maxwell forman parte del para- raleza teórica como experimental. Por ejemplo, dentro del
digma que constituye la teoría electromagÍlética clásica. Los paradigma newtoniano, 'los problemas teóricos tfpicos con.
paradigmas tambiom incluirán las maneras:·normales de apli- llevan la invenció~ de técnicas matemáticas que se ocupen
c:'r 1~ leyes fundamentales a .los diversos tipos de situa· del movimiento d¡: un planeta sujeto a más de tina fuerza
Clones. Por ejemplo, el paradigma newtoniano incluirá los atrayente y desarrollen supuestos -adecuados para aplicar las
métodos para aplicar las leyes de· Newton al movimiento leyes de Newton al, movimiento de los fluidos. Los problemas
planetario, a los péndulos, a Jos choques de las bolas de experimental.,s incluían el perfeccionamiento de la precisión
billar, etc. También se incluirán en el paradigma el instru- de las observacion.es telescópicas y el desarrollo de las téc-
me;ntal y las técnicas instrumentales necesarios para hacer nicas experimentales capaces de proporcionar mediciones
que las leyes del paradigma se refieran al mundo real. La fiables de la constante gravitatoria. La ciencia normal debe
aplicación en astronomía del paradigma newtoniano conlleva presuponer que un paradigma proporciona Jos medios ade-
el uso d~ diverso.s tipos. ~re~litados _de. te.lescopios, junto cuados para resolver Jos problemas que en él se plantean. Se
con técmcas para su ut1h c1ón y d1versas técnicas para considera qt1e tlll fracaso en la resolución de un problema
CO?'~gir los datos recopilad s con su ayuda. Un componente es t1n fracaso del científico, más que una insuficiencia del
adJcJon?l de los paradigmas lo constituyen algunos principios paradigma. Los problemas que se resisten a ser solucionados
metaf~s1cos muy generales, que guían el trabajo dentro del son considerados cbmo anoma/las, más que como falsaciones
P?rad1gma. Durante todo el siglo XIX, el paradigma newto- de un paradigma. Kuhn reconoce que todos los paradigmas
mano estuvo regido por un .supuesto como éste: •Todo el contendrán alguna~ anomalías (por ejemplo, la teoría coper-
mundo físico se ha de explicar .como un sistema mecánico nicana y el tamañó.' aparente de Venus o el paradigma newto-
que actúa bajo el influjo de diversas fuerzas de acuerdo con niano y la órbita de Mercurio) y rechaza todas las corrientes
los dictados de las leyes del movimiento de Newton •, y el del falsacionismo.')
programa cartesiano del siglo xvn suponía el principio: •No Un científico normal no debe criticar el paradigma en
hay vacío y el universo físico es un gran mecanismo de el que trabaja. Sólo de esa manera es capaz de concentrar
relojería en el que todas las fuerzas toman la forma de im· sus esfuerzos en ra detallada articulación del paradigma y
pulsos •. P?r ~!timo, todos lo~ paradigJ:~~as contendrán algu· efectuar el trabajo~esotérico necesario para explorar la natu-
nas prescnpc1ones metodológicas muy generales tales como: raleza en profundidad. Lo que distingue a la ciencia normal.
•Hay que intentar seriamente compaginar el paradigma con madura, de la actividad relativamente desorganizada de la
la naturaleza• o •Hay que Cratar los intentos fallidos de p~eciencia inmadura es la falta de desacuerdo en lo funda-
compagi_nar el paradigma con la natural~a como proble· mental. Según Kuhn, la preciencia se· caracteriza por el
mas senos». - "' total desacuerdo y el constante debate de lo fundamen-
La ciencia normal conlleva intentos detallados de articu- tal, de manera q~e es imposible abordar el trabajo de-
lar un paradigma con el propéSsfto de compaginado mejor tallado, esotérico .. ' Habrá casi tantas teorías como traba·
con la naturaleza. Un parad¡gma siempre será lo suficiente· jadores haya en el' campo y cada teórico se verá obligado a
men~e impreciso Y, abierto c~Jmci para pennitir que se hagan comenzar de nuevo y a justificar su propio enfoque. Kuhn
ese t1po de cosas . Kuhn describe la cienc.ia normal como ofrece como ejemp,lo la óptica antes de Newton. Hu?o mu-
chas teorías sobre.la naturaleza de la luz desde los tiempos
' Véase la noción algo más precisa de heurfstica positiva de de los antiguos hhsta Newton. No se llegó ·a un acuerdo
Lakatos. general ni surgió;)Jna teoría detallada, generalmente .acep-
132
Atan F•. Chalmers Las teorlas como estructuras: 2 133

tada, antes de que Newton propusiera y defendiera su teoría conocimiento del científico normal será tácito, en el sentido
~e las par_tícula.s. Los teóricos rivales del período._precientl- desarrollado por Michael Polanyi •.
flco no solo discrepaban en sus supuestos teóricos sino Debido al modo en que es adiestrado, y necesita ser adies-
también en los tipos de fenómenos observacionales hnpor- trado, si ha de trabajar de manera eficaz, un científico
tantes para sus teorías. En la medida en que Kuhn reconoce normal típico será inconsciente de la naturaleza precisa del
~l pa~cl ~esempeñado por un paradigma como guía de la paradigma en el que trabaja e .incapaz de articularla. Sin
Investigación y la interpretación de los fenómenos observa- embargo, de esto no se'desprende que un científico no sea
ble~, da cabida a la mayor parte de lo que he descrito en el capaz de intentar articular las presuposiciones implícitas en ·
capitulo 3 como la dependencia de la observación por parte su paradigma, si surge la necesidad. Semejante necesidad sur-
de la teoría. girá cuando un paradigma se vea amenazado por un rival., En
Kuhn insiste en que en un paradigma hay más de lo que esas circunstancias será necesario intentar detallar las leyes
se. puede e~~oner explícitamente en forma de regla,s y direc- generales, los principios metodológicos y metafísicos, etc.,
tn~es exphc1ta~. Invoca el análisis efectuado por .. Wittgen- implícitos en un paradigma para defenderlos de las alterna-
ste.m de la noc1~n de •j~ego• para ilustrar en pad~ lo que tivas que conlleva el nuevo pan~digma que lo amenaza. En la
qu1ere decir..~lttgenstem mantenía que no es posible deta- próxima sección, procederé a resumir la explicación que. da
lla~ ~as cond1c1one~ necesarias y suficientes para que una Kuhn de cómo puede un paradigma tropezal; con problemas
?ct1v1_dad sea un JUego. Cuando se intenta, se' ~¡tcuentra y ser reemplazado por un riv~l.
mvanablemente una actividad que Ia definición incluye pero
que no se ~e~~rfa considerar como un juego, o una actividad
que la definiCión excluye pero que se desearía considerar 111. CRISIS Y REVOLUCION
como un juego. Kuhn afirma que existe la misma situación
con relación a los paradigmas. Si se trata de dar ·una des- El científico normal trabaja confiadamente dentro de un
cripció.n e~pl!cita y p~ecis~ de algún paradigma en 1~ historia área bien definida, dictada pC:,r u.n paradigma. El paradigma
de la ~1enc1a o en la ciencta actual, siempre resulta que algún se le presenta con un conjunto de problemas! definidos, junto
trabaJo efectuado dentro del paradigma va en contra de la con unos métodos que él cónfía serán ad«Ícuados para su
descripción. Sin embargo, Kuhn insiste en que esta· situación solución. Si culpa al paradigma de no háber conseguido
no hace insostenible eJ. concepto de paradigma, dé! mismo resolver algún problema, estará expuesto a las mismas acu-
modo que la situac!ón similar con respecto al • j1.1ego• no saciones que el carpintero qúe culpa a sus instrumentos. No
excluye el uso legítimO de ese concepto. Aunque no exista obstante, habrá fallos que pueden a la larga llegar a tal
una descripción explícita y c:ompleta, los científicos traban grado de gravedad que constituya una s_eria crisis para el
conocimiento con un paradigma a través de su· formación paradigma y lleve al rechazo del.paradigma ,¡ a su reemplazo
científica. Un aspirante a cientlfico se pone al cordente de por una alternativa incompatible. 1 · · . ·
l~s métodos, las técnicas y las normas del paradigrl¡a resol- La me~ existencia dentro de un pa¡:ad~'gma de proble-
VIendo problemas normales, efectuando experimentos nor- mas sin resolver no constituye una crisis. Kuhn reconoce
males y, finalmente, haciendo alguna investigación bajo la que los paradigmas siempre 1=ncontrarán di . cultades. Siem-
s':'pervisión de alguien que ya es un experto dentro del para- pre habrá anomalía&. Solamente en condicior~¡es especiales las
digma. No será capaz de hacer una relación explícita de los anomalías se pueden desarrollar de tal· man~ra que socaven
métodos y las técnicas que ha aprendido, del mismo modo
• Véase M. Polanyi, Personal. knowledge, Londrbs. Routledge and
que un maestro carpintero no es capaz de describi,r plena- Kegan Paul, 1973, y Knowir.g and being, Londres, Jitoutledge and Ke-
mente lo que hay detrás de sus técnicas. Gran p,;~rte .del gan Paul, 1969.
134 Alan F. Chalmers
Las teorías como c$tructuras: 2
la confianza ~~ el paradigma. Se considerará que una ano-
malí~ es particularmente grave si se juzga que afecta a Jos actor de cine o algo por el estilo, y no haber oído hablar
prop1?s fundam.entos de un paradigma y, no obstante, resiste nunca de la física• '. Una vez que un paradigma ha sido
bon VIgor a los. m ten tos de eliminarla po~ parte de los miem- debilitado y socavado hasta el punto de que sus defensores
:os de la comunidad científica norma,!. Kuhn cita como pierden su confianZa en él, ha. llegado el momento de la
eJempl~ los prob!emas asociados al éter y el movimiento revolución.
de la t1erra relativo a él en la teoría electromagnética de La gravedad de rna crisis aumenta cuando hace su apa-
_Maxwell, a finales del siglo xrx. Los problemas que los come- rición un paradigm4¡1 rival. •El nuevo paradigma, o un indicio
tas plante,aba~ al cosmos aristotélico ordenado y lleno de las suficiente para penbitir una posterior articulación, surge de
esferas cnstahn.as conect~das entre sí constituirían un ejem- repente, a veces erí; medio de la noche, en el pensamiento
plo me?os !écm~o. Tamb1én se considera que las anomalías de un hombre profundamente inmerso en la crisis• '. El
son. senas SI ~on 1mportan~es con relación, a alguna necesidad nuevo paradigma será muy diferente del viejo e incompa·
soc1al aprem1~nte. Los problemas que abrumaban a la astro- tibie con él. Las diferencias radicales serán de diversos tipos.
nomía tolema¡ca eran apremiantes a la luz de la necesidad Cada paradigma. considerará que el mundo está consti·
d~ la reforma del calendal'io en la época de Copérnico. Tam- luido por distintos tipos de cosas. El paradigma aristotélico
bu!n. tendrá 9!:1e ver con 1 la seriedad de una anomalía la consideraba que el hniverso estaba dividido en dos reinos
cantJ?ad de t1empo que r~ista a los intentos· de eliminarla. distintos, la región ,supralunar, incorruptible e inalterable,
El nume~o de anomalías !serias es otro 'factor que influye y la región terrestre, corruptible y sometida al cambio. Los
en el com¡enzo de una crisis. e paradigmas posteri9res consideraron que todo el universo
_ Se~ Kuhn, ~l~r las características de un período estaba constituido por. Jos mismos tipos de sustancias ma·
de. cns1s en la CienCia eJFige tanto la competencia de un teriales. La qulmic~ anterior a Lavoisier implicaba la afir-
p_sJcólogo como la de un ~istoriador. Cuaédo se-llega a con- mació!l de que el mundo contenía una sustancia denominada
Siderar que l~s anomalfas plantean al pa~digma serios pro- flogisto, que se de.~Pf.ende de las materias cuando arden. El
blemas, c~mu:n~ un pe9odo de •insegt;tridad profesional nuevo paradigma de¡ Lavoisier implicaba que no había nada
marcada• . Los mtentos ppr resolver el problema se hacen semejante al flogisto, pero que si existe un gas, el oxigeno,
cada vez más radicales y progresivamente se van debilitando que desempeña un papel completamente distinto en la com-
las reglas est~bleci?as por*' paradigma pan solucionar pro- bustión. La teoria electromagnética de Maxwell implicaba
b_lemas. Los Científicos no_ aJes comienzan a entablar discu- un éter que ocupaba todo el espacio, mient~as que la refor·
SIOnes ~etafísicas y filos ficas y tratan; de defender sus mulación radical qúe de ella hiciera Ein$tein eliminaba
innovac10~es, de estatus dudoso desde el punto de vista el éter. · , ·
del parad1_gma, con argurtientos filosóficos. Los científicos Lds paradigmas rivales considerarán llci~s o significa·
~pieza~ _mclus_o a expresár abiertamente· su descontento e tivos ¡liversos tipos .de cuestiones. Las cuestiones relativas
l~tranqUJbdad con respec~ al paradigma reinante. Kuhn al peso del flogisto 'eran importantes para los teóricos del
cita la respuesta de Wolfgljng Pauli a lo que éste consideró flogisto e inútiles para Lavoisier. Las cuestiones relativas a
como una crisis creciente Cle la física hacia 1924. Un Pauli la masa de los plane¡as eran fundamentales paralos newto·
exasperado confesó a un ~igo: •En este momento la física nianos y heréticas p¡¡ra los aristotélicos. El problema de la
se encuentra en un estado dF terrible confusión. De cualquier · velocidad de la tierra con respecto al éter, que· tenía- un
modo, me resulta demasiadf difícil y me gustaría haber sido profundo significado para los físicos anterior.es a Einstein,
'
' Kuhn, Th• structurc of scitntific revolutions, pp. 67-68. • /bid., p. 84.
, /bid., p. 91.
'
136 Alan F. Chalmers Las teorías como estruéturas: 2 137

fue disipado por éste. Del mismo modo que plantean dis· atraído por la teorfa copemicana 'debido a la simplicidad de
tintos tipos de cuestiones, los paradigmas conllevan normas algunas de sus características matemáticas. Otro podrá sen-
diferentes e incompatibles. Los newtonianos admitían una tirse atraídp porque ve en ella .Ja posibilidad de la reforma
inexplicada acción a distancia, mientras que Jos cart'fianos del calend~io. A. un terceT? le podrá haber. hect~ desistir de
la rechazaban por metafísica e incluso ocultista. Para ~ristó­ la teoría copermcana su mterés por la mecá tea terrestre
teles el movimiento sin causa era un _absurd9, pert> para y su conciencia de los problemas que la te. ría copernl,
Newton era un axioma. La transmutación de los eleiÍientos cana le planteaba. Un cuarto podrá rechazar, la teoría CQ- .
ocupa un lugar importante en la moderna física nuciFar (al pernicana por razones religiosas. '" ·
igual que en la alquimia mcdíeval), pero va completa;mente Una segunda razón de que ,no <;>ti~ta una demos~clón
en contra de los objetivos del programa atomista de l)alton. lógicamente convincente de la super1ondad de un parad1gma
Ciertos tipos de acontecimientos descriptibles dentro. de la sobre otro surge· del hecho de que los partidarios de los
microfísica moderna suponen una indeterminación que no paradigmas rivales suscribirán- distintos conjuntos ·de n?r-
tenía cabida en el programa newtoniano. mas, principios metafísicos, etc. Juzga~o· por sus p~p1as
El paradigma en el que esté trabajándo guiará et modo normas, el 'paradigma A podrá ser cons1derado supenor al
en que el científico vea un determinado aspecto del mupdo. paradigma B, mientras qu~ si se utilizan como premisas l.as
Kuhn mantiene que, en cierto sentido, los defensores de normas del paradigma B, el juicio podr4 ser el contrano.
paradigmas rivales •viven en mundos distintos-. Cita como La conclusiÓn de una argumentación es convincente sola-
prueba el hecho de que los astrónomos occidentales .obser· mente si se aceptan sus prem.isas. Lo~ partidarios de J?a·
varan, registraron y analizaron por primera vez camb.ios en radigmas ,rivales no aceptarán las prem1sas de los contranos
el cielo después de que se propusiera la teoría copernicana. y por Jo taqto no se dejarán convencer necesariamente po1
Con anterioridad, el paradigma aristotélico había dictami· los argumen'tos de los demás. Por este tipo de razón, Kuhn
nado ·que no podía haber cambios en la región supralunar y, compara a las revoluciones científicas cop las revoluciones
en consecuencia, no se observaba ningún cambio. Los; cam· polfticas. A~f como •las rev~luciones polfticas. pretenden
bias que se observaron se explicaron como perturbaC:iones cambiar las 'instituciones pollttcas por unos med1os que las
en la atmósfera superior. En el capítulo 3 se han ofrecido propias instituciones proh~bén~ y en .consecuencia ·f~lla .el
más ejemplos de Kuhn y otros. recurso polftico•, asf tambtén 111 elecctón •entre paradtgmas
Kuhn vincula el cambio de la adhesión por parte ~e los rivales resulta ser una elecciór¡¡ entre modos incompatibles
dcntifkos de un paradigma a otro alternativo e incomp,atible de vida comunitaria» y ningún argumento puede ser •lógica
con un «camb:o de ges/nll• o una •conversión religiosa•. ni siquiera probabllístlcamente,,co¡wlncente• '. Sin ~mbargo,
No exist~ ningún argumento _Puramente lógico que demHcstre esto no quiere decir que los .. diversos argumentos no se
la supenondad de un paradtgma sobre otro y que, por tanto, encuentren entre los importan!!,$ factores que influyen en .las
impulse a cambiar de paradigma a un científico racional. decisiones de los cientlficos. Ep opinión de Kuhn, qué ttpo
Una razón de que no sea posible esa demostración estriba de factores 'resultan eficaces para hacer que los cientfficos
en_ el hecho de que en el_ jui~i.o dC: un ~ientffico sobre los cambien de paradigma es algo,¡,que debe desctibrir la invés·
mentas de una teoría ctenttftca mtervtenen muchos fac· ligación psicológica y sociológic;ll· . ,
tores. La decisión del científicp dependerá de la prioridad Asf pues, 'hay ciertas razones interre!actona~as de ~ue no
que dé a dichos factores. Los factores incluirán cosas tales haya un argumento lógicamente convmcen~e¡ q~e dtcte el
como la simplicidad, la conexión con alguna necesidad social abandono de, un paradigma por; parte de un c1entlftco cuando
urgente, la capacidad de resolver algún determinado tipo de
problema, etc. Así, por ejemplo, un científico podrá sentirse 1 !bid., pp. 93·94.
Las teorías como estructuras: 2 139
138 Alan F. Chalmers
ficas. A menos que la concepción descriptiva de la ~iencia
un paradigma compite conotro. No hay un criterio único esté· configurada por alguna teoría, no se ofrece nmguna
por el que un científico; pueda _juzgar el mérito o porvenir guía con respccio a Jos tipos de actividades Y productos ~e
de un paradigma y, aden:¡ás, los defensores de los programas actividades qu<i se han dt: describir. C~ncrctamente, _sen?
rivales· suscribirán distintos conjuntos de normas e incluso necesario que J~s acti\'idades y producciOnes de los caenta-
v_erán el mu~do de distiP.ta manera y 1<? describirán en dis- ficos de a pie se documentaran con tanto detalle como los
tinto lenguaje. El propósito de los argumentos y discusiones logros de un Einstein o de un Galileo. . .
entre defensores de paradigmas rivales debe ser persuadir y Sin embargo; constituye un error consaderar que la rdea
no coaccionar. Creo que Io que he resumido en· este párrafo que tiene Kuhn. de la ciencia proviene únicamen~e de una
es lo que hay detrás de .la afirmación kuhniana de que los descripción del' trabajo de los científicos.. Kuhn msa~tc ~n
paradigmas rivales son •i,nconmensurables•. que su concepción consli tuye una teona de la ~rcncaa
Una revolución cien!"[ica corresponde al abandono de porque incluye una explicación de la función de sus da versos
un paradigm¡¡ )' a la ad pción de otro nuevo, no por parte componentes.· S~gún Kuhn, la ciencia normal y las rcvol~­
de un cicntífit,o aislad sino por parte de la comuni- ciones desempeñan funciones necesarias, de modo que aa
dad cientffica en su to alidad. A medida que se convier- ciencia debe cor;tllevar estas características o algunas otras
ten más cientfficos. po diversas ra7.ones, al paradigma, que sirvan palj& efectuar las mismas funciones. Veamos
hay un •creciente- cam io en la distribución de las ad- cuáles son esas f!unciones según Kuhn.
hesiones profesionales• '. Para que la revolución tenga éxi- Los períodok de ciencia normal ·proporcionan la opo~­
to, e.stc cambio ha de xtender'sc hasta incluir a la ma- tunidad de que los científicos desarrollen Jos detalles ~ole­
yoría de los miembros de la comunic!ad científic~. que- ricos de una teoría. Trabajando dentro de un paradagma
dando sólo unos cuantos disidentes·. los cuales serán exclui- cuyos fundamentos se dan por sentados,. son capaces ~e
dos de la nueva comunid;ild científica y tal vez se refugiarán efectuar el duro 'trabajo teórico y experimental necesano
en un departamento de filosofía. De cu:dquier modo, final- para que el pa~adigma se compa~ine con lá n~turaleza en
meo te se extinguirán. · un grado cada .'vez mayor. Gracaas a su confaanza en la
adecuación de un paradigma, Jos científicos pueden dedacar
sus energías a intentar resolver los detallados problemas
que se les presentan dentro del paradigma en vez de en~ar­
1\'. I.A I"I'"'CHII'l Olé l.i\ CIIÍNCf,\ NORMM. Y LAS RI!\'OI.l!l'IONES zarse en disput~~ sobre la licitud de sus supuestos Y meto-
dos fundamentales. Es necesario que la cie¡¡cia normal sea
Algunos aspectos de los fcscritos de Kuhn podrían dar la en gran medida' acrítica. Si todos los. científicos criticaran
impresiún de que su conct'IKión de la: naturaleza de la todas las partes. del marco conceptual en el que trabajan
cicnda es puramente descripti1'f1, esto e~. que lo único que todo el tiempo,i' no se llevaría a cabo ningún trabajo de-
pretende es describir las, teorías cicntif:)cas o paradigmas tallado. :;
y la activid<~d de los científicos. Si este fuera el caso, enton- Si todos los( científicos fueran y siguieran siendo cien-
ces la concepción científica de Kuhn tendría poco valor tíficos normales; una determinada ciencia se.vería a!rapa~a
como teoría de la ciencia. Una supuesta·· teoría de la cien- en un solo paradigma y nunca progresaría _más alla de el.
cia basada ~u~an1cntc en hi -dc:scri,lcic>n ::cstnríU expuesta n Desde el punto !de vista kuhniana, es!~ sena un grave de-
algunas de las objeciones' esgrimidas coiJtra la concepción fecto. Un paradi~ma entraña un determmado.marco concep-
inductivista ingl·nua de q)n\o se llega a·' lns teor.ías cien ti- tual a través del cual se ve el mundo y en el cual se le
describe. y un determinado conjunto de técnicas experi-
• /bid.; p. 158.
La¡; teorfas como estructuras: 2 141
140 Atan F.' Chalmers
modo•, se pregunta Kuhn: cpodría el gruPo en su totalidad
mentales y teóricas para hacer que el paradigmat se com·
pagine con la naturaleza. Pero no hay ninguna rawn a prio- cubrir sus apuestas?• ••.
ri para esperar que un paradigma sea perfecto o que sea el
mejor del que se dispone. No hay procedimientos induc·
LECTURAS COMPLEMENTARIAS
tivos que permitan llegar a paradigmas perfectamente ade-
cuados. En consecuencia, la ciencia debe contener .dentro Por supuesto, la principal obra de Kuhn e~ The st~ucture Of
de sf la manera de pasar de un paradigma a otro mejor. scienti{ic revolutions. La edidón de 1970 (Ch1cago, ~h1cago Un~­
Esta es la función que cumplen las revoluciones ..Todos los versity Press) contiene una Posdata en la que se a~1~an .Y modJ·
paradigmas serán inadecuados en alguna medida poi' lo fican en cierta medida sus opiniones. La mod!flcac•ón que
que se refiere a su compaginación con la naturaleza. Cuando introduce Kuhn en su idea c;lriginal de paradigma se analiza con
la falta de compaginación es seria, esto es, éuando se más detalle en cSecond thooghts on paradigms•, en The struc-
desarrolla una crisis, el paso revolucionario de reemplazar · ture of scientific theories, .. compilado por F. ~uppe (Urbana,
todo el paradigma por otro resulta esencial para el progreso University of Illinois Press,!973), pp. 459-82. Cri/JCJsm and the
efectivo de la ciencia. · .. growth of know/edge, compJla~o por l. La k¡¡ tos y. A. Musgrave
(Cambridge, Cambridge Umvers~ty Press, 1974) contiene artíc~los
La alternativa de Kuhn al progreso acumulativo que es que suponen un enfrentamiento entre los enfoq':'e~ poppenano
la característica de las concepciones inductivistas de la y kuhniana de la ciencia. Kuhn compara sus opm1ones con las
ciencia es el progreso a través de las revoluciones. Según de Popper en ol..ogic of discovery or psychQiogy of researc~?o.
Jos inductivistas, el conocimiento científico aumenta con· páginas J-23, y replica a sus críticos popperi_an~~ en •Reflec~10ns
tinuamente a medida que se hacen observaciones más c;n my critics•, pp. 231-78. Hay una rccopJiacJOn más. re~Jen!e
numerosas y más variadas, permitiendo que se foi.men nue- de ~nsayos de Kuhn: The es.<entia/ ten.<ion:~e~ected st".d,1es .'"
vos conceptos, que se refinen los viejos y que se descubran ..scit.ntific tratlitio~ aud ch_unge, Chicago, h1cago Unavers1ty
entre ellos nuevas y justas relaciones. Desde el particular Press. 1977. La medida en :que la postura e Kuhn es funda-
punto de vista de Kuhn, eso es un error, porque ignora mcnu\Jmentc sociológica re~~ Ita muy eviden e en su ~Comme.nt
(on the rclation bctween scl~nc-e and art]•. Comparatwe St~dres
1

el papel que desempeñan los paradigmas guiando tia obser·,


vación y la experimentación. Es precisamente p<lrque los in Suciety and Hi.<tory, 1t,' 1969, pp. 4?3·12. D. B_loo~ ~ef1cnde
paradi~mas tienen esa influencia persuasiva sobre )'a ciencia a Kuhn contra Lakatos en ec.Two paradtgms of scJentlfJc know-
que en ellos se practica por lo que su reemplazo ·por otro ledge?•, Science Studies, 1, 1971. pp. 101-15. Para un Intento
debe ser revolucionario. ·• de axiomatizar la concepción cientffica de Kuhn (!) por parte
En la explicación de Kuhn se tiene en cuenta 'otra fun· de J. Sneed y un análisis de dicho intento por parte de Ku~n
ción que es digna de mención. Los paradigmas de :Kuhn rio y W. Stegmüller, véanse las Actas del 5.• Co?gre.so lntemacu>-
nal de Lógica, Metodolo¡¡ía Y. Filosofía de la C1enc1a en J,.ondres,
son tan precisos como para poder ser reemplauidos por
un conjunto explícito de reglas, como se dijo anteriormente. Ontario, agosto-septiembre í:le 1975.
Los diferentes cientfficos o grupos de científicos bien pue-
den interpretar y aplicar el paradigma de un modo algo
diferente. Enfrentados a la misma situación, no todos los
cientfficos tomarán la misma decisión ni adoptarán la mis-
ma estrategia. Eso tiene la ventaja de que se multiplicará
el número de estrategias intentadas. Asf, los riesgos se dis-
tribuyen por toda la comunidad científica y las probabllf. 10 1. Lakatos y A. Musgrave, comps., t.;nncrsm and the grawlh of

dades de tener éxito a largo plazo aumentan. c¿De qué otro know/edge, Cambridge, Cambridge Unlverslty Press, 1974.
9. RACIONALISMO CONTRA RELATIVISMO

En Jos dos capítulos anteriores he resumido dos análisis


contemporáneos de la ciencia que diFieren en aspectos run·
damentales. Lak~tos y Kuhn ofrecen distinciones contra·
puestas entre ci~ncia y no ciencia o seudociencia. El en·
frentamiento enfrc las opiniones de Kuhn. por un lado.
y las de Lakatosi, y también de Popper. por otro. ha dado
lugar a un debate sobre dos posturas opuestas. asociadas
con Jos término~ ' •racionalismo• y •relativismo•. respcc·
tivamente.. El de~.·ate gira en torno a cuestiones tales .como
la valoración y a elección de la teoría. y a las formas de
demarcar la cien. ia de la no ciencia. En este capítulo defi.
niré primero do~. posturas que representan los dos polos .
del debate. polo~.a los que me referiré como racionalismo
y r~lativismo, re .¡pectivamente. Luego procederé a analizar
en qué medida ueden ser legítimamente descritos Lakatos
y Kuhn como racionalistas o relativistas.
En la sección final comenzaré sembrando algunas du-
das sobre los términos en que se ha planteado el debate.

l. RACIONAI.ISMO·

El racionalista r~dical asegura que hlly un solo criterio,


universal e intertlporal, por el cual deben ser juzgados los
. méritos relativos" de las teorías rivales. Por ejemplo. un
inductivista podría tomar como criterio universal el grado
de apoyo inductivo que recibe una teóría de unos hechos
aceptados, mientfas que un falsacionísta podría basar su
criterio en el gr&do de falsabilidad de teorías no falsadas.
Dejando a un la'ilo los detalles de la formuláción del cri·
terio racionalista\ un rasgo importante de éste es su uni·
144 Ala>~ F.·. Chalmers Racionalismo contra relativismo 145

v~rsalid"d y su carácter ahistórico. El criterio:' universal mejor que otra. Lo que se considera mej r o peor con res-
será invocado cuando se juzguen los méritos reiativos de pecto a las teorías científicas varía de u individuo a otro
la física de Aristóteles y la astronomía de Demócrito, To- o de una comunidad a otra. La finalidad e la búsqueda de
lumcu y Copérnico, la psicología conductista y la· freudiana conocimientos dependerá !le lo que sea importante o va~
o las teorías de la gran explosión y del estado csJacionario lioso para el individuo o la comunidad en cuestión. Por
del universo. ·El racionalista radical considera que las de· ejemplo, normalmente en .las sociedades capitalistas occi-
cision<!s y elecciones de los científicos están guiadas por dentales se dará gran importancia a la finalidad de adquirir
el criterio universal. El científico radical rechazará las teo- un control material sobre la naturaleza, pero en una cul·
rías que no le satisfagan y, cuando tenga que elegir entre tura en la que el conocimiento esté destinado a producir
dos teorías rivales, elegirá la que le satisfaga mejor. El sentimientos de contento o paz se le concederá poca im·
racionalista típico creerá que las teorías que cumplen las portancia. ·
exigencias del criterio universal son verdaderas, o aproxi- La máxima del antiguo filósofo griegb Protágoras, •el
madamente verdaderas, o probablemente verdaderas'. La hombre es la medida de todas las cosas•, expresa un rela-
cita de las pp. 22-23 describe cómo reaccionaría:, un cien· tivismo con respecto a lose individuos, mientras que la ob-
tífico que fuera •sobrehumano» en la medida en ~ue· siem- servación de Kubn, •no hay ninguna norlna superior a la
pre actuara racionalmente, de acuerdo con un ra:cionalista apro?~ción de la comunidad correspondi~nte•, expresa un
inductivista. r~lattvtsmo con respecto a, las comunidades'· Las descrip-
La distinción entre ciencia y no ciencia está clara para Ciones del progreso y las especificaciones de los criterios
el racionalista. Sólo son científicas las teorías qu~ pueden para juzgar los méritos de las teorías serán siempre relati-
ser claramente valoradas en términos del criterio univer- vas al individuo o la comunidad que las suscriba.
sal y que sobreviven a la prueba. Así pues, un raÓionalista LaS dec;.isiones y las elecciones de los científicos o gru-
i~ductivista podría decidir que la astrología no es \una cien- pos de científicos estarán .r;egidas por los valores de estos
cia porque ésta no es inductivamente derivabiB de los indivi9uos o grupos. En u~ situación de. elección concreta
hechos observados, mientras que un falsacionist¡t podría no hay un criterio universal que dicte la decisión lógica-
decidir que el marxismo no es científico porque no es fal- ~ente obligatori~ para el científico •racional•. La compren-
sable. El racionalista típico pensará que es evidente que Sión de la elecctón hecha por un determinado científico
hay que conceder un gran valor al conocimiento desarrolla- requetirá la comprensión de· lo que valora ese científico
do de acuerdo con el criterio universal. Esto sucederá es- Y conllevará una investigación psicológica, mientras que
pecialmente si se entiende que el proceso conduce a la las ,elecciones hechas por una comunidad dependerán de
v~rda.d. La verdad, la racionalidad y, por consiguiente, la lo que ésta valore, y la comprensión de estas elecciones con-
ctcncm son consideradas intrínsecamente buenas. llevará. una investigación sociológica. La : explicación que
da Bocts Hessen a la adopción de la físict newtoniana en
el sigl<? XVII como respue.<ta a las necesid des tecnológicas
11. RELATIVISMO de 1~ época puede ser interpretada como una explicación
relativista con resp.ecto a las comunidadés, mientras que
El relativis~a ni~ga que haya un criterio. de racionalfpad uni-
versal y ahtstónco por el cual una teona pueda ser,~uzgada 2 La 'observación de Kuhn figura en la p. 94 de The structure
1 of.scientific revolulions. En la·.· sección IV se analizará si expresl
La noción ·de verdad es prOblemática. Será analizada Con cierto
convenientemente su punto de vista global. •
detalle en el capitulo 13.
146
Alan F. Chalmers
Racionalismo contra relativismo 147
la afirmación de Feycralend de que es 1\. •conexión interna
~e tudas .las partes del sistema (corpe~nicano), junto con
su crecnc1a en la natur lcza básica del. movimiento circu- !II. LAKATOS EL 1\ACIONALISTA
lar, lo que hace que Co,érnico declare .real el movimiento
de la tierra• es una o!iservación que .se ajusta al relati- Algunos de los escritos de Lakatos indican que pretendía
VISmo con respecto a los individuos... -~ defender una postura en cierto modo similar a la que he
Da?':~ que para el relativista los cnterios .para juzgAr etiquetado como ¡iacionalista, y que contemplaba con horror
los mentos de las teorías dependerán de, los valores o inte- la postura a la que he etiquetado como relativismo, de la
reses del individuo que los sustente, la distinción entre ciim- cual atribuía una 'yerslón a Kuhn. Según Lakato~. el debate
Cia ~ no ciencia variará en consecuenCia. Así pues, una cafecta a nuestro's valores intelectuales fundamentales• •.
t~on~ de las marcas bas~da en la atracción de la luna era Lakatos afirmab¡texPiicitamente. que el •problema central
c1e_nc1a buen~ para los newtonianos, pero ·rozaba el mis- de la filosofía deda ciencia es ... el problema de enunciar
tiCismo. oc~h1sta para ·?allileo, mientras que en la sociedad )as COndiciones utrivetsa/es en )as que U'la teoría es cien·
c?nte.mporanca la leona marxista del cambio histórico es tífica-, problema .que está •estrechamente unido al proble-
c1enc1a. b_uena . para ._unos y propaganda para otros. Para ma de la racionalidad de la ciencia• y cuya solución e debe-
e~ relatiVIsta radical, la distinción .entrc:'ciencia y no cien- .ría .servirnos de .gula con respecto ·a cuándo es racional
Cia, resuha ~uch_o más arbitra.ria y menos importante que aceptar una teorlil científica y cuándo no lo es • •. En opi-
para el. ra~1~nahsta. Un relativista negará que haya una nión de Lakatos, f;una postura relati"ista según la cual no
categona um~a.- la. •cieri.cia•, intrinscca;mente superior a hay crilerio supe'tior al de la comunidad correspondiente
o~r~s formas de conocimiento, aunque pueda que haya in- no nos deja ninfuna posibilidad de criticar ese criterio.
dividuos o grupos que concedan un gran valor a lo que Si •no hay forma>' de ju1.gar una teoría a no ser "valunndo
nor~a!mcnte se conoce como ciencia. ~i la •ciencia• (el el número, la fe y la energía vocal de. sus defensores•. en·
relat1v1s~a podría sentirse inclina¡:lo a poher la palabra en- tonces la verdad reside en la fuerza •, el camhio científico
tre comillas) está muy considerada en •nuestra sociedad, se convierte en asunto de •psicología de masas• y el pro-
~sto es algo que debe ser comprendido analizando nuestra greso científico consiste esencialmente en •subirse al ca-
s?cie~ad, y no simplemente analizando. la naturaleza de la rro• '. A falta de :criterios racionales que guíen la elección
CJencJa. de 1.1na teoría, el cambio de teoría resulta similar a la con-
_reni~ndo como punto de referencia estas caricaturas del versión religiosa •:., •
rac10nahsmo y el relativismo, consideremos ahora dónde La retórica dcr Lakatos no deja, pues, mucho lugar a
encajan Lakatos y Kuhn en este cuadro. $ludas acerca de su deseo de defender una postura raciona-
lista y de su rechazo de la postura relativista. Hagamos

4 l. Lakatos y A. -Musgrave, comps .. Criticism and_ the growt/J of

krwwlcdge, Cambridge. Cambridge Univcrsity Prcss. l974, p. 93.


s J. Worrall y G. Currie, comps .. /mre Lakato.~. 'Phllosoplrical
popers. Vo/wne 1: _,The metlrodolo'gy of scicmi{ic n:.'iearch pro-
J'El ~rti_:e~lo d~ Hessen, ..-The social and economic roots of New· gl'mnm(':r, Cambridge;. Cambridge Univcrsity Press, 1978, pp. 168-69,
ton s Prmcrp1a•. f1gura en N. I.! Bujarin et ni., St_ience at crossroads subrayado en el orig'inal.
Londre•. Cass •. 1971, pp. 149-212t La cila de Fcye\-abend está tomad; 6 Lakatos y Musgr.avc, 1974, p. 93.
de su Sc~ence rn a free sadety, Londres, New Let't Books . 1978• p. 50. 7
1bid., p. 178.
1 1bid.. p. 93.
148 Atan F. Chalmers Racionalismo contra relativismo 149

una cuidadosa valoración de la medida en que consiguió puesta (y las descripciones 1\' ella asociadas ;de lo_ que cons·
defender una postura racionalista. tituye el progreso) ha de ser,_juzgada por ll~ed1d~ en qu~
El criterio universal de Lakatos para valorar las teorías e~ capaz de explicar la cienc:~ •buena• y s hts~ona. A_p~t·
se desprende de su principio de que •la metodología de mera vista este modo de proceder parece n ctrculo VICto-
los programas de investigación científica es más aqecuada so. La met~dología determin~ qué teorías d la hist~ria de
para aproximarse a la verdad en. nuestro universo q\:ie cual- la física constituyen la buena física, cuando~·es prectsamen·
quier otra metodología• '· La ciencia progresa a través de te con estas buenas teorías 1on las que hay que cont-rasta~
la competencia entre programas de investigación. Un pro; la metodología. Sin embargo, dados los det lles de la exph·
grama de in-vestigación es mejor que un rival si ~s más cación de Lakatos y la clarifí_cación que de , misma ofrece
progresista. dependiendo la naturaleza progresista.· de un Worrall, esto no es así. Hay -formas reales ~n que las prue-
programa de. su grado de coherencia ·y de la medida en bas de la historia de la física pueden respaldar o refutar
que lleva a nuevas predicciones satisfactorias, como vimos la metodologfa de Lakatos. La teoría de ~rkatos s~ verla
en el capitulo 7. La finalidad de la ciencia es la verdad y, respaldada si se pudiera. de,mostrar. que . ~tertos epiSodio~
según Lakatos, la metodología de los programas de investí· de la historia de la ciencia que son mexpheables en térml·
gación· proporciona el mejor medio de valorar en qut! me· nos de metodologías rivales son expilcables en términos de
dida hemos conseguido aproximarnos a ella. la metodología de los programas de investig~ción. Por ejem-
·Doy [habla Lakatos] criterios de progresión y· estan· plo el estudio de Worrall sobre el rechazo lle la teoría on·
camiento dentro de un programa y también reglas para la dul~toría de la luz de Thomas Young y 1~ aceptación de
"eliminación" de programas de investigación enteros• 10• Al la teoría corpuscular de Newton a comienz?s del siglo XIX
definir los criterios de racionalidad, •la metodología de respalda la explicación de Lakatos. El recluizo de la te~rla
los programas de investigación podría ayudarnos a proyec- de Young, que plantea problemas desde el :punt~ de vtsta
tar leyes para detener ... la contaminación intelectual» 11 • de las metodologfas rivales y que había sidt;~ e~phcada por
Observaciones como ésta indican <fue Lakatos pretendía pro- teorías fácilmente refutables; como .un llam~mtento al cul·
poner un criterio universal para juzgar los programas de to de Newton, está, según demuestra Worrall; de total acuer·
investigación en particular y el progreso científico ·en ge· do con la metodología de Lakatos. Una segunda forma en
nera). '· que posiblemente podría ser respaldada la metodol~gía de
Aunqu¡; Lakatos proponía lo que pretendía ser un cri· Lakatos es la siguiente: la metodologla po~ría servtr para
terio universal de la racionalidad o la cientificidad, no con- identificar un programa que recibiese un f1.1erte apoyo de
sideraba este criterio como una mera consecuencia de la la comunidad cientlfica pero no se ajustase a la metodolo·
lógica o como un don de Dios. Lo considefaba como una gfa de los programas de investigación, y esta identificación
conjetura comprobable. La exactitud de la conjura ·~a de podrfa llevar posteriorment~ al nuevo descubrimiento de
ser comprobada conrrontándoln con In historia de 1~. cien·
cia. o más precisamente, dada la labor histórica realizada todologfa debla ser contrastada con la. histor!a de la fisiea fi""ran
por La ka tos y sus seguidores, confrontándola con la 'histo- en su ensayo •History of science and 1ts rat•onal reconstruc.u.ons•,
ria de la risica 12 • A grandes rasgos, una metodolo'gía pro- r<editado por Worrall y Currie, 1978, vol. 1, pp. 102-38, y clanftcado
y mejorado por John Worrall <n.la secc.ión 5 de S\1, cThomas You?g
' Worrnl y Currir·, 1978, vol. 1, p. 165, n. 2. and the "refutation" of Newton1an opt..cs: a cas~l study of the m-
ID /bid., p. ((2. tefaction of philosophy of science and h1sto.ry of s.cT,nce~, en C. How·
" Lakatos y Musgrav<. 1974, p. 176. . son, comp., Method and appraisal ~n lhe phystc~ sc1ences, Cam·
12 Los detalles de Ja forma en que Lakatcs pensaba que su me- bridge, Cambridge University Press, 1976, pp. 107 9.
Racionalismo contra relativismo l.'lr
150 Alan F. Chalmers

alguna causa externa, tal ,como la intervención de un go-


a posteriori ... Es preciso darse cuenta de que el adver,_
rio, aun cuando es~é muy rezagado, puede aparecer de nue·
bierno o un monopolio industrial. Si un episodio de la his·
vo en escena . .No hay ventaja para uno de los bandos que
toria de la ciencia no se aj~sta a la metodologla de Lakatos
y no se puede encontrar qinguna explicación externa, res- pueda ser consider11da como absolutamente decisiva• "· En
consecuencia, •es ¡)osible aferrarse racionalmente a un pro·
paldada por datos indepéndientes, esto ;constituiría una grama degenerador,hasta que éste sea superado por un rival
prueba en contra de la metodología, esp~tialmente si una
metodologla riva·l pudiera hacer frente é'pn más éxito al e inc:luso después•"· Aun cuando la metodología de Laka·
ejemplo histórico. · ' · tos incluya una definición de aquello en lo que ha consis·
tido el progreso ed: la física moderna. no sirve de guia a
Lakatos ofrece, pues. un criterio universal de racionali- quienes pretenden; 'realizar tal progreso. Su metodología
dad que es conjetural y ha~ de ser contrastado con la histo- •eS más una guia P4ra el historiador de la ciencia que para
ria de la ciencia. Además, se afirma que sg criterio ha sido el científico• "· Lak;atos no consiguió ofrecer la explicación.
contrastado con episodios ;de los últimos i~oscientos años, racionalista de la historia que, como muchas de sus obser·
aproximadamentll, de la histOilll de la físi~a con más éxito vaciones indican, Ptetendía dar.
que los criterios rivales que han· sido propuestos. Los estu-
dios de casos históricos realizados por Lakatos y sus segui- De acuerdo con~Lakatos, un campo de estudio es una
dores respaldán ciertamente eit alguna medida esta última ciencia si se ajusta!¡'a la metodología de los programas de
afirmación. :¡ investigación científica y no lo es si no se ajusta, teniendo
Algunas de las observaciones de Lakat.os sugieren que presente que es unlÍ conjetura que hay que contrastar con
su criterio de racionalidad pretendía gui'!,i" la elección de la historia de la física. Es evidente que Lal<atos daba por
teoría. Esto es lo que sugieren las frases ·.titadas anterior- sentado que la física constituye el paradigma de la racio-
mente en esta sección, que indican que L:akatos esperaba nalidad y la buena 'ciencia. Suponía, sin argumentos. que
dar reglas para eliminar los programas de investigación y la cienc~a. ejemplifi~ada por la física, es superior a otras
detener la contaminación intelectual. Sin embargo, pese a formas de conocimiento que no comparten sus caracterís-
observaciones como éstas, la metodología de Lakatos no es ticas metodológicas. En cierto lugar, describía como plau-
capaz de dar consejos a los científicos, y Lakatos lo reco- sible el enunciado de que •la física posee más verosimilitud
noció"· En especial, er hecho de que los científicos adop- que la astrología• y: se preguntaba por qué no habría de
ten los programas progresistas y abandonen los degenera- ser aceptado mientras no se ofreciera una alternativa se·
dores no es una· consecuencia de la metodología de La ka tos. ria ". Esto pone de relieve un grave fallo de su filosofía.
Siempre es posible que un programa degenerador haga de Lakatos presentaba su metodología como una respuesta a
nuevo su aparición en escepa. •Sólo se puede ser "sabio" la necesidad de distinguir entre racionalidad y racionalidad,
detener la contamin.ación intelectual y arrojar luz sobre
u •Por. supuesto, no prescril;>o al científico JO que debe tratar cuestiones •de vital:• importancia social y política•. tales
de hacer en una situación caraCterizada por dos· programas .de in- como el estatuto dtil marxismo o de las in~estigaciones
vestigación progresistas rivales ... Pero una vez Jo;ha)'an hecho, pue-
do juzgar: puedo decir si han , hecho o no progresos. Lo que no
puedo -ni deseo-: es aconsejarles acerca de qué es exactamente lo " Worrall y Curric. i978. vol. r. p. 113. subrayado en el original.
que debería preocuparlc!i y en qué dirección deberían buscar el " /bid.• p. 117. subrayado en el original. ·
progreso.• l. Lakatmi. •Rcplies to critics•; en Bosmh studies in tire 16 /bid .. p. 154.
pllilo.<aplry o( scimce. '·ol. 8. R. Buck y R. S. Coh'cn. comps .. Dor· " /bid .. p. 166.
drccht. Reidel Publishing Co .. 1971, p. 178. subrayado ~n el original.
!52 Alan F. Chalmers Racionalismo contra relativismo 153
'
contemporáneas en materia de genética 11 • Parece como si tórico de la comunidad. El relativismo de Kuhn queda de
una buena parte de la respuesta hubiera sido asumida por manifiesto en las frases finales de la posdata a The struc-
él desde el principio y sin argumentos. Lakatos ·.suponía ture of scientific revo/utions..; cEI conocim~~ento científicd
que cualquier campo de estudio que no comparta las prin· como el lenguaje, es intrínsecamente la pr piedad comú~
cipales características de la física no es ciencia y'es infe·• de un grupo o no es nada. P.ara comprend Jo tendríamos
rior a ella desde el punto de vista de la racionalidad "· que conocer las características especiales d 1 grupo que lo·
crea y lo u.sa• "· .
Kuhn niega ser un relativista. Respondi~ndo a Ja acu-
IV. KUHN EL RELATIVISTA sación de· serlo, escribe: •Las teorías científicas posterio-
res son mejores que las anteriores para resolver enigmas
Kuhn menciona una serie de criterios que pueden ser utili: en los medios a menudo muy diferentes a lps que se apli· ·
zados para juzgar si una teoría es mejor que otra rival. can.· Esta no es la postura de un relativista y muestra en
Entre éstos figuran •la exactitud· de la predicción',\ Y espe· qué sentido creo fi~emente en el progre o humano• "·
cialmente de la predicción cuantitativa, el equilibr!o entre De esto se podría deducir que Kuhn es un r cionalista que
temas esotéricos y temas cotidianos y el número •de pro- especifica un criterio univers'al por el .cual e pueden juz-
blemas resueltos•, así como, aunque estos criterios no gar los méritos relativos de las teorías, es ecir, la capa-
sean tan importantes, •la sencillez, el alcance y la co~pa· cidad de resolver problemas .. No creo que s pueda soste-
tibili<lad con otras especialidades• '"· Criterios como estos ner la afirmación de Kuhn de que su postu no es relati-
constituyen los valores de la comunidad científica. El me- vista. El mismo observa que las considera iones basadas
dio por el que estos valores son es¡¡ec_ificados •debe, en en la capacidad de resolver problemas no so •vinculantes
última instancia, ser psicológico o sociológico. Es decir, ni individual ni colectivamente• por Jo que especia a los
debe ser una descripción de un sistema de valores, una ideo· méritos relativos de los parlldigmas contra~uestos, y que
logia, junto con un análisis de las instituciones a través de •las consideraciones estéticasi (de acuerdo con las cuales
las cuales se transmite y aplica este sistema• "· «No hay se dice que la nueva teoría es "más clara'\ "más conve-
ninguna norma superior a la aprobación de la comunidad niente" o "más sencilla" que. la antigua) pue"den a veces.
correspondiente• "· Estos aspectos d~ la postura d~ K:uhn ser decisivas• "· Esto nos lleva de nuevo a una postura
se ajustan a mi definición del relativts~o. La supenon~ad relativista. Otro problema del criterio univ,ersal de pro·
0 no de una teoría sobre otra debe ser Juzgada en relactón
greso basado en la capacidad de resolver prpblemas es la
con los criterios de la comunidad ·correspondiente, crite- dificultad de especificar esta idea en una forma no relati·
rios que variarán normalmente con el marco cultural e his· vista. La propia explicación que ofrece Kuhn' de la ciencia
implica que lo que se considere como problema depen-
u Vt•asc. ror ejemplo, su ensayo .Science and pseud~science~, derá del paradigma o de la comunidad. Mi Fiemplo favo·
en Worrall y Curric. 1978, vol. t, pp. 1-7. . : rito se refiere a la determinac:!ón en el siglo j(¡x de los pe- ·
1tFcycrabend, en .Qn the critique of scientif1c reason•, en sos atómico y molecular de .#lementos y compuestos que
Howson. t976. pp. 309-39, distingue entre las preguntas •¿Qué es la
cienci:t?• y .. ¿Qué hay de grande en la ciencia?• y obser_v~ que la- se encuentran en la naturaleZa. Su determinación exacta
. ka tus no ofrece nada en concepto de respuesta a la segunda· pre- constituyó un· importante problema en la época. Desde el
gunta. · Zl /bid., p. 210.
Tire stnu:lllre ot scientific revolutions. p. 154.
111
,. /bid., p. 206.
" Lakato• v Musgravc, 1974, p. 21.
u Thc .~lru~·turc of scietlli/ic revolutions, p. 94. " /bid.
154 Alan F. Chalmers Racionalismo conira relativismo 155

punto de vista del siglo xx, se puede apreciar que los com• de Kuhn, •es difícil encontrar otro criterio que proclame
puestos que se encuentran en la naturaleza contienen lo tan claramente que un campo es una ciencia• "·
que, desde el punto de vista de la química teórica, es una El criterio de demarcación de Kuhn ha sido criticado
mezcla arbitraria y teóricamente poco interesante de isó· por Popper sobre. la base de que hace· excesivo hincapié
topos, de forma que. como observa F. Soddy, el .trabajoso en el papel de la crítica en la ciencia; por Lakatos porque,
esfuer¿o de los químicos del siglo XIX •parece algo de tan entre otras cosas. ·j:>ierde de vista la importancia de la com-
poco interés y significado como la determinación del peso petencia entre programas de investigación (o paradigmas).
medio de una colección de botellas, algunas de ellas llenas
y otras más o menos vacías• 16 , Kuhn lleva .
y por Feyerabend sobre la base de que la distinción de
' a la toodusión de que el crimen organizado
y la filosofía de· Oxford pueden ser calificados como
Aunque Kuhn mantiene que la ciencia progresa en algún
ciencias 19 • ·
sentido, es muy poco ambiguo cuando rechaza que se pue·
Al igual que Lakatos, Kuhn no mantiene que la ciencia
da decir que progresa hacia la \'crdad en un sentido bien
sea ·superior a otros campos de estudio, pero lo supone.
ddinido. En el capitulo 13 trataré de explicar por qué estoy
De: hecho, sugiere .que si una teoría de la racionalidad cho-
de acuerdo con él en este punto.
cara con la ciencia, entonces tendríamos que cambiar nues-
En la cuestión de la elección de teÓría, Kuhn insiste tra. teoría de la racionalidad. •Suponer, por el contrario,
en que no hay criterios de elección que' sean lógicamente que poseemos criierios de racionalidad independientes de
vinculantes. •No hay un ~· lgoritmo neutr'al para elegir una nuestra comprensión de los fundamentos del progreso cien·
teoría, ni un prucedimie to de decisióÍI sistemático que, tlfico es abrir la puerta al país de los tontos• "· Este gran
debidamente aplicado, d ba llevar a cada individuo del respeto por la ciencia, como ejemplo de racionalidad, que
grupo a la misma dccisi 'n• "· Dentro de una comunidad Kuhn comparte cqn Lakatos, es, creo yo. el único aspecto
cientmca existirán valores sancionados :.por la comunidad .en el que la postura de Kuhn difiere del relativismo tal
que guíen la decci,ón de cada científico, (ncluyendo la cxac· como lo he descrito.
titud, el alcance, lá sencillez, la fecundid.ad. etc. Los cientí· El uso por Lali:atos. de términos tales como miedo con-
ficos que sustenten estos. valores podrán hacer deccioncs tagioso con referencia· a.la descripción de los estados de
diferentes en la misma situación concre.ta. Esto SL' debe a crisis de Kuhn y e psicología de masas • con referencia a su
que pueden atribuir diferente importan,tia a los diversos descripción de las revoluciones es e"cesivo. Sin embargo.
valores, y también pueden aplicar d ú1ismo criterio de hay un fondo de' verdad en ellos. En la explicación que
forma diferente en la misma situación .concreta. .da Kuhn de la ciencia los valores que operan en el proceso
Para Kuhn, el hecho. de que un cambo pueda ser o no de la ciencia y determinan la aceptación y el rechazo de
calificado como ciencia d!!pende de que ~e ajuste o no a la las teorías han de ser discernidos mediante análisis psico,
concepción de ciencia· ofl·ccida en Thc :.<trr¡cture o/ scien- lógicos de la comunidad cientlfica. Cuando a esto se suma
ti/ic revolwions. El.rasgo más importante de un campo de el supuesto de que la ciencia contemporánea es el sdmmum
estudio con respecto a la distinción entre ciencia v no cien· de la racionalidad, tenemos una postura conservadora. La
cía, afirma Kuhn, es la medida-en que este camp·~ es capaz
de respaldar una tradiciÓn cicntifíca normal. En palabras " 1bid., p. 22.
n La critica de Popper figura en su •Normal science and its
dangers•. en Lakatos y Musgrave, 1974, pp. 51·58; la de Lakatos en
" Citado por Lakatos en Lakatos y Musgrave. 1974, p. t40. ibid., p. 1SS. y la de ·Feyerabend en ibid., pp: 200.201.
n The _structure of ~cicntific revolulions, p. 200. " Lakatos y Musgra\'C, 1974, p. 264.
Racionalismo contra relativismo 157
156 Alan F. Chalmers

postura de Kuhn no nos deja ninguna posibilidad ,de criti· haber una forma de analizar la ciencia, sus objetivos Y su
car las decisiones y el modo de operar de la comunidad modo de progreso que se i:entrara en los' rasgos de la pro-
científica. Aunque el análisis sociológico es básico en la pia ciencia, al margen de lo que los individuos o grupos
explicación de Kuhn, éste apenas entra en el terreno de la pudieran pensar. En el próximo capitulo prepararé el te·
teoría sociológica y no ofrece ninguna sugerencia sobre rreno para un análisis de este tipo, y en el capítulo 11 pro-
el modo de distinguir las formas aceptables de llegar a un pondré una explicación d~l cambio de teoría en la física
consenso de las inaceptables. La expl:.:ación de :Lakatos que no dependa de Jos juicios de Jos individuos o grupos.
resulta algo mejor en este aspecto, en la medida': en que
ofrece un medio con el cual podrían ser criticadas ·!algunas
decisiones de la comunidad científica. ' LECTURAS COMPLEMENTARIAS
Los análisis de este capitulo podrían quizá ser resumí·
dos diciendo que Lakatos pretendía dar una explicación La fuente clásica para el débáte entre Kuhn por un lado Y
racionalista de la ciencia pero fracasó, mientras que Kuhn Popper y Lakatos por otro es l. Lakatos ~ }\. Musgra~e, Crit~·
negaba que pretendiera dar una explicación relativista de cism and the growth of knowledge, Cambndge, Cambrtdge Unt·
la ciencia, pero sin embargo la dio. versity Press 1979. Una continuación de este 1volumen es el de
G. Radnitzky' y G. Anderson, Progress and ratlpnality in science,
Dordrecht, Reidel Publishing·:co.. 1978. La p~stura de Lakatos
V. HACIA UN CAMBIO EN LOS TERMINOS DEL DEBATE es analizada y criticada en ~· S. Cohen, P. K. Feyerabend Y
M. w. Wartofsky, Essays in m~mory of lmr~ katos, Dordrecht, .
• Reidel Publishlng Co., 1976. De especial lnte és es el articulo
En este capitulo el análisis del racionalismo y el rc;lativis·
mo se ha ocupado casi exclusivamente de las evaluaciones de Alan ·Musgrave cMethod or madness?o, p . 457-:"?1. La de·
fensa que hace Lilkatos de la raclonalldad es cnttcada por
y los juicios acerca de determinados aspectos del <.conoci· . ·Feyerabend en Against metho4, Londres, New Left Books, 1975,
miento. Hemos considerado varios análisis del tipo. de crl· capitulo ·16, y en su cOn the >critique of scle tlflc reason•, en
terios que permiten a los individuos o grupos juzgar si una C. Howson, comp., Method and appraisa/ in t e physical sci~n·
teoría es mejor que otra o si un determinado conjunto de ces, Cambridge, Cambridge Universily Press, •1976, pp. 309-~39.
conocimientos es o no científico: La conveniencia ~e este Una exposición muy clara y legible de una Pf>stura relatlv~sta
tipo de cuestión para comprender la naturaleza de la cien· similar a la de Kuhn es lá de Harold l. Brown, Perceptton,
theory and commitment: the ~ew phi/osoph~f ~cie~ce, Chi~·
1
cia de una forma fundamental es puesta en duda cuando
se señala que hay lo que parece ser una distinción muy go, University of Chicago Pri!ss, 1977. Una .e pltcactón relat~·
clara entre un estado de cosas y los juicios acerca de ese vista de la ciencia en la tradición de la soc1 log~a del conoc•·
miento es la de D. Bloor, Knowledge and s 1 tmag~ry. Lon·
estado de cosas hechos por individuos o grupos. ¿No es dres, Routledge and Kegan P·aul, 1976. Un út~' inten~o de. cla-
acaso posible, por ejemplo, que una teoría sea mejor, en rificar algunas de las cuestion.es de.l debate e. trc ractonahsmo
el sentido de estar más cerca de la verdad, de resolver me- y relativismo es el de Denise Rus~ell, cScep icism in recen!
jor un problema, de ser un instrumento mejor de ~redic­ epistemo1ogy•, Hethodology an:d setence, 14, 81, pp. l39-1S4.
ción o de cualquier otra cosa, que qtra rival, aun cuando
ningún individuo o grupo la juzgue asl? ¿No puede. acaso
suceder que individuos o grupos se equivoquen en sus jul·
· cios acerca de la naturaleza o el estatuto de una teoría? El
planteamiento de este tipo de preguntas sugiere que podría
10. OBJETIVISMO

En la forma en que usaré' el término, el i objetivismo con


respecto al conocimiento humano es una concepción que
hace hincapié en que los datos del conocimiento, desde las
proposiciones simples a la,$ teorías complejas, tien!"n pro-
piedades y características 'que trascienden las creencias y
los estaJos de conciencia de los individuos que las conci·
ben y las contemplan. (Estaría en consonancia con la pos-
tura objetivista señalar que la misma concepción del obje-
tivismo que estoy presentando en este capítulo puede te·
ner contradicciones o lleva[ a consecuenci¡.s de las que no
soy consciente ·y que no véría con agrado!) El objetivismo
se opone a una cóncepci&n ~¡ue llamaré individualismo,
según la cual el conocimiento se entiende en términos de
las creencias sustentadas por los individuos. Para aclarar
qué implica el objetivismo, será conveniente decir primero
algo sobre el individualismo y luego compararlo con el
objetivismo.

l. INDIVIDUALISMO

Desde el punto de vista individualista, el conocimiento se


entiende como un conjunto especial de creencias que son
sustentadas por los individuos y residen en sus mentes o
cerebros. Esta concepción es respaldada por el uso común.
Si digo: •Conozco la fecha en que escribí¡ este párrafo en
concreto, y tú no•, me estoy refiriendo a algo que figura
entre mis creencias y que en cierto senti~o· reside en mi
mente o cerebro, pero no figura entre tus creencias y está
ausente de tu mente o cerebro. Si pregunto: •¿Conoces la
primera ley del movimiento de Newton?•, estoy plantean-
160 Alan F. Chalmers Objetivismo 161

do una pregunta acere~ de lo que tú, como individuo, co- junto de enunciados que no necesiten justificarse median-
noces. Está claro que eJ individualista que acepta esta for· te el recurso a otros enunciados, sino que en cierto sen-
ma de entender el coriocimiento en términos de creencia tido se autojustifiquen. Este conjunto de enunciados cons·
no aceptará que todas ¡las creencais constituyen un autén· tituiría entonces los fundamentos del conocimiento y cual-
tico conocimiento. Si c,reo que la primera ley de Newton quier creencia que quisiera adquirir la condición de cono-
dice: •Las manzanas c;aen», entonces. • simplemente estoy cimiento tendría que ser justificada haciéndola remontarse
equivocado y mi creendia equivocada no constituye un co- a los fundamen\OS.
nocimiento. Para que Jna creencia figure como auténtico Si se plantea" el problema del conocimiento de esta for-
conocimiento, deberá s~r posible justificar la creencia de- . ma, no es difícil ver cómo surgen dos tradiciones rivales
mostrando que es ver4adera o probablemente verdadera, eri la teoría del conocimiento: el racionalismo clásico' y el
mediante el recurso a Ja evidencia ap.~opiada. • El conoci- empirismo. En términos generales, podemos argumentar lo
miento, de acuerdo con esta concepción, es una creencia siguiente. Los seres humanos tienen dos formas de adqui-
verdadera debidamente evidenciada, 1o una fórmula si- rir conocimientos sobre el mundo: pensar y observar. Si
milar•' . damos prioridad al primer modo sobre el seguñdo, Jlega-
Si se considera el cqnocimiento despe el punto de vista mps a la teoría '"acionalista clásica del conocimieilto, m•en-
individualista, no es d\ffcil ver cómo ;surge un problema tras que si damps prioridad al segundo sobre el primero,
fundamental. Es el Jla~ado retroceso ·¡nfinito de las razo- llegamos a una _,ieoría empirista.
nes, que se remonta al !nenos hasta Platón. Si hay que jus- De acuerdo con el racionalistá clásico, los verdaderos
tificar un enunciado, habrá que hacerlo recurriendo a otros fundamentos dCl conocimiento son accesibles a la mente
enunciados que constitu'yen la evidencia de aquél. Pero esto pensante. Las proposiciones que constituyen estos funda-
da lugar al problema de cómo justificar los "enunciados mentos se revelan como claras, distintas y evidentemente
que constituyen la evidencia. Si los justificamos mediante verdaderas mediante un cuidadoso razonamiento y una con-
el recurso a otros enunciados más evidentes, entonces el templación. La ilustración clásica de la concepción raciona-
problema se repite y continuará repitiéndose a menos que lista del conocimiento es la geometría eui:lfdea. Los funda-
se pueda encontrar un¡¡. forma de detener este retroceso mentos de este conjunto de conocimientos son concebidos
infinito. Para tomar un ejemplo claro, supongamos que como axiomas, enunciados tales como: •Dados dos puntos,
me enfrento al problema de justificar la primera ley de sólo puede trazio;rse una lfnea recta que los una.• De estos
Kepler, según la cual los planetas se mueven en elipses axiomas se pue~e decir plausiblemente que son evidente-
en torno al sol. Si lo hago demostrando que su validez mente verdaderqs {aunque desde un punto de vista moder-
aproximada se deduce de las leyes de Newton, mi justlfl. no algunos de ellos sean falsos a la luz de la teorla de la
caclón estará Incompleta a meno• que. pueda justificar las relatividad gene~al de Einstein). Una vez hayan sido esta-
leyes de Newton, Si intento justificar ,las leyes de Newton blecidos como verdaderos, todos los teoremas que se sigan
recurriendo a la evidencia experimental,· entonces se sus- deductivamente ·de ellos serán también verdaderos. Los axio-
cita la cuestión de la validez de la evidencia experimental, mas evidentes. constituyen el fundamento más firme para
y asl sucesivamente. SI se quiere evitar el problema del
retroceso infinito, parece que lo que se necesita es un con- :t No hay que confundir el racionalismo clásico con el raciona·
lismo al que comparo con el relativismo en el capítulo anterior.
' D. M. Armstrong, Balief, tru:h and knawledge, Cambridge, Cam· Espero que estos, usos algo diferentes de la palabra racionalismo
bridge University Press, 1973, p. 137. no induzcan a error.
162 Alan F. Chalmers Objetivismo 163

justificar el conoc1m1ento geométrico, de acuerd~ con el y •Hoy murió un conejino dé· Indias• tienen la propiedad
ideal racionalista. El primero de los racionalistas•'clásicos de ser consecuencias de la proposición •Mi gato blanco
modernos del tipo que he apuntado aqul fue Descjartes. mátó hoy al conejillo de Indias de nlgui,n•. En esto~
Para un empirista clásico,. los verdaderos fundamentos ejemplos sencillos, el hecho de ~ue las pro osiciones ti~·
del conocimiento son accesibles a los individuos pcir medio nen las propiedades que he selecc1onado será astante obv1o
de los sentidos: Los empiristas presumen que los individuos . para todo el que las con.temple, pero esto no tiene por qué
pueden establecer que ciertos enunciados son verdaderos ser así. Por ejemplo, un abollado en un juicio por asesi·
enfrentándose al mundo a través de sus sentidos. Los enun. nato, tras un análisis minucio);o, puede descybrir el hecho
ciados asl establecidos constituyen los fundamentos sobre de que la declaración de un testigo contradic~ a la de otro.
los cuales se ha de construir el nuevo conocimit!nto me· Cuando esto sucede, sucede independientem~nl.: de lo que
diante algún tipo de inferencia inductiva. John Locke fue pretendieran los testigos o de· que fueran o o conscientes
uno de los primeros empiristas modernos. La concepción de ello o lo creyeran. Y, lo qJJe es más, si 1 abogado de
inductivista de la ciencia esbozada en el capítulo 1 de este nuestro ejemplo no hubiera desc.ubierto la f.Ontradicción,
libro reptesenta una marca del empirismo. ésta habría permanecido oculta y nadie habÍia sido jamás
consciente de ella. Sin embargo, el hecho de ,que las decla·
raciones de los dos testigos eran contradic¡orias seguiría
en pie. Las proposiciones pueden, pues, ten~r propiedades
It. OBJETIViSM O independientemente de aquello de lo que cuplquier indivi·
duo pueda ser consciente. Tienen propiedades •objetivas•.
El individuo que nace en este mundo nace en m{ mundo El laberinto de proposiciones implícitas eh un conjunto
en el que ya existen muchos conocimientos. El qu~ aspire de conocimientos en una etapa determinada ~e sú desarro-
a convertirse en un físico, tendrá que enfrentarse a'.un con· llo tendrá; de forma similar,. propiedades de las que· los
junto de conocimientos que representa el estado a';:tual de individuos que trabajan en ellas no serán conscientes. La
desarrollo de la física, con buena parte del cual necesitará estructura teórica que constituye la física m.odema es tap
estar familiarizado si quiere hacer una contribución al cam· compleja que claramente no puede ser identificada con las
po. El objetivista da prioridad, en su análisis def: conoci· creencias de un solo físico o grupo de flsicos¡ Muchos cien·
miento, a las caractedsticas de los elementos o conjuntos tíficos contribuyen de forma personal. con s~s experiencias
de conocimientos co.n que se. enfrentan los individuos in· personales. al desarrollo y la: art.iculación de¡ ~a ffsica, del
dependientemente de las actitudes, creencias u oti·os ~sta· ·mismo modo que muchos trabaJadores con¡bman sus es·
dos subjetivos de esos individuos. En términos gé.nerales, fúerzos en la construcción de\ una catedral. ! así como un
el conocimiento es tratado· como algo que está fuera, y no reparador de campanarios puede ser felizmente incónscien·
dentro. de las íneníes ó éercbros de 'los individuos. te de IM implicaciones de algún inquietante !descubrimien·
La postura· objetivista puede ser ilustrada haci~ndo re· to hecho por los obreros que excavan los cimientos de la
ferencia a proposiciones muy sencillas. En un lenguaje catedral. así también un altivo teórico. pue~e ser incons·
dado, las proposiciones tienen propiedades sea·n q. no los cientc de la importancia de ·algún nuevo hallazgo experi·
individuos conscientes de ellas, lo crean o no. Por c;)emplo, mental para la teoría en la que trabaja.' En ambos casos
la proposición •Mi· gato y· yó ·vivimos en una casa donde pueden existir relaciones objetivas entre partes de la es·
no h:iy ningun aliirrial• tiene la propiedad de ser:'contra· tructura independientemente de que haya o no individuos
dictoria, mientras qué his proposiciones •Tengo t.Út gato• conscientes de esa relación.
164 Atan F. Chalmers 165
Objetivismo
Un fuerte tanto a favor¡ ~e la postura objetivista es que naturaleza de la luz, como Maxwell pudo mostrar. La~ c':'es·
las teorías científicas pueF!en tener, y a. menudo tienen, tiones que quiero subrayar en este contexto son las stguten·
consecuencias no deseadas por los proponentes originales tes. En. primer lugar, Maxwell fue siempre inconsciente de
de la teoría, de las cuales· éstos eran inconscientes. Estas una de las consecuencias más espectaculares de su teorla.
consecuencias, tales como 'la predicción de un nuevo tipo a saber que predecía un nuevo tipo de fenómeno, las ondas
de fenómeno o un conflicto inesperado ,con alguna otra de radi~. que se pueden generar por oscilación de fuen;es
área de la teoría, existen ,como propiedades de la nueva eléctricas'· Fue G\ F. Fitzgerald quien en 1881, dos anos
teoría que la posterior práctica científica 1ha de descubrir. después de lo muel;te de MaxweJI, descubrió y demostró de
Así, ~oisson pudo descubrir, y demostrar q~e la teoría ondu· manera clara, tras 'unas cuantas salidas en falso, _que la teo-
!atona de la luz de Fresnei t-:nla como copsecuencia el he- ría de Maxwell. teóía de hecho esta consecuencia, a pesar
cho de que debla haber una mancha brillante en el centro de que Maxwell no se diera cuenta de ella. La segunda cu~s·
del lado oscuro de un disco iluminado, consecuencia de la tión es que la formulación de la teoría electromagn~ttca
que el propio Fresnel habla sido inconsciente. También se por parte de Maxwell iba a ser el primer p~so hacta el
descubrieron diverSos desacuerdos entre la teorla de Fres- socavamiento de la tesis de que hay que exphcar todo el
nel y la teoría de las partículas de Newton, .·a la que desafió. mundo físico coino un sistema material regido por las leyes
Por ejemplo, la primera predecía que la luz debla viajar de Newton, tesis que Maxwell y su escuela apoyaban fer·
más de prisa en el aire que1 en el agua, mil!ntras que la se- vientemente. La relación objetiva entre la teoría de Newto.n
gunda predecla que la velocidad debla s,er mayor en el y la de Maxwell e$ tal que la ültima no se pue~e reductr
agua. Episodios como éstos proporcionan ¡pruebas convin, a la primera, aunque este hecho no fue aprectado has~a
centes de que las teorías científicas tiene11 una estructura las primeras décadas del siglo xx.. El programa de reduct~
objetiva externa a las m~tes de los científicos y de que el electromagnetismo a la mecámca del éter, CUY_a desea
tienen propiedades que se pueden o no descubrir o mostrar bilidad impuso un;'consenso en la escuela maxwelhana, era
y que los científicos Individuales o los griipos de cientlfi· un programa condenado desde el princi~io.
cgs pueden o no entender debidamente. He aqul un ejem· Se puede decir .mucho más de este e¡emplo .. que, ~poya
p1o ligeramente más detallado, que servirá para subrayar la afirmación de que las situaciones problemáttcas tte~en
esta cuestión y nos llevará a otra con la que está rela· una existencia objetiva. Mientras maxwellianos como Ohver
clonada. . ' Lodge y Joseph Larmor intentaban idear mo~elos de éter,
Cuando Clerk Maxwell desarrolló su teoría electromag- algunos físicos del continente hapfan concebtdo otro pro-
nética en la década de 1860, tenia' en mente varios propó- gry.ma que procedla de la teoría de Maxwell. H. A. Lorentz
sitos explícitos. Uno de ellos era el de desarrollar una expli- erÍ Holanda y H .. Hertz en Alemania se dieron c~enta ·de
cación mecánica de los fenómenos electromagnéticos. Max· que la teoría de ,11.\axwell se podía extender y aph~ar con
well deseaba asentar la teoría de Faraday, que implicaba éxito a' situaciones¡ nuevas ignorando el éter mecámco que .
conceptos como •líneas de fuerza•, etc., sobre lo que él
consideraba como una base inás segura, reduciéndola a una ' Para una def~s~ de esta controvertida afirmación, yéase A.. F. ·
teoría mecánica de un éter mecánico. En el curso de sus Chalmers • The limiÍations of Maxwell's electromagnet•c theory•.
1 ·5 64 •Í973 pp 469-83. Para detalles sobre. el intento de M;oxwell
trabajos, Maxwell· encontró J:onveniente introducir un nue- d~ 'red~cir d1 el~tromagnetismo a la mecánica. de un. ét~r, véa~e­
vo concepto, el de corriente de desplazamiento. Una de las A p Chalmers .Maxwell's methodology and h1s apphcat1on _or 11
consecuencias más atractiv .s de este paso fue que llevó 1
¿ el~ctromagn~tism•;· Studies in History and ·Philos~phy o( Setence,
a la posibilidad de una explicación electro111agnética de la 4, 1973. pp. 107-64.
Objetivismo 167
166 •.Alan F. Chalmers
comprender b. física y su desarrollo, aunque por supuesto
supuestamente subyacía a, las cantidades .~e campo e inves-
tigando y concentrándose en las propiedades de los cam- sería irnpon.ante .•,si el objetivo fuera comprender a Ga-
pos tal y como se interrelacionaban mediante las ecuacio- lileo.
nes de Maxwell. Este camino resultó :nuy •fructífero y final·
mente condujo a la teor'a de la relati+idad especial de III. LA CIENCIA COYO PRACI"ICA SOCIAL
Einstein. Lo que hay que.subrayar aquí es que el programa
que en realidad perseguían Lorentz, Hertz 'y otros ya estaba Hasta ahora he esbozado una concepción objetivista que
presente en los escritos de Maxwell en fo.rma de una posi- se centra en las teorías explfcitarnente expresadas en pro-
bilidad objetivamente existente, posibilidad que no capta- posiciones verbale¡; o matemáticas. _Sin· embargo, la ci~n­
ron plenamente los maxw~llianos pero sí ;Lorentz. · cia es algo más que esto. Está tambtén el aspecto prácuco
Popper ha establecido ~na analogía entre las situaciones de la ciencia. Una -ciencia, en alguna fase de su desarrollo,
problemáticas que existen pbjetivamente en la ciencia y un implicará una serie de técnicas 'para articular, aplicar Y
nidal de su jardín. El nid~l represen~a una situación pro- comprobar las teórías de que se compone. El desarrollo
blemática que existe de mtnera. objetiva y una posibilidad de una ciencia se produce de forma análoga a la forma en
para los pájaros. Un día p ede que algunos pájaros capten que se construye una ·catedral como resultado del trabajo
la posibilidad, resuelvan el. roblema y utilicen el nidal para conjunto de una .gerie de individuos, cada uno de los cua-
construir un nido. El pr[lema y la po~ibilidad existen les aplica sus conocimientos especializados. Como ha se-
para los pájaros, responda a ellos o no. ·De manera simi- q¡.Iado J. R. Ravetz, ce) conocimiento científico se logra
lar, las sittlaciones proble áticas existen dentro de la es· mediante un complejo esfuerzo social y proviene del tra-
tructura teórica de una e encía, sean o no apreciadas y baJo de muchos artesanos en su especial interacción con
aprovechadas por los cientficos. El hecho 'de que las situa- el mundo de la naturaleza• '. Una descripción plenamente
ciones problemáticas propórcionen posibilidades objetivas objetivista de una ciencia conllevaría una descripción de
ayuda a explicar los muchos ejemplos de.fdescubrimientos las habilidades y técnicas que ésta implica.
simultáneos habidos en la ciencia, tales como el ·descubri- Una importante característica general de la práctica de
miento•. simultáneo de la ley de la conservación de la ener- la física desde Galileo es el hecho de que implica .experi-
gla por diversos 'inyestigadores independientes entre si a mentación. La experimentación implica una intervención
finales de la década de 1840. Cuando traten de cuestiones en la naturaleza pl)inificada y guiada por la teoría. Se cons-
referentes al estatuto de u~a teoría o un programa de in- truye una situación artificial con ~1 propós!to de explorar
vestigación, los objetivos cFntrarán, pues,'; su atención en y comprobar una ,·teoría. La ~ráctlca expenme~tal de este
los rasgos de esas teorías o programas, más que en las creen· tipo estuvo auser~te de la fístca antes de Gahleo. En los
cias, los sentimientos u otras actitudes de los individuos cap!tulos 13 y 14 se anali~rá una conse~encia importante
o grupos que trabajan en ellos. Se preocuP.arán, por ejem- del hecho de que 1!1 física tmpllque expertmen!aclón ..
·plo. por la relación entre la·. teorla de· New(on y la de Gali· Los detalles de las técnicas experimentales tmplfcttas en
leo, y se interesarán de forma especial en· demostrar en )a física han cambiado, por supuesto. con el desarrollo de
qué sentido se puede decir' que la primera es un avance la física. El experimentador individual, al construir su apa-
.sobre la segunda. No se preocuparán por cuestiones rela- rato, juzgar la fiabilidad de su funcionamiento y utilizarlo
cionadas con las actitudes de Galileo o Newton hacia sus
teorías. Que Galileo creyera io no firmemente en la verdad • ] , R. Ravetz, Sci~nti{ic knowledge and irs social problem.<, Ox-
ford. Oxford UniversilY· Prcss, 1971, p. 81. •
de sus teorías no será de fundame~tal importancia para
168 AJan F. :chalmers Objetivismo 169
para extraer datos, empleará habilidades artesanales que Una descripción objetivista de la física en una determi·
ha aprendido en parte lle los libros de texto pero, sobre nada fase de su desarrollo incluirá, pues, .una especifica·
todo, de sus tanteos y su interacción con colegas más eXpe- ción de las proposiciones teóricas de que disponen los cien·
rimentados. Por mucha que sea la confianza df:l experi· tíficos. para trabajar en ellas y de las técnicas experimenta·
mentador en la fiabilidad de los resultados que obtiene, les y matemáticas de que ;disponen para ~rabajar con ellas.
esa confianza subjetiva no bastará para callficar·~ esos ro-
sultados de parte constituyente del conocimiento científico.
Los resultados deben ser capaces de superar los posterio- IV. BL O~SU:O DI!PBIIDIDO POR POPPBR,
res procesos de comprobación efectuados primertil, tal vez, LAKATOS Y MARX
por los colegas del experimentador y luego, s~ la estruc·
tura social de la ciencia es similar a la de la nuestra, por La concepción del concicinliento a·la que,, siguiendo a Mus-
los encargados de las revistas." Si los resultados pasan esas grave •, me he referido como objetivism;e adoptada y de
pruebas y se publican, su exactitud será susceptiqle de ser hecho fuertemente defendida por Pop r y Lakat'ls. Un
comprobada a un nivel más amplio. Puede suceder que los libro de ensayos de Popper lleva el sign icativo •~tulo de
resultados publicados se descarten a la luz de otros resul· Ob jective knowledge. Un pasaje de este lil~ro dice así: ·
tados experimentales o de otros desarrollos teóricos .. Todo
esto sugiere que es más correcto ver en !Jn hallazgo expe- Mi... tesis implica la existencia de dos s~n~idos diferentes. de
rimental, ya concierna a la existencia de una nueva par· conocimiento o pensamiento: (1) el conocn·mento o pensamaen-
tlcula fundamental, a una nueva estimación más precisa to en sentido subjetivo, que,consiste en un estado de la mente
de la velocidad de la luz· o a cualquier otra cosa, el pro- o de la conciencia, o en ~a disposición a comportane o a
ducto de una compleja actividad social que la creencia ri actuar, y (2) un conoclmlen o o pensamiento· en sentido obje-
posesión de un individuo. · · ;[ tivo; que consiste en los pro lemas, teorfas y argumentos como
Otro rasgo general de la física moderna, que 1& distin· tales. BI conocimiento, en ~te sentido objetivo, es totalmente
Independiente de la pretensión de conocer .de cualquiera:, es
gue de la física anterior a Galileo y de otros mu~os con· tambl~n independiente de las·· creencias o d~ la ·di~s~ción de
juntos de conocimientos, es el hecho de que, por lo general, cualquiera a asentir, a afirmar o a actuar. Bl conocmuento en
sus teorías se expresan en términos matemáticos. ,Una des- sentido objetivo es un conocimiento. sin conocedor; es cono-
cri pción total de una ciencia en una determinada fase de cimiento sin sujeto cognoscente 7•
su desarrollo tendría que incluir una descripción de las
técnicas teóricas y matemáticas en ella impllcitas. Un ejem· Lakatos apoyó plenamente el objetivismo de Pop~~r y ~re­
plo que ya hemos encontrado en este libro es el- método tendió que su metodología. de .Jos programas de mvesttga·
introducido por Galileo de dividir un vector en sus diver· ción cientlfica constituye~ una explicación objetivlsta de
sos componentes y trat~r cada uno de ellos por· separado.
Otro ejemplo es la técnica de Fourier de tratar cualquier Newtonian optics: a case study In the lnteraction of philosophy of
forma de onda como una superposición de ondas de seno. science and hlstory of sclence•,· en C. Howson, COMJ?·• Method and
Una diferencia crucial entre las teorías ·ondulatorias de .la appralsal in the physical sciences, Cambrld¡¡e, C!p"bndge Unlverslty
luz formuladas por Young y por Fresnel era que esta últi· Press, 1976, pp. 107-79. ·, • • .. .
• A. Musgrave, cThe objecUvism of P~pper's ep1stemology•, en
ma disponía de las matemáticas adecuadas'· The philosophy of Karl Popper, P. A. Schllpp, comp., PP' 560:-96. .
1 K. R. Popper, Objective knowledge, Oxford; Oxford Umvers1ty
' Véase John Worrall, •Thomas Young and the "refutation" of Press, 1979, pp. 108-9, subrayado en el original. ·
170 Alan F. Chalmers Ob jetivismo 171

la ciencia. Habló del .dq;fase entre el éonocimiento obje· existencia social .Jo que determina su conciencia• "· Desde
tivo y sus reflejos distors¡onados en las inentes de los indi· el punto· de vistlÍ materialista, los hombres nacen en una
viduos• ' y en un pasaje más largo observó: estructura social~ . reexistente que no escogen y su concien·
cia se forma p01¡; ~o que 'hacen y experimentan en esa es-
... Una teoría puede ser s~udocientlfica aun cuando sea emi· tructura. Aunque; los individuos pueden llegar a tener un
nentemente cpla.usible• y t do el mundo c~a ·eo ella, y puede cierto dominio de la naturaleza de la estructura social en la
ser científicamente válida unque sea inc~lble y nadie crea que viven, siempfc: habrá •un desfase [entre la estructura
en ella. Una teoria puede iqcluscHener un gran valor cientlfico y el funcionamiento de la sociedad] y sus reflejos distorsio·
aunque nadie la entienda y mucho menos érea en ella. nados en las mentes de los individuos•. El resultado de
El valor cognoscitivo d4 una teoría no ~icne nada que ver la¡¡ acciones socillles de un individuo vendrá determinado
con su inno.encia psicológic1 "" la mente de·cla gente. Las creen- por los detalles de la situación social y será normalmente
cias, los compromisos, el e Lendimicnto son:· estados de la men·
te hi.miana ... Pero éJv.alor científico, ol>jetliio, de una teoría ... muy diferente de;, lo que el individuo pretendía. Así como
es independiente de la m nte· humana qqe la crea o la en· un físico que inifinta contribuir al desarrollo de la física
tiende'· se enfrenta a una,. situación objetiva que delimita las posi·
bilidades de elec<;jón y acción e influye en el resultado de
Lakato& insistía en que ~ra esenCial aeí()ptar una postura dicha acción, as! j'también un individuo que espere contri·
objetivista al escribir la historia del desarrollo interno de buir a un cambi~ social se enfrenta a una situación objc·
una ciencia. éUn historiador popperianoÍno tendrá que. to- tiva que delimita' las posibilidades de elección y acción e
marse ningún interés por las personas implicadas o por sus in{luye en el resu!tado de dicha elección y dicha acción. Un
creencias en sus propias actividades• ••.:. Por consiguiente, análisis lle la situ·¡¡ción objetiva es esencial para compren·
una historia del desarrollo interno de una ciencia será ola der el cambio soCjal, como lo es para comprender ·el cam-
historia de la ciencia inc9rpórea• 11
• bio científico. ~ . ·
1
En cierto sentido el nViterialismo hisl;9ríco, la teoría de En el próximo S&pftulo intentaré dar una explicación del
la sociedad y del cambio isocial iniciada !por Karl Marx, es cambio de teoría{ en física que sea profundamente obje·
una teoría objetivista· en la que el enfoque objetivista que ti vista.
he descrito refiriéndome al conocimiento se aplica a la so-
ciedad en su conjunto. El objetivismo de' Marx es evidente
en su conocida observación: •No es la cÓnciencia del hom· LECTURAS COMPLEMI!NTARIAS
bre lo que determina su ,ser, sino, por él contrario, es su
Las principales fuentes parll los escritos de Popper sobre el
objetivismo son Objcctive knowledge, ()J(ford, Oxford Univer·
• I. Lakatos, ··History ·af: scicncc and its rational reconstruc· sity Press, 1972, ~specialmente capftulos 3 y 4, y también el
tions·,· en Boston Swdíes in tl1e Pl1ilosophy of :Science, vol. 8, R. C.
Buck y r.. S. Cohen, comps., Dordrccht, Reidel Publ. Co., 1971, p. 99. capitulo 14 de su The open society and ils enemies, vol. 2, Lon-
· ' J. Worrall y G. Currie, comps., lmro Lakatos. Philosoplrical pa- dres, Routledge ancf. Kegan Paul, 1980. El objetivismo de Popper
pers. Volwne·l.: The nrethodology of. scientific ri:search programmes. es resumido por A; Musgrave en su ·The objcctivism of Pop-
Cambridge, Cambridge University Ptess, 1978, p. 1, subrayado en el ;1

original.
10 LakniO!;, •History of science and. lts ratidnal re:constructions•.
IZKarl Marx. •A: contribution to the critique of political eco-
nomy•, en Karl Marx: selc.ctcd works. 2 vols., Moscú. Co-opcrativc
página 127. subrayado en el qriginal. Publishing Socicty. f953, vol. t, p. 356 [Contribucidn a la critica de
11 /bid., p. 105. la economía polílica.;iMéxico, Siglo XXI, 1980].
172
Atan F. Cpalmers
11. UNA CONCEPCION OBJETIVISTA J)EL CAMBIO
per'.s epistemology•, en The.ph!losophy t?f Kar/ R. Popper, P. A. DE TEORIA EN LA FISICA
Schllpp, comp., La Salle (IIhnots), Open Coun, 1974, pp~' 590.596.
La P?~tur~ de Pop!'er. es criticada por D. B1oor en cl'opper's
mysttftcatton of ob!ect~ve knowled~e•, Science Studies; 4, )914,
páginas 65-?6. La ctencta como acuvidad social es comié!niente-
me~te analizada en J. R. Ravetz, Scientific kn<>wledge!.and its
SOCra/ pro!'lems, Oxford •. Oxford University Press, 197{; J. Zi·
man: Pub/te ~n<>wl~ge, Camb_rldge, Cambridge Universily Press,
1968, Y Leshe Skl~tr, _Orgamted kn<>wledge, St. Albaris, Pala-
dm, 1973. Una exphcac1ón más popular, no referida priinordial·
mente _a P':"blemas epistemológicos, es la de Bernard Dixon, l. LAS LIMITACIONES DI!L OBJI!TIVISMO DI! LAICATOS
What !S SCience for?, Londres, .Collins, 1973. Una versión dé!
marxtsmo que ?~ce hincapié en c;l aspecto objetivis~a y contie·
n~ algunos mdtctos de una exphcación objetivista del· conoci· La concepción del cambio de teoría que quiero sugerir es
m•e?to es la defendida por el filósofo francés co¡ttemporáneo una modificación de la me~odologla de Jos programas de
Lou~s Althusser. Las más importantes de sus obras son Reading investigación cientlfica de Lakatos 1• Antes de presentarla,
Capital, Londres, New Left Books, 1970, y For Marx, Hannond- analizaré en esta sección las limitaciones qe la concepción
sworth, .A~Ien Lane, 1969. Tam.bién es importante a este, respec- del cambio de teorla de Lalatos o más bien explicaré por
to Dommtque Lecoun, Marxtsme and epistemology r "ndres qué creo qtie no ha ofrecidi> ninguna con~pción del cam-
New Left Books, 1975. ' "'1" '
bio. de teoría.
La metodología de Lakatos incluye las decisiones y elec-
ciones de los científicos. Estas están incluidas en la adop-
ción por los científicos de ún núcleo centrl.l y una heurís-
tica positiva. De acuerdo con Lakatos, ·el ndcleo central del
programa de Newton ces "irrefutable" por las decisiones
metodológicas de sus protagonistas• '. y un programa de
investigación tiene un •"núcleo central" convencionalmen-
te aceptado (y, por consiguiente, "irrefutable~') por decisión
provisional• 1• La heurística ·;positiva es una política de in-

' La explicación objetivista del cambio ~teoría esbozada en


este capitulo ha sido publicada anteriormente en mi •Towards an
objcctivist account of theory change•, British .Journal for the Philo-
sophy of Science, 30, 1979, pp. 227-33, y con más detalle en cAn lm-
provement and a critique of Lakatos's methodology of scientiflc .
research programmeS>, Methodology and Sclence, 13, 1980, pp. 2-27.
Agradezco a los dircctDres de estas revistas su permito para repro-
ducir aqul el material.
' I. Lakatos y A. Musgrave, Crltú:ism and /he growth of know-
ledge, Cambridge, Cambridge Unlverslty Press, 1974, p. 133.
' I. Lakatos, •History of sclenpe and lts_ ratlona.l rcconstructlons•,
en Boston studies in the phi/osóphy of science, 1(ol. 8, R. C. Buck
y R. S. Cohen, comps., Dordrecht, Reidel Pub!. Col, 1971, p. 99.
174 Al/m F. Cludmers .una ·concepción 'ob jetivista 175

vestigaCl.·ón 1> ·<~plan ¡prec!'nl:í,:•"' que los: .científicos


gen adapta!:. •La !heuristíca osrtt:va .del pFQgrama deternil·
el!· siones y elecciones conscientes de los científicos no tiene
·en cuenta e el desfase entre el conocimiento objetivo... y
na qué problema ..elige :raCio, ente el Científico que 'tra· sus reflejos ·distorsionados en las mentes de los individuos•.
baja en =un poderoso 1pro~a de .investigación• '· El supuesto hecho por Lakatos, as! como por Popper· y
. Una :cuestión <que ·es :importante aqui es ·si se supone o K;uhn, es que el cambio de teoria ha de ser explicado ha·
no que ]os ·.Científicos son cofu¡ciientes de las· prescripCiones cien do referencia a las decisiones y elecciones de· los ·cien·
contenidas en la metodologí de Lakatos. :Si ·no lo son, ·en· tfficos. En la medida en que Lakatos y Popper no dan pres-
tonces es dificil que :la meto ologla pueda ~plicar el cam· .cripciones adecuadas para la elección de teoría, no dan una
bio científico. SeAiilar alm¡:i ente ·QUe ae ·han prod11cido explicación del cambio de teoria, mientras que Kuhn admi·
cambios en la 'hlatorla do flsica de confomildad con la te do forma acrítica ')as elecciones sancionadas por la co-
metodología :de los ;progr as de lnvestig.clón .Científica munidad clentlflca. J!n el r.esto de ·este capitulo intentaré
no es explicar por qul! se h . producido. Sij• por· el contra· modificar la metodología de Lakatos de forma que evite
rio, se s~pone que .los Cicm . leos .. actúan :cOnsCientemente la :mezcla de .elección ~le teoría y cambio de teoria.
de acuerilo con ·1a metodói.Qg1a ·.do .:Lakatos, ae presentan
nuevos .problemas. :En ;prime, lugar, 'es .difícil comprender
cómo pueden los Científicos de los últimos ·doscientos años IL . OPORTUNIDADES O~AS
haber sido consCientes .de la. prescripciones .de una meto-
do~ogla que no ha sido diseñada hasta recientemente. "El En la seceión u de1! capltuio 10 introduje la noción de
propio Lakatos :ha .Indicado ¡1gran abismo entre la meto- oportunidad objetiva para el desarrollo de una teoría o un
programa. La concepdión del cambio de teoría en la flsica
dolopa que expuso 'Newton, y la q11e siguió en la prác- ·
tica . En segundo lugar, la metodología de ,.Lakatos no es que pretendo ofrecer~ se basa en esta noción. Dadas una
adecuada para dictar la elección de los ci~núficos como teoría y la práctica a'sociada ·con ella en una determinada
hemos visto, de acuerdo con sus propias déé:laraclones de fase de su desarrollf>· conjunto, se presentarán diversas
qu~ esta metodología no pretendía dar cons~jos a los cien- oportt.onidades para desarrollar esta teoría. Serán posibles
tífico~. En tercer. lugar, cualquier intento de explicar un varias vlas de desarrollo teórico en virtud de las técnicas
camb1o de teoría que se base de Jorma crucial en las .deci- teóricas y matemáticas disponibles, y también serán posi·
bies varias vías de desarrollo práctico en virtud de las
• /bid, . . .
' Lakatos y Musgrave, 1974, p. 137.
técnicas experimentales disponibles. Uti~aré la expresión
cgrado de fertilidad.' para describir el conglomerado de
oportunidades obj{rtivas presentes en un programa de in·
• I. Lakatos, •Newton's elfét on scientific standards• en Jmre
~!«'tos. Phílosophical.popers. Volume 1: The methoaology of scien· vestigación en alguna fase \le su desarrollo. El grado de fer·
11/IC resurch pro¡¡rammes, ~bridge, Cambridge Universlty Press, tilidad de un programa ~n una coyuntura determinada será
!?78, ~p. 193-222. •La :COJ)fusión, 1!' pobreza de la ,teorla del lo¡¡ro
cwt!lf•co. de .Newton, CO!'tras~ .espectacularnlente ícon la claridad,· una propiedad objetiva de ese programa, que la poseerá
la nqueza de. SU lo¡¡ro Cl~lf/ICO•, p. 220, SUbri!YadO .en .eJ .original. se dé o no cuenta de ella el .científico. Por consiguiente,
Gregory Cume ha puntualizado que las decisiones de los cientfficos difiere de la noción de heurística positiva de Lakaios, que
del pasado .deben ser explicadas ·haciendo referencia a cómo eva- es una polltica de investigación más o menos consciente-
luaban la s1tuadón, m4s que en t~rminos de una metodologla con-
temporinea, en su «TJ:le rote of normative assumptions in historical mente adoptada por los científicos. El grado de fertilidad
explanaUon•, Philosophy of .Science, 47, 1980, pp. 456-73. de un programa mide hasta qué punto contiene en su seno
176 · Alan F. Chalmers Una concepci6n objetiv'ista 177

oportunidades objetivas de desarrollo o hasta qué punto das, la heurística del programa corpuscular era ... bastante
abre nuevas vías de investigación. ·. más definida que la del prosrama ondulato ·o• '· l:.a teoría
La descripción que da Stillman Drake de hasta qué pun- corpuscular poseía un grado de fertilidad m yor que el pro-
to la física de Galileo abrió nuevas 'vlas de invesügación grama ondulatorio en. 1810. ,. . · ··
ilama la atención sobre lo que hay impllcito en el gi¡¡do de Contribuiré a clarificar mi nOción de gra o de .fertilidad ·
fertilidad. Dice &sí: ·• caracterfstico de un progran$ si Intento re ponder a algu•
nas objeciones a ella que yaj se me han h o. Son las si-
Fue GaiÜeo quien, al aplicar coherentemente la matemática a la guientes: (i) la concepción es demasiado va a para permi·
física y la física a la astronomía, unió por vez primera· la ma·
temática, la físi~a y la astronomía de una forma verdaderamen· tir una medjción cuantitativa del grado de f~rtilidad de un
te significativa y fructífera. Las tres disciplinas habían sido programa; (ii) tiene la consecuencia involUntaria de que
siempre consideradas como esencialmente distintas; Galileo re- cuanto más vagos sean una teorfa o .un ·programa, mayor
ve!~ sus relaciones triplemente emparejadas y de este modo será su grado de fertilidad, ya que una tebrla o un pro-
abrtó nuevos campos de investigación a hombres con capaclda· gramá suficientemente vagos. serán compatibles práctica-
des e intereses muy divergentes 7, mente con cualquier vía ·de ~.sarrollo; (iii) ~ grado de fer·
tilidad carece de valor com~ instrumento p ra el historia·
De estudios realizados en apoyo de la metodología dci Laka- dor dado que las oportun'id!ides de desarro,lo sólo surgen
tos se pueden sacar otras ilustraciones. Por ejemplo, con- a la luz una vez que han sido aprovechadas, de modo que
siderando el estudio de E. Zahar sobre la sustitución final exponer el grado de fertilidad de un programa sólo equiva-
del programa de electromagnetismo de H. A. Lorentz por le a registrar cómo se ha desarrollado de hecho, y. (iv) el
la teoría especial de la relatividad de Einstein •, podemos grado de fertilidad no es de ayuda alguna para explicar
decir que en 1905 ·la teorfa de Einstein poseía un mayor el desarrollo de la ciencia, ya que el gradb de fertilidad
grado de fertilidad que la de Lorentz. Dado que la \teoría de un programa sólo puede· ser adecuadarrlente analizado
de Einstein implicaba algunas afirmaciones muy genera· y apreciado de forma retrospectiva. ·' ·
les acerca de las propiedades del tiempo y el espacio, exis-
. tían oportunidades para explorar las consecuencias de esta
Con respecto a la objbción m.estoy de acuerdo en que
· po es posible proporcionar los me<Uos ·pata realizar una
afirmaciones en muchas áreas de la física. Por el contra- medición cuantitativa del gr_ado de fertilidad de 'un pro-
rio, la teoría de Lorentz estaba firmemente anclada. en la grama. Sin ,embargo, sí afirmo que· a menpdo es ·posible
teoría electromagnética y .no podía ser aplicada 'fuera de hacer compwaciones cualitaJÍivas entre los $r&dos de ferti·
ella de forma sim'llar. En su estudio sobre la competencia lidad de pr&,gramas rivales, c;omo iridican4R>s ejemplos que
entre la teoría ondulatoria de la luz de Young y la· teoría he extraí~o ~\:le los estudios·!lakatosianos. E:sto es todo lo
corpuscular de la luz de Newton, Worrall, refiriéndose a la que se requiere para dar una .explicación. objetivista del
situación en 1810, escribe: •Dado el estado co·mparativa- cambio de teoría, como espero demostrar. 10• La objeción (ti),
.1
mente menos desarrollado de la mecánica de los medios
elásticos con relación a la mecánica de las partículas rlgi· • John Wortall, cThomas Yo.,.P¡ and the "ref~itation" of New·
7 tonian optics: a case-study in ·1he lnteraction¿·f phllosophy of
Stillman Drake, Galileo studies, Ann Arbor, Univenity of_ 'Michi· scienc~ and history of sdence• •. il1id., p. 158.. E,n e orisJnal toda la
gan Press, 1970, p. 97. exprestón está subrayada. ,. · . · . .
1
Elie Zahar, •Why- did Elnstein's programme_ superseáe Loo " En la medida en que los grados de fertilidad pueden ser com·
rentz's?•, en Method and appraisal in the physical sciences, C'i Ho\v-. parados pero: no medidos Individualmente, él ~ de fertilidad
son, comp., Cambridge, Cambridge University Press, 1976, pp.¡211-75. está en la misma situación que otras muchas n ones de la filo-
178 Alan F. Chalmers Una concepción objetivista 179

' el desarrollo de la ,'óptica que no- fueron d~sarro~lad~s has-


si fuera válida, sería cie~ente demole4ora para mi pos- ta la época de G~ileo ~ Kep_ler. En su mve5ttgactón de
tura. Hay dos razones pori las que no es válida. En primer
lugar, una línea de acción vaga no ha de_ ser interpretada este problema, V. Ronch1 escnbe:
como una oportunidad en isentido deliber~do. Los ejemplos Aunque no sabemos_ quién fue el primero que invent~ las len·
de opórtunidad deben se~] especificados ~e forma precisa tes sí sabemos con cierta exactitud cuándo fueron mtrodu~t­
en términos de las técnicas experimentales, matemáticas w.; por vez primera! en algún momento. entre 1280 Y 1285. Stn
o teóricas que .están a disposición de Jos !:ientlficos en una embargo, el pdmer\elescopio no aparectó basta cerca de 1590.
coyuntura histórica deten;ninada, junto con las teorías e ¿Por qué se tardar'on tres siglos enteros en poner una lente
hipótesis específicas que constituyen el núcleo central y el frente a otra?"·
cinturón- protector de un llrograma en esa; coyuntura y que
proporcionan la, materia ~rima _en la qu~ se pueden con· Luego prosigue su; intento _de. expli~ar por qué no se a~r~­
centrar las técntcas antes ¡menciOnadas. ¡¡:a segunda razón vechó esta oportuqidad obJetiva. Cierto es que al descn~tr
por la que debe ser recházad_a la_ objeción (ii) es que el estas oportunidad~s objetivas se hace uso de un ~atenal
desarrollo, para el que debe brindar milch¡ls oportunidades de la historia, la ftsica y la filosofía del ~ue n~ se _dtsponfa
una teoría con_ un alto grado de fertilidad~ no es el antiguo en los periodos 'f>tóricos sometidos. a mvesu~a~tón. Una
desarrollo, sino un desarrollo hacia nueva~ predicciones en adecuada descripC!ón de las 'oportumdades objet~vas Y de
un sentido similar al que le da Lakatos. ; _ los grados de fertilidad sólo es posible retrospect1vament_e.
La objeción (iii) se puede rebatir dando ejemplos de La objeción (iv) está en lo ci~rt_o cuand_o afirma esto. Stn
oportunidades objetivas de desarrollo que de hecho no fue- embargo, lejos de ser una objectón _a mt postura, el hecho
ron aprovechadas. La física de Arquímed¡;s brindó oportu· de que los cientlfí~os no sean consc1~ntes ~el gr~do de _fer·
nida_des de desarrollo que permanecieron ~gnoradas duran-' tilidad de Jos programas en los que trabaJan, m necestten
te s1glos. En su obra sobre el equilibrio 'y los centros de serlo, constituye su fuerza. E~ prec~sa_m_ente este ras~o el
gravedad_ y sobre la hidrostática introdújo técnicas que que hace posible una concepción objeltvtsta del camb1o de
muy bien hubieran podido ser ampliadas a otras áreas y teoría que evite los elementos subjetivistas presentes en
aplicadas a otras materias. Por ejemplo; la técnica de for- las concepciones lakatosianas.
mular los fundamentos de una teórla en una forma ideali·
zada y matemática para tratar los sistem~s en un espacio
UNA CONCEPCION OBJIITIVlSTA DEL CAMBIO
euclldeo, técnica que introdujo en la estática, habría podi· 111.
do ser aplicada ala dinámica, considerando las palancas DE TEORIA EN LA FISICA
móviles al igual que las ln,móviles y los objetos que caen
a través de un medio al tual que los que flotan en él. Dentro de unos limites importantes que s~~n explicados
Hasta Galileo no se aprove hó esta oport40idad, y en esta- en la sección siguiente. estoy ahora en co_ndtctones de ofre-
época habla por supuesto más material teórico para tra· cer una coricepciqn objetivista del cambto de teoría en la
bajar que el que existía eni la .época de Arquímedes 11 • Las Maurice Clavelin. The natural pltilosoplty o/ Galileo. Cambridge
obra~ de Tolorileo y Alhazén brindaron opqrtunidades para (Massachussells) M. l. T. Prcss, 1974. cap. 3. .
u v Ronchi ·.ni~ influence of the early develop~ent of opucs
sorra de la ciencia, como por ejemplo el grado ide falsabilidad de on sd~nce and philosophy•._ e'!' Gali~eo_: man o/ scret~ce. bE. ~:r
Popper. Véa.se K. R. Popper, Tl!e logic of scienti(ic discovery, Lon· Mullin. comp .. Nueva York. Baste Books. -1967. pp. 195-206. su raya o
dres, Hutchmson. 1968, cap. 6. ·
11 Para la relación entre la obra de Arqulmedes y Galileo, véase 'en el original.
180 Alan F. O.halmers Una concepción objetivista .181

ffsica moderna. La concepción se basa en un importante Mi postura puede ~;er ilus~rada haciendo !extensiva la ana-
supuesto: el de que en la sociedad o en las sociedades don- logia de los nidales que utjlicé en el capitulo 10 para seiia'
de se practica la ffsica existen cientfficos con las habilida- lar el carácter objetivo de las situaciones problemáticas.
des: los recurso~ y _los hábi!os mentales adecuacfos para Comparemos un jardín en el que hay u~ gran número de
desarrollar es? C1e?c1a. Neces1to suponer, por ejeJI~plo, que nidales con un segundo jardfn, por lo emás similar; en
en aquellas _sltuac_JOnes en las que un análisis oojetivista el que nó hay nidales. Daqo que el medi de cada uno de ·
reve!e la ex1stenc1a· de ·ciertas técnicas experimentales 0 los jardinaes está converqentemente po lado de pá.jaros,
teóncas, habrá científicos o grupos de cientfficos' con Jos es sumamente probable ctue tras algun s meses o ailos
recursos físicos y mentales para poner en prácti~ dichas hayB? anidado muchos m4B pájaros en .di jardfn provisto
té~nicas. Doy por sentado que este supuesto se ha cum- de mdales que en el otro., Esta eventualiliad es adecuada-
P.hdo en buena parte de Europa durante los últin)os dos- mente explicada en términos de las opor~idades objetivas
Cientos años aproximadamente. · de anidar ofUc.idas por upo de ·Jos jardjnes en compara·
Si se cumple mi supuesto sociológico, entonces puedo ción con el otro. Lo lmpo¡rtante de este :Cjemplo para mf ·
dar por sentado que.si existe una oportunidad objetiva para es· que no habrá necesidad de referirse ~ la explicación
e! .desarrollo de un programa, antes o después algún cien- a las decisiones· de los pájaros y a la racipnalidad de estas
llflco o grupo de científicos la aprovechará. El efec;to neto decisioqes.
será que habrá un programa· que ofrezca más oportunida- Si mi supuesto sociológico se cumple, programa con
des objetivas de desarrollo que sus rivales, el.cual tenderá un alto grado de fertilidad tenderá a des ancar a un pr<r
a superar a estos rivales cuando estas oportunidaqes s'ean grama ·~on un grado menor de fertilidad. Sin embargo, un
aprovechadas. Esto sucederá aun cuando la maY,.Qrla de alto grado de fertilidad pOr sí solo no. suficiente· para
los científicos elijan trabajar en el programa co~ ·menor garantizar el éxito de un programa, ya qu no puede haber
grado de fertilidad. En este último caso, la minoría de Jos garantfa de que las oportW!idades den f to cuando sean
que elijan trabajar .en el programa que ofrezca muchas aprovechadas. Un program~ con un alto g do· de fertilidad
oportunidades de desarrollo prontp se encontrarán con el puede, sin embargo, queda!i ·en nada. Un ejemplo es la te<r
éxito, mientras que la mayoría, aquellos que rep~sentan ri!J del vórtice· introducida .por William IThomson, quien
la postura mayoritaria, lucharán en vano por aprovechar pretendfa explicar las propiedades de los átomos y las m<r
unas oportunidades inexistentes. Fran~ois Jacob dapta el léculas representándolos como vórtices en un éter peÍfec-
espíritu de mi postura cuando escribe: tamente elástico y no viscoso. Clerk Max.¡..en describió. de
forma notable hasta qué punto esta teorl~ .ofrecfa un cam·
En esta interminable discusión entre lo que es y lo que podrla po de desarrollo ". Sin embargo, su prosetuclón no condu·
ser, en la búsqueda de un resquicio que revele otra posibilidad, jo al éxito y pronto fue dejadlf atrás por programas que
el margen de libertad del investigador es a veces muy estrecho. tuvieron más 'éxito. Asf pues, una concepción objetlvlsta
La importancia del individuo disminuye a medida que aumenta del cambio de teorfa tendrá que tener eq cuenta no sólo
el número de investigadores. SI aqul no se hace hoy una obser- los grados de· fertilidad relativa de los pJ/ogramas rivales,'
vación, será hecha mañana con mucha más frecuencia en otras sino también su éxito en Iá' práctica. A las consideraciones
partes u. -

" ]. C. Maxwell, cAtom•, én The sclentific papers of !times Clerk


llFranc;ois Jacob, The /ogic of life: a history of heredity Nueva Ma;cwe/1, vol. 2, W. D. Niven, comp., Nueva York, Dover, 1965, pági·
York, Vintage Books, 1976, p. 11. . ~ · nas 445-84, esp. ·p. 471.
i82 lUan F. Chalmers Una concepción objetivista
sobre el grado de· fertilidad hay que añadi'r tma concepción este supuesto y las predicciones acertadas a las que lleve
objetivista del grado en que los programas rivales llevan En éamblo los intentos de modificar el programa introdu·
a nuevas predicciones. · · cieiido una' ley de f~erza ligeramenie diferente de la ley de
· No tengo ninguna contribución especi31 que hacer a los la inversa del cuadrado se quedaron en agua de borrajas
intentos de mejorar las explicaciones de nuevas prediccio- porque no ofrecían oportunidades para un desarrollo coh~·
nes que aparecen en la bibliografía sobre el tema ". Me gus· rente, a pesar de que algunos científicos decidieron mod1·
taria precisar, sin embargo, que hay un estrecho lazo entre ficar el núdeo central en este. sentido"· La continuidad
las nuevas predicciones y el grado de fertilidad. Las con·
firmaciones de las nuevas predicciones pueden desembocar
a
de la ciencia que Lakatos atribuye la persistencia de los
núcleos centrales se explica así 'por. un recurso al grado
en la apertura de nuevos caminos a futuras investigaciones, de fertili.dad de los •programas que no invoca .)as decisio·
y en esto reside parte de su importancia. p'or ejemplo, cuan· nes metodológicas qe los científicos.
do Hertz consiguió producir ondas de ra~io, confirmando
así una nueva predicción de la teoría electromagnética de
Maxwell, se crearon toda clase de nuevAs oportunidades IV. ALGUNAS OBSERVACIONI!S ALECCIONADORAS
para investigar las propiedades de las ondas electromagné·
ticas, medir la velocidad de la luz de forma nueva y más En esta sección trataré de proteger mi concepción objeti·
precisa, desarrollar las microondas como una nueva explo· vista del cambio de·. teoría en la ffsica de ciertas falsas in·
ración de las propiedades de la materia, abrir una nueva terpretaciones que, ¡como me ha enseñado la experiencia,
área de la astronomía, etc. Una concepci6n objetivista del a menudo se le atribuyen. ·
cambio de teoría tendría f!Ue tener en Cuenta hasta qué He tratado de ofrecer una concepción del cambio de
punto los programas consituieron llevar aí descubrimiento teoría que no se basa en las decisiones metodológicas de
de nuevos fenómenos y hasta qué punto e~tos mismos des· los científicos. Al h\icerlo, ciertamente .no sugiero que la
cubrimientos ofrecieron oportunidades objetivas a nuevas ciencia progrese de •: algún modo espontáneamente, .sin la
vías de exploración. intervención de los i seres humanos. Si las oportumdades
Los programas con un núcleo central coherente que oqjetivas inherentes a un programa dentro de la física ~all
ofrezca· oportunidades de desarrollo se desarrollarán de de ·ser aprovechadas, habrán de .serlo mediante la aphca·
hecho de forma coherente una vez hayan· sido aprovecha· ción de las habilidades de los científicos individuales. Sin
das estas oportunidades. El grado de fertilidad del progra· ellos no existiría la física, y mucho menos el progreso. Pese
iha se incrementará si ~se desarrollo lleva a éxitos predic· a esto. ·si· mi concepCión del cambio de teoría es correcta,
tivos. Las vías de desarrollo que destruyen la coherencia . el proceso del cambio de teoría trasciende las intenciones,
del núcleo central y, por consiguiente, n9 ofrezcan opor· eleci:.iones y decisiones conscientes de los físicos. En par·
tunidades de desarrollo fracasarán por esta razón. Por ejem· tictÚar. no está determinado por las decisiones metodold-
plo, la presencia de la ley de la inversa del cuadrado como gicas.·de los físicos. No pretendo, por ejemplo, que los cien·
parte del núcleo central de la teoría de Newton ha -de ser tlficos deberían elegir trabajar en la teoría con mayor gra·
explicada en función del grado de fertilidad derivado de
·-·¡ " Algqnos intentos· de modificar el núcJ~o central' del programa
15 Para tales intentos, véase Zahar, •Why 4id Einstein's pro- de N'eWton son menciori.ados en A. Musgt:'a.ve, •Method or madness•,
gramme supersede Lorentz's?•, y A. Musgrave, .:Logical versus his· Essays it~ memory of lmre Ltlkatos, R. S. t:;ohen, P. K. Feyerabend
tcrical theories of conrirmation•. British Jourrralfor the Philosophy y M:. W; Wartofsky, comps., Dordrecht, Re1de1 Publ. Co .. 1976, pá·
of Sde~ce, 25. 1974, pp. 1-23. ginas- .457-91, esp. pp. 461"73.
184 Alan F. Chalmers Una concepción objetivistu. 185

do de fertilidad, dado que el cientlfico normal no 'está en


condiciones. de apreciar todas las oportunidades de desarro-·
!lo olrccidas por una teoría o un programa. Mi concepción
del cambio supone que .si existe una oportunidad ·de -des- C. Howson, Method and appr~sal in the physical •c~nces, Cam·
arrollo, algún científico o grupo de. científicos terminará bridge,. Cambridge University jPress. 1~6. contierie algunos es·
por aprovecharla, pero no supone que un determina~o cien· tudios excelentes en apoyo de'la metodología de Lakatos. Man·
tengo que, convenientemente l"eelaborados, constituyen una de·
tifico o grupo será consciente de •todas las oportunidades fensa ·de mi concepción objetiVista del cambio de teorfa.
de desarrollo. Mi concepción separa el problema. del cam·
bio de teoría del problema de elección de la. teorl\1·
No hay ninguna garantía de que el supuesto soc'iológico
del que depende la concepción objetivista del cambio de
icoría en la física se cumpla siempre. No se cumplió en la
Europa medieval. y hay buenas razones para creer que está
siendo cuestionado en la· sociedad .contemporánea. 1Es pro-
bable que la inversión en investigación en la sociedad cori·
temporánea esté influida de tal forma por los gÓbiernos
y los monopolios industriales que no puedan aprovecharse
. ciertas oportunidades objetivas, de modo que el progreso
de la física esté siendo controlado cada vez más por fac·
tores externos a ella. Sin embargo, mi supuesto sociológico
se cumplió más o menos durante doscientos años de física
y es en este terreno en el que .afirmo que es aplieable mi
concepción del cambio de teoría. Si mi supuesto soc'iológicQ
no se cumple, entonces resulta necesaria una cortcepción
muy diferente del cambio de teoría. No pretendo haber
ofrecido una concepción del cambio de teorla en. general.
El supuesto sociológico nunca. se cumplirá del todo. La
estructura del progreso de la física a corto plazo implicará
inevitablemente cosas tales como la personalidad de los
científicos, el grado y las formas en que se comuni~n, etc.
Sin embargo, a largo plazo, siempre que haya cicmtlficos ·
con las habilidades y los recursos necesarios para; aprove-
char las oportunidades de desarrollo que de hecho: existan,
mantengo que el progreso de. la física será explicable. en
términos de mi concepción del cambio de teoría. La escala
temporal adecuada para mi concepción -objetivista del cam·
bio de teoría, que distingue entre procesos a largo y a corto
plazo, .es aquella en la que tienen sentido enunciad¡os tales
como: .La teoría de Einstein reemplazó a la de Lorentz.•
12. LA TEORIA,jANARQUISTA DEL CONOCIMIENTO
DE FEYEAA.BEND

Una de las concepciones contemporáneas de la .ciencia más


estimulantes y provocadoras es la que ha sido pintoresca·
mente present;ui~ y defendida por Paul Feyerabend. Nin·
guna valoración iie la· naturaleza y el estatus de .la ciencia
estaría completa 'sin. un intento de comprenderla. En este
capitulo resumiré, y valoraré Jo que considero que son Jos
rasgos clave de 111' postura de Feyerabend, tal como aparece
sobre todo en su·· libro Agaínst method 1•

I. TODO VALI!

Feyerabend hacelUiia enérgica defensa de la afirmación de


que ninguna de las metodologías de la ciencia hasta ahora
propuesta ha tenidó éxito. Su forma' principal, aunque no
única, de defender su tesis es mostrar que esas metodolo-
gfas son incompatibles con la historia de la flsica. Muchos
de sus argumentos en contra de las metodologlas que he
clasificado como: inductlvlsmo y falsaclonismo son slmlla·
res a los que aparecen en Jos capítulos. anteriores· de este
libro. De hecho, !as opiniones expresadas allí están en par·
te en deuda e~ ·los escritos de Feyenbend. Feyerabend
mantiene de forri)a convincente que las metodologías de la
ciencia no han p'i·oporcionado reglas adecuadas para guiar
las actiVidades df; Jos cientlfieos, Además, s~ere que, dada
la complejidad ~ la historia,. es· muy pocci razonable espe·
rar que la ciencia sea explicable sobre fa base de unas

t Paul · Feyerabe~d. Against method: outline of an anarchistic


theory of knowledgé, Londres, New Left Books, 1975.
188 Teoría anarquista de Feyerabend 189
Alan F. Clialmers
cuantas. reglas metodológicas .. Cit~ré a Feyerabend con cier- de investigación proporciona criterios que ayudan al cien-
ta amphtud: tífico a evaluar la situación histórica en la que toma sus
decisiones; no contiene .reglas que le digan lo que debe
La idea. de que 1:" ciencia ·puede y debe actuar de· acuerdo con hacer• '• Los científicos, pues, no deberían estar obligados
reglas fiJas Y umversa1es es tan poco ·realista como perniciosa. por las reglas del metodólogo. En este sentido, todo vale.
Es poco realzsta porque tiene una visión demasiado simple de
los talentos del hombre y de las circunstancias que fomentan Un pasaje de un artículo escrito por Feyerabend una
o provocan su desarrollo. Y es perniciosa porque el intento de década antes que Against method ilustra el hecho de que
aplicar las !eyes está abocado a incrementar nuestra cualifica· •todo vale• no debería ser interpretado en un sentido de-
c~ó':' profes10n~I ~ ~xpensas de nuestra humanidad. Adeniá&, masiado lato. En este pasaje, Feyerabend intenta distinguir
1 Idea. es per¡~~IClal a la ciencia, porque pasa por alto las entre el científico razonable y el extravagante.
compleJas. con?•c•ones físicas e históricas que influyen en el
cambio Cien!lf_ICO. Hace que la ciencia sea menos adaptable La distinción no reside en el hecho de que los primeros [la
y más dogmática... ·
gente •respetable•] sugieran cosas posibles y prometan el éxi·
Los estudios como los citados en los capítulos anter,iores ... to, mientras que los segundos [los extravagantes] sugieran co-
habla~ en contra d~ la _validez universal de cualquier ·regla. sas imposibles, absurdas y condenadas al .. fracaso. No puede
Todas las metodologias :1enen sus limitaciones y la única •re- residir en esto porque no sabemos nunca de antemano qué
. gla• que queda en pie es la de que e todo vale• '· teoría tendrá éxito y qué teoría fracasará. Lleva mucho tiempo
decidir esta cuestión y cada paso que lleva a ella está abierto
Si las metodologías de la cienCia se entienden en tétrninos a una revisión ... No, la distinción entre el pensador extrava-
~e. reglas que guíen las elecciones y decisiones de los cien- gante. y el respetable reside en la investigación que· se hace
tlhcos, entonces me parece que la postura de Feyerabend una vez que se ha adoptado un determinado punto de vista.
~s correc~a. J?ad~ la complejidad de cualquier situación rea- El extravagante se .contenta normalmente con defender el pun-
lista en 1~ Ciencia y la .imprevisibilidid del futuro por lo to de vista en su forma original, metafísica, no desarrollada,
que se ref1ere al desarrollo de una ciencia, no es razonable y no está en modo alguno dispuesto a probar su utilidad en
espe:ar una metodología que determine que, dada una· si- todos aquellos casos que parecen favorecer a su contrario, o in·
. cluso a admitir que existe un problema. Es e~ta investigación
tuación, un científico racional debe adoptar la teoría A y
posterior, los detalles de la misma, el conocimiento de las difi-
a
rechazar la teoría B, O preferir la teoría A la teoría B. Re: cultades; del estado general del conocimiento, el reconocimien·
~las t~les como •adoptar la teoría que recibe niás .• apoyo to de las objeciones, lo que distingue al •pensador respetable•
mduct1vo_ de los h~chos aceptados. y •rechazar las teorías del extrávagante, y no el contenido original de su teoría. Si pien-
que son mcompat1bles con los hechos generalmente acep- sa que habría que dar otra oportunidad a Aristóteles, dejémos·
t~dos. s~n incompatibles con aquellos episodios de la cien- le que se la dé y esperemos los resultados. Si se contenta con
Cia comunmente considerados como constitutivos de sus esta tafirmación y no comienza a elaborar una nueva dinámica,
fases más progresivas. La acusación• de Feyerabend contra si no está familiarizado con las dificultades iniciales de su pos-
el método se dirige contra las metodologías interpretadas tura, entonces la cosa no tiene mayor interés. Sin embargo, si
como proveedoras de reglas para gula de científicos. Así, no se contenta con el aristotelismo en la forma en que existe
hoy y trata de adaptarlo a la situación actual de la astro_nomía,
saluda en Lakatos a un anarquista como él porque su me-
la física y la microfísica, haciendo nuevas sugerencias, consi-
todología no proporciona reglas para la elección de un derando los viejos problemas desde un nuevo . punto de vista,
programa o una teoría. • La metodología de los programas
1
/bid., pp. 295-96, subrayado en el ~rginal. ' /bid., p. 196, subrayado en el original.
191
190 .'Alan F. Chalmers 1'eoria anarqutSI~ de Feyera¡;end

entonces agradezcamos que haya al menos· alguien que tenga tión a la que no.s :referimos en el capitulo 8 '. 1:"
concepéión
ideas inusuales y no tratemos· _de. detenerle de antemano con de inconmensurabili(!ad de Feyeri'bend se denva de lo que
argu~entos irrelevantes y equivocados 4 _ he calificado en ·el capitulo. 3· como observación . que de-
pende de la teoría. Los significados e ~nterpretacJOnes de
En resumen, si alguien quiere hacer una contribución a la !os conceptos y los enu~ciados observac1onales que los ~m­
física, por eje'llplo, no necesita estar familiarizado con las pleen dependerán del contexto teórico en el que surJan.
metodologías contemporáneas de la ciencia, lo que nece· En algunos casos, los principio~ fundarpen~ales de dos teo-
sita es estar familiarizado con una cierta física. No le será . rlas rivales pueden ser tan radicalmente d1ferentes .que no
suficiente seguir simplemente sus caprichos e inclinaciones sea posible ni si'quiera ·formular los conceptos bás1cos de
de forma desordenada. No se trata de que, en la cienCia, una teoría en lcis términos de la otra, con lo que las dos
todo valga eri un sentido ilimitado. teorías rivales no campartiráD. _ningún enunciado .observa·
Feyerabend: arremete don éxito contra· el método en l.a cíonal. En tales ~ases, no es po_sible ·com~arar .lóg1camente
medida en QUF demuestra que no es aconsejable que las la.s teorías rivales. No será posible deduc.r lóg.tcamente al-
elecciones · ¡jecisiones de los científicos estén obligadas gÍ.mas de ~S consecuencias _de wia teoría. parttendo de los
por las •establecidas por las metodologías de .la 'cien- principios de su rival con fmes comparativos .. Las dos teo-
cia o en ellas. Sin . embargo, si se adopta la es- rías ser!n Inconmensurables. ·
capitulo anterior, separando el problema· del · Uno de los ejemplos de .inconmensurabi~idad de Feye-
rlte,onla del problema de la elección de. teoría; los tabend es la rel~ción entre la mecánic'á clás1ca ~ la teoría
referentes a la~ .reglas que gulen la elección de . de ia relatividad. De acuerdo con la primera -mterpr~t~·
constituyen pro\llemas para una concepció.n del da de forma realista, es decir, corrio un intento de descr1b1r
cru:nt>t.o de teoría. Sugiero que· mi concepción .del cambio de cómo es realmente el mundo, tanto. observable como no ob-
teoría en la física es inmune a, la crítica del iné.todo de sen..able •-, los objetos físicos tiéñeri una forma, ~a m~s~
Feyerabend. y un volumen. Estas propiedades eJ[isten en los. obJetos fl~l­
cos y pueden cambiar como resultado de una. mterferenc1a
fisiCa. En la teoi'la de la relatividad, il\terpretada de forma
II. INCONMENSURABILIDAD realísta, no existen ya propiedades como forma, ~asa Y vo-
.lumen, que se convierten en relaci.o.nes c;ntr~ objet~s Y en
Un componente importante del análisis de la ciencia de marcos de referencia y pueden _cambtar, sm nmguna mterac·
-Feyerabend es su tesis sobre la inconmensurabilidad, que éiÓn física, si s.e· cambia un marco de referencia por otro.
tiene algo en común con la tesis de Kuhn sobre esta cues- En consecuencia~ cualquier enunciado obsen:acional. que se
refiera a objeto$ físicos dentro de la mecámca clás1ca ten-
• Paul Feyerabend, •Reallsni and instrumentalism' comments on d~ un significádo diferente para un enunciado observa-
ihe · logic of factual suppo~•. 'en Tho. critical approac/l lo scienco cional aparentemente similar en la teoría de la relatividad.
and philosoph:y, M. Bunge, comp., Nueva York, Free Press, 1964, pá-
gina 305, subrayado en el origihal. A Feyerabénd no siempre le gus-
tan las criticas que suponen l¡ue todavfa suscribe lo que escribió ' Fey6rabend arlaliza la relación ent~e su tesis y la de Kuhn en
en el pasado. (Vwe Agains( mi:thod, p. 114.) No me pYeócupa mu· su- cChanging patterns of reconstruction•L Bri.tish Journal for the
cho· que Feyerabeild acepte o no el mensaje del Plls.aje citado. Philosoph:y o{- Science, 28, J9n, pp. 351-82, secc1ón 6. I.a o!ra fuente
Aparte de algunos recelos hacia la orientación Individualista· del principal para co~ocer las tesis de Feyerabend sobre la mconmen-
pasaje, ciertamente lo acepto Y. lo que es más importante,- ninguno surabllidad es Against mothod, cap.. 17. .
de los argumentos de Against method lo. contradice: · •. El realismo sérá analizado en el próximo capitulo.
192 Alan F. Chalmers Teoria -anarquista de Feyerabend 193

Las dos teorías son inconmensurables y no pueden ser com- La transición a unos criterios que no .impliquen un contenido
lleva, .pues, a la elección de teoria de .una rutina. «r~cion~l~,
paradas comparando sus consecuencias lógicas. Cita¡ido al •!lbjetiva• y bastante unidimensional, a una comple¡a d1scus•ón
propio Feyerabend, que in¡plique preferencias encontradas, y en ella la propaganda
desempeñará un importante papel, como lo hace en todos los
El nuevo sistema conceptual que surge (dentro de la teoría de casós donde intervienen preferencias'·
la relatividad), no sólo niega la existencia de los·.estados.de co-
sas clásicos, sino que ni' siquiera nos permite formular enuncia- En opinión de Feyerabend, la inconmensurabilidad, aun-
dos que expresen tales estados de cosas. No comparte ni:: puede que no elimina todos los medios de ·comparar teorlas incon-
compartir ningún enunciado con su predecesor, suponiendo
siempre que no usemos las teorías como esquemas de .clasifi~
mensurables rivales, lleva· a un aspecto de la ciencia nece-
cación para ordenar hechoS neutrales ... El esquema pqsitivis- sariamente sub'jetivo.
ta del progreso, con sus •gafas popperianas•, se viene abajo'·
Lo que ·queda [después de haber elimina'do la _posibilidad de
Otras parejas de teorías inconmensurables mencionadas comparar lógicamente teorías comparando con¡untos de con-
secuencias deductivas] son juicios estéticos, juicios de valor,
por Feyerabcnd incluyen la mecánica cuántica. y la· mecá- prejuicios metafísicos, anhelos religiosos; en resumen, lo que
nica clásica, la teoría del impulso y la mecánica newtonia- queda son nuestros deseos subjetivos 10•
na, y el materialismo y el dualismo cuerpo-alma. '
Del hecho de que una pareja de teorías rivales sc¡an in- Acepto la tesis de· Feyeral end de que algunas teorlas riva-
conmensurables no se desprende que no puedan ser com- les no pueden ser comparadas meramente por medios lóg~­
paradas de ninguna forma. Una forma de comparar una cos. ·sin embargo, sugiero que hay que, oponerse a su deci-
pareja de teorías de este tipo es confrontar cada tina de sión de sacar consecuencias subjetivistas de este hecho.
ellas con una serie de situaciones observables y registrar Si nos centramos en la cuestión de la elección de teoría,
en qué grado es compatible cada una de las teorías rivales estoy dispuesto a admitir que habrá algún elemento sub-
con esas situaciones, interpretadas en sus propios tériÍlinos. jetivo impllcito cuando un cientlficó elija adoptar una teo-
Otras formas de comp¡¡rar las teorlas citadas por Feyera- rla en lugar de otra o trabajar· en una teoría en lugar de
bend implican consideraciones acerca de si son lineales o otra, aunque. estas elecciones estén influenciadas por fac-
no lineales, coherentes o incoherentes, si son una 1\proxi- .tores cextemos• tales como ·las. perSpectivas para su carre-
mación aventurada o fiable, etc.'· ': ra y la disponibilidad. de fondos, además del tipo ~e con-
Si nos centramos en él problema de la elección d'e teo- sideraciones mencionadas por Feyerabend en las c1tas_ an-
ría, entonces surge un problema: ¿cuál de los diversos cri- teriores. Sin_ embargo, creo que es necesario decir que, aun
terios de comparación se ha de preferir en _aquellas situa- cuando los juicios y. deseos individuales sean en cierto sen-
ciones en que estos criterios están en conflicto? Según Feye- .tido subjetivos y. no puedan ser determinados por argu-
rabcnd, la elección entre criterios y, por consiguiente, la mentos lógicamente obligatorios, esto no significa que sean
elección entre teorías· inconmensurables es en últim·a ins- inmunes a un argumento racional.· Las preferencias de los
tancia subjetiva. individuos pueden ser i:riticaclas, por ejemplo, demostran-
do. que son gravemente incoherentes o que tienen conse-

' /bid., p. 366.


1 Against method, pp. 275-76, subrayado en el original ¡q Against method, p. 285, subrayado en el original.
' •Changing pattems 'of reconstruction•, p. 365, n. 2.
194 A/an F. Chti.lmérs Ttorla anarquista de Feyerabend 195

cuencias que los individuos que las manifiestan no de- . es subjetivista. Hay que admitir que en las condiciones. eS'
searían 11 • Soy consciente ·de ·que las preferencias de los >ecificadas por el 'supuesto sociológico del . que. depende
individuos no están determinadas únicament!l por argu· .ni concepción objetlvista del. cambio· de teoría habrá deci-
mentos racionales y también de que están fuertFmente mol· siones y elecciones subjetivas. Esta ··concepción supone la
deadas e influenciadas por las condiciones m¡lteriales en existencia de cientlfi~s· con las habilidades y los recursos
que vive y actúa el individuo. (Un importante, cambio en ne~sarios para ap~ovec;ruar·las oportunidades ~e d~arroll?
las perspectivas para su carrera será susceptible. de tener quci' se les presenten. CJelitfflcos y grupos de cténtff¡cos d1·
un mayor efecto en las preferencias de· un individuo que ferentes · podrán hacer elecciones diferentes cuando re$ pon·
un argumento racional,' por dar un ejemplo $uperlicial.) diln a la misnia' situación, pero mi ·concepción del ·cambio
Sin embargo, los juicios y deseos subjetivos de los indivl· de· teoría· no depende de las preferencias · individuales que
duos no son sacrosantos ni inmutables. Están abiertos a la · guían tales elecclone5. ' · ·
crítica y al cambio por la argumentación y por la altera·
ción de las condiciones. materiales. Feyerabend celebra su ·
conclusión de que .la ciencia contiene un elemento subje- III. LA CIENCIA NO ES NECESARIAUI!N'ti! SuPERIOR
tivo porque ofrece al científico un grado de libertad ausen· A OTROS CAMPOS
te de las •partes más pedestres. de .la ciencia u. En una
sección posterior diré algo más acerca de la concepción de Otro importante aspecto de la te5is. de F~erabcnd sobre ~~
libertad de Feyerabend. ' ciencia se refiere a la relación entre, la ciencia .Y ot~as for·
Mi segunda respuesta a las observaciones de Feyerabend mas de conociiniento. Feyerabcnd sdl~a que muchos me·
sobre la inconmensurabilidad nos aleja de la cuestión de todólogos. dal) por supuesto, $in.'~~Íjto alg?no, que '!a
la elección de teoría. El estudio de Zahar sobre la rivalidad cienéia (o quizá· la física) cons~it"ye ..el! paradiplll de: la
entre las teorías, de Lorentz y Einstein, convenientemente racionalidad. Así, FeyerabC.nd dice dé' I.,altatos: ..
modificado a la luz de. mi concepción ·objetivis~a del cam· .-. - '·. . .

bio de teoría; explica cómo y por qué la teoría de Einstein Una vez acaba,4a .su •reC:OJ>Struccló\1.~ ,# ~. 'c;iencia . ~odem.~.•
reemplazó finalmente a la de Lorentz. La explicación se [Í.ab\OS] Se vu'e!ve )'ácia: Otros é¡amjiO~ /:óm~ si 'y~ f!u.btera quf¡
basa en la medida en que la teoría de Einstein ofrecía más i!iulo establecido ·que la ciencia m~~ma .es supenor. a la ID~gl&
oportunidades objetivas de desarrollo que la de· Lorentz éi a la ciencia ·aristotélica y ·que su$· resulta!los no son llusonos.
y en la medida en que esas ·oporturudades ·dieron su fruto Sin embargo, no'hay el menor •argunienio 1 de·este ·up~; Las
cuando fúeron aprovechadas. Esta· explicación. ·es posible e reconstrucciones ·racionales.• .dan por· sup'fUta ,.la •sab1durla

aunque las· teorías sean al menos én' parte inconmensuia~ . ci.endfica básica., no ilemuestran que ·es iJlejor que la csabi·
bies en el sentido que da Feyerabend 'al término 0 , pero rio duría básica. de las brujas .y los magos "· ·

n Si un individuo cuyas preferencias aon as1 criticadas responde Feyerabend se queja, con razón, de ·que ~os ·~efenso~es de
insistiendo en que no le Importa que sus prefel'l'ncias sean grave- la ciencia suelen. juzgarla superior -a otrlils ·formas de cono-
mente incoherentes y, además, no _tiene ninguna rspuesta a las obje- cimiento sin investigar adecuadamente es,tas otras formas.
ciones habituales a las incoherencias, yo por lo menos. no veo nin-
guna. razón para tomar en serio las ideas de ·ese individuo. Aquf es
relevante la distinción del propio Feyerabend entre pe~sadores ex· plo de teorías inconmens~rables~ __ pare~. aceP~~~ que....~, ~on, daclo
travagantes y crespetables•. ' que ta teoría de _Lorentz . incorpora la. -~ecán_l~~- clás1~ _Y 1~ con~
" Against method, p. 285. . . cePción clásica de espacio, tiempo y masa. .;.
u Aunque Feyerabend no cita.'esta pareja de teorias(como ejem- " Againsl method, p. 205, subrayado en el o~glnal.
·Pmt.
.- . F.. Clialmus;
.
Teorta· anarquista.;de Feyerabend 191
Obs~¡1 que. los : •r;u:ic;lll~listas c;rftic.os.• 'JI )Ds ~ ·'
de 4:kíúos,.han exavrinado la c~Dcia oon;giaa'detalte ro ries que tuvieran .·consecuencias. indeseables; por ejemplo,
que; .su..•actitud T.~....,,· 'él, · · · · ·· ·. · ·· · · ·· ~ ~-'·· si· se· descubriera· que· para cada 'acontecimiento predicho
heie~. cradf •·· ·~··· ,!!'.!'~""! ~. ~-~ ~ ~
.. f'. •·' · · ~ ·• .. ~-M!-lY . -~~~~. A4tli se cmnVfl:rllll por la teorfa ·se ·podfa-•predecir también la- negación de ese
SI.! ~C!"ntes. c¡l exam.en más superficlaJ'v lo& .:rgtÍm,.; •;ii,. á S acontecimiento. No 'creo que Feyerabend discrepara en este
~~os .. ". Y resp,'alda's'. ~ínnacióD' e~ .. ~ .• . . 4141&, . último·:punt'a, perb tampoco creo que le dé la importancia
·-.. ~::.d ........ .. 11. , . . . .. . .. vanos. e,¡emplc¡S.:
Fc;yerau= DO está dispue'Sto. a acep'tar'. ..::·. . .•••.• ' debida.:· • · ···· ··
P!triondad ae
. ..•. .. Ia:'.~e,ac~ .· · · · " •· . • -~ n.eces,ana
· · · -•s,obr,f!_O!I;as.f~.~ amoctryi~
s~ : ·Una vez más,..,acepto una parte· sust~ncial de las tesis
to .. A«!emás, a)~. luz_ de ~!' te~ sC?brll ,l¡l ijncpqmensurabili· de ·Feyerabend sobre •la comparación de ·la· f.fsica con otras
ci_>!d. ~~~ _1dea de_•WF pue<Ja hab~r uÍl aigwnento qCc;i- formas -de' conocimiento. 'Si deseamos ·saber cuáles son los
SI~o en ~avor de la cienciaJfrente a oti~..fpriDa.$ de: conoéi;. objetivos·y los'métodos·de una· forma de·conocimiento y en
n;uento mconmensurables con ella. S( se oompaia ·¡~. ci~ qué medida· cumple· estos objetivos, necesitamos estudiar
~ con otras formas de conocimiento, $erá necesario invcs- esa· fomia de corlocimiento. Puedo incluso apoyar la pun-
t~pr la nat~;~~~.~~}os, ,()fj«?tivo~ yJ~ m~todos_ de la ci~­ _tualización de' Fe)oerabend con un' ejemplo mfo. Aunque en
CJ¡a ~.de estas otras formas· de conocimiento. Esto. se har4 cierto modo sea 'una· caricatura .de la historia de la filoso-
mediante c:J: estudio de .los •documentos históricosi.' libros, ffa, se puede decir que en los dos mil años -anteriores a Ga-
P,,al'~~:¡s, or1~~?-a_le~., ~ct~ ,d~ r~~,ones y con\'ersaciopes p~ lileo, los•· filósofos- discutieron si :las teorfas matemilticas
Y.'~a~~-~rt~,, CC:f:':;:~, .• ,N~ SÍflUiera se puede suponer, sin una son o no: aplicables al .mundo físico; dando los platónicos
~~e~.~!~a~l?p: ~ .ll _fplid\>) c¡ué ~a. fomia de eonociniiento' uná respuesta afirmativa y los aristotéliC:os úna negativa.
qu~. e_~tC! ~~en~o"~v~tigad& deba' ajustarse' a 'Jas''regias de Galileo zanjó estaf cuestión no ofreciendo un argumento filo-
1~ l~gl~ t_al cemo,_normalmente las entienden los filósofos sófico decisivo, sino haciéndolo. •Podemos aprender cosas
Y los raclona~1s~as :contempol;'áneos. El _Hecl¡.o de no ajus- acerca de la fonna 'en que. es posible describir• algunos as,
~se a las eJugenc1as-de 1~ lógica clásica puede ·ser un de- pectos del munclo físico analizando la flsica a partir de
f.ect!), P,ero _n!l lo .es. necesariamente. Un ejemplo ofrecido Galileo. Para co¡pprender la naturaleza tal vez cambiante
P.l'r, f,'~):er~b'e~d se .refiere a. la mecánica Cuántica moderna: de la ffsica, netesitamos investigar la ffsica, del mismo
J;',a~a,.c\)n~1derar la .cuestión, de sf los modos de razonamien: modo que para comprender otras formas· ·de conocimiento
t_o,;~mplfqtQs, ~n. alguna .versión. de esta. teorla violan o no necesitamos inve~tigar esas otras formas. No es· licito, por
las no:ma,~; de _la .l~gica ·clásica, es necesar,io investigar la ejemplo, ·-rechazar· el marxismo sobre la base de que no se
.~ec:á!uca cuánt1ca y .la forma• en que- funciona. Esta inv.esti· ajusta ·a 'ldguna idea:. preconcebida del método· científico.
~ac1ón puede n:velar un nue':o tipo de -lógica cuyas venta- como hace Popper, .o -defenderlo· por motivos similares,
Jas sobre la lóg1ca más .tradicional puedan ser demostradas cómo hace Althusser
e:J el ~~nt~xto. de la me~nica cuántica. Por otra parte, el '"Aunque estoy' de acuerdo aquf ··con la tesis básica de
desc~linimento:• de· violaciOnes de ·la lógica puede por· SÜ· Feyerabend, el uso· que desearla darle. es.algo.· diferente.· El
puesto·.'constituir una· seria critica· ·a la mecánica cuántica. fiilso supu~stoi ·de que iiay;' un· método científico' •universal
Esto•sucederia pOr> ejemplo si se-~deseubrierari contradiccio- a.r·que tleberlan •ajustarse· todlw·las. forlnas•'de conocimien•
tó' desempeña úri 'pape) perjudicial eh nuestra sociedad ·aquf
y ahora, ·especialmente ·a la· 'luz ·del •hecho:de 'que la,versión
.anJ'.appr~asal
f:·. ,f.er~(l~nil •. •9n !}le critique of scleritific reason•, en Method
rn the' phystcal "sciences,- c.- Howson comp. n: 315 n · 9 dei'·método' :científico a ·la que ;nonhalniente··5e recurre es
" Agarnst method, 11. 253; · · · ' ' •· • ' una:•toscá· versión empirisur:.·o inductivista: ·Esto .es.• espe-
cialmentii aplicable- aJ·campo:de •la teorfa ·social; en·el· que
Teoría anarquista de Feyerabend 199
198 AJan F. Clu:ilmers ·
lidad, que es la única que produce, o puede producir, s~res
se .defienden en nombre d!l. la- ciencia teorías que sirven.· humanos bien desarrollados• 17 • Desde este punto de vista
para manipula¡: aspe(:tos ·.de .ntiestra sociedad a un· nivel humanitario, la concepción anarquista de la ciencia que
superficial (investigacícSn · !de. mercado, psicología.· cond11&: ofrece Feyerabend se ve respaldada: porque, dentro de la
tista) en lugar de servir P,ara (;On).prendeda y ayuda.mos a ciencia. incrementa la libertad de los individuos al fomen·
cambiarla a un nivel máS ¡p.roftindo.. En lugar de. centrarse tar la 'supresión .de todos los imperat~vos metodológ!cos,
en lo que son Para riú pr;óblll~as sociales urgentes .éo_uio. mientras que en un contexto más ampho fo"?ent~ la hber·
éstos, Feyerabend· compara la Ciencia _con lel vudú, .la.. astrq. tad para que los individuos elijan e11tre la ctencia y otras
logía; etc., .y augumenta que e5t~s últimos no pueden .se¡; formas de conocimiento. ·
descartados· recurriendo a·_.tin· \:i;iterlo general de Cien~i~ . Desde el punto de vista de Feyerabend, la. instituci~na·
cidad- y llliCionalidad. Hay dó~- ra%0iu:s- por .las. que no mc:- lización de la ciencia en nuestra sociedad es mcompa,tible
gusta esta insistencia. La prin:fera.es que_no estoy conven' con la actitud humanitaria.· En las escuelas, por ejemplo,
cid<>: de que un estudio detallado del vudií o la astrología se enseña la ciencia como algo natural. •Asl, mientras que
revelara •que tienen, objetivos· bi¡m c;lc:finidos y métodos :de un americano puede escoger ahora la religión que más le
conseguir estos. objetivos;.1aunque· debo admitir ·que,· da~o guste, no se le p~rmite todavía exigir que su hijo estudie
que no he ·realizado ese análisi~. ·es'to es en cierto modo .un magia en lugar de ciencia en la escuela. Hay una separa·
prejuicio; Realmente, nada de·)o· que ha escrito Feyerábend ción entre la Iglesia y el Estado, pero no la hay entre el
me ·anima a cambiar de -opinión., La segunda razón .es que Estado y la ciencia. "· Lo que tenemos que hacer ante esto,
el estatus del vudú, la astrologla, etc.,. no es un problema escribe Feyerabend, es cliberar a la sociedad del dogal de
urgente. en nuestra sociedad, ai:¡w y ahora. Simpl.emente, una ciencia ideológicamente petrificada, del mismo modo
no· estamos .en: condiciones de tener una' •libre elección• que nuestros antepasados nos liberaron del dogal de la
entre -la ciencia y el vudú, o entre .la racionalidad occidental· Unica Religión Verdadera• ". En la sociedad libre cuya
y ·¡a de ll! tribu de los nuer. imagen nos ofrece Feyerabend, no se dará preferencia a I~
ciencia sobre otras formas de conocimiento u otras tradi·
clones. Un ciudadano maduro en una sociedad libre . es
IV•. · LA LmERTAD DEL INDIVIDUO cuna persona qui! ha aprendido a pensar con ~u cabeza
y que se ha decidido entonces a favor d~ lo que piensa que
Buena ~parte de .la tesis ·de· Feyenibend en Aga(nst method le conviene más•:'La ciencia será estudiada como un fenó-
\=S negativa..Implica la negación de la idea de que hay -un. meno histórico, •junto con otros cuentos de hadas tales
'método ·capaz de •explicar la .historia de la física y de_ que como los mitos de las sociedades "primitivas"•, de forma
se puede establecer la superioridad de la física sobre otras que cada individuo • tenga la informa~ión n~cesaria para
fóímas de·. conocimiento rec!lrrlendo a un método .cientí· llegar a una decisión libre• "· En la sociedad 1deal de F~ye·
fieo: •Sin einbar;go, hay wi ,aspecto positivo en la postura rabend, el Estado es ideológicamente neutral. Su fun~Ió?
de Feyerabend. Feyerabend·deflende lo que denomina •liCtí' es orquestar la lucha entre las ideologías para que los mdi·
tud -humanitaria•.•rDe acuerdo con esta actitud,· los se.re$
humanos .deberían .ser Jibres -y ;tener libertad en Ún sentido
algo .similar, ,al·que defendía ·John Stuart Mili en su er¡sayq n /bid., p. 20.
.., /bid., p. 299.
On liberty. Feyerabend·está a-favor deJ·-•intento .de incre- ... /bid., p. 307.
mentar la ,Jibertad ..de -llevar una vida plena y .gratifican te• " /bid., p. 308,' subrayado en el original.
y. apoya a Mili cuando aboga por •el cultivo de la individua-
200 AJan F. Clullmers Teoria anarquista de Feyerabend 201
viduos conserven la libertad de elección y no se les impon· tructura social, de modo que el análisis de la estructura
ga una ideología contra su voluntad".··· · social es un requisito prévio para comprepder la libertad
La noción de libertad del individuo que Feyerabend del individuo. Hay al menos un pasaje en Against method
toma prestada de Mili está expuesta a una objeción habi- en el que Feyerabend indica, que es consciente de este tipo
tual. Esta noción, que considera la libertad como la libera- de cuestión. En una nota a' una observación acerca de la
ción de toda obligación; pasa por algo el aspecto positivo libertad de investigación señala:
de la cuestión, es decir, las posibilidades a las que los indi-
viduos tienen acceso dentro de una estructura social. Por El· cientlfico está además limitado por las propiedades de sus
ejemplo, si analizamos la libertad de expresión en nuestra instrumentos, la cantidad de dinero disponible, la inteligencia
sociedad únicamente desde el punto de vista 'de la libera- de sus ayudantes, las actitudes de sus colegas, sus compañeros:
ción. de la censura, pasamos por alto cuestiones tales como está limitado por innumerables imperativos físicos, fisiológicos,
la medida en que los diferentes individuos tienen acceso a sociológicos, históricos"·
los medios de comunicación. El filósofo del siglo xvm David
Hume ilustraba muy bien este punto cuando criticaba l.a Las posteriores palabras de· Feyerabend acerca de la liber-
idea del contrato social de John Locke. Locke pensaba que tad del individuo no prestan la debida atención a los impe·
el contrato social era libremente adoptado por lo~ miem- rativos que operan en la sociedad. Así como un científico
bros de una sociedad democrática y afirmaba que cual- que espera hacer una contribución a la ciencia se enfrenta
quiera que no quisiera suscribir el contrato era libre de con una situación objetiva, ':así también un individuo que
emigrar. Hume replicaba: espera ¡;nejorar la sociedad se enfrenta con una situación
social objetiva. Además, así como un científico en una si-
¿Podemos decir seriamente que un campesino ·o un artesano tuación dada tendrá a su disposición una serie de técnicas
pobre tiene libenad de elección para dejar su país cuando no teóricas yexperimentales, así también un reformador so-
conoce ninguna lengua o costumbre cxtranjerá y vive al: día del cial en una situación social determinada tendrá acceso a
pequeño salari_o que percibe? Igualmente podrfamos afirmar una serie de técnicas políticas. En ambos casos, las accio-
que un hombre que permanece en un barco consiente libre· nes y
aspiraciones del individuo .sólo pueden ser debida-
lllt.·ntc l'll la dominación del capitán, aun cuando haya sido lle- mente valoradas y analizadas teniendo en cuenta las mate-
vado a bordo mientras dormíoi y para dejar el barco tenga que rias primas con las que tiene que trabajar y los cinstru·
saltar al mar y perecer u, ·
mentas• o •medios de producción• disponibles". Si que-
remos cambiar a mejor la sociedad contemporánea, enton·
Todos los individuos nacen en una sociedad preexistente ces no tenemos más alternativa que partir ¡de la sociedad
y por tanto no libremente elegida. La libertad que tenga con la que nos enfrentamos e intentar ca~biarla con los
un individuo dependerá de la posición que ocupe en la es- medios que existan. Desde este punto de vista, el ideal utó-
pico de sociedad libre que ofrece Feyerabend no es de ayu-
11
El ideal de sociedad libre de Fcyerabcnd es rratado su¡)crficial- da alguna. ·
mcnte en Against mct!Jod, y desarrollado con más detalle en Science
in a {r~c socicty, Londres, Ncw Lcft Books, 1978.
~~ La cita de 0/ thc original comract de Hume puede encontrar- u Against method, p. 187.
se en E. Barkcr, Social contraer: esJay.< b,\' Lockc, Hrmie tind Rous- 2• Louis Althusser ha hecho Una útil analogía entre' la produc-
s~.·au, Londres, Oxford Univcrsity Prcss, 1976. p. 156. Us tesis espe- ción material y otras formas de producción, tales como la produc·
cificas de Lockc criticadas en este pasaje se pueden encoritrar en ción de conocimiento y la producción de cambio social. Véase espe·
las pp. 7().72 del mismo volumen. cialmente su For MarJC, Harmondsworth, Allen Lane, 1969, cap. 6.
202 Álan F. Chalmers
13. REALISMO, INSTRUMENTALISMO Y VERDAD
Lo que puede ser visto con facilidad, y en mi experien-
cia lo es frecuentemente, como el mensaje de los recientes
escritos de Feyerabend es que todos deberían seguir sus
inclinaciones individuales y hacer lo que quisieran. En caso
de ser adoptada, esta tesis podría llevar a una situación
en la que aquellos que ya tuvieran acceso al poder lo con-
servaran. Como dice John. Krige, de una forma que me
hubiera gustado que se me ocurriera a íní, •todo vale ...
significa que, en la práctica, todo sigue igual• "·
I. OBSERVACIONES 1'RELIMINARES

En este capítulo y:en el siguiente intentaré tratar algunas


LECTURAS CO M PLB MENTARIAS cuestiones problemáticas acerca de la relación entre las
teorías científicas Y.¡ el mu'ndo al que se las pretende aplicar.
En Science in a free society, Londres, New Left Books, 197&, Por una parte, tenemos unas teorías científicas que son
Feyerabend desarrolla algunas de [as ideas de Against method construccioili~s humanas y están sujetas a cambios y des-
y responde a algunos de sus críticos. Un articulo breve y útil arrollos tal vez incbantes. Por otra,- tenemos el mundo al
que presenta la esencia de la postura· de Feyerabend es • How que se pretende aplicar estas teorías y cuyo modo de com-
to defend society against seience•, Radical philosophy, 11, 1975,
portamiento, al menos en el caso del mundo físico, no está
páginas 3·8. En general, las criticas a la postura de Feyerabend
que han aparecido no son de un alto nivel. El individualismo sujeto a cambios: l.: Cuál es la relación entre las dos es-
radical que se puede encontrar en los escritos de Feyerabend, feras? . .
~n parte justifil;:adamente, es triticado con dureza desde una Una posible respuesta a esta cuestión es que las teorías
perspectiva marxista althusseriana en J. Curthoys y W. Suchting, describen, o aspira!\ a describir, qué es realmente el mundo.
cFeyerabend's discourse against metbod: a marxist critique•, Utilizaré el término •realismo• para definir las posturas
/nquiry, 20, 1977, pp, 243·397. . que adoptan una versión de esta respuesta. Desde el punto
de vista realista, lá ·teoría cinética· de los gases describe
qué son realmente 'Jos gases. La teoría cinética es interpre-
tada como una teoría que afirma que Jos gases están real-
mente compuestos 'de moléculas que se mueven al azar y
chocan unas con otras y con las paredes del recipiente que
las contiene. Similarmente, desde un punto de vista rea-
dsta, la teoría electromagnética clásica es interpretada
como una teoría que afirma que hay realmente campos
eléctricos y magnéticos en el mundo que obedecen a las
ecuaciones de Maxwell y partículas con carga que obedecen
a la ecuación de la ·fuerza de Lorentz.
De acuerdo con. una concepción alternativa, que deno-
minaré instrumentalismo, el componente teórico de la cien-
. 15 John Krige, Science, revolUtioti qnd discontinuity, Bria:hton
(Sussex), Harvestcr, 1980, p. 142, subrayado en el original. cia no describe la realidad. Las teorfas son entendidas como
instrumentos desthiados a relacionar un conjunto de esta-
204 Alan F. Cludmers Realismd, ins!Ti.iÍ'nentalismo y verdad 205
dos de cosas observables con otros. Para el instrumenta· ción de la: realféla1!!'"ies verdad objetiva para los realistas
lista, las moléculas en movimiento a las que se r~fiere la como Popper.'
teoría cinética de los gases son cómodas ficciones que per· Más adelante ·¿r. este capitulo argumentaré que la toe..
miten a los científicos establecer relaciones y ha~er pre· de verdad normalmente aso.ciada· al realis~o es pro?lemá-
dicciones acerca de las manifestaciones observables de las tii::a. Antes de ello, examinaré con más detalle el mstru-
propiedades de los gases, mientras que los camp!>s y las mentalismo y demostraré q~e el realismo parece tener ven-
cargas de la teoría electromagnética son ficciones ~ue per· tajas claras sobre él.
miten a los científicos hacer lo mismo con los imanes, los
'
cuerpos cargados de electricidad y los circuitos portadores
de corriente. , IJ. INSTRUMENTALISMO
El realismo conlleva normalmente la idea de ,verdad;
Para el realista, la ciencia aspira a dar descrípcion~ verda· El instrumentalismo en su forma radical conlleva una clara
deras de lo que es realmente el mundo. Una teoría q1,1e des: distinción entre los conceptb aplicables a las situaciones
criba correctamente algún aspecto del mundo y s;u modo observables y los conceptos teóricos.• La 1'finalidad• de la
de comportamiento será cierta, mientras que una teoría que ciencia es producir teorías que consutuyan mecamsmos o
describa incorrectamente algún aspecto del mundo y su instrumcnlos convenientes para relacionar un conjunto de
IIHHio Jc COJuportamicnto será falsa. De ncucrdo co~l el rca• situadunt~s obscrvnblcs con utro. Lns descripciones del lllUil·
lismo, como normalmente se le concibe, el mundo existe do que conllevan entidades observables de~criben cóm<? es
independientemente de nosotros como conocedores y es en realidad el mundo, pero no ocurre asf ~on las des~rip­
como es independientemente de nuestro conocimiento teó- ciones de los sistemas que conllevan conceptos teóncos.
rico de él. Las teorías verdaderas describen correctamente Estos últimos han de ser interpretados corito ficciones úti-
esa realidad. Si una teorfa es cierta, lo es por,que e¡' mundo les que facilitan nuestros c~lculos. Al~nos ejer_nplos sen-
es como es. El instrumentalismo conllevará también nor· cillos ilustrarán la postura mstrumentahsta. El mstrumen-
malmente una idea de verdad, pero de forma más restrin- talista ingenuo admitirá que en el mundo hay realmente
gida. Las descripciones del mundo observable serán ver- bolas de billar y que éstas ,,pueden rodar a diversas velo-
daderas o falsas según lo describan o no correctamente. cidades, colisionando entre, sf y con los bordes de una
Sin embargo, las construcciones teóricas, que está¡1 desti· mesa de billar, que también existe realmente. En este con·
nadas a darnos un control instrumental del mundo obser- texto hay que considerar la mecánica newtónian_a como u?
vable, no serán juzgadas por su verdad o falsed~d. sino instrumento de cálculo que nos permite deducir las posi-
más bien por su .utilidad como instrumentos. ciones y velocidades observables de Ias bolas de bil!ar en
La idea de que la ciencia aspira a dar una definición un momento dado a partir de las posiciones y veloc1dades
verdadera de la realidad es utilizada a menudo como con- observables en otro momento distinto. No hay que supo·
trapunto al relativismo. Popper, por ejemplo, utiliza de ner que las fuerzas implicadas en esto~ cálculo_s Y en ot,ros
esta forma la verdad. De acuerdo con esta utilización, una similares (las fuerzas impulsoras deb1das al tmpacto, las
teoría puede ser verdadera aun cuando nadie crea en ell;¡ fuerzas de fricción, etc.) sean entidades que existen real·
y puede ser falsa aun cuando todo el mundo crea en ella. mente. Son invenciones del físico. De manera similar, nues·
Las teorías verdaderas, si es que de hecho son verdaderas, tro instrumentalista también considera que los átomos Y
no lo son en relación con las creencias de unos inc,lividuos las moléculas implicados en la teoría cinética de los gases
o grupos. La verdad, entendida como una correctl\ definí·· son cómodas ficcioñes teóricas. Hay que justificar la intro-
206 Realismo, instrumentalismo y verdad 207
,:<!lllll'!: !?, 9halmers
ducc~ón d~ estas _entidades teóricas ,po¡; ¡~¡.¡ .·lltilidad para sólida base de la observación, su postura se ve socavada
relac1onar un conjunto de observaciones sobre un sistema por el hecho de que todos los enunciados obse~vacionales
físico que conlleva gases (la altura del mercurio en un ma- dependen de la teorla y son falibl~s .. L~ postura mst~umen­
?ómetr~, !a lectura de un termómetro, etc.) con otro con- talista ingenua descánsa en una d1stmc1ón que no ex1ste ..
!unto s1mllar. Las teorias científicas no son más que coñ- El hecho de que'· las teorías puedan conduc1~ a predic-
JUntos de reglas para relacionar un conjunto de fenómenos ciones nuevas constituye algo molesto para los mstrumen·
o?servables con otro. Los amperímetros, las limaduras· de talistas. Les debe parecer un. extraño accidente qu_e las
h1erro, los planetas y los rayos de luz existen en el mundo. teorías que se supone son meros instrumento.s de calculo
Lo~ electrones, los campos magnéticos, Jos epiciclos tole· puedan conducir al descubrimiento de nuevos ttpos de _fe~ó­
ma1cos y el éter no. menos observables por medio de conceptos que son ficciO-
Si hay cosas que existen en el mundo. además de las nes teóricas. El desarrollo de las teorías sobre la estructura
cosas o~servables y que quizá sean responsables del com- molecular de los compuestos químicos orgánicos propor-
~ortamJento de las cosas observables, eso es algo que no ciona un bonito ejemplo. La idea de que la estruc.tura mo~
mteresa al instrumentalista ingenuo. Cualquiera que sea lecular de algunos j compuestos, po_1 ejemplo el benceno,.
su postuz:a acerca de esta cuestión, para él no es asunto debía consistir en altillos cerrado~ de átomos fue propuesta
d~ la ciencia establ~cer lo que. puede existir niás allá del por vez primera pÓr Kekul~ El prqpio Kek_ulé tenía _un~
rem~ de la observación. La ciencia no nos . proporciona un actitud en cierto modo instrumcnta!Jsta hacm su Leona Y
~ed10 .seguro de ·llenar el vacío entre lo observable y lo consideraba que. st/.s estructuras anulare~ eran utiles fic-
mobservable. · ciones teóricas. Se~n esto, hay que cons1derar como un~
Los análisis realizados desde el cornien~o de este libro notable coincidenci;). que en nuestros días se puedan ver ca~1
aportan un amplío material para criticar esta variedad in· •directamente• est~s ficciones teóricas a iravés de los mi-
genua de instrurnentalísmo. Quizá la critica más fundarnen· croscopios electrón1cos. De manera· similar, ·los defensores
~al sea la q~e atañe a la clara distinción que. establece el instrumentalistas de la teoría cinética de los gases deben
mstr;umentahsta entre las entidades observacionales y las haber quedado algo sorprendidos al observar los r~sultados
teóncas. El hecho de que todos los términos observado· de las colisiones de. ms ficciones teóricas con paruculas. d~
nales tienen una carga teórica se defendió ampliamente en humo en el fenómeno del mo'vimiento browniano. Por ultl·
el capitulo 3. Los planetas, los rayos de luz, los metales y mo, el propio Hertz informó que había podido producir los
los gases son en algún grado conceptos teóricos y adquie· campos de la teoría electromagnética de Maxwell de una
ren al menos en parte su significado en la red teórica en •forma visible· y casi tangible•. Episodios como éstos so·
la que flgur~. Las velocidades, quo el Instrumentalista cavan la afirmación Instrumentalista Ingenua de <4Ue las
atribuía do buena s~.a a las bolas de billar on nuestro entidades teóricas ·tienen un~ existencia ficticia o irreal, ·
ejemplo. ante?o~, eran casos. de un conceptb teórico espe- lo que no ocurre con las entidad~s .observables. En la sec·
dalmente s~f1stícado, el cual implicaba la idea de un lírni· ción IV saldrán a la luz otras dificultades del instrumen·
te matemático, que costó bastante ingenio y trabajo des- talismo. . . .
~llar. Inclus.o el concepto de bola de billar implica pro- En la medida en que están dispuestos a conJeturar que
pJedad~s teóricas tales corno individualidad y rigidez. En las entidades teóriéas de sus teorías corresponden a lo que
~a med.1d.a en que los. instrumentalistas corq:parten con Jos realmente existe en' el mundo. los realistas son más especu·
m~uc;hvlstas una actitud precavida que les anima a no lativos y audaces, son menos precavidos y están menos a la
af1rmar nada que no se pueda derivar eon s'eguridad de Ja defensiva .que los ínstrurnentalistas. A la luz de esto Y del
208 AJan F. Cfialmer$ 209
Realismo, instrumentalismo y verdad
análisis. de _la superioridad de la concepción falsacionista Los defensores de Osiander tenían buenas razones para
de la c1cncta sobre la inductivista llevado a cabo 1en los seguir su linea instrumentalis1'ta. Al hacerlo, evitaban cierta·
<'apfloolw·• 4 y ·5 . JIU ' lcnlo5 c~pcrna· qut~ 1n pushu·n ¡·cullstll mt·ntc las ~.:onu·uvci'.Sins que se tlc--scucnc.lcnm·un t•n tunan ni
~.t.'a _n~.:h productiva que lu lustnuncntalistu. Un Cicn1plo con[licto entre la teoría copcrnicana, por un ludo, y la· crls·
lustonco mostrará que es así. ( tiandad de la época y la metafísica aristotélica, por otro.
Algunos c~nte~poráneos de Copérnico y Galile6 adop- También había argumentos físicos en contra del sistema
t~r~n una actttud ms~rumentalista frente a la teoría coper· copcrnicano, ya analizados en el capítulo 6, y una interpre·
nJc,Jna. En el prefaciO a la principal obra de Co é · tacit." Instrumentalista de la ·tcorla la protegía de esns di·
IJ•/···/' prmco,
~ .'H 1 cvu uczutws te
1 los cuerpos celestes, Osiander es-. ficultades. Por el contrario, la postura realista que dcfcn·
cnbta: día Galileo planteaba muchos problemas. ,Justamente fue·
ron esos problemas los que proporcionaron un importante
. ·. constituye el deber de un astrónomo componer la historia incentivo para desarrollar una óptica y una mecánica más
de _los mov_nnicntos celestes a través de una observación cuida· adecuadas. Como demostró nuestro anterior ~studio, la acti·
dosa Y h~bt_l. L~cgo, pasando a las causas de estos movimientos
o a las htpot~s1s acerca de ellos, debe concebir e id.ear 1 !)'a que tud realista fue la productiva, al menos en este caso. Aun·
en modo alguno .puede lleg.ar a l;ls causas verdaderas, hipótesis que la teoría copernicana no hubiera resultado capaz de
q~e. al ser asu~tdas, permitan calcular correctamente loS· movi· s:~perar sus insuficiencias, se habría aprendido mucho de
n11entos a part1r de los principios de la geometría, tanto para el óptica y mecánica en el proceso. Hay que preferir la actitud
futuro como para el pasado. El autor [Copérnico] ha cumplido realista a la instrumentalista ingenua porque abre más opor·
estos do~ deberes de manera excelente, ya que estas hipótesis !unidades de desarrollo.
no neces1tan ser verdaderas ni siquiera probables; es s~iciente
que proporcionen un cálculo coherente con las observaCiones1
1o
III. LA TEORIA DE LA VERDAD COMO CORRESP~JNDENCIA
N~ h~y que considerar la teoría corpenicana como upa des·
cnpc1ón de lo. que realmente es el mundo. No afirma que
real~ente la tierra se mueva alrededor del sol. Más bien es
Como se indicó en la secci~n I, la postur~ realista típica
un mstrumento de cálculo que permite relacionar un con· conlleva una idea de verdad' según la cual¡ se puede decir
Junto de posiciones planetarias observables con' otros que las teorías .verdaderas dan una desc~'pción correcta
c?njuntos. Los cálculos resultan más fáciles si se trata el de algún aspecto del mundo '.real. En 'esta -s cción investiga·
Sistema planetario como si el sol estuviera en el centro. ré los intentos que se han hecho por pre isar la idea de
Por el contrario, Galileo era realista. Cuando se levantó verdad aplicable en este contexto. Aunque ro lo argumen·
d.•! suelo tras haber confesado de rodillas ante la Iriquisi· taré aquí, parto del supuest\) de que la llamada cteorla de
c1on romana los •errores en que había incurrido• al defen· la verdad como correspondencia• es la única teoría viable
der el sistema copernicano, se. dice que dio una patada en que aspira a una concepción de la verdad· capaz de satis·
el suelo y que murmuró: •Y, sin embargo, se mueve•. Para facer las exigencias del realista, y me limitaré a analizar Y
un r,ealista defensor de la teoría copernicana, la tierra se criticar esta teoría. '
mueve realmente alrededor del sol. ; La idea general de teoría de la verdad como correspon·
dencia parece bastante sencilla y puede ser ilustrada con
• 1• E. Rosen, Three Copernican trcatise.s, Nueva York, Dovet, 1962 ejemplos sacados del discurso ordinario de tal forma que
pagma 125. · ' parezca casi trivial. De acuerdo con la teoría de la verdad
210
Alan F. Cha/mers Realismo, instrumentalismq y verdad 211

como correspondencia, una. frase es verdadera si corres- pondencia de Tarski es, pues, que si .queremos hablar de
ponde a los hechos. Así, la frase •el gato está encima del la verdad de· las frases de "un determinado lenguaje, nece-
felpudo» es verdadera si corresponde a los hechos esto es sitamos un lenguaje más g¡;)leral, el metalenguaje, en el que
~~ hay de ~erdad un gato. encima del felpudo, mie;tras qu~ nos podamos referir tanto :a las frases del objeto lenguaje
~s· falsa SI no hay ~mgun gato encima del felpúdo. Una como a los hechos a los. que se supone que corresponden
rase es verd_adem SI las cosas son como dice la frase que estas frases del objeto lenguaje. Tarski tuvo que demos-
son y falsa SI no lo son. trar cómo se puede desarrollar sistemáticamente la idea de
Un problema de la idea de verdad es la facilidad con la verdad como correspon~encia para toqas las frases del
que su uso puede llevar a paradojas. La llamada paradoja objeto lenguaje de forma .que se eviten las paradojas. La
del ~ent1roso puede servirnos de ejemplo. Si afirmó: •Nun- razón de que esto fuera una tarea técnicamente difícil es
ca d1~o la verdad•, ent~nces si ~o que digo es ve'rdad, lo que todo lenguaje interesante tiene un número infinito de
que d1go es falso. Otro ejemplo b1en conocido es el' siguien. frases. Tarski logró su tarea en lenguaje~ con un número
tt! .. ln1aginemos una carta en una de cuyas caras. está es· finito de predicados de po~ición única, es decir, predicados
~n~: •La fra~e escrita en la otra cara de esta. carta es como ces blanco• o ces una mesa•. Su técnica daba por
~e:_.adera•, mientras que en la otra cara pone: •La frase supuesto Jo que significa que un predicado sea satisfecho
"'""'" en la otra cara de esta carta: es falsa•. No es dT ·¡ por un objeto x. Los ejemplos del lenguaje cotidiano pare·
:om¡;>rc~_der que, en esta situación, se pu~de llegar ~ ~~~ cen triviales. El predicado •es blanco•, por ejemplo, es sa-
tnctusmn paradójica de que cualquiera de las frases de tisfecho por el objeto si x es blanco y sólo en ese caso, y el
a c~na e_s a la vez verdadera y falsa. predicado •es una mesa• .es satisfecho por x si x es una
. El logtco A_lfred Tarski demostró cómo se pueden evi- mesa y sólo en ese caso. Partiendo de esta idea de satis-
~~ las parad_ojas en u_n ~eterminado sistema de lenguaje. facción de todos los predi~ados de un lenguaje, Tarski de-
~ paso eructa! es su mststencia en que, cuando se habla mostró que se puede elabdrar una idea de verdad para to·
de la verdad o f~ls~dad_ de las frases en un sistema .de .len· das las frases del lenguaje, Para emplear una terminología
rUaje, hay que dJstmgUJr cuidadosa Y sistemáticamente ]as técnica, dando por sentada, la noción de satisfacción primi-
rases ~n el ststema de lenguaje del que se habla, eL•ob "eto tiva, Tarski definió la verdad de forma recursiva.
~enguaje», de las. frases en el sistema de lenguaje en el ~ue El resultado de Tarski¡ tuvo ciertamente una gran im·
>e habla del obje~o lenguaje, el •metalenguaje•. Con res- portancia técnica para la lógica· matemática. Tuvo un gran
fecr~. a dabparadoja de la carta, si adoptamos la teoría de impacto sobre la teorí.a del modelo y tanjbié~ tuvo ramifi-

tr~ e ~mos decidir si las frases de la carta pertenecen
a s~stema e lenguaje del que se habla o al sistema•.de len-
caciones para la teona de la prueba. Trmbién demostró
.pór qué se pueden producir contradicciones cuando se ana-
gua¡e en el que se habla. Si se considera que las frases de 'liza la verdad en los lengtlajes naturales e indicó cómo se
ambas caras de la carta pertenecen al objeto ·lenguaje en- pueden evitar estas contradicciones. ¿Consiguió Tarski algo
~~Bccs 1~o Sl! puede pensar que se refieran la una a la ¿tra más? En concreto, ¿dio algún paso hacia una explicación
' se stgue la r~gla de que cada una de las frases deb~ de la idea de verdad que pueda ayudarnos a entender la
pert~necer al objeto lengu~je o al metalenguaje, pero no a afirmación de que la verdad es la finalidad de la ciencia?
1?~ dos .1 de manera que mnguna de las frases pueda refe- El propio Tarski no lo creía. Consideraba su explicación
ruse a. a otra y al mismo tiempo ser objeto de referencia como .¡epistemológicamenle neutral». Otros no compar-
por p:.u te dt.! la otra, no surge ninguna parado" • ten la opinión de Tarski; Popper, por ejemplo, escribe:
una '"d ea e1ave de la teor!a de la verdad comoja. .·
corres- ·Tarski. .. rehabilitó la teorla de la. verdad absoluta u obje-
212 Realismo, instrumentaU,smo y verdad 213
Alan F. Chalmers

!~aR~~:odi~r~s~obndencia, c¡.ue _se h~bía. vuelto sospecho- porque tenemos una concepción de la verdad significativa
. n e e r~ uso de, la Idea mtuitiva de Ja verdad y cotidiana por Jo que las frases 1 y 2 de Popper antes cita·
horno correspondencia. a Jos pechos. •. Veamos el uso que das parecen obvia y trivialmente correctas, La cuestión im-
d ace Popper de. Tars~1 para yer si el primero es capaz de portante que se suscita aquí es: c¿Es la idea de verdad
emostrar la afirmación de que tiene sentido habla d . propia del sentido común suficiente para dar sentido a la
verdad como la finalidad de IJa ciencia. r e Ia afirmación de que la verdad es la finalidad de la ciencia?•.
He aquí el intento de Pqpper de elucidar la idea d En la siguiente sección, argumentaremos que no lo es.
•correspondencia a los hechos.: , e

....en primer lugar considerare~'os las dos formulaciones si· IV. PROBLEMAS DE LA IDEA DE VERDAD
ru•entes, cada una de las cuales establece de modo muy . 1 PROPIA DEL SENTIDO COM UN
h~~h~n meta~enguaj~) en qué ondiciones corresponde s~mfo:
s un¡¡ cierta aftrmaclón ( e un objeto lenguaje). Antes de hablar de los:problemas que tiene para su aplica·
l. ; ~~';:'~do. ~ ~fi~aclón • \a nieve es blanca• corresponde
1
. 1 e os SI a meve es, de hecho, blanca y sólo en ese
ción a la ciencia la idea de la verdad como corresponden·
cía propia del sentido clOmún, me gustarla rebatir una objc·
caso. 1 '
ción a aquélla que considero equivocada. Si me preguntan
2
· .;11en~nc~do ~ afi~ación •la hierba es roja• corresponde a qué corresponde un, enunciado como •el gato está enci-
cas~\ ec os SI la hierba es,l de hecho, roja, y sólo en ese ma del felpudo~. entonces, a menos que me niegue a con·
testar, debo responder[;con un enunciado. Responderé que
ce) gato está encima de;! felpudo• corresponde a que el gato
Esto es to~o lo que en realid~d tiene que ofrecer Po er está encima del felpudo. Los que apoyan la objeción en
a f~odo. de m_tento de articular /Jo que significa decir d/~na que estoy pensando replicarán a esto diciendo que al dar
: ;rm~c¡ó: Científic~ que es vhdadera o que' corresponde mi respuesta no he establecido una relación entre un enun-
p os ec os. A la VISta de ello, las formulaciones 1 y 2 de ciado y el .mundo, sino entre un enunciado y otro enuncia·
opper son tan evidentemente correctas que se quedan en do. Esta es una objeción equivocada, como puede mostrar·
mera pedantería de filósofo. se con una analogía. Si tengo un mapa de Australia y me
. Los ej.e~plos que ofrece Popper están tomados del dis· preguntan a qué se refiere el mapa, entonces la respuesta
c~rso co!Id¡ano, del sentido común. El tratamiento poppe. es ·Australia•. Al dar esta rt!Spuesta no digo que el mapa
nano de _la verda? se componf esencialmente del aparato se refiera a la palabra •Australia•, pero si me preguntan
de Tars~I más la ~dea de verda~ propia del Sel)tido común. a ·qué se refiere el mapa debo dar una contestación verbal.
Aho:a b1en, ~s e~1dente que la idea· de verdaCl propia del Ni en el caso del gato ni en el del mapa es razonable decir
~-~n~~od comun llene algún tipo de significado y aplicabi- que mi contestación verbal implica la afirmación de que
I a • < e otro modo, no tendríamos esta idea en nuestro en el primer caso la frase •el gato está encima del felpudo•
lengua~e .Y ~o seríamos capaces, por ejemplo, de establecer y en el segundo caso el mapa se refieren a algo verbal.
una distmción entre verdad y mentira. Es precisamente Para mí al menos, la áfirmación de·que ce) gato está enci·
ma del felpudo• se refiere a que el gato está encima del
felpudo es perfectamente inteligible y. al menos desde el
' KK. R. Popper, Conjectures and refutatio'ns Londres Routledge
an d egan Paul, 1963, p. 223. ' : ' punto de vista del sentido común, trivialmente correcta.
. 1/bid.; p. 224. T.ras haber rebatid«;> una objeción equivocada a la teo-
214
215
AJan F. Chalmers Realismo, instrumentalismo y verdad
ría de la verdad como correspondencia, me gustaría nacer comprobar leyes y teorías c:ientflicas. Los aconteci~ientos
hincapie en un punto relacionado con ésta. ·Dentro de la que se producen durante la eje~ilción de u? expenmento,
teoría de la verdad como correspondencia, tenemos que Jos destellos en la pantalla, la posición del fiel en la balan·
relenrnos, en el metalenguaje, a las frases de un sistema za, etc., son en cierto sentido ocasionados l?or agent~s hu-
de lenguaje o teoría y a Jos hechos a Jos oue estas frases manos. No se producirían de no ser por la mtervenc1ón. de
pueden o no corresponder.Sin embargo, sÓlo podemos ha- agentes humanos. Aunque es cierto que, en este sent1do,
blar de Jos hechos a Jos que pretende referirse una frase las conjunciones de acontecimientos relevantes para la com·
utilizando Jos mismos conceptos que están implícitos' en probación de )as leyes son oeasionadas por sere~ ·hum~­
la frase. Cuando. digo •"el gato está encima del felpudo" se nos )as leyes 'que son comprobadas .gracias a los experl·
refiere a que el gato está encima del felpudo•, utilizo' los me¿tos no son ocasionadas por ~res humanos. (Pue~o fá·
concepws •gato• y •felpudo• dos veces, un11 en el objeto cilmente hacer que fracase un experimento con un\1~t~["
lenguaje y otra en el metalenguaje, para referirme a''los vención torpe y, por tanto, hacer ·que fracase la an e a a
hechos. Sólo se puede hablar de los hechos a los quEÍ se conjunción de acontecimientos. Con ello no _ha~o que fra·
rdiere una teoría, y a los que se supone que corresponde, casen )as leyes de la naturaleza.) Por cons¡gul~'_lte, debe
utilizando los conceptos de la propia teoría. Los hechos' no . hacerse una distinción entre las leyes de la fiSic~ Y las
son comprensibles para nosotros, ni podemos hablar·' de ·secuencias de acontecimientos normalmente produc1dos en
ellos. independientemente de nuestras teorías. una actividad experimental, que constituyen la demostra-
Si se supone que las teorías de la física corresponden ción de esas leyes. . d d
a los hechos, las correspondencias implícitas serán nota- Si pienso que la física es una búsqueda ~e la ver a .'
blemente diferentes de las implícitas en una conversación las correspondencias implícitas son fundamentalmente ~~­
acerca de los gatos que están encima de los felpudos. El ferentes de )a que se expresan en los enunci~dos acerca e
argumento central del libro de Roy Bhaskar A realist thebry queJa nieve es blanca y )os gat,os están enc1ma d_e los fel-
of science • deja muy claro esto. El análisis de Bhaskar''de- pudos. En términos generales, )as leyes de la fís1ca selec-
muestra que las leyes y teorías científicas no pueden 'ser cionan ciertas propiedades o caiactetísticas que p~eden ser
concebidas como la expresión de unas relaciones entre con- atribuidas a objetos o sistemas del mundo (por e¡emplo, la
juntos de acontecimientos, como dirían muchos empiristas. masa) y expresan las formas en que tienden a tomp_ortarse
,!,as leyes de la ciencia no pueden ser interpretadas como estos objetos o sistemas en virtud de aquel~as P':op1edades
la expresión de conjunciones constantes de acontecimientos 0
características (por ejemplo, la ley de la metc1a). ~n. ge-
de la forma •los acontecimientos del tipo A van invariable- neral, Jos sistemas del mundo poseerán otras. caracten~t¡cas
mente acompañados o seguidos de acontecimientos 'del además de las seleccionadas por una determm~da _ley. Y es-
tipo B•. El argumento de Bhaskar se basa en el hecho 'de tarán sujetos a la acción simuhánea . de ten~4nc1as . e~ su
que la física implica experimentación y en el papel que la comportamiento asociadas a estas caracterfsttclas ad~c1ona·
experimentación desempeña en la física. Los experimeJ#os )es Por ejemplo, una hoja que cae es a la ve~ u? s1stema
son realizados por agentes humanos. Los agentes humanos me.cánico. hidrodinámico, químico, biológi~o, ópt1co Y tér·
idean y reúnen los proyectos experimentales que constitu- mico. Las leyes de )a naturale:¡;a no se ref1eren a las rela-
yen los sistemas más o menos cerrados adecuados para ciones entre acontecimientos localizables, tales como _gatos
que están encima de felpudos •. sino a algo que podnamos
• Roy Bhaskar, A realist theory of science, Brlghton (Sussex), llamar tendencias transfactualtls. , . .
Jl;\1"\'l'Sil'r, 1978. Tomemos como ejemplo )a primera ley del¡ movimiento
216 Alan F. Chalmers Realismo, instrumentalismo y verdad 217
de Newton, la ley que Alexander· Koyré describía como la dad como correspondencia a la física se refiere al hecho de
e~plicación de lo real por lo imposible. Ciertamente,. nin- que a menudo. hay formulaciones alternativas y muy dife-
~n cuerpo se ha movido jamás de una fornía que ejempli· rentes de la misma te9ría. Ejemplos de ello son las formula·
faque perfectamente esta ley•. Sin embargo, si la ley es co- ciones alternativas de la teoría electromagnética clásica:
rrecta, todos los cuerpos la ~edecen, aunque rara vez ten· una formulación en términos de campos electromagnéticos
.g~n la p~sibi!idad de demost arlo. El propósito de la expe- que ocupan to4o el espac¡o, y la otra en términos de cargas
ramentacaón es darles .la posi, ilidad de demostrarlo. Si las y corrientes localizadas que actúan a distancia, estando las
leyes de Newton son •verdaderas», lo. son siempre. No son acciones expresadas •en forma de potenciales propagados
verdader~s sólo en condiciones controladas experimental- con la velocidad de la luz. Otros ejemplos son las diver·
mente. Sa. lo fueran, no estaría justificado aplicarlas fuera sas formulaciones ·de la mecánica clásica y .la mecánica
de las condiciones expedmentales. Si ·las le~es de Newton cuántica. Parece ser que hay grandes posibilidades de que
son verdaderas, son siempre verdaderas, pero habitualmen- algunas de estas formulaciones alternativas sean. equivalen·
te van acompañadas de la acción ,simultánea de otras ten· tes, en el sentido de que cualquier cosa que pueda ser pre-
dencias. Si .las _leyes de Newton corresponden a algo, ~ dicha o explicada por una puede ser predicha y explicada
a .unas tendencaas transfactuales, que son inuy diferentes por otra •. Las alternativas equivalentes de este tipo, si es
de unos estados ·de cosas localizados como. los gatos que que lo son, constituyen un estorbo para los defensores de
están encima de lós felpudos. · la teoría de la verdad como correspondencia.' Dichos ddcn·
H_nsta ahora, nos hemos ocupado del tipo: de correspon· sorcs se enfrentan, por ejemplo, a la cuestión de si el mun·
denc1Bs que podrían estar implicadas en la física. Conside-
do contiene realmente campos electromagnéticos o poten·
remos ahora algunas razones para dudar de que la física
ciales propagados, y ':no tienen medio alguno de responder
pueda ser concebida como una busqueda de .Ja verdad.
a la pregunta.
· El tipo de problema en que estoy pensando ha sido plan·
teado por Kuhn'· Se refiere a la falta de convergencia mos· Una tercera dificultad para los defensores de la teoría
trada por la historia de la física con respecto a los tipos de la verdad como correspondencia se deriva del hecho de
de cosas que existen y las tendencias que tienen. La histo· que nuestras teorías son productos humanos sujetos a des·
ria de la ~ptica ofrece un ejepaplo notable. En el progreso armllo y cambio, mientras que el modo de comportamien·
de la ópttca desde Newton hasta los tiempos actuales en· to del mundo físico, que es el objeto de estas teorías, no
con tramos que el rayo de luz es descrito ~rimero como lo es. La versión· intransigente de la ·tesis de que la final!·
una corriente de partículas, luego como una onda y luego dad de la ciencia es la verdad choca con la simple observa-
como algo que no es ni una corriente de partlculas ni una ción: Desde el punto de vista de la teoría de la verdad como
onda. ¿Cómo puede esta secuencia de teorías ser concebida correspondencia, la meüi ideí'l de ct¡alquier rama de la cien·
como un progresivo acercamiento a una descripción ver-. cia será la •verdad absoluta u .objetiva•. Será la correcta
dadera de lo que- es el munqo realmente? J:':ste problema descripción. de aquel. ~specto. del mundo del que se ocupa
surge, aunque no siempre de .Eorma tan clara, cada vez que esa rama en concreto de la ciencia. Aparte .de algunos as·
hay un avance revolucionario 1 en la física.
Otro problema para la aplicación de la teoría de la ver· 6 No es éste .el lugar· para entrar en detalles acerca del debate
sobre si los ejemplos que he dado constituyen de hecho alterna·
ti vas equivalenteS. Si se .révelara que no existen altern,ativas cquiva·
.s Véase Thomas Kuhn, The structure o/ ascien~f/ic r'evolutions, le~tes como las que yo Qe supuesto, entonces la objeción particular
páginas 206-7. que hago aquí, por sup~esto, desaparecería.
218
Alan ·F. Chalrners Realismo, instrumentalismo y verdad 219
pectos secundarios tales CC'mo 1
denominar los rasg.os p . as palabras utilizadas para una teoría su contenido de verdad y al cqnjunto de todas
reextstentes del d .
una rama de la ciencia la d d ~un o, 1a meta de las consecuencias falsas de una teoría su contehido de fal-
un producto social. Es;á p;:~e~ • ~o ~ra en modo >alguno sedad, podremos decir, citando a Popper:
del mundo antes de ·que J • .rmma a por la na tu. raleza
. . a ctencta se embarq . suponiendo que el contenido de verdad y el contenido de false-
Ctcncta, que es un·prod 1 . ue en e 11 a. La
uc o saeta1 si q · · ¡ dad de dos teorías 11 y .1 2 sean comparables, podemos decir que
na vez su meta. así concebida d '. . u~stera a canzar algo-
un producto humano social ' eJana ruscamente .,de ser r, es mucho más parecida .a la. verdad o corresponde mejor
a los hechos que r1 si (a) el cont~nido de verdad 1de 12 es ma-
ti do fuerte, no sería ~n . b '/ara ser algo que, en un sen- yor que el de 11, pero no su cónteriido de falsedad,: o (b) el con-
por lo meno a so uta un producto humano. Yo
decir más. s, encuentro que esto es poco probable, .por no tenido de falsedad de 11 es mayor qlle el de 12 , pero· no su conte-
nido de verdad y sólo en ese caso 7• '

Si vamos más lejos y suponemos que el tamaño de los dos


V. conjuntos es medible, supuesto ,del que duda P¿pper, .enton-
LA APROX!MAC!ON A LA VERDAD DE POPPER
ces podremos decir que la. verosimilitud de ~na teorla es
Una importante contribución de p algo parecido a la medida de s\.¡: contenido de v,erdad menos
~ebir la ciencia como b. dopper al proyecto de con- la medida de su contenido de:;falsedad. La ~irmación de
conocimiento de la im~~:ta::i~u~e al d~dla vderd~d f~e su. re- que una ciencia se aproxima. a la verdad se p ede expresar
a la verdad p . p a 1 ea e aproxtmactón de la siguiente manera: •A medida que progr sa una cien-
do que h ..;'a opper, el falibilista, las teorías d;l pasa·
Gal"l anNst o reemplazadas, tales como las mecánjcas de cia, la verosimilitud· de sus teorlas aumenta ininterrumpi·
1 eo o ewton, son falsas a la luz de n . . damente• ·
actuales, miL'ntras que or 1 uestras leonas No creo que este movimiento de Popper 1~ permita su-
dcrnas cinstciniana o c!ntic~ ~u: re~pecta a Ibas fi~icas mo- perar las objeciones a la aplicaCión de la teorul de la verdad
dadcras De h. h
tibh d: :e ' po emos sa er s1 son ver-
o,lson muy probablemente falsas y suscep-
c. e ser 1ecmp azadas en el futuro por t , • .
como correspondencia a la física analizadas 1en la sección
anterior. Además, creo· que se puede demostrar que la con-
res. A pc_sar de esta falsedad, o probable f l e~n~s J~'peno­ cepción popperiana del progreso como aproximación suce-
tras leonas, los falsacionistas como Po e a se a ' 'f nue~- siva a la verdad tiene un carácter instrumentalista que no
J~~ 1~ ciencia progresa acercándose ca~~ ~e~~:~ ~~ad~~~~ está de acuerdo con sus aspir¡tciones realistas.
d~ Nc;; ~J~~f 1 ~á~e e;;~ ~bliTados a decir que la; teoría
01 Si consideramos los cámbios revolucionarios en el des-
aun cuando ambas sean fa~sa: :C, ve~~as~ d~~ la de qalileo, arrollo de la ·fisica, entonces la teorla reemplazada como
era importante para él dar u~ P~ ·~ cuenta l¡je que resultad() de la revolución no es sólo inadecu;Í.da a la luz de
mación a la verdad de for senttdo ~ la tdea de aproxi- la teorla que la reemplaza, sino que atribuye j-asgos al mun-
tido decit que ia teo . dmNa que, por eJemplo, tuviera sen- do que éste no posee. Por ejemplo, la teoría de .Newton
na e ewton es me jo ¡ d G· at.ribuye, una pr,opiedad de •masa• a todos los sistet;~tas
lileo· como aproximación a la verdad. r que a e a-
Popper intentó dar un sentido 1 • ••
verdad, o ''erosimilitud, como la Ila~óa apr~xm~acu~n a la 1 K. R. Popper, Conjecturu arid refutations, ::'· l2JJ.
consccucncia's verdaderas y falsas de ~n:n ter~mo~': de las 1 Los recientes intentos de djversos autores pOr hacer que la
mos al conjunto de toda 1 . leona. St ¡llama- noción d~ verosimilitud sea más 'precisa llevan todos ellos el sello
. s as consecuenc1as verdaderas de de un programa degenerador. ·
221
l . mo y verdad
220 AJan F. Chalmirs Rea&sm.l . 0 instrumenta IS ue
. . · la afirmación de que_ • 10 q
o partes de sistemas del mundo, mientras que, desde 'el pun-,! tes. Choca, por eJe~pl?• ·:ndescribir Y (en la medJdr def;~
to de vista de la teoría de Einstein, no existe. tal propiedaii. intentamos en la c~encJ~ ' En el próximo capítu o o
La masa einsteiúiana .es una relación entre tin sistema ffiiéQ• posible) explicar la reahd~d· . t para demostrar que este
y un marco de referencia. Comci hemos ·vi$'to, tanto Kuhn ceré un argumento co?"m~ eealismo es insuficiente.
como Feyerabend hán subrayado hasta qué punto el múii· abandono instrumentalista e r
do mecánico descrito por ·la teoría de Newtoh es diferéiitii;
del mundo descrito por· la teoría de Einstein. Las cónee~
ciones anticuadas e inadecuadas de masa, fuerza; esp~S'! LECTURAS CO MPLEMENTARIAS
y tiempo, que son utilizadas en la formulación -de la teom_; r dos en K. R. Pop-
. cntalismo son ana tza Conjcc-
newtoniana, son transmitidas a todas sus consecuenciv,j E.I realismo y el mstrum ·ng human know!edge•. en paul
deductivas. Por consiguiente, si hablamos estrictamente de r cThree views concerm Routledge and Kegan •
verdad y falsedad, todas esas consecuencias. deductivas SOl.%'
9
~:r~s and ~e~~;.at~on~. ~~~~=~end, cRe~li: ::: !~~;;::;,~~:
falsas. El contenido de verdad de la teoría de Newton ~­ 19~9. PP· The' critica! approach to sc&en !964, PP· 280-308;
nulo. como .el contenido de verdad de. todas las .teorias tahsm•. en . . Nueva York , Free Press, . hy Nueva· York •
mecánicas anteriores a ·Einstein. El contenido de verdilil· M. Bunge, comp., science and phllosop ~ b la ver-
Smart Between 1 "• Tarskt so re
'de 1~ propia teoría de Ein~in tal vez resulte ser. nulq deit Y J · J · e· ' 8 EÍ articulo forma ..., s• reedita·
pués de una futura revolución científica. Visto de· c;sta f9~· Random House, 196 . f truth in forrnalised _lenguag: ~ Oxford
dad es cThe concept. o nd metamatkemaucs, Lon re • formal
ma, el intento de Popper de comparar las ~eorías •fals~~ do en Logic, semanttcs a 152-278. Un resumen menos and the
University PreJs, 1 ~ ~;.~:-semantic conceptionp~f ~::~nological
comparando sus contenidos de- verdad y falsedad, y conci· 5
hiendo así la ciencia como una aproximación a la verdad. de sus ~esulta os C:Oantics•, Philosoph~ and ·enforma1 es su
se viene abajo. foimdattons _of se 341-376, y un ¡nf?~e J 1969. La teo-
Hay una forma de hacer que la concepción popperi~\1 ·Research, 4, 1944f, PJ~ientific American, JUniO de sobre todo
de aproximación a la verdad sea inmune a este tipo 4e cTruth and proo •· . er puede encontrarse Con·
criticas. Esta forma consiste en. interpretar las teorías ins~ rla de la verosimilit_ud .dedP~~~ growth of knowledge•, e~ com·
h rationahty an n cTwo faces o
trumentalmente: Si, ·por ejemplo, añadimos a las afirma~ ~n cTrut • futatiotiS, capítulo 10, y e Tarski's theory of
dones de la teoría de Newfon ciertos procedimientos prác: ¡ectures and . re Philosophical comments o~ 9 respectivamen-
ticos para someterla ·a prueba, procedimientos· definidos mon sense• Y. ~tive knowledge, capltulos ! o; de la verosimi-
para medir la masa, la longitud y· el tiempo,.-podemos decir truth•, en Ob¡:lisis dJ, ciertos asp~ctos técn~cfor the PhilosophY
te. Para un ~n -~ véase Brttlsh Journa
que un gran n(lmero de las predicciones de· la teoría new· litud por vanos autor,.., !SS:I88.
,toniana, interpretadas en ·términos de la lectura de balan· of Science, 25, 1974, pp.
zas y relojes, resultarán. correctas dentro de los límites de
la precisión experimental. Cuando se interpreta de esta for·
ma, .. _el co¡;:~tenido de verdad de la teoría de Newton, así
<;Omo de Otras teorías falsas, no es nulo y podría ser posi·
ble aplicar la concepción popperiana de aproximación a la
verdad a o'tras teorías dent¡-o de la física: Sin embargo,
esta interprelaci~n ·:de la teofÍa popperiana de la verosimi·
litud introduce un, .elemento instrumentalista que choca con Ob¡"ective knowledge, p. 40.
, K. R. Popper •
las intenciones realistas de Popper expresadas en ·otras par·
~~. REALISMO NO REPRESENTATIVO

I, LA RI!LACION ENTRI! LAS TI!ORIAS Y SUS SUCESORAS

'En el capitulo anterior critiqué las concepciones instru-


mentalistast de _la fisiea y también aquellas concepciones
-realistas ·que conllevan una teorfa de·Ja verdaél como corres·
pendencia. Ahora me toca a mí sugerir una alternativa via-
ble. Como preliminar-~ esta tarea, en esta sección· dicé algo
más acerca de la reláción entre las teorlas suplantadas y
Jas que las reemplazÍm como consecuencia de un cambio
revolucionario. Será --conveniente centrar la atención una
vez más en la relación entre la teorfa de Newton y la de
Einstein, que es el ejemplo favorito de Kuhn y Feyerabend
para ilustrar lo que ellos llaman inconmensurabilidad.
Como he subrayado anteriorinente, la descripción del
mundo implícita en la teoría de Newton es muy diferente
de la impllcita en la tee>ría de Einstein. A la luz de la tee>-
ría de Einstein, la de Newton no corresponde a los hechos.
Así pues, ¿qué explicación ha de dar el realista de la rela-
ción entre la teoría de Newton y el mundo y cómo ha de
explicar el hecho_ de que tuviera tanto éxito como tuvo?
En el capítulo anterior encontré una serie de razones por
las que la concepci,ón instru111entalista no vale. Me gustarla
subrayar la importanCia del argumento de Bhaskar a este
respecto. Dado que los .dos¡;ientos aiios largos de desarrollo
de la f!sii:a newtoniana implicaron de forma esencial una
experimentación,· no es posible hacer inteligible esta física
y su éxito parcial definiéndola como un intento de estable-
cer correlaciones entre hechos, observables o no 1• Por con-

1 En la medida en que el lnstnunent;lll$mo conlieYa el .supuesto


de que la flslea ha de ser entendida como una. elcncia que hace
Realismo no representativo
224
. . Alan F. Chalmers
Una .vez más, nos vemos obligados a sacar la conclu·
c~ó?
s~gmente, no es aceptable
entre la -teoría de
st a teoría de Einstein
N:,:;:
un r~hsta explicar la reJa-·
.
n Y e mundo diciendo ue .
sión de que la teoría de Newton no puede ser debidamente
descrita en términos instrumentalistas; Por otra parte, tam·
poco puede ser concebida en ténninos tlpicamente realis-
una serie de observado correspopde a los hechos b!rá.
ton interpretadas instru:~~~~form~s con la teoría de¡New"
tas; dado que, desde el punto de vista de la teoría de Eins·
1

a _la teoría de Newton ni ha m_ente: ~sto no hace justicia tein, no corresponde a los hechos •
anos de trabajo experimentat:~n~~hgtbles esos doscientos
Un razonamiento re~ · e a.
sentido. similar. Reconoci~~~~ad~ con éste apunta en un
Il. REALISMO NO Ri!PRESJlNTATlVO

~a lteona de Einstein es lo s e. el marco conceptual de


1· El mundo físico está constituido de t"l forma que la teoría
e a teoría de Newton e u tcte?'temente diferente del de Newton es aproximadamente aplicable a él en circuns·
~~;~s relaciones estrictam~:~ rt;~~~pedir_ que haya entre tancias muy diversas. A la luz de la teoría de Einstein se
e argumentar que st' 1 . ' es, sm embargo ""'" puede entender hasta qué punto esto es as!. La validez
al m d • a leona de E' 1 · • .--
u¡; o, a teoría de Newt ms em es aplicable aproximada de la teoría de Newton ha de ser comprobada
1
o:.
~ente en circunstancias muy o es también aproximada-
1
en condiciones experimentales·, aun cuando, si el mundo
·el d~dmostrar, dentro de la ~:~;r:a~. PEo; eje?Iplo, se pue- está constituido de tal forma que la teoría de Newton es
"e oct ad de un sistema e mstem, que· si la aplicable a él. continuará estándolo independientemente de
marcos de referencia es ~on ~especto a un conjunto de las situaciones experimentales. La teoría de Newton no pue-
masa del sistema será p qu.ena, entonces el valor de la de ser concebida como una teoría que corresponde a los
quiera que sea el marcoa~~oxtmadall_lente el mismo,' cual- hechos, pero su apli~;abilidad
al mundo debe ser entendida
luado con referencia a a é referencia en el-conjunto eva· en un sentido más" lato del que le da el instrumentalismo.
es le conjunto de marcos q~e l. ~or co.nsiguiente, dentro de Creo que un realista que suscriba la teoría de la verdad
mos mucho si tratamos la re erencla no nos equivocare· como correspondencia debe .'lceptar todos estos comenta·
~?~o una relación. De for::s:. c~;no una propiedad'y no ríos sobre el estatus de \a teoría de Newton. Dada ésta, y
~~wnes se_ puede demostrar . lmt ar, en las mismas con· dadas las dificultades asociadas a la teoría de la verdad
te m, que SI tratamos la '.dentro de la teqrla de 'Eins·
ces,_ dentro de un marco ~asa c~mo una propiedad eht~n­ para el tipo de comparación enlre teorlns que he e~bozndo. El hecho
ncf'c~te al conjurto, la su~~e~~mad~ de referencia perle- de que haya una serie de situaciones a las cuales! se prelendc que
son aplicables ambas teorlas (como el sistema solar o el movimiento
ve octdad para cada parte d . pro ucto de la masa y la de las partículas con carga en un tubo de descarga) está garanti-
tante con un alto grado de el Sl_stem_a permanecerá cons· zado por la forma en que la teoda de Einstein surgió'como respues·
punto de vista de la teoría ~~r~~lfi}a~lón. Esto es, desde el ta a los problemas de la teorla. newtoniana conjuntamente con la
que 1~ ley newtoniana de la conmstem. podemos demostrar eleclrodinámica clásica. Establecer la interpretación de las leorlas y
las formas en que pueden ser comparadas es un problema práctico
·'P' oxtmadamente válida . servaclón del impulso será e histórico y no un problema puramente lógico.
sean demasiado grandes ,_siempre que las velocidades no ' Este punto relativo a la falta de correspondencia puede ser
puesto de relieve mediante otros ejemplos. Desde el punto de visla
de la f!sica moderna. no hay nada en el mundo que corresponda a
l Ei ~e~hno cdaso especial de la postu~~t~eq alcontehcimientos <>bser·
afirmaciones
vablcs acerca d e 1as reJac10nes
• las partlculas de luz newtonianas, ni tampoco un electrón que posea
e que las do u rec azada una individualidad, un tamaño y una forma bien definidos, y una
sean difcrcnlcs en~
su rabies, y cJ he eh d
edque los significados de ~éca~enle
S teorías seari. Jó ¡
as os teorías, no plantea un rmmos
..
mconmen·
como masa
localización o trayectoria.
problema especial
227
epresentatívo
226 Alan F. Chalmers Realismo no r . el grado en
·¡acomo ·
. desde un punto d e VlS es simplemen·
como correspondencia que analizamos en la sección ante- demos ¡u~t'rla:l mundo tal como re~m~n~:pet;dientemente
rior, el camino que lleva a mi propia postura es bastante que descn en enemos acceso al mun o tn permita valorar
recto. Implica tratar a todas las teorías físicas dei mismo te porque no t . de una for~a que nos . ca con nues·
modo que el análisis anterior nos ha conducido a tratar de nuest.ras t~on::les descripciones'. E~to c~~n las cuales
la teoría de Newton. la exacutud e . del s~ntido comun, s . · ue se con·
· s proptas . · luye 1o q
Desde el punto de. vista que deseo defender, el mundo tras noctone d tos y mesas se me . bargo me
habla e ga · s sm em ·
físico está constituido de tal forma que nuestras teorías cuando se o descripciones de tales c~sa 1~ aplicabilidad a la
físicas actuales son aplicables a él en algún grado y, en ge. . sidera .com dar a estos defeQsores e tespondencia que
neral, en un grado que excede en muchos aspectos al de gustarta recor . de la ·verdad como cor. t ligible lo que
·sus predecesores •. La finalidad de la física será establecer física de la teonaán obligados a hacer m e z acerca de
los límites de la aplicabilidad de las teorías actuales. y des- también ellos est de las partículas de lu . yd cía MaX·
. N ton acerca . . d d lo que e
arrollar teorías que sean aplicables al mundo con un mayor decta ew ·b'da coino una propte ah l"ngcr acerca de
g:rado de aproximación en las circunstanchts más divl·rsas. h.' 'nlt\S~l canee 1 . lo qÜl! dcda Se ro<. 1 .
11 • ·c·t del éter Y ·
I.l:unaré a este punto de vjsra realis1110 110 representativo. wc - acc~ • . . . ondas. , . . " d· d como corres·
El rcaJisnto no representativo es realista en dos sentidos. lns lunctoncs ~e lica el rechazo de .l~ ver a repr-esentatiVO
En primer lugar, parte del· supuesto de que el mundo físico Dado que tropos hechos, el reahsmo no esturas' realis·
es como es independientemente de nuestros conocimientos
~~~~e~~iadi~~:Ulla~~~ ~~nq~~eu~~p;::: J:~~:~5~sn~np~~~:~
sobre él. El mundo es como es sea Jo que fuere lo que Jos
individuos o grupos de individuos piensen sobre el asunto.
En segundo lugar, es realista porque parte del supuesto de
¡as típtcas. ~1 e cesivas teorías acerca te
a ~ás· precisas
tales comb. ;"ss~omo descripfio~es ca :le::::. Tampoco lo.
que, en la medida en que las teorías son aplicables al mun- ser conce 1 a lantea nmgun pro . diferentes
do, lo son siempre, dentro y fuera de las situaciones .experi- de la realidad n~epque baya formul~cionese:~~ que impli·
mentales. Las teorías físicas hacen algo más que estáblecer plant~a el hecho equivalentes de la mtsm\~ad. El realismo
correlaciones entre conjuntos de enui~~=iados observaciona· y postblem;nte inuy diferentes de la re~ \le que las tesis
les. El realismo no ·representativo no es representativo en quen .cua. ros~ es también más comp .. u es tras teorías
la medida en que no conlleva una teoría de la verdad! 'como no ~epres~n~~~~~les con el. hecho de queb~~ radical.. Nues·
correspondencia. El. realista no representativo no supone reahstas a 1 sociales sujetos a un cam ucto social. aun·
que las teorías describan entidades del mundo, tales' como son prod~ctos un tipo especial .de prod ado en que son
ondas, funciones o campos, en la forma en que n~estras tras teonas. son. !mente determinado el gr s un producto
ideas propias del sentido común entienden o nuestro len- soctda 1 mundo físico, que no e
q úe no esteabor are .
..
d
capaces e · bl a las oh·
guaje describe las mesas y Jos gatos. Podemos juzgar nues- · 1 · es vulnera e
tras teorías desdé un punto de vista como el grado en que secta . . representatiVO no . mentalismo. No
abordan con éxito algún aspecto del mundo, .pero no po-
jec~~;=a~=~~u~~ueses~~~at~eh:~~:·
· so e · - .-
~:s:~~~:[:hnecehn~re
e ,
e~r;:i::.
' Wo pretendo afirmar que una teoría deba demostrar ser supe- im)'l.tca un ~érminos observactonales. ta ivo considera como
rior a su predecesora en todos los aspectos. Es posible, por ejemplo, teoncos y 1 realismo no represen L imento' tiene un
que no todos los éxitos de la teoría de Newton puedan ser alean· dida en que e. de él el papel del. exrer sirven de base
zados por la mecánica cuántica. Admitir esto no plantea especiales parte integrante 1 p~uebas emplnca• que
problemas a mi postura, aunque podría plantearlos a quienes ven sentido en el que as ·
la verdad como la finalidad de la ciencia.
Realismo no represenf¡ztivo
228 Alan F. Chalmers
cidad de abordar el m\Uldo, podría muy bien ser cuestionada
a las teorias és*' ' sobre la base de que e\; demasiado vaga. Mi respuesta a esta
acertadas, quedependen
plantean de . · Las nuevas. predicciones acusación es, por una· parte, admitir que mi explicación· es
son explicables desde el ~::n~r ~le~a al instrumentalismo vaga, pero, por otra, insistir en que esto no es un punto
0
presentativo. Si el mund e VISta del realismo no r;_ débil. sino un punto fuerte de mi postura. La forma en que
que nuestras teorías físic~ está con~tituido de tal forma somos capaces de teorizar acerca del mundo es algo que
haremos nuevos descub . ~ son aphcables a él enton
apli ca b'l'd nm•entos
' ' ad a nuevos dom. .~
. • cua nu.o mvestiguemos
• ces
su
tenemos que descubrir y no algo que podamos establecer
de antemano mediante un argumento filosófico. Galileo des·
d o éaducid O contra el instrumen;
mJos Otro1" argu mento a menU·
d cubrió que es posible abordar algunos aspectos del mundo
e ste hacia la física es conse a ¡smo es que la actitud físico mediante una teoría matemática del movimiento. Las
Descarta toda especulación o~:d.ora e impide el progreso. teorías de Newton diferían de las de Galileo en aspectos
ca de entidades teóricas. Ef real"cJalmente productiva acer· importantes, mientras que la mecánica cuántica aborda el
pu~de ser objeto de este ti d Ism~ no representativo no mundo en una forma fundamentalmente diferente a la fisica
sano determinar el cam po e c~ít•c~s: Según él, es nece· clásica; y ¿quién sabe lo que reserva el futuro 7 Ciertamente
sometiéndolas a tod po de. aphcabihdad de las teori no los filósofos de la ciencia. Cualquier explicación de la
á aunasened b as
m s, reconoce que como m . e prue as. Y, lo que es relación entre. teorlas de la fisica y el mundo del que estas
po de aplicabilidad. de una ~~':r;e puede averiguar el cam· teorías pretenden tratar debería estar planteada de tal for·
3; e~ a l!l.luz de una teoría
1
posterior que la explique a ma que no descartara un futuro desarrollo. Por consiguien·
~especto, es ·más susceptibl~nd~Jve :;'á~ prof~ndo. A este te, es esencial un cierto grado de vaguedad.
.esarrollo que un punto d . con ucir a un constante Mi explicación de la relación entre las teor!as de la fisi·
rea~~~
hdad de la física es e VIsta que considera' que la fina ca y el mundo se inspira en dos rasgos muy generales de
punto· da vista del cosa llamada verdad. Desde eÍ
. de la física no tiene fin p no ~epresentalivo, :el desarrollo
la fisica desde Galileo. Uno es que .la física implica experi·
nuestras teorías, y por ~ro~~ ~rande que sea el campo de
mentación, lo que. me sirve de base para rechazar el· ins·
trumentalismo. El otro es el hecho de que la física ha expe·
tructura del mundo, siem . n amente que exploren la es- rimentado cambios revolucionarios, factór que constituye
arrollarlas a un nivel mf:e qutdará la posibilidad de des· parte del fundamento de mi crítica a la aplicación de la
o más amplios. pro undo, o en frentes nuevos
teoría de la verdad como-correspondencia a la física. Cier·
tamente se pueden añadir más detalles si se quiere descri·
bir con más precisión estos doscientos años de física. Po·
UI. . ¿QUE ES ESA
· · COSA u.AMADA. CIENCIA' démos decir que la física implica ·generalizaciones univer·
sales formuladas en términos matemáticos, que los siste·
Mi descripción del realism . . .. mas de teor!as forman algo así como los programas de in·
de la aplicabilidad de 1 o no¡ representativo .en términos
as teorf~s al mundo 0 d vestigación lakatosianos y que su desarrollo se ha produ·
' Vé . . • . e su capa·
cido de conformidad con .la concepción objetivista del ca m·
ase a este respecto 1 •
·. ' Una vez más. vale la ae secc•ó.'11V del capitulo 3. bio presentada en el capítulo 1 l. De esta forma podemos
hesbmo que recurren a -Ia t~r':'laa dseen~al~r qdue lo~ defensores del rea dar una respuesta a la pregunta: «¿Qué es esa cosa llamada
dIon, pudfel;~~r ~ómo
enex · ·
es q':'e .teor!a suplan~a~~:;'o
vera ·
correspondencia
·
física ?•. Sin. embargo, no podemos estar seguros de que

~=~~r:~· ~~ ;::~!~:\~~~~;;t;!~;~:~~l:c~~~~}~~;~h.~:~~=:~:i
mente habland acer prediCCiones 1certadas a , como la de New- . la física no sufrirá cambios drásticos en el futuro. Ya se
ha señalado que .la mecánica cuántica moderna difiere de
o s as teorías físicas. . .
231
230 1Jan F; Chalmers Realismo no represen:ativo
! . en ue las teorías púeden
la física clásica en algunos aspectos fundamentales, y tam-· Si hablamos <!e las formas q · ·postura es relati-
. adas entonces m1 . . b
bién se ha sugerido que el carácter de la física: puede estar ser valoradas o J,UZg • . ue haya·un criteno a so-
cambiando debido a Jos cambios sociales que acompañan vista en el sentido¡ de que me~~d~n emitir esos juicios. E~
al desarrollo del capitalismo monopolista: luto con respecto al cual se p í general de cciencia•, ni
Gran parte de la argumentación de este libFo ha ·consis- particular, no hay unad~a~~~~~; que esté a .la ahura del
tido en formular concepciones acerca del tipo de cosa que tampoco un concepto . . . como una busqueda de la
'b • · la CleDCla
llamamos física y demostrarlas confrontándolas con la fí- proyecto de descn Ir a . . .ento ha de ser juzgada por
sica actual: A raíz de esto, creo que la cuestión que da título V
erdad. Toda áreá del cono~•m•d . fines y el grado en
··
sus proJi'ios m é ntos, · vestlgand o ás
m. sus los juicios sob re 1os
a este libro es engañosa y presuntuosa. Presupone que hay
una sola categoría de_ •ciencia. e implica que diversas áreas que es capaz de cumphrlos: !a~: don la situación socia!·
del conocimiento, como la física, la biología, la historia, la fines estarán a su vez relaclO rama abstrusa de la lóg•-
sociología, etc., enfrim o no dentro de esta categoría. No Los juicios sobre ;)os .finesfíde ~~~ítica, en términos del phi-
sé cómo se puede establecer o defender una descripción ca matemática o ·la filoso a a ticipantes, pueden tener
tan general de la ciencia. Los filósofos .no tienen recursos cer estético q~e ofrec.~ a ~~~ ~:~a una clase privilegiad~
que les permitan fijar los criterios que deben ser satisfe- una importanc•a· consl era oca para una clase opn-
chos para. que un área del conocimiento sea considerada de una sociedad opulenta, pe:; pd Los fines del control
aceptable o •científica•. Toda área del conocimiento puede mida de un país del Tercer) un o. _de gran importancia
• 1 natura eza son
ser analizada .por lo que es. Es decir, podemos investigar tecnológico sob r~ .a problemas sociales muy
cuáles son sus fines, Jos cuales pueden ser diferentes de en una sociedad· en la que unots del control tecnológico,
. . un incremen o · . d d
los que comúnmente se piensa que son o de cómo común- urgentes reqme(en . en nuestra socle_ a ' en
· importancia
mente son presentados, y podemos investigar los medios pero serán de "'enor mas sociales más urgentes no
utili~ados para cumplir dichos fines y el grado de éxito lo- la que al parecc;r los; proble b dos por nuevos avances
grado. De esto no se desprende que no se pueda criticar se verían aliviados SI?O exacer a
ningún área del conocimiento. Podemos intentar criticar en el control tecnológ•c~. . . s sobre el estatus de ias áreas
cualquier área del conocimiento criticando sus fines, criti- Esta referencia a los JU~CIOT d a la luz de Jos aspec-
cando la adecuación ·de los métodos utilizados para alcan- del conocimiento pierd~ sigm lca ~1 lado objetivista de mi
zar esos fines, confrontándola con un medio alternativo tos no relativistas de mi postura.! oc¡'edad Jos individuos
. 'é en que en a s
;y superior de alcanzar eso~ mism06 fines, etc. Desde este' postura hace h mcap~ . social que tiene ciertos rasgos,
punto de vista, no necesitamos una categoría de •ciencia• se enfrentan a una Situación . ·tes de ella y tienen a su
0 no consc1en • . .._
con respecto a la cual un átea del conocimiento pueda ser les guste o no o: sea~ d' para cambiar la situacl,_,n,
aclamada como ciencia o denigrada como no ciencia. disposición una' sene de m:l~~~er acción que se emprenda
les guste o no. A~em~. cu qdrá consecuencias que dep~n~
para cambiar la situa~•ó~ te~e la sitÚaciÓn y podrán dlf~­
IV. EL RELATIVISMO EN PERSPECTIVA derán del carácter ob]et~voenciones del actor. De forma Sl-
rir notablemente de las mt . iento los individuos se en-
Algunas de mis observaciones de la sección anterior tienen milar, en el campo del con~~~~a a' tina serie de métodos
un tinte relativista. En esta sección examinaré aquellos as- frentan a una :situación obJeál y d¡'sposición para contri-
. A • que est n·a su
pectos en los· que ·mi postura tiene· un ·caráctef relativista y materiales te~nco~ '6 U a· teoría puede, por supues-
y •aquellos aspectos en ·que. no lo tiene. buir a cambiar la situaci n. n
232 Alan F. Cha/mers Realismo no representativo· · 233

to, alcanzar ciertos fines mejor que otra, y los- juicios de rían ser entendidos exclusivamente; o incluso _.primordial-
los individuos y grupos. acerca del asunto pueden ·.estar -mente, como. el resultadO< de los juickls: humanos. . ..
equivocados. . Considerando que las. teorlas de la f'r:Sica en una deter·.
. ~~sde· este. punto de. vista, Jos juicios emitidos po_r los minada· fase: de_ su desarrollo son .como_ son,lv que el mundo·
mdiVlduos acerca 'del· carácter y los 'méritos de las teorías' físico es como es, e'Sas teodas son .capace/ de-,abordar, el.
mundo con un cierto éxito, juzguen corr!l<:t~mente o no· la
son menos significativos· de lo que frecuertfemente ~:·:suc'
situación los indhliduos o grupos .. El hecho 1de que la física
pone. Mi conccpci~n objetivista del cambio' de· teoría esta:
1
haya existido y-sobrevivido~ la sociedad oecidental y ha:ra
bii destiria'iia a mostrar cói):lo se puéde' 'explicar el' des~rro• progresado, al ~enos •hasta· ~ace JXlCO• en la: forma descnta
llo de doscienícís alíos' de. fÍsica' ae'una forma que no de- poi' mi concepción objetivis~ del ·cambio de•teoda, ha·de
p~rida crüc;ialmerit~--~e .los juicio~ metodológicos de Jo& in- ser ,explicado en téqninos de la relación-e~tre·la natura!e-
divi¡lü?s o grupos. Los (ine~ no Úenen por_ qué ser ánali- za objetiva de; la. física y la :11aturaleza oi:lje~iva de la socte;
zados,,en términos. de las. aspiraciones de los individuos ciad occidental. La dt;:Scripci§n de la socied~<l, occide~tal in·
o grupos .. Tomemos, por. ejemplo, el fin de. incrementar el cluirá una explicació'n de cómo las person~s que vtven en
control tecnológico sobre la naturaleza. Este fin tiene un esta sociedad se ven a sí l'!lismas Y. ven a: )a sociedad, Y, .
mayor ·significado en. ias sociedades capitaiistas que en las más especlficamente, incluii·á una descripCión de las acti·
sociedades feudales a las que aquéllas reemplazaro.n. Den- tudes típicas hacia la física: Pero l_a consideración de las
tro de una economía Ci'pitalista, el incremen.to del con'trol a~titudcs típicas hacia la físici' ·no será el único factor que
tecnológico es una necesidad, _en la medida en. que los ca- explique la supervivencia y el desa.rrollo de;la socieda~. del
pitalistas que no lo consiguen· son arrojados del mercado mismo modo que estas· actitudes_ .no pue<;len ser constdera-
por los que sf lo consiguen,. y -por consiguiente quiebran. diis como primitivas y no explicables por. referencia a. algu-
La situación no era la misma en la sociedad feudal. Las co- na causa social subyacente, . . .. . · . . .
munidades formadas en torno a los señoríos no se :veían · El lado objetivista de mis observaciones se _opone a las
obligadas por la naturaleza del sistema económico a ·com- versiones radicales del relativism!J_,,seg¡Ut las cuales una
petir de esta forma. '\)na_ comunidad feudal que no consi- teoría es tan buena como cualquier.otra, que todo es cues- .
guiera igualar los avances tecnológicos de sus vecinas no tión de gustos o de deseos subjet¡vos, como ha ~ugerido
quebraría, sino que simple¡nente tendría 1¡n nivel de vida Feyerabend en momentos. Q.e _d¡;scuid~- .Desde un pu~to de .
más bajo. Cuando hablamos :de los fines no .nos referimos vista realista, interpretado en .un senttdo !ato, el.mottvo de
a los juicios o valores de los individuos afectados. · .. las . teorías es. intentar ab.ordar ._algún aspecto del .mundo.
Esto contrasta con el punto de vista que. parc;ce estar ~m­
<:;on -todo esto no se. pretende sugerir que los jui~i~s de
plfcito en algunas concepciones. relativistas:. que el mottvo.
los individuos carezcan de· importancia, ·ya sea en -el c~mpo.
de desarrollar una teoría e~. ccinvenc~r a los demás de que
del cambio teórico o en el ~el cambio social. En ·cualq'fiera
~e _los dos casos; todo cambto que .se produzca se_prodycirá
la nuestra es la correcta.
umcamente como -resultado de las· acciones de los·. indivi-
duos o grupos de .individuos; y las acciones que los indivi-
V. ¿POR QUE MOLESTARSE?
duos empreridárr .estarán claramente' influenciadas por sus
juicios sobre la--situación· a Ja;·que se' enfrentan y por su
En esta sección final del libro es convenienú:,_ afrontar la ..
interpretación·•de -los fines.• Sin: embargo, lo que he dicho
cuestión de cuál es su motivo. ¿Por qué molestarse en rea-
si sugiere que el. cambio ·teórico o el cambio social-no debe-·
235
Realismo: no representativo
234 AJan F. Chalmers sobre alguna versión del mar~is·
remos tomar una; postura d hemos investigar cuales
lizar investigaciones como las que se pueden encontrar en mo con conocimiento de causa,¡ e para conseguir estos fi·
las páginas anteriores? La importancia de la cuestión se son sus fines, qué_ métod~s em:.c:~zado estos fines y qué
pone de manifiesto cuando· se admite, como· yo he hecho, nes, en qué medida se . an su desarrollo. Entonces ~sta·
que la filosofía o la metodología de la ciencia no son de fuerzas o factores determmanl la versión del mannsmo
ninguna ayuda para los -científicos. · . · es de va orar ¡
! riamos en cond iCIO~ bTd d de ¡0 que pretende, a me·
Retrospeetivamc:nte, sugiero que la fundón más impor- en términos de la esea ' ' a 't alcanzar sus fines y los
tante de mi investigaci6n es combatir lo que podríamos dida en que sus mét?dos perml en
llamar la ideología de la ciencia tal como funciona en nues· intereses a los que sirve. . . . s de mi libro es impedir los
tra sociedad. Esta ideología implica el uso del dudoso con- Aunque uno de los objet.IVO de ciencia y método ci,entí·
cepto de ciencia y 1!1 igualmente dudoso comiepto de verdad usos ilícitos de las categonas 'huya· a contrarrestar las
que a menudo va asociado con él, normalménte en defensa · b'é
' n que contri .
1 . . tas radicales contra 1a
f ico ' espero. tam
. .·d 1' t S O re atlV" . d
de posturas conservadoras. Por ejemplo, v~amos cómo se reacciones mdlV~ _ua ~~ a se trata de que un ~unto e
defiende en nombre de la ciencia el tipo de psicología con· ideología de la pencla. No al uier otro. Si se qu¡ere cam·
duelista que fomenta el trato de las personas como máqui· vista sea tan bueno como cu q controlada ya implique la
nas y el uso extensivo de los resultados de los estudios biar una situación de una forn;~ de una r¿ma del conocí·
sobre CI en nuestro sistema ·educativo. Conjuntos de cono- situación el estado de desarr~l o de un aspecto de la soci~·
cimientos como éstos son defendidos a partir de· la afir· miento o el estado de desa~ro o rá comprendiendo la SI·
mación o el supuesto de que han sido adquiridos por medio dad como meJOr · se lograra esto . d'se nibles para cam b'¡ar¡a.
de un •método científico• y, por consiguiente, deben tener ' d · do los med1os 1spoperación La po1ltlca
• · de
tu. ación y omman .
,. · rcará una coo ·
"lgím mérito. No es sólo la derecha la que usa las catego- J;sto normal~ente ¡mp ' sentido más general de 1 que
rías de ciencia y método eielitifico de esta .forma. Es fre· .todo vale•, mterpretada en un d'a darle ha de ser re·
cuente ver a marxistas usarlas para defender la afirmación Feyerabend probablemen~e prete~i:ar una ~ez más a John
de "que el materialismo histórico es una ciencia. I,as cate· chazada por su impo!en~f':'· Pqaurea en la práctica, todo sigue
gorías generales de ciencia y método científico son utiliza· .
Knge, •to do va.le ... SlgDI !Ca '

das también para descartar o suprimir áreas de estudio. igual•.


Por ejemplo, Popper arremete contra el mafxismo y la psi-
cología adleriana sobre ·¡a base de que no .se ajustan a su
metodología falsai:ionista; mientras que Lakatos apela a
su metodología de los programas de investigación cientí-
fica para arremeter contra el marxismo, la sociología con·
temporánea ·y otra contaminación intelectual.
Como estará claro a estas alturas, mi punto de vista es
que no hay una concepción intemporal y universal de la
ciencia o del método científico que pueda ser.vir a los fines
ejemplificados en el párrafo anterior. No tenemos recursos
para -llegar a tales nociones y defenderlas. No es lícito de-
fender o rechazar áreas de conocimiento porque no se ajus-.
t.an a algún criterio prefabricado de cientifi1=idad. El pro-
greso es algo más complejo que esto. Si, por ejemplo, que-
237
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lndice de nombres 245
INVICE DE NOMBRES

Koertge, N .. 2, 87, 125, 240 143, 155, 157, 169, 171, 172, 175, 178,
. Kordig, C. R., 57, 240;. 204, 205, 211-213, 218, 219, 221, 234
Koyré, A., 108, 216, 240 243 '
Krige, J., 202, 235, 240 Post, H. R., 2, 87, 243
Kunn, T., 6, 10, 48, 57, 108, 109, !26- Protágoras, 145
143, 145-147, 152-157, 175, 191, 216.
Quine, L. V. O., 2, 108, 243
220, 223, 240
Rada, E., 240
Lakatos, l., 2, 10, 37, 86, 95-97, 108, Radnitzky, G.. 157, 243
109, 114-130. 142, 143; 146-152, 154- Ravetz, J. R., 6, 167, 172, 243
157, 169, 170, 173-175, 178, 183, !85, Ribes, D., 240, 241
Adams, J. C., 79, 121 Davies~ J. J., 12, Z38 188, 195, 196, 234, 239-243 Roentgen, W., 55, 69
Adler. A, t3 Demócrito.. 144 Larmor, J., 165 Ronchi, V., 179, 243
.'\lhazén, li8 Descartes, R., 162 Lavoisier, A., 78, 135 Rosen, E., 51, 208, 243
Althus!'er, L, 172, 201, 237 Dixon, B., 172, 238 Lecourl, D., 172, 242 Rtissell, B., 28, 36, 146, 243
.o\mstcrdamski, S., 87, 237 Drake, S., 106, 176, 238, 239 Levcrrier, U. J., 79, 121 Rissell, D., 157, 244
Anderson. G.. 157, 243 Droscher. V. B., 58, 238
Anthony, H. D.. 12, 237
Aristóteles, 11, 71, 12 99 136 144
Duhem, P.. 37. !08, f Locke, ·J., 162, 200
Lodge, 0:, 165
Lorentz, H. A., 124, 165, 166, 176,
Sacristán, M., 243
Sádaba, J., 239
189 ' ' ' ' Eastlake, C. L., 67, 239 184, 194, 195, 203 Salmon, W. C., 24. 244
Armstrong, D. M., 160, 237 Eddington, A •• 81 . Sánchez de Zavala, V., 243
Arquímede':i, 178 - Einstein, A., 7, 71-73, 81,.83, 135, 139, Lledó, E .. 244 Scheffler, 1., 57, 244
Ayer, A. J, 9, 24, 25, 237 ~~- 161, 166, 176, 184: 194, 220, 223· Schilpp, P. A., 25, 37, 109, 169, 172.
Magce, B .. 9, 242 243, 244
llachclard, 0., 9, 237 Marx. K., 2, 116, 169-171, 242 Schrodinger, E., 227
Bacon, F., 8, 11 Faraday, M., 113, 123,j 124 164
Fei¡l, H., 86, 238 ' Maxwell, G., 86, 238 Sklair, L., 172, 244
Barkcr, E .. 200, 237 Maxwell, J. C., 53, 56, 81, 83, 86, 98, Smart, J. J. C.. 221, 244
Berg~dá, 0,, 240
Feyerabend, P., 8, 52, 57, 86 103 114, 130, 134, 135, 164-166, 181, 182,
109, 124, 146, IS2, 155, 157, IS:Í,. 187: Sneed, J., 143
Bhaskar, R., 214, 223, 237 203, 207, 242 Soddy, F., 154
Black, J., 47 _202, 220, 221, 223, 235, 238, 243
F•tzgerald, G. F., 165' Maynard, P., 87, 240 Solls, C., 239, 241
Bloor. D., 126, 157, 172, 237
Fourier, J., 168 . McMullin, E., 1~9. 243 Stegmuller; W., 143
Bohr, N., 97, 98, ll9 Medawar, P., 73, 242 . Stove, D., 36, 244
Brahe, T., 95. 107, 117 Fresne1, A. J., 84, 164'
Mili, J. S., 24, 198, 200, 242 Stuewer, R. H., 8, ·239
Brown, H. !., 157, 237
Galileo, 7, 11, 12, 35, 44, 72, n, 78, Mundle, C. W. K., 25, 242 Suchting, W .. 3, 202, 238
Buck, R. C., 125, 150, 170, 173, 240, Musgrave, A., 87, 96, 108, 109, 115, Suppe, F., 141, 240
91, 103-107, IIJ, 119, 140 146 176
241 178, 179, 197, 2o8, 209, 218. 22!Í. 239 124-126, 142, 143, 147, 148, 152, 154.
fiujarin. N. 1.. 146, 240 Gnllt", J., 79, S.'i, 11? m. m. 160. 111. 11.1. m. 1~1. 1~.1. Tl\nkl, A., 210-212. 2:!1, 244
lhllll!l', M., 1'10, 1.21, 1JR Gocthe, J. W., 67, 1.\9 l.t9-243 Thomson, J. J., 124
Gombrlch, E., 57, 239 · Thomson, W., 181
Carnap, R., 25, 237 Nabokov, V., 3 Tolomro, 99, 103, 107, 144, 178
Gregory, R. L., 57, 239.
Castrillo, P., 240 Newton, 1., 7, 11, 35, 55, 65, 70-72, 79, Trusedell, C., 6
Gulsan, E., 244 80. 85. 86, 95-97, 107. IOR, 112, 114,
Cavendish. H., 119. 123
Clavclin, M., 179, 238 Hanson, N. R., 41, 42, 57, 239 116, 118, 120, 121, 130-132, 136, 140, Wartofsky, M. W.. 157, 183, 238, 243
Cohcn, R. S., 125, 150, 157, 170, 173, Hempel, C. G., 23, 239 149, 159, 160, 164-166, 173, 174, 176, Weber, W., 124
183. 238, 240, 241, 243
Colodny, R., 86, 238 ·
Heril:
~- 53. 54. 86, 124, 165, 166,
1
182, 183. 216, 218-22p, 223-229
Niven, W. D., 98, 181¡ 242 ·
Westman, R.. 125
Wittgenstein, L., 2, 132
Copérnico, N., 51. 83, 90, 93, 99, 101· Hessen, B., 145, 146, 239 Wolfe, A. B., 23
104: 106, 123, 134, 144, 146. 208 Howson, C., 149, 152, ·157 169 176 Osiander, A., 51, 208, 209 Worrall, J .. 147-149, 151. 152,.'.168,
Curne, G., 147-149, 151, 152, 170, 174, 185, 196, 239, 240, 244 ' ' ' 170, 176, 177, 241. 242, 244 .•
238, 241, 242, 244 Hume, D., 29, 35, 36, :¡oo, 240 Pauli, W.. 134
Curthoys, J., 3, 202, 238 Pearce, G., 87, 240 Xirau, J., 244
Jacob, F., 180, 240 Platón, 81, 160 .
Chalmers, A. F., 80, 165, 238 Poisson. S. D., 84, 1~ YDting, T.; 149, 168, 176
Kekul( F., 207 Polanyi, M.. 44, 45, 1~3. 243
Popper, K. R., 1, 2, ~- 10, 36, 37, 57, Zahar, E., !25·;·¡76, 182, ·194, 242, 244
Daiton, 1., 136 Kepler, J., 52, 55, 65, 91, 92 104 106 Ziman, J., 172. 244
Darn·in, C., 7, 46 107, 179 ' ' ' 66, 73, 79, 80, 86, !¡Jo-93, 117, 128,

[244]

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