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En
realidad, puede verse que el libro está construido con base en septenas. Algunas
están explícitamente señaladas por el autor (mensajes a las siete iglesias, siete
sellos, siete trompetas, siete copas), otras no están señaladas explícitamente como
tales, pero sin forzar el texto se pueden encontrar (siete figuras simbólicas, siete
visiones del juicio). La sección final ciertamente no forma una septena: en ella se
llega a la unidad escatológica. De todos modos, aunque no se reconozcan como
septenas estas partes no explícitamente así marcadas por el autor, forman bloques
claramente discernibles y separados del contorno. Tenemos, pues, el siguiente
esquema:
Fórmula El libro se escribe y se envía con la intención de que se lea en las comunidades.
epistolar de Se mencionan tres elementos típicos de toda carta: el nombre del autor, los
saludo destinatarios y el deseo de bienestar. Pero este saludo se amplía después con una
(1:4-5a). serie de aditamentos.
La ampliación del saludo menciona el origen de todos esos bienes, en una
fórmula ternaria:
- De parte del que es, el que ha sido y el que ha de venir: Dios Padre.
- De parte de los siete espíritus que están en la presencia del trono de Dios:
Presencia de Dios en las comunidades.
- Y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los resucitados y el
soberano de los reyes de la tierra. Jesucristo aparece mencionado en último lugar,
porque toda la última parte de este trozo está orientada hacia él. Aparece de
nuevo otra fórmula ternaria:
Tres títulos de Cristo.
El testigo fiel,
Primogénito de los resucitados (literalmente, primogénito de los muertos).
El soberano de los reyes de la tierra.
Situación del Juan es uno más de la comunidad (yo he sufrido con ustedes); Juan, hermano
vidente de ustedes y con ustedes partícipe de la tribulación, del Reino de Dios, y de la
(1:9-10a) paciencia que Jesús nos inspira.
Audición de El vidente lo primero que hace es oír una voz poderosa que le ordena escribir
una voz lo que va a ver y enviarlo a las siete iglesias de Asia: Éfeso, Esmirna,
(1:10b-11) Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea. No son nombre ficticios. El
número siete simboliza la totalidad y la plenitud. Ellas representan a toda la
Iglesia. En esto se diferencia del resto del libro, donde no se mencionan los
nombres reales de países, ciudades, personas, sino en forma simbólica.
Visión Juan describe la figura del que le hablaba como la figura de un hombre (lit.
(1:12-16) alguien semejante a un hijo de hombre). Es alguien de carácter sobrenatural,
pero con figura humana. Probablemente hay alusión a la figura del «hijo del
hombre» de Dn 7:13. Está rodeado de siete lámparas de oro (no se trata de
candelabros, sino de lámparas de aceite), cuyo sentido se explicará en el v. 20
(simbolizan las siete iglesias).
Ahora aparece un rasgo nuevo (no tomado de Dn ni de Ez): tiene en su mano
siete estrellas (explicadas en 1:20). De su boca sale una espada afilada (imagen
inspirada en Is 11:4; 49:2), que simboliza la palabra del Juez que va a llamar a
juicio a las iglesias. La majestad divina de la figura queda reasalta con el último
rasgo: y el rostro le brillaba como brilla el sol en todo su esplendor (símbolo de
majestad).
Reacción del La reacción del vidente es la propia del hombre que se ve frente a un ser
vidente sobrenatural (Dios o un ángel). Cf. Is 6:5; Dn 8:18; 10:9.
(1:17a)
Nueva voz: - Lo primero que hace el personaje es dar confianza al vidente (cf. Dn 10:12; Lc
identificación 1:13,30; 2:10).
(1:17b-20) - En seguida se identifica: Yo soy el primero y el último. Este título en Is 44:6;
48:12 es atributo divino (cf. Ap 1:8; 21:6). El que vive: es de nuevo atributo divino
(cf. Dn 6:27 etc.). Pero las palabras que siguen le dan a estos atributos un
sentido especial: aunque estuve muerto, ahora vivo por los siglos de los siglos.
Con esto queda claro que se trata de Jesucristo muerto y resucitado. Por eso
tiene poder sobre la muerte, tiene las llaves del sheol (Hades, para los griegos).
Este poder es propio de Dios (cf. 1 S 2:6).
LOS MENSAJES A LAS SIETE IGLESIAS (2:1–3:22)
Los mensajes a las siete iglesias no tienen estrictamente forma epistolar; pero como el
vidente recibe orden de escribirlos, se llaman frecuentemente «cartas». Todos siguen el
mismo esquema con pocas variaciones
Identificación Aunque es claro que el autor de los mensajes es Jesucristo, nunca se dice el
simbólica del nombre sino que se identifica simbólicamente. En muchos casos los símbolos
autor del hacen alusión a la visión inaugural.
mensaje (Éfeso). El que tiene en su mano derecha las siete estrellas y camina en medio
de las siete lámparas de oro.
(Esmirna) El primero y el último, el que estuvo muerto y pasó de nuevo a la
vida. Alude a 1:17b. Se trata de Cristo muerto y resucitado.
(3) (Pérgamo) El que tiene la afilada espada de doble filo. Alude a la visión
inaugural (1:16). Es Cristo, con sus atributos de Juez, que se dirige a la Iglesia.
(4) (Tiatira) El Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los
pies semejantes al bronce bruñido. La segunda parte alude a la visión
inaugural (1:14-15) y hace referencia al carácter de Juez y a su majestad. El
título Hijo de Dios, en cambio, es exclusivo de este lugar en Ap.
(5) (Sardes) El que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas. Según
la interpretación dada en 1:4, se trata del Espíritu en sus diversas
manifestaciones que Cristo comunica a la Iglesia (cf. 1 Co 12:4). Él es Señor
de la Iglesia y es quien reparte los dones del Espíritu.
(6) (Filadelfia) El Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que
abre y nadie puede cerrar, cierra y nadie puede abrir. (7) (Laodicea) El Amén,
el Testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios. El título
cristológico Amén es propio de Ap.
-Las alabanzas ante todo se refieren a la fortaleza que han mostrado las
iglesias en las tribulaciones sufridas por su fidelidad a Cristo (has soportado
por mi nombre 2:3; yo conozco tu tribulación 2:9; te mantienes fiel a mi nombre
y no renegaste de mi fe 2:13; tu entereza en sufrir 2:19; fuiste fiel a mi
consigna de sufrir con entereza 3:10).
-Otro motivo de alabanza procede de la actitud de las iglesias en rechazar a
personas no reconocidas por el autor como auténticos fieles: probaste a los
que se llaman apóstoles sin serlo y encontraste que eran falsos (2:2).
-Rechazo de algunas doctrinas presentadas en forma un poco velada.
Probablemente se trata de una misma doctrina presentada con distintos
nombres: nicolaítas (2:6,15). Balaam (2:14). Jezabel (3:20).
Visión del trono de La visión se describe como sucedida mientras el vidente estaba evn
Dios (4:2-11). pneu,mati (en espíritu), es decir, en trance profético.
Se describe ante todo un trono colocado en el cielo y a uno que estaba
sentado en él. Es característico de Ap el no describir de manera directa a
Dios sino de manera indirecta o insinuado por medio de luz y colores
El rollo y el La siguiente parte de la visión se centra en un rollo que tiene en su mano
Cordero (5:1-7). el que está sentado en el trono, es decir, Dios. Este rollo está escrito por
ambos lados (está completo) y sellado con siete sellos. No lo puede abrir
sino el que tenga autoridad para hacerlo. Pero nadie, ni en el cielo ni en
la tierra, puede abrir el rollo ni mirarlo.
EL ROLLO SOLO LO PUEDE ABRIR XTO=El Cordero de pie, con las señas de haber sido
inmolado es propia del NT (cf. Jn 1:29), y es título aplicado con frecuencia a Cristo en Ap.
Doxología al Todas las criaturas, representadas por los cuatro seres vivientes y los 24
Cordero y a Dios ancianos reconocen que es a Cristo a quien corresponde el poder de
(5:8-14) abrir el rollo. Los 24 ancianos aparecen ahora con una cítara y con copas
de oro llenas de incienso (que son las oraciones de los santos), tienen
funciones sacerdotales (sobre el incienso cf. Ex 30:7; sobre el canto
nuevo al son de cítaras.
Al canto de alabanza de los 24 ancianos responde el canto de los miles
de millones de ángeles dirigido al Cordero (5:11-12) y luego el canto de
toda la creación dirigido al que está sentado en el trono y al Cordero
LA APERTURA DE LOS SIETE SELLOS (6:1–8:1)
La segunda parte de la sección II se desarrolla con la apertura de los siete sellos que envuelven
el rollo. Aparece introducida con las palabras: Tuve otra visión. El Cordero va abriendo cada uno
de los sellos.
Primer sello: el La apertura del primer sello hace venir un caballo blanco montado por un
jinete sobre el jinete con un arco. Se le da una corona y parte como vencedor, para vencer.
caballo blanco Para la interpretación de este símbolo se debe tener en cuenta el color y los
(6:1-2) símbolos del jinete.
XTO VICTORIOSO
Segundo sello: Los símbolos de este segundo jinete son: el color rojo encendido (purróo,j
el jinete sobre el color de fuego), la enorme espada, y el poder de quitar la paz de la tierra y
caballo rojo hacer que los hombres se degüellen unos a otros. No queda duda de que
(6:3-4). es el símbolo de la guerra, una guerra en general. Es una de las constantes
de la historia humana.
Tercer sello: el Los símbolos del tercer jinete son: el color negro, la balanza que sirve para
jinete sobre el pesar y vender, y la voz que habla de los precios. (Todo esto indica carestía
caballo negro y como consecuencia hambre).
(6:5-6) INJUSTICIA SOCIAL= HAMBRE
Cuarto sello: el El cuarto jinete se caracteriza por el color del caballo: verde-amarillento
jinete sobre el (clwro,j), el nombre del jinete la Muerte, la compañía del Hades (el Sheol,
caballo verde- Abismo a donde se pensaba que iban a parar los muertos). Como se
amarillento explicita más claramente en 6:6b se trata de los símbolos de la Peste, las
(6:7-8) epidemias.
CALAMIDADES QUE HAN ASOTADO LA HUMANIDAD EN LA HISTORIA
5. Quinto sello: El quinto sello presenta al pueblo de Dios bajo el signo del martirio: las
los mártires en almas de los inmolados por causa de la palabra de Dios y del testimonio
espera (6:9-11) que dan. Este símbolo no se refiere a una parte pequeña del pueblo elegido
sino a todo él, bajo una perspectiva propia: la de ser testigo en doble
sentido, por su profesión de fe y por la muerte, «mártir» en su sentido
original y en el sentido derivado.
Sexto sello: el pueblo de los elegidos (6:327:17)
Este sello se distingue de los otros por su amplitud (frecuente en la sexta unidad de las
septenas). Pero es necesario leerlo como una unidad, para captar su sentido. Compuesto
de cuatro unidades menores:
MIEDO A SER JUSGADOS
Los 144.000 En esta segunda escena se describe el pueblo elegido, los siervos de
sellados de las nuestro Dios, bajo el símbolo de las tribus de Israel. Estos aparecen
doce tribus señalados, marcados con un sello.
(7:2-8) El número de doce mil es obviamente simbólico: 12 x 1000. Doce es el
número del pueblo de Dios y mil una gran multitud. Es el número perfecto
de todo el pueblo de Dios.= Se trata de todo el pueblo de Dios en la
continuidad Israel-Iglesia.
La multitud Luego aparece una multitud enorme, formada por personas de todas las
imposible de naciones. Están de pie ante el Cordero, vestido con túnicas blancas
contar (7:9-12) (símbolo del pueblo de Dios) y con palmas en las manos (símbolo de
victoria). Por eso exclaman que la victoria pertenece a Dios y al Cordero.
Luego viene una nueva doxología de la corte celestial.
Séptimo sello: El séptimo sello simplemente indica que la secuencia no ha llegado a su fin.
compás de Se da un compás de espera. Al mismo tiempo se insinúa que va a seguir
espera (8:1) otra serie de visiones.
3. Las siete trompetas (8:2–11:18)
Esta vez la serie de siete unidades está compuesta del toque de trompetas por siete
ángeles. También esta septena está dividida en dos series: una primera serie de cuatro y
una segunda de tres, con la sexta más amplia.
Las siete trompetas se desarrollan con una serie de acontecimientos que recuerdan las
plagas de Egipto (Ex 7–11).
LAS PLAGAS = REORGANIZACION DE LA HISTORIA
MENSAJES DE LAS TROMPETAS =
JESÚS VENCE EN LA HISTORIA
Primera trompeta Afecta a la tierra, recuerda la plaga del granizo (Ex :23-25).
Segunda trompeta Afecta al mar, recuerda la plaga del agua convertida en sangre
(Ex 7:17-21).
Tercera trompeta Afecta a los ríos, es un desdoblamiento de la plaga del agua convertida
en sangre
Cuarta trompeta Afecta al sol, la luna y las estrellas, recuerda la plaga de la oscuridad
(Ex 10:21-23).
Estas cuatro trompetas afectan solo una tercera parte de los seres, y por
consiguiente no se trata de destrucción final. Como las plagas de Egipto
representan el juicio de Dios en la historia, por los que busca que los
hombres reconozcan al verdadero Dios y se conviertan.
Quinta trompeta
La segunda serie aparece vinculada a tres ayes lanzados por un águila
en el cielo.
Sexta trompeta La sexta trompeta, segundo ay, es más amplia. Ante todo habla ya de
muerte para los hombres, pero solo para una tercera parte. Además
aparece claro el aspecto de llamado a la conversión. Pero los hombres
no se arrepienten de su idolatría, el más grave pecado, ni de sus malas
obras (9:13-21).
Se presenta una serie se «señales» o figuras simbólicas, que, sin hacer violencia al texto, se
pueden contar como siete. Se trata de figuras que representan los grandes protagonistas de la
lucha; de una parte, las fuerzas del bien y de otra las fuerzas del mal.
La mujer vestida del Dos series de símbolos son importantes: ante todo la aparición en el
sol (12:1-2) cielo, el sol que la reviste, la luna bajo los pies y la corona de doce
estrellas; luego el hecho de que está a punto de dar a luz.
El simbolismo está basado en el sueño de José (Gn 37:9), en el que
se representa a Jacob, la madre de José y sus once hermanos con
el sol, la luna y once estrellas. Esta mujer representa, pues, al
pueblo de Dios idealizado
MUJER = PUEBLO DE DIOS,
LA IGLESIA
La fiera de siete La tercera figura simbólica es presentada como saliendo del mar (del
cabeza y diez cuernos occidente, desde el punto de vista de los países del Medio Oriente, y
(13:1-10) al mismo tiempo símbolo de potencias malignas).
La fiera de dos Una segunda fiera que sale de la tierra (más cercana que la
cuernos (13:11-18) anterior). Solo tiene dos cuernos como de cordero (poder menor)
pero voz de dragón. Tiene el poder de la primera fiera y lo ejerce en
su nombre. Hace que todos adoren a la primera fiera y hace grandes
prodigios, con los cuales seduce a los habitantes de la tierra. Obliga
a todos a someterse al poder de la primera fiera. Si la primera fiera
simboliza al Imperio Romano, esta segunda fiera, no puede significar
otra cosa que poderes menores que están a su servicio, es decir, los
poderes regionales, tanto religiosos como civiles que dependían de
Roma y estaban a su servicio.
El llevar una marca en la mano derecha o en la frente no es un rasgo
histórico sino simbólico; significa el reconocer la autoridad total del
imperio esta figura es llamada el falso profeta
Aquí aparece la referencia al número de la fiera: seiscientos sesenta
y seis (666):- El número se presenta como un número de hombre.
No se trata de una revelación divina, sino de una especie de acertijo,
según las características del lenguaje apocalíptico, que expresa las
cosas de manera críptica.- El número puede entenderse de una
manera global como símbolo de imperfección. Así como el siete y
sus múltiplos simbolizan la perfección y la plenitud, el seis y sus
múltiplos pueden simbolizar la imperfección.
El Cordero (14:1-5) El Cordero de pie sobre el monte Sión, acompañado de los 144.000
elegidos. No se trata del monte Sión geográfico, sino idealizado, ya
que vuelven a aparecer el trono de Dios y su corte celestial. Estos
elegidos cantan un cántico nuevo (cf. 5:9) acompañados de
instrumentos musicales. Se trata de la liturgia celestial.
En 14:4 se explica que estos son los que permanecieron vírgenes,
que no se contaminaron con la prostitución. Así como la prostitución
es símbolo de infidelidad a Dios (cf. Os 1:2ss), en este caso la
virginidad es símbolo de la fidelidad al Dios verdadero.
Seis ángeles y el hijo Tenemos aquí una pequeña septena de figuras simétricamente
del hombre (14:6-20) ordenadas: tres ángeles, el hijo del hombre, tres ángeles. El conjunto
se centra en la figura del hijo del hombre. Los ángeles simplemente
sirven para presentar los símbolos que caracterizan a la figura
central: el hijo del hombre, es decir, Cristo en su calidad de Juez.
XTO = EN SU CALIDAD DE JUEZ
Siete ángeles con siete La última figura anuncia la septena siguiente, la de las siete copas.
copas (15:1) Aquí vuelve a aparecer la palabra señal.
-Esta sección también se presenta como una septena con su visión preparatoria
(15:2–16:1) y su serie de siete unidades (16:2-21). La visión preparatoria presenta
una especie de liturgia celestial, cantada por los vencedores de la fiera, y la
morada de Dios en el cielo de donde salen siete ángeles con siete copas, símbolo
del juicio de Dios. Como siempre, Dios no se representa directa sino
indirectamente.
-El desarrollo del derramamiento de las siete copas se describe en 16:2-21. Las
siete copas son en cierta manera una réplica de las trompetas de 8:2–11:18, pues
reproducen de nuevo las plagas de Egipto, el símbolo tradicional del juicio de Dios
sobre los malos. Son una vez más una anticipación del juicio definitivo de Dios.
Nótese que aquí (15:1) sí se habla de siete plagas, mientras que en Egipto se
hablaba de «diez plagas».
-En 16:16 se dice que los ejércitos del mundo entero se reúnen en un lugar
llamado Harmagedón. Este nombre hebreo viene de har Megiddo (= montaña de
Meguido) lugar al occidente de la llanura de Esdrelón, al sur de Galilea, donde se
tuvieron diversas famosas batallas en el AT (cf. Jue 5:19; 6:33–7:22; 2 R 9:27;
23:29-30; Zac 12:11). No se refiere propiamente a la batalla (como se usa a
veces) sino al sitio donde se tiene la batalla.
6. Visiones del juicio (17:1–21:1).
la primera Se muestra al vidente la figura que va a recibir el juicio, que se identifica con
visión (17:3b- diversos símbolos:
18) - Una fiera de color rojo, cubierta de nombres blasfemos, con siete cabezas y
diez cuernos
- Sobre ella está sentada una mujer con manto color púrpura y rojo
(ko,kkinon), adornada con joyas de oro y de piedras preciosas y perlas
(símbolo de realeza y de riqueza).
- En la mano tenía una copa de oro llena de las abominaciones y de las
inmundicias de su prostitución (símbolo del culto a los falsos dioses, de la
idolatría, del culto imperial).
- En la frente tiene un nombre simbólico: Babilonia la grande.
- La madre de las prostitutas (impone a los pueblos y a los individuos su
religión).
-Está ebria de la sangre de los mártires: más que una realidad histórica en
ese momento, es una visión profética del futuro.
cuarta visión Es una invitación a las aves de rapiña a saciarse de los cadáveres, con base
(19:17-18) en Ez 39:17-20.
La quinta Es la de la batalla final, que no se describe en detalle, sino solo se habla de
visión su desenlace: la fiera es capturada junto con el falso profeta y son arrojados
(19:19-21) vivos al lago de fuego ardiente alimentado con azufre (cf. Mt 5:22). El
vencedor es Cristo quien los condena con su sentencia de Juez (la espada
que sale de su boca).
La séptima Habla de un cielo nuevo y una tierra nueva, con lo que se anuncia la
visión (21:1) siguiente sección. La tierra nueva y el cielo nuevo se basan en Is 65:17;
66:22. (cf. También Mt 19:28; 2 Pe 3:13). El mar, como símbolo de muerte y
perdición, ya no existe.
Pero inmediatamente a la imagen de la ciudad se une la imagen humana: arreglada como una
novia que se ha arreglado para recibir a su esposo. Aquí es una simple comparación, pero en el
v. 9 se personifica la ciudad como la esposa del Cordero
Las dos imágenes –la ciudad y la novia– se complementan: la una resalta el carácter
comunitario del pueblo de Dios, la otra dimensión personal de la escatología. Los dos aspectos
son esenciales tanto en la historia de la salvación presente como en la escatología.
La voz (21:3) explica el simbolismo de la nueva Jerusalén: es la morada de Dios entre los
hombres: él habitará con ellos, y ellos serán sus pueblos; con ellos estará su Dios, Dios en
persona. Es el cumplimiento de lo prometido en Ez 37:27: «Viviré entre ellos, y yo seré su Dios
y ellos serán mi pueblo.» (cf. también Lv 26:11; Zac 2:14; 8:8)
Con esto termina propiamente la referencia a la escatología, que como se veía, más que
presentar una imagen unificada y coherente que quiera describir el más allá, utiliza una serie de
imágenes simbólicas que se centran en estos aspectos: la presencia permanente de Dios ya no
mediada por símbolos sino directa, la vida eterna, la felicidad perfecta, la presencia de la gloria
de Dios con todo su esplendor, y todo esto en dos dimensiones, la comunitaria y la personal.
El hecho de que este estado escatológico del pueblo de Dios se describa con imágenes
tomadas de realidades históricas (Jerusalén) puede indicar que la escatología no debe
concebirse sin una dimensión presente, debe ser como el paradigma de la Iglesia terrestre, la
cual ya en algún modo debe reproducir el modelo celestial.
Epílogo (22:6-20)
El epílogo refuerza la idea de que el libro debe leerse como un libro profético y que el autor se
considera como un profeta, no como uno de los profetas del AT, aunque constantemente está
utilizando su lenguaje y sus imágenes, sino de los profetas del NT, que tienen que comunicar a
los creyentes un mensaje de parte de Dios en una perspectiva presente (fidelidad en medio de
la persecución que se aproxima) y escatológica. El ángel le asegura a Juan: Mira: vengo pronto
Pero se abstiene de señalar fechas.
En este epílogo se distinguen tres grupos de personas: el vidente, sus hermanos los profetas, y
los que guardan las palabras de este libro, es decir los fieles en general.
La expectativa de la venida del Señor es muy actual en la comunidad joánica (v. 18).
Las palabras de los vv.18-19, igualmente en primera persona, se entienden mejor como
dichas por el autor. En cambio el que garantiza la verdad de estas cosas (v. 20) es Jesús
quien asegura la certeza de su venida. A lo cual la comunidad responde con la fórmula:
¡Ven, Señor Jesús! Que es la versión griega de la fórmula aramea antiquísima marana ta.
El libro termina con la fórmula epistolar de despedida: La gracia del Señor Jesús esté con
todos.